jueves, 21 agosto, 2025

Novedades: Ensayos, Historia y otras lecturas (24 octubre)

Les presentamos las novedades de ensayos, historia y otro tipo de lecturas (que pueden ser interesantes) que se publican en España. Se incluyen grandes, medianas y pequeñas editoriales. Como es usual, la presentación de las obras se hace mediante un corta y pega de las notas de presentación de las obras tal y como llegan u ofrecen las editoriales sin ningún tipo de apreciación sobre ellas, salvo la elección de unos u otros títulos.

Ensayos

Pablo Malo, Los peligros de la moralidad, Deusto, 18,95€

Una nueva epidemia ha llegado a nuestras sociedades: la hipermoralización. Ha traído consigo linchamientos públicos, tribalismo ideológico y ataques a la libertad de expresión. Y todo ello en un enorme clima de polarización política, en un «ellos frente al nosotros», donde una espiral de virtud imparable nos exige cada vez mayores niveles de corrección, y la cual se ha manifestado en la cultura de la cancelación, la sociedad del victimismo, la indignación continua en redes sociales y el postureo.

Tal y como describe en este libro el psiquiatra experto en biología evolucionista Pablo Malo, la tecnología y sus distintas herramientas, como las redes sociales, se ha convertido en una máquina al servicio de la indignación moral. Las redes sociales se aprovechan de nuestros instintos morales igual que la pornografía en Internet se aprovecha de nuestros instintos sexuales y, por si fuera poco, otros cambios tecnológicos y de estilo de vida han hecho que la religión tradicional haya perdido terreno como marcapasos moral.

Malo estudia la naturaleza de la moral y la moralidad y, como demuestra en este osado y erudito ensayo, explica que el rol antes ocupado por la Iglesia o el sindicato como prescriptor de valores ha sido sustituido por el wokismo a través de nuevos canales como Black Lives Matter, las políticas de identidad, la teoría queer y el feminismo interseccional.

Y ante este punitivismo nos alerta, pues como dice él mismo: «El mundo no consiste en gente buena que hace cosas buenas y gente mala que hace cosas malas, pues las mayores maldades a lo largo de la historia las cometieron gente que creía hacer el bien».

Emilio Lamo de Espinosa, Entre águilas y dragones, Espasa, 19,90€

En las próximas décadas, el mundo entero sufrirá cambios drásticos en una segunda revolución política, social y económica, comparable con la Revolución industrial de los siglos XIX y XX, solo que mucho más extensa, más profunda y, sobre todo, más rápida. Ello es consecuencia de cambios demográficos y tecnológicos de alcance histórico-universal, con el ascenso de China, India y otras grandes potencias emergentes. ¿Cuál es el papel que en ese nuevo orden mundial va a desempeñar Occidente y, en concreto, Europa? ¿Estamos preparados para afrontar los desafíos que nos retan? Y el más importante: mantener sociedades que respeten las libertades políticas, económicas y, sobre todo, de pensamiento, que tanta prosperidad y bienestar han aportado en las últimas décadas, libertades que hoy se ven amenazadas, tanto dentro como fuera del viejo Occidente.

«Nuestro futuro se va a jugar, se está jugando ya, entre águilas y dragones, entre un Occidente debilitado pero todavía orgulloso y soberbio, y un Oriente que se sabe más y más poderoso y que no acabamos de entender. Pues los pilares sobre los que se ha construido el mundo occidental están siendo barridos por la historia.»

Kenneth Cukier, Viktor Mayer-Schönberger y Francis de Véricourt, Framers. La virtud humana en la era digital, Turner, 22,90€

Hay algo que la inteligencia artificial no puede conseguir: la capacidad humana para formular nuevas preguntas y analizarlas con otro marco de referencia. Los marcos son modelos mentales del mundo que utilizamos para entender los problemas más difíciles y son la base de la creatividad, el pensamiento crítico y la innovación. Ahora que la investigación en la inteligencia artificial y el big data nos demuestra cuánto han mejorado en memoria y procesamiento de datos, nuestra capacidad de contextualizarlas se ha convertido en una función crucial.

Juan José Tamayo, La compasión en un mundo injusto, Fragmenta Editorial, 20,50€

La compasión es una «pasión» que se dirige espontáneamente al sufrimiento de los otros y de la naturaleza oprimida, y nos hace seres más humanos. Para ser una persona compasiva no es necesario que exista un afecto previo, es suficiente con que consideremos a quienes sufren como iguales. Ese es el verdadero significado de la compasión como principio y virtud.

Rodrigo Polanco, Hans Urs Von Balthasar II, Ediciones Encuentro, 28€

No cabe duda de que el aporte teológico de Hans Urs von Balthasar ha sido muy importante y novedoso, tanto para la Iglesia como para la cultura del último medio siglo. Sin embargo, debido a la complejidad y extensión de su obra, su pensamiento resulta aún poco accesible, lo que ha impedido en parte que se despliegue toda su potencialidad. Este libro quiere ayudar al lector a introducirse en la teología de este gran autor, a partir de las líneas esenciales de su Trilogía teológica (Gloria, Teodramática, Teológica, Epílogo), obra magna y cimera de su productividad, y que él mismo denominó «el plan fundamental, la preocupación de una vida». El texto, dividido en nueve capítulos o materias, presenta los aspectos más relevantes de su propuesta teológica, explicados desde su orgánica global, sus fuentes y su estructura de pensamiento, a fin de que el lector pueda formarse una idea completa de la propuesta de von Balthasar que le permita abordar adecuadamente la lectura directa de su obra. El autor se ha detenido de modo particular en las aportaciones más originales y que revisten mayor actualidad y proyección para el futuro. Este volumen, aunque autónomo y completo en sí mismo, ha sido también pensado en relación a un volumen anterior, Hans Urs von Balthasar I. Ejes estructurantes de su teología, de carácter más introductorio.

Juan Luis de León Azcárate, Violencia, imperios y monoteísmo, PPC Editorial, 22€

A lo largo de la historia, las grandes religiones siempre han tenido una palabra que decir sobre las grandes cuestiones que nunca han dejado de preocupar al ser humano: el sentido de la vida, la sexualidad, la muerte, la economía, la vida social… Una de las cuestiones más importantes con las que siempre ha convivido el ser humano es la violencia, en cualquiera de sus muchas expresiones: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial, simbólica, personal, doméstica, colectiva, institucional, laboral… los textos fundacionales de los tres grandes monoteísmos, ¿legitiman o deslegitiman la violencia, particularmente la sancionada por los imperios? ¿En qué condiciones admiten, si lo hacen, determinadas formas de violencia? ¿O sostienen, por el contrario, un pacifismo radical que no da cabida a forma alguna de violencia? Conocer, comprender y, en su caso, relativizar los mensajes sobre la violencia insertos en esos textos fundacionales de cualquier religión debería ayudar a evitar interpretaciones fundamentalistas que solo provocan injusticias, deshumanización y violencia destructora. Interpretaciones fundamentalistas que siguen vigentes en algunos círculos religiosos actuales.

Stephanie Land, Criada, Capitán Swing, 20€

A los 28 años, los planes de Stephanie Land de liberarse de las raíces de su ciudad natal, en el noroeste de la costa del Pacífico, para perseguir sus sueños de ir a la universidad y convertirse en escritora, se vieron truncados cuando una aventura de verano se convirtió en un embarazo inesperado. Se dedicó a la limpieza para llegar a fin de mes, y con un control tenaz de su sueño de brindarle a su hija la mejor vida posible, Stephanie trabajó durante el día y tomó clases en línea para obtener un título universitario y comenzó a escribir sin descanso. 

Escribió sobre las historias reales que no se estaban contando: las historias de estadounidenses mal pagados y con exceso de trabajo. De vivir con cupones de alimentos y cupones de WIC (mujeres, bebés y niños) para comer. De los programas del gobierno que le proporcionaron vivienda, pero que acabaron siendo casas de transición. Los distantes funcionarios que la llamaban afortunada por recibir ayuda mientras ella no se sentía afortunada en absoluto. Escribió para recordar la lucha y para acabar con los estigmas profundamente arraigados acerca de los trabajadores pobres.

‘Criada’ explora las debilidades de la clase media alta de los Estados Unidos y la realidad que hay detras es estar a su servicio. “Me convertía en un fantasma sin nombre”, escribe Stephanie sobre su relación con sus clientes, muchos de los cuales no la conocen de nada, pero de quienes aprende mucho. A medida que comienza a descubrir más sobre la vida de sus clientes, también sobre su tristeza y su amor, comienza a encontrar esperanza en su propia situación. 

Su escritura compasiva e inquebrantable como periodista da voz al trabajador «sirviente» y a aquellos que persiguen el Sueño Americano desde debajo del umbral de la pobreza. ‘Criada’ es la historia de Stephanie, pero es la de muchas otras personas. Es un testimonio inspirador de la fuerza, la determinación y el triunfo definitivo del espíritu humano.

Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron, Los herederos, Clave Intelectual-Siglo XXI, 18€

Valiéndose de estadísticas y estudios de campo, Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron demuestran aquí que las instituciones escolares, lejos de afianzar los principios democráticos y de formular posibilidades igualitarias, actúan otorgando títulos y reconocimiento a quienes pertenecen a sectores socioculturales y económicos privilegiados, mientras que ponen en funcionamiento la exclusión de las clases más desfavorecidas o su estancamiento en ciertas disciplinas a partir de la restricción de elección. En este sentido, el sistema educativo reproduce y refuerza las desigualdades sociales de origen, a las que concibe como dones naturales irreversibles.

Historia

Alfonso Pinilla García, La Transición en España. España en transición, Alianza Editorial, 25€

La Transición española ha sido uno de los periodos más relevantes de nuestra Historia desde un punto de vista político, social y económico. Nunca España gozó de una etapa de mayor libertad, ni su población de un nivel de vida similar. Sin embargo, siempre fue objeto de críticas, especialmente en ámbitos académicos y entre algunos sectores políticos; aspecto que ha ido en aumento en los últimos años, sobre todo entre los más jóvenes de la sociedad, los más afectados por la crisis de 2008, que vislumbran un futuro incierto y no se sienten representados por aquel proceso que modernizó el país de sus padres y abuelos.

Alfonso Pinilla traza en este libro una Historia de la Transición, con sus pros y sus contras, sus aciertos y desaciertos, sus luces y sus sombras. Un proceso de cambio político institucional que empieza con la muerte de Franco en 1975; si bien, el cambio sociológico ya se había empezado a producir desde la década anterior. Este recorrido histórico termina en nuestros días, no porque acabe ahora la Transición sino porque las críticas actuales a la misma la mantienen viva, tanto entre la clase política como en los medios de comunicación. «La Transición en España. España en transición» pretende ser un libro esclarecedor, que aporte un poco de luz a la polémica sobre si aquel periodo fue positivo o no; simplemente contando lo que pasó y cómo lo percibió, y lo percibe hoy en día, la sociedad española.

Rosa María Alabrús Iglesias, Mujeres en el discurso eclesiástico, Sílex, 19€

En este libro se examinan las huellas que el discurso eclesiástico nos ha legado respecto a la imagen de las mujeres, tanto dentro de los conventos como fuera de ellos. En él se abarca el tiempo histórico que transcurre desde la segunda mitad del siglo xvi hasta la segunda mitad del siglo xviii. Muchos temas se deslizan por el mismo: el impacto del Concilio de Trento, la incidencia del molinosismo y sus derivaciones, la pluralidad de los mensajes eclesiásticos en el tránsito del Barroco a la Ilustración.

Virginia Postrel, El tejido de la civilización, Siruela, 26€

La historia de la humanidad es la historia de los tejidos, tan antigua como la propia civilización. Desde que se hiló la primera hebra, la necesidad de obtener tejidos ha servido de impulso para la tecnología, los negocios, la política y la cultura. Una investigación única en su género que sintetiza arqueología, cultura, economía y ciencia para construir una historia sorprendente.

Eduardo Caamaño, Historia de la cruz de hierro, Almuzara, 21,95€

La Cruz de Hierro es uno de los iconos más reconocibles, célebres y valorados de la historia militar contemporánea, con una larga y extensa trayectoria que abarca desde el tiempo de las Cruzadas hasta la Segunda Guerra Mundial. Un objeto de alto valor histórico que fue testigo de los triunfos y tragedias que han dado forma a la Alemania que conocemos hoy en día. Creada por el arquitecto prusiano Karl Friedrich Schinkel, inspirada en las cruces que llevaban los caballeros teutónicos en Tierra Santa, fue instituida en 1813 por el rey de Prusia Federico Guillermo III como premio al valor durante la guerra de la Sexta Coalición a cualquier combatiente, sin distinción de rango y estrato social, un concepto revolucionario para una sociedad tan clasista como era la prusiana. La Cruz de Hierro volvió a cobrar protagonismo durante la guerra franco-prusiana y la Primera Guerra Mundial, y alcanzó su cenit de popularidad con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando pasó a adornar los uniformes de soldados y oficiales alemanes que aparecían en las fotografías, carteles y documentales creados con fines propagandísticos por el régimen nazi.

Desde Federico Guillermo III a Adolf Hitler, no hubo un solo gobernante que no se aprovechara del prestigio de esta mítica condecoración para exaltar la moral de sus tropas y motivarlas al combate contra el enemigo. Escrita con un estilo fluido y ameno, esta obra narra los orígenes de la Cruz de Hierro en las cruzadas, su «renacimiento» como condecoración militar en 1813 y todas las modificaciones a las que estuvo sometida durante los siglos XIX y XX. El lector también conocerá el contexto histórico de los periodos que la alzaron como una distinción de prestigio y las biografías de sus principales galardonados; todo ello acompañado por incontables curiosidades, aspectos menos conocidos de su uso y detalles pormenorizados acerca de su fabricación y características. Este libro también contiene un capítulo extra dedicado a la historia de la Pour le Mérite, una de las condecoraciones más prestigiosas del Imperio alemán.

Jesús Valbuena García, Más se perdió en Filipinas, Ediciones Encuentro, 22,50€

Filipinas, 1898: el último destacamento del Imperio español está bajo asedio en la iglesia en Baler. La guerra está afuera, y la amenaza de la enfermedad, el hambre, la deserción y la locura, dentro. En este libro constan los hechos acontecidos en la lejana población de Baler entre 1898 y 1899, tal y como fueron narrados por los propios protagonistas, la prensa y los distintos testimonios procedentes de la época, pero también a través de los relatos y recuerdos de varios descendientes tanto de nuestros héroes como de los katipuneros que participaron desde el bando contrario. Jesús Valbuena, bisnieto del cabo García Quijano, uno de los 33 de Baler, cuenta esta trepidante historia épica, asombrosa hasta lo casi inverosímil, de resistencia, honor y delirio, cuyos ecos de El corazón de las tinieblas llevará al lector a ser testigo de las fortalezas y debilidades, el ingenio, la firmeza y la tenacidad, así como de las pasiones y compasiones de aquellos que pasaron a la Historia como los últimos de Filipinas.

Al-Harawi, El libro de las estratagemas, Trotta, 13€

Esta Tadkirat,redactada en la época de las Cruzadas y destinada a consolidar el emergente Estado ayubí de Saladino, se erige como un singular ejemplo entre los espejos de príncipes arabo-islámicos. Su característica más distintiva y novedosa es el casi provocador desparpajo con el que defiende, ya desde el propio título, el uso de las tretas y la manipulación en el ejercicio del poder, haciendo hincapié en la utilidad de las hasta entonces consideradas impropias de un gobernante recto por estar alejadas de la épica y la moralidad: la argucia, el embuste, la confusión o la cizaña.

Es esta su primera edición española, en traducción directa del árabe y con introducción y notas que no solo la sitúan en su contexto histórico, político y literario, sino que la insertan en una corriente de mayor amplitud y recorrido dadas sus similitudes y conexiones con textos antiguos, como El arte de la guerra de Sunzi .

Fundación Navarro Rubio, Mariano Navarro Rubio. El hombre y el político, Homo Legens, 27€

De la mano de la Fundación Navarro Rubio llega la biografía definitiva de Mariano Navarro Rubio. Político, estadista y, para muchos, ejemplo a seguir, Navarro Rubio fue, ante todo, un hombre de fe, honesto, comprometido. Padre de familia numerosa, todo su pensamiento y acción estaban imbuidos de un sentido de la trascendencia del trabajo y de la vida, que se traducía diariamente en su actuar: callar, perdonar, mantener la paz y la sonrisa. Esta obra es el resultado de una minuciosa labor de equipo realizada por la Fundación Navarro Rubio y un selecto grupo de colaboradores, prestigiosos catedráticos, profesores, periodistas y escritores, cuyo único objetivo es dar a conocer la biografía de una de las personalidades más influyentes de la historia contemporánea de España. Mariano Navarro Rubio (1913, Burbáguena, Teruel-2001, Madrid) Tras una primera etapa militar y profesional brillante, se dedicó a la política y fue Ministro de Hacienda desde 1957 hasta 1965, año en el que fue designado Gobernador del Banco de España. Formó parte del Gobierno de los llamados tecnócratas, y fue el principal artífice del Plan de Estabilización, que logró poner fin a la autarquía del Régimen franquista y llevó a España a un importante periodo de desarrollismo económico (conocido como “el milagro económico español”). En la última etapa de su vida, como “político pensante” escribió numerosos libros de profundo análisis político y social. En su vida personal, vivió intensamente su vocación de santidad matrimonial, y fue plenamente fiel a su vocación al Opus Dei (fue uno de sus tres primeros supernumerarios) hasta su fallecimiento con casi 88 años, tras haber sufrido durante los últimos 10 años de su vida un duro proceso de invalidez y enfermedad que supo sobrellevar con profunda alegría ofreciéndolo, por la salvación de las almas, a Dios y a la Virgen.

Carles Buenacasa Pérez, Esplendor y ocaso de Roma, Shackleton Books, 16,90€

El Alto imperio de Roma (27 a.C.-235 d.C.) es uno de los periodos más trascendentales de la historia antigua: la larga y continuada época de paz propiciada por los emperadores permitió una gran prosperidad económica que repercutió, por ejemplo, en el embellecimiento de las ciudades del imperio, siendo Roma el caso más característico. Sin embargo, tras la imagen de estabilidad que trasmite el periodo altoimperial, se esconden sombras y tensiones que acabarían por conducir al modelo de monarquía militar a finales de la época de los Severos -a partir del año 235-, que dio paso a un periodo de crisis política que casi acabó con el imperio. Frente a este esplendor que los historiadores atribuyen al Alto Imperio romano, el contexto político del Bajo Imperio se describe en términos de “decadencia” y “caída”. Entre los siglos III y V, el Imperio romano entró en una fase de estancamiento militar, y se volvió más defensivo a causa de las frecuentes incursiones de los pueblos germánicos. Todo ello, sumado al proceso de cristianización del imperio, ha llevado a concebir estos siglos como un período de ruptura con el pasado clásico de Roma y sus dominios.

Otras lecturas

Antonio Damasio, Sentir y saber, Destino, 19,90€

La consciencia es la capacidad de la mente que ha permitido a la especie humana desarrollar una inteligencia única basada en el razonamiento y la creatividad, ayudándonos a entender el mundo que nos rodea. Pero esta maravilla de la evolución sigue siendo un misterio para científicos y filósofos y un reto mayúsculo para la investigación científica. Con un afán divulgativo admirable a la vez que riguroso, este ensayo analiza la evolución de la consciencia a través de un fascinante viaje desde las primeras bacterias hace cuatro mil millones de años hasta la creación de la inteligencia artificial en la actualidad.

Antonio Damasio, uno de los neurocientíficos más reputados de nuestro tiempo, nos invita a asombrarnos ante el milagro de la inteligencia y a pensar sobre conceptos tan interesantes y enigmáticos como la mente, las emociones o el sistema nervioso. Así, comprenderemos cómo se desarrolló la consciencia, el papel de los sentimientos en la supervivencia humana o cómo se crearon los mecanismos que nos permiten experimentar las emociones a través de nuestro cuerpo, con el fin de entender aquello que verdaderamente nos hace humanos.

Philip Hoare, Alberto y la ballena, Ático de los Libros, 21,50€

Un viaje caleidoscópico a través del mar, el arte y la vida. En 1520, Alberto Durero, el artista más famoso del norte de Europa, zarpó ansioso hasta Zelanda, una de las doce provincias costeras de los Países Bajos, para ver por primera vez una ballena. Nadie pintaba o dibujaba el mundo como él y sus representaciones capturaban el frágil espíritu de las bestias, las personas y la naturaleza. Su arte fue una revelación que ha perdurado hasta nuestros días: nos mostró quiénes somos y predijo nuestro futuro. Sin embargo, Durero estaba hundido en la melancolía: acababa de perder el respaldo de su mecenas, el sacro emperador romano, y deseaba conocer mundo. En este momento de su vida, la ballena se convirtió en su ambición final. Esta es la historia de un genio en busca de su propio Leviatán, y nadie mejor que Philip Hoare para relatar este fascinante viaje a través del arte y el mundo que nos rodea y que explora el fuerte vínculo entre la pasión creativa y la naturaleza, desde el taller de un visionario hasta el océano. Desfilan por sus páginas alquimistas medievales y poetas modernistas, emperadores excéntricos, almas rebeldes y artistas proféticos cuyas vidas y aventuras nos llevan a preguntarnos qué es real y qué es fantasía en el arte, y si este tiene el poder de salvarnos.

Miguel Ángel Elvira Barba, Arte etrusco y romano, Guillermo Escolar, 35€

Roma es mucho más que un mundo de gladiadores, ciudadanos de Pompeya y otros exponentes de una sugestiva vida cotidiana. También es más que una sucesión de cónsules y emperadores empeñados en recorrer vías al frente de sus legionarios. Aunque haya que recordarlo a veces, tuvo un arte, y un arte brillante, que se desarrolló durante más de un milenio, que dio lugar a obras memorables –no solo arquitectónicas– y que se permitió una compleja evolución. El presente libro quiere rendir justicia a esta faceta creativa y valorarla hasta donde hoy la conocemos, usando tanto los restos arqueológicos como los testimonios literarios, en ocasiones imprescindibles. La obra recorre todos los periodos del arte etrusco y romano con la minuciosidad y exhaustividad que caracteriza a Miguel Ángel Elvira Barba. Estamos ante una obra que perdurará por décadas en su campo. El volumen contiene un anexo con cientos de figuras que ayudan a identificar y valorar el legado artístico romano.

Toni Padilla, El historiador en el estadio, Principal de Libros, 19,90€

Con un estilo ameno y gran rigor histórico, Toni Padilla nos lleva en un viaje apasionante por los cinco continentes para conocer y entender la geopolítica del fútbol a través de las sorprendentes historias de cuarenta clubes, y, de este modo, desentrañar las complejidades del deporte rey y su impacto político, social y económico de nuestras vidas.

Alfonso Pérez de Laborda, Un discurso sobre la carne, Ediciones Encuentro, 15€

Punto omega: punto atractivo de enamoramiento. Suave suasión carnal de amejoramiento. No montonera informe. Punto de encarnación. La realidad se nos ofrece en el vínculo substancial: el punto se expresa como realidad. Nuestras líneas de universo tienden a ese punto. Suave suasión de belleza. Creación de belleza. Donación de ser en plenitud. Naturaleza ofrecida a ser. Seres de carne. En la evolución dinámica de la materia compartida, tenemos historia común. Vida cuajada de creatividad. No virtualidades proyectivas. Concreadores expresivos de lo que es el ser de la realidad, mónada, punto omega, no abstracción desencarnada. Seres de encarnación donde encontramos expresado el mundo, lo que somos, lo que es la realidad encarnada. Solo la carne es expresiva. Ser en completud. Un Hay que nos ofrece ser en plenitud.

Javier Pérez de la Cruz, El guardián entre el cemento, Libros del KO, 8€

Los caminos del fútbol son inescrutables, aunque tú mismo hayas deambulado por ellos. Y más aún cuando la senda atravesaba el Valencia CF durante los años de gloria y excesos urbanísticos. Entrenadores con más vocación de guionistas de Hollywood (o de cantantes de musical) que de técnicos. Agentes que veían a los niños como billetes calzados con botas de tacos. Directivos y políticos en busca de convertir el cemento en oro. Dicen que los porteros son los locos del fútbol. ¿Pero había alguien cuerdo en la Valencia de los 2000?

¡Echenique miserable! Califica a las feministas de “basura”

El diputado de Podemos, Pablo Echenique, ha caído en lo mísero por defender a su jefa de filas Irene Montero. Como buen totalitario en el hacer, aunque se disfracen de pijos progres, ha sacado toda la mala baba de la que es posible un comisario político para lanzarse contra el movimiento feminista. Nuevamente Podemos vuelve por sus fueros, sólo elles tienen el saber para decidir qué es feminismo, qué es izquierda, qué es cualquier cosa que se les ponga en las vulvas o los cojones (que para eso son muy de machos azotadores). Para ello no importan los calificativos, ni los insultos. Como buenos totalitarios tienen que deslegitimar a su oponente hasta el punto de situarle fuera del espectro de ser humano.

Decenas de miles de feministas llegadas desde toda España se han manifestado frente al ministerio de Igual-da solicitando la dimisión de Montero. ¿Por qué se preguntarán ustedes si la ministra (o menestra à la Garzón) dice que es feminista? Porque el feminismo de Montero y todo el universo podemita (donde están incluidas les gentes de IU) no es tal, es lo que parte del movimiento LGTBIQXZTEBF quiere que sea el feminismo. O lo que es lo mismo el borrado de las mujeres, el género fluido de las parafilias de los hombres o que las lesbianas tengan que comerse una polla lesbiana. El feminismo fluido o queer no es feminismo porque deja fuera a las mujeres, de ahí que decenas de miles se hayan manifestado contra la pseudofeminista y su panda de las infusiones de rooibos a cien mil euros al año. Contra la ley transgenerista (que es muy distinta a transexual). Contra la manipulación totalitaria de lo queer. Contra los vientres de alquiler. Y a favor del 50% de la población mundial a la que se quiere volver a someter.

Y como fuese que la manifestación ha sido todo un éxito –la ministra no es capaz de convocar ni a los siete enanitos de Blancanieves-, el Reichsführer de las Schutzstaffel moradas ha salido a indicar a las huestes podemitas a quién tenían que atacar. Como los nazis cuando señalaban a los judíos. Lo primero que ha hecho el mísero Echenique ha sido intentar minimizar la manifestación al calificarla de “pequeña concentración”. Ya saben que si se reúnen siete de Podemos y de IU ya son “increíbles olas de cambio”, mientras que si reúnen más de diez mil mujeres (o españoles, o socialistas, o peperos, o lo que sea que no sean elles) es una concentración pequeña. Y por si fuera poco ha sumado que también era contra los derechos humanos. ¿No son humanos los derechos de las mujeres?

No contento con eso Echenique ha reincidido al calificar a las feministas de “basura transfoba”. Así que el 50% de la población española es una basura, mientras que el 0,68% son el sujeto del feminismo. Ni los nazis llegaron a tanto. Con el culo rojo después de que haya tenido que dejar su escaño (por sentencia firme) su diputado por pegar a un policía; después de descubrirse que Yolanda Díaz tiene pactado con la Comisión Europea la reforma laboral, la cual debe gestionar junto a Nadia Calviño; después de ver que la gente tiene claro que las personas de Podemos están en política para llevárselo crudo; que las mujeres se hayan rebelado contra la misoginia institucionalizada que es Podemos (Echenique demuestra su misoginia con los calificativos) supone que se quedan huérfanos de apoyos. Al menos les quedan los ginefílicos y la chupipandi de a 100.000 euros.

Novedades Literarias: Grandes Editoriales (23 octubre)

Les ofrecemos las novedades literarias (novelas, poesía, teatro, curiosidades) de las grandes compañías del sector. Como es habitual, se hace un corta y pega de las notas de presentación de las obras tal y como llegan u ofrecen las editoriales sin ningún tipo de apreciación sobre ellas, salvo la elección de unos u otros títulos.

Novela

José Saramago, La viuda, Alfaguara, 18,90€

Tras la muerte de su marido, Maria Leonor, madre de dos hijos, se siente abrumada ante las dificultades para administrar su hacienda en el Alentejo, las expectativas de la sociedad y el férreo control de su entorno. Después de unos meses sumida en una profunda depresión, decide finalmente afrontar su responsabilidad como propietaria de las tierras, pero su corazón está atormentado por un pecado secreto: a pesar del duelo, su deseo no se ha apagado.

Entre cavilaciones sobre la esencia del amor, el paso del tiempo y los deslumbrantes cambios en la naturaleza, la joven viuda pasa las noches en vela, espiando los amores de sus criadas y padeciendo la soledad propia. Hasta que dos hombres muy distintos irrumpen en su vida y su destino se tambalea inesperadamente.

Escrita en 1947, La viuda es la primera novela del autor, que vio la luz en Portugal con el título de Terra do pecado por decisión del editor. Hoy, cuando se cumple el centenario del autor, se publica por primera vez en español, respetando su título original, esta historia escrita por un joven José Saramago, que anticipa el gran escritor que todos conocemos. En ella está ya presente su personal forma de mirar el mundo y algunas de las características de sus novelas más aclamadas: la extraordinaria fuerza narrativa y un personaje femenino inolvidable.

Ricardo Menéndez Salmón, Horda, Seix Barral, 17€

En un mundo donde, a fuerza de pervertirlas, las palabras han perdido su significado, los niños se han hecho con el poder y han instaurado el silencio como norma. Junto a esa imposición han creado una religión de la imagen, cifrada en un monumental dispositivo que emite estímulos visuales sin descanso, y persiguen cualquier manifestación verbal o escrita. En esa realidad sorda y muda, alguien llamado Él (no hay nombres propios en esta fábula) intenta hallar un sentido a la existencia amparado por tres compañeros singulares: un libro, un mono y la risa.

Ricardo Menéndez Salmón concentra en esta novela los grandes temas que han marcado su obra a lo largo de los años, como la pérdida de sentido del discurso colectivo, la muerte de la palabra, el legado que dejamos a los que nos sobreviven y cómo la tecnología nos transforma y nos convierte en otra especie de humanos. Intensa, estimulante e impecablemente escrita, Horda es una parábola y, como tal, aspira a contener una lección moral.

Montero Glez, Sed de champán, Temas de hoy, 19,90€ (reedición)

Sed de champán es la historia del Charolito, gitano robacoches, bribón astuto y bellaco sin horas de descanso. Una historia del vertiginoso descenso a las tinieblas de los impulsos, de las pasiones, de la violencia. Narrada con un ritmo desasosegante por un testigo de los hechos, el entramado será un tejido de encuentros y desencuentros, chivatazos y traiciones, delincuencia y prostitución en los bajos y altos fondos de un Madrid envilecido y vibrante de nocturnidad, drogas, humo, alcohol y sexo, del que Charolito no podrá librarse como si se tratase de un héroe griego ante el destino. Así, se enredará entre las piernas de algunas amantes y entre los negocios de mafiosos de baja monta, procurándose la venganza del narco argentino Flaco Pimienta y sus gandules matones. Charolito enfrentará su destino armado con una navaja suiza porque no le gustan las pistolas, hacen mucho ruido.

Colum McCann, Apeirógono, Seix Barral, 22,90€

Rami Elhanan y Bassam Aramin viven cerca el uno del otro, pero existen en mundos separados. Rami es israelí. Bassam es palestino. La matrícula de Rami es amarilla. La de Bassam es verde. Rami tarda quince minutos en llegar a Cisjordania. El mismo viaje para Bassam dura una hora y media.

Ambos hombres han perdido a sus hijas. La de Rami murió a manos de un terrorista suicida, la de Bassam fue asesinada a tiros por un miembro de la policía fronteriza frente a su escuela. Protagonistas de un desafío tan desgarrador como esperanzador, los dos hombres se convertirán en grandes amigos y el dolor compartido conseguirá que abran una poderosa vía al entendimiento de los otros.

Esta conmovedora novela lleva el nombre de un polígono que tiene un número infinito de caras: este es el enfoque que adopta McCann para abordar una realidad trágica que necesariamente debe reflejarse desde distintos ángulos, que nunca podrá reducirse a un único relato.

Novela histórica

Viruca Yebra, La última condesa nazi, Espasa, 19,90€

La novela parte de un enfoque nuevo, atractivo y real: las vivencias de Clotilde von Havel, una aristócrata alemana, casada con un comandante de la Wehrmacht, fallecido al final de la II Guerra Mundial. Clotilde huye de las tropas rusas, condenada a la pobreza, el exilio y el alejamiento de sus hijos.

La miseria convierte a Clotilde en una superviviente, decidida a luchar por su vida, esclarecer el pasado y aprovechar los golpes de suerte. La novela sigue sus peripecias desde el devastado Berlín de posguerra, al glamuroso Nueva York o el cambiante Londres de los años cincuenta. Hasta que en los sesenta, se instala en la Marbella de la época dorada y, de la mano de su sobrino, un ex SS que no ha renunciado a ser nazi, se involucra en la vida cotidiana de los que al margen la España franquista, encontraron en la Costa del Sol un refugio: artistas, aristócratas, homosexuales… y nazis camuflados.

La autora, periodista, conoce de primera mano las vivencias de todos ellos y ha volcado en la novela la verdadera esencia de aquellos años, en los que ser bohemio y transgresor no estaba reñido con el saber estar.

Poesía

Ana Blandiana, Un arcángel manchado de hollín, Galaxia Gutenberg, 24€

Se reúnen en este volumen tres libros centrales de la poeta rumana Ana Blandiana (1942), una de las voces más altas de la literatura europea contemporánea: «Estrella predadora», «La arquitectura de las olas » y «El reloj sin horas». Testimonia un periodo negro y desprovisto de esperanza en la historia de Rumanía, cuando la existencia misma de la poesía ofrecía algo parecido a la esperanza.

Otras lecturas

Coradino Vega, Una vida tranquila, Galaxia Gutenberg, 14,50€

Entrelazadas con las escenas de una película a modo de contrapunto, Una vida tranquila recorre las trayectorias de tres artistas que eligieron la calma y la contemplación no solo como manera de entender su oficio, sino como forma de estar en el mundo. Aunque en sus páginas aparecen Fra Angelico, Ajmátova, Emily Dickinson, Falla, Britten, Thoreau, Etty Hillesum, los monjes de De dioses y hombres, Fray Luis de León, Josep Pla o Simone Weil, por su propia tendencia al recogimiento este libro híbrido parece buscar sobre todo algo semejante a lo que aspiraban las pinturas de Giorgio Morandi, los poemas de Jane Kenyon o las breves piezas para piano de Frederic Mompou. Además, a la vez que defiende una poética sencilla, luminosa y alejada del ruido, Una vida tranquila refleja el reverso de un testimonio confesional, una autobiografía implícita de la que está ausente cualquier tipo de yo. Coradino Vega terminó este libro justo antes de que estallara la pandemia, cuando cierto modo acelerado y excesivo de vivir hacía tiempo que se había convertido en el patrón de nuestros días. Ahora, sin embargo, su apuesta retraída por la austeridad ante el bullicio de la masificación y las modas, por el sosiego atento frente al deterioro de la naturaleza y las distracciones de la tecnología, ha cobrado involuntariamente una actualidad imperiosa y una doble pertinencia.

Bolsillo

Arthur Schnitzler, El regreso de Casanova, Alianza Editorial, 10,30€

«El hecho de que aquellos ojos no mostraran el menor indicio del fulgor que tantas veces había percibido al conocer a alguien, cuando gozaba aún del deslumbrante esplendor de la juventud o de la intrépida gallardía de la madurez, era algo que Casanova había aprendido a aceptar hacía mucho.» Con todo, en «El regreso de Casanova» -publicada por Arthur Schnitzler (1862-1931) en 1917- el célebre libertino veneciano, ya en el otoño de su existencia, encuentra un estimulante desafío en la figura de la joven, fría e inteligente Marcolina. Encabritado por su indiferencia, refractario a aceptar lo impensable, el ‘chevalier’ de Seingalt arma un ardid que, al mismo tiempo que le dará a probar la felicidad, lo embarcará en la jornada en que se verá alejado irremediablemente de la plenitud de la vida.

Paul Auster, La trilogía de Nueva York, Booket, 6,95€

En Ciudad de cristal, la primera de las historias de La trilogía de Nueva York, un escritor de novela policíaca, por azar, se convierte en protagonista de una investigación real y se ve actuando como un detective por las calles de la ciudad de los rascacielos mientras se cuestiona quién es en realidad. En Fantasmas, se conforma un laberinto de búsquedas que Azul, el detective, deberá desentrañar. En La habitación cerrada, el protagonista recibe el encargo de buscar a un amigo de la infancia desaparecido que ha dejado una maleta llena de manuscritos inéditos que deseaba que fueran publicados, por razones un tanto confusas. Tres caras de una misma historia con la que Paul Auster reinventa el género policíaco.

Fiódor Dostoyevski, El Gran Inquisidor, Alianza Editorial, 10,30€

Poco antes de morir, Fiódor Dostoyevski (1821-1880) condensó en un breve y poderoso texto las reflexiones sobre la fe y el ateísmo que lo habían atormentado a lo largo de toda su vida: la parábola o «leyenda» del Gran Inquisidor. Inserta dentro de su última novela, «Los hermanos Karamázov» -publicada en esta misma colección-, narra la aparición de Jesucristo en la Sevilla del s. XVI, su encarcelamiento y el interrogatorio al que le somete el Gran Inquisidor, que desarrolla un amargo y fascinante discurso que cuestiona el mensaje de Cristo. Entendida a menudo como una crítica al cristianismo católico, «El Gran Inquisidor», sin embargo, va más allá y expone de manera magistral los límites y fricciones entre la libertad y la felicidad, la lógica que gobierna las masas y sus dirigentes, el conflicto entre el individuo y los sistemas que, en nombre de un supuesto bienestar social, imponen la dictadura y la esclavitud.

Arthur Rimbaud, Una temporada en el infierno. Iluminaciones, Austral, 10,95€

A los dieciséis años, Arthur Rimbaud (1854-1891) llega a París en 1871 y se presenta en los ambientes parnasianos con un poema en el bolsillo: «El barco ebrio». Adolescente terrible, llegó para destrozarlo todo en apenas cinco años. Con un puñado de poemas y un solo libro publicado en vida, Una Temporada en el Infierno, destruyó las bases de la poesía heredera de Baudelaire, sembró el desorden y la subversión más profunda en la lírica europea y se alzó en modelo del poeta vidente que busca más allá del sentido inmediato de las palabras. Otro libro, Iluminaciones, completaría esa experiencia de la totalidad en que Rimbaud convirtió su obra y su vida. Y si el primero se ofrece como el cuaderno de un condenado que transcribe su brutal y melodramática convivencia con Verlaine, el patriarca de los parnasianos, Iluminaciones es una especie de cartilla de la videncia donde el iluminado busca la liberación absoluta. Realidad y videncia crean en la obra de Rimbaud un lenguaje de tal potencia iconoclasta que ha permitido distintas lecturas de su imaginario: si los simbolistas abrieron estos poemas en busca de lo desconocido, para los surrealistas fue la subversión y la distancia luminosa entre las imágenes lo que hizo de Rimbaud uno de sus padres fundadores. Esta edición bilingüe y anotada para una lectura libre de tantas interpretaciones arbitrarias como Rimbaud ha sufrido, permitirá al lector captar la dimensión gigantesca de este poeta radical que abrió al siglo xx las puertas de una poesía nueva.

Abascal y Casado unos liberales… de mierda

En el PSOE no mucho tiempo ha, cualquiera que se autocalificase de socialdemócrata ya sabía que le iban a colocar detrás la calificación “de mierda”. Quien más recibió ese apelativo en tiempos fue Antonio M. Carmona y no lo llevaba mal, sabía que era una tradición en el partido. Hoy a Carmona le llaman traidor y se autocalifican socialdemócratas sin irritarse. Cierto es que el PSOE siempre ha hecho políticas socialdemócratas pero mantenía esa tradición. Una tradición que deberían aplicar en Vox y el PP para sus dirigentes máximos, no llamarles socialdemócratas sino ponerles al lado de liberal el calificativo “de mierda”. Porque otra cosa no, pero liberales de mierda sí que son por lo que verán a continuación.

Resulta que ambos partidos en sus programas económicos llevan incluidos como principios fundamentales el apoyo al mercado libre, a la economía de mercado sin ningún tipo de cortapisa, es más, como buenos seguidores de Hayek, Friedman y Popper, desean una sociedad abierta donde la libertad sea plena y sean al final las instituciones del mercado las que formen la sociedad de individuos por obra y arte de las fuerzas autónomas. De ahí que apoyen tanto a la sociedad civil (aunque ésta se haya constituido a las tetas del Estado) frente al minotauro estatal. Estado mínimo y libertarismo social. Eso lo dicen en la parte económica porque en la parte social dicen otra cosa sin pensar que hay contradicción. Pero como lo que importa aquí es la parte económica hay que quedarse en que ambas formaciones son ultradefensoras de capitalismo libre.

Intervenir la economía ¡sacrebleu!

Lo paradójico es que en sus actuaciones y discursos sobre cuestiones políticas concretas no defienden el mercado libre, es más llegan a quejarse del mismo. Tómese el caso del precio de la luz. Pablo Casado ha prometido bajar el precio de la luz quitando los impuestos (impuestos de uso que son los que los liberales clásicos llevan defendiendo toda la vida porque no perjudican a las empresas), el problema es que el precio es autorregulado por el mercado mediante las subastas energéticas, además de depender de factores coyunturales y de otros tipos de precios de materias primas. Realmente la factura de la luz bajaría uno o dos euros sin los impuestos siempre y cuando el mercado se mantuviese constante. Y como nadie puede asegurar eso, incluso podría bajar per se, la propuesta de Casado detraería dinero para la seguridad de los españoles (ya que les preocupa tanto), sin saber si bajarían los precios. ¿Piensan ustedes que no se estabilizarían los precios a lo habitual con impuestos aunque se quitasen? Quien piense lo contrario no ha trabajado en una empresa… ¡Ah que Casado no lo ha hecho en su vida! Ni ha estudiado los precios.

Santiago Abascal ha prometido intervenir el mercado si los precios no bajan, porque es un poco más listo que Casado y sabe que quitando los impuestos (también lo harían en Vox) el precio no se arreglaría. ¡Un liberal interviniendo un mercado contra lo prometido en su programa electoral! Su amigo Axel Kaiser creo que frunciría el ceño. También desde el PP se ha valorado esta intervención, no saben cómo, pero la han valorado. En realidad no lo harán porque dependen de la publicidad de las energéticas a los medios que les dan cancha y apoyo. Doble mentira por tanto. Pero es curioso cómo en ambos casos, los dos dirigentes máximos, piden siempre dinero público para salvar ciertas empresas o para ciertos desarrollos, no permiten que sea el propio mercado el que se autorregule y que sobrevivan los más aptos o los que mejor se adapten. El PP robó a cientos de miles de familias sus ahorros para entregar los activos del Banco Popular al banco Santander y así salvarle.

Abascal pide constantemente dinero para que las empresas españolas tengan suficiente dinero para expandirse o sobrevivir. Es decir, que se regale dinero de todos los españoles a unos pocos para salvar empresas y no dejarlas caer en el mercado libre. Sean grandes empresas, medianas o pequeñas. Sean solventes en realidad o merezcan perecer. Porque de las últimas se llevan salvadas muchísimas empresas españolas y no pymes precisamente. Piden dinero para los autónomos. Si usted es de izquierdas o conservador-tradicionalista puede que hasta comparta salvaguardar las empresas españolas, pero que dos liberales pidan que se salven empresas y que se intervenga el mercado energético ¿no es contrario a sus postulados? Sí. Porque son liberales de mierda o…

Esbirros de la clase dominante

O no son más que muñecos de la clase dominante. En cuanto hay empresas grandes, o alguno de los dos equipos de fútbol que todos saben, allá que van a poner el dinero de todos los españoles. Si un autónomo se muere, les da igual. Se quejan de que los barrios o pueblos ya no tienen tiendas pero ocultan que ya no existen porque han sido los mayores impulsores de los grandes centros comerciales (los de Vox que estaban en el PP, se entiende) en virtud de los intereses de ciertos empresarios. En cuanto alguna gran empresa puede quebrar (como el caso de OHL de Villar Mir), allá que van a regarla de millones para que la agonía sea más lenta. En los pueblos, que también tienen lo suyo, en cuanto algún cacique o empresario dadivoso en las campañas lo pasa mal, se recalifican terrenos a la velocidad de la luz. Por eso quiere Casado que el dinero de la UE sea controlado por él o un grupo de expertos (vendidos a la clase dominante) y Abascal tampoco dice mucho en contra.

No son realmente liberales sino perfectos hacedores del capitalismo de amiguetes. Si fuesen liberales no se quejarían, dirían que mala suerte pero el mercado es así. Al final lo reducen todo a los impuestos y a los salarios de esclavitud porque ven que la transferencia de dinero de la clase media y la clase trabajadora a los empresarios ya no es suficiente para que sobrevivan. Hijoputismo en estado puro que dice algún columnista. De hecho ya no van a poder garantizar ni dinero a la Iglesia, de ahí que les permitiesen todas las inmatriculaciones habidas y por haber. Por mucho que digan en Vox que quieren unas empresas españolas potentes, al final el libre mercado que defienden entregan los beneficios a fondos de inversión extranjeros o plataformas. Los dos brazos del capitalismo actual, lo financiero y las plataformas (incluidas las digitales). Están para salvar lo que puedan de la clase dominante española y ya, ni las pymes, ni los caciques, por eso son unos liberales… de mierda.

¿Cuál es el nivel de inglés necesario de acuerdo a tu profesión?

La tendencia global hacia la internacionalización de las empresas exige personal capacitado en áreas específicas y preferiblemente apto para comunicarse en idiomas extranjeros, entre estos el inglés.

¿Has alcanzado el nivel de inglés que requiere tu profesión? Los profesionales con metas y ambiciones de crecimiento laboral no deberían descartar la posibilidad de alcanzar el nivel de habla inglesa que necesitan de acuerdo a su carrera profesional.

Al presente, los conocimientos en el idioma inglés son valorados en todo el mercado de trabajo, y para muchas entidades constituye un requisito indispensable y limitativo para competir por un puesto con responsabilidades dentro de la compañía.

Incluso, hay empresas que fomentan el aprendizaje del inglés a través de cursos de formación en niveles para sus empleados. Si eres un profesional y tienes en mente aumentar tu nivel de inglés, puedes considerar los cursos online como una opción para tener un plan de estudios que se adapte a tus necesidades.

¿Sabes cuál es el nivel de inglés necesario para lograr un mejor ejercicio en tu profesión y optar a más oportunidades de empleo? Sigue leyendo para conocer tu nivel de comprensión del idioma anglosajón y el que amerita tu carrera.

¿En qué nivel de inglés te encuentras?

Para acceder a un cargo empresarial que estipule conocimientos en la lengua inglesa debes saber en qué nivel de inglés te encuentras en este momento. Existe una tabla estándar de niveles fijados por  el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCRL) que permite establecer cualitativamente el nivel de comprensión e interpretación oral y escrita del idioma.

En pocas palabras, con esta medición puedes determinar tu nivel de dominio del inglés, y saber si solo tienes conocimientos básicos o si eres un experto angloparlante.

Niveles del inglés

Básico

A1 (Iniciado): En este escalón bajo de la tabla se encuentra el nivel más básico, se trata de una comunicación esencial y breve en la que se utiliza un vocabulario con expresiones sencillas o básicas de la lengua. Las personas en un nivel A1 están iniciando el proceso de aprendizaje para su formación en inglés.

A2 (Principiante): Aquellos profesionales que se encuentran en este nivel pueden interpretar frases sencillas, y tienen la capacidad de comprender y construir textos cortos y fáciles. También pueden hablar y escribir sobre tópicos generales enmarcados en ambientes rutinarios como la casa, la escuela o el trabajo.

Intermedio

B1: Al llegar a este nivel las personas pueden escribir textos sencillos y comunicarse de forma general con otras personas anglohablantes, siempre y cuando emitan palabras y frases cotidianas de forma pausada.

Aunque en el nivel de comprensión B1 no se efectúa aún un análisis profundo de textos escritos o mensajes orales, sí es posible entender la idea general que transmite el interlocutor.

B2: Para considerarte un profesional con nivel B2 en inglés debes estar en la capacidad de analizar textos escritos complejos, escribir haciendo buen uso de la gramática y  dar parte en debates sobre temas generales, o especializados, en forma congruente. Asimismo, entablar por tiempo prolongado conversaciones fluidas  y claras con hablantes nativos.

Experto o avanzado

C1: Hay un dominio avanzado del idioma inglés, las personas pueden producir y analizar textos complejos. Además, son competentes al descifrar información implícita en su contenido y hablar o escribir de forma fluida con mucha facilidad en cualquier contexto.

Los que han alcanzado este nivel pueden redactar textos técnicos sin incurrir en errores gramaticales, y dar conferencias explicativas con excelente pronunciación.

C2: Indica el máximo dominio de la lengua anglosajona, los profesionales interactúan con hablantes nativos, se expresan con bastante claridad y maestría técnica. Han desarrollado la habilidad de  manejar situaciones y resolver problemas que requieran una perfecta comprensión del inglés.

Nivel de inglés exigido en el campo laboral actualmente

Si bien es cierto que en la sociedad actual el inglés ha adquirido especial relevancia para el desarrollo profesional en general, existen ciertos ámbitos profesionales en los que se convierte en un requisito vinculante e indispensable para desempeñar el oficio.

Como pudiste ver antes, la tabla de medición del marco de referencia europeo refleja tres niveles de inglés con sus respectivos subniveles: A (Iniciado) (A1 y A2), B (Intermedio) (B1 y B2) y C (Avanzado/Experto) (C1 y C2).

La mayoría de las empresas innovadoras y competitivas ingresan a su nómina profesionales con nivel B1 y B2. Empero, hay empleos en los que es necesario entablar una comunicación oral y escrita más fluida tanto dentro de la organización entre colegas de trabajo como con los clientes, en este caso se debe contar con un nivel C1 de inglés.

A su vez, las empresas más tecnificadas demandan un dominio más especializado del idioma basado en el área de desempeño. Una credencial oficial emitida por Preply sirve de soporte fidedigno para aquellas empresas que necesitan comprobar tu experiencia y nivel de comprensión o dominio del inglés.

Nivel de inglés según la profesión

Hay profesiones que durante el ejercicio de funciones o responsabilidades exigen profundizar en habilidades de escritura, lectura, escucha y expresión oral de una determinada lengua extranjera como por ejemplo el inglés. Te alistamos algunas profesiones con este requisito.

Educación

La oferta de trabajo se amplía si estás calificado dentro de un nivel avanzado de inglés. Independientemente de la materia en la que te especializas muchos centros educativos han implementado el pensum de estudio norteamericano. De allí que para optar por un puesto debes contar con una sólida preparación en la lengua inglesa.

Administración de empresas

El mercado laboral está repleto de administradores de empresas, una de las profesiones con mayor número de egresados de las universidades. Ante tanta competencia se torna obligatorio ganar la delantera aprendiendo un idioma como el inglés. Para esta carrera puedes contar con un nivel básico que te permita comprender un poco más el vocabulario y transmitir un mensaje breve.

Mercadotecnia

Para desarrollarte en el ámbito de la mercadotecnia debes poseer un nivel intermedio o avanzado. Esta profesión es altamente solicitada por las empresas internacionales, de modo que es imperativo saber inglés para estudiar las estrategias de mercado y tener éxito al proyectarlas a escala global. 

Turismo

Este sector exige obligatoriamente tener conocimientos en inglés por ser un idioma universal, aunque lo más conveniente en este caso es hablar varios idiomas. Los profesionales de la industria turística deben encontrarse en un nivel conversacional avanzado, en virtud de que dentro de sus funciones está interactuar directamente con clientes extranjeros

Relaciones públicas

Un relacionista público representa a la empresa en cualquier espacio tanto a nivel nacional como internacional. Si tu intención es convertirte en un baluarte profesional para la compañía debes aplicar estrategias que permitan conquistar nuevos mercados y gestionar enlaces para consolidar negociaciones internacionales.

Para este propósito se necesita un inglés avanzado, útil para que la comunicación con los gerentes y supervisores sea más efectiva.

Sistemas y computación

Los manuales técnicos especializados en el área de informática que son publicados en la red de internet por lo general aparecen en idioma inglés. Por lo general todo lo referente a los sistemas de computadoras requieren de un conocimiento técnico nivel intermedio del inglés.

Pero además de estas profesiones hay muchas otras que exhortan al estudio del idioma más hablado del mundo para lograr un mejor desempeño laboral.

  • Ingeniería en informática (Inglés intermedio)
  • Ingeniería en comercio exterior (Ingles avanzado)
  • Ingeniería civil industrial (Inglés intermedio)
  • Ingeniería en finanzas (Inglés básico)
  • Medicina (Inglés intermedio)
  • Derecho (Inglés intermedio)
  • Enfermería (Inglés intermedio)
  • Relaciones Internacionales (Inglés avanzado)
  • Auxiliar de vuelo (Inglés avanzado)
  • Periodismo/Comunicación social (Inglés intermedio)
  • Marketing (Inglés intermedio)

El inglés es el idioma más demandado por las empresas de todo el planeta, su protagonismo se debe a que las personas de múltiples nacionalidades se comunican a través de esta lengua. De allí que se haya convertido en un requisito imprescindible para acceder a muchos trabajos.

El peligro de los comisarios políticos del progresismo y el pseudoliberalismo

Es muy doloroso para la mente el escuchar o leer a los comisarios políticos del progresismo o del pseudoliberalismo (por diferenciarlo del liberalismo clásico) señalar constantemente a propios y extraños como traidores, rojipardos, fascistas, populistas, comunistas (¿cuántos comunistas quedan en Occidente?) con la sana intención de convertir a esas personas en lo que Giorgio Agamben calificó de homo sacer. O lo que es lo mismo una persona que carece de validez social y a la que se puede matar, simbólicamente al menos, pero no desde lo institucional. De ahí lo imprescindibles que son los comisarios políticos que pululan en medios de comunicación y redes sociales.

Antes la izquierda y la derecha, el socialismo y el liberalismo clásicos, contendían en pos de la verdad. Para los liberales significaba la búsqueda de la libertad negativa (sin interferencias de ningún tipo salvo para seguridad), el libre mercado (esto lo defienden todos en la actualidad) y la sociedad compuesta de átomos individuales que se organizaban gracias a una especie de mano invisible (o la inteligencia de la razón). La izquierda socialista buscaba la libertad positiva (libertad para ser), una economía intervenida y la defensa de la sociedad sin clases y sin Estado. Evidentemente había más cuestiones, pero básicamente esas eran las visiones de la verdad que pugnaban. Surgieron visiones alternativas o pervivían algunas (conservadurismo o tradicionalismo), unas que llevaban al totalitarismo, otras que llevaban a la completa disolución social. Luego vinieron respuestas nacionalistas, libertarias, progres, etc., las cuales ya no buscaban la verdad sino el significado.

En esta época, postmoderna o postmaterialista, lo que prima no es conocer o buscar la verdad sino ganar el significado. ¿Qué quiere decir esto? Como señalaba sin esconderse  en un ensayo Juan Carlos Monedero, significa que hay que ganar la batalla por el significado de las palabras (eso que se cataloga de batalla cultural) y el lenguaje. No importa la historia que lleve detrás un concepto como socialismo, por ejemplo, hay que ganar la batalla del significado actual, con toda su carga simbólica, borrando lo anterior y en pugna con otras concepciones. Al final el socialismo, el liberalismo, el feminismo… soy yo. Es lo que quien gane en ese momento diga que es. Normal que aparezca alguien como Antonio Maestre bramando contra Ana Iris Simón sin profundizar en el discurso en sí sino para calificarla de rojiparda porque él tiene el supuesto saber de lo que significa ser de izquierdas. En realidad Maestre no hace el camino analítico necesario, ver esos prejuicios que alientan el discurso de Simón y recorrerlos hasta su inicio histórico y poder conocerlos y así desmontar lo que de falaz pueda tener. No lo hace porque los propios prejuicios de comisario político se lo impiden. Sólo quiere ganar el significado, sin importar el concepto y su historia (¡a la mierda el materialismo histórico!).

¿Por qué la lucha contra la nostalgia?

Esa batalla por los adjetivos y los sustantivos choca frontalmente, salvo para los adoradores de las distintas tribus y los diferentes comisarios políticos, con la realidad social. Las sociedades o comunidades siempre han tenido como nexo de unión elementos pre-políticos, tradiciones, solidaridades de vecindad, no se han generado en el aire, ni por la influencia de un Superhombre que dictó las normas de convivencia y el desarrollo político. Eso luego se justificó por medios divinos o legales, pero la comunidad era previa a. Así, y esto lo han estudiado los marxistas hasta la extenuación, la clase social trabajadora era previa a la toma de conciencia, como una nacionalidad lo era antes de conformarse en Estado-nación. Cuestión distinta es que algunas de estas cuestiones se hayan pervertido con el transcurso de los años o siglos, pero primigeniamente era así y eso acaba quedando en arquetipos, en el inconsciente colectivo, en cuentos, en poemas, en novelas, etcétera.

Ahora, en los tiempos de la pelea por el significado y no por la verdad, cualquier lazo social pre-político, tradicional, autónomo o espontáneo es visto con sospecha en todos los frentes. Por la derecha se habla del fin de las clases para introducir nuevas palabras y significaciones, y por la izquierda se señalan los elementos tradicionales. En general se señala todo aquello que tenga historia… y memoria. La memoria es lo peor que puede existir para los comisarios políticos de una y otra parte, salvo la que ellos elijan para atizarse en la contienda. Así se sigue hablando de peligro comunista, o peligro marxista, cuando no quedan ni siete (marxistas tres); o de peligro fascista o franquista, cuando salvo cuatro nadie apuesta por un sistema así. Si aparece un tradicionalista como Juan Manuel de Prada, le dicen fascista. Si aparece… en la izquierda casi no hay intelectuales fuera del wokismo porque se pasa hambre, pero si apareciese un pensador contrario al sistema le tacharían de marxista peligroso.

Y ello porque tanto a derecha como a izquierda se señalan posiciones que tienen historia y una realidad material. Es raro ver en la izquierda una queja contra los ejércitos industriales de reserva, pues son tachados de xenófobos por los comisarios políticos woke o progres. Por mucho que se aporten datos y verdades, no puede ganar ese significado. En la derecha son penados aquellos que dicen que las sociedades existen y tienen solidaridades que hay que mantener como la sanidad, la educación o los mayores, comunitaristas o tradicionalistas que son tachados de infiltrados o anticuados. Y si se habla de catolicismo llega el Armagedón y es el fin de la existencia si se habla de políticas de asimilación, ahí salen todos los multiculturalistas con cuchillos en las manos a dejar el cuerpo peor que el de César en el senado romano.

La nostalgia que puede traer a colación, algunas veces con poca fortuna, Simón, pero que no es extraña en muchos análisis en redes sociales y periódicos (si se tiene la suerte de escribir en un medio contrario a la propia posición es más sencillo evitar al comisario), no es más que la pervivencia del materialismo, de lo tradicional (que hoy llega a abarcar hasta posiciones socialistas en muchas ocasiones), de lo que es el cemento de la unión social, comunitaria o de partido. En 1978 los españoles, en su mayoría, decidieron hacer borrón y cuenta nueva y comenzar a generar historia común dejando la anterior para los historiadores. Las tradiciones sociales pervivían y cambiaban poco a poco, y las políticas se esperaban construir. Ahora todo el mundo quiere destruir esa memoria democrática, no para construir algo mejor en sí, sino para disolver los últimos lazos de unión que hay en España, como sociedad, como comunidad. Sin memoria no hay institución que perviva. Así se puede llegar al Estado libertario o cualquier otra forma de dictadura, incluida la del Capital. Si no hay memoria, el significado es disputable, sea la mujer, sea la nación, sea la comunidad, sea cualquier tradición.

Obligan a sacarse el DNI a niños para no hacer fichas deportivas

El nivel de cutrez de la clase política en España, más si se tamiza mediante lo digital, está llegando a niveles previos al descubrimiento del fuego. No de la rueda porque eso significa una habilidad y una técnica bastante menos rudimentaria. Cualquiera que haya hecho deporte durante su infancia y adolescencia, por favor no ataquen con amenazas de rojipardismo por la nostalgia, sabe cómo se realizaban las competiciones y los requerimientos necesarios. Esto fue antes de ayer. Pues en la comunidad de Castilla-La Mancha no lo deben haber conocido jamás y les debe parecer algo como cuando el ser humano descubrió el fuego.

¿Qué habrá sido lo que ocurrido?, se preguntarán. Nos llaman unas madres y padres preocupados porque deben hacer el DNI para que sus hijos jueguen y puedan ser inscritos en el fútbol de los pueblos y ciudades. Son críos de 3 a 13 años que lo único que desean es entrenar un par de días a la semana y jugar algún partido los sábados. Con sorpresa pues no tienen la edad pertinente para que sea obligatoria la posesión del documento identificativo, se busca en la legislación manchega dónde se produce esa obligatoriedad que conculcaría la legislación superior.

Se encuentra la Orden 127/2021 de 17 de agosto, de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes por el que se regula y convoca el Programa Somos Deporte 3-18 de Castilla-La Mancha para el curso escolar 2021-2022. Publicada en el Boletín Oficial de la comunidad el 26 de agosto de este año. Allí se busca y rebusca cómo es posible que los chavales deban acudir a una comisaría a hacerse el DNI para poder jugar. En uno de los puntos de la orden existe un espacio para la Documentación individual donde se dice: “Antes del inicio de cada competición o encuentro, todos los participantes deberán presentar al árbitro, juez o, en su caso a la entidad organizadora, la documentación que acredite su identidad. Esta se podrá acreditar mediante el Documento Nacional de Identidad, documento acreditativo de la identidad para ciudadanos comunitarios o Tarjeta de Residencia para ciudadanos extracomunitarios”. Esto si es el Campeonato regional del deporte. Para otras competiciones no regionales es válido el Número de Identificación Escolar. Como pueden comprender, salvo en alguna ciudad, en el resto de los pueblos todas las competiciones son consideradas regionales aunque acaben jugando entre equipos del pueblo o del vecino a dos kilómetros.

Niñas y niños de 3 a 13 años obligados a sacarse el DNI porque a nadie, pero es que a nadie (salvo que al listo o la lista la tengan buscando cafés), se le ha ocurrido hacer UNA FICHA DEPORTIVA. Una ficha que tendría un coste individual de unos ¿tres euros? que los progenitores pagarían gustosamente con tal de no… pedir empadronamiento del menor, hacerle fotos (porque una sola no se suele hacer), pedir hora en la comisaría más cercana (lo que en Castilla-La Mancha puede ser a veinticinco kilómetros como poco) por la tarde para que no pierdan clase, gastar en gasolina o gasoil. La Consejería tiene los santos ovarios o huevos de no hacer fichas y obliga, cuando la ley general no lo hace, a hacer el DNI a niños que no están ni federados, ni jugarán competiciones internacionales (para esto, incluso, les valdría un pasaporte sin DNI). Para jugar con equipos del pueblo, o del pueblo de al lado, exigen el DNI y no son capaces de hacer un cartoncito.

Cualquier, como se decía al principio, que haya jugado en deportes municipales o comunitarios, no hace tanto tiempo, sabe lo que es una ficha deportiva. Si se ha jugado federado mucho más. Un cartoncillo donde se pegaba la foto y se hacía junto a una fotocopia del libro de familia y el funcionario de turno validaba. Con ver que las fechas coincidían valía. Y en esos tiempos había ordenadores, pero con un bolígrafo, un cartón y una foto valía. Eso no lo debe saber la consejera Rosa Ana Rodríguez. Igual le parece una innovación increíble propia… del siglo XX. Tampoco hay que irse muy lejos. Lo terrible es que nadie, hasta el momento, haya protestado o haya propuesto hacer algo tan emprendedor como una ficha deportiva.

Hay que tener mucha pachorra para obligar a madres y padres a todo un proceso burocrático (que no les sirve para mucho más) por no hacer una simple ficha. Pachorra o mucha cara. Esto es trasladar el trabajo al ciudadano. ¿Existe alguna necesidad de sacarse el DNI en vez de hacer una ficha? Ni una. Ni económica. Ahí tienen a padres y madres manchegas echando kilómetros para que sus hijos e hijas puedan jugar un par de días al fútbol. ¿Hará algo Emiliano García-Page? ¿Se habrá enterado el insípido Francisco Núñez? No, ni les importa. Luego se quejarán porque las personas repudien la política y quieran tirar gente al pilón.

Post Data. Se ha puesto de ejemplo el fútbol, pero es aplicable a cualquier actividad deportiva, desde gimnasia rítmica a baloncesto, tenis, etc.

El Gobierno reconoce que no tiene dinero y lo pagará usted

Desde la semana pasada quien esto escribe lleva recibiendo insultos por parte del sanchismo por osar decir que el PSOE estaba tomando una deriva globalista, que había olvidado a parte de la población española, que se había constituido en una organización bonapartista (por cierto, este es el calificativo que utilizaba José Félix Tezanos –el sociólogo de cabecera del sanchismo- contra otro secretario general todopoderoso) o un partido plataforma. También les ha enfadado a estas personas señalar que Sánchez lleva prometiendo las mismas derogaciones desde 2014, a razón de diez veces al año. Eso sí, es de esperar que se indignen con las últimas medidas que piensa aplicar el gobierno… no lo harán.

Nuevamente, ahora sin la sospecha de que el ministro José Luis Ábalos estuviese entregado a Florentino Pérez –como comentaron los panfletos amarillos de la izquierda y la derecha-, el gobierno de Pedro Sánchez vuelve a imponer los peajes en las autovías y las autopistas de uso completamente público.  ¡Perdón! Que dicen en el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (otra agenda, que parece el gobierno una empresa en navidades) que no se llamará peaje sino de otra forma. Desde aquí se propone Cuota de paso de vehículos, carruajes, cuadrúpedos y personas de mal vivir. Total al precio que están el gasóleo y la gasolina se va a tener que volver al uso de caballos, burros y asnos. Peajes o impuestos que pagan todos los españoles por igual sin determinación de los ingresos. Algo que siempre defendió Louis Charles de Secondat, barón de Montesquieu y que vienen recogiendo todos los liberales habidos y por haber. Vamos, que muy de izquierdas no será.

Según ha contado Sergio Vázquez (secretario general de Infraestructuras), en principio costaría unos 90 euros y se establecería mediante una pegatina puesta en la luna del coche, la cual permitiría la circulación. Y se dice en principio porque estas cosas ya se sabe, luego acaban cambiando (miren más abajo en el párrafo). Un pago anual que es similar para todo el mundo, use mucho o poco la circulación por autovías o autopistas. Sin discriminación por uso. Con un par. Como les pasa a los políticos, que hablan tanto intentando no equivocarse, ese precio no será para los vehículos más antiguos. Esos como, por designación del ecocapitalismo, contaminan más, pagarán más de esos 90 euros. ¿Cuánto? Ni lo saben.

Claro que las declaraciones de la ministra han sido mucho más interesantes. Raquel Sánchez ha dicho: “Será un sistema de tarificación para asegurar el mantenimiento de las carreteras de alta capacidad”.  ¿Tanto cuestan? No, la causa es que hay españoles que no deben mantener las autopistas y autovías: “no tiene sentido que haya este vacío y que el mantenimiento y la conservación de la infraestructura se siga sufragando con los impuestos de todos los españoles, que tienen necesidades más urgentes como son las políticas sociales”. El final de la frase y el concepto demagogia deben estar juntos en una acepción de la RAE. Y para que no parezca que esto es algo que se le ha ocurrido al PSOE, mandan una nota de prensa informando sobre la cantidad de países donde se cobra peaje. Como si fuese un mandamiento de la Unión Europea cobrar peaje (el “vacío” de la frase entrecomillada anterior). Demagogia.

Lo que no tienen en el gobierno es dinero. Y ponen como excusa las políticas sociales, la mayoría de las cuales están transferidas a las Comunidades Autónomas. Ven como era demagogia. Por eso han subido las cuotas a los autónomos. Por eso están subiendo otros impuestos, como el catastrazo que van a dar en estos presupuestos (sí, por si no lo sabían les subirá el IBI), por eso quieren utilizar la hucha de las pensiones en el mercado financiero (con el peligro de perder ese dinero), por eso y porque los millones del plan de recuperación de la UE no llegan de una vez, sino poco a poco. Y desde el gobierno han prometido demasiadas cosas que no se pueden pagar salvo con deuda en el mercado financiero (lo que implica más intereses).

Lo paradójico es que un gobierno de izquierdas esté haciendo recaer toda la recaudación en los lomos y los hombros de la clase trabajadora (o media-trabajadora como gustan decir en ocasiones desde el PSOE). Todos los impuestos que están subiendo no afectan para nada a las rentas más altas, ni a las grandes empresas. Bien al contrario los paga usted, su vecino, el señor de la panadería, la señora de la tienda de bisutería, el de la empresita que arregla el ascensor, el del taller mecánico… y todo para sufragar gastos  que no son sociales, ni de seguridad, ni sanitarios (no tiene competencias el Estado central), ni de progreso humano.

Son transferencias del bolsillo de la clase trabajadora, normalmente, hacia grandes empresas que son las que contratan con la administración central del Estado. Son dineros para el proyecto globalista y para asesores y subvenciones a medios de comunicación, no para el desarrollo de la España periférica (a la que más costarán esos 90 o más euros de peajes o ¿es que piensan en Moncloa que no hay autovías en la España periférica?), no para mejorar los centros hospitalarios, ni para mejorar la Justicia, ni para que usted pueda montar un negocio con el que ganarse un sueldo decente. A ello súmenle que hay una inflación media que con el aumento de impuestos y la energía no bajará… y que pagará usted si es que le queda algo con lo que pagar. Tras un fin de semana de celebración llegan las rebajas del tío Pedro, hachazo al bolsillo de todos los españoles, sin distinción de clase. ¡Vaya, como le gustaba al liberal Montesquieu!

Política de plataforma y me gustas

Cada vez más se acerca el ocaso de los todopoderosos partidos políticos del pasado. Seguirán existiendo estructuras partidistas, según el sistema político, pero ya no serán las poderosas estructuras que permitían la sosegada circulación de las élites (esa oligarquización de la que hablara Robert Michels) y el debate interno sobre la realidad circundante y qué hacer según los principios ideológicos. En una especie de eterno retorno se pasó, según su organización, de los partidos de notables o clubes a los partidos de cuadros, de éstos a los partidos de masas, luego a los partidos mixtos (cuadros y alguna parte de las masas) cartelizados, para llegar a algo así como clubes electorales establecidos como plataformas. No interesa para el análisis si son más o menos ideologizados porque casi todos son partidos atrápalo todo (o catch-all que se dice en términos más científicos y anglo). Un retorno a lo primigenio pero con todo el aparataje actual.

No es casualidad que una parte del capitalismo actual sea catalogado como capitalismo de plataformas (ahí tienen Amazon, Netflix, etc.) y que se vengan desarrollando las plataformas en el marco político. ¿Qué es una plataforma política? Una semi-estructura donde un candidato, con un pequeño grupo de apoyo, construye una plataforma electoral sin necesidad de pertenencia a un partido político, en unas ocasiones, o transformando un partido político. Es mucho más sencillo que la plataforma aparezca en los modelos presidencialistas que en los parlamentarios, pero no es imposible como se verá. Casos como los de Emmanuel Macron que alcanzó la presidencia de la república francesa sin partido detrás, sino un movimiento o plataforma, o como Donald Trump que sí estaba ligado al partido Republicano pero en realidad era una plataforma personal que surge de dentro de un partido.

Sólo mediante una política de plataformas es posible comprender que Éric Zemmour obtenga ya un 18% de los apoyos en las encuestas electorales francesas, con un discurso que deja a Vox como centro-derecha (para que se hagan una idea), mientras Anne Hidalgo siendo candidata del partido socialista no pase del 4% de los apoyos. Macron se sitúa casi en el treinta por ciento con su movimiento En Marché. Giorgia Meloni es un caso parecido en Italia con su Fratelli d’Italia y Podemos lo fue en sus inicios. Más un movimiento o plataforma electoral que un partido político en sí es lo que viene surgiendo en diversos lugares del mundo. En unos casos como una plataforma electoral personal, otros con apariencia de partido o club político (ahí tienen el supuesto Frente Amplio de Yolanda Díaz). Curioso que en la ponencia y los discursos del PSOE y Pedro Sánchez se señale que éste es un movimiento que trasciende las siglas.

Características de las plataformas electorales

Lo que permiten las plataformas electorales es o bien dedicarse a un tema o pocos temas (como la inmigración, la pérdida de identidad nacional, etc.), o bien adaptarse a todos los temas que surjan sin prestar atención a principios o tradición histórica, con la simulación de situarse en algún punto del eje político (bien sea izquierda-derecha, bien sea centro-periferia). Por ello es normal ver cómo unos y otros candidatos afirman ser pro-LGTB, pro-feministas, pro-catolicismo, pro-europeísmo, anti-europeístas, sin encontrar principio de contradicción alguno. Se puede luchar en favor de la emancipación del ser humano mientras se apoya el sistema capitalista que le esclaviza. O se puede luchar en favor del progreso industrial de la patria mientras se defiende el libre mercado globalizado. Todo cabe en una plataforma política porque, al fin y al cabo, no hay nadie por debajo para rendir cuentas internas. Es la comunión perfecta entre “líder” y las masas.

Cuando la plataforma se constituye dentro de un partido político clásico se tiende a la digitalización de la vida interna; las sedes pasan a ser un lugar de reunión de los cuadros solamente y para los días de elecciones; se inocula el virus del dogmatismo; todo se plantea alrededor del jefe máximo y todo depende de su deseo cuasi-personal. El militante deja de existir para ser transformado en un mero activista que debe repetir las consignas que le envían al whatsapp o al telegram, mover hagstags, señalar al enemigo (que no adversario), callar al discrepante (si lo hubiese) y conseguir que si plataforma electoral consiga cuantos más me gustas posibles. La pelea no es sobre la verdad, sobre la posibilidad de una transformación, la mejor política a ejecutar sino sobre quien tiene más me gustas, más apoyos y sus mensajes son más movidos en las redes sociales. Todo lo que surge de la persona al frente de la plataforma electoral es como las tablas de los mandamientos, cuestión de fe y herejía. Y al hereje se le quema, deja de ser persona para pasar a ser un no-ser, un homo sacer al que cualquiera puede matar públicamente. La plataforma, es decir, el “líder” lo es todo, el resto es el enemigo.

Desencantamiento de la política

Normal que se hable de desencantamiento con la política. La ausencia de valores o principios que defender con suficiencia, sin renunciar a los mismos (por mínimos que sean) y apostar por productos que se ofrecen en el mercado político conllevan la pérdida de apoyo, no al sistema en sí sino a los actores del espectáculo de las plataformas. Antes a los partidos se les valoraba por la cantidad de personas que destacaban y transmitían autoridad, siempre con el jefe de filas en primer lugar; se valoraba la discusión sobre los principios, el cambio mediante el habla compartida; se valoraba el no mentir (hoy gente como Pablo Casado puede hacerlo todos los días sin que pase nada) aunque no se dijese toda la verdad; se valoraba a un medio de comunicación por su veracidad, no por si está con la posición de mi plataforma o no… Cierto que las sociedades avanzan pero nadie ha dicho que a mejor, por ello el desencanto.

Se ha pasado de los pega-carteles a los activistas en redes, pero fuera de las redes quedan muchas personas, más de las que se piensa. Y todas esas personas se van separando de la política en la misma medida en que la política se va separando de ellas. Activismo y separación que se vislumbra en los propios medios de comunicación que ya no buscan contar algo cercano a la realidad sino contar lo que les produzca más visitas y lo que caiga mejor a quien maneja la publicidad institucional. Se ha derribado a dios para poner a diosecillos como elementos de culto, los cuales durarán lo que dura el fogonazo de un meme en las redes sociales. Ya nadie recuerda a Albert Rivera, ni falta que hace, y mañana nadie recordará al actual de turno. La política de plataformas es como el titán Cronos devorando a sus hijos, salvo que no hay un Zeus. Los que hoy son adorados, mañana serán olvidados porque no se desea que exista memoria. Ni memoria, ni pasión política, esa que genera comunidad; que genera compartir principios, ideología, creencias; no debe haber más unión que la entrega total al jefe de la plataforma, sea política o mediática. Y cada vez menos personas hacen suyo el salmo 23 para caminar por el valle de la muerte sin temor, porque allí ya no hay nadie, ni báculo que proteja.

Sánchez destruye los 142 años de historia del PSOE

Ha terminado el 40° Congreso del PSOE y si no se hubiese celebrado los resultados obtenidos habrían sido los mismos. Un congreso a la búlgara que haría sonrojarse hasta a los propios comunistas búlgaros. Habrán leído o seguirán leyendo análisis sobre si esta región (ya no cabe hablar de federaciones desde el estropicio de José Luis Rodríguez Zapatero –otro gran destroyer de oro-) tiene más o menos peso, si se ha lanzado al cuello de Emiliano García-Page, si esta persona es mejor o peor que la anterior, si son más o menos conocidos quienes integran la Ejecutiva, si esto o lo otro, pero lo vivido en Valencia ha sido el enterramiento del PSOE como partido político. Pedro Sánchez, en su bonapartismo egocéntrico, ha finiquitado al partido más antiguo de España en un fin de semana. El PSOE ha perdido la P sin saber qué significan la S, la O y la E.

Les voy a hablar de la P porque sobre la S pueden especular sobre si es Sanchista o Social-liberal o lo que prefieran. La O está claro que no es de obrero, de clase trabajadora, con una ponencia de cariz individualista y empresarial de escuela de negocios, como se contó en estas páginas, eso parece una obviedad. Y sobre la E de España los actos definen al individuo que está al frente. Igual piensan que hablar de la P, del partido, es una estupidez, buena gana de dar por culo, y no. La P conlleva (más si se junta a la S de socialista) una historia de peleas, muertes, encarcelamientos, principios, logros sociales y políticos, tradiciones, democracia, militancia, orgullo, llantos… Y Sánchez se ha pasado a esas personas que le antecedieron en el PSOE por el arco del triunfo en un solo fin de semana. Las tradiciones han quedado aniquiladas en pos de un culto al líder como jamás se ha visto en la historia de España (salvo en período dictatorial), a la voluntad de una persona. Ninguna ideología es posible con Sánchez.

Paseando entre la militancia del PSOE, salvo los más jóvenes que estaban como en una fiesta bacaladera de los años 1990s y algunos que habían acudido a comer paella y aplaudir, había cierta desgana con lo que estaban viviendo. Cierta desazón por ver en qué estaba quedando todo aquello por lo que habían luchado ellas y ellos, y en muchos casos sus propios antecesores. Daba igual si eran cargos mayores (algún barón me lanzó una mirada de “para lo que hemos quedado”), medios o menores según la escala administrativa. Alcaldes y diputadas regionales a los que se ha “obligado” a acudir para ejercer de palmeros o atajar todo lo que no quería el señor de Ferraz que estuviese en SU ponencia. Porque ha dejado de ser la ponencia del PSOE para ser la ponencia del amo y señor Pedro Sánchez. Tristeza en muchas miradas (las mascarillas no permitían ver más) y falta de lugares donde darse al alcohol para quitarse las penas o escapar de la realidad demasiado lejos. Porque el fin del mundo y el lugar donde se ha celebrado el cónclave sanchista vienen a ser casi lo mismo.

Desde 1993 he acudido a congresos federales y regionales en muchísimas ocasiones y jamás pude observar el pisoteo y el mearse en lo mínimo democrático y estatutario de un Congreso. En un Congreso la soberanía es de las delegadas y delegados, no del secretario general en funciones. Manda la presidencia del congreso y el resto a mirar, debatir y votar. Aquí no. Aquí había que tragarse insulsas charlas de todo el gobierno de su sanchidad. Ya si eso, el sábado se abría el Congreso y se hacía algo de paripé de debate… Ni eso, porque la defensa de la gestión de la Ejecutiva saliente duró menos que un billete de cien euros a la puerta de la casa de Puigdemont. Ximo Puig ejerciendo de cicerone y presidente se pasó por el forro debatir la gestión. Por supuesto lo de votarla ni por asomo. Un impresentable el señor Puig, primero por saltarse los principios y los estatutos, segundo por ser un cagado frente al amo. Había prisa por nuevas conferencias y que las comisiones acabasen cuanto antes para la fiesta nocturna y pasar a adorar a Sánchez. Jamás en la historia del PSOE hubo un congreso donde no se debatiese, aunque fuese mínimamente, la gestión y se votase, por muy en loor de multitudes que fuese. El bonapartista Sánchez no quiere que nadie le tosa mínimamente. Así que ni debatir, ni votar.

Algo que pasó a las comisiones, especialmente la número dos (la del debate feminista vs. queer). De hecho hubo alguna que se liquidó en una hora. Entre que quienes acudieron no tenían muchas intenciones de debatir, el terror totalitario tiene esas cosas y más en personas que aspiran a tener o mantener cargos, y entre que el aparato no quería que se debatiera, pues eso. Se obligó a Izquierda Socialista y a JJSS a dejar el debate sobre la república (debate es ser generoso con un planteamiento sin fundamento en realidad porque se quedan en república sin nada detrás). Por eso se manipuló la composición de la comisión donde las feministas debatían contra los postulados queer que suponen un borrado de las mujeres de facto.

El feminismo es molesto para Sánchez

Curioso lo acontecido en esta comisión. Según me han contado varias fuentes que estaban en esa comisión y llevaban trabajando el congreso con semanas de antelación, al ver que las mujeres del PSOE llegaban dispuestas a todo, con todo el empoderamiento del mundo (¿No proponen empoderarse en la ponencia? ¡Ah no! Que sólo es para hacerse autónomo o tragar con el Capital), cambiaron los nombres de ciertas personas que se habían apuntado con antelación en esa comisión para dejarlas en minoría. El cambio se efectuó quitando mujeres y colocando personas (¿ellos, ellas, elles?) del lobby LGTB que tanto gusta a Sánchez. La abolición de la prostitución se pudo lograr, entre otras cosas porque fue expuesto públicamente en la presentación del Congreso, pero intentaron laminar a las feministas en la comisión. No quedaba otra que negociar o salirse de la comisión y presentar lista alternativa al Comité federal como propuesta. Pero cualquiera de esos movimientos hubiese supuesto la muerte política del feminismo en el PSOE y algo había que salvar para luchas posteriores (ni hablar de la retirada de la orden para el registro de los bebés de los vientres de alquiler). Para colmo, la defenestración de Carmen Calvo y su cambio por Andrea Fernández tampoco es que haya sido un favor al feminismo.

El feminismo es una pegatina para Sánchez

Porque Sánchez, en su mundo de la política de plataformas (que ahora se explicará), gusta de rodearse de símbolos o íconos de las luchas más o menos sociales que permite la ideología dominante. Vean la ejecutiva y encontrarán una persona de cada batalla cultural sin importar su valía personal o su capacidad política. Y en esa batalla Sánchez es mujerista (como diría Amalia Valcárcel). Se rodea de muchas mujeres (como si fuese un harem particular) como símbolo de compromiso feminista, pero hasta un límite: no poner en peligro su persona. Calvo era molesta porque defendía, transaccionando algunas cuestiones, el feminismo hasta el punto de dañar los deseos y aspiraciones del señoro máximo. Y si alguna destaca se le aísla (como en el caso de Adriana Lastra, otra que ha defendido el feminismo con vehemencia) o se le da la patada. Si se fijan, el verdadero poder del PSOE y el gobierno (salvo la ministra Nadia Calviño que es imposición de la UE y por ello intocable, además de no ser militante) está sustentado en hombres. Saquen sus conclusiones. Pero una pregunta queda en el aire ¿cómo van a confiar las mujeres (su mayor apoyo electoral) a Sánchez si a las propias las trata así?

La militancia en casa y con la pata quebrada

Que Felipe González, el conocido como César socialista, haya sido el único que ha defendido a la militancia del PSOE en la Convención (mejor llamarlo así que Congreso si no se respetan los mínimos principios) es muy indicativo. González reclamó el derecho a discrepar y debatir de la militancia. Cuestión previa a pedir disciplina de partido. Si el cambio de posición de la OTAN, que supuso un desgarro emocional y político en el seno del PSOE, se hubiese realizado bajo Sánchez, no hubiese pasado por un proceso congresual como sí hizo aquel. González, y su compinche Alfonso Guerra, jamás rehuyeron el debate ni en los Congresos, ni en los Comités Federales (¿se imaginan hoy un Comité federal de dos días debatiendo?). Las hicieron de todos los colores con las purgas, eso está ahí, pero el respeto a la militancia, y más en un Congreso, fue un principio máximo. Y si no había acuerdo “a votar”.

Felipe González pidiendo libertad de expresión y conciencia

Con Sánchez no hay derecho a debatir y mucho menos a discrepar. Se le hincha el músculo de la cara y fulmina a quien defiende la libertad de expresión y pensamiento (que no encaje con el suyo). En general no les gusta debatir porque, si lo miran fijamente, salvo para discursos estériles y politiqueros, casi nadie en la ejecutiva es capaz de sostener un debate ideológico con mínima presteza. No les interesa y excluyen eso que no les interesa porque hoy el PSOE ha sido transformado en una plataforma electoral de Sánchez. Lo que hagan los demás en sus territorios le da igual (que monten sus plataformas si quieren), salvo que sea algo que contradiga lo que ÉL desea (esta obsesión por los deseos igual es parte de su apoyo a lo postmoderno-queer). Una plataforma electoral tipo Macron donde todo es Macron. Por eso hoy el PSOE es todo Sánchez y sólo Sánchez. Lo que pase más allá de su persona no existe. De ahí que la militancia mejor en casa y con la pata quebrada. Eso sí conectada digitalmente para dar un me gusta a todo lo que haga su sanchidad.

Lo que era el PSOE hasta la llegada de Sánchez ha sido destruido. Ni respeto por los estatutos (ya se cambian mediante trilerismos en reglamentos que la militancia no ha aprobado), ni respeto por el debate, ni respeto por la ideología, ni respeto por la tradición. 142 años de historia tirados al mar Mediterráneo en un fin de semana. Es gracioso ver a militantes (especialmente los más jóvenes) en las redes sociales leer mucho y pensar discursos y soluciones desde el socialismo, cuando la realidad es que en el PSOE sólo hay un discurso válido, el del amo y señor. González en su discurso hizo un aporte ideológico potente aunque nadie lo haya sabido o querido entender, señalando que tampoco hay que vencerse hacia el neoliberalismo como está haciendo el PSOE, y aplaudiendo otras cuestiones que sí se han recogido en la ponencia. Seguramente González sí se haya leído la ponencia, no como la mayoría de los delegados y militantes, pero eso tampoco tiene mucho valor. Pedro Sánchez piensa que los españoles son gilipollas. Y para corroborarlo ayer mismo, durante la clausura de su plataforma personal, volvió a proclamar que derogaría la ley mordaza y la reforma laboral… ¿por vigésima ocasión?