La trama está compuesta por los de siempre, los empresarios cómplices del sistema: Francisco Correa, Álvaro Pérez «El Bigotes», Pablo Crespo y Antoine Sánchez. Todos ellos están acusados de idear una compleja red de empresas (Easy Concept, Orange Market y Special Events, entre otras) que ofrecía regalos y sobornos a funcionarios y políticos del PP, sobre todo en Madrid, Valencia y Galicia, a cambio de beneficiarse de adjudicaciones, contratos públicos y organizaciones de mítines y eventos del partido.

Las grabaciones sacan a la luz el sórdido mundo en el que se mueve todo el Gobierno valenciano: las orgías con prostitutas de lujo, la cocaína, las comisiones. A principios de 2009, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón imputa a Camps por cohecho al haber aceptado supuestamente de la trama corrupta de Correa unos trajes de marca valorados en 12.000 euros. Se ha abierto la caja de Pandora y las grabaciones policiales en las que Camps le dice a El Bigotes “amiguito del alma, te quiero un huevo” suponen un escándalo de enormes propor