Pese a la ilusión que le pueda hacer encabezar las listas de Unidas Podemos (o como acabe llamándose el totum revolutum que monten), está claro que Yolanda Díaz no será candidata de la formación morada. Ya lo han decidido por ella en las oscuras tripas del partido sin estructura y en el PCE. Tanto que le gustaba desbrozar, ahora la desbrozada será ella misma. Una víctima más, dirán, de la aplastante maquinaria de los partidos políticos de la que ella se valió para dar el salto en su momento a la política nacional; estructuras capaces de generar cadáveres a mayor velocidad que algunas plagas divinas.

Advertía ayer la ministra de Trabajo que estaba rodeada de muchos egos (el suyo no cuenta) y que si se imponían éstos ella se iría. Pues la realidad es que le han tomado la palabra y ya están pensando en otra persona. Quiere la ministra del PCE (si es que sigue afiliada al partido porque de IU se marcó hace tiempo hacia mareas más profundas) conformar unas listas con gentes de la izquierda a la izquierda del PSOE sin contar si son de Podemos, IU o el reducto que haya. Quiere desbrozar Unidas Podemos y claro, sus compañeros en el uso de las desbrozadoras, se han percatado y le han dicho que la poda comienza en octubre y le puede tocar a ella.

Juan Carlos Monedero ya ha señalado que lo que intenta Díaz no es más que una reedición del carmenismo inilustrado y ya se sabe lo que pasó. Curioso que el profesor de universidad piense que pueden obtener resultados mejores. Debería hacer más caso a su adorado Walter Benjamin y desistir de la esperanza para que pueda surgir la misma. Aunque en realidad piensa más en términos estructurales y de monipodios varios para la comandita que es la dirección de Podemos en realidad. Pero queda marcado el terreno, cual lobo para la mujer en este caso, y ya debe tener claro Díaz que ni tiene carisma (algo obvio), ni tiene auctoritas (obvio también), ni tiene el poder suficiente para cambiar las cosas. Tener fans en las redes sociales no vale frente a la estructura de partido.

Díaz hablando de la complejidad en la fiesta del PCE

Tampoco se ha quedado atrás el secretario general del PCE, ese partido que han hundido hasta hacer irreconocible algo tan divertido como sus fiestas, Enrique Santiago que ya ha estado desbrozando a Díaz dentro del otrora Partido. No tiene el apoyo del único partido en el que milita, aunque ya se sabe que para la ministra hoy ser comunista es algo como guay, pero que no sabe explicar porque es complejo, y no le queda más que El país y la cadena SER. Mucho más potentes y condicionantes que el PCE o Podemos, pero esto no va de fans sino de estrategias de poder. Y si tiene al secretario general del PCE, más podemita que Pablo Iglesias, en su contra la cuestión es complicada. Y ella lo sabe, de ahí sus palabras.

Como único apoyo tiene al ministro Alberto Garzón. Sí. De acuerdo. Eso y no tener nada es casi lo mismo. Pero que haya opinado en favor de la gallega dentro de IU es un riesgo excesivo para el monaguillo de los chuletones. Un acto que le podría costar, incluso, su propia candidatura a futuro. Pese a que se intentó su salida camino hacia Andalucía (como en el chiste de pasa tú que a mí me da la risa) para alejarle de Madrid y darle una salida para que siga leyendo y copiando lo que dicen otros autores en sus libros (verdaderos compendios de otros escritores), los Meyer y Santiago prefieren verle cocerse en su propia salsa. Hasta Caín tuvo la oportunidad de irse “con los otros hombres”, aquí las purgas siguen el manual soviético. Y más cuando Amado Líder ya está detrás de todo el tinglado moviendo los hilos.

Lo único que podría salvar a Díaz es que le toquen los cataplines a Pedro Sánchez de tal manera que adelante las elecciones y con las prisas saquen lo que sea. No ocurrirá porque el presidente del gobierno aguantará hasta poder venderse bien al electorado y porque le importa bien poco lo que quieran hacer en Unidas Podemos. También podría suceder que en UP decidan salirse del gobierno para… Vale, vale. Paren las risas. Hay que comprender a Díaz por querer ser candidata, no es que tenga intención de ganar o algo por el estilo, lo que desea es no tener que presentarse en Galicia por ninguna de las circunscripciones pues se quedaría fuera, justo lo que están deseando que haga desde Podemos. Todas aquellas personas que deseaban a Díaz como candidata ya pueden irse desapuntando porque será a la forma y manera de UP, o no será. Y en el PSOE tampoco le harán hueco, tiene demasiado ego.

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