lunes, 18 agosto, 2025

Mamporreros de la política

Si ayer se hablaba de los mamporreros al servicio del ser superior, hoy nada mejor que retomar el análisis con los mamporreros de la política. No se refiere el artículo a los apparatchik de los partidos, esos son bien conocidos. Los Simancas, los Arenas, los Meyers… ese tipo de personas que matan, pierden elecciones y siempre están en la mamandurria son parte del paisaje habitual. Y suelen mojarse poco por si pierden el cargo al que llevan agarrados desde se asustaron cuando les hablaron de trabajar.

El artículo tiene que ver con los medios y periodistas que ejercen dedicados a las loas de un partido y a la crítica del adversario/enemigo. Siempre y bajo cualquier condición. Viven, y muy bien, de escribir al albur de este o aquel partido político. Lo tienen de derecha a izquierda, del centro a la periferia. Ahí, inasequibles al desaliento en apoyo de “su” partido. Aunque luego se autocatalogan como profesionales de la información y sin sesgo alguno… ya.

Del PP y del PSOE de toda la vida

Hay gentes, ustedes los conocen bien, que llevan viviendo del PP y del PSOE toda la vida. No porque esos partidos les abonen cantidades algunas, no es necesario, sino porque les llevan defendiendo contra viento y marea. Un PP de corrupción hasta la cejas provocó que muchísimos columnistas se dedicasen a hablar de Venezuela (como si a los españoles les importase algo). Un PSOE incapaz de gestionar seriamente provocó columnas y artículos hablando de la corrupción del PP.

Se llegó a montar una conspiración de periodistas para derribar un gobierno. Pero todos ellos salen en prensa, escriben memorias y se califican de dignos. También es cierto que muchos de esos periodistas tienen trabajo gracias a sus contactos con esos partidos y, lo que es más importante, los fondos de subvenciones a los medios de comunicación mediante la publicidad institucional. Pueden ser unos juntaletras pero si consiguen pasta hasta les sacan en televisión.

Todólogos de partido

Son todólogos de partido. Doxósofos a sueldo. Se reparten por la prensa escrita, televisiones y radios poniendo el cazo, siempre y cuando tenga opinión de todo contra el adversario. Capaces de mentir sin sonrojarse y tener la caradura de defender a muerte a los suyos. Y no por una cuestión ideológica, la mayoría carece de ella más allá de la ideología dominante, sino porque si ejerciesen con dignidad la profesión no tendrían trabajo, ni habrían llegado a dirigir periódicos o programas de radio y televisión.

La verdad, aunque sea de forma precaria, no les importa. Son hacedores de opinión (de partido) y generadores de una realidad paralelas. Ahí tienen a los de derechas avisando del peligro socialcomunista y a los de izquierdas bramando contra el fascismo… y en España, hoy, no existe ni comunismo, ni socialismo, ni fascismo… Hay mucha tontería, sí, pero eso no tiene que ver con ideologías y/o teleologías.

Un día hicieron una crítica

Cuando vean a algún director de periódico, a algún columnista destacado, a algún presentador de radio o televisión haciendo una crítica “a los suyos” o una alabanza “a los otros”, no se asusten. No han tenido una caída de Damasco, es que algo están a la espera de rascar. Cierto que los BOE oficiales de PSOE, PP y Podemos suelen necesitar menos esas argucias, pero cuando llega la época de repartir subvenciones, de contratar publicidad institucional o de nuevas concesiones desde las administraciones… se lanzan a criticar.

Lo hacen de manera suave. Una especie de “mira que te doy”. En cuanto pactan los ingresos y cobran se acaban los arañazos y vuelven a lo suyo, al mamporrerismo. Que al grupo Planeta le dan una Universidad, pues los trabajadores de prensa, radio y televisión de esos medios salen a adorar a Isabelita. Que a Roures le conceden unas bicocas, Público y Ferreras elevan a Yolandita a los cielos. Que ayudan a reducir deuda de Prisa, su sanchidaz pasa a ser dios. Y así en todos los medios y columnas. Incluso los que parecen ir por libre, están haciendo trabajo para unos y otros.

Prebendas

Esos mamporreros acaban escribiendo libros en editoriales de postín. Acaban copando las televisiones hablando de cualquier estupidez que se presente (¿no se han fijado que hay como una rueda por todas las televisiones?). Si hay algún problema se le busca acomodo en la televisión regional donde se gobierna. Y así toda una pléyade de marionetas del sistema (y del supuesto antisistema) vive a cuerpo de rey a costa de pisotear la dignidad de la profesión.

En el caso de los nacionalismos vasco, valenciano y catalán esto es mucho más patente. Los que están por la causa tienen asegurados programas, canales de radio, editoriales y hasta drogas si hace falta. Dicen ser la voz de la sociedad civil pero no son más que esbirros del poder político… y del empresarial. ¿Por qué nadie critica a cierta cadena de supermercados, cierta marca de moda, cierto banco, ciertos centros comerciales…? Porque son los que ponen la pasta. Esto, siendo un déficit de ética –dentro del capitalismo es así y se sabe-, no tiene nada que ver con los mamporreros de partido. Aunque en algún caso hay fusión de intereses empresariales, políticos y futbolísticos.

Mamporreros de Florentino

Lo de las “pajillas de Roncero” que decía José Antonio Abellán es una tontería comparado con la realidad de la prensa deportiva de Madrid. No es que se pasen el día mintiendo y ejerciendo de apologetas de la ideología nacionalmadridista, es que son incapaces de ejercer la profesión con un mínimo de dignidad. Son mamporreros, o estajanovistas si lo prefieren, de Florentino Pérez. A la mínima se lanzan a cumplir los deseos de su amo y señor, llegando incluso a anticiparse a esos deseos.

Después de haber vencido en el derbi madrileño y haber lesionado a Antoine Griezmann (en Marca tienen los santos cojones de decir que fue un choque) no podían disfrutar. Estaban preparados para escojonarse del rival capitalino en el sorteo de Champions pero algo salió mal. Pillaron a la UEFA en uno de sus trucos habituales y hubo de repetirse el sorteo con suerte dispar en esta ocasión.

Se acabaron las risas

Cuando el sorteo había sido tramposo la prensa madrileña nada dijo, estaban riéndose de la más que probable eliminación (sin jugar los 180 minutos) del Atlético de Madrid y su paseo lisboeta. Clamaron los medios en Francia, Inglaterra, Italia o Alemania mientras en España estaban de celebración con champán. Mira por donde, por una vez, se le cayó la cara de vergüenza a la UEFA y decidió repetir el sorteo.

De repente el nacionalmadridismo dejó de sonreír y los sudores fríos comenzaron a recorrer las frentes de todos ellos. Ya no había saltitos de rana coja en platós, ni pronósticos de 100% a cero en las webs deportivas. Se exigía que el sorteo se celebrase desde la eliminatoria Benfica-Real Madrid… como si esa no hubiese estado bajo la sospecha habitual.

VergUEFA

A cualquier persona interesada por el fútbol, menos a los nacionalmadridistas, siempre les ha parecido sospechoso (así lo han reconocido en UEFA hace tiempo) que a cierto equipo le tocasen en sorteos los más débiles de cada eliminatoria. Y pretendían que eso se mantuviese. UEFA no tragó con ello y repitió el sorteo completo. Cambiaron los emparejamientos y que le haya tocado el PSG parece que no ha gustado en el paseo de la Castellana (donde la caja de herramientas gigante).

“VergUEFA” titulaban ayer los mamporreros escocidos. Tanto como para haber olvidado dos cosas: la victoria en el derbi y que el PSG no le gana ni a los de su propia liga. Da igual, sólo de pensar que Ramos marque en el Bernabéu el gol que facilite la eliminatoria en el último minuto, les aterra. Como les aterra que Mbappé les meta siete goles (aunque ya le llamará el Don para que no lo haga). O que Messi les clave un par de faltas. Confían tan poco en su equipo que cualquier cosa con nombre les asusta.

Manipula que algo queda

Ahora ya han comenzado la campaña de manipulación contra los demás equipos y contra el PSG. Que si Haaland ya está hecho con el Madrid porque se pagará la cláusula de 75 millones (aunque el Borussia Dortmund haya dicho oficialmente hace una semana que no existe tal cláusula) y lo del Barça es filfa. Que si el PSG se está cobrando lo de no haber apoyado la Superliga. Por cierto, ¿por qué hay miedo a jugar con el PSG si querían una liga de los mejores? O que si el Atleti…

Con el Atleti no sólo hay la rabia desde niño del Don (eso de que les pintasen la cara con el ala infernal, o con Luis o con Pereira y Capón…) sino que el ex-yerno del tito Floren es patrocinador del club rojiblanco. Al dueño del Real Madrid (por mucho que digan sus socios que no) le ha salido uno contestón hasta el la propia familia. No sólo se divorcia de su hija sino que se va a financiar a su máximo enemigo (aquí la noticia). Normal que manipulen las lesiones, las tarjetas y hasta el color de las camisetas, el odio es infinito.

No son capaces de disfrutar de las cosas buenas. Son malas personas que sólo viendo al otro humillado sienten gozo. No confían, como se ha dicho, en su equipo pese a que quieren poner a todos los jugadores del nadaplete en todos los premios. Son unos gruñones (con lado llorón) insatisfechos que sólo disfrutan como estajanovistas del ser superior. Lo raro es que no estén todos enfermos en hospitales por ese esfuerzo diario para complacer a su amo.

Casado haciendo el ridículo en América… otra vez

En América van a terminar de odiar más a los españoles de lo que pueden hacerlo en la actualidad. Vale que no les hagamos mucho caso salvo para la cosa de los negocios pero esto de enviarles a José Luis Rodríguez Zapatero, a Irene Montero, a Adriana Lastra (todos miembros del grupo de Puebla), a Santiago Abascal y ahora al presidente del PP no se hace ni al peor enemigo. En el último caso, además, con la sana intención de extender el ridículo perpetuo que en España ya es conocido.

Pablo Casado, como no tiene ya quien le haga caso en España -porque ha logrado cansar hasta al BOE del PP (El Mundo)-, se va a hacer las Américas llevando allí su incapacidad manifiesta para cualquier cuestión política… bueno, para cualquier cuestión. Lo mejor de todo es la pose de chulo con cubata en la mano que utiliza antes de hablar y las fotos. Como esos personajes que el roce del pelo de una mujer lo cuentan como sexo. Esto es propio de la personalidad del tipo, pero que deje a España mal es problema de todos.

No sabe ni de lo que habla

El problema de Casado es que le dieron una chuleta con cuatro ideas en FAES (ahí no había asignaturas que aprobar) y las suelta y mezcla sin ton ni son. Debe pensar que en Chile o Argentina son mastuerzos intelectuales (típica pose del chulito de barra de pub) y vale cualquier cosa que diga. En su mente la mitad de la población debe ir con taparrabos porque no se entiende que intente explicar el indigenismo a los que lo viven día a día.

Quiere montar un PP internacional, básicamente Europa y América que es a lo máximo que llega su mente prodigiosa, para hacer frente al Grupo de Puebla. Ese grupo, en esto tiene cierta razón, que apoya dictaduras y candidatos sospechosos. Bueno, tan sospechosos como los que él apoya, léase José Antonio Kast en Chile e Iván Duque en Colombia. Es tan ridículo que tras criticar a los que apoyan dictaduras señala que el candidato Kast ha tenido sus cariños con la dictadura de Pinochet (que parece que es buena como decían los Chicago boy’s y es algo normal para un hijo de exiliado nazi) y Duque mata a manifestantes a tiros.

Buenismo con excepciones

En su charla en el Centro de Estudios Públicos, de thatcheriano recuerdo, salió su vena buenista. Allí afirmó que “no hay que diferenciar a la gente ni por raza, ni por religión, ni por orientación sexual, ni por lengua…”. Una declaración muy acorde al pensamiento ilustrado si no fuera porque él sí que diferencia por lengua y por religión (sólo le gusta la cristiana, tirando a protestante, y la judía). Lo decía porque el indigenismo y el nacionalismo son dos lacras iguales.

¿En qué cabeza cabe igualar una posición premoderna con una moderna? Sólo en la cabeza de Casado. Lo más gracioso es que en el vídeo afirma, casi al final, que esas divisiones indigenistas-etnicistas acaban por disgregar a la nación. “¿Pero no era malo el nacionalismo?”, cabría preguntarle. Entre otras cosas porque no hay naciones sin nacionalistas. El caso es que a él no le gustan los colectivismos salvo el suyo. Sólo hay individuos viene a decir pero reconocer que la sociedad civil debe ser fuerte y ¿qué hay en la sociedad sino colectivos?

No sabe ni qué es una nación y su vinculación al capitalismo

Es tan inculto que ni sabe que el Estado-nación, donde hay nacionalismo, se formó a mayor gloria del capitalismo que tanto le gusta. Ese colectivismo lo crearon los liberales para homogeneizar el mercado interior dentro de un Estado y así poder hacer mayor acumulación, tener garantías monetarias y control del proletariado. La nación servía para todo eso. Y no es algo que digan intelectuales rojeras, lo dice un católico como William T. Cavanaugh (Migraciones de lo sagrado, editorial Nuevo Inicio).

Esos católicos no le gustan porque es un protestante camuflado, pero la tontería ante gente estudiada y con más cabeza que él es importante. El indigenismo puede ser malo (es una cuestión subjetiva) pero compararlo con su contrario que es el nacionalismo es de idiotas. Claro que en la cabeza de Casado el nacionalismo es sólo el catalán, no el español. Y las discriminaciones sólo se hacen con los catalogados malos. En realidad dice tantas tonterías que no se sabe bien qué es lo que quiere decir en algunos momentos.

Apoyar a dictaduras es malo, salvo si lo hago yo

Su máxima preocupación en América Latina son las dictaduras de izquierdas y de derechas populistas (tampoco le gusta Bolsonaro) y por ello hay que actuar contra aquellos que las apoyan, sean de Podemos, sean de Argentina o Chile. Bien una muy buena posición política, siempre y cuando no se perdonen a los que apoyan a día de hoy a Pinochet,  a la dictadura argentina o a Franco. En eso tiene toda la razón, pero ¿qué decir de aquellos que han hecho negocios con dictadores?

Casado fue uno de los muchachos de José María Aznar encargados de hacer negocietes con la dictadura de Gadafi en Libia. Puede que fuese el típico “nuestro hijo de puta”, y los libios hoy viven bastante peor, pero es cuestiones éticas no hay trampas. No las hay salvo que te importen una higa las dictaduras y sólo actúes ideológica y materialmente. Si es una dictadura con la que hacer negocios buenos, son amigos y si no se pueden hacer malos. No se puede ser halcón y paloma a la vez.

Mala imagen de España

Se quejaba estando en aquellos lares Casado de los pocos viajes que ha hecho el presidente Pedro Sánchez a aquellas tierras, cuando habría que tener más contacto permanente. Puede tener razón, pero si el presidente del gobierno siempre hace el ridículo a nivel internacional ¿por qué ha de ir más y así dejar el pabellón español arriado? Si va es malo y si no va también.

El problema es que desde la derecha han enviado a Albert Rivera (bajo apoyo de Aznar y algún grupo conectado con la CIA y el sionismo) y a Casado. Antes ya estuvieron Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón… Más ridículo que eso es imposible. ¿Esta es la imagen que ofrecen a los amigos americanos?

Al menos aquellos no calificaron a los paraguayos que viven en España como lumpen, ni hablaron de colectivizaciones como la hispanidad (Casado tiene colectividades a porrillo), ni insultaron al gobierno. Porque lo peor no son las tonterías que suele decir –en España ya se está acostumbrado- sino que va dejando mal el nombre de España por donde pasa. Lástima que nadie les recordase a las personas de esas tierras que en España le llaman Fra-Casado.

Descubrimos los maravillosos colegios del PP manchego

Ayer mismo se contaba en estas mismas páginas la revolución que pensaba llevar a cabo el PP de Castilla-La Mancha respecto a la construcción de colegios e institutos. Habían ideado una fórmula para que el coste de los mismos fuese de tan sólo 50.000 euros. Francisco Núñez, más conocido como “el bulos” o “el empanao” entre la población, ha tenido escondidos los proyectos de esas infraestructuras tan baratas, hoy se desvelan.

Cole de integración

El primer colegio se ha calificado como “cole de integración”. Es un colegio de reducidas dimensiones pero con la intención de que los animales que pueblan la meseta manchega puedan sentirse integrados. Ahí tienen a cabrillas, cerdas, cebras y demás especies en el colegio. Le faltan puertas y paredes, pero eso no es algo importante tratándose de animales. Un colegio muy rural al que igual le falta algún pastor de esos que conoce Pablo Casado.

Cole para pequeñas poblaciones

El siguiente colegio, como pueden ver en la imagen, está planeado para pequeñas poblaciones. Con que tengan dos niños valdría porque tampoco la infraestructura da para más. En esta ocasión el colegio tiene una pared y hasta un reloj, al que cualquier gigante puede cambiar la hora. Viene equipado con instrumentos musicales, escuadra y cartabón. Todo un lujo asiático para la España rural.

Colegio de infantil

El colegio de infantil tiene servicio de transporte incorporado como pueden ver. Lo que no han desvelado es si serán los infantes quienes lleven el coche, porque no cabe más que una persona, o si es de attrezzo. No se ve un colegio muy grande y parece especial para niños cabezones, pero en cuestiones vanguardistas Núñez es el especialista. Seguro lo ha copiado, como hace siempre, de algún lado.

Instituto

Si se fijan en la imagen el instituto ya es algo más grande y tiene dos plantas. Cuenta con pupitres individuales, un esqueleto y parece que estará adaptado para niñas y niños discapacitadas. Habrá aula de informática para dos personas (le han contado no sé qué de la España vacía y para qué más) y baños (algo importante porque en los otros colegios se hacían las necesidades en la calle). Tendrán un profe progre, una profesora asiática (por aquello de la diversidad) y una profesora rubia de bote y chocho…

Si sobra algo para la saca

Viendo las imágenes da para pensar que de esos 50.000 euros va a sobrar bastante dinero. ¿Qué hacer con lo que sobre? Nada. Núñez y sus alegre muchachada del PP han pensado pagar ese dinero sobre o no. Ya verá el constructor si luego quiere ser generoso con el partido y hacer algún donativo. Sin presiones, no piensen que esto es como la Gürtel. Total con esas infraestructuras tendrían que hacer ocho millones de colegios e institutos y de ahí sí que saldría una buena morterada para la saca. Como les enseñó la “tita Loli”, de los Cospedales de toda la vida.

Vox le come los tobillos al PP y no por la pelea interna

Que Isabel Díaz Ayuso debe estar gastando medio presupuesto de la Comunidad de Madrid en “subvencionar” a los medios de derechas (y alguno de izquierdas) parece obvio. Llevan desde hace cuatro meses diciendo que la bajada del PP a nivel nacional es culpa de la pelea en Madrid por la celebración del Congreso pepero. Pablo Casado no tiene ese dinero para contrarrestar la información y por ello debe tragar quina o irse a hacer las Américas. En realidad es que aquí ni la prensa propia le hace caso.

La mayoría de las personas ni sabe, ni le interesa lo que sucede en la Comunidad de Madrid. No les importa que se esté esquilmando la sanidad como para prestar atención a tonterías de partido. En Madrid están a las cañas y poco más. Fuera de Madrid sólo se conocen ciertas cosas de Ayuso, principalmente lo que suele decir contra Pedro Sánchez y cuando insulta y llama paletos a los que viven más allá de las fronteras madrileñas. Curiosamente es más allá de esas fronteras donde Vox sigue creciendo, voto a voto.

Han propiciado el aumento de Vox

El PP fardaba de conocer bien lo que sucedía más allá del centro del poder político. Hoy en día no tiene presencia casi en el País Vasco y en Cataluña la primera fuerza política de la derecha es Vox. Cuando Casado habla de la España periférica da vergüenza. Como cuando dijo que a un pastor no había que decirle qué se podía comer, que la comida de pastor era buena. O no ha visto un pastor en su vida, o es tonto. Hasta Red Bull toman los pastores actuales.

Cuando se abandona la España periférica y se queda en la política de capitales normal que Vox acabe arañando los votos. También Ayuso catalogó a Colmenar Viejo como España vaciada (una ciudad de 50.000 habitantes a 20 mins. de Madrid). A pesar de aparecer en muchas ocasiones como cazadores pijos, por su indumentaria, en Vox se están moviendo por todos los pueblos de España. Van abriendo poco a poco sedes y no cuestionan las tradiciones propias de cada lugar. Y el PSOE, en algunas comunidades, les está dando la contrarréplica –para los que ven a alguna conversa como presidenta-.

Vox les está comiendo los tobillos electorales

A pesar de que las encuestadoras están escondiendo el voto a Vox, las muestras regionales ya ofrecen otros datos. Aumentan sus posibilidades, frente al voto al PP, en Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León o Valencia, que se sepa. Cierto que la abstención en la izquierda aumenta y parecería otra cosa, pero lo que es irreal es la no bajada del PP. Entre otras cosas porque el discurso de Vox está calando poco a poco en un buen número de la población.

En unos casos por dar un toque de atención a PSOE y PP; en otros porque Casado es un sosaina; los más porque están cansados de los pactos contra-natura del Gobierno, el caso es que Vox sube y sube hasta morder los tobillos del PP por la derecha. Bien es cierto que cuando haya que votar y meter la papeleta de verdad cambiará todo (hoy se puede decir que se va a votar a este o aquel sin pensar). En ese momento Vox sí tendrá un buen trecho ganado porque lo están trabajando día a día.

¿La prensa de derechas contra Vox?

Lo que sorprende de toda esta historia es la postura de la prensa que se sitúa a la derecha (que son unos cuantos medios). Las ruedas de prensa de Jorge Buxadé suelen ser obviadas; los viajes de Santiago Abascal ni aparecen o los colocan escondidos; las posibles candidaturas de Macarena Olona o Javier Ortega Smith (Andalucía y Castilla-La Mancha) se intentan torpedear… Y en ello no es la izquierda mediática la que actúa sino la derecha, como sucede con las candidaturas de la España periférica.

En la izquierda, como es obvio, a mirar y disfrutar de las palomitas mientras. Cuando es patente que se necesitará la unión de ambos partidos para gobernar en más de un lugar, los medios de derechas apuñalan a Vox y favorecen al Frente Amplio. Curioso. Igual es porque en esta ocasión la estrategia de Vox será la de sentarse en los Gobiernos junto al PP. Se acabó el tiempo de presionar o apoyar desde fuera para que les ninguneen y no se lleven a cabo los pactos firmados. Ahora sí quieren estar, salvo que los números digan otra cosa.

Normal que Casado diga que no piensa incorporar a su gobierno a Vox. Lo primero porque es más que posible que jamás gobierne; lo segundo porque tiene miedo, mucho miedo. Piensa que ese rechazo le dará los votos de Ciudadanos, pero esos ya los ha repartido con Vox y la abstención. No hay más votos. Y quien puede rascar votos por la izquierda sólo es el partido de Abascal, aunque sea como voto de castigo.

“El empanado manchego”: Institutos a 50.000 euros

Al fin se ha descubierto el motivo por el que Pablo Casado se considera tan cercano a Francisco Núñez, tienen la misma capacidad mental y analítica. En estos días en que el primero está por América Latina haciendo lo que mejor sabe, el segundo se dedica a intentar llenar Castilla-La Mancha de infraestructuras sin importar el coste. El primero miente y demuestra su ignorancia –propuso un acuerdo Mercosur-UE que ya está firmado a la espera de su ratificación parlamentaria-, el segundo, como ya es conocida su inepcia, miente solamente.

Núñez no tiene nada que hacer en Castilla-La Mancha, salvo cobrar su sueldo, frente a Emiliano García-Page. Entre otras cosas porque el último siempre va dos pueblos por delante, a veces de forma literal. Al ser un chico de “la Loli” Cospedal, haber afirmado nada más ser presidente que había que privatizar la Sanidad y vivir del bulo hasta Vox parece que le va a comer el pastel electoral. ¡Con lo que le gusta el yantar al orondo Francisco! De ahí que tenga que inventarse algo, por muy irreal que sea.

Institutos a 50.000 euros

En la fase de presupuestos en que está la comunidad manchega, Núñez y su alegre muchachada del PP han decidido que los institutos en Castilla-La Mancha sólo tendrán un coste de 50.000 euros. ¿Les sorprende? Normal que lo haga porque salvo que sean de cartón, cualquiera sabe que algo más sí que costarán. Sólo los baños necesarios para un instituto, salvo que Núñez ponga casetas en el exterior para cagar en un hoyo, vienen a costar eso.

Como con todos los bulos le han pillado en este. La diputada nacional Esther Padilla, ayer mismo, desmontaba la empanada pepera. “He puesto un ejemplo en Educación como son los institutos, pero ese es el carácter general de sus enmiendas para todas las Consejerías, para todo el presupuesto de la Junta. Un trabajo, sinceramente, si se puede calificar como trabajo, bastante decepcionante” ha dicho la diputada de forma amable. Amable sí porque lo normal sería decirle al empanado manchego que está engañando a las personas, que es un mastuerzo de la política que está para llevárselo crudo o que debería dimitir si tuviese vergüenza. Bueno ¿alguien en el PP tiene de eso?

A no ser que…

Que igual la propuesta de Núñez es así porque ha aprendido bien de su nodriza pepera (esa que está a un paso de la cárcel), la que le amamantó a sus pechos en el cigarral toledano. Igual ha propuesto que sólo tenga un coste de 50.000 euros cada uno para que puedan optar al concurso empresas amigas, luego subir los precios todo lo que haga falta y así, no sería la primera vez que se hace, acabar pasando sobres por debajo de la puerta de la sede del PP. En Toledo o en la calle Génova, lo mismo da.

Lo anterior siendo malpensados porque también se podría pensar que es todo un mecanismo de publicidad engañosa. Algo en lo que la Comisión Nacional de la Competencia podría intervenir. Esto es, Núñez se ha puesto a poner sin ton ni son datos para que le cuadrasen 20 institutos a bajo coste y, con ello, poder decir que él ha propuesto algo que le rechazan porque Page es un ser malvado. Y no, se lo rechazan porque el malvado es él mismo. Bueno, malvado es concederle inteligencia. Dirán en la calle Génova que las encuestas no suben, normal teniendo a gente así como máximos representantes… como Núñez y como Casado.

¿La rebeldía se volvió de derechas? Sí, lean por qué

Si usted tiene claro que la respuesta al título del libro es afirmativa, no siga leyendo, ni vaya a la librería del barrio a comprarlo… Bueno, no haga eso. ¡Quédese! ¡Compre el libro! En él podrán encontrar algunas respuestas (no todas) a esa respuesta intuitiva que tiene. Algo que parece tan obvio tiene su explicación. Ni sencilla, ni unívoca, pero la tiene.

Pablo Stefanoni –que se ha atrevido con “otro” ensayo sobre la extrema derecha- desentraña el porqué de esa rebeldía de derechas que existe en la actualidad. Lo hace con solvencia, sencillez e intentando generar seis o siete ideas fuerza que permitan, a las personas interesadas, conocer los intríngulis de lo que se está viviendo, esencialmente en Occidente.

El diagnóstico

El autor comienza el ensayo sin esconderse, yendo al grano pues desde el principio señala que la izquierda (progresista) se ha quedado en lo defensivo y lo políticamente correcto, mientras que las derechas (algunas) “le disputan a la izquierda la capacidad de indignarse frente a la realidad y de proponer vías para transformarla”  (p. 21). Sin futuro y luchando por el capitalismo “tal y como es” la izquierda pierde su capacidad de atracción. Algo que recuerda a lo que se comentaba en los primeros años 1990s en las facultades de Ciencias Políticas españolas, una izquierda conservadora y una derecha revolucionaria. Lo que ha venido después no ha hecho más que exceder aquellos límites, como bien muestra el libro.

Hecho el diagnóstico Stefanoni nos llevará por algunos caminos marginales (como método predictivo), enseñando ciertas estrategias que vienen implementando para ganar la confianza del pueblo. El postfascismo que se vive en la actualidad, esa mezcla (como diría Enzo Traverso (Las nuevas caras de la derecha, Clave Intelectual), de ideas fluctuantes y antinómicas, está perfectamente adaptado a la realidad y el discurrir de los elementos sociales. De ahí que el autor pueda establecer una serie de ejes principales sobre los que se asientan las derechas rebeldes: obsesión con la identidad nacional; rechazo de la inmigración; condena del multiculturalismo; peligro de islamización (en Europa); y denuncia de las imposiciones de la Unión Europea. Tal vez faltaría la lucha contra la ideología de género, que es una batalla muy presente en Europa.

Neorreaccionarios y estrategia digital

Con el plan de trabajo presentado, pasa el autor a presentarnos a los neorreaccionarios, quienes son catalogados como “un movimiento de culto, antimoderno y futurista, de libertarios desilusionados, que decidieron que una cosa es la libertad y otra la democracia, y que no se pueden lograr cambios mediante la política” (p. 57). ¿Qué queda? Salirse del sistema. Como no es la pretensión de este artículo destripar el libro, sino incitar a su lectura, no se contará qué más son los neorreaccionarios, qué piensan y cómo pretenden salirse del sistema. Ustedes los ven en las redes sociales y medios de comunicación frecuentemente, aunque Stefanoni se muestra hábil para describir a ejemplares como Michael Anissimov, Peter Thiel (cofundador de Pay-Pal) o Nick Land. Lo que se cuenta como futurible seguramente cause pavor en el lector, pero así es como piensan ciertas élites. Lo que deja la separación de las élites de Christopher Lasch en un cuento de niños.

El uso de las redes sociales, especialmente mediante memes (por su capacidad de comunicación sencilla y de poco pensamiento), la lucha contra lo políticamente correcto y el acercamiento a los gays –pues su “familia” es un grupo tribal-, son algunos de los mecanismos que vienen utilizando las derechas rebeldes contra la izquierda y la derechita cobarde. Porque todos estos grupos alternativos dejan claro que las derechas de siempre no son valientes, especialmente en las guerras culturales. ¿Les suena?

Libertarios echados al monte

El capítulo que más destaca entre todos es el dedicado al giro a la extrema derecha de los libertarios, especialmente la influencia de Murray Rothbard, haciendo un recorrido histórico de las escuela austríaca, sin olvidar a Ayn Rand, ayuda a comprender en buena medida no sólo lo que sucede en América, sino también en Europa y más en España. Algo que animará a los lectores. Todo ese mejunje del pensamiento paleolibertario, anarcocapitalista y neorreaccionario está en el PP (muy obvio en Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo) y también en Vox (Iván Espinosa de los Monteros). Seguramente más en el PP que en Vox pues estos últimos tienen varias corrientes contradictorias en su propio seno y en algunos aspectos son más de Gustavo Bueno. Con leer la revista de FAES uno se da cuenta perfectamente.

Sorprenderán, sin lugar a dudas, los capítulos y epígrafes dedicados al homonacionalismo –o el gay facha-, que es muy destacado en los países del norte de Europa; y al ecofascismo, o ecologismo como fusión de la sangre y la tierra. Buen recorrido por todas esas pequeñas historias que ayudan a entender que, ante propuestas más o menos progresistas que tienen preeminencia en las sociedades, estos grupos tienen su propia propuesta adaptada a su lógica. Como dice Stefanoni al terminar un de estos capítulos: “las derechas xenófobas están empezando a darse cuenta de la oportunidad que esta crisis representa para ellas y del potente capital político que conlleva la promesa de evitar el fin del mundo”.

Aspectos menos positivos

El epílogo es posiblemente la parte menos atractiva del libro, al menos para un lector español y/o europeo. Si bien acierta al describir la estupidez que es lanzarse a una lucha antifascista frente a un fascismo inexistente, recurre a las mismas fórmulas que se han demostrado inútiles en Europa. Esas que están llevando a porcentajes del 20% de las izquierdas reunidas. Sin embargo, esta pequeña parte, no ensombrece el magnífico trabajo anterior. Mucho mejor que el trabajo de Steven Forti al que tanto bombo le están dando.

La pega intelectual que se observa, porque hay que ser honrado al escribir y contar las discrepancias, es la carencia de intelectuales y políticos de movimientos del sur de Europa (España, Francia e Italia). No se puede entender el lepenismo sin Alain de Benoist, Éric Zemmour, François Bousquet, Jean-Claude Michéa, o cierta rebeldía francesa sin Chantal Delsol, Pierre Mannent o el izquierdista Christophe Guilluy (que sí se cita). En Italia hay muchas más personas críticas que Diego Fusaro (¡Qué manía le tienen al chaval!), hasta Giorgio Agamben está ofreciendo análisis muy en línea con todo esto. En España también a críticos que alimentan cierto pensamiento alternativo como Ignacio Gómez de Liaño, Dalmacio Negro o el citado Bueno… Por no hablar de la gran cantidad de pensadores católicos, que no son extrema derecha pero comparten aspectos críticos. En realidad la extrema derecha les roba esas ideas críticas. Tampoco se habla de la utilización de muchos de estos autores de clásicos del pensamiento de la izquierda.

Es obvio que no cabía todo con aprovechamiento (que luego hay quejas por muchas páginas o por precios). Esto no quita para decir que es un buen libro, que tiene un valor didáctico alto por nadarse por las ramas. La derecha sí se volvió rebelde, ahora toca saber si la izquierda será capaz de ser rebelde otra vez… Eso no lo sabe Stefanoni, ni nadie realmente, pero el libro permite saber a qué se está enfrentando la izquierda.

La izquierda del 10% se confiesa

Que una dirigente política se reúna con el papa Francisco I no deja de ser algo plausible y habitual. Que lo haga una dirigente política que en su ideario tiene ideas contrarias, pero muy contrarias, a la doctrina de la Iglesia católica, es sorprendente. Porque en el Frente Amplio de Yolanda Díaz se apoya la eutanasia, el aborto, los vientres de alquiler y la ideología de género que niega la existencia de la materialidad sexual. ¿De qué pueden hablar dos personas que tienen unas ideas tan antagónicas?

Según la ministra de Trabajo han hablado de trabajo decente, la crisis del coronavirus y el futuro del planeta. Para resolver todo nada mejor, sigue la ministra, que la fraternidad y la Justicia social. Perfecto, cualquier dirigente de izquierdas hablaría de eso, incluso algunos de derechas. La fraternidad, el peligro de destrucción de la naturaleza, la dignidad de la persona y muchas más cuestiones de las que no habrán podido charlar durante los 40 minutos de la entrevista son parte de la doctrina de la Iglesia.

Huele a postureo

El problema es que la reunión apesta a postureo. No tanto porque se pueda reunir con el papa, algo normal como se ha dicho, sino porque los conceptos utilizados por Díaz, en realidad, no tienen el mismo significado para la Iglesia. De hecho la Iglesia “pasa por la izquierda” al Frente Amplio en muchas cuestiones, entre otras cosas, por tener una perspectiva más materialista en muchas de ellas. El diálogo entre diferentes, como ha dicho la ministra, es bueno pero mientras la Iglesia sí apuesta por el bien común, el Frente Amplio no tiene esa perspectiva ética en sus postulados.

Ayer mismo se publicaba en estas páginas el análisis de un libro (Los demonios del bien) donde se explicaba claramente que el bien común es algo distinto a la Justicia social tal y como se entiende en estos días y por parte de los postmodernitos. El bien común exige, por principio, el debate y la reflexión entre los contrarios para establecer qué es el bien en sí mismo; la Justicia social (que no es sólo fraternidad) es una perspectiva completamente subjetiva de parte. Moralina en botella de plástico reciclable, pero moralina.

No saben ni qué dice el papa

El postureo se observa en las palabras del secretario general del PCE –sí el partido comunista, para vergüenza de los comunistas (la mayoría fuera del Partido)-. Enrique Santiago, que va aclimatándose al postureo, ha dejado por escrito: “La alianza política que se asienta sobre el trabajo decente y el futuro verde merece todos aplausos, más si se da entre quien está llamada a ser la cabeza más visible de la izquierda europea y el Pontífice más coherente de la historia reciente”.

De primeras elimina lo de la fraternidad y el bien común no vaya a ser que se lo exijan a él, pero se nota que no tiene ni idea de lo que viene defendiendo Francisco I. Piensan que por ser jesuita va a ser de izquierdas à la teología de la liberación y nada que ver. Es un pontificado similar a los cuatro anteriores (sin contar a Juan Pablo I) respecto al ecologismo (Pablo VI fue pionero desde 1971) y al trabajo decente (Juan Pablo II señaló al capitalismo como peligro para la dignidad de la persona).

La cabeza más visible de la izquierda

Lo del papa es hasta perdonable por no estar a esas cosa –podría haber preguntado al “monaguillo” Alberto Garzón que conoce de esas cosas, pero no se hablan mucho según cuentan-, pero la boutade de ser a futuro la cabeza más visible de la izquierda europea es desconocer la izquierda y Europa. Para decir eso debe excluir a los partidos socialdemócratas. Ya se sabe que la izquierda son quien digan ellos y ya, pero para los votantes europeos igual la socialdemocracia sí es de izquierdas. Y en ese lado hay mujeres y hombres que son primeros ministros.

Si sólo se refiere a lo que hay a la supuesta izquierda de la socialdemocracia, cabe decir que sí, será la cabeza visible del 10% de la población con suerte. En Francia toda la izquierda suma poco más del 20% de los votos para las presidenciales y bajando. En Alemania han bajado de forma alarmante. Y en otros países casi ni existen. Echarse el pisto por una izquierda mínima, caniche, postmoderna y arriquitaun es lo que demuestra el postureo de la visita al “santo Padre”. Y más cuando nada más llegar le preguntan por Carmen Calvo. Que es un “tierra trágame” de manual.

¿Piensan ir en busca del voto católico de izquierdas? Pues si piensan que son idiotas esos votantes, como lo piensan de otros grupos –tipo los trabajadores del sur, de los que hablan sus estrellas mediáticas-, y que no saben distinguir la doctrina católica de la doctrina postmoderna, tienen un problema. En las HOAC ha habido y hay muchos comunistas y socialistas, como los hubo en las Hermandades del Trabajo y hasta en el Opus, pero ya son pocos y con más inteligencia que la dirigencia frentista. Se han creído que pueden ganar al PSOE y allí que van diciendo boutades y reuniéndose con el papa.

¿Cansado de la ideología de género? Este es su libro

Un nuevo libro de Alain de Benoist que se traduce al español, gracias al esfuerzo de la editorial EAS, debería ser motivo de curiosidad periodística cuando menos. Entre otras cosas por la influencia del autor entre numerosos grupos, a izquierda y derecha, de esas que se califican de exaltados, rojipardos, populistas, postfascistas, etc., y que pueblan el paisaje parlamentario europeo. En la propia Francia natal del autor, por ejemplo, es alabado tanto por Marine Le Pen como por Jean-Luc Mélenchon.

Padre de la Nueva Derecha, nada que ver con el neoliberalismo de Thatcher y Reagan, paganista (por si las dudas) y siempre al tanto de las corrientes, evidentes o subterráneas, de pensamiento que navegan en esta época de claroscuros y decadencia en Occidente. Un autor que hay que leer en profundidad porque, más allá de la propia posición política que uno crea tener, genera dudas razonables en certezas que no son más que producto de los aparatos ideológicos del neoliberalismo.

Moralismo liberal

El libro que nos presenta EAS en esta ocasión se titula Los demonios del bien, en clara referencia al libro de Phillipe Muray, El imperio del bien (Nuevo Inicio), y lleva como subtítulo “Del nuevo orden moral a la ideología de género”. Algo suficientemente provocativo y que pondría los dientes largos a cierto espectro político, si no fuera porque al final nada es lo que parece con De Benoist. Desde luego el ataque, como se verá, a la ideología de género supone el grueso del libro, pero no crean que existen culpables a priori claramente. Si usted quiere utilizar el libro para lanzárselo a la cabeza de un enemigo político, tenga cuidado que igual le cae encima antes.

Nada más comenzar, para que los espíritus cándidos sepan a lo que se enfrentan, aduce el autor que hoy en día existe mucha más moralina de lo que se piensa (respecto a tiempos pretéritos): “La nueva moral quiere moralizar a la sociedad misma, sin imponer reglas a los individuos. […] La nueva moral describe lo que la sociedad debe convertirse. […] La moral antigua estaba ordenada al bien, mientras que la nueva moral está ordenada a lo justo” (p. 11). Una diferencia clave que hace ver la existencia de una cierta permisividad amplia pero que en realidad no deja de estar bajo los parámetros de la hipermoralidad. Cierto que esto lo han trabajado otros autores, con otro lenguaje e intenciones,  como Byung Chul-Han. En resumidas cuentas, se ha pasado de la lógica del ser a la del deber-ser, al encorsetamiento del deber-ser… tal y como ciertas élites han decidido que es el deber-ser.

Los mercenarios del sistema

Para todo ello, cuenta en el primer capítulo, se necesita la ayuda de un cuerpo de mercenarios del buenismo, los cuales serán bien recompensados, o falsarios de la pluma como les llama De Benoist. Simples animadores (de significantes vacíos y mucho renombre –buen golpe que lanza a Bernard-Henri Levy-) de la “hipertrofia del instante” y “el consumo de lo efímero”. Tan banales como eficaces al sistema en el desarrollo del “individualismo de masas”. Dicho de otro modo, se ha producido la transformación del espacio público de un lugar de debate y generación de opinión, a un espacio del “hacer casito” a experiencias individuales, dramas personales o prefabricados y todo ello siempre marcado por la lógica consumista de tener derecho a todo porque sí, porque me considero víctima de una opresión inventada. Un psicologismo que excluye cualquier análisis de las causas objetivas de los problemas sociales para centrarse en la compasión y la piedad. Intentando poner la Justicia Social en el centro del tablero no hacen más que alejarse de ella, a derechas y esencialmente a izquierdas. Así señala en la página 31: “El estatuto de víctima es, además, eminentemente rentable”.

Como no es cuestión de destripar el libro y que ustedes no lo compren, es mejor pasar al meollo del mismo, la ideología de género. Sí cabe apuntar, sin más, que encontrarán una crítica a las leyes de memoria de todo tipo que tan de moda están, al cambio moral del socialismo, a las enfermedades generadas por el sistema, al hedonismo post-moderno, al Estado como homogeneizador y a la Nueva Clase (dominante). Cuestiones todas que ha tratado con mayor amplitud en otros de sus libros como El momento populista (también editado en EAS) o Contra el liberalismo (Ediciones Insólitas).

Ideología de género

Respecto a la ideología de género comienza el autor por ubicarla en su contexto histórico-intelectual, la postmodernidad. Una época de hibridación, de la diferencia carcelaria y de sinfronterismo coaligado con el turbocapitalismo globalista. No se pueden disociar los efectos de las causas y la ideología de género está vinculada con la fase superior del capitalismo actual.

El intento de quitarse de encima la dominación patriarcal del feminismo clásico “estaba totalmente justificada” a decir de De Benoist. De ahí que analice las dos posturas principales del feminismo en su desarrollo hasta llegar a la ideología de género: el feminismo igualitario y el feminismo identitario. Más partícipe el autor del primero que del segundo, en tanto en cuanto cree que es un error situar los valores de la mujer como superiores a los del hombre (virilidad y cuidados). Ambos son complementarios. Lo que preocupa realmente a De Benoist es esa “nueva moda de literatura aburrida, repetitiva y de una esterilidad intelectual” (p. 80). Esto es, Judith Butler y sus amigas (o ¿debería decirse amigues?).

Todo el intento de acabar con el binarismo sexual asombra al autor, no tanto por la boutade intelectual que representa sino por las consecuencias sociales que de ello se deriva. “El erro comienza cuando se pretende negar la naturaleza en nombre de la cultura o de la cultura en nombre de la naturaleza” (p. 94), algo que un buen número de feministas españolas firmarían. Esa acción generista, que se acerca según De Benoist al lyssenkismo, acaba por suponer que “la cultura no puede absorber íntegramente la naturaleza como si las culturas cayesen del cielo y no tuviesen nada que ver con nuestra condición de seres vivos” (p. 95), lo que no deja de ser una falacia. Toda la neolengua del generismo, toda su victimización, todo el intento de destruir la cultura y a heterosexualidad no deja de ser una “deconstrucción” con el firme objeto de eliminar los obstáculos a la “implantación de la ideología mercantil en los espíritus” y el libre mercado de las relaciones humanas.

Lo natural

En un esfuerzo por utilizar lo racional frente al subjetivismo puro de la ideología de género, el autor empleará gustosamente numerosas páginas a describir las diferencias, científicamente probadas, entre mujeres y hombres y lo que ello supone para las relaciones sociales, para la conformación cultural y para la igualdad necesaria. En algún tramo, De Benoist podrá parecer un machista a ojos feministas (cuando señala que la dinámica es hacer del hombre un culpable a priori), en otros un feminista clásico, pero no dejará indiferente su crítica a toda esa construcción del generismo que se quiere imponer en Occidente. No sólo acaba con la mujer y el hombre, sino con la propia cultura y da pie a aberraciones explotadoras como los vientres de alquiler (algo a lo que se niega el autor). Y, al final, es un elemento de distracción de las desigualdades de clase, del poder destructivo para las personas del sistema capitalista.

Lo peor, continua, es que la paternidad (o la maternidad) como hecho biológico acaba convirtiéndose en “un juego de roles abierto a todo el mundo”. Puede parecer gracioso pero tiene un efecto desintegrador en la institución básica social que es la familia. Si el padre no puede ejercer esa función al final acaban generándose individuos narcisistas, inmaduros y que no han podido superar su complejo de Edipo. Un infante eterno construido a mayor gloria del dio actual, el mercado. Un infante consumidor compulsivo y con una terrible adicción a la gratificación inmediata. Un ser que encaja en la civilización liberal, esa que es la primera en la historia en privar al individuo de los apoyos simbólicos necesarios para convertirse en humano. Al fin y al cabo, la creación de un hombre nuevo.

Conclusión

El atrevimiento de De Benoist es que señala con datos y acierto lo que llevan más de un siglo criticando los liberales de todo pelaje, el constructivismo y la génesis del hombre nuevo de las utopías de izquierdas. El autor francés deja entrever que toda esta construcción del generismo es la fórmula que han encontrado desde el liberalismo para establecer su propia utopía, mucho más destructiva en tanto en cuanto hacer del ser algo completamente inhumano. La dignidad humana, para finalizar, no está establecida por el sexo o el género, sino por el simple hecho de ser humano. Un ser humano que se desarrolla en comunidad. Un libro muy recomendable para ver otra perspectiva contra la ideología de género y contra el capitalismo actual.

El PP califica a la Iglesia católica de comunista sin sonrojarse

Así, sin rodeos. Sin pensar, también. Resulta que para la dirigencia del PP la Iglesia católica, apostólica y romana es comunista. O lo de los porros que dice Isabel Díaz Ayuso (impidiendo la libertad de la que habla) es una cuestión de orden interno, o en el PP son católicos de mentirijillas. Vamos, postureo. Pueden decir “bueno ha sido una chica de Madrid”. Cierto, pero si se atreve a decirlo en público es porque lo habrá escuchado en más de una ocasión en la sede de Génova. Siendo tan monocordes, especialmente en las Nuevas Generaciones, y tan poco de pensar, es algo que más de uno y de dos habrán dicho.

Sucede que este sábado el papa Francisco I (símbolo y unidad de la Iglesia) se va a reunir con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz -¿se pondrá mantilla?-, para tratar asuntos sociales. Ante esa reunión, algo habitual de todos los pontífices, una tal Macarena Puentes ha calificado a la reunión entre el gobierno de España y el Vaticano de “cumbre comunista”. Estupidez máxima si se es católico y se está medio informado de la doctrina de la Iglesia. O discurso normal de personas que con dificultad pueden vestirse solas. Que elijan dónde ponerse.

El PP a la deriva

Nadie del PP, ni los que se dan golpes en el pecho haciendo profesión de fe, le ha dicho a la señora que ha metido la pata. Y no lo hacen porque no son católicos. En realidad su pensamiento en lo tocante a lo religioso es protestante (calvinistas, luteranos, baptistas del sur, etc.). No hace tanto el silencio de cualquier dirigente del PP hubiese sido lo lógico, pero en el PP de Pablo Casado hay codazos por ver quién dice la mayor estupidez. El presidente gana por goleada (la última impulsar un acuerdo Mercosur-UE que ya está firmado, aunque no ratificado por la pandemia).

Es tal la deriva del PP que pisan todos los charcos no se sabe muy bien en busca de qué. El papa Francisco no ha hecho algo distinto a lo que hicieron Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II o Benedicto XVI. Todos han antepuesto el apostolado a las posibles ideologías de los hombres. Todos han abogado por la paz y la fraternidad en el mundo. Todos han abogado por el diálogo. Todos tienen encíclicas sociales. De hecho fue Pablo VI (ahora beato) el que primero señaló en 1971 sobre el peligro de la destrucción de la naturaleza.

No tienen ni idea de doctrina católica

Debe sentar mal en la sede de la calle Génova que el actual ocupante del asiento de Pedro hable mucho de problemas sociales, de la dignidad de la persona o del peligro ecológico. Todos esos temas llevan siendo tratados por la Iglesia décadas. Y no sólo por los teólogos ordenados, sino los seglares de las muy distintas congregaciones. Que el mercado desaforado es un mal para la dignidad del ser humano, para la familia a las que destruye al mercantilizar las relaciones o para la naturaleza lo ha dicho hasta Juan Pablo II. Otra cosa es que en el PP estén a por uvas.

Rémi Brague, en su reciente libro Manicomio de verdades (Ediciones Encuentro, 2021), establece como grandes peligros para el ser humano al Estado (libertarios y peperos teniendo orgasmos) y al mercado (liberal-conservadores enfurruñados). Pero no ha sido el único autor católico que lo ha dicho. Es algo doctrinal. De ahí que las encíclicas Fratelli tutti o Laudato sí recojan ese bagaje de los anteriores pontificados. Y si establecen que hay que dialogar, se dialoga. ¿No han visto o leído Las sandalias del pescador?

¿Qué cabe pensar de todo esto?

Lo dicho anteriormente, que el catolicismo de la dirigencia del PP es puro simbolismo identitario. Son católicos como fórmula identitaria, una más a utilizar en el mercadeo político para engañar a las masas cretinizadas (eso al menos piensan en la calle Génova). Un simbolismo para que los verdaderos católicos, como si fuesen estúpidos, sean llevados a las fauces de la globalización y el capitalismo de amiguetes (en la gestión pública).

Demuestran su hipocresía teo-lógica y su carencia de fe. Son peores que los ateos y los agnósticos, pues estos, al fin y al cabo, no esconden ni su incredulidad, ni sus dudas. Caminan entre tinieblas (si leyesen las encíclicas sabrían por qué) pensando que lograrán la salvación, cuando ese camino elegido (más con la corrupción existente, material y del alma) no les lleva a la gloria eterna, sino a pudrirse en el purgatorio.

¿Un papa rojo?

Lo más gracioso es que, para demostrar que son protestantes, herejes e incrédulos realmente, el papa Francisco I, salvo por la cuestión del diálogo y el respeto a la dignidad de la persona (muy significada la lucha contra la pobreza), se está comportando como el resto de pontífices. Ni acepta el matrimonio de personas del mismo sexo, ni cree en la cosa queer, ni apoya dictaduras (al contrario), ni nada raro. Es más, el Opus está muy bien posicionado en el Vaticano y tiene mucho aprecio a Mariano Fazio (pensador opusdeísta brillante, vicario auxiliar de la prelatura del Opus).

El papa no hace politiqueo en sí, no lo necesita como bien dice Antonio Olivé. Su mirada es universal y a largo plazo. Por eso reunirse con este o con aquella no es una búsqueda de notoriedad, ni de votos. Además le habrán informado perfectamente de con quién va a reunirse. Una ministra postmodernilla que apoya todo lo que no gusta en Roma –y no duden que como pueda le lanzará una puya-. En el PP deberían leer más y mejor para saber qué pasa en el Vaticano… pero no sabiendo lo que pasa en su propia casa difícilmente van a conocer otros lares.

La alt-right inculta

El problema es que en el PP de la alt-right globalista no pueden admitir la doctrina oficial católica. Se quedan con lo que les interesa (aborto, eutanasia…) -desde la izquierda también se ha denunciado esa política de muerte por no entender la dialéctica de la dignidad de la persona- pero abominan de aquello que les da vergüenza (neoliberalismo). Como dice el dicho, en estos casos, no se puede poner una vela a dios y al diablo y pasa lo que pasa, que se acaba señalando al papa y a la Iglesia, por ende, como comunistas.

La Iglesia es colectivista según estos pasmados por la utopía individualista, pero sin colectivo no hay conversación, ni conversión, ni fe. El catolicismo no es como el protestantismo una cosa individual y personal en una relación individuo-dios, sino que va más allá. Sin comunidad fraterna de los creyentes no hay posibilidad de salvación (el perdón de los pecados debe ser realizado por una alteridad), ni apostolado, ni catolicidad. Por eso cualquier pensador católico, de verdad, pone pegas al neoliberalismo y a lo postmoderno. Es una cuestión de cultura que no muestran estas gentes porque… no les da.

Post Scriptum. A estos del PP les ha pasado lo que a Felipe González, a quien en el Comité Federal –cuando había comités donde se debatía y no se iba de palmero- Antonio García-Santesmases, con toda la retranca del mundo, le demostraba que la política del PSOE estaba a la derecha de la doctrina social de la Iglesia católica de Juan Pablo II. Y estar a la izquierda del PP es comunismo y a su derecha también.