Juan Manuel Moreno Bonilla es un presidente desahogado, un presidente con más cara que espalda. No sólo se apunta todos los tantos de la gestión de su antecesora, porque hacer no ha hecho nada en el tiempo que lleva en el gobierno, sino que además quiere dejar secos los ríos de las demás comunidades autónomas por no gastar un euro él mismo. Ayer se reunió con Fernando López Miras para solicitar un Pacto por el Agua que no es más que seguir tirando del Tajo, hasta secarlo si hace falta, pero no invertir en desaladoras.

No es extraño que esta reunión se produzca justo de estar con el verdadero capo del PP andaluz, Gabriel Amat, a quien fue rendir pleitesías en Roquetas de Mar junto a Rafael Hernando o Fátima Báñez. A la llamada del verdadero factótum, aunque en puertas de ser imputado por haberse llevado cerca de 2.000 millones de euros de las arca públicas según la investigación judicial, allí acudió el presidente de la Junta. Q