lunes, 29 diciembre, 2025

COPE pierde sus oyentes atléticos en un fin de semana sin Liga

Paradójicamente, el fin de semana que se juega La Liga, donde hay Copa del rey escondida y se ha vuelto a chafar la pretendida final del duopolio futbolístico, la cadena COPE ha perdido el favor de los “posibles” oyentes del Atlético de Madrid. Tiempo de Juego, el programa deportivo de la cadena de los obispos pero que paga usted con sus impuestos, y una pretendida broma han provocado la airada respuesta de la afición rojiblanca. Una afición cansada ya de chanzas y macanas desde los medios de comunicación al servicio del duopolio futbolístico. Ese mismo duopolio que no gusta a Florentino Pérez que querría un monopolio lleno de ditirambos.

Resulta que, dentro del tono humorístico que intentan dar al programa, no tenían otra cosa que hacer que una encuesta en redes sociales. “¡Ji, ji! ¡Ja, ja!” preguntaron sobre qué acontecimiento llegaría antes: invasión extraterrestre, bajada de sueldo de políticos o una Champions del Atlético de Madrid. El tiro les salió por la culata poniéndoles negra la cara con la pólvora de la ignominia. La afición atlética, hastiada ya, se lanzó contra el programa en redes sociales, con algún insulto que otro, para que dejasen de reírse del equipo de sus amores. Fernando Evangelio, redactor del programa, salió en redes a explicar que todo era una broma y que no había que tomárselo así. Error. Raro es que no hayan quemado las instalaciones de COPE porque es ya la gota que colmó el vaso de la paciencia de una afición acribillada de “bromas” y escritos al dictado del duopolio.

No es sólo por Tiempo de Juego, cuyas narraciones del equipo rojiblanco por parte de Rubén Martín son un taladro para los oídos atléticos, es por toda la prensa. El desprecio a los equipos que no son el duopolio es constante, mucho más para equipos como Alavés, Éibar o Granada en comparación con el Atlético de Madrid o el Sevilla. Eso se tiene asumido desde los tiempos del doblete cuando se escondía la información del equipo que acabaría siendo campeón y del subcampeón (Valencia). Lo que molesta no es que no informen, sino que toquen las partes blandas constantemente. Algo que ha aumentado en estos tiempos en que el equipo rojiblanco molesta al duopolio como nunca antes. Ya pasó en tiempos de Alfonso Cabeza. Mientras el Atleti de Gil se hundía miserablemente por la tabla, todo eran parabienes. Hoy, es maldad la que sale de plumas y las ondas hertzianas.

Por todo ello se ha cansado la afición rojiblanca que no está dispuesta a pasar ni una. Cansados de los comentaristas que les sitúan adrede en las retransmisiones de Movistar; cansado con El larguero de la SER donde la tiña es lo habitual; cansados de la COPE y sus bromas constantes; cansados de recibir leches por el simple hecho de estar en lo alto de la clasificación; cansados de los fuleros y demás vendidos al dictado del viudo con gafas. Como no pueden rascar informaciones de dentro del vestuario, ni del club para malmeter, se dedican a intoxicar diciendo que el equipo juega mal, que son leñeros, que aburren o que Simeone cobra demasiado. “¡Bla, bla, bla!”.

A la afición atlética no le hacen falta los medios de comunicación, ni sus bendiciones, hay numerosos podcasts hechos por buena gente para entretenimiento, con críticas y sin necesidad de estar entregados a la mamandurria. Ya ha advertido en alguna entrevista José María García cómo está el mundo de la radiodifusión, donde pareciera que los guiones se mandasen desde el Bernabéu (las llamadas pidiendo despidos llegan desde ACS que es más de patronal). Que no necesiten de los medios tradicionales no significa que vayan a aguantar estolideces. En esta ocasión ha sido COPE la perjudicada (cómo lo habrán visto que, siendo broma, quitaron la encuesta), mañana podría ser la SER, Onda Cero o cualquier otra cadena, como pasa con programas como El chiringuito. No es cultura de la cancelación sino hastío y cansancio. De verdad mejor que ni hablen del Atlético. No se les necesita. Ni viven de los títulos, ni de los chismes, ni de la prensa espectáculo. Como no lo entienden mejor que ni lo toquen. Mientras tanto, ¡Biberones for all!

Novedades literarias (17 enero)

Presentamos las novedades literarias y menos literarias de esta semana. Como siempre la elección de los libros corre por nuestra cuenta pero no así la reseña de cada una de las obras presentadas. Es un sencillo copia y pega de lo que nos ofrecen las editoriales o los distribuidores. Cuando se lee un libro se hace reseña aparte, para gusto o disgusto de los afectados. No hay recomendación expresa sino mostrar aquellos libros que han llamado la atención sin más y sin orden de prevalencia en la presentación. Las fechas de publicación oscilan entre unas y otras de las obras presentadas.

NOVELA

Alexéi Tolstói, El hiperboloide del ingeniero Garin, Akal, (Traducción: Rocío Martínez Torres) 20€

El hiperboloide del ingeniero Garin es una de las obras más reconocidas de la ciencia ficción rusa, y su autor, Alexéi Tolstói, uno de sus máximos representantes. En ella se relata el perverso plan de P. P. Garin, un ingeniero que ambiciona dominar el mundo gracias a uno de sus inventos, un rayo superdestructor capaz de aniquilar cualquier objetivo que se proponga: el «hiperboloide». En las aspiraciones por poner bajo su control los cinco continentes, Tolstoi refleja el temido triunfo del fascismo y anticipa el choque del capitalismo y el comunismo, así como la crisis que vivirá Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Y para ello pone en juego, junto al histriónico Garin, a unos personajes que rozan lo caricaturesco y, a menudo, lo absurdo: la atractiva Zoia Monroz; Rolling, un magnate americano de la industria química, y un inspector soviético llamado Shelgá. Ambientada en los años posteriores a la Gran Guerra, esta obra ofrece una lectura donde el género policiaco y la ciencia ficción se entremezclan con grandes dosis de humor y de ironía.

Kaouther Adimi, Piedras en el bolsillo, Libros del Asteroide, (Traducción: Aloma Rodríguez) 17,95€

Una joven argelina decide dejar su casa en busca de la independencia y los nuevos horizontes que le brinda París. Cinco años después se encuentra atrapada entre dos mundos, lidiando con la frialdad de la gran ciudad mientras carga con la nostalgia, las rígidas tradiciones de su país y la presión familiar a través de las continuas llamadas de su madre, que no deja de recordarle cuál debería ser su principal objetivo: encontrar marido. Cuando tiene que volver a Argel para asistir a la boda de su hermana pequeña, no puede evitar sentir que ha fracasado y reflexionar sobre su camino en la vida.

La autora del aclamado Nuestras riquezas describe en su nueva obra, con honestidad y frescura, nuestras contradicciones internas, el peso de las piedras de nuestro pasado y la desazón y el aislamiento que supone pensar que no encajamos en ningún sitio. Un retrato tierno y tragicómico que es también una denuncia sobre la enorme influencia que las imposiciones sociales ejercen en la vida y el pensamiento de millones de mujeres.

Sophie Hannah, Los asesinatos de Kingfisher Hill, Espasa.

Hércules Poirot viaja en un lujoso autocar a la exclusiva mansión Kingfisher Hill: Richard Devonport lo ha convocado para demostrar que su prometida, Helen, es inocente del asesinato de su hermano, Frank, pese a que ella misma ha confesado el crimen.

En el trayecto, una joven sufre un ataque de nervios y exige apearse: afirma que si permanece en su asiento será asesinada. Se organiza un cambio de asiento y el resto del viaje transcurre sin incidentes. Sin embargo, Poirot tiene un mal presentimiento; sus temores se verán confirmados más tarde cuando se descubre un cuerpo en la casa de los Devonport con una nota que se refiere al «asiento en el que no debería haberse sentado».

¿Podrían este nuevo asesinato y el peculiar incidente en el autocar ser pistas para resolver el misterio de quién mató a Frank Devonport? ¿Podrá Poirot encontrar al verdadero asesino a tiempo para salvar a una mujer inocente de la horca? El misterio está servido.

Deepa Anappara, Los detectives de la línea morada, Destino (Traducción: Lorenzo Luengo).

Pasadas las calles de un mercado repleto de personas, perros y rickshaws, después de los puestos que huelen a cardamomo y aceite chisporroteante, debajo de un cielo lleno de humo que apenas deja pasar un rayo del sol, y ya al final de la línea morada de metro, se encuentra un revoltijo de casas con techos de hojalata donde Jai, de nueve años, vive con su familia. Desde su puerta puede ver las luces brillantes de los elegantes rascacielos de la ciudad, y aunque su madre trabaja como empleada doméstica en uno, para él parecen estar a miles de kilómetros de distancia.

Jai babea frente a las tiendas de dulces, es un fan absoluto de los reality shows de policías que emiten en televisión, y se considera más listo que sus amigos Pari (aunque ella siempre obtiene las mejores notas) y Faiz (aunque Faiz tiene un trabajo real). Cuando un compañero de clase desaparece, Jai decide usar las habilidades para resolver crímenes que ha aprendido de la televisión para encontrarlo. Pari y Faiz serán sus asistentes, y juntos elaboran listas de personas para entrevistar y lugares para visitar.

En su investigación los tres se aventurarán en algunas de las partes más peligrosas de la ciudad, pero los niños continúan desapareciendo, y el trío debe enfrentarse a padres aterrorizados, una fuerza policial indiferente y djinns que arrebatan el alma para descubrir la verdad.

Jugar a los detectives ya no es un juego de niños. A medida que las desapariciones se acercan cada vez más a sus casas, las vidas de Jai y sus amigos cambiarán para siempre.

Don Carpenter, Un par de cómicos, Sexto Piso (Traducción: Rubén Martín Giráldez) 18,90€

Desde hace años, Jim Larson y Dave Ogilvie forman un célebre dúo cómico cómodamente asentado en la fama. Cuando no están actuando en Las Vegas o de gira por el país, se encuentran en Hollywood grabando alguna de sus taquilleras y triviales películas. La amistad entre Dave y Jim parece haber sobrevivido al tiempo, al éxito (también al extraño cansancio que éste conlleva), a la implacable maquinaria del show business, e incluso a algún que otro avispado agente que quiere que Jim emprenda una carrera en solitario. A pesar de todo, siempre han sabido moverse como pez en el agua en un mundillo que conocen y aman, sin pagar, aparentemente, un peaje demasiado caro. Aun así, cíclicamente, Jim necesita desaparecer sin avisar a nadie, y Dave teme que alguna de esas veces sea la definitiva y todo acabe.

En Un par de cómicos, Don Carpenter –él mismo, al igual que John Fante, guionista además de novelista y gran conocedor de las bambalinas del negocio– plasma como nadie las luces y las sombras del mundo del espectáculo, sus fastos, sus costumbres, sus leyes propias, y nos habla, sin cinismo ni ingenuidad, y con un absorbente y ágil pulso narrativo, de la peculiar fauna que habita esta dorada Babilonia. Pero más allá de los focos y de las cámaras, de las drogas, el alcohol y las mujeres, la historia de Jim y Dave constituye, en última instancia, un homenaje a la amistad y al amor por el oficio.

Matias Faldbakken, El camarero, Duomo ediciones, 18€

The Hills es el restaurante más apreciado de Oslo, una institución cocinada a base de tradiciones y en la que se siguen oliendo los aromas de la añeja grandeur europea. En él, un camarero puntilloso y perfeccionista se desvive por atender los deseos de su clientela. Aristócratas, artistas, ricas viudas y emprendedores, todos ellos se despreocupan de su presencia mientras él observa sus dramas con un ingenio tan afilado como uno de los cuchillos con los que corta los filetes. Y, de repente, una joven desconocida entra al restaurante y hace temblar estos sólidos cimientos. ¿Quién es ella? ¿Qué quiere? Aderezada con el agudo sentido del retrato y de la puesta en escena de Matias Faldbakken, esta deliciosa alegoría de nuestros tiempos destila sátira en todas sus páginas.

Mercedes Halfon, Diario pinchado, Editorial las afueras, 15,95€

Diario pinchado es una novela corta con formato de diario que narra la estancia en Berlín de una mujer que se siente extranjera en la ciudad: se orienta mal, no comprende el idioma y, además, el encuentro con su novio, un poeta becado que es la razón de su viaje, no sale como ella esperaba. Este dietario de desencuentros y de un amor que se desinfla, también encierra bellas reflexiones sobre la poesía y el arte de perderse (para encontrarse).

Crisanto Pérez Esain, El tiempo ausente, Ediciones del viento, 18,50€

En la ciudad peruana imaginaria de San Miguel, -que tal vez tenga algo que ver con Piura- se reúnen cuatro amigos en torno a la bodega de uno de ellos, el chino Revilla, que no tiene de chino más que el negocio. Diego, taxista, inventor y colero (que guarda sitio en las colas por unas monedas), fascinado con la vida de las hormigas; Ignacio Vargas, locutor radiofónico y fumador compulsivo –siempre del último cigarrillo de su vida-; y Eduardo, profesor particular mal pagado, casado con Merceditas, costurera en casa. Con estos cuatro mimbres y todo el bagaje literario de la narrativa hispanoamericana del siglo xx, el autor ha construido una novela asombrosa, hermosísima, melancólica y triste, pero también divertida y alegre, pintoresca y mágica, donde se les ven las orejas a García Márquez y a Juan Rulfo, por ejemplo. Una novela que es la historia de unas vidas. O, mejor dicho, de la vida.

El último premio Ciudad de Salamanca de narrativa es una novela asombrosa, hermosísima, melancólica y triste, pero también divertida y alegre, pintoresca y mágica.

Manuel Azaña, El jardín de los frailes, Nocturna, 15€

Si la trayectoria política de Azaña lo convierte en uno de los grandes protagonistas del siglo XX, su vertiente intelectual no es menos destacable: traductor y escritor, colaboró en varias revistas culturales y ganó el Premio Nacional de Literatura en 1926. El jardín de los frailes narra las vivencias de un adolescente en un colegio religioso de El Escorial —donde el propio Azaña estudió hasta 1898—, un joven «con todas esas apetencias, generosas o no pero fervientes, que el mundo desconoce o pisotea». Así, el autor disecciona una atmósfera en la que «aprendíamos a refutar a Kant en cinco puntos, y a Hegel, y a Comte, y a tantos más» en esta novela de formación muy alabada por Salinas: un retrato del artista adolescente con el que Azaña llegó definitivamente a la conclusión de que era imprescindible limitar el poder de la Iglesia para regenerar España.

William Kotzwinkle, Doctor Rat, Navona, (Traducción: Antonio García Maldonado) 19€

El Doctor Rat es un superviviente de los experimentos científicos más refinados, que ahora se ha convertido en un miembro valioso y eminente de la comunidad académica.

Cuando debe administrar a algunos de sus colegas ratas una dosis letal, les consuela con su compasivo lema: “La muerte es libertad”. Pero todo cambia cuando los animales de todo el mundo empiezan a rebelarse, negándose a aceptar “su lugar” en el orden natural de las cosas: ser sujetos de pruebas clínicas, mascotas o comida. Esta novela es una fábula maravillosa, una celebración lírica y un viaje por un laboratorio digno de un médico loco.

Charles Nodier, Franciscus Columna, Reino de Cordelia, (Traducción: Luis Alberto de Cuenca) 15,95€

Relato visionario de marcado acento bibliófilo, esta nouvelle de Charles Nodier, publicada después de su muerte, comienza en la librería de viejo de Treviso que regenta el avaro Apóstolo. Allí, el singular abate Lowrich, experto en acumular datos inútiles, ayuda a encontrar un libro difícil, El Sueño de Polífilo, impreso en Venecia en 1499. Y es en la ciudad de las góndolas donde tiene lugar la historia fantástica de Franciscus Columna, tan enamorado de la bella y acaudalada Polia que el mundo no dispone del espacio físico preciso para albergar tan gran amor. Ambos amantes habrán de aguardar a la muerte para fundirse en un solo ser, en lo que sería el culmen del platonismo andrógino. Esta edición, se ilustra con las láminas a color del barcelonés Josep Triado Mayol.

Knut Hamsun, La bendición de la tierra, Nórdica, (Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo) 21,50€

Aclamado por Isaac Bashevis Singer como «el padre de la literatura moderna», Knut Hamsun inspiró, de hecho, a autores de la talla de Thomas Mann, Maksim Gorki, Franz Kafka y Hermann Hesse, y se hizo merecedor del Premio Nobel de Literatura en 1920 por La bendición de la tierra, «una obra monumental» en palabras de la Academia Sueca.

Esta novela, de una insuperable precisión expresiva, narra la historia de Isak, un hombre de campo, grande y fuerte, y de su mujer, Inger. Ambos, con su trabajo y fuerza de voluntad, se abren camino en una tierra que, en principio, les es hostil. Trabajan de sol a sol, cuidan de sus hijos y tratan de hacer lo correcto. Hamsun, en este canto a la vida rural y a esos primeros colonos que, con su esfuerzo, poblaron Noruega, critica el progreso, a la vez que idealiza la vida en contacto con la naturaleza y con esa tierra que, para él, es la base de la fuerza del hombre.

Knut Hamsun, Victoria, Nórdica (Traducción: Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo) 16,50€

Knut Hamsun, premio Nobel de Literatura 1920, ha sido uno de los escritores más importantes del siglo xx. Thomas Mann y Maksim Gorki lo consideraron un maestro y su influencia ha sido muy importante en autores que van desde Franz Kafka a Paul Auster, pasando por Henry Miller.

La crítica mundial considera Victoria el mayor exponente del talento de Hamsun en su madurez, la obra en la que alcanza la perfección de la forma y en la que el análisis psicológico penetra en mayor extensión y con mayor profundidad en los actos de los protagonistas.

Hamsun relata una historia de amor que podría no tener mayor trascendencia si no fuera porque, como él mismo dice, lo importante reside en los «secretos movimientos que se realizan inadvertidos en lugares apartados de la mente»; por eso su estilo nos envuelve y no podemos dejar de leer sus páginas.

Esta edición de Victoria presenta su primera traducción directa del noruego.

Mary E. Wilkins Freeman, El viento en el rosal y otras historias de lo sobrenatural, La biblioteca de Carfax, (Traducción: Shaila Correa) 16,80€

Esta recopilación incluye seis relatos sobrenaturales de la autora:

El viento en el rosal: Una mujer recorre una gran distancia para encontrarse con su sobrina que vivía con su madrastra. Una vez llega a su destino, la sobrina está desaparecida y la madrastra se muestra muy misteriosa y despreocupada. ¿Dónde está la joven? ¿Y por qué el rosal de la entrada no deja de agitarse a pesar de que soplar ni una ligera brisa?

Las sombras en la pared: En el seno de las familias habitan grandes monstruos. Una discusión, una muerte y una sombra que aparece de forma repentina en la pared. La historia, escrita casi en su totalidad como un diálogo, se representará al lector vívidamente, como si estuviera en el salón junto a la familia.

Luella Miller: El relato más conocido de la selección. Luella Miller es una mujer frágil a la que todos quieren ayudar, con fatales consecuencias. Luella se apodera de todo aquel que se acerca a ella.

La habitación sudoeste: Las hermanas Gill heredan la mansión familiar que les había estado vedada durante la mayor parte de su vida. Decididas a conservarla, la convierten en una casa de huéspedes. Pronto, la mejor habitación de la casa, la habitación sudoeste se convertirá en un problema: la última ocupante no parece haberse ido del todo.

El solar vacío: Lo sobrenatural no solo se encuentra en remotas poblaciones aisladas. La familia Townsend se muda a un barrio moderno y acomodado de Boston, pero les persigue una maldición.

El fantasma perdido: Una entrañable pero grotesca aparición marcará la juventud de la señora Meserve. Cuando era joven vivió con unas hermanas y el hacendoso fantasma de una niñita en busca de su madre.

Boris Quercia, Hoy no quiero matar a nadie, Alrevés, 17€

Hace frío, son las seis veintitrés de la mañana, es recién martes y Santiago Quiñones no tiene ganas de matar a nadie. El problema es que es policía. Y está a punto de enfrentarse a una banda de maleantes peligrosos pero inexpertos que hacen todo mal.

El tiroteo es el inicio de una serie de peripecias en que el protagonista nos llevará por las calles del centro de Santiago tras una mujer tan seductora que lo enredará en una oscura estafa. El relato policial se adentra cada vez más en los bajos fondos de la ciudad, allí donde la fuerza de los hechos es incontestable y se desbarata cualquier sueño posible. La atracción hacia las mujeres y el sexo en el corazón del relato conducirán al lector por caminos insospechados y extrañamente tragicómicos.

La serie Santiago Quiñones

Por las calles del centro de la ciudad de Santiago de Chile van los pasos de Santiago Quiñones. Un policía demasiado sensible para el trabajo sucio que le toca hacer. Más cerca a veces de los delincuentes que de sus compañeros de armas, Santiago no discrimina. Sabe que a uno y otro lado existen los mismos peligros, y que nadie está libre de caer en la gran moledora de carne que es el mundo. Apurado muchas veces por la coca, Santiago se equivoca más que lo que acierta y no puede evitar ponerse del lado de los más débiles, aunque esto signifique burlar las leyes. Su novia Marina intenta sostenerlo y salvar una relación que naufraga constantemente, pero Santiago es un policía que va cayendo por la vida, sin acabar nunca de estrellarse. No es un buen hombre, tampoco tan malo, solo que quizás nunca dejó de ser ese niño callado y algo triste que aún no termina de comprender del todo cómo funciona este intrincado mundo nuestro.

Edgardo Cozarinsky, Turno noche, Tusquets, 17,50€

Mientras Lucía viaja en autobús a Buenos Aires atravesando la vastedad de la geografía argentina, recuerda su infancia en un pueblo de provincias, el colegio de pago en el que ella era la niña pobre… Un día a Lucía le mordió una araña venenosa. Sus amigas, con la ayuda de un camionero, consiguieron llevarla hasta una curandera que, además de salvarle la vida, le lanzó un terrible sortilegio sobre su relación con los hombres que la acompañará siempre. Al cumplir los dieciocho años, Lucía deja el pueblo para marcharse a la gran ciudad y allí, al poco de llegar, conoce a Pedro, un periodista de tercera que se enamora de ella. Pero Lucía no tarda mucho en abandonarlo y desaparecer sin dejar rastro. La obsesión desdichada que deja en su amante saldrá a la luz años más tarde, cuando un amigo de él comparta una larga conversación con tan misteriosa mujer.

NOVELA HISTÓRICA

Gisbert Haefs, Aníbal, Pamies, 22,95€

Cartago, la ciudad más próspera del Mediterráneo occidental, combate por preservar sus derechos frente al emergente dominio de Roma. Esta lucha verá algunas de las batallas más sangrientas y salvajes de todos los tiempos, en la que morirán cientos de miles de hombres.

En medio de este conflicto, surgirá una figura que se ha convertido en mito y leyenda: Aníbal Barca, uno de los más grandes generales de la Historia, cuyas tácticas todavía se estudian en las escuelas militares hoy en día.

Aníbal desafiará y pondrá en jaque el poder de Roma cruzando los Pirineos y los Alpes con un ejército en el que se incluían elefantes de guerra, y derrotándola en batallas como la del río Trebia, la del lago Trasimeno y la de Cannas.

El narrador de la historia es Antígono, banquero y consejero de la familia Barca, de origen griego y asentado en Cartago, que nos ofrece una visión de las guerras púnicas desde el punto de vista de los vencidos.

El Aníbal de Gisbert Haefs se ha convertido, con todo merecimiento, en un clásico de género histórico.

NOVELA GRÁFICA

Jean-David Morvan e Ignacio Noé, Helldorado, Nuevo nueve editores, 25€

En algún lugar de una isla tropical, una aldea india se despierta al alba. Pero el infierno pronto se desencadena sobre ellos, un escuadrón de conquistadores españoles se cierne sobre el lugar, masacrando hasta el último de sus habitantes, mujeres y niños incluidos. Todo parece un crimen sin sentido, imperdonable. Pero la realidad es mucho más compleja de lo que parece. Esta no es una guerra convencional que enfrenta a los españoles con los indígenas, los indios Syyanas. Un tercer combatiente recorre el teatro de operaciones, afectando indistintamente a los dos bandos sin cuartel, una enfermedad mortal fulminante, tanto que incluso rehusan nombrarla… El futuro de este mundo de fuego y sangre está hoy en manos de dos adolescentes y una niña.

ENSAYO

Jacques D’Hondt, Hegel, Tusquets (Traducción: Carlos Pujol) 23€

Cuando Georg Wilhelm Friedrich Hegel es enterrado en Berlín el 16 de octubre de 1831, la muchedumbre que se agolpa al paso del cortejo fúnebre, y en realidad toda Prusia, es consciente de que acaba de perder a uno de sus grandes hombres. Nacido en Stuttgart en 1770, Hegel fue compañero generacional de personalidades de la talla de Hölderlin, Beethoven, Schiller o Schelling. Entusiasmado en su juventud con los acontecimientos de la Revolución francesa, alcanzará los mayores honores en la Universidad de Berlín, al tiempo que elaboraba uno de los sistemas filosóficos más ambiciosos, significativos y polémicos de la historia del pensamiento. En este libro el lector encontrará también la crónica de uno de los momentos más fascinantes de la historia europea, así como el apasionante relato de la aventura intelectual que se desarrolla en nuestro continente desde el final de la Ilustración y que culmina con el idealismo alemán.

Mark Coeckelbergh, Ética de la inteligencia artificial, Cátedra, 15€

A lo largo de las páginas de este libro, se tratan, de manera concisa y accesible, los principales problemas éticos que el desarrollo de la inteligencia artificial y su aplicación a un gran número de ámbitos de nuestra vida cotidiana han planteado en los últimos años. ¿A qué ética responde la decisión de una máquina? ¿En qué consiste exactamente tomar decisiones? ¿Podemos considerar a las máquinas responsables de sus actos y de las consecuencias que conllevan? ¿Cómo aprende y actúa una inteligencia artificial? Estas preguntas y otras muchas exigen respuestas urgentes. De la publicidad a los mercados financieros, de la industria armamentística a la de la automoción, de las redes sociales al internet de las cosas, la IA ocupa un lugar cada vez más relevante en nuestra vida, aunque solo en algunas ocasiones seamos conscientes de ello.

Alicia Miyares, Distopías patriarcales, Cátedra, 15€

A lo largo de la historia las mujeres hemos padecido el invento de la «identidad de género», ese constructivismo esencialista que ha solidificado la de­sigualdad estructural entre los sexos. La «identidad de género» ahora es un neolenguaje que tiene por objeto prescribir qué, quién, cómo, cuándo y dónde alguien es «mujer». Su retórica se multiplica con prefijos como «cismujeres» o giros del lenguaje como «portadoras gestantes» o «seres menstruantes» para evitar el uso de la palabra correcta, «mujeres». La heterodesignación no quiere rendirse y se esconde en la transdesignación. La ginofobia, el machismo extremo y la minusvaloración de las mujeres asoman disfrazados de queer. La moneda está otra vez en el aire: o feminismo o distopía patriarcal.

Wendy Brown, En las ruinas del neoliberalismo, Tinta Limón.

“Las nuevas fuerzas de derecha aúnan elementos conocidos del neoliberalismo con sus opuestos aparentes. Combinan una superioridad moral autopercibida con una conducta casi celebratoriamente amoral e irrespetuosa. Respaldan la autoridad al tiempo que presentan una desinhibición social pública y una agresión sin precedentes. Se enfurecen contra el relativismo, pero también contra la ciencia y la razón. Desprecian a los políticos y a la política y a la vez evidencian una voluntad de poder y una ambición política feroces. ¿En qué quedamos?”.

En este libro escrito después del triunfo de Trump la filósofa política norteamericana Wendy Brown interroga el lado moral del neoliberalismo, aquello que permite su devenir conservador y llena de furor a las derechas antidemocráticas. Busca captar las nuevas formaciones subjetivas nutridas por el resentimiento ante la pérdida (o amenaza de pérdida) del privilegio de la blanquitud, la masculinidad y la cristiandad. ¿Qué son estas fuerzas con las que se conjuga el neoliberalismo para perdurar y renovarse? Mapear y narrar esta deriva es fundamental para entender las ruinas del neoliberalismo (lo que queda expuesto como sus cimientos y fundamentos) pero también para pensar y experimentar cómo arruinarlo.

Paolo Mossetti, Mil máscaras. La deriva del nacionalpopulismo italiano, Siglo XXI, (Traducción: Juan González-Castelao Martínez) 20€

En 2018 Italia se convierte en el primer país que, siendo uno de los fundadores de la Unión Europea, es gobernado por una coalición nacionalpopulista formada por un partido fundado por un cómico y otro que abandonaba sus raíces secesionistas por un nacionalismo furibundo. Para llegar al gobierno, fomentaron la crispación social y explotaron la erosión de las instituciones. ¿Cómo debemos interpretar esta deriva nacionalpopulista que se está expandiendo al resto de Occidente?

Paolo Mossetti, ensayista y analista político, en este magnífico relato de los últimos cuarenta años de la historia de Italia hasta la pandemia de la covid-19, nos muestra cómo la política italiana se ha transformado en un aberrante carnaval. Los discursos y debates, así como los problemas a los que se enfrenta la sociedad, son mil máscaras que escamotean la realidad, que disfrazan la profunda crisis que amenaza con arrasar los cimientos de la democracia liberal.

Andrew Marantz, Antisocial, Capitán Swing (Traducción: Lucía Barahona) 25€

Una crónica profundamente inmersiva de cómo los empresarios de Silicon Valley se propusieron crear un Internet libre y democrático y cómo los cínicos propagandistas de la extrema derecha explotaron esa libertad para impulsar estos extremismos en la masa social. Marantz explora dos mundos: el de los emprendedores de las redes sociales, que con ingenuidad y una imprudente ambición, cambiaron los medios tradicionales de recibir y transmitir información; y el de «los intrusos»: conspiradores, supremacistas blancos y trolls nihilistas, que se han hecho expertos en el uso de redes sociales para promover su corrosiva agenda.

James Williams, Clics contra la humanidad, Gatopardo ediciones (Traducción: Álex Gibert) 18,95€

Vivimos pegados a la pantalla, sometidos a los cantos de sirena de la tecnología digital: redes sociales, entretenimientos a la carta y un flujo constante de estímulos online compiten sin tregua por captar nuestra atención. En la era del exceso informativo, la atención ha pasado a ser un bien escaso y codiciado por las grandes empresas tecnológicas. ¿Cómo afecta este fenómeno a nuestra autonomía y nuestra libertad? ¿Cómo podemos oponer resistencia a la colonización de nuestra mente? Con un pie en la antigua Grecia y el otro en Silicon Valley, Clics contra la humanidad arroja luz sobre uno de los problemas más urgentes de nuestro tiempo.

James Williams, que fue estratega de Google antes de estudiar filosofía en Oxford, afirma en este ensayo que los sistemas inteligentes de persuasión que condicionan nuestro pensamiento y nuestra conducta constituyen una grave amenaza para la libertad y la democracia. En vez de ayudarnos a alcanzar nuestras verdaderas metas vitales, las tecnologías digitales desvían y explotan nuestra atención, aprovechándose de nuestras vulnerabilidades psicológicas. Hace demasiado tiempo que minimizamos los trastornos resultantes, descartándolos como simples «distracciones» o molestias menores. Sin embargo, son mecanismos que socavan la voluntad humana, cuyos efectos pueden ser irreversibles si no actuamos a tiempo.

Hermann Keyserling, Diario de viaje de un filósofo, Hermida Editores, (Traducción: Manuel García Morente) 32€

Diario de viaje de un filósofo convirtió a Keyserling de la noche a la mañana en un filósofo de renombre. Inspirado en sus propios interrogantes, sus viajes alrededor del mundo dan forma a una comprensión en la que se enhebra la propia experiencia vital enriquecida con un conocimiento profundo de las diferentes formas de pensamiento y de religión.

«A través de la nube de incomprensión que reina entre Oriente y Occidente, este Diario de viaje aparece como un rayo de sol…, puesto que el más elevado grado mental que puede alcanzar el hombre es aquel que le enseña a encontrar el lugar para todas las cosas. Nosotros, hindúes, hemos acogido el libro de Keyserling con entusiasmo, como un gran libro».

POESÍA

Alberto Ramos, Eighteen, Espasa.

Alberto Ramos autopublicó este diario poético con 18 años, cuando aún cursaba el instituto. La obra original fue escrita en inglés, mientras su autor vivía una situación de homofobia extrema en Estocolmo, Suecia. Para la sorpresa de Alberto “eighteen” vendió decenas de miles de copias y se convirtió en un mediático bestseller internacional número 1 que inspiró a muchos jóvenes en una situación parecida a la suya. Él cree que las experiencias son en gran parte lo que hacemos de ellas, y después de vivir todo lo que han inspirado sus horribles experiencias, está determinado a seguir creciendo con ellas y, en el proceso, ayudar a quien esté en el mismo viaje.

Después de graduarse con matrícula de honor en Estocolmo, estudió en un total de 9 universidades suecas, hasta que recientemente fue admitido en la Universidad de Harvard, donde estudia Ciencias Políticas actualmente.

Jenaro Talens, El azar nunca deja cabos sueltos, Cátedra, (Edición de José Francisco Ruiz Casanova), 17€

De la poesía de Jenaro Talens nacen cinco vertientes que se explican unas a otras, que se intercomunican y que le construyen como poeta: la propia poesía, la escritura, la teoría literaria, la traducción y la iconografía o los lenguajes iconográficos. Talens se ha referido en múltiples ocasiones al hecho de que se trata de una poesía que habla «desde mí» y no «de mí», y este planteamiento, teórico y poético, remite tanto a la relación con lo real como a la formulación de la «identidad».

María Negroni, Oratorio, Vaso roto, 14€

Un mundo presidido por la ausencia de Dios. No hay distancia contemplativa. Hay vacío, conmoción. Esto es Oratorio. Un lugar de enunciación desde el cual percibir una orfandad mayúscula. Un extrañamiento radical. Una pieza musical desnuda que se aferra –como dice el epígrafe inicial de Malebranche– a la atención como «plegaria natural del alma».

Las preguntas de Oratorio, formuladas desde la primera persona del plural, ajenas a la rabia o a la tentadora primicia de la liberación, bien podrían leerse como un canto a la perplejidad, a «la intuición que piensa», a esa conciencia que sabe, sin saberlo, que en el carozo de «la oscuridad que somos» algo debe celebrarse pues «lo que sigue es una fiesta/de perspectivas más que humanas».

OTRAS LECTURAS

Arturo San Agustín, Amanecer en el Gianicolo, Catedral, 18€

En Amanecer en el Gianicolo, Arturo San Agustín despliega un catálogo de sensaciones que, con el paso del tiempo, se han convertido en imperecederas en la memoria del autor. Su Roma es una amalgama de recuerdos, una ciudad caminada, hecha de películas, de calles adoquinadas, canciones  populares, alcachofas, callos a la romana, miradas, espaguetis, exhibicionistas textiles, fettucini, vino y conversaciones en una terraza al anochecer romano. «Roma es la ciudad que me enseñó que nadie vive en su momento sino en el de sus mitos y leyendas», escribe San Agustín.

«Nunca he necesitado la compañía de ningún poeta clásico para sentirla, para disfrutarla. Tampoco distingo en ese hermoso disparate ciudadano lo sutil de lo vulgar porque son dos universos parlantes que conforman mi Roma. En Roma todo cristiano sincero descubre que es pagano, y todo agnóstico que se atreve a reconocerlo descubre que es pagano. O incluso un poco cristiano. Dios es otra cosa. Como los turistas. Como la basura eterna romana que te acecha desde cualquier rincón. Creo que yo he visto basura que conoció los tiempos del emperador Marco Aurelio.»

Uno de los periodistas y escritores que más conocen la ciudad eterna y el Vaticano nos cuenta sus encuentros en el jardín del Palazzo della Rovere «con un monseñor amigo» o sus visitas a la cafetería Sant’Eustachio, donde «un cliente asiduo me ilustró sobre cómo se debe tomar o degustar una taza de café. Hay que hacerlo en la barra, de pie y a sorbos». 

De esa Roma «donde mejor transcurren mis días de eterno peatón» Arturo San Agustín reivindica los pinos «amenazados de muerte porque los turistas tropiezan con sus raíces», o la voz de Ornella Vanoni, «mujer de nariz bien cincelada y atrevida, largo el cuello y elegante de gestos, me recuerda que siempre han sido las canciones italianas las que animaron mi adolescencia». También a Silvana Mangano, «romana de mirada desafiante, nariz principal y voluptuosa presencia, más afinada que la de Sophia Loren». Y es que «mi primera adolescencia fueron, pues, aquellas inolvidables y cinematográficas piernas de Silvana Mangano a las que, al principio, no pude acceder porque, en España, incluso en los cines de barrio, la película Arroz amargo no estaba autorizada para menores»…

Lola Álvarez Romano, Pero ¿qué te pasa? Diez claves para entender la adolescencia en positivo, Planeta, 17,90€

Tratar con adolescentes siempre se ha considerado como un desafío. Evoca ideas de rebeldía y enfrentamientos, situaciones de enojo para los jóvenes y de frustración para los padres. Muchas de estas conductas extremas han ido en aumento durante la pandemia ya que al encontrarse encerrados compartiendo un espacio ha hecho que aumentara considerablemente la tensión familiar. En las situaciones de conflicto que antes se podían calmar si el adolescente salía de casa (aunque fuera dando un portazo) ahora había que buscar una alternativa para “desactivar la explosión” y por lo visto esas explosiones han estado ocurriendo dentro del hogar, creando situaciones de intimidación y de violencia, entre padres e hijos. Datos recientes indican que ha habido un aumento de agresiones en ambas direcciones.

Situaciones de ese tipo nunca ocurren de forma repentina y suelen ser la culminación de un proceso que va ganando terreno. Con frecuencia, cuando los padres temen estar perdiendo el control, se utiliza la amenaza y la coacción como algo habitual. Por lo tanto, hay una corriente de violencia latente que, en situaciones de estrés, puede estallar.

En este libro, la autora, desde un enfoque psicoanalítico, nos invita a pensar en los desafíos del periodo adolescente desde un punto de vista concreto y tal vez novedoso. Enfoca el mundo del adolescente pero también el de su circunstancia familiar, porque ahí es donde estarán las claves para entender sus conductas. De entrada, su visión es que cualquier síntoma que aparece en un joven es una llamada de ayuda. La conducta preocupante del joven siempre es el resultado de múltiples factores, muchos de los cuales pueden haberles pasado desapercibidos a sus padres. Para saber cómo ayudarle y también para entender la situación a la que se enfrentan los padres debemos explorar el entorno familiar en su totalidad, ya que es ahí donde encontraremos las respuestas.

José Luis Sánchez Noriega, Icíar Bollaín, Cátedra, 15€

«El cine de Icíar Bollaín tiene una marca propia, un cine social según la huella de Ken Loach, con quien colaboró en la película ‘Tierra y libertad’, una lucha anarquista contra la injusticia atemperada por un sabor agridulce, que siempre toca una fibra sensible, frente al iberismo racial, agrio y violento. Nunca engaña. El espectador sabe qué va a ver cuando se acerca a la taquilla. La emigración, los problemas de Latinoamérica, historias del tercer mundo, denuncias de la violencia machista. A Icíar la encuentras siempre detrás de las cámaras apuntando hacia causas justas, tocadas con una delicadeza acerada. Así es también ella, una chica despierta, que sonríe con los ojos, que siempre emite un aire fresco, inteligente y divertido, con un toque de distinción» (Manuel Vicent).

Daniel Utrilla, Mi ovni de la perestroika, Libros del KO, 23,90€

El 9 de octubre de 1989, un mes antes de la caída del Muro de Berlín, la comedida agencia estatal de la Unión Soviética lanzó una noticia de fábula: en la ciudad de Vorónezh, a 500 kilómetros al sureste de Moscú, unos niños dijeron haber visto aterrizar una esfera de luz de la que emergieron dos o tres humanoides gigantes sin cuello y con tres ojos. La noticia abrió los telediarios de medio planeta y halló eco en las principales cabeceras de la prensa occidental. Ese día los extraterrestres eclipsaron al líder soviético Mijaíl Gorbachov, a su mancha y a la perestroika, su imposible plan de reajuste democratizador de la URSS.

En busca de ufólogos, periodistas, científicos y testigos oculares, Daniel Utrilla viajará repetidas veces a Vorónezh para reconstruir con minuciosidad todos los detalles del «Roswell soviético», movido por una obsesión que lo mantiene unido al barrio madrileño de su infancia: San José de Valderas. Cargado de paciencia, de humor, de fascinación por un país que conoce a fondo, de lecturas y de herramientas del viejo reporterismo, sin prisas, sin Twitter, pero con hemeroteca, esta crónica escrita con los pies en la Tierra y la cabeza en las nubes reúne tres años de idas y venidas al corazón de Rusia, cuna de cosacos, premios Nobel, generales, inventores, poetas, científicos, santos y cosmonautas.

Colección de personajes de la Rusia de hoy, botiquín de emergencia de la historia de la ufología, patchwork nostálgico de la España del felipismo, odisea interior, travesura cósmica y diario íntimo, homenaje al reporterismo lento y retrato de los últimos coletazos del imperio soviético; esta crónica es un cuento de hadas construido con retales de pura vida.

De “carapolla” a caradura

De forma soez al alcalde de Madrid, nada más ser elegido, le colocaron el apelativo de “carapolla” en una más de las gracietas del pueblo madrileño. En realidad ese epíteto queda lejos de la realidad. José Luis Martínez Almeida no tiene cara de falo sino una cara más dura que el acero. Algo que ha quedado demostrado en los últimos días por las devastadoras consecuencias del temporal Filomena (“a su pesar”, del suyo, del alcalde que es el que quieren que sea alcalde, que diría M. Rajoy). Muchas imágenes mostrando preocupación por la gran nevada; mucha foto empujando coches; mucha foto haciendo que hace algo, pero en realidad dejando tirados a millones de vecinos. Y no ha sido lo único como se verá.

Cierto que ha caído muchísima nieve, aunque no es menos cierto que la AEMET avisó de la posibilidad de nevadas de más de 25 centímetros en la región central, donde, aunque el alcalde no lo sepa, está Madrid. Dos o tres días de colapso son comprensibles, pese a que les costase llamar al gobierno para activar cuanto antes a la UME. Eso nadie se lo discute. Se le discute el postureo, la demagogia barata, el victimismo y demás baladronadas propias de políticos, más si pertenecen al PP. Cuando debía estar haciendo todo lo posible por todos los ciudadanos de su ciudad -y cuando se dice todos son todos, no los de unos sitios sí y otro no-, resulta que estaba casi con un mapa viendo en qué lugares votan más al PP para limpiar cuanto antes y donde les votan menos (casi calle a calle) dejarles en la estacada durante más de una semana. Y todo ello sin recoger la basura (quintales de mierda en las calles) y sin pensar en el desabastecimiento de tiendas y supermercados. A día de hoy, cuando luce un esplendoroso sol, sigue habiendo miles de calles intransitables en Madrid.

Dirán en campañas electorales y en la prensa cavernaria que el PP es modelo de gestión, pero la realidad es que cuando hay que mostrar esa capacidad sin ayuda de los empresarios (a los que se paga generosamente), se demuestra la incompetencia. Gestión pésima y con tintes ciertamente clasistas. Algo que tampoco es que sorprenda siendo el PP y Ciudadanos. Acostumbrados tienen a los madrileños con esa deriva partidista: primero los míos, luego los míos y después los míos. Vendrán luego los liberales a hablar del gobierno que legisla en favor de colectivismos, olvidando, a la vez, que los que más colectivismo hacen son los partidos de derechas. Así no se construye patria, ni nada por el estilo. Todo esto igual no serviría para catalogar a Martínez Almeida como caradura, jeta, desvergonzado, fresco o descarado, pero es que han rizado el rizo, si es que era posible, con la petición de daños al Gobierno de la nación, es decir, a todos los españoles.

Martínez Almeida, apoyado por su vicealcaldesa la cuñadista Begoña Villacís (como pueden ver en el mensaje anterior), han solicitado, así a calzón y braga quitada, 1.400 millones de euros para paliar las consecuencias de la gran nevada. ¿Cómo lo han cuantificado? No se sabe, pero sí que le han echado toda la cara del mundo. Deben tener un problema de flujo de caja o algo por el estilo porque han incluido hasta los supuestos dineros que habrían perdido los comerciantes por los días que han tenido que cerrar sus establecimientos. Una cifra que podría aumentar cuando terminen las inspecciones. Así que amenazan con irse a los 2.000 millones como poco. Debe ser que son amigos del hermano de Garzón, el ministro, y se piensan que el dinero con imprimirlo basta. ¿Qué daños hay en infraestructuras? No lo saben, más allá de los árboles caídos y algún que otro techo dañado. ¿Cuestan todos esos árboles madrileños tanto dinero? Porque aumentar los servicios para limpiar las calles de nieve no lo han hecho (que sería un gasto acorde a la zona catastrófica). Necesitan pasta en el Ayuntamiento y se han puesto a pedir como si no hubiera un mañana, intentando además que los seguros (potente cabildeo) no tengan que pagar demasiado.

Tienen tanta cara que intentan que todos los españoles, mientras ellos bajan los impuestos, les paguen solidariamente cuestiones que quedan fuera de los gastos de zona catastrófica. No son vacas que han muerto, olivos destrozados, cepas muertas y cosas por el estilo. No, pretenden que los españoles paguen los cafés que no han tomado los madrileños o las bragas que no han comprado por la incompetencia de los ¿inexistentes? servicios municipales, mientras el alcalde se hacía fotos y paseaba con Pablo Casado (más conocido por Mortadelo). No lo piden cabría señalar, sino que lo exigen. Tanto como para que el ignaro presidente del PP pida que se saque de los Fondos Covid de la UE, cosa que no es posible. El problema, ahora que es patente, no es que gobiernen desde la derecha (elección de los votantes), sino que no sepan gobernar y tengan la cara de pedir que los demás les arreglen sus entuertos. Con 1.400 millones de euros se construyen dos hospitales, veinte colegios e institutos… ¿tanto café toman en Madrid en un fin de semana? ¿Tantas bragas compran en dos días? ¿Tanto gasto en libros tienen? Busquen en problemas de caja y seguramente encuentren la solución. Es más sencillo pedir créditos a los bancos teniendo aprobados ingresos desde el Estado por 1.400 millones, que no teniéndolos. Es mejor dar dinero a comerciantes haciéndose toda la publicidad del mundo, que tener que mirar debajo de la telaraña. No piden para arreglar lo de Filomena, sino para sus campañas publicitarias.

Casado tiene más disfraces que Mortadelo

Creíamos que nadie podría desbancar en el arte del disfraz a icónico personaje creado por Francisco Ibáñez –a quien habría que dar el premio princesa de Asturias con toda justicia-: Mortadelo. Craso error. En el mundo de la política actual hay otro personaje que, de poco en poco, aparece disfrazado para epatar a las multitudes. Pablo Casado, presidente del PP, es un prodigio del cambio de chaqueta, del disfraz oportunista, de la demagogia y de la mimetización con el entorno. Desde el PP dirán que es producto de lo cerca que está su eterno candidato –pues está siempre en campaña electoral-, que es una proyección simbólica con el pueblo, pero la realidad es que, más allá de que le guste más un disfraz que a un niño un caramelo, jamás ha expresado en el parlamento las supuestas preocupaciones que recoge por España.

Aquí tienen una amplia muestra de esa frugalidad en el travestirse de Casado. Como podrán observar, por la barba, cada vez más ha optado el presidente pepero por el camuflaje, por el disfraz…

CASADO Y SUS DISFRACES CAMPESTRES

Ahí le tienen, montado en su tractor dispuesto a recolectar maíz

Y aquí le tienen disfrutando de la recolecta del maíz. Como si lo hubiese hecho toda la vida.

No piensen que antes del tractor y el maíz no se forjó su leyenda vendimiando. Eso sí impoluto.

Y ha prosperado tanto que tiene otro tractor.

Y no sólo tiene disfraz de agricultor a campo abierto sino que, como se puede apreciar en la imagen, es todo un experto en el cultivo bajo techo (un plastiquero más).

CASADO Y LOS DISFRACES INDUSTRIALES

Comenzó su periplo como ingeniero de Renault…

… pero como se aburría mucho decidió pasarse a la astrofísica…

…tampoco cuajó esa vocación y decidió ser ingeniero eléctrico en Iberdrola…

O la informática…

O la industria farmacéutica…

O la investigación…

O el control de las cadenas de producción…

Aunque realmente es en encargado de la Prevención de Riesgos Laborales.

CASADO Y EL MUNDO AGROPECUARIO

De entre todos los disfraces que tiene, los que más le gustan son aquellos que tienen algún bicho como aporte al mismo. Aquí con vacas…

…y aquí con ovejas. Hágase notar que le falta el disfraz con gallinas.

No rehuye hacer bebidas espirituosas…

Ser mariscador…

Ser catador de aceite…

Hacer quesos y…

…controlar y explicar la cadena de producción.

También tiene disfraz de conservero.

Y también de liberado sindical.

OTROS DISFRACES

Hematólogo

Profesor primaria

Guitarrista sin arte

Fallero

Cocinero

Motero pero paquete.

Constitucionalista imitador de Pablo Iglesias

Penitente.

Presidente encargado.

El de derrota electoral que ha sacado en dos ocasiones

Otro de cocinero.

De intelectual leído… aunque ya se sabe que poco.

«Espetero»

Tras su fracaso ministerial Podemos ataca al PSOE

De alguna forma hay que tapar las propias miserias y errores y, como viene siendo habitual en Podemos, han optado por atacar a su principal enemigo. ¿Vox? No, el PSOE. No se asombren por esta calificación o cualificación del PSOE por parte de Podemos. Cabe recordar que cuando irrumpieron en la escena política, cierto concejal, hoy secretario general de Madrid, afirmó ante un grupo de políticos y periodistas que su adversario era el PP pero su enemigo el PSOE. Esta es la mentalidad de habita en la formación morada desde el comienzo. No se sabe si por algún tipo de proyección o por heredar del antiguo comunismo no haber aceptado jamás que el partido socialista sacase más diputados en las primeras elecciones tras la dictadura, el caso es que cuando algo no les va bien acaban atacando al PSOE. Lo de los fascistas no es más que un juego espectacular.

Se preguntarán también, al hilo del titular, sobre cuáles son los fracasos ministeriales de Podemos pues dicen y no paran que gracias a ellos se ha conseguido todo lo que hace el gobierno. Por sólo ofrecer unos ejemplos, los ERTE que llevan retrasos de meses (no siendo lo peor ese ministerio de Trabajo); el engaño con la prohibición del despido, ya que lo único que se hizo fue encarecerlo; el aumento del paro sin alternativa real y a la espera de que mejore la situación gracias a algún tipo de espíritu… El ministerio de Universidades se sabe que existe, lo que no se sabe es tiene actividad. Bueno sí, ha sacado un borrador que provocaría la privatización de parte de las Universidades públicas; la precarización del profesorado; beneficia a las Universidades privadas (que el ministro tenga como pareja a alguien que tiene intereses en cierta universidad privada se supone que no tiene nada que ver); incluye la posibilidad de veto de la contratación de unas universidades a otras de forma encubierta…

Respecto al ministerio de Consumo, todas las personas han visto como se ha encarecido la bolsa de la compra –especialmente en cierta cadena de supermercados- pero el ministro calla. También vendieron que ya no habría más publicidad de juegos y apuestas, y resulta que cada dos por tres saltan en los dispositivos móviles de cada cual. En el ministerio de Igualdad han conseguido enfurecer a todas las feministas, cosa complicada a poco que no se hubiese hecho nada, y parecer que trabajan para Vox más que por la igualdad. De hecho ayer mismo la ministra Irene Montero acudió a uno de esos programas de amigos para ver si conseguía lavarse la cara aunque acabó mintiendo al decir que se había reunido con las mujeres críticas con la nueva ley transgenerista. Y qué decir de la vicepresidencia segunda de Asuntos Sociales, aún le están esperando en residencias de ancianos a ver si hace algo para ayudarles. Fracaso, tras fracaso no tanto por inexperiencia sino porque están en el gobierno a lo que están, a lo propio de la oligarquía sexual en que se ha convertido Podemos y en medrar para no se sabe bien qué propósito reformista.

Tras un tiempo escondido Pablo Iglesias, el primer día después del Consejo de ministros han sacado la artillería contra su enemigo, el PSOE. Han aprovechado que el PSOE ha decidido no dar su voto afirmativo a la comisión de investigación sobre Juan Carlos de Borbón para saltar al cuello socialista. Con ello pretenden acercarse y hacerse con el grupo radicalizado que existe en el PSOE respecto al tema republicanista. Antes de nada cabe hacer una explicación para los legos en comisiones de investigación. Se puede y se debe investigar al huido como a cualquier otro cargo público, sin duda, pero esta comisión no pretende ser de investigación sino de publicidad de Podemos y los independentistas. ¿Por qué? Porque en realidad no van a poder acceder a documentación y, posiblemente, al interfecto. La documentación que tienen Hacienda y la Fiscalía no se podría ceder a la comisión por estar sub iúdice, es decir, en proceso de investigación. No es una documentación de otro tipo de administración pública –como si eran los contratos de la Comunidad de Madrid que dieron lugar al descubrimiento de las trampas del PP con hospitales, por ejemplo- y por ende trabajarían sin documentación. Tampoco el escondido parece que vaya a acudir por no estar en España.

Entonces, sin documentación y sin testigo principal ¿qué se va a tratar en realidad? Nada. Llamarían a cualquier pelagatos para montar un espectáculo y que ese clavo ardiendo al que están agarrados les siga valiendo para no caer al vacío político. Porque el republicanismo de Podemos es lo único que les queda junto a sorber y soplar. No hay más, son casta. La estupidez de Iglesias sobre las discusiones en la cena navideña sobre monarquía o república ya indicaba claramente que no les queda más que ofrecer. Lo peor de todo es que desde que están con la matraca el apoyo a la monarquía ha subido, en lo que parece una conspiración podemita con los Borbones para asentar los privilegios reales. Necesitan, como buenos populistas y como ha recordado la ministra Margarita Roles –algo que molestado mucho y para lo que Ione Belarra ha salido de su cueva a atacar a la ministra-, deslegitimar las instituciones del Estado para que su estrategia de confrontación les permita opacar sus errores de gestión y sus miserias. En una situación calmada serían pasto del olvido y de la salida política, por ello necesitan estar alimentado confrontaciones como la republicanista. Cómo será la cosa que hasta La razón les apoya ahora para que no desaparezcan y con miedo a que el PSOE a medio plazo les mande al rincón de pensar en los altos del parlamento. Paradójicamente PP y Podemos tienen el mismo enemigo común: Pedro Sánchez.

Saben que con este tipo de cuestiones calientan los cascos de buena parte de la militancia del PSOE, especialmente la que ha abandonado la lógica tradicional del partido y se encuentra más podemizada. Así, de esa forma pretenden vencer al enemigo desde dentro. Que presione la militancia con esta cuestión republicana al presidente Sánchez y al ministro José Luis Ábalos, como secretario de Organización –al menos hasta octubre-, y ver si más adelante pueden sacar más tajada. Visto que en el Consejo de ministros, en el parlamento o en los medios de comunicación no hacen doblar la cerviz al PSOE, intentan hacerlo mediante una estrategia quintacolumnista. Claro que sumándose a los que piden la dimisión de Salvador Illa tampoco es que les haga quedar como muy leales. La estrategia es hacerse con la voluntad del militante idealista radicalizado del PSOE, justo ese que ha abandonado cualquier tipo de análisis materialista, para no se sabe bien qué. Porque en realidad hablan mucho de república y no han explicado qué tipo de república quieren, salvo una en la que haya naciones y arriquitaun, pero no hablan jamás de cuál sería el centro del poder estatal. Por ello caben sospechas de presidencialismo húmedo en la mente de Iglesias o Juan Carlos Monedero. No tienen nada más que ofrecer salvo el enfrentamiento continuado, soflamas izquierdistas que no plasman y colocar a amigos y subvencionar a todos los lobbies de la diversidad para ganarse su apoyo a futuro. Mientras tanto sólo les cabe atacar al PSOE, pero no dimitirán porque las casas no se pagan solas.

¿Dónde está Pablo Iglesias?

Desde hace varios días las personas normales se hacen una pregunta ¿dónde está Pablo Iglesias? En efecto, el vicepresidente segundo de Asuntos Sociales y Agenda 2030 está desaparecido. No se sabe nada de él. Salvo un mensaje sobre el fallecimiento de Boni, guitarrista de Barricada, y un retuit sobre el fascismo en EEUU (con una visión extremadamente corta para quien ha vivido allí), nada. El silencio. La calma. Acudir, sí ha acudido al Consejo de ministros de ayer, por lo que se colige que no está muerto, ni enfermo. ¿A qué se debe esa desaparición? En Diario 16 nos hemos hecho esa pregunta y vamos a intentar responderla mediante varias hipótesis.

1ª hipótesis: Está viendo series. Lo más lógico, tras las festividades en que habrá estado muy ocupado con la chavalería que tiene en casa (ya saben, reyes magos y demás cuestiones infantiles), el vicepresidente segundo se ha encerrado en su cuarto a ver todas las series que le faltaban por ver para así poder darnos la turra durante el resto del año y tener inspiración para su estrategia política del curso entrante.

2ª hipótesis: Está deprimido. Después de la paliza estratégica que ha recibido por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al nombrar a Salvador Illa como candidato al gobierno catalán, echando por tierra el “acuerdo” pactado con ERC para servirse del PSC para gobernar y llegar al referéndum de autodeterminación, se encuentra deprimido. Sollozando por no haberla visto venir. ÉL que es el más listo de la clase política y el único que, piensa ÉL, ha leído y comprendido a Maquiavelo.

3ª hipótesis: Está acojonado. Ha visto que las encuestas le están apeando de su actual posición y se encuentra aterrado. No comprende cómo el pueblo es incapaz de asimilar su estrategia de soplar y sorber a la vez. O lo que es lo mismo, su estrategia de ser gobierno y oposición al mismo tiempo y sin que eso genere contradicción alguna. Porque, paradójicamente, las mayores críticas al gobierno en los últimos tiempos no llegan de parte de Pablo Casado (que está recorriendo España con su pala), sino de uno de los socios del propio gobierno.

4ª hipótesis: Ha visto lo que le ha pasado a Trump y ha frenado. Esta es la hipótesis menos probable seguramente. ÉL piensa que Trump es un fascista y no un populista. Para amado líder los populistas son buenos, son como ÉL, son comunistas sin hoz, ni martillo. Pero igual, poco probable, ha visto que la demagogia y la chulería en política acaba pasando factura e igual le toca su turno.

5ª hipótesis: Con el frío que hace piensa que han llegado los White walkers como en Juego de Tronos. Ya que acostumbra a ver la vida como si fuera una serie de televisión, igual al llegar la gran nevada ha pensado que los White walkers han llegado, se ha visto desarmado y se ha escondido en su castillo de Galapagar. Al final la ficción ha devorado al hombre, como los libros de caballería afectaron a Alonso Quijano.

6ª hipótesis: No sabe qué hacer. Siendo vicepresidente de Asuntos Sociales debería haber estado al pie del cañón con las nevadas caídas. Haberse preocupado de la situación de las Residencias de Ancianos, de los refugios para personas sin hogar, para ver que no había desabastecimiento de alimentos para la población afectada (que para eso tiene a su subordinado Alberto Garzón), pero no sabe cómo hacerlo. Después de un año casi de vicepresidente segundo todavía no se ha enterado bien de sus competencias. Hay que comprenderlo porque ÉL está para otras cosas de miras más amplias: el CNI, hace oposición al PSOE, zascandilear en Twitter…

7ª hipótesis: No puede hacer demagogia o populismo. Tras la subida de la factura de la luz que vendrá por el alza de los precios en el mercado –pese a haber dicho por activa y pasiva que eso no sucedería con Él en el gobierno-; tras el fracaso de sus prédicas republicanas y en medio de un temporal invernal, no sabe cómo colocar su demagogia. Bien es cierto que tiene un propio periódico para hacerse toda la propaganda posible y criticar a los demás, pero no encuentra el encaje para sus soflamas típicas. Incluso podría haberse hecho una foto quitando nieve en sus 2000 metros de finca en Galapagar, pero eso sería estar a la altura de Casado y por ahí no pasa. ÉL es más.

Una ausencia inexplicable con la que está cayendo, por sus responsabilidades gubernamentales, y asombrosa por la capacidad que tiene para meterse en todos los charcos, especialmente cuando cree que puede sacar tajada con sus discursos falsos. Sus escuadras en redes sociales, de capa caída como muestran los datos, intentaron engañar a las personas diciendo que si tuviesen cientos de diputados nacionalizarían la energía (sin aportar más datos), justo el día en que un cargo de su partido entraba en el consejo de administración de Enagás. Ya no cuela ese discurso de sorber y soplar y se espera que haga algo más que entrevistas a amigos; que contar en las redes que ha visto esta o aquella serie; que hacerse el colega del barrio; se espera que gobierne y se vea reflejado, más siendo vicepresidente segundo, pero vicepresidente, de Asuntos Sociales. Cada vez más parece un estorbo que un apoyo para las personas normales. Amaga y no tira la piedra o dice que Calviño se la ha quitado, que es como usar el comodín en un juego. Si no te hacen caso te sales del gobierno; si hay presiones de la UE te sales del gobierno; si no te gusta Sánchez te sales del gobierno. Pero quedarse y quejarse ya no engaña a nadie. Más bien pareciera que se vive muy bien y hay facturas que pagar aún.

Hollywood llevará a la pantalla la aventura del Real Madrid

Diversas empresas de producción hollywoodienses se han interesado en las últimas horas por las vicisitudes sufridas, en lo que ha venido a calificar de “odisea” la prensa nacional-madridista, por la expedición del Real Madrid. Han visto los productores un gran filón para una película con secuelas o incluso una serie de, al menos, cuatro temporadas. Los padecimientos que han podido leer en la prensa “oficial” As, Marca, OkDiario o El español; o los mensajes desgarradores de tertulianos del fútbol, de chiringuiteros o de algún que otro programa futbolístico, han llamado la atención tanto como para estar colapsando la centralita de ACS en el intento de hablar con Florentino Pérez.

Las productoras han visto en Zinedine Zidane ese ídolo que necesitan para que las películas o la serie sea todo un éxito. Tras afirmar un comentarista, muy del gusto del palco blanco, “Zidane le queda bien todo, hasta el gorro” se han percatado del potencial para generar alegrías y llantos (esos que llevan días mostrando en el 90% de la prensa futbolística). Pero lo que más ha llamado la atención, como se ha comentado en las redes sociales, es el terrible dolor que han sufrido esos jugadores sin poder ver a las familias durante tres días y no poder sentarse al lado de una cálida chimenea a leer, tras haber escogido esos grandes clásicos que las pueblan, a Proust, Céline, Althusser e, incluso, a Pérez Reverte (que es más propio del madridismo). Un sufrimiento que ha sido recogido por intelectuales de tan reconocido prestigio como Jorge Calabrés. Pobre Sergio Ramos alejado de sus incunables.

En realidad la “odisea” madridista tiene de todo. Un secuestro en avión por un piloto loco, empecinado en hacer llegar al equipo estelar a la fortificada Pompelon, donde unos malvados (medio vascones, medio carlistas) vestidos de rojo les esperaban para impedir su ascenso hasta el liderato de La Liga. Alojamiento en un hotel de cinco estrellas, muy lejos de las comodidades de sus mansiones, mientras miles de españoles estaban esmorecidos quitando nieve con las palas y escobas. Ese sufrimiento jugando con sus diversos dispositivos electrónicos sin poder hacer un Tik-Tok como miles de madrileños en la nieve. Eso no está pagado ni con 10 millones de euros de salario al año. Casi han tenido que devorarse unos a otros para sobrevivir.

Y para colmo de males, les han hecho ir de Pompelon a la antiquísima Malaka, donde tampoco pueden hacerse historias de Instagram o Tik-Tok para fardar, y tendrán que vérselas con más vascones ávidos para hacerles sufrir. Todo culpa de un complot orquestado por el renegado Javier Tebas y el antimadridista Luis Rubiales. Un complot que tiene una doble finalidad: esperar a que el odioso Joan Laporta se haga de nuevo con las riendas del temido FC Barcelona y que las huestes imperiales de Lord Cholo Simeone ganen la liga sin necesidad de haber jugado la mitad de los encuentros. Además, los cholistas se han hecho con nuevas máquinas que les permiten caminar sobre la nieve, viajando en el tiempo y recatándolas del pasado. Un complot propio para una gran saga que dejará en pañales a El padrino (que bien podría estar basada en los manejos del viudo con gafas).

Soldados cholistas junto a máquina de destrucción masiva

Políticos con pala y con mucha cara

Cierto que la nevada que ha sufrido el centro peninsular no la habían visto en décadas. Cierto, también, que en esta política del espectáculo, la nevada permite hacer el mastuerzo a la clase política para ocultar su propio fracaso en la gestión, o simplemente para hacer el lelo aparentando. De repente los políticos de la derecha madrileña tienen palas en sus casas o aparecen como por arte de magia. Normal que la tengan aquellos que viven en entornos rurales, incluso en chaletazos apartados de mundanal ruido, pero viviendo en una ciudad ¿quién piensa en comprarse una pala de esas buenas para hacer la mezcla del cemento? Hay que contribuir al espectáculo ad maiorem gloriam dei.

Mientras tenían a la población encerrada en Hospitales, Centros Comerciales, carreteras y demás lugares públicos, los políticos bien que se escondieron para que no se notase su falta de previsión. Todos en sus cuevas pidiendo que las personas no saliesen a la calle, que fuesen precavidos, etcétera. En cuanto comenzó a despejar un poco el tiempo han aparecido, cuales osos después de hibernar, para pedir a la ciudadanía que se ponga manos a la obra y quiten la nieve. De esta forma se esconde la incapacidad de todas las administraciones involucradas para gestionar, no la nevada en sí que fue tremenda, sino el trabajo posterior. Quieren a la ciudadanía esmorecida en las calles haciendo el trabajo que deberían hacer los poderes públicos. Luis Garicano ha afirmado en su cuenta de Twitter que en otros países son los propios vecinos los que limpian las aceras. Las aceras enfrente de sus casas, no todas las aceras, los caminos circundantes, el asfalto o las carreteras. También es cierto que en esos otros países nieva bastante todos los años, en todo el país. Aquí, salvo zonas montañosas, la nieve sólo se ve en los baños de bares y parlamentos.

Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha aparecido con una pala en la puerta de su casa, más limpio que un jaspe, pidiendo a madrileñas y madrileños que hagan lo mismo. Como se muestran incapaces de limpiar la nieve, cuando ya ha parado la nevada, acuden al voluntariado como fórmula de tapar su mala gestión. En ningún momento dice Aguado, ni otros que le han seguido después –ya que son copiones y más si son de derechas-, que se han visto sobrepasados y que pese a poner a todos los equipos y personal a trabajar no llegarían a limpiar mínimamente las ciudades. Ni llaman a personal de refuerzo por ahorrar esos gastos extras a las empresas subcontratadas, ni tienen capacidad real por la privatización de numerosos servicios públicos. Deben ser los ciudadanos quienes limpien las ciudades. Y la acera frente a la casa sí, pero ¿el resto de aceras? ¿Dónde viven personas más mayores nadie les limpia? ¿Quién tiene una pala en casa que sirva para esos menesteres?

Pablo Casado no tiene pala en casa –imagínense ayer por la mañana a su equipo de comunicación buscando palas desesperados por un Madrid imposible-, pero tiene más cara que espalda para lanzarse a echar cuatro paladas y que parezca que está haciendo algo. Según ha contado en redes sociales, ha ido a cuatro centros sanitarios a quitar nieve para limpiar y que las personas puedan acceder a los mismos. En algún caso porque es un centro donde se vacuna contra el coronavirus. Lo curioso es que uno de los centros señalados estaba cerrado y no ponen vacunas, pero eso no puede impedir el postureo. Otro de los centros donde ha ido pala en mano sí tiene vacunaciones, pero como en la Comunidad de Madrid no vacunan tampoco es que importe mucho. Que el cartel de la puerta no tape la realidad. Lo paradójico es que Casado se haya podido mover por una amplia zona de Madrid capital y a esas zonas, pues son centros de salud, no haya ido nadie pues son servicios básicos. Quienes tendrían que limpiar las entradas de hospitales y centros de salud son los servicios públicos, no la ciudadanía. Una cosa es la acera como pedía Aguado y otra servicios básicos y necesarios. Sin darse cuenta las paladas de nieve de Casado estaban cargadas de mentiras e incapacidad.

Barrio de Alcorcón con nieve sin recoger en la mañana del domingo

Lo mismo se puede decir en otros municipios de la Comunidad de Madrid, donde gobierna la izquierda. Por ejemplo en Alcorcón, cuyo máximo responsable de los servicios de limpieza es el secretario general de Podemos, Jesús Santos, se han visto incapaces de limpiar las calzadas y las aceras. Especialmente en barrios donde la población es muy mayor, donde no hay palas como es lógico e, igual, votan al PP masivamente. En esto de ser estólidos, los políticos no se diferencian ideológicamente en muchas ocasiones. Unos con palas y otros con maldad de servicio. Cierto que la nevada ha sido excesivamente copiosa, pero la gestión posterior está siendo pésima y, además, quieren culpabilizar al Gobierno de lo que les pasa cuando ofreció a la UME desde el primer momento. Curiosamente las carreteras que no llegaron a colapsar del todo (a altas horas de la noche algunas sí), son las carreteras gestionadas por la Administración central como mostraron en Telemadrid. El problema viene porque están abusando del voluntariado (enfermeras y enfermeros voluntarios para hospitales o vacunar, voluntarios para quitar nieve, voluntarios para esto y aquello) mientras llenan los bolsillos con zendales a los de siempre. Pero hay que fardar de pala y de cara dura en la política espectáculo.

Is qui ni si pidíi jiguir

Tras un empate que les ha impedido marcarse el farol de ser líderes de La Liga –pese a llevar tres partidos más que el líder- y con un FC Barcelona echándoles el aliento en la nuca, desde el Real Madrid han comenzado a buscar excusas de malos estudiantes. En rueda de prensa se quejaron sobre la idoneidad de jugar el partido contra Osasuna. Que si el campo estaba mal –Kroos fue el único que no lo hizo pues debe haberlos visto peores en Alemania-, que si no tenían que haber viajado, que si esto, que si lo otro. Todo con la intención de ocultar un partido desastroso, ya que el campo estaría mal para ambos equipos, y un viaje que fue extraño pues fue el único avión que partió del Adolfo Suárez la tarde del viernes.

Una vez que jugadores y cuerpo técnico dieron las coordenadas, la prensa “mamadora del régimen” que diría Manolo Lama, más conocida como nacional-madridismo, comenzaron con la campaña de excusas que Florentino Pérez les exigió poco tiempo atrás en famoso discurso en la Asamblea madridista. Así los principales diarios deportivos madrileños y madridistas comenzaron con los artículos que buscaban tapar el “tropiezo” del equipo blanco, haciendo todos los deméritos posibles al club navarro, y exigiendo no se sabe bien qué. Bueno sí, que les den la liga sin jugarla, o que los demás equipos salgan contra ellos con nueve jugadores, o que al Atlético de Madrid le suspendan todos los partidos posibles hasta que no sea muy escandaloso, el club del viudo con gafas se ponga líder y se suspenda la liga dando como vencedor a ya saben quién. El caso es que Marca y As no han dejado de quejarse por todo desde el sábado por la noche se supiese el resultad, como han hecho los chiringuiteros en sus diversos canales.

Curiosamente ha sido el ministro José Luis Ábalos, encargado de Fomento y por ello con contacto directo con la principal oficina de ACS, quien ha cargado el muerto del viaje al piloto del avión que transportó al Real Madrid. Que se esperase a que saliese el avión, cancelando otros vuelos de salida, para cerrar el aeropuerto es culpa del piloto que debe tener superpoderes o algo parecido para controlar la mente de los ejecutivos encargados de decidir el cierre o no de un aeropuerto de los más transitados de Europa. La culpa de que el equipo merengue jugase en Pamplona es de un piloto de avión, el cual obligó a instituciones y jugadores a volar. Vale. Bien. No se lo cree nadie… ni el ministro que ha salido en ayuda del poderoso empresario.

Normal que las reservas de biberones estén agotadas en toda la Comunidad de Madrid y aledaños. Hasta sin jugar, el Cholo Simeone los reparte constantemente. De ahí que en Marca aprovechen, lo que ya califican de odisea –algo que encaja con la hybris propia del madridismo-, para lanzar puyas contra el entrenador del Atlético de Madrid (líder con tres partidos menos). Le acusan de echar la culpa a los jugadores por la eliminación copera, lo cual es falso pero sirve para nutrir la mente merengona con utopías de disensos internos. El entrenador fue claro, tras repartir algún biberón que otro con su posible salida –entraron todos al trapo-, la culpa era suya por no haber sabido conjuntar a los “reservas” y por no darles más minutos durante los demás partidos. Pero da igual, el problema is qui ni si pidíi jiguir en el Reino de Navarra. Si Camacho los escuchase los corría a gorrazos.

Tanta nieve en la calle y Rivera en su casa

En estos días en que Filomena, “a su pesar”, tiñe de blanco parte de España, es cuando se echa de menos, para conseguir una risa fácil, la presencia del otrora cuñado del reino Albert Rivera. Tanta nieve por las calles y él encerrado en casa sin poder hacer alarde del cuñadismo ilustrado (mezcla de demagogia, populismo y caradura) que tanto utilizó en sus tiempos de política. Un gran manto blanco que descubre la completa incompetencia de la clase política y él sin poder hacer demagogia barata. Ni un mísero tuit sobre ello ha sacado consciente de que sus mejores tiempos ya pasaron. Nadie podrá reemplazarle en el uso y abuso del cuñadismo. Inés Arrimadas, bastante más racional, ha pasado de ser la “montapollos” a abandonar la ideología cuñadista que hizo mediano a Ciudadanos. Juan Carlos Girauta ya se sabe que rebuzna lo que le dejan en ABC con sus locuras sobre peligros que sólo él conoce, pero nadie lo lee ya –en cuanto han hecho de pago sus columnas nadie gasta un mísero euro en ello- y pocos le aguantan en las redes sociales –tiene a la mayoría bloqueados-.

Tanta nieve en la calle y Albert sin poder criticar a todos a la vez. A los separatistas porque por su culpa ya no nieva como antes en Cataluña. A Isabel Díaz Ayuso y a José Luis Martínez Almeida porque se han mostrado completamente incapaces de gestionar la nevada –el resto de España no existe en la cabeza del ex-. A Pedro Sánchez por no mandar a los ejércitos patrióticos y muy mucho españoles de España mucho antes. Culpa sin duda de sus peleas con los populistas castrochavistas y por estar entregado al mal político de España. Bajo ese marco lenguaraz, Rivera hubiese sacado numerosos mensajes de apoyo a la UME, a la Guardia Civil y a las policías locales, y a los cuerpos de bomberos rememorando los tiempos en que manifestaba un extraño fetichismo por los uniformes. Vivas y loas a unos y palos a los demás… por no hacerle caso.

Porque como todo buen cuñadista ilustrado, Rivera siempre sacaría algún tipo de frase como la siguiente: “Si me hubiesen hecho caso esto no habría pasado”. ¿Caso a qué? Pues seguramente a un mensaje en redes sociales colocado antes de que todo se fuese al garete y ya no hubiese posibilidad de cambiar de rumbo. Rivera es ese tipo de persona, como muchos de sus antiguos compinches naranjas, que te indica mal el camino continuamente y justo antes de que sea patente el equívoco dice: “Te estás perdiendo”. Le pasó cuando apoyó a M. Rajoy al que fustigaba continuamente con ese tipo de circunloquios para señalarle como culpable de no haber hecho lo que decía que debía hacer. Le pasó a un alumno aventajado como el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, que se quejaba amargamente de Cristina Cifuentes pero la apoyaba constantemente… hasta que le preguntaron que si tan mal lo hacía ¿por qué no le quitaban el apoyo? Hoy Aguado calla. Aunque ha intentado hacer cuñadismo al recordar un mensaje con las máquinas quitanieves que tenían disponibles para toda la Comunidad (57), pero se ha vuelto en su contra después del caos.

En situaciones así Rivera disfrutaría porque es gratis hacer el canelo con estas cosas poco importantes –recuérdese que en gran parte de España lo de la nevada ni se sabe lo que es-. Cuando parte de su equipo negociaba con Iván Redondo un pacto PSOE-Ciudadanos que hubiese dado una mayoría de 180 diputados, algo que podía ser importante, él prefirió creer que sería el jefe de toda la derecha española y pasó lo que pasó. Así ha sido siempre el cuñadismo de Rivera, escandalizándose y criticando las menudencias, y rehusando las medidas importantes. Fue Rivera quien impulsó comisiones y comisiones de la nada en el parlamento, con la sola intención de hacer el cuñado. Pero cuando la corrupción apestaba en el PP jamás dio un paso al lado, ni provocó convocatoria de elecciones (véase en Moncloa o en Madrid) y acabó entregándose a la extrema derecha. No ha servido para mejorar el tema catalán, ni para estabilizar el gobierno estatal, ni para nada bueno, pero con tanta nieve él disfrutaría.