martes, 26 agosto, 2025

Fracaso de las campañas de desinformación del PP

Acusan a todo el mundo de populistas en el sentido de engaño perpetrado en virtud de señalamiento del pueblo como sujeto único de decisión. Acusan a los demás de estar lanzando campañas de bulos contra ellos (algunos siguen negando la corrupción de su partido y dicen no conocer a M. Rajoy). Acusan y señalan a los demás de infectos nacionalistas. Mientras dicen esto, en el colmo de la desfachatez, actúan como populistas, como demagogos, lanzan bulos y son los mayores nacionalistas que existen en España –con todos los defectos del nacionalismo cabe decir-. Así son y así se muestran en el PP, pero la ciudadanía parece haberles cogido el tranquillo y ya no se fía de ellos por lo que todas sus campañas de desinformación acaban en el retrete de la comunicación política. Un fracaso total.

Seguramente alguna de las campañas que aquí se les presentan ni las hayan visto. Mejor para ustedes –tampoco se van a contar con pelos y señales no vaya a ser que se contagien-, pero ya mostrarían el hecho del completo fracaso de las mismas. Hace poco se señaló cómo desde el PSOE se estaban cometiendo errores de comunicación política básicos, suerte tienen los socialdemócratas que en el PP hay asesores aún más incapaces en esas lides y quedan a resguardo. Si el camarlengo monclovita no hace más que copiar la estética y las formas estadounidenses, los peperos tampoco se quedan atrás en el lanzamiento de bulos o desinformaciones à la yanqui. El problema, que para ustedes como ciudadanos no es tal, se sitúa en que todo el aparataje y espectacularidad estadounidense tienen poco recorrido en una cultura bien distinta. De primero de comunicación política vamos. No por eso insisten los peperos mientras provocan memes o se observa una completa irrelevancia. Tras la vergüenza ajena –porque ellos carecen de ese sentimiento- que han provocado el hospital sin quirófanos, los aeropuertos son aviones, las estaciones sin trenes o las autopistas sin coches, como se contó ayer mismo, ahora están las campañas que nadie sigue.

Pablo Casado no se sabe si pretende conseguir el centro político –que como advirtió Maurice Duverger hace décadas no existe- o acabar en algún concurso del nuevo Canal Sur de chistes. No hay campaña que intente emprender, con todo el andamiaje ideológico de los medios de comunicación de la derecha (prácticamente todos) que no acabe en fracaso. Ya durante el confinamiento advertía con cara demudada que el gobierno de Pedro Sánchez pretendía dar un golpe de Estado e implantar una dictadura chavista. Como todo el mundo ha podido comprobar… ni se ha cumplido, ni se cumplirá. Pero eso no empece para que de forma estólida Casado siga erre que erre con el chavismo y demás estupideces. Por cierto quienes más se han acercado a algo dictatorial han sido los del PP y su ley mordaza –la cual todavía no ha sido eliminada, por cierto-, o cuando han querido eliminar palabras del uso político en una dictadura del habla. Parece que la pulsión autoritaria sigue estando donde siempre, en los herederos de los Siete Magníficos del franquismo, aunque se les llene la boca con la palabra libertad. Palabra que no hacen más que ensuciar pues si ha habido legislación contraria a la libertad ha sido la del PP –en vez de dejar que las empresas fracasen por su libre incompetencia, no hacen más que llenarlas de euros, por ejemplo-.

Tras la incongruencia de la dictadura castro-chavista que sólo está en la imaginación de Casado, sus edecanes y sus subrogados de la prensa, han intentado colar una campaña, que no ha durado ni un día, sobre el ministerio de la Verdad de claros tintes orwellianos. Según dicen Sánchez pretende vetar todas las informaciones que no le gusten mediante el consejo presidencial para cotejar las noticias falsas y los bulos. Aquí se advirtió del peligro que podría conllevar si se utilizaba mal y se dejaba fuera del ámbito parlamentario, lo cual es algo bien distinto a la campaña del PP donde se asegura que se van a prohibir las publicaciones en redes sociales y en prensa –una especie de censura previa-. Existe un problema que no han pensado en el PP –parece que lo de pensar no es propio del casadismo- como es que las redes sociales (Twitter, Facebook, Tik-Tok, Instagram y demás) no son públicas, no son del Estado sino empresas privadas que determinan por sí mismas sus reglas. Por tanto, si quieres las usas y si no quieres no. No hay obligatoriedad en ello y si cancelan un mensaje es en base a sus propias reglas, no porque lo diga Sánchez o Macron. Un error tan estúpido que hace pensar que, al final, lo de la libre empresa no lo tienen claro en el PP.

Otra campaña que ha fracasado, a pesar de que Periodista Digital –que últimamente se ha especializado en bulos (se tragaron que Joe Biden había perdido en el recuento)- se haya hecho eco. Una campaña donde señalan que algunos ayuntamientos socialistas han empleado a familiares de altos cargos. El problema es que meten a personas que han hecho un concurso con hijos de ex-cargos, sin negar que hay, como en Móstoles –verdadera inmundicia para el PSOE-, casos en que sucede. El problema es que no se han mirado el ombligo porque si existe un partido donde se contrata hasta a los amantes (hombres y mujeres) es el PP. No es cuestión de perder el tiempo pero si los periodistas que cubren las informaciones regionales del PP por toda España hablasen y contasen igual el escándalo serviría para taparles la boca –en el buen sentido-. No, en realidad taparles la boca es casi imposible y como la cara de vergüenza no se les va a caer, no cabe otra que dejarles que sigan fracasando en sus campañas de desinformación, las cuales podrían ser más imaginativas. Es que esta última hace recordar a una ministra que no sabía que coches había en su casa, casa que era de un alcalde ¿o es que eso no es enchufismo?

Si el PP pretende ganar las elecciones así va dado. La izquierda puede estar casi tranquila porque el peligro nunca va a llegar de los peperos y sus campañas de incomunicación política. Más efectivas son las algaradas de los medios de comunicación, esos potentes aparatos ideológicos que están al servicio de intereses particulares y no del bien común. Pero de esto se ha contado mucho y con profusión en estas páginas a lo largo de los años y no es cuestión de aburrir con ello nuevamente. Así el BOE del PP, más conocido como El mundo, asegure que todo lo que dice Casado es de una veracidad tremenda –hasta que dejen de abonar la cuota-, así periódicos como Diario 16 está para contarles la realidad, o algo más próximo a la misma que otros medios. Mentir en política es barato en España por eso la mitomanía es la característica principal del PP, más con un mitomaníaco como Casado al mando. El aznarismo que afirmaba saber que había armas de destrucción masiva en Iraq está de vuelta. Hasta para mentir era más gracioso, aunque igual de peligroso, Mariano Rajoy. Los comunicólogos del PP deberían tener en cuenta que trabajan con dos sinsorgos en la actualidad y las campañas de desinformación resultan poco o nada creíbles. A la vista están los resultados.

Hospitales sin quirófanos, aeropuertos sin aviones y autopistas sin coches: así es la “ejemplar” gestión del PP

Cuentan y no paran los subrogados del PP que no ha existido mejor gestión en España a lo largo de la historia; que el despilfarro es propio de los “rojos” que sólo quieren acabar con la patria hundiendo las finanzas públicas; que sólo hay un partido que haya demostrado gestionar y este es el PP. Menos mal que todo el mundo conoce que gracias a las subvenciones esos entes subrogados hablan por orden de quienes les nutren con publicidad y exclusivas porque parecería que en este país existe una gran disonancia cognitiva en la prensa respecto a la realidad. Que sí, que existe porque la mayoría de diarios se han convertido en panfletos de partido o de posición ideológica –que viene a ser casi lo mismo en España-, pero aun así hay intersticios por donde la verdad, la materialidad de las acciones acaba apareciendo cual neonato se abre paso a la vida humana.

Ayer Isabel Díaz Ayuso se fue a inaugurar un supuesto hospital de pandemias, que no está terminado pese a que se afirmó que a finales de octubre estaría a pleno rendimiento, el cual carece de quirófanos. Se ha descubierto el engaño –una sala de curas no es un quirófano- gracias a que el simplón de Pablo Casado tuvo la ocurrencia –de lo más racional para ser él- de preguntar por los quirófanos. Le habían vendido al presidente pepero que el hospital no sólo serviría para la actual pandemia sino por si hubiese accidentes aéreos en el Aeropuerto Adolfo Suárez y claro, en buena lógica, preguntó por los quirófanos para asistir a los enfermos más graves y que necesiten cirugía. Han querido engañar a todo el mundo y les han pillado desde dentro además. El coronavirus en pacientes graves necesita en algunas ocasiones de cirugías porque puede afectar patologías previas (problemas cardiacos, por ejemplo) y no sólo intubar o una traqueotomía. Para lo primero se necesita total asepsia y una serie de equipamientos y para lo segundo algo menos. Por lo tanto es un hospital, si es que se puede calificar con tal nombre (¿sería mejor calificarlo de ambulatorio?), que carece de lo primordial si es que se va a dedicar a situaciones críticas.

Y en ello todavía no se sabe lo que se han gastado. Dijeron cuando empezaron que saldría sólo por casi 50 millones de euros. De momento van por casi 100 debido a los sobrecostes -en esta ocasión se ven hasta lógicos, salvo para quienes lo planificaron por colgarse una medalla- y subiendo. Pero no se preocupen, como buenos trileros, aparecerá la presidenta o el consejero de Sanidad con tres cubiletes y una bola en la rueda prensa siguiente para esconder el gasto total. “Mira la bolita. ¡Aquí está! ¡Aquí ya no! 50 millones más para los amigos” será la representación que mostrará la dirigencia madrileña. Los Florentinos del mundo llenándose los bolsillos a cargo de los bolsillos de los madrileños –como pasó con la gestión del IFEMA y como se previó en estas páginas- y a otra cosa. Mientras la deuda de la Comunidad subiendo con unos servicios públicos pésimos. Esta es la gran gestión del PP…

Bueno no, tienen casos similares o peores. Todo el mundo recuerda el famoso aeropuerto de Castellón que se hizo e inauguró sin aviones que llegasen al mismo. A día de hoy tampoco es que esté lleno el mismo y sea un punto nodal del transporte aeroportuario. Pero desde la Diputación, esa que aparece corrompida, y desde la Comunitat de la Gürtel, la Fórmula 1, el viaje del Papa, los barracones como escuelas, las pistas de pádel y así hasta sumar miles de millones de euros despilfarrados o en bolsillos de militantes y amigos del PP, se mandó construir y se vendió como la última maravilla en gestión. Curiosamente al final se miran las empresas participantes y suelen aparecer algunas repetidas, algunas que aparecen en las instrucciones judiciales por cierto.

También es una buena gestión las autopistas sin coches. Esta semana pasada se ha conocido que las famosas radiales de Madrid ya suman 3.000 millones de euros como inyección de dinero público a fin de rescatarlas. ¿Por qué si eran una buena idea según el PP? Porque apenas si tienen coches que transcurren por ellas. Sin coches no hay autopista que sea rentable económicamente ya que son de pago. Tampoco hay rentabilidad social, que es la verdadera cuestión por la que cabe admitir poco tráfico, como sucede con la “gratuita” M-45 que se hizo ¿para qué? Sólo cabe pensar que para nutrir los bolsillos de algunas empresas ya que la rentabilidad no se veía por ningún sitio ya en su momento. Como sucede con las de peaje que decían servirían para evitar aglomeraciones y resulta que sales del peaje y acabas en… ¡un atasco! Como sucedía con la R-2, la R-3 y la R-5. Muy inteligente la apuesta no parece, pero ya están los españoles para pagar las tonterías del PP de sus impuestos.

Esos impuestos que dicen deben bajar pero callan ante los desastres económicos que han provocado desde que llegaron al gobierno en 1996. Hospitales con sobrecoste (hasta tres hospitales se podrían pagar con esa colaboración pública-privada); autopistas con sobrecostes; AVE con sobrecostes o de una inutilidad enorme –como sucede con la línea Madrid-Granada que es como el parto de la burra desde Antequera a Granada, todo por no haber invertido más dinero lanzándola por Jaén-; escuelas sin profesores y sin servicios; puertos con sobrecostes… Da igual la obra que haga el PP, ni dónde la haga, siempre tendrá sobrecostes para regocijo de los Florentinos de España… Por cierto, el viudo con gafas está en las autopistas y en el nuevo hospital metido. Ya saben “Florentino nunca pierde” y el PP está ahí para ayudarle en lo que haga falta. Mientras tanto los subrogados diciendo que hay una eficiente y magnífica gestión… hasta que se corte el grifo de las subvenciones claro.

¡Mamááá que Sánchez no me coge el teléfono!

Cuando alguien es patético en el histórico de su vida no cambia al llegar a un puesto de mayor enjundia o se hace públicamente más conocido. El presidente pepero llegó a su puesto como rechazo al marianismo-sorayismo. En la rebelión de los militantes del PP no tuvieron mejor idea que aupar al menos capaz –ese hablar cantinflesco como vicesecretario de comunicación ya indicaba lo que había- porque pensaban que ya habría tiempo de cambiarle por alguien con más capacidad o cuajo político. Una forma patética de llegar a la presidencia que encaja con el propio patetismo del personaje, el cual no duda en confirmarlo en cada una de sus intervenciones en público.

Pablo Casado acudió ayer al programa de la casquería matutina para que Susanna Griso le masajease políticamente y buscando el casito que parece no le dan otras personas. Entre ellas el presidente del gobierno Pedro Sánchez, contra quien el pepero ha sacado su faceta más patética al quejarse de que no le responde las llamadas. Parece que es obligación del presidente del gobierno escuchar las ocurrencias de la oposición siempre y cuando le venga en gana a ésta. No hay manual de estilo sobre eso, pero tampoco es que exista una regla de cortesía que suponga aguantar al primer tontolaba político cuando para lo importante se esconde detrás de una roca en Ávila o Palencia jugando al escondite para hacerse el interesante. Resulta, como pueden escuchar en el vídeo adjunto, que Casado llamó a Sánchez para hacerle saber cuáles eran sus propuestas para el estado de alarma justo antes de una reunión con presidentes autonómicos y dirigentes de la UE. Se queja que, después de esa llamada, no le haya devuelto la misma sin percatarse que ese tema quedó resuelto un día después de la llamada.

Casado es como esas personas odiosas que siempre hacen una perdida para que les llamen y ahorrarse el consumo o bien dárselas de importantes. “Le he hecho una perdida al Sánchez y no me contesta. ¡Jo tía!” es la traducción mejor para las palabras entre el pepero y la masajista mediática. Si ya había explicado en los medios durante tres días su propuesta para el estado de alarma –repitiendo como un papagayo “Hay que salvar la navidad!” que era su única obsesión- ¿para qué le van a coger el teléfono? Bastante tenía el presidente intentando cuadrar los apoyos para los presupuestos, algo mucho más importante para los españoles que las estolideces de Casado, como para estar a cosas infantiles. Porque en el fondo, el pepero se comporta en política como lo haría en clase –cuando iba claro-, quejándose a la profesora o a la mamá al llegar a casa de que tal o cual no le hacía caso. Y lo dice cinco semanas después –si se fijan cinco semanas ahora son un mes según Casado- para aparentar ser agraviado por la soberbia del presidente. Más que soberbia es cansancio de escucharle para cosas poco importantes.

¿Ha llamado Casado para renovar el CGPJ? Hasta apagado debe aparecer el teléfono en esas ocasiones. Como eso no le interesa, pues se debe a aquellos que le salvaron de acabar imputado por fraude en sus estudios, no llama ni responde llamadas. Para estupideces y bravuconadas sí está siempre dispuesto, para lo que afecta a todos los españoles no. Si afectase solamente a las empresas, especialmente de sus jefes, entonces perdería el culo corriendo para lo hiciese falta. De hecho bien que ha salido a defender a las empresas turísticas frente a la ministra Reyes Maroto, quien no ha visto ningún motivo para bajar el IVA al turismo, pues cabe recordar que numerosos benefactores y altos cargos del PP están relacionados con ese sector.

También el masaje televisivo de Griso ha servido para comprobar que Casado no es más que la contradicción hecha persona. Dice una cosa y la contraria a la vez sin parpadear. Resulta que los supuestos 70.000 muertos por la pandemia son culpa de Sánchez pero donde gobierna el PP las cosas se hacen bien. A ver, si la gestión es gubernamental para cargarle los muertos, también lo es para los bueno. Porque si resulta que la gestión es autonómica, y de ahí saca pecho –aunque para hundírselo como verán-, los muertos son autonómicos. Claro que saca pecho no se sabe muy bien por qué. En Madrid se ha sabido estos días que han vuelto a mentir con las cifras de positivos. Y cuando decían que estaba bajando la curva y sólo había 3.000 resulta que ocultaban otros 4.000 contagiados. Cuando dicen que sólo han muerto 19.000 resulta que esconden otros tantos. ¡Y qué decir de Juan Manuel Moreno Bonilla! Está Andalucía, donde no han podido vacunar contra la gripe a toda la población de riesgo, como para echar cohetes sí. No se sabe bien a qué se refiere Casado con hacer bien las cosas en las comunidades gobernadas por el PP… ¿se referirá a los milloncejos que están desviando hacia los bolsillos de los de siempre?

Se ha enfadado Casado porque el presidente del gobierno no le devuelve la llamada –es para imaginar a Sánchez viendo el móvil con la llamada entrante y pensar, como hace todo el mundo con los pesados y cansinas, “ya está el pesado este”- y se va a contarlo a la televisión para ver si le hacen casito. En realidad, por mucho que intente aparentar, nadie en España conoce realmente qué habría hecho Casado en estas circunstancias salvo los mantras de “bajar impuestos”, “salvar la navidad” y “todos los fondos europeos para las empresas”. Nadie sabe lo que habría hecho pero lo sospecha que es casi peor. Después del masaje habrá salido de los estudios diciéndose “eres un machote”, “vamos campeón que le tienes acorralado”, mientras Sánchez estaba a cosas más importantes en Canarias. Defendiendo a España mientras otros que la llevan en la boca no hacen más que pisotearla. Por cierto, los socialistas patriotas pueden no estar de acuerdo con ciertas cosas que hace Sánchez, especialmente en lo que respecta al vaciamiento del PSOE, pero desde luego jamás van a apoyar a una persona como Casado, ni a seguirle el juego así que lo mejor es dejar de insistir en el tema.

¿No está Sánchez siendo demasiado confiado con sus socios?

No lleva ni un año constituido el gobierno de coalición y los medios de comunicación no perdonan ni una. No respetaron ni los cien días de cortesía. Si se les hiciese caso parecería que en España el presidente del gobierno es una especie de Viktor Orban –el amigo de José María Aznar, por cierto- autoritario que quiere hundir al país en el siglo XIX poco más o menos. O construir un Estado soviético, que de todo hay en la alegre muchachada de la derecha y la progresía intelectual. Un contexto complicado y poca visión de algunos de sus asesores para no complicárselo más, como se contó hace poco.

Ni un solo minuto de descanso ha tenido Pedro Sánchez y cuando el fuego no es enemigo, aparece el amigo. Como lo que contó ayer mismo Esther Palomera sobre el enfado de podemitas y algunos socialdemócratas con Nadia Calviño por las pegas que pone a los diversos gastos que quiere cada equipo ministerial. Se habla de su intransigencia, de su mal carácter, de su alianza con el poder económico y todo lo que se inventan por el camino… pero no es algo que se desconociese desde el primer minuto en que fue nombrada ministra de Economía y, posteriormente, vicepresidenta tercera. Sánchez situó a Calviño como ministra como cuota de la Unión Europea para que se cumpliesen los objetivos de déficit y de gasto que exigían desde Bruselas. Mucho más aún hoy en día en que van a llegar miles de millones de fondos para superar la pandemia, muchos de los cuales habrá que devolver y aumentarán el déficit en breve. La mayoría de las fuentes son moradas y ello debería ya hacer ser precavido en las cuitas que se quieren liquidar. Esto lo sabía Sánchez desde el primer día y no es seguro que vaya a deshacer lo que vino casi como imposición.

El problema es que el gobierno de coalición es realmente un gobierno de dos partidos y muchos deseos por aparentar. ¿Cuántas leyes o regulaciones de Podemos no son presentadas hasta tres o cuatro veces para aparecer en los medios y poder pasear su propaganda? Lo mismo puede decirse algún ministerio del PSOE que intenta tener su cuota de cariñito mediático. Si no hace mucho la malvada de toda la película era Carmen Calvo, ahora es Calviño y mañana será Reyes Maroto, por poner un ejemplo. Por cierto, esta última, ministra que calla y trabaja para que la industria española no se quede en la estacada. Al final, en la prensa “afín” al gobierno, todas las culpas son del PSOE. ¡Qué raro! ¿No? Es el PSOE siempre el que no quiere hacer cosas sociales… como si el dinero sobrase, que por desgracia no es así. Siendo realistas y ajustándose a lo que hay haría falta muchísimo dinero para aguantar lo que se ha estado aguantando con fondos públicos y, además, hacer todo lo que dicen que quieren hacer. Normal que proteste Calviño, cualquier con dos dedos de frente no puede hipotecar el futuro económico del país. Austericidio no, desde luego, pero gasto en tontadas para quedar bien tampoco.

Son esos miles de millones que llegarán de Europa los que provocan la alianza de todos los partidos que conforman esa extraña alianza que aprobará los PGE de 2021. Da igual si se es más o menos nacionalista, si se es más o menos regionalista (que de estos tiene el PSOE unos cuantos), si se es más o menos de izquierdas, todos están a la espera de la llegada del maná europeo para sacar tajada. La bronca que hubo, y que la prensa ha vendido como una más de las veces en que ha doblado el brazo Pablo Iglesias a Sánchez, por la presencia en la comisión de gestión de los fondos no sólo es por aparecer en la foto (algunos viendo tantas series de televisión necesitan fotos para aparentar que hacen algo), sino por trincar para ellos y los amigos. Aquí está el punto que podría acabar con la presidencia del PSOE y acabar en la convocatoria de elecciones y algo en lo que parece confiar demasiado el propio presidente. Una confianza que en algún momento no se entiende por los avisos que algunos socios no han tenido reparos en hacer públicos y que han provocado el cabreo de propios y extraños.

Sánchez ha sido claro en todas y cada una de sus intervenciones, el PSOE y él mismo no van a permitir de ninguna manera la destrucción del orden constitucional. Sea Paco o sea Pepe quien lo pretenda. Además, sabe que sería su muerte política. El voluntarismo de algunos miembros del gobierno pensando que lo que manifiestan las redes sociales es la única realidad o que las palmaditas a escondidas de algunos doxósofos de los medios es la corroboración de una teleología que se acerca no encaja con lo que dicen las encuestas, incluida la del CIS. Hay cosas que no se perdonarían, por eso la confianza del presidente Sánchez respecto a las intenciones de los independentistas, da igual vascos que catalanes, cuando históricamente se ha comprobado que son capaces de apostatar de lo que un día antes juraban ante una biblia, debería ser bastante menos confiado –en alguna ocasión incluso menos condescendiente- pese a que la aritmética parlamentaria es la que es para mantenerse en el cargo. Confía demasiado en que las negociaciones que ha dejado en manos de su vicepresidente segundo, con ciertos grupos, no tienen una cara oculta. No es ni medio normal, con la que está cayendo, que algún socio presupuestario haga afirmaciones como las del cupo vasco y la armonización del resto de España.

Por suerte para Sánchez todos esos grupos políticos están esperando, incluyendo a los socios gubernamentales, los fondos europeos para surtir a sus redes de activistas, sus medios de comunicación, sus grupos de vanguardia publicitaria y bastante menos las personas del común. Algo que choca con las verdaderas pretensiones del PSOE como el mismo Sánchez quiso dejar claro. Los fondos que, a día de hoy, serán finalistas –aunque los catalanes ya han pedido un tercio de los mismos (algo que debería activar una pequeña alarma en los socialdemócratas)- serán la gran disputa entre los pactantes y, no se olvide, los barones de los distintos partidos. Todo el mundo necesita dinero, incluyendo a las distintas fracciones de la clase dominante, y todos quieren catar el maná europeo. Esto será fuente de fricciones y también de retirada de apoyos al propio presidente. Igual no mañana, ya que la derecha mediática está muy altiva y socarrona, pero sí pasado mañana cuando no lo espere.

Muestra, por tanto, el presidente una confianza que los hechos del día a día no pueden corroborar. No sólo se insulta a ministros del gobierno desde los medios morados, sino que algunos que se han presentado como afines –para ganar lectores- ya están clavando puñales al ejecutivo… siempre a espaldas rojas y no moradas casualmente. Demasiada confianza tiene Sánchez cuando lo que se observa desde el exterior, y conociendo a los intervinientes bastante bien, haría recomendar mucha precaución. Porque es de todos conocido que en cuanto puedan algunos el gobierno caerá, por cuarenta monedas o por millones. Mientras tanto la militancia socialista tragando sapos con socios y declaraciones de algunos grupos –y no sólo de Felipe González-.

Vilches: “El liberalismo en Madrid es así: libertad frente a la injerencia gubernamental y la ingeniería social”

La entrevista estaba prevista para hablar sobre liberalismo, sobre teoría, sobre libros, especialmente sobre el libro Contra la socialdemocracia del que se ha hecho una crítica ayer mismo. Las circunstancias políticas del día a día han propiciado que el comienzo de la entrevista cambie un tanto ya que Jorge Vilches, coautor del texto centro de la entrevista, ha dimitido de su cargo como asesor técnico de Isabel Díaz Ayuso. También es un buen motivo para señalar que en febrero de 2021 la editorial Almuzara publicará un nuevo ensayo de Vilches y Negro que seguramente pasará por estas páginas y no dejará indiferente a nadie.

D16. Nunca has sido una persona que se haya arredrado ante las situaciones complicadas, ¿por qué dimitir justo en este momento? ¿Tan fuerte es la vocación pedagógica como has comentado en redes sociales o es que te han pillado realmente?

JV. He vuelto a la Universidad porque ya había cumplido mi compromiso con la Presidenta, a quien me une una amistad desde hace años. Me pidió ayuda en la campaña electoral de 2019 y luego, cuando se forjó la mayoría de gobierno, para estar en su Gabinete. Yo preparé las respuestas a la izquierda en el debate de investidura. La respuesta a Iñigo Errejón, que tuvo una gran repercusión, estaba pensada para lo que finalmente ocurrió: perdió la compostura, sacó su vena machista y acabó tirando los papeles en su escaño. De hecho, no aguantó ni dos meses en Madrid. Mi vuelta a la Universidad ha sido voluntaria. Era mi voluntad desde el principio: ayudar a la Presidenta a convertirse en una líder relevante de la derecha con un discurso liberal firme y coherente, capaz de generar identidad y empatía en el electorado, como ha confirmado “Le Figaro”, e inmediatamente volver a mi carrera académica, a leer, pensar, escribir y dar clases, que es mi vocación. A diferencia de la mayoría, yo tengo una profesión muy buena fuera de la política. Era el momento justo para volver a la Universidad porque acababa el primer semestre, y podía incorporarme al comienzo del segundo semestre, como va a suceder. También he de decirte que en junio de este año me hicieron un pre-diagnóstico de cáncer linfático. Ha sido un punto de inflexión en mi vida. Decidí centrarme en lo que verdaderamente quiero y me gusta. Quien ha pasado por eso sabe de qué hablo.

D16. ¿No te parece extraño que justo en el momento de disputa por unas medidas del gobierno autonómico que parecen estar dando resultado aparezca este artículo en el periódico de Soros?

JV. No sé si es el periódico de Soros. No me metas en más líos (jeje). Ese artículo de Fátima Caballero tenía un error de bulto: no era alto cargo ni tenía funciones directivas en el Gabinete. Hubiera sido suficiente con haber verificado en el BOCM mi nombramiento como “personal eventual” y haber mirado en la web de transparencia de la Comunidad de Madrid. Por tanto, al no ser alto cargo no estaba incurriendo en incompatibilidad, tal y como me achacaba en su artículo. Un asesor técnico no es alto cargo y, en consecuencia, es ajeno a la Ley de Incompatibilidades de Altos Cargos de 1995 a la que eludía la periodista. No hice nada ilegal. Seguro que para ellos cometí algún delito de opinión, porque ya sabemos cómo se las gasta esta izquierda. Es broma. Escribí a Caballero y rectificó su artículo. Sin embargo, el daño ya estaba hecho porque lanzaron contra mí en las redes sociales a todos sus trolls y bots.

D16. ¿A qué crees que se debe la irascibilidad de cierto escritor, al que llamas “documentalista”, contra ti? ¿Mera defensa de una de sus empresas?

JV. No conozco a Antonio Maestre nada más que por sus insultos y difamaciones. En el periodismo siempre ha habido gente así. Son personas que viven de la polémica porque no tienen nada más que ofrecer. Es un personaje de Twitter y poco más. Viven de irritar, no de informar. Luego todo el mundo se olvida de ellos. Son de usar y tirar. He estudiado historia del periodismo y siempre ha habido plumillas de este tipo.

D16. Al albur de esta ofensiva de un solo medio (salvo el replicante El plural nadie le ha dado demasiado importancia) han aparecido “viudas” del Vilches profesor, ¿buscan casito?

JV. Sí. Tengo la sensación de que mucha «intelectual» se refugia en el feminismo rabioso como un código de tribu para disimular su mediocridad.

D16. Si lo que pretendían era acabar con tu asesoramiento a Ayuso ¿no crees que han olvidado que ese trabajo lo puedes hacer sin necesidad de estar contratado directamente? De hecho tendrás, si cabe, aún más libertad de acción.

JV. Nadie ha acabado con mi asesoramiento. Como te he dicho, este verano decidí irme por razones vitales, de salud y vocacionales, en cuanto la situación fuera buena, como lo es ahora. Nunca ha estado mejor Ayuso. Me voy tranquilo. Conocía a Isabel desde hacía tiempo, y siempre me pareció una persona sólida, honesta, con las ideas muy claras, sobre todo comprometida con la libertad y el servicio público. Se está dejando la vida en este trabajo.

D16. La conversión de la presidenta Díaz Ayuso en un fenómeno mediático fundado en la tradición “liberal olvidada”, los que la conocemos de hace tiempo sabemos que no era el actual “martillo de herejes”, supone poner en primer plano un debate con fuerte carga ideológica ¿crees que está preparada la política actual para algo así?, ¿eres víctima del consenso de la política espectáculo?

JV. El liberalismo no es una ideología, sino una filosofía. Los liberales no buscamos la utopía comunitaria, como comunistas o fascistas, ni fabricar el Hombre y la Sociedad nuevas, sino que la libertad esté garantizada y aumente. Los liberales no hacemos ingeniería social, como hacen los ideólogos, sino que pretendemos que cada uno decida su vida. Es la idea de la política de Ayuso en Madrid, por eso se ha repetido mil veces en eslóganes sencillos, como “A Madrid se viene a que te dejen en paz”. Por eso se bajan los impuestos o se defiende la libertad educativa, para que cada persona decida qué hacer con el fruto de su trabajo, o qué estudiar y cómo, o dónde llevar a sus hijos. La tradición liberal en Madrid es así: libertad frente a la injerencia gubernamental y la ingeniería social. No nos dedicamos a abroncar a la gente porque no es el tipo de hombre o de mujer que dicta nuestra ideología, sino a procurar la libertad individual. Lo significativo es que defender esta filosofía, que es el verdadero progreso, se haya convertido en algo raro. Esta es la razón de que haya que debatir con los ideólogos de un lado y de otro, y contar a la gente la verdad: que son arcilla en manos de grupos mesiánicos.

D16. En tus ahora famosos artículos y opiniones en diversos medios has criticado la suficiencia ética de buena parte de la izquierda. En estos momentos se ha montado un aquelarre ético contra ti, por algo conocido de todo el mundo (al menos el periodístico madrileño), pero esos mismos que protestan callan ante el nombramiento en Moncloa de Iván García Yustos (que tuvo que dimitir de concejal en Móstoles tras descubrirse que se hacían llamadas a teléfonos eróticos con su teléfono público) o de Francisco Pérez nombrado alto cargo en Renfe tras haber sido condenado por las tarjetas black de Bankia, ¿qué tienes que decir o añadir a esa postura que has mantenido estos años?

JV. Mises ya decía que la paz en libertad es la fórmula del progreso. Añado que no es solo la paz exterior, sino también la interior. Tengo la conciencia muy tranquila. Por cierto, no conocía a esos dos que citas. Llevo en el columnismo desde 2003. Negar la existencia de un vaso comunicante entre el periodismo y la política profesional es ser un hipócrita. ¿O es que no sabemos por dónde va cada periódico, columnista y periodista?

D16. En mi caso nunca me he escondido desde luego. Una última pregunta sobre este tema antes de entrar en el meollo que realmente iba a ser el fondo de la entrevista, el liberalismo. Ahora que has probado la crueldad de la política del día a día ¿te arrepientes de haber dado el paso de asesorar a Isabel?

JV. No me arrepiento. Sabía dónde me metía. Lo hice por amistad y teniendo en mente que iba a volver a la Universidad en cuanto pudiera. Además, como te dije al principio, la enfermedad lo aceleró.

Charla sobre el liberalismo.

D16. Poco a poco los liberales (no confundir con neoliberales) os vais haciendo hueco en los medios de comunicación. En el libro y en tus tribunas haces publicidad de esa tradición del pensamiento que parece escondida ¿por qué existe miedo al liberalismo, especialmente en los partidos de derechas?

JV. El liberalismo no vende porque estamos en el momento álgido del Estado Minotauro, como señaló Jouvenel, en esa situación en la que cada persona sacrifica su libertad al Estado para que éste decida su vida desde la cuna hasta la tumba. Lo señaló Spencer hace más de cien años: con la excusa de reglamentar todo, vamos cediendo espacios de libertad hasta que se extingue. Además, el progresismo se ha instalado como una religión secular; es decir, la búsqueda de una sociedad perfecta basada en ideales socialistas. Todo lo que salga de ese paradigma te señala como un apóstata, un traidor, un reaccionario, y la tribu te rechaza. Mira lo que ocurre en el mundo del cine, la música, el teatro o incluso la Universidad. El individualismo es un pecado mortal para el colectivismo, ese colectivismo que es la trampa de los totalitarios. No hay “hombres” y “mujeres”, por ejemplo, sino personas. Caemos en su trampa. Ser liberal, por tanto, es estar siempre contracorriente, señalar las falacias autoritarias, la feligresía ciega de la gente, las manipulaciones del poder y las injerencias en nuestra vida privada. ¿Quién es el Gobierno para decirnos cómo hay que pensar, o para enajenar el fruto de nuestro trabajo? Criticar esto tiene un coste social importante. Hoy se vive muy bien siendo de izquierdas o progre.

D16. En el libro citas a Peter Sloterdijk y hay un apunte de su libro Normas para el parque humano (Siruela) que es muy indicativo de lo que venís denunciando: “Es decisivo el inquietante hecho de que tales retornos al estado salvaje, hoy  como siempre, acostumbren a desencadenarse en situaciones de alto desarrollo del poder, bien sea directamente como atrocidad imperialista o bélica, bien como embrutecimiento cotidiano de los hombres en los medios destinados a la diversión desinhibida”. ¿Luchar contra el poder, especialmente estatalista, es hoy una utopía?

JV. El estado salvaje es un mito. En realidad es el uso de una figura retórica para deslegitimar una sociedad presente. Esa falsificación es propia de los totalitarios. Todos los han hecho, como señalaron Talmon y Popper, desde Rousseau hasta los nacionalsocialistas, o nuestros nacionalistas “periféricos”. Se inventan una Historia mítica y dorada para recrear un discurso político. Es la vieja tríada de la Edad de Oro, la Decadencia actual, y el Paraíso futuro. Está muy visto, pero la Historia es impredecible. Someterla a reglas matemáticas, a determinismos, como vio Asimov, es ciencia ficción.

D16. Creo que habláis del populismo un tanto de forma alegre y poco “científica”. En el libro calificáis a secesionistas y podemitas (a los que se podría añadir voxistas) como populistas ¿no es una forma de no saber a qué enfrentarse si todo el mundo es populista? Al fin y al cabo es similar a cuando se llama fachas a toda la derecha o comunistas a toda la izquierda.

JV. No. El populismo es un estilo, no una ideología. Es esa forma de hacer política fundada en un discurso centrado en la diferencia entre los de arriba y los de abajo, enemigo del “establishment” y de los medios, que reclama el “verdadero pueblo” o “hacer patria”, que presenta a su líder como un mesías que reconstruirá la comunidad enfrentándola a sus enemigos internos y externos. Sabemos que Chantal Del Sol habla de otro tipo de populismo, pero el realmente existente lo han aplicado y lo aplican partidos socialistas y conservadores en todo el mundo en los últimos cien años. Te recomiendo la obra de Flavia Freidenberg, “La tentación populista: una vía al poder en América Latina” (2007).

D16. Tomo nota del libro pero te recuerdo que siguiendo a Alain Minc, Pedro Sánchez y Albert Rivera son populistas del sistema…

JV. Es importante no confundir electoralismo con populismo. Lo primero es competir en la oferta electoral, lo segundo es una forma de hacer política.

D16. En cierto sentido, sin caer en vaticanismos, pedís la recuperación de la fuerza del cristianismo como uno de los pilares liberales ¿por qué?

JV. No soy demócrata cristiano, a quienes considero socialdemócratas con prejuicios, y soy laicista. El hecho religioso es algo natural al ser humano. Siempre ha existido. Llevamos más de doscientos años con ideólogos que intentan sustituir una religión tradicional por una secular, con su iglesia política, su clero, sagradas escrituras, mártires y milagros. Han fracasado. Ahora estamos con las bioideologías, otras imposiciones dogmáticas para colectivizar. El cristianismo, por contra, se basa en la libertad, el respeto a los derechos humanos y la idea del bien común universal, y es inseparable de la historia de Europa. Su recuperación es una cuestión personal, no gubernamental ni de partido. Ahora bien, sí es conveniente no despreciarlo, ni diluirlo, en beneficio de un falso multiculturalismo.

D16. Es paradójico que los liberales os hayáis apropiado de conceptos que fueron generados por la izquierda intelectual (biopoder, política espectáculo, clase dominante…), aunque haciendo como Marx con el hegelianismo, dándoles la vuelta ¿tan mal no debían pensar?

JV. Marx nunca definió los conceptos “capitalismo” ni “clase social”, y ahí están todos los marxistas con su biblia. El pensamiento político, como cualquier conocimiento, se hace por acumulación de tradición e innovación. Un verdadero estudioso de la historia de las ideas no desprecia a los pensadores que no son de cuerda, y toma aquello que le parece útil. Un buen ejemplo es lo que significa el anarquista Proudhon para los liberales: tiene partes muy interesantes, y otras que no sirven.

D16. Otra cuestión que me llama la atención es endilgarle todo a la Nueva Izquierda sesentayochista ¡pero si han acabado todos en el liberalismo! ¿No estáis relativizando problemas reales como la violencia machista, el ecologismo…?

JV. Las ideas de la Nueva Izquierda del 68 conforman la religión secular del progresismo. De ahí procede la dictadura silenciosa que vivimos, la imposición de un dogma sobre la corrección y la moralidad que emana del Estado, a cuyo servicio están casi todos los medios, la educación y la cultura. Ninguno de estos tres elementos que conforman la mentalidad de la gente es ajeno al control estatal. Fíjate que tu pregunta forma parte de la corrección política que elimina la crítica y la libertad de pensamiento. Ahora resulta que criticar la ideología de género es un anatema y relativizar el problema. Lee las diferencias entre las distintas corrientes feministas y lo entenderás. No es lo mismo el feminismo del PSOE, basado en el hecho biológico, sobre el que legislan leyes en beneficio del género femenino, que el feminismo de Podemos, basado en la autodeterminación del sexo en función de los sentimientos, no de la biología. Esto supone un quebranto para las leyes de género. Ejemplo: un hombre puede decir que se siente mujer para acogerse a una cuota de participación en un consejo de administración, o que se sentía mujer cuando agredió a su esposa. ¿Qué leyes aplicamos, las biológicas, las culturales o las sentimentales? Por eso un liberal prefiere seguir hablando de personas.

D16. Para terminar ¿se volverá alguna vez al derecho y se acabará la legislación o no es más que un parapeto de las oligarquías (algo en lo que coincidiríais con los estudiosos, pocos, de las élites de izquierdas)?

JV. No soy optimista. El realismo político nunca lo ha sido.

D16. Supongo que con las nuevas leyes y esta entrevista acabaremos en prisión por desafectos al sistema…

JV. Siempre he querido huir a Baviera.

D16. ¡Ja, ja! Casi prefiero la isla de Antigua. Un placer como siempre haber podido compartir un rato contigo.

Libros, libros, libros VII

Ofrecemos las novedades que nos han enviado desde las editoriales y distribuidores durante esta semana. Libros interesantes, ensayos fuera del ámbito de la actualidad, biografías interesantes y libros para todas las personas y gustos.

NOVELA

Altiplano de Alain-Paul Mallard, Editorial Minúscula, 13 €

«El techo del Land Cruiser 4×4 va cargado con una docena de rollos de vinilo de colores primarios. Lleva también, firmemente sujetos con ligas elásticas, picos y palas, sogas, equipaje. Carlos, nuestro piloto, es hombre de talante optimista y risa fácil. Mestizo oriundo de Los Yungas, de mejillas picadas por remotos acnés juveniles, gusta mientras conduce de irme explicitando misterios del alma boliviana o contando momentos, más bien íntimos, de su vida. Bombos y zampoñas andinas escapan en intermitencias del autorradio, crepitantes de estática. En el asiento trasero viaja Scarlett, algo adormilada por la gripe. Más atrás van Evaristo y Carlitos, fornidos y silenciosos muchachos aymaras. Han de asistirla en la realización de un par de obras en el Salar de Uyuni, nuestro desolado punto de destino.» Así empieza el viaje del que aquí se narra. El viaje —el verdadero, el abrasivo— acrecienta hasta la incandescencia el roce entre el Yo y el Mundo. Bolivia. Cinco semanas de tumbos y tropiezos por el pétreo Altiplano, y dos lustros para cernir, asimilar y hacer justicia literaria a lo vivido.

Alain-Paul Mallard logra con Altiplano un libro formidable que aborda el extrañamiento en dos pasos: por un lado, el que padece el viajero, y por el otro, el que el viajero produce al contarnos lo que ha visto. Ahí, en la tensión que supone la narración de lo vivido, es posible distinguir a Mallard gracias a sus propios méritos: por su capacidad para involucrar íntimamente al lector en el equilibrio de sus frases, que operan como unidad de sentido. Menos epifánico que riguroso, Mallard se decanta por la precisión con una voluntad de estilo inquebrantable, con un gusto por la divergencia constante respecto de los caminos previstos, como si su propósito fuese dispersar el texto, y con ello lo vivido, para que no se instale como letra fija.

Como cambia el mar de Elizabeth Jane Howard, Traducción de Raquel García Rojas, Siruela, 24,95 €

Catorce años después de su muerte, el recuerdo de su hija Sarah persigue aún al famoso dramaturgo Emmanuel Joyce y a su esposa Lillian. Acompañados siempre por Jimmy —el devoto representante de Emmanuel—, el matrimonio viaja continuamente de ciudad en ciudad, recurriendo a distintas estrategias para sobrellevar la pérdida: él seduce a todas sus secretarias y ella coloca las fotos de su hija en el tocador de cada nuevo hotel en el que se alojan. Hasta que, la víspera de su partida a Nueva York para seleccionar el reparto de su próximo montaje, un incidente con la última conquista del dramaturgo les obliga a encontrar de inmediato una sustituta. Cuando Alberta Young, hija de un clérigo de Dorset, llega a la entrevista con un ejemplar de Middlemarch bajo el brazo, las vidas de todos ellos no volverán a ser las mismas nunca más…

Narrada por sus cuatro personajes principales, la acción de Como cambia el mar se desarrolla entre Londres, Nueva York, Atenas y la evocadora isla de Hidra. Elizabeth Jane Howard, la indispensable autora de Crónicas de los Cazalet, despliega de nuevo en esta novela toda la inteligencia y la elegancia estilística que hicieron de ella una de las más grandes escritoras de la literatura inglesa del siglo XX.

La novena casa de Leigh Bardugo, Traducción de Carlos Loscertales, Hidra Editorial, 21 €

El fascinante debut para adultos de Leigh Bardugo, una historia de poder, magia oscura y asesinatos ambientada entre la élite de la Ivy League. Galaxy «Alex» Stern es sin duda alguien a quien muchos no esperarían ver en Yale. Criada en Los Ángeles por una madre hippie, Alex abandonó la escuela temprano y se perdió en un mundo de novios sombríos, traficantes de drogas, trabajos sin salida y cosas mucho, mucho peores. De hecho, a los veinte años, ella es la única superviviente de un horrible homicidio múltiple sin resolver. Quizá ha tirado su vida a la basura. Pero en su cama del hospital, a Alex se le ofrece una segunda oportunidad: asistir a una de las universidades más prestigiosas del mundo. Pero ¿cuál es el truco y por qué ella?

Yo fumo para olvidar que tú bebes de Martín Casariego Córdoba, Siruela, 18,95 €

Finales de los años ochenta. Max Lomas, guapo y sentimental, culto y descreído, vive a caballo entre Madrid y San Sebastián, donde trabaja como escolta privado para un profesor amenazado por la banda terrorista ETA. Mientras en la capital Max se enamora de Elsa Arroyo nada más verla, en el País Vasco su ambicioso y temperamental colega García empieza a plantearse a qué lado de la línea que separa el crimen de la ley conviene situarse. Y lo que es peor, a interesarse también por Elsa…

Martín Casariego, uno de los nombres de referencia dentro de la prosa contemporánea en español, inicia con este libro una original serie negra rebosante de referencias literarias, cinematográficas y musicales, un recorrido trepidante desde las cloacas de la política y los negocios hasta las más altas esferas de la sociedad. Con un estilo sobrio y preciso, unos diálogos cargados de ironía y un inteligente humor que la distingue de otros libros de su género, la primera novela de la serie de Max Lomas Yo fumo para olvidar que tú bebes hará, desde el primer capítulo, las delicias de todos los aficionados al género.

La conspiración de los conspiranoicos de Felipe Benítez Reyes, Renacimiento editorial, 19,90 €

En su nueva novela, Benítez Reyes nos sitúa en una tertulia ambulante en la que, en plena pandemia, cinco conspiranoicos dan rienda suelta a sus hipótesis y a sus conclusiones exóticas, siempre a la contra de las informaciones oficiales, que ellos consideran falseamientos flagrantes de la realidad. Al hilo de las noticias del día a día, y al dictado de unos razonamientos alejados lo más posible de la razón, comentan, discuten y sientan cátedra sobre cualquier asunto científico, geopolítico o socioeconómico. Una novela basada en datos tan reales que hasta parecen pura fantasía. Una historia que asegura la carcajada y que ofrece un desenlace del todo inesperado. Una sátira desternillante y demoledora del pensamiento alternativo.

La tetera de Russell de Pablo Sebastiá Tirado, Reino de Cordelia, 16,95 €

El futuro. Después de haber pasado una guerra civil, España se ha convertido en 2072 en una potencia científica mundial. Un ejemplo de esa pujanza es Deux ex machina, el proyecto que pretende comunicar un mensaje en tiempo cero con cualquier parte del universo, que se halla en manos de una joven científica, Hipatia. Sin embargo, los enigmáticos resultados del proyecto apuntan hacia algo que su creadora no es capaz de concebir, incertidumbre que se agrava al encontrarse en mitad de una relación sentimental que provoca que todo su mundo se tambalee y de una conspiración con demasiadas incertidumbres. Una novela que, con hechuras de thriller. ¿Al margen de las supersticiones religiosas, tiene cabida dios en un universo dominado por las leyes racionales de la ciencia?

Pájaros en un cielo de estaño de Antonio Tocornal, Versatil ediciones, 17,50€

Un domingo por la mañana llega a Las Almazaras, un pequeño pueblo andaluz en algún momento de la posguerra, una furgoneta desvencijada y abarrotada de bártulos. En su interior, un extranjero pelirrojo con dos de sus hijos y una jaula con un pájaro pinzón.

Se instalan en una vieja granja, un cortijito en estado ruinoso en la misma linde del pueblo, que reconstruyen con sus propias manos y con escasos medios. Más tarde hacen llegar al resto de la familia: en total, un matrimonio con doce hijos y una hija.

El padre, ayudado por sus hijos, emprende todo tipo de negocios y cambalaches para mantener a su familia. Poco a poco se integran entre gente poco acostumbrada a lo foráneo mientras intentan conservar algunas de sus costumbres extranjeras y, de alguna forma, llegan a transformar Las Almazaras y a sus gentes.

Loción de lengua de Juan Ramón Torregrosa, Los días terrestres, 14,25€

Cansado de explicar en clase los conceptos gramaticales y literarios más elementales, sin que un alumnado poco motivado acabase de asimilarlos, a Juan Ramón Torregrosa se le ocurrió escribir, a modo de juego, una serie de microrrelatos, gramaticuentos o como se les quiera llamar en torno a estos conceptos que ahora se reúnen en esta obra. Dividida en varias secciones según su intención, tanto en Juego de espejos, donde se recrean pasajes de obras literarias famosas, como en Ejercicios de retórica o Gramaticuentos, en los que los recursos retóricos y los elementos gramaticales se convierten en protagonistas, el ingenio y el humor los hace accesibles y los aleja de la aridez de los manuales y libros de texto.

Se completa esta “ensalada o silva de varia lección” con sonetos al revés, décimas a Violante, etopeyas, homonimias y otros artefactos verbales que nos remiten al conceptismo satírico de Quevedo, a las greguerías de Ramón Gómez de la Serna o a los inolvidables Ejercicios de estilo de Raymond Queneau. Loción de lengua es un libro que, en su conjunto, siguiendo la máxima clásica de instruir deleitando, invita a refrescar conceptos gramaticales y literarios, a releer de otro modo obras célebres o a poner en práctica las inmensas posibilidades expresivas de nuestra lengua. Es también una obra que derrocha ingenio e ironía, y, sobre todo, conocimiento y amor por la Lengua española y la Literatura.

Mortaja de barro de Carlos Ollo Razquin, Erein, 19,50€

Bajo el embalse se encuentra el antiguo pueblo de Eugi, anegado en nombre del progreso. La quietud de la superficie se ve alterada por la aparición de un cadáver que viene a abrir heridas del pasado. El inspector Villatuerta, acompañado de su hija la oficial Nerea Villatuerta y el siempre malhumorado subinspector Javier Erro, tendrán que investigar un nuevo caso en el silencio del pirineo navarro.

La vida en los años cincuenta del siglo pasado, los contrabandistas que burlaban una frontera impermeable, una fábrica de armas abandonada y un hombre que encerraba bajo siete llaves a su mujer y sus hijas.

Nada es lo que parece, todos tienen algo que ocultar.

NOVELA GRÁFICA

¡PAM!  de Miguel Noguera, Blackie Books, 23 €

Cigarros de doble boquilla, arqueros con mascarilla, vampiros de lengua afilada, rampas de espuma, cucarachas con esvástica, cruceros sumergidos, serpientes que usan bastón, un niño Jesús bromista, apariciones en el pis, basura navideña, un sepulcro en una barca… ilustraciones, poemas, fotografías, notas al pie. Bienvenidos al Mundo Noguera. Un volumen impresionante.

«Hay que rendirse a él o matarlo para que no se rinda otro.» Manuel Jabois.

ENSAYO

Los demonios del mediodía de Roger Callois, Traducción de Luis Eduardo Rivera, Siruela, 19,95 €

Los demonios del mediodía es, al tiempo que un evocador estudio sobre la mitología mediterránea, una prodigiosa reflexión sobre esa hora inmóvil en la que el hombre, enfrentado a las fuerzas misteriosas, está expuesto a todos los peligros y a todas las tentaciones. La tradición occidental nos tiene acostumbrados a que los fantasmas aparecen siempre al caer la noche. Sin embargo, en el mundo antiguo, no es con la llegada de la oscuridad cuando dioses y demonios se muestran, sino a mediodía, cuando el sol está en su cénit y no existe la sombra, el único momento en que pueden ser identificados con total claridad.

Publicado por primera vez en 1937 en la Revue d’Histoire des Religions, este ensayo analiza tanto los nexos que vinculan a las divinidades meridianas con los hombres como los diversos modos de seducción de estas, aprovechando el paroxismo y el abandono que al mediodía se apodera de los vulnerables seres humanos.

La cultura de la conversación de Benedetta Craveri, Traducción de César Palma, Siruela, 36 €

Benedetta Craveri ofrece en este libro, tan riguroso y sugerente como ameno y erudito, un periplo literario apasionante en el que da voz a figuras femeninas emblemáticas que hicieron posible una cultura basada en el poder de la palabra, germen de la sociedad civil moderna y de la opinión pública.

Antes de la Revolución de 1789, Francia conoció dos siglos convulsos. Este largo periodo de transformaciones tiene como hilo conductor el salón literario, donde la mujer es la figura central y la conversación, el eje civilizador.

El arte de la conversación, que en principio era un juego destinado al placer y a la distracción, se nutrió de la literatura para dar lugar a la introspección, a la historia, a la reflexión científica, filosófica y política. En ese ambiente estrictamente laico las mujeres de la época, carentes de derechos civiles y jurídicos, establecieron las reglas del juego: rechazaron las injerencias del poder en la vida privada para crear y fomentar así un espacio de libertad que se les negaba en el exterior. 

A través de anécdotas, de dichos memorables, de retratos, de descripciones de ambientes y lugares, la autora reconstruye un mundo en el que términos como sociabilidad, ingenio o gracia expresan un ideal de civilización que pretende plasmarse a través de la palabra, una palabra que Benedetta Craveri analiza y recrea de una manera magistral.

Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo, Siruela, 7,95 €

«Somos seres entretejidos de relatos, bordados con hilos de voces, de historia, de filosofía y de ciencia, de leyes y leyendas. Por eso, la lectura seguirá cuidándonos si cuidamos de ella. No puede desaparecer lo que nos salva. Los libros nos recuerdan, serenos y siempre dispuestos a desplegarse ante nuestros ojos, que la salud de las palabras enraíza en las editoriales, en las librerías, en los círculos de lecturas compartidas, en las bibliotecas, en las escuelas. Es allí donde imaginamos el futuro que nos une».

BIOGRAFÍA

La leona de Tom Buk-Swienty, Traducción de Rodrigo Crespo Arce y Victoria Alonso Fernández, Ediciones del Viento, 28€

Yo tenía una granja en África, a los pies de las colinas de Ngong». Así comienza Memorias de África, una de las obras más conocidas de la literatura universal del siglo XX. La granja estaba situada en las cercanías de lo que entonces era apenas un poblado de casas de madera llamado Nairobi, en los altos de Kenia, que había nacido como consecuencia de la construcción del “tren lunático”, que unía Mombasa con el lago Victoria. Allí, como en una tragedia griega o shakespeariana, trascurrieron unos años de pasiones en que la sangre de los anocheceres y de las cacerías, el calor del clima, de las hogueras y del deseo, los eternos problemas económicos, la Gran Guerra, marcaron las vidas de aquellos colonos elegantes y cultos, que cazaban leones y escuchaban a Mozart en medio de la savana (sic).

Rubalcaba. Un político de verdad de Antonio Caño, Plaza & Janés, 21,90€

Alfredo Pérez Rubalcaba fue una figura singular y decisiva en todos los ámbitos de la política española de las últimas décadas. Químico de formación, cambió muy pronto la bata blanca del laboratorio por el traje y la corbata, más propios de los pasillos del Congreso en el que representó a los españoles durante seis legislaturas. Consagró treinta años de su vida a la construcción y al fortalecimiento de la democracia, hasta el punto de que ninguno de los grandes acontecimientos sucedidos desde el primer gobierno socialista hasta nuestros días puede explicarse sin su presencia.

Su temprana e inesperada muerte nos arrebató a un hombre de Estado en el mejor sentido de la expresión. Inteligente y lúcido, fue un rival temido por sus adversarios, pero también respetado por su lealtad y discreción, por su elegante forma tanto de dedicarse a la política como de abandonarla. Quizá porque ya no quedan perfiles como el suyo, su desaparición causó un impacto profundo entre los ciudadanos que, al margen de ideologías y por encima de las diferencias políticas, supieron reconocer su honradez, su talento y su generoso servicio al Estado.

Antonio Caño compartió con Rubalcaba sus últimos años en el Comité Editorial de El País, una etapa difícil en la que fue testigo de las inquietudes y desvelos de un hombre que siempre antepuso los intereses de España a los suyos. Esta biografía, que cuenta con los testimonios de amigos y colaboradores, así como con documentos inéditos en los que dejó reflejado su pensamiento, llena un vacío clamoroso en torno a su figura. A falta de esas memorias que Alfredo nunca quiso escribir, sirva este libro como homenaje al legado de un político de verdad.

FEMINISMO

Reencantar el mundo de Silvia Federici, Traducción de María Aranzazu, Tinta Limón, 19 €

De Nigeria a México pasando por Bolivia, Brasil o Estados Unidos, las mujeres están siendo las guardianas de la tierra y de la riqueza comunal. Silvia Federici ofrece en este libro una historia detallada de los comunes desde una perspectiva feminista, en el marco de un análisis de las transformaciones de la economía global en las últimas décadas. Estudia el efecto que las políticas neoliberales tienen sobre las condiciones de reproducción de la vida de las personas, y especialmente sobre las mujeres. Frente a nuevas formas de acumulación capitalista y ante nuevos cercamientos, están resistiendo ataques violentos, y al mismo tiempo están creando infraestructuras de reproducción colectiva que cuestionan la separación entre lo público y lo privado.

No hay en Federici una mirada nostálgica ni idealizada en este intento por mapear experiencias sobre lo común. No hay grupos aislados y felices. Hay una búsqueda por encontrar potencia organizativa, formas de vida no capitalistas: “la posibilidad de recuperar el poder de decidir colectivamente nuestro destino en esta tierra”. En tiempos de catástrofe, guerras y pandemia este libro se propone como un conjuro para el desencantamiento del mundo.

ECONOMÍA

Inversión y deporte de Luis García Álvarez (coord.), Editorial Pirámide, 18 €

¿Se parecen la bolsa y el mercado de fichajes de jugadores? ¿Hay enseñanzas que los inversores puedan aprender del trabajo de los directores deportivos de los clubes? ¿Sucede lo mismo en el sentido opuesto? Aunque resulte sorprendente, la respuesta a todas estas preguntas es afirmativa.

Tanto el mercado de valores como el de fichajes están formados por seres humanos que toman decisiones en condiciones de incertidumbre e influidos por sus emociones. Esto provoca que, con frecuencia, se produzcan ineficiencias, en forma de diferencias entre el precio de un activo y su verdadero valor, que podemos aprovechar para encontrar acciones o jugadores infravalorados por el mercado.

En el deporte no siempre el equipo más rico es el que gana los campeonatos y en los mercados financieros existen gestores que han sido capaces de generar rentabilidades muy por encima de la media a lo largo de los años. Curiosamente los principios que han llevado a este grupo de inversores y directivos de clubes deportivos a lograr resultados extraordinarios y batir a sus competidores son en ocasiones muy similares.

El objetivo de este libro es explicar en qué se basa esta particular filosofía de trabajo y cómo el lector, a través del trabajo y el esfuerzo, puede aprovechar estas enseñanzas en su propio beneficio. Luis García Álvarez es gestor de inversiones y director de posgrado.

En esta obra ha coordinado los capítulos de un grupo de expertos en el ámbito de las finanzas, la industria del deporte y la investigación económica, como Eduardo Cerdán, Esteban Granero, Javier Flórez, Juan Huerta de Soto, Paco Lodeiro, Julio García Mera, Pedro Rey Biel, Alberto García, Jorge Rodríguez, Adrián Godás y Javier Ruiz.

A lo largo del libro se explica cómo organizar una metodología de trabajo sólida, de qué manera nos afectan las emociones a la hora de tomar decisiones, cuáles son las técnicas que podemos usar para encontrar acciones y jugadores infravalorados o qué nos pueden aportar las nuevas tecnologías.

JUVENIL/INFANTIL

Azules salvajes de Beth Kephart, Traducción de María Porras Sánchez, Siruela, 17,95€

«Elige», le pide su madre a Lizzie, una adolescente de trece años, cuando comienza el verano.

Lizzie elige quedarse con su tío Davy en su cabaña, rodeada de las montañas Adirondack, en Estados Unidos, cerca de Canadá.

Elige a Matías Bondanza, el vecino del tío Davy, como su mejor amigo en el mundo.

Elige su guía de supervivencia, El arte de Keppy, huevos revueltos y pupusas, un trozo de roca, el frescor bajo los árboles del bosque.

Pero pronto suceden cosas que escapan a su control. Cosas que nunca habría imaginado: una fuga de una prisión, un secuestro, una tormenta torrencial…

Y Lizzie tendrá que volver a elegir, porque el destino de todo lo que ama pende de un hilo.

El error de comunicación política de Sánchez

Que Pedro Sánchez aparezca para exponer sus líneas directrices de gobierno no es una mala idea, de hecho debería hacerlo cada seis meses como poco. El problema es que cuando alguien se autocalifica de asesor en comunicación política, se arroga –en este caso- poderes de camarlengo y acaba por copiar todas las campañas que se hacen en otros países, especialmente EEUU, debería cuantificar tanto el qué como el cuándo.

Ayer el presidente del gobierno expuso en una exposición en la sede central de Ferraz su posición respecto a lo que queda de legislatura, ahora que parece se ha asegurado la misma con unos presupuestos propios, con el lema La España que nos merecemos 2021-2026, donde se destaca que “acabaremos en 2023 la legislatura con un crecimiento más sólido, más empleo y mayor justicia social”. El primer error es el propio lema que, por buscar un quinquenio como unidad de medida, traspasa los tiempos que, de no suceder nada raro, darían por terminada esta legislatura. Algo que reflejan en el destacado de la noticia que ofrecen a los medios. ¿Por qué tres años más de la legislatura? Soberbia sin duda al pensar que ganará de calle las siguientes elecciones ¡a tres años vista! Y cortedad de miras porque de vencer en esas futuras elecciones recortaría en un año la legislatura de forma prematura, señalando que no tendría mayoría suficiente y se vería obligado a ello. Con tanta fecha que no cuadra, al final, se acaba por embarrar el efecto simbólico que se cree necesario. En el pasado Alfonso Guerra propuso aquello del Programa 2000 como marco simbólico. No se llegó pero marcaba un horizonte de esperanza ante el cambio de siglo, dejando atrás el infausto siglo XX.

En el discurso que le han preparado a Sánchez le han intentado unir a una tradición que surge con Pablo Iglesias de tal modo que la imagen que acaba proyectando es que él no ha hecho nada que merezca la pena. Salvo luchar contra el coronavirus, ni la sanidad, ni los servicios sociales, ni la extensión educativa a la clase trabajadora, ni el matrimonio igualitario… son obra suya, quedando sin ofrecer nada nuevo. Y cuando se hace una apuesta por una exposición de estas características, sabiendo que sólo lleva dos años gobernando –y de aquella manera con limitaciones por la minoría en que se encuentra- se debe ser más propositivo. Si estableces el marco simbólico en el pasado y no ofreces más, aumentar la apuesta que se dice, aparentas justo lo que no querías aparentar con la comparecencia. Un error estúpido, que cualquiera que haya pasado por una facultad de políticas con cierto provecho sabe… ¡Ah que no han pasado por una facultad de esas los asesores! Se entiende.

El presidente ha hecho un esfuerzo por sintetizar su posición política, algo no complicado, pero lo ha hecho, y aquí se encuentra el más grave de los errores cometidos por sus asesores –sí, señalando especialmente a Iván Redondo-, un día en que la repercusión va a ser mínima. Un sábado los periódicos y las televisiones están bajo mínimos respecto al personal disponible. Por tanto se va a hacer un “corta y pega” de la nota de prensa y poco más. Al no haber debates televisivos, ni radiofónicos mañaneros o vespertinos/nocturnos lo que haya dicho el presidente del gobierno se lo lleva el viento. Salvo la tropa de militantes activos en redes (los famosos sugus) no existe mayor movimiento como se ha podido comprobar en todos, y todo son todos, los medios de comunicación. ¿Para qué hace es esfuerzo comunicativo si nadie va a hacer ni caso? De hecho las redes sociales estaban más pendientes del fútbol, del acoso trans a la alcaldesa feminista Nuria Parlón o de la última tontería del clan Pantoja.

Parece que, por los brutales errores que viene cometiendo, el camarlengo monclovita Redondo trabajase para el PP o para Podemos. No se entiende que haga salir al presidente a soltar un speech sin prever que nadie le iba a hacer caso y con  un discurso francamente malo de solemnidad. Curiosamente ha dejado en las redes una imagen con un admirador en su despacho de Moncloa donde había colocado el libro de Julio Feo (director de gabinete con Felipe González) Aquellos años. Lo ha debido leer pero no lo ha entendido bien. ¿Cómo es posible que planifique una salida del presidente al hospital La paz de Madrid sin avisar al PSOE para que acudiesen al menos dos docenas de militantes a aplaudir y hacer frente a los peperos que allí estaban? En el PP se dieron prisa en enviar a los suyos, en el PSOE… Haciendo la comparecencia en Ferraz han querido mostrar que el partido estaba muy activo, o algo por el estilo porque con esta gente nunca se sabe, frente a las críticas de esta semana de los ex-dirigentes del partido. Y realmente sus acciones demuestran que aquellos van a tener razón. Cuando González, Almunia, Rodríguez o Rubalcaba viajaban se avisaba, siempre, a los del PSOE del lugar para que no estuviese el secretario general solo. Hoy están a ver si copian lo que pasa en series estadounidenses. Una pena porque la intención podía ser buena pero está muy mal ejecutada.

El libro de cabecera de Ayuso: Contra la socialdemocracia

Cuando se califica a Isabel Díaz Ayuso de poco menos que una mema sin conocimientos se olvida que, a diferencia de otros políticos que muy ufanos se presentan como muy listos, ha leído al menos un libro con un fuerte contenido ideológico. Este que presentamos hoy es, posiblemente, su biblia política. En realidad la biblia política de numerosos liberales, incluida la presidenta de la Comunidad de Madrid, no porque hayan descubierto nada nuevo sino por haber logrado hacer una recensión del pensamiento liberal, que no neoliberal, ofreciéndola con sencillez y aplicada a numerosos aspectos prácticos. Paradójicamente, han aceptado la máxima marxista de unión de teoría y práctica, o filosofía de la praxis, y los autores la exponen con contundencia. Si quieren conocer el porqué de algunas cosas que dice la presidenta madrileña o el porqué de la insistencia en el uso del concepto de libertad deberían leer el texto, aunque si son de izquierdas igual les resulta doloroso.

Jorge Vilches y Almudena Negro lograron esa unificación de la, podríamos calificarlo así, tradición oculta del liberalismo. Cuando hoy desde tribuna de personas que se dicen intelectuales se habla de neoliberalismo para hablar de cualquier cuestión que exponga la derecha, olvidan que hay cuestiones que quedan fuera y que los liberales de verdad siguen defendiendo. ¿Qué es hoy el neoliberalismo más allá de una forma de calificar a la ideología dominante? En este sentido los autores son claros y señalan con acierto cómo se califica de neoliberal algo muy distinto del liberalismo, tampoco se puede decir que sea todo consenso socialdemócrata, esto es una exageración en la que abunda el texto, sino que las oligarquías dominantes al final van tomando de aquí y de allí lo que les conviene a sus propios intereses conformando una ideología que para los liberales tiene mucho de socialismo y para los socialistas (no socialdemócratas) tiene mucho de liberalismo.

El principal aspecto que tratan en el libro es cómo el consenso socialdemócrata se ha ido de madre. Reconocen que tras la segunda guerra mundial ese consenso se extendió a todos los grupos políticos a derecha e izquierda con un buen provecho económico, pero critican que la desmesura de las medidas al final está extinguiendo al ser humano como ser libre. El Estado minotauro, ese Estado que cada vez pide más y más ingresos y abarca más aspectos de la vida, es el núcleo irradiador de un proceso autoritario, dicen, que afecta a las libertades más simples del ser humano y de la sociedad misma. Sin duda si Hegel analizase la forma del Estado actual se asustaría sobremanera con las dimensiones y lo que acaba abarcando en las vidas de las personas. Se llega a legislar casi hasta cómo se ha de vestir al salir a la calle.

En este sentido tienen razón los autores pues se asiste a una estadolatría exagerada pero olvidan en esa defensa del liberalismo como único frente contra el Estado minotauro que existe una larga tradición en la historia de la izquierda, especialmente marxista seria, donde se critica el tamaño y el exceso del Estado. Por ejemplo, Louis Althusser en Las vacas negras señala que “la noción de un Estado que fuera el Estado de todo el pueblo es un disparate absoluto” (p. 135), pues en la época socialista lo que habría sería un no-Estado, una forma política no estatal (algo con lo que los liberales estarían medianamente de acuerdo). También dice Althusser que el exceso de derechos inscritos en las legislaciones es estúpido: “Uno no combate, pues, por hacer inscribir meros derechos conquistados por la fuerza, en el código burgués” sino por la transformación (p. 199). La democracia cristiana, esto sí lo señalan en el texto al hablar de Jacques Maritain o Marc Sangnier, sí hablaba de intervención del Estado para el bien común, un salario mínimo y la justicia social (p. 186 del libro de Negro y Vilches). Es más, si queremos ser malvados, sólo hay que recordar al padre del liberalismo Adam Smith que expresaba lo siguiente en su Teoría de los sentimientos morales: “El individuo sabio y virtuoso está dispuesto en todo momento a que su propio interés particular sea sacrificado por el interés público de su estamento o sociedad particular. También está dispuesto en todo momento a que el interés de su estamento o sociedad sea sacrificado por el interés mayor del Estado, o soberanía, del que sólo es una parte subordinada”.

La parte más aburrida del libro es aquella en que todos los males de la historia se achacan a la izquierda mientras que los virtuosos liberales se han destacado en la defensa de la libertad y el progreso… Olvidan, porque los liberales tienden a olvidar algunas cosas, que un liberal como Richard Ely ya propuso en su tiempo que las personas a las que era difícil colocar en un trabajo se las mandase a colonias de trabajo llegando incluso a la eugenesia. Siendo Vilches historiador político es normal que acepte que el contexto es fundamental… para unos y para otros.

Tampoco está muy lograda la parte en que se trata el populismo (p. 145 y ss.) porque da la impresión de que todo acaba siendo populismo o socialdemocracia y no es así. No pasa nada por señalar a los nacionalistas por ser nacionalistas e independentistas. Evidentemente hacen reclamos al pueblo elegido y demás, pero siempre y cuando sea un pueblo nacional… por cierto que fue otro liberal el que abrió la vía para la autodeterminación Immanuel Kant tal y como recoge un no izquierdista como Elie Kedourie. Tampoco el populismo de Podemos es socialista, pues en ningún momento han hablado de socialismo en sí ya que no conciben ese tipo de sociedad como ideal. No encaja con el populismo como arma de lucha política si se quiere entrar en la disputa agonística. La tradición socialista ha ido por otro lado bien distinto al populismo. Señalar también que no se puede catalogar a Jacques Rancière como populista ¡por favor! Si justo su libro El odio a la democracia es una oda en favor de la democracia directa y contra populismos de todo tipo o el consenso socialdemócrata además. Dice el autor francés “[la democracia] es la acción que sin cesar arranca a los gobiernos oligárquicos el monopolio de la vida pública, y a la riqueza la omnipotencia sobre las vidas”. Esto mismo es defendido por los autores españoles (lucha contra las oligarquías) en su propio libro. Es más, en la página 123 hasta ataca al consenso establecido.

Hay aspectos sumamente interesantes en el libro, como la actualización del mal que supone la partitocracia que ya expusiese en su Ensayo sobre las libertades el francés Raymond Aron. Incluso analizar la historia como una lucha de oligarquías y no de clases supone abrir un debate sumamente interesante si hubiese posibilidad de ese debate que, en esto hay que darles la razón, seguramente sería aplacado por la clase dominante y sus aparatos ideológicos. Desde la página 222 hasta el final está lo más ideológico y lo que más asustaría a la clase política. Da igual del PP (hacen un ataque duro a Aznar, un poco menos, y a Rajoy, un poco más) que del PSOE. Por cierto, ya que hacen un análisis sobre los años del PSOE en el gobierno y otra parte de la historia del regeneracionismo, cabría apuntar que podrían haber consultado una muy buena tesis doctoral de la Facultad de Políticas (El factor del liderazgo en la España contemporánea: el caso del PSOE 1974-2000) donde se explica claramente que Felipe González jamás fue un marxista, como mucho lo utilizó de tapadera de estrategia electoral, y sí el último regeneracionista convencido. Cambiaría bastante el argumento que sostienen en el libro respecto al personaje y lo que vino después. Un libro curioso, raro en lo editorial en España (salvo Deusto, Unión Editorial o Ediciones Encuentro las demás editoriales no suelen adentrarse en estos textos), y que es la mejor plasmación para entender el liberalismo que defienden algunas personas en el PP (otras desde fuera). Un texto donde se dicen algunas verdades (la diferencia entre consenso y acuerdo es brutal), salvo que se tenga un amplio sesgo cognitivo hay que reconocerlo, y donde hay mucho agitprop liberal también. Un texto para que, en otro contexto, se pudiese hacer una verdadera lucha en la teoría, pero no es este el contexto más propicio, ni existen los dirigentes políticos que pudiesen apoyarlo. Eso sí que utilicen al chileno Axel Kaiser como referente (por cierto la Fundación Disenso de Vox lo tiene como ídolo), cuando está medio-zumbao (digamos que es el Zizek de la derecha) y en más de una ocasión ha mentido con los datos de su país, y se abandone a De Jouvenel, Gambescia, J. S. Mill (a este lo llaman padre de la socialdemocracia), Chantal Delsol o Freund (menos mal que el profesor Dalmacio Negro está espiritualmente) me ha dolido, pero esto no le importa a nadie. Si tienen el ánimo con fortaleza y son de izquierdas lean y confronten, si dicen que son liberales verifiquen si realmente lo son.

Socialistas piden expulsar a González del PSOE

Tras afirmar que a él no le va a hacer callar nadie, salvo la parca le ha faltado decir, durante una entrevista las redes sociales se han llenado de peticiones al secretario de Organización, José Luis Ábalos, para que expulse al ex-secretario general del PSOE. Realmente, siguiendo la letra del reglamento que aprobó el sanchismo podría hacerlo… siempre y cuando hubiese citado a alguna persona en concreto. Algo que no ha hecho aunque todo el mundo haya entendido que las palabras que ha dedicado han tenido como destinataria a la vicesecretaria general o general vicesecretaria Adriana Lastra. Es perro viejo en lides partidistas Felipe González y tan fácil no se lo iba a poner.

Está cansada una parte de la militancia, la sanchista, de las palabras que suele proferir el ex-presidente González respecto a la política española. La otra parte calla y aguanta por lealtad y por aburrimiento. Entiende Isidoro que el gobierno se está equivocando respecto a ciertos pactos con partidos que desean la independencia, aunque obvia en esas declaraciones que los demás partidos “constitucionalistas” están echados al monte y no acordarían nada. Eso suele faltar en sus reflexiones porque aún se siente engañado por Pedro Sánchez, al que apoyó cuando peor lo estaba pasando en abril de 2015, aunque su voto fue para Eduardo Madina según confesó, cuando le prometió que si no era elegido presidente se abstendría en favor de M. Rajoy. Y desde entonces ha aprovechado cada ocasión que ha tenido para señalar algún aspecto negativo del presidente.

En lo que respecta a las palabras que todo el mundo ha entendido iban dirigidas hacia Lastra, no cabe duda que le ha sentado mal eso de dividir el partido entre viejos y menos viejos, o entre los que tienen derecho a hablar y los que tienen derecho a callar y abonar cuotas. No concibe González en su cabeza un PSOE idólatra y de eso algo sabe. Paradójicamente muchas de las personas que hoy piden su cabeza son las mismas que en época del felipismo pedían a los críticos que se callasen. Sólo han cambiado de un ídolo de la tribu por otro, pero siguen en el mismo ejercicio de militancia mal entendida… salvo que todas esas personas hayan sido de Izquierda Socialista. Lo cual no es posible porque la corriente de opinión hubiera sido casi hegemónica en tiempos felipistas. Lo curioso es que nadie, respecto al discurso interno del PSOE se haya preguntado si González tiene o no razón. Si hay militantes de primera o de segunda. Si se puede hablar y criticar o se debe callar y tragar con todo lo que haga el gobierno por el simple hecho de ser el gobierno. Bueno, Lastra no es gobierno, se abstuvo para que gobernase Rajoy y salvar su cargo, por lo que carece de auctoritas, aunque sabe mucho de nadar en todas las aguas.

En el PSOE siempre hubo una tradición de respeto a los mayores, aunque estuviesen equivocados, ahora se les manda callar y se pide que se les expulse. Algo que no harán en la secretaría de Organización o en su derivada que tiene Santos Cerdán porque saben que supondría el levantamiento de todas aquellas personas que por autodisciplina han callado hasta el momento. Personas que se muerden el labio cuando ven que Pablo Iglesias se pasa el día, además de viendo series de televisión, echando pulsos al presidente del Gobierno para estar en todas las salsas –algo que permite Iván Redondo-. No habiendo colaboración de más fuerzas parece que hay que aguantarse para sacar los presupuestos adelante con lo que hay, pero sabiendo medir y sin tragar con todo lo que se traga. Echar a González sólo serviría para calentar más las cosas y dar pie a señalar a Sánchez como un dictadorzuelo. Lastra se equivocó en sus declaraciones porque el PSOE siempre ha sido muy ácrata y muy entregado a discrepar, ahora González se equivoca porque no es el momento. Mucho menos cuando se está honrando la memoria de un compañero como Alfredo Pérez Rubalcaba, que gustaba de discrepar por cierto.

Y dios se hizo carne junto a un balón

Cuando a Bergoglio el espíritu santo en cónclave dentro del Vaticano decidió designarle máximo pontífice romano, comenzó a extenderse una especie de broma respecto a los argentinos. No sólo tenían, en ese momento, a dios, al hijo sino que también al espíritu santo hecho carne en Roma. El hijo, como pueden pensar, era un Messi en estado de gracia, pero el dios de los argentinos siempre fue y será Diego Armando Maradona.

Incluso la residencia de dios en la Tierra será disputada a Roma por Nápoles porque allí un pequeño chaval de Lanús hizo milagros que cuenta la leyenda eran imposibles de realizar en un tiempo donde los defensas no eran elegantes, sino que empleaban las más malas artes futboleras, aprendidas sin lugar a dudas en la pérfida Babilonia, tenían melenas, patillas y hasta frondosos bigotes. Los pies de esos monstruos hijos de Baal, sin embargo, iban siempre al tobillo, a hacer daño, a dejar sin posibilidad de reacción durante unos minutos a quien osara enfrentarlos.

Maradona fue, no sólo para argentinos y napolitanos, lo más cercano a ver la perfección en el fútbol de aficionados, en el fútbol sin estadísticas, en el fútbol sin especialistas en fútbol extranjero capaces de elevar a mediocridades, en el fútbol sin Valdano hablando en los micrófonos, en el fútbol normal y con estadios sin nombres comerciales. En ese fútbol que jugaban once contra once y ganaban siempre los alemanes… hasta que apareció él y dijo “la historia se va a volver a escribir”. Y gambeteando a personajes de la pérfida Albión, burlando al dragón inglés con una mano que se aupada por encima de la cabeza por el aliento de dios, derribando panzers, el sólo junto a un pequeño grupo de forajidos dirigidos por el doctor Bilardo –genio de las triquiñuelas y el fútbol sencillo-, lograron alcanzar la cima futbolística.

Se puede llegar a discutir si el primer puesto del podio futbolístico es para “el Diego” o para Pelé, lo que es seguro es que para todas esas personas que disfrutan del fútbol y que cuentan con entre 40 y 60 años –y no pudieron ver a la perla brasileña- no hay nadie más grande que Maradona. Ni Messi, ni Ronaldo, ni Cristiano, ni nadie por el estilo consiguió ese estatus y hacer milagros futbolísticos con una selección regular como la Argentina de 1986, ni con un Nápoles muy lejano a las grandes potencias del norte. No ganó balones de oro, ni copas de Europa (una UEFA solamente), pero logró lo más importante de todo maravillar con un juego excelso y entusiasmar con un carácter en el terreno de juego como no se ha vuelto a ver en todos estos años. Los personajes destructivos recordarán la vida de mierda que llevó y que le destruyó. Los de siempre dirán maravillas de él sin haberle visto jugar pero porque era de los suyos. El mundo del fútbol le llorará porque, por un tiempo muy breve, dios se hizo carne junto a un balón. Yo he visto a Maradona…