No lo han dicho de esa forma pero lo piensan, lo deslizan en sus mensajes, en sus discursos, en sus memes y en sus propuestas. En el PP, más allá del servilismo con la clase dominante, tienen una sola idea: “todo lo malo de la historia es culpa de la izquierda”. Lo bueno, evidentemente, es gracias al PP o a cualquier personaje que asuman como propio (por si lo desconocían Winston Churchill era del PP aunque no lo sabía, ni existía ese partido sino una dictadura fascistoide en España). Esa idea es el mantra del que derivan cualquier otra cuestión, da igual económica, política o social. La izquierda siempre hace todo mal, es autoritaria, es antidemocrática, destruye la sociedad y demás zarandajas que suelen exponer en sus discursos y mensajes. De hecho, desoyendo lo afirmado por su santificado papa Juan Pablo II sobre la inexistencia del infierno, la izquierda es el mal, el desarrollo de Belcebú en la tierra. Por ello ese sentido de cruzada contra los impíos que siempre parecen estar llevando a cabo desde el PP.

Esta semana se ha escuchado ese argumento en diversas ocasiones. La ex-ministra Ana Pastor ha sido contundente en esa línea al afirmar que la culpa de lo que ha ocurrido en las residencias en la Comunidad de Madrid sólo es achacable al gobierno socialcomunista. Por el contrario, el Galicia la gestión ha sido excelente por parte de la Xunta de Alberto Núñez Feijóo. ¿En qué momento el ejecutivo estatal ha asumido sólo parcialmente, curiosamente donde peor han ido las cosas, las competencias sociales? En ningún sitio pero el mantra funciona de esa forma. Si las cosas funcionan son gracias al PP y si pasan desgracias son culpa de la izquierda. De la española o del contubernio internacional, que es otra fase de esa única idea que tienen en la cabeza. De hecho en el PP de Madrid siguen culpando a Joaquín Leguina de cualquier cosa después de casi tres décadas de gobierno. Al este respecto no sólo en el PP sino en toda la caverna mediática señalan a la izquierda como culpable de todas las muertes. Eso sí, ni uno de los medios del lado diestro de la prensa ha sacado la noticia de los “correos de la muerte” de IDA y sí muchas invenciones sobre la izquierda. Y cuando no tienen con qué malmeter sacan a Felipe González o Josef Stalin a pasear con sus inventados cientos de millones de muertos.

Pablo Casado es el máximo exponente de esa idea, que como ser unineuronal le es sumamente útil, y se apunta el Ingreso Mínimo Vital. No como desarrollo legislativo porque hubiese sido escandaloso sino como una idea que tuvieron en el PP hace mucho tiempo. Phillipe Van Parijs, por ejemplo, debe estar dándose de cabezazos en Lovaina por llevar décadas hablando de la renta básica universal (que no es el IMV pero lo venden como tal) y no saber que Casado y el PP lo habían pensado hace una eternidad, antes que nadie, antes de que el mundo fuese mundo incluso. El caso es que la izquierda jamás propone nada bueno y social y cuando lo hace es para copiar al PP. Lo extraño es que tras el gobierno de M. Rajoy no esté España a la cabeza de todo como potencia mundial de cualquier cosa. Lo normal, siguiendo esa inmanencia que dicen tener, es que los españoles ni fuésemos explotados para subsistir porque la isla de Utopía de Tomás Moro sería una realidad española en clara unión con la mítica Atlántida. Si hasta, como contó Enrique Jardiel Poncela, dios elegiría España para hacer su aparición en la Tierra es gracias al PP. Eso sí, cuando las cosas se tuercen son exageraciones de la izquierda comunista que no soporta no gobernar, mentiras de la prensa progre (como si fuese mayoritaria ese tipo de prensa en España) o culpa del sursum corda. El PP es la perfección y los sobresueldos son recompensas por hacerlo tan bien.

La paradoja existente en todo esto es que si se les dijese que, ya que se califican de liberales, ellas y ellos eran la izquierda en el siglo XIX y buena parte del XX apostatarían de eso y hablarían de vaya usted a saber qué mezcolanza de ideas, eso sí, afirmando que el Estado de bienestar lo inventaron en el PP avant la lettre. No pueden ser la izquierda nunca, menos una izquierda que cortaba cabezas de monarcas, o que abolía los privilegios de la iglesia, pero si hace falta se apuntan a todo aquello que sea aprovechable para su idea de la izquierda como el gran mal. Si viene la efemérides del desembarco de Normandía todos en el PP hablando de los aliados y su victoria contra el nazismo, pero siempre olvidando que entre los aliados estaba la URSS y que gracias a avance desde el norte pudieron desembarcar sin apoyo de cien divisiones acorazadas. Los comunistas ni liberaron Auschwitz, ni llegaron a Berlín, ni nada de eso que lo dicen las películas facturadas en EEUU (esas que callan las dos bombas atómicas sobre Japón).

Al carecer de ideología, salvo cuatro o cinco leídos, desde el PP se amoldan y si los números del anterior presidente del gobierno del PP no son buenos la crítica es que era demasiado socialdemócrata. De hecho ese fue uno de los argumentos contra Soraya Sáenz de Santamaría en eso que llamaron primarias. Y es lo que utilizan algunos hoy contra Feijóo por moderado. Así lo expone Miguel Ángel Belloso, quien debe tener algún tipo de problema porque escribe incoherencia tras incoherencia. Lean: “Con un enemigo tan peligroso [Pedro Sánchez], que ha causado tanto daño a la nación, y que se propone seguir haciéndolo con su proyecto bolchevique -arrasando las instituciones, desprestigiando a los cuerpos de seguridad del Estado y ocupando la administración pública con sus amigos y los de Iglesias- no se puede lidiar con temor. O preñas a la vaca o la tienes que vender para carne, pero sin la cría profetizada por la madre naturaleza”. Pedro Sánchez tiene un proyecto bolchevique es la idea que tienen en la derecha española sobre la ideología del presidente del gobierno. Hay que ser estúpido o tener mala fe para decir que Sánchez es bolchevique. No es, hablando en término ideológicos, ni socialista como para ser bolchevique y querer instaurar la España de los soviets. Que a una persona moderada y socialdemócrata como Sánchez la califiquen de bolchevique dice mucho de esa idea de la izquierda como mal. Lo de la vaca que no se queda preñada, por cierto, es culpa de las feministas, mujeres de izquierdas y por ende parte del mal, aunque en el caso del señor Belloso es más bien producto del patriarcado infecto que reside en él y que ve a la mujer como un vaca para parir: “Dar con un toro presidido por la máxima promiscuidad representa el éxito del año y consolida el futuro de la finca. No es fácil. No siempre se consigue. Mi amigo falló en una ocasión. Dio con un toro que o bien era de la acera de enfrente o simplemente era manso. El resultado fue terrible. No hubo crías. La especie no se reprodujo conforme al mandato de la madre naturaleza que ignoran o refutan las feministas recalcitrantes”. ¿Asusta verdad?

El problema es que la santidad del PP no se ve por ningún lado. Si la izquierda es el mal ¿dónde está la beatitud del PP? No existe porque ni son beatos, ni liberales (salvo cuatro y mal vistos, que bastante peleó, el hoy consejero de Ciudadanos, Ángel Garrido por el liberalismo dentro del PP y le masacraron), ni mínimamente conservadores y mucho menos tradicionalistas. Su única idea es que la izquierda jamás gobierne porque es el mal. De ahí que entiendan que ellas y ellos deberían gobernar siempre, que el poder les pertenece por designio divino, que sólo el PP está ligado teleológicamente a España para retornarla a la máxima cumbre de la Historia. Luego la realidad es que son simples esbirros del imperialismo estadounidense, se bajan los pantalones frente al sionismo asesino de Palestina y saquean lo público en favor de sus verdaderos jefes de la patronal, especialmente su sección ladrillera. Quieren una España de bares, hoteles, construcción, misa los domingos, volquetes de putas y mujer que aguante las hostias que le dé su pareja (y nada de salir vestida como desee no vaya a ser que provoque a los hombres que, como el toro de Belloso, están para cubrir todo lo que puedan).

1 Comentario

  1. Los vicios son buenos si se tienen con moderación. No vale colocarse en el Limbo perodístico en qua igual escribir verdades que mentiras.
    Aunque San Juan Pablo Ii, te diría que mereces por esto el Purgatorio que también existe, no lnfierno.

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