Cuando te piden desde el periódico que saques algo de Castilla-La Mancha, vamos, que te dicen eso de “mira a ver si puedes tragarte el debate sobre el estado de la región y hacer un análisis, comienzan a caerte sudores fríos por la frente. “¡Joder! Si esto no lo leen ni los interesados” dices. “Nada, nada, te lo ves y miras si hay que rascar. Como sucede en Madrid que están a hostias todos los días” te contestan. Y piensas para dentro, si ya es aburrido un pleno en la Asamblea de Madrid, esto debe ser mortífero. Más que nada porque en la Asamblea hay gentes inteligentes a ambos lados del semicírculo y en la Cortes no hay nada en la bancada de la derecha. “Tocará echar un vistazo a lo que digan” asumes con jesuítica paciencia. Y pasa lo que pasa, que le caen hostias al PP como si un hubiera un mañana.
El PP de Castilla-La Mancha, para que ustedes se hagan una idea, es algo así como una reunión de imitadores de Chiquito de la Calzada pero sin gracia. O lo que es lo mismo, les mandan un ideario para debatir desde la calle Génova (donde la inteligencia brilla por su ausencia, como ya saben) y lo sueltan sin ver si encaja en la región o no. Eso sí, se gastan unos buenos euros en bots para saturar las redes sociales contra el presidente manchego, llegando incluso a llamarle sinvergüenza desde el PP de Albacete. Cuando se carece de argumentos, embisten que diría Machado (no les digo cuál de los dos –Antonio o Manuel- porque no es que le importe mucho a los cabestros). Normal que Emiliano García-Page tome esto como un entrenamiento porque de donde no hay, no se puede sacar.
Explicó el primer día el presidente lo que ha hecho (bastante) y lo que le queda por hacer (otra buena cantidad), encuadrando todo dentro de la crisis vivida y con datos en la mano. En la bancada pepera caritas. Bueno eso se presumía por los alzamientos de cejas ya que iban con mascarilla, algo que no es malo porque si las gentes de derechas les reconociesen por la calle igual acababan en el pilón. Posteriormente le tocó el turno a Francisco Núñez, el imitador de Pablo Casado -¡coño si vas a imitar a alguien busca algo mejor!-, que comenzó a hacer aspavientos, a contar que iba a mejorar la sanidad (cuando ha dicho por activa y pasiva que la quiere privatizar completamente) y que Page era muy malo porque no defendía a España, ni a la región, ni a los Estados Unidos de América. Bueno esto último no lo dijo, pero entienden la exageración.
Ahí Page se vino arriba, se arremangó y comenzó a repartir leches que ni en una película de Terence Hill y Bud Spencer (especialmente del tipo Spencer a mano abierta en toda la quijada). Le recordó al sinsorgo pepero que él ha defendido a Castilla-La Mancha frente a todo y frente a todos, incluyendo a su partido, el PSOE. Cosa que el achantado no había hecho porque, entre otras cosas, se ha callado con el robo continuado de los trasvases. Le ha recordado que, casi al fin, el gobierno actual había conseguido bajar la deuda mil millonaria que la sospechosa Cospedal había generado en cuatro años de recortes. De hecho hubo un momento en que le faltó a Page desabrocharse el cuello de la camisa, desanudarse un poco la corbata, pedir un White Label con hielo y apoyarse en el estrado con un codo diciendo: “Mira chaval, aquí se viene aprendido y con los deberes hechos. Que no estamos para tonterías”.
Normal que saliese Page de las cortes con la chorra fuera, camino de la presentación del libro de Madina y Sémper, mientras los peperos se quedaban refunfuñando y llorando sus penas a alguno de los muchos cristos que hay en Toledo. Desnudo puede ir el presidente con esta recua de incompetentes que hay en la derecha manchega. Muchos peores que el casadismo, para que se hagan una idea. Normal que Page dijese que le importa un pimiento si se enfrenta al PSOE, que él defiende lo suyo (CLM) y a España. Así, con la rojigualda en el cuello y con la chorra al aire. Algo que le ha recordado al señor Núñez que no hace, que ni a España, ni a CLM defiende. En Madrid se habrán asustado al verle desnudo, pero habrá dicho, “¡Na! Que vengo del debate del estado de la región con los imitadores de Casado” y todo el personal lo habrá entendido. Hasta Cuca Gamarra que se ha sentado sonriente a su lado y, como quien no quiere la cosa, ha echado una miradilla impúdica.