lunes, 16 junio, 2025

El conflicto internacional que casi provoca el PP

Prácticamente todo el mundo ha visto ya el vídeo que publicó ayer el Partido Popular sobre los casos de presunta corrupción que se están instruyendo judicialmente contra personas cercanas a Pedro Sánchez, al gobierno o al PSOE. Sin embargo, quisieron hacer gracia y se pasaron de graciosos, tanto, que el PP ha estado a punto de provocar un conflicto internacional con la República Dominicana, un país al que califican en el vídeo como «La isla de las corrupciones».

A última hora de la noche, el Partido Popular pidió disculpas por el vídeo a través de un post en la red social de Elon Musk: «Esta mañana se publicó en redes sociales un vídeo denunciando la corrupción del gobierno de Pedro Sánchez. En ningún momento se ha intentado dañar la imagen de República Dominicana país con una larga tradición de amistad y cercanía con España», afirmaba el PP.

Esta disculpa pública viene después de que, según fuentes consultadas, desde el gobierno dominicano se hablara con la dirigencia del partido conservador y se expusiera su indignación ante la utilización bastarda de la imagen de un país que, precisamente, desde que gobierna Luis Abinader, ha sido reconocido internacionalmente por su lucha contra la corrupción, reconocimiento que llegó, entre otros, por el propio expresidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

El Ministerio de Exteriores de la República Dominicana expresó su indignación a través de la misma red social: « El Gobierno dominicano expresa su más contundente rechazo al avieso e incomprensible ataque a República Dominicana en un video difundido en una plataforma digital identificada como perteneciente al Partido Popular de España. Es inaceptable la instrumentalización de la imagen del país, desnaturalizando sus símbolos patrios, y peor aún, para asuntos internos de la política española.  El Gobierno dominicano ha sido reconocido internacionalmente por sus notables avances en el fortalecimiento del Estado de derecho y la transparencia. Lamentamos este agravio gratuito que no refleja la histórica relación de fraternidad entre ambas naciones».

La incansable lucha contra la corrupción de Luis Abinader

Desde el primer día de su mandato en agosto de 2020, el presidente de la República Dominicana dejó claro que una de sus principales prioridades era la lucha contra la corrupción, sin ambages, sin mirar el color político de nadie. Abinader heredó un régimen que se había basado en la corrupción durante más de dos décadas. Por esa razón, durante todo su mandato se han implementado importantes reformas legales, algunas de un calado profundo, para combatir la corrupción.

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Eppur si muove

Mientras alguno está mostrando el perfil del próximo pontífice, el cardenal Müller, haciéndose el despistadillo, pero mostrando a los demás que si fuera por él no habría problema en aceptar la mitra papal, resulta que el Vaticano se mueve. No necesita, porque se laminó a unos cuantos, muchos apoyos el papa Francisco para seguir marcando las líneas a seguir. Con dos o tres indicaciones, mientras coge aire en cantidad, ordena algún obispo, o le da en los morros a Donald Trump. De hecho si no ha renunciado o a entregado la cuchara es por pelearle al presidente estadounidense y a todos sus católicos protestantes el discurso universal.

De momento, desde el Vaticano se está pidiendo que el acuerdo de paz por la guerra de Ucrania y de Israel/Gaza sea multilateral. Nada de juntarse los tres colegas que se quieren repartir las riquezas, sino que intervengan más países que algo tendrán que decir. Incluido el Vaticano si hiciese falta. Así se lo han hecho llegar los obispos estadounidenses a los católicos de allí y a la propia Casa blanca. Es evidente que esto le da igual a Trump porque sólo se guía por su testiculina y sus propios intereses (que incluye los de sus amigos empresarios en un forma habitual del colonialismo neoliberal). Pero que desde el Vaticano señalen con el dedo significa más para millones de personas.

Que Elon Musk, que no suele tener ni idea de miles de cosas en las que ofrece su opinión y mandato, ya ha estado moviéndose en las sombras para que el próximo pontífice sea un marmolillo lo saben todos. También es cierto que Francisco, o eso cuentan los rumores, ha estado maniobrando para cambiar la constitución y dejar en el 51% de lo votos cardenalicios los necesarios para nombrar nuevo pontífice. Eso permitía, eso dicen, que los más afines al franciscanismo pudiesen salir elegidos. Y entre esos afines se cuelan los nombres de un italiano Matteo Zuppi y un belga Jean Claude Hollerich. Se nota que información viene de donde viene porque, igual, sólo igual, los tiros no van por ahí.

Podría ser el secretario de Estado Pietro Parolin, más capaz de consensuar opiniones y seguiría una antigua tradición de situar en el trono de san Pedro al que ostentaba tal cargo. Pero podría ser cualquier otro, incluso un español. El problema que tienen los “tradicionalistas” es que, además de apestar a trumpismo e ideas protestantes, no tienen un candidato único y definido. El cardenal Robert Sarah está a punto de no poder ser elegido —supuestamente porque la legislación entiende que puede ser elegido cualquier católico como principio fundamental—, Müller no ha sido capaz de controlar a los obispos alemanes cualquier estadounidense de los que se nombran no cuentan con el apoyo de los demás.

Mientras tanto el Papa nombra nuevo obispo de Albacete a Ángel Román, madrileño-alcalaíno, lo que ya es un indicativo de otras cosas. Le están haciendo epitafios y obituarios, le buscan sustituto, le retiran, le matan y resucitan cada día, le añaden enfermedades todos los días, atacan a sus colaboradores pensando que podrían ser futuros pontífices, eppur si muove. O como se dice en español, no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo… incluyendo a Trump.

Esta celebración, así, no debería existir

Parto de una importante premisa que subrayo ya de entrada: este artículo no debería existir. Tampoco por tanto esta celebración. La del 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer. Sus orígenes se remontan hace un siglo a los movimientos socialdemócratas que homenajeaban las incipientes reivindicaciones sociolaborales de las mujeres y que posteriormente Naciones Unidas institucionalizó anualmente desde 1975 en esta fecha concreta del 8 de Marzo.

La mujer no se merece semejante ninguneo, un día del año como homenaje, puaj. Los hombres, por esta misma regla de tres, tendríamos los segundos contados para acaparar por méritos propios una fecha concreta en el calendario. La igualdad de sexos, tan cacareada y reivindicada de forma unánime por todos los estratos de la sociedad, ya sea bienpensante, liberal o progresista de corte tradicional o radical, se convierte en una panoplia sobre la que rebotan frases hechas, lugares comunes, elogios múltiples cargados de flores y hueros de contenidos y sobre todo la hipocresía como norma establecida.

Nos ponemos todos estupendos este día con discursos grandilocuentes, recabamos los últimos datos sobre las evidentes desigualdades entre sexos, nos llevamos las manos a la cabeza por ello y clamamos contra semejante injusticia, y al llegar a casa pedimos que nos coloquen las zapatillas, la comida por delante y que nos enciendan un puro. O poco menos, o “ mucho mas”.

Los grandes gestos sobran, no sirven absolutamente para nada, a los datos me remito. Si acaso para constatar la supremacía del hombre sobre la mujer por los siglos de los siglos mientras todo siga establecido así. La verdadera igualdad entre sexos únicamente se puede lograr en las actitudes cotidianas, en un día a día sin miradas por encima del hombro y en un compromiso real por valorar los hechos y no el sexo de quien los logra. Y sobre todo en una educación constante y comprometida desde el origen de la vida, solo así puede nacer una sociedad más justa e igualitaria.

Una lectura en diagonal de las noticias de un día cualquiera de este 2025, en pleno tercer milenio, ofrece una realidad desoladora: casi nula presencia de mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas, gobiernos encorbatados con presencia testimonial de mujeres en segunda fila, goteo incesante de crímenes machistas en el seno familiar, desigualdades laborales y salariales lacerantes, persecuciones legales por abortar… ¡Hasta la corrupción parece sólo una cosa de hombres! En definitiva, una bofetada directa a nuestras conciencias.

No sería descabellado echar mano de la teoría de la conspiración y pensar que un lobby supremo de hombres intangibles dirige también los designios de estas desigualdades para mantener el statu quo adquirido por el machismo imperante de los últimos milenios. De ahí la importancia de mantener vivo y con lustre este Día Internacional de la Mujer. Dejemos que se hable de ellas un día al año para olvidarlas sin más los 364 restantes, pensarán. Ja. Imbéciles.

El término “hacedor”, apunta la Real Academia Española, se aplica especialmente a Dios. Desde aquí quiero enarbolar mi humilde homenaje al margen de institucionalismos varios y subrayar una virtud que nadie ni nada les puede arrebatar: la posibilidad de dar vida. Hacedoras de vida, compañeras del alma, compañeras en todo, compañeras por igual en la vida. Sustento vital de una humanidad que persiste en el error de seguir caminando a rastras con tal de no erguirse con dignidad en pos de una verdadera igualdad. Porque, a fin de cuentas, ya lo dijo Simone de Beauvoir: “El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres”. No hay más.

En busca de la Utopía hallada

El título de la reseña les puede parecer extraño. Si algo ha sido hallado ¿por qué buscarlo? Una contradicción que, en el libro de Emilio Lara, Los colmillos del cielo (Ariel), encaja perfectamente. A lo largo de los siglos son muchas las utopías que se han intentado plasmar en la vida de los seres humanos, proyectos pensados y puestos en práctica, casi siempre con malos resultados. De ahí que la búsqueda y hallazgo que nos presenta el autor jienense sea más que pertinente en estos tiempos de postulaciones sociopolíticas que no dejan de ser meras plasmaciones de pensamientos, en muchos casos, parautópicos.

Lara en esta ocasión abandona el relato histórico “ficcional”, aunque no ese buen gusto al escribir que posee, para abordar algunas de las utopías que se han intentado llevar a la práctica, casi todas con malos resultados (por qué no decirlo ya). Por las páginas del texto pasarán Platón y sus diatribas en Siracusa, los cátaros, Savonarola, Moro, Münster, las reducciones jesuitas, Robespierre, Saint-Simon, Fourier, Owen, Lenin y Stalin, el fascismo, Hitler, los kibutzs y los beatnicks junto a sus hijos hippies.

Sin duda una amplia selección de propuestas de una vida distinta a la existente, no se puede decir mejor porque estando Auschwitz y el Gulag por medio no cabe ni la poesía, ideadas por personas que, sentadas bajo una decreciente vela o un candil exiguo de aceite, decidieron cambiar la faz del mundo, al menos el que le rodeaba, para lograr una sociedad perfecta. El problema, como bien se puede sonsacar del texto, es que no contaban con el ser humano, con sus filias y fobias personales, y acababan por recurrir a la fuerza para llevar a cabo lo que una vez fue mero pensamiento.

El libro es sumamente entretenido y diverso. No todas las utopías que se presentan fueron llevadas a cabo, algunas como la de Tomás Moro sólo eran una crítica de la sociedad circundante, pero aquellas que sí se intentaron acabaron mal… salvo las reducciones jesuitas que fueron aplastadas por cambios políticos y económicos ajenas a ellas. Aunque, bien es cierto, luego darían pie a otras utopías, como la Teología de la Liberación, que no produjeron resultados satisfactorios, sino todo lo contrario. Todas las que se implantaron al final del camino tenían la imposición y la violencia, en mayor o menor grado, como elementos sustentadores de lo utópico. Las que no parecían conllevar violencia fueron superadas por las circunstancias socioeconómicas y políticas dejando tras de sí un recuerdo utópico de algo que no llegó a suceder tal y como se recuerda.

La pertinencia del libro para en la actualidad es que los resúmenes de estas utopías, tan bien traídas, pueden servir de aviso frente a otras ideas utópicas que se pretenden implementar o se implementan en la actualidad y de las que se llega a ser del todo conscientes. No es un mero ejercicio de historia por parte de un historiador sino, más bien, una advertencia sobre cómo el ser humano tiende a dejarse llevar por proyectos no probados, pensados en una habitación retirada de lo social y que tienden a acabar con evidentes signos de violencia física o psíquica. De hecho, esto no lo dice Lara, se podría decir que hoy vivimos en un mundo donde diversas utopías luchan por imponer su modo de vida. Algunas pueden parecer más realistas por aquello del exceso de buena publicidad, pero no dejan de ser proyectos utópicos no muy distintos de los falansterios.

Un libro que debería ser escudriñado por cualquiera que no esté absorto en prejuicios ideológicos. Lo que en el texto se expone no es más que una serie de proyectos surgidos de la mente humana, algunos con mejores intenciones que otros, que tienen una utilidad, puestos a ser utilitarios como el mundo que nos rodea, práctica: sospechar de idealismos y sociedades perfectas. Al final, la moraleja es que imponer el ideal uno a los demás siempre sale mal. En muchas ocasiones más vale la práctica del día a día, con sus errores y aciertos, para tomar el sendero de la vida. Nunca está de más recordar qué ocurrió con ciertos proyectos para que no se vuelvan a repetir, ni como tragedia, ni como farsa que diría el de Tréveris. Y el libro de Lara es un buen comienzo para ello. Historia al alcance de la mano de cualquiera… de cualquiera que desee no dejarse llevar al huerto, claro.

Zelenski se somete a Trump

Flaco favor le ha hecho Volodimir Zelenski a la lucha por la democracia en contra del matonismo de Donald Trump y Vladimir Putin. Tras la bronca en la Casa Blanca, en la que el presidente ucraniano fue víctima de una encerrona ultra. Tras la cumbre de Londres, donde recibió todo el apoyo de los líderes europeos, ahora Zelenski se comporta como el empollón que se somete al abusón de instituto. 

En un post publicado en la red social de Elon Musk, el presidente ucraniano ha afirmado que «quisiera reiterar el compromiso de Ucrania con la paz. Ninguno de nosotros quiere una guerra interminable. Ucrania está dispuesta a sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible para acercar una paz duradera. Nadie desea la paz más que los ucranianos. Mi equipo y yo estamos dispuestos a trabajar bajo el firme liderazgo del presidente Trump para lograr una paz duradera. Estamos dispuestos a trabajar con rapidez para poner fin a la guerra, y las primeras etapas podrían ser la liberación de prisioneros y una tregua en el cielo (prohibición de misiles, drones de largo alcance, bombas en la infraestructura energética y otras infraestructuras civiles) y una tregua en el mar de inmediato, si Rusia hace lo mismo. Después queremos avanzar muy rápidamente en todas las etapas siguientes y trabajar con los EE.UU. para llegar a un acuerdo final sólido. Valoramos mucho lo que Estados Unidos ha hecho para ayudar a Ucrania a mantener su soberanía e independencia. Y recordamos el momento en que las cosas cambiaron cuando el presidente Trump le proporcionó a Ucrania los misiles Javelins. Estamos agradecidos por ello. Nuestra reunión en Washington, en la Casa Blanca, el viernes, no salió como se esperaba. Es lamentable que haya sucedido así. Es hora de corregir las cosas. Nos gustaría que la cooperación y la comunicación futuras fueran constructivas. En cuanto al acuerdo sobre minerales y seguridad, Ucrania está dispuesta a firmarlo en cualquier momento y en cualquier formato que le resulte conveniente. Consideramos que este acuerdo es un paso hacia una mayor seguridad y garantías de seguridad sólidas, y espero sinceramente que funcione de manera eficaz». 

En román paladino, esta declaración es el mejor ejemplo de «jiñarse por la pata abajo«. Más aún, debería ponerse como ejemplo en las convenciones de hispanistas o de paremiólogos sobre cómo llevar a la realidad los vulgarismos del habla cotidiana. 

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Interinos: el Supremo blinda el fraude

El Tribunal Supremo de España ha vuelto a ponerse del lado de la precarización laboral, ignorando de manera flagrante la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre el abuso en la contratación temporal en el sector público español.

En sus recientes sentencias de casación núm. 196/2025 (R. Casación 7099/2022) y 197/2025 (R. Casación 4436/2024), ambas de fecha 25 de febrero de 2025, la Sala de lo Contencioso-Administrativo ha vuelto a dar la espalda a miles de trabajadores temporales, negando cualquier tipo de sanción efectiva y disuasoria contra el fraude en la contratación temporal dentro de la Administración.

La Justicia blinda el fraude de la Administración

Las sentencias del Supremo consolidan una postura regresiva que da carta blanca a la explotación laboral dentro del sector público. En ambos casos, los trabajadores afectados habían sufrido años de abuso en la concatenación de contratos temporales en plazas estructurales. Sin embargo, el Alto Tribunal ha desestimado sus reclamaciones, sin imponer ninguna sanción real a la Administración responsable del abuso.

En la Sentencia núm. 196/2025, el Tribunal Supremo justifica la negación del reconocimiento de estabilidad alegando que convertir en fijos a los empleados públicos temporales choca con el principio de igualdad, mérito y capacidad del artículo 23.2 de la Constitución. Sin embargo, tal y como denuncia la Federación Estatal de Trabajadores de las Administraciones Públicas (FETAP) de la Confederación General del Trabajo (CGT) «lo que realmente perpetúa es la impunidad de la Administración y la precarización de miles de trabajadoras y trabajadores públicos que ven cómo su situación laboral es ignorada».

Por otro lado, en la Sentencia núm. 197/2025, la injusticia se repite: ni conversión en fijo ni indemnización. «En su lugar, el Tribunal Supremo pretende que la única alternativa para regularizar la situación de estos trabajadores sea la participación en procesos selectivos, ignorando que el TJUE ya ha determinado que esto NO es una sanción efectiva», denuncia FETAP.

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El empleo de Sánchez: baja la estabilidad, crece la precariedad

Siembre es buena noticia que baje el desempleo. Sin embargo, no todo vale para tener unas cifras adecuadas, sobre todo si la estrategia pasa por un descenso sin escrúpulos, sin tener en cuenta que la calidad del empleo que se crea cada vez es peor. Este es el escenario en el que vive Pedro Sánchez. Necesita gasolina para su aparato de propaganda y los datos del SEPE parecen ser los que, mes a mes, llenan el depósito.

Los datos en bruto parecen positivos y de eso se alimentan los sanchistas. Según las cifras del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) hechas públicas ayer, el paro ha descendido en el mes de febrero en 5.994 personas respecto a enero (-0,23%) y en 166.959 personas en términos interanuales (-6,05%).

No obstante, a pesar de estos descensos, las mujeres representan el 60,27% del total de personas desempleadas (1.562.954), lo que demuestra el fracaso de este gobierno a la hora de acabar con una brecha de género sistémica. También, entre los menores de 25 años, el paro aumentó en 6.522 personas (3,46%), con un mayor impacto en las mujeres (3,82%). Más que buscar explicaciones ideológicas para entender el crecimiento del apoyo de la juventud a la extrema derecha, la respuesta se encuentra en factores sociales y económicos que demuestran la precarización del bienestar.

Rápidamente, los órganos de propaganda sanchista y monclovita se lanzaron a afirmar que la cifra de desempleo es la más baja en un mes de febrero desde hace 17 años. Sin embargo, el análisis riguroso y sin sectarismo de los datos oficiales demuestra que es muy preocupante el retroceso en la estabilidad laboral.

Existen gravísimas debilidades estructurales del mercado laboral español que los aparatos de propaganda sanchistas obvian. La contratación indefinida ha retrocedido un 7,98% y los sectores donde la presencia de la mujer es mayoritaria siguen concentrando el empleo más precario. Esto, para cualquier gobierno decente debería ser inaceptable. En cambio, el sanchismo prefiere tirar cohetes con la presentación única de los datos en bruto, sin ningún tipo de análisis. De ahí que no se pueda esperar ninguna solución, porque si no se reconoce el diagnóstico negativo, no se puede hallar la cura.

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Trump usa el Congreso para difundir falsedades y amenazas políticas

Donald Trump convirtió su discurso ante el Congreso de Estados Unidos en un espectáculo más propio de un mitin electoral que de una sesión institucional. Su intervención, de una hora y cuarenta minutos, estuvo marcada por afirmaciones exageradas, ataques a sus opositores y una interpretación distorsionada de los hechos que ha caracterizado su estilo político. Mientras sus seguidores aplaudían cada una de sus frases, los demócratas reaccionaban con escepticismo e incluso con protestas ante las continuas falsedades del republicano.

Un regreso lleno de arrogancia y distorsiones

El expresidente aprovechó su comparecencia para presentarse como el salvador de Estados Unidos, asegurando que en poco más de un mes de gobierno ha logrado más que cualquier otra administración en la historia del país. «Estados Unidos ha vuelto. Hemos logrado más en 43 días de lo que la mayoría de las administraciones logran en cuatro u ocho años», proclamó Trump con su característico tono triunfalista. Sin embargo, los hechos desmienten sus palabras.

Entre las afirmaciones más llamativas, aseguró que su administración ha registrado el menor número de cruces ilegales en la frontera sur, algo que no solo no es cierto, sino que ha sido refutado por sus propias agencias gubernamentales. También presumió de una economía en crecimiento, obviando el impacto negativo de sus nuevas tarifas comerciales y la incertidumbre generada en los mercados financieros.

La carta de Zelenski y el giro en la política exterior

Trump también aprovechó su discurso para hablar de política exterior, en especial sobre la guerra en Ucrania. Con un tono ambiguo, anunció que había recibido una carta del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la que supuestamente este le pedía apoyo para negociar la paz con Rusia. Sin embargo, horas antes, Zelenski ya había publicado en redes sociales un mensaje similar, lo que evidencia que Trump solo estaba reutilizando información pública para engrandecer su papel en el conflicto.

Más preocupante fue su insistencia en reclamar el Canal de Panamá y su afirmación de que se hará con Groenlandia, algo que ya intentó sin éxito en su primer mandato. Estas declaraciones no solo evidencian su tendencia a la exageración, sino que demuestran su visión unilateral de la política internacional, basada en el expansionismo y en decisiones impulsivas sin fundamento real.

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Si Salomé Pradas tenía redactada la alerta roja desde las 18.15, ¿por qué no la envió a la población?

La nefasta gestión de la riada de Valencia del 29 de octubre va camino de dejar unos cuantos cadáveres políticos, y no solo el de Carlos Mazón. Entre los candidatos a sentarse ante la jueza de Catarroja está Salomé Pradas, consejera de Interior y máxima responsable, junto con el honorable president, de que las alertas a los teléfonos móviles de los valencianos no llegaran a tiempo, lo cual hubiese salvado muchas vidas. El reciente informe del 112 que ya está en manos de la instructora no deja lugar a dudas: hubo negligencias tan graves como inexplicables.

Uno de los puntos en los que se centra Nuria Ruiz, titular del juzgado de Catarroja, es tratar de aclarar cuándo se envió la alerta a la población. Y todo apunta a que se produjo a las 20.11 minutos, cuando miles de valencianos habían muerto ya o se ahogaban por el tsunami del barranco del Poyo. Sin embargo, Pradas tenía redactado ese mensaje desde las 18.15 minutos, según informa ElPlural.com por fuentes próximas al caso. “Es decir, Pradas tardó casi dos horas de reloj en autorizar que se enviara un mensaje que, aunque muy mal redactado según la juez del caso, podría haber salvado innumerables vidas”, añade el citado medio.

¿Qué pasó para que Salomé Pradas retuviera esa información vital para la vida de miles de personas? ¿Habló con Carlos Mazón, que había estado toda la tarde de comidas en El Ventorro? ¿Le dijo su superior que aguantara la alerta para no alarmar más de la cuenta y echar a perder la campaña del puente de Todos los Santos, tal como aseguran algunos hosteleros? Demasiadas preguntas sin respuestas.

“Un mensaje que se redactó no solo por el riesgo de rotura de la presa de Forata, como se empeñan en decir desde la Generalitat, sino porque el 112 avisó a la consellera sobre las cinco y media de la tarde de lo que se le venía encima, una riada sin precedentes desde la acaecida en 1957. Unos datos que se ignoraron por parte de aquellos dirigentes políticos que debían velar por la seguridad de sus ciudadanos. Unos datos que, además, desde el Consell de Mazón han tratado de tergiversar con mensajes a periodistas, sobre todo de su cuerda y regados con dinero público”, insiste El Plural, que ha tenido acceso a información sobre esas horas.

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No se ha muerto y alguno ya busca sucesor

«Quien entra Papa en el Cónclave sale cardenal» es un dicho frecuente en el Vaticano. Esto no empece para que alguno se esté dejando ver más de lo habitual y algunos están haciendo listas de los “suyos” como los perfectos candidatos. Todo ello con el actual pontífice vivito y coleando, con respiración asistida en el Gemelli, pero con vida y ganas de pelear. Cierto que los últimos episodios no son halagüeños pero ahí sigue pese los buleros hayan afirmado que ya está muerto y que lo iban a anunciar ayer.

Curiosamente los bulos sobre la salud del papa Francisco y las promociones de algunos cardenales salen todas del mismo entorno: los tradicionalistas apegados al trumpismo. Ya han declarado la opción del cardenal Robert Sarah, un magnífico teólogo que puso en un aprieto a su adorado Benedicto XVI, o la del cardenal alemán Gerhard Müller. Por no hablar de las voces que surgen desde la Renovación Carismática (ese movimiento con sabor a protestanismo) que señalan que los cardenales que opinan libremente deben ser considerados herejes y no participar en el futuro Cónclave, como ha afirmado Ralph Martin.

El cardenal Müller, quien se ha mostrado incapaz de convencer a sus propios compatriotas obispos en Alemania, acude a una entrevista con Life Site News —conocida página del trumpismo mentiroso, si alguien quiere ser ascendido igual debería cuidar los lugares en los que habla— para opinar sobre la situación de la Iglesia católica en el mundo y el perfil del próximo pontífice. Un perfil que suena demasiado a sí mismo, claro.

Ha afirmado cosas muy comunes como que el siguiente no dejará de ser el sucesor de san Pedro y que los pontífices deben dejarse aconsejar por los cardenales tal y como hizo san Pablo al abroncar a elegido por Jesucristo sobre las costumbres de los bautizados no judíos. Doctrina, sinodalidad y teología clásica. Nada nuevo y nada malo, salvo la puya a Francisco por no dejarse aconsejar… por él y sus amigos, obviamente —se dice, se cuenta, se rumorea que prefiere a las gentes de san Egidio—. Ahora bien la visión que tiene del mundo, o bien es producto de un aislamiento completo, o bien no conoce la doctrina pontificia, o bien es producto ideológico —algo que dice en la entrevista que se debe evitar, aunque repite cual papagayo lo que dicen los trumpistas o populistas mundiales—.

Afirma el cardenal que el mundo se encuentra ante un enorme peligro, no sólo por el anticristianismo que existe sino por: la expansión y aumento del marxismo. ¿Qué? ¿De dónde saca este hombre que se expanda el marxismo? La verdad es que los demagogos populistas y trumpistas siguen anclados, muchos más que los tibios gobernantes europeos, en la época del Telón de Acero. ¿Expansión del marxismo? Pero ¿quién es marxista hoy en día si toda la política y los análisis sociopolíticos son puro antimaterialismo? De hecho los únicos materialistas que quedan son los neoliberales o libertarios, es decir, los que mandan hoy en día (versión derecha o versión izquierda). La supuesta izquierda, que es tan capitalista como la derecha, está a cosas subjetivas completamente como los penes lesbianos, la lucha por los derechos de cualquier minoría que no pase del 0,8% o el gayliberalismo cultural. ¿Dónde ve este hombre que el marxismo sea referencia? Salvo que tenga una visión distorsionada de la sociedad por una ideología ultramontana, hoy marxistas, cuatro.

También existe el peligro del movimiento verde, esto es, el ecologismo. Cierto que el “ecologismo coñazo” o derivado de la coalición dominante es dramático en muchas ocasiones, sin un respaldo científico, pero de ahí a verlo como un peligro para la humanidad hay un salto… y no haberse leído las encíclicas papales de Juan Pablo II y otros. En su primera encíclica (Redemptor hominis), Juan Pablo II —al que todos los tradicionalistas y conservadores consideran como el último pontífice suyo— ya expresó su preocupación por el abuso que el desarrollo capitalista estaba haciendo de la naturaleza, algo donado por Dios al hombre y con el mandato de cuidarlo: «La explotación de la Tierra y el desarrollo de la técnica no controlado llevan muchas veces consigo la amenaza del ambiente natural del hombre, lo enajenan en sus relaciones con la naturaleza y lo apartan de ella. El hombre parece, a veces, no percibir otros significados de su ambiente natural, sino solamente aquellos que sirven a los fines de un uso inmediato y consumo».

Pablo VI también hizo, ya en 1971, una defensa de la naturaleza y el ecologismo: «Debido a la explotación inconsiderada de la naturaleza, la humanidad corre el riesgo de destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación» (Octogesima Adveniens). El “papa verde” como algunos tildaron a Benedicto XVI ya expresó su preocupación en Caritas in veritate donde previno del peligro de dejar que el hombre destruya la naturaleza por ese ánimo consumista que le es connatural hoy en día, una pérdida de amor por lo que le rodea, sea humano, animal o vegetal. Como Müller cree que la infalibilidad papal es verdadera en cuestiones de doctrina, y las encíclicas son doctrinales, ¿es un hereje por no aceptar la cuestión ecológica? Según su colega Martin no debería acudir al Cónclave, pero, claro, para ellos las advertencias pontificias de cosas como ecología son chorradas.

Tiene razón en advertir del peligro del genderismo o el transhumanismo, pero calla con otros peligros que los pontífices anteriores sí señalaban, como el desarrollo capitalista e individualista. Será porque es alemán, aunque alemán es el obispo Georg Gänswein (nuncio apostólico en Lituania, Letonia y Estonia), quien ha sufrido además la ira de Franscisco, y reza por el pontífice todos los días y es un claro defensor del pontificado de Ratzinger incluyendo esos aspectos que elude el cardenal alemán.

Lo más interesante de la entrevista es el perfil que diseña para el próximo pontífice. Deberá no ser una continuación de lo anterior. Desde luego no un Francisco 2, ni un Benedicto 2, ni nada por el estilo, sino un nuevo pontífice que vuelva a las esencias de dejar de lado la modernidad o el conservadurismo y fijar toda su mirada en Cristo para la unidad de todos los cristianos. Los papas no tienen capacidad de fijar su propia doctrina sólo existe la doctrina de Jesús, la cual se puede interpretar, afirma. Algo que choca, esto último, con lo anterior. Si la interpretación de la doctrina del Altísimo va en una dirección u otra ¿es válida o no? ¿Depende de lo que piensen hunos y hotros? ¿Qué ocurre con la inculturización que recomendaban los padres conciliares? La infalibilidad papal no es doctrina de Jesús pero sí de la Iglesia ¿se elimina? Muchas contradicciones.

La realidad es que Müller podría haber dicho que hay que olvidarse del Concilio Vaticano II y volver a otra cosa, aunque no sea Trento. Pensándolo bien los padres conciliares afirmaron que era necesario volver a leer a los primeros padres de la Iglesia, como también lo dijo muchas veces el cardenal Ratzinger y ha sido seguido por numerosos estudiantes de teología, sean presbíteros o simples obispos. Eso de la pura letra de los evangelios huele más bien a luteranismo, a protestantismo, a individualismo, a otra cosa que no es lo católico en sí. No parece que el cardenal alemán se venda muy bien para quien tiene un conocimiento mínimo de las cosas teológicas y doctrinales. Y los cardenales saben de eso, seguro. Luego está el mal gusto de hablar de posibilidades estando el otro en el Gemelli.