martes, 26 agosto, 2025

El penalti más largo de la historia

Duele. Molesta. El duopolio que han construido desde La liga, los propios clubes y el gran aparato ideológico que es la prensa deportiva no permite la intromisión de nadie en su entorno. Decía el filósofo alemán Niklas Luhmann que los sistemas se renuevan mediante el proceso de autopóiesis o autorregeneración y que el mismo podía ser producto del mismo sistema o de sus relaciones con el entorno. El Atlético de Madrid ha sido siempre entorno (como ha sido el Atlhetic de Bilbao) en esa rivalidad entre FC Barcelona y Real Madrid que es la única autopóiesis que ha tenido el sistema. Los dos unidos, para lo bueno y lo malo, como subsistemas de un sistema futbolístico que no admite entornos hostiles sino amables o sometidos.

El gran aparato ideológico que son As, Marca, radios y programas televisivos han sido el sostén de ese sistema de dos que se han llevado todo. El dinero y la gloria. Ahora cuando aparece un equipo, ese que era simpático porque era “el pupas”, que se desmarca y se enfrenta al duopolio, el aparato ideológico responde con toda su fiereza para introducir, aunque sea de manera forzada, la autopóiesis del sistema duopolístico. El penalti que pitaron contra el Eibar a Luis Suárez va a ser el más largo de la historia (como el título de una horrorosa película española). Va a durar siglos si hace falta, pero desde luego marcará toda esta temporada y se culpará a ese penalti –que para el aparato ideológico no ha sido- de la, no se sabe, posible victoria final del equipo del Cholo Simeone.

Será la liga del penalti en Eibar pese a que pudiera llevarles a los duopolísticos equipos diez puntos. De hecho, ahora, con dos partidos menos (uno respecto al siguiente competidor), ya la distancia es de más de dos victorias. ¿Quiere eso decir que la liga está sentenciada? Ni por asomo. Ya conoce el Atlético en su historia maniobras para hundirle mediante arbitrajes criminales. Partido a partido y biberones para todos los que lloran, de momento. Desde el aparato ideológico del duopolio ya claman, entre lágrimas, que todo está preparado para que gane el Atlético de Madrid. Ese equipo que aburre con su juego, aunque cuando iba por detrás (tenía menos partidos) había cambiado para bien. Añagazas ideológicas para tapar las miserias de cada cual. No han podido hacer fichajes, bien por falta de dinero, bien por prepotencia, bien por ahorrar para fichar a la super-mega-archi-estrella del futuro y ahora lo pagan. ¿Qué culpa tiene Simeone de eso? Ninguna, pero el sistema rechaza a los que intentan cambiarlo.

Además, y es algo que no debe ser desestimado, el Atlético de Madrid se ha distanciado de la famosa Superliga de Florentino Pérez y sus amigos del banco JP Morgan Chase, afirmando que sólo si está bajo supervisión de la UEFA/FIFA participará. Esto ha debido oler a cuerno quemado en la sede de ACS –que es desde donde se gestiona al Real Madrid realmente-, lo que sumado al penalti ha provocado que el aparato ideológico duopolístico haya sacado todas sus armas contra el Atlético de Madrid. Da igual en Madrid, que en Barcelona, todos han disparado a matar. Este penalti, que igual ni tiene trascendencia al final, durará lo que no se ha visto hasta el momento. Incluso se utilizará para tapar atracos del duopolio este y años venideros. Abran bien los ojos porque ese penalti que han visto va a ser eterno… y la inquina que ha provocado también.

Novedades: grandes grupos editoriales (23 de enero)

En la oferta del fin de semana sobre libros de diversas temática hemos introducido un cambio. Ahora habrá un día dedicado a las grandes empresas editoriales y otro a las pequeñas y medianas. La pretensión, ya que ni se cobra, ni se reciben dádivas librescas, no es que las grandes tengan más espacio. Bien al contrario, el cambio viene para otorgar a los demás el espacio que la cantidad de publicaciones de las grandes editoriales quitaban. No sólo en novelas, sino en otro tipo de lecturas que pueden interesar a los lectores. Como siempre, la selección de los libros corresponde a lo que nos parece más significativo personalmente. O aquello en que nos dan mejores medios para hacer corta y pega, que es lo que se hace y lo reconocemos. Cuando se lea un libro que merezca crítica se publicará, el resto lo que dicen en notas de prensa. Otros que hagan lo que quieran.

NOVELA

Naoise Dolan, Días apasionantes, Temas de Hoy.

Una novela sobre gente que se enamora, gente que tiene dinero, gente que no lo tiene, y gente que no sabe lo que quiere. Una historia sobre gente real.

La autora tiene la capacidad natural de encandilar a los medios con su perfil de cáustica escritora autista.

Edward Carey, Little, Blackie Books, (Traducción: Lucía Barahona) 23,90 €

Es 1761, y una niña diminuta y de aspecto bastante extraño nace en un pueblo de Suiza. La llaman Anne Marie, aunque no tardarán en referirse a ella como Little.

Pronto la tragedia se cierne sobre su vida: sus padres mueren, y su única salida es convertirse en aprendiz y sirvienta de un excéntrico modelador de cera, el señor Curtius. Espléndidas cabezas de cera la observan desde todos los ángulos del taller: Curtius las rellena con trapos y serrín, y las vende por encargo a los hombres más ricos de Berna.

De la Suiza de su infancia a París, donde funda con el señor Curtius el primer museo de cera, y más tarde a Versalles, para asistir a María Antonieta en el parto, esta es la asombrosa historia de la modeladora de cera más ilustre de la Revolución francesa. Porque la revolución exige cabezas para su incansable guillotina, y solo ella puede conseguirlas.

Friedrich Dürrenmatt, El juez y su verdugo, Tusquets, (Traducción: Juan José del Solar) 17€

Enfermo y a punto de jubilarse, el comisario Bärlach solo cuenta con su inteligencia para resolver un caso de asesinato.

Cuando el teniente de policía Ulrich Schmied aparece muerto en su coche, en una pequeña y solitaria carretera de montaña muy cerca de Berna, la investigación recae en el comisario Hans Bärlach, quien está a punto de jubilarse y no pasa precisamente por su mejor momento.

Friedrich Dürrenmatt, La sospecha, Tusquets, (Traducción: Juan José del Solar) 18€

Recién operado, el comisario Bärlach se enfrenta a su caso más peligroso.

En su lecho de hospital, tras una delicada operación quirúrgica que tal vez le alargue un poco más la vida, el comisario Hans Bärlach lee, curiosa y simbólicamente, un número de 1945 de la revista Life. Una fotografía publicada en la revista despierta en el médico que acaba de operarle, un viejo amigo del comisario, una terrible sospecha.

Dürrenmatt nacía el 5 de enero de 1921 en Suiza. Autor muy prolífico, destacó en varias disciplinas. Fue pintor, dramaturgo, guionista, ensayista y novelista. Escribió, entre otras obras, brillantes novelas policiacas en las que ahondaba de forma magistral en el alma contradictoria de jueces y criminales.

Con esta recuperación, y nueva presentación del fondo editorial de Tusquets Editores, El juez y su verdugo y La sospecha alcanzan categoría de clásicos imprescindibles dentro el género policiaco, y demuestran al lector contemporáneo que en estas novelas encontrará un autor sorprendentemente actual.

Laura Ferrero, La gente no existe, Alfaguara, 17,90€

Una mujer se enamora de un vecino por cómo cuida las plantas de su terraza. Un hombre organiza una fiesta con todos sus seres queridos para celebrar el final de una larga enfermedad. Una niña acompaña a su madre a ver pisos que nunca podrán permitirse y un padre lleva a su hija adoptada a conocer a su madre biológica…

En estos relatos hay amor y desamor. Hay ausencia y culpa. Hay esperanza. Están los que celebran el hoy y lo que está por venir, y otros que prefieren vivir en las expectativas, donde se sienten protegidos. Los que pueden, olvidan. O no del todo. O no siempre. Algunos no creen saber qué es existir ni desear, ni qué hace que una vida sea una vida. Pero ¿alguien lo sabe?

Las historias de La gente no existe narran lo íntimo, aquello que solo somos capaces de contar en voz baja, lo que nos ocurre cada día. Y nos deslizamos por ellas comprobando que «el camino de la emoción sin impostura que ha transitado Ferrero es uno de los que lleva a la gran literatura».

Sergio Martínez, La ciudad enfurecida, Grijalbo, 18,90€

Pamplona 1274. A la muerte de Enrique I de Navarra la tensión entre partidarios de una alianza con Castilla y quienes proponen una boda entre la heredera del trono y el hijo del Infante Pedro de Aragón provoca un grave enfrentamiento que se agrava cuando la reina regente huye con su hija a Francia, en busca de la protección del rey Felipe III. El conflicto crispa aún más la convivencia entre los habitantes de San Cernin, San Nicolás y Navarrería, los tres burgos tradicionalmente enfrentados que forman la ciudad.

Iñigo, carpintero de la Navarrería, vive ajeno a todo eso. Él solo piensa en Anaïs, una joven francesa de San Cernin que vio un día en el mercado. Pero los ánimos están muy exaltados y los vecinos de la Navarrería sacan a la calle sus armas. El aire de la ciudad huele a guerra.

Claudia Piñeiro, Catedrales, Alfaguara, 18,90€

Hace treinta años, en un terreno baldío de un barrio tranquilo de Buenos Aires, apareció descuartizado y quemado el cadáver de una adolescente. La investigación se cerró sin culpables y su familia -de clase media educada, formal y católica# silenciosamente se fue resquebrajando. Pero, pasado ese largo tiempo, la verdad oculta saldrá a la luz gracias al persistente amor del padre de la víctima.

Esa verdad mostrará con crudeza lo que se esconde detrás de las apariencias; la crueldad a la que pueden llevar la obediencia y el fanatismo religioso; la complicidad de los temerosos e indiferentes, y también, la soledad y el desvalimiento de quienes se animan a seguir su propio camino, ignorando mandatos heredados.

Como en Las viudas de los jueves, en Elena sabe y en Una suerte pequeña, Claudia Piñeiro ahonda con maestría en los lazos familiares, en los prejuicios sociales y en las ideologías e instituciones que marcan los mundos privados, y nos entrega una novela conmovedora y valiente, certera como una flecha clavada en el corazón de este drama secreto.

David Grossman, La vida juega conmigo, Lumen, (Traducción: Ana María Bejarano Escanilla) 20,90€

«Tuvya Bruk fue mi abuelo. Vera es mi abuela. Rafael, Rafi, Erre, es, como se sabe, mi padre, y Nina… Nina no está aquí. No está, Nina. Pero esa fue siempre su exclusivísima aportación a la familia», anota Guili, la narradora de La vida juega conmigo, en su cuaderno.

Pero con motivo de la fiesta del noventa cumpleaños de Vera, Nina regresa: ha tomado tres aviones que la han llevado desde el Ártico hasta el kibutz para encontrarse con su madre, su hija Guili y la veneración intacta de Rafi, el hombre a quien, muy a su pesar, todavía le tiemblan las piernas en su presencia.

En esta ocasión, Nina no va a huir: quiere que su madre le cuente al fin qué sucedió en Yugoslavia durante la «primera parte» de su vida. Entonces Vera era una joven judía croata perdidamente enamorada del hijo de unos campesinos serbios sin tierras, Milosh, encarcelado bajo la acusación de ser un espía estalinista. ¿Por qué Vera fue deportada al campo de reeducación en la isla de Goli Otok y ella tuvo que quedarse sola cuando tenía seis años?

Hideo Yokoyama, 64, Salamandra, 23€

En enero de 1989, una niña de siete años fue raptada al norte de Tokio. Los padres nunca llegaron a saber la identidad del secuestrador. Tampoco volvieron a ver a su hija. Nombre en clave del caso: Seis Cuatro.

Más de una década después, el jefe de prensa de la policía se ve obligado a volver sobre el suceso, cuyo estigma no se ha diluido en el tiempo: el fracaso de la investigación sigue siendo motivo de escándalo. Pero el veterano Mikami no aspira ya a resolver el crimen, solo pretende tender una mano a la familia de la víctima y contribuir de algún modo a limpiar la reputación del cuerpo. Sin embargo, tras detectar una irregularidad en el expediente, Mikami acabará desvelando el móvil de un delito que encierra secretos inimaginables.

NOVELA GRÁFICA

Riki Blanco, La poesía que nos merecemos, Reservoir Books, 18,90€

«En la Europa de principios del siglo XIX era común dejar caer saliva sobre un párrafo si el lector estaba en desacuerdo con lo que estaba escrito. Por ejemplo, si veía en él una falacia o una falta de rigor histórico. Era algo así como subrayar un texto, pero en sentido peyorativo.»

La poesía que nos merecemos se inscribe en esta tradición apócrifa de la bibliofilia europea: es una muestra de irreverente respeto a la ética y la estética contemporáneas, a un mundo plagado de tertulianos, influencers, cuñados, opinadores y demás criaturas de reluciente pelaje. A todos ellos, y a la poesía que producen, no va dedicado este libro.

«Lo más sensato es que abras, lector, el libro por cualquier página, da igual la que sea, y si lo que ves te hace gracia, te ofrece una nueva perspectiva, te escuece o te pone triste, tal vez este sea el libro que te mereces.»

Marjane Satrapi, Bordados, Reservoir Books, (Traducción: Carlos Mayor Ortega) 16,90€

Alrededor de una mesa preparada con el samovar, el té y las pastas, varias mujeres se disponen a pasar la tarde. Los temas de conversación desembocan pronto en los amores, el sexo y los caprichos de los hombres. Y con ellos se irán desvelando los más íntimos secretos de este elenco de mujeres fascinantes, así como sus miedos, sus remordimientos y varias anécdotas a cuál más escandalosa. Bordados es un libro radicalmente vivo que nos enseña qué significa ser mujer, no solo en un país islámico, sino en cualquier lugar del mundo.

ENSAYO

Roberto Muñoz Bolaños, El 23-F y los otros golpes de Estado de la transición, Espasa, 19,90€

Las Fuerzas Armadas fueron el único actor con capacidad para detener el proceso de cambio político entre 1975 y 1982. Sin embargo, los militares que actuaron en las operaciones que se sucedieron a partir de 1977 no lo hicieron en solitario, sino que contaron con el apoyo de núcleos políticos partidarios de reordenar el sistema democrático o de destruirlo.

Si bien durante la Transición se dieron las condiciones favorables para una intervención militar, el Ejército español en particular y las Fuerzas Armadas en general manifestaron dos carencias que les impidieron actuar como actores fundamentales en el proceso de toma de decisiones políticas, ya fuese deteniendo el desarrollo de la democratización o mediatizándolo: la inexistencia de un líder y la división existente en su élite respecto a la dinámica del cambio político. Especialmente esta segunda deficiencia hizo posible la democratización de España de forma pacífica y legalista, pues impidió cualquier actuación institucional de los miliares en contra de la misma.

Este libro recoge la compleja labor de investigación de Roberto Muñoz sobre el papel de las instituciones militares en uno de los periodos históricos más importantes de España, planteando un interesante y detallado recorrido que abarca desde su protagonismo en la última etapa del Franquismo a sus múltiples operaciones en paralelo para intentar salvaguardar su posición en un escenario en el que la desaparición de su poder era la condición sine qua non para establecer una democracia en el país.

Gracias a un impecable trabajo de años, esta obra brinda una aproximación de una profundidad inédita no solo al 23-F, sino también a esos otros golpes de Estado más inexplorados, pero igualmente relevantes: el Plan López Bravo, la Operación Galaxia, la Solución Armada y otras tantas operaciones de las que el autor da buena cuenta.

Tim Bouverie, Apaciguar a Hitler, Debate (Traducción: Abraham Gragera López) 26,90€

El 30 de septiembre de 1938, el primer ministro británico, Neville Chamberlain, recién llegado de Múnich, anunciaba que su reunión con Hitler había evitado la mayor crisis de la época contemporánea y que la «paz para nuestra era» estaba asegurada. Menos de un año después, Alemania invadía Polonia y estallaba la Segunda Guerra Mundial.

Apaciguar a Hitler es el brillante recuento del desastroso periodo de inacción política que permitió la consolidación del régimen nazi. Narrado de forma trepidante y repleto de escenas memorables, este libro es el resultado de una profunda y exhaustiva investigación, ofrece un retrato perturbador e inquietante de los ministros, aristócratas y diplomáticos amateurs al mando y desvela los mercadeos y vulgares intereses, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y acabaron provocando la Segunda Guerra Mundial.

Desde los comienzos del Tercer Reich, con la llegada al poder de Hitler en 1933, hasta las playas de Dunquerque Tim Bouverie no solo narra un momento histórico de gran envergadura sino una lección atemporal sobre las dificultades de alzarse en contra de la agresividad y el autoritarismo y las calamidades que resultan de no hacerlo.

Peter H. Diamandis y Steven Kotler, El futuro va más rápido de lo que crees, Deusto, 21,95€

¿Qué pasará cuando la inteligencia artificial, la robótica, la biología digital y los sensores se unan a la impresión 3D, el blockchain y velocidades de conexión globales de varios gigabits? ¿Cómo transformarán estas convergencias las industrias tradicionales de hoy en día? ¿Cómo afectará a la manera en que educamos a nuestros hijos, gobernamos nuestras naciones y cuidamos nuestro planeta?

El futuro va más rápido de lo que crees es una guía fascinante y esclarecedora para esos próximos diez años, en la que Diamandis y Kotler investigan cómo varias oleadas seguidas de nuevas tecnologías impactarán en nuestra vida cotidiana y en el conjunto de la sociedad. Con una clarividencia asombrosa para abrir ventanas que nos permiten ver los frutos de estos tiempos de aceleración, Diamandis y Kotler nos muestran cómo pronto se reinventarán los grandes sectores económicos de nuestro planeta y cuáles serán las increíbles oportunidades para emprendedores, innovadores, directivos y todo aquel que demuestre agilidad y osadía.

La tecnología avanza con mayor rapidez de lo que nadie hubiera imaginado y durante la próxima década experimentaremos más turbulencias y crearemos más riqueza que en los últimos cien años. Bienvenidos a un tiempo vertiginoso y fascinante.

Kristina Spohr, Después del Muro, Taurus, (Traducción: Efrén Del Valle Peñamil y María Luisa Rodríguez Tapia) 35,90€

Cuando el Muro de Berlín se derrumbó en 1989 y se aplacaron a la fuerza las protestas en la plaza de Tiananmén en Pekín, el mundo cambió drásticamente. La Guerra Fría había terminado, surgía un nuevo orden mundial. Después del Muro es un relato audaz y novedoso de este doble momento histórico decisivo y extraordinario que dio lugar al mundo tal como lo conocemos hoy.

Basándose en impresionantes fuentes antes desconocidas, Kristina Spohr muestra cómo el orden mundial cambió de manera pacífica gracias a las decisiones tomadas entre 1989 y 1992 por un pequeño grupo de líderes internacionales, que trabajaron codo con codo para reinventar las instituciones y configurar nuestro mundo de hoy.

La autora analiza desde una perspectiva nueva el papel del presidente estadounidense George H. W. Bush, así como el de figuras como Mijaíl Gorbachov, Margaret Thatcher, Helmut Kohl y François Mitterrand. Además, enmarca la transformación europea dentro del contexto global, entrelazando con pericia las líneas temporales occidental y asiática al comparar los sucesos de Berlín y Moscú con los de Pekín, donde el movimiento prodemocrático fue brutalmente reprimido por Deng Xiaoping, tras lo cual se impulsó otro tipo de comunismo.

El mundo de Putin, Trump y Xi, con una Unión Europea frenética, estados corruptos y una terrible crisis migratoria, tienen su origen en aquella salida global de la Guerra Fría.

OTRAS LECTURAS

Albert Camus, La noche de la verdad, Debate, (Traducción: María Teresa Gallego Urrutia) 24,90€

«En esta noche sin igual concluyen cuatro años de una guerra monstruosa y de una lucha indecible en la que Francia bregaba con su vergüenza y su rabia. Quienes nunca perdieron la esperanza ni en sí mismos ni en su país hallan bajo este cielo su recompensa. Esta noche vale sobradamente un mundo, es la noche de la verdad.»

En 1944 Albert Camus ya había publicado El extranjero y El mito de Sísifo, pero fueron sus artículos en Combatlos que lo dieron a conocer y le hicieron emerger como un líder moral e intelectual. Entre el otoño de 1943 y junio de 1947, fue redactor jefe y editorialista de este periódico de la Resistencia. Sus textos nos ofrecen el lúcido testimonio de un periodista consciente de sus responsabilidades tanto durante la ocupación como tras ella, cuando hubo que repensar la vida cotidiana y al mismo tiempo dibujar el futuro de Francia y Europa.

Empeñado en introducir la moralidad en la política, Camus reacciona ante temas y acontecimientos como las deportaciones, la liberación, la justicia para los colaboracionistas, el regreso de los prisioneros de guerra, la escasez de alimentos, el papel de las instituciones internacionales en la posguerra, las injusticias coloniales (y, en particular, el problema de Argelia) y la situación de la prensa.

Más de setenta años después de su publicación, estos textos siguen resultando conmovedores y muy impresionantes, y oímos en ellos la voz apasionada de un escritor dispuesto a participar en la Historia con su intenso afán de justicia, libertad y verdad.

David Gistau, El penúltimo negroni. Artículos (1995-2019), Debate, 19,90€

David Gistau gozó desde muy temprano de una libertad inusual, y supo hacer uso de ella como nadie. Esta antología da cuenta de un universo amplio y rico en contrastes (en el que tenían cabida la crónica política, la historia, el fútbol, el boxeo, la literatura, el cine y Los Simpson), cubre sus distintas etapas y registros, y nos redescubre a un escritor honesto, comprometido, independiente, inimitable, elegante y mordaz.

Luis Alberto Zamora y Alberto Herrera, Comer bien es fácil si sabes cómo, Planeta, 17,90€

Comer bien es fácil si sabes cómo es un libro fundamentalmente práctico donde la información se presenta de manera amena: «sin dibujos o esquemas no hay paraíso», afirman los autores. Por ello han pensado en esta obra como un conjunto de mensajes claros y directos, para que lleguen al lector y provoquen un cambio real en sus patrones alimentarios.

Este libro nos será de gran ayuda a la hora de decidir qué combustible vamos a poner en nuestro vehículo más preciado: nuestro cuerpo. Como afirman los autores: «la naturaleza te ha regalado el coche de alta gama más lujoso que pudieras imaginar. ¿Por qué ponerle entonces cualquier tipo de carburante, si quieres que te dure el motor?». A lo largo de los diez capítulos en los que se divide la obra, aprenderemos a distinguir lo que son bulos infundados de lo que es nutrición, basada en la evidencia científica, prepararemos el táper perfecto para llevar al trabajo y nos dejaremos seducir por las saludables alternativas que nos presentan los autores.

Conocer los distintos tipos de alimentos y qué nutrientes nos aportan es una premisa clave para llevar una buena alimentación, ya que cuando mejor comemos mejor nos sentimos. Por ello Luis y Alberto han sintetizando las premisas esenciales para que aprendamos a nutrirnos en lugar de comer para saciar el hambre. El objetivo es conseguir el equilibrio nutricional, como bien apuntan los autores «no es lo mismo comer que nutrirse» y para ello debemos conocer lo que nos aportan cada uno de los alimentos que ingerimos. Comer es meter comida en la boca. Punto. Pero nutrirse es, además de esto, aportar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita cada día para estar sano y funcionar bien. Aunque podemos comer de muchas maneras, solo hay una forma de nutrirse correctamente, y esa es eligiendo la cantidad justa de los alimentos apropiados para que nos aporten todos los nutrientes necesarios. Eso se consigue aprendiendo a comer bien y siguiendo una dieta equilibrada que se preocupe de consumir alimentos que aporten aminoácidos, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Así, el cuerpo puede seguir cumpliendo con sus funciones vitales y hacerlo con el máximo nivel de salud.

Comer bien es fácil si sabes cómo, no sólo aclara los bulos que circulan en torno a la alimentación, sino que nos aporta pautas sencillas y realistas que podemos incorporar en nuestro día a día sin esfuerzo. El contenido de la obra se presenta claro y conciso, con una maquetación muy accesible y amigable que hace de estas páginas un manual sobre la buena alimentación, pero sin saturarnos con aburridas tablas calóricas de alimentos o complicados procesos químicos. A través de las ilustraciones y los diagramas en los que se estructura la información automatizaremos sin esfuerzo el contenido de lo obra, y conseguiremos cambiar para siempre esos malos hábitos que tenemos a la hora de comer. Esto hace que Comer bien es fácil si sabes cómo no sea un libro de nutrición más que dejamos apartado antes de acabar o de los que no podemos aplicar lo aprendido porque son demasiado complicados. Se trata de un manual interactivo en el que el contenido se asimila tan fácilmente que lo incorporaremos a nuestra vida de manera casi inconsciente.

Vincenzo Angileri, No tengas miedo a tener la razón, Acid House Barcelona/Temas de Hoy, 18,90€

No tengas miedo a tener la razón es una llamada a romper patrones y cambiar las reglas del juego. Una inusual guía fundamentada en una serie de conversaciones con voces brillantes, desobedientes y visionarias. Malas influencias que hacen posible que el mundo cambie. De los negocios al mundo del espectáculo, pasando por la política, la arquitectura, la gastronomía o el deporte, todas ellas tienen algo valioso que compartir: las experiencias que las llevaron del cuestionamiento a la satisfacción, mediante el valiente gesto de levantar la voz.

En estos tiempos de polarización extrema y de crisis de paradigmas, este libro no intenta defender una tesis: busca cuestionarlas todas. En palabras del autor, Vincenzo Angileri: «Es una oda a ir en contra y a no bajar la cabeza (…) Todas estas voces subversivas colaboran, cada quien a su manera, en formular un elogio coral de la belleza de la rebeldía, de la furia de la fantasía y de la creatividad; de la necesidad de una vida vivida con intención.»

Zadie Smith, Con total libertad, Salamandra, 23€

Zadie Smith ha demostrado ser una ensayista brillante y singular, haciendo que cada texto suyo sea un acontecimiento literario por derecho propio. Con total libertad, que recopila algunos de los más celebrados, abarca el amplísimo rango de intereses de Smith: desde todas las facetas de la cultura y la libertad artística hasta los temas más acuciantes de la política y la actualidad, siempre desde una perspectiva original y radicalmente personal. Gracias a su fina agudeza, una frescura contagiosa y una empatía extraordinaria, este libro es una guía imprescindible para entender un mundo, el nuestro, cada vez más complejo y contradictorio.

Cómo está a día de hoy la renovación en el PSOE

El PSOE, en espera de una mejora por la pandemia, va a abrir el proceso congresual para elegir a los diferentes mandos del partido. Se espera que a nivel federal no haya candidatura frente al presidente del Gobierno Pedro Sánchez, aunque sea por una cuestión de respeto por las tradiciones. No se compite contra un presidente si no ha advertido que dejará el cargo. Eso no significa que se vaya a renovar, y bastante, la actual ejecutiva federal. Lo que más importa al aparato federal, empero, son los cambios que se quieren introducir a niveles regionales, provinciales y locales. De ahí que ya hayan comenzado algunos movimientos en distintas federaciones y en la misma Ferraz.

Cambios a nivel federal.

Sánchez no está todo lo contento que pueda parecer con la actividad y actuación de numerosas personas que copan la amplia ejecutiva federal. Decepcionado con algunas, asombrado para mal con otras y, por qué no decirlo, aconsejado para moverle la silla a otras, el caso es que en la próxima cita congresual, que se espera tranquila, el actual secretario general pretende hacer una limpia profunda en su ejecutiva. Quiere algo más pequeño y más activo. Debido a cómo se constituyó el proceso anterior tuvo que situar a muchas personas en la ejecutiva por casi obligación. Hoy se ha dado cuenta de que no dan más de sí o no le sirven. Y no tiene que ver con tener una perspectiva más o menos crítica sino de carencias fundamentales para lo que es un partido político en la actualidad. Algunos y algunas que se pavonean y se creen a seguro llorarán en octubre.

Distinto es el jueguecito que se traen algunos monclovitas contra el actual secretario de Organización José Luis Ábalos. Como ha comentado la prensa le estarían moviendo la silla al ministro de Fomento para situar a alguien más condescendiente a los intereses de un grupo que desea construir un aparato donde situarse ellos a la cabeza. Le quieren cambiar, según cuentan, bien por su actual segundo Santos Cerdán o por el monclovita Francisco Salazar. Apunten más hacia el primero, aunque su gestión esté resultando ineficaz y sectaria. Se ha cargado en poco tiempo la Fundación Pablo Iglesias, tiene secuestrada a la corriente de Izquierda Socialista y hay muchas quejas en las federaciones por problemas del día a día de un partido tan grande y que se ve incapaz de arreglar. Parece que ese grupo que se está moviendo quiere agarrarse al cargo para un posible post-sanchismo (que llegará en cuatro años) y doblar el brazo a otras facciones. En un cargo tan importante decidirá el propio Sánchez por lo que mover sillas igual puede ser contraproducente. Más curiosidad existe en las federaciones.

Andalucía en el ojo de mira.

En su momento, cuando más alto estaban, no se atrevieron a plantear batalla a las baronías (y donde lo hicieron como en Castilla-La Mancha salieron escaldados) y eso ha supuesto asegurar el poder de algunas baronías quienes serían, en última instancia, las que controlarían su propia sucesión. No está claro que Guillermo Fernández-Vara o Emiliano García-Page vayan a dejarlo ahora mismo. Bien por no tener claro el sucesor o sucesora, bien porque no haya nadie aún preparado, bien porque quieren marcar ellos los tiempos. Ximo Puig y Javier Lambán tres cuartos de lo mismo. El resto o son sanchistas, aunque alguno o alguna puede ver cómo sí le plantean alternativa apoyada de manera silenciosa desde Ferraz, o se quieren cambiar. Donde se gobierna no habrá cambios forzados, pero donde no sí que se espera cambiar.

Especialmente hay ganas de quitar a Susana Díaz y poner a otra persona. ¿Quién? No lo tienen claro aún porque Andalucía no deja de ser una red de caciquillos, amigotes y familias y más familias políticas locales, comarcales, provinciales o regionales. No es tan sencillo controlar Andalucía como para conformar una candidatura fuerte y consolidada contra Díaz. Pero esta vez, como cuestión puramente personal (se la tiene jurada) Sánchez quiere imponer su voluntad en la región andaluza. De momento, ante las advertencias Díaz ha dicho que quien quiera quitarla que lo pelee en primarias ya que dicen ser los más demócratas. Y a la democracia han apelado Máximo Díaz Cano (susanista) y el vicepresidente del Congreso de los diputados Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. El primero en un artículo en prensa y el segundo en la radio.

El problema para el aparato de Ferraz, sí ahora son el aparato y bien que ejercen de ello, es conseguir un candidato más o menos impoluto y que consiga aunar a las distintas facciones y familias que componen el partido en Andalucía. Por muchas voces críticas que se oigan, al final lo que mandan son los votos depositados en una urna, y eso ni lo tenían controlado antes, ni ahora por lo que parece. Se apunta a Felipe Sicilia como posible mirlo blanco. Bueno como mirlo blanco lo venden pero ha sido producto del chavismo-griñanismo-susanismo desde, al menos, 2007. Nadie es diputado por Jaén desde 2011 ininterrumpidamente sin estar implicado en el aparato. ¿Podría Sicilia congregar en su persona un quórum suficiente para echar a Díaz? Sinceramente no. Se le ve como un extraño y el aparatismo andaluz tiene algo que igual no han entendido, puede haber todas las peleas internas, pero traiciones no perdonan. Igual Juan Espadas tendría algo más que hacer, pero hay que contar elecciones andaluzas a finales de 2021 que igual impedirían el proceso congresual. Pero Sánchez la quiere muerta.

Galicia, Madrid y… ¿Euskadi?

Las otras dos federaciones que se quieren renovar son Galicia, después del batacazo electoral pasado, y Madrid después de la inexistencia del partido en términos generales. Pero no son pocos los rumores que apuntan hacia la salida de Idoia Mendía que tampoco es que arrase electoralmente. En estos tres casos, son los resultados y la acción política los que condenan a los actuales titulares. Con Gonzalo Caballero no hay quejas personales, no las puede haber pues ha ejecutado todo lo que le han dicho, pero se ha comprobado que no da más de sí. Se ha rumoreado incluso con la posibilidad de un cargo de embajador de cierta responsabilidad aprovechando sus cualidades académicas y de idiomas. Que le quieran cambiar no supone que las gentes de La Coruña vayan a salir ganando como dicen en privado, más bien al contrario. Ha habido un rumor sobre la posibilidad de que la ministra de Trabajo Yolanda Díaz diese el paso al PSOE y se la situase al frente del PSdG, pero no es más que un rumor. Sí cabe la posibilidad de que haya un secretario general y después un candidato o candidata.

Con Madrid no saben si cambiar o hacer desaparecer el partido como tal directamente. No es que haya problemas como cuando era la FSM y las peleas entre renovadores (de la nada) guerristas (acostistas o barranquistas), Izquierda Socialista (a la que la actual ejecutiva ha quitado la cuenta de correo sin posibilidad de defensa conculcando los mínimos democráticos) y alcaldes con aires de cacique. No. La actual ejecutiva no ha sido un dedazo de Sánchez, ha sido toda la palma de la mano. Ha elegido la ejecutiva, los candidatos principales y ha deshecho a placer. Cuestión bien distinta es que la unión del sanchismo (mayoría de renovadores de la nada) con el simanquismo haya resultado un fracaso. ¿Quién lo podía prever? Bueno, cualquiera que tenga dos dedos de frente y conozca el percal.

Se paró un intento de cuarentañeros para hacerse con el poder para dejarlo en manos de los Franco, Arranz, Viondi y demás perennes aparateros. En el pecado llevan la culpa. Hoy no se parará ningún intento por mandar a todos y todas lo más lejos que se pueda. Incluso no importa que todo el grupo parlamentario de la Asamblea de Madrid se enfade. Total, buena parte del problema está allí mismo. Ya ha habido reuniones de aquellos cuarentañeros con gentes que fueron apartadas de malas formas, a los que habría que sumar a los que no son sanchistas y que tienen ganas, no a Sánchez, sino a los que están ahora. Sánchez quiere reorganizar todo pase lo que pase y va a dejar hacer a quienes debió dejar hace cuatro años. No se extrañen que “la limpia” –como comentan en Moncloa- sea nunca vista. Aunque caigan amigos. Con la peor pareja de políticos del PP y no se muestran capaces de ofrecer alguna alternativa, por chisposa que pudiese parecer. ¿Quién suena? Rumores sobre Félix Bolaños. Rumores sobre la ministra Reyes Maroto. Rumores sobre muchas personas pero sin cuajar ninguna.

Hoy no sé de qué hablar

Llega un día en que el hastío respecto a la vida política española colma las fuerzas de un columnista. Más si como es mi caso son columnas diarias donde intentó desentrañar, con un cierto toque de ironía, las vicisitudes de la clase política. Algunas personas me han pedido un análisis psicológico del vicepresidente segundo Pablo Iglesias, no es mal tema pero necesita cierta investigación. Más adelante saldrá. Que Pablo Casado se haya puesto, una vez más, el disfraz de presidente encargado me acaba aburriendo pues he escrito ese artículo unas veinte veces. Lo que me cuentan mis fuentes monclovitas tampoco tiene chicha y las cabezas que quieren cortar, si se puede, de momento deben seguir felices en su creencia de ser intocables. Tampoco como personaje Pedro Sánchez da para más, es demasiado unívoco para intentar un análisis profundo.

No es lo mismo estar en la pomada del día a día –cuando se podía- que siempre se logra alguna declaración, alguna confidencia o alguna metedura de pata de los políticos, que tener que observar lo que sucede desde una habitación debido a la pandemia de coronavirus. Podría hacer como hacen en otros lados y cortar y pegar una nota de prensa cualquiera, retocarla con dos frasecillas propias y a otra cosa. Sí, no se asusten hay periodistas que suelen hacer eso desde hace muchos años (hasta los hay que copian a otros medios). Podría hacer un resumen de la conferencia de la fundación Disenso de Vox con Tertsch, Timmermans o Girauta, pero tampoco es misión mía hacerles sufrir, bastante que lo he escuchado yo como modo de purgar mis pecados. Así que al final, frente a la pantalla de ordenador, no sé de qué hablar hoy.

Veo a las personas, como conté ayer mismo, hastiadas con la clase política en general. No encuentran, grosso modo, una luz que les permita guiarse. Tanta refriega por cuestiones banales, estúpidas o improductivas acaban cansado a la población y a los columnistas. Bueno, a los columnistas monotema –lo que coloquialmente catalogo como “su libro”- les da igual. Llevan publicando el mismo artículo con pequeñas modificaciones y ajustes desde hace décadas. A los “columnistas de partido” tampoco les supone un esfuerzo, con alabar la medida tal o al dirigente cual con una importante genuflexión salen del paso. Realmente no es que salgan del paso, sino que llevan así toda la vida y viviendo bien además. Pero si se intenta ser en cierto sentido ecuánime, llega un momento en que ves que te han robado las palabras. Careces de un conjunto de sustantivos, verbos, adverbios, adjetivos y pronombres para explicar lo que ya, de por sí, resulta cada vez más inexplicable.

Tampoco las redes sociales ayudan mucho. Están llenas de ciudadanos impecablemente implacables cuya única misión parece es sustraer las fuerzas del resto de las personas que cohabitan en las mismas. Son esos ciudadanos, abducidos por algún tipo de ideología, que muestran una forma ética impecable (lucha por la libertad, por la democracia, por lo que sea) pero que acaban actuando de forma implacable contra el disidente o, tan sólo, el que les lleva la contraria. En ese momento, pasan de ser santificados a agarrar a cualquiera para llevarle a patíbulo. Especialmente si se han metido con su gurú particular sólo les queda la búsqueda de la muerte civil del otro. Si el fallo lo ha cometido su gurú o alguien de su cuerda, entonces desaparece la ética, la irascibilidad y aparece la hipocresía.

Sólo queda mirar la calle desde la ventana para ver si llega algún tipo de inspiración. Mas la visión puede ser desoladora. Esa calle, pese a ver que está empapado el asfalto, te retrotrae a momentos donde la propia rúa escupía personas y coches. Hoy, parece habérselas fagocitado por culpa de la pandemia. No sirve esa mirada al exterior salvo para la melancolía de otros tiempos. Es una calle que no ofrece palabras para que las cojas al vuelo y con ellas componer cuatro o cinco párrafos que puedan tener algún tipo de significado para alguien. Es una calle muda. Lánguida. Por todo, ello, les vuelvo a comentar que realmente, hoy, en este momento, no sé de qué hablarles. Espero me lo perdonen.

Preocupante desafección ciudadana con la clase política

Antes de comenzar a leer se recomienda quitarse los prejuicios o el sesgo cognitivo de encima. Por mucho que alguno de los mencionados, sea persona o partido, lo consideren como de “los suyos”, no dejan de estar implicados en esa desafección que cada vez más se extiende entre la población española. Da igual que se consideren de derechas o de izquierdas, si han votado muchas veces a este o aquel partido, independientemente de la autorreferencia vital y política que se tenga, hay algo cierto: cada vez más españoles se sienten abochornados y cansados de la clase política. En su conjunto. De toda ella. De los feos y los guapos. De los chillones y los callados. De los hombres y las mujeres. Y esto, por mucho que en las oligarquías partidistas se lo tomen a broma, es algo grave, muy grave.

Desde hace dos años, las encuestas del CIS vienen mostrando que la población percibe como uno de los principales motivos de queja y preocupación a la clase política. Una desafección que cada vez es más palpable al nivel de calle, redes sociales o cartas al director. Que ninguno de los políticos acabe aprobando en valoración –si se tiene en cuenta que los propios siempre van a votar mucho mejor que los contrarios y, dependiendo del apoyo, algunos deberían llegar al aprobado sin dificultad- no es asunto baladí y es clara muestra de un más que consolidado retiro de la auctoritas a la clase política en general. Esa pérdida de autoridad –que no se debe, ni puede confundir con tenencia de poder- es parte de la pérdida de confianza no sólo en la clase política, sino en las propias instituciones democráticas. Y como ha demostrado la historia, y sigue demostrando, sin confianza en la democracia se abre la puerta a los monstruos autoritarios.

Lo anterior ya se producía antes de la pandemia, de las nieves y de las demás estolideces que vienen rodeando a la política espectáculo desde hace tiempo. El problema es que ahora se ha hecho patente la incompetencia de la clase política, no sólo para gestionar, sino para acordar en momentos tan graves. Todos acaban mirando a ver si le salen las cuentas para seguir en el cargo en las próximas elecciones. Todos anteponen el beneficio individual/partidista a la gestión y el bien común. Todos prefieren echar la culpa al otro en vez de asumir y corregir las propias incompetencias. Y eso porque los propios medios de comunicación se han vuelto partidistas y participan del mismo arrebato que las cúpulas de los partidos. Si uno lee, escucha o ve medios de derechas pareciera que todo lo que hacen a ese lado es perfecto; si hace lo mismo con los de la zona zurda lo mismo. Pero ese embaucamiento ya no resulta efectivo, la credibilidad de políticos y periodistas no dista mucho. No se les cree.

Todo ello porque, al final, la propia materialidad de las cosas, que es la que sufre en carne propia la ciudadanía, puede más que las campañas publicitarias a las que está acostumbrados en las altas esferas políticas. El señor que ve que no han quitado la nieve de su barrio, ni han recogido la basura diez días después no puede creer a Pablo Casado y adláteres, ni aunque se lo diga el ABC. Lo mismo sucede con lo que puede pensar una señora en un ayuntamiento gobernado por el PSOE y Podemos, que haberlos haylos. Cuando una madre joven acude a pedir el IMV y le ponen mil impedimentos (como fotocopias en color) y no le conceden la prestación (pues no hay dinero), por mucho que le diga Pablo Iglesias que eso es lo mejor que se ha hecho en España, no se lo cree. Como tampoco creen a Pedro Sánchez en otras gestiones gubernamentales o a Santiago Abascal cuando suelta alguna bravuconada. De hecho, ya ni los muy fervientes nacionalistas creen a los propios independentistas. La pandemia y la nevada han hecho ver que la clase política va desnuda.

Sin capacidad para llegar a acuerdos en favor del bien común, por una decisión individualista –porque de ideológico hay poco-; con medios de comunicación entregados a la batalla partidista; y una crisis económica más grave de lo que se piensa, se genera un caldo de cultivo propicio para la llegada del autoritarismo. Porque la democracia, esa que dicen defender todos, se va debilitando por culpa de no asumir esa clase política los valores democráticos. Que no son el consenso, sino la capacidad de acordar en beneficio de todos, la capacidad de debatir sin insultar, el respeto por las leyes (o el cambio acordado de las mismas si se ven que son ineficaces), el respeto por la verdad (por difícil que sea descifrarla), el medio y largoplacismo y tantas otras cuestiones que no se observan en la clase política.

Por muchas redes sociales que sean verdaderos lugares del odio y la frustración que existan, en la realidad palpable de la cotidianeidad de las personas (y los políticos son personas o deberían serlo) hay sufrimiento, hastío, cansancio, cabreo y escepticismo ante una clase política que se muestra incapaz de gestionar (si no son listos al menos que gestionen) y/o de mirar por el bien común sin estar pendiente de la última encuesta, la tontería del asesor o el ver qué se puede ganar individualmente. Cierto que algunos partidos son felices en la bronca continua por sus propios mecanismos de acción política, pero no lo son todos. Cierto que los medios “venden” más con esa bronca. Pero igual pueden pasar a no vender nada, o no ser nada. Ya la ciudadanía les ha tomado la matrícula y no deberían creerse seguros en sus posiciones sociales. No sería la primera vez que llegase algún descerebrado y le pusiesen al mando.

¿Estudió realmente Iglesias Ciencias Políticas?

Tras un tiempo de asueto, por no decir que escondido, el vicepresidente segundo del gobierno de España acordó una entrevista con la cadena amiga La sexta. En ella Pablo Iglesias tuvo la oportunidad de mostrar al pueblo lo mucho que sufre en el poder y todas las intrigas que existen alrededor del gobierno. Lo hizo con un matiz de sorpresa que es lo más destacado, junto a una irreparable metedura de pata respecto a los exiliados españoles, de su discurso pues se supone que ÉL había estudiado Ciencias Políticas, llegando incluso a doctorarse en la materia. Algo que tras sus palabras hay que poner en duda porque cualquier licenciado, anteriormente, o graduado, actualmente, sabe perfectamente que lo que ha asombrado a Iglesias no tiene un porqué si ha estudiado aquella carrera.

Cierto es que el vicepresidente segundo estudió primero Derecho, con lo cual al pasar a Ciencias Políticas no se cursa la carrera al completo sino que se convalidan unas cuantas asignaturas (algunas de forma extraña como Teoría del Estado) y se quita de encima numerosas optativas relacionadas con el mundo jurídico. Así se llega a comprender que tenga las lagunas que tiene respecto a graduados o licenciados que sí cursaron al completo la carrera (en el caso de los licenciados, muy especialmente la diferencia respecto a quienes cursaron las especialidades de Ciencia Política o Ciencia de la Administración). No es lo mismo cursar, aunque en la actualidad la carrera de Ciencias Políticas es un batiburrillo de políticas públicas y comunicación política en su mayoría, toda la carrera que sólo una parte. A ello súmenle que hizo el doctorado en un departamento dedicado en buena parte a la historia política y la geografía, no en los más puros de la Ciencia Política o el de historia del pensamiento. Esto en realidad puede ser banal si se ha seguido formando de la forma correcta, como debería hacer alguien que aspira a ser profesor, pero sus palabras dejan cierto rastro sobre los superconocimientos de amado líder tal y como venden en Podemos.

Antes de hablar de la boutade de los exiliados –para dar una visión que no han reflejado los análisis de los que se han atrevido a comentarlo-, cabe destacar que Iglesias ha afirmado que no se esperaba que la presión de la coalición dominante fuese tan brutal como ha podido comprobar. Bueno, no ha dicho coalición dominante –ello hubiese indicado que ya sabía en qué terreno jugaba-, ha dicho empresarios porque es el antagonista que necesita en su discurso maniqueísta. Desde fuera, dice, advertían que había un grupo que mandaba mucho y que ahora se ha dado cuenta que en el gobierno no tiene poder. Otra boutade porque el gobierno tiene algún poder, especialmente el represivo en todas sus manifestaciones y el simbólico, y puede legislar para cambiar las cosas, siempre y cuando cuente con el consenso de las fuerzas políticas que están en el legislativo. Lo que no tiene el ejecutivo, nunca, es el poder absoluto como puede tener Él en su partido. Absolutismo no existe en los gobiernos y no sólo hay empresarios que pueden presionar, sino otro tipo de colectivos no vinculados al poder económico (ejemplo: sindicatos, al menos cuando eran sindicatos).

Existen límites al poder y presiones de la coalición dominante. Sí coalición dominante que es un concepto que no utiliza el vicepresidente segundo por serle poco útil en su dialéctica del amigo-enemigo. Es un concepto más complejo pero mucho más real. Así no se sorprendería que un empresario pueda tener un holding empresarial donde se incluya un periódico. Parece desconocer los medios medianos o pequeños que pueblan España y los empresarios, con distintos intereses, que hay detrás de ellos. Esto lo explicó muy bien Robert Dahl, cuando describió a los sistemas actuales como poliarquías y no como democracias porque hay distintos núcleos de poder. Eso de “democracia muy limitada” no es nuevo. Si hubiese leído a Dahl lo habría entendido. No sólo a Dahl, también a Louis Althusser, Nicos Poulantzas o Göran Therborn, escritores marxistas que se dedicaron a las formas de control en el Estado. Y diciendo que proviene de la escuela marxista, aunque se haya decantado por Ernesto Laclau y su populismo de añadir todas las luchas que sirvan al amado líder, parece que ha olvidado aquello de la determinación en última instancia de lo económico. En el gobierno ha descubierto lo de “última instancia”.

Como no podía ser menos, Juan Carlos Monedero ha salido en ayuda de Iglesias, afirmando que en la carrera de políticas se estudian cosas muy teóricas y que la realidad es algo distinta. Manuel Pastor, catedrático de Ciencia Política, solía explicar en primero de carrera que presentaba en sus clases –en Introducción a la Ciencia Política– modelos ideales que sirven para el análisis de la realidad. También recordaba que más adelante se llenarían esos modelos con más partes teóricas y realidades concretas. El catedrático de Historia de las Ideas, Dalmacio Negro, era más concreto y catalogaba la historia como lucha entre oligarquías, en el caso actual entre oligarquías políticas y económicas o sociales. Incluso Jorge Verstrynge, que tuvo que explicar Teoría del Estado y Sistemas Políticos, explicaba en sus clases la realidad de lo que se cuece en el Estado y la fórmula de los movimientos antisistémicos (que en aquellos años catalogó como nuevos bárbaros) que se llaman populistas. Lo mismo se podría decir de Juan Maldonado, el recientemente fallecido Julián Santamaría, Ramón Cotarelo, Blanca Olías y demás profesores que eran de la misma facultad en que estudió Iglesias. Falta de realismo no ha habido en las clases de Ciencia Política. No cuela la excusa del realismo. El problema es que se le ve las carencias o la demagogia.

El malo es el PSOE.

Siguiendo con el maniqueísmo propio de su discurso vital –Él es siempre el ser de luz de los maniqueos gnósticos-, ha culpado al PSOE de todo lo que no sale adelante pero que a Él le gustaría. Como la empresa de energía para bajar el coste de la luz, sin detallar los costes de producción, ni de distribución. Inmanentemente sabe que con una empresa de energía bajarían los precios sí o sí. No sólo eso, sino que ha afirmado que no se fía de sus socios, que sabe perfectamente que está en el gobierno con los malos, con los que pactarían con el PP si no estuviese ÉL para impedirlo. Como le ha respondido Emiliano García-Page –porque en el gobierno están callados para no alborotar el gallinero- “basta ya de culpar al PSOE de todo lo malo y ponerse las medallas de todo lo bueno”, en un gobierno el que decide es el gobierno al completo. Y es cierto, si el resto del gobierno se opusiese a ciertas medidas no saldrían adelante.

Los malos son los del PSOE que, por cierto, son los que reciben y aceptan –esto último lo cuela de manera sibilina- las presiones de la coalición dominante. Él no, pese a que está haciendo todo lo que desde el lobby queer le piden para acabar con el feminismo (especialmente el de raigambre socialista), o lo que le piden de parte del lobby gay respecto a los vientres de alquiler, a los que prestan voz en el ministerio de Igual-dá o las diversas intentonas para legalizar la prostitución. Claro pero esas presiones son de supuestos “amigos” que le proporcionarán votos y apoyos contra los otros, los malos. Nuevamente el recurso a lo agonístico para evitar reconocer que también tienen presión de ciertos grupos y colectivos en busca de subvención. Y todavía se permite recomendar una película de Costa Gavras a Nadia Calviño. En respuesta podría la ministra recomendarle un libro de uno de sus amigos y guionistas, Jorge Semprún, especialmente las dos biografías de Federico Sánchez.

Más graciosa es la afirmación de que los debates más interesantes en España se están produciendo en el Consejo de ministros. No en el Congreso donde la oposición se dedica a insultar. Una pena que esos debates no sean de dominio público, ni lo vayan a ser nunca por el secreto de las deliberaciones. Por tanto nadie podrá valorar si son los más interesantes o no. Inconscientemente ha querido expresar que son los debates más interesantes porque está ÉL (defendiendo los intereses del pueblo, cabría apostillar), en los demás como hay más personas y Él no habla tanto, pues son menores. Ya que tiene ganas de debate tiene un mecanismo parlamentario que pueden utilizar los miembros de Unidas Podemos: la comparecencia parlamentaria. Si quiere debatir con los demás grupos que pidan una comparecencia a petición  propia y lleva el debate, sobre cuestiones concretas, al parlamento. Corre el riesgo de que se entere todo el mundo y de que les venzan en buena lid parlamentaria. Por eso no lo harán, es mejor fardar.

Los exiliados.

Lo que más ha destacado en términos espectaculares es la comparación de la huida de la justicia de Carles Puigdemont con el escape de los exiliados tras la guerra civil española. Igualar ambos casos es de una mezquindad asombrosa y de una pobreza intelectual suprema. Pero no hay que verlo desde una perspectiva moral o histórica esa comparación, sino desde un mecanismo estratégico. Amado líder se ha autoelegido como único interlocutor válido entre el Gobierno y los grupos independentistas que tienen representación en el parlamento. Es ÉL quien habla por ellos a nivel estatal y quien les representa frente “a las amenazas del Estado represivo” –en el cual amado líder está en el pelotón de cabeza (gobierno)-. Dentro de la lógica populista, esa que elimina cualquier intermediación entre el pueblo y el líder, convocar un referéndum es lo más democrático que existe. No importa que no se atenga a la ley, que sea un engaño (como lo es su firma en la suspensión de las elecciones catalanas porque le vienen mal a ÉL) o que los independentistas sean racistas y carezcan de valores democráticos para con “el otro”. La estupidez de Iglesias tiene una finalidad estratégica de poder frente a Pedro Sánchez, no busquen más.

Que en el parlamento proclamasen la república catalana de los dos minutos, saltándose el mínimo democrático, tampoco le parece mal porque ÉL haría lo mismo si pudiese. De hecho las últimas, y fracasadas, campañas desde las redes podemitas pidiendo más votos para tener todos los diputados posibles apuntan en esa dirección. Tener la capacidad suficiente para hacer y deshacer como es norma dentro de su partido. En democracia cuando no se tiene la mayoría sólo cabe el acuerdo y el debate con unos u otros y a ser posible sin insultar. Pareciera que Iglesias más que El capital haya leído El Corán, porque sigue al pie de la letra las aleyas y azoras “dictadas” por el profeta. De hecho, hasta ese hacerse siempre la víctima de las recomendaciones para la yihad encajan a la perfección en su estrategia. Ese engaño constante y ese envío de las gentes del PSOE y a los ricos a la gehena son muy mahometanas.

Sigue teniendo en la mente el estatalismo soviético, más que un conocimiento real y teórico del Estado, por eso se asombra de que el ejecutivo no pueda hacer lo que le da la gana. Es cansado tener que rendir cuentas en el parlamento (no hay el debate que le gusta). Es cansado tener que hacer leyes según los procedimientos constitucionales (ÉL querría hacer sin impedimento). Es cansado tener que guardar lealtad a los socios o a la Unión Europea (ÉL sabe todo lo necesario). No como sucedía en el Buró Político del Comité Central de la URSS. Esos tics totalitarios le delatan constantemente y no soporta un Estado como el actual. Si hubiese leído a los autores citados anteriormente o a liberales como Bertrand de Jouvenel o Raymond Aron entendería lo que es el Estado y no se quejaría haciéndose la víctima. Y de esa entendería que Puigdemont es un prófugo de la Justicia, no un exiliado. Pero amado líder siempre tiene la razón y los demás sólo son amenazas a la verdad revelada que representa día a día. Y la representa porque carece de la valentía de presentarla de tú a tú en el parlamento. A engañar al engañadero.

COPE pierde sus oyentes atléticos en un fin de semana sin Liga

Paradójicamente, el fin de semana que se juega La Liga, donde hay Copa del rey escondida y se ha vuelto a chafar la pretendida final del duopolio futbolístico, la cadena COPE ha perdido el favor de los “posibles” oyentes del Atlético de Madrid. Tiempo de Juego, el programa deportivo de la cadena de los obispos pero que paga usted con sus impuestos, y una pretendida broma han provocado la airada respuesta de la afición rojiblanca. Una afición cansada ya de chanzas y macanas desde los medios de comunicación al servicio del duopolio futbolístico. Ese mismo duopolio que no gusta a Florentino Pérez que querría un monopolio lleno de ditirambos.

Resulta que, dentro del tono humorístico que intentan dar al programa, no tenían otra cosa que hacer que una encuesta en redes sociales. “¡Ji, ji! ¡Ja, ja!” preguntaron sobre qué acontecimiento llegaría antes: invasión extraterrestre, bajada de sueldo de políticos o una Champions del Atlético de Madrid. El tiro les salió por la culata poniéndoles negra la cara con la pólvora de la ignominia. La afición atlética, hastiada ya, se lanzó contra el programa en redes sociales, con algún insulto que otro, para que dejasen de reírse del equipo de sus amores. Fernando Evangelio, redactor del programa, salió en redes a explicar que todo era una broma y que no había que tomárselo así. Error. Raro es que no hayan quemado las instalaciones de COPE porque es ya la gota que colmó el vaso de la paciencia de una afición acribillada de “bromas” y escritos al dictado del duopolio.

No es sólo por Tiempo de Juego, cuyas narraciones del equipo rojiblanco por parte de Rubén Martín son un taladro para los oídos atléticos, es por toda la prensa. El desprecio a los equipos que no son el duopolio es constante, mucho más para equipos como Alavés, Éibar o Granada en comparación con el Atlético de Madrid o el Sevilla. Eso se tiene asumido desde los tiempos del doblete cuando se escondía la información del equipo que acabaría siendo campeón y del subcampeón (Valencia). Lo que molesta no es que no informen, sino que toquen las partes blandas constantemente. Algo que ha aumentado en estos tiempos en que el equipo rojiblanco molesta al duopolio como nunca antes. Ya pasó en tiempos de Alfonso Cabeza. Mientras el Atleti de Gil se hundía miserablemente por la tabla, todo eran parabienes. Hoy, es maldad la que sale de plumas y las ondas hertzianas.

Por todo ello se ha cansado la afición rojiblanca que no está dispuesta a pasar ni una. Cansados de los comentaristas que les sitúan adrede en las retransmisiones de Movistar; cansado con El larguero de la SER donde la tiña es lo habitual; cansados de la COPE y sus bromas constantes; cansados de recibir leches por el simple hecho de estar en lo alto de la clasificación; cansados de los fuleros y demás vendidos al dictado del viudo con gafas. Como no pueden rascar informaciones de dentro del vestuario, ni del club para malmeter, se dedican a intoxicar diciendo que el equipo juega mal, que son leñeros, que aburren o que Simeone cobra demasiado. “¡Bla, bla, bla!”.

A la afición atlética no le hacen falta los medios de comunicación, ni sus bendiciones, hay numerosos podcasts hechos por buena gente para entretenimiento, con críticas y sin necesidad de estar entregados a la mamandurria. Ya ha advertido en alguna entrevista José María García cómo está el mundo de la radiodifusión, donde pareciera que los guiones se mandasen desde el Bernabéu (las llamadas pidiendo despidos llegan desde ACS que es más de patronal). Que no necesiten de los medios tradicionales no significa que vayan a aguantar estolideces. En esta ocasión ha sido COPE la perjudicada (cómo lo habrán visto que, siendo broma, quitaron la encuesta), mañana podría ser la SER, Onda Cero o cualquier otra cadena, como pasa con programas como El chiringuito. No es cultura de la cancelación sino hastío y cansancio. De verdad mejor que ni hablen del Atlético. No se les necesita. Ni viven de los títulos, ni de los chismes, ni de la prensa espectáculo. Como no lo entienden mejor que ni lo toquen. Mientras tanto, ¡Biberones for all!

Novedades literarias (17 enero)

Presentamos las novedades literarias y menos literarias de esta semana. Como siempre la elección de los libros corre por nuestra cuenta pero no así la reseña de cada una de las obras presentadas. Es un sencillo copia y pega de lo que nos ofrecen las editoriales o los distribuidores. Cuando se lee un libro se hace reseña aparte, para gusto o disgusto de los afectados. No hay recomendación expresa sino mostrar aquellos libros que han llamado la atención sin más y sin orden de prevalencia en la presentación. Las fechas de publicación oscilan entre unas y otras de las obras presentadas.

NOVELA

Alexéi Tolstói, El hiperboloide del ingeniero Garin, Akal, (Traducción: Rocío Martínez Torres) 20€

El hiperboloide del ingeniero Garin es una de las obras más reconocidas de la ciencia ficción rusa, y su autor, Alexéi Tolstói, uno de sus máximos representantes. En ella se relata el perverso plan de P. P. Garin, un ingeniero que ambiciona dominar el mundo gracias a uno de sus inventos, un rayo superdestructor capaz de aniquilar cualquier objetivo que se proponga: el «hiperboloide». En las aspiraciones por poner bajo su control los cinco continentes, Tolstoi refleja el temido triunfo del fascismo y anticipa el choque del capitalismo y el comunismo, así como la crisis que vivirá Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Y para ello pone en juego, junto al histriónico Garin, a unos personajes que rozan lo caricaturesco y, a menudo, lo absurdo: la atractiva Zoia Monroz; Rolling, un magnate americano de la industria química, y un inspector soviético llamado Shelgá. Ambientada en los años posteriores a la Gran Guerra, esta obra ofrece una lectura donde el género policiaco y la ciencia ficción se entremezclan con grandes dosis de humor y de ironía.

Kaouther Adimi, Piedras en el bolsillo, Libros del Asteroide, (Traducción: Aloma Rodríguez) 17,95€

Una joven argelina decide dejar su casa en busca de la independencia y los nuevos horizontes que le brinda París. Cinco años después se encuentra atrapada entre dos mundos, lidiando con la frialdad de la gran ciudad mientras carga con la nostalgia, las rígidas tradiciones de su país y la presión familiar a través de las continuas llamadas de su madre, que no deja de recordarle cuál debería ser su principal objetivo: encontrar marido. Cuando tiene que volver a Argel para asistir a la boda de su hermana pequeña, no puede evitar sentir que ha fracasado y reflexionar sobre su camino en la vida.

La autora del aclamado Nuestras riquezas describe en su nueva obra, con honestidad y frescura, nuestras contradicciones internas, el peso de las piedras de nuestro pasado y la desazón y el aislamiento que supone pensar que no encajamos en ningún sitio. Un retrato tierno y tragicómico que es también una denuncia sobre la enorme influencia que las imposiciones sociales ejercen en la vida y el pensamiento de millones de mujeres.

Sophie Hannah, Los asesinatos de Kingfisher Hill, Espasa.

Hércules Poirot viaja en un lujoso autocar a la exclusiva mansión Kingfisher Hill: Richard Devonport lo ha convocado para demostrar que su prometida, Helen, es inocente del asesinato de su hermano, Frank, pese a que ella misma ha confesado el crimen.

En el trayecto, una joven sufre un ataque de nervios y exige apearse: afirma que si permanece en su asiento será asesinada. Se organiza un cambio de asiento y el resto del viaje transcurre sin incidentes. Sin embargo, Poirot tiene un mal presentimiento; sus temores se verán confirmados más tarde cuando se descubre un cuerpo en la casa de los Devonport con una nota que se refiere al «asiento en el que no debería haberse sentado».

¿Podrían este nuevo asesinato y el peculiar incidente en el autocar ser pistas para resolver el misterio de quién mató a Frank Devonport? ¿Podrá Poirot encontrar al verdadero asesino a tiempo para salvar a una mujer inocente de la horca? El misterio está servido.

Deepa Anappara, Los detectives de la línea morada, Destino (Traducción: Lorenzo Luengo).

Pasadas las calles de un mercado repleto de personas, perros y rickshaws, después de los puestos que huelen a cardamomo y aceite chisporroteante, debajo de un cielo lleno de humo que apenas deja pasar un rayo del sol, y ya al final de la línea morada de metro, se encuentra un revoltijo de casas con techos de hojalata donde Jai, de nueve años, vive con su familia. Desde su puerta puede ver las luces brillantes de los elegantes rascacielos de la ciudad, y aunque su madre trabaja como empleada doméstica en uno, para él parecen estar a miles de kilómetros de distancia.

Jai babea frente a las tiendas de dulces, es un fan absoluto de los reality shows de policías que emiten en televisión, y se considera más listo que sus amigos Pari (aunque ella siempre obtiene las mejores notas) y Faiz (aunque Faiz tiene un trabajo real). Cuando un compañero de clase desaparece, Jai decide usar las habilidades para resolver crímenes que ha aprendido de la televisión para encontrarlo. Pari y Faiz serán sus asistentes, y juntos elaboran listas de personas para entrevistar y lugares para visitar.

En su investigación los tres se aventurarán en algunas de las partes más peligrosas de la ciudad, pero los niños continúan desapareciendo, y el trío debe enfrentarse a padres aterrorizados, una fuerza policial indiferente y djinns que arrebatan el alma para descubrir la verdad.

Jugar a los detectives ya no es un juego de niños. A medida que las desapariciones se acercan cada vez más a sus casas, las vidas de Jai y sus amigos cambiarán para siempre.

Don Carpenter, Un par de cómicos, Sexto Piso (Traducción: Rubén Martín Giráldez) 18,90€

Desde hace años, Jim Larson y Dave Ogilvie forman un célebre dúo cómico cómodamente asentado en la fama. Cuando no están actuando en Las Vegas o de gira por el país, se encuentran en Hollywood grabando alguna de sus taquilleras y triviales películas. La amistad entre Dave y Jim parece haber sobrevivido al tiempo, al éxito (también al extraño cansancio que éste conlleva), a la implacable maquinaria del show business, e incluso a algún que otro avispado agente que quiere que Jim emprenda una carrera en solitario. A pesar de todo, siempre han sabido moverse como pez en el agua en un mundillo que conocen y aman, sin pagar, aparentemente, un peaje demasiado caro. Aun así, cíclicamente, Jim necesita desaparecer sin avisar a nadie, y Dave teme que alguna de esas veces sea la definitiva y todo acabe.

En Un par de cómicos, Don Carpenter –él mismo, al igual que John Fante, guionista además de novelista y gran conocedor de las bambalinas del negocio– plasma como nadie las luces y las sombras del mundo del espectáculo, sus fastos, sus costumbres, sus leyes propias, y nos habla, sin cinismo ni ingenuidad, y con un absorbente y ágil pulso narrativo, de la peculiar fauna que habita esta dorada Babilonia. Pero más allá de los focos y de las cámaras, de las drogas, el alcohol y las mujeres, la historia de Jim y Dave constituye, en última instancia, un homenaje a la amistad y al amor por el oficio.

Matias Faldbakken, El camarero, Duomo ediciones, 18€

The Hills es el restaurante más apreciado de Oslo, una institución cocinada a base de tradiciones y en la que se siguen oliendo los aromas de la añeja grandeur europea. En él, un camarero puntilloso y perfeccionista se desvive por atender los deseos de su clientela. Aristócratas, artistas, ricas viudas y emprendedores, todos ellos se despreocupan de su presencia mientras él observa sus dramas con un ingenio tan afilado como uno de los cuchillos con los que corta los filetes. Y, de repente, una joven desconocida entra al restaurante y hace temblar estos sólidos cimientos. ¿Quién es ella? ¿Qué quiere? Aderezada con el agudo sentido del retrato y de la puesta en escena de Matias Faldbakken, esta deliciosa alegoría de nuestros tiempos destila sátira en todas sus páginas.

Mercedes Halfon, Diario pinchado, Editorial las afueras, 15,95€

Diario pinchado es una novela corta con formato de diario que narra la estancia en Berlín de una mujer que se siente extranjera en la ciudad: se orienta mal, no comprende el idioma y, además, el encuentro con su novio, un poeta becado que es la razón de su viaje, no sale como ella esperaba. Este dietario de desencuentros y de un amor que se desinfla, también encierra bellas reflexiones sobre la poesía y el arte de perderse (para encontrarse).

Crisanto Pérez Esain, El tiempo ausente, Ediciones del viento, 18,50€

En la ciudad peruana imaginaria de San Miguel, -que tal vez tenga algo que ver con Piura- se reúnen cuatro amigos en torno a la bodega de uno de ellos, el chino Revilla, que no tiene de chino más que el negocio. Diego, taxista, inventor y colero (que guarda sitio en las colas por unas monedas), fascinado con la vida de las hormigas; Ignacio Vargas, locutor radiofónico y fumador compulsivo –siempre del último cigarrillo de su vida-; y Eduardo, profesor particular mal pagado, casado con Merceditas, costurera en casa. Con estos cuatro mimbres y todo el bagaje literario de la narrativa hispanoamericana del siglo xx, el autor ha construido una novela asombrosa, hermosísima, melancólica y triste, pero también divertida y alegre, pintoresca y mágica, donde se les ven las orejas a García Márquez y a Juan Rulfo, por ejemplo. Una novela que es la historia de unas vidas. O, mejor dicho, de la vida.

El último premio Ciudad de Salamanca de narrativa es una novela asombrosa, hermosísima, melancólica y triste, pero también divertida y alegre, pintoresca y mágica.

Manuel Azaña, El jardín de los frailes, Nocturna, 15€

Si la trayectoria política de Azaña lo convierte en uno de los grandes protagonistas del siglo XX, su vertiente intelectual no es menos destacable: traductor y escritor, colaboró en varias revistas culturales y ganó el Premio Nacional de Literatura en 1926. El jardín de los frailes narra las vivencias de un adolescente en un colegio religioso de El Escorial —donde el propio Azaña estudió hasta 1898—, un joven «con todas esas apetencias, generosas o no pero fervientes, que el mundo desconoce o pisotea». Así, el autor disecciona una atmósfera en la que «aprendíamos a refutar a Kant en cinco puntos, y a Hegel, y a Comte, y a tantos más» en esta novela de formación muy alabada por Salinas: un retrato del artista adolescente con el que Azaña llegó definitivamente a la conclusión de que era imprescindible limitar el poder de la Iglesia para regenerar España.

William Kotzwinkle, Doctor Rat, Navona, (Traducción: Antonio García Maldonado) 19€

El Doctor Rat es un superviviente de los experimentos científicos más refinados, que ahora se ha convertido en un miembro valioso y eminente de la comunidad académica.

Cuando debe administrar a algunos de sus colegas ratas una dosis letal, les consuela con su compasivo lema: “La muerte es libertad”. Pero todo cambia cuando los animales de todo el mundo empiezan a rebelarse, negándose a aceptar “su lugar” en el orden natural de las cosas: ser sujetos de pruebas clínicas, mascotas o comida. Esta novela es una fábula maravillosa, una celebración lírica y un viaje por un laboratorio digno de un médico loco.

Charles Nodier, Franciscus Columna, Reino de Cordelia, (Traducción: Luis Alberto de Cuenca) 15,95€

Relato visionario de marcado acento bibliófilo, esta nouvelle de Charles Nodier, publicada después de su muerte, comienza en la librería de viejo de Treviso que regenta el avaro Apóstolo. Allí, el singular abate Lowrich, experto en acumular datos inútiles, ayuda a encontrar un libro difícil, El Sueño de Polífilo, impreso en Venecia en 1499. Y es en la ciudad de las góndolas donde tiene lugar la historia fantástica de Franciscus Columna, tan enamorado de la bella y acaudalada Polia que el mundo no dispone del espacio físico preciso para albergar tan gran amor. Ambos amantes habrán de aguardar a la muerte para fundirse en un solo ser, en lo que sería el culmen del platonismo andrógino. Esta edición, se ilustra con las láminas a color del barcelonés Josep Triado Mayol.

Knut Hamsun, La bendición de la tierra, Nórdica, (Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo) 21,50€

Aclamado por Isaac Bashevis Singer como «el padre de la literatura moderna», Knut Hamsun inspiró, de hecho, a autores de la talla de Thomas Mann, Maksim Gorki, Franz Kafka y Hermann Hesse, y se hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1920 por La bendición de la tierra, «una obra monumental» en palabras de la Academia Sueca.

Esta novela, de una insuperable precisión expresiva, narra la historia de Isak, un hombre de campo, grande y fuerte, y de su mujer, Inger. Ambos, con su trabajo y fuerza de voluntad, se abren camino en una tierra que, en principio, les es hostil. Trabajan de sol a sol, cuidan de sus hijos y tratan de hacer lo correcto. Hamsun, en este canto a la vida rural y a esos primeros colonos que, con su esfuerzo, poblaron Noruega, critica el progreso, a la vez que idealiza la vida en contacto con la naturaleza y con esa tierra que, para él, es la base de la fuerza del hombre.

Knut Hamsun, Victoria, Nórdica (Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo) 16,50€

Knut Hamsun, premio Nobel de Literatura 1920, ha sido uno de los escritores más importantes del siglo xx. Thomas Mann y Maksim Gorki lo consideraron un maestro y su influencia ha sido muy importante en autores que van desde Franz Kafka a Paul Auster, pasando por Henry Miller.

La crítica mundial considera Victoria el mayor exponente del talento de Hamsun en su madurez, la obra en la que alcanza la perfección de la forma y en la que el análisis psicológico penetra en mayor extensión y con mayor profundidad en los actos de los protagonistas.

Hamsun relata una historia de amor que podría no tener mayor trascendencia si no fuera porque, como él mismo dice, lo importante reside en los «secretos movimientos que se realizan inadvertidos en lugares apartados de la mente»; por eso su estilo nos envuelve y no podemos dejar de leer sus páginas.

Esta edición de Victoria presenta su primera traducción directa del noruego.

Mary E. Wilkins Freeman, El viento en el rosal y otras historias de lo sobrenatural, La biblioteca de Carfax, (Traducción: Shaila Correa) 16,80€

Esta recopilación incluye seis relatos sobrenaturales de la autora:

El viento en el rosal: Una mujer recorre una gran distancia para encontrarse con su sobrina que vivía con su madrastra. Una vez llega a su destino, la sobrina está desaparecida y la madrastra se muestra muy misteriosa y despreocupada. ¿Dónde está la joven? ¿Y por qué el rosal de la entrada no deja de agitarse a pesar de que soplar ni una ligera brisa?

Las sombras en la pared: En el seno de las familias habitan grandes monstruos. Una discusión, una muerte y una sombra que aparece de forma repentina en la pared. La historia, escrita casi en su totalidad como un diálogo, se representará al lector vívidamente, como si estuviera en el salón junto a la familia.

Luella Miller: El relato más conocido de la selección. Luella Miller es una mujer frágil a la que todos quieren ayudar, con fatales consecuencias. Luella se apodera de todo aquel que se acerca a ella.

La habitación sudoeste: Las hermanas Gill heredan la mansión familiar que les había estado vedada durante la mayor parte de su vida. Decididas a conservarla, la convierten en una casa de huéspedes. Pronto, la mejor habitación de la casa, la habitación sudoeste se convertirá en un problema: la última ocupante no parece haberse ido del todo.

El solar vacío: Lo sobrenatural no solo se encuentra en remotas poblaciones aisladas. La familia Townsend se muda a un barrio moderno y acomodado de Boston, pero les persigue una maldición.

El fantasma perdido: Una entrañable pero grotesca aparición marcará la juventud de la señora Meserve. Cuando era joven vivió con unas hermanas y el hacendoso fantasma de una niñita en busca de su madre.

Boris Quercia, Hoy no quiero matar a nadie, Alrevés, 17€

Hace frío, son las seis veintitrés de la mañana, es recién martes y Santiago Quiñones no tiene ganas de matar a nadie. El problema es que es policía. Y está a punto de enfrentarse a una banda de maleantes peligrosos pero inexpertos que hacen todo mal.

El tiroteo es el inicio de una serie de peripecias en que el protagonista nos llevará por las calles del centro de Santiago tras una mujer tan seductora que lo enredará en una oscura estafa. El relato policial se adentra cada vez más en los bajos fondos de la ciudad, allí donde la fuerza de los hechos es incontestable y se desbarata cualquier sueño posible. La atracción hacia las mujeres y el sexo en el corazón del relato conducirán al lector por caminos insospechados y extrañamente tragicómicos.

La serie Santiago Quiñones

Por las calles del centro de la ciudad de Santiago de Chile van los pasos de Santiago Quiñones. Un policía demasiado sensible para el trabajo sucio que le toca hacer. Más cerca a veces de los delincuentes que de sus compañeros de armas, Santiago no discrimina. Sabe que a uno y otro lado existen los mismos peligros, y que nadie está libre de caer en la gran moledora de carne que es el mundo. Apurado muchas veces por la coca, Santiago se equivoca más que lo que acierta y no puede evitar ponerse del lado de los más débiles, aunque esto signifique burlar las leyes. Su novia Marina intenta sostenerlo y salvar una relación que naufraga constantemente, pero Santiago es un policía que va cayendo por la vida, sin acabar nunca de estrellarse. No es un buen hombre, tampoco tan malo, solo que quizás nunca dejó de ser ese niño callado y algo triste que aún no termina de comprender del todo cómo funciona este intrincado mundo nuestro.

Edgardo Cozarinsky, Turno noche, Tusquets, 17,50€

Mientras Lucía viaja en autobús a Buenos Aires atravesando la vastedad de la geografía argentina, recuerda su infancia en un pueblo de provincias, el colegio de pago en el que ella era la niña pobre… Un día a Lucía le mordió una araña venenosa. Sus amigas, con la ayuda de un camionero, consiguieron llevarla hasta una curandera que, además de salvarle la vida, le lanzó un terrible sortilegio sobre su relación con los hombres que la acompañará siempre. Al cumplir los dieciocho años, Lucía deja el pueblo para marcharse a la gran ciudad y allí, al poco de llegar, conoce a Pedro, un periodista de tercera que se enamora de ella. Pero Lucía no tarda mucho en abandonarlo y desaparecer sin dejar rastro. La obsesión desdichada que deja en su amante saldrá a la luz años más tarde, cuando un amigo de él comparta una larga conversación con tan misteriosa mujer.

NOVELA HISTÓRICA

Gisbert Haefs, Aníbal, Pamies, 22,95€

Cartago, la ciudad más próspera del Mediterráneo occidental, combate por preservar sus derechos frente al emergente dominio de Roma. Esta lucha verá algunas de las batallas más sangrientas y salvajes de todos los tiempos, en la que morirán cientos de miles de hombres.

En medio de este conflicto, surgirá una figura que se ha convertido en mito y leyenda: Aníbal Barca, uno de los más grandes generales de la Historia, cuyas tácticas todavía se estudian en las escuelas militares hoy en día.

Aníbal desafiará y pondrá en jaque el poder de Roma cruzando los Pirineos y los Alpes con un ejército en el que se incluían elefantes de guerra, y derrotándola en batallas como la del río Trebia, la del lago Trasimeno y la de Cannas.

El narrador de la historia es Antígono, banquero y consejero de la familia Barca, de origen griego y asentado en Cartago, que nos ofrece una visión de las guerras púnicas desde el punto de vista de los vencidos.

El Aníbal de Gisbert Haefs se ha convertido, con todo merecimiento, en un clásico de género histórico.

NOVELA GRÁFICA

Jean-David Morvan e Ignacio Noé, Helldorado, Nuevo nueve editores, 25€

En algún lugar de una isla tropical, una aldea india se despierta al alba. Pero el infierno pronto se desencadena sobre ellos, un escuadrón de conquistadores españoles se cierne sobre el lugar, masacrando hasta el último de sus habitantes, mujeres y niños incluidos. Todo parece un crimen sin sentido, imperdonable. Pero la realidad es mucho más compleja de lo que parece. Esta no es una guerra convencional que enfrenta a los españoles con los indígenas, los indios Syyanas. Un tercer combatiente recorre el teatro de operaciones, afectando indistintamente a los dos bandos sin cuartel, una enfermedad mortal fulminante, tanto que incluso rehusan nombrarla… El futuro de este mundo de fuego y sangre está hoy en manos de dos adolescentes y una niña.

ENSAYO

Jacques D’Hondt, Hegel, Tusquets (Traducción: Carlos Pujol) 23€

Cuando Georg Wilhelm Friedrich Hegel es enterrado en Berlín el 16 de octubre de 1831, la muchedumbre que se agolpa al paso del cortejo fúnebre, y en realidad toda Prusia, es consciente de que acaba de perder a uno de sus grandes hombres. Nacido en Stuttgart en 1770, Hegel fue compañero generacional de personalidades de la talla de Hölderlin, Beethoven, Schiller o Schelling. Entusiasmado en su juventud con los acontecimientos de la Revolución francesa, alcanzará los mayores honores en la Universidad de Berlín, al tiempo que elaboraba uno de los sistemas filosóficos más ambiciosos, significativos y polémicos de la historia del pensamiento. En este libro el lector encontrará también la crónica de uno de los momentos más fascinantes de la historia europea, así como el apasionante relato de la aventura intelectual que se desarrolla en nuestro continente desde el final de la Ilustración y que culmina con el idealismo alemán.

Mark Coeckelbergh, Ética de la inteligencia artificial, Cátedra, 15€

A lo largo de las páginas de este libro, se tratan, de manera concisa y accesible, los principales problemas éticos que el desarrollo de la inteligencia artificial y su aplicación a un gran número de ámbitos de nuestra vida cotidiana han planteado en los últimos años. ¿A qué ética responde la decisión de una máquina? ¿En qué consiste exactamente tomar decisiones? ¿Podemos considerar a las máquinas responsables de sus actos y de las consecuencias que conllevan? ¿Cómo aprende y actúa una inteligencia artificial? Estas preguntas y otras muchas exigen respuestas urgentes. De la publicidad a los mercados financieros, de la industria armamentística a la de la automoción, de las redes sociales al internet de las cosas, la IA ocupa un lugar cada vez más relevante en nuestra vida, aunque solo en algunas ocasiones seamos conscientes de ello.

Alicia Miyares, Distopías patriarcales, Cátedra, 15€

A lo largo de la historia las mujeres hemos padecido el invento de la «identidad de género», ese constructivismo esencialista que ha solidificado la de­sigualdad estructural entre los sexos. La «identidad de género» ahora es un neolenguaje que tiene por objeto prescribir qué, quién, cómo, cuándo y dónde alguien es «mujer». Su retórica se multiplica con prefijos como «cismujeres» o giros del lenguaje como «portadoras gestantes» o «seres menstruantes» para evitar el uso de la palabra correcta, «mujeres». La heterodesignación no quiere rendirse y se esconde en la transdesignación. La ginofobia, el machismo extremo y la minusvaloración de las mujeres asoman disfrazados de queer. La moneda está otra vez en el aire: o feminismo o distopía patriarcal.

Wendy Brown, En las ruinas del neoliberalismo, Tinta Limón.

“Las nuevas fuerzas de derecha aúnan elementos conocidos del neoliberalismo con sus opuestos aparentes. Combinan una superioridad moral autopercibida con una conducta casi celebratoriamente amoral e irrespetuosa. Respaldan la autoridad al tiempo que presentan una desinhibición social pública y una agresión sin precedentes. Se enfurecen contra el relativismo, pero también contra la ciencia y la razón. Desprecian a los políticos y a la política y a la vez evidencian una voluntad de poder y una ambición política feroces. ¿En qué quedamos?”.

En este libro escrito después del triunfo de Trump la filósofa política norteamericana Wendy Brown interroga el lado moral del neoliberalismo, aquello que permite su devenir conservador y llena de furor a las derechas antidemocráticas. Busca captar las nuevas formaciones subjetivas nutridas por el resentimiento ante la pérdida (o amenaza de pérdida) del privilegio de la blanquitud, la masculinidad y la cristiandad. ¿Qué son estas fuerzas con las que se conjuga el neoliberalismo para perdurar y renovarse? Mapear y narrar esta deriva es fundamental para entender las ruinas del neoliberalismo (lo que queda expuesto como sus cimientos y fundamentos) pero también para pensar y experimentar cómo arruinarlo.

Paolo Mossetti, Mil máscaras. La deriva del nacionalpopulismo italiano, Siglo XXI, (Traducción: Juan González-Castelao Martínez) 20€

En 2018 Italia se convierte en el primer país que, siendo uno de los fundadores de la Unión Europea, es gobernado por una coalición nacionalpopulista formada por un partido fundado por un cómico y otro que abandonaba sus raíces secesionistas por un nacionalismo furibundo. Para llegar al gobierno, fomentaron la crispación social y explotaron la erosión de las instituciones. ¿Cómo debemos interpretar esta deriva nacionalpopulista que se está expandiendo al resto de Occidente?

Paolo Mossetti, ensayista y analista político, en este magnífico relato de los últimos cuarenta años de la historia de Italia hasta la pandemia de la covid-19, nos muestra cómo la política italiana se ha transformado en un aberrante carnaval. Los discursos y debates, así como los problemas a los que se enfrenta la sociedad, son mil máscaras que escamotean la realidad, que disfrazan la profunda crisis que amenaza con arrasar los cimientos de la democracia liberal.

Andrew Marantz, Antisocial, Capitán Swing (Traducción: Lucía Barahona) 25€

Una crónica profundamente inmersiva de cómo los empresarios de Silicon Valley se propusieron crear un Internet libre y democrático y cómo los cínicos propagandistas de la extrema derecha explotaron esa libertad para impulsar estos extremismos en la masa social. Marantz explora dos mundos: el de los emprendedores de las redes sociales, que con ingenuidad y una imprudente ambición, cambiaron los medios tradicionales de recibir y transmitir información; y el de «los intrusos»: conspiradores, supremacistas blancos y trolls nihilistas, que se han hecho expertos en el uso de redes sociales para promover su corrosiva agenda.

James Williams, Clics contra la humanidad, Gatopardo ediciones (Traducción: Álex Gibert) 18,95€

Vivimos pegados a la pantalla, sometidos a los cantos de sirena de la tecnología digital: redes sociales, entretenimientos a la carta y un flujo constante de estímulos online compiten sin tregua por captar nuestra atención. En la era del exceso informativo, la atención ha pasado a ser un bien escaso y codiciado por las grandes empresas tecnológicas. ¿Cómo afecta este fenómeno a nuestra autonomía y nuestra libertad? ¿Cómo podemos oponer resistencia a la colonización de nuestra mente? Con un pie en la antigua Grecia y el otro en Silicon Valley, Clics contra la humanidad arroja luz sobre uno de los problemas más urgentes de nuestro tiempo.

James Williams, que fue estratega de Google antes de estudiar filosofía en Oxford, afirma en este ensayo que los sistemas inteligentes de persuasión que condicionan nuestro pensamiento y nuestra conducta constituyen una grave amenaza para la libertad y la democracia. En vez de ayudarnos a alcanzar nuestras verdaderas metas vitales, las tecnologías digitales desvían y explotan nuestra atención, aprovechándose de nuestras vulnerabilidades psicológicas. Hace demasiado tiempo que minimizamos los trastornos resultantes, descartándolos como simples «distracciones» o molestias menores. Sin embargo, son mecanismos que socavan la voluntad humana, cuyos efectos pueden ser irreversibles si no actuamos a tiempo.

Hermann Keyserling, Diario de viaje de un filósofo, Hermida Editores, (Traducción: Manuel García Morente) 32€

Diario de viaje de un filósofo convirtió a Keyserling de la noche a la mañana en un filósofo de renombre. Inspirado en sus propios interrogantes, sus viajes alrededor del mundo dan forma a una comprensión en la que se enhebra la propia experiencia vital enriquecida con un conocimiento profundo de las diferentes formas de pensamiento y de religión.

«A través de la nube de incomprensión que reina entre Oriente y Occidente, este Diario de viaje aparece como un rayo de sol…, puesto que el más elevado grado mental que puede alcanzar el hombre es aquel que le enseña a encontrar el lugar para todas las cosas. Nosotros, hindúes, hemos acogido el libro de Keyserling con entusiasmo, como un gran libro».

POESÍA

Alberto Ramos, Eighteen, Espasa.

Alberto Ramos autopublicó este diario poético con 18 años, cuando aún cursaba el instituto. La obra original fue escrita en inglés, mientras su autor vivía una situación de homofobia extrema en Estocolmo, Suecia. Para la sorpresa de Alberto “eighteen” vendió decenas de miles de copias y se convirtió en un mediático bestseller internacional número 1 que inspiró a muchos jóvenes en una situación parecida a la suya. Él cree que las experiencias son en gran parte lo que hacemos de ellas, y después de vivir todo lo que han inspirado sus horribles experiencias, está determinado a seguir creciendo con ellas y, en el proceso, ayudar a quien esté en el mismo viaje.

Después de graduarse con matrícula de honor en Estocolmo, estudió en un total de 9 universidades suecas, hasta que recientemente fue admitido en la Universidad de Harvard, donde estudia Ciencias Políticas actualmente.

Jenaro Talens, El azar nunca deja cabos sueltos, Cátedra, (Edición de José Francisco Ruiz Casanova), 17€

De la poesía de Jenaro Talens nacen cinco vertientes que se explican unas a otras, que se intercomunican y que le construyen como poeta: la propia poesía, la escritura, la teoría literaria, la traducción y la iconografía o los lenguajes iconográficos. Talens se ha referido en múltiples ocasiones al hecho de que se trata de una poesía que habla «desde mí» y no «de mí», y este planteamiento, teórico y poético, remite tanto a la relación con lo real como a la formulación de la «identidad».

María Negroni, Oratorio, Vaso roto, 14€

Un mundo presidido por la ausencia de Dios. No hay distancia contemplativa. Hay vacío, conmoción. Esto es Oratorio. Un lugar de enunciación desde el cual percibir una orfandad mayúscula. Un extrañamiento radical. Una pieza musical desnuda que se aferra –como dice el epígrafe inicial de Malebranche– a la atención como «plegaria natural del alma».

Las preguntas de Oratorio, formuladas desde la primera persona del plural, ajenas a la rabia o a la tentadora primicia de la liberación, bien podrían leerse como un canto a la perplejidad, a «la intuición que piensa», a esa conciencia que sabe, sin saberlo, que en el carozo de «la oscuridad que somos» algo debe celebrarse pues «lo que sigue es una fiesta/de perspectivas más que humanas».

OTRAS LECTURAS

Arturo San Agustín, Amanecer en el Gianicolo, Catedral, 18€

En Amanecer en el Gianicolo, Arturo San Agustín despliega un catálogo de sensaciones que, con el paso del tiempo, se han convertido en imperecederas en la memoria del autor. Su Roma es una amalgama de recuerdos, una ciudad caminada, hecha de películas, de calles adoquinadas, canciones  populares, alcachofas, callos a la romana, miradas, espaguetis, exhibicionistas textiles, fettucini, vino y conversaciones en una terraza al anochecer romano. «Roma es la ciudad que me enseñó que nadie vive en su momento sino en el de sus mitos y leyendas», escribe San Agustín.

«Nunca he necesitado la compañía de ningún poeta clásico para sentirla, para disfrutarla. Tampoco distingo en ese hermoso disparate ciudadano lo sutil de lo vulgar porque son dos universos parlantes que conforman mi Roma. En Roma todo cristiano sincero descubre que es pagano, y todo agnóstico que se atreve a reconocerlo descubre que es pagano. O incluso un poco cristiano. Dios es otra cosa. Como los turistas. Como la basura eterna romana que te acecha desde cualquier rincón. Creo que yo he visto basura que conoció los tiempos del emperador Marco Aurelio.»

Uno de los periodistas y escritores que más conocen la ciudad eterna y el Vaticano nos cuenta sus encuentros en el jardín del Palazzo della Rovere «con un monseñor amigo» o sus visitas a la cafetería Sant’Eustachio, donde «un cliente asiduo me ilustró sobre cómo se debe tomar o degustar una taza de café. Hay que hacerlo en la barra, de pie y a sorbos». 

De esa Roma «donde mejor transcurren mis días de eterno peatón» Arturo San Agustín reivindica los pinos «amenazados de muerte porque los turistas tropiezan con sus raíces», o la voz de Ornella Vanoni, «mujer de nariz bien cincelada y atrevida, largo el cuello y elegante de gestos, me recuerda que siempre han sido las canciones italianas las que animaron mi adolescencia». También a Silvana Mangano, «romana de mirada desafiante, nariz principal y voluptuosa presencia, más afinada que la de Sophia Loren». Y es que «mi primera adolescencia fueron, pues, aquellas inolvidables y cinematográficas piernas de Silvana Mangano a las que, al principio, no pude acceder porque, en España, incluso en los cines de barrio, la película Arroz amargo no estaba autorizada para menores»…

Lola Álvarez Romano, Pero ¿qué te pasa? Diez claves para entender la adolescencia en positivo, Planeta, 17,90€

Tratar con adolescentes siempre se ha considerado como un desafío. Evoca ideas de rebeldía y enfrentamientos, situaciones de enojo para los jóvenes y de frustración para los padres. Muchas de estas conductas extremas han ido en aumento durante la pandemia ya que al encontrarse encerrados compartiendo un espacio ha hecho que aumentara considerablemente la tensión familiar. En las situaciones de conflicto que antes se podían calmar si el adolescente salía de casa (aunque fuera dando un portazo) ahora había que buscar una alternativa para “desactivar la explosión” y por lo visto esas explosiones han estado ocurriendo dentro del hogar, creando situaciones de intimidación y de violencia, entre padres e hijos. Datos recientes indican que ha habido un aumento de agresiones en ambas direcciones.

Situaciones de ese tipo nunca ocurren de forma repentina y suelen ser la culminación de un proceso que va ganando terreno. Con frecuencia, cuando los padres temen estar perdiendo el control, se utiliza la amenaza y la coacción como algo habitual. Por lo tanto, hay una corriente de violencia latente que, en situaciones de estrés, puede estallar.

En este libro, la autora, desde un enfoque psicoanalítico, nos invita a pensar en los desafíos del periodo adolescente desde un punto de vista concreto y tal vez novedoso. Enfoca el mundo del adolescente pero también el de su circunstancia familiar, porque ahí es donde estarán las claves para entender sus conductas. De entrada, su visión es que cualquier síntoma que aparece en un joven es una llamada de ayuda. La conducta preocupante del joven siempre es el resultado de múltiples factores, muchos de los cuales pueden haberles pasado desapercibidos a sus padres. Para saber cómo ayudarle y también para entender la situación a la que se enfrentan los padres debemos explorar el entorno familiar en su totalidad, ya que es ahí donde encontraremos las respuestas.

José Luis Sánchez Noriega, Icíar Bollaín, Cátedra, 15€

«El cine de Icíar Bollaín tiene una marca propia, un cine social según la huella de Ken Loach, con quien colaboró en la película ‘Tierra y libertad’, una lucha anarquista contra la injusticia atemperada por un sabor agridulce, que siempre toca una fibra sensible, frente al iberismo racial, agrio y violento. Nunca engaña. El espectador sabe qué va a ver cuando se acerca a la taquilla. La emigración, los problemas de Latinoamérica, historias del tercer mundo, denuncias de la violencia machista. A Icíar la encuentras siempre detrás de las cámaras apuntando hacia causas justas, tocadas con una delicadeza acerada. Así es también ella, una chica despierta, que sonríe con los ojos, que siempre emite un aire fresco, inteligente y divertido, con un toque de distinción» (Manuel Vicent).

Daniel Utrilla, Mi ovni de la perestroika, Libros del KO, 23,90€

El 9 de octubre de 1989, un mes antes de la caída del Muro de Berlín, la comedida agencia estatal de la Unión Soviética lanzó una noticia de fábula: en la ciudad de Vorónezh, a 500 kilómetros al sureste de Moscú, unos niños dijeron haber visto aterrizar una esfera de luz de la que emergieron dos o tres humanoides gigantes sin cuello y con tres ojos. La noticia abrió los telediarios de medio planeta y halló eco en las principales cabeceras de la prensa occidental. Ese día los extraterrestres eclipsaron al líder soviético Mijaíl Gorbachov, a su mancha y a la perestroika, su imposible plan de reajuste democratizador de la URSS.

En busca de ufólogos, periodistas, científicos y testigos oculares, Daniel Utrilla viajará repetidas veces a Vorónezh para reconstruir con minuciosidad todos los detalles del «Roswell soviético», movido por una obsesión que lo mantiene unido al barrio madrileño de su infancia: San José de Valderas. Cargado de paciencia, de humor, de fascinación por un país que conoce a fondo, de lecturas y de herramientas del viejo reporterismo, sin prisas, sin Twitter, pero con hemeroteca, esta crónica escrita con los pies en la Tierra y la cabeza en las nubes reúne tres años de idas y venidas al corazón de Rusia, cuna de cosacos, premios Nobel, generales, inventores, poetas, científicos, santos y cosmonautas.

Colección de personajes de la Rusia de hoy, botiquín de emergencia de la historia de la ufología, patchwork nostálgico de la España del felipismo, odisea interior, travesura cósmica y diario íntimo, homenaje al reporterismo lento y retrato de los últimos coletazos del imperio soviético; esta crónica es un cuento de hadas construido con retales de pura vida.

De “carapolla” a caradura

De forma soez al alcalde de Madrid, nada más ser elegido, le colocaron el apelativo de “carapolla” en una más de las gracietas del pueblo madrileño. En realidad ese epíteto queda lejos de la realidad. José Luis Martínez Almeida no tiene cara de falo sino una cara más dura que el acero. Algo que ha quedado demostrado en los últimos días por las devastadoras consecuencias del temporal Filomena (“a su pesar”, del suyo, del alcalde que es el que quieren que sea alcalde, que diría M. Rajoy). Muchas imágenes mostrando preocupación por la gran nevada; mucha foto empujando coches; mucha foto haciendo que hace algo, pero en realidad dejando tirados a millones de vecinos. Y no ha sido lo único como se verá.

Cierto que ha caído muchísima nieve, aunque no es menos cierto que la AEMET avisó de la posibilidad de nevadas de más de 25 centímetros en la región central, donde, aunque el alcalde no lo sepa, está Madrid. Dos o tres días de colapso son comprensibles, pese a que les costase llamar al gobierno para activar cuanto antes a la UME. Eso nadie se lo discute. Se le discute el postureo, la demagogia barata, el victimismo y demás baladronadas propias de políticos, más si pertenecen al PP. Cuando debía estar haciendo todo lo posible por todos los ciudadanos de su ciudad -y cuando se dice todos son todos, no los de unos sitios sí y otro no-, resulta que estaba casi con un mapa viendo en qué lugares votan más al PP para limpiar cuanto antes y donde les votan menos (casi calle a calle) dejarles en la estacada durante más de una semana. Y todo ello sin recoger la basura (quintales de mierda en las calles) y sin pensar en el desabastecimiento de tiendas y supermercados. A día de hoy, cuando luce un esplendoroso sol, sigue habiendo miles de calles intransitables en Madrid.

Dirán en campañas electorales y en la prensa cavernaria que el PP es modelo de gestión, pero la realidad es que cuando hay que mostrar esa capacidad sin ayuda de los empresarios (a los que se paga generosamente), se demuestra la incompetencia. Gestión pésima y con tintes ciertamente clasistas. Algo que tampoco es que sorprenda siendo el PP y Ciudadanos. Acostumbrados tienen a los madrileños con esa deriva partidista: primero los míos, luego los míos y después los míos. Vendrán luego los liberales a hablar del gobierno que legisla en favor de colectivismos, olvidando, a la vez, que los que más colectivismo hacen son los partidos de derechas. Así no se construye patria, ni nada por el estilo. Todo esto igual no serviría para catalogar a Martínez Almeida como caradura, jeta, desvergonzado, fresco o descarado, pero es que han rizado el rizo, si es que era posible, con la petición de daños al Gobierno de la nación, es decir, a todos los españoles.

Martínez Almeida, apoyado por su vicealcaldesa la cuñadista Begoña Villacís (como pueden ver en el mensaje anterior), han solicitado, así a calzón y braga quitada, 1.400 millones de euros para paliar las consecuencias de la gran nevada. ¿Cómo lo han cuantificado? No se sabe, pero sí que le han echado toda la cara del mundo. Deben tener un problema de flujo de caja o algo por el estilo porque han incluido hasta los supuestos dineros que habrían perdido los comerciantes por los días que han tenido que cerrar sus establecimientos. Una cifra que podría aumentar cuando terminen las inspecciones. Así que amenazan con irse a los 2.000 millones como poco. Debe ser que son amigos del hermano de Garzón, el ministro, y se piensan que el dinero con imprimirlo basta. ¿Qué daños hay en infraestructuras? No lo saben, más allá de los árboles caídos y algún que otro techo dañado. ¿Cuestan todos esos árboles madrileños tanto dinero? Porque aumentar los servicios para limpiar las calles de nieve no lo han hecho (que sería un gasto acorde a la zona catastrófica). Necesitan pasta en el Ayuntamiento y se han puesto a pedir como si no hubiera un mañana, intentando además que los seguros (potente cabildeo) no tengan que pagar demasiado.

Tienen tanta cara que intentan que todos los españoles, mientras ellos bajan los impuestos, les paguen solidariamente cuestiones que quedan fuera de los gastos de zona catastrófica. No son vacas que han muerto, olivos destrozados, cepas muertas y cosas por el estilo. No, pretenden que los españoles paguen los cafés que no han tomado los madrileños o las bragas que no han comprado por la incompetencia de los ¿inexistentes? servicios municipales, mientras el alcalde se hacía fotos y paseaba con Pablo Casado (más conocido por Mortadelo). No lo piden cabría señalar, sino que lo exigen. Tanto como para que el ignaro presidente del PP pida que se saque de los Fondos Covid de la UE, cosa que no es posible. El problema, ahora que es patente, no es que gobiernen desde la derecha (elección de los votantes), sino que no sepan gobernar y tengan la cara de pedir que los demás les arreglen sus entuertos. Con 1.400 millones de euros se construyen dos hospitales, veinte colegios e institutos… ¿tanto café toman en Madrid en un fin de semana? ¿Tantas bragas compran en dos días? ¿Tanto gasto en libros tienen? Busquen en problemas de caja y seguramente encuentren la solución. Es más sencillo pedir créditos a los bancos teniendo aprobados ingresos desde el Estado por 1.400 millones, que no teniéndolos. Es mejor dar dinero a comerciantes haciéndose toda la publicidad del mundo, que tener que mirar debajo de la telaraña. No piden para arreglar lo de Filomena, sino para sus campañas publicitarias.

Casado tiene más disfraces que Mortadelo

Creíamos que nadie podría desbancar en el arte del disfraz a icónico personaje creado por Francisco Ibáñez –a quien habría que dar el premio princesa de Asturias con toda justicia-: Mortadelo. Craso error. En el mundo de la política actual hay otro personaje que, de poco en poco, aparece disfrazado para epatar a las multitudes. Pablo Casado, presidente del PP, es un prodigio del cambio de chaqueta, del disfraz oportunista, de la demagogia y de la mimetización con el entorno. Desde el PP dirán que es producto de lo cerca que está su eterno candidato –pues está siempre en campaña electoral-, que es una proyección simbólica con el pueblo, pero la realidad es que, más allá de que le guste más un disfraz que a un niño un caramelo, jamás ha expresado en el parlamento las supuestas preocupaciones que recoge por España.

Aquí tienen una amplia muestra de esa frugalidad en el travestirse de Casado. Como podrán observar, por la barba, cada vez más ha optado el presidente pepero por el camuflaje, por el disfraz…

CASADO Y SUS DISFRACES CAMPESTRES

Ahí le tienen, montado en su tractor dispuesto a recolectar maíz

Y aquí le tienen disfrutando de la recolecta del maíz. Como si lo hubiese hecho toda la vida.

No piensen que antes del tractor y el maíz no se forjó su leyenda vendimiando. Eso sí impoluto.

Y ha prosperado tanto que tiene otro tractor.

Y no sólo tiene disfraz de agricultor a campo abierto sino que, como se puede apreciar en la imagen, es todo un experto en el cultivo bajo techo (un plastiquero más).

CASADO Y LOS DISFRACES INDUSTRIALES

Comenzó su periplo como ingeniero de Renault…

… pero como se aburría mucho decidió pasarse a la astrofísica…

…tampoco cuajó esa vocación y decidió ser ingeniero eléctrico en Iberdrola…

O la informática…

O la industria farmacéutica…

O la investigación…

O el control de las cadenas de producción…

Aunque realmente es en encargado de la Prevención de Riesgos Laborales.

CASADO Y EL MUNDO AGROPECUARIO

De entre todos los disfraces que tiene, los que más le gustan son aquellos que tienen algún bicho como aporte al mismo. Aquí con vacas…

…y aquí con ovejas. Hágase notar que le falta el disfraz con gallinas.

No rehuye hacer bebidas espirituosas…

Ser mariscador…

Ser catador de aceite…

Hacer quesos y…

…controlar y explicar la cadena de producción.

También tiene disfraz de conservero.

Y también de liberado sindical.

OTROS DISFRACES

Hematólogo

Profesor primaria

Guitarrista sin arte

Fallero

Cocinero

Motero pero paquete.

Constitucionalista imitador de Pablo Iglesias

Penitente.

Presidente encargado.

El de derrota electoral que ha sacado en dos ocasiones

Otro de cocinero.

De intelectual leído… aunque ya se sabe que poco.

«Espetero»