Pese a lo que algunos pretenden dar a entender, dentro del PSOE sí hay movimientos que no están vinculados a la actual dirección. Tanto los grupos de sugus, como unos cuantos dirigentes han venido acallando, como cualquier abusón de patio de colegio, a las voces discrepantes que existen en el seno del PSOE, por ello parece que el 100% de la militancia está con el “dictador de la derrota” (como le califican en algunos foros) y toda la militancia apoya lo que haga el secretario general. Y no es así.
Desde hace tiempo vienen funcionando grupos de whatsapp, de telegram o de Facebook donde los no sanchistas se han recluido. Grupos cerrados (en algunos hay cargos públicos) donde la entrada está más que fiscalizada. Son “espacios de libertad” dado que en el partido ya es imposible debatir, ni en asambleas, ni en comités regionales, ni en federales. Tampoco les apetece que los grupos de sugus, de adoctrinados, les estén todo el día acosando como matones. De ahí que se hayan ido constituyendo esos grupos para poder hablar tranquilamente.
No ha sido hasta que Pedro Sánchez ha cruzado la última línea roja con el posible pacto con Carles Puigdemont que han decidido a movilizarse. De momento, cuentan algunos de estos críticos, están a la espera de si se producen o no los acuerdos y en qué consisten esos mismos. Celebran, pues hay más mujeres que hombres, que desde Sumar hayan vetado a Irene Montero y su cuchipandi, es una batalla que, en principio, evitan. Aunque no se fían de cómo y quién puede acabar en el ministerio de Igualdad porque en el propio PSOE existen personajes peligrosos dispuestos a enterrar la lucha feminista por intereses propios, como pueden ser los vientres de alquiler o la abolición de la prostitución.
Sin saber qué propuestas y acuerdos se van a dar no merece la pena presentar batalla. Igual no cierran los acuerdos y hay que ir a otras elecciones y gastar fuerzas para nada no merece la pena. Van poco a poco aumentando el número de agrupados, siendo los grupos más notables los de Andalucía, Castilla-La Mancha y Madrid. Con esto no se ganan congresos pero al haber un reglamento estatutario tan restrictivo, tan de culto al líder, no caben más movimientos que los que van dando. Tienen pensado presentar un manifiesto cuando se sepan los acuerdos y movilizar a toda la gente posible si a Sánchez se le ocurre pasar a votación de las bases los acuerdos. Temen que solo lo hagan con Sumar y obvien a PNV, Junts, ERC y Bildu. No sería la primera vez que hablan de democracia en la dirección y hacen justo lo contrario.
Dan más importancia a ciertos aspectos de desigualdad territorial que a la propia amnistía o como lo acaben llamando. “Entregar a vascos y catalanes las llaves de las cajas fuertes supondrá que la solidaridad territorial quede destrozada” comentan. Más cuando se van a tener que producir recortes de gastos solicitados por los hombres de negro de la Unión Europea. La Amnistía esperan que sea deshabilitada por el Tribunal Constitucional y el referéndum no será posible nunca. Sin embargo, en el manifiesto previsto se opondrían a ello por cuestiones políticas y éticas.
El sanchismo, desde 2014, ha ido dejando muchos cadáveres a su paso. Muchas personas han ido abandonando el PSOE por “asco y vergüenza” o persecución. “Ya no hay libertad de expresión en el partido. De hecho, ya no hay partido como tal” dicen con amargura quienes aún aguantan. Silenciados durante años por las tropas adoctrinadas de sugus darán el paso adelante, “aunque solo sea por una cuestión ética”, cuando toque. El manifiesto está preparado, las cuentas de redes sociales también, tan solo les toca esperar. Y no, advierten, no están detrás ni “viejas glorias”, ni exdirigentes que han perdido sus cargos, son militantes de base hartos de Sánchez.