El esfuerzo que viene haciendo ABC por presentar semanalmente artículos sobre historia –aunque algunos sean del tipo Historias de la Historia– es encomiable. En cierto modo recurren a una especie de revisionismo histórico de derechas que está muy extendido a lo largo y ancho del orbe mundial. Ahora los liberales hasta se reclaman de Edmund Burke o personajes de la reacción similares, mientras abandonan a radicales y liberales del tipo Hegel o John Stuart Mill porque no encajan con sus intenciones de dominio ideológico. Plausible en una constante evolución del pensamiento donde los cánones o el ecumenismo de los diversos autores cambian según la época. Pero de ahí a blanquear a los nazis hay un salto enorme.

Lo curioso de este revisionismo es que se hace contra el mismo enemigo de aquellos tiempos: el peligroso marxismo. Un marxismo, que realmente, ya ni existe. Primero porque la mayoría que se dicen marxistas y tienen algún tipo de popularidad, ni lo han leído, ni lo han comprendido y, con suerte, lo han filtrado a través de personajes no marxistas y claramente postmodernos. Segundo, y unido a lo anterior, porque el marxismo como acción política, en realidad, no es apoyado por ningún partido con cierta representación. Es todo un fetichismo ideológico donde se utilizan expresiones –en algunos casos erradas como la correlación de fuerzas-, se hace apología de autores, pero se hace justo lo contrario de lo que los marxistas harían. Tanto como para que acaben señalando estos “peligrosos marxistas” a los pocos marxistas que quedan como “rojipardos”. No existiendo un peligro comunista –es sólo pose y demagogia por parte de liberales y conservadores-, ¿por qué publican cosas nazis?

Ayer mismo, y es de esperar que todo el mundo sepa que Hitler y el fascismo italiano perdieron la IIa Guerra Mundial, se publicó el siguiente artículo “El mejor piloto nazi desvela cómo destruyó la bestia acorazada de Stalin en la Segunda Guerra Mundial”. Existe en la historia que cuentan una especie de intento de ganar la guerra una vez perdida –recuérdese que en su momento ABC publicaba portadas felicitando el cumpleaños a Hitler-, un intento de señalar al comunismo soviético como perdedor, un intento de falseamiento de la historia donde el frente ruso/oriental –por no hablar de las contiendas asiáticas- no tendría importancia y sí el desembarco de Normandía. El piloto, Hans-Ulrich Rudel, del que vienen a destacar su hazaña contra el comunismo, fue tras la guerra un protector de Josef Mengele, de Adolf  Eichmann y de cuanto nazi escapaba a Argentina o Paraguay. Un pieza que hasta volvió a Alemania para actuar como portavoz de un partido neonazi. ¿Creen normal escribir un artículo sobre semejante infraser? Cien artículos loando el nazismo y luego uno para compensar sobre lo mal que lo pasaron españoles en campos de exterminio. O lo malos que eran los nazis por las perversiones sexuales que tenían –como viles protestantes que eran, evidentemente-, aunque en ocasiones no queda claro que no sea una proyección de ciertas parafilias.

Y claro Franco siempre fue bueno y se preocupó de los españoles: “Medio siglo de mentiras: los pactos ocultos entre Franco y EE.UU. para salvar a España de la debacle”. Y todo porque Azaña no quiso parar a quienes quemaban iglesias todos los días, aunque el realidad el golpe de Estado de 1936 no fue cosa de Franco, que pasaba por allí, sino de una unidad de Villa Sanjurjo. Por no hablar de “los huevos” –o el huevo porque en esto siempre ha existido la leyenda del unitesticular- que le echó Franco con Hitler para no entrar en la guerra mundial. Y si los nazis se meten con la reina Sofía, también son malos malísismos. Es más lo terribles campos de concentración/exterminio de Franco no eran cosa del dictador, sino de Paul Winzer, es nazi tan eficaz en lo de concentrar a los malos. De hecho, el golpe de Estado no se realizó contra una democracia como la IIa República porque, en definitiva, no era una democracia plena, es más hasta tenía leyes fascistas. Y si no era una democracia plena (que salvo UK o EEUU difícilmente se podía hablar de democracias plenas en esos años), al final como que queda legitimado el levantamiento. Porque estas cosas de las democracias son falsas desde la famosa democracia ateniense… En un giro de los acontecimientos se lanzan a señalar a la democracia de Pericles por tener demagogos y no ser como dicen que era. ¿Quiénes son los que dicen que era? Porque en realidad nadie ha dicho, desde Platón al menos, que aquello era perfecto.

Así pasito a pasito, más allá de su permanente lucha contra el comunismo –por cierto Stalin no negoció con Roosevelt y Churchill sino un doble-, van colando de rondón una justificación de dictaduras buenas, de modos de actuación que les gustan –no les gustan Hitler y los jerarcas nazis, pero sí las cosas de nazis-, de una reinterpretación de la Historia –especialmente jugosa cuando reviviendo el espíritu de Thomas Carlyle se lanzan a declarar muchos héroes de la historia española (inventados)-, de perversión histórica en muchas ocasiones –han buscado tránsfugas hacia el falangismo en el PSOE/PCE ¿pero eso no era bueno?-. En realidad adoran cosas de nazis/falangistas mediante una crítica que en el texto acaba casi siendo una alabanza, como ese “héroe de las SS” que murió plácidamente en España. Por muy héroe que fuese para los asesinos de las SS, para cualquier demócrata no lo será y el titular acaba dejando el regusto de algo nazi como bueno. Y si hay que cambiar a Mussolini, se hace sin problemas blanqueando lo que se puede, cuando se puede. Que para eso escribió en ABC contra la República y tuvo una bella historia de amor. Y, como no podía ser de otro modo, tiene un bisnieto jugando en la Lazio –equipo con tintes fascistas-. Pero como no hay que pasarse en el toque fascista, nada mejor que se unió a los independentistas catalanes para invadir Cataluña –que no es falso pero tapa el olorcillo-. Que para algo la izquierda admiró su llegada al poder… y que esto no lo supiera “Rafael” Ledesma –como dice el maestrillo-. ¡Cachis!

Al fin y al cabo, pensarán, todo esto del totalitarismo, del Estado totalitario, y demás cosas que repugnan –según el día o la portada de ABC del año que se elija-, es culpa del comunismo, más en concreto de Lenin. Tan es su culpa que salen en defensa de Valle-Inclán, al que tacharon en la izquierda de fascista por pedir la capital de unos hipotéticos Estados Unidos de Europa para la Roma fascista. Si es criticado por los rojos, entonces ya el fascismo es otra cosa. Sólo es fascismo malo si lo dicen en ABC, si lo dicen los demás es fascismo bueno. Así, durante la República disparar a los fascistas (las derechas en general según ABC) era malo, pero a los rojos sí que les podían dar matarile. Lo suyo es que cualquier acción armada fuese mala ¿no? Por suerte tienen otros artículos un poco más decentes, pero es una cosa increíble que si no se dan cuenta les acaban colando un panegírico del fascismo/nazismo sin que ustedes se den cuenta. Porque la lucha contra el comunismo, como dijo al comienzo, es ya un clásico. No son nazis pero tienen querencia a que les gusten las cosas de nazis.

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