sábado, 19 julio, 2025

¿Dimitirá o dimitirán al papa Francisco?

Los rumores de renuncia sobre la figura del papa Francisco I se han acentuado en la capital italiana. Tantos que hasta Diego Fusaro ha entrado a la polémica. Desde el Vaticano, unos y otros, van contando que el pontífice podría dar un paso al lado. Lo interesante no es que se produzca esa renuncia sino lo que cuentan unos y otros sobre lo que la rodea.

Los “conservadores”, aunque se debería decir la curia vaticanista que no quiere dejar el monipodio, señalan que el mal estado de salud de Su Santidad, que no sólo serían los problemas de rodilla, estaría detrás de esa supuesta renuncia ahora que Benedicto XVI ha fallecido. Añaden que el propio pontífice estaría preparando desde hace tiempo el Cónclave de su sucesión nombrando cardenales de su cuerda. Hasta 133 habría nombrado en estos diez años, de los cuales 88 serían electores y se supone que serían de la corriente “progresista” en su mayoría.

Los “progresistas” cuentan que en realidad la posible renuncia sería por culpa de las presiones de la curia vaticana y los sectores ultramontanos, los cuales estarían preparando el cese del pontífice acusándole, bien de herejía, bien mediante la incapacidad por razón de salud –algo que sobrevoló en los últimos años de Juan Pablo II–. Ciertos cardenales y obispos, que sería los que están alentando a Georg Gänswein a conceder entrevistas, mueven Roma con Santiago para hacer caer al heredero de Pedro.

¡Cállese, señor obispo!

La realidad es que lo más probable es que el papa Francisco aguante lo que la salud general le permita. Salvo que la mafia vaticana acabe por hacer de las suyas, el pontífice piensa seguir al mando, cuando menos hasta que terminen los tres viajes que tiene apalabrados y acabe el sínodo de los Obispos (largo me lo fías…) que ha convocado él mismo para reformar la Iglesia. Eso sí, el papa se mueve y da sus puntadas con hilo.

De momento le ha pedido, como ha reconocido el interfecto, a monseñor Gänswein que se esté callado. Que bastante tiene con la publicación del libro de sus memorias junto a Benedicto XVI, el cual, podría ayudar incluso al actual pontífice en el orden político, aunque menos en lo teológico-ideológico. También se rumorea fuertemente que, mientras se celebraban las exequias del emérito, ha retrasado el nombramiento del nuevo Prefecto para la Congregación de la Fe.

Nombramientos del gusto “progresista”

Ahora que ya no está Ratzinger como segunda alma, Francisco tiene la intención de nombrar a otro obispo alemán, pero no precisamente de la cuerda de aquel que ya no está en la Tierra. Se trataría del muy heterodoxo obispo Heiner Wilmer que pasaría a sustituir a más ortodoxo Gerhard Müller. Un nombramiento más acorde con las pretensiones del actual inquilino del trono Vaticano en referencia a la incorporación de la mujer plenamente a la Iglesia, la apertura al movimiento generista, el cambio en el celibato, el enterramiento de la misa en latín y recuperación de algunos postulados de la Teoría de la Liberación.

No sólo eso. Francisco ha impulsado la reapertura del caso Emanuela Orlandi. Algo que se huelen en la curia tiene una intención muy distinta a la de esclarecer lo que ocurrió. Si recuerdan la muchacha de 14 años, hija de un empleado del Vaticano, desapareció en 1983 y son muchas las teorías que se han manejado sobre el tema. Uno, que se la habría secuestrado para un intercambio con Ali Agca (que intentó asesinar al pontífice); dos, que habría sido víctima de la pelea entre los servicios secretos de occidente y oriente; tres, que habría sido secuestrada y asesinada por la mafia Magliana por culpa de Paul Casimir Marcinkus (alias el banquero de Dios) del Ior/Banca Vaticana y ciertas cantidades en dinero negro; o cuatro, que sería por culpa de la financiación vaticana del sindicato polaco Solidarnosc. ¿A por quién o quiénes va?

Remover hasta a los benedictinos

Todos estos movimientos inducen a pensar que más que dimitir Francisco piensa dar un verdadero golpe en la mesa que la presencia del emérito no le permitía, no tanto por estar en desacuerdo –una de la claves de la renuncia, tras la enfermedad, de Benedicto fue no tener fuerzas para arramplar con la curia–, sino porque algún amigo caería en el fragor de la batalla. Si ya le sentó mal, como se ha contado, quitar la misa en latín, imaginen llevarse por delante a seguidores/alumnos o amigos personales. De hecho, como mañana se contará, hasta han sacado a Leonardo Boff del armario del silencio para atizar a Ratzinger y sus amigos.

Ahí no queda la cosa. Otra jugada, esta vez contra la orden benedictina, ha sido confirmada ayer mismo. La abadía de Montecasino, donde san Benito escribió la Regla que han conservado los benedictinos, tenía que cambiar al abad. Siguiendo la Regla propia eligieron en votación al padre Mauritius Wilde Osb. Como es necesaria la confirmación papal, le presentaron el nombre y éste fue rechazado. Ahora ha colocado en su lugar a Antonio Luca Fallica, fundador de la comunidad monástica de la Santísima Trinidad en Dumenza, bodeguero y prior de la misma durante 12 años. Un guantazo a los benedictinos en toda la boca, como se suele decir.

Vistos todos estos movimientos, todos los contacto políticos que viene teniendo, todos los viajes programados (salvo a España, la cual tiene vetada), el sínodo y la reformar hasta las entrañas de la doctrina y la curia vaticana ¿puede alguien pensar que piensa dimitir?

Cuando Gil acepta un referéndum…

Si Miguel Ángel Gil está dispuesto a aceptar que, en la Comisión Social del Atlético de Madrid, le propongan un referéndum para la vuelta del escudo y la retirada del logo, hay que echarse a temblar, cuando menos. La batalla del logo la han estado dando desde el mismo momento en que se les ocurrió la idea y es extraño que ahora acepten volver al escudo. Raro, raro…

Podría ser porque no se venden camisetas, una fuente de ingresos muy jugosa, o al menos no tantas como antes. La camiseta roja con el escudo el año pasado se agotó rápidamente. Hubo una efervescencia alrededor de su venta parecida a la existente con la Contracamiseta de este verano. El aficionado rojiblanco es muy enfermo de su equipo (en realidad casi todos los aficionados), no al nivel de Zana que colecciona todas las habidas y por haber (y lo peor es que va dando envidia con esos viajes que se pega el muy…), y se lanza a por camisetas tan raras como la actual… o se lanzaba cuando tenía el escudo.

Igual desde el departamento de marketing han visto la evolución de las ventas y se han percatado que el mercado español (fuera de España, gracias a Nike, deben vender siete por mala distribución –verificada por quien esto escribe–) es el que les permite esos ingresos extra. Ni la camiseta de los brochazos, ni la de las rayas torcidas (verdaderas cagadas, todo hay que decirlo) han convencido y sin escudo, peor. Igual entienden que hay que dar la oportunidad de volver al escudo y generar más ingresos. O igual no.

Igual Gil ha contactado con Pablo Echenique y su equipo de informáticos para poder manipular el referéndum (en Podemos lo han hecho de cine) y vencer con el logo. Tras haber dado muestras, eso espera que se crea, de diálogo y hasta haber aceptado una votación, la democracia del logo vence. Quien se hizo con el club de aquella forma puede pensar en esto y cosas peores (a algún periodista se han cargado por el tema).

También puede ser que, como se ha dicho en redes sociales, esté preparando alguna sorpresa (mala) enorme y con el tema de la vuelta del escudo quiera tapar la penúltima de la familia Gil. Seguro no sería fichar a Nadie o a algún rodillas raras, que de eso el Atleti ha tenido a manos llenas, pero alguna jugarreta podría estar detrás. El caso es que estando un Gil detrás no hay que fiarse nunca.

El gobierno de Luis Abinader sigue superándose a sí mismo en las cifras que generan bienestar al pueblo dominicano

En un escenario de crisis globales, por naturaleza, se suele complicar el crecimiento económico de los países, lo que genera, como consecuencia, grandes dificultades para la ciudadanía, pero, cuando esto es contrarrestado de manera adecuada por parte de sus autoridades los efectos pasan a ser menos fuertes.

Tal es el caso de la República Dominicana, territorio que a pesar de no ser una super potencia, sus autoridades han gestionado de manera oportuna la pandemia del Covid19, la crisis energética, el alto costo de los productos de los alimentos, el aumento de los combustibles, lo que son consecuencia del conflicto armado entre Rusia y Ucrania.

¿Qué ha permitido que el país caribeño muestre esa fortaleza? El conocimiento de la política de las crisis que ha implementado el presidente Luis Abinader, la transparencia en la administración de los fondos públicos y la cualidad de poner al pueblo y el desarrollo positivo del país por encima de los intereses personales.

Durante este panorama incierto República Dominicana ha ido alcanzando cifras récord en las diferentes actividades comerciales que que generan ingresos al Producto Interno Bruto (PIB). El turismo se ha recuperado fortalecido, las exportaciones han aumentado, la Dirección General de Aduanas (DGA), solo en el año 2022, recaudó 4.106,02 millones de dólares, marcando un hito histórico porque, por vez primera, la institución sobrepasó el límite de los 4.000 millones.

Desde el posicionamiento del mandatario dominicano, los éxitos se han convertido en mayoría y así lo evidencia la realidad. No solo han superado cifras dejadas por autoridades pasadas, sino que, además, han superado sus propios resultados del año 2021.

“Los ingresos han experimentado crecimiento debido a una gestión eficiente de los recursos, a través de la implementación de iniciativas y proyectos, las nuevas medidas de facilitación del comercio, el seguimiento cercano de los procesos en las administraciones recaudadoras, la confianza de los actores del comercio exterior en la actual gestión y el sano desempeño de la economía dominicana”.

Estos resultados obtenidos en aproximadamente dos años y medio de gobierno son trasladados en bienestar al pueblo dominicano. Por citar un caso, para el presente año, el gobierno Abinader aumentó el presupuesto destinado al Programa de Medicamentos Esenciales y Central de Apoyo Logístico (PROMESE/CAL), de RD 1.568 millones en 2022 a RD 3,.76 millones para el 2023. La importancia de esta acción radica en la esperanza de más salud para los ciudadanos de menos posibilidades económicas.

¿Sería posible este acto cuando el dinero es manejado con fines inadecuados? Luis Abinader sigue demostrando ser un presidente “del pueblo y para su pueblo”.

Estado de la cosa atlética

Tras la derrota por la mínima frente al FC Barcelona, cabe hacer una recopilación de la situación en que se encuentra el Atlético de Madrid. Sin duda es la peor temporada desde que el Cholo Simeone se hizo cargo del equipo hace ya once años. Los aficionados rojiblancos, salvo algún chispazo, vienen sufriendo como tiempo ha con un equipo al que ven sin personalidad (algo que nunca había sucedido), sin fuerzas, atascados o medrosos y eliminados de competiciones europeas tras un desastre de competición. Además, se suma que el entorno del equipo no parece ser el mejor y los cambios no asoman en lontananza.

Cholo Simeone

Desde que llegó, como se ha dicho, hace once años es la primera vez que se le nota dubitativo, sin capacidad de encontrar “su” once ideal (aunque siempre ha introducido cambios de un partido a otro, obligado o no) y con la sensación de tener un equipo poco trabajado. La defensa es un chiste cada encuentro concediendo, por malas decisiones, ocasiones a los contrarios que, normalmente, suelen aprovechar. En el medio no logra establecer un cinco que aporte calidad y contundencia defensiva, y por los volantes han pasado casi todos los jugadores disponibles sin haber destacado ninguno.

La insistencia en el 5-3-2, más si Griezmann acaba jugando de todocampista, acaba siendo  una mala elección. Los tres centrales no suelen estar cómodos, los carrileros no llegan con la suficiente profundidad o no saben ocupar los espacios de los volantes cuando éstos se abren. Y la delantera carece de contundencia frente a la portería contraria. A ello hay que sumar que algunos jugadores parecen no contar con el beneplácito como para poder ayudar o cambiar el sentido de los partidos. Morata, pese a dejarse todo en el campo, no es el tipo de delante que necesitaría para ese sistema y las ganas que le ponen los jugadores.

Todavía hay confianza en Simeone en que sabrá dar con la tecla. Más si como viene demostrando apuesta, con cabeza y sabiéndolo llevar, por el jugador ilusionante que es Pablo Barrios. Ahora bien ¿en lugar de quién? Si resuelve con solvencia esa duda habrá ganado mucho en lo que se refiere al juego del equipo. La necesidad hará que tenga que tirar de otros jugadores y se espera que el contagio amoroso que tiene con el chaval, lo amplíe con otros canteranos. Siempre en las malas épocas la cantera ha servido para rotos y descosidos. Mucho mejor que traer a un raro jugador cedido y que no sepa por dónde le vienen.

João Félix

Parece ser que su marcha se producirá antes que después. El Chelsea se lo llevará cedido y hasta puede que acabe coincidiendo con alguien que sonó para sustituir al Cholo, Luis Enrique. Es bueno que se marche porque cada vez más aficionados le están cogiendo tirria. Los panenkitas de los taconazos y los cañitos le echarán de menos, pero ya ha demostrado que es más un senderista que un jugador adaptado a los nuevos tiempos del fútbol. Ver a Phil Foden y a João y compararles, siendo casi quintos, es como la noche y el día. Uno es entrega sumada a la calidad y el otro desidia. Ahora tendrá que demostrar con “otro juego” que es jugador de fútbol… o a comérselo en junio.

Miguel Ángel Gil

Ya ha advertido el CEO y máximo accionista que no van a llegar fichajes salvo que alguien pase por caja. Y de momento nadie lo ha hecho. La salida de Cunha es una cesión que será compra en junio. Y lo del portugués será cesión con posible compra o no, pero también atrasado a junio. Salvo que alguien pique y ponga dinero por De Paul (en este caso toda la afición desearía venderlo ya), no habrá ingresos y, por ende, compras por muy baratas que sean. La gestión del mejor gestor ni es adecuada, ni se atiene a cuestiones futbolísticas. En junio espera solventar los problemas de equilibrio de cuentas y a otra cosa. Y pagar los atrasos de la plantilla (dicen que casi 100 kilos), que algo influirán.

Las que entran por las que salen ha sido siempre la máxima de Gil. El problema es que al fichar las medianías que ha venido fichando en los últimos tiempos (pagándoles como si fuesen Maradona), las ventas no han podido dejar esos dineros que tan gustosamente metía en la saca Gil. Además ha venido depreciando a los jugadores con sus declaraciones y sus filtraciones a la prensa, todo con el objetivo de que la afición no mire al palco. Han fichado a jugadores de baja calidad y normal que el equipo se les caiga. Sólo Griezmann ha sido una súplica de Simeone, el resto fichajes baratos esperando que la prensa les pusiese bonitos y saliesen buenos. Y no, no ha sido así.

Afición

El desquiciamiento del equipo y la directiva (que está pensando más en adecentar la cosa para la venta) se ha trasladado a la afición. Ni anima, ni señala a los culpables y ahora está en una guerra permanente entre ella misma. El aficionado rojiblanco siempre ha sido ciclotímico, pero lo de ahora es otra cosa. Ir para pitar al propio equipo en el estadio, salvo que sirva como consuelo por los cuernos que le pone la parienta o como expiación de pecados, no tiene ningún sentido. Tras terminar el partido meter una buena bronca ha pasado en numerosas ocasiones, pero estar todo el partido con la matraca es para acudir al psiquiatra.

Otros elementos

Si la calidad del equipo ha bajado respecto a años anteriores, también hay que valorar que algunos que llevan unos cuantos años aquí parecen estar quemados. Koke es fiel ejemplo de ello. No se duda de su esfuerzo, ni de su calidad, pero no está, debe tener algo mental o físico que le impide rendir a su nivel. Saúl ha desaparecido por completo, bien porque Simeone le tiene ojeriza vaya-usted-a-saber-por qué, bien porque necesita una renovación mental. Y luego están los que son incapaces de jugar más de diez partidos seguidos sin lesionarse.

Al final existe un totum revolutum que tiene al equipo como lo tiene. Posiblemente con lo que quede tras el marcado invernal sirva para clasificar para Champions, pero no esperen mucho más. Se acabaron los milagros del Cholo. Y hay que comenzar barruntar que igual al CEO le conviene no clasificar y así largar al entrenador. No llegarán fichajes necesarios a ojos de cualquiera (uno por demarcación) porque no se harán ventas suficientes. Tras el mundial algunos se frotaban las manos pensando que vendrían en masa a fichar jugadores y no saben que los directores deportivos no sólo ven el mundial, sino que analizan hasta la vida privada de los jugadores.

¿Esperanza? Toda, que por algo se es del Atleti. Pero negros se tiñen los nubarrones que sobrevuelan el Metropolitano. Y el nacionalmadridismo encantado de poder desviar sus miserias con las del vecino.

Las rameras babilónicas de Pablo Iglesias

No se asusten. Pablo Iglesias no se ha montado un trío con rameras traídas de Iraq, ni nada por el estilo. Eso queda para el jesuita Rupnik. El señor ex-vicepresidente tan sólo ha calificado a los periodistas de putas por venderse por cuatro rupias. Persiste en su campaña de descalificaciones del mundo periodístico –cuando menos aquel que no está de acuerdo con ÉL, que es la gran mayoría– llegando ya al insulto sin más. Lo mejor, subliminalmente, es escucharle a ÉL y leer los medios que a ÉL le gustan, hasta nuevo aviso.

El periodismo español no es que sea la panacea pero esas acusaciones e insultos ad hominen solamente son fruto de su soberbia y frustración consecuente. Debe pensar que todos los medios han imposibilitado su ascenso a los altares, al poder absoluto que deseaba más que azotar a una periodista, y por ello se la tiene jurada. No hay día que en su programa de ¿información? no ataque a unos y otros, cuando la realidad es que la mayoría le presta poca atención. De vez en cuando sacan alguna cosa (como El mundo ayer) pero es indirecta. Decir que Yolanda Díaz debería separarse de ÉL y toda la morralla que tiene detrás no es motivo para calificar a los periodistas de rameras babilónicas.

¿El periodismo tiene ideología? ¡Ay madre, que ha descubierto la rueda!

Quien no entienda que, desde los comienzos de la profesión, los distintos medios han tenido sus tendencias ideológicas, es que no ha entendido al propio ser humano. De siempre ha habido periódicos liberales, monárquicos, conservadores, socialistas, comunistas, católicos o mediopensionistas. Cada medio ha tenido su línea editorial como es lógico dentro un sistema competitivo. Si todos ofrecieran las mismas noticias, redactadas de forma similar y sin una visión poliédrica se estaría ante una carencia in-formativa. Que igual es lo que a ÉL le gustaría. Un líder, un partido, un periódico. Que le ataquen desde ciertos medios es normal, como puede serlo que le alaben desde otros. Claro que afirmar eso cuando se está a sueldo de una empresa mediática parece un poco extraño.

Se queja, desde hace poco, que La sexta, Eduardo Inda (con sólo citar el nombre cualquier persona con dos dedos de frente sabe que lo que diga es casi mentira. Con dos dedos de frente), El país y demás medios de derechas impidieron vencer al PSOE en la repetición de las elecciones en 2015. Una noticia inventada por las cloacas del PP en Interior, según ÉL, habría destruido sus opciones de ser la primera fuerza de izquierdas… porque lo dice ÉL. Ni los sondeos pre-invento, ni los sondeos post-invento alteraron realmente sus opciones. No iba a conseguir vencer al PSOE, ni consiguió convencer a los votantes de IU, ni nada de nada.

Carencia de vergüenza y ética

Lo curioso es que para aquella supuesta derrota buscaron otras excusas. Los prebostes de aquellos tiempos, antes de ser purgados y ajusticiados en plaza pública (redes sociales), culparon a Indra (el bulo estúpido que utilizan los que tienen menos de dos dedos), culparon a los mayores (incluso se plantearon quitarles el voto a partir de cierta edad), culparon a los medios, culparon a los votantes socialistas a los que calificaban de indigentes mentales (algo que siguen haciendo, cabe recordar), culparon, en definitiva, a todo el mundo menos a ellos mismos. ÉL y su cuadrilla no podían estar equivocados. No debieron pensar lo mismo los votantes de IU o ex-socialistas, curtidos en la verborrea de izquierdas y la tontería postmodenirta, que pasaron de votarles.

Igual por soberbia, igual por incapacidad analítica, igual porque tiene que pagar un casoplón. Permitan detener el camino aquí. Hace una semana los podemitas se quejaban que los medios no dijeran nada del “casoplón” que se ha comprado Alberto Núñez Feijóo junto a su esposa (ejecutiva de una empresa internacional) y dieran la barrila con la de ÉL. Para el grupo de los carentes habría que decir que Feijóo nunca ha dicho que se quedaría en su piso de toda la vida, o abandonaría su barrio. Algo que sí hizo ÉL. Prometió no irse de Vallecas, ni cambiar de casa, ni nada burgués, y en cuanto pudo se marchó a un casoplón de una urbanización en las postrimerías de la sierra de Guadarrama, donde habitan unos cuantos burgueses. Y con niñera a cargo de… Lo que se critica con el “casoplón” es la completa carencia de ética de ÉL, no la compra en sí.

Retomando el tema. Igual por soberbia o igual por resquemor personal, Iglesias está en una campaña contra los medios de comunicación que no le siguen el juego, imitando a alguien como Donald Trump. Los extremos (o ¿eran los extremeños?) se tocan más de lo que querrían admitir unos y otros. En general los periodistas escriben al dictado de la línea editorial de su medio. No mienten (salvo los de siempre) sino que buscan, en esa verdad más amplia, los matices que encajan con aquella. Y quienes escriben columnas de opinión no tienen por qué ser periodistas. Incluso hay profesores de universidad con currículos llenos de investigaciones y publicaciones relevantes en el ámbito académico. La verdad es que ÉL lleva muy mal las críticas. En general, parece que lleva mal la vida alrededor suyo.

Post Scriptum. Para las personas con carencias, quien esto escribe no es periodista y por ende no está haciendo una defensa corporativa.

Post Scriptum II. El libro del que ha tomado la cita de las putas es de Paco Ignacio Taibo II, La bicicleta de Leonardo, de la editorial Txapalata.

Chesterton y Tolkien transitaban por un mismo camino

Delicioso el ensayo que la editorial Nuevo Inicio ha tenido en gracia traducir al español. Alison Milbank, presbítero de la Iglesia de Inglaterra y profesora de Teología y Literatura de la Universidad de Nottingham, ha sabido conjugar los textos de dos gigantes de la literatura para confirmar la tesis que enunciaba al comienzo del prefacio: “Aspiro a demostrar que G. K. Chesterton ejerció una importante influencia tanto sobre las obras narrativas de Tolkien, cuanto sobre sus ideas acerca de lo que debe ser la crítica literaria respecto del género cuentista”. A fe que lo ha conseguido.

Pese al título del ensayo, La teología de Chesterton y Tolkien, los lectores no van a encontrar profundos y sesudos análisis teológicos. Si bien es cierto que G. K. Chesterton se adentró en los vericuetos de la religión católica (en su biografía de santo Tomás de Aquino y en Ortodoxia se centra en estos aspectos de manera abierta), J. R. R. Tolkien no tanto. Pese a reconocer este último que su obra El señor de los anillos era un texto católico en el fondo, los textos del escritor fantástico no son tan explícitos.

No ha sido la pretensión de Milbank el centrarse en los aspectos puramente teológicos sino que, primero, ha querido demostrar cómo Chesterton acabó ejerciendo una enorme influencia en Tolkien respecto al poso de sus escritos, más desde lo literario que de lo teológicos. Aunque, como pueden leer en el texto, sí hay una influencia religioso-teológica. Ambos entienden, y es un aspecto estético importante, lo artístico como una mediación. Como un elemento teológico en sí que abre los ojos humanos y se asoma a “la realidad de Dios” mediante el uso de lo ficticio y la fantasía. Lo que no deja de ser una práctica que permite al lector la intuición del ser.

Ambos autores llegarán, mediante esa práctica, discurrir por el mismo camino pero con carruajes diferentes. Mientras Chesterton acaba consiguiendo esa apertura al ser y a Dios mediante la devolución del lector a lo cotidiano, Tolkien lo logrará mediante la elevación a lo trascendente.

Frente al desencantamiento de la Modernidad ambos autores se revelan, de hecho, dice Milbank, refutan ese desencantamiento haciendo ver que la experiencia religiosa, que siempre se capta mediante en intelecto, produce (o puede producir) un reencantamiento del mundo. Pues, como se observa en Tolkien, lo fantástico permite acceder a lo real del mundo de los objetos, eliminando la apropiación que de ellos han hecho los seres humanos. Chesterton se servirá de lo paradójico para conseguir esa separación del factor alienante; Tolkien acudirá a lo grotesco, algo que le sirve para crear algo nuevo, desestabilizar la percepción y conseguir que la alteridad sea partícipe no antagonista.

El distributismo de Chesterton, apoyándose en los textos de santo Tomás de Aquino, tiene su reflejo en Tolkien. Como pueden aprender en el libro, La comarca es un buen ejemplo de ello (y si recuerdan el final de El señor de los anillos más) y es por ello que la economía feérica se apoya en el don y el trueque. También se encuentra en Tolkien un hecho que puede haber pasado desaparecido y que deriva su influencia del creador del padre Brown, considerar que el mal, lo malvado, no deja de ser una deficiencia del ser humano. Por ello sus personajes malvados son deformes o carentes.

Como bien dice Milbank, al final ambos autores lo que perseguían era un reencantamiento del mundo mediante lo creativo, buscando que los lectores encontrasen el valor y los recursos para prevenir su violación y su destrucción. Un magnífico ensayo que gustará por igual a los fans de cualquiera de los dos autores británicos. Para aquellos que ya hayan buscado las raíces católicas de Tolkien en otros textos, que los hay y buenos, tendrán una nueva forma de entenderle. Los chestertonianos descubrirán cómo ha influido en otro autor que, hasta el momento, parecía que sólo compartía el catolicismo y escribir libros. Y, como siempre, una edición muy cuidada y de calidad por parte de la editorial.

Nostalgia de futuro o cómo lo venidero genera muchas dudas

El ser humano está a muy pocos pasos de convertir en realidad el deseo de la Modernidad, “ser como dioses”. El avance tecnocientífico está llegando a la posibilidad de erradicar la muerte por vejez de nuestras vidas. Ser inmortales está a la vuelta de la esquina. O eso es al menos lo que nos cuentan los científicos y los pensadores que están detrás de las corrientes transhumanistas y posthumanistas. Ambas tienen una base común pero enfocan sus objetivos desde premisas un tanto diferentes. En breve, unos no tienen reparos en admitir con Fiodor Dostoievski aquello de “Si Dios no existe todo está permitido”; otros tienen algún reparo más.

El transhumanismo está pasando casi desapercibido entre la gran mayoría de la población, a la que tienen entretenida con gadgets electrónicos y con filosofías de la apariencia, pero en el ámbito del pensamiento, sin ser una cuestión de primer orden, sí hay un debate continuado desde que comenzaron, allá por los años 1970s, los primeros. Si el ser humano es capaz de llegar a la inmortalidad, vía tecnocientífica, ¿sería realmente humano? ¿Sería realmente deseable? ¿Sería generalizado? ¿Sería ético traspasar las líneas de la propia naturaleza?

De todo ello nos habla Roberto Esteban Duque en su libro Nostalgia de futuro (Ediciones Encuentro). El autor traza un resumen profundo y exhaustivo de lo que significa el transhumanismo. Muestra los no-límites de algunos autores y corrientes científicas y las reservas que tienen otros pensadores pero siempre encaminados a la revolución en el ser humano mismo. También confronta, desde la ética, las posibilidades de llegar y traspasar ese límite de lo humano para convertir al ser en algo diferente. Un cyborg o una máquina donde se ha conseguido incorporar el saber humano y que pueda actuar mediante algoritmos.

Como el autor hace en el texto ¿sería humano lo que saldría de ese avance tecnocientífico? Cabe, desde la racionalidad, dudar de su humanidad en sí. Carecería de la naturaleza humana para ser simplemente un engendro electrónico con apariencia de ser humano o ni eso. Otro de los problemas que no se han planteado los “flipados” del avance científico es si acabaría por realizarse una eugenesia positiva, sin descartar la negativa. O si ese avance técnico alcanzaría a toda la humanidad. La historia ha demostrado que algunos avances científicos sólo han sido aprovechados por quienes han podido pagárselos.

Éticamente la dignidad de la persona ¿en qué punto quedaría? Porque no se está hablando de avances médicos que vayan erradicando enfermedades, sino en procesos genéticos que provoquen directamente la inmortalidad –es evidente que la muerte por causas no naturales queda incontrolada–. En este sentido, y sin necesidad de recurrir a postulados religiosos –y eso que el escritor es sacerdote y doctor en Teología–, ¿es ético vivir para siempre y romper con la propia naturaleza? A todo el mundo le gustaría vivir cuanto más mejor pero tener conciencia de que se va a vivir para siempre y que solamente un accidente o la eutanasia-suicidio sean la salida ¿qué tipo de reacción provocaría en el ser humano? Y si al final ¿todo lo decidiera una máquina?

Todas estas preguntas, o parecidas, obtienen respuesta en el interesante ensayo del autor conquense. El abanico de posibilidades que abre el futuro transhumanista y/o posthumanista tienen en el texto una duda metódica que ayuda a comprender de qué se está hablando. Sin necesidad de recurrir a la doctrina de la Iglesia (que algunos tendrán ese perjuicio), ni a los Evangelios, el párroco de Villar de Olalla nos acaba introduciendo en la complejidad del debate ético y científico. Un poder humano que podría acabar con el propio ser humano o, cuando menos, con una gran parte de la humanidad, aquella que las élites que controlan el proceso puedan decidir que sobran. La ética debe dar la batalla y poner coto a ese “todo está permitido” del escritor ruso. Y el libro de Duque es un punto de partida.

República Dominicana baja el índice de hambre, según la FAO

Como resultado de las crisis internacionales se han agudizados problemas mundiales existentes antes de la pandemia y de la guerra de Ucrania. El costo de la vida se ha incrementado de tal manera que muchos no pueden suplir por sí solo los derechos fundamentales del ser humano: vivienda, salud, alimentación… esta última ocasionando el aumento de los niveles del hambre.

Según Marcela Villarreal, directora de la División de Alianzas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la República Dominicana es uno de los países que logró disminuir el índice de hambre, a pesar de haberse elevado a nivel mundial y en Latinoamérica.

De 8.3% en 2018 (periodo precrisis) a 6.7% en 2021 (periodo en crisis), ha sido el nivel de diminución que ha marcado el hambre en el país caribeño. Así lo indicó, también, Rodrigo Castañeda, representante de la FAO en la República Dominicana. Este hecho no se debe a cuestión de suerte, sino al trabajo persistente y dedicado que realizan las autoridades dominicanas en favor de combatir los efectos que significan dificultad para el pueblo dominicano en general. Esto lo corrobora Castañeda al atribuir este éxito a que, “Hay mayor disponibilidad de alimentos para la población, lo que corresponde a una buena gestión del Estado y de los sectores productivos, específicamente de los productores”.

A pesar de los resultados que marca la República Dominicana se debe seguir trabajando para lograr que estas cifras sigan descendiendo. Los retos siguen siendo fuertes, debido al clima de incertidumbre que se vive actualmente a nivel internacional, pero de igual manera existen herramientas que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que se encuentran en estado de vulnerabilidad ante esta situación.

Como método de seguir mejorando las cifras, la Villarreal manifestó: “Hay que darles apoyo en la preparación de la tierra, apoyo en la siembra, apoyo en maquinaria, apoyo del Banco Agrícola, apoyo para recuperarse del COVID, sobre todo a los agricultores familiares”. Estas son medidas que ha venido implementado el presidente Luis Abinader desde hace un tiempo, en consideración a las preocupaciones que había manifestado la FAO sobre la amenaza de hambruna.

En noviembre del 2021, el gobierno dominicano anunció el programa de arado gratuito de 700.000 tareas, que consistía en ayudar a preparar la tierra a los productores que no podían económicamente realizar este proceso. Esta medida del gobierno de Abinader representó un ahorro de 450 millones de pesos (8.001,422 dólares) a esos agricultores.

En mayo del presente año el presidente Luis Abinader dio a conocer el programa Siembra RD, fundamentado en la producción local de alimentos, plan que tenía como fin garantizar la seguridad alimenticia del país quisqueyano. Como herramienta para conseguir el objetivo anhelado se incluyó en ese momento una contribución inicial de 500 millones de pesos (8.890,469) a tasa de 6% anual mediante el Banco Agrícola para mejorar la ganadería de carne y sostener el subsidio a los fertilizantes por 1.275 millones de pesos (US$22,670,697).

Otro acto ya implementado en el país, que consiste en lo que manifestó Villarreal: la entrega que hizo el gobierno de Abinader, en noviembre del pasado año, de 235 unidades de maquinarias y equipos agrícolas al Ministerio de Agricultura con inversión de 415 millones de pesos (US$7,379,089).

Estas evidencias reflejan que el presidente Luis Abinader no se queda esperando que pase la tempestad para empezar a trabajar, sino que en medio de la turbulencia busca soluciones basadas en su conocimiento y tomando en cuenta las recomendaciones que se puedan convertir en soluciones.

Estas cifras y este trabajo de la Administración Abinader vienen impulsadas por un nuevo estilo de gobernar que está colocando a República Dominicana en una situación de ejemplo mundial de gestión. Ya en el mes de julio, la FAO indicó que los datos del país caribeño sólo podían ser explicados «por el paquete de medidas que el gobierno [de Luis Abinader] desplegó para la contención de las familias ante la pandemia, como la ampliación de cobertura del programa Supérate, aumento de la producción de los alimentos de la canasta básica, apoyo a la siembra directa, tasa cero y otras».  Esto supone «un logro significativo para el país ante la situación actual de crisis alimentaria mundial».

El esfuerzo que está haciendo la administración Abinader es ingente para que la crisis global no tenga un impacto directo en la ciudadanía y que el crecimiento económico sí tenga un efecto en el pueblo. Pero este es el nuevo modelo de gobierno que el presidente dominicano aplica que está basado en la máxima de que el Estado está al servicio de todos y cada uno de los ciudadanos dominicanos. No se puede permitir que los buenos datos macroeconómicos no tengan una traducción en el incremento del bienestar de la ciudadanía. Para eso está un presidente, no para trasladar la banda en actos vacíos de efectividad y plenos de populismo. Ese no es el estilo Abinader. No lo ha sido desde agosto de 2020 ni lo será en el futuro.  

Sentir los sacramentos más allá del ritual

Ha querido el destino que la reseña del libro del cardenal Robert Sarah se publique tras el fallecimiento de Benedicto XVI. No creyendo que el Espíritu Santo haya tenido algo que ver, sino que es producto de la mera casualidad –aunque vaya usted a saber–, el Catecismo de la vida espiritual, editado por Palabra, tiene cierto aroma ratzingeriano en algunos pasajes. Un libro en el que el cardenal guineano ha querido profundizar en los sacramentos de la fe católica. Un intento de explicar a católicos (y no católicos) el verdadero sentido espiritual de aquellos más allá del mero componente ritual. En suma, evitar el ritualismo vacío.

Nada más comenzar el texto Sarah pide que, para comprender, interiorizar y vivir la fe y sus sacramentos, los católicos deben acercarse al desierto. Que asuman la experiencia de la pobreza, la renuncia, la soledad y la lucha contra uno mismo y Satanás, de igual forma que Jesús hizo tras ser bautizado y cada vez que oraba. Se trata de intentar alcanzar una experiencia mística porque “únicamente un corazón inmenso y vacío como un desierto es capaz de acoger y albergar la Palabra de vida”. Hoy son muchas las alternativas a la introspección que se ofrecen desde los medios de comunicación o elementos tecnológicos para llenar los corazones y las almas de futilidades. El creyente debería quitarse de encima, dice el cardenal, el poder embaucador de ese progreso tecnológico que esclaviza, primero, y convierte en víctima, después, al ser humano.

En muchas ocasiones los fieles caen presos de las fauces amenazantes del progreso tecnológico y la ideología a él adosada, en buena medida por la carencias de los sacerdotes y los obispos. Cuando, prosigue Sarah, se pide el alimento del alma los clérigos de toda condición se dedican a los discursos sociopolíticos, los derechos postmodernos o cualquier otra novedad del mercado social. De ahí que entienda que este Catecismo sobre los sacramentos, aunque no solamente sobre ellos, hará mucho bien a laicos y seglares, pues hay que evitar que el catolicismo se convierta en una religión a la carta (guiño a Benedicto XVI). Bastante enfadado se encuentra el cardenal ya con que dentro del catolicismo se considere a la propia religión como una más, en igualdad, entre otras y no como aquella que realmente es poseedora de la Verdad.

Cada uno de los sacramentos (Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia y Reconciliación, Unción de los Enfermos, Orden Sagrado y Matrimonio) tiene su propio capítulo donde el cardenal Sarah va explicando el significado de cada uno desde el punto de vista de la espiritualidad. Hay muy poco del simbolismo ritual, salvo en la Eucaristía, como se verá, y mucho de lo que se debe enseñar a los católicos sobre el porqué de cada uno de ellos. Todos los sacramentos trascienden en realidad el ritual y necesitan de una reflexión e introspección profunda de cada uno.

Respecto a la Eucaristía sí hace alguna reflexión al propio rito, porque entiende el cardenal que se ha llevado demasiado lejos el pluralismo que propició el Concilio Vaticano II. Como otros teólogos, cree que se está perdiendo el sentido sacro de la presencia de Jesucristo en las misas. Existe demasiado espectáculo, demasiado ruido de la asamblea, demasiado gustarse de los oficiantes en algunas ocasiones y muy poca teología y enseñanza. Como afirma en el texto, la Palabra es fundamental: “En un mundo como el nuestro, que ha perdido todas sus referencias, la Palabra de Dios es una brújula que señala a nuestra existencia la buena dirección, es el dique capaz de frenar la decadencia moral y social”.

Insiste también en la necesidad de la Penitencia y la Reconciliación. Son ya muy pocos los fieles que se confiesan y menos aún los sacerdotes que están prestos a estar en el confesionario el tiempo que haga falta. Critica el cardenal que a los clérigos pareciese que les moleste este sacramento. Que necesiten estar a otras cosas de la parroquia o personales, cuando el sentido del pecado es fundamental, más en estas sociedades asentadas en las “estructuras del pecado”. “Reconciliarse con Dios no puede ser una actitud pasada de moda e inútil, sino un acto restaurador, recreador, regenerador”, afirma Sarah.

En el capítulo final el cardenal Sarah viene a hacer un resumen más enfocado en el contexto exterior a la Iglesia (aunque en el texto va ofreciendo algunas pinceladas en relación a los sacramentos). Se muestra triste por la pérdida de capacidad de la Iglesia de ser un elemento para la transmisión de los valores. En muchas ocasiones pareciera que es una ONG u organización filantrópica, cuando es mucho más pero no mucho menos. Esto es, ni puede quedarse solamente en los valores, ni puede ser sólo filantrópica, debe actuar en ambos sentidos, porque de quedarse en uno solo acabará atrapada en los salones de las élites de distinto pelaje. Más si esos valores son acordes a los manifestados por esas élites. La Fe debe ser expresada en toda su veracidad guste o no guste y se debe actuar, especialmente en favor de los pobres, se moleste o no.

“No recurramos a Cristo en apoyo de nuestras ideas personales o de nuestra postura política e ideológica, tratando el Evangelio como una recopilación de citas que respaldan nuestras tesis preferidas” expresa el cardenal. Tampoco adquirir esta o aquella virtud sino convertirse en alter Christus. El libro es una petición para que los católicos, todos, tengan una mayor vida espiritual en lo interior y lo exterior. Orar más. Actuar mejor. Librarse del yugo de una sociedad que acaba midiendo a las personas por lo que tienen antes que por lo que son. Un catecismo que seguramente sirva como camino a muchos católicos. Un libro para todo aquel que quiera entender los sacramentos. Un libro que ayudará a muchos sacerdotes cuando se encuentren atascados en sus meditaciones y sus sermones.

Luis Abinader, el economista oportuno en otros sectores

El desorden territorial es una de las causas que suman a los problemas que afectan en cierta medida a los pueblos. En las zonas urbanas por citar un caso, cuando no existe una coherencia y un control en las construcciones tienden a general caos tanto en el transporte, como en la contaminación ambiental, inclusive en ocasiones, en la vida recreativa a la intemperie.

En el ámbito rural, por ejemplo, puede significar un problema para la agricultura, la preservación de los recursos naturales que en ocasiones pueden ser deteriorados para dar paso a construcciones que solo pueden contribuir en lo económico, pero que pueden dejar a un lado la vida digna que merece toda población.

En la estructura territorial al igual que todo en la vida, se necesita de organización para lograr buenos resultados. El presidente Luis Abinader esto lo tiene claro, por eso ha promulgado en la República Dominicana la Ley núm. 368-22, de Ordenamiento Territorial, Uso de Suelos y Asentamientos Humanos.

Desde hace décadas en el país caribeño con relación a los asentamientos humanos, no existe una colocación planificada, a tal punto que en la actualidad todavía miles de personas viven en terrenos que no cuentan con títulos de propiedad, situación que el mandatario dominicano ha ido resolviendo, al proporcionarles sus referidos documentos.

La mencionada Ley busca terminar con esta práctica, ya que cuando los asentamientos se hacen de manera no organizada las consecuencias no siempre tienden a ser las mejores. Con relación a esto, la norma establecida determina que los asentamientos humanos solo podrán efectuarse en terrenos titulados, donde la pauta del uso del suelo lo apruebe. De no cumplir con lo establecido la Ley dota de autoridad a los gobiernos municipales de poder castigar el incumplimiento.

Este principio al igual que otros, ante su aplicación y la obtención de efectos, necesita tiempo. Toda transformación verdadera conlleva consigo una línea temporal. Unos que otros ofrecen resultados a corto plazo, pero otros necesitan de periodos más extensos.

En este caso por ejemplo no representa resultados de la noche a la mañana, ya que, no es cuestión de magia y quien diga todo lo contrario se basa en el populismo. Se necesita de análisis, planificación y ejecución. Lo que si es cierto es que el paso que ha dado el mandatario dominicano constituye un éxito para el futuro de la Republica Dominicana. Esta acción demuestra el compromiso de Abinader con su pueblo, ya que desde el 2010 estaba pendiente de que se cumpla esta Ley, según un mandato del artículo 194 de la Constitución de la República.

Este estatuto representa una diversidad de beneficios que sin duda aportarán con la obtención de objetivos para el progreso del país en distintas áreas. “Esta disposición normativa regula el uso de suelo y crea las herramientas jurídico-administrativas para la formulación de planes de ordenamiento territorial a nivel nacional, regional y municipal, los cuales deberán ir cónsonos con intereses medioambientales, culturales y de desarrollo sostenible”.

¡Así se hace patria!