Tan sólo ha hecho falta un comunicado del CEO del Atlético de Madrid para que la prensa nacionalmadridista, que es casi toda la que puebla las redacciones, se haya puesto histérica. Miguel Ángel Gil siempre ha estado callado, por aquello de “mejor callar y llenarme el bolsillo siendo tercero”, hasta que ha visto que el negocio se lo está levantando el duopolio. Ahora que está en negociaciones y tanteos para vender la SAD no quiere que el posible comprador le rebaje unos millones porque vea con claridad la adulteración de la competición y el ninguneo institucional constante con que se tiene al equipo en España.

No piensen que le importa realmente lo deportivo a Gil, o a Enrique Cerezo (a este ni le gusta el fútbol), no. Lo deportivo le interesa en tanto en cuanto está vinculado a dinero y ha protestado cuando ha visto que el duopolio le está moviendo la silla. Callado mientras le garantizasen quedar entre los tres primeros. Ahora que al Atleti le están cosiendo con arbitrajes sibilinos (esos que descolocan a los jugadores), con errores escandalosos (en COPE aducen que técnicamente se le hacen penaltis al Atleti pero que no son de pitar) y parece que quieren colocar a otros equipos por intereses oscuros (miren hacia Moncloa), ha saltado y señalado lo que cualquier aficionado normal viene observando desde años.

¡Cómo habrá sido la cosa que hasta los popes del nacionalmadridismo han saltado todos a defender con rabia y poca cabeza, todo sea dicho de paso, a su amo y señor! Lo paradójico es que haya saltado un jubilado como Alfredo Relaño, uno de los padres de la situación en la que está ahora la prensa española, no catalana, de entrega a todo lo que huela a su florentinidad. Él reconoció que había que dejar el periodismo a un lado, esto es, la objetividad, por el panfleto de bandera y la aceptación del duopolio y nada más. No ha sido el único. Al instante, casi, había columnas de opinión (¿no son todos los artículos del Real Madrid columnas de opinión encubiertas?) de José Félix Díaz y demás prebostes del florentinato. Y después de ellos los meritorios en redes sociales o en sus distintos periódicos o radios.

Mintiendo si hacía falta. Como Melchor Ruíz, de la cadena COPE (un lugar donde no importa si se miente si es contra el Atleti o cualquier otro equipo que no sea del duopolio), que acusaba al Cholo Simeone de quejarse por estar la liga preparada (en junio de 2015) y ganarla él al cabo de un año. Los aficionados rojiblancos se han sorprendido al saber que habían ganado la liga 2015-16 y se han quedado sin celebrarla. En realidad es que Ruíz ha mentido. Como miente siempre Tomás Roncero, buscando estadísticas que precisamente dan la razón a los que se quejan. Lamenta que a sus jugadores les han pitado más faltas a favor, queriendo señalar que el Atleti es muy guarro, pero sin percatarse que de eso precisamente se vienen quejando, de que el arbitraje sibilino era no pitar ni las faltas. No lo entenderá.

Por suerte los teleñecos de la noche no han tenido programas el fin de semana, igual en la madrugada pasada se habrán lanzando al cuello de Gil o, su preferido, el Cholo. Porque a mentirosos y tuerceverdades no les gana nadie. Como el chico de la cabeza extraña que es muy amigo de Rosa Díez, que tiene buscar estadísticas de tarjetas de casi el siglo pasado, escondiendo las dos últimas temporadas, para intentar hacer ver que les han sacado muchas amarillas. En realidad, pese a que digan que en el Real Madrid están tranquilos (y lo están aunque les costará más someter voluntades), la realidad es que han salido todos los nacionalmadridistas a defender a su jefe de verdad con tal fruición que sus esposas o esposos están deseosos de que empleen esas energías en la cama propia. No lo harán porque sus habilidades están reservadas al ser superior.

Un histerismo provocado porque la afición del Atleti y lo que mueve el equipo rojiblanco en España y el extranjero no es lo mismo que si el atraco fuese frente al Villarreal o el Betis, con todo el respeto a estos equipos que no deben ser atracados por el duopolio, ni por nadie. Si Gil habla se hacen eco medios del extranjero. Y equipos del exterior que están un poco cansados de ciertos arbitrajes parecidos toman nota y protestan también. La bola de nieve que han montado con el duopolio y la necesidad de que siempre sean ellos dos los que ganen, salvo algún despiste, todo porque les conviene a los que mangonean en el fútbol, es tan grande que puede acabar con el fútbol español. Una liga cada vez menos solicitada y seguida en el resto del mundo (incluso en España), lo que supone menos ingresos… para todos los que callan o no se atreven a hablar.

Porque esa es otra, el duopolio puede protestar (Florentino Pérez lo ha hecho, por persona interpuesta también, todas las veces que ha querido) y librarse de sanciones. Pero habla Gayá y le meten cuatro partidos. Lo hace Gil y le suspenderán unos meses o multa. Lo hace Roig y le bajan al equipo de puestos UEFA… Una verdadera mafia que no respeta ni la libertad de expresión. En ningún caso se ha dicho “árbitros hijos de puta” o “Rubiales y Tebas la misma mierda son”, sólo protestas por errores manifiestos. Pero el totalitarismo del duopolio llega ya hasta la prohibición del habla. Lo único que suele quedar a los pobres. Fíjense como será la cosa que hasta le están sacando a Gil lo de la apropiación indebida. Como decía el vídeo del Atleti, los tontos miran el dedo. Pero son tontos bien nutridos y adoctrinados.

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