Antonio Ramírez de Arellano ha reclamado al Gobierno «inversiones productivas y un plan para que la economía española mire al sur» donde, entre otras cuestiones, se incluya una estrategia marítima de impulso a los puertos, cuya inexistencia considera «increíble», dado que en la actualidad se les hace competir entre sí. Lo que se puede entender como un imposible por dos causas obvias. Una la incompetencia manifiesta del Gobierno de M. Rajoy que o bien desconoce, o bien hace como que desconoce los problemas reales de España. Encerrados en sus macronúmeros y las deudas que quieren esconder de la Administración Central, no hay plan mayor que salir adelante como se pueda y sin que se note que no se invierte.
Dos, pedir cualquier cosa al gobierno del partido conservador para una Comunidad Autónoma que no sea propia, es como pedir peras al olmo. Si andan escamoteando céntimos a las propias, a las de un partido de signo contrario al suyo se dedican a apelar al Tribunal Constitucional o a judicializar la vida políticas de esas mismas Comunidades. No hay más ejemplo que lo que han hecho con Andalucía o la Comunitat Valenciana. Por tanto, el consejero peca de optimismo en que M. Rajoy vaya a tener alguna lealtad que no sea a sí mismo y su posaderas.
Sin embargo, el consejero de Economía y Conocimiento ha reclamado al Gobierno que aborde el nuevo sistema de financiación autonómica y, a continuación, que en el debate territorial se empiece a hablar de convergencia económica y de futuro, para lo que considera imprescindible un «plan para que la economía española mire al sur» acompañado de inversiones «adicionales y suficientes» en infraestructuras productivas e I+D ara compensar las de los últimos años, que han sido claramente «insuficientes».
Ramírez de Arellano, que ha intervenido en el Forum Europa con la ponencia El discurso económico en el debate territorial, ha recalcado la necesidad inmediata de abordar un nuevo sistema de financiación autonómica, dado que a su juicio con el actual «está en riesgo» la cohesión social que se logra a través de la igualdad de oportunidades facilitada por unos servicios públicos «eficientes y funcionales», de los que son responsables principalmente las comunidades autónomas. Ha recordado que se está buscando el consenso en el Parlamento de Andalucía aunque también ha defendido la necesidad de contar con un «amplio respaldo social, que permita una postura unida» de la comunidad autónoma en esta cuestión esencial.
Escasas inversiones del Gobierno de M. Rajoy.
El titular de Economía ha asegurado que Andalucía ha recibido inversiones insuficientes, lo que afecta directamente a su PIB, como evidencia que el stock de capital en infraestructuras físicas per cápita sea sólo el 74% de la media de España, dejando «en la cola» a la comunidad autónoma, mientras que Cataluña y Madrid salen beneficiadas.
Además, ha denunciado las políticas del Gobierno central de recorte de inversión perniciosas para Andalucía. El Estado «simplemente sustituye sus propias inversiones por Fondos Europeos», bloqueando el objetivo de convergencia con el que se concibieron éstas. Esto ocurre tanto en materia de infraestructuras como, por ejemplo, en las políticas de empleo, negando a la comunidad autónoma planes de empleo debido a que recibe más recursos del Fondo Social Europeo.
Por ello, ha reclamado al Ejecutivo central inversiones adicionales y «suficientes», con especial hincapié en infraestructuras productivas, en I+D+i, donde el comportamiento es similar, concentrando las inversiones en Madrid y Barcelona; y en materia de empleo.
Freno a las potencialidades andaluzas.
Ramírez de Arellano ha subrayado el peso económico de Andalucía en el conjunto del país y ha rechazado de plano que en la comunidad se haya invertido sin resultado, recordando que, entre otras cuestiones aporta el 18% de los cotizantes a la Seguridad Social, frente al 15% de los pensionistas, unos números que son inversos en Cataluña. «Estamos sosteniendo el sistema de pensiones», ha asegurado.
A esto se une el crecimiento económico andaluz, el cambio de su modelo productivo que ha convertido a la región en una economía muy abierta, como lo demuestra la pujanza de sus exportaciones, con cifras récord de 28.000 millones de euros hasta noviembre, con lo que se han casi triplicado las ventas internacionales de antes de la crisis. Unas ventas donde se iguala el peso de la aeronáutica y el aceite de oliva, siendo líderes en ambos.
Ramírez de Arellano ha señalado que frente a la devaluación del mercado interno por la que optó el Gobierno central ante la recesión, con una reforma laboral que es «un freno para el desarrollo equilibrado de la economía», las empresas andaluzas salieron al exterior «buscando la competitividad global y atrayendo riqueza, y han tenido éxito por su talento y su esfuerzo», por lo que en la actualidad la producción industrial se sitúa ya al 80% de su capacidad, con lo que se está llegando al límite de la misma gracias al motor de las ventas exteriores.
Andalucía en la articulación de España.
El consejero de Economía y Conocimiento ha defendido que es necesario un debate económico previo a cualquier cuestión jurídica territorial, y ha reclamado «generosidad, lealtad y diálogo» para abordar las preguntas económicas que necesita el futuro de España. En este sentido, ha puesto como ejemplo el de una pareja que «primero piensa de qué van a vivir y después si van a ser pareja de hecho, si se casan por lo civil o por una confesión religiosa».
Ramírez de Arellano, ha instado a «hablar de qué vamos a vivir, y luego trabajemos sobre cómo vamos a convivir», añadiendo que «la tarea no es menor, pero Andalucía y España merecen el esfuerzo». En este sentido, ha recordado que los Pactos de la Moncloa o el ingreso en la Comunidad Económica Europea «fueron acuerdos constituyentes de nuestro país que se plantearon y se respondieron como preguntas económicas, también contempladas en la Constitución Española.
El titular de Economía y Conocimiento ha reivindicado que «Andalucía debe ser protagonista en la construcción de las respuestas», añadiendo que «al lograrlas entre todos, estaremos materializando el proyecto de país de las próximas décadas». Asimismo, asegura que en este debate económico, que «es un debate de país» también debería participar la sociedad civil.
La política para corregir los atavismos.
El titular de Economía y Conocimiento ha realizado un análisis de la situación económica española señalando que «a las regiones más ricas no les adorna ninguna virtud, ni a las menos ricas ningún vicio atávico» sino que esas diferencias entre regiones son fruto de decisiones políticas.
Ramírez de Arellano ha esgrimido como evidencia de ello el que «se pueda demostrar que existe una correlación lineal entre el desempleo y la distancia de la provincia a la frontera de Francia», puerta al mercado de referencia de España, con independencia del color político de las regiones. Asimismo, ha señalado que en los últimos 40 años pese al crecimiento económico, «no han disminuido las distancias entre las comunidades más ricas y las menos ricas». Por último, ha recalcado que con la reforma laboral el salario mensual medio de los nuevos empleados es de 1.230, mientas los nuevos pensionistas reciben 1.330 euros, algo «insostenible a largo plazo».
Por todo ello, considera necesario abordar el debate económico, porque «sin inversiones en infraestructuras productivas suficientes, en I+D+i y sin una apuesta por el potencial personal de los ciudadanos» se corre el riesgo de un país de bajos salarios y bajas pensiones.