Una de dos, o el presidente del Gobierno se rodea de personas incultas para parecer un genio, o es que la lealtad es más válida que la capacidad (incluyendo la intelectual). Alguno pensará que ambas no son excluyentes… ¡Pues tiene razón! El problema del PSOE no es tanto que al frente del mismo esté Pedro Sánchez sino que la cúpula dirigente es de un perfil bajo, muy bajo, bajísimo. Cuando en las Ejecutivas había obreros había más cultura y más experiencia que en estos momentos. Tampoco es que haya que ser un premio Nobel pero cuando menos tener la prudencia de callar cuando se desconoce algo.

Entre todas estas catástrofes ministeriales (el nuevo ministro de Cultura afirma que 25 años son medio lustro) destaca la nueva portavoz del Gobierno y ¡¡¡ministra de Educación!!! Más bien mini-nistra. La encargada de velar por la educación de los 3 a los 18 años no para de decir burradas, no sabe expresarse con corrección y carece de los mínimos conocimientos intelectuales para saber qué es la división de poderes consagrada en la Constitución. Como Alfonso Guerra afirmó, en una de sus salidas de pata de banco, que había enterrado a Montesquieu, la mininistra habrá pensado que no era necesario echarle un vistazo en la Wikipedia (tampoco se va a tener la crueldad de obligarla a leerlo).

Pilar Alegría