Como he comentado en otras ocasiones, cuando lea un libro que considere interesante se hará una crítica. Ya ocurrió con el bodrio de Don DeLillo y ahora con este libro, que va ya por su sexta edición, de Antonio Pérez Henares. Como sabrán, pues lo he comentado en más de alguna ocasión, normalmente leo libros sesudos y algunos de eso que catalogan como Actualidad o No ficción –lo de no ficción debe ser broma porque algunos superan con creces la ficción- y entiendo que no son para todos los públicos. Sin embargo, esta novela histórica de Chani merece la pena y mucho. Más allá que les guste la persona en su faceta como comentarista del mundo espectacular de la política, el libro en sí es muy recomendable por lo que comentaré a continuación.
Lo primero que destaca en el libro es la sencillez de la escritura del mismo. Pérez Henares demuestra que sin ponerse pedante o intentar adaptar el lenguaje a la época –aunque como pueden suponer algún “palabro” hay- se puede escribir muy bien. Tanto como para devorar las páginas dejándose llevar por la historia. Algo que es sumamente importante ya que existen escritores que se esfuerzan tanto en lo lingüístico que abandonan a su mala suerte a los personajes. En el libro Cabeza de Vaca la mala suerte de los personajes, desde luego, no es culpa del autor. El lenguaje es rico pero sin excesos permitiendo caminar junto al personaje por una travesía -¿se puede decir del desierto? En cierto modo sí- apasionante que no esconde ninguna arista de la época.
Lo segundo a destacar es la profundidad de los personajes principales (Cabeza de Vaca y Trifón). Como saben de otros libros comentados, considero que los libros o tienen una historia buena independiente de los propios personajes, o tiene unos buenos personajes con una historia más encilla. En este caso hay una historia, o Historia porque lo narrado sucedió no sólo en la cabeza de Pérez Henares, bien trazada, rellenando los huecos con solvencia y también hay personajes. En especial el personaje de Álvar Núñez Cabeza de Vaca cuya personalidad acaba embriagando al lector por su ética, su inteligencia para acabar siendo considerado un gran chamán y su sentido del mundo que le hace, en la pluma de Chani, un adelantado a su época en muchas cuestiones humanas.
No esconde el autor a los malvados que, ansiosos de riquezas, maltrataron a los indios que allí encontraban, algo que la falsa leyenda negra se ha encargado de agigantar. Gentes malas allí acudieron a miles, pero a miles también acudieron gentes buenas. No sólo fray Bartolomé de las Casas, por destacar al más conocido, pasa por la novela, sino que se pone de manifiesto que la reina Isabel de Castilla siempre expresó que aquellos que allí encontrasen eran súbditos suyos y por tanto no cabía esclavizarlos sino cristianizarlos. Algo muy presente en Cabeza de Vaca como bien cuenta Pérez Henares. Se cuenta lo malo y lo bueno. Desde luego Tulio Halperín Donghi o Leslie Bethel, por citar a dos grandes hispano-americanistas, estarían orgullosos de la lealtad con lo histórico del texto. Algo que es de agradecer en esta “moda” de la novela histórica donde se inventan la Historia para intentar colar alguna novela.
Tienen, pues, buenos personajes, una historia increíble, un texto muy bien escrito y una contextualización adecuada. A ello súmenle que los capítulos no son demasiado largos –especialmente si ustedes leen de noche es sumamente útil- pero se conectan perfectamente y sin excesivos saltos argumentales. Igual, aunque en una obra de quinientas páginas pueda parecer irse por peteneras, la crítica que cabe hacerle a Chani es que no haya escrito más sobre la parte central del viaje. Porque la verdad es que uno se queda con ganas de más en ese viaje de años perdidos en busca de la salvación, de esos descubrimientos que no pudieron adjudicarse (el Misisipi, Tejas…), de esas mañas que fueron adquiriendo. Esto es lo bueno de la obra de Pérez Henares te deja con ganas de más.
En estos tiempos de turbulencias y reconstrucciones de la Historia este tipo de novelas son muy necesarias. Saber de dónde venimos y lo que hicimos frente a los “chamanes” del pensamiento descolonizador y la cultura de la cancelación es fundamental para formar personas demócratas. En esto no hay diferencias entre ser de un lado u otro del espectro político pero sí ayuda a ponernos en el lado bueno de la Historia, para bien y para mal. Cómprenlo y disfrútenlo porque allí no encontrarán mentira, algo de ficción sí. Vayan de viaje con un personaje excepcional como Cabeza de Vaca.
Debe hablar tan poco el ministro de Consumo en el Consejo de los martes y en su trabajo cotidiano que cuando se enfrenta a un acto público, como es la Coordinadora Federal de IU, se trabuca y no saber expresarse. Es la única explicación para un ser que presume de leer mucho, en una carrera por ver quién lee más y ve más series con el vicepresidente segundo, y que aparenta no hacerlo cuando se tiene que expresar. Ser un ente silencioso en su gestión de gobierno (¿han desaparecido los anuncios de casas de apuestas?) y en los Consejos de ministros –cabe imaginarlo en su rincón abstraído en sus cuitas personales mientras los demás andan de trifulca en trifulca- parece que le afecta a la hora de hablar.
Como habrán visto en las redes sociales Alberto Garzón ha “proponido” eliminar algunos “artículos que consideran delitos elementos anacrónicos como el de injurias a la corona u ofensa a los sentimientos religiosos, nunca han sido usados tanto como ahora para coartar la libertad de expresión”. Lo ha “proponido” y no le hacen caso. Si lo hubiese propuesto igual sí le hubiesen hecho caso. Es más, Unidas Podemos lo ha proponido y el PSOE lo ha propuesto sin tantas alharacas sobre cuestiones reaccionarias. Porque a propuestas reaccionarias no le gana nadie a Garzón. De hecho quiere que las personas de este país acaben comiendo mijo mientras lo encubren como algo ecológico. Para paliar el hambre nada mejor que comer con menos nutrientes, como en la Edad Media, pero de forma ecológica. La conquista de la carne para el pobre es mala. Si se es pobre a comer mijo.
Para el comunista las cosas se ponen "de manifestación" en vez de ponerse "de manifiesto". El subconsciente "proponido". pic.twitter.com/rUmChrX6Dr
Pero no sólo ha “proponido” Garzón sino que ha visto que todo lo sucedido en estos días “pone de manifestación” que haya “muchos actores socioeconómicos y, en este caso, también judiciales, que interpretan de manera reaccionaria tuits”. Dice que es marxista y no lo “pone de manifiesto”. Como pueden observar un total despropósito lingüístico que no se puede explicar con tantas lecturas que die tener. Ya en sus libros pone de manifiesto que las lecturas no suelen ser en profundidad, más bien regurgita lo que han escrito otros, utilizando los mismos argumentos y endosando algún gráfico que “encaje” en lo que expone en el texto… o no, que también ha sucedido. No es plagio porque, al menos, se molesta en cambiar las palabras, pero la idea que sobrevuela en todos ellos siempre son de otros. Se le da bien “piratear” a Perry Anderson, por ejemplo.
La verdad es que Garzón es el ministro que todo gobernante desea tener. No legisla sobre cuestiones importantes; mete la pata en los momentos en que es necesario desviar la atención (por mucho que lo haya intentado explicar ha quedado como el difusor de lo malo que es el jamón de pata negra y el aceite –de hecho no se ha percatado de que el indicador europeo está ideológicamente establecido–); y siempre suelta alguna perla para que se puedan hacer todas las bromas del mundo con su persona. Es lo que pasaba con Fernando Morán y los chistes sobre sus despistes. Aunque en aquel caso su acción de gobierno fue enormemente beneficiosa para España, la del postmoderno leninista-por-las-mañanas está por ver. Es gracioso que quienes presumen de ser más listos e inteligentes que los demás –para poder legitimar sus cargos- cometan errores de tal calado sin corregirlos en el momento de expresarlos. Porque cuando alguien sabe hablar bien puede cometer lapsus, pero la corrección suele venir al instante por el mecanismo mental de autocorrección. Queda claro que cada vez nos engañan más con sus lecturas.
Aquí tienen las novedades de la semana que editan las pequeñas y medianas editoriales de nuestro país. Como siempre, la selección de los libros corresponde a lo que nos parece más significativo personalmente. O aquello en que nos dan mejores medios para hacer corta y pega, que es lo que se hace y lo reconocemos. Cuando se lea un libro que merezca crítica se publicará, el resto lo que dicen en notas de prensa. Otros igual se sienten cómodos con otras formas de hacer. La fecha que aparece en paréntesis es el de salida a la venta ya que, a veces, vamos por delante de la publicación.
Novela
Pepe Cervera, Azufre, Silonia-Tres Hermanas, 16 €
Siete relatos componen este rotundo y poderoso cuadro de las relaciones humanas que es Azufre. La mirada certera y auténtica de Pepe Cervera deja a la vista los frágiles y heroicos mimbres con que los seres humanos montamos y sostenemos nuestras vidas. Algunos de los textos de esta colección nos sitúan ante las difíciles y a menudo irreconciliables relaciones entre padres e hijos: paisajes helados e insalvables de «Kilómetros y kilómetros». Cervera se asoma a ese pasado que da miedo remover, a los daños irreparables que nos causaron o causamos, y que perviven por generaciones. Encontraremos también aquí al gran Chet Baker en una pieza de atmósfera teatral que aborda el maltrato y la crueldad paternos. Sabremos también cuál es el horizonte real de muchos octogenarios, o los secretos de una familia reunida en navidades en tiempos del presidente Kennedy. Haremos un viaje hasta una escuela de arte en el París del XIX para que se nos hable con sutileza del deseo, del imaginario, del cruce de miradas entre dos clases sociales La lucidez que proporciona los años se refleja en «Conexiones», elogio de la amistad de un par de matrimonios que, pasados los cincuenta, se encuentran en una casa en la playa, dialogan sin tapujos y contemplan aún extasiados el mundo. El último relato, «A propósito de las jóvenes ideas», es una visión absolutamente deslumbrante de quienes, como el autor, vivieron de adolescentes y jóvenes en los ochenta aquella locura de la llamada «ruta del bacalao». Cervera consigue un intenso, prodigioso y detallado retrato generacional de quienes trataban de escapar, salvarse o redimirse y quedaron en el camino o sobrevivieron de milagro.
Christopher Isherwood, La violeta del Prater, Acantilado, 14 €
Corre el año 1933, Hitler ha sido nombrado canciller de Alemania y la situación en Austria es cada vez más inestable. Sin embargo, Chatsworth, productor de cine británico, se dispone a realizar un drama romántico basado en una obra musical vienesa. Está convencido de que la película, titulada La violeta del Prater, será un éxito comercial si la dirige Friedrich Bergmannun judío austríaco tan genial como impredecible que ha dejado a su familia en Vienay escribe el guión Isherwooduna promesa de la literatura inglesa que acaba de regresar a Londres tras vivir en Berlín. El resultado de este encuentro no es sólo un certero retrato de Londres y Viena en los críticos momentos que precedieron el estallido de la Segunda Guerra Mundial, sino también la apasionante historia, basada en las experiencias del propio Isherwood, de cómo nace y toma forma una película, superando las tensiones, las intrigas y la pugna de egos que a menudo amenazan el proyecto.
Varios Autores, Nuevos archivos secretos de Sherlock Holmes, Funambulista, 22 €
Sherlock Holmes, a quien tanto llegó a odiar Conan Doyle, su creador, hasta el extremo de matarlo y verse obligado a resucitarlo debido a la presión de los lectores y de su madre, vuelve aquí a los tenebrosos y húmedos escenarios del Londres del hampa y del crimen. En estas nuevas espléndidas y trepidantes aventuras apócrifas, narradas con nervio, probablemente, por dos escritores alemanes admiradores del famoso detective, el lector verá a este en plena acción, aplicando su lógica deductiva para resolver con brillantez los casos que se le ofrecen, y esto es quizá lo más novedoso de estos relatos más empático que el original y con sentimiento paternalista hacia su joven ayudante Harry Taxon. Como dice David Felipe Arranz en su prólogo: «A Kurt Matull y Matthias Blank hay que verlos en su contexto, devolverles su personalidad, la firma que ellos mismos se negaron en vida. Creemos que sí representan un universo editorial de carácter popular que merece la pena recuperarse, además de ofrecernos un panorama del mundo siempre sorprendente y novelesco de las imitaciones, máxime el del arranque del siglo XX, la centuria bélica en cuya primera mitad se perdió el rastro de estos dos prolíficos pícaros que, quién podría negarlo, manejaban la pluma mejor que muchos colegas de su tiempo y del nuestro».
Matteo Terzaghi, Oficina de proyecciones luminosas, Pre-Textos, 15 €
La relación entre lo que vemos y lo que imaginamos, entre la retina del ojo y su punto ciego, es indagada en este libro a través de una serie de piezas en prosa que cuentan casi siempre la historia de una fotografía o de una figura vagante. En un capítulo emblemático, el encuentro con una roca errática suscita en el narrador una ola de fantasías y consideraciones sobre el sentido de la vida, y así como rocas erráticas se recortan en las restantes páginas del volumen o en la pantalla de una misteriosa Oficina de Proyecciones Luminosas zapatos desparejados, paraguas-cornejas, astillas chamuscadas de una caja de madera explosionada, dos ruedas de bicicleta sin bicicleta, pero también el fantasma de una tigresa, una mujer con una bolsa en la cabeza o personajes conocidos como el piloto de Fórmula 1 Clay Regazzoni y el escritor-caminador Robert Walser. Son fragmentos de un mundo que, aunque ha perdido su centro, deja entrever de todas maneras una densa red de conexiones poéticas. Según el jurado que le otorgó el Premio Suizo de Literatura, este libro tiene el mérito de hacer «dialogar en breve espacio la narrativa autobiográfica, el microensayo filosófico, las reflexiones sobre las relaciones entre imagen y texto, todo en una lengua y en un estilo de gran claridad que en los mejores momentos recuerda las lecciones de grandes maestros como Robert Walser e Italo Calvino».
Naruki Nagakawa y Makoto Shinkai, Ella y su gato, Duomo, 16.80 € (01/03/2021)
En un lluvioso día de primavera, Miyu, una chica que vive sola en la gran ciudad, encuentra un gato acurrucado en una caja de cartón y se lo lleva a casa. A ella se le da mal expresar lo que siente. Él observa de cerca sus torpezas y rutinas. Cada uno en su universo propio, ambos dan el salto al mundo exterior, donde encontrarán a otros con distintos problemas, unas veces grandes y otras, pequeños. Reina, una chica que no reúne el suficiente valor para presentarse a unas pruebas de acceso a la escuela de Bellas Artes, y Aoi otra joven que vive atormentada por la muerte de su mejor amiga… Mientras sus gatos las observan con cariño, entre todos nacerá un vínculo especial, lleno de emociones.
Ella y su gato supone la novelización de una de las primeras obras del prestigioso director de animación Makoto Shinkai. Son cuatro historias engarzadas que giran en torno a gatos recogidos de la calle, repletas del encanto y la belleza del mundo de este gran cineasta contemporáneo.
Katerina Tuckova, El legado de las diosas, Periferica & Errata naturae, Traductor: Kepa Uharte, 24.00 € (01/03/2021)
En las cumbres de los Cárpatos Blancos, en la comunidad de Žítková, esparcidas por las colinas, se encuentran agazapadas unas pocas casas. Todo queda lejos. Por eso, dicen, desde tiempos inmemoriales un linaje de mujeres con poderes excepcionales ha logrado preservar el conocimiento y la intuición que el resto de nosotras hemos perdido, que ha pasado de generación en generación durante siglos. Sanadoras, sabias y videntes, transmiten su arte de madre a hija, y se las llama «diosas». Si se dice que ven el futuro, ¿por qué no han sabido protegerse del suyo? Una novela conmovedora sobre el poder, la corrupción y la traición en los regímenes totalitarios, sobre la racionalidad y la magia, pero también, y de forma fundamental, del destino de las mujeres durante el siglo XX.
«Agua pasada» es la historia de dos personas apasionadas que comparten un pasado vergonzoso y un presente gris. Décadas después de que una historia de amor de la niñez hiciera que la ahora directora de una prestigiosa escuela Mohumagadi y el padre Padre Bill fueran expulsados de sus comunidades, los dos personajes vuelven a estar juntos en las circunstancias más inverosímiles.
Eiríkur Örn Norddahl, Hans Blaer: elle, Hoja de lata, Traductor: Enrique Bernárdez Sanhis, 21.90 € (01/03/2021)
En una casita de madera, a la luz de una vela como un malhechor cualquiera, Hans Blaer se esconde de la policía. Le acusan de drogar a una joven y de abusar de ella en su centro de acogida para víctimas de violación. Hans Blaer es intersexual y transexual, y también un polémico trol de los medios de comunicación. Se dio a conocer cuando aún era Ilmur Þöll, una chica nacida con micropene (o macroclítoris), que en su programa de radio arremetía contra la homosexualidad y los transexuales. Tras el eco mediático, Ilmur se aumentó los pechos y empezó a administrarse hormonas masculinas y femeninas para reforzar su doble naturaleza sexual. Así nació Hans Blaer, elle, y esta poderosa novela cuenta sus 24 horas de huida y las múltiples reflexiones íntimas que la acompañan.
Elisabeth Mulder, El retablo de Salomé Amat, Espuela de plata, 17.90 € (01/03/2021)
El retablo de Salomé Amat fue el gran proyecto final de Elisabeth Mulder, su obra póstuma. Esta novela es la paradoja que desvía la atención de la figura de Salomé, para abrirnos un camino más allá de la consecución final del deseo. Elisabeth Mulder arrastró este relato durante los últimos treinta años de su vida. Fue concebido en origen como la historia de las mujeres de una gran saga familiar. El retablo en tres piezas se conserva hoy en letra mecanografiada entre los documentos de su legado. Dos calles laterales con títulos tan elocuentes y reveladores como Las edades conquistadas y, tomado de un verso del poema «Balada de la cárcel de Reading» de Oscar Wilde, Matar lo que se ama. El frontal principal es para Salomé. En el proceso de creación, la autora redujo y compiló en dos generaciones, madre e hija, la larga estirpe que imaginó en principio. La vida no necesita más. Octogenaria ya, cuando pone punto final a esta última dádiva con la que quiso halagarnos, sabia con la sabiduría que la repetición de los días procura, sabedora de que, a pesar de la historia y sus sucesos, de las hazañas, de las biografías, las crónicas, a pesar de todo, los rostros y las miserias terminan siendo los mismos… Y la vida vuelve al punto de partida.
Linda Boström Knausgard, Bienvenidos a América, Gatopardo, Traductora: Carmen Montes Cano 14.60 € (01/03/2021)
Ellen acaba de cumplir once años y cree haber cometido un acto atroz: ha suplicado a Dios la muerte de su padre. Su mayor deseo se ha cumplido, pero a cambio enmudece por temor al poder de sus pensamientos. Sus padres estaban divorciados, pero las visitas de su padre alcohólico y colérico se volvieron cada vez más recurrentes. Antes habían sido una familia feliz: su madre es una de las actrices más famosas de Suecia, un dechado de alegría, y su padre era un hombre… diferente. El hermano de Ellen se atrinchera en su habitación, escucha música a todo volumen y orina en botellas vacías, mientras que su madre no para de repetir que forman «una familia luminosa», imponiendo su optimismo inflexible incluso cuando una oscuridad silenciosa amenaza con engullirlos a todos.
Bienvenidos a América, finalista del Premio August al mejor libro de ficción en 2016, es una delicada pieza de cámara que nos hace partícipes del mundo mágico de una niña que protege el oscuro secreto que anida en su interior y desafía a su madre a una dura prueba de fuerza.
Ángel Olgoso, Devoraluces, Reino de Cordelia, 14.96 € (01/03/2021)
Con los relatos de «Devoraluces», Ángel Olgoso se despide de un género que ha cultivado durante cuarenta años con fruición imaginativa y estilística. Los catorce textos de este libro, que ha ido construyendo durante los últimos cinco años, dan un golpe de timón a su narrativa ?donde dominaba lo extraño, lo turbador o lo sombrío?, poniendo proa a un territorio más luminoso: la bondad, la pasión amorosa y creativa, la alegría, la solidaridad, los sueños, la gratitud, la esperanza, la capacidad de maravillarse ante la belleza milagrosa del mundo. Devoraluces es celebración y reconciliación, un breve catálogo de las raras dulzuras que puede otorgar la vida, una iluminación profana, un bálsamo para tiempos inciertos. Y Ángel Olgoso vuelve a hacer un uso maestro del crisol del cuento.
Olga Guirao, Bellísimo Hervé, Egales, 19.95 € (01/03/2021)
Este relato, crónica de la vida de Fonsi Trebi, un escritor gay nacido a principios de la década de los sesenta, es como una cámara del tiempo por la que transcurren casi cincuenta años a caballo entre dos siglos: el sida, el amor, cierta amistad, fundida en una suerte de paternidad foucaultiana, y sobre todo el mundo de la literatura, en esa mítica Barcelona de los escritores, editores y agentes, que parece agonizar sin remedio, pero no tanto como para que no siga sonando, fuerte y clara, la imperecedera voz de los escritores muertos.
Es esta una novela intensamente francófila y de múltiples facetas que se despliegan a la manera de un juego secreto, para terminar erigiéndose en homenaje a Hervé Guibert, el inolvidable apóstol de la autoficción, de legendaria belleza, que, casi treinta años después de su muerte, mantiene intacto su misterioso e inagotable poder de seducción.
Stefan Zweig, Sendas equívocas, Editorial Ulises, Traductor: J. Ferrán y Mayoral, 17.90 € (01/03/2021)
Bajo el título de Sendas Equívocas se reúnen en este volumen tres novelas cortas de Stefan Zweig: Historia de un crepúsculo, Subversión de los sentidos y Ocaso de un corazón, menos conocidas, quizás, que otras piezas suyas como El jugador de ajedrez, Carta de una desconocida o Amok, pero no inferiores en calidad. El formidable pulso narrativo de Zweig le permitió lograr dar vida en sólo unas pocas páginas a momentos representativos, «estelares», de la historia de la humanidad, lo que él llamó «miniaturas históricas». Los presentes relatos son también, de algún modo, delicadas y minuciosas «miniaturas» novelescas, de leve extensión pero no menos sutiles y complejas que sus obras mayores.
Juan Varo Zafra, El demonio meridiano, Cuadernos Vigia, 12.00 € (01/03/2021)
El demonio meridiano es, sin lugar a duda, un libro excepcional en la obra de Juan Varo. Inteligente, profundo, perspicaz y lleno de humanidad. Sus textos no se agotan con la primera lectura, sino que perduran y nos siguen interrogando en el tiempo, que es con seguridad la labor primordial de los aforismos.
Raúl Hoces, Un patio común, Sloper, 16.00 € (01/03/2021)
En esta novela coral, con acción en un barrio obrero cualquiera de una gran ciudad, Daniel, Marta, Olga y Tinka nos cuentan cómo sobreviven a los pequeños y grandes dramas de la vida cotidiana, cómo se relacionan entre ellos y con el mundo. Dani es un antiguo expatriado que se vio obligado a volver a casa para hacerse cargo del negocio familiar. Olga quiso ser actriz, pero a ratos se conforma con ser auxiliar de peluquería. Marta siempre quiso tener una familia y cree haberlo conseguido y Tinka es una adolescente en apariencia normal. Los excéntricos Gabriel y Maru completan un cuadro costumbrista, en un suerte de realismo cómico.
Ensayo
Ricardo Moreno Castillo, Breve tratado sobre la felicidad, Fórcola, 16,50 €
Tras su polémico Breve tratado sobre la estupidez humana y su defensa de la educación humanista en Los griegos y nosotros, Ricardo Moreno nos presenta su personal reflexión sobre la felicidad. No se trata de dilucidar lo que sea, tarea quizá imposible, sino deducir por qué con los mismos triunfos en la mano unos saben ser felices y otros no. Como ya nos alertó en su anterior tratado, la estupidez nunca allana el camino hacia la felicidad, muy por el contrario, lo bloquea, obstaculiza y destruye. Así que es muy útil dialogar con aquellos pensadores que en toda época y tan distantes en el tiempo se han enfrentado con la pregunta más importante de la Filosofía, y que tantas implicaciones tiene para nuestra vida; todos ellos se convierten en nuestros contemporáneos, y sus pensamientos, encadenados unos con otros, forman el hilo conductor con el cual podemos buscar la salida hacia la felicidad, en medio del laberinto que nos ha tocado vivir.
Este libro indaga la genealogía de la organización político territorial de la España actual a partir de la experiencia republicana y del largo exilio que le siguió tras la derrota de 1939, convergiendo ambos procesos en la transición democrática. Son problemas que han marcado la sociedad española del siglo pasado, con secuelas todavía muy vivas: el desgarro del exilio, la oposición a la dictadura franquista, la naturaleza de la transición y la construcción de las autonomías. En todos estos hitos están los exiliados de 1939, su memoria republicana y su apuesta a favor de la democracia política, el europeísmo y el reconocimiento del pluralismo nacional de España, posiciones que acaban siendo adoptadas por la lucha antifranquista del interior. Más allá de un balance moral de la obra de los exiliados, se trata de incluir su legado en la historia general de la España del siglo XX, en busca de un relato unificado del exilio y de la oposición interior.
Simon Winchester, Los perfeccionistas, Turner, 23,90 €
La perfección no existe, pero los desconocidos ingenieros que se han empeñado en alcanzarla han tenido más importancia en nuestra vida de lo que pensamos. A través de anécdotas y ejemplos, teje la historia de la ingeniería de precisión y hace comprensibles sus inestimables aportaciones: el avión, la lente de una cámara Leica, las máquinas de rayos X, el telescopio Hubble, el microchip, el smartphone… Simon Winchester, venerado autor de bestsellers internacionales, hasta ahora no se había publicado en español.
Arlie Russell Hochschild, La doble jornada, Capitán Swing, Traductora: María Luisa Rodríguez Tapia, 19.00 € (01/03/2021)
Hochschild y sus investigadores asociados entrevistaron a cincuenta parejas y observaron una docena de hogares a lo largo de las décadas de 1970 y 1980, para explorar la brecha de ocio entre hombres y mujeres. La investigación demostró que las mujeres aún se hacen cargo de la mayoría de las responsabilidades del hogar y del cuidado de los niños a pesar de su ingreso en la fuerza laboral. Esta «doble jornada» afectaba a las parejas, provocando sentimientos de culpa, tensión marital, falta de interés sexual y sueño. Por otro lado, Hochschild difundió las historias de algunos hombres que compartieron por igual la carga del trabajo doméstico y el cuidado de los niños con sus esposas, demostrando que si bien es poco común, es una realidad para algunas parejas. La investigación presentaba además una clara división entre las preferencias ideológicas de los géneros y las clases sociales. Sumando el tiempo en el trabajo remunerado, el cuidado de los niños y las tareas del hogar, descubrió que las madres trabajadoras dedican un mes de trabajo al año más que sus cónyuges.
Agustín Fernández Mallo, La mirada imposible, WunderKammer, 12.00 € (01/03/2021)
Por primera vez en la Historia, la identidad de los seres humanos no está construida por una única entidad, individual o colectiva, sino por una abstracción, una red en la que no es posible hallar un claro centro organizador. Ahora mismo, ya sea directamente con nuestros nombres y apellidos o a través de datos y metadatos de segunda mano, hay decenas, centenas, millares de informaciones en las que aparecemos cada uno de nosotros. Partiendo de la idea fundamental de escenario y quinta pared, pasando por la geolocalización, los drones o las ciudades vacías, Agustín Fernández Mallo sostiene que la identidad individual es la suma e interacción mutua de todas esas informaciones que no controlamos y de las que ni tan siquiera tenemos conocimiento: una mirada imposible.
Ángel Díaz de Rada, Las formas del origen, Trotta, 35.00 € (01/03/2021)
El objeto central de este libro es mostrar las inagotables formas o versiones de la noción de origen: la subjetividad y el sujeto, el milagro como origen, los objetos a los que concedemos «denominación de origen», las patrias, el lenguaje, el ser humano, la vida, el cosmos. Se indaga aquí, sobre todo, en los usos sociales que se ha venido dando a esa noción, y en los caminos que el ser humano ha recorrido atraído por su potencia seductora. Esos usos y caminos están repletos de dificultades interpretativas, cuyo examen permite configurar las formas del origen como un panorama de motivos para pensarnos en el mundo.
La historia sindical es, por definición, una historia con pocos nombres conocidos. En el caso de las mujeres, se añaden, además, las barreras y prejuicios de género. Sí, también hubo sindicalistas porque siempre hubo trabajadoras, y porque las mujeres han participado de cuantas movilizaciones han acaecido a lo largo de la historia por un mundo mejor y más justo. Este no es tanto un libro histórico como un libro de historias, las de ocho luchadoras que supieron conectar sus reclamaciones como trabajadoras y como mujeres: María Luisa Suárez Roldán, Luz María Rodríguez Luque, Natividad Camacho, Begoña San José, María Antonia Martínez, Ofelia Vila Hernández, Loli García y Elena Blasco Martín. Sindicalistas de peso podrían ser más, o podrían ser otras, pero en su conjunto los perfiles de este libro reflejan la diversidad existente en cuanto a territorios, ocupaciones, vivencias y generaciones. Con ellas, la intención es cubrir las diversas etapas de la organización desde la posguerra y el franquismo hasta la actualidad, rellenando por fin un vacío en la memoria obrera y sindical.
Manuel Santirso Rodríguez, La Revolución Francesa y Napoleón, Shackleton Books, 12.90 € (01/03/2021)
Desde 1789 la Revolución francesa y la transformación histórica que conllevó no han dejado de fascinarnos. Este libro nos narra las causas del estallido revolucionario, la falta de realismo de la etapa monárquica y constitucional, la radicalización que supuso la Convención y los —a menudo— olvidados aciertos del período directorial. Incluye, por supuesto, la etapa napoleónica y la notable expansión del Imperio forjado por Bonaparte antes de su caída definitiva en 1815.
Un libro clave para comprender una época que no solo cambió a Francia sino a todo el mundo occidental contemporáneo.
Aquí tienen las novedades de la semana que editan las grandes editoriales de nuestro país. Como siempre, la selección de los libros corresponde a lo que nos parece más significativo personalmente. O aquello en que nos dan mejores medios para hacer corta y pega, que es lo que se hace y lo reconocemos. Cuando se lea un libro que merezca crítica se publicará, el resto lo que dicen en notas de prensa. Otros igual se sienten cómodos con otras formas de hacer.
Novela
Sergio Vila-Sanjuán, El joven Porcel, Destino, 21€ (Ebook disponible)
Entre 1960 y 1970 el joven Baltasar Porcel protagoniza una ascensión meteórica sin precedentes en el mundo cultural de Barcelona, Cataluña y España. Ha llegado a la ciudad con veintitrés años, procedente de Mallorca, y pronto consigue que se le abran las principales puertas del periodismo y la sociedad. Brillante y seductor, aguerrido y polémico, se convierte en firma estrella de La Vanguardia y ABC. Sus grandes entrevistas para las revistas Destino y Serra d´Or hacen de él una celebridad, y como novelista obtiene los principales premios. Mantiene fecundas y complejas relaciones con grandes figuras como Llorenç Villalonga, Josep Pla y Camilo José Cela.
Este libro sobre el joven Porcel relata una historia de superación personal y éxito. Brinda un retrato de la atmósfera cultural y política de los movidísimos años sesenta. Y plasma también la agitación revolucionaria que en el plano internacional se respiraba en aquella época.
Naoise Dolan, Días apasionantes, Temas de hoy, Traductora: Esther Cruz Santaella, 17,90€ (Ebook disponible)
Una novela sobre gente que se enamora, gente que tiene dinero, gente que no lo tiene, y gente que no sabe lo que quiere. Una historia sobre gente real.
«Me divertí mucho con esta novela. Es como una ingeniosa comedia marxista feminista. Y un poco malvada.» ZADIE SMITH
«Divertida, astuta y sin miedo: un debut ganador.» HILARY MANTEL
Ava deja Dublín y se muda a Hong Kong en busca de experiencias apasionantes. Cuando conoce a Julian, un ingenioso banquero británico, la posibilidad de una vida de lujos se abre ante sus ojos y Ava se encuentra a sí misma ignorando sus inclinaciones feministas. Su relación es práctica y funciona, hasta que Julian le dice a Ava que tiene que irse unos meses a Londres. Entonces entra en escena Edith, una abogada hongkonesa que la lleva al teatro y le deja tulipanes en el pasillo. Atraída por su magnetismo, Ava empieza a desear ser como ella, y a desearla a ella. Aunque no tiene claro que deba contarle quién es exactamente Julian, ni viceversa.
Políticamente incómoda, cáustica, cruda y divertida en su sequedad, Días apasionantes erige a Naoise Dolan en una de las voces internacionales más singulares del momento.
Sabahattin Ali, Madona con abrigo de piel, Salamandra, 18€
Raif Efendi llega a Berlín en los años veinte, enviado por su padre para aprender los secretos del negocio familiar, la fabricación de jabones de tocador. Sin embargo, su espíritu soñador lo empuja hacia el arte y la literatura. Además de estudiar alemán y leer novelas rusas, se dedica a recorrer la ciudad, visitando museos y exposiciones, en pos de algo que lo apasione verdaderamente. Una tarde, tras quedarse absorto ante la contemplación del retrato de una mujer envuelta en un abrigo de piel, sabe que por fin ha encontrado lo que buscaba. Así, poco después, Raif conocerá a la autora del lienzo, Maria Puder, y su vida dará un vuelco para siempre.
Rescatada del olvido a finales de los noventa, esta tercera novela de escritor turco Sabahattin Ali -fallecido de forma prematura en 1948- es uno de los acontecimientos editoriales más llamativos de los últimos tiempos. Traducida a una decena de idiomas y con ventas cercanas al millón de ejemplares, esta historia de amor desdichado entre un joven turco y una pintora alemana se ha convertido en un auténtico fenómeno de culto en su país, sobre todo entre la juventud, que con su lectura manifiesta la resistencia a la creciente erosión de los derechos civiles y reivindica una mayor apertura hacia Europa.
Ángela Cremonte, Todos mienten a la noche, Planeta, 19,90€ (Ebook disponible)
Piamonte, 1869. Después de una muerte inesperada, la joven Eufrosine toma la determinación de dejar la miseria de la Italia rural y embarcar, junto con su novio Vincenzo, hacia América, una tierra llena de esperanza. Pero no será fácil. Un padre dominador que ha rebasado todos los límites con respecto a su hija desatará toda su violencia al enterarse de los planes de los amantes. Dará a Eufrosine donde más le duele: en el corazón. Con todo el dolor del mundo, Eufrosine se vengará y huirá rumbo a Argentina. En Italia quedará una vida de abusos, muertes y desesperanza. Y en Argentina se forjará, desde el dolor y la resistencia, una saga de mujeres fuertes. Es decir, de mujeres, simplemente.
Con Eufrosine, trastatarabuela real de Ángela Cremonte, la autora tiende un puente que traspasa geografías y épocas para hablar de lo esencial de la vida: el amor, la solidaridad, la sororidad, el feminismo, la voluntad, la pérdida, la emigración, la libertad, el miedo, la familia, la violencia, la infancia, el machismo o la idea esquiva de la patria.
Todos mienten a la noche es una autoficción familiar que transcurre en tres épocas distintas (siglo XIX, finales de siglo XX y la actualidad) y en dos continentes: América (Argentina) y Europa (Italia y, sobre todo, España).
Una maravillosa y delicada novela intimista, profunda y descarnada, que reivindica el importantísimo papel de la mujer y su valor, así como el del hombre que esta quiere a su lado. Un relato familiar emocionante, a corazón abierto, lleno de secretos y sorpresas.
Ashley Audrain, El instinto, Alfaguara, Traductor: Carlos Jiménez Arribas, 19,90€ (Ebook disponible)
«Creíamos que nos conocíamos el uno al otro. Creíamos que nos conocíamos a nosotros mismos.»
Blythe ya no sabe qué es verdad y qué es mentira: ¿está viviendo la vida feliz que siempre deseó, con un marido perfecto y una hija angelical? ¿O está repitiendo la sórdida historia de su madre y su abuela, marcada por el desapego y el maltrato? ¿Es Fox, su marido, el compañero y padre ideal, o tiene una vida paralela que cada día lo aleja más de su casa? Su hija Violet ¿es una niña brillante y complicada, que solo quiere que su madre le preste más atención, o es malvada de nacimiento? Depende del momento y de cómo se mire, todo y nada puede parecer verdad o parecer una trampa.
El instinto es una novela que se queda grabada. Una historia de horror y redención, una exploración del origen de la maldad y del modo ominoso en que los traumas familiares se transmiten de madres a hijas. Esta es, en definitiva, una historia valiente que da pie a que cada lector se interrogue sobre cuestiones dolorosas, personales y, por ello, necesarias.
Maria Barbal, Tándem, Destino, Traductor: Manuel Pérez Subirana, 18,90€ (Ebook disponible)
Desde el momento en que se conocen, Elena y Armand desearán liberarse de todo lo que los atrapa y recuperar la alegría que solo somos capaces de sentir cuando experimentamos el momento presente. En el proceso, se darán cuenta de que tienen derecho a cambiar y a ver el mundo de manera distinta a como lo han visto durante años, a quererse a sí mismos y a concederse la libertad de vivir con plenitud.
Tándem es una historia sobre la felicidad, no la que nos promete un viaje maravilloso, ni la que sentimos al escuchar «te quiero», sino la que nos anima a pedalear acompañados y a disfrutar del paisaje.
Una novela deliciosa que explora la capacidad humana y nos invita a abandonar la rutina, replantearnos nuestra propia vida, saborearla y dejarnos llevar por sus matices.
Ursula K. Le Guin, Lavinia, Minotauro, Traductor: Manuel Mata Álvarez-Santullano, 17,95€
Lavinia crece sin conocer otra cosa que la paz y la libertad hasta la llegada de sus pretendientes. Su madre exige que contraiga matrimonio con el apuesto y ambicioso Turno. Pero los augurios y las profecías de los manantiales sagrados afirman que deberá casarse con un extranjero, que provocará una guerra y que su marido no vivirá demasiado tiempo.
Al ver que una flota de barcos troyanos llega remontando el Tíber, la joven decide tomar las riendas de su propio destino. Y así nos cuenta lo que Virgilio no hizo: la historia de su vida y del amor de su vida.
Le Guin da voz a este personaje surgido de la Eneida de Virgilio en una novela que nos transporta al mundo semisalvaje de la Italia antigua, cuando Roma no era más que una aldea mugrienta situada cerca de siete colinas.
Edna O’Brien y Fergus Bourke, Madre Irlanda, Lumen, Traductora: Mercedes Regina López Muñoz, 18,90€
Irlanda siempre ha sido mujer, útero, cueva, vaca, Rosaleen, marrana, novia, ramera…
La multipremiada autora de Las chicas de campo entreteje su autobiografía #su infancia en el condado de Clare, los días en la escuela de monjas, su primer beso o su huida a Inglaterra# con la esencia de Irlanda, una tierra de mitos, poesía, supersticiones, costumbres ancestrales, sabiduría popular y extrema belleza. Madre Irlanda es, según The Guardian, «Edna O#Brien en su máximo esplendor. Un relato evocador y elegante de un entorno natural y de quienes lo habitan, lleno de audacia e ingenio».
Louise Penny, La naturaleza de la bestia, Salamandra, 21€
En La naturaleza de la bestia, la undécima entrega de la popular y aclamada serie dedicada a Armand Gamache, el ex inspector jefe de homicidios de la Sûreté du Québec debe abandonar su tranquila vida de jubilado en Three Pines para investigar la desaparición de un niño. El caso destapa una serie de sucesos que conducen a un asesinato y que, a su vez, nos guían hasta un antiguo crimen: a lo mejor el monstruo que hace veinticinco años llegó a Three Pines y sembró la desgracia entre la población ha regresado.
Con su maestría habitual, Penny aborda el lado más oscuro de la naturaleza humana a través del inexorable dilema moral que supone creer o no creer las fantasías del chico Laurent Lepage, a sabiendas de que la maldad anida incluso en los lugares más inesperados.
Ensayo
Josep Prat, Los herederos del opio, Península, 18,90€ (Ebook disponible)
Una travesía por la situación económica, política y social de países como Vietnam, Laos o Camboya.
El opio ha dejado un vacío que ha cambiado la geografía física y humana de Indochina. Tras un siglo xx dorado, las plantaciones prácticamente han desaparecido. Sin amapolas moteando las laderas de las montañas, la etnia que las cultivó ha quedado despojada de todo poder.
Abocados a la pobreza, y sospechosos eternos por la lealtad de sus abuelos a los invasores franceses y estadounidenses, los herederos del opio luchan para que su identidad no muera. Este es el relato de personas que plantan cara y otras que desisten. Historias de pueblos que sucumben a la asimilación arrolladora, de familias bajo el asedio del ejército en las profundidades de la jungla o que caen desesperadamente en brazos de predicadores cristianos.
También son las paradojas de los regímenes autoritarios que gobiernan la región, capaces de cualquier cosa con tal de mantenerse a flote. Un hotel cinco estrellas con vistas al precipicio donde se arrojaron a disidentes, calles de esclavas sexuales tras un mural de propaganda patriótica, o cadenas de fast food allí donde se consumió la droga que financió la aventura colonial.
Owen Matthews, Un espía impecable, Crítica, Traductor: Luis Noriega, 24,90€
Libro del año en The Sunday Times. Libro del año en The Economist.
Richard Sorge fue un hombre con dos patrias. Hijo de padre alemán y de madre rusa nacido en Bakú en 1895, se movió en un mundo de alianzas inestables e infinitas posibilidades. Sorge pertenecía a aquella generación indignada y decepcionada que encontró nuevas y radicales ideas tras su experiencia en los campos de batalla de la primera guerra mundial; se convirtió en un fanático del comunismo y en el mejor espía de la Unión Soviética.
Como muchos buenos espías, Sorge fue un seductor incansable, combinando su encanto con un despiadado poder de manipulación. Gracias a su magnetismo consiguió sobrevivir en todos los ambientes, conquistar a todas las mujeres y trabar amistad con todas las grandes personalidades con las que se cruzó. Como corresponsal extranjero se internó y tuvo influencia en las más altas esferas de las sociedades alemana, china y japonesa en los años previos y durante la segunda guerra mundial. Su historia personal resulta fascinante por la cantidad de escenarios donde sucede (desde la Rusia revolucionaria hasta el Japón imperial, pasando por las trincheras alemanas de la primera guerra mundial al ascenso nazi o los Estados Unidos prebélicos y la China sacudida por la guerra civil). Se convirtió en un valor incalculable para nazis, japoneses y rusos, y desde la otra punta del mundo será él quien advierta de la Operación Barbarroja y las intenciones japonesas de no invadir Siberia en 1941, que resultó fundamental para la contraofensiva soviética en la Batalla de Moscú, y que a su vez determinó el resultado de la guerra.
Ésta es la historia de un personaje único, incapaz de hallar reposo durante su existencia, que amó incondicionalmente y fue asimismo amado: Friedrich Hölderlin (1770-1843). Como poeta, traductor, filósofo, preceptor privado y revolucionario, su vida transcurrió en medio de tensiones extremas, tanto personales como políticas, bajo las cuales finalmente su mente se quebró. Convertido casi en un mito en el siglo xx, Hölderlin continúa siendo un gran desconocido, y esta extraordinaria biografía escrita por Rüdiger Safranski es una magnífica ocasión para acercarnos a los secretos de este clásico de las letras universales.
Otras lecturas
Padre Obispo Manuel Adolfo Acuña, Combate contra el mal, Luciérnaga, 17,96€
Libro testimonial del primer exorcista latinoamericano presente en la Mesa Ecuménica del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum en Roma durante la Cumbre de Exorcistas.
En estas páginas no encontraréis un tratado teológico discursivo. Como dijo un gran exorcista: «Solo el que sabe puede creer». La creencia en Dios y saber que está presente es lo más importante.
No obstante, el autor aborda temas relacionados con la religión, tales como el origen del demonio, la existencia de los ángeles, la relación de Dios y Jesucristo, la causa del enfrentamiento entre Caín y Abel.
También hace mención a la brujería, a las sectas satánicas, a los sacrificios que se producen en las mismas y cita casos desgraciadamente conocidos.
Veréis en esta obra que la realidad supera la ficción. Os adentrareis en los testimonios del autor y comprobaréis que es cierta la existencia del bien y del mal. Debéis de tener cuidado, el demonio siempre acecha al débil, al que, por las circunstancias que sean, está con la guardia baja.
El mensaje esperanzador es que el mal se puede combatir, al mal se le puede vencer.
Anda Pablo Iglesias muy preocupado por la calidad de la democracia en España, eso sí, sin aportar ninguna solución que no pase por ÉL. Haciendo adanismo ha creído descubrir que el recinto de la soberanía popular recibe presiones, que los medios de comunicación reciben presiones, que el gobierno recibe presiones… algo que en las Ciencias Sociales, en los propios medios de comunicación, en libros, en películas, en series y en mil formatos más se lleva diciendo desde, al menos, 40 años atrás. Pero ÉL tenía que aparecer como descubridor de la pólvora. Le parece mal que encarcelen a este o aquel, pese a que se hayan pasado las leyes por el arco del triunfo (y no precisamente las de libertad de expresión); entiende la violencia como un mecanismo político más; pero al final del camino propuesta para adecentar la democracia ninguna. Leyes con crímenes de autor sí. Reformas políticas de verdad, no.
Tiene la oportunidad en el mecanismo ese de resiliencia que se han inventado para el estudio del futuro de España. Pero no hará nada porque para Iglesias y su alegre muchachada todo se resuelve con referéndums, que es la democracia directa perfecta. Lo dicen así y tan panchos se quedan cuando saben, o deberían saber, que el referéndum ni es democracia directa, ni es más perfecto que otros mecanismos. Lo primero de todo porque para que fuese un mecanismo de democracia directa debería existir un proceso deliberativo suficiente, con la misma publicidad de todas las opiniones –tantas como ciudadanos existan- y sin la necesidad de una decisión dicotómica (Sí o No). Los referéndums que se presentan como la panacea de la democracia pecan de no aportar la información suficiente, es decir, toda la información para que las personas tomen una decisión valorada; y tampoco permiten establecer la pregunta algo que es fundamental. Por ejemplo, si alguien plantease si se quiere la independencia o no de Cataluña sin más se estaría hurtando la realidad pues hay numerosos condicionantes que deben ser incluidos en la pregunta en sí y que no aparecen. Y eso es calidad democrática. No hurtar la información y la deliberación ni en el transcurso ni en la misa pregunta.
Ese es todo su aporte democrático a la política, en línea con el populismo con tics de izquierdismo barato que ofrece cada día. Como mucho, desde alguna tribuna cercana a entorno morado, se ha llegado a solicitar que en algunas políticas intervengan asociaciones o incluso ciudadanos antes de que la clase política tome la decisión final. Algo es algo porque se incorporan elementos de la sociedad civil al proceso de deliberación primario, aunque se hurtan de la decisión real. Esto lo proponía Felipe González a comienzos del siglo XXI en sus conferencias por esos lares, por lo que muy nuevo tampoco es. Ni muy democrático si esas asociaciones son elegidas o son los lobbies interesados en el tema y piensan sacar rédito. Lo que ha hecho Irene Montero con la ley Loretta impidiendo que los grupos feministas interviniesen en el proceso previo –y en el deliberativo también a decir de la agresividad que muestran-. Ahí las presiones de las farmacéuticas son bien recibidas. Por tanto, algo que se presenta como más democrático en realidad puede ser –y es en la mayoría de las ocasiones- más oligárquico. Súmenle lo que duraron los círculos en Podemos y ya tendrán completo la esencia democrática de Iglesias.
Reforma del Senado.
El resto de la dirigencia política no es que sea mucho más democrática en sus propuestas, de hecho la gran mayoría tiene pavor a la democracia y no dudan en blindarse (estatutariamente y legalmente) contra aquellas mismas personas que les auparon al poder. No hay optimismo posible con la clase política en general, pero cuando menos no van de listos o de salvadores de la democracia. Como mucho dicen que España debería ser federal para solventar algunos problemas, cuando España ya es federal pero no se han enterado. Aunque, como le sucede a Iglesias, lo que quieren es un Estado confederal para algunos y más restrictivo para los demás… bueno como ahora con la permanencia de los fueros. No son muy dados a abrir el abanico porque, el que más y el que menos, viven de la política y tienen que “pagar los servicios prestados” a muchas personas del interior del partido. Pero ya que quieren cambiar la composición del Senado, habrá que ofrecerles una solución democrática.
Están preocupados porque el Senado no sirve para mucho –producto de la legislación existente- y querrían meter a los presidentes y presidentas de las Comunidades en el mismo. Más clase política haciendo lo mismo que hacen siempre, pero con pompa y circunstancia que dirían los británicos. No, lo que hay que hacer en meter directamente a la ciudadanía en el Senado para que esté representada la soberanía popular en esa cámara con posibilidad real de veto y transformación. Porque se arrogan la representación de la soberanía popular -o la voluntad popular, que suele ser sinónimo para ellos, algo que suele acabar en desgracia- pero en realidad es un mero artificio político pues la mayoría de personas no conocen ni diez puntos de los programas electorales y votan por cuestiones bien diversas más allá del programa. No hay, entonces, transferencia de la soberanía sino delegación de la representación, lo cual es bien distinto.
¿Cómo situar a la ciudadanía en el Senado? Tan sencillo como aumentar a 600 el número de puestos senatoriales. 300 hombres y 300 mujeres. Renovación cada tres años independientemente de las elecciones al Congreso. Y por sorteo. Según la población de cada Comunidad Autónoma se otorgan equis número de senadores y se sortea entre toda la población, excepto cargos públicos de todo tipo (desde concejal hasta ministro o asesor dedocrático), y a trabajar durante tres años. Se pueden poner algunas cortapisas más al sorteo como personas judicialmente incapacitadas, jueces del CGPJ, etcétera. Lo importante es que las personas en sí estén en la cámara senatorial para deliberar, debatir y decidir sin débitos partidistas. Podrán llegar los más listos o los más tontos. Los más de izquierdas o los de más derechas, pero será el pueblo ejerciendo realmente su soberanía.
¿Por qué no harán nunca una reforma de este estilo? Por una cuestión egoísta, más allá de los cargos que perderían para pagar favores –desde el primero al último-, cualquier ley tendrían que explicarla de forma que fuese comprensible para todas las personas y abandonar el lenguaje de partido, de clase política, es complicado pues se han formado más en ese lenguaje que en otras cuestiones. A ver cómo Montero explica que un hombre-biológico puede sentirse discriminado por no atenderle un ginecólogo (Íñigo Errejón dixit). Al minuto las personas del común, iletradas o cultas, le mandaban a esparragar. No sólo tendrían que cambiar el lenguaje sino que todas esas leyes de políticos o de reforma de la reforma de la reforma que no aportan algo seguramente no saldrían adelante por el veto senatorial. Preguntaría cualquier senadora “¿Pero esto no estaba ya legislado?” y el político de turno diría “sí, bueno, pero es que es más mejor”, rechazado.
Además no es lo mismo convencer a una persona que a seiscientas, las cuales saben que en tres años se acabó y que no volverán a ocupar ese cargo. Por lo que pondrán todo su empeño en hacer las cosas bien, con más sentido común y, posiblemente, sin aspavientos ni cosas de políticos. El control de la prensa sería casi imposible por la cantidad de personas independientes. Cierto que se podrían crear ciertos bandos por afinidad ideológica, pero tampoco ello es negativo pues sucede en la sociedad habitualmente. Lo que está claro es que los partidos tendrían que trabajar, especialmente el gobierno, y más en las sesiones de control. No es complicado ser político, lo farragoso es estar dependiendo del “látigo del partido”, de los gustos del dirigente máximo y tragar con todo apeando la propia ética. Además con los letrados de la cámara y demás funcionarios se aprenden las cosas rápidamente. Y pensar que una persona cualquiera no puede ejercer ese cargo senatorial es de un elitismo asqueroso que atufa a casta. Pero este mecanismo democrático no lo verán sus ojos porque, ni Iglesias, ni los demás querrán.
Dos que se acuestan juntos acaban volviéndose de la misma condición dicen que dice el dicho. Algo así le debe estar pasando a Florentino Pérez que cada día que pasa se va pareciendo a los Gil, tanto al padre como a Miguel Ángel. Del padre está cogiendo las bravuconadas contra el estamento arbitral y contra los medios de comunicación; del hijo, sin lugar a duda, el vender humo con los fichajes cuando las posibilidades de caja son las que son. Miguel Ángel Gil ha difundido, entre los periodistas de cámara, un sinfín de fichajes que se sabía jamás se llevarían a cabo por no haber dinero o para despistar mientras se fichaba Tilico o Musampa. También ha filtrado nombres para acabar con la carrera de algún periodista crítico. Su florentineza está jugando a eso desde hace unos años sabiendo que los tiempos de los galácticos y demás fichajes tirando de créditos de Cajamadrid o la banca privada ya no volverán.
Tras el gran timo de Eden Hazard, en el que el Chelsea estuvo listo en vendérselo por cerca de 145 millones de euros (aunque la prensa nacionalmadridista lo rebaje siempre a cien), no quiere arriesgar un céntimo más. Bastante tiene con Bale y Hazard para que ahora le cuelen otra milonga de esas que los todólogos del fútbol internacional venden como lo más maravilloso del mundo. En cuanto ven dos taconcitos o algún control estético ya venden al jugador como lo más impresionante que se puede ver, olvidando aquello que dijo el gran Luis Aragonés (que por algo le llamaban el Sabio), que las filigranas muy bonitas pero que si no valían para nada al equipo eran una mierda. Con la mosca tras la oreja sólo quiere fichar gente que ya esté consagrada o se haya comprobado que sí es buen jugador. El problema es que eso lo filtra a los amigos de la prensa, todos esos periodistas que se sabe “trabajan” para el viudo con gafas, para que rellenen programas de radio y televisión y páginas de prensa escrita, para tapar las vergüenzas actuales.
A más, a más, sabe perfectamente Florentino que no hay dinero en caja por mucho que hayan vendido humo durante las dos últimas temporadas. Justo antes de la pandemia, por estas fechas, personajes como Roncero, Pedrerol y el Marca en general hablaban que el Real Madrid estaba ahorrando dinero para fichar a Kylian Mbappé este mismo verano. Ahora, un año después, dicen que no se había ahorrado y que con la crisis por la pandemia va a ser que no, que mejor esperar a que llegue gratis dentro de un año y mientras tanto ya se fichará a otro de los buenos. Eso lo cuelan por lo bajini, por aquello de decir que ya lo habían advertido, a la vez que siguen alentando el sueño imposible con afirmaciones de que los goles del francés son de un madridista, que si ya es el mejor jugador del mundo y que su destino es el blanco. ¿Con qué dinero? Desde luego con el que hay en caja no.
Mientras se espera a Mbappé, ahora cuentan que quien sí vendrá es Erling Haaland, el cual, como hacen con todas la historias que se montan en sus cabezas, está deseando venir, va a presionar al Dortmund para que le deje salir, que si tiene una cláusula liberatoria sólo para el Real Madrid… así para entretener a la parroquia de las pipas. Mbappé este año no, porque cobra mucho, pero sí Haaland que debe ser que vendrá sin cobrar desoyendo ofertas de Liverpool, City u otros equipos que le ponen muchos millones de sueldo a los que renunciará porque es madridista desde pequeño y su ilusión es estrenar la caja de herramientas moderna que va a ser el nuevo Bernabéu. Lo dicen así y lo gracioso es que se lo creen y todo. Para esto Jesús Gil era un maestro del que ha debido aprender Florentino ya que era capaz de vender, mientras había postura egipcia, a Tilico como el nuevo Mauro Silva. Ahora venden a Vinicius como el Garrincha del futuro y a Rodrygo como Pelé en construcción… y ¡se lo creen!
Tiene Florentino tal control de los medios de comunicación que es capaz de colarles lo que sea a los madridistas y hacerles ilusionarse. Tras venderles la moto de Mbappé ahora les baja a Haaland (que por menos de 80 millones no vendrá) y siguen tan alegres. Es como esos cambalaches que hacen de comprar a Pau Torres por Isco y 15 millones que suelen inventarse. Luego llega el Villarreal y dice que los billetes uno encima de otro y la prensa a decir que si el jugador es medio cojo o algo así. De hecho a primeros de enero Alaba estaba fichado ya y hoy parece que le quieren pagar con pisos de Gilmar o por el estilo y a lo mejó no viene y sí se va Ramos. Vende humo el viudo con gafas por encima de sus posibilidades porque está empeñado en su sueño faraónico, toda vez que ha usurpado la presidencia del equipo con unos estatutos para superricos. Así empezaron los Gil que se quedaron con el Atleti sin poner un euro y llevándose el de los accionistas minoritarios. Cada vez más se va pareciendo a los Gil, salvo que tiene comprada a la mayoría de la prensa y se callan.
Para disfrute del madridismo una linda canción les dejamos para que sueñen con Mbappé, Haaland, Alaba y la vuelta de Cristiano…
Ayer por la mañana, interpelación de Ciudadanos mediante, Pablo Iglesias ha vuelto a dar muestras del adanismo intelectual del que viene haciendo gala o, como dice el compañero Santiago Aparicio en Diario 16, de sus escasos conocimientos de Ciencia Política. Ha descubierto el dirigente podemita que existen grupos de presión en la policía española y que, como tales, ejercen presión sobre el gobierno y los distintos grupos parlamentarios. También ha descubierto que la agenda política viene marcada mucho más por los medios de comunicación que por los partidos políticos. ¡Quién se lo iba a decir hace 20 años, cuando menos, a Giovanni Sartori! Incluso ha mostrado su indignación porque existen aparatos ideológicos dentro del Estado y en el Estado, todo ello sin haber leído jamás a Louis Althusser y a sus seguidores que vinieron detrás analizando el tema. Y, por último, se ha mostrado indignado porque los bancos ejercen presión.
Antes de comenzar la sesión había advertido, haciendo alarde de un egocentrismo ya conocido, que iba a ofrecer una explicación que iba a dejar a todo el mundo anonadado al descubrir la verdad. Tras escucharle cabe preguntarle ¿toma por idiotas a los españoles? ¿Ha estudiado realmente Ciencia Política? Porque la explicación, en el general, no podría sorprender a unas siete generaciones de españoles (a los menores de 13 años posiblemente, pero están a otras cosas) y no, no es el primero que dice esas cosas, ni es exclusivo de la izquierda. Debe ser que no aparece en las series que suele ver mientras no hace mucho más, ni en los libros que suele leer, pero existir existen numerosos autores liberales que critican con dureza lo que ellos y ellas llaman el poder de la oligarquías, la ley de hierro de la oligarquías o el peligro de las oligarquías de todo tipo. Son muchísimos los liberales que, defendiendo el pluralismo, han visto como negativo diversas concentraciones de poder. Porque, da igual que sea en el Estado, que en el mercado, las concentraciones de poder no son buenas. Por supuesto, lo que ha dicho Iglesias ayer lo vienen diciendo autores de izquierdas desde antes de Marx. Nada nuevo, por tanto, lo expresado salvo el adanismo propio del vicepresidente segundo ¿o segundón?
El peligro de los medios de comunicación.
Le preocupa a Iglesias que los medios controlen la agenda política, algo que sí es preocupante pero que tiene solución –la propia casta política puede cambiar su actitud-, y que esa agenda política al final está diseñada por un poder semioculto y que está interrelacionado con los bancos. ¿Qué medio de comunicación tiene como accionista a un banco? Salvo El país, que sería el medio más a la izquierda de los más vistos, ninguno más. También le parece mal que las televisiones sean todas de derechas (que lo son) y que intenten colar (La sexta) una como si fuera de izquierdas. De esta forma los discursos de izquierdas no penetran en la población lo suficiente para tener conciencia. El análisis puede ser veraz en muchas partes, lo que olvida Iglesias es que esos medios de derechas, incluso de extrema derecha, son los que le apuraron a donde está en estos momentos. Sin las quince mil horas de televisión que tuvo él y sus amigos (hoy todos defenestrados) no estaría en un gobierno de coalición.
Igual lo que le molesta de las televisiones es que ya no le hagan la pelota, ni le encumbren como el nuevo dios al que hay que adorar. Y si se inventaron a Podemos o Ciudadanos, también lo han hecho con Vox y lo harán con los nazis. Y no por una perversión ideológica sino por algo tan simple como ganar espectadores o visitas. Cuanto más extravagante y radical parezca alguien más posibilidades de darle sus tres minutos de gloria, o sus miles de horas cuando interesa a la oligarquía. Sin La sexta Podemos hoy sería un grupúsculo exterior al sistema político o la cagada de un gorrión en la chaqueta de Anguita. Bien que cenaba con Ferreras para sus cosas. Hoy como no le adoran son malos. Aunque esto no es lo peor del discurso como se verá.
Tampoco puede quejarse en otros aspectos del mundo mediático. De cada diez ensayos o libros de actualidad política que se publican en España de izquierdas y escritos por españoles, seis o siete son del entorno de Unidas Podemos. De hecho es difícil no encontrar a un dirigente de Podemos que no tenga un libro bajo el brazo. Hasta se podrían señalar editoriales que tienen un aroma podemita bastante marcado. Eso, por ejemplo, no lo tiene el PSOE. ¿Quiere decir esto que la oligarquía mediática apoya a Podemos? Sí, en tanto en cuanto vende y es rentable al negocio. En cuanto dejen de serlo, adiós. No puede quejarse Iglesias de que las ideas de esa parte de la izquierda no tienen canales de difusión. Lo que igual no llega a entender es que no gusta a las personas en general.
Contra el pluralismo.
Lo peor de todo el discurso no es que haga acopio de adanismo para querer arrogarse un descubrimiento que tiene más de un siglo. Lo peor es el aire de impedir el pluralismo social, político y empresarial que deja con sus palabras. Queda un aire a autoritarismo, a totalitarismo, a que sólo exista una verdad –la que él expresa y que deben profesar los demás- y todo deba estar plegado a esa verdad única. Que los poderosos presionen es normal y cabe dentro de una democracia. ¿Piensa que los aristócratas no presionaban en el ágora ateniense o en el senado romano? Lo bueno que ha mostrado la democracia liberal representativa es que, a pesar de las presiones, siempre hay posibilidad de cambiar las cosas. Como todas las personas no piensan igual y tienen posiciones ideológicas distintas este sistema, por muy imperfecto que sea, permite el debate, la negociación y el acuerdo. Es más, Podemos es parte de un entramado de grupos de presión y lobbies desde sus inicios y nadie se ha quejado. Pero, por mucha presión que ejerzan, hay intereses contrapuestos por la clase dominante no es uniforme y unívoca, sino que está llena de disputas, de distintas posiciones, de luchas internas que sirven de contrabalanceo. Al igual que la clase trabajadora es multiforme.
Es más problemático no aceptar esa pluralidad y querer someterla desde el poder político. Es más, aunque sometiese a los medios de comunicación ¿piensa Iglesias que el poder económico o el social se estarían quietos? ¿Piensa comprarles con el IMV de 400 euros? Lo que a Iglesias le parece una anormalidad democrática en realidad es lo más normal. Anormal es pretender instaurar un régimen bananero en España o que todo el mundo deba adorarle y tenerle como un elegido de dios. Si no le funciona el medio que ha fundado es problema suyo no de los medios de comunicación en general. De hecho hoy en día, con las redes sociales, hay posibilidades de conseguir la suficiente información para hacerse una composición propia de lo sistémico. Si lo que pretende es que sólo hay un discurso, el suyo, y los demás sean calificados de malos o negativos, no es que quiera una democracia sino todo lo contrario. ¿A que no le molesta que los medios utilicen sus palabras y filtraciones cuando son dirigidas contra Pedro Sánchez y el PSOE? No. Le molesta que no den pábulo al resto de propuestas, fantasías y proclamas autoritarias que tiene. Y sí le señalen por sus contradicciones éticas, que son muchas. Y si tanto le gusta la democracia ¿por qué no la aplica dentro de su propio partido? El pluralismo le molesta desde hace mucho, por eso laminó a todos los discrepaban.
Nadie esperaba que fuese a dimitir por los resultados de las elecciones catalanas, peores en el País Vasco y siguió en su puesto. Sí que habría algún tipo de reflexión más o menos profunda o con sustancia sobre el porqué de los últimos fracasos electorales y la superación en esas elecciones de la “derechita valiente” que tanto les acongoja en la sede de la calle Génova. O ex-sede porque de la reunión ha salido la gran idea de abandonar la histórica sede, que lo fue desde los tiempos de Alianza Popular, como fórmula para desterrar un pasado de corrupción que dicen individual pero se sabe que es institucional. Sin embargo, en el PP actual el problema no es la sede sino la propia dirigencia del partido con Pablo Casado a la cabeza.
El actual presidente pepero parece no haber asumido, principalmente, que su figura como dirigente máximo no cuaja entre las personas. Más allá de su mitomanía, de sus estridencias, de sus constantes contradicciones o de sus disfraces –que no es otra cosa que aparentar lo que no se es-, las personas han estado votando, cada menos, al PP por tradición, por haber sido el partido hegemónico de la derecha en buena parte de España. Eso hubiese sido un buen principio respecto, primero, a Ciudadanos –ese invento de la banca que derivó en populismo del sistema- y, segundo, respecto a Vox si Casado en vez de mirar hacia los lados hubiese puesto empeño en generar un discurso propio. No lo ha hecho y por ello le están dando bocados en los tobillos. Ciudadanos equivocó su papel dentro del sistema –el que le habían asignado sus creadores- y va camino de la desaparición. Crear un discurso, en tiempos de volatilidad verbal y populismo extendido, no es cosa sencilla, no se logra de un día para otro, pero tenía un tiempo que lo está malgastando en batallas inanes. Véanse algunos fallos.
No era mala idea establecer un eje de disputa constitucionalistas-no constitucionalistas viendo la situación en Cataluña, principalmente, pero también a nivel estatal con extremistas-populistas a ambos lados del espectro político. El problema es que si se quiere defender, más allá de las necesarias reformas necesarias, el actual régimen constitucional no se puede estar despreciando constantemente al PSOE, por mucho que no le guste Pedro Sánchez. Sabiendo que no lo aceptaría, tras la segunda elección de 2019 si Casado hubiese afirmado que tendría los diputados del PP para hacer una gran coalición, algo que sería rechazado porque estaba pensando en otra salida Sánchez, Casado no es que hubiese ganado cierta autoridad como “hombre de Estado” es que hubiese obtenido el mando del constitucionalismo. Frente a un Podemos antisistémico y a un Vox antisistémico también, con Ciudadanos en hundimiento continuado, el PP podría haber abanderado ese constitucionalismo por dejadez de Sánchez. El problema es que sus pactos con Vox en unas cuantas comunidades autónomas, mostrando que les tienen cogidos por sálvese las partes tampoco servía de ejemplo.
Y es que en el PP no han entendido que Vox es antisistema. Su rechazo del modelo constitucional actual es tan claro como el de Podemos o los partidos secesionistas. Pensando que, al fin y al cabo, no son más que los chicos malos que se han escapado de casa y ya volverán, han permitido que vayan creciendo a costa del propio PP. Comparten la idea de un capitalismo sin ningún tipo de cortapisas como distribuidor de la riqueza y como agente moral –siempre en compañía de ciertos tics conservadores occidentalistas-, pero en lo político y social hay diferencias enormes. A pesar de utilizar conceptos liberales detrás hay un autoritarismo à la Orban peligroso. Al menos tan peligroso como el peronismo de otros lares. Y cuando te juntas con populistas, como cuando te duermes con bebés, te levantas meado y sin diputados. Si Casado no distingue su discurso básico, más allá de cosas sobre inmigración, del de Vox acaba cayendo en la trampa del populismo. Y esto lo ha advertido gente como Jorge Vilches, destacado intelectual liberal.
Casado debía y debe asumir algún tipo de discurso propio sin pensar en los demás. Si apuesta por el liberalismo debe ser consciente que hay que olvidarse del capitalismo de amiguetes, de seguir nutriendo el Estado minotauro, de defender un individualismo claro y todas las cosas de liberales. Se enfrentará de esa forma a las contradicciones del liberalismo –como hablar del peligro colectivista sin saber de qué se habla, como hace Isabel Díaz Ayuso, ya que no deja de ser un mito (todo lo que no es individualismo es colectivismo que diría Milton Friedman)-, algunas de las cuales chocarán con el catolicismo patrio tan del gusto de la derecha (y una pequeña parte de la izquierda) española. Pero defenderá algo propio. O puede presentarse como el adalid del consenso neoliberal (no confundir con liberalismo aunque haya parte de este en aquel) pero asumirlo y hacerlo propio. ¿Tiene capacidad para hacerlo? Aquí se duda de ello porque su personalidad no parece dotada de las capacidades para reflexionar, cultivarse y pararse a pensar. Ha mamado en el PP madrileño mucho eslogan pseudoliberal pero al fin y al cabo es un producto de la cantera de Nuevas Generaciones, un aparatero con un discurso milimétricamente inoculado. Algo de lo que se vienen quejando bastantes personas, como Javier Benegas (que no pertenece al PP pero se declara liberal).
El simbolismo de la sede no basta.
Cambiar de sede es una buena jugada simbólica, el problema es que al llevarse los muebles se llevan a todo el personal. Y ahí está el problema, en el personal. Si Casado no es que sea la persona más válida del mundo, peor es lo que tiene por debajo en algunos casos. En el PP hay gente muy válida (no se darán nombres por no fastidiarles la carrera) y con otras características diferentes a los más públicos o publicados. Hay gente que está en formación y hay que esperar. Pero también hay mucho desecho de tienta de corral. Se sabe que Teodoro García Egea está intentando controlar las distintas regiones con casadistas y ahí tienen en parte el problema, en querer poner casadistas. ¿Qué es un casadista? Si no existe un discurso, ser casadista no es más que un pelota del dirigente máximo. Se vuelve a la pelea de oligarquías (las locales se rebelan ante la intromisión), a la lucha del poder por el poder. Mientras tanto se recurre a la demagogia y el frentismo para ver si en ABC te sacan esta o aquella noticia, o en los medios regionales. Todo ello sin presentar alternativas reales. Todo ello sin pedagogía alguna (algo necesario para construir algo político). Todo ello sin saber para qué se va… e ir para nada acaba dejando en casa a las personas el día de la votación o en manos de los sargentos chusqueros de Vox.
Hay que decir en su favor que Casado no se ha escondido con todo lo del asunto Bárcenas y ha dado la cara. También es normal que ayer dijese que hasta aquí llegaron las explicaciones de otra época. De ahí lo simbólico del cambio de sede, pero eso debe ir acompañado de muchas otras cuestiones y acciones. Y no se trata de aparentar moderación en la formas, como ayer volvió a actuar el presidente pepero, sino ser firme en los principios básicos y dialogante (que sea siempre el otro el que niegue el diálogo) con el adversario. Estar jugando en el terreno del amigo-enemigo como viene haciendo Casado es un error porque destruye y no construye. Bien es cierto que lo hace arrastrado por el miedo a la banda de macarras de bar pijo a última hora de la noche, pero si quiere ganar elecciones no es que haya que hacerlo en el centro (no existe el centro político) sino que hay que convencer a distintas personas muy diversas. Algunas pueden sentirse muy españolas y otras menos; algunas pueden ser muy liberales y otras no tanto; algunas pueden ser más europeístas y otras no tanto; algunas pueden ser franquistas y otras demócratas; algunas católicas y otras agnósticas; y así hasta cubrir todo el espectro posible del voto en España. Porque para vencer, sin renunciar a los principios, hay que ofrecer algo que sirva a todos, no como hacen los extremos que sólo sirven a los suyos y para los suyos. Aunque lo de la sede es perfecto para el periodismo espectáculo que tiene bazofia que deglutir durante una larga temporada.
Firmeza en los principios e inteligencia política. Cuando Vox se abstuvo para que los fondos europeos pudiesen debatirse en el proyecto de ley, algo que el PP está empeñado en retrasar, salieron todos a criticar al partido de ultraderecha, el cual les dio una lección de patriotismo que se ha visto refrendada en Cataluña. Casado, en la práctica política, debería reunirse con Sánchez y plantear desde ya la renovación del CGPJ y la creación de una Comisión parlamentaria para reformar el mecanismo de selección. Abrir el debate y que sean los demás quienes digan que no. Es lo que Sánchez le viene haciendo desde hace dos años. Casado en temas de Estado debe ser garante del PSOE, más si quiere reducir las prestaciones de Podemos. Por ejemplo, en el caso de la ley Loretta (llamada ley trans para camuflar lo queer) debería apoyar firmemente a Carmen Calvo en su lucha, entre otras cosas, porque en el propio PP hay muchísimas mujeres que públicamente lo han hecho, a pesar de defender un feminismo de corte liberal. Y así con una serie de cuestiones que acaban afectando a toda la ciudadanía. Luego en donde cabe la disputa ideológica o doctrinal hacerse fuerte (siempre que componga discurso propio): tema impuestos, tema empresarial, etcétera.
La salida que ha propuesto Díaz Ayuso de refundación mediante la fusión con los demás partidos (en especial Ciudadanos) tampoco es lo perfecto porque te llevas la “mierda” de los demás. Esto no es como en los tiempos de la creación del PP con la fusión de los democratacristianos, los liberales, los revisionistas y los ex del franquismo. Ahora se sabe que dos más dos no tienen por qué ser cuatro. Ya irán cayendo en el saco o directamente desaparecerán producto de sus propios errores. Tener prisa igual no es buena estrategia cuando queda, como poco, más de un año para las siguientes elecciones. Ahora tiene tiempo sin elecciones a la vista para hacer lo que debe hacer. Elegir por mérito (ya que lo defienden tanto) más que por incardinación en el aparato; elegir por capacidades más que por adulación; elegir por principios más que por servilismo…
También debería cambiar de asesores (especialmente de alguno que es gafe) porque le están llevando a la ruina. En estos tiempos de comunicólogos sin sustancia igual es bueno un cambio de estrategia. Comunicar bien los hacen a miles, saber qué comunicar lo saben muy pocos. Así se entiende que esas quejas porque la prensa es culpable de sus derrotas no sean más que parte de su miseria comunicativa. Porque si de los diez periódicos más leídos, siete son de derechas, no se entiende que su mensaje no llegue. Igual es que su mensaje no es válido (se tiene que quitar un poco de madrileñismo comunicativo). La culpa es suya, más en un partido como el PP que quien lo dirige tiene un poder casi supremo (lo que ha conseguido Sánchez en el PSOE de otra forma) y en su mano está revertirlo. Si es cierto que, como le pasa a su némesis socialista, el PP no tiene intelectuales propios (tenía razón Friedman al decir que los intelectuales lo son de sí mismos), alguno hay pero ni están incorporados ni se tiene la capacidad de aguantar las críticas que hagan. Porque uno de los males de la política en la España actual, ninguno de los dirigentes son personas que acepten las críticas, tienen un ego tan subido que no admiten más verdad que de las personas que ellos eligen y son de su cuerda. Y a veces, aunque sólo sea a veces, hay que ver qué dicen los que no son lisonjeros. Todo esto suponiendo que Casado pueda hacer reflexión alguna… que ya es mucho suponer.
Aquí ya se advirtió en el momento del nombramiento de la buena jugada que había realizado Pedro Sánchez con el nombramiento de Salvador Illa como candidato a gobernar Cataluña. Era evidente que gobernar, lo que se dice gobernar no se podría por estar los secesionistas echados al monte de una secesión imposible, salvo que existiera una revolución sangrienta que ya se vería como acaba. Más allá de esa posibilidad violenta y de la imposibilidad material de la secesión, los partidos secesionistas mediante el control de los aparatos ideológicos catalanes viven muy bien con sus proclamas y demás cosas de secesionistas. No necesitan gestionar, no necesitan hacer política, con la propaganda les basta y les sobra. Por tanto si alguien pensaba que gobernaría Illa es que se dejaba llevar por un voluntarismo y un deseo muy alejado de la realidad si a los secesionistas les daban los números.
Fuera de ese contexto secesionista es donde se jugaban las lentejas para el guiso catalán. Y ahí es donde la jugada de Sánchez ha servido para ponerle sofrito necesario a un proceso que tiene hastiada a parte de la población y que hay que intentar cambiar. No sólo Illa puede y debe abandonar la cuestión procesista (tanto como se pueda) sino que al haber ganado podrá (tanto como lo permitan los aparatos ideológicos catalanes) utilizar esa auctoritas para señalar los aspectos de gestión. Una batalla difícil y complicada pues el resto de grupos viven de la bronca y el aquelarre. Tal vez en mínimo Alberto Fernández pueda ser un compañero de fatigas en lo relativo a la gestión nefasta de los secesionistas, pero no se puede esperar lo mismo del resto de compañeros. Vox se va a dedicar a sus cosas de populistas. Ciudadanos ni está, ni se le espera más allá de hacer cosas de populistas montapollos. Y la sucursal de amado líder está a cosas brilli-brilli como la legalización de la prostitución, la feminidad de las farolas de las Ramblas y demás cosas postmodernas que tanto les gustan.
Illa está solo en la batalla por recuperar cierta normalidad política en Cataluña y por eso es normal que quisieran expulsarle pidiendo su dimisión por no hacerse una PCR, o querer meterle en la cárcel por su gestión (no administrativa por cierto) al frente de Sanidad o por cualquier estupidez que los asalvajados entiendan que puede servir para acabar con el ex-ministro. Como dice el titular, siempre que piensen en todas las maledicencias que se lancen sobre Illa hay que hacerlo imaginando al sujeto con espumarajos en la boca. No conviene, retomando, que alguien con suficiente voz y nada dado a la gresca haga política sobre gestión; sobre las cosas que importan a las personas de la calle; sobre las cosas que importan a los empresarios catalanes que ven cómo, más allá de la pandemia, van perdiendo oportunidades de negocio; sobre la pobreza que está alcanzando a la clase trabajadora por un procès de nunca acabar; sobre el gasto innecesario de los secesionistas para lograr algo inalcanzable; sobre lo material y sin necesidad de balandronadas.
No conviene a Pablo Casado porque está sin programa y sin discurso, con el añadido de carecer de palabra en los acuerdos. No conviene a Ciudadanos porque…, más allá de su camino hacia la extinción, puede mostrar que las cosas se pueden hacer con firmeza pero sin aspavientos innecesarios –los cuales te dan aplausos un día pero te los quitan al siguiente cuando el espectáculo ha cambiado-. No conviene a Junts porque preferirían como contrapoder a gentes que les chillen y que tapen su inmanente racismo. No conviene a ERC porque se dicen de izquierdas pero actúan de derechas y con un PSC con cierta fortaleza se les notan las costuras. No conviene a la sucursal de Podemos porque odian cualquier cosa que sea PSOE. A la CUP y a Vox les da lo mismo porque están sus cosas radicales y saldrán en las televisiones mostrando sus espasmos, sus bailes de san vito y demás cosas de extremistas. No convenía a nadie como se vio en campaña y ahora tampoco les conviene porque no es como Miquel Iceta. Puede ser moderado, dialogante pero no llega a esos límites del buenismo. Seguirán pidiendo su dimisión, su encarcelamiento y cualquier otra pena que ideen, pero es más por sus déficits que por los errores o aciertos que tenga el socialista.
Al delegado del Gobierno en Madrid se las cuelan de todos los colores. Esa es la conclusión a la que se puede llegar tras comprobar cómo un homenaje a los muertos de la División Azul (en apoyo de las tropas nazis cabe recordar) terminó con proclamas antisemitas y nazifascistas. Gracias al vídeo obtenido por las compañeras de La marea se ha podido conocer cuán gráciles y contentos estaban los fascistas mientras en la delegación del gobierno debían estar a contar malvas. José Manuel Franco vuelve a ver cómo se la cuelan desde las organizaciones franquistas y/o fascistas sin recurrir a la legislación española y europea que le permitiría impedir ese tipo de manifestaciones.
Podrá decir el delegado que ha prohibido otras manifestaciones fascistas. Así es, ha prohibido dos concentraciones de La Falange (por cierto partido legal en España), en una de ellas porque estaban demasiado cerca de una celebración del monarca Felipe VI, cabe recordar. No es la primera vez que los fascistas actúan con ese desparpajo bajo un delegado gubernamental del PSOE. Con Franco cabe recordar que el 1 de noviembre hubo manifestaciones de ese tipo y antes de él, a comienzos de 2019, hubo una concentración en Callao. Loas a Hitler, al dictador, discursos del odio y demás parafernalia fascista alegremente por Madrid. Dirán desde la delegación que eran pocos, sí y también eran pocos en el putsch de Múnich y ya se conoce la historia posterior. A más, la manifestación, además de un cura fascista como es habitual, contaba con la presencia de Ignacio Méndez, coautor de los asesinatos de los laboralistas de la calle Atocha.
Hoy empezamos la semana con esta noticia de @Miquel_R sobre la manifestación de unos 300 neonazis en Madrid. En el vídeo se puede ver parte del discurso antisemita donde, además, se anima a saltarse las restricciones por COVID-19. La noticia: https://t.co/V7a7fdxHJTpic.twitter.com/qdbWknwszy
Deberían tener un listado, o cuando menos revisarlo, de organizaciones fascistas porque prohibir algo de Falange casi es sencillo, pero convoca Juventud Patriota una manifestación y no la huelen. Porque es de esperar que haya sido un despiste y no algo que se haya consentido pensando que no pasaba nada. Una cosa es reunirse en el cementerio a sus cosas de fascistas en la tumba de los muertos de la División Azul y otra permitir una manifestación. Al fin y al cabo celebrar fracasos como el de esa división puede resultar patético, pero permitir discursos y manifestaciones fascistas con toda la parafernalia, incluyendo personas vestidas como las SA, es para hacérselo mirar muy mucho.
Normal que la Federación de Comunidades Judías haya afirmado que es “inadmisible que en un Estado de pleno derecho y sólida democracia como es España, queden impunes las acusaciones allí vertidas”, por lo que han reclamado a la Fiscalía de delitos de odio que abra una investigación de oficio para analizar (y sancionar) proclamas como “el judío es el enemigo” y demás fascistadas. ¿Alguna declaración del delegado del gobierno? El silencio. Debe haber copiado la forma de actuación de Ángel Gabilondo y de todo el PSOE de Madrid y se mantienen en el silencio absoluto pase lo que pase. Ni una disculpa, ni un decir que se investigará… la nada (no se encuentra noticia alguna). Siendo el secretario general del PSOE madrileño más extraño aún es que nadie le haya puesto las peras al cuarto dentro del partido, porque fuera sí que le han señalado. Como hicieron cuando permitió y toleró las manifestaciones de la borjamari borroka y se lió a palos cuando los manifestantes eran vallecanos. Tienen un chollo los fascistas con Franco.