No le busquen tres pies al gato, Isabel Díaz Ayuso no debate porque no le da. ¿El qué no le da? Lo primero, no le da la gana porque tiene todo que perder y nada que ganar. Mucho más si el debate se produce en Telemadrid, cadena la cual desde la llegada de, la ahora condecorada, Cristina Cifuentes, se ha destacado por la imparcialidad… vamos que ha dejado de ser TeleEsperanza para ejercer el periodismo como se debe. De ahí que quiera que sea en Antena 3 y con Vicente Vallés como moderador. Huye de cualquier posibilidad de conflicto sin contar con una vía de escape. Nada nuevo por otra parte pues lo han hecho muchos antes al no haber legislación que obligue a debatir.
También se puede añadir que prefiere que sea una cadena estatal y no una regional la que lleve a cabo el debate porque, no hay que olvidar lo que en Diario 16 hace tiempo, la pretensión de la candidata no es Madrid, que le importa poco o nada en realidad, sino proyectarse a nivel nacional para dar el salto en cuanto le corten el cuello a Pablo Casado. Todo eso está bien pensando por su asesor Miguel Ángel Rodríguez que no da puntada sin hilo, más cuando quien no tiene carrete es el actual presidente popular. Normal que no quiera debatir en la cadena regional o en los espacios informativos regionales de TVE, no tiene proyección personal y ahora están construyendo una Marie Le Pen a la española en el PP madrileño.
Y tampoco quiere debatir más allá de un día porque no le da en el ámbito de la capacidad. Hasta ahora, en la Asamblea de Madrid, ha tenido a su favor que conoce las preguntas y que sólo se publican sus declaraciones y no la interpelación que se le hace –lo que sería perjudicial porque le preguntan por peces y responde que espárragos-. Con toda la prensa de derechas de su parte es sencillo esconder todas las carencias de la candidata menos la cara que le echa. Demagogia y conceptos que desconoce pueden servir teniendo a la prensa de su lado –y la que no está de su lado tampoco es que sepan discernir mucho más-, pero en un debate con personas formadas (Ángel Gabilondo o Edmundo Bal) esas carencias se verían si no en el primero, si en el segundo o en el tercero. Por mucho que hable de libertad, colectivismo y demás mantras de los liberales –algo que se extiende en las columnas de opinión de la derecha y que son fácilmente desmontables, aunque no haya ganas-, frente a ella hay gente que le podría replicar y tumbar con naturalidad.
Y como sabe, más bien lo sabe Rodríguez, que no le da para más, prefiere un solo debate para confrontar con el otro populista de la terna, Pablo Iglesias. Así siempre podrá venderse como la adalid del liberalismo y opacar a Rocío Monasterio por la derecha. Quieren bronca, y por tanto que no se debata en realidad, un solo día para que los genuflexos medios vendan que ha vencido, que es la única que puede parar el peligro de la izquierda y demás estupideces que vienen exponiendo de un tiempo a esta parte. La prensa, al fin y al cabo, está salvaguardando sus ingresos y ella los paga gustosamente exigiendo lealtad y sumisión. Sin capacidad y sin ganas de debatir, porque no le hace falta en realidad con la prensa a su favor, Ayuso acepta uno, controlado –al menos eso supone- y a esperar que la campaña se la hagan otros, incluyendo las hordas de franceses que vienen a emborracharse (por mucho que moleste a la embajada).
Aquí tienen las novedades de la semana que editan las grandes editoriales de nuestro país. Como siempre, la selección de los libros corresponde a lo que nos parece más significativo personalmente. O aquello en que nos dan mejores medios para hacer corta y pega, que es lo que se hace y lo reconocemos. Cuando se lea un libro que merezca crítica se publicará, el resto lo que dicen en notas de prensa. Otros igual se sienten cómodos con otras formas de hacer. Entre paréntesis las fechas de publicación cuando sobrepasan la semana.
La vida de Kostas Jaritos y de su mujer, Adrianí, en la Grecia posterior a la gran crisis, gira en torno a su nieto y las comidas familiares. Entretanto, Lambros Zisis, el comunista desencantado que administra un refugio para personas sin techo, planea unas movilizaciones que evidencien el olvido al que la sociedad arroja a los pobres, a los arruinados, a los inmigrantes; sin embargo, tendrá que superar las tensiones entre los diferentes colectivos y lidiar con las provocaciones de la extrema derecha. De pronto, en Atenas aparece el cadáver de un adinerado saudí que había invertido una fortuna en terrenos para construir un complejo hotelero de lujo junto al mar. Sin dejar de seguir con el rabillo del ojo el movimiento impulsado por Zisis, Jaritos se encargará de investigar ese caso, un posible asesinato que pone sobre la mesa cuestiones que afectan a todas las grandes ciudades: ¿es la inversión, sobre todo la extranjera, la única manera de salvar una economía maltrecha? Pero ¿qué valores guían a los inversores?
J.D. Barker y James Patterson, Los crímenes de la carretera, Traductor: Julio Hermoso Oliveras, Destino, (eBook disponible) 20,90€
Una noche, Michael Fitzgerald descubre a una joven muerta en su bañera al volver del supermercado. Al lado del cadáver hay una pluma de gorrión. Aterrorizado, llama a la policía, que le interroga sobre la víctima, Alyssa Tepper, a la que él asegura no conocer. El detective Dobbs y la agente Gimble, del FBI, unen fuerzas en lo que parece un simple asesinato: cuando salen a la luz fotos en las que Michael aparece besando a Alyssa, es arrestado de inmediato, pero a las pocas horas aparece otra víctima con el mismo patrón: una pluma de gorrión colocada al lado del cuerpo. Cuando aparecen más, no solamente en Los Ángeles sino repartidas por todo el país, tienen claro que se enfrentan a un nuevo serial killer, al que apodan Birdman.
Hamburgo, 2010. Un niño que habla un idioma incomprensible es abandonado en el aeropuerto. Vietnam, 1966. El joven Volun se alista en la Marina para romper con su anodina vida en una granja de Iowa. En Nuevo México, una comuna de amor libre engendra a un chico. Forzado por una rama clandestina del gobierno de Estados Unidos, Volun acepta una misión engañosa y terrible. En adelante se llamará Tilly. Cada proceso de búsqueda entraña una nueva destrucción. Tres hombres en busca de identidad. Una historia de padres e hijos que no lo son. Y la inexorable violencia que los contiene a todos como una matrioshka. Salvatore Scibona nació en Cleveland, Ohio. Estudió filosofía y matemáticas en Santa Fe, Nuevo México, y obtuvo una maestría en el Taller de Escritores de Iowa. Su primera novela fue finalista del National Book Award e incluida en «los libros del año» de Granta.
Hervé Le Tellier, La anomalía, Traductor: Pablo Martín Sánchez, Seix Barral, (eBook disponible) 20,50€
Premio Goncourt 2020
¿Cómo reaccionaría la sociedad frente a lo inexplicable?
El 10 de marzo de 2021 los doscientos cuarenta y tres pasajeros de un avión procedente de Paris aterrizan en Nueva York después de pasar por una terrible tormenta. Ya en tierra, cada uno sigue con su vida. Tres meses más tarde, y contra toda lógica, un avión idéntico, con los mismos pasajeros y el mismo equipo a bordo, aparece en el cielo de Nueva York. Nadie se explica este increíble fenómeno que va a desatar una crisis política, mediática y científica sin precedentes en la que cada uno de los pasajeros acabará encontrándose cara a cara con una versión distinta de sí mismos.
Hervé Le Tellier firma una novela brillante, inteligente y virtuosa en la que la lógica se funde con lo imposible.
Xavier Bosch, La mujer de su vida, Destino, (eBook disponible) 21,90€
Joel, Raimon y Victòria, los hermanos Estrada, están muy unidos a pesar de que viven en distintas partes del planeta. Pero una investigación periodística pone a esta sólida familia en peligro. Joel, director de documentales, pronto se dará cuenta de que hay revelaciones que provocan que los sentimientos se tambaleen, que sacuden la vida y obligan a reescribir el pasado.
Xavier Bosch, un escritor en plena madurez creativa, combina en esta novela lo mejor de sus dos mundos, el del constructor de intimidades y el del periodista, que se mezclan en una trama vertiginosa en la que nos adentraremos en el vínculo amoroso y descubriremos el precio que una familia puede pagar si osa traspasar las líneas rojas de la verdad.
Joe Abercrombie, El problema de la paz, Traductor: Manu Viciano, Alianza, (eBook disponible) 24,90€
A pesar de los reveses sufridos, no hay nada que se interponga en el camino de Savine dan Glokta, en el pasado la inversora más poderosa de Adua, cuando ha puesto su ambición en un objetivo. Para héroes como Leo dan Brock y Stour Ocaso la paz no es más que un inconveniente que debe remediarse cuanto antes. Pero primero hay que alimentar agravios y reunir aliados. Entre tanto, Rikke tiene que dominar el ojo largo… antes de que su poder acabe con ella. En todos los sectores de la sociedad anida el descontento. Los Rompedores aún acechan en la clandestinidad, tramando planes para llevar a cabo el Gran Cambio que por fin libere al pueblo, mientras los nobles descontentos tratan de aumentar su influencia y sus prebendas. Orso intenta hallar un camino seguro en el laberinto de cuchillos que es la política, pero sus deudas y sus enemigos no dejan de aumentar. Ninguna alianza, ninguna amistad, ninguna paz, dura para siempre.
Pilar Quintana, Los abismos, Alfaguara, (eBook disponible) 18,90€
Claudia vive con sus padres en un apartamento invadido por plantas que se estiran para tocarla. Como todas las familias, la suya contiene una crisis, y solo hará falta que algo o alguien llegue a detonarla.
Cada quien tiene un punto de quiebre en la infancia, y Claudia, la protagonista de esta historia, narra, desde la expectación y la mirada aguda de cuando fue una niña, los hechos que abrieron las grietas por donde se colaron los peores temores, aquellos que son irreversibles y empujan al borde del precipicio.
Los abismos es un relato estremecedor en el que una hija asume las revelaciones de su madre y los silencios de su padre para empezar a construir su propio mundo. Tras el éxito de La perra, con esta novela, Pilar Quintana consolida el importante lugar que ha conquistado en las letras hispanoamericanas.
Nguyen Phan Que Mai, El canto de las montañas, Traductora: Carmen Francí Ventosa, AdN, (eBook disponible) 19€
El canto de las montañas cuenta una historia envolvente, que discurre a través de varias generaciones de la familia Tran, con el telón de fondo de la guerra de Vietnam. Tran Dieu Lan, nacida en 1920, se vio obligada a huir de las tierras de su familia con cinco de sus seis hijos durante la reforma agraria, cuando el gobierno comunista se hizo con el poder en el norte del país. Años más tarde, en Hanói, su joven nieta, Huong, alcanza la madurez mientras sus padres y sus tíos avanzan por la senda Ho Chi Minh para luchar en un conflicto que desgarró no solo a su querido país sino también a su familia. El canto de las montañas, primera novela publicada en español de la reputada poeta vietnamita Nguyen Phan Que Mai, es un relato vivo y apasionante, impregnado del lenguaje y de las tradiciones de Vietnam. Ilumina el coste humano de este conflicto desde el punto de vista del propio pueblo vietnamita, a la vez que nos muestra el verdadero poder de la bondad y la esperanza.
Donna Tartt, El secreto, Lumen, (eBook disponible) 22,90€
La vida no es fácil en un college de Nueva Inglaterra si eres un chico modesto y falto de afecto que llega de California, y Richard Papen lo sabe; por eso agradece que lo admitan en un pequeño grupo de cinco estudiantes capitaneados por un profesor de literatura clásica con mucho carisma y pocos escrúpulos.
Los chicos sueltan comentarios en griego y se ríen de la ingenuidad y la torpeza de los demás, pero bien mirado se pasan el día bebiendo y engullendo pastillas. Hasta que un mal día lo que parecían chiquilladas adquieren una gravedad inesperada. Es entonces cuando Richard y su pandilla descubren qué difícil es vivir sin máscaras y qué fácil es matar sin remordimientos.
Brit Bennett, La mitad evanescente, Traductor: Carlos Milla Soler, Literatura Random House, (eBook disponible) 19,90€
Generación tras generación, la comunidad negra del pueblo de Mallard, en Luisiana, ha intentado aclarar el tono de su piel favoreciendo los matrimonios mixtos. Las inseparables gemelas Desirée y Stella Vignes, con su color níveo, sus ojos castaños y su cabello ondulado, son un buen ejemplo de ello. Tan distintas y tan iguales, decidieron huir juntas del diminuto pueblo creyendo que también podrían escapar de su sangre. Años después y ante la mirada atónita de todos, Desireé regresa acompañada de una niña negra como el carbón. Hace tiempo que no sabe nada de Stella, después de que decidiera desaparecer y renunciar definitivamente a sus orígenes para vivir otra vida como mujer de raza blanca.
Aclamada como la digna heredera de Toni Morrison y James Baldwin, Brit Bennett es una de las grandes revelaciones de la literatura afroamericana de los últimos tiempos.
Rolando Villazón, Amadeus en bicicleta, Galaxia Gutenberg, 21€
La ciudad de Salzburgo vive días frenéticos al inicio de su Festival. Por las calles, uno puede toparse con Cecilia Bartoli, Anna Netrebko y otras estrellas de la música. También anda por allí el joven mexicano Vian Maurer, sabedor de que es su última oportunidad para hacerse un hueco en el mundo de la ópera. De momento, solo ha conseguido un papel de figurante en Don Giovanni de Mozart. Pero no desfallece. Vian admira a Mozart y lee todo lo que cae en sus manos. Con su amiga Julia, a la que conoció en los ensayos, recorre Salzburgo y descubre la magia de la ciudad de los festivales. Pero tiene que enfrentarse a las envidias y traiciones de los que quieren llegar a ser algo en el despiadado mundo del espectáculo, donde solo muy pocos pueden llegar a la cima y a un padre autoritario que acude a Salzburgo para traer de regreso a casa al hijo soñador. Novela de un fracaso, pero también de la alegría de vivir, escrita por uno de los grandes tenores de nuestro tiempo y lector voraz, Amadeus en bicicleta es una llamada a perseguir los propios sueños. Con mucho humor y escenas inolvidables, Rolando Villazón crea un personaje al que solo se puede querer. A la vez que erige un homenaje al mejor compositor de todos los tiempos y a su ciudad natal.
Ensayo
Ayn Rand, La virtud del egoísmo, Traductor: Domingo García, Deusto (eBook disponible) (7 de abril) 19,95€
Desde que empezaron publicarse, las obras de Ayn Rand han tenido un notable impacto en la escena intelectual, política y social. Sus ideas se han discutido con pasión y defendido con ahínco durante más de medio siglo.
En el universo randiano el tema subyacente siempre es la filosofía, con una nueva moralidad que aborda el individualismo, la libertad, y el rechazo a la vocación totalitaria de los estados y a los instintos tiránicos de aquellos que quieren imponernos soluciones colectivistas. Un desafío que todavía hoy sigue vigente y nos amenaza.
Conocida como Objetivismo, su filosofía sostiene que la vida humana —la vida apropiada para un ser racional— es la norma de los valores morales y considera que el colectivismo es incompatible con la naturaleza del hombre.
En esta serie de ensayos escritos a lo largo de varias décadas, Rand se pregunta por qué el hombre necesita la moral. Y, su respuesta, define un nuevo código ético basado en la virtud del egoísmo.
Maite Zubiaurre, Basura. Usos culturales de los desechos, Cátedra, 22€
Si bien se ha escrito mucho sobre la acumulación imparable de los desechos y los paisajes monumentales de los grandes vertederos, se ha prestado muy poca atención en cambio a esa basura «pequeña» y en apariencia inofensiva que mancilla las calles y aceras de nuestras ciudades: una colilla, un billete de metro, un pañuelo de papel, un vaso de cartón o de plástico desechable…
Este libro versa precisamente sobre esos residuos que todavía se hallan en un estado embrionario e incipiente, que son por el momento insignificantes, que todavía necesitan crecer, y que aún no han abandonado la metrópolis e iniciado su trayectoria final hacia los basureros del extrarradio.
Los diferentes capítulos de Basura. Usos culturales de los desechos ensayan un acercamiento ecléctico al arte, la filosofía, la ética, la sociología, la antropología, los estudios de género, la teoría de las emociones y la naciente teoría de los desechos para reflexionar sobre la naturaleza antropomórfica de los residuos urbanos; sobre la poética y trascendencia semántica de los micropaisajes de la basura y de los múltiples archivos a los que va a parar todo lo descartado; sobre la «dumpsterología» o historia de los dumpsters o contenedores de desechos como artefactos de significación compleja y sexuada; y, por fin, sobre los despojos que dejan atrás los migrantes indocumentados cuando cruzan la ancha franja desértica que separa México de los Estados Unidos.
En suma, Basura. Usos culturales de los desechos invita al lector a detener el paso, dirigir una mirada pensativa hacia el suelo y centrar la atención y los sentidos en esos infinitos objetos que la sociedad desecha y declara inservibles.
Francisco Rodríguez Ortiz, Tiempos de incertidumbres y de rupturas. Del neoliberalismo a la pandemia: salto a lo desconocido, Pirámide, 18€
La impronta neoliberal y financiera del capitalismo producen crisis recurrentes. La percepción por parte de la población de un futuro degradado impulsa unos movimientos nacional-populistas. Apelan a recetas simplistas para problemas. «La peste» de los autoritarismos invocada por Camus golpea de nuevo. Globalización e integración europea recortan a priori la autonomía del Estado nación. En contra del reduccionismo soberanista, que confunde soberanía con independencia, las debilidades del constructo europeo no residen en la transferencia de competencias al nivel comunitario, sino en que no emerge un gobierno económico de la Unión.
La Europa del euro ha de constitucionalizar un gobierno económico y ser más inclusiva. Esta crisis atípica altera radicalmente los paradigmas económicos imperantes. Quedando descartadas las políticas de austeridad, los endeudamientos públicos son llevados, merced al apoyo aportado por el BCE, hasta niveles desconocidos en tiempos de paz.
Este libro es un ensayo volcado en las carencias y debilidades de la gobernanza europea y en las consecuencias económicas y sociales que se derivan de la pandemia, y se decanta con gran rigor por una aproximación pluridisciplinar. Va dirigido, en primer lugar, a los estudiantes de Económicas, Derecho-Económico, Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas, sean de grado o de posgrado. Asimismo, se dirige de manera más general a aquellos ciudadanos y ciudadanas que, no disponiendo de una bola de cristal, manifiestan su interés en comprender y participar en un intercambio de ideas alejado de clichés y dogmas sobre el devenir de nuestras sociedades y las complejas mutaciones a las que se ven sometidas.
Adam Rutherford, Cómo rebatir a un racista, Traductora: Ana Pedrero Verge, Paidós, (eBook disponible) 22€
Un revelador manifiesto que nos ayudará a desarrollar una comprensión propia del siglo XXI acerca de la evolución y la variación humanas y que, además, nos armará contra el racismo científico
La raza es real porque la percibimos; el racismo es real porque lo practicamos. Cada vez se recurre más a la ciencia para reforzar las ideologías racistas y cada vez se emplea más en el discurso público sobre medidas políticas, migración, educación, deporte e inteligencia. Pero quienes se muestran abiertamente racistas no son los únicos que difunden estereotipos y mitos sobre la raza: también proceden de personas bienintencionadas cuyas experiencias y bagaje cultural las dirigen hacia posiciones que carecen del respaldo del estudio moderno de la genética humana. Incluso algunos científicos se sienten incómodos cuando se trata de expresar opiniones surgidas de sus investigaciones en relación con la raza. Sin embargo, si las entendemos correctamente, la ciencia y la historia pueden convertirse en poderosas aliadas contra el racismo al mostrar la imagen más clara de cómo son realmente las personas, en lugar de cómo son según nuestros juicios.
Cómo rebatir a un racista es un manifiesto de suma importancia para desarrollar una comprensión de la evolución y de la variación humana propia del siglo xxi, y un arma muy oportuna contra el uso inapropiado de la ciencia para justificar los prejuicios.
Jonathan López Vera, Historia de los samuráis, Alianza, (eBook disponible) 14,30€
Pocas figuras del Lejano Oriente tan atractivas para el imaginario occidental (y descontando, por supuesto, el propio de Japón) como la del samurái, temible guerrero imbuido de una mística especial y provisto de una exótica indumentaria y un armamento deslumbrante. En «Historia de los samuráis», Jonathan López-Vera desentraña el fondo de este estereotipo y expone su trayectoria histórica: un recorrido tan ameno como riguroso que abarca más de mil años en los que a lo largo de siete siglos constituyeron la elite social y política del país, contribuyendo a forjar su propio mito. En esta misma colección: «Los samuráis», de Wolfgang Schwentker, «La nobleza del fracaso: Héroes trágicos de la historia de Japón», de Ivan Morris, y «Los 47 ronin: el tesoro de los leales vasallos».
Chantal Mouffe, El retorno de lo político, Traductor: Marco-Aurelio Galmarini Rodríguez, Paidós, 19,90€ (reedición)
El mundo ha sufrido diversas convulsiones: conflictos étnicos, religiosos y nacionalistas que a su vez han coincidido con crisis de eficacia y legitimidad que han atravesando las democracias occidentales.
En el presente libro, Chantal Mouffe arguye que la teoría de la democracia liberal es incapaz de comprender esos problemas, sobre todo dada su concepción inadecuada y esencialista de la política. El universalismo, el racionalismo y el individualismo de la teoría liberal acaban por provocarle un fuerte bloqueo ante la especificidad de lo político, principalmente frente al papel esencial que desempeñan los antagonismos y el poder en la vida social.
Mouffe está convencida de que las revoluciones democráticas, que tanto esfuerzo costaron, podrían verse minadas por este tipo de comprensiones erróneas respecto a las fuentes de la identidad política. Concebida como un desarrollo del programa que la autora ya avanzó, con Ernesto Laclau, en Hegemony and Socialist Strategy, esta obra muestra que las categorías centrales de la teoría política —la ciudadanía, la comunidad y el pluralismo— necesitan ser reformuladas desde una perspectiva antiesencialista.
De este modo, Mouffe confluye críticamente con la obra de Carl Schmitt y John Rawls, así como con el desafío planteado por la teoría feminista, y elabora un texto cuyo objetivo principal es situar el proyecto de una democracia plural y radical sobre bases más adecuadas que las que propone la teoría liberal.
El retorno de lo político es una propuesta original y arriesgada que nos permitirá comprender cómo podría salvarse el abismo existente entre la teoría democrática y los turbulentos acontecimientos que tienen lugar en el este agitado mundo.
Mario Vargas Llosa, La civilización del espectáculo, Alfaguara, (eBook disponible) 17,50€
La banalización de las artes y la literatura, el triunfo del periodismo amarillista y la frivolidad de la política son síntomas de un mal mayor que aqueja a la sociedad contemporánea: la idea temeraria de convertir en bien supremo nuestra natural propensión a divertirnos.
En el pasado, la cultura fue una especie de conciencia que impedía dar la espalda a la realidad. Ahora, actúa como mecanismo de distracción y entretenimiento. La figura del intelectual, que estructuró todo el siglo XX, hoy ha desaparecido del debate público. Aunque algunos firmen manifiestos o participen en polémicas, lo cierto es que su repercusión en la sociedad es mínima. Conscientes de esta situación, muchos han optado por el discreto silencio. Como buen espíritu incómodo, Vargas Llosa nos entrega una durísima radiografía de nuestro tiempo y nuestra cultura.
«Este pequeño ensayo no aspira a abultar el elevado número de interpretaciones sobre la cultura contemporánea, solo a dejar constancia de la metamorfosis que ha experimentado lo que se entendía aún por cultura cuando mi generación entró a la escuela o a la universidad y la abigarrada materia que la ha sustituido, una impostura que parece haberse realizado con facilidad, en la aquiescencia general.» Mario Vargas Llosa
Manuel Álvarez Tardío y Fernando del Rey (dirs.), Vidas truncadas. Historias de violencia en la España de 1936, Galaxia Gutenberg, 24,50€
La política española en la primera mitad de 1936 es uno de los temas más atractivos y polémicos del debate entre los historiadores sobre el contexto del golpe de Estado y el inicio de la guerra civil. Hasta ahora se ha insistido en la disputa entre partidos e ideologías. También se ha especulado mucho sobre el alcance de la violencia política. Pero no se ha tenido en cuenta que aquélla es, sobre todo, una historia de individuos y vivencias personales ricas en matices y en la que aparecen no pocas contradicciones. De eso se ocupa este libro, de personas, lugares y experiencias concretos. Los nombres de los protagonistas, sus ideas y sus acciones, sus relaciones sociales y laborales, su implicación en la actividad política o sus anhelos y sus miedos.
Este libro no cuenta «los orígenes de la guerra» de la forma clásica. Lo que hace es narrar desde abajo, identificando algunos de los protagonistas y sus circunstancias, para explicar cómo se transitó desde un período tan complejo, apasionante y convulso como el de la primavera de 1936 hasta otro de guerra abierta en el verano de ese mismo año. Estamos ante una perspectiva crucial para analizar y comprender cómo se embarcó el país en una confrontación bélica.
Otras lecturas
Manuel Marlasca y Luis Rendueles, Territorio negro, Planeta, (eBook disponible) 17,90€
Los crímenes –sus autores, sus métodos y sus motivos– revelan lo que anda mal en una sociedad y forman el retrato de las zonas de sombra de un país. Manuel Marlasca y Luis Rendueles, dos veteranos y prestigiosos cronistas del género negro, se juntan en esta obra de true crime para relatar trece asesinatos cometidos en distintos escenarios de la geografía española en los últimos veinte años: su obra, su mente y su sangriento legado se analizan sin amarillismos.
Los distintos tipos de asesinos son un buen indicador de los problemas de cada sociedad y reflejan nuevas realidades criminales: asesinos capaces de matar y cruzar Europa en muy poco tiempo; jóvenes criminales que cuentan su asesinato en directo por WhatsApp; mujeres que traman su delito sin mancharse las manos; homicidas que se apoyan en la tecnología para salir impunes.
Estas páginas son un catálogo de la maldad con la que convivimos, pero también de la sabiduría, la entrega y la profesionalidad de quienes se encargan de apartar de la sociedad a los que tanto daño hacen.
AA. VV., La Mafia nuestra de cada día, Deusto-Jot Down, (eBook disponible) 19,95€
Tienen sus propias leyes, su propio lenguaje y su propio código de conducta. Los políticos les obedecen, los jueces les absuelven y los espectadores les adoramos cuando aparecen retratados en las películas y en las series de televisión. Crimen, familia, poder y dinero, sobre todo mucho dinero. La Mafia es un pequeño mundo que sueña con gobernar el mundo entero, aunque sea parcela a parcela: instituciones, deportes, sectores de la economía y hasta regiones al completo. No debemos preguntarnos hasta dónde pueden llegar los tentáculos de la Mafia. Debemos preguntaros si hay algún lugar al que no puedan llegar.
La Mafia nuestra de cada día es una recopilación con algunos de los mejores artículos y reportajes sobre la Mafia publicados en Jot Down. Nacho Carretero, Íñigo Domínguez, Marilena De Chiara, E. J. Rodríguez, Bárbara Ayuso y Esther García Llovet, entre otras firmas habituales en Jot Down, se dan cita en este volumen para trazar un recorrido que nos lleva desde Italia a Estados Unidos pasando por las mafias irlandesas, el hampa de Australia o la Yakuza japonesa, y analizar las guerras más turbias, los personajes más controvertidos y los secretos menos conocidos de este pequeño mundo que sueña con gobernar el mundo entero.
Carmen Ferrer Arnedo y Myriam González Navarro (dirs.) Liderazgo Enfermero, Tecnos, 20€
2020 fue declarado el año de las enfermeras por la OMS y a partir de este año, se asume el mandato de trabajar por su visibilidad, su liderazgo y el reconocimiento de estos profesionales de la salud como un elemento de fortaleza para el bienestar de la sociedad a través de su liderazgo en el autocuidado de la población, la promoción de la corresponsabilidad y su aportación como oportunidad para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios y sociosanitarios.
Se habla de Nursing Now que es una campaña a nivel mundial llevada a cabo para impulsar, fortalecer y desarrollar la Enfermería a nivel global.
En la construcción de este manual se han unido diferentes profesionales, mayoritariamente enfermeras y enfermeros, procedentes de distintos ámbitos experienciales y es, desde su experiencia, donde se plantean áreas de interés que van desde la revisión de un marco reflexivo para el aprendizaje en el ejercicio del liderazgo hasta el relato que comparte lo vivido como señal de conocimiento.
Se recogen los elementos que van a marcar el futuro de la práctica y del ejercicio del liderazgo enfermero del siglo XXI y que van desde enmarcar el dónde nos encontramos, sabiendo de dónde venimos con una reflexión sobre el contexto actual, el papel de las enfermeras y enfermeros y su potencial de futuro, continuando, por un lado los valores vigentes en la práctica en el siglo XXI que están en nuestra razón de ser y la necesidad de centrar los cuidados en organizaciones humanizadas, donde los líderes son capaces de responder a lo que las personas necesitan, pasando por el ámbito de las competencias para prestar cuidados de calidad, líneas que han de ser marcadas por los líderes.
Este libro pretende llenar un hueco en la práctica del liderazgo enfermero que haga reflexionar a los líderes sobre su nuevo camino mirando al futuro. Esperamos que este texto sirva a los líderes enfermeros del siglo XXI y cumpla con el encargo de apoyar el liderazgo enfermero del NURSING NOW.
Es curioso cómo la prensa de derechas aprovecha para encizañar todo lo que puede dentro del PSOE. No se atreven a hacer lo mismo en el PP, donde las navajadas son tan épicas como para filtrar vídeos de robos de cremas, porque les va dinero en ello. Cuestión bien distinta es que sí existan discrepancias y diferencias entre quienes ostentan el poder omnímodo y quienes no son más que chusqueros de la política en mayor o menor grado.
Según cuentan los medios (incluyendo esos que se dicen progres) en el seno del PSOE de Madrid hay cierto enfado con Pedro Sánchez por haber colocado al camarlengo monclovita, Iván Redondo, al frente de la campaña electoral de Ángel Gabilondo junto a Félix Bolaños. Además, también están disgustados por los nombramientos que se vienen produciendo para conformar la lista, en la cual, según dicen, no pinta nada la ejecutiva madrileña (más conocida como los 100.000 hijos de Franco por su amplitud). Cierto es. Sánchez está haciendo lo que quiere o entiende mejor para esa candidatura. Así ha colocado a personas de su confianza como Hana Jalloul, Irene Lozano, Pilar Llop o Jesús Celada… de momento. A estos ha añadido a Juan Lobato, alcalde de Soto del Real, que siempre ha sido un tanto apartado por la dirección madrileña, aunque ha tenido el aprecio de cierta parte de la “federación” –los capitanes por así decir-. Ahora bien, si es cierto el enfado de la ejecutiva madrileña o de algunos de los actuales ocupantes de escaños asamblearios ¿tienen razón para ello?
La respuesta es no. Sánchez puede hacer y deshacer a su pleno antojo porque así lo establece el reglamento interno que todos los que hoy lloran aplaudieron con fervor y entusiasmo. Una muestra de hiperliderazgo en el seno del PSOE, en este caso reglamentado. Cuando hace años aquí se publicó que aquello, en términos democráticos, era una aberración, muchos de los que hoy lloran criticaron el artículo diciendo nosequé de los conocimientos, nosequé de hacer el juego a la derecha o nosequé de “eso no es así”. Sí lo es como se comprueba. Está aprobado legal y democráticamente. Y ahora no queda más que tragar quina y apretar las posaderas.
Se ha conocido también que la “cagada murciana” de la moción de censura no fue idea del camarlengo monclovita sino de Santos Cerdán (un lince) y de José Luis Ábalos (otro lince). O lo que es lo mismo, de la estructura orgánica del PSOE. Cualquiera con dos dedos de frente no dejaría a estas dos personas organizar ni campaña electoral, ni nada que sea importante (de hecho Cerdán tiene secuestrada la corriente Izquierda Socialista, lo que le proporciona a él y a la vicesecretaria general buenos réditos políticos). Que Redondo no vea más allá de los clichés típicos de la comunicación política, no empece para ver que si la campaña estuviese en manos del PSOE de Madrid y de algunas personas de la Ejecutiva federal sería casi peor. Los datos avalan que los mismos que se quejan hoy en la “federación madrileña” son los que llevan 25 años sin ganar ni en la comunidad de vecinos. Por tanto, tampoco hay motivo para la queja a este respecto.
¿Qué es lo que puede molestar entonces? Lo de toda la vida: el carguito. Muchos y muchas deben temer que Sánchez, su equipo y algunos rebeldes madrileños extiendan la lista de nombres y configuren una lista “con otro aspecto”. Se vive muy bien en la oposición, sin problemas y sacando dos o tres tuits al mes para denunciar esto o aquello de esa “mala derecha”. Igual hasta hacen un vídeo muy indignados o indignadas, pero lo importante es mantenerse en el cargo. No son todos, ni todas, pero hay muchos más de los que se imaginan. Lo que molesta es no hacer libremente la lista como pudieron hacer la última vez donde se impedía a militantes de base poder presentarse a la votación del resto de la militancia y donde se corrigieron ciertas posiciones en los despachos.
Aunque sea un tanto autoritario, no antirreglamentario, Sánchez puede e, incluso, debe hacer la candidatura que él crea mejor. De uno al ciento sesenta y nueve si así lo desea. Pese a las complicaciones para sacar noticias o aparecer en los medios que tienen todos los partidos, salvo el PP, llevan muchos años dormitando políticamente muchas personas (no sólo en la Asamblea sino saltando de un cargo a otro) y ya va siendo hora de introducir candidatos y candidatas con nuevos aires. ¿Puede ser mejor o dar mejor resultado? Hasta que no suceda, no se puede aventurar nada. Lo que sí es cierto es que hay un gran hartazgo en las bases del partido madrileño y la ciudadanía socialista con lo que se ha venido haciendo hasta el momento. No tienen por qué tener un curriculum estupendo, ni ser de cierta clase social, sino tener ánimo y sangre en las venas sin pensar en la próxima lista o el próximo proceso congresual. Siendo una fórmula poco democrática igual es la necesaria hoy… en Madrid.
La asociación de críticos y divulgadores de cómic de España (ACDCómic) ha seleccionado Regreso al Edén, de Paco Roca, como mejor obra nacional de 2020. Esta asociación sin ánimo de lucro agrupa a personas que realizan trabajos de periodismo, crítica, estudio, comisariado y otras actividades teóricas y divulgativas relacionadas con el cómic. Entre esas actividades se incluye desde 2019 la selección de este premio.
Elena Masarah, presidenta de ACDCómic, ha valorado que Regreso al Edén es «un relato universal» y ha puesto en valor la capacidad de Paco Roca «para abordar la memoria familiar y la memoria colectiva de todo un país» a través del lenguaje del cómic.
Además del premio a la mejor obra nacional, ACDCómic premia también a un autor emergente, que en esta ocasión ha sido Nadia Hafid con su obra El buen padre (Sapristi).
En 2019, en la primera edición de los premios de la ACDCómic, los socios galardonaron a Max por Rey Carbón, como Mejor Obra Nacional, y a María Medem como Autora Emergente. En 2020 fue Pep Brocal, con Inframundo (Astiberri, 2019), quien logró el premio a Mejor Obra Nacional, y Aroha Travé, la ganadora en la categoría de Emergente.
En las próximas semanas, la ACDCómic editará una publicación especial y gratuita dedicada a los ganadores, que ilustrarán la doble portada, y que incluye entrevistas y reseñas además de información sobre los finalistas de la categoría de Emergente.
La obra
Regreso al Edén
Paco Roca
2.ª edición. Color. Cartoné. 240 páginas. 17 x 24 cm. 18 euros
Colección Sillón Orejero. ISBN: 978-84-18215-20-9
Astiberri Ediciones. Bilbao, 2021
Trufada de referentes autobiográficos, Paco Roca da un paso más con Regreso al Edén en su búsqueda de la memoria. Emocional y equilibrada, plena de recursos gráficos y soluciones narrativas de primer nivel, Paco Roca plantea su obra más ambiciosa como creador completo desde Los surcos del azar y La casa.
A partir de una foto familiar de 1946 en la antigua playa de Nazaret de la capital valenciana, Paco Roca dibuja un fresco sobre la España de la posguerra a través de una de aquellas familias humildes –reflejo de la inmensa mayoría de la sociedad que sobrevivía bajo la dictadura franquista–, con serios problemas para acceder al sustento, obligada a acudir por sistema al mercado negro para hacerse a duras penas con una alimentación básica diaria. Un vigoroso y delicado retrato en cuatricromía de una España de tonos grises y libertades cercenadas por un régimen político caldo de cultivo, igualmente, de la propagación de miserias morales.
Jamás los españoles reconocerán todo lo que le deben a amado líder. Que abandone su puesto como vicepresidente segundo para salvar Madrid de las hordas fascistas, no es más que un nuevo cuartel que incorporar a su blasón. Allí pondrá “luchador antifascista” como bien ha recordado al despedirse desde la tribuna parlamentaria, algo que es obvio frente a la llegada de Hitler, Mussolini y los escamots fascistas de ERC… ¡Ah no! Que estos últimos son amigos y ese pasado fascista no importa. Bueno. Que va a luchar contra el fascismo, el neoliberalismo, la traición a la izquierda, la corrupción y lo que se le ponga por delante. Y todo porque antes de ÉL no ha habido nada. Era todo oscuridad y carencia de democracia. Nadie había tenido sus títulos (esos que no se cansan de destacar sus obreros de las redes y que no tiene nada que ver con el elitismo o el clasismo), nadie ha tenido su oratoria, nadie ha tenido… nada comparable a ÉL.
Pedro Sánchez habrá pasado la última noche llorando y extrañando ya a quien tanto le ha enseñado sobre la democracia, la verdadera izquierda o la lucha antifascista sin fascistas. Nadia Calviño y Margarita Robles no han llorado, pero como bien han explicado los epígonos de amado líder, al fin y al cabo, no son más que los peones de la derecha en el Gobierno. Por tanto, personas que deberían acabar sus días fuera de la política y de cualquier puesto de responsabilidad, siempre y cuando no hagan acto de constricción y pasen a ser reeducadas en la Universidad de Verano morada. Lo que cualquier demócrata sabe que hay que hacer con las personas que no conocen la Verdad y no entienden al mesías que ha enviado el Espíritu Absoluto de la Historia para salvar a España.
Hoy hemos despedido así del Congreso a la persona que más ha hecho por la democracia y la justicia social desde que yo tengo uso de razón política. El adiós que muchos deseamos que sea un hasta pronto, precisamente porque amamos a nuestro pueblo. Gracias por tanto, jefe. ✊ pic.twitter.com/NrCodiDoaC
“Hoy hemos despedido así del Congreso a la persona que más ha hecho por la democracia y la justicia social desde que yo tengo uso de razón política. El adiós que muchos deseamos que sea un hasta pronto, precisamente porque amamos a nuestro pueblo” ha dicho el edecán Pablo Echenique en el momento de la despedida. Bien es cierto que razón política nunca ha tenido el portavoz morado, más bien ha sido sinrazón y ganas de purgar y de malmeter, pero no dejen que algo así les impida comprender el hermoso mensaje que ha dejado a los españoles. La democracia sólo ha tenido visos de alcanzar su más alta cota en cuanto puso el primer pie en el Congreso amado líder. La justicia social jamás ha existido en España. Lo del régimen del 78 ha sido todo un engaño de apariencia democrática, una apariencia que ha permitido a Podemos entrar en distintos puestos institucionales. Y respecto a la justicia social cosas como la universalidad de la sanidad, de la educación, la dependencia, el matrimonio de personas del mismo sexo, la ley del aborto, la posibilidad de divorciarse y otras leyes similares que fueron legisladas por el PSOE y otros partidos apoyaron no existen. La “justicia social” sólo es lo que amado líder que es y cuenta desde su llegada a la política de masas.
Y ahora va a acabar con la corrupción además de con el fascismo. Como buen demócrata ha amenazado a Isabel Díaz Ayuso con su prisión. ¿Por qué? Por la corrupción y las muertes en las residencias de ancianos… ¡Uy, esperen! Sobre esto último igual no porque amado líder era el encargado gubernamental de las mismas, en su obligación de vigilancia cuando menos. Entonces de otra corrupción que seguro existe. En definitiva va a salvar Madrid y ordenar al sol que mañana y los días que quedan hasta el 4 de mayo salga y se ponga según su voluntad todopoderosa. Entre tanto ha legado el intento de acabar con el feminismo al imponer la ideología/teología queer; el apoyo a partidos nacionalistas con claro tinte racista; acabar con IU y su legado de lucha del cual se ha apropiado; que en media España gobierne la derecha y la ultraderecha; bronca y cacerías en redes sociales; y un nuevo testamento que se resume en: la izquierda soy yo y más allá es todo revisionismo o fascismo.
Si todavía en Podemos no se han dado cuenta que el adanismo, el egocentrismo, el extremismo, el espectáculo, el culto al líder, la falsa democracia directa y demás chuminadas que se les han venido ocurriendo espantan a las personas de bien que son los españoles, es que no han entendido nada de la política. Decir verdad no es ser más ortodoxo que nadie, es poner a prueba los datos (empíricos o cualitativos) con la misma realidad y los datos que los demás también pueden aportar. Ni Hegel llegó a ese absoluto pues era dialéctico, tan sólo se quedó en el Estado como última forma política y con dudas. Insultar a quienes son socios, a quienes podrían votarle tampoco es algo muy lógico, ni muy racional (Echenique tiene para pensar con esto). Son muy cansinos pero no se han enterado. Por mucho que les cueste comprender, la vida seguiría perfectamente sin ÉL, hasta igual sigue de mejor forma. Y que exista esa continua sospecha de que las personas están en las listas por amistad y por la bragueta debería ser para preocuparse… entre otras cosas porque a ojos de todo el mundo ha parecido verdad en un par de ocasiones. Y esto ni las gentes de derechas lo han hecho de tal forma (salvo Aznar que ya se sabe que también es muy machote). Tanta paz lleve como tranquilidad deja o ¿volverá cuando no consiga ganar en Madrid?
El PP pretende polarizar la campaña electoral de Madrid retrotrayendo el debate al periodo preconstitucional, cuando desde todos los ámbitos democráticos internacionales se exigía la legalización del Partido Comunista de España (PCE). Frente a ello, el “Bunker” de los retrógrados se negaba pues para la caverna franquista la democracia debía ser solo en apariencia. Esto es lo que propone Isabel Díaz Ayuso en su pretensión de recuperar los votos de los tiempos de las mayorías absolutas del PP en Madrid: los votos que Abascal y Cía., se llevaron.
Por su parte, Pablo Iglesias, parece estar encantado de esa polarización aspirando a figurar como el aglutinador de la izquierda y su único representante; si bien es cierto que esta idea ya se ha llevado un primer traspiés con la negativa de Más Madrid a dejarse dar el abrazo del oso.
En mi opinión, se equivoca el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) al jugar a buscar votos en los caladeros de la derecha; un tacticismo que no es nuevo y que siempre que se ha probado ha dado como resultado el fracaso. Entiendo que Ciudadanos, ese partido de moderno de aspecto, pero viejuno ideológicamente, está en descomposición.
El PSOE es un Partido muy moderado, y el señor Gabilondo más si cabe. No necesita decir cosas contradictorias con la naturaleza del Partido que fundó Pablo Iglesias Pose como, por ejemplo: «No subiré impuestos». No sé si hay que subir la presión fiscal. Lo que sí sé, basándome en datos de las páginas de economía del ABC, diario que no es comunista ni socialista, es que la cuota de IRPF para un sueldo bruto anual de 20.000 euros en Madrid es un 11,20% más baja que en Cataluña, un 6.87% más baja que en Aragón o un 6,41% más baja que en Baleares. También sé, por los datos del Ministerio de Sanidad, en 2018, que el gasto en sanidad en la media de las comunidades autónomas fue del 5,5% el PIB, siendo Madrid la comunidad que menos destinó con un 3,6% del PIB.
Quizás el señor Gabilondo podría explicar esto a los madrileños y madrileñas, ya que cuando salíamos a las ventanas a aplaudir a los sanitarios y cuando decíamos que era héroes, era con la convicción de que los servicios públicos hay que defenderlos. Sabiendo que defender la Sanidad pública o la Educación pública no es una plegaria a los dioses ni una teorización filosófica, sino la necesidad de una política que se oriente hacia la defensa de las prioridades de la mayoría social; de esa inmensa mayoría de la sociedad que no puede permitirse pagar una sociedad médica privada ni un colegio privado.
Enarbolar las consignas de la derecha no es el mejor camino. Esto quedó demostrado en 2010 cuando acuñamos aquel «Bajar impuestos es de izquierdas» o cuando en mayo de 2010 se anunció una reforma laboral al más puro estilo de la derecha «Con o sin acuerdo». En las elecciones generales del 20 de noviembre (hasta la fecha pareció un guiño) de 2011 los votantes nos desalojaron del Gobierno de la nación. Aún recuerdo a Elena Valenciano sollozar: «Los socialistas se han desmovilizado». ¿Se habían desmovilizado? o les habíais empujado a la abstención a base de allanar el camino a la derecha que vendría después a machacarnos con la reforma laboral de 2012, con la de Pensiones de 2013, con la “Ley Mordaza”… por cierto, todo ello intacto a fecha de hoy.
En estos últimos diez años se ha hablado mucho de la necesidad de regenerar la política, no sin razón. Incluso se han fundado partidos que decían llegar con ese firme propósito. Sin embargo, a penas llevan un par de legislaturas actuando y ya pesa sobre ellos la lacra de la corrupción, el transfuguismo, los bandazos en la línea política; por mucho que digan que son de centro y que pactan a izquierda y derecha. Claro que hay que regenerar la política, pero la política no atañe solamente a los partidos políticos, pensar eso es quizás una de las degeneraciones de la política actual. La política comienza en la cúpula del Estado y termina en el último ciudadano o ciudadana que hoy haya cumplido la edad legal pasa votar, y viceversa.
Regenerar la política es poner sobre la mesa propuestas de cambio que impidan los desmanes a los que llevamos demasiado tiempo asistiendo; entendiendo por desmán que la Casa Real haya estado utilizando tarjetas con fondos de origen poco claro o que la presidenta de la Comunidad de Madrid se alojase caprichosamente en una suite de lujo en plena pandemia, por poner un par de ejemplos. Desmán es que cientos de cargos públicos: militares, alcaldes y funcionarios se hayan aprovechado de su cargo para acceder indebidamente a las vacunas, y que altos cargos de la Iglesia también lo hayan hecho, incluso miembros de la familia Borbón, privando de esas dosis a colectivos sociales vulnerables, y que ante estos hechos no pase nada.
No es aconsejable disfrazar el discurso de uno mismo para captar el voto de otra ideología, pues se corre el riesgo cierto de perder el voto natural de tu Partido. Regenerar la política es cumplir fielmente con los programas que son democráticamente votados en los congresos de los partidos que a su vez debieran concordar con los programas electorales que se presentan al electorado. Pero parece que todos los partidos sin excepción practican lo contrario. No quiero para Madrid un Netanyahu, ni un Bolsonaro, ni un Trump, sea este hombre o mujer. No quiero para Madrid una presidenta que le niega a los colegios e institutos públicos un simple filtro HEPA mientras se gasta más de 150 millones de euros (el triple de lo presupuestado) en un plató para hacer autobombo de su gestión y le quita el personal a hospitales de verdad. No quiero más casos de corrupción en nuestra Comunidad Autónoma, algo que parece ser irremediable cuando gobierna el PP. Y es porque no quiero todo eso por lo que me preocupa que erremos.
¿Recuerdan aquellos años, los que tengan más edad, en que se esperaba que llegase el verano, una semana santa o un puente largo para volver a ver a los amigos y amigas del pueblo, de donde los padres tuviesen una segunda residencia o cualquier otra circunstancia parecida? Cada quien lograba desconectar de las mismas caras de clase para recuperar otras; de hacer las mismas cuatro cosas con los colegas los fines de semana para no hacer nada o volver a lo rural o lo playero; de las novias o novios que ya no eran, a los cuales se esperaba superar con un nuevo amor de verano; o incluso en la edad adulta no ver a compañeros y jefes de oficina y/o tajo. Todo ello lograba dar energías a las mentes, al cuerpo y hacía crecer a la persona. Igual uno había aprendido a fumar, a montar en bici…, volvía siendo la misma persona pero renovada en algún aspecto y con ganas de retomar la vida diaria. Si esto pasa a cualquiera de los mortales que somos, imaginen lo que puede hacer algo así en personas sometidas a mucha presión psicológica.
En otras ocasiones las paradas por las selecciones resultaban un trauma, bien porque acaba de comenzar la temporada y no permitía engrasar la máquina (¿no hay algo más estúpido que esas convocatorias de septiembre?), bien porque se comenzaba lo fuerte de la temporada en liga y champions, bien porque el equipo estaba a tope y paraban el ritmo. En esta ocasión parece que a quien puede perjudicar es a otros equipos y no al Atlético de Madrid. Irse a las selecciones es como irse al pueblo o a la playa de la adolescencia. Supone desconectar de las mismas caras de siempre para ver otras conocidas o nuevas. Supone jugar al fútbol con otra motivación (ni mejor, ni peor). Supone dejar la cabeza a cero de lo que ha venido sucediendo en los últimos meses. Supone refrescar la mente. Algo que parece que no es necesario en el fútbol pero que, como demuestra el caso de Saúl, puede ser positivo y necesario.
Más allá del susto que ha provocado Dembelé en el último entrenamiento –no descarten secuelas del coronavirus-, los que se han quedado entrenan con intensidad pero sin la premura del partido casi seguido. Los que se han quedado pueden recuperar piernas, disfrutar de la familia y hasta comerse algún asado con los colegas (cuidando las medidas de seguridad, que no está el horno para bollos). De hecho, ahí tienen a la familia Simeone jugando al fútbol con Nelson Vivas y otros más del cuerpo técnico, repartiéndose un poco que por mucha familia que sea, el fútbol es así y así lo entienden. Luis Suárez será raro que no muestre algún asadito o algún juego con los críos. Y así todos aquellos que se quedan en Madrid. Recuerda a aquellos que se quedaban en la ciudad y aprovechar que no había nadie para ir al cine, a la piscina o al río más cercano.
Los que se van con sus selecciones, verán a antiguos amigos; estarán en un ambiente más cercano; desconectarán de la liga y disfrutarán del fútbol sin la misma presión; incluso recuperarán piernas jugando partidos o minutos de partidos. Lo mismo que cuando los veraneos pero en fútbol. Recuperar las cabezas es casi más importante que recuperar las piernas tras el atracón de partidos (los no infectados, ni lesionados). Las piernas también mejorarán en coalición con la cabeza al no sufrir la tensión de partidos a vida o muerte. Y al Atlético de Madrid ahora parece que le fallan más las cabezas que las piernas (por muy aviones que pareciesen los jugadores del Chelsea). Teniendo la cabeza en forma óptima no se fallan los pases, ni ese último esfuerzo parece una montaña que escalar a pulso. Por ello igual le viene mejor este parón que a los que vienen por detrás (sí, siguen yendo por detrás) que igual la desconexión no les favorece tanto. Todo ello, por supuesto siempre y cuando no haya lesiones que ya sabemos lo que suele pasar con la mufa.
Que las casualidades en la vida suelen darse nadie lo niega. Quien más y quien menos ha vivido algún tipo de casualidad. En el mundo político, por mucho que haya algo aleatorio, suelen ser menos casualidades. Las venderán como tales, eso no lo duden, pero las casualidades en política no son como las presentan. No es casualidad que Ayuso convoque elecciones el día que lo hace cuando sabía que estaban valorando desde Ciudadanos una moción bastante tiempo antes, con el añadido de que el día electoral cae en laboral. Hasta la cuenta de los cincuenta y tantos días la tenían hecha de antes. Tampoco es casual que las órdenes de ciertos personajes del mundo empresarial de aliento a Ciudadanos desaparecieran justo cuando no quiso pactar con Sánchez un gobierno de 180 diputados. Por tanto ¿se puede pensar que es casual que los medios de izquierdas (la verdadera izquierda evidentemente) y los argumentos de los podemitas sean similares contra Ángel Gabilondo?
Va a ser mucha casualidad ¿no? Que Antonio Maestre, verdadero pope de la izquierda pura y de la sociología bourdieuana (aunque no sepa cuál es la definición de violencia simbólica del autor francés), diga que Gabilondo ha despertado y ha tenido un mal despertar, algo que transmiten todos los podemitas en redes sociales, es casualidad. Pura casualidad que ayer mientras escribía para su columna en La sexta (la cadena de la izquierda verdadera) otros podemitas estuviesen ideando memes y mensajes de similar factura. También casual es que el mismo argumento lo utiliceDavid Torres en el diario Público, donde se cachondean de la edad y los conocimientos del candidato del PSOE. Un periódico que ha hecho recopilación de mensajes en twitter con los sospechosos habituales del mundo podemita como pueden ver aquí. La verdad es que todo es muy casual. Pero cuando la aleatoriedad es tan alta cabe sospechar, más de lo corriente además.
Gabilondo miente. Ni desde el perspectivismo de Leibniz puede defender que la verdad sobre la que realiza su argumento parte de su punto de vista cognitivo. No hay teoría que pueda sustentar que no necesita a PIT para ser presidente. No engañe, profesor. https://t.co/z5ac0wxB0g
Pareciera, por incidir en otra vía de análisis, que igual alguien ha lanzado el argumento desde altas torres y todos han copiado el mismo mensaje y con la misma finalidad, desprestigiar a Gabilondo y aupar al “líder entregado a la causa” Pablo Iglesias. No es factible que haya sido el director de las redes Juan Manuel del Olmo quien haya hecho unas llamadas y haya mandado una serie de mensajes (los cuales se repiten en cuentas de esas anónimas) para que se repitan. ¡No! ¡Eso no es creíble! A nadie se le ocurriría hacer algo así, por lo que el mensaje del despertar de Gabilondo no es más que una casualidad, un fenómeno aleatorio de las redes sociales. Un fenómeno que, curiosamente, se produce de vez en cuando con distintos mensajes y con los mismos sospechosos habituales y contra casi las mismas personas. Igual se está ante una ley natural que nadie ha descubierto y que afecta tan sólo al mundo podemita.
Lo curioso es que nadie habla del contexto en el que Gabilondo ha trabajado, más allá de que sea más o menos parsimonioso. Se ha consultado al compañero Aparicio que se ha pateado durante años la Comunidad de Madrid para comprender un fenómeno que los “jefes del periodismo de izquierdas” parecen obviar, o directamente ocultar. Cualquier noticia que no sea de casos de corrupción o alguna salvajada machista de la Comunidad de Madrid es imposible de colocar en los puestos destacados de los medios. Algunos buenos periodistas han perdido la vista sacando noticias que nadie leía, ni lee. Es curioso que lo que pasa en la Comunidad de Madrid sólo interesa cuando mandan a los “periodistas estrella” a ver qué pasa. Plumillas como Platón, Ponce de León, Escalera, Borges, León, Fernández, Ronda, Sánchez, Bañuelos, Becares y tantos otros han servido para rellenar espacios en periódicos, televisiones o radios. En cuanto han descubierto algo sustancioso, se lo han arrebatado de las manos. Incluso en este periódico se sacó en primicia lo que pasaba en los hospitales madrileños con los fondos de inversión pero no fue noticia hasta que otros se hicieron eco de la noticia.
Esto, que pueden parecer batallitas del abuelo, es la realidad de la información de la Comunidad de Madrid. Gabilondo no es que sea la persona más noticiosa, pero tampoco que diga esto o aquello va a tener repercusión. ¿Cuántos de sus discursos durante seis años han sido utilizados por los grandes medios de comunicación? Ninguno. Hoy le dan cuartelillo porque hay elecciones y les interesa. Puede haber estado dormitando, pero cómo no hacerlo si nadie le hacía caso porque vende más cualquier salvajada como argumento. De hecho ¿cuántos de ustedes que viven en la Comunidad conocen lo que sucede en ella, lo que dicen sus políticos, lo que se ofrece o no se ofrece? Es más, pregunten a los podemitas que conocen si saben algo de la política madrileña respecto a lo que ha propuesto David Pérez en vivienda pública, por ejemplo. Y que a esta persona le hayan nombrado presidente de Metro igual es de nota. La política espectáculo llega hasta las capas más locales de la información tanto en los medios como en las preferencias de las personas.
Por cierto, me chiva Aparicio que Gabilondo es cualquier cosa menos un leibniziano como da a entender en su tuit Maestre. Que si es algo, será un idealista hegeliano o un rawlsiano. Y añade que los conocimientos de Wikipedia dan para lo que dan y que no puede mentir porque Gabilondo está siguiendo el espíritu universal no las apetencias de según quien.
El sentido del sinsentido se encuentra en el inconsciente, así como los mecanismos simbólicos que se expresan en el lenguaje o mediante el lenguaje. Algo así decía Jacques Lacan (ver la magnífica obra sobre su forma de ver el psicoanálisis de Sean Homer que editó no hace mucho Plaza y Valdés) para expresar que al final, mediante las frases que se van soltando, se muestra lo inconsciente, lo que de forma racional se reprime pero que forma parte de ese ser. Esto le ha pasado a José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid, respecto a la forma en que él y buena parte de la derecha considera a ese poblachón manchego: de su propiedad exclusiva y con derecho de veto.
— José Luis Martínez-Almeida (@AlmeidaPP_) March 21, 2021
Anteayer, preguntado por algunas televisiones, el alcalde madrileño dijo al presidente del Gobierno: “Sr. Sánchez, no venga a Madrid a embarrar”. En la disputa política del espectáculo nadie se percatará de lo que supone esa simple frase, esa simple petición. Lo primero de todo, es complicado que Pedro Sánchez no esté en Madrid pues no sólo vive allí sino que es natural de la provincia. Es complicado decirle a un madrileño que vive en Madrid que no vaya a Madrid. El palacio de la Moncloa no es un inhóspito lugar allende los mares, no. Está situado casi en medio de la Ciudad Universitaria de la ciudad de Madrid. Por tanto, Sánchez no puede ir a Madrid a lo que sea porque ya está en Madrid. Un hecho físico y objetivo que el alcalde de Madrid no puede digerir o asimilar porque el inconsciente se lo impide.
Podría ser que utiliza un tropo el alcalde y lo que expresa lo hace en sentido figurado. Se le acepta. Pero es casi peor que su ignorancia física. ¿Qué quiere decir Almeida? Inconscientemente está exponiendo que a Madrid, pese a pedir la llegada de franceses a “mamarse como osos”, pese a declarar que es una ciudad abierta a cualquiera, en realidad no pueden ir todas las personas. Hay vetos a ciertas personas por su condición, pensamiento u origen. Respecto al origen lo tiene más complicado Almeida por lo dicho anteriormente (pese a que el presidente antes vivía en Pozuelo de Alarcón), pero demuestra que la condición o el pensamiento sí son mecanismos de veto. Si no se es de derechas, católico, nacionalista o cualquier otro veto que se les ocurra no se puede entrar en Madrid. Ni yendo a “mamarse como un oso”. Da igual que sea el presidente del gobierno español y tenga, por tanto, bajo su responsabilidad el bienestar de todos los españoles, no puede acudir a Madrid. Dirán ustedes que sólo le veta si va a embarrar. Sí, claro. Pero es que objetivar lo que es embarrar o no también tiene una enorme carga ideológica. Se le niega al presidente del Gobierno ejercer su libertad de expresión y de pensamiento respecto a Madrid.
Para ser liberales, desde luego, no se aplican los principios que dicen defender. Muy decir que la libertad de expresión, pensamiento y movilidad son pilares fundamentales de la democracia liberal pero…, siempre hay un pero, para los que ellos decidan. Al menos los contrarrevolucionarios del siglo XIX se presentaban con las cartas sin marcar y haciendo fe aristocrática. En realidad dicen una cosa y practican otra porque tienen un menjunje mental importante entre defender los privilegios de los menos pero querer ser los más mercantilistas y los más liberales. Luego nos cuentan que estos son los listos en los medios de comunicación cavernarios.
A más, a más, no sólo demuestran tener un toque autoritario inserto en las venas (o en el inconsciente) sino que se permiten poner vetos porque, al fin y al cabo, piensan que Madrid es suya, de su propiedad, y no hay cosa que más defienda un liberal que el derecho a la propiedad (tanto como para hacerlo un derecho natural o divino). Y como Madrid es suyo y en su casa dejan entrar a quien quieren, pues Sánchez y los que son como Sánchez no pueden entrar. Al final Madrid, de tener un alma, mejor o peor, pero un alma, está pasando a ser una ciudad reaccionaria para la libre expresión en toda su pluralidad de las personas –hoy es imposible que haya una explosión de creatividad como en los años 1980s o 1990s- y en una más de las capitales macdonalizadas. Por ello es normal que inconscientemente crea Almeida que la ciudad es suya, hoy no deja de ser una empresa en sus cabezas. Una empresa que pagan los sufridos ciudadanos, sin importar ideología o condición social.
Como si les hubiesen quemado la carne con un hierro candente. Así estaban lo Podetrolls (trolls de Podemos en redes sociales) ayer en las redes sociales –no extrañaría que sigan así por unos cuantos días más- tras ver cómo el catedrático de Filosofía hacía de menos a su amado líder. Ángel Gabilondo fue claro y conciso a la pregunta efectuada por Antonio García Ferreras (el que conspiraba junto a la cúpula de Podemos tiempo ha), “con el actual Iglesias no pactaría”. En ese preciso momento, se les hinchó la vena de la frente, la carótida aumentó su tamaño y los exabruptos comenzaron a salir por esas bocas de tal manera que cualquier abuela de hace décadas no tendría suficiente jabón Lagarto para lavárselas. ¿Cómo ha podido hacer una afrenta así a Pablo Iglesias?
La respuesta es bien sencilla. Gabilondo, más allá de que sea “soso, serio y formal”, no es tonto y sabe que acercarse mínimamente a Pablo Iglesias es morir. En la mente del filósofo ya existe la consciencia del morir como elemento humano, pero espera que el devenir de la vida no le lleve a perecer antes de tiempo. Más si cabe cuando tiene todo los elementos de juicio para evitar caer en la trampa del dirigente de Podemos. Si hubiesen sido ágiles podrían haber preguntado a Gabilondo “¿por qué con este Iglesias no?”. Una fórmula lingüística que establece cierta duda al respecto dando esperanzas de que existe algún “Pablo Iglesias” con el que sí podría pactar y que evita verse en un brete para no tener que explicar que ni con este, ni con otro –salvo el fundador del PSOE que habría sido una salida posible. Ayer les contábamos que en Madrid los histrionismos se suelen pagar, no iba Gabilondo por tanto a dejarse engañar en ese espectáculo de dos histriones para ver quién es más dramático.
Normal que Gabilondo no quiera caer en la trampa saducea de Iglesias y normal que sus Podetrolls estén que estallan. Porque estas personas, da igual desde el apoyo de calle hasta el columnista con toques intelectualoides, piensan que como su dirigente máximo no hay nadie y que todos deben plegarse a sus deseos. De hecho siguen pensando que ha hecho un gran sacrificio “de líder” cuando todo el mundo es consciente que se presenta porque tanto Irene Montero como Rafael Mayoral declinaron presentarse. A quien venden como “líder carismático” –deberían leer un poco a Ann Ruth Willner para saber de qué se trata eso del carisma- se muestra incapaz de convencer a su pareja y a un fidelísimo para bajar al barro. ¡Vaya carisma de panfleto! Pese a las evidencias piensan que sí, que la izquierda es solamente él (reduccionismo), que todos deben postrarse a sus ideas por su capacidad intelectual (si un catedrático no lo hace por algo será) y que sólo él puede vencer a la derecha y al fascismo (Gabilondo venció en el sentido de vencer que tienen en Podemos).
Aparecen en todas las redes sociales mostrando su indignación y, como es habitual desde hace tiempo, señalando a Gabilondo como alguien que no es de izquierdas y por lo tanto no debe ser votado por personas de izquierdas. Como si sólo existiese una forma de ver la izquierda (“la berdadera”) o como si el resto de personas que se piensan de izquierdas no sepan qué es o no. Como saben distinguir el populismo y el totalitarismo. Igual, y sólo igual, las personas en general piensan que para ser de izquierdas como Iglesias mejor ser materialistas, blanquistas, comuneros o cualquier otra cosa que no acabe pervertida por aquel. Esto le da igual a los Podetrolls ya que, ni sacando el 12% de los votos, darán por bueno que jamás se equivocan, sino que el resto del mundo está equivocado. Una obcecación propia de cierto tipo de mentes que ven conspiraciones por todos lados –esto de las conspiraciones para hacer grupo cerrado ya lo estudiaron los psicoanalistas en los años 1960s y las conclusiones a las que llegaban dejarían en mal lugar a los Podetrolls-, que creen que su verdad es única e incuestionable –como les pasa a los liberales libertarios, por cierto- y que los demás deben entregarse como esclavos a los designios del señor.
Sobre la dialéctica del esclavo y el amo Gabilondo, enorme conocedor de Hegel, les podría dar alguna lección, pero no la aceptarán por la soberbia en el pensar y el odio en el actuar. El candidato del PSOE tan sólo ha expresado algo que el 80% de los madrileños tienen claro, “con este Iglesias no”, porque han visto su actuación en el poder. La cual queda resumida en ver series, hacer programas de televisión, alguna lectura y estar todos los días encizañando. Eso sí, hacer algo con las residencias que están bajo sus funciones, nada de nada. Ni una visita al exterior de alguna. Gabilondo representa la política con principios pero sin estridencias. Y como ha dicho en el programa de la cadena que aupó a Iglesias al estrellato, “la ciudadanía debe mirarnos y no salirse de su asombro por no hacer lo que debemos hacer.