Por si no lo han visto en los medios de derechas (casi todos… ahora que han caído del guindo con El País), la fundación FAES, el verdadero cerebro de Pablo Casado, habló sobre el Gobierno. Nada nuevo bajo el sol porque es lo que suelen hacer desde que José María Aznar logró situar con presidente del PP a su marioneta. Lo curioso en este caso son los términos utilizados para referirse tanto a Pedro Sánchez como a Pablo Iglesias. Cultismos propios de gente preparada, como la que está detrás de la fundación no vayan a creer que Aznar llega a esos extremos, pero que paradójicamente se podrían aplicar mucho más al jefe de la derecha española que al atribulado presidente de los españoles y españolas. De ahí el extraño titular sobre ciervos y berreas pues quien ciervo es sólo puede berrear; quién totalitario es sólo puede hablar de cosas de totalitarios.

La excusa del texto es el acuerdo firmado con Bildu que ya saben que es el grupo maldito para la derecha mental española, incluida la que está en el PSOE, mientras que los herederos del fascismo son blanqueados con total asiduidad. No merece la pena hacer análisis alguno de un texto fabricado en la factoría de quien hablaba de ellos como Movimiento de Liberación Vasco, ni de sus tontadas sobre blanqueamiento de Arnaldo Otegui como “hombre de paz”, mientras se señala a José Luis Rodríguez Zapatero como culpable de haber acabado con ETA, que como saben es algo que les molesta mucho. Eran felices con los muertos del terrorismo y lo añoran enormemente, tanto como para alarmarse con cosas así. Pero es lo que dicen en el resto del texto porque es el mantra que están trasladando a la población mientras desde Moncloa, Ferraz y Princesa se calla y no se hace nada. Tanto tiempo apostando por el relato y ahora ni un contrarrelato hacen dejando a sus propias huestes huérfanas de material de ataque.

El texto titulado “Un disparate inmoral” expone lo siguiente: “Quien quiera engañarse negando las evidencias que se acumulan, puede seguir creyendo que esta indignidad es fruto algo alocado del apremio que sentía el Gobierno para asegurarse los votos que necesitaba en la votación de la quinta prórroga del estado de alarma. No es eso. Este es otro juego, dirigido por Sánchez en el que se une la libido dominandi sin escrúpulos del líder del PSOE y el apetito revolucionario de Iglesias, unidos en una coalición de gobierno impresentable en Europa”. La clave está en la parte que se ha remarcado en negrita que viene a decir que Sánchez e Iglesias son un peligro porque el primero es un totalitario y el segundo un revolucionario. Una libido dominandi que ni se han molestado los medios en explicar porque, al fin y al cabo, están para hacer daño al Gobierno sin necesidad de explicar las cosas. Lo ha dicho Aznar simbólicamente y todos como cervatillos a publicarlo.

¿Qué es la libido dominandi? En realidad es una cuestión de orden moral que parte de Agustín, obispo de Hipona (San Agustín para los cristianos), y es una crítica a los apetitos sexuales que dejaban al ser humano sin libertad, pues en su conceptualización la libertad es de orden moral. Los muchos dueños y los vicios como controladores del ser humano. Partiendo de este análisis, como fórmula de crítica de la liberación sexual (y por tanto de la liberación de la mujer en los años 1960s), autores conservadores, o directamente reaccionarios, como Eric Voegelin utilizaron el concepto para hacer lo que más les gusta señalar a todo el mundo como totalitario por no aceptar la única verdad revelada, la suya, como sucede con la verdad de Aznar que es la única válida (y luego hablan de libertad). Se apoyan en Friedrich Nietzsche, la voluntad de poder del superhombre, le ponen un picante de biopolítica foucaltiana, y ya tienen la personalidad totalitaria que se encarna en estos tiempos en Sánchez. Una personaje, según FAES, que posee un deseo irrefrenable por subyugar, imponer la voluntad propia y controlar todo. Eso es lo que señalan del presidente del Gobierno mediante el uso del término libido dominandis (para cuestiones de control social también utilizan al ultracatólico E. Michael Jones). En términos más de andar por casa le califican de dictadorzuelo, algo habitual en la retórica del PP contra los dirigentes de los partidos que están en el poder como se explicó ayer.

A eso le suman el peligro revolucionario de Iglesias, ese bolivariano peligroso (aunque los peligrosos sean los amigos uribistas colombianos de Aznar que promueven el asesinato de dirigentes de la izquierda social en la colonia imperial), y con todo conforman el verdadero peligro para la democracia. Y aquí es donde se les ven las costuras de su discurso y que hay que desmontar porque cala entre las masas. Si Sánchez es un dictador e Iglesias un revolucionario, estando ambos en el poder ¿por qué no han levantado a las masas hacia la revolución y se reúnen a negociar con los agentes sociales?; ¿por qué no han nacionalizado las fábricas y los medios de comunicación para controlar la opinión?; ¿por qué no han detenido a todos esos mediocres que se dicen patriotas y/o periodistas y que no paran de alentar contra el Gobierno legítimo?; ¿por qué no han hecho todo lo que dicen que han hecho? Hay que ser estúpido para poder hacer algo que provocaría encajar el supuesto pensamiento revolucionario y el disfrute de la Dacha y no hacerlo. Salvo que los verdaderos demócratas sean aquellos a los que catalogan de totalitarios en un ardid típico de la derecha autoritaria, parafascista e iliberal-populista. Porque son verdaderamente populistas, en el sentido demagógico, y ahora se apoyan en el poder del algoritmo para lanzar sus mentiras y soflamas antidemocráticas. No en vano tienen al poder económico detrás y sólo se activan cuando ese poder económico se ve perjudicado. Por eso el ciervo habla de berrea.

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