Impresionante reacción del pueblo sevillano de Carmona para pedir mayor seguridad en sus calles. Todos los comercios cerraron (incluso grandes superficies) y una multitud se congregó para rendir sentido homenaje a los dos comerciantes que han fallecido en recientes fechas. El primero Jiam Lin Wam el 9 de mayo del presente y el 6 de agosto Francisco Contado, joyero de la localidad. Dos asesinatos que han estremecido a este pueblo tan turístico. El asesino del comerciante de origen chino fue detenido después de encerrarse en la casa de un familiar amenazando con explotar una bombona de gas y tras haber asestado tres puñaladas a la altura del cuello que produjeron el fatal desenlace, todo por no abonar una “litrona”. Respecto al asesinato del joyero, fuentes policiales creen que los autores del crimen han sido un grupo de rumanos a los que se les sigue la pista. Dos asesinatos terribles, con distintas causas, pero que han generado el levantamiento del pueblo pidiendo más seguridad.
Ahora bien esta muestra de cohesión en favor de la demanda de mayor seguridad en las calles y con el estremecimiento aún en las venas, ha querido ser aprovechado por al PP de Andalucía, concretamente su rama sevillana, para usar la demagogia, alentar las tripas y, de paso, salvar la cara del alcalde del PP, Juan Ávila. Porque si existe un problema de seguridad ciudadana, como así entiende la ciudadanía de Carmona, buen parte de la responsabilidad es del alcalde y su equipo de gobierno. Pero como suele suceder en estos casos en que el principal implicado es el PP, rápido se acude en avalancha para disipar las responsabilidades y culpar al empedrado. Esto es lo que ha hecho la presidenta del PP sevillano Virginia Pérez.
La responsable popular acudió a dar todo su apoyo al alcalde ante estos dos asesinatos culpando a la legislación vigente de ser casi la mano ejecutora. La conservadora ha expresado que ayer se pudo ver a “un pueblo que demanda seguridad, no por la Policía Nacional y la Guardia Civil, que hacen lo que pueden y un poco más” sino porque “hace falta que se cumplan las leyes”. Todo ello porque el presunto asesino de Wam había sido detenido en cien ocasiones (no por cien delitos que ha manifestado el alcalde Ávila) y había estado en la cárcel. Por ello, reclama la sevillana que la prisión permanente revisable se aplique a estas personas. En especial a los reincidentes. El problema es que el presunto asesino no era “reincidente” de asesinato, sino lo que se conoce por un “delincuente común”. Pero da igual la verdad si la mentira sirve para tapar los errores del alcalde del mismo partido. Porque con la prisión permanente revisable se evitarían “muertes como al del comerciante chino”.
Sacar las vísceras para que la ciudadanía no se vuelva contra el alcalde. Porque si no es culpa de los cuerpos de seguridad del Estado, ni de la Policía Local (a la que Pérez quita responsabilidades en materia de seguridad ciudadana no se sabe bien por qué), la culpa es de la legislación. Cuando la población pide más medios policiales, en el PP-A se dice que la culpa es de la legislación. Intentando evitar que el problema le caiga al alcalde del mismo partido resulta que la culpa es de los jueces. No de Juan Ignacio Zoido, otro ilustre popular sevillano (que es juez, por cierto), anterior ministro de Interior; ni de M. Rajoy que ha estado casi diez años en el gobierno y podría haber legislado mejor, sino del buenismo de los jueces que no aplican las leyes. Para alguien con “delitos menores” no cabe sino la cadena perpetua para los dirigentes del PP sevillano según parece.
Junto a Pérez acudieron Juan de la Rosa, Patricia del Pozo, Alberto Sanromán y Luis Paniagua para que Ávila no se sintiese sólo en estos momentos tan dramáticos y así intentar representar una fábula donde las culpas fuesen del empedrado y no de los responsables municipales y políticos. Nuevamente el PP utiliza juegos de luces para quitar el foco del responsable principal de la seguridad del municipio, el alcalde. Si la ciudadanía en la calle reclama más seguridad, no aplicación de leyes inaplicables a estos casos pues no se conoce que hayan sido condenados por asesinato, en el PP piden dureza a los jueces penitenciarios, aun cuando la responsabilidad sea de ellos. Siempre buscando desviar la atención de las personas responsables cuando son de su partido. Ante la gran muestra de grandeza de la ciudadanía de Carmona, donde estaban gentes de todas las posiciones políticas, el PP de Andalucía a lo suyo.