Cuando en un artículo anterior se dijo que Florentino Pérez había hecho trampas contables para evitar pérdidas en el Real Madrid y no activar avales y patrimonio personal de la ejecutiva, aparecieron en redes sociales los típicos aduladores para berrear. Poniendo las astas por delante decían que el autor del artículo es un “resentido de mierda” que se dedica a “alabar a Joan Laporta (sic)”. Ahora resulta que, nuevamente gracias a The Telegraph, se descubre que se confirma lo dicho en aquel artículo y se sube la apuesta pues han utilizado el palancazo para tapar más pérdidas.
Una gestión ruinosa la del ser superior que, para aquellos que han seguido mínimamente sus andanzas empresariales, no es nada nueva. Como gestor Pérez es un completo inútil. A nivel empresarial le ha salvado tener “compradas” muchas voluntades y muchos medios de comunicación. Se cuenta en el Todo Madrid que mediante fondos de inversión, patrimoniales o empresas interpuestas controla dos de los más conocidos medios de comunicación. De hecho, trabajadores de alguno de ellos han reconocido a quien esto escribe que es/era Florentino el que pagaba sus nóminas a final de mes.
A Florentino lo empresarial le importa entre poco y nada. Siempre ha buscado, como si hubiese estudiado a Nikos Poulantzas, el poder que queda en los intersticios del Estado, aunque su carácter ególatra le lleva a mostrarse como un completo totalitario en los últimos tiempos. Esto es, ya no se mueve en la sombra sino a pleno sol y haciendo saber quién manda al poder civil. Se ha encontrado con personas honestas que le han plantado cara (como Emiliano García-Page) y, de momento, no ha podido con ellos. Pero esa búsqueda del poder fue lo que hizo que se asociase, desde muy temprano, con la familia March o que fuera secretario general del Partido Democrático Reformista, el de la operación Roca.
Si se observan sus negocios no hay uno donde hubiese un mínimo riesgo donde no haya fracasado. Le ha salvado siempre el establecimiento, en concurso público, de cláusulas negativas y onerosas para el Estado. Que el túnel del Pretel no funciona, que me lo pague el Estado. Que las autopistas de peaje no funcionan, que me las pague el Estado. Que la extracción de gas no funciona y provoca terremotos, que me lo pague el Estado. Que estoy gestionando refugios para personas que viven en la indigencia, que paguen un euro por ducharse. Florentino nunca pierde, ni con Aznar, ni con Zapatero (ahora que va dando lecciones de no se qué), ni con Rajoy, ni con Sánchez, ni con Feijóo.
El tener a media prensa comprada, la realidad es que gasta mucho dinero en publicidad a la vista o encubierta, no se ha conocido hasta que ha salido en un periódico inglés los tejemanejes de las cuentas. Cierto es que Vozpopuli y, a veces, El confidencial se han atrevido a comentar algunas de sus meteduras de pata. Gracias a eso se sabe que el coste del Bernabéu, más conocido como la tostadora por sus formas, se ha duplicado. Gracias a eso se sabe que Vinicius y demás compañeros no arrastran publicidad internacionalmente (algunos son muy buenos jugadores pero no mueven dinero). Gracias a británicos y algunos valientes se sabe que las cuentas del Real Madrid están viciadas.
Hoy o mañana saldrán el roncerismo o el gargamelismo inilustrado a decir que Florentino ha tenido que luchar contra una pandemia, un volcán, una guerra y Perro Sanxe. La realidad es que ha utilizado dos palancas para evitar pérdidas durante cuatro años, mientras su vasallos, esos que se arrastran por los platós nocturno, decían que tenía cientos de millones en caja para fichar a Mbappé y a quien se pusiese por delante. Normal que cuando se ofrece la información de fichajes el nacionalmadridismo siempre quita las variables. Por eso millones de madridistas piensan que Hazard solo costó 100 millones cuando les ha salido, sin contar el finiquito de este año, por cerca de 155. Lo mismo pasa con Camavinga, Tchouameni o Bellingham, todos cerca o muy por encima de los cien millones.
Fichará, o no (verán las risas por sexto año consecutivo), a Mbappé, pero no tengan ni la menor duda de que, en caso de dificultades financieras, usted que está ahí sentado será el que pague el fichaje. Bien mediante créditos ICO, bien mediante algún regalo de un bien público al Real Madrid (ya pasó con la antigua ciudad deportiva de Begoña). Florentino como gestor es un completo inútil (ha tenido que vender Cobra para tapar pérdidas en ACS) y le han salvado sus amistades políticas y judiciales. Pero como han vendido otra cosa pues ahora se sorprenden de que haya palancas en el club blanco. Esas que tanto han criticado al Barça y que tanto gustaría tener a Miguel Ángel Gil. El corolario, que los clubes Estado son otros.