lunes, 29 diciembre, 2025

Al menos la prensa madridista tiene arte para tapar los atracos

Hay que reconocerles que tienen arte, y mucha cara, a los periodistas del Real Madrid –que parecen ser todos por aquello de la regañina que les dio Florentino Pérez hace unos meses-. Son capaces de inventar nuevas palabras, nuevos eufemismos para ocultar lo que normalmente el común de las personas califica de atraco. Cuando estaban de persecución al líder de La Liga, estuvieron dos días discutiendo un penalti a Luis Suárez, pero escondiendo la imagen en la que se ve el contacto. Ahora que están más cerca ni se ha visto, ni leído análisis alguno sobre el gol anulado al Atlético de Madrid, ni el penalti sobre Oblak. La culpa de todo es de Simeone y ya está.

Suelen jugar a favor de obra siempre, ejecutando a la perfección los deseos del viudo con gafas, pero cuando hay cuestiones que se escapan a su control aparecen las reglas más extrañas del fútbol. Rescatan disposiciones adicionales de oscuros reglamentos o muestrarios para árbitros o entrenadores y nos ofrecen algo que hasta el momento nadie había utilizado, mucho menos contra su equipo. Ahora resulta que existe una zona Dogso, que ocupa casi todo un medio campo, en la cual se puede sacar tarjeta roja si es el último defensor y no tiene intención de jugar el balón. Como pueden ver en las imágenes de abajo, esa zona sirve para justificar la expulsión del jugador de la Atalanta, pero jamás fue invocada en la “nefasta y errada” (madridistas dixit) expulsión del jugador merengue Militao.

Cuando les afecta a ellos (porque parece que los periodistas escriben con la camiseta de su equipo puesta –Roncero lo hace, de hecho-), ni existen las zonas Dogso, ni la regla 3, ni la norma 7. Todo son errores arbitrales. De hecho en toda su vida sólo han reconocido como justa la patada y expulsión de Valverde a Morata y porque ganaron a los penaltis. De haberlo hecho alguno habría dicho que estaba demasiado lejos o que Morata fue en realidad el agresor o piscinazo. Por cierto, piscinazo hubo ayer de Casemiro y como el árbitro no le expulsó hoy han negado hasta la posibilidad de que haya tocado el suelo. Debe ser que el jugador se quedó levitando. Luego llega Rubén Uría pregunta por el reglamento donde pone eso y le dicen que es algo-que-ya-tú-sabes-está-ahí-pero-no-está. De hecho lo de disputa del balón se ha evaporado completamente de los argumentos aunque en el reglamento lo diga… bueno es que incluso ellos lo muestran. Normal que haya cachondeo en las redes sociales.

¡Ay cuando algo les perjudica! Llegan a rescatar llaves de artes marciales (¿Recuerdan aquel Ushiro Nage con el que dieron la turra años?), todos los periodistas ven lo que nadie es capaz de ver (como pasa con los goles de su equipo que siempre son golazos aunque que den en tres jugadores antes de entrar), reclaman la pena de muerte contra los colegiados y acaba llamando Florentino a la federación para que tome cartas en el asunto. Mano de santo. El VAR atraca a los competidores y es inexistente para los partidos del Real Madrid. Salvo algún acto de valentía de algún colegiado, el resto sabe perfectamente lo que tiene que hacer en favor del equipo del viudo con gafas y contra los demás. Tienen arte para defender lo indefendible y eso hay que reconocérselo, llegando hasta a inventar un reglamento nuevo si hace falta. Ahí tienen a los Fouto o los Fuentes justificando lo que haga falta. Hay que tener arte para robar y esta gente lo tiene… y todo el poder de su lado claro.

Post Scriptum. No sabía Gasperini que la mafia italiana, por muy romantizada que esté, no es nada comparable a la mafia deportiva blanca. Años de hacer una tras otra.

Ni se votaba contra la inviolabilidad, ni en Podemos saben de derecho

Ayer se votó, con resultado de rechazo, una proposición no de ley en la que se instaba al gobierno a acabar con la inviolabilidad del jefe del Estado presentada por Esquerra Republicana de Catalunya. La propuesta fue apoyada por los grupos secesionistas o nacionalistas y por Unidas Podemos. No fue apoyada por el resto de grupos parlamentarios. Algo habitual en cualquier parlamento pero que desde la prensa se ha querido hacer ver como una nueva desavenencia dentro del gobierno de coalición y desde uno de los socios como la muestra palpable de la carencia de sentimiento de izquierdas y republicano del otro socio. Se equivocan tanto los periodistas como los podemitas, por no decir que mienten conscientemente.

Partiendo del hecho que una PNL no suele tener mucho valor, que sirve para que el grupo que la presenta tenga sus cinco minutos de gloria y poco más y que no se conocen los derivados de haberla tomado en serio y no como algo meramente simbólico, es normal que el público que lea la noticia o las gentes de las redes sociales que observen los comentarios y los mensajes creados por los cabezas de ataque no entiendan nada. Como se ha expresado votar una PNL no tiene valor más que simbólico, pero si el PSOE la hubiese hecho suya habría tenido que abrir una comisión de diálogo y modificación, de la cual saldría una reforma de la Constitución, de ser apoyada por los 3/5 del parlamento, que hubiese llevado a un referéndum constitucional y convocatoria nueva de elecciones. Sólo para modificar ese punto constitucional para quitar la inviolabilidad del jefe del Estado. Un gasto de cientos de miles de euros en tiempos de pandemia con la paralización gubernamental no parece lo más normal, ni lo más adecuado.

Los periodistas que informan parecen no haberse dado cuenta de este aspecto o lo han escondido a fin de ejecutar las órdenes de arriba para desestabilizar al gobierno, más de lo que lo hacen los propios socios. El malo es el PSOE, en ambos ataques, y Pedro Sánchez un traidor a sus propias palabras de hace un tiempo. Sí porque el presidente del gobierno prometió quitar la inviolabilidad, pero al no ser jurista seguramente no sabría ni de qué hablaba y era más producto de la efervescencia del momento mediático. En Podemos, especialmente su jefe máximo, sí saben de derecho. Pablo Iglesias estudió primero la carrera de derecho y esto debería saberlo, como debe saber que las PNLs sirven para poco o nada. No les importa porque no juegan a cosas de legislación sino de alimentar odios y en el plano teatral para seguir mostrándose como izquierdistas (aunque no pasen de pequeño burgueses con ínfulas).

Ni se podía eliminar la inviolabilidad del jefe del Estado mediante una PNL, ni España está para todas las tonterías que proponen secesionistas o podemitas todos los días. Cuando quedan tres años de legislatura por delante pero existe una pandemia que está arruinando a personas, empresas y Estados no parece el mejor momento para proponer modificaciones constitucionales, leyes estúpidas y reaccionarias o demás ocurrencias de un vicedos que no asume ser vicedos. Deben pensar que, bajo esas condiciones, es más fácil hacer doblar la cerviz al presidente del Gobierno, colarle sus idealismos de mujeres con barba y pene menstruante, y aparentar ser imprescindibles. Lo piensan y se asustan al ver que quedan tres años de legislatura y ya están sufriendo electoralmente sus cosas de burgueses, sus cosas de oenegés, sus cosas de izquierdistas amargados que tanto repugna a la mayoría de españoles. Encima los medios de derechas les echan en cara a Santiago Carrillo y su Comité Central como modelo de comunistas preocupados por España.

En realidad los españoles les importan poco salvo para permanecer en sus puestos de poder (¿alguien piensa que no aceptarán el Índice de precios de Ábalos?), pero intentan aparentar todo lo que pueden y más. Dañan todo aquello que tocan, como le pasaba a Albert Rivera, porque sueñan que en una España destruida, dividida y hundida las masas se alzarán y llevarán a Iglesias en hombros a ocupar el Palacio de Oriente cual Lenin del siglo XXI. Ese es su sueño, pero la realidad es completamente distinta. Es más probable que las masas le lleven en hombros para tirarle al Manzanares (desde las Cortes, no desde la mansión de Galapagar) que para hacerle el jefe supremo de España. Mientras tanto mienten y alimentan el rencor, porque llevan una semana de insultos a los militantes y votantes del PSOE catalogándoles de menos que burros con capacidad de voto. Ya saben los únicos listos son elles, los demás tontos y fascistas. Lo que muestra que tienen un problema porque el 80% de España debe ser fascista según esa lógica. Realmente el problema que tienen es otro, pero con tiempo se cura.

A Moreno Bonilla sólo le queda vestirse de faralaes para ocultar sus errores

Allí, en el palacio de San Telmo debe estar el presidente de la Junta de Andalucía repanchingado en un sillón pensando, además de a qué huelen las nubes, cómo convencer a los andaluces de lo maravilloso que es él. No comprende que no le quieran como han querido a los presidentes del PSOE, ni como quisieron a Javier “Correcaminos” Arenas, con todo el esfuerzo que hace por parecerse cada día más a Cantinflas. Tanto en el habla como en el personaje. Si hasta ha permitido que Falange cuelgue su bandera en el Parlamento –ese mismo al que da un premio por su andalucismo- para crear la armonía necesaria con el cadáver de Queipo de Llano y recuperar la historia y fundirla en lo universal.

No entiende nada porque según le dice Elías Bendodo todo va bien; las personas están contentas siempre y cuando no tengan que acudir a la sanidad o tengan hijos que morirán achicharrados en los colegios cuando llegue el calor; Juan Marín ha aumentado los gastos para langostinos de Sanlúcar de todo el equipo de gobierno (recuérdese que nada más llegar a la poltrona se gastaron todo el presupuesto de un año en comidas del gobierno en tres meses); aunque las ferias no se celebren como antes cuando se pueda se gastará el triple; en Canal Sur los informativos han dado paso al No-Do o a telebonilla; en Almería igual hasta graban un nuevo spaghetti western y todavía no han metido en la trena al viejo Amat; el pin parental se aplicará pero sin decir que es el pin parental; y las mujeres vuelven a estar en la casa –“de donde no debieron salir” que diría cualquier voxero- para recuperar tradiciones. Es más, hasta le pueden quitar a Susana Díaz y poner a alguien que no conozca nadie en Andalucía (rezando porque no presenten a Espadas están en San Telmo) aunque se lleve bien con la Ejecutiva… de Madrid.

Y como no entiende nada, para tapar el fracaso del anuncio de la celebración del día de Andalucía con ese español perfecto de Castilla la Vieja, ha decido vestirse de faralaes y pasearse de esta guisa por toda la región. A ello piensa sumar su conversión en andalucista de pro, mucho más radical que Alejandro Rojas Marcos, y en recuperar a los descamisados de Alfonso Guerra si hace falta para que le tengan cierta estima. Más que estima que le voten porque de perder se ve a los cincuenta y tantos buscando trabajo –no ha tenido tiempo de cortejar a empresarios y banqueros- y con el currículum que tiene se ve echando peonadas para sobrevivir con el PER. Para ser del PP, la verdad sea dicha, está haciendo el trabajo sucio a Vox en todas las situaciones que dan votos a la extrema derecha y se los quitan al PP. Mientras tanto los andaluces de a pie pasándolas canutas, viendo cómo desde el gobierno de la Junta se ríen de ellos, les insultan y encima ni una dádiva les dan –antes no les hacían caso pero les daban cosas-.

Peor lo tiene, puede pensar Juan Manuel Moreno Bonilla, su colega Marín. De hecho le debe haber aconsejado que vuelva a reabrir la joyería porque en el PP no va a haber sitio, aunque Vox es el único partido que le queda por afiliarse de todos los andaluces. El actual presidente, cuando menos como dicen la encuestas que hace Bendodo en su despacho tomando un vino, logrará mantener su carguito de diputado, los de Ciudadanos con suerte lograrán hacer amigos al ritmo que van. Si tienes un consejero de Educación que miente y cataloga a los andaluces de estúpidos por no entenderle poco te pasa. Mientras la izquierda a la izquierda del PSOE se desangra en peleas de bobos (bohemios burgueses en francés) que se dicen de la clase trabajadora, mientras a Díaz le quieren segar las piernas a la altura de los tobillos, en Vox deben estar muy contentos, se deben ver hasta ganadores. Tienen al menos inteligente de los presidentes y a una izquierda cainita que les dará escaños, no por votos sino por no computar. Pero ¿y lo guapo que estará Moreno Bonilla de faralaes paseándose por toda Andalucía?

El error de Sánchez al hablar de crear 850.000 empleos

Con lo listo y leído que se dice Iván Redondo y los errores de primero de gobierno que comete cada día. El jefe de gabinete de Pedro Sánchez suele jactarse de haber leído a los máximos representantes de la comunicación política estadounidense, pero ha olvidado leer y escuchar a los que han hecho campañas electorales en España y para los españoles. Ese del contexto es un aspecto a tener en cuenta –de ahí las risas que provocaron las fotos a lo Kennedy de su asesorado nada más llegar al gobierno- y más tratándose de españoles que otra cosa no, pero memoria tienen para dar, tomar y señalar. Axelrod puede decir misa en griego clásico, Redondo puede estar entusiasmado con las emociones, pero en política no se ofrecen promesas con datos jamás. Por algo tan sencillo como que los datos son tangibles y te pueden dar con ellos en los morros a la vuelta de la esquina.

Hace unos años, antes de la existencia de los Millenials, Josep Borrell acudió a un debate sobre el estado de la nación sobrado prepotente porque él se veía como más listo que José María Aznar en temas económicos. Buscó debatir sobre datos y no sobre acciones o sensaciones y el hombre del bigotillo le barrió de la tribuna. No porque fuese mejor orador, no porque supiese más economía, sino porque tenía más datos y más oficiales que Borrell. El Gobierno siempre tiene más datos a su alcance que la oposición, de ahí que sea un error debatir sobre datos con un gobierno, el que sea. Y como Gobierno o en campaña electoral tampoco se pueden ofrecer cifras a futuro porque no se sabe qué puede ocurrir, lo que te vas a encontrar, mientras que generas unas expectativas que, en realidad, no vas a controlar.

Ayer cuando Sánchez desde la tribuna explicó que el gobierno va a crear 850.000 empleos para superar la crisis Pablo Casado debió sentir un placer similar al orgasmo. Esa cifra la va a tener presente cada día de aquí hasta dentro de muchos años. Cada equis tiempo saldrá Casado, o cualquiera de otro partido o asociación profesional, a recordarle que no ha creado esos 850.000 empleos nuevos. Y todo porque sus asesores, esos que son tan inteligentes, no han leído a Felipe González contar lo que le pasó a él mismo con los 800.000 trabajos que propuso en el programa electoral de 1982. En una entrevista tras salir del Gobierno el ex mandatario socialista se lamentaba de haber ofrecido una cifra tan contundente. Afirmó el ex-presidente que, a instancias de Alfonso Guerra –en su particular pelea personal seguramente-, incluyeron la cifra en el programa y en los argumentarios de campaña y que cuando llegaron al gobierno se dieron cuenta de que era imposible crearlos. En todas las legislaturas que estuvo él en el gobierno sí creó esos puestos de trabajo pero, producto de la desindustrialización y la incorporación de las generaciones más populosas, no había forma de ofrecer un extra por esa cantidad.

Ahora Sánchez ofrece crear 850.000 nuevos empleos en los tres próximos años. Si ya es complicado en condiciones normales, bajo la cola de una crisis financiera y en la vorágine de una pandémica es complicado, por no decir imposible, que se logre llegar a esa cifra. Eso sin contar las bajas por otro lado y en otros sectores. Los economistas son esas personas que hacen proyecciones, incluso con modelos multivariables, y les cuadra todo. Seguramente Redondo haya pedido una proyección de empleos que se pueden crear bajo una serie de condicionantes, o directamente en el aire, y los economistas monclovitas se la han ofrecido. Lo hace hasta un mono con un Bic en la mano, pero ese tipo de juegos acaban siendo un tormento cuando les das publicidad. Por mucho dinero que inviertan en ladrillo infraestructural, en paneles solares, en molinos de viento y en recuperar algo el turismo, no los crearán antes de terminar la legislatura sin que se destruyan otros cuantos. Y al final del camino las personas comparan los parados de uno y otro año, restan y si no cuadran los números te señalan. Esto lo debería saber el muy inteligente Redondo… o no tan inteligente.

Prensa y políticos contra PSOE y PP

Están ofuscados los medios de comunicación y buena parte de la clase política contra los dos partidos mayoritarios de España. Tanto a derecha como a izquierda reciben un acoso, opacado en cierto modo por los cavernícolas de las manifestaciones, bastante dirigido desde distintas posiciones políticas o de poder. El PSOE y el PP resultan molestos al poder mediático, a los populismos políticos y a cierta fracción de la clase dominante. Pese a ser, o por ser, los mayores partidos políticos de España están en el punto de mira, más cuando parece que acabarán acordando la renovación de ciertas instituciones del Estado, principalmente el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Algo que no ha gustado ni a Podemos, ni a Vox, ni a la miríada de periodistas que les apoyan de una u otra forma.

Incluso podrán haber leído que corre el rumor de una posible ruptura de Pedro Sánchez con Podemos para conformar una Gran Coalición con Pablo Casado y así contentar, dicen, a la clase dominante. Una clase dominante, por cierto, que está haciendo lo posible por acabar con Sánchez y Casado. Lo cual es paradójico o estúpido. Tras tanto tiempo sin hablarse dicen los manipuladores que ahora Sánchez y Casado serán uña y carne para salvar España, al banco de Santander, la Unión Europea y a la iglesia católica si hace falta. Dependiendo del lugar del que lleguen los disparos pueden añadir o restar causas supuestamente malas y oscuras que habría detrás de esa unión libre de destino en lo universal. Llevan años intentando hacer caer al PSOE y al PP –incluyendo distintas conspiraciones para derribar a los actuales dirigentes- para conformar un parlamento con partidos del gusto de la élite globalista, que sirvan al entretenimiento de las masas, pero cuyos fines sean similares pese a presentarse como divergentes. ¿Acaso piensan que lo que quiere Vox o Podemos no lleva a una misma clausura social? Ya.

Dicen que el PSOE controla toda la prensa. En realidad salvo influencia en dos o tres medios no controla nada, algo que haría derretirse de placer al camarlengo monclovita. Puede que a ustedes les presenten numerosos todólogos, doxósofos, opinadores, columnistas u opinantes de izquierdas en los medios de comunicación. Y así es. Ahora bien ¿cuántos apoyan al PSOE? ¿Dos? ¿Tres? En realidad siendo de izquierdas, aunque sea una izquierda postmoderna y del arriquitaun, no son del PSOE. En muchos casos son resentidos del PSOE de (especialmente) González, de Rodríguez, de Rubalcaba o de Sánchez, son de izquierdas pero anti-PSOE. A ellos súmenles los podemitas, ex-comunistas, los de acercarse al entorno cultural del podemismo, los izquierdistas que logran colocar sus libros en ese entorno o bajo los sellos de la clase dominante y tendrán en realidad el perfil de los opinantes de izquierdas. Para uno que defiende al PSOE hay siete que no lo hacen. De ahí que todos ellos y ellas sigan en una revolución permanente con camino hacia la nada pero que les sirve para ponerse medallas en su pechera de bobos (bohemios burgueses).

El PP sí tiene más medios entregados a su causa. Incluso tiene un BOE particular (El mundo) y una hoja parroquial (ABC) que les sirven para lanzar ciertas estrategias. Pero si se hace un repaso por las radios, las columnas de todólogos, los análisis de todo a cien, tampoco es que saquen un gran beneficio. La mayoría de los opinantes de derechas en realidad están más cerca de Vox que del PP, porque al fin y al cabo Iván Espinosa de los Monteros representa a los libertarios asociales que son masa en los medios de derechas mucho mejor que Teodoro García Egea. Habiendo un gobierno “socialcomunista” saben que no pueden regalar esfuerzos y se tapan un poco, pero lo habitual en esos medios es ofrecer todas las gracietas del nacionalpopulismo y no dar mucha visibilidad al PP. De hecho si alguien se ha tomado la molestia de leer los artículos de opinión (aunque sea por encima) de El mundo, ABC, Vozpopuli, OkDiario o Libertad Digital de los últimos dos años habrá comprobado lo verdes que se han vuelto en muchos casos. Apoyan con la boca chica al PP, pero se ponen cachondos con Vox.

Luego que si la clase dominante, que si los poderes esto y aquello, pero controlando como controlan a los hacedores de opinión resulta que no pueden con el PSOE, ni con el PP. Cada cual por su propio interés personal o de medio o de fracción pero intentan acabar con los dos partidos mayoritarios. Izquierdistas resentidos por no se sabe qué derecho durante la transición (por eso la deslegitiman); falangistas reconvertidos en libertarios furibundos; pesebristas genéticos en busca de pesebre; pseudointelectuales entregados a los mandados del Comité Central de la clase dominante; poseedores de la única verdad o de las esencias de tal o cual movimiento; marxistas que sólo han leído frases sueltas; y así hasta conformar una amalgama que de tanto pensar no se han percatado que, al final, el PSOE y el PP no es que sean el sistema o los elegidos del sistema, sino que son los únicos que no van por la vida odiando a los demás (Casado a veces tiene querencias), ni les van diciendo lo inferiores que son, ni lo perversos que son. Por no hablar que están mejor instalados que la iglesia católica en cada pueblo o ciudad de España. Aun así seguirán intentando acabar con ellos porque les puede el odio.

¿Qué quiere conocer el listísimo Iglesias del 23-F? (Con adenda de no saber lo que ha firmado)

No hay día que pase en que el ínclito Pablo Iglesias Turrión, alías el moños, alías amado líder como dicen en Diario 16 Mediterráneo, no monte algún tipo de espectáculo para aparentar ser el más izquierdista del mundo, el más preocupado por su pueblo, el más en términos generales. Ayer durante el esperpento de la conmemoración del cuadragésimo aniversario del fracaso del golpe de Estado (aunque realmente fracasó el día 24 de febrero) hubo de salir a aparentar, a soltar sus boutades, a violentar a los demás y preparar a sus huestes (cada vez menores) en las redes sociales. Primero pidió que se elimine la ley de secretos de Estado para saber qué pasó el 23-F al detalle. Segundo exigió que los alquileres se controlen como él dice. Ambas cuestiones tienen su aquel y son frases para ganarse a las masas cretinizadas, que diría Juan Manuel de Prada.

¿Qué quiere conocer del 23-F que no se conozca ya? Dice Iglesias que es muy estudioso de la historia de España pero ha debido saltarse los años finales del siglo XX porque no acierta ni por error. La transición le parece mal porque él hubiese querido que ganasen los comunistas a la izquierda del PCE, o como poco éste partido. Que el pueblo, ese al que tanto habla, decidiese otra cosa no le gusta porque no entronca con su marco mental. Y lo que con está de acuerdo con lo que él piensa es malo siempre, así sea una verdad inescrutable. Ahora quiere saber todo lo que pasó el 23-F pero no dice qué es lo que sabe para poder sacarle de dudas. En Diario 16 José Antonio Gómez ha sacado y recuperado muchas cuestiones al respecto. Pero se sabe que ese periódico no le gusta, que sus preferencias son otras por cuestiones sentimentales, profesionales y empresariales. Sin saber qué sabe o dice saber es imposible establecer qué quiere conocer más de lo ya publicado.

Si quiere cuestiones más dentro de lo militar tiene a Amadeo Martínez Inglés y otros ex-militares que han contado muchas cosas. Si quiere saber cuestiones relativas a Juan Carlos de Borbón también se han publicado muchas en distintas biografías. ¿Hubo dos golpes en el golpe de Estado? Eso se sabe, incluso hubo un tercer golpe y cuarto con el pacto del capó. Hubo golpes dentro de los golpes. Eso está en los libros de historia o de actualidad no de ahora sino de la misma época del golpe (José Oneto contó bastante, así como Pilar Urbano). ¿Quiere conocer que Alfonso Armada quería ponerse de presidente del gobierno, con el asentimiento del monarca, antes de dar el golpe y en el golpe? Eso lo sabe todo el mundo y lo sabían los políticos de la época. De hecho Armada se reunió con Enrique Múgica, del PSOE, para contarle sus planes sin asonada pero con una moción de censura y formando un gobierno de concentración. El dirigente donostiarra se lo contó a Felipe González, Alfonso Guerra y algunos más de la Ejecutiva que lo trasladaron al presidente del gobierno y al monarca separándose de esa operación. ¿Quiere saber quién era el elefante blanco? Si no lo ha adivinado todavía es que no sabe ver las cosas. ¿Quiere saber quiénes estaban en la trama civil? Las empresas se han conocido así como los elementos vinculados a los antiguos sindicatos verticales y la Falange. Igual quiere un papel que ponga “Yo, Juanito de Borbón di el golpe de Estado junto a González, Carrillo, Fraga y Areilza”. Eso no lo encontrará.

Ahora que está en la comisión del CNI, donde quería llegar para indagar sus fantasías conspiranoicas, igual se estará dando cuenta que tampoco es que se conozcan tantas cosas más allá de cuestiones antiterroristas, informes de situación geoestratégica y poco más. Se pensaría que pasarían por sus manos informes de espías investigando a Putin o algo así y por eso ahora quiere ver lo que hay de aquellos años. Infantilismo y saturación de series es lo que tiene el vicepresidente segundo.

Precios de vivienda de alquiler.

Y lo peor es que ese embotamiento del cerebro se va viendo en sus declaraciones respecto al acuerdo de gobierno firmado. Porque pide cosas que, en la letra, no están escritas en el acuerdo. En su cabeza, ya se sabe, puede que estén esas palabras y acciones, pero no en el acuerdo y como él dice pacta sunt servanda. “Este Gobierno no existe porque nos llevemos muy bien, sino porque hay un acuerdo de Gobierno con compromisos. Uno de esos compromisos es que hay que regular los alquileres” ha dicho el vicepresidente segundo. Vayan a la frase en negrita y búsquenla en el acuerdo de gobierno firmado entre Sánchez e Iglesias ¿la encuentran? No, porque el acuerdo jamás habló de regular los precios.

El acuerdo no habla de regular los precios del alquiler sino de establecer (punto 2.9.4) “un Sistema Estatal de Índices de Referencia de Precios del Alquiler de Vivienda” para aquellas “zonas de mercado tensionado”, algo que objetivarán Comunidades Autónomas y/o Ayuntamientos. Lo que se regulará serán las subidas abusivas los Ayuntamientos y/o Comunidades Autónomas “que así lo consideren” siempre y cuando se califiquen las zonas como tensionadas. Regular los precios es fijar un precio, establecer un Índice no es regular sino proponer que se paguen esos precios según algún que otro parámetro. Cualquiera que sepa leer comprensivamente entiende que no es lo mismo. Habrá poseedores de vivienda que se ajusten al Índice y otros que no (con perjuicio o sin ello), si se establece un precio mediante regulación todos están obligados a ese precio (ni por arriba, ni por debajo).

Se quiere poner la medalla Iglesias de una norma que, si se mira la letra pequeña, puede quedar en nada. Como tantas otras cuestiones, como el IMV, al secretario general de Podemos le da igual el resultado, lo que quiere es su medalla para fardar por las televisiones aunque en realidad la medida se quede en nada. Como la posible regulación queda en la voluntad de las Comunidades Autónomas y/o los Ayuntamientos ¿cuantos creen que lo van a aplicar? Por ejemplo, Madrid fijo que no y eso que es una zona con alquileres altos. Tampoco en un pueblo perdido de La Mancha porque no hay necesidad. Y luego los trapicheos que pueda haber entre alcaldes y propietarios de pisos vacíos pueden dar lugar a diversas especulaciones o perversiones del sistema. Porque al fin y al cabo cualquier Índice, como ha dicho el ministro José Luis Ábalos, no es producto de la imaginación del legislador sino que se debe apoyar en fundamentos reales y uno de esos fundamentos es la movilidad de precios del mercado. A Iglesias le gustaría poner el alquiler en 300 euros en el barrio de Salamanca (y así beneficiar a su servil Echenique que allí vive) “para joder a los ricos” pero eso no es posible con un Índice. Por tanto no es que el PSOE no cumpla lo pactado (que se ajusta a derecho) es que Iglesias no sabe lo que ha firmado. Y por mucho que mande a Ione Belarra a protestar por las televisiones no es más verdad lo que él dice. De hecho ¿por qué ninguno de los trolls de redes o sus edecanes del partido muestran el documento con el texto?

Por cosas así se dice que Florentino controla a la prensa

El domingo por la noche y el lunes por la mañana, de forma más extensa, saltaba la bomba informativa respecto al Real Madrid. Las gentes de Infolibre publicaban en exclusiva que el equipo madrileño habría llegado a acuerdos financieros con una empresa radicada en las Islas Caimán con un pago, primero, de 200 millones de euros e incurriendo en un presunto fraude de ley. Un tema de encaje financiero con organizaciones más que sospechosas de fondos opacos pero no tan extrañas en el mundo de las altas finanzas. Se sospechaba que el Real Madrid podría estar pasando apuros de flujo de caja hace dos años y el acuerdo a futuros muestra que esas sospechas (silenciadas) eran algo más que algo factibles. Una bomba informativa que, empero, no ha tenido eco en la prensa salvo contadas excepciones.

El silencio casi total de los medios de comunicación a un lado y otro del espectro ha sorprendido a propios y extraños. Igual hacer un especial como han hecho con otras entidades o jugadores (Messi) por cuestiones similares o menores, no. Pero haberse hecho eco de la noticia sí se esperaba, más en algún que otro medio deportivo. Cuando se dice que Florentino Pérez controla la prensa es por cuestiones como esta. Ese silenzio stampa de tinte mafioso suele aparecer cuando hay informaciones relativas tanto a las empresas del señor Pérez como cuando se refieren al Real Madrid cuando él lo preside. Porque cuando no está presidiendo el club bien que la prensa saca todos los trapos sucios que puede. Los que tengan memoria recordarán a Eduardo Inda todos los días contra el anterior presidente blanco.

Tampoco dicen nada que el fichaje de un ejecutivo (David Hopkinson) que le costó a los merengues 1,2 millones de euros y que fracasó en los objetivos de aumentar los ingresos. Algo así como Hazard pero en directivo. Y no es que Pérez llame por teléfono constantemente a directores de periódicos o juntaletras de los medios deportivos o generalistas. No le hace falta ya. En sus primeros tiempos sí era de mucho llamar, ahora ya no le hace falta más allá de algunos telefonazos a tres o cuatro animadores de las turbas futboleras. De hecho, según cuentan, llama menos de lo que muchos dicen que les llama o hacen pensar que les llama. El modelo de control estructural fue establecido hace tiempo y ahora ya no le hace falta ejecutar órdenes. Algún aviso de vez en cuando para recordar lo que podría pasar. En Cataluña tiene menos capacidad de maniobra y por ello han publicado casi todos los medios la exclusiva de Infolibre.

Es curioso que la propia prensa se autocensure con cuestiones como estas. Realmente las empresas de Pérez no gastan en publicidad tanto dinero como para tener maniatados a los directores. Donde hay anuncios de Clece ya se sabe por qué es. Pero ha logrado crear un entorno madridista que actúa a sus supuestos deseos que genera esa censura previa a todas las informaciones que puedan molestar al mandamás de la Castellana. Las reuniones que le preocupan a Florentino, hoy en día, son con otras personas del ámbito político. En la prensa deportiva saben bien lo que hacer sin órdenes. Por eso nadie ha hablado del atraco al Atlético de Madrid del sábado pasado; por eso venden humo con el fichaje de Mbappé o Haaland, llegando a inventar precios que les costarían y jugadores que podrían intercambiar; por eso ejercen de fanáticos de un club, algo que les sirve para obtener más visitas; pero por eso mismo callan los pecados y no los ponen en portada o en destacados. No es que el tito Pérez controle a la prensa en sí, es que ha conseguido que se controlen ellos mismos.

20 años disfrutando de la novela gráfica de Astiberri

Astiberri celebra en 2021 sus primeras dos décadas de vida. En marzo de 2001 se publicó el primer número de Trama, una revista sobre cómic que existió durante 5 años y 44 números y plantó la semilla de la editorial. Ese mismo año se publicarían los primeros cómics de Astiberri: Grendel Blanco, Negro y Rojo, de Matt Wagner; Mis circunstancias, de Lewis Trondheim; El camino de América, de Baru; o el libro ilustrado Mitologika. El mundo de las brujas, de Raquel Alzate, Aritza Bergara y Ricardo del Río.

“Todavía no tengo muy claro
qué significa Astiberri”

–Fernando Tarancón, editor de Astiberri

Entre 2004 y 2007 llegarían Blankets, de Craig Thompson, Píldoras azules, de Fre-derik Peeters, La perdida, de Jessica Abel, Arrugas, de Paco Roca, y María y yo, de Miguel Gallardo, los primeros grandes éxitos que nos colocaron en el mapa y que marcaron el camino para que hoy sigamos publicando novedades todos los meses.

“Éramos amigos, socios, y veinte años después seguimos siéndolo”

-Javier Zalbidegoitia, editor de Astiberri

Hemos formado un catálogo amplio de novela gráfica para adultos, con una apuesta firme por los títulos de autores y autoras españoles. Desde 2020, con esa misma filosofía, nos hemos lanzado a la aventura de poner en marcha una colección de cómic infantil y juvenil en la que los autores y autoras nacionales tendrán cada vez más peso. Además, el sello de humor ¡Caramba!, que nos acompaña desde 2015, ya ha superado los 50 títulos publicados con algunos de los humoristas gráficos más importantes de nuestro país.

Los datos

751 Títulos en catálogo; 300 autores y autoras publicados; 7 distribuidores llevan nuestros títulos a Europa y América; 204 cesiones de derechos internacionales; 60 Títulos en el sello ¡Caramba!; 50% de autores y autoras nacionales; 184 títulos en digital; 20 países a los que hemos vendido derechos; 6 Premios Nacionales del cómic: Arrugas (2008); Dublinés (2012); Las Meninas (2015); Lamia (2017); El día 3 (2019); La divina comedia de Oscar Wilde (2020). Imprimimos exclusivamente en imprentas nacionales, en papeles con certificados de sostenibilidad y con tintas ecológicas.

“Astiberri es que gente que no había leído cómic en su vida se vuelva adicta, que el tema de la vejez pueda llegar a ser trendy, y la certidumbre de que leer tebeos te hace mejor persona” –Héloïse Guerrier, editora de Astiberri

La celebración

Tenemos muchos planes para celebrar nuestro 20 aniversario a lo largo de este año. El primero de ellos es, por supuesto, seguir haciendo crecer nuestro catálogo con tebeos que nos gustan y nos emocionan. Pero también vamos a hacer muchas cosas especiales:

Promociones. La imagen que ilustra esta nota de prensa, de la autora valenciana Laura Pérez, será una de las protagonistas de la celebración. A partir de marzo, se podrá conseguir en pósters, marcapáginas y bolsas guardalibros como regalo en librerías o a través de sorteos y otras promociones.

Fanzine 20 aniversario. Además queremos disfrutar recordando los cómics que hemos publicado, el trabajo que hemos hecho y los buenos momentos que hemos vivido durante dos décadas. En 2021 publicaremos un fanzine en el que el equipo de Astiberri y muchas de las personas que nos han acompañado durante todos estos años recordaremos algunos de los mejores (y peores) momentos de nuestra historia. Se podrá conseguir de forma gratuita en librerías.

El podcast. En primavera pondremos en marcha un podcast en el que participarán editores, autores y personajes de dentro y fuera del mundo del cómic para charlar sobre diferentes temas y recuperar algunos títulos un poco desconocidos de nuestro catálogo.¿Firmas y charlas? Nada nos apetecería más que poder celebrar esta efeméride en persona y con toda la gente que nos ha acompañado estos años. Veremos si en la segunda mitad del año es posible organizar firmas, charlas y otros eventos presenciales con motivo del aniversario.

Si se celebra el 8-M hay que quitar todas las restricciones

El año pasado no se conocía casi nada respecto al coronavirus, aunque ya se tenían datos que indicaban el peligro. El Gobierno, recién proclamado, se guardó su minuto de oro con la celebración del 8-M, sin importar en realidad las demandas de las feministas o la peligrosidad del evento. También es cierto que desde la derecha se acudió, no en masa, al encuentro internacional de liberales libertarios que se celebró esos mismos días en Madrid. Así como todas las competiciones deportivas habituales con miles de personas en estadios y pabellones. Era un sí pero no.

Las cosas son bien distintas este año. Ahora se conoce el coronavirus, lo vil que se muestra mutando y contagiando, las consecuencias de infectarse en diversos grados y la esperanza de que las vacunas y los medicamentos que llegarán en breve acaben por derrotar al virus que ha cancelado la vida del mundo. Ahora sí se sabe y por cuestiones médicas no es prudente celebrar la manifestación del 8-M, ni encuentros paralelos (salvo los digitales), ni nada por el estilo salvo… salvo que se eliminen todas las restricciones que se han impuesto a empresas e individuos en toda España.

Empieza a estar la población española bastante cansada de la clase política (da igual el color) por actuar según les place y tomando decisiones de restricción de la libertad según les viene en gana. Todo ello bajo el supuesto paraguas de lo sanitario. Comerciantes cerrando sus negocios porque no acude nadie o están clausurados por las autoridades del lugar (hablar de competentes es suponer demasiado). Tiendas de ropa que sacan sus productos casi en saldo porque las personas han dejado de consumir puesto que ni salen para lucir la ropa, el peinado o los zapatos; o porque tienen miedo de contagiarse a la vista de las informaciones que ofrece la clase política y reproducen los medios de comunicación. Cada cual según quien le “manda” es verdad, pero ejerciendo de altavoces del poder político. ¿Alguien puede explicar por qué en Granada tienen que cerrar los comercios a las seis de la tarde mientras los trabajos siguen llenos de gente?

Curiosamente aparecen datos que confirman y derrotan los datos de unas y otras comunidades. Las que cierran bares tienen aumentos de infectados. Las que no cierran también. Las que establecen limitaciones fronterizas ven crecer los contagios y los que no también. Lo mismo ocurre con las bajadas de contagios. Ahora, cuando ha pasado casi un año empiezan, a la vista de ese tipo de datos, las Comunidades a reconocer que la mayoría de los contagios se producen en centros de trabajo y de allí se expanden por colegios y hogares. Todo esto es algo que la mayoría de las personas van conociendo y va provocando el aumento de su enfado. Normal porque hay muchísimas personas que lo están pasando mal de verdad con la pandemia.

Teniendo ese panorama presente ¿por qué han de permitir, aunque al aire libre sea menos contagioso, que se celebre el 8-M y no que las personas puedan acudir a los estadios de fútbol? El derecho a manifestarse no es superior al sanitario que impide la libertad de muchas personas para hacer una vida normal. Que sea un espectáculo de la clase política no le concede más derechos que el poder abrir la tienda el tiempo que ha sido uso, costumbre y norma. Si un padre o madre no puede visitar a su hijo o hija porque viven en comunidades distintas tampoco pueden las feministas hacer sus manifestaciones. O lo que es lo mismo, si están recortadas las libertades por una cuestión sanitaria, lo están para todos. Incluso para la clase política.

Con todo esto qué se quiere decir, que si se aprueban las manifestaciones del 8-M como derecho reconocido a la libertad de manifestación y expresión, más en un año donde el mundo queer intenta mandar a las mujeres a la Edad Media, el resto de restricciones deben ser eliminadas ipso facto. Porque una cuestión sea social o política no prevalece sobre los derechos individuales del ser humano. Están en igual gradación de derechos y por tanto habría que eliminar cualquier restricción. Eso o aguantar que las personas que hasta el momento han aguantado estoicamente se lancen a hacer lo que les dé la gana o a pegar políticos hastiados del cachondeo que empieza a ser todo esto. Las cosas del teatrillo político se permiten, las del mundo particular se persiguen como si hubiese una realidad paralela. Una realidad que existe en las mentes de unas elites que se han separado totalmente de sus conciudadanos.

El ahorcamiento de Calvo es sólo la punta del iceberg de la violencia contra las feministas

Pese a que Pedro Vallín afirme, con razón, que en España se es muy de quemar, figuradamente, a nuestros políticos, de dispararlos (en esto menos figuradamente) o ahorcarlos, la realidad es que el linchamiento de Carmen Calvo es sólo la muestra de la violencia que se viene observando desde el transgenerismo contra todo el movimiento feminista desde hace meses. Sí, transgenerismo que no transexualidad porque se está utilizando de forma torticera el calificativo trans para esconder algo que nada tiene que ver con la transexualidad, ni con la disforia. La autodeterminación de género es algo que va más allá de todo ello provocando una cancelación del sujeto mujer y permitiendo actos que son peligrosos para la propia sociedad. No es raro encontrar en textos transgeneristas y queer una defensa de la pedofilia o el incesto, por ejemplo. De esto saben más las mujeres del movimiento feminista y no es el tema a tratar, por lo que cabe recomendar que las lean.

El problema en cuestión es la violencia con la que están actuando desde el colectivo trans (no se hace distingo porque algunas transexuales están siendo especialmente agresivas). Aplicar la ley de Lynch a un muñeco de la vicepresidenta primera del Gobierno no es una gracieta es sólo la visibilización de amenazas, denuncias, persecuciones que las mujeres del colectivo feminista están sufriendo en sus carnes. Normal que se califique al transgenerismo de misoginia, de machismo y de reacción, no sólo intentan excitar los roles de género de hombre y mujer del patriarcado, sino que actúan de forma violenta y con exceso de testosterona. Así es normal que denuncien por delitos de odio, no a unos fascistas, sino a la presidenta del Partido Feminista, Lidia Falcón, o insulten y vejen a pensadoras como Amelia Valcárcel o Alicia Miyares. También han calificado de marimacho, además de insultos más groseros, a la ex-diputada del PSOE Ángeles Álvarez.

Eso es lo que se tiene más visibilidad porque son personas con una proyección pública, pero la crueldad, la cancelación, la persecución y la violencia verbal –porque la física aún no han podido ejercerla- se viene realizando contra cualquier mujer que defienda el feminismo. Da igual de derechas (pues han atacado a feministas liberales) que de izquierdas. Esto no es como intentan vender una disputa PSOE-Podemos, aunque sí es cierto que son desde el ámbito podemita de donde surgen muchas de las amenazas y persecuciones. A alguna que otra profesora de bachillerato le han amenazado con denunciarla ante la consejería de su Comunidad Autónoma para que la despidan. A alguna psicóloga le han dicho que harán todo lo posible para su colegio profesional le inhabilite. A alguna que otra mujer han amenazado con darle con un bate en la cabeza (desde una cuenta muy popular del podemismo y de lo queer). A todas las mujeres, heterosexuales o lesbianas, las han señalado por no querer “comerse una polla-femenina o un coño-masculino”, señalando que eso es transfobia. Todo el mundo es terf por no aceptar lo que “elles” quieren.

Esta violencia está ahí todos los días, desde el mundo queer, desde el mundo trans, desde el mundo podemita y ha terminado por escenificarse en el ahorcamiento de Calvo como mujer que está defendiendo el feminismo. No hay derechos humanos detrás de las protestas trans. Como dijo Mar Cambrollé quieren subvención por haberlo pasado mal durante años. Tampoco hay violencia simbólica, como se ha podido leer a alguna feminista. Para que exista violencia simbólica, siguiendo a Pierre Bourdieu (padre del concepto), debe existir una asimilación de esa violencia y esto justo es lo que las feministas no están dispuestas a aceptar. Verse sometidas y violentadas. Lo que existe es violencia en su estado más natural. Una violencia en redes sociales y en la práctica jurídica que esconden los medios de comunicación (se deben a las farmacéuticas que ganarán mucho dinero con las hormonas –que quieren que sean gratis- o a ciertos lobbies globalistas). ¿Han visto a Irene Montero, o a Pablo Iglesias solidarizarse con Calvo? No. Saben lo que se juegan en esta batalla. Que no son votos, porque los queer no llenan ni el Bernabéu, sino apoyos mediáticos. Por ello no censuran la violencia, sino que en cierto modo la permiten desde el podemismo. Y como sucede con todas estas cuestiones escénicas, al final hay un tonto que coge una pistola y la dispara de verdad. Son muchas las mujeres (se podría hacer una lista enorme con nombres y apellidos, que se obvia en este caso para no exponerlas más) que sufren cada día persecución, violencia verbal, amenazas e insultos. Lo de Calvo es sólo la punta del iceberg de la violencia que manifiesta el transgenerismo.