Podemos es esa cosa entre populista, woke y descolonial que ha venido enrareciendo la política española en los últimos años (junto a los demás, no toda es su culpa) y destrozando a la izquierda como era su principal intención. Pasa en el país vecino del norte con La Francia Insumisa, ha pasado en Italia con el Movimiento Cinco Estrellas y en otros países. Como se dice en lenguaje popular un ñordo político. Además, en España sus dirigentes son especialmente odiosos. No se sabe si se unieron por dar asco o es que existe alguna tendencia a unirse personas con demasiadas taras sociopersonales. El caso es que ahí siguen con un apoyo nada despreciable (bastante más que los ecolocoñazos, por ejemplo).
Dan mucho asco a la mayoría de las personas, ninguna de sus leyes ha estado bien planteada y algunas han sido francamente una ruina. Iban de universitarios sabelotodo y han demostrado que “lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta”. Pero, y este pero tiene importancia, igual en las circunstancias actuales tienen razón. Participaron en la coalición de la desbrozadora Yolanda Díaz forzados por las circunstancias (podían haber ido por libre pero tuvieron, por una vez, un poco de reparo a destrozar más la izquierda a la izquierda del PSOE). Una coalición donde les hicieron la cama, se las colaron por todos lados y acabaron poniendo los pocos activistas y algún millón de votos para nada. 31 escaños al servicio de otros más izquierda caviar que ellos, ellas y elles.
En total se han quedado con cinco escaños en el parlamento. Yolanda les ningunea y piensa no dar nombres de Podemos a Pedro Sánchez para los posibles ministerios que les correspondan. Visto desde la perspectiva actual, la verdad es que vislumbrar a Ángela Rodríguez “Pam” de ministra está entre el asco y el pavor. Claro que situar a Íñigo Errejón tampoco es un trance menor. Habrá que aguantar su hablar engolado e impostado y esa especie de superioridad moral de algunos doctores en Ciencias Sociales. Sin embargo, esos cinco escaños ¿por qué han de ser despreciados y entregados a la causa sanchista-yolandera sin más?
Piden, exigen o mendigan un ministerio (a poder ser Igualdad para seguir distribuyendo paguitas y subvenciones) algo a lo que se niegan Sánchez y Yolanda. Algo a lo que tendrían derecho si se hace un recuento de necesidades dactilares. Si al PNV con 5 diputados les van a dar hasta la mano incorrupta de Santa Teresa (que era vasca de toda la vida), si a EH Bildu, con 6, les van a entregar las llaves de las cárceles donde están los colegas, si al BNG con 1 diputado le van a dar un ñordo (que será el ñordo mais grande do mundo), si a Junts les van a amnistiar con 7 diputados ¿por qué no darles un ministerio?
En el mercado persa en que se ha convertido la investidura, Podemos tiene razón en solicitar un simple ministerio. Si dan uno a los wokes-independentistas catalanes de los comunes, si dan uno a los madrileños pijos, si dan uno al primer tonto que le hace la pelota a Yolanda ¿por qué no uno al partido que, seguramente, haya puesto los votos para que los demás tengan acceso a los escaños? Tienen completo derecho a ello y, por una vez, tienen razón. Por eso, negarse a votar a Sánchez haciendo fuerza con sus míseros 5 escaños es algo entendible. De perdidos al río y en las próximas elecciones a ir por separado a ver quién tiene más votos.