Los medios de comunicación vienen alarmando a la población por el supuesto desabastecimiento de los estantes de infinidad de supermercados. Como consecuencia de las demandas del mundo del transporte, los supermercados estarían pasándolas canutas para poder reponer las existencias y algunos fabricantes habrían tenido que dejar de producir alimentos elaborados con los que surtir a las grandes cadenas de distribución. Un panorama desolador y catastrófico… que choca frontalmente con la realidad.

La realidad es que, salvo los ataques de locura –en esta ocasión con la leche, en otros tiempos con el papel de limpiarse el culo-, los anaqueles de la mayoría de los supermercados de toda España tienen productos suficientes. No hay carencias, ni en supermercados, ni en mercados de abastos, ni en tiendas de alimentación. Sin embargo, sí que hay subidas de precios –por ejemplo, la misma docena de huevos ha subido de la semana pasada a esta 10 céntimos-, en algunos casos astronómicos. ¿Se debe a un problema de desabastecimiento real? ¿Existe una colaboración para poder subir los precios y aumentar los beneficios aprovechando el catastrofismo?

Curiosidades

Es curioso que los estantes vacíos que nos muestran las televisiones y los medios de comunicación casi siempre sean de los mismos establecimientos. Unos establecimientos, por cierto, que gastan bastante dinero en publicidad indirecta en los mismos medios (o grupo de medios) que están alarmando sobre supuestos desabastecimientos de todo tipo de productos. Ese tipo de publicidad que dice: “El superX tiene la mascarilla para el pelo mejor del mercado a un precio increíble”. Y no, no es El corte inglés, ni sus filiales. Eso sí, la misma compra en uno de esos establecimiento ha aumentado tres euros de una semana a otra (agua, batidos y magdalenas, no una compra donde no se sepa de dónde viene el aumento) y ocho desde enero.

Otra curiosidad es que, por ejemplo, el aceita de girasol haya pasado de costar 1,50€ en febrero a 3,30€ en marzo. Precisamente en ese mismo supermercado que sufre desabastecimiento todos los días, que lo dicen los medios. Cuando todas esas botellas habían salido de las almazaras hace tiempo. Pero los medios de comunicación de España, tercer productor del mundo, avisaron que se podría agotar en breve. Generación de pánico, oferta insuficiente y subidón de precios que benefician al empresario de los supermercados. Y no sólo han subido los precios del girasol sino de todos los demás productos pues la campaña de los medios también tenía esta finalidad.

Una mentira repetida mil veces…

La realidad es que en España los medios de comunicación son bastante goebbelsianos. Mienten sin pudor alguno buscando alguna finalidad. En la mayoría de las ocasiones para beneficiar a la fracción más poderosa de la clase dominante; en otras para malmeter en la guerra (no cultural) que disputan frente a los partidos políticos. En cuanto pensaron que la prensa es la única institución democrática (aquello de mejor un país con prensa pero sin Gobierno, que con Gobierno pero sin prensa de Thomas Jefferson) no han dejado de intentar imponerse a las instituciones públicas democráticas. El problema es que esa prensa no es libre sino que está condicionada por la clase dominante.

Llevan hablando de desabastecimiento y de mil catástrofes más, alguna real como la terrible inflación, cuando la realidad es que es mentira. Hasta el momento, salvo puntuales ataques de pánico, no ha faltado de nada en ningún sitio –en la aldea perdida en el pirineo aragonés sí ha podido faltar algo-. Pero mienten para generar un estado de opinión muy contrario al Gobierno (como si hiciese falta eso en vez de contar lo que ocurre). Aprovechando las demandas legítimas del mundo del transporte  se han lanzado a mentir, pero esas mil veces que han dicho la mentira se han chocado de bruces con los estantes llenos que cada cual encuentra en los mercados.

¿Están compinchados empresarios y medios en todo esto?

La duda que queda en todo esto es ¿están compinchados los medios de comunicación con los empresarios para dinamitar los procedimientos democráticos, subir los precios de forma exagerada y que los de siempre obtengan beneficios? Porque empieza a ser sospechoso que aquellos medios que reciben publicidad de ciertos grupos empresariales, vinculados a la distribución (supermercados) y a los contratos con el sector público (Clece, por ejemplo), son los que más mienten y más fieros se muestran. Y nada cuentan de las trampas que están destapándose en las redes sociales sobre las órdenes de ofrecer una apariencia en esos supermercados de escasez aunque en el almacén haya productos más que suficientes. ¡Ah no! Que ahí sí salen a decir que es un bulo

Esa asociación de intereses de Roig & Pérez es cuando menos curiosa. Porque si tuviesen publicidad en todos los medios de comunicación (como El corte inglés, Alcampo, Carrefour, etc.) sería difícil establecer relaciones. Pero es que donde ponen la publicidad sale una bala hacia el Gobierno. ¿Qué estarán tramando? Tienen suerte de que Pedro Sánchez no es Felipe González, ni Alfonso Guerra, ni José María Aznar, si lo fuese (aunque sea más vengativo) esos empresarios estarían en aprietos. Igual por eso se atreven.

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