Desde que ciertos intelectuales se dedicaron a reflexionar sobre el papel de la prensa como aparatos ideológicos en el Estado (aunque ahora se sabe que hay aparatos ideológicos globales), sabemos que una de las mejores formas de transmisión de la ideología dominante es mediante el uso de estos aparatos. Posicionándose en diversos receptáculos simbólicos con aroma a una u otra posición política, la prensa en general es un aparato al servicio de la causa de la clase dominante. Da igual si miran a su derecha o a su izquierda. La muestra más palpable es el blanqueamiento que ha hecho el pasado fin de semana de la ultraderecha ese que muchos dicen periódico progresista, El País. Cuando intervienen los suyos, es decir, la dirigencia política del sistema y la élite económica los titulares se vuelven amables, con algún matiz espectacular. Cuando sólo es un artículo dedicado a ofrecer una noticia de los otros, aquello torna a algo parecido a un aquelarre ideológico. Y esto con partidos que no ponen en cuestión la base misma del sistema de extracción.
Ayer se reunieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe de la minoría mayoritaria que llaman oposición, Pablo Casado. De repente todos los medios de derechas (que son casi todos) han cambiado las formas de titular por estar implicado uno de los suyos. Titulares y crónicas, en muchos casos, ajustados al canon periodístico para ofrecer una información parcial pero sin que llegue a notarse mucho. Ninguno ha destacado cuestión alguna en favor del dirigente del PSOE y sí han dedicado alabanzas al que, de momento, está al mando de las operaciones. Han dejado el salvajismo de las últimas fechas para no arrastrar con la podredumbre periodística la figura del protegido. Incluso en las cloacas periodísticas y panfletarias de OkDiario se han contenido y no han vomitado mentiras, odio o clasismo a raudales. Bien es cierto que siguen en la caza y captura de podemitas y eso les tiene entretenidos, pero el encuentro entre los dos mandamases ha quedado reflejado en un escueto “Casado ofrece apoyo a Sánchez si rompe con los separatistas y anula la mesa negociadora”. Hasta Público hubiese utilizado ese tipo de titular. Lo mismo ha sucedido en El Mundo, ABC o La razón. Como hay uno de los suyos rebajan el tono.
La realidad es que esos titulares son ficticios y producto de un ego reprimido porque, de no estar trabajando en favor de sus intereses de clase, habrían generado titulares como los siguientes: “El felón Sánchez entrega España pese a la ayuda ofrecida por el valeroso Casado” (OkDiario); “El traidor Sánchez prefiere entregarse a Torra que a los patriotas” (El Mundo); “Casado hace alarde de sentido de Estado frente al entreguismo del socialcomunismo” (ABC); o “Sánchez e Iglesias venden España al mejor postor” (La razón). Ninguno de los directores o jefes de redacción han pensado algo, más próximo a la realidad, como “Casado pide a Sánchez que siga haciendo la política de Rajoy”. Porque, quitando el tema catalán, Casado ha actuado no como un patriota sino como el agente de la clase capitalista que realmente es. Ha pedido al gobierno socialdemócrata que no suba los impuestos, que no derogue los dos o tres puntos de la reforma laboral, que se entregue a la política exterior de EEUU… ¿Han visto esto reflejado en titulares o artículos? Seguramente no porque esas partes no les interesan.
El domingo, un catedrático emérito de Derecho Constitucional llamado Jorge de Esteban utilizaba como destacado en su tribuna en El Mundo lo siguiente: “Son una pandilla de incompetentes” (Un gobierno disolvente). Y no. No se refería a Javier Negre, condenado por inventarse entrevistas y mentir en diversos artículos, sino al Gobierno. No es que De Esteban haya destacado tampoco por una profilaxis científica a lo largo de su carrera, más bien se ha dedicado a copiar las teorías de otros con aderezos folklóricos, pero siempre a un personaje universitario se le pide cierto nivel. Por eso coge fuerza la tesis que hemos expuesto en párrafos anteriores, si hasta un catedrático se lanza a berreas así, lo normal es que la taxonomía mental de los directores y jefes de los medios de derechas actúe siempre. Si está uno de los suyos hay que ofrecer alabanzas, mucho más ahora que la corrupción del PP va a volver a pasear por los pasillos judiciales. Si sólo está ese gobierno socialcomunista que quiere destruir España barra libre. Y no, no piensen que sólo lo hacen desde los medios de noticias políticas, sino que en los deportivos también se actúa de esa forma. Si Atlético de Madrid golease hoy al Liverpool, no se extrañen que en Marca acaben titulando El Atleti vence al representante de la pérfida Albión, con un destacado tipo “El hispano-argentino Simeone acaba con el cuento del rojo Klopp”.