Que a Javier Tebas le gusta un charco con barro más que a un gorrino no empece para que el último en el que se ha metido no sea una batalla titánica. Nada más y nada menos que enfrentarse al Imperio del mal: el nacionalmadridismo con su Lord Floren al control. Una batalla que viene de lejos pero que en la última semana se ha recrudecido porque, a la orden del emperador de las torres –también conocido en otros ambientes como padrino, su florentineza, el que puso celoso a Vargas Llosa o tito Floren–, los ataques han sido directos.

El problema es que no ha elegido al mejor aprendiz de sith entre los que tiene. Al tener al jefe de los Teleñecos de la noche liado con el caso Negreira e intentando hacer el caldo de cultivo para echar a Carlo Ancelotti –eso de no gastar perras en fichajes hay que taparlo, como se tapa la duplicación del coste de la reforma del estadio–, el premio gordo ha caído en uno de los menos capaces de sus chicos jóvenes: Jorge Calabrés. Un tipo al que le quitan del cerebro las 14 Champions y tendría complicado defender algo de forma racional. Imaginen que llego a ser jefe de comunicación de UPYD (¿hasta hacerla desaparecer?).