Desde el 29 de septiembre de 2023 nada se ha sabido de él. Nadie le ha vuelto a ver en los lugares donde era habitual. En su Ciudad Real no saben nada, no contestan, no pueden expresar lo que sienten en lo más profundo de su ser. Lo único que tienen claro es que Javier Alberola Rojas ha desaparecido sin ninguna explicación.

La última vez que fue visto iba con tres amigos más. Todos vestidos de azul, tirando a celeste, en una populosa zona madrileña. Se cuenta que estaba por la avenida de Luis Aragonés. Algunas personas creen que se montó en el coche con los amigos y salió hacia la autopista M-40, se supone que con la intención de tomar la R-4 y luego la A-4 hasta el desvío de Manzanares y llegar a Ciudad Real. Si lo consiguió no puede ser confirmado porque no se le ha vuelto a ver.

Normalmente todos los fines de semana viajaba por España. Se le ha visto allí. Algunas personas le recuerdan con agrado, otras mientan a su madre (no queda claro el porqué). Algunos “findes” se le veía en una sala llena de televisiones, pero tampoco ya. Un chaval de 32, apuesto, que solía engominarse el pelo cuando actuaba en un espectáculo muy conocido junto a tres compañeros más. Toda una carrera por delante que queda en suspenso por su desaparición.

Dicen algunas malas lenguas que todo ha sido obra del Capo di tutti i Capi. Debió molestarle que hiciese las cosas bien, que no se arrodillase a besar su anillo. El caso es que desde que los Antonegra se lanzaron contra él no se ha sabido más. Podría ser que estuviese en un lugar frío, como una nevera o similar; podría ser algo peor y no se le vuelva a ver. Salvo que acuda a la sede del Don en la avenida Pío XII para besar el anillo. Mientras tanto parecen haber encontrado en Gil Manzano al sustituto perfecto.

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