Ha sido durante su visita institucional a Jaén cuando Susana Díaz ha vuelto a mostrar que es una outsider dentro del PSOE, que ella hace su propia agenda política y tiene su propio discurso político. No sólo ha confirmado que no asistiría al cónclave de Pedro Sánchez porque tiene preocupaciones de gobierno “de verdad” y no está para adoraciones, salvo las propias de su cultura trianera, sino que además ha abierto su propia batalla contra el gobierno de M. Rajoy. Mientras el dirigente máximo de la socialdemocracia patria está a verlas venir, Díaz debe gestionar la más amplia comunidad autónoma y ganar de nuevo unas elecciones. Por ello, como no se cansa de repetir, no va a dejar que el discurso (que considerada) errado del PSOE le arruine su victoria.
Susana Díaz, por todo ello, ha reclamado que los pensionistas deben quedar fuera del «regateo» y la «subasta» del gobierno conservador. La secretaria general del PSOE de Andalucía ha incidido en que ligar las pensiones al presupuesto le parece «una subasta de a ver quién anuncia más». No ha tenido ningún miramiento al calificar de «injusta e insuficiente» la subida de las pensiones mínimas y de viudedad anunciada por Rajoy, así como su vinculación a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018. Cree la socialista andaluza que hay que denunciar ese chantaje que hace el gobierno a la deriva del conservadurismo corrupto que está dirigiendo el país. Y más cuando, según entiende ella, los pensionistas durante la crisis económica, a pesar de haber perdido poder adquisitivo, han contribuido a mantener a miles de familias que «no hubieran salido adelante sin nuestros mayores». «Los pensionistas no se merecen estar en el regateo entre el Gobierno y ninguna fuerza política», ha sentenciado.
En este sentido, la presidenta ha indicado que «tiene que haber un reconocimiento claro del sistema público de pensiones y de esa revalorización del IPC». Díaz ha aludido al Pacto de Toledo y ha defendido la sostenibilidad del sistema público de pensiones, que «depende de muchas cosas», algunas habrá que «redefinirlas, otras repensarlas y otras añadirlas». Aparte de factores como la esperanza de vida, la edad de jubilación o la procedencia de los ingresos, la presidenta ha hecho hincapié en que el «mercado laboral se ha precarizado» y los «trabajadores ganan bastante menos con trabajos más indignos y salarios muy precarios». Es por ello que, a la hora de garantizar un sistema público de pensiones, «lo primero hay que hacer es estar convencidos de que eso es un objetivo irrenunciable, que no está sujeto a ningún elemento ni requisito».
Para Díaz, ese compromiso por parte del Gobierno «no es real» porque si lo fuera «la hucha de la Seguridad Social, que contaba con 66.000 millones de superávit, no estaría como está, con sólo 8.000 millones y porque ha habido un préstamo de 15.000 millones para pagar la paga extra de Navidad», apuntó. Esa falta de compromiso con la sostenibilidad y mantenimiento del sistema explica que millones de pensionistas «salgan a la calle», señaló la presidenta, quien ha subrayado que el hecho de que millones de personas se estén manifestando, tal y como ocurrió con la huelga feminista del 8 de marzo, revela que «algo no se está haciendo bien» en un país como España que lleva creciendo al 3% en los últimos tres años. La realidad evidencia que tras la crisis económica en España «hay más desigualdad y más inseguridad» y ante ello, la ciudadanía «se rebela y sale a la calle», ha aseverado.
La presidenta de la Junta de Andalucía, por tanto, está a su tierra, a sus gentes, y no a las ocurrencias, en muchas ocasiones, del ejecutivo de Ferraz. Como le sucede a otros dirigentes territoriales y municipales, que están aterrados con las encuestas, Díaz ha decidido hacer de su capa un sayo y salvar su propia contienda electoral, que además podría adelantarse a diciembre de este mismo año, según como vayan evolucionando las encuestas. Hasta el momento en Andalucía le parecen garantizar el triunfo, pero no se fía de Ciudadanos y Juan Marín y sabe que de seguir marcando tendencia hacia arriba, deberá actuar en consecuencia, digan lo que digan en Ferraz.