Siempre que se hable de la gestión del presidente de la República DominicanaLuis Abinader, se tendrá que tener en cuenta el panorama socioeconómico en que asumió la Presidencia desde el 16 de agosto del año 2020. Justo en ese momento tuvo que hacer frente a las consecuencias del Covid-19, cuando se encontraba en su máxima expansión. Luego, sin aún pasar por completo los efectos de la pandemia, tuvo que hacer frente a las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania, situaciones globales que generaron una inflación importada.

Las dos realidades que le han tocado afrontar al jefe de Estado dominicano ha tenido influencia, como en el resto de países del mundo, en la economía del país caribeño, pero gracias a las medidas implementadas por Abinader, la estabilidad económica del país se ha mantenido, independientemente de las adversidades. Sin embargo, por si fueran poco la guerra y la pandemia, hace aproximadamente una semana la República Dominicana tuvo que hacer frente a otro fenómeno, esta vez natural, el huracán Fiona, el cual azotó fuertemente las regiones del este del país caribeño.

Tras estos acontecimientos, sería fácil pensar que República Dominicana tiene una economía devastada. Sin embargo, esa no es la realidad. Más bien al contrario, a caus