España tiene una derecha que no merece. Cogen la linde, se acaba la linde y siguen hacia delante. Da igual el motivo si hay o no linde, siempre defendiendo lo indefendible o intentando engañar a ciudadano achacando a los demás lo que es culpa de que defienden con entusiasmo y bastantes eufemismos. Ayer el alcalde de Palos de la Frontera no tuvo mejor ocurrencia que mandar al médico al diputado de Más País, Íñigo Errejón, tras haber expuesto un problema sanitario grave que afecta a toda la sociedad española. Gracieta de lindero que intentó arreglar pero… siguió en la linde. Francisco J. Contreras, diputado de Vox, artífice del trifachito andaluz, también quiso su cuota de gloria respecto a las enfermedades mentales y acusó al diputado madrileño de la “muerte de dios”. Otro con su mentira, como se verá.
Pido disculpas al señor Errejón por el comentario que he realizado en la sesión de control al Gobierno. Ha sido una frase desafortunada. 1/3
Carmelo Romero, el diputado del PP y alcalde, aunque mucho más conocido por su teleCarmelo (ver vídeo), se escabulló nada más proferir ese “¡Vete al médico!” que ha producido estupor en la sociedad y vergüenza en alguno de sus compañeros. Luego ha debido utilizar las redes sociales para pedir disculpas a Errejón y a las personas que padecen enfermedades mentales. Una disculpa, seguramente obligada por el escándalo, que sin embargo acaba con puyita al diputado de Más País porque el señor alcalde no puede dejar la linde. Tres mensajes que dicen lo siguiente: “Pido disculpas al señor Errejón por el comentario que he realizado en la sesión de control al Gobierno. Ha sido una frase desafortunada. En ningún momento ha sido mi intención referirme ni a los enfermos ni a las familias de las personas con enfermedad mental a quienes reconozco su dolor y a los que siempre he intentado ayudar desde mis distintas responsabilidades, como es reconocido por las distintas asociaciones de Huelva”.
No se refería a los enfermos o las familias pero sí que se refería a Errejón como ¿un orate? Es como un “disculpas por llamarte gilipollas aunque pienso que eres gilipollas”. Frase desafortunada pero opinión correcta. Ahí está la linde del señor Carmelo. El típico político de “usted no sabe con quién está hablando”; el típico alcalde (extensible a otras posiciones políticas) que se cree impune y no un servidor público; el típico pepero que cree que haciendo gracietas o insultando a los contrarios gana puntos con los jefes; el típico machito español que jamás sufre –salvo cuando le tocan la bandera, que ahí llora a lágrima viva-; el típico franquista reconvertido en pseudodemócrata a fin de cuentas –de hecho ha alabado a Franco en alguna ocasión-. Es un “lo siento, no lo volverá a hacer” lleno de falsedades y de incapacidad para ser responsable en la representación de la nación española.
Errejón ha matado a dios.
Errejón, muy preocupado por los suicidios y porque la gente toma antidepresivos.
Más curioso es el caso del catedrático de la Universidad de Sevilla, el señor Contreras. Por curriculum no es un mangurrián como Romero, ni su crítica es un rebuzno estentóreo, sino una maldad intelectual. “Errejón, muy preocupado por los suicidios y porque la gente toma antidepresivos. ¿Qué esperabais, tras matar a Dios con regodeo?” ha dejado escrito en Twitter. El problema con este tipo de mensajes es que no se sabe si Errejón ha matado a dios o es una acusación ad hominem. No es falsa la muerte de dios en nuestras sociedades, de hecho se le viene matando desde Baruch Spinoza y su panteísmo (por poner una acotación). Y es cierto que el proceso de secularización, ya lo dijo hace más de un siglo Émile Durkheim, incide en los suicidios, no tanto por la muerte de dios como por la expansión del capitalismo como modelo de sociedad que causa la misma.
Esto último no lo reconocerá Contreras. De hecho lo viene escondiendo en sus obras ensayísticas todo lo que puede. Nadie puede impedirle defender con todo el énfasis del mundo los valores católicos –de hecho hay que preservarle ese derecho con sangre si hiciese falta-, nadie puede criminalizarle por mostrarse contrario al aborto –uno de los temas sobre los que más incide-, nadie puede negarle defender a Hayek o a Scrutton (que no son lo mismo aunque quieran hacer cambalaches ideológicos), pero sí podemos recriminarle que no señale a la izquierda como culpable ni de la secularización social, ni del atomismo social, ni de la muerte de dios. Él se dice liberal-conservador pero no quiere ver que en esa autoidentificación está la clave de la muerte de dios, de la que Nietzsche tan sólo fue notario. Su amado Kant –a quien ha dedicado alguna monografía- fue el inquisidor mayor del reino de la ideas contra dios. La autonomía que propugnó acaba con la heteronomía propia de quienes se guían por los valores propios de las creencias cristinas. También santo Tomás de Aquino con su empeño en la racionalización comenzó a socavar el suelo al ser, como ha reconocido el propio Contreras, padre del nominalismo que condujo al individualismo liberal.
Cierto que la izquierda socialista, y aún menos la comunista, no ha hecho nada por salvar a dios por haber cambiado la teología por una teleología de una sociedad futura mejor y más humana sin necesidad de dios, aunque no carente de valores. Cabe concederle a Contreras que la actual izquierda difiere bastante de esos postulados morales de gran relato, pero queda aún cierto comunitarismo, cierto sentido de sociedad orgánica –por contraposición a la sociedad atomizada o de agregación de individuos que es la liberal-. Cuando Errejón se preocupa por el suicidio y las enfermedades mentales está señalando al verdadero causante de esos males: el capitalismo. Porque el capitalismo, tal y como lo plantean Hayek, Popper, Von Mises, Rothbard y demás autores sumamente conocidos, necesita un campo sin ningún tipo de restricciones morales. Le valen todos los dioses siempre y cuando entren dentro del mercado. Y en el mercado la muerte del dios católico es producto de la oferta y demanda de otros dioses.
Pensadores como Rusell R. Reno (católico) o Alain de Benoist, que no son de izquierdas precisamente, y a los que se podría añadir con matices a Alasdair MacIntyre, no han dudado en señalar clara y concisamente a la verdadera Babilonia, el capitalismo, y su hijo como ideología dominante, el liberalismo. El pragmatismo liberal, que tanto gustaba a Popper, exige rechazar cualquier tipo de discurso que esté asentado en principios o normal morales –al no ser falsables-. Ahí es donde se le da la puñalada mortal a dios, no en un tabernáculo londinense. Quienes comenzaron la persecución y acabaron con dios no fueron peligrosos proletarios sino acomodados burgueses. Los cuales necesitaban para la expansión de sus negocios sociedades desvinculadas sin lazos humanos más allá de la mera agregación de personas. Eso señalaba Durkheim en su libro El suicidio o cuando hablaba de la anomía. Las sociedades han ido desintegrándose por la acción del capitalismo y allí donde quedan trazas del “orden tribal” –por utilizar el léxico de Hayek- hay menos suicidios que donde son las hay.
Teniendo razón el señor Contreras en algo, yerra con las culpas o señala a ciertos personajes por cuestiones de su propio inconsciente. No es lícito mentir o engañar cuando la realidad es la que es. Se puede entender que es complicado estar en misa (ser católico) y repicando (ser liberal en lo económico y político), pues lo segundo anula lo primero en el caso de la conformación de las sociedades occidentales (algo que ha señalado el papa Francisco I). Si hay que buscar culpables de la muerte de dios no vale señalar a los enterradores y dejar libres a los verdaderos asesinos. La debilitación moral e ideológica, transformada en mercadeo y exceso de lo políticamente correcto, no es un invento socialista, ni conservador, sino liberal. Algo que no aceptan ni los más acérrimos defensores del liberalismo porque son incapaces de ver cómo su propia ideología contenía, no tanto el sujeto de su destrucción, como el reverso tenebroso y antitético que jamás pensaron llegaría (esto fue denunciado por los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI). La sociedad líquida es lo que el capitalismo y el liberalismo han buscado siempre como perfecto orden social. Un completo desagregado de individuos, alienados, hastiados y sin fines (políticos, sociales o morales). Con todos los medios que quieran pero sin teleología alguna. Lo que se pensaba como autonomía ha devenido heteronomía. De hecho sus propios compañeros de Vox, por mucho que se den golpes de pecho católicos, al final son portadores del martillo para los clavos del ataúd de dios.
Vivimos en una época en que todo conocimiento queda resumido en un titular (o en un mensaje corto que viene a ser lo mismo). Frases cortas como método de apropiación de una realidad compleja o complejizada que se nos transmiten vía titulares de periódicos, vía comentario-frase en televisiones y que tiene su correspondencia visual en los gráficos. Todo lo que queda fuera de esa frase o visión parece no existir, parece no importar, parece ser inocua, parece ser… que vivimos metidos en una caverna donde sólo nos dejan aprehender las sombras para que seamos conscientes de la luz (la realidad-verdad). Casi todo el proyecto ilustrado (como fórmula de generación de luz) ha quedado destruido por los mismos que lo impulsaron. Una completa antítesis incapaz de generar algo que permita al ser humano ser consciente de la cruda realidad.
La mayoría de las personas jamás entran a leer una noticia, un análisis, un libro, ni intentan verificar si el titular (porque la televisión y la radio se han convertido en sucesiones de titulares), el gráfico o las palabras de este o aquel político o científico son verdad. La sociedad del espectáculo llegó para perpetuarse y alienar completamente a la persona. Si el titular dice algo como “Pedro Sánchez y la gallina muerta” aparecen setenta mil apologetas señalando al presidente del Gobierno de matar gallinas. Jamás entrarán al cuerpo del artículo, o buscarán algo más que la imagen, sino que entenderán con toda la fe que les permite su cortedad defender que Sánchez es un matagallinas. La realidad podría ser que se encontró una gallina muerta durante un paseo por el campo y la enterró. De esto viven los Inda, los Maestre, las Griso, los Jiménez Losantos y demás patulea mediática.
Quedarse en el titular o el mensaje corto tipo Twitter está afectando no sólo a la capacidad de conocer de las personas sino también a su propia autonomía. Tanto que hablan en la derecha de libertad y son incapaces de defender el conocimiento como base de la autonomía del ser. De hecho, son partidarios de este conocimiento por el titular porque desean que el ser humano sea heterónomo, es decir, actúe bajo los impulsos ofrecidos por un poder para diversos fines. Así, Ayuso puede decir cualquier barbaridad o apelar a una lucha contra el comunismo porque es consciente de que ni los suyos, ni los contrarios van a pararse a analizar si existe el comunismo en España o qué significa ser libre. Exaltan mediante el titular o el eslogan para encauzar a las masas hacia su esclavización social y política.
He llegado a comprobar, en artículos por mí escritos, que personas en redes sociales creían discernir del titular o del nombre del medio el contenido. Así se lanzaban a insultar o a señalar sin haber leído un solo párrafo. De hecho cuando les he conminado a leer el artículo se ha callado o han seguido con su monotema –reconociendo que, en esta maraña, no me queda más que titular de forma espectacular los artículos-. Son personas producto del titular, del no conocimiento, del camino hacia el matadero de la autonomía personal. Saben leer y hasta idiomas, pero son analfabetos funcionales gracias a un sistema espectacular que les ofrece algo sencillo de digerir como un titular o un gráfico como antítesis de la realidad/verdad. También los hay que escriben mucho sin decir nada, pero esos nada más que cubren sus propios egos, o los que utilizan tecnicismos para ocultar la estupidez.
No puede haber proyecto emancipador de cualquier clase mediante un conocimiento de titulares, de espectáculo constante, sin debate solvente y pausado. Da igual que miren a derecha o izquierda, todos van por ese camino de dar todo mascado a las masas para que no molesten, para que apoyen sin pensar. Hechos. Si periódicos como El país o ABC, por ejemplo, tienen dos millones de subscriptores, sus artículos no pueden ser leídos porque no son gratuitos ¿cómo pueden tener más de veinte millones de visitas al mes? Sencillo, venden titulares no información a la mayoría. De ahí que puedan titular que “Sánchez desangra a España con impuestos”, no les importa ni qué impuestos, ni a quién afectan. Ya han vendido su producto y han alimentado las sombras del conocimiento. Lo mismo hacen en los programas de televisión donde no hay análisis sino soflamas, titulares y engaño continuado. Lean los artículos y contrasten la misma noticia que les ofrezcan medios del otro lado de su espectro político. Si no pasan del titular no le están engañando, se está engañando usted mismo. Por pereza, por doctrinarismo o por alienación, pero usted mismo. De hecho, debería comprobar que lo anteriormente escrito tiene visos de realidad.
Las hordas podemitas están que echan chispas en las redes sociales. Pensaban que todo el mundo se rendiría a los pies de Pablo Iglesias y aceptarían lo que éste impusiese sin duda alguna. Resulta que se han encontrado con numerosas negativas y un enorme desprecio. Es lo que tiene vivir en un mundo paralelo donde el dirigente del moño es el vencedor de la oligarquía, el más inteligente, el único capaz de acabar con la derecha o cualquier otra idealización que se les ocurra –y se les ocurren muchas-. La realidad es bien distinta y ha tenido que ser Mónica García, la candidata de Más Madrid, quien le dijese al emperador que va desnudo.
Estas palabras han sentado a cuerno quemado en el mundo podemita: “A la irresponsabilidad de Ayuso de convocarnos a unas elecciones una pandemia no podemos sumarle ni más frivolidad, ni más espectáculo, ni más testosterona. […] Madrid no es una serie de Netflix. Llevo mucho tiempo trabajando para Madrid en los momentos más complicados desde la Asamblea. Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos, cuando hemos demostrado con creces que las mujeres sabemos frenar a la ultraderecha sin que nadie nos tutele”. ¿Quién en su sano juicio no ve que en esas frases hay más verdad que en los mensajes de las tropas podemitas? Todo el mundo menos los cuatro que deben quedar en Podemos. Los cuales, por mor de no se sabe qué afectación mental, califican las frases de machistas.
Machismo en las frases de García no hay. Bien al contrario quien trabaja a base de testosterona es Iglesias. Por sus “santos cojones” se cambiaron portavoces en la Asamblea de Madrid (primero José Manuel López, luego Lorena Ruíz-Huerta, luego Clara Serra y ahora Isabel Serra) o distintos cargos del partido. Esto no se lo han contado a García sino que lo ha vivido ella misma, lo ha sufrido en sus carnes. Sabe perfectamente que la serie de Netflix perpetua que hay en la cabeza de Iglesias provoca cambios inesperados de guión cuando se calienta el emperador. Como es una frivolidad decir que llega a Madrid para salvarla del fascismo o cualquier otra estupidez que se le ocurra que sirva a la política espectáculo. Normal que la candidata de Más Madrid señale que ella estaba trabajando en lo peor de la pandemia (literalmente además), mientras otros pasaban los lunes al sol pero con conductor y coche oficial a la puerta de la casa.
¿Por qué habría de pasar por unas primarias con el macho alfa para ver quién es el candidato oficial del mejunje que pretendía Iglesias? Siendo Más Madrid un partido con más diputados, al menos, debería Iglesias haber actuado con modestia y no pretendiendo engañar con las primarias ficticias que le suele fabricar Pablo Echenique. Si se fueron de Podemos es porque conocen perfectamente al personaje, sus engaños y su egocentrismo. Tampoco parece machista que una mujer no quiera ser tutelada por el macho alfa de turno, sea Iglesias, sea Manrique. García y sus compañeros de partido tienen una trayectoria en dos años de lucha contra los atropellos ayusistas mientras Iglesias pasaba el tiempo viendo series de televisión.
Se le han echado encima porque no han tragado con los deseos del emperador (como Alejandro Lerroux a quien cada vez más se parece); porque desde Más Madrid han tenido la valentía (pese a tener a la prensa “progre” en contra) de aceptar caminar solas y solos sin necesidad de personajes estrambóticos, desquiciados y/o adanistas; porque han decidido defender una posición política (errada o no) que concuerda más con el Podemos original, paradójicamente, por su cuenta y riesgo, sin tutelas, ni apadrinamientos; porque, en resumidas cuentas, ni los que alguna vez estuvieron a su lado le quieren ya. Los trols podemitas tienen las venas hinchadas y tras pasar meses criticando a los socialistas, ahora le suman a los errejonistas. Siempre los demás partidos de izquierdas que no entienden la pureza, desconociendo que la pureza acaba por llevar a la muerte y el terror. García escapó al terror –de la muerte nunca se escapa- y ya se verá cuál es su devenir juntos a sus compañeros. Mientras tanto ha dejado al emperador desnudo en mitad de la plaza pública.
“Jugada maestra”, “El sacrificio de un líder de verdad”, “¿Qué dicen ahora los que decían que se agarraba al cargo?”, “Con ÉL se vencerá al fascismo” y frases parecidas han sido leídas o escuchadas tras la decisión de abandonar el Gobierno para irse de candidato a la Comunidad de Madrid por parte de Pablo Iglesias. No hay nada como el autoengaño para hacer subir los ánimos de la muchachada, para excitar a las masas… El problema es que luego la realidad es otra y hay que confrontarla. El podemismo es capaz de celebrar como un triunfo una clamorosa derrota, porque derrota es tener que recurrir a amado líder en Madrid y que en el Gobierno del que sale aplaudan hasta los suyos (léase Díaz y Garzón). Aunque quienes más contentos se han puesto son el presidente de España y la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Pensar que sólo por su presencia se va a salvar Unidas Podemos en Madrid, es más, que incluso puede llegar a ser el principal partido de la oposición sólo está en los sueños húmedos de los podemitas, la realidad dice que en las elecciones generales UP tan sólo logró el 13% de los votos en Madrid. Con amado líder al frente de la lista cabe recordar. ¿Puede llegar a ese porcentaje? Sí, podría. A costa de Más Madrid seguramente, aunque realmente la candidata de esta formación, Mónica García, se ha batido el cobre en la lucha pandémica y es bastante respetada por la población madrileña. Algo que amado líder no puede decir en su favor –sólo hay que ver las puntuaciones de su persona en las distintas encuestas-. Es más, en un debate la candidata podría decirle a Iglesias que lo sucedido en las residencias estaba bajo su control y no se conoce que hiciese algo. No vendan la piel del oso antes de cazarlo. De hecho, siguiendo esa lógica, ni habrá unión –amado líder no aceptará el puesto dos que en buena lógica le corresponde por ser fuerza menor en la Asamblea-, ni muchísimos votantes de Más Madrid apoyarán a Iglesias. No lo hicieron hace dos años. Y las gentes de IU de toda la vida tampoco es seguro que le voten.
Justificar el discurso de Ayuso
Si en su campo electoral la cosa no está clara –Ángel Gabilondo le puede confrontar perfectamente en un debate y el PSOE tiene un núcleo duro de votantes-, los que sí salen beneficiados son los partidos de la derecha, PP y Vox. La llegada de ÉL provoca que el complicado de justificar lexema “Socialismo o libertad”, ahora trocado en “Comunismo o libertad”, ahora sea un mensaje que cobra sentido para movilizar a parte de su electorado. Al lexema del socialismo les respondieron que “Socialismo es libertad”, algo que es muy comprensible entre la población madrileña, como se explicó aquí, ante la arrebatada llegada de un personaje que genera asco en buena parte de la sociedad madrileña tiene Isabel Díaz Ayuso un argumento de fuerza, con el que no contaba antes, para incluso arañar votos a Vox. El maniqueísmo en el que se maneja la presidenta, propio de un carácter totalitario como el suyo –y el de amado líder-, le deja expedita la contienda entre el supuesto bien y el supuesto mal. Al contrario, empero, no sucede lo mismo. Después de años de insultos del podemismo a los socialistas, complicado que encuentren respaldo en ese grupo.
Así el aterrizaje de Iglesias en la campaña de la Comunidad de Madrid, con tantísimo ego saliéndole por los poros, no perjudica al PSOE directamente pero sí beneficia a la derecha. Una vez más ÉL sirve de excusa para facilitar el mensaje de la clase dominante e impedir una, poco probable todo sea dicho, victoria de la izquierda en Madrid. Va a salvar a Podemos para que no se quede por debajo del 5% necesario para recibir escaños, pero no deja de ser dar oxígeno a un moribundo en términos madrileños. Mientras tanto su jugada sirve para dar suficiente forraje a la prensa de derechas más cavernícola del universo (incluyendo la prensa de otras galaxias), la cual seguirá jugando alegremente con esas sombras cavernarias que no son sino la mentira y el encubrimiento de 26 años de gobierno de la derecha, donde se supone que no había libertad, ni democracia hasta que llegó Ayuso. Si alguien podía tener dudas y culpabilizar a Ayuso del deterioro económico de la región, de la mala situación de la sanidad, de la falta de ayudas al pequeño comercio o de las colas del hambre, amado líder las disipa, se hablará de ÉL y su combate contra el fascismo (otra sombra chinesca de la caverna).
Porque la prensa, no lo duden por un instante, va a jugar a esa disputa Ayuso-Iglesias ya que les conviene tanto económicamente (más visitas y más dinero en publicidad) como políticamente –se opaca un tanto a Gabilondo y García (les queda El país y alguno más) que son bien vistos por votantes racionales y algo a Vox (lo que permite a Ayuso repartir publicidad institucional como pago por las ayudas recibidas)-. Un maniqueísmo que unos y otros venderán como la lucha entre el bien y el mal. Algo sencillo de digerir por mentes no entrenadas y que apela a la emoción de verse en una lucha crucial para España. Ayuso encantada con ese campo de batalla, que es en el que mejor se mueve y así no responde por una nefasta gestión (¿saben que la Comunidad de Madrid lleva sin presupuestos desde que Ángel Garrido fue presidente?). Amado líder cubre su ego de héroe, que lleva el pecado de la hybris en la frente, y luego se irá a su casa. Porque aguantar dos años en la Asamblea de Madrid es como entrar en el triángulo de las Bermudas informativamente y eso los grandes egos no lo soportan. Por el camino habrá propiciado una casi mayoría de Ayuso.
Sánchez se quita un problema
Pedro Sánchez, como habrán comprobado, no se ha mostrado especialmente sentido o apenado por la salida de amado líder. Tampoco ha puesto pegas a que Yolanda Díaz sea vicepresidenta. Ni se vislumbra una crisis de Gobierno de calado por la salida de Iglesias. En realidad, todos y todas han respirado profundamente con un ánimo de alivio en el cuerpo. La mayoría de las broncas que ha habido, y bastantes, en el Consejo de ministros han sido culpa de amado líder. No tanto por tener la razón o por una cuestión de principios sino de poder. De demostrar quién lleva los pantalones puestos. Esto ya no sucederá. Habrá discusiones, sin duda, pero dentro de una lógica racional y con acuerdos de mínimos (salvo la confidente que deja dentro seguramente). Volverán la normalidad y la cordura a los Consejos. Sánchez ya no tendrá que estar bregando con Iglesias y podrá dedicarse algo más a lo político sin mirar detrás de su espalda por si hay un vicepresidente segundo lanzándole cuchilladas.
Cierto que desde fuera intentará ponerse todas las medallas de lo poco o mucho que se ha hecho, pero es algo que lleva haciendo desde el principio con poco beneficio. Ahora sí podrá ser oposición sin estar en el Gobierno, algo que preocupa entre poco y nada a los ministros y ministras. De hecho, también se le podrá achacar a ÉL su poco trabajo práctico, sus lunes al sol o a las series de televisión, sus programas de televisión, sus mensajes en redes hablando de tonterías que es todo su bagaje gubernamental. Porque hacer, ha hecho más bien poco salvo incordiar. Esto, no lo duden, se lo recordarán desde las derechas también. Ahora tiene tiempo para todo eso sin problemas y Sánchez feliz porque se dedique a esas cosas sin molestarle. Igual el camarlengo monclovita se sentirá triste pero es algo que a los socialistas españoles les importa poco, la gran mayoría, como su presidente y ministros, respiran aliviados. Es como cuando se va de casa el cuñado cojonero. Lo mismo pero en gobierno real. Y ganando votos además.
Por si no lo saben, Alberto Garzón se presenta en estas fechas para revalidar su posición de coordinador general de Izquierda Unida. Cierto que nadie en su sano juicio piensa que, a día de hoy, IU represente algo más que una subalternidad de Podemos, pero con el arrebato electoral de Pablo Iglesias en Madrid, las cosas cambian algo. La candidatura del actual inquilino de la coordinación general de IU era apoyada por sus propios críticos y enemigos para sostener las siglas y hacer el mejunje de Unidas Podemos más digerible. De hecho, en las últimas semanas habían laminado a las pocas feministas que quedan en la “coalición” por su oposición a la ley Loretta/Montero, con la cabeza puesta en otra cosa en otra vida política con Iglesias al frente y Enrique Santiago de escudero. Hoy esa estrategia igual no sirve y eso le permite a Garzón salvar su propia cabeza.
El político logroñés/malagueño debía ser consciente de que mandar iba a mandar poco o nada en los nuevos tiempos de IU, pero siendo coordinador algún mueble salvaba para él mismo. De hecho, esos bulos sobre su salida hacia la candidatura de la Comunidad de Madrid de Unidas Podemos eran del todo increíbles pues las afiladas uñas de Garzón están clavadas al sillón ministerial. Ahora las cosas han cambiado, no por agarrarse a los dos cargos, sino por la salida de Iglesias y la orfandad que dejará en su grupo de aliados y consejeros. Yolanda Díaz, quien sustituirá a Iglesias en la vicepresidencia segunda y ha sido señalada como posible candidata en unas futuras elecciones generales en Unidas Podemos, tiene otras intenciones y sabe perfectamente, pues ha sido desbrozadora dentro de IU/PCE, que tener cerca a Santiago u otros sería como ir con Bruto a todos lados. Como, además, la actual ministra de Trabajo no pertenece a IU, a Garzón se le hace la luz.
La jugada de situar al ministro de Consumo como coordinador para darle la patada en el momento que conviniese a las gentes del PCE tenía sentido con Iglesias al mando delas operaciones. Hoy quien toma algo de fortaleza en IU es Garzón porque quienes podrían haberle derribado llegan tarde a presentar candidatura propia. Están en la candidatura de Garzón, pero también están los garzonistas. Y entre esos dos grupos no se pueden ni ver. ¿Quiere esto decir que no habría traiciones? No. Han estado en otras traiciones y conspiraciones y todo podría ser, pero mientras Garzón esté dando la cara IU, paradójicamente, tiene sentido como coalición política. La salida de Iglesias hacia la Comunidad de Madrid le concede una partida extra a Garzón y le quita cuchillos amenazantes. IU tenía sentido fuera de Unidas Podemos como fuerza materialista, como fuerza de la clase trabajadora y como cuerpo de acción en el día a día contra los intereses del capitalismo (en sus distintas versiones). Dentro de Unidas Podemos en versión Iglesias, servía para tener una estructura material en toda España (las sedes de IU y PCE) y para presentarse como fuerza plural. Lo primero con Garzón, echado en brazos de cualquier magufada o postmodernidad, es complicado, lo segundo sin Iglesias pierde sentido. Se le plantea a Garzón, por tanto, un dilema: virar hacia lo que IU/PCE fue o seguir la senda de la autodestrucción dentro de Unidas Podemos sin Iglesias. Un dilema que sólo resolverá en tanto en cuanto tenga claro dónde saca más partido personal. Aunque igual piensa y vuelve a reorganizar IU a nivel estatal…
Es tal la separación de la clase política de la realidad más simple y sencilla del resto de los mortales, que se pueden convocar elecciones un 4 de mayo alegremente sin percatarse de las molestias que pueden llegar a provocar en la ciudadanía. En esa separación de la realidad, sin duda, la presidenta de la Comunidad de Madrid se lleva la palma. Ya hace casi un año, cuando comenzaba lo duro de la pandemia, decidía mandar a sus casas a los estudiantes de todas las edades sin pensar en nada, salvo en quedar ella bien con una medida que ayudó a expandir más allá de las fronteras madrileñas el coronavirus. Ahora vuelve a importarle una higa lo que pase mientras ella pueda sacar rédito político.
Celebrar las elecciones un 4 de mayo no es algo inconsciente, tomado al tun tun, no. Isabel Díaz Ayuso sabía perfectamente que si convocaba las elecciones el día 3 de mayo, lunes festivo en la Comunidad, no podría celebrar la fiesta del 2 de mayo con todo el boato y todas las miradas puestas en su persona. Un día antes de las elecciones le hubiesen cancelado la fiesta y su persona no habría tenido horas y horas de programación institucional-publicitaria gratuita. Trasladando la elección un día más adelante puede tener su fiesta, su pompa y circunstancia, su acto de campaña gratuito porque Madrid y España son suyas. De su propiedad. Para su uso y disfrute. Mientras los madrileños estén por esos lares disfrutando del puente, ella se pavoneará con prensa, oligarquía madrileña y famosos (cuanto más casposos mejor) en la fiesta comunitaria.
Eso es lo que gana Ayuso, pero los madrileños tendrán que hacer encaje de bolillos para ver dónde, cómo y con quién colocan a la chavalería que el día 4 de mayo no irá al colegio. Porque, por si no se han percatado, el día 4 de mayo los edificios serán utilizados como colegios electorales. Muchos de los que hoy comparte memes de “Yo con Ayuso” días antes de las elecciones tendrán que llamar a abuelos (si los tienen), pensar quién de la pareja pide un día de vacaciones y se queda con los críos (en su mayoría será ella), o tratar de conseguir alguien que se quede de canguro con los menores, con el coste en dinero que eso supondrá. Nadie en el gabinete de Ayuso habrá pensado en eso porque no están a esas cosas sino a la libertad, en realidad libertinaje, de hacer lo que les da la gana en beneficio propio sin pensar en los perjuicios que supongan a los demás. Si los demás pierden vacaciones y dinero les da igual mientras ellos celebren sus fiestas y sus cosas de políticos.
Curiosamente ninguno de los políticos de los demás partidos ha pensado en ello. No se les ha escuchado queja alguna. Salvo algún análisis precipitado sobre si votar en día laboral favorece o no la participación, nadie ha pensado que habrá persona que perderán vacaciones y/o dinero por su culpa. La de todos. Tampoco se les escucha muy preocupados por lo que pueda provocar la pandemia, ni nada por el estilo. A votar que es muy mucho democrático para una elección cuya muerte será dos años, los que quedan para cumplir la legislatura actual. Eso por no hablar de las decenas de millones de euros en gasto electoral que van sacar de los bolsillos de la ciudadanía para dirimir sus disputas partidistas. Ayuso en su intención de aclarar el lado de la derecha e impulsada por un fervor “terrorista” –mañana se explicará esto-, arrastra a todo el mundo a molestias personales, a aguantarles en campaña electoral… Total para nada.
Estas cosas Iván Redondo no las valora porque vive siempre al límite de la ocurrencia, como ha pasado con las mociones de censura que escudriñó y que han salido mal. Estas cosas no las pensará porque, en realidad, lo que pase dentro del PSOE se la trae al pairo. El PSOE no es un partido con historia, con personas de probada militancia de años, no. El PSOE es solamente un instrumento que debe plegarse a su voluntad estratégica sin más. Si hasta las siglas le sobran, imaginen la ideología o el futuro del partido. Y, sin embargo, eso es algo que a día de hoy puede ser fundamental para las elecciones de 2023. Pedro Sánchez está ante la oportunidad de limpiar el PSOE de Madrid y garantizarle un futuro.
Que todos los cargos socialistas hayan aceptado que las primarias no existan para el candidato a la Comunidad de Madrid no es porque crean que Ángel Gabilondo es el mejor –lo pueden creer-, porque crean que con ese candidato ganarán seguro –no lo cree ni el propio candidato-, es porque piensan que tampoco se tocarán las listas electorales y se garantizarán los dos años de seguir en el momio sin hacer mucho. “Clink, clink, caja” garantizada. Todos los actuales ocupantes de los curules asamblearios son conscientes que después de las elecciones del 4 de mayo Gabilondo saldrá corriendo hacia el cargo de Defensor del pueblo. Algo más que cerrado entre PSOE y PP. Algo que en el PSOE entienden como fundamental para quitarse de encima a Francisco Fernández Marugán, el cual les tiene fritos pese a ser del propio PSOE. Así que salvo milagro electoral, el candidato no será portavoz, ni hará oposición –tampoco lo hacía ahora dice la mayoría de madrileños socialistas-.
En esta tesitura, sabiendo que hay un Congreso regional a finales de año donde José Manuel Franco será despojado de la secretaría general ¿por qué no ir colocando peones, alfiles y caballos en el tablero madrileño? El 70% de los actuales diputados no deberían ir en las listas del 4 de mayo. Algunos porque llevan agarrados al escaño siglos sin demostrar algo más que perder elecciones. Otros porque no deberían haber llegado a ser diputados jamás (las trampas en las elecciones internas fueron épicas). Unos más porque parecen de otro partido y no del PSOE. Es el momento ideal para hacer limpia ya que el reglamento que está en vigor dentro del partido les permite hacerlo y sin que los perjudicados puedan protestar lo más mínimo. De hecho mucho de los que deberían irse a su casa apoyaron ese reglamento con efusividad, así que no les molestará que se lo apliquen. Renovar caras, prácticas y ánimo vital para luchar las siguientes elecciones. Que haya personas (esos grupos de jóvenes coroneles que dudan si dar el paso por no aguantar a los viejos cuadros) que se vayan formando, que vayan cogiendo tablas a dos años vista y que puedan ser el fundamento de una nueva candidatura en 2023 que venza a las derechas y a las izquierdas. Imaginen por un momento que Gabilondo no hubiese sido el candidato –con fecha de caducidad pero candidato- ¿quién hubiese sido el mismo? ¿José Cepeda? ¿Miguel Arranz? ¿Carla Antonelli? ¿Daniel Viondi?… Ese es el panorama actual del PSOE de Madrid, el cual podría empeorar con algunas alcaldesas o alcaldes que destacan por los años que llevan, no por otra cosa. Si en 2019 no supieron, pudieron, cambiar, ahora es el momento preciso para renovar en profundidad para ofrecer una nueva cara a dos años vista. Esto Redondo no lo piensa, pero miles de militantes socialistas sí.
Aquí tienen las novedades de la semana que editan las pequeñas y medianas editoriales de nuestro país. Como siempre, la selección de los libros corresponde a lo que nos parece más significativo personalmente. O aquello en que nos dan mejores medios para hacer corta y pega, que es lo que se hace y lo reconocemos. Cuando se lea un libro que merezca crítica se publicará, el resto lo que dicen en notas de prensa. Otros igual se sienten cómodos con otras formas de hacer. La fecha que aparece en paréntesis es la de publicación ya que, a veces, vamos por delante de la publicación.
Novela
Louise Erdrich, El vigilante nocturno, Traductora: Susana de la Higuera Glynne-Jones, Siruela, Páginas: 412, (eBook disponible), 26 €
1953, Dakota del Norte. Thomas Wazhashk es el vigilante nocturno de la primera fábrica inaugurada cerca de la reserva india de Turtle Mountain. También es un prominente miembro del Consejo Chippewa, desconcertado por un nuevo proyecto de ley que pronto se presentará ante el Congreso. El Gobierno de los Estados Unidos califica la medida como «una emancipación», pero más bien parece restringir aún más la libertad y los derechos de los nativos americanos sobre su tierra, sobre la base de su identidad. Thomas, indignado por esa nueva traición a su pueblo y aunque tenga que enfrentarse a todo Washington D. C., hará lo imposible por combatirla.
Por otro lado, y a diferencia de la mayoría de las chicas de la comunidad, Pixie Paranteau no piensa cargar de ninguna manera con un marido y montones de hijos. Bastante tiene ya con su trabajo en la fábrica, ganando apenas lo suficiente para mantener a su madre y a su hermano, por no hablar de su padre, quien solo aparece cuando necesita dinero para seguir bebiendo. Además, Pixie necesita ahorrar cada centavo para llegar a Minnesota y encontrar a Vera, su hermana perdida.
Basada en la extraordinaria vida de su abuelo, Louise Erdrich nos entrega en El vigilante nocturno una de sus mejores novelas, una historia de generaciones pasadas y futuras, de preservación y progreso, en la que colisionan los peores y los mejores impulsos de la naturaleza humana, iluminando así las vidas y sueños de todos sus personajes.
Cara Hunter, El sótano de Oxford, Duomo, (22 marzo) 19,90€
En una casa de un barrio adinerado de la ciudad de Oxford, encuentran por casualidad a una mujer y un niño encerrados en un sótano, casi sin vida y sin identifi car. La mujer no habla, no hay registros de desapariciones similares y el anciano propietario de la casa asegura no haberlos visto en su vida. Todo el vecindario está conmocionado. ¿Cómo ha podido suceder?
El inspector Adam Fawley sabe que, bajo ese aire inocente, muchos esconden secretos. La pista la proporciona uno de sus casos del pasado, una desaparición que no llegó a resolver.
Ginés S. Cutillas, El diablo tras el jardín, Pre-Textos, Páginas: 264, 22€
A mediados de los ochenta, en El Cabanyal, barrio periférico de Valencia colindante con el mar, Tito y Ximo son dos hermanos preadolescentes que han crecido con la firme convicción de que más allá del jardín de casa de su abuelo habita el diablo. Cuando heredan su vasta biblioteca en forma de laberinto, descubren, en aquel aparente caos de libros, que su antepasado les ha dejado indicadas algunas lecturas que, en cierto orden, arrojarán luz sobre los secretos de la familia: quién fue realmente su abuelo y el motivo del suicidio del hermano de este, que se ahorcó en el treinta y ocho con los nacionales a las puertas de la ciudad.
Durante el transcurso del último año escolar, antes de ingresar en el instituto, Tito crea un club clandestino de lectura en torno a los libros señalados. Es ahí donde se enamora de Inma, por la que realizará toda clase de disparates con tal de acercarse a ella, mientras Ximo, tres años mayor que él, comienza su primera relación sentimental que, poco a poco, irá minando la complicidad existente entre ambos hermanos.
Sólo cuando el mundo perfecto en el que le han hecho creer sus mayores que vive se desmorona a su alrededor, Tito reúne el valor necesario para enfrentarse a la última puerta que le revelará la oscura historia familiar. Visión de una época en clave de comedia agridulce en la que Ginés S. Cutillas homenajea el barrio que le vio crecer y realiza un viaje sentimental a una generación criada en sus calles y a las primeras referencias culturales que la marcaron. Un magnífico retrato del fin de la infancia a través del despertar de las primeras pasiones y secretos de la edad adulta enmarcado en un tributo a la literatura universal de todos los tiempos.
Eley Williams, El diccionario del mentiroso, Traductor: Mariano Peyrou, Sexto piso, (22 marzo) 21,90€
Londres, 1899. Peter Winceworth, lexicógrafo de profesión, anda enfrascado en pulir la definición de las palabras que comienzan por la letra S para el Diccionario Enciclopédico Swansby. Tarea peliaguda donde las haya teniendo en cuenta que desde niño, quién sabe por qué, tal vez por tedio o por llevar la contraria, Winceworth finge que cecea, y últimamente no puede reprimir el impulso, de cuando en cuando, de colar en el diccionario la definición más precisa posible de una palabra que acaba de inventarse. Aunque ahora que ha conocido a la bella e inaprensible Sophia, no parece que vaya a volver a aburrirse por un tiempo.
Londres, en la actualidad. Mallory es la apocada becaria de Swansby, editorial a la que adjetivar de «venida a menos» es quedarse francamente corto. Las dos tareas que David Swansby le ha endilgado a Mallory en el desierto edificio en el que trabajan son: desenmascarar las «entradas ficticias» desperdigadas en el diccionario (pero ¿quién, cuándo, por qué están ahí esas palabras de mentira?) y contestar las llamadas telefónicas de un sujeto anónimo (pero ¿quién, cómo, por qué ese tipo desea que ardan todos en el infierno?). Por suerte para Mallory, tiene en su vida a Pip, que no piensa permitir que nada malo le ocurra.
A medida que sus historias avanzan, entretejiéndose a más de un siglo de distancia, Winceworth y Mallory vivirán sendas historias de amor, se verán obligados a convivir consigo mismos y, en definitiva, habrán de negociar las curvas de ese camino casi siempre sin sentido, poco fiable, repleto de engaños y tan difícil de definir al que llamamos «vida». Divertidísima primera novela de una autora deslumbrante, El diccionario del mentiroso es una celebración del rigor, la fragilidad y el absurdo del lenguaje y, ante todo, del goce que nos proporcionan las palabras.
Sara Gutiérrez, El último verano de la URSS, Reino de Cordelia, (22 marzo) 26,50€
Se cumplen en 2021 treinta años del fin de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En el verano 1991, Sara Gutiérrez inició en Ucrania un viaje para cruzar el país del mar Báltico al mar Negro. Al no disponer de permiso oficial, lo hizo en trenes nocturnos, apenas controlados por las autoridades soviéticas. Desde Leningrado, que quince días antes había sido renombrada San Petersburgo por sus habitantes, se desplazó a Tallin, Riga, Vilna, Lvov, Kiev y Odesa. Siete ciudades de cinco repúblicas donde las estrellas rojas y los emblemas de la hoz y el martillo comenzaban a convivir con las hamburguesas de McDonalds. Acompañaba a la autora una nativa de Uzbekistán que nunca había viajado sola ni visto el mar. Junto a estampas de la vida cotidiana de los dos últimos años de la urss, flota en el recorrido la tensión de un verano que sería el último de un sueño ilusionante para millones de personas y una pesadilla insoportable para otros tantos. Y para todos, incluidas la autora y su amiga uzbeca, el principio de casi todo.
Laura Mancinelli, La casa del tiempo, Traductora: Natalia Zarco, Periférica, (22 marzo) 16,75€
Hace años que Orlando se marchó de su aldea natal y ahora su carrera de pintor, como el resto de su vida, está sumida en una especie de letargo que pretende atajar volviendo a los paisajes de su niñez: allí descubrirá que la vieja casa de su maestra está en venta y la compra sin saber por qué. Pero la casa no será un elemento pasivo en esta historia: comienzan a suceder algunos fenómenos insólitos que le desvelan rastros ocultos y le harán creer que tal vez haya sido la casa quien en realidad lo ha elegido a él.
¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Cuál es el sentido de ciertas decisiones? La autora nos enseña a ver los lazos secretos que nos unen a los lugares y las cosas y teje una trama de misterio en un texto que rezuma calma, pero atravesado por un impulso decididamente vitalista.
Kyoka Izumi, El santo del monte Koya, Traductora: Susana Hayashi, Satori, (22 marzo) 19€
Kyoka encarna mejor que ningún otro autor el romanticismo japonés por la ambientación sobrenatural y sutilmente terrorífica de sus obras, por el idealismo y la exaltación de la belleza femenina que impregnan sus páginas y por la musicalidad de su estilo literario.
Por primera vez lengua española presentamos cuatro de sus relatos más representativos: «El quirófano» es la historia de un amor irrealizable en vida; en «El santo del monte Koya» un monje peregrino se enfrenta a sus lúbricos deseos y a una mujer misteriosa; «Un día de primavera» narra el viaje de dos hombres separados por el tiempo pero unidos por una seductora dama que se entrega a su destino, y «La mujer carmesí» cierra el ciclo de reencuentros con un final inesperado.
Toledo, año 1096. Cuatro hombres y una mujer emprenden viaje con destino a la Primera Cruzada. Cada cual carga con sus propias circunstancias. A fray Genaro, líder de la expedición, el obispo le ha encomendado traer reliquias de Tierra Santa. Lo que Su Ilustrísima no sospecha es que al maestro de novicios de San Servando piensa acompañarle Moraima, su amante, una muchacha mudéjar cuyo único objetivo es escapar de la miseria. Sobre Hervé, caballero misterioso y solitario, recae la tarea de proteger al grupo. Su habilidad con la espada resulta portentosa; sus pecados, sencillamente inconfesables. Hameth es el esclavo destinado a servirlos a todos ellos. Su suerte no importa a nadie, aunque su pasado sarraceno despierta cierta desconfianza.
Para Alonso de Liébana la participación en la cruzada del papa es un asunto de vida o muerte. Su padre y hermanos acaban de ser acusados del peor de los crímenes: vender caballos de guerra al enemigo infiel. Con toda seguridad serán ejecutados, a no ser que el joven Alonso retorne de Tierra Santa convertido en un héroe.
Desgraciadamente los planes se tuercen al cruzar Francia. Fray Genaro pierde a los dados la fortuna que el obispo le ha confiado para el sustento del grupo. Antes que volver a casa con las manos vacías, al monje benedictino se le ocurre una solución rápida: enrolarse en las huestes de Pedro el Ermitaño. El predicador y visionario de Amiens ha reunido ya cincuenta mil almas dispuestas a recuperar Jerusalén antes que los príncipes de Europa. Es la Cruzada de los Pobres. Un ejército desesperado y raído compuesto por miles de familias sin tierra, sin dinero ni armas. Y, aun así, para Alonso de Liébana cruzar Europa entera y luchar contra el enemigo turco al lado de aquellas gentes es la única manera de regresar a Hispania con la cabeza alta y librar a los suyos de la horca.
Carlos Salem, Los que merecen morir, Alrevés, (22 marzo) 20€
«Me llamo Nadie» será lo último que escuchen las víctimas de este asesino sin rostro antes de su último suspiro. Su misión, ejecutar a aquellos que han salido indemnes de sus culpas gracias a las grietas del sistema; pero quizás hay algo más.
La ola de crímenes tiene en jaque a la policía, y para detener a Nadie recurren a Severo Justo, el policía más condecorado y apegado al reglamento, con un pasado singular como sacerdote y que decide que este será el último caso que resuelva antes de suicidarse.
Para atrapar al asesino, Severo reúne un equipo heterogéneo que incluye a Dalia Fierro, una psiquiatra con cuatro doctorados y docenas de voces que discuten en su cabeza, una hacker octogenaria y un forense que habla con los muertos.
Pero el asesino se obsesiona con el pasado de Severo Justo y decide incluirlo en sus planes. Nadie está a salvo de Nadie.
Elegancia no es una nueva biografía sobre Cristóbal Balenciaga, aunque bien podría parecerlo; o por lo menos no lo es a la manera en la que suelen aparecer publicadas las vidas de los grandes personajes. El autor escoge muy bien el material con el que cuenta esta historia. Palabras precisas, musicales, el paisaje de las costas vascas y sobrias descripciones de las ciudades en las que fundó sus talleres son los elementos que mejor definen la personalidad y el talento del creador de moda más importante que ha dado nuestro país.
Luis Mario, Cadencia de estornino, Salto de página, (22 marzo) 17,90€
La jornada previa a su muerte no pasó absolutamente nada. Sin embargo, paradójicamente, en la isla Taun la nada tiene infinidad de particulares maneras de sucederse.
Los hechos aquí narrados, que acontecen a lo largo de un solo día, desembocarán en el encuentro entre el fugitivo Julio Denis —y su sanguinaria lucha contra la falta de individualidad social— y las idénticas gemelas Grothendieck. Mientras Julio Denis intentará escapar de la remota y utópica isla Taun superando todo tipo de obstáculos inesperados que pondrán a prueba su baja tolerancia a la estupidez de las masas, las gemelas Grothendieck seguirán esquivando la evidencia de su rutina y las señales que vaticinan un inminente desastre entre lecturas de Shakespeare y posos de café.
Felipe Cambón, Dos mares, Traspiés, (22 marzo) 19,50€
Hasier acaba de romper con su novia y se trata de un desenlace que no había imaginado. En esas jornadas de desconcierto su mejor amigo Xanti sufre un accidente de moto y comienza a tener hacia Hasier una actitud completamente distinta. La vida de Hasier son sus amigos, dos perros que comparte con Xanti, el pequeño huerto que cuidan ambos, su ama, y el trabajo, los pequeños secretos de la vida diaria, las habituales incertidumbres, que no obstante se nos muestran con una grandeza trágica. Hasier trabaja en un taller de metalistería, un centro de trabajo cualquiera, del cual escapa cada tarde para sumergirse a bucear en las aguas frías del Cantábrico. Bajo el mar todo es diferente, allí encuentra la libertad, el riesgo que pone a prueba sus límites, su verdadera forma de ser. Los consejos de una amiga para que cambie su forma de inmersión provocarán la aparición de las dudas. Sutiles cambios, señales de alerta, harán que Hasier se replanteé todo lo que ha sido su vida hasta ese instante.
Jorge Bustos, Asombro y desencanto, Libros del asteroide, (22 marzo) 18,95€
No viajamos para evadirnos de la realidad sino para recobrarla. Vivimos en un mundo crecientemente virtual que falsifica las sensaciones y vacía el sentido de las palabras. Si como cree Bustos la verdad del oficio periodístico nace siempre de un viaje –andar, ver y contar–, entonces nada habrá más urgente y verdadero que desoír el antojo frenético de la actualidad y abrazar la quietud de los pasos perdidos y los sentidos despiertos.
Con humor, lirismo y un dominio abrumador del lenguaje, Bustos narra dos viajes enfrentados entre sí por el espacio, el tiempo y una mirada que oscila siempre entre el desencanto y el asombro, entre lo francés y lo castellano, entre el casticismo y la ilustración. Del ardor mesetario a la templanza bretona, del corral de comedias a la ópera versallesca, del loco que se creyó Amadís al loco que se creyó Napoleón, del museo de quijotes de El Toboso a la feria de selfis del Louvre y del honrado valdepeñas al majestuoso burdeos, la escritura depurada de este libro sacia esa sed de cosas concretas que Josep Pla reclamaba a la mejor literatura de observación, reflexión y confidencia.
Mary Shelley, Diario de duelo, Traductor: Gonzalo Torné, Hermida editores, (22 marzo) 19€
Mary Shelley es una de las escritoras más importantes del siglo XIX. Gracias a Frankenstein, su fama ha trascendido el ámbito de los lectores y se ha convertido en un hito de la cultura popular. Con el paso de los años, cada vez son más conocidos sus relatos, sus fascinantes poemas, sus cartas… Pero hay un libro escrito de su puño y letra que sigue llevando una existencia confidencial, casi secreta, como si se tratase de un tabú: sus diarios personales. Más de un siglo después de su muerte, todavía no disponemos de una edición fiable en inglés (los escasos ejemplares circulan por librerías de segunda mano y pueden alcanzar precios desorbitados) y no se han traducido a ninguna otra lengua. ¿Qué ocurre con los diarios de Mary Shelley?
Para que el lector pueda extraer sus propias conclusiones, presentamos por primera vez en castellano una amplia selección de sus diarios, que cubre desde la huida con el que se convertiría en su marido, Percy Shelley, hasta los meses posteriores a la muerte del poeta romántico, convertida ya en su viuda. Diarios muy viajados (Francia, Italia, Suiza…), dedicados a contar los entusiasmos y dificultades que les procura la vida audaz que han elegido, que de repente la inesperada muerte de Percy detiene. Momento en el que el libro se transforma en un estremecedor diario de duelo, en un intento de retener con palabras la vida que se ha desvanecido, de no permitir que avance hacia un tiempo que ya no puede ofrecerle nada. Unas páginas de una fuerza expresiva insólitas que conducen a los lectores a un espacio donde quizás no hayan estado nunca y que confirman que el Diario de Mary Shelly, un libro que apenas ha leído nadie, es una de las grandes obras de la literatura inglesa.
Poesía
Daniel Bellón, La balada de los drones y otros poemas de la Gran Transición, El transbordador, Páginas: 212, 15€
Esta obra se trata de un trabajo en marcha que crece a los empujones que nos pega la realidad acelerada que vivimos, esta especie de futuro continuo. Responde a los estímulos que las noticias nos lanzan yendo un poco más allá en el tiempo, así que, si bien la orientación está clara (vamos hacia territorios desconocidos como especie —lo que, por otra parte, el ser humano lleva haciendo desde que empezó a ser eso, humano—), la ruta está aún haciéndose, y con ella estos poemas que cantan/cuentan uno de los futuros posibles.
Poesía, una forma de creatividad tan vieja como vigente que va ajustándose a todo cambio en la vida humana, y hasta a la propia deshumanización, porque forma parte del corazón del lenguaje. Y tal vez por eso mismo sobreviva a la humanidad, porque no de otra cosa estamos construyendo la Inteligencia Artificial: de lenguaje; por tanto, de alguna manera, de poesía, escondida tal vez, dispuesta a aflorar como la yerba en las grietas del asfalto.
«Autobiografía intelectual y, al mismo tiempo, un manifiesto, este libro trata un solo tema: el largo tiempo de vida. Considera esta etapa intermedia, una vez rebasados los cincuenta años de edad, en la que no se es ni joven ni viejo, sino que siempre se está habitado por apetitos abundantes». Pascal Bruckner, de la introducción.
El reconocido filósofo Pascal Bruckner plantea en este lúcido ensayo cómo los avances de la ciencia han hecho del tiempo un aliado paradójico para el ser humano; desde mediados del siglo XX, la esperanza de vida ha aumentado de veinte a treinta años, equivalente a toda una existencia en el siglo XVII.
Es al llegar a los cincuenta años cuando experimentamos una suerte de suspensión entre la madurez y la vejez, un intervalo en el que la brevedad de la vida realmente comienza ya que nos planteamos las grandes cuestiones de nuestra condición humana: ¿queremos vivir mucho tiempo o intensamente, empezar de nuevo o reinventarnos? ¿Cómo evitar la fatiga del ser, la melancolía del crepúsculo, cómo superar las grandes alegrías y los grandes dolores? ¿Cuál es la fuerza que nos mantiene a flote contra la amargura o el hartazgo?
En esta obra, ambiciosa e imprescindible, Bruckner fundamenta sus reflexiones en estadísticas y en diversas fuentes de la literatura, las artes y la historia; así, nos propone una filosofía de la longevidad fundada en la resolución, y nunca en la resignación, para vivir esta vida extra de la mejor manera posible.
Josep Maria Esquirol, Humano, más humano, Acantilado, Páginas: 176 (eBook disponible) 14€
Preguntas aparentemente sencillas, como ¿qué te pasa?, ¿cómo te llamas? o ¿de dónde vienes?, nos van acercando poco a poco al centro más profundo de nuestra alma, allí donde se descubre la herida originada por las cuatro infinitudes esenciales: vida, muerte, tú y mundo. Jamás seremos demasiado humanos: si algún horizonte tiene sentido es el de llegar a ser más humanos. No se trata, pues, de ir más allá de lo humano, como quiso Nietzsche, sino de intensificar y de profundizar en lo más humano. Josep Maria Esquirol nos muestra cómo de este surco en el ser humano emerge la acción más beneficiosa, que nos orienta y nos fortalece porque sabe juntar sin confundir la gravedad y la ligereza, el día y la noche, el cielo y la tierra, el presente y la esperanza… Humano, más humano es un ensayo auténticamente filosófico, escrito con un lenguaje tan comprensible y preciso como evocador.
Francisco Uzcanga Meinecke, ¿Qué se debe a España?, Libros del KO, (22 marzo) 18,90€
En 1782 se publicó el tomo sobre Géographie Moderne de la Encyclopédie Méthodique, la continuadora de la Encyclopédie de Diderot y D’Alambert. El artículo correspondiente a España lo escribió Nicolas Masson de Morvilliers, un hasta entonces desconocido geógrafo francés. Masson ofrecía a los lectores un repaso —plagado de tópicos— a la situación del país y, casi al final, planteaba la pregunta: «¿Qué se debe a España? Desde hace dos siglos, desde hace cuatro, desde hace seis, ¿qué ha hecho por Europa?». La respuesta venía a decir que «muy poco».
El artículo, que incidía en la imagen negativa de España —país atrasado, oscurantista y frailuno—, provocó un revuelo diplomático entre España y Francia, naciones aliadas y unidas por la dinastía borbónica. La polémica obtuvo también eco en otros países de Europa, y en la propia España acabó por dividir a la opinión pública.
Este libro narra este episodio histórico centrándose en dos de sus protagonistas: Luis Cañuelo, abogado granadino y editor del semanario El Censor —portavoz de los ilustrados—, y el escritor extremeño Juan Pablo Forner, que se erigió en abanderado de los apologistas y defensores del honor patrio. Ambos se combatieron al principio con argumentos políticos, pero acabaron enfangados en una sucia y triste guerra personal que terminó además por minarles la salud (Cañuelo con la mente desquiciada y Forner víctima de un ataque nervioso que casi lo lleva a la tumba).
La pregunta de Masson está hoy prácticamente olvidada, pero fue la precursora de la posterior polémica de la ciencia española en 1876 (el infausto «que inventen ellos») e incluso, al surgir a partir de ella los dos bandos conocidos como «castizos tradicionalistas» y «afrancesados reformistas», se la puede considerar también como el germen de las «dos Españas».
¿Qué es el deseo? ¿Cuál es la diferencia entre desear, querer o necesitar? Jean-Luc Nancy, una de las mayores figuras de la filosofía contemporánea, reflexiona en este libro sobre los elementos que distinguen y comparten estas concepciones y desarrollar en profundidad el significado de deseo, cómo éste nos impulsa, nos empuja a la vida. Un deseo que califica como loco -como el deseo de amar y ser amado- porque es infinito, nunca es algo frente a lo cual uno pueda decir: ya está, se terminó, lo conseguí. Un deseo en constante movimiento, un impulso, una tensión, no para tener algo sino simplemente para ser alguien. Un deseo que nos define, nos moviliza, nos empuja, nos da vida ya que no vivimos sino del deseo de vivir.
Isidre Ambrós, La cara oculta de China, Diéresis, (22 marzo) 19€
Descubrir China, más allá de las luces de neón, y a los chinos, con sus contratiempos y alegrías, con sus apuros para llegar a final de mes y sus humildes aspiraciones… Conocerla más allá de la propaganda. Esa es la propuesta que nos hace el periodista Isidre Ambrós en este libro, que recoge la evolución del gigante asiático y de sus habitantes desde que el antaño “imperio del centro” se asomó a la escena internacional, con los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y la Exposición Universal de Shanghai 2010, hasta su consolidación como potencia mundial y el impacto de las epidemias del SARS y la Covid-19. El autor nos hace cómplices de sus experiencias de una década en ese país milenario, tan atrayente como desconocido, unos años en los que se vuelca en recorrer el país y plasmarlo a través de sus crónicas como corresponsal para La Vanguardia. Nos invita a conocer la vida diaria de unos hombres y mujeres que, con su callado sacrificio, han sido decisivos para que China aspire a desbancar a Estados Unidos del liderazgo planetario. Ambrós ha conseguido penetrar en una sociedad muy reservada ante los extranjeros para narrar las vivencias de personajes reales y el funcionamiento de una sociedad compleja controlada férreamente por el Partido Comunista.
David Casacuberta, La era de Casandra, UAB, (22 marzo) 16€
La era de Casandra cuestiona la actual moda ensayística de intentar reducir la complejidad de nuestra sociedad a algún principio abstracto y mal definido con el que se pretende explicar todas las facetas de nuestra vida, ya sea ofreciendo escenarios apocalípticos u optimismos ingenuos. Como alternativa, el texto propone una epistemología del no saber, de aceptar que no existen modelos que lo puedan explicar todo y resolver cada problema desde su contexto concreto y la incertidumbre inevitable. En un tono ameno y a veces irónico, se analizan así tendencias actuales como el neurocientismo y creer que puede entenderse toda actividad humana con solo examinar detalladamente nuestras neuronas, la cultura de la cancelación, pasando por las teorías que presentan el mundo digital como un entorno manipulador del que no podemos escapar.
Otras lecturas
José Luis Larrea, La (nueva) era de la anomalía, Pirámide, Páginas: 392, 35€
En una época de constante transformación y de transición entre paradigmas, la incertidumbre y la complejidad anuncian una nueva Era de la Anomalía, en la que lo singular y lo anormal será la norma dominante, de manera que la anomalía se convertirá en a(n)omalía. No es el fin del mundo, sino el comienzo de un nuevo mundo.
Esta nueva era exige revisitar conceptos como innovación y competitividad. Necesitamos revisitar la innovación, que es en sí misma transformación, desde la perspectiva de un mundo protagonizado por personas.
Así, llegamos al propósito de las fuerzas a poner en marcha para progresar, que no es otro que el bienestar de las personas y, por añadidura, de las sociedades. El gran debate pendiente del bienestar se relaciona con el concepto de bienestar que consensuemos y plantea la cuestión de medir el progreso. Y necesitamos ir más allá del PIB, lo que supone un desafío a la competitividad.
De todo esto trata el libro. De transformación del mundo, de las personas y de las comunidades. De una transformación que debemos aspirar a protagonizar, para lo cual es fundamental que cada uno de nosotros, como personas y como organizaciones, tomemos conciencia de nuestra posición. Una posición que sea fruto de un proceso de discernimiento, en este caso estratégico, para fijar un propósito, una misión y una visión de lo que queremos para construir una posición estratégica como algo vivo y real, que nos sirva para caminar en el nuevo mundo en transformación.
Marco van Basten, Basta, Univers, (edición en catalán) Traductora: María Rossich Páginas: 400, 18,90€
L’autobiografia crua, honesta, però, sobretot, colpidorament fascinant, del dipositari, per antonomàsia, de la màgia futbolística holandesa.
«Sento que ha arribat l’hora d’explicar la meva història. La meva veritat. Una història que mai he compartit amb ningú. No tindré pietat de ningú, i encara menys de mi mateix.»
«Mirant enrere, sentia que era una llàstima no haver pogut acabar la meva carrera després de guanyar tants títols de la Champions. Volia donar més de mi mateix. Alguns jugadors porten 18 anys en el futbol. Però alguns jugadors es lesionen abans de començar. Quan vaig adonar-me d’això em vaig dir: ‘Si em comparo amb les víctimes d’aquests casos, haig d’admetre que he tingut molta sort. Vaig gaudir d’allò més durant 10 anys d’una experiència preciosa que em va canviar la meva vida per sempre.»
Cristian Crusat, La huida biográfica, Pre-Textos, Páginas: 200, 18€
La huida biográfica configura una exhaustiva panoplia de las más interesantes líneas de fuga del género biográfico entre los siglos xx y xxi. Mediante el análisis interrelacionado de obras concretas de W. G. Sebald y Pascal Quignard, Antonio Tabucchi y Pierre Michon, Max Aub y Ricardo Menéndez Sal-món, Stefan Hertmans y J. G. Ballard –todas las cuales se centran en la figura de algún artista–, Cristian Crusat dibuja un mapa transnacional de reconocimientos, tensiones y poéticas narrativas. Así, además de constituir líneas de fuga y contribuciones decisivas en relación con las posibilidades de la escritura biográfica contemporánea, estos libros se sumergen en aquello que E. Kris y O. Kurz denominaron «la leyenda del artista», problematizándola. Es decir, revisan las actitudes de la sociedad para con el artista y la manera en que este es percibido, reelaborando a un tiempo los asuntos típicos y los temas habitualmente relacionados con su trayectoria vital: la juventud, el descubrimiento del talento, el auto-didactismo y la fuerza del destino, el fracaso y la impostura, la melancolía, la pulsión negativa y la tendencia al ocultamiento… Al profundizar en la «historia no académica de la biografía», que ya articuló en Vidas de vidas, Crusat examina un corpus de líneas de fuga de la literatura biográfica que, en realidad, lo son también del más relevante arte narrativo, entendido este como un espacio de exploración de la escritura y de los problemas de articulación de un ser en el mundo.
Matilde Rosa Arias Estévez y Pilar Cabañas Moreno, Zen, Tao y Ukiyo-E, Satori, (22 marzo) 30€
El tao, los jardines zen, la pintura a la tinta, la caligrafía, los haikus o La gran ola de Hokusai se encuentran en el origen de los movimientos vanguardistas del siglo xx, de la arquitectura moderna, de las performance de artistas tan icónicas como Marina Abramovic o Yoko Ono o del arte urbano de Banksy. Encorsetados por academicismo decimonónico, los artistas occidentales necesitaban un nuevo lenguaje para expresar el imaginario contemporáneo y lo encontraron en la fusión de las vanguardias artísticas con la filosofía, la estética y las tradiciones centenarias de Asia Oriental, que insuflaron una nueva vida a la creatividad artística de Occidente. Pilar Cabañas y Matilde Arias rastrean estas interacciones creativas y nos ofrecen una investigación multidisciplinar y detallada sobre la decisiva influencia que el taoísmo, el budismo zen y el ukiyo-e han ejercido en las representaciones artísticas de Occidente.
Aquí tienen las novedades de la semana que editan las grandes editoriales de nuestro país. Como siempre, la selección de los libros corresponde a lo que nos parece más significativo personalmente. O aquello en que nos dan mejores medios para hacer corta y pega, que es lo que se hace y lo reconocemos. Cuando se lea un libro que merezca crítica se publicará, el resto lo que dicen en notas de prensa. Otros igual se sienten cómodos con otras formas de hacer. La fecha entre paréntesis indica día de publicación. Faltan algunas editoriales pero sus sistemas informáticos están así, así.
Novela
Benito Olmo, El gran rojo, AdN, Páginas: 344 (eBook disponible) (18 marzo) 18€
Un Fargo a la española ambientado en Frankfurt
Mascarell es el tipo al que recurres cuando no te queda otra salida. Acostumbrado a moverse por el barrio rojo, las narcosalas y algunos de los tugurios más apestosos de Frankfurt, su fama de resolutivo le ha proporcionado una sólida reputación como detective de casos perdidos. Sin embargo, un mal día se verá obligado a hacer frente a un encargo más extraño de lo habitual y demasiado bien remunerado para ser legal.
Su camino se cruzará con el de Ayla, una adolescente empeñada en averiguar la verdad tras la muerte de su hermano y en esclarecer los turbios asuntos en los que se vio envuelto antes de morir.
La investigación los llevará a rondar algunos de los lugares menos recomendables de la ciudad y los colocará en el punto de mira del Gran Rojo, la organización que habita a la sombra de los rascacielos y que no tiene piedad con quien se inmiscuye en sus negocios.
Irene Solà, Los diques, Anagrama, Páginas: 232 (eBook disponible) 19,90€
Una novela sobre la importancia de las narraciones para explicarnos el mundo. Una celebración del arte de contar historias.
Ada regresa a su pueblo después de una estancia de tres años en Londres. Durante los largos meses de verano que siguen a ese retorno, se van produciendo los reencuentros con familia, amigos y un antiguo amor.
Y también con el propio pueblo, ese lugar que la vio crecer. Con la intención de recuperar ese pequeño universo del que se había alejado, Ada empieza a inventar relatos en torno a todos ellos.
Esta es por tanto la historia de Ada y la historia de las historias de Ada. Esta es una novela hecha de una sucesión de relatos. Este es un libro hecho de la suma de pequeñas narraciones que componen el mosaico de un universo íntimo y compartido.
Irene Solà, aclamada autora de Canto yoy la montaña baila, debutó con esta novela –ganadora del Premio Documenta 2017– en la que juega con las palabras, los personajes y las ficciones, e indaga, explora, experimenta y por encima de todo se deja arrastrar por el placer y la necesidad de narrar, de contar historias.
Avni Doshi, Azúcar quemado, Temas de hoy, Traductor: Raquel Vicedo, Páginas: 320 (eBook disponible) (17 marzo) 18,90€
«Catártica, cáustica y memorable.» Jurado del Booker Prize 2020. Una historia punzante sobre madres e hijas, amor y traición.
«Mentiría si dijera que nunca he sentido placer cuando a mi madre le ocurre una desgracia.»
La madre de Antara siempre fue una mujer indomable, que despreció las convenciones de su familia, su marido y su época. Pero ahora está perdiendo la memoria y Antara quiere que recuerde. Que recuerde las veces que le hizo daño, los lugares a los que la arrastró de niña por huir de un matrimonio aburrido, el culto religioso en el que vivieron, los meses en la calle después de que le rompieran el corazón. Antara piensa en todo eso mientras acompaña a su madre y se pregunta cómo cuidar de alguien que no la cuidó jamás.
Azúcar quemado habla de hijas que no quieren a sus madres y madres que no quisieron a sus hijas y explora el doble filo del lazo que une a ambas. Traducida a 22 idiomas, esta es la afilada historia de dos mujeres que han pasado una vida embistiéndose desde la incomprensión.
Una historia de amor tan íntima como violenta, capaz de arrasarlo todo a su paso. Una voz poderosa de la literatura británica actual.
Eily tiene dieciocho años y acaba de llegar a Londres para estudiar arte dramático. Desde una fría habitación alquilada, emplea su tiempo en clases por el día y fiestas por la noche, entre pintas de cervezas, cigarrillos, montañas de libros y algunas relaciones esporádicas con sus compañeros. Hasta que conoce a Stephen, un actor que la dobla en edad, atractivo y controlador, que carga con sus propios demonios internos. Ambos pasarán de la amistad al sexo casual y de ahí a una relación cuya intensidad amenaza con arrasarlo todo a su paso.
Xavier Bosch, La mujer de su vida, Destino, Páginas: 520 (eBook disponible) (17 marzo) 21,90€
Un thriller periodístico vertiginoso sobre el robo de unos recién nacidos en los años setenta.
Joel, Raimon y Victòria, los hermanos Estrada, están muy unidos a pesar de que viven en distintas partes del planeta. Pero una investigación periodística pone a esta sólida familia en peligro. Joel, director de documentales, pronto se dará cuenta de que hay revelaciones que provocan que los sentimientos se tambaleen, que sacuden la vida y obligan a reescribir el pasado.
Xavier Bosch, un escritor en plena madurez creativa, combina en esta novela lo mejor de sus dos mundos, el del constructor de intimidades y el del periodista, que se mezclan en una trama vertiginosa en la que nos adentraremos en el vínculo amoroso y descubriremos el precio que una familia puede pagar si osa traspasar las líneas rojas de la verdad.
Cada familia soporta sus silencios. Cada país, también.
Novela gráfica
Manuel Gasco Matito, El cuarto de los milagros, Oberón, Páginas: 320, 29,95€
En muchos lugares sagrados existe el llamado cuarto de los milagros. Un espacio en el que los fieles dejan testimonio de curaciones y hechos portentosos ocurridos gracias a la intervención de seres celestiales: dioses, diosas, ángeles, etc. Manifestación popular de la relación ancestral entre creadores y creados. Pero es la mente humana el verdadero cuarto de los milagros. Esa infinita y sagrada habitación electroquímica donde puede suceder todo lo que queramos. Forjar, adorar y destruir mundos, dioses, civilizaciones y culturas. Crear todo lo que vemos, olemos o sentimos. Modelar nuestro entorno a su antojo. Crear lo que no vemos ni olemos ni sentimos, ni jamás existirá físicamente.
El espacio de las manifestaciones totales. Cuadradas, redondas, divinas, paganas, secas, mojadas, rojas y blancas. Un único medio de existir. Todos poseemos un cuarto milagroso, extraordinario y particular. En ese espacio nacen mis criaturas, creando mi propia mitología y sus singulares normas y relaciones. Un nuevo cuarto de los milagros material y gráfico que da otro testimonio de esa relación primigenia, en un bucle sin fin entre la habitación interior y la exterior. Un día desaparecerá esa relación. Nos daremos cuenta de que la habitación es solo una, en la que está contenido absolutamente todo: desde la primera hasta la última partícula infinitesimal. Lo sucedido sigue aquí y lo que viene ya llegó.
Ensayo
Diego Fusaro, Historia y conciencia del precariado, Alianza editorial, Traductor: Alejandro Pradera Sánchez, Páginas: 600 (25 marzo) 28€
En 1989 comenzó el declive del viejo capitalismo disciplinado de los estados nacionales y del sistema de bienestar conquistado con las luchas de clase. En su lugar se afirma el capitalismo líquido y financiero de la ‘new economy’. La clase burguesa y la proletaria constituyen la estructura fundamental de la nueva clase dominada: el precariado, compuesto por una multitud de átomos desarraigados y sin identidad, migrantes, sin conciencia de clase en el ‘open space’ del mercado mundial desregulado. Un precariado laboral y existencial: el nuevo paradigma no tolera forma alguna de estabilidad ni de ética comunitaria. La nueva clase dominante, una aristocracia financiera, está destruyendo los antiguos fundamentos del mundo proletario y burgués: de la familia al trabajo asegurado, de los derechos sociales a la ciudadanía.
Jordi Gracia (ed.), Los papeles de Herralde. Una historia de Anagrama 1968-2000, Anagrama, Páginas: 424, (eBook disponible) (17 marzo) 19,90€
Una trepidante y a ratos explosiva colección de pistas que nos dejan entrever a un tótem de la edición literaria internacional en la intimidad de su oficio.
Aunque el oficio de editor es enigmático, estos papeles ofrecen una trepidante y a ratos explosiva colección de pistas para saber cómo lo ejerció Jorge Herralde. Desde la compra de una máquina de escribir, una mesa y una silla en 1968 hasta la decisión de contratar a Patricia Highsmith, a Tom Wolfe, a Carmen Martín Gaite, a Martin Amis o a Ryszard Kapuściński, el libro sumerge al lector en la agitación diaria de Anagrama a través de las cartas de Herralde a autores, agentes, críticos, periodistas y colegas desde la fundación de la editorial y hasta el año 2000.
Ahí es donde Herralde toma sus decisiones, casi siempre a toda velocidad y casi siempre con buenas razones lacónicas: descarta manuscritos, negocia derechos, revisa pruebas, sugiere portadas, propone opciones y manda cartas a veces incendiarias o interviene en la discusión pública sin neutralidad política alguna. El suyo es un oficio sin leyes, sin normas, sin pautas, y por eso solo la personalidad del editor decide las rutas imprevisibles de la aventura: el gusto, la intuición, la temeridad y la imaginación determinan los autores, las diatribas, los debates, las colecciones, las portadas…
Ya en la primera Anagrama, guerrillera, subversiva y revolucionaria, Herralde supo detectar el cambio de los tiempos para impulsar otra revolución más profunda, más pertinente, y a partir de 1977 ofreció a los ciudadanos de una democracia titubeante los libros que no sabían que querían leer, gracias a colecciones tan potentes como la heterodoxa y corsaria Contraseñas, la ambiciosa y global Panorama de narrativas o una pionera colección de buen periodismo tan viva como Crónicas. Pero no solo inventó a los nuevos lectores: inventó también a buena parte de los nuevos novelistas y ensayistas de la democracia cuando creó el Premio Anagrama de Ensayo en 1972, así como el Premio Herralde de Novela y la colección Narrativas hispánicas en 1983. Todo el mundo sabe que Herralde es un tótem de la edición literaria internacional, pero aquí es además un tótem visto en la intimidad de su oficio.
Paz Velasco de la Fuente, Homo criminalis, Ariel, Páginas: 496 (eBook disponible) (17 marzo) 18,90€
La sociedad actual, reflejo de la criminología del siglo XXI.
La delincuencia y sobre todo los crímenes violentos tienen una presencia diaria en nuestras vidas porque revelan la sociedad en la que vivimos. A través de los medios de comunicación, el ciberespacio y las redes sociales vemos las imágenes de las víctimas, la escena del crimen, el desarrollo de la investigación policial, las declaraciones de los investigados, las sentencias…, y así se nos ofrece el crimen desde múltiples perspectivas.
Si bien muchos delitos siguen siendo los mismos que antaño, otros son absolutamente nuevos. Lacassagne sentenció que «cada sociedad tiene la delincuencia que se merece», y quizá estuviera en lo cierto, pues el avance como especie y colectividad ha creado nuevas formas de criminalidad y delincuencia tan diversas como: los copycat killers, la agresión sexual grupal, el sicariato femenino, la misoginia online de los incels, la cibercriminalidad social…, temas inquietantes de los que se ocupa este sorprendente libro, un análisis actual de la agresión humana y la violencia.
Roberto Villa García, 1917. El Estado catalán y el soviet español, Espasa, Páginas: 784 (eBook disponible) (17 marzo) 24,90€
La revolución que condujo a España hacia la dictadura.
La revolución española de 1917 fue una de las rupturas políticas más impactantes del Occidente europeo. Inspirada en la revolución rusa de febrero/marzo de ese año y en medio de la Primera Guerra Mundial, la revuelta conjunta de republicanos, sindicalistas, nacionalistas catalanes y militares junteros se convirtió en el suceso más trascendental de la historia de España del siglo xx, porque destruyó el funcionamiento normalizado de la Monarquía constitucional, cortó en seco el nacimiento de la democracia española y abrió las compuertas al largo ciclo autoritario que conoció el país durante el siguiente medio siglo. La revolución española desató las fuerzas que estuvieron tras las dictaduras de Primo de Rivera y Franco, una república inestable y una fratricida Guerra Civil.
Cuando Göran Therborn escribió su afamado libro ¿Cómo domina la clase dominante? (editorial Siglo XXI) no tenía los datos suficientes del funcionamiento de la prensa en España. Esencialmente la prensa de derechas es muy dada a la falsificación de la realidad, tanto como para que hoy en día tengan la desfachatez de insinuar que ha sido Pedro Sánchez el que ha convocado las elecciones en la Comunidad de Madrid. Lo dicen así, con toda la cara del mundo y sin ruborizarse. Si se dan una vuelta por los medios de la derecha –lo cual les va a llevar un tiempo pues son el 90%- podrán analizar cómo, de una u otra forma, la culpa de las elecciones es del presidente del Gobierno y no de una desquiciada (RAE: Que está alterado y fuera de sí o ha perdido la tranquilidad o la paciencia).
El ejemplo más patente se encuentra en esta tribuna de Jesús Cacho en Vozpopuli: “No tenemos vacunas, pero sí elecciones”. De repente una moción de censura, a causa de un caso de corrupción y 200 cargos políticos del PP que se han vacunado antes de tiempo –esto no se lo cuentan jamás-, se convierte en convocatoria de elecciones por culpa de Sánchez. Así lo escribe, no se sabe si bajo efectos de algún psicotrópico, Cacho: “El señor presidente del Gobierno no tiene soluciones para estas tragedias, no tiene vacunas para salvar la vida de los españoles, pero sí tiene elecciones con las que seguir hundiéndonos en la miseria”. Porque, Isabel Díaz Ayuso, con muchos ovarios –siempre lo orgánico-sexual como justificación de la acción política, típico del machismo y/o la derecha cavernaria-, tan sólo ha convocado elecciones para evitar que le diesen un “golpe de Estado” mediante una moción de censura como en Murcia. A pesar de que Ignacio Aguado, hasta ayer que fue cesado vicepresidente madrileño, ha negado conversaciones con el PSOE, que la realidad no opaque una buena mentira.
Porque al carecer de ética y moral y principios y sentido de la realidad, el periodismo patrio es capaz de defender una cosa y la contraria según le convenga y le proporcione más réditos. No son sólo las visitas sino los dineros que mediante anuncios y subvenciones proporcionan los distintos gobiernos. Y el PP suele pagar muy bien estas cosas (el PSOE de Andalucía también lo hacía antaño). De repente un mecanismo constitucional como es la moción de censura troca en golpe de Estado en la mente de alguien que se dice constitucionalista. ¿Paradoja? No, caradura. De repente, una crisis dentro de un gobierno de derechas (el trifachito madrileño) que venía cociéndose desde hace tiempo –porque en Ciudadanos aún tienen escrúpulos algunos de sus miembros y no están dispuestos a tragar con lo que ha pasado en las residencias de mayores, a perder dinero de los fondos europeos para los empresarios madrileños y otras disputas internas- y que, aprovechando que el Segura pasa por Murcia, ha acabado en adelanto de elecciones, es culpa de Pedro Sánchez y el camarlengo monclovita Iván Redondo.
Deben pagar una cantidad exagerada de dinero para que las mentes se nublen de esa forma. Quien convoca, en una pandemia, un día laboral –con lo de subversivo que puede ser eso- y haciendo aparecer a la clase política como una pandilla de estólidos es Díaz Ayuso. Sánchez tendrá sus errores a nivel estatal, pero intentar encalomarle esta es de estar enfebrecido de odio contra la izquierda. Contra toda la izquierda. Incluso contra los liberales más centrados. Quienes así escriben en columnas, editoriales y artículos y, además, orientan a sus plumillas no es que sean de derechas, es que odian España, la democracia y el periodismo. La presidenta madrileña está en todo su derecho de adelantar elecciones cuando decidiese, pero intentar camuflar ese derecho personal-político porque no es ni medio normal bajo una pandemia –habiendo ella misma criticado las elecciones catalanas- con fantasmagorías y conspiraciones es de estar postrado ante el poder. Luego se dan golpes de pecho demócratas, pero hacen un flaco favor a la misma, al liberalismo de verdad y a España.