Por mucho que vaya fardando Pablo Casado de tener una encuesta que le pone por delante del PSOE, la realidad es que desde el establishment se ha dado la orden de que las derechas vuelvan a colaborar más que competir. Visto que el experimento Ciudadanos, ese populismo de derechas que pedía el presidente del banco Sabadell, no ha servido para enterrar al PSOE, ni frenar a Podemos, quieren echar hacia atrás. La llegada de Casado al poder del PP también influye en esta decisión. De momento no quieren que se unan, tal y como ha pedido José María Aznar, pero les dan hasta después de las elecciones andaluzas para comenzar la colaboración intensiva.

Albert Rivera, tal y como le pasó a su otrora querido Adolfo Suárez, sabe que tiene los días contados sino hay una debacle en forma de corrupción más masiva en el PP. Al igual que los poderes fácticos obligaron a Suárez dejara la política, lo mismo van a hacer con Ciudadanos cuando sea necesario. Y eso es algo que ya se va transmitiendo desde la propia formación naranja. Como ha desvelado la cadena SER, distintos dirigentes naranjas ya saben que tienen que colaborar de forma más asidua con el PP para formar una gran entente de derechas que derrote al PSOE y su socio Podemos. Lo venderán como lo terrible que son las negociaciones del gobierno de Pedro Sánchez para solucionar el problema catalán (algo que apoya el propio establishment con la visita de su edecán Juan Rosell, jefe de la patronal, a Oriol Junqueras en la prisión), como la alianza del PSOE con los populistas que quieren hundir el país, o cualquier otra fórmula que vayan encontrando por el camino (como acribillar a Sánchez por culpa de la casa real). Pero Rivera sabe que son dos telediarios salvo que superase al PP en Andalucía.

La clave está, sin duda en Andalucía, que será la última batalla entre los partidos de derechas por hegemonizar la derecha española. Con las encuestas en la mano, ahora quienes desaparecerán son Ciudadanos y Rivera, pero aún le cabe una esperanza al chaval de Barcelona. Sólo, y sólo, si ganase al PP en Andalucía, sería Casado el perjudicado. Y todos se rumian que eso no va a ser así. Las encuestas que ya se manejan en los cuarteles de los partidos no le dan más de 20 escaños a Ciudadanos, muy por detrás del PP. Les van a dejar antagonizar en Andalucía, pero se acabó. El establishment es consciente que el PSOE ganará de nuevo y que, al no sumar las derechas, se juntará con Ciudadanos. Pero esa muleta entre PP y PSOE no les viene mal de momento. En un futuro, como hicieron con Suárez o el Partido Andalucista, decidirán qué hacer.

No quieren los poderosos que esto se desmande más, tal y como han estado viendo en las últimas fechas, con dos partidos peleados por ver quién atacaba más al pueblo y al gobierno extremando sus posturas. No es estúpida la clase dominante y necesita de algún tipo de concesión (simbólica o material) hacia la ciudadanía para salvar sus fortunas. La manía con el cupo vasco de Ciudadanos no ha gustado porque en Euskadi sacan muchos beneficios del Estado y la sociedad, como les pasaba en Cataluña. Tampoco gustan ciertas expresiones sobre la inmigración porque eso es tirar piedras indirectamente contra los empresarios, que parecen sólo contratar extranjeros para perjudicar a los españoles y españolas. Esos giros, aunque demagógicos, no gustan nada porque ponen al descubierto las verdaderas intenciones del establishment.

Por todo ello, tal y como va lanzando José Luis Martínez-Almeida para el Ayuntamiento de Madrid, la clase dominante ha dado orden de dejar la pelea. Algo que ha sido bien recibido en Ciudadanos, salvo por Rivera y gente de su círculo más cercano, y no tan bien en los cuadros del PP. Han tenido que aguantar el populismo de Ciudadanos contra ellos para ahora tener que tragar por mandato imperativo. Lo harán, pero están deseando que la formación naranja sea la que desaparezca. Rivera mandará una carta de amor a Casado para que parezca una verdadera historia de amor, pero será como la rendición de Breda. A los que afirman que vinieron para quedarse les están enseñando la puerta de salida si no ganan en Andalucía… y no lo harán. En Andalucía nacerá el amor y la unión.

Post Scriptum. Si no creen lo anterior sólo tienen que ver que Casado ha atacado los acuerdos PSOE-Podemos por el Salario Mínimo Interprofesional y Rivera por la subida de impuestos a las rentas más altas. Y ambos han hablado de podemización y recesión económica. No son coincidencias en el mundo del dinero.

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