A un mes de cerrarse el período oficial de fichajes (luego se podrá fichar a jugadores sin contrato), la realidad es la que es. La Liga española ha ido decayendo año tras año. Tanto en fútbol, muchos partidos son verdaderamente insoportables, como en capacidad de retocar las plantillas. Esto acaba repercutiendo en los ingresos corrientes (TV y publicidad) y en los extraordinarios. Si se echa un vistazo sin ir a los números parece que los equipos españoles están tiesos, asfixiados y más preocupados en vender que en fortalecer los equipos.

Javier Tebas mantiene que la rigurosidad y contención en el gasto es fundamental para que no se vaya al garete el negocio. Tendría razón, en parte, si es que La Liga fuese realmente un negocio. Si lo piensan es negocio para dos o tres, para el resto es mera supervivencia económica y deportiva. A pesar de haber mejorado la distribución de los ingresos (eso no se le puede negar), el problema es que esos ingresos se encuentran estancados y no todo el problema es de gestión.

La buena idea, a priori, de hacer giras por otros continentes para vender el producto no parece haber calado en los públicos de allende. Si se fijan en los partidos de Betis o Sevilla no es que hubiese muchas personas en las gradas. Cualquiera dirá que en EEUU no están muy acostumbrados al soccer. Cierto pero los partidos de la Summer Premier League tenían muchos más aficionados en