Criticar a la clase política es bueno; silbarles de vez en cuando si hacen las cosas mal es sano y saludable para la democracia; manifestarse una y mil veces por causa justa sirve para defender los derechos de las personas y para bajarles del pedestal; pero hacerlo de forma violenta (violencia verbal) y defendiendo una causa ilegal, personal y partidista es ignominioso. Y dice mucho de la categoría política y personal de quien lo instiga. No es la primera vez que a Susana Díaz le silban y le protestan. En otras ocasiones ha sido por meter la pata, tener al SAS de aquella manera, o no hacer todo lo que debía hacer. Ayer en San Juan del Puerto (Huelva) le insultaron y le silbaron por defender una ilegalidad con el apoyo del PP de Andalucía. Porque en este partido todo sirve con tal de atacar a Díaz, incluso la mentira.
Resulta que unos señores, porque son señores, agricultores decidieron que como sus lindes tocan con el Parque Natural de Doñana, debían ampliar sus zonas de cultivo para ganarse cuatro euros más. Todo ello sin comunicarlo y sabiendo que esa zona es protegida. Pero a ellos les dio igual y allí que arramplaron con lo que había para plantar más. Y no sólo es, sino que para dar riego a todas sus zonas de cultivo decidieron, porque ellos lo valen, abrir pozos sin pedir los permisos necesarios. Los cuales no les habrían sido concedidos porque es espacio protegido y ese recurso hídrico es necesario tanto para Doñana como para la gestión de la naturaleza. Por esa forma de actuar les han sancionado y multado. Por hacer las cosas mal a sabiendas. Ya se lo ha advertido el consejero José Fiscal, la sanción es justa y no hay marcha atrás porque se han saltado la ley.
Aprovechando que estas personas se manifestaban para decirle a Díaz que es muy mala por sancionarles por cometer una ilegalidad, el PP de Huelva no sólo apoyó la ilegalidad de los agricultores sino que animó a los afines a acudir y llamar ladrona y choriza a la presidenta de la Junta de Andalucía. Montar la algarabía por cualquier circunstancia. Visto el nerviosismo que le ha entrado a Juan Manuel Moreno Bonilla, porque ve que se queda sin su único medio de subsistencia, se nota en el PP andaluz un cambio de actitud, el mismo que no tuvieron cuando gobernaba Mariano Rajoy y se callaban, tragaban con todo y no decían esta boca es mía. Hoy quieren presentarse como los más andalucistas pero ya se les han visto las costuras.
Ahora Moreno Bonilla y gente de su entorno, como Ana Mestre, quiere que se quite el peaje de las autopistas andaluzas en las que caducan las concesiones. Algo que, por cierto, ha manifestado favorablemente el ministro José Luis Ábalos. Hace tres meses Moreno Bonilla defendía las intenciones del gobierno del PP de prorrogar las concesiones. Parece que sólo sale del armario político cuando son otros los que gobiernan. Pero es que, además, en esta ocasión meten la pata porque el ministro ya ha manifestado que sí se quitarán los peajes. Algo que desde la Junta de Andalucía, desde el PSOE, desde Podemos y desde Izquierda Unida se lleva pidiendo desde hace años. Pero Moreno Bonilla y Mestre ahora pueden hacer una “manifa” con una foto de Pedro Sánchez entre las manos (ver imagen) para pedir algo que han logrado desde el gobierno de la Junta y otras posiciones políticas.
Aun así hay que agitar el avispero contra Susana Díaz que las elecciones se acercan, utilizando la violencia simbólica o la verbal para ganarle como sea. Como se carece de argumentos, de programa que ilusione a los andaluces, hay que recurrir a lo que siempre ha recurrido la derecha en este país, a las acciones vandálicas, el cabreo falso o la mentira. Moreno Bonilla no quiso salir del armario en su momento y hoy no es más que un espejismo de lo que quiso ser siempre, el señorito del cortijo andaluz. Bien calado le tiene Juan Cornejo que le ha advertido que mejor deje de hacer el lila y se ponga a trabajar en serio por los andaluces. No hacer servilismo y genuflexiones cuando gobiernan los tuyos, para decir al minuto siguiente de dejar el poder esos mismos todo lo contrario.