A Luis Enrique se le consentía desde una buena parte de la afición española mucho más por la mala leche que generaba entre la prensa nacionalmadridista (que es la gran mayoría) que por el encanto con el juego que pudiese ofrecer. Ver rabiar a tantos y tantos palanganeros de su florentineza era gozo y placer para el grupo de personas que transitan fuera de esos grandes aparatos ideológicos. Cada partido era un reparto de biberones entre los frailes, los globalistas, los teleñecos y demás entregados a la causa del ser superior y el equipo que posee sin poner un euro.
Con Luis de la Fuente no tienen al entrenador deseado. Por gusto hubiesen preferido a Zidane, Guti, Raúl o el cono antes que al ex-sub21. Pero algo es algo en comparación con Luis Enrique o cualquier otro de la factoría Barça. El sector religioso de las ondas apostaba, por ciertas amistades, por Marcelino, pero tampoco es que haya ganado dos mundiales o algo por el estilo. Los teleñecos cualquiera del Madrid. Los globalistas división de opiniones pero sí tenían claro quién no.
Lo peor ha sido que en esta primera convocatoria todos, incluyendo ciertos jugadores, han salido a hacer sangre con el ex-seleccionador. La convocatoria parecía realizada en los cubículos del pajiplantillerismo de todos esos servicios mediáticos florentinescos. No ha fallado casi ninguno de los que provocan orgasmos futbolísticos, en la liga española ¡ojo!, a todos esos meapilas que, realmente, no ven los partidos salvos de reojo y ni eso. Pasa como todos esos que dicen ver fútbol internacional y luego no saben ni cómo juegan algunos equipos (¡tienen la cara suficiente de decir que el Chelsea practica buen fútbol!).
Pues resulta que habiendo plan B, el príncipe de las bateas siempre ha sido un poco bocas y de atacar por la espalda, es tan malo como el plan A. Y el C será peor que los otros dos juntos, de esto no tengan dudas. Eso sí, todos los meapilas que criticaban a Luis Enrique ya están criticando a jugadores y seleccionador… excepto a los que ustedes pueden suponer y que juegan de blanco normalmente. Todavía nadie ha asumido que España tiene buenos jugadores pero ya. Los justos para no pasar ciertos ridículos pero sin poder aspirar a mucho más. Pero son jugadores que en los teleñecos dicen que juegan divino… en equipos de segunda fila. Cuando llegan los toros bravos, espantada. A mamar.