Fuente: PP

La derecha a lo largo y ancho del orbe se ha caracterizado por presentar candidatos que, bajo el pensamiento conservador-liberal, ofrecían al pueblo el ideal meritocrático propio. Personas formadas en las grandes universidades (Oxbridge en Gran Bretaña, ENA en Francia o la Ivy League en EEUU, por ejemplo), con grandes valores democráticos y morales y el añadido de saber gestionar la cosa pública. Esto es lo que han venido vendiendo desde hace más de un siglo, cuestión bien distinta es la práctica que llevasen a cabo con errores o aciertos.

En España no han sido ajenos a ese espíritu del conservadurismo, a ese sentido de élite que merece gobernar. El primer gobierno de Adolfo Suárez en 1976 fue calificado como “gobierno de penenes” (profesores no numerarios). Manuel Fraga siempre se presentó como catedrático de universidad y gestor ministerial (aunque fuese bajo la dictadura). José María Aznar era un gestor autonómico además de inspector de Hacienda. Y hasta Mariano Rajoy, con su lenguaje inconexo, se presentaba como gestor ministerial y registrador de la propiedad. Gentes de la