El lunes, su hija Almudena ofrecía la noticia de la muerte de su padre, don Dalmacio Negro. Sí, con el Don delante como muestra de distinción y respeto de todas aquellas personas que han sabido valorar a la persona y su pensamiento. Fallecido el día de su cumpleaños, justo al cumplir los 93, deja tras de sí un legado que, esperemos, no se desaparezca como tiende esta época a hacer con todo aquello que puede resultar molesto.
Don Dalmacio fue profesor mío durante la licenciatura de Ciencias Políticas. Yo no fui alumno suyo en sentido estricto porque la verdad es que me colaba en sus clases para aprender algo. Aquella mastodóntica asignatura de Historia de las Ideas y de las Formas Políticas (desde los griegos hasta casi aquellos días de las años 1990s) necesitaba de un profesor de categoría, no un simple cuenta historias, sino alguien que no solo ofreciese una clase magistral sino que supiese enlazar las ideas con las formas y al contrario. Y me colaba porque aprendía más con él que con el profesor que tenía asignado y que era de esos de tener que ir con libro a clase (sus libros concretamente) para aprobar. Y como no caí en la carrera por tener malas notas sino con la conciencia de querer hacerla preferí entender la asignatura antes que darle dinero a un señor.
Todo un curso anual allí, tomando apuntes (lástima se perdiesen en una inundación) y aprendiendo mucho, muchísimo. De hecho, el poco o gran conocimiento que poseo de John Stuart Mill se lo debo a don Dalmacio. Que hoy parece ser conocido por otras cuestiones, no menos importantes, pero posiblemente haya sido el profesor-pensador español que mejor haya conocido al ensayista y político británico (junto a Carlos Mellizo). Si quieren disfrutar lean la introducción del libro Del gobierno representativo (Tecnos) del profesor Negro.
Posteriormente, al pasar de curso, el contacto fue más esporádico. Casi siempre por culpa de su amigo Antonio García-Trevijano con el que compartía su desagrado por el Estado de partidos y que nos permitió algunos debates muy sustanciales. Paradójicamente, en aquellos años quienes más atención prestábamos al catedrático éramos una asociación híbrida de gentes provenientes de distintos lugares políticos, con espíritu republicano, y que tenía controlada a la muchachada que luego sería el germen aupador de Podemos (no los podemitas en sí, que ni estaban, ni se les esperaba).
Cuando inicié los cursos de doctorado no pude inscribirme en su curso, pese a que mi tesis y especialidad versaba sobre teoría y formas políticas, por aquellas cosas de peleas entre departamentos. En realidad culpa del director del mío y del director del suyo. Pero sí le pude pedir algún tipo de consejo para trabajar la parte teórica de mi trabajo doctoral. Siempre me dijo que leyese de todo y que aprendiese a entrever las relaciones que existían entre unas cosas y otras. Sin llegar al relativismo, sí incidía en que ningún pensador estaba en posesión de la verdad absoluta y que esos intentos de absolutismo idealista acababan mal, con muertes.
Luego el tiempo y los distintos vericuetos de la vida nos separaron, aunque guardaba buen recuerdo de él (realmente de aquellos años universitarios son pocos los profesores con los que me quedo), hasta que vi que había acabado en el CEU impartiendo clases y algún tipo de seminario. Fue gracias a Manuel Oriol, editor de Ediciones Encuentro, que pude volver a hablar con el viejo profesor (a causa de su longevidad ese apelativo cariñoso le ha perseguido décadas) a raíz de su libro La ley de hierro de la oligarquía, obra de la cual hice una reseña en una de esas revistas de pensamiento que duran tres números.
Luego he podido leerle en los distintos medios donde le dejaban escribir, que no eran tantos, igual por su actitud un tanto esotérica (que diría Ricardo Calleja), esto es, no quiso realmente dejar un legado del tipo “la escuela de los negristas”, igual por sus duras críticas a la realidad actual. Esas críticas que tanto molestan a algunos que se dicen de derechas. Liberal antiguo —si quieren saber qué significa el adjetivo, lean los textos diversos del profesor—, luchador implacable contra el Estado Minotauro —aquí siempre hemos divergido respecto a la naturaleza y la posibilidad de derrumbe del mismo, aunque coincidíamos en los efectos terribles—, defensor de la libertad y apasionado defensor del cristianismo como elemento fundamental de lo que significa Europa —sin negar el laicismo debido mediante la libertad de pensamiento y culto, las cuales solo pueden salvarse gracias al cristianismo (como defendió con ahínco el papa Ratzinger)—.
Paradójicamente donde menos tiempo ha estado ejerciendo la labor profesoral —ese camino socrático de enseñar a pensar y no la docencia de los «pedagogos coñazo»—, el CEU, es de donde más personas han salido a reconocerle los méritos como el gran pensador que ha sido y, esperemos, siga siendo. Muy influenciado por los viejos profesores de la facultad de Políticas, su pensamiento es verdaderamente poliédrico. No se puede decir que sea de esta o aquella escuela sino que en sus textos se podían encontrar pinceladas de toda esa historia de las Ideas de la que fue catedrático, incluso algunos pensadores “izquierdistas”.
La contrarrevolución que para él fue la Revolución Francesa no le llevó a adjurar de la modernidad sino a interpelarla con sus mismas armas. Siempre a la vanguardia de lo nuevo —nunca fue el docente que tiene los folios amarillentos sino que leía y leía y leía casi todo lo que caía en sus manos—, tuvo en la «forma Estado» su mayor contrincante, pues al final era el elemento sagrado de la modernidad —siempre me acuerdo con una sonrisa cuando advertía sobre aquellos que querían extender el Estado hacia atrás en el tiempo, él prefería hablar de repúblicas—, el cual era utilizado para domeñar las mentes y las almas —la construcción del Hombre nuevo (otro lugar donde discrepábamos no por la construcción sino por quiénes)—. Un elemento estructural que, además, estaba vaciando los bolsillos de los ciudadanos-contribuyentes. Y no porque rechazara en sí la sanidad o la educación públicas, sino por otros motivos más que patentes.
Ahora ya no está el profesor y supongo que, tarde, habrá que hacerle algún tipo de homenaje, pero no habría mayor homenaje que algunos de sus libros se reeditasen —pienso en Historia de las formas del Estado de El buey mudo— y otros tuviesen mejor distribución (Encuentro ha reeditado este año La ley de hierro de la oligarquía). Hoy no cabe más que enviar, desde la distancia física, un fuerte abrazo a mi querida (hoy alcaldesa) Almudena Negro y a todos los demás familiares y amigos. Aquí un alumno al que no pudo examinar, pero en el que dejó una huella intelectual enorme —leo muchas veces por encima de mis posibilidades—. Dios le guarde en su ser.
Enrique García-Máiquez, quien por esos azares de la vida nació en Murcia pero es muy del Puerto de Santa María, es posiblemente uno de los pocos intelectuales totales. Esto es, le hace a todos los palos literarios (poesía, ensayo, columnismo…), un poco como su admirado Chesterton, con calidad suficiente para atrapar a los lectores, todo ello sin tener que abjurar de su catolicismo en pos de tres o cuatro lectores más que no se sientan ofendidos. Teníamos pendiente esta entrevista tras la publicación de su libro Ejecutoria (CEU Ediciones), con el que logró el primer premio de ensayo Sapientia cordis, pero lo fuimos dejando, lo fuimos dejando hasta que nos ha venido muy bien tenerla preparada para una fecha tan señalada como el 25 de diciembre, Navidad. Al final hemos acabado hablando de lo humano y lo divino en la proporción justa.
D16.- Don Enrique, un honor tenerle en estas páginas para hablar de lo divino y lo humano, aunque ambas cosas estén mal vistas.
EGM.- Por eso es un honor, no por mí, sino por hablar contra viento y marea de cosas que están mal vistas. Sir Tomás Moro advertía: «Si el honor trajese cuenta, todo el mundo sería honorable». Mantenerse en lo mal visto, si es bueno, exige una osadía. Gracias por atreverse.
D16.- Sin más preámbulos, ya que es cosa de poca hidalguía el exceso de lisonjas y en referencia a su libro Ejecutoria, ¿dónde están las élites de las virtudes, los hijos de algo, las cuales parecen haber desaparecido de la escena pública? Esa poca aristocracia de Anatole France.
EGM.- Está todo tan espeso y tupido que hay que dar mandobles a diestro y siniestro. Por un lado, empecemos confesando nuestra culpa: nos exigimos mucho menos que antes. Recuerdo siempre un chiste que tiene gracia, aunque sea maldita la gracia que tiene: «Ahora la clase trabajadora no tiene trabajo, la clase media no tiene medios y la clase alta no tiene clase». Tener o no tener clase, al menos, depende de uno mismo, y no deberíamos abandonarnos así como así.
Por el otro lado de los mandobles, la sociedad se descarta de las personas más valiosas. Las organizaciones prefieren al maleable (en ambos sentidos), al conformista, al sumiso, al pelota o, directamente, al corruptible. Nunca al que tiene un criterio propio y es capaz de marcarse una objeción de conciencia a la primera de cambio. El resultado es un sistema social, económico y político refractario a la hidalguía. Se pueden enfrentar ambos problemas de un tajo de doble filo: la primera exigencia que uno tiene que hacerse es valorar en los demás las virtudes y la gallardía. Admirar sin miramientos es subversivo y aristocrático.
D16.- Me ha gustado una frase del libro sobre la defensa del «deber caballeresco de decir lo que se ve y se piensa». ¿No cree usted que la visión y el pensamiento están hoy bastante limitados por las estructuras ideológicas y de poder?
EGM.- Lo creo. Stendhal decía: «Cuando miento me aburro» y se le entiende porque nada es más apasionante que decir la verdad. Hay, como usted dice, que pensarla; después, que verla por entre tantas estructuras opacas y refractarias; luego, hay que atreverse a mentarla; a renglón seguido, hay que encontrar quien te la oiga, para lo que también hace falta valor; y entonces no se ha terminado: hay que «sostenella y no enmendalla»… Toda una aventura.
D16.- La cualidad del hidalgo siempre fue, a lo largo de los siglos, la libertad, además de otras virtudes. ¿No le parece paradójico que en los tiempos del progreso haya menos libertad y menos inteligencia que antes?
EGM.- La libertad para quien se la trabaja. El progreso nos ha vendido que él nos la regala, pero nada es gratis, y mucho menos la libertad. Por eso la hay menos cuanto más la publicitan. Más ardua es otra paradoja: la de la inteligencia. El alimento de la inteligencia es la verdad. El relativismo deja a la inteligencia peor que en los huesos: la convierte en un fantasma.
D16.- Como hoy es el día de Navidad me gustaría interpelarle por otra de sus obras Gracia de Cristo (Ediciones Monóculo). Sin duda Jesús debió nacer berreando, como es normal en un bebé, pero siempre tuvo una sonrisa para quien lo necesitaba. Hoy cuando quieren que no tengamos Navidad sino fiestas ¿cuál sería la actitud de Cristo?
EGM.- ¡Qué casualidad! Todos los años, siguiendo una tradición medieval aún viva entre los poetas españoles, escribo un villancico para felicitar la Navidad a mis amigos. El de este año se titula justamente: «El Niño explica su llanto», y reza así: «Los nueve meses que estuve/ en el vientre de María/ en una nube vivía/ y vivía en una nube./ Aun así no me entretuve/ y pasé —muy puntual—/ de aquel Palacio a un portal/ y de la Reina a un pesebre./ Normal que mi voz se quiebre./ Si lloro un poco es normal».
Explicado lo de nacer berreando, vayamos con la sonrisa, que sí que tuvo. El Evangelio está lleno de giros y situaciones que sólo se explican a la luz de esa gracia que Él pasó derramando por estos sotos con presura. Sólo que de tanto leerlo y oírlo, nos la perdemos. Mi libro trata de recuperarla. Sobre las dichosas «felices fiestas», creo que a Cristo, al que indudablemente le encantaban las fiestas, especialmente las bodas y las cenas de amigos, le fastidiaría que las fiestas felices se limitasen por antonomasia a las de Navidad. «Felices fiestas, siempre», diría Él, «pero concretando en cada caso para mayor gozo y encarnadura. En Navidad, ¡feliz Navidad!».
D16.- El cristianismo parece perseguido en occidente; el buenismo o el Imperio del Bien, que diría Muray, ocupa todo con su manto de totalitarismo moral que deja poco espacio al libre albedrío divino. Siendo excesiva la petición, usted que ha estudiado bien la figura del “hijo del hombre”, ¿cómo entiende que pudiera ser su discurso hoy?
EGM.- El Imperio del Bien deja poco espacio al libre albedrío divino y menos, si cabe, al libre albedrío humano. El buenismo es malísimo. El discurso del «hijo del hombre» hoy sería (¡es!) el mismo de siempre: «Mis palabras no pasarán». Por eso, tanto como de los perseguidores hay que prevenirse de los intérpretes y de los actualizadores. Hablando de buenismo, cuánta más azúcar echen, peor. Lo de Cristo es la sal, que no se vuelve sosa.
D16.- Su nivel de actividad impresiona. Un día puede estar presentando Ejecutoria en familia, otro charlando sobre Chesterton, de repente una conferencia sobre Tolkien, sin esperarlo alabanzas a un poeta olvidado, más todos los artículos en medios de comunicación o para Ubi Sunt, ¿cuándo descansa su mente?, ¿tiene tiempo para el recogimiento?
EGM.- Iba envaneciéndome de mí mismo oyendo sus palabras, hasta su pregunta final. Tenía preparada mi respuesta oronda con una cita letraherida de Juan Ramón Jiménez que me vale de norma vital: «¡Qué pereza… de dejar de trabajar!». Pero su pellizco final no me lo esperaba, y es el que necesitaba y se lo agradezco en el alma. Me servirá de propósito para el año nuevo. Hay que guardar el tiempo para el recogimiento como oro en paño. Como dijo (¡dice!) Jesús: «Una sola cosa es importante, María ha escogido la mejor parte y no le será arrebatada». ¡Oído cocina!
D16.- La puesta en guardia contra el pecado proviene de la puesta en guardia de los dones divinos: su abandono a nuestro cuidado, ¡Y cuidado con lo que hacemos con ellos! Por eso san Luis, en su testamento, dirigió a su hijo esta advertencia tan bíblica: «Es un pecado muy grande guerrear contra Nuestro Señor con sus dones».
EGM.- Qué maravilla. No conocía esa joya testamentaria de san Luis. Es el segundo regalo que me hace usted en esta tarde. Dios, como insiste Rémi Brague, deja en nuestras manos algo tan excitante y peligroso como nuestro destino. Eso es la libertad. Y es el primer don que tenemos que poner –de vuelta, libremente– a su servicio.
D16.- Ya que hemos hablado de Chesterton, autor por el que compartimos cariño, ¿cree que hoy en día se entenderían sus artículos?
EGM.- Contra todo pronóstico, es un autor al que hoy se lee con fervor y al que se reedita como si no hubiese mañana. Más allá de que sus artículos de opinión tengan demasiadas referencias a la actualidad de entonces, tal vez la mayor dificultad es que son largos y están llenos de digresiones, cuando hoy nos los piden siempre más cortos y muy ceñidos a un tema. Con todo, yo creo que Chesterton tenía razón: si leerle es una gozada, por qué acortar. Y las digresiones son la prueba de que todo está conectado con todo y de que el universo es una fiesta. En resumen, hoy se lee mucho a Chesterton, pero todo Chesterton es poco.
D16.- Me hizo gracia su respuesta a una mujer que se quejaba sobre las etiquetas que se ponen tan fácilmente como tradicionalista, conservador, reaccionario, etc. (yo añadiría marxista) ¿no cree que es muy cansino ese gusto por etiquetar todo cuando los seres humanos somos completamente inteligibles, que diría san Agustín? Son tantos los manantiales, arroyos, ríos y lluvias que conforman al ser humano que ¿tiene algún sentido etiquetar?
EGM.- Las etiquetas son divertidas y prácticas, mientras que no sean, como suelen, una estrella amarilla en el pecho, quiero decir, cuando no conlleven expulsar a nadie del debate público por pensar lo suyo. En aquella ocasión, ante quién se preguntaba con algo de coquetería de la pequeña diferencia si era tradicionalista, conservador o reaccionario, le dije que no se preocupase, que todo estaba bien. Con el marxismo, como con el fascismo, con perdón, tengo más dificultades, se las confieso. Los totalitarismos no me terminan de dejar totalmente tranquilo. Lo que no quita que a quien se considera marxista o, con perdón, fascista se le puedan salvar intuiciones, sensibilidades e incluso propuestas, además de la buena fe, espigándolas de su cosmovisión errónea.
D16.- En este mundo globalizado aperitivos como el Aperol y otros por el estilo se establecen como moda, pero ¿existe alguna bebida que pueda derrotar al Jerez como aperitivo?
EGM.- Ja, ja, ja. Fíjese si soy poco totalitario que ni me empeño en que todo el mundo beba palo cortado. En el Marco de Jerez, para señalar que alguien ha bebido lo suyo, se dice: «Lo de ése no se lo han bebido los ingleses». Ya se sabe que los ingleses nos han comprado, desde los tiempos de Chaucer y de Shakespeare, Dios los bendiga, todo el jerez que pueden. Yo lo mío trato de que no vaya a parar a la Pérfida Albión y, ahora que me los menciona, trataré de beberme también el jerez que generosamente dejan los del Aperol. Por cierto, ¿qué demonios es el Aperol?
D16.- Para finalizar, y no cansar a los lectores, me gustaría que mandase un mensaje positivo a todos los católicos (y a los que no también) en el día de mayor alegría.
EGM.- Un tic de buen lector es que siempre me doy por aludido. ¿Piensa que he podido cansar a sus lectores? Nada me espantaría más: mi madre nos añadió un undécimo mandamiento a las Tablas de la Ley: «No molestar». Discúlpenme, por favor. Prometo aprender del Niño. Era el Verbo, pero apenas dejo unas frases, aunque se podrían haber llenado libros enteros, como dijo san Juan, poniéndonos los dientes largos. Nos quedamos con ganas de más, que es como hay que quedarse. Y en la Navidad, el día de la mayor alegría, no dijo nada el Verbo, sino que se hizo carne y tal vez, como decía usted, lloró un poquito. Se sea o no cristiano, la idea de un Dios Omnipotente hecho niño es para volverse loco (de la mayor alegría).
Muchas personas estaban encantadas, durante los días posteriores a la Dana, porque el mininistroÓscar Puente iba informando de todo lo que se iba ejecutando desde su ministerio. Le elevaron a los altares de la política por una simple y sencilla política de comunicación, la cual más que favorecerle a él, desmerece a los demás que no hacen algo similar… pudiendo. Nada había de maravilloso en ello y bien que lo ha aprovechado para darse publicidad. Cosa de políticos en la que no merece la pena entrar. El problema es que eso es simplemente una máscara, en cuanto ya no había obras ha vuelto al redil del sanchismo.
Hablando de sanchismo, Puente, en entrevista en televisión —que es lo que interesa en este artículo y no sus fanfarronadas—, afirmó sin ruborizarse que eso del sanchismo era poco menos que una invención y que de existir el sanchismo había llevado al PSOE la devolución de la soberanía a los militantes. Si usted no sigue la vida política salvo los casos de corrupción o las estupideces que suelen decir los hunos y los hotros, le habrá parecido algo sin importancia, pero no, tiene bastante importancia, más de la que piensan, porque sobre la mentira de la «devolución de la soberanía a los militantes» se ha construido todo aquello que define mejor al sanchismo como falsa ideología: negar la realidad de todas las formas posibles.
Puente miente, bien por desconocimiento del significado del concepto de soberanía, bien porque su mente ya prefabrica las mentiras como verdades, bien porque es mentiroso. Habiendo estudiado Derecho es de suponer que en Filosofía del Derecho, Derecho Natural o Derecho Constitucional le explicasen el significado de soberanía. Para Giorgio Agamben es aquel que tiene la capacidad de proclamar el estado de excepción, algo que valdría para el interior del PSOE, el cual parece vivir en un constante estado de excepción. Pero esto sería exagerar un poco pese a los rasgos totalitarios que muestran. Así, en general y de forma simplista, la soberanía sería el poder de decidir sobre los asuntos de la propia organización.
Desarticular las contrapesos de poder
¿Qué soberanía se ha devuelto a la militancia? ¿Antes no podían decidir? En realidad, como verán, antes podían decidir mucho más que bajo la égida sanchista. El más claro ejemplo de no devolución de la soberanía es la proclamación, porque no ha existido elección, de Óscar López como secretario general del PSOE-M. ¿Quién le ha votado? Nadie. Y salvo que Nadie sea un personaje de la Odisea, no es un ente, no hay ser en ese nadie. La gran mentira con la que llegaron al poder es esa devolución de soberanía que articularon falsamente bajando los porcentajes de los avales para las posibles campañas a las secretarías generales y/o candidaturas a instituciones públicas. Lo hicieron así para ver si tenían suerte y se llevaban por delante a los barones socialistas que consideraban molestos. Al no conseguirlo, se han vuelto a subir los porcentajes.
Pero la gran jugada fue vaciar de contenido el Comité Federal —que es como el congreso y el senado frente a la ejecutiva—. Todavía hay militantes que están esperando poder votar ese tercio que iba a ser elegido directamente por la militancia. Una más de las mentiras del sanchismo y que quedó olvidado. El Comité Federal ahora mismo es una especie de concurso televisivo donde los participantes pelean por ver quién aplaude más y con más fuerza. Ni hay debate, ni tiene capacidad de modificar listas, programas u otras veleidades de la ejecutiva, ni puede cesar al secretario general —esto es lo que más preocupaba a Pedro Sánchez—. Es mero ornamento decorativo ad maiorem gloriam Petri.
Mejor que no votes, no vaya a ser que te equivoques
¿Listas? Según el reglamento de la Ejecutiva pueden hacer y deshacer sin tener que dar explicaciones a nadie. Los militantes ni las votan. De hecho, durante el proceso del último congreso, tras la eliminación de los congresillos previos, en algunas provincias ni se han votado las listas de delegados. No hacía falta porque solo se podían presentar quienes aquellas personas que entregasen avales. Y no, la supresión de los congresillos previos no ha sido para dinamizar y ahorrar gastos, sino para evitar confabulaciones de militantes. Porque antes cualquier grupo de militantes podía presentar su lista alternativa sin necesidad de avales, ni nada. Imaginen esas provincias castellanas, tan grandes en extensión, para conseguir avales en agrupaciones que permanecen cerradas, eso cuando hay agrupaciones, porque la Ejecutiva Federal ha decidido cerrar todas aquellas que le apetecía.
Han devuelto la soberanía de no elegir, de no poder presentarse, de no poder ser candidato… Igual el concepto de soberanía que utiliza Puente es completamente distinto o miente con toda la cara dura del mundo. Desde que el sanchismo se hizo con el poder del PSOE ha sufrido una impresionante merma de democracia interna. Que no vendan motos sin motor y sin ruedas. Antes cualquiera se podía presentar frente a, por ejemplo, Felipe González. Hoy nadie se puede presentar salvo mediante un costoso e imposible proceso de recogida de avales. Pues si alguien intentase presentarse, los tiempos para la recogida de avales es tan corto que hace físicamente imposible la consecución del objetivo, salvo que se tenga al aparato (o parte) detrás.
Mienten por norma porque han llegado a asimilar las mentiras como verdades absolutas. El sanchismo es la negación total de la verdad y de la realidad. Todo son campañas orquestadas contra los pobres sanchistas que tan buen trabajo hacen. Cierto que en los demás partidos la dictadura es tan clara como en el PSOE sanchista, pero estos jetas se han llevad la tradición democrática del PSOE por delante. Como solo quieren pagacuotas y palmeros, han destruido la única democracia interna que quedaba en todos los partidos españoles, son tan totalitarios como los demás. Esta por ver si tan corruptos. Y tienen la cara de decir que han devuelto la soberanía a los militantes…
No ha sido un año de ensayos de esos que cualquier ser humano mínimamente atraído por la cultura deba leer, en cambio sí ha habido muchos libros de historia (no divulgación de la que no sabe diferenciar linaje de dinastías) y algunas biografías interesantes (alguna tomadura de pelo también pero no es el día para eso ¿verdad Joakim Graff?). Aquí están las que se han destacado en redes sociales donde hay completa libertad para expresar las verdaderas preferencias.
Ensayos
Enrique García Máiquez. Ejecutoria. CEU Ediciones.
«Bernardo de Claraval honraba más al valioso que al linajudo. En el mito caballeresco por excelencia, el ciclo artúrico, la espada espera clavada en la piedra al que sea capaz de sacarla y alzarla en virtud de su virtud. Un chico de borrosos orígenes que funge de escudero o de sirviente logra extraerla: se llamaba Arturo. Hay una espada para cada persona, lo mismo que cada cual tiene su propio corazón de piedra del que ha de desenvainarla. Saquemos de la piedra que somos la espada que seremos».
Javier Aranguren. ¿Qué es ser humano? Rialp.
Para algunos el ser humano es una especie más entre tantas otras. Reducido a la condición de animal, evolucionado cuando no máximamente dañino, sólo sería otro eslabón en el proceso evolutivo, sin trascendencia. Defender su superioridad sería caer en especismo, un modo insidioso de creerse superior. La moral, la dignidad, solo serían superestructuras culturales, ficciones.
Para otros lo despreciable es justamente la condición biológica. El ser humano sería un ‘yo’ interior que se sirve de un cuerpo, ajeno a su verdadero ser, que debe encontrarse libre de cualquier condicionamiento natural mientras decide quién quiere ser. Los humanos son inventos de la decisión humana: cultura, no naturaleza.
En este ensayo, fruto de casi treinta años de docencia, el autor tiende puentes entre ambas doctrinas proponiendo un punto medio –la naturaleza cultivada, la artificialidad natural, la excentricidad– que explique qué es ser un ser humano.
Alicia Delibes Liniers. El suicidio de Occidente. Ediciones Encuentro.
Desde hace unos años, está cada vez más a la vista que nuestros niños salen de las escuelas con graves deficiencias en comprensión lectora, muchos razonan sin discernimiento y pasan de curso sin haber aprobado. Se les nota aburridos y sin rumbo, buscando sentido en un sistema que dice que la educación de las emociones lo es todo. ¿Qué ha pasado para que los sistemas educativos de los países occidentales, y España con ellos, estén inmersos en el creciente desprecio a la transmisión de los conocimientos en las aulas de sus escuelas e institutos?
Alicia Delibes, que conoce como pocos la educación desde la práctica y la gestión política con la experiencia acumulada de más de cincuenta años dedicada a la enseñanza, repasa en El suicidio de Occidente todos los pensadores y las teorías que, en los últimos 250 años, se han dedicado a la educación en Occidente. Explica cómo y quién controla las «líneas de suministro» de los futuros ciudadanos y cuál es la historia y el presente del plan que pretende neutralizar la base de nuestra civilización. Este libro ofrece una imagen clara de cómo poco a poco sucedió la decadencia de la educación occidental —desde Francia hasta los EE.UU., pasando por España; desde personajes como Rousseau hasta el wokismo y la Ley Celaá—, con la esperanza de que los padres, profesores y personas interesadas en la educación entiendan de dónde viene esta crisis y la puedan detectar y afrontar lo antes posible.
Diego Fusaro. Releyendo a Marx y Heidegger. Editorial EAS.
En este libro de Diego Fusaro se cruzan dos hebras. Cada una surge y se hilvana por medio de una nación, es decir, una procedencia. La palabra nación viene de nacer, y todo pensamiento, al igual que toda persona, procede de un vientre y de una madre. La primera fuente ventral es Alemania. De la lengua, la nación y la filosofía alemanas proceden Marx y Heidegger. Hay otro manantial, vientre de pensamientos, que es Italia. Con sumo gusto podemos leer en español este par de hebras tan entrecruzadas, surgidas de dos naciones europeas, basilares, ambas muy recias en materia filosófica. La densidad germana y la ágil lucidez latina maridan bien. El idealismo alemán -tanto como el italiano- fueron capaces de construir teorías de la realidad en la cual ésta no es un monolito, una losa fatal que aplasta al hombre, sino la humanidad misma viviente, desplegada, que con esfuerzo supera obstáculo y reconfigura el ser.
Federico Rumpini. El suicidio occidental. Ladera Norte.
Por primera vez, es el propio imperio el que contribuye a su colapso. La reescritura de la historia, la corrección política y un antirracismo radical y revanchista, defendidos por el establishment cultural y económico, niegan los valores occidentales y defienden que sólo tenemos pecados que expiar. El ecologismo extremo, religión neopagana de nuestro tiempo, demoniza el progreso económico. Aquellos que no cumplen los nuevos preceptos son cancelados. Los jóvenes, esclavizados por las redes sociales, son manipulados. La alianza entre el capitalismo financiero y las grandes compañías tecnológicas propugna una globalización contra los trabajadores y la clase media. Ya no existen injusticias económicas. Sólo «un planeta que salvar» y un mosaico de identidades que exigen reparaciones.
A todo ello se une la proliferación de noticias falsas, una burocracia elefantiásica que paraliza cualquier iniciativa y un conglomerado de intereses que se resiste al repliegue de Estados Unidos, deseable en muchos sentidos, pero que dejaría desprotegida a una Europa que pretende ser «herbívora».
A los europeos nos cuesta todavía entender todos los excesos que están a la orden del día en Estados Unidos, pese a que el contagio del Viejo Continente ya ha comenzado. Ante este panorama, El suicidio occidental es una advertencia y una voz de alarma.
Luciano Canfora. El fascismo nunca ha estado muerto. Bauplan.
Cada cierto tiempo, reaparece la teoría de que el fascismo se extinguió en 1945. Sin embargo, algunos movimientos que se han venido sucediendo desde entonces y las noticias que escuchamos a diario deberían ser más que suficientes para convencernos de la vacuidad de esta suposición. Al fin y al cabo, las principales fuerzas políticas del siglo XX, ya sea a la izquierda o a la derecha, bajo las mismas o nuevas siglas, continúan vivas. La partida, pues, sigue abierta.
Canfora traza la historia contemporánea del fascismo, obteniendo una definición operativa del mismo que le permite, a su vez, exponer las concomitancias del fenómeno fascista prebélico y el posfascismo actual, el latente y el manifiesto.
Solemos pensar en el fascismo como una suerte de reacción antimoderna, contraria a los valores de la Ilustración, al modo que lo expuso Umberto Eco bajo el concepto de ur-fascismo, si bien Canfora, fiel a la lección de Gramsci, lo presenta como el mal endémico de la sociedad de masas, el virus arraigado en la historia moderna de Occidente. Su origen determina su esencia: el supremacismo racial subyacente al colonialismo. Hoy prospera en las sociedades debilitadas por la globalización y aspira incluso a la hegemonía cultural.
Christophe Guilluy. Los desposeídos. Katz.
Las inmensas transformaciones en curso en nuestras sociedades no solo producen una desigualdad cada vez mayor de ingresos y patrimonios sino que alteran la identidad misma de los actores sociales. Ya no se trata de propietarios más ricos y trabajadores más pobres, sino de grupos enteros que ven reconfigurada su identidad en términos tanto objetivos como subjetivos. El grupo mayoritario, siempre en aumento, es el de los desposeídos: los que sufren la distancia geográfica, política y cultural respecto de sus sitios de trabajo, de los servicios públicos, de los bienes simbólicos y materiales. Los desposeídos son aquellos marcados por la precariedad y la exclusión, los que no tienen nada. El surgimiento de esta clase social ha puesto en entredicho la lógica misma del conflicto político. Desconectadas y distanciadas, las dos clases antagónicas ya no luchan: hoy lo que asegura el orden social es el distanciamiento con respecto al otro. En esta sociedad, que no es una sola, las clases populares no son los enemigos sino los olvidados. Es por esto, además, que sus malestares son ilegibles para las élites; así y todo, señala Guilluy, los desposeídos están en el origen de todas las protestas actuales. En este libro excepcionalmente lúcido y potente, el ensayista francés expone sin ambages el filo más amargo de la realidad contemporánea.
Pascal Bruckner. Vivir en zapatillas. Siruela.
Un texto lúcido y provocador sobre nuestro papel en un mundo en el que casi todo nos puede ser entregado a domicilio, y que traza con agudeza la arqueología de una nueva mentalidad de repliegue y renuncia.El declive y el catastrofismo permean las sociedades occidentales. Desde principios de siglo una serie de acontecimientos, tales como el calentamiento global, el terrorismo islamista, la pandemia del Covid-19 y la guerra en Ucrania parecen confirmar esta idea. En este esclarecedor ensayo, Bruckner indaga en la mentalidad que prevalece hoy en día y que tiende de manera progresiva al retraimiento y la renuncia al mundo. Reflexiona sobre experiencias propias y plantea una de las grandes e irrefutables paradojas de la modernidad: el gusto por la reclusión ha provocado un confinamiento voluntario que sustituye aquel al que nos vimos obligados a causa de la pandemia, y cuyas graves implicaciones podemos advertir en el estado de ánimo de la sociedad de nuestro tiempo. El autor francés explora las raíces filosóficas y los contornos históricos de este fenómeno, acude a retazos de la obra de pensadores y literatos de distintas épocas, y nos alerta sobre la apatía y el peligro de convertirnos en seres empequeñecidos, condenados a una vida insulsa e incapaces de enfrentarnos a la existencia.
Raymond Aron. La definición liberal de la libertad. Página Indómita.
«El ideal de una sociedad en la que cada uno elige a sus dioses o sus valores difícilmente puede difundirse hasta que los individuos hayan sido educados para la vida colectiva. […] Para dejar a cada cual una esfera privada de decisión y de elección, todavía es necesario que todos o la mayoría quieran vivir juntos y reconozcan un mismo sistema de ideas como verdadero, una misma fórmula de legitimidad como válida. Antes de que la sociedad pueda ser libre, es necesario que sea sociedad.»
Historia
Alex Gourevitch. La república cooperativista. Capitán Swing.
Este libro relata cómo un grupo de reformadores obreros del siglo XIX se apropió de la tradición republicana y la radicalizó. Estos «republicanos obreros» tomaron su definición de libertad de una larga tradición de teoría política que se remonta hasta las repúblicas antiguas. En esta tradición ser libre significa ser independiente de la voluntad de cualquier otro y ser dependiente significa ser un esclavo. Tomando pie en estas ideas, los reformadores obreros defendieron que los trabajadores asalariados no eran libres dada su abyecta dependencia respecto a sus empleadores. Los trabajadores de una cooperativa, en cambio, se consideraban libres porque controlaban su trabajo de forma igualitaria y colectiva. Aunque estos republicanos obreros son relativamente desconocidos, este libro detalla su perspectiva única, contemporánea y valiosa tanto de la historia estadounidense como de la organización de la economía.
Maarten Prak y Jan Luiten van Zanden. Pioneros del capitalismo: los Países Bajos 1000-1800. Pasado & Presente.
Este libro es sencillamente el mejor relato del capitalismo neerlandés jamás escrito. Es una visión histórica renovadora sobre las relaciones entre los mercados, el Estado y la sociedad civil a la vez que sugiere el modo en que las sociedades modernas diseñaron un capitalismo bajo el que vivir e incluso prosperar. Pioneros del capitalismo será el libro de referencia sobre la materia para los próximos años, incluso tal vez décadas. Ofrece un relato potente y ameno sobre el auge y caída de la República Neerlandesa en los períodos medieval y moderno.
Peter Heather. Cristiandad. Crítica.
En el siglo IV d.C. una nueva fe surgió de Palestina. Casi mil años después, toda Europa estaba controlada por gobernantes cristianos, y la religión, arraigada en la cultura y la sociedad, ejercía un dominio monolítico sobre su población. Pero, como muestra Peter Heather en esta nueva y convincente historia, el ascenso de la cristiandad hasta el dominio de toda Europa no tuvo nada de inevitable.
Al explorar cómo la religión cristiana se convirtió en el cemento unificador de Europa Heather muestra cómo la Cristiandad luchó constantemente tanto contra las llamadas «herejías» como contra otras formas de creencia., desde la crisis que siguió al colapso del imperio romano -que dejó a la religión al borde de la extinción- hasta la asombrosa revolución del siglo XI y posteriores.
Rebeca Martín. Crímenes pregonados. Contraseña.
A lo largo de los siglos, las historias de crímenes reales han avivado el imaginario popular con toda suerte de relatos: los cuentos narrados al calor del fuego, las relaciones de sucesos que corrían de mano en mano, las confesiones de los reos al pie del patíbulo o los romances truculentos que pregonaban los ciegos en las calles de ciudades y pueblos. Con los estertores del Antiguo Régimen, la Europa del siglo XVIII vio nacer las causas célebres, nombre con el que pasaron a conocerse los procesos judiciales de mayor difusión entre la incipiente opinión pública, pero también las piezas literarias que recreaban los sucesos escandalosos y sangrientos más llamativos, su paso por los tribunales e incluso las fabulaciones que se forjaban a su alrededor. «Crímenes pregonados» recoge el testigo de aquellas causas para documentar, reconstruir y estudiar cinco historias de crímenes reales que tuvieron una gran repercusión en la España peninsular y colonial de los siglos XVIII y XIX: los infanticidios del liberto Romualdo Denis, el asesinato del comerciante madrileño Francisco del Castillo a manos de su mujer y el amante de esta, el triple homicidio perpetrado por Pedro Fiol en Barcelona, los asesinatos en serie del gallego Manuel Blanco Romasanta y el uxoricidio que cometió el pintor hispanofilipino Juan Luna Novicio en París. En consonancia con la comprensión del crimen como un escenario donde se representan las principales tensiones que recorren nuestras sociedades, esta obra trasciende el hecho criminal para explorar algunas cuestiones palpitantes que, pese al tiempo transcurrido, nos siguen apelando hoy, como la esclavitud, los prejuicios étnicos, la violencia de género, la tortura y la pena capital, las creencias populares, los excesos de la prensa periódica o la nueva concepción de la locura y del estatus del artista en la modernidad.
Remi Brague. Sobre el islam. Ediciones Encuentro.
El Islam es objeto de interminables controversias y mucha confusión. Pero, ¿qué es el Islam? ¿Una forma de relacionarse con Dios? ¿Una religión con sus propios dogmas y normas? ¿Una civilización? En el centro de esta realidad plural se encuentra la cuestión de los fines: ¿qué quiere conseguir el Islam y por qué medios, violentos o pacíficos, pretende hacerlo?
Rémi Brague vuelve sobre estas cuestiones fundamentales para explorar la visión islámica de Dios y del mundo. Examina su uso de la razón, su relación con la ley, la subordinación total que exige, la actitud hacia los demás, la legitimación y el uso efectivo de la fuerza. Este libro ofrece una nueva visión de la civilización islámica y de su aportación a la cultura europea. Pero también refuta, examinando hechos y textos, las construcciones legendarias que la ven como la fuente viva de todos los avances, Renacimiento e Ilustración, de los que Occidente se enorgullece.
El Islam, escribe el autor, no es una religión en el sentido en que la entendemos. Es ante todo una ley que considera la creencia como un hecho innato que no puede negarse sin mala fe. Un mundo en el que no hay lugar para el no creyente. En este sentido, es radicalmente diferente de las religiones bíblicas.
John Barton. Historia de la Biblia. Ático de los Libros.
La Biblia es el libro central de la cultura occidental, pero, por sorprendente que parezca, hasta el momento ninguna obra ha contado su historia. Para los creyentes, es la piedra angular de su fe, pero para los no creyentes también tiene un estatus imponente: está entretejida hasta un grado sin parangón con nuestra forma de ver el mundo.
En este libro excepcional, escrito por John Barton, uno de los principales eruditos bíblicos del mundo, descubriremos, entre otras cosas, cómo se escribieron las distintas partes de la Biblia, qué se incluyó en ella y qué se quedó fuera, cómo la Biblia se difundió e interpretó a lo largo del mundo y cuál ha sido su repercusión en todo el planeta.
Barton demuestra que la Biblia no es un texto fijo desde un principio, como solemos creer, sino el resultado de una larga y fascinante evolución, y que tanto el cristianismo como el judaísmo no derivan solamente de la Biblia, sino también de otras fuentes y tradiciones.
Historia de la Biblia es una portentosa y detallada investigación, una obra de referencia imprescindible tanto para lectores laicos como para creyentes.
Guy de la Bédoyère. Populus. Pasado & Presente.
Una viaje por todas y cada una de las facetas de la vida en la antigua Roma: la ciudad, la educación, la política, el sexo, los espectáculos, la medicina, la gastronomía… Esclavos, gladiadores, vestales y comerciantes pueblan estas páginas que nos ayudan a entender cómo pensaban y cómo vivían los habitantes de la Ciudad Eterna.
Guido Alfani. Como dioses entre los hombres. Ático de los Libros.
os ricos siempre nos han fascinado, a veces de forma problemática. Los pensadores medievales temían que los superricos actuaran «como dioses entre los hombres», y mucho más recientemente, Piketty ha situado la riqueza en el centro de los debates sobre la desigualdad.
En esta obra, el profesor Guido Alfani traza la historia de los ricos y los superricos en Occidente, y examina quiénes eran, cómo acumularon su riqueza y qué papel desempeñaron en la sociedad. En un apasionante recorrido que se remonta a la Antigüedad y llega al presente, Alfani muestra el efecto de la riqueza extrema en la sociedad y sus implicaciones sobre la desigualdad económica. La pregunta constante es: ¿para qué sirven los ricos? Y la respuesta a esta pregunta es, sorprendentemente, casi siempre la misma: los ricos tienen sentido en la medida en que contribuyan al bien común. No obstante, en nuestros días, los superricos se han mostrado excepcionalmente reacios a ello, y esto, según Alfani, podría tener consecuencias nefastas, tanto para los ricos como para todos los demás.
Esta obra, novedosa y fundamental, responde a una cuestión crucial: ¿qué papel deben desempeñar los ricos en la sociedad, si queremos preservar la democracia?
Biografías
Kim Nguyen. Por qué Georges Perec. La Uña Rota.
Hay muchas cosas en la vida y obra de Georges Perec, por ejemplo: una infancia huérfana, lugares (París, Sfax, el Moulin d’Andé, Ellis Island…), libros, muchos libros, ajenos y propios, los suyos siempre distintos, «prodigiosamente amenos», una perilla enorme, una cónyuge, una pareja, una película, dos obras de teatro, dos premios importantes, tres psicoterapias, doscientas habitaciones, gatos, cigarrillos (que siempre sostenía entre los dedos corazón y anular), viajes en tren, saltos en paracaídas, listas infinitas, juegos de palabras, ojos saltones, una memoria prodigiosa aunque magullada, amistades, la a, la i, la o, la u, pero nunca la e, crucigramas, rompecabezas, máquinas de escribir cuyas teclas golpeaba con frenesí hasta las tantas de la madrugada, el cementerio del Père-Lachaise, plazas, por ejemplo, la de Saint-Sulpice… En Por qué Georges Perec, Kim Nguyen escribe doscientas treinta y seis respuestas que leídas en conjunto conforman una especie de retrato poliédrico de «una de las personalidades literarias ‒según Italo Calvino‒ más singulares del mundo».
Xavier Pla. Un corazón furtivo. Destino.
Josep Pla no fue únicamente el mayor prosista catalán moderno; también fue, sin él quererlo, el escritor más polémico. Su leyenda ha estado siempre rodeada de unas sombras que nadie, hasta el momento, ha sido capaz de disipar. La esperadísima biografía de Xavier Pla por fin lo consigue. El examen de una cantidad ingente de documentos y testimonios permite esclarecer muchos aspectos oscuros de la vida de Josep Pla y dar a conocer episodios hasta ahora desconocidos. Un corazón furtivo es el mejor retrato imaginable del escritor: completo, incisivo, minucioso y apasionante. Y es también mucho más, porque, a la vez que revela los avatares de una vida pródiga en vicisitudes ―las amistades, las complicaciones políticas, las relaciones amorosas, el espionaje y el contraespionaje…―, nos hace revivir desde dentro los momentos más cruciales de la historia del siglo xx.
Gabriel Pérez Gómez. López Bravo. Rialp.
Gregorio López Bravo se definía a sí mismo como «liberal reprimido» mientras formaba parte del Gobierno de Franco como ministro de Industria y luego de Asuntos Exteriores. Sin participar de la ideología falangista dominante, supo ganarse a Franco con una política realista, que fue sacando a España de su régimen autocrático y le abrió las puertas a un mundo que le había dado la espalda. Llegó hasta donde pudo, en una nación aún no democrática.
Bajo su mandato se establecieron relaciones diplomáticas con algunos países del Este y con China, y esa audacia provocó su caída al llegar Carrero Blanco a la Presidencia del Gobierno. Gibraltar, el Tratado de Amistad y Cooperación con los EE. UU., el tratado preferencial con la CEE, las relaciones Iglesia-Estado, el mundo árabe son algunos de los momentos importantes de este ingeniero naval, padre de nueve hijos, fallecido en un trágico accidente de aviación.
Stephen Davis. Gold Dust Woman. Neo Sounds.
Un retrato fascinante de la líder de Fleetwood Mac Stevie Nicks, una auténtica leyenda del rock, se ha convertido en una de las criaturas más glamurosas que ha conocido la música. Su biografía es el más claro ejemplo de una vida vivida a lo grande. A partir de una serie de entrevistas personales y una cuidada investigación, Davis retrata a Nicks desde una nueva perspectiva que profundiza en diferentes aspectos de su carrera, como la invitación que recibieron tanto ella como Buckingham para unirse a Fleetwood Mac —banda a la que ambos aportaron un «chute de adrenalina» que los convirtió a todos en superestrellas—; las relaciones que inspiraron las mejores canciones de la artista; su vínculo con Don Henley y Joe Walsh (de los Eagles) e incluso con el propio Fleetwood; su dependencia de la cocaína, el alcohol, la marihuana y, sobre todo, el clonazepam; y, por supuesto, su exitosa carrera en solitario y el impresionante culto a su persona, que se proyecta en artistas de la talla de Taylor Swift y Dixie Chick.
Religión
Juan José Menéndez Alonso. La Iglesia de los comienzos. Sal Terrae.
En «La vida de las primeras comunidades cristianas», Juan José Hernández Alonso nos sumerge en los albores de la Iglesia, explorando los escritos del Nuevo Testamento y otras fuentes esenciales. A través de un análisis meticuloso, recorremos la expansión del cristianismo desde Jerusalén hasta los confines del Imperio romano, con especial atención a las figuras de Simón Pedro y Pablo de Tarso. El libro ofrece una visión detallada de las creencias, prácticas litúrgicas y la organización de las primeras comunidades, arrojando luz sobre el papel de las mujeres y la evolución eclesial en el primer siglo.
Susana Vilas Boas y Tomás J. Marín (coords.). Teología Europea. PPC.
Las tres palabras que señalan el subtítulo del libro –memoria, sentido y futuro– otorgan una lógica interna a la obra; lo cual sirve para profundizar de forma triádica y secuencial el tema que congregó a diecisiete autores internacionales: la teología europea. Memoria del pasado, sentido del presente, desafíos para el futuro. ¿De dónde venimos o qué nos trajo hasta aquí?, ¿quiénes somos o por qué hacer lo que hacemos?
Otras cuestiones interesantes
José Jiménez Lozano. Un momento deslumbrante. Renacimiento.
Enviado por Miguel Delibes a Roma para cubrir el Concilio Vaticano II, el joven periodista Jiménez Lozano descubrió en torno a aquella gran asamblea -la más numerosa y variada de la historia- un enjambre de visiones y sensibilidades, de inquietudes, esperanzas y recelos. En plena Guerra Fría, con una Iglesia católica en crisis de identidad y con las sociedades occidentales incubando Mayo del 68, las crónicas ofrecen un retrato lúcido e ilusionado de aquella esquina de la historia. Nunca antes se habían reunido en un volumen las crónicas del concilio que el Premio Cervantes José Jiménez Lozano publicó en El Norte de Castilla.
Peter Stanford. Peregrinos. Crítica.
En las últimas décadas, se ha producido un auge en la popularidad del Camino de Santiago, la antigua ruta de peregrinación que se extiende por el norte de España hasta Santiago de Compostela. Esto no es un caso aislado, pues muchos peregrinos se están aventurando a recorrer otras rutas consagradas alrededor del mundo. Pero ¿cuáles son los motivos tras el auge de este fenómeno en un mundo cada vez menos creyente?
En este libro, Peter Stanford reflexiona sobre las razones por las que las personas, independientemente de sus creencias, han caminado por los mismos senderos sagrados a lo largo de los siglos. A través de esta historia, Stanford relata las experiencias de los primeros peregrinos a Jerusalén, La Meca y Santiago de Compostela, y las entrelaza con las de millones de personas que actualmente se embarcan en estos viajes físicos y espirituales con la esperanza de cambiar sus vidas. A la vez, nos guía por paisajes sagrados alrededor del mundo, desde la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México hasta las iglesias monolíticas excavadas en la roca de Lalibela, Etiopía, y las orillas del río Kumbh Mela en la India, pasando por Roma, Shikoku en Japón y el Machu Picchu en Perú.
A partir de su propia experiencia como peregrino, Stanford busca respuestas al complejo fenómeno de la peregrinación y argumenta que, más allá de ocio, turismo y aventura, existen otros motivos sociales, económicos, climáticos y culturales que nos llevan al cuestionamiento de los cimientos de la vida moderna y la necesidad de emprender viajes de transformación personal, invitando así a la nueva generación de peregrinos a abrir sus horizontes y asombrarse mientras dirigen sus pasos hacia las mismas rutas de los viajeros de antaño.
Olivia Lang. El jardín contra el tiempo. Capitán Swing.
Inspirándose en la restauración de su propio jardín, Olivia Laing se embarca en una estimulante investigación del paraíso. En 2020, comenzó a restaurar un jardín amurallado del siglo XVIII en Suffolk, un edén cubierto de plantas insólitas. Este ensayo saca a la luz una cuestión crucial para nuestra época: ¿quién puede vivir en el paraíso y cómo podemos compartirlo mientras aún estemos a tiempo? Moviéndose entre jardines reales e imaginarios, desde El paraíso perdido de Milton hasta las elegías sobre los cercamientos de John Clare, desde un santuario en tiempos de guerra en Italia hasta un grotesco campo de recreo aristocrático financiado por la esclavitud, Laing cuestiona el coste, en ocasiones escandaloso, de construir el paraíso en la tierra. Pero la historia del jardín no siempre representa modelos de privilegio y exclusión. También es escenario de avanzadillas rebeldes y sueños comunitarios. Desde la utopía queer conjurada por Derek Jarman en la playa de Dungeness hasta la fértil visión de un Edén común soñada por William Morris, entre los parterres de flores se han intentado nuevos modos de vida, experimentos que podrían resultar vitales en la próxima era del cambio climático. El resultado es un relato bello y exigente de los abundantes placeres y posibilidades de los jardines: no como un lugar donde esconderse del mundo, sino como un sitio de encuentro y descubrimiento.
Ingmar Bergman. Cuaderno de trabajo II. Nórdica.
Ingmar Bergman no concibió los escritos que se recogen bajo el título Cuaderno de trabajo como una obra destinada a su publicación, sino como un diario íntimo de su actividad creadora en el que iba perfilando el modo en el que se desarrollaría el argumento de sus obras cinematográficas. Con este volumen y el anterior, Cuaderno de trabajo I, reunimos casi medio siglo de diarios de Bergman.
Para finalizar el año literario nada mejor que recopilar aquellos libros que más han gustado a las personas (y quien esto escribe) que, día a día, mes a mes, van poniendo sus preferencias y gustos en redes sociales, blogs, Goodreads… Algunos títulos seguramente aparezcan en “otras listas”, otros no, pero en esto del gusto literario no hay estándares fijos, aunque pueda haber cierta presión, digamos que, económica. Como es obvio son gustos de libros publicados en 2024… pues los libros son eternos.
Se ha intentando mantener una presentación cronológica, algo que igual les sirve a algunos para recordar cuán lejos parece que ese título estaba, y no, no hace tanto tiempo se publicó. Si se tiene en cuenta que en España se publican cerca de cuatrocientos títulos semanales (salvo cuatro semanas al año, poco más o menos), normal que alguno pueda parecer antiquísimo cuando es de antes de ayer.
Narrativa
Aquí se incluyen novelas, relatos y otras especies animales similares (pseudo-biografías, lamentos personales, etc.). Faltan algunos autores que han gustado bastante, pero al haber publicado sus editoriales varias obras el mismo año, los gustos han estado más divididos. Algo así como lo que le ha pasado a De Conatus con Percival Everett, que tiene libros muy divertidos y recomendables.
Richard Ford: Sé mía. Anagrama
Uno de los primeros en salir y que ha gustado bastante al retomar un antiguo personaje: Frank Bascombe. Una novela que se adentra en los recuerdos, asediado como está por una enfermedad fatal, por lo que intenta dar sentido a todo lo que le ha pasado durante su vida.
Erica van Horn. Aún nos queda el teléfono. Alpha Decay.
Otra novela de recuerdos, algo que parece estar de moda, en la que una mujer nonagenaria trabaja obstinadamente en la redacción de su obituario. Quiere que contenga la información exacta, y que incluya algunos detalles biográficos que lo hagan destacar entre el resto de los obituarios del periódico local de New Hampshire, el pequeño pueblo donde ha residido gran parte de su vida. Llevan ya varios años trabajando en ello y han acumulado muchos borradores. Ahora, aislada por culpa de la pandemia, le preocupa no poder terminar su proyecto a tiempo. Por suerte aún les queda el teléfono, con el que madre e hija pueden seguir hablando y reconstruyendo su historia y las particularidades de su día a día.
Durian Sukegawa. Dorayaki. Chai.
La editorial Chai tiene bastantes títulos apetecibles y comenzó el año de manera fuerte con esto de Sukegawa. Una novela sobre la tristeza pero también la esperanza y la felicidad de un hombre que trabaja haciendo dorayakis y una anciana que le pide trabajo, a la que acepta y… Mejor se leen el libro.
Florent Oiseaun. La fruta cae de los árboles. Irradiador.
No es la historia más original del mundo. No es una historia enrevesada. No hay crímenes, ni nada histórico. Es nada más y nada menos que una sencilla historia que, a causa de su sencillez, atrapa al lector y le deja un regusto de satisfacción al finalizar. En ocasiones no hay nada mejor que lo sencillo.
Julio Ramón Ribeyro. Dichos de Luder. La Caja Books.
Una recuperación digna de mención de uno de los mejores relatadores, a decir de los entendidos. Estilo urbano, escepticismo, pesimismo mezclados para ofrecer una más de sus escritos de resistencia y rebeldía social contra las convenciones sociales.
Ferdia Lennon. Deus Ex. Impedimenta.
Una novela con un poco de mala leche irónica. Situada en la Siracusa de del siglo V a.C., bien podría ser una situación no tan lejana. Actual no, desde luego, pero no tan lejana. Divertida y con giros inesperados.
Dario Džamonja. Cartas desde el manicomio. Sajalín.
Sajalín es otra de esas editoriales que edita cada año un buen puñado de buenas novelas. El problema es que, dentro de la temática salvaje de la editorial, al final se dispersan los gustos. Algo que denota saber trabajar bien. En esta ocasión cabe destacar esta novela por su rareza balcánica y personal. Bajos fondos, manicomios, huida, pobreza…
James Baldwin. La próxima vez el fuego. Capitán Swing.
Al cumplirse el centenario del nacimiento del autor han sido muchas las publicaciones de Baldwin. A destacar la que aquí se presenta por su descarnada visión del mundo cuando los negros, si tenían suerte, podían hacer una vida normal. Si tenían suerte. Unos años en los que el autor dudaba sobre su vida como pastor evangélico, saber qué hacer con las mujeres o dejarse llevar por sus impulsos interiores.
József Debreczeni. Crematorio frío. Debate.
Unas del escritor húngaro sobre el supuesto campo-hospital de Dörnhau. Allí pasó algún tiempo al llegar a Auschwitz en 1944. Tuvo la “suerte” de ir hacia la derecha, de haber sido en sentido contrario no le hubiese dado tiempo a escribir nada en sus últimos cuarenta y cinco minutos de vida restante. Una crónica más de Auschwitz por uno de sus supervivientes, no como la costurera de, el amor en y todas esas memeces literarias que banalizan el mal.
Julien Gracq. La casa. Periférica.
La puñetera casa y las vueltas que da la breve novela para saber qué. Atrapa al lector con un misterio que va creciendo poco a poco sobre una casa que obsesiona al personaje y al lector. Muy buena para un trayecto medio-largo en tren.
José Antonio Garriga-Vela.Cruce de vías. Candaya.
Recopilación de las columnas, con el mismo nombre del libro, tenía en el diario Sur de Málaga. Historias divertidas e interesantes; viajes físicos a lo desconocido; traumas por un cambio de casa… en fin, las cosas de Garriga-Vela que siempre son de agradecer.
Slobodan Šnajder. Los años de bronce. Armaenia.
Recordando a tantos escritores que han narrado sus experiencias de la I Guerra Mundial, el autor crea una trepidante historia sobre la guerra (en este caso la segunda), el amor casi imposible y los traumas que todo ello genera en las poblaciones.
Agustín Fernández Mallo. Madre de corazón atómico. Seix Barral.
Pues parece que la nueva novela, donde el autor español narra la historia de su familia con su peculiar estilo narrativo, ha gustado a críticos y lectores. En muchas ocasiones divergen las posturas, pero esta vez hay coincidencia.
Juan Manuel de Prada. Mil ojos esconde la noche. Espasa.
Igual esta novela no debería estar aquí pues falta la segunda parte. Y como es obvio, por mucho que haya gustado la primera parte, sin la segunda no es una obra completa.
Yan Lianke. Duro como el agua. Automática.
Una enorme sátira de cierto tipo de hacer política, en este caso el final de la Revolución Cultural china, entremezclada con una historia sobre los tejemanejes en un pequeño pueblo. Traiciones, amoríos, delaciones y el Partido. Muy, muy entretenida.
Jesús Montiel. El niño que he sido. Pre-Textos,
Casi nadie lo ha citado, pero si Montiel saca un libro, ese año tiene que estar en la lista de gustos. Es así. Les guste o no.
Esther Singer Kreitman. Diamantes. Xordica.
La hermana parece que tampoco escribía mal. De hecho en algunos aspectos hasta mejora a los hermanos Singer. Una novela donde se presenta, con gran calidad literaria, el auge y caída de un comerciante de diamantes. Muy entretenida. De verdad que sí.
Han Kang. La vegetariana. Random House.
Antes de obtener el Nobel de literatura salió esta novela tremendamente desgarradora, como casi toda la prosa de la autora. A algunos les ha parecido mejor otras que se han publicado al albur del premio.
Víctor Fernández Correas. Hambre de gloria. Edhasa.
Se publican tantas novelas históricas, o pseudohistóricas, que cuando aparece una buena de verdad no se sabe apreciar su valor. En esta ocasión, con el duque de Alba como protagonista, el autor nos vuelve a llevar a un acontecimiento histórico sobre el que acaba desarrollando toda una amplia variedad de personajes con algo que decir.
Christian Bobin. El resplandor del solitario. El Gallo de Oro.
Como sucede con otros autores ya citados, a Bobin le publican varios cada año y por eso cuesta destacar uno de entre esa gran producción de calidad. Este puede servir como cualquier otro, porque siempre es interesante leerle.
Miguel Pardeza. Teoría general del abandono. Newcastle.
Unas memorias donde el autor no solo hace referencia a su vida pasada sino que reflexiona sobre todo aquello que se queda o que se va, lo que perdura y lo que se abandona. Sí, para aquellos que lo pregunten, es el exfutbolísta y no, no se pasa la vida hablando de fútbol sino de cosas más interesantes, que para algo el chaval estudió.
Francesca Giannone. La cartera. Duomo.
Ha sido un éxito de ventas en Italia y parece que la aceptación en España está siendo muy buena. Una novela que igual no está entre las más grandes obras del siglo XXI, pero que entretiene mucho más que esas tan sesudas y tan dramática.
Hwang Bo-Reum. Bienvenidos a la librería Hyunan-Dong. Espasa.
Una novela sobre libros y librerías siempre es más que interesante.
Giovanni Nucci. La Ilíada a la hora del aperitivo. Siruela.
Si a un ladrón le detienen por quedarse a leer un libro en la casa en que había entrado a robar, algo tendrá ese libro. Y algo tiene al presentar la obra homérica desde otro punto de vista. Entretenida.
Teffi. Memorias. Libros del Asteroide.
Un bombazo casi al finalizar el año. Todavía no hemos encontrado a alguien que no le haya gustado.
Mar Carrillo de Albornoz. Después de la piscina. Tres Hermanas.
Relatos o cuentos donde la ficción y los recuerdos se entremezclan con delicadeza y calidad literaria. Una explosión de belleza en pequeños retazos.
Gabriela Wierner. Atusparia. Ramdon House.
Dentro del abuso de autores hispanoamericanos que existe en la edición española, Wierner destaca por presentar una novela que no trata de los traumas personales, la lucha contra la victimización de una minoría muy minoritaria y a la que nadie hace caso realmente, o todas esos mismos clichés narrativos.
Scott Spencer. Despertar a los muertos. Muñeca Infinita.
Una muy buena novela política donde la falta de escrúpulos está presente enla figura del abogado protagonista.
Chinguiz Aitmátov. Más de un siglo se alarga el día. Automática.
Una de las grandes novelas rusas de los últimos tiempos. Siguiendo la estela de los legendarios de finales del XIX y comienzos del XX (fue publicada en la URSS en 1980), se cuenta la historia de un kazajo y sus reflexiones sobre todo lo que le rodea, la guerra, el amor, las tradiciones…
Gerald Murnane. Distritos de frontera. Minúscula.
Minúscula es de esas editoriales que tienen muchas cosas buenas y es difícil que destaque una por encima de todas las demás. O lo que es lo mismo, diversifican entre quienes leen los elogios sobre cada una de sus obras. Esta sobre un señor que se traslada en los últimos años de su vida desde una gran ciudad a un pueblo fronterizo en Australia es, tal vez, la que más se ha visto en redes.
Gustavo Faverón Patriau. Minimosca. Candaya.
Otra joya de Faverón. ¿Hay algo más que decir?
José Moreno. Gagarin o la triste certeza de viajar solo. La Navaja Suiza.
Hasta el momento nadie que lo haya leído ha dicho algo malo. Al contrario, muchas alabanzas. Posiblemente el mejor cuentista español en estos momentos (en lo literario, obviamente).
Otras formas literarias
Juan F. Rivero. Raíz dulce. Candaya.
Entre el poemario y la novela, entre la prosa y el verso, entre la biografía, la carta, la elegía y la ficción, Raíz dulce juega a situarse siempre sobre una frontera inesperada. Estructurado en torno a una larga historia de amistad truncada por la muerte, este libro recorre dieciséis años de vida y experiencias compartidas, pero también de distancia, soledad y miedo, como si fuera trazando una sinuosa línea de recuerdos sobre la que el lector, arrastrado por la corriente del lenguaje poético, va penetrando en el amor ajeno y la memoria personal. Así, Juan F. Rivero continúa explorando algunas de sus obsesiones literarias: la memoria, el amor, la muerte y la degradación del cuerpo que resiste.
Jon Fosse. Teatro. De Conatus.
Si le dieron realmente el premio Nobel es por su dramaturgia. Nada mejor que leerlo, aunque el teatro sea el gran olvidado de lo literario.
Keum Suk Gendry-Kim. Mañana será otro día. Reservoir Books.
Complicado elegir entre tantas novelas gráficas de calidad que se publican en España. Valga esta más reciente como muestra.
Libros bonitos
Además de calidad literaria hay libros que son bonitos en sí. Además de cualquiera de Reino de Cordelia (campeona en esto), estos dos son distintos.
Patrick Modiano y Pierre Le Tan. Memory lane. Anagrama.
Si un libro tiene los dibujos de Le Tan, esos tan característicos suyos, ya merece la pena para poder visualizarlos. Si, además, se le añade la narrativa excelsa de Modiano. Se logra llegar cerca de la perfección.
David Day. Los héroes de Tolien. Minotauro.
Si algo trata sobre el mundo Tolkien y además está encuadernado utilizando bajorrelieves, imitación cuero, papel de alta calidad y dibujos increíbles, se puede decir que es un libro bonito… e interesante para los fanáticos del autor inglés.
Veinte votaciones perdidas en un solo día. A cualquier gobierno que le sucediese eso estaría pensando esa misma noche si convocar elecciones o cambiar la coalición de gobierno. En España el partido sanchista parece no inmutarse por ello. Se pierden, pues ya se ganarán deben pensar en Moncloa y Ferraz y, si no, a aguantar todo lo que se pueda.
Más allá de la posible corrupción del sanchismo, porque los presuntos casos de corrupción son todos derivados del núcleo duro del sanchismo, la realidad es que hasta sus socios de gobierno, Sumar, se pasan al bando contrario en las votaciones. Lo paradójico es que eso se haga en leyes que han sido debatidas y aprobadas —porque todo lo que se aprueba en el consejo de ministros es un mandato colectivo— por todos los ministros del gobierno. Si no les gustan ¿por qué no dimiten? Porque ni por asombro dejan el cargo y la cantidad de paniaguados que tienen colocados.
PP no tiene escrúpulos en pactar con PNV y Junts —¿No eran estos últimos unos traidores a España, unos golpistas y demás apelativos que utilizan comúnmente? ¿Dirá algo la prensa de derechas sobre el juntarse de PP y Vox con los separatistas traidores?—, o con el mismísimo diablo si fuese necesario, para impedir que el gobierno pueda ejercer de eso, de gobierno. Más allá del cuestionamiento ético de los pactos ¿contra natura?, lo que debe hacer la oposición es intentar que el presidente del gobierno no ejerza el poder con total comodidad. Si además tuviese algún tipo de alternativa real para España, ya sería una locura, pero es pedir demasiado a tan pequeñas personas.
El jueves por la noche, cuando Pedro Sánchez haya llegado a Moncloa, seguramente no haya podido dormir —bueno sí, porque pactar con Podemos le iba a quitar el sueño y los tuvo junto a él y no se le notaba carencia de descanso— pensando que esta no es forma de ejecutar la acción de gobierno. Si las leyes no van a poder salir adelante, si las enmiendas van a ser rechazadas, si para poder tener unos presupuestos acordes a las exigencias reales de España ha de tragar con todo lo que le pida Carles Puigdemont, seguro que ha pensado en dimitir o convocar elecciones. Es algo que cualquier español de a pie tiene claro. ¿O no?
Parece que no.
El problema que conlleva el aferrarse al poder cuando las cuentas parlamentarias no cuadran, cuando se van prorrogando los presupuestos, cuando las necesidades económicas de los españoles no pueden ser solucionadas, cuando se habla de seguir siete años más en Moncloa, es que la democracia —realmente poliarquía— acaba dañada y se menoscaban los principios y valores fundamentales. Sobre principios y valores no cabe hablar con Sánchez pues ha demostrado de sobra tenerlos; tampoco sus socios de gobierno son unos dechados de virtudes —como no lo son los de la oposición—, pero la prensa progre, por muy paniaguada que sea, algo debería decir. Los sanchistas no piensan y entienden que todo lo que haga su amo y señor está bien, pero ¿no hay ningún grupo en el PSOE que se preocupe por la extensión de la pobreza entre los españoles?
Si no se da cuenta de que así no se puede gobernar, que a sus trucos de magia se le notan todos los engaños, que hay algo por encima de su persona y su grupo de sanchistas, como es el bien común, ¿qué queda hacer entonces? Porque para soluciones malas vale cualquiera, pero para las buenas, las que realmente engrandecen a un país, parece que no hay nadie. Al final, sean los hunos o los hotros, están a sus cosas y no al interés general del país. Ni de la prensa, de los hunos y los hotros, emergen figuras o grupos que antepongan los intereses generales a los particulares. Al final ese medio que parece que dice algo que podría ser que sí, no hace más que pisar el freno en cuanto ve que puede perder su subvención (de los hunos y los hotros). Y hoy lo importante es que se den cuenta, el primero Sánchez, que hay cosas más importantes que sus posaderas.
Post Scriptum. Había una vez un tal Alfonso que puso a su hermano Juan a utilizar su despacho. Pese a todo lo que se dijo a Juan no le condenaron y salió absuelto, pero Alfonso dimitió por una cuestión ética. ¿Imaginan que un familiar utilizase para sus negocios la Moncloa o que tuviese un presidente de Comunidad donde hacer negocios en contratos a dedo? Aquí no tienen ética, ni los hunos, ni los hotros.
Tengo tanto jaleo que me entero de poco o nada de lo que pasa en España. Un vistazo a X, algunos titulares a vuela pluma y poco más. Lo preocupante no es que esté muy atareado, que también, es que entiendo que igual me estoy perdiendo algo importante. Le he preguntado a Chat GPT y a Copilot y no han sabido darme una respuesta coherente —igual porque es una inteligencia incapaz de captar la inteligencia española—. Lo que aquí les muestro es una visión de lo que creo puede estar pasando en base a algunos titulares o chascarrillos.
He visto en un vídeo que Cayetana Álvarez de Toledo ha afirmado que la democracia a España la trajeron Juan Carlos de Borbón, Adolfo Suárez y Torcuato Fernández-Miranda. Muy bien, un doctorado en Historia para esto que es más bien el relato de la historia blandengue de la transición. Desde luego el PSOE era muy minoritario durante la dictadura, pero algo apoyó en la llegada de la democracia. ¿No habíamos quedado que la CIA era la que estaba detrás? El PSOE no, pero igual el PCE y sus miles de militantes clandestinos sí tuvo algo que ver al no liarla todos los días y provocar la reacción de los franquistas. Como tuvieron parte activa todos los “traidores” al franquismo que votaron en favor de la LRP. Todo muy simplista para criticar al PSOE olvidando que está en el PP, antes AP, que era el reducto de los franquistas.
Parece que la directora del centro de investigación del cáncer es una “viva la vida” que se gasta los dineros en sobresueldos, en pinturas y viajes. Que la cesen y ya está. Lo que me hace gracia es que pongan fotos con dirigentes del PSOE cuando el nombramiento de esta señora (¿se puede decir caradura?) fue realizado por el PP. ¿Por qué eligieron a esta persona y no a otra? ¿Controló el PP en tres años las alegrías de la señora? ¿Que tenga propiedades en Galicia no es algo extraño sabiendo de dónde viene el jefe pepero? Están intentando los medios que parezca cosa del gobierno y es cosa de los alternantes. ¿Harán periodismo de verdad algún día?
Ahora resulta que el señor Güemes dice que no contrató a Begoña Gómez por ser esposa del presidente del gobierno para dirigir el núcleo africano del Instituto Empresa. Hace años envié el CV a dicha entidad y no me hicieron ni caso y so que estaba recién regresado de una importante escuela de negocios. ¿Tendría que haber mentido y haber dicho que era un completo iletrado e incompetente? ¿Para trabajar en el IE hay que carecer de estudios y de cualificación profesional? Deberían explicar esto porque, a la vista de su actitud para contratar personal, no queda claro que las enormes cantidades de dinero que piden a sus alumnos sean por personal cualificado. ¿Nadie se ha dado cuenta de ello en el IE? Además que no es delito contratar a alguien por ser esposa, marido, hijo o hija de alguien con poder… ¡la burguesía lleva toda la vida haciéndolo!
Dicen que ha habido mucha protección para la llegada de Gómez al juzgado por si la agredían. ¿Quién la iba a agredir? ¿Los cuatro payasetes que iban cantando villancicos y luego se han ido a apretar el cilicio yunquista en casa? Luego se quejará Pedro Sánchez de que le miran mal. Normal con todos los excesos que comete en lo que se refiere a su persona (Falcon, exceso de escoltas, huir…).
Víctor de Aldama parece que tiene cuatro servilletas y dos cuadernos donde se ha puesto a escribir cosas. De todas las prueba aportadas, las de verdad, parece que solo servirían aquellas que señalan a Koldo e, igual porque no está claro, a Ábalos. Los piriodistas de la cosa afirman que la UCO va a sacar de todo con el volcado del teléfono del corruptor de mayores y que ya se verá. Un volcado de datos, más cuando el imputado colabora, es rápido y sencillo. Si hay algo lo tendrían que tener ya (otra cosa, rara, es que no se haya filtrado). Esto va recordando a la manta de Roldán, que se levantó y no había nada. O aportan algo más contundente o esto solo sirve para alimentar al partido que luego alimentará a los medios que promueven cualquier estupidez.
Le han dado un premio a un escritor que me cae mal (no diré el nombre porque hay gente que lee esto de vez en cuando y que es amigo de él). No por un motivo concreto sino porque desde el primer momento en que le vi la cara ya me produjo rechazo. Igual hasta es un tipo majete, buen padre y pagador de impuestos, pero no puedo con él. Claro que tampoco puedo con el vaciado que, encima, tiene la cara de señalar que los pensadores españoles son peripatéticos y carentes de un apoyo social fuerte detrás. Él tuyo apoyo y le sirvió para dar el coñazo con el tema en tres o cuatro libros hasta que hastió al personal y quienes intentaron acercase al tema seriamente observaron que todo aquello era un bluf, un mal intento de copia de Christophe Guilluy y que esas gentes quieren otras cosas bien distintas a convertirse en hipsters. De hecho quieren que les dejen en paz.
De Pedro Sánchez y de Alberto Núñez Feijoo no he visto nada, pero sabiendo que han tenido un pleno en el congreso, asumo que han dicho alguna parida intrascendente. Lo que no es intrascendente es que esos 350 se van a pegar unas vacaciones de un mes a costa de todos los españoles.
¿Qué pasa con los de Vox y Sumar? ¿Existen o están a los penes femeninos y las cosas estúpidas? Es que no se lee nada sustancial de ellos. Hasta en Podemos amenazan con lanzar de nuevo al ruedo al señor del chaletazo de Galapagar. Es que son burgueses hasta para tocarse los dídimos.
Pues esto es todo lo que he visto y escuchado. Seguramente ha habido cosas con más enjundia y me las he perdido. Si no puedo decírselo antes, Feliz Navidad, por mucho que les moleste a algunos.
La Superliga es como la canción Abanibi Aboebe, en cuanto menos se lo espera vuelve a escucharse y se te mete en el cerebro durante un tiempo. Es posible que esa sea la táctica, martillear las cabezas para que todo el mundo acabe por aceptar el negocio inventado por Florentino Pérez, a mayor gloria de él mismo, como todo lo que hace. Antes lo hicieron con Kylian Mbappé y ahora con la Superliga o Liga Unify como ahora la llaman. Insistir e insistir que para algo se controla a los medios, como en su tiempo ganar Eurovisión servía para que las radios pusiesen la canción vencedora una y otra vez, en parte sufragada por las discográficas.
La liga Unify se presenta ahora que, al fin, le dan un premio al Mahatma brasileño, el emperador de la calle Pío XII vuelve a las andadas. Como no coló aquello de que que el 72% de los aficionados al fútbol apoyen el proyecto megalomaníaco, ahora salen con la gratuidad televisiva, con varias divisiones y mucho dinero para los que participen. Y nada mejor que hacer esa presentación en la “democrática” Qatar, a ver si engañan a alguien para que invierta el dineral que hará falta para lanzarla. De hecho el propio Bernd Reichart (CEO de A22 Sport Management) estima que falta algún año que otro. No hace tanto tiempo, Florentino afirmaba que en mese se podría poner en marcha.
Y ahí tienen a los medios bajo control asintiendo a una cosa y la contraria. Al final no explican cómo será posible que todo sea gratis y los equipos de la primera categoría ganen, de entrada, cerca de 400 millones de euros. Nadie da duros a pesetas. Si fuese así de sencillo la UEFA hubiese buscado la misma solución de utilizar el streaming y forrarse. Y otra cosa no, pero gente que se tira de cabeza al suelo por un céntimo hay a cientos en UEFA. Como hay en La Liga y no salen las cuentas, como no salían en Francia u otros lugares.
Si, además, se tiene en cuenta que el magno estadio que iba a ser la primera maravilla del mundo, dejando al Taj Mahal como un montón de piedras, ha sido un fracaso por no haberlo insonorizado —se podía pero son 500 millones más—, por no haber costado lo presupuestado en un principio (más del doble previsto) y que Pérez no hace nada gratis ¿quién puede tener la seguridad de que la liga Unify va a ser rentable? Muchos fondos de inversión están detrás como lo que son, buitres, pero no se deciden a poner el dinero. Será que no lo ven claro y que, por mucho que digan día tras día, como el Abanibi Aboebe, que están hablando con muchos, la realidad es que Javier Tebas no apuesta por ello, ni la mayoría de los aficionados de los grandes clubes europeos.
Martilleo continuado como la famosa canción, pero al final solo queda desvelarse por las noches con ese soniquete porque, y a esto nadie responde, si fracasara la liga Flo ¿quiénes responderían patrimonialmente con los fondos de inversión? Todo el mundo quien no lo haría y como le conocen, pues no se animan. Eso sí, cada poco sacan el Abanibi Aboebe una y otra vez.
Dos noticias el mismo día que demuestran que el fútbol español ha perdido el norte… el sur, el este y el oeste. El absurdo, que en algún momento podría ser algo rebelde, se ha apoderado del fútbol y parece que no lo va a soltar. Priman cada vez más las cuestiones no deportivas, las estupideces, las elecciones cada vez más inexplicables y las denuncias más tontas que se recuerdan. En todo ello, curiosamente, sobrevuela el espíritu del señor de Pío XII.
Ayer mismo Javier Tebas, o lo que es lo mismo, La Liga procedió a denunciar a la afición del Rayo Vallecano por un nuevo crimen contra la humanidad: decir a Vinicius Jr. «Balón de playa, lo, lo, lo». Como pueden comprobar algo a la altura de Shoa y que no puede ser permitido en esta nueva civilización del buenismo-tebarismo total. Resulta que cachondearse del jugador más broncas, más chulo y más bocachanclas de España, con algo que han supuesto las mayores risas a nivel europeo desde hace décadas, no parece más que una rivalidad sana. Como que el jugador afirme que quiere al Rayo Vallecano en segunda.
Eso es fútbol y rivalidad sin llegar a la violencia. Ningún insulto se aprecia más que el libre ejercicio del cachondeo. De hecho es algo que se le canta en todos los estadios de España y hasta el momento no había causado ningún tipo de denuncia o drama personal. Bueno igual al jugador no le gusta porque ya presumía de conseguir el trofeo del Balón de Oro y se ha quedado con las ganas por… bocazas. Eso sí, ha ganado el Balón de Floro (idea de Miguel Nicolás) del diario de todas las aficiones, pero parece que no le reconforta del todo. La intromisión de Tebas en algo que es completamente divertido —¿prohibirá pitar al Real Madrid en todos los campos de España?— no es más que una forma de congraciarse con su supuesto enemigo Florentino Pérez. Al final lamiendo la suela del jefe.
Louzán: condenado por corrupción, amigo de narcos y entregado a Pérez
La elección de Rafael Louzán, condenado por corrupción en los juzgados, debe ser para que si trapichea, al menos sea una persona profesional, no como ese Luis Rubiales que hacía chapuza tras chapuza y al que la UCO sigue la pista muy de cerca. Queda todavía por aclarar, en febrero, si la inhabilitación que se deriva de su condena le impediría ser el máximo gestor de la RFEF, porque tiene prohibido gestionar cualquier cosa pública. De ser así, su mandato habría sido de lo más breve.
Lo que no se entiende es que 93 de los ciento treinta y pico electores (¡menuda democracia!) no tuvieran conocimiento de sus tejemanejes como político del PP gallego. Ya solo con nombrar PP, presidente de diputación y Galicia debería ser más que suficiente para no apoyarle… por si las moscas. Son tantos los casos de condenados o inhabilitados que han hecho el mismo recorrido que Louzán que ya debería encender todas las alertas para los avalistas y votantes. Salvo que muchos de ellos son tan “especiales” como el actual presidente.
No solo ha sido condenado sino que los medios, no comprados por la Xunta, han denunciado sus “amistades” con el narcotráfico gallego. Algo así como lo que le sucedió a Alberto Núñez Feijoo con su amigo Marcial Dorado, que no sabía que era narcotraficante. Ya. De hecho el Xornal de Galicia denunció que ambos, Louzán y Feijoo, habían actuado para salvar a algunos amigos del transporte de sustancias psicotrópicas. Como nada se ha probado, ni las denuncias han avanzado, solo cabe señalar que tienen amistades poco recomendables.
A más, a más, Louzán ha sido el padrino de la carrera política de Feijoo en la Xunta y ha concedido numerosas obras y otros servicios de la Diputación (guiño, guiño) a las empresas de… ¡tachán! Florentino Pérez. El círculo se cierra por donde siempre. Florentino financia al PP, el PP devuelve favores y ahora controla un “amigo” la RFEF. Si a eso le añaden que Tebas está empeñado en que no se le note demasiado su supuesta pelea contra el presidente merengue, pues la elección de Louzán es más que bienvenida en Pío XII porque perseguirá con saña que se le diga al Mahatma Jr. «Balón de playa», ese nuevo crimen contra la humanidad.
Cuando Christopher Lasch escribió su libro La rebelión de las élites solo estaba presentando lo que en aquel momento era la parte visible del iceberg de una gran escisión entre la coalición dominante y el resto de la ciudadanía. Pese al aviso del pensador nadie le tomó en serio, todos miraron hacia otro lado y afirmaron que se estaba exagerando. Michael Cain afirmó no hace mucho que prefería ser pobre fuera de la Unión Europea que rico dentro de ella pues entendía que mantenía su soberanía. En el plano teórico podía ser algo aceptable pero la práctica real demuestra que tampoco el Reino Unido ha obtenido su liberación soberana, están en manos de la misma clase dominante que maneja la UE.
Se alaba el trabajo de desmantelamiento de Javier Milei del Estado populista generado por tanto años de peronismo de derechas e izquierdas, más todo lo que se robaron los dirigentes argentinos. Ardua labor, sin duda. Lo que se esconde es que Milei, pese a todo lo que diga, está al servicio de esa coalición dominante que se ha escindido de las ciudadanías occidentales. ¿Piensan que le alagaría Elon Musk si hubiese implantado una verdadera soberanía en Argentina (más allá de eliminar las burocracias e ineficiencias del Estado)? Musk o Bill Gates no son más que las dos caras que ofrece la coalición dominante para aparentar una verdadera disputa por dos formas de entender el mundo, cuando en realidad no es más que una engañifa pues ambos tienen los mismos objetivos. Lo que cambia es que Gates confía es sus políticos “a sueldo” mientras que Musk y Donald Trump no. A uno no le importa la regulación y a los otros sí. Pero usted, pobre ciudadano, les importa una higa.
En España existe una queja legítima por parte de los agricultores pues los productos marroquíes, por una de esas regulaciones de la coalición dominante, no pasan los mismos controles fitosanitarios que los que tienen los productos de la UE. ¿Han visto preocupación real de los partidos políticos? No, porque las grandes corporaciones que están detrás del mercadeo de productos así lo han mandado. Como están detrás del acuerdo UE-Mercosur. Un papero de Colombia entregará por una miseria su producto a una gran corporación para que esas patatas sean vendidas en Europa. Lo mismo pasará con la carne argentina o con otras materias primas más deseadas. ¿Pasan y pasarán los controles fitosanitarios iguales a los de aquí? No. Es como algunos títulos universitarios que se otorgan en las miles de universidades de garaje que existen por aquellas tierras y que están instalándose ya en la propia España (especialmente en Cataluña, Madrid y Andalucía).
Una escisión amparada por la clase política
La UE ha acabado siendo el estercolero de la coalición dominante y la Comisión el brazo ejecutor de toda la agenda de esa elite que tan solo piensa en salvar sus cuentas de resultados y seguir ejerciendo su poder sobre gran parte de la humanidad. Una coalición que se sabe escindida pero lo disfraza con distintas formas, algunas aparentemente antagónicas —hay que entretener al personal—, para goce y disfrute de la ciudadanía. En todos los países occidentales se está estableciendo la polarización mientras sus ganancias siguen aumentando. Decía no hace mucho Giorgio Agamben que la pandemia supuso un gran golpe a la ciudadanía y que la clase política hizo y deshizo sin vergüenza alguna. La cuestión va más allá de lo expuesto por el filósofo italiano. Gracias a ello se pudo comprobar el nivel de resistencia de las poblaciones a los abusos, lo que ha acelerado la agenda mediante líderes populistas que están al servicio de la coalición, polarización, inmigración masiva, acuerdo comerciales perjudiciales para ambas partes, etc.
Todo ello contando con la aprobación de la clase política. Si se fijan bien, en España no ha habido la menor queja o noticia alarmante sobre el acuerdo UE-Mercosur. Los medios, que está tan comprados como los políticos, han hablado de ello pero como si se ofreciese el parte meteorológico o los resultados deportivos. Lo mismo sucedió con otros acuerdos o casi todo lo que tiene que ver con las grandes corporaciones. Quienes se quejan dejan de recibir contratos publicitarios o son peor posicionados en los distintos buscadores de noticias. Nadie abrirá un debate en el parlamento español porque los principales dirigentes están tan entregados a la mascarada de la clase dominante que saben a qué atenerse.
Pedro Sánchez es la cara de una de las partes de esa coalición dominante y él es consciente de ello porque se lo han expresado. Por cierto, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha determinado que las hipotecas bajo el IRPH son un fraude ¿verán a cualquiera de los gobernantes y al ministro de economía decir algo? No. Saben que los bancos no necesitan publicidad en contra y que las personas demanden ante los tribunales masivamente. El gobierno ejercerá de muro de contención y la oposición también. Retomando el hilo argumental, Sánchez es el representante de esa parte de la clase dominante que está empobreciendo y destruyendo Europa en favor de un falso humanismo —cabe recordar que el humanismo llevado al extremo conlleva violencia y dictadura— y un ecologismo embaucador —internet genera más CO2 que los pedos de las vacas o la industria nuclear—.
Alberto Núñez Feijoo, por su parte, ejerce como impulsor del libre mercado (de los demás) y del capitalismo de amiguetes. Unos amiguetes que son, más allá de los típicos empresarios nacionales, grandes corporaciones que lo mismo se quedan con miles de pisos públicos, que gestionan los medicamentos y la investigación médica, que controlan las televisiones, la música o lo que se debe comer y vestir. Dicen pagar impuestos —cada día piden que se les baje a sus empresas pero se le aumenten a los ciudadanos—, pero en realidad no lo hacen y recuperan con creces lo abonado gracias a políticos como Feijoo.
En ambos casos son parte de esa escisión de la coalición dominante respecto a la ciudadanía. De hecho son conscientes, por lo que dicen y hacen constantemente, que ellos también están escindidos del resto de sus congéneres. No dudan nunca en qué hacer cuando son ellos los que salen beneficiados; no dudan en polarizar a la sociedad para que parezca que hay agendas distintas; pero actúan siempre en comandita cuando los intereses de los menos deben ser defendidos frente a la población en general. Por mucho que hablen y digan que tal o cual acuerdo es beneficioso para el campo español, por ejemplo, al final lo acaban resumiendo en que es una cosa de la UE y que no se puede hacer nada. Lo mismo harán Macron, Meloni o cualquier otro. Es como cuando estaban preocupados por la despoblación de buena parte de España y tomaron al decisión de que lo mejor era enseñar informática…
Se han escindido y no les importa. Incluso quienes aparentemente dicen cosas que pueden resultar contrarias a las posiciones de esa coalición dominante, no son más que agentes supuestamente externos pero necesarios para la legitimación de toda la agenda globalista. Verán a unos defendiendo a Palestina y a otro a Israel. Unos a Al Assad y otros a los moderados yihadistas. Una gran mentira porque todos los españoles están en venta al mejor postor.