Ahora que está un poco mustio porque los medios de comunicación no le están prestando la atención que su ego cree precisa, y no es por falta de mensajes en redes sociales y exabruptos varios. Hay que recuperar todas esas cosas que Pablo Casado, como si fuese el perro de cierta campaña contra el abandono de animales, nunca haría. Un recopilatorio de todas esas acciones políticas que el dirigente del PP jamás llevaría a cabo, no por beneficiar el bien común –requisito de todo buen gobernante-, sino porque está entregado a diversas fracciones de la clase dominante española y de la clase global que controla la parte occidental del mundo.
Casado, que fue elegido por descarte –para que Soraya no dirigiese el PP-, está acongojado por Vox. En todas sus acciones primero cotillea que han escrito o dicho en el partido ultraderechista y luego habla. Si en Vox piden algo que puede contradecir el discurso que intenta colar todos los días para parecer de centro –ese espacio político que todo el mundo sabe que no existe ni metafísicamente-, no le importa contradecirse y ponerse el primero a abanderar la tontería del día. Incluso llega a utilizar a sus intelectuales orgánicos y la amplia red de periodistas propios para justificar, en muchas ocasiones, lo injustificable. No le importa dividir a la sociedad, estableciendo el terreno de juego perfecto para sus oponentes, si con ello cubre su ego y su espacio mediático. Aunque en verdad el esfuerzo es ímprobo tampoco le reporta mucho –en Cataluña huele a que le sobrepasaran los ultraderechistas-. Por eso nada mejor que recordar cosas que él no haría.
Cosas que no haría Casado:
-Jamás intentaría apoyar la modernización de la industria española, él prefiere vivir en el hormigón, el capitalismo de amiguetes y la precariedad.
-Jamás intentaría acordar con los demás grupos -¡ojo, se dice intentaría!- las necesarias reformas que necesitan el sistema económico y el político. Está tan entregado a ciertas fracciones del poder que es incapaz de mirar el sistema en su totalidad.
-Jamás pensará en la Unión Europea como organismo político más allá del mercado. Para él hay que apoyar antes a EEUU o Israel que a los propios órganos de la Unión. De hecho la UE tan sólo le sirve como lugar de queja perpetua.
-Jamás reconocerá que no ha sido capaz de estudiar en la Universidad pública por carencia de capacidad. Y cuando lo ha hecho ya se sabe que a Cristina Cifuentes le condenarán por lo mismo que a Casado libró el TSJ.
-Jamás admitirá que en el PP no saben gestionar crisis, ni nada público como se viene demostrando en los últimos tiempos. Y sucede porque, algo que tampoco reconocerá, en el PP son tan apparatchiks como en el resto de partidos. Vamos que viven de la política tanto como los demás.
-Jamás reconocerá que tiene a su disposición más medios de comunicación que el PSOE, ya que ello significaría reconocer que es incapaz de articular un discurso que cale. Tampoco, al hilo de esto, reconocerá que sus principales arietes contra el Gobierno no son sus compañeros de partido sino El mundo, ABC, La razón, Antena3, COPE…
-Jamás Casado invertiría en investigación guardándose el Estado parte de las distintas patentes. Al contrario entregaría el dinero, si sobra de todo lo que quiere gastar en ladrillo y hormigón, sin nada a cambio salvo que le dejen ponerse un disfraz junto a los investigadores.
-Jamás Casado reconocerá que ha sido el PP el que se ha llevado por delante a la clase media, especialmente a los estratos de edad más altos.
-Jamás el presidente del PP reconocerá que necesita a ETA para hacer política.
-Jamás reconocerá que un adversario hace algo bien o que tiene razón.
-Jamás beneficiará a la ciudadanía en detrimento de las empresas de amigos, jefes o posibles colocadores a futuro.
-Jamás pensará en términos de servicio público, pensando siempre en términos de beneficio privado.
-Jamás les diría una verdad.
-Jamás se preocupará por las personas mayores (salvo las suyas), ni por la familia, salvo que algún conocido saque tajada.
-Jamás aceptará que carece de ética. Por eso niega que haya estado pidiendo dinero en el despacho de Bárcenas.
-Jamás reconocerá que Vox le molesta mucho.
En contraprestación por este esfuerzo los españoles jamás le harán presidente del Gobierno. A otro u otra del PP es posible, pero a él no. ¡Si desde la Comunidad de Madrid le están haciendo la cama!
De repente lo que eran unas elecciones autonómicas producto de los delitos cometidos por el presidente de la Generalitat, se han transformado en un “Todos contra Illa” con el añadido de que por esa vía se quiere dañar y perjudicar al PSOE a nivel estatal y a Pedro Sánchez de manera concreta. Algo habitual dentro del discurso de la derecha –da igual estatal, secesionista, populista o escondida-, pero que sorprende más, por la fiereza, viniendo de la supuesta izquierda –secesionista, populista o anarquista-, véase la comparación de Jaume Assens (Podemos-Comuns) entre PSC-vox. La decisión de colocar a Salvador Illa como candidato del PSC ha provocado unas enormes almorranas en toda la política catalana y española.
“Todos contra Illa” es el lema que, especialmente, están difundiendo Junts, ERC, CUP y Podemos porque les ha cambiado un juego que pensaban estaba amañado para que obtuviesen ventaja. Al menos ventaja competitiva respecto a los juegos que tienen apalabrados en el Congreso de los diputados. Pese a lo que dicen las encuestas, no se puede dar por segura la victoria del socialista, ni que vaya a poder establecer un gobierno más o menos estable. De resultar ganador no podría pactar por su derecha (con Ciudadanos no le da y con PP y Vox ni se plantea), pero tampoco parece que por la izquierda vaya a sumar (Podemos/Comuns están en caída libre según parece).
En el eje unión-secesión tampoco parece que haya muchas más posibilidades pues los separatistas no tienen a bien situar al frente de la Generalitat a un socialista que les desmonte el chiringuito procesista -así lo han dicho por activa y pasiva en ERC y en Junts querrían quemar a personajes como el ministro-. Podemos ya se sabe que juega a dos bandas, quiere la unión pero no le importaría la secesión, aunque en los últimos tiempos aparenta más estar del lado de los separatistas. No por cuestiones “democráticas” sino de relaciones de poder de amado líder, como se explicó aquí. Y con el resto de unionistas ni se sumaría, ni hay muchas ganas de pactar pues han sido los más virulentos con el ministro y su sueño es recuperar a las tropas borbónicas y arrasar con lo catalán. No es una situación sencilla y ya se verá cómo acaba.
Derrotar a Sánchez por persona interpuesta.
Lo que sí existe, de forma latente, es un intento de acabar y derrotar a Sánchez por persona interpuesta (Illa). Si el PSC-PSOE lograse la victoria (en escaños y/o votos), sería una nueva victoria parcial, pero victoria, del presidente del Gobierno. Una nueva victoria que, pese a faltar mucho tiempo para la elecciones legislativas estatales, sería una clara advertencia para los demás grupos. Por ello es normal que Pablo Casado, sin conocer realmente Cataluña, haya salido a pedir inversiones en cemento (cubre así la cuota de la fracción dominante que sostiene al PP) y no en Sanidad y temas más sangrantes que el procés se ha llevado por delante. No le interesa en sí la situación de pobreza que todo el tinglado secesionista ha causado en la región, sino sacar rédito contra Sánchez pidiendo inversiones estatales, no que se cambie la gestión económica y social –la cual hasta ahora ha beneficiado a Madrid, principalmente-. Con que cierren TV3 y otras cadenas subvencionadas le vale.
Ciudadanos tampoco se separa mucho de esa estrategia de señalar a Sánchez antes que al PSC. De hecho la petición de Inés Arrimadas para que pacte con ellos principalmente y no acudir a un tripartito va en la senda de “Todos contra Illa” pero mirando de reojo a Sánchez que sumo hacedor. En el PSC ya han respondido que no. Y no porque sean Ciudadanos, no. Es que piden dirigir el gobierno pese a que saquen menos escaños y votos. La estrategia no es señalar al PSC, que también, sino seguir con el mantra riverista de “Con Sánchez no”. Cabe la posibilidad de que en Ciudadanos no quede nadie con dos neuronas en el cerebro y no se hayan percatado de que igual sacan menos votos que el PSC –no habría que descartar incluso que se sitúen al nivel del PP actual-. Cabe esa posibilidad sí, pero lo más factible es jugar hacia Cataluña con el lema de “el PSC sólo quiere pactar con secesionistas y populistas”, y hacia España con “Sánchez no quiere saber nada con los constitucionalistas”. Curioso este tipo de calificativo que expulsa al PSOE del constitucionalismo pero incluye a quienes quieren acabar con la Constitución, como son Vox.
En Cataluña unos se juegan la vida del chiringuito procesista del que llevan mamando bastante tiempo, aunque ello haya arruinado a buena parte de la población, otros se juegan doblegar a Sánchez. El PP se juega seguir como partido principal de la oposición –por eso miran más casi al aumento que obtenga Vox-. Pablo Iglesias, que es lo mismo que decir Podemos, se juega seguir siendo mecanismo de poder en las negociaciones intragubernamentales (“Yo controlo los votos secesionistas en el Congreso”). Ciudadanos se juega seguir siendo partido político. Vox no se juega nada en realidad y como tienen una perspectiva a medio-largo plazo, todo lo que saquen bueno es.
Sin haber votado Illa ya ha ganado –ahora que deja el ministerio, a ver si se ponen de acuerdo en si debía o no dejarlo- al centrar la campaña en su persona. Luego sacará los votos que saque, pero ya lleva eso por delante. Sánchez y el PSOE podrían dar un golpe sobre la mesa frente a los agoreros, especialmente de los medios de comunicación. Por eso en estas elecciones al resto de partidos les da igual cómo estén las personas. Hay que impedir que Illa venza y tenga posibilidades de gobernar. Y hay que señalar a Sánchez por todos los males reales o inventados. Cataluña queda en segundo lugar porque, realmente, al resto de partidos Cataluña les importa poco. Unos porque viven en su ensoñación procesista a costa de las personas. Otros porque necesitan una alteridad disruptiva con la que justificar sus banderas y ocultar sus gestiones. ¡Pobre Cataluña, en lo que le han dejado!
¿A qué juegan realmente en Podemos/Comunes en Cataluña? No se entiende que los más furibundos ataques a la candidatura de Salvador Illa hayan provenido de Podemos-Comunes. No se entiende, en parte, porque, más allá de la disputa electoral, son socios de Gobierno a nivel estatal y en numerosos ayuntamientos de la región. Tampoco es que a nivel estatal sean muy leales, como se ha contado aquí mismo, pero en una comunidad donde la situación es bastante más complicada que en el resto de las mismas administraciones, la prudencia debería ser la tónica habitual… si es que es verdad, como afirman, que les gustaría una España unida –más allá de distintas elucubraciones sobre federalismo o confederalismo-. Lo de la España unida ha sido dicho por activa y pasiva por el amado líder.
El ministro @salvadorilla está contando las horas para dimitir en máxima alerta sanitaria. Es escandaloso que priorice los intereses de partido a las necesidades del país. pic.twitter.com/p2qUxA6hKr
En el mensaje de arriba pueden ver cómo Podemos utiliza la misma argumentación que la derecha mediática española, exigiendo la dimisión del candidato del PSC-PSOE porque prioriza “los intereses de partido a las necesidades del país”. Según su buen entender ya que ha advertido, por activa y pasiva, que dejará el cargo en cuanto comience la campaña electoral. Hace algo más de una semana, empero, no mostraban esa preocupación ¿por qué? Porque actuaron junto a los secesionistas para que se suspendiesen las elecciones. El supuesto “efecto Illa” les había cogido con el paso cambiado y con una estrategia diseñada para otro tipo de elección y post-elección. Por eso pensaban que al trasladar las elecciones, en principio porque no era seguro, al mes de mayo -incumpliendo la ley cabe recordar- diluiría las posibilidades del candidato socialista, reforzándoles a ellos y su estrategia de bipartido secesionista-podemita con el apoyo necesario pero sometido de los socialistas catalanes.
Illa dijo que sería 100% ministro de sanidad. Hoy los datos de la pandemia son los peores de toda Europa. Illa y Sánchez están en BCN para… ¿anunciar medidas? No, para hacer campaña. Es irresponsable y una falta de respeto. O ministro o candidato: no jueguen con nuestra salud. https://t.co/7iNfQS2Odg
Tanto es lo que les ha dolido que la propia Ada Colau ha salido a dejar su pulla contra el ministro de Sanidad señalando que, ¡ay, horror!, estaba haciendo campaña en Cataluña junto a Pedro Sánchez. Nadie le ha explicado que el PSOE celebra sus comités federales donde quiere el PSOE no cualquiera que pasa por la calle. Así como nadie diría nada de celebrarse la reunión familiar del Comité Ciudadano de Podemos en Barcelona, es de suyo que nadie diga nada de lo mismo del PSOE, más siendo socios y con un ministro –al que nadie ha visto trabajar- que se supone elegido por los Comunes. El desaparecido ministro de Universidades Manuel Castells. Demuestra, de esta forma, la alcaldesa de Barcelona que Sánchez les ha dado una lección política y que la Justicia funciona pese a las quejas del populismo –donde no hay más ley que la que emana de ÉL como transmutación del pueblo-. Están dolidos y lo demuestran sin importarles, en realidad, el futuro del pueblo catalán en general. Porque del pueblo en particular, ese que ellas y ellos señalan como verdadero pueblo y que, ¡oh, sorpresa!, coincide con el pueblo de los secesionistas, sí se preocupan… en elecciones, claro.
Treballarem perquè ni el PSC ni cap altre partit pacti res amb l’extrema dreta. Ser demòcrata implica ser antifeixista, no podem anar amb ells ni a la cantonada.
Convido a totes les forces polítiques a signar un manifest en defensa de la democràcia com ja vam fer al Congrés 👇🏼 pic.twitter.com/2N2trGxk4W
Y como, gracias a la acción de los tribunales, las elecciones parece que se llevarán a cabo cuando debían. No les queda otra que señalar al PSC-PSOE como “posible” colaborador necesario de los fascistas. Exigen a Illa que declare que jamás pactará con la ultraderecha fascista ser presidente del gobierno catalán. Paradójicamente, dicen no creen en las encuestas, y ya señalan al ministro como futuro presidente. Lo subconsciente les traiciona. ¿Por qué le piden eso al PSC cuando los Comunes-Podemos no ponen ningún reparo a pactar con la ultraderecha catalana de Junts (o como se llamen ya que cada día cambian de nombre)? O con un partido que tiene en sus orígenes una deriva fascista, pero fascista de verdad, y con bastante racismo en sus filas como ERC. Nadie duda que Illa jamás pactará con Vox (tampoco Vox pactaría con Illa), ¿por qué insistir en algo tan evidente?
Podemos (y su sucursal catalana) tiene un grave problema, cae en las encuestas cada día a un mayor ritmo (comparar a un fugado de la justicia con los exiliados es la penúltima patochada de ÉL), no encuentran la fórmula para que su gastado mensaje izquierdista –y por tanto infantil que diría Lenin- capte más apoyos y el populismo inherente a su concepción política no da más de sí. Sólo les queda, como buenos neoliberales ideológicos que son, agarrase a la lucha contra el fascismo. Un fascismo inventado (algo distinto a ciertas derivas autoritarias que se pueden percibir en partidos populistas, como el propio Podemos) que sirve como mecanismo agonístico. Ese seguir con divisiones sociales de buenos y malos azuzando el mitologema de la lucha contra el fascismo de hace 80 años. El problema es que en esa división de buenos y malos, además de los socialtraidores del PSOE, colocan en el lado bueno de la balanza a los secesionistas catalanes. Se posicionan, por seguir la lógica de su izquierdismo, con la burguesía catalana y señalan a la clase trabajadora española.
Pablo Iglesias había diseñado una estrategia donde ÉL sería pieza esencial de un posible tripartido (Podemos-ERC-PSC). Amado líder tendría en su mano, para su lucha contra Sánchez, la llave de contentar a los grupos catalanes para posibles acuerdos y con una Generalidad tranquila. Abrazado a ERC quería humillar al PSC, obligándole a unirse a lo que dijesen ellos, y maniatar a Sánchez en el gobierno estatal. La irrupción de Illa, al menos a priori, desbarata esos planes de dominio. Por ello sólo les queda el pataleo y la lucha antifascista inventada. Nada mejor, entonces, que dedicarse un fin de semana a bloquear a todas las personas que compartan y hablen con otras personas de derechas. No de supuestos grupos fascistas sino de derechas simplemente. Quieren marcar el terreno al PSOE por si tiene la intención de pactar con Ciudadanos y de paso muestran claramente el sentido democrático de sus dirigentes. La deliberación ya no forma parte de la democracia sino lo que ÉL dice que es democracia (como dar con un bate a las feministas que critican a Irene Montero, o comprarse botas para patear fascistas). Al final el resultado es que Podemos y los Comunes están trabajando en favor de los secesionistas y contra la democracia y los partidos democráticos.
Como se contó ayer, se dividen las novedades literarias para dar más visibilidad a las pequeñas y medianas editoriales. Como siempre la selección es completamente subjetiva y los textos de los libros son un simple corta y pega de la presentación del libro por la propia editorial.
NOVELA
Teresa Moure, Hierba mora, Hoja de Lata, 22,90€
Un día de mediados del siglo XVII, el carruaje de Christina de Suecia se detiene frente a una casucha en Ámsterdam. ¿Qué demonios hace allí? Ya se sabe que la real señora nunca ha estado muy cuerda, que lo mismo le han valido mancebos que muchachitas, que de ser esposa y madre ni hablar, y que por eso ha abdicado. No digamos ya su fascinación por ese filósofo de moda, René Descartes, que acaba de morir en su castillo… La casucha en cuestión es de Hélène Jans, hija de boticario, partera respetada, maestra en hierbas y también, amante de Descartes. Christina ha venido a conocerla, pero poco más sabemos, ya que no hubo quien fisgara por la ventana ese día.
Tres siglos después, la estudiante de filosofía Inés Andrade, última descendiente del matriarcado de las Pereiro, descubre un viejo arcón en el desván de su casa y, al abrirlo, estalla la maravilla: allí hay bebedizos para enamorar, polvos para secar las lágrimas, canciones de la reina de Suecia, el Libro de remedios de una tal Hélène Jans, cartas del filósofo René Descartes a las dos mujeres y apuntes para la quimera de un lenguaje universal. E Inés, que a fin de cuentas viene de una estirpe de mujeres sabias, tiene claro que ha llegado el momento de desempolvar un poco el mundo y de fisgar por la ventana de aquella casucha de bruja. Una historia de mujeres que dignifica siglos de cuidados, sororidad e ideas retenidas en el puchero.
Antoni Martí Monterde, La erosión, Minúscula, 19€
La erosión es un relato de viaje a la Argentina de 1996 y 1998. Es un libro sin forma concreta, entre el diario literario y la ficción autobiográfica, pero con un eje continuo perfectamente identificable: la tradición literaria europea del viaje a la Argentina de escritores e intelectuales, que sirve para ir contando las ciudades por donde discurre el relato al hilo de la historia de emigrantes, viajeros y, sobre todo, exiliados. Así, en las páginas de La erosión aparecen Santiago Rusiñol, Antoni López Llausàs, Josep Pla, Julio Camba, Le Corbusier, Ramón Gómez de la Serna, José Ortega y Gasset, Witold Gombrowicz, María Teresa León y Rafael Dieste, entre otros escritores europeos; entre los argentinos destaca la presencia de Victoria y Silvina Ocampo, Julio Cortázar y, sobre todo, Macedonio Fernández. De los unos y los otros, el autor se siente huésped y cómplice al mismo tiempo, entre estaciones de ferrocarril abandonadas, Cafés y librerías de viejo en un país que se intuye en el umbral de un colapso que efectivamente tendría lugar pocos meses después de la primera edición en catalán de este libro, en 2001.
Val McDermid, La primera piedra, Catedral, (Traducción: Marcelo E. Mazzanti) 21€
Una historia de herencias malditas, asesinatos y corrupción en los Highlands escoceses, escrita por una de las voces más destacadas del género negro actual.
«Alguien estuvo aquí antes que nosotros . Y aquí sigue.» El cuerpo de un joven con dos agujeros de bala aparece en el suelo pantanoso de los Highlands escoceses, junto a dos motos Indian Scout de la Segunda Guerra Mundial. Karen Pirie, responsable de la Unidad de Casos Históricos de la policía de Escocia, deberá investigar el asesinato, pero parece que no todo el mundo quiere hacer justicia.
Val McDermid es, junto a Philip Kerr, Ian Rankin o Jo Nesbo, una de las voces más importantes del género negro de las últimas décadas. Reconocida con diversos premios internacionales, sus novelas han sido traducidas a más de 30 idiomas, y ha vendido más de 15 millones de ejemplares en todo el mundo.
La serie de Karen Pirie es, con los libros protagonizados por Toni Hill, la más importante y de mayor difusión de la autora. Catedral publica ahora La primera piedra, el quinto y penúltimo título de la serie, con la intención de recuperar en los próximos años toda la obra de McDermid.
Elizabeth Strout, Luz de febrero, Duomo ediciones, (Traducción: Juanjo Estrella) 18€
En Crosby, un pequeño pueblo en la costa de Maine, no suceden muchas cosas. Y, sin embargo, las historias sobre la vida de las personas que allí viven contienen un mundo entero. Está Olive Kitteridge, una maestra jubilada, irascible, indecorosa, y de una honestidad inquebrantable. Tiene setenta años y aunque es más dura que una roca, sintoniza con los matices del alma humana. Está Jack Kennison, antiguo profesor de Harvard, que busca desesperadamente la cercanía de esa extraña mujer, Olive, siempre tan Olive. Su relación tiene la fuerza de quienes se aferran a la vida.
Una novela conmovedora que habla del amor y la pérdida, de la madurez y la añoranza, y de esos inesperados instantes de felicidad.
La novela más exitosa y aclamada de Elizabeth Strout, una autora premio Pulitzer. En las lista de los más vendidos de The New York Times desde su salida.
David Constantine, En otro país, Libros del Asteroide, (Traducción: Celia Filipetto) 19,95€
Un hombre, casado desde hace décadas, recibe una extraña noticia: lejos, en otro país, se ha hallado el cuerpo de la que fue su novia de adolescente, quien murió en un trágico accidente en los Alpes mientras él la acompañaba. El hielo, ahora fundido, ha conservado intacto su pasado. Así arranca este volumen de relatos que indagan valientemente, desde lo cotidiano, en temas como el recuerdo, la pérdida o el aislamiento, a través de unos personajes que, con sus carencias emocionales y contradicciones, poseen al lector instantáneamente.
Este libro supone la cumbre narrativa de David Constantine después de treinta años de producción y está llamado a convertirse en un clásico moderno.
Bérengère Cournut, De piedra y hueso, Errata naturae, (Traducción: Regina López Muñoz) 19,90€
El Gran Norte. Frío, nieve. Todo aquí es frágil, también la vida de sus habitantes. Una noche, el hielo se quiebra. No debería haber ocurrido ahora. Uqsuralik, una joven inuit, apenas tiene tiempo para salir del iglú y ver a su familia desaparecer. Sola o casi —Ikasuk, el mejor perro de su padre está con ella—, tiene dos opciones: caminar o morir. Para sobrevivir a unas condiciones hostiles, recurrirá a la ayuda de otros humanos y de ciertos espíritus, que la guían en una vocación chamánica. Un viaje iniciático donde la niña se convierte en mujer, y cuyo periplo para reencontrarse con su familia la llevará más allá de la inmensidad del espacio ártico, hacia un desconocido mundo interior, que le descubre su pertenencia a un todo casi indescifrable y su hermandad con cada criatura viva.
Max Aub, Yo no invento nada, Cuadernos vigia, 30€
La producción cuentística de Max Aub reunida en Yo no invento nada (un título que constituye toda una poética) recoge todos los relatos pertenecientes al ciclo narrativo de El laberinto mágico, el gran proyecto literario de Max Aub en torno al acontecimiento más decisivo de la Historia de España del siglo XX. Los relatos abarcan un arco temporal de tres décadas. Desde «El Cojo», escrito en plena guerra civil, a principios de 1938, mientras Aub colaboraba con André Malraux en la filmación de Sierra de Teruel, hasta sus cuentos finales de los años sesenta, ya en el exilio mexicano.
Fernando Parra Nogueras, El antropoide, Candaya, 17€
Eduardo, hijo de un poderoso editor, es apartado del negocio familiar a causa de un oscuro affaire. Desterrado a una ciudad de provincias, lo acogerá su tío, director de un periódico local, donde desempeñará primero la labor de corrector de ortografía y estilo, y después la gestión de los anuncios clasificados. Repudiado por sus nuevos compañeros de trabajo y humillado por su insignificante labor en la redacción, Eduardo experimenta algo muy cercano al hundimiento, del que sólo la literatura y el amor podrían tal vez rescatarlo.
Santiago López Petit, Tan cerca de la vida, Rayo verde editorial, 19€
Un nuevo alumno, I, quiere dejar atrás su pasado e ingresa en la Escuela de la Vida, donde se forman los líderes del futuro. La formación de I se basa en un conjunto de aprendizajes que deben permitirle ser libre, desplegar su creatividad y así poder reinventarse. Sin embargo, I pronto descubre que en la Escuela de la Vida suceden hechos extraños, inexplicables, como si la Vida, que la dirige, escondiera sus verdaderos propósitos.
Un enemigo interno, frente al cual falla todo intento de diálogo o de represión, amenaza este mundo. El poder, que se muestra incapaz de ver lo que tiene ante sus ojos, persigue un único objetivo: entender qué pasa en la sociedad con el fin de restaurar el orden. Pero la comprensión del poder no alcanza el subsuelo, de donde brota una extraña alegría.
Xavier de Maistre, Viajes alrededor de una habitación, Mármara ediciones, (Traducción: Delfín G. Marcos) 13,50€
Transcurridos más de treinta años de la publicación de Viaje alrededor de mi habitación en 1794, Xavier de Maistre escribió un nuevo texto, Expedición nocturna alrededor de mi habitación, en el que describía desde su propio cuarto las impresiones que sentía en las horas de crepúsculo y nocturnidad. Presentamos ahora, en una versión inédita en castellano, los dos textos en un único libro, de ahí el título en plural de la obra, Viajes alrededor de mi habitación. La publicación de ambas obras de manera conjunta ofrecen una perspectiva realmente novedosa de la evolución del pensamiento de uno de los escritores más originales de la literatura francesa.
Francisco J. Tapiador, Unos críos, Espuela de plata, 17,90€
Cuando un amigo de la infancia reaparece en la vida de nuestro protagonista, este no da crédito. Ha ocurrido algo demasiado inverosímil para ser cierto. A la vez que rememora vivencias de acoso y violencia del pasado descubre que hay algo sospechoso. Tras una vida de éxito y de fama, hay algo que solo él puede ver. Una terrible venganza y un oscuro secreto se ciernen sobre aquellos críos del colegio. Pero nadie le hace caso y la tragedia parece ya inevitable.
NOVELA GRÁFICA
Edmond Baudoin, Travesti de Mircea Cărtărescu, Impedimenta, 20€
Un genial ejercicio de simbiosis artística. La adaptación por Edmond Baudoin de «Lulu», la magistral novela del rumano Mircea Cartarescu. Un verdadero acontecimiento en el mundo del cómic europeo.
En el Bucarest de 1973, el joven Víctor aspira algún día a convertirse en un gran escritor desconocido, que morirá pobre y solo dejando su obra maestra para la posteridad. Víctor también sueña con su hermana amputada, con laberintos y arañas. Pero entonces ocurre algo que parte literalmente su vida en dos, como dimensiones paralelas a un lado y otro de un espejo… Magistral adaptación de Lulu, quizá la novela más oscura, salvaje, inquietante, onírica, delirante e hipnotizante del rumano Mircea Cartarescu, este volumen reúne a uno de los principales escritores europeos de la actualidad con uno de los grandes nombres del cómic francés.
POESÍA
Isabel Bono, Me muero, Bartleby Editores, 15€
En la poesía de la Isabel Bono siempre convivieron bien trenzados el humor y el dolor, el disfrute de la vida con la conciencia del vacío, los empujones del deseo o el amor con una trastienda general bastante desengañada, explícitamente triste; sucede que en esa ambivalencia no había contradicción, sino lo contrario: una nueva y acertada expresión no premeditada de la vida real, de esa mezcla de regocijo privado y pesimismo panorámico o social que, lo sepamos o no, nos mueve a muchos y, curiosamente, nos atornilla al mundo.
ENSAYO
Walter Benjamin, Calle de sentido único, Periférica, (Traducción: Richard Gross) 11€
Comenzado cuando Benjamin conoce y se enamora de la revolucionaria letona Asja Lacis, a quien va dedicado, Calle de sentido único es un texto que inaugura una nueva forma de hacer literatura y de pensar la estética. Antes que una simple recopilación de clarividentes aforismos (sobre la realidad política de una Alemania de Weimar que hoy resuena siniestramente familiar o acerca de una sutil psicología del amor), este libro es un mapa urbano ordenado según la lógica de los escaparates de una galería comercial. La voluntad de Benjamin era, en palabras de su amigo Theodor Adorno, «contemplar todos los objetos tan de cerca como le fuera posible, hasta que se volvieran ajenos y le entregaran su secreto». Y este secreto nos habla tanto de nuestra manera de relacionarnos con las cosas de la vida cotidiana como de los sueños que proyectamos sobre ellas: en los paisajes dibujados en los sellos y los billetes, en la fe del madrugador o en la experiencia de la infancia como la de un tiempo proyectado hacia el futuro. Benjamin encontró en Calle de sentido único una escritura que se emancipa del pretencioso «gesto universal del libro» y apuesta por un nuevo modo de entender lo estético en folletos y carteles, en archivos y catálogos, en la resistencia a desaparecer del efímero tiempo de la vida. Desde su publicación en 1928, su influencia no ha dejado de crecer.
Walter Benjamin, Infancia berlinesa hacia mil novecientos, Periférica, (Traducción: Richard Gross) 11€
Esta obra central en el universo benjaminiano se empezó a escribir en los años treinta del pasado siglo como contrapeso al mítico (y extrañado) proyecto del Libro de los Pasajes y al ascenso de los nazis al poder.
Benjamin se torna a mirar su propia infancia: el nacimiento del «apetito de historias» en un niño enfermizo. No obstante, influido por Proust (de quien fue traductor), el autor alcanza una resonancia mayor y le devuelve su libertad fundacional a la forma ensayística: capta la compleja trama de temporalidades que nos conforma, la resistencia del pasado a marcharse y su promesa de futuro. Con un acercamiento detallista y ensoñado, Benjamin observa un teléfono, un costurero o un parque en medio de la ciudad, y extrae de ellos el fundamento de la imaginación infantil, la magia de un pensar en imágenes, porque este libro es un mapa de la ciudad y un manual de instrucciones de la infancia en un momento en que ambas, ciudad y niñez, han desaparecido. Sin embargo, como siempre en Benjamin, lo extinguido adquiere una súbita modernidad. Y su mirada, entrenada en el arte de la espera, se transforma en una cartografía de los sueños contemporáneos.
Quinn Slobodian, Globalistas, Capitán Swing, (Traducción: Paula Zumalacárregui Martínez) 23€
En la primera historia del globalismo neoliberal, Slobodian sigue a un grupo de pensadores desde las cenizas del Imperio de los Habsburgo hasta la creación de la Organización Mundial del Comercio, para demostrar que el neoliberalismo no surgió para reducir el gobierno y abolir las regulaciones, sino para volver a implementarlas a nivel mundial. Comienza en Austria en la década de 1920: los imperios se disolvían y el nacionalismo, el socialismo y la autodeterminación democrática amenazaban la estabilidad del sistema capitalista global. En respuesta, los intelectuales austriacos buscaban una nueva forma de organizar el mundo. Ellos y sus sucesores en la academia y el Gobierno, utilizaron Estados e instituciones globales para aislar a los mercados de la soberanía estatal, los cambios políticos y las turbulentas demandas democráticas de igualdad y justicia social.
Francisco Fernández Buey, Sobre izquierda alternativa y cristianismo emancipador, Trotta, 28€
Filósofo comprometido con los movimientos sociales, gran conocedor del pensamiento de Antonio Gramsci, Francisco Fernández Buey dedicó buena parte de su trabajo intelectual y práctico a la relación entre izquierda alternativa y cristianismo liberador. Estos ensayos elaboran cuestiones centrales para la articulación del pensamiento crítico y la nueva izquierda del siglo XXI y ofrecen lecturas de cristianos comprometidos como Simone Weil, Bartolomé de Las Casas o José María Valverde.
Miguel Iturria Savón, Isla azul sobre fondo rojo, Renacimiento editorial, 17,90€
Isla azul sobre fondo rojo. Escritores cubanos del siglo XX, de Miguel Iturria Savón, es un libro de ensayos breves y amenos que repasa las letras insulares desde la perspectiva de una treintena de escritores de diversos géneros, tendencias y generaciones ordenados cronológicamente. Entre los cultores que desentrañaron los ideales y ensueños de aquel espacio geográfico-temporal figuran José M. Chacón y Calvo y Lydia Cabrera, los poetas José Lezama Lima, Gastón Baquero y Lorenzo García Vega; el dramaturgo Virgilio Piñera, los narradores Guillermo Cabrera Infante, Jesús Díaz, Norberto Fuentes, Pedro Juan Gutiérrez y Zoe Valdés. De peculiar interés y sabor estético son las glosas sobre poetas que retaron la utopía social –Heberto Padilla, Rafael Alcides, Manuel Díaz Martínez y Raúl Rivero–, entre otros que marcharon al exilio cuando la revolución frenó la evolución espontánea del arte y la literatura, generando éxodos y obras que reinventan el imaginario desde la nostalgia o la ruptura, evidentes en el Inventario de éxodos y el Epílogo de Isla azul sobre fondo rojo, un libro que esboza el carácter transoceánico de las letras cubanas de fines del XX y principios del XXI.
Giorgio Agamben, La epidemia como política, Adriana Hidalgo, (Traducción: María Teresa D´Meza y Rodrigo Molina-Zavalía) 12,50€
Los artículos reunidos en este libro son el resultado de las intervenciones del filósofo italiano en el debate internacional en torno a la crisis sanitaria mundial. Los tres últimos artículos son inéditos, y los últimos dos están escritos especialmente para la edición en castellano que presentamos hoy, advirtiendo que se trata de un libro coyuntural que además de sus artículos incluye la respuesta a los críticos de sus posiciones respecto a las políticas en relación con la epidemia/pandemia.
OTRAS LECTURAS
André Breton y Philippe Soupault, Los campos magnéticos, WunderKammer, (Traducción: Julio Monteverde) 19,50€
El primer texto de escritura automática de la historia, creado a cuatro manos por dos de los máximos exponentes del movimiento surrealista. Un libro fundacional.
En el París de 1919, André Breton y Philippe Soupault son dos jóvenes que sienten el deseo de alumbrar «un libro peligroso». Un experimento que consiste en escribir sin corregir, con rapidez y sin ninguna pretensión estética. Se trata de registrar el murmullo, ese «dictado» que tiene lugar en nuestro interior y que, para ser auténtico, debe desprenderse de cualquier consideración acerca de su sentido y su valor. Libre de cualquier atadura y, por tanto, revolucionario. Para ello se dan un plazo de entre dos semanas y un mes, llegando a dedicarle hasta diez horas al día. Como quien se dispone a jugar, cada tarde se sientan a la misma mesa, enfrentados, y escriben a toda velocidad, sin detenerse. La jornada termina sin más cuando el dictado se agota. Así comenzará el surrealismo.
Lewis Hyde, El don, Sexto Piso, (Traducción: Julio Hermoso) 28,90€
¿Cómo proteger el don de la creatividad en un mundo dominado por el espíritu mercantil donde todo se monetiza? ¿Cómo convencernos y convencer a los demás de que el provecho de la literatura, del arte, de la música está o debería estar en las antípodas de lo que nuestra sociedad considera «útil» cuando, en esa restrictiva visión de las cosas, la «utilidad» va tan asociada al pragmatismo, al consumismo, a los réditos materiales del aquí y ahora? A diferencia del dinero, la imaginación se multiplica cuanto más se derrocha, cuanto más se comparte. Precisamente en una época en la que –parafraseando a Oscar Wilde– se conoce el precio de todo y el valor de nada, salvaguardar la pureza del gesto creador de todos los condicionamientos espurios ajenos al arte es salvaguardar nuestra dignidad como especie, salvar nuestra alma –entendida como vínculo colectivo, no como ego– de la destructiva voracidad capitalista. Y eso, sin duda, es algo que no tiene precio.
Desde que se publicó hace cuarenta años, El don se ha convertido en un clásico inapelable que ha influido hondamente en figuras de la talla de David Foster Wallace, Bill Viola o Margaret Atwood. Echando mano de la antropología, la sociología, los cuentos de hadas y la poesía de Walt Whitman y Ezra Pound, Lewis Hyde construye una obra capital, sutil, transformadora, y una emotiva y perdurable reivindicación de los poderes del arte.
Feliciano F. Ordóñez Fernández y Juan González Fernández, Estadística descriptiva paso a paso, Pirámide, 20€
El desarrollo del contenido de esta obra surge de la experiencia de los autores en la enseñanza de la disciplina de Estadística, donde han podido constatar las dificultades que los estudiantes encontraban al hallarla difícil de entender y de interpretar. El hecho de que los autores impartan docencia en el Área de las Ciencias Jurídicas y Sociales ha influido en un planteamiento eminentemente práctico, sin dejar de lado los fundamentos teóricos básicos que permiten al lector comprender la materia a la vez que perfeccionar su aplicación directa en el desempeño profesional. Así, la obra se ha articulado en torno a los conceptos esenciales de la Estadística Descriptiva, presentándolos de manera que vayan adquiriendo un grado creciente de complejidad, acompañados de ejemplos (numéricos y gráficos). El objetivo final es que los lectores de este libro puedan emplearlo tanto como fuente de información básica para el estudio de la estadística, como para su uso en la investigación elemental, así como de apoyo en el ejercicio profesional y en la docencia en los niveles de bachillerato y grados universitarios.
Gregoria Mateos-Aparicio Morales y Adolfo Hernández Estrada, Análisis multivariante de datos. Cómo buscar patrones de comportamiento en BIG DATA, Pirámide, 32€
En esta obra se hace una revisión de los principales métodos estadísticos multivariantes, con el objeto de que investigadores y profesionales adquieran los conocimientos suficientes para utilizar adecuadamente un conjunto de herramientas estadísticas de análisis multivariante de datos de interés para la predicción y la toma de decisiones en la empresa, y como herramienta estadística imprescindible para encontrar patrones de comportamiento en las grandes bases de datos del big data. Estas herramientas son el análisis factorial, el análisis de componentes principales, el análisis clúster o de conglomerados, el análisis discriminante y el análisis de regresión logística. En el libro se analizan las relaciones entre las variables de un conjunto de datos para resumir la información que contienen, mediante un pequeño conjunto de variables teóricas. Estas variables teóricas, no observadas, serán variables latentes que extraigan la información de las variables observadas para resumir y sintetizar la información que contienen. El objetivo de esta reducción o síntesis es facilitar la interpretación del comportamiento de la población de la que se han extraído los datos. También se estudian las similitudes entre los individuos o casos de un conjunto de datos, para formar grupos de clasificación con características similares.
Duele. Molesta. El duopolio que han construido desde La liga, los propios clubes y el gran aparato ideológico que es la prensa deportiva no permite la intromisión de nadie en su entorno. Decía el filósofo alemán Niklas Luhmann que los sistemas se renuevan mediante el proceso de autopóiesis o autorregeneración y que el mismo podía ser producto del mismo sistema o de sus relaciones con el entorno. El Atlético de Madrid ha sido siempre entorno (como ha sido el Atlhetic de Bilbao) en esa rivalidad entre FC Barcelona y Real Madrid que es la única autopóiesis que ha tenido el sistema. Los dos unidos, para lo bueno y lo malo, como subsistemas de un sistema futbolístico que no admite entornos hostiles sino amables o sometidos.
El gran aparato ideológico que son As, Marca, radios y programas televisivos han sido el sostén de ese sistema de dos que se han llevado todo. El dinero y la gloria. Ahora cuando aparece un equipo, ese que era simpático porque era “el pupas”, que se desmarca y se enfrenta al duopolio, el aparato ideológico responde con toda su fiereza para introducir, aunque sea de manera forzada, la autopóiesis del sistema duopolístico. El penalti que pitaron contra el Eibar a Luis Suárez va a ser el más largo de la historia (como el título de una horrorosa película española). Va a durar siglos si hace falta, pero desde luego marcará toda esta temporada y se culpará a ese penalti –que para el aparato ideológico no ha sido- de la, no se sabe, posible victoria final del equipo del Cholo Simeone.
Será la liga del penalti en Eibar pese a que pudiera llevarles a los duopolísticos equipos diez puntos. De hecho, ahora, con dos partidos menos (uno respecto al siguiente competidor), ya la distancia es de más de dos victorias. ¿Quiere eso decir que la liga está sentenciada? Ni por asomo. Ya conoce el Atlético en su historia maniobras para hundirle mediante arbitrajes criminales. Partido a partido y biberones para todos los que lloran, de momento. Desde el aparato ideológico del duopolio ya claman, entre lágrimas, que todo está preparado para que gane el Atlético de Madrid. Ese equipo que aburre con su juego, aunque cuando iba por detrás (tenía menos partidos) había cambiado para bien. Añagazas ideológicas para tapar las miserias de cada cual. No han podido hacer fichajes, bien por falta de dinero, bien por prepotencia, bien por ahorrar para fichar a la super-mega-archi-estrella del futuro y ahora lo pagan. ¿Qué culpa tiene Simeone de eso? Ninguna, pero el sistema rechaza a los que intentan cambiarlo.
Además, y es algo que no debe ser desestimado, el Atlético de Madrid se ha distanciado de la famosa Superliga de Florentino Pérez y sus amigos del banco JP Morgan Chase, afirmando que sólo si está bajo supervisión de la UEFA/FIFA participará. Esto ha debido oler a cuerno quemado en la sede de ACS –que es desde donde se gestiona al Real Madrid realmente-, lo que sumado al penalti ha provocado que el aparato ideológico duopolístico haya sacado todas sus armas contra el Atlético de Madrid. Da igual en Madrid, que en Barcelona, todos han disparado a matar. Este penalti, que igual ni tiene trascendencia al final, durará lo que no se ha visto hasta el momento. Incluso se utilizará para tapar atracos del duopolio este y años venideros. Abran bien los ojos porque ese penalti que han visto va a ser eterno… y la inquina que ha provocado también.
En la oferta del fin de semana sobre libros de diversas temática hemos introducido un cambio. Ahora habrá un día dedicado a las grandes empresas editoriales y otro a las pequeñas y medianas. La pretensión, ya que ni se cobra, ni se reciben dádivas librescas, no es que las grandes tengan más espacio. Bien al contrario, el cambio viene para otorgar a los demás el espacio que la cantidad de publicaciones de las grandes editoriales quitaban. No sólo en novelas, sino en otro tipo de lecturas que pueden interesar a los lectores. Como siempre, la selección de los libros corresponde a lo que nos parece más significativo personalmente. O aquello en que nos dan mejores medios para hacer corta y pega, que es lo que se hace y lo reconocemos. Cuando se lea un libro que merezca crítica se publicará, el resto lo que dicen en notas de prensa. Otros que hagan lo que quieran.
NOVELA
Naoise Dolan, Días apasionantes, Temas de Hoy.
Una novela sobre gente que se enamora, gente que tiene dinero, gente que no lo tiene, y gente que no sabe lo que quiere. Una historia sobre gente real.
La autora tiene la capacidad natural de encandilar a los medios con su perfil de cáustica escritora autista.
Edward Carey, Little, Blackie Books, (Traducción: Lucía Barahona) 23,90 €
Es 1761, y una niña diminuta y de aspecto bastante extraño nace en un pueblo de Suiza. La llaman Anne Marie, aunque no tardarán en referirse a ella como Little.
Pronto la tragedia se cierne sobre su vida: sus padres mueren, y su única salida es convertirse en aprendiz y sirvienta de un excéntrico modelador de cera, el señor Curtius. Espléndidas cabezas de cera la observan desde todos los ángulos del taller: Curtius las rellena con trapos y serrín, y las vende por encargo a los hombres más ricos de Berna.
De la Suiza de su infancia a París, donde funda con el señor Curtius el primer museo de cera, y más tarde a Versalles, para asistir a María Antonieta en el parto, esta es la asombrosa historia de la modeladora de cera más ilustre de la Revolución francesa. Porque la revolución exige cabezas para su incansable guillotina, y solo ella puede conseguirlas.
Friedrich Dürrenmatt, El juez y su verdugo, Tusquets, (Traducción: Juan José del Solar) 17€
Enfermo y a punto de jubilarse, el comisario Bärlach solo cuenta con su inteligencia para resolver un caso de asesinato.
Cuando el teniente de policía Ulrich Schmied aparece muerto en su coche, en una pequeña y solitaria carretera de montaña muy cerca de Berna, la investigación recae en el comisario Hans Bärlach, quien está a punto de jubilarse y no pasa precisamente por su mejor momento.
Friedrich Dürrenmatt, La sospecha, Tusquets, (Traducción: Juan José del Solar) 18€
Recién operado, el comisario Bärlach se enfrenta a su caso más peligroso.
En su lecho de hospital, tras una delicada operación quirúrgica que tal vez le alargue un poco más la vida, el comisario Hans Bärlach lee, curiosa y simbólicamente, un número de 1945 de la revista Life. Una fotografía publicada en la revista despierta en el médico que acaba de operarle, un viejo amigo del comisario, una terrible sospecha.
Dürrenmatt nacía el 5 de enero de 1921 en Suiza. Autor muy prolífico, destacó en varias disciplinas. Fue pintor, dramaturgo, guionista, ensayista y novelista. Escribió, entre otras obras, brillantes novelas policiacas en las que ahondaba de forma magistral en el alma contradictoria de jueces y criminales.
Con esta recuperación, y nueva presentación del fondo editorial de Tusquets Editores, El juez y su verdugo y La sospecha alcanzan categoría de clásicos imprescindibles dentro el género policiaco, y demuestran al lector contemporáneo que en estas novelas encontrará un autor sorprendentemente actual.
Laura Ferrero, La gente no existe, Alfaguara, 17,90€
Una mujer se enamora de un vecino por cómo cuida las plantas de su terraza. Un hombre organiza una fiesta con todos sus seres queridos para celebrar el final de una larga enfermedad. Una niña acompaña a su madre a ver pisos que nunca podrán permitirse y un padre lleva a su hija adoptada a conocer a su madre biológica…
En estos relatos hay amor y desamor. Hay ausencia y culpa. Hay esperanza. Están los que celebran el hoy y lo que está por venir, y otros que prefieren vivir en las expectativas, donde se sienten protegidos. Los que pueden, olvidan. O no del todo. O no siempre. Algunos no creen saber qué es existir ni desear, ni qué hace que una vida sea una vida. Pero ¿alguien lo sabe?
Las historias de La gente no existe narran lo íntimo, aquello que solo somos capaces de contar en voz baja, lo que nos ocurre cada día. Y nos deslizamos por ellas comprobando que «el camino de la emoción sin impostura que ha transitado Ferrero es uno de los que lleva a la gran literatura».
Sergio Martínez, La ciudad enfurecida, Grijalbo, 18,90€
Pamplona 1274. A la muerte de Enrique I de Navarra la tensión entre partidarios de una alianza con Castilla y quienes proponen una boda entre la heredera del trono y el hijo del Infante Pedro de Aragón provoca un grave enfrentamiento que se agrava cuando la reina regente huye con su hija a Francia, en busca de la protección del rey Felipe III. El conflicto crispa aún más la convivencia entre los habitantes de San Cernin, San Nicolás y Navarrería, los tres burgos tradicionalmente enfrentados que forman la ciudad.
Iñigo, carpintero de la Navarrería, vive ajeno a todo eso. Él solo piensa en Anaïs, una joven francesa de San Cernin que vio un día en el mercado. Pero los ánimos están muy exaltados y los vecinos de la Navarrería sacan a la calle sus armas. El aire de la ciudad huele a guerra.
Claudia Piñeiro, Catedrales, Alfaguara, 18,90€
Hace treinta años, en un terreno baldío de un barrio tranquilo de Buenos Aires, apareció descuartizado y quemado el cadáver de una adolescente. La investigación se cerró sin culpables y su familia -de clase media educada, formal y católica# silenciosamente se fue resquebrajando. Pero, pasado ese largo tiempo, la verdad oculta saldrá a la luz gracias al persistente amor del padre de la víctima.
Esa verdad mostrará con crudeza lo que se esconde detrás de las apariencias; la crueldad a la que pueden llevar la obediencia y el fanatismo religioso; la complicidad de los temerosos e indiferentes, y también, la soledad y el desvalimiento de quienes se animan a seguir su propio camino, ignorando mandatos heredados.
Como en Las viudas de los jueves, en Elena sabe y en Una suerte pequeña, Claudia Piñeiro ahonda con maestría en los lazos familiares, en los prejuicios sociales y en las ideologías e instituciones que marcan los mundos privados, y nos entrega una novela conmovedora y valiente, certera como una flecha clavada en el corazón de este drama secreto.
David Grossman, La vida juega conmigo, Lumen, (Traducción: Ana María Bejarano Escanilla) 20,90€
«Tuvya Bruk fue mi abuelo. Vera es mi abuela. Rafael, Rafi, Erre, es, como se sabe, mi padre, y Nina… Nina no está aquí. No está, Nina. Pero esa fue siempre su exclusivísima aportación a la familia», anota Guili, la narradora de La vida juega conmigo, en su cuaderno.
Pero con motivo de la fiesta del noventa cumpleaños de Vera, Nina regresa: ha tomado tres aviones que la han llevado desde el Ártico hasta el kibutz para encontrarse con su madre, su hija Guili y la veneración intacta de Rafi, el hombre a quien, muy a su pesar, todavía le tiemblan las piernas en su presencia.
En esta ocasión, Nina no va a huir: quiere que su madre le cuente al fin qué sucedió en Yugoslavia durante la «primera parte» de su vida. Entonces Vera era una joven judía croata perdidamente enamorada del hijo de unos campesinos serbios sin tierras, Milosh, encarcelado bajo la acusación de ser un espía estalinista. ¿Por qué Vera fue deportada al campo de reeducación en la isla de Goli Otok y ella tuvo que quedarse sola cuando tenía seis años?
Hideo Yokoyama, 64, Salamandra, 23€
En enero de 1989, una niña de siete años fue raptada al norte de Tokio. Los padres nunca llegaron a saber la identidad del secuestrador. Tampoco volvieron a ver a su hija. Nombre en clave del caso: Seis Cuatro.
Más de una década después, el jefe de prensa de la policía se ve obligado a volver sobre el suceso, cuyo estigma no se ha diluido en el tiempo: el fracaso de la investigación sigue siendo motivo de escándalo. Pero el veterano Mikami no aspira ya a resolver el crimen, solo pretende tender una mano a la familia de la víctima y contribuir de algún modo a limpiar la reputación del cuerpo. Sin embargo, tras detectar una irregularidad en el expediente, Mikami acabará desvelando el móvil de un delito que encierra secretos inimaginables.
NOVELA GRÁFICA
Riki Blanco, La poesía que nos merecemos, Reservoir Books, 18,90€
«En la Europa de principios del siglo XIX era común dejar caer saliva sobre un párrafo si el lector estaba en desacuerdo con lo que estaba escrito. Por ejemplo, si veía en él una falacia o una falta de rigor histórico. Era algo así como subrayar un texto, pero en sentido peyorativo.»
La poesía que nos merecemos se inscribe en esta tradición apócrifa de la bibliofilia europea: es una muestra de irreverente respeto a la ética y la estética contemporáneas, a un mundo plagado de tertulianos, influencers, cuñados, opinadores y demás criaturas de reluciente pelaje. A todos ellos, y a la poesía que producen, no va dedicado este libro.
«Lo más sensato es que abras, lector, el libro por cualquier página, da igual la que sea, y si lo que ves te hace gracia, te ofrece una nueva perspectiva, te escuece o te pone triste, tal vez este sea el libro que te mereces.»
Marjane Satrapi, Bordados, Reservoir Books, (Traducción: Carlos Mayor Ortega) 16,90€
Alrededor de una mesa preparada con el samovar, el té y las pastas, varias mujeres se disponen a pasar la tarde. Los temas de conversación desembocan pronto en los amores, el sexo y los caprichos de los hombres. Y con ellos se irán desvelando los más íntimos secretos de este elenco de mujeres fascinantes, así como sus miedos, sus remordimientos y varias anécdotas a cuál más escandalosa. Bordados es un libro radicalmente vivo que nos enseña qué significa ser mujer, no solo en un país islámico, sino en cualquier lugar del mundo.
ENSAYO
Roberto Muñoz Bolaños, El 23-F y los otros golpes de Estado de la transición, Espasa, 19,90€
Las Fuerzas Armadas fueron el único actor con capacidad para detener el proceso de cambio político entre 1975 y 1982. Sin embargo, los militares que actuaron en las operaciones que se sucedieron a partir de 1977 no lo hicieron en solitario, sino que contaron con el apoyo de núcleos políticos partidarios de reordenar el sistema democrático o de destruirlo.
Si bien durante la Transición se dieron las condiciones favorables para una intervención militar, el Ejército español en particular y las Fuerzas Armadas en general manifestaron dos carencias que les impidieron actuar como actores fundamentales en el proceso de toma de decisiones políticas, ya fuese deteniendo el desarrollo de la democratización o mediatizándolo: la inexistencia de un líder y la división existente en su élite respecto a la dinámica del cambio político. Especialmente esta segunda deficiencia hizo posible la democratización de España de forma pacífica y legalista, pues impidió cualquier actuación institucional de los miliares en contra de la misma.
Este libro recoge la compleja labor de investigación de Roberto Muñoz sobre el papel de las instituciones militares en uno de los periodos históricos más importantes de España, planteando un interesante y detallado recorrido que abarca desde su protagonismo en la última etapa del Franquismo a sus múltiples operaciones en paralelo para intentar salvaguardar su posición en un escenario en el que la desaparición de su poder era la condición sine qua non para establecer una democracia en el país.
Gracias a un impecable trabajo de años, esta obra brinda una aproximación de una profundidad inédita no solo al 23-F, sino también a esos otros golpes de Estado más inexplorados, pero igualmente relevantes: el Plan López Bravo, la Operación Galaxia, la Solución Armada y otras tantas operaciones de las que el autor da buena cuenta.
Tim Bouverie, Apaciguar a Hitler, Debate (Traducción: Abraham Gragera López) 26,90€
El 30 de septiembre de 1938, el primer ministro británico, Neville Chamberlain, recién llegado de Múnich, anunciaba que su reunión con Hitler había evitado la mayor crisis de la época contemporánea y que la «paz para nuestra era» estaba asegurada. Menos de un año después, Alemania invadía Polonia y estallaba la Segunda Guerra Mundial.
Apaciguar a Hitler es el brillante recuento del desastroso periodo de inacción política que permitió la consolidación del régimen nazi. Narrado de forma trepidante y repleto de escenas memorables, este libro es el resultado de una profunda y exhaustiva investigación, ofrece un retrato perturbador e inquietante de los ministros, aristócratas y diplomáticos amateurs al mando y desvela los mercadeos y vulgares intereses, las falsedades y posverdades, que hicieron posible el ascenso del nazismo y acabaron provocando la Segunda Guerra Mundial.
Desde los comienzos del Tercer Reich, con la llegada al poder de Hitler en 1933, hasta las playas de Dunquerque Tim Bouverie no solo narra un momento histórico de gran envergadura sino una lección atemporal sobre las dificultades de alzarse en contra de la agresividad y el autoritarismo y las calamidades que resultan de no hacerlo.
Peter H. Diamandis y Steven Kotler, El futuro va más rápido de lo que crees, Deusto, 21,95€
¿Qué pasará cuando la inteligencia artificial, la robótica, la biología digital y los sensores se unan a la impresión 3D, el blockchain y velocidades de conexión globales de varios gigabits? ¿Cómo transformarán estas convergencias las industrias tradicionales de hoy en día? ¿Cómo afectará a la manera en que educamos a nuestros hijos, gobernamos nuestras naciones y cuidamos nuestro planeta?
El futuro va más rápido de lo que crees es una guía fascinante y esclarecedora para esos próximos diez años, en la que Diamandis y Kotler investigan cómo varias oleadas seguidas de nuevas tecnologías impactarán en nuestra vida cotidiana y en el conjunto de la sociedad. Con una clarividencia asombrosa para abrir ventanas que nos permiten ver los frutos de estos tiempos de aceleración, Diamandis y Kotler nos muestran cómo pronto se reinventarán los grandes sectores económicos de nuestro planeta y cuáles serán las increíbles oportunidades para emprendedores, innovadores, directivos y todo aquel que demuestre agilidad y osadía.
La tecnología avanza con mayor rapidez de lo que nadie hubiera imaginado y durante la próxima década experimentaremos más turbulencias y crearemos más riqueza que en los últimos cien años. Bienvenidos a un tiempo vertiginoso y fascinante.
Kristina Spohr, Después del Muro, Taurus, (Traducción: Efrén Del Valle Peñamil y María Luisa Rodríguez Tapia) 35,90€
Cuando el Muro de Berlín se derrumbó en 1989 y se aplacaron a la fuerza las protestas en la plaza de Tiananmén en Pekín, el mundo cambió drásticamente. La Guerra Fría había terminado, surgía un nuevo orden mundial. Después del Muro es un relato audaz y novedoso de este doble momento histórico decisivo y extraordinario que dio lugar al mundo tal como lo conocemos hoy.
Basándose en impresionantes fuentes antes desconocidas, Kristina Spohr muestra cómo el orden mundial cambió de manera pacífica gracias a las decisiones tomadas entre 1989 y 1992 por un pequeño grupo de líderes internacionales, que trabajaron codo con codo para reinventar las instituciones y configurar nuestro mundo de hoy.
La autora analiza desde una perspectiva nueva el papel del presidente estadounidense George H. W. Bush, así como el de figuras como Mijaíl Gorbachov, Margaret Thatcher, Helmut Kohl y François Mitterrand. Además, enmarca la transformación europea dentro del contexto global, entrelazando con pericia las líneas temporales occidental y asiática al comparar los sucesos de Berlín y Moscú con los de Pekín, donde el movimiento prodemocrático fue brutalmente reprimido por Deng Xiaoping, tras lo cual se impulsó otro tipo de comunismo.
El mundo de Putin, Trump y Xi, con una Unión Europea frenética, estados corruptos y una terrible crisis migratoria, tienen su origen en aquella salida global de la Guerra Fría.
OTRAS LECTURAS
Albert Camus, La noche de la verdad, Debate, (Traducción: María Teresa Gallego Urrutia) 24,90€
«En esta noche sin igual concluyen cuatro años de una guerra monstruosa y de una lucha indecible en la que Francia bregaba con su vergüenza y su rabia. Quienes nunca perdieron la esperanza ni en sí mismos ni en su país hallan bajo este cielo su recompensa. Esta noche vale sobradamente un mundo, es la noche de la verdad.»
En 1944 Albert Camus ya había publicado El extranjero y El mito de Sísifo, pero fueron sus artículos en Combatlos que lo dieron a conocer y le hicieron emerger como un líder moral e intelectual. Entre el otoño de 1943 y junio de 1947, fue redactor jefe y editorialista de este periódico de la Resistencia. Sus textos nos ofrecen el lúcido testimonio de un periodista consciente de sus responsabilidades tanto durante la ocupación como tras ella, cuando hubo que repensar la vida cotidiana y al mismo tiempo dibujar el futuro de Francia y Europa.
Empeñado en introducir la moralidad en la política, Camus reacciona ante temas y acontecimientos como las deportaciones, la liberación, la justicia para los colaboracionistas, el regreso de los prisioneros de guerra, la escasez de alimentos, el papel de las instituciones internacionales en la posguerra, las injusticias coloniales (y, en particular, el problema de Argelia) y la situación de la prensa.
Más de setenta años después de su publicación, estos textos siguen resultando conmovedores y muy impresionantes, y oímos en ellos la voz apasionada de un escritor dispuesto a participar en la Historia con su intenso afán de justicia, libertad y verdad.
David Gistau, El penúltimo negroni. Artículos (1995-2019), Debate, 19,90€
David Gistau gozó desde muy temprano de una libertad inusual, y supo hacer uso de ella como nadie. Esta antología da cuenta de un universo amplio y rico en contrastes (en el que tenían cabida la crónica política, la historia, el fútbol, el boxeo, la literatura, el cine y Los Simpson), cubre sus distintas etapas y registros, y nos redescubre a un escritor honesto, comprometido, independiente, inimitable, elegante y mordaz.
Luis Alberto Zamora y Alberto Herrera, Comer bien es fácil si sabes cómo, Planeta, 17,90€
Comer bien es fácil si sabes cómo es un libro fundamentalmente práctico donde la información se presenta de manera amena: «sin dibujos o esquemas no hay paraíso», afirman los autores. Por ello han pensado en esta obra como un conjunto de mensajes claros y directos, para que lleguen al lector y provoquen un cambio real en sus patrones alimentarios.
Este libro nos será de gran ayuda a la hora de decidir qué combustible vamos a poner en nuestro vehículo más preciado: nuestro cuerpo. Como afirman los autores: «la naturaleza te ha regalado el coche de alta gama más lujoso que pudieras imaginar. ¿Por qué ponerle entonces cualquier tipo de carburante, si quieres que te dure el motor?». A lo largo de los diez capítulos en los que se divide la obra, aprenderemos a distinguir lo que son bulos infundados de lo que es nutrición, basada en la evidencia científica, prepararemos el táper perfecto para llevar al trabajo y nos dejaremos seducir por las saludables alternativas que nos presentan los autores.
Conocer los distintos tipos de alimentos y qué nutrientes nos aportan es una premisa clave para llevar una buena alimentación, ya que cuando mejor comemos mejor nos sentimos. Por ello Luis y Alberto han sintetizando las premisas esenciales para que aprendamos a nutrirnos en lugar de comer para saciar el hambre. El objetivo es conseguir el equilibrio nutricional, como bien apuntan los autores «no es lo mismo comer que nutrirse» y para ello debemos conocer lo que nos aportan cada uno de los alimentos que ingerimos. Comer es meter comida en la boca. Punto. Pero nutrirse es, además de esto, aportar a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita cada día para estar sano y funcionar bien. Aunque podemos comer de muchas maneras, solo hay una forma de nutrirse correctamente, y esa es eligiendo la cantidad justa de los alimentos apropiados para que nos aporten todos los nutrientes necesarios. Eso se consigue aprendiendo a comer bien y siguiendo una dieta equilibrada que se preocupe de consumir alimentos que aporten aminoácidos, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Así, el cuerpo puede seguir cumpliendo con sus funciones vitales y hacerlo con el máximo nivel de salud.
Comer bien es fácil si sabes cómo, no sólo aclara los bulos que circulan en torno a la alimentación, sino que nos aporta pautas sencillas y realistas que podemos incorporar en nuestro día a día sin esfuerzo. El contenido de la obra se presenta claro y conciso, con una maquetación muy accesible y amigable que hace de estas páginas un manual sobre la buena alimentación, pero sin saturarnos con aburridas tablas calóricas de alimentos o complicados procesos químicos. A través de las ilustraciones y los diagramas en los que se estructura la información automatizaremos sin esfuerzo el contenido de lo obra, y conseguiremos cambiar para siempre esos malos hábitos que tenemos a la hora de comer. Esto hace que Comer bien es fácil si sabes cómo no sea un libro de nutrición más que dejamos apartado antes de acabar o de los que no podemos aplicar lo aprendido porque son demasiado complicados. Se trata de un manual interactivo en el que el contenido se asimila tan fácilmente que lo incorporaremos a nuestra vida de manera casi inconsciente.
Vincenzo Angileri, No tengas miedo a tener la razón, Acid House Barcelona/Temas de Hoy, 18,90€
No tengas miedo a tener la razón es una llamada a romper patrones y cambiar las reglas del juego. Una inusual guía fundamentada en una serie de conversaciones con voces brillantes, desobedientes y visionarias. Malas influencias que hacen posible que el mundo cambie. De los negocios al mundo del espectáculo, pasando por la política, la arquitectura, la gastronomía o el deporte, todas ellas tienen algo valioso que compartir: las experiencias que las llevaron del cuestionamiento a la satisfacción, mediante el valiente gesto de levantar la voz.
En estos tiempos de polarización extrema y de crisis de paradigmas, este libro no intenta defender una tesis: busca cuestionarlas todas. En palabras del autor, Vincenzo Angileri: «Es una oda a ir en contra y a no bajar la cabeza (…) Todas estas voces subversivas colaboran, cada quien a su manera, en formular un elogio coral de la belleza de la rebeldía, de la furia de la fantasía y de la creatividad; de la necesidad de una vida vivida con intención.»
Zadie Smith, Con total libertad, Salamandra, 23€
Zadie Smith ha demostrado ser una ensayista brillante y singular, haciendo que cada texto suyo sea un acontecimiento literario por derecho propio. Con total libertad, que recopila algunos de los más celebrados, abarca el amplísimo rango de intereses de Smith: desde todas las facetas de la cultura y la libertad artística hasta los temas más acuciantes de la política y la actualidad, siempre desde una perspectiva original y radicalmente personal. Gracias a su fina agudeza, una frescura contagiosa y una empatía extraordinaria, este libro es una guía imprescindible para entender un mundo, el nuestro, cada vez más complejo y contradictorio.
El PSOE, en espera de una mejora por la pandemia, va a abrir el proceso congresual para elegir a los diferentes mandos del partido. Se espera que a nivel federal no haya candidatura frente al presidente del Gobierno Pedro Sánchez, aunque sea por una cuestión de respeto por las tradiciones. No se compite contra un presidente si no ha advertido que dejará el cargo. Eso no significa que se vaya a renovar, y bastante, la actual ejecutiva federal. Lo que más importa al aparato federal, empero, son los cambios que se quieren introducir a niveles regionales, provinciales y locales. De ahí que ya hayan comenzado algunos movimientos en distintas federaciones y en la misma Ferraz.
Cambios a nivel federal.
Sánchez no está todo lo contento que pueda parecer con la actividad y actuación de numerosas personas que copan la amplia ejecutiva federal. Decepcionado con algunas, asombrado para mal con otras y, por qué no decirlo, aconsejado para moverle la silla a otras, el caso es que en la próxima cita congresual, que se espera tranquila, el actual secretario general pretende hacer una limpia profunda en su ejecutiva. Quiere algo más pequeño y más activo. Debido a cómo se constituyó el proceso anterior tuvo que situar a muchas personas en la ejecutiva por casi obligación. Hoy se ha dado cuenta de que no dan más de sí o no le sirven. Y no tiene que ver con tener una perspectiva más o menos crítica sino de carencias fundamentales para lo que es un partido político en la actualidad. Algunos y algunas que se pavonean y se creen a seguro llorarán en octubre.
Distinto es el jueguecito que se traen algunos monclovitas contra el actual secretario de Organización José Luis Ábalos. Como ha comentado la prensa le estarían moviendo la silla al ministro de Fomento para situar a alguien más condescendiente a los intereses de un grupo que desea construir un aparato donde situarse ellos a la cabeza. Le quieren cambiar, según cuentan, bien por su actual segundo Santos Cerdán o por el monclovita Francisco Salazar. Apunten más hacia el primero, aunque su gestión esté resultando ineficaz y sectaria. Se ha cargado en poco tiempo la Fundación Pablo Iglesias, tiene secuestrada a la corriente de Izquierda Socialista y hay muchas quejas en las federaciones por problemas del día a día de un partido tan grande y que se ve incapaz de arreglar. Parece que ese grupo que se está moviendo quiere agarrarse al cargo para un posible post-sanchismo (que llegará en cuatro años) y doblar el brazo a otras facciones. En un cargo tan importante decidirá el propio Sánchez por lo que mover sillas igual puede ser contraproducente. Más curiosidad existe en las federaciones.
Andalucía en el ojo de mira.
En su momento, cuando más alto estaban, no se atrevieron a plantear batalla a las baronías (y donde lo hicieron como en Castilla-La Mancha salieron escaldados) y eso ha supuesto asegurar el poder de algunas baronías quienes serían, en última instancia, las que controlarían su propia sucesión. No está claro que Guillermo Fernández-Vara o Emiliano García-Page vayan a dejarlo ahora mismo. Bien por no tener claro el sucesor o sucesora, bien porque no haya nadie aún preparado, bien porque quieren marcar ellos los tiempos. Ximo Puig y Javier Lambán tres cuartos de lo mismo. El resto o son sanchistas, aunque alguno o alguna puede ver cómo sí le plantean alternativa apoyada de manera silenciosa desde Ferraz, o se quieren cambiar. Donde se gobierna no habrá cambios forzados, pero donde no sí que se espera cambiar.
Especialmente hay ganas de quitar a Susana Díaz y poner a otra persona. ¿Quién? No lo tienen claro aún porque Andalucía no deja de ser una red de caciquillos, amigotes y familias y más familias políticas locales, comarcales, provinciales o regionales. No es tan sencillo controlar Andalucía como para conformar una candidatura fuerte y consolidada contra Díaz. Pero esta vez, como cuestión puramente personal (se la tiene jurada) Sánchez quiere imponer su voluntad en la región andaluza. De momento, ante las advertencias Díaz ha dicho que quien quiera quitarla que lo pelee en primarias ya que dicen ser los más demócratas. Y a la democracia han apelado Máximo Díaz Cano (susanista) y el vicepresidente del Congreso de los diputados Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. El primero en un artículo en prensa y el segundo en la radio.
El problema para el aparato de Ferraz, sí ahora son el aparato y bien que ejercen de ello, es conseguir un candidato más o menos impoluto y que consiga aunar a las distintas facciones y familias que componen el partido en Andalucía. Por muchas voces críticas que se oigan, al final lo que mandan son los votos depositados en una urna, y eso ni lo tenían controlado antes, ni ahora por lo que parece. Se apunta a Felipe Sicilia como posible mirlo blanco. Bueno como mirlo blanco lo venden pero ha sido producto del chavismo-griñanismo-susanismo desde, al menos, 2007. Nadie es diputado por Jaén desde 2011 ininterrumpidamente sin estar implicado en el aparato. ¿Podría Sicilia congregar en su persona un quórum suficiente para echar a Díaz? Sinceramente no. Se le ve como un extraño y el aparatismo andaluz tiene algo que igual no han entendido, puede haber todas las peleas internas, pero traiciones no perdonan. Igual Juan Espadas tendría algo más que hacer, pero hay que contar elecciones andaluzas a finales de 2021 que igual impedirían el proceso congresual. Pero Sánchez la quiere muerta.
Galicia, Madrid y… ¿Euskadi?
Las otras dos federaciones que se quieren renovar son Galicia, después del batacazo electoral pasado, y Madrid después de la inexistencia del partido en términos generales. Pero no son pocos los rumores que apuntan hacia la salida de Idoia Mendía que tampoco es que arrase electoralmente. En estos tres casos, son los resultados y la acción política los que condenan a los actuales titulares. Con Gonzalo Caballero no hay quejas personales, no las puede haber pues ha ejecutado todo lo que le han dicho, pero se ha comprobado que no da más de sí. Se ha rumoreado incluso con la posibilidad de un cargo de embajador de cierta responsabilidad aprovechando sus cualidades académicas y de idiomas. Que le quieran cambiar no supone que las gentes de La Coruña vayan a salir ganando como dicen en privado, más bien al contrario. Ha habido un rumor sobre la posibilidad de que la ministra de Trabajo Yolanda Díaz diese el paso al PSOE y se la situase al frente del PSdG, pero no es más que un rumor. Sí cabe la posibilidad de que haya un secretario general y después un candidato o candidata.
Con Madrid no saben si cambiar o hacer desaparecer el partido como tal directamente. No es que haya problemas como cuando era la FSM y las peleas entre renovadores (de la nada) guerristas (acostistas o barranquistas), Izquierda Socialista (a la que la actual ejecutiva ha quitado la cuenta de correo sin posibilidad de defensa conculcando los mínimos democráticos) y alcaldes con aires de cacique. No. La actual ejecutiva no ha sido un dedazo de Sánchez, ha sido toda la palma de la mano. Ha elegido la ejecutiva, los candidatos principales y ha deshecho a placer. Cuestión bien distinta es que la unión del sanchismo (mayoría de renovadores de la nada) con el simanquismo haya resultado un fracaso. ¿Quién lo podía prever? Bueno, cualquiera que tenga dos dedos de frente y conozca el percal.
Se paró un intento de cuarentañeros para hacerse con el poder para dejarlo en manos de los Franco, Arranz, Viondi y demás perennes aparateros. En el pecado llevan la culpa. Hoy no se parará ningún intento por mandar a todos y todas lo más lejos que se pueda. Incluso no importa que todo el grupo parlamentario de la Asamblea de Madrid se enfade. Total, buena parte del problema está allí mismo. Ya ha habido reuniones de aquellos cuarentañeros con gentes que fueron apartadas de malas formas, a los que habría que sumar a los que no son sanchistas y que tienen ganas, no a Sánchez, sino a los que están ahora. Sánchez quiere reorganizar todo pase lo que pase y va a dejar hacer a quienes debió dejar hace cuatro años. No se extrañen que “la limpia” –como comentan en Moncloa- sea nunca vista. Aunque caigan amigos. Con la peor pareja de políticos del PP y no se muestran capaces de ofrecer alguna alternativa, por chisposa que pudiese parecer. ¿Quién suena? Rumores sobre Félix Bolaños. Rumores sobre la ministra Reyes Maroto. Rumores sobre muchas personas pero sin cuajar ninguna.
Llega un día en que el hastío respecto a la vida política española colma las fuerzas de un columnista. Más si como es mi caso son columnas diarias donde intentó desentrañar, con un cierto toque de ironía, las vicisitudes de la clase política. Algunas personas me han pedido un análisis psicológico del vicepresidente segundo Pablo Iglesias, no es mal tema pero necesita cierta investigación. Más adelante saldrá. Que Pablo Casado se haya puesto, una vez más, el disfraz de presidente encargado me acaba aburriendo pues he escrito ese artículo unas veinte veces. Lo que me cuentan mis fuentes monclovitas tampoco tiene chicha y las cabezas que quieren cortar, si se puede, de momento deben seguir felices en su creencia de ser intocables. Tampoco como personaje Pedro Sánchez da para más, es demasiado unívoco para intentar un análisis profundo.
No es lo mismo estar en la pomada del día a día –cuando se podía- que siempre se logra alguna declaración, alguna confidencia o alguna metedura de pata de los políticos, que tener que observar lo que sucede desde una habitación debido a la pandemia de coronavirus. Podría hacer como hacen en otros lados y cortar y pegar una nota de prensa cualquiera, retocarla con dos frasecillas propias y a otra cosa. Sí, no se asusten hay periodistas que suelen hacer eso desde hace muchos años (hasta los hay que copian a otros medios). Podría hacer un resumen de la conferencia de la fundación Disenso de Vox con Tertsch, Timmermans o Girauta, pero tampoco es misión mía hacerles sufrir, bastante que lo he escuchado yo como modo de purgar mis pecados. Así que al final, frente a la pantalla de ordenador, no sé de qué hablar hoy.
Veo a las personas, como conté ayer mismo, hastiadas con la clase política en general. No encuentran, grosso modo, una luz que les permita guiarse. Tanta refriega por cuestiones banales, estúpidas o improductivas acaban cansado a la población y a los columnistas. Bueno, a los columnistas monotema –lo que coloquialmente catalogo como “su libro”- les da igual. Llevan publicando el mismo artículo con pequeñas modificaciones y ajustes desde hace décadas. A los “columnistas de partido” tampoco les supone un esfuerzo, con alabar la medida tal o al dirigente cual con una importante genuflexión salen del paso. Realmente no es que salgan del paso, sino que llevan así toda la vida y viviendo bien además. Pero si se intenta ser en cierto sentido ecuánime, llega un momento en que ves que te han robado las palabras. Careces de un conjunto de sustantivos, verbos, adverbios, adjetivos y pronombres para explicar lo que ya, de por sí, resulta cada vez más inexplicable.
Tampoco las redes sociales ayudan mucho. Están llenas de ciudadanos impecablemente implacables cuya única misión parece es sustraer las fuerzas del resto de las personas que cohabitan en las mismas. Son esos ciudadanos, abducidos por algún tipo de ideología, que muestran una forma ética impecable (lucha por la libertad, por la democracia, por lo que sea) pero que acaban actuando de forma implacable contra el disidente o, tan sólo, el que les lleva la contraria. En ese momento, pasan de ser santificados a agarrar a cualquiera para llevarle a patíbulo. Especialmente si se han metido con su gurú particular sólo les queda la búsqueda de la muerte civil del otro. Si el fallo lo ha cometido su gurú o alguien de su cuerda, entonces desaparece la ética, la irascibilidad y aparece la hipocresía.
Sólo queda mirar la calle desde la ventana para ver si llega algún tipo de inspiración. Mas la visión puede ser desoladora. Esa calle, pese a ver que está empapado el asfalto, te retrotrae a momentos donde la propia rúa escupía personas y coches. Hoy, parece habérselas fagocitado por culpa de la pandemia. No sirve esa mirada al exterior salvo para la melancolía de otros tiempos. Es una calle que no ofrece palabras para que las cojas al vuelo y con ellas componer cuatro o cinco párrafos que puedan tener algún tipo de significado para alguien. Es una calle muda. Lánguida. Por todo, ello, les vuelvo a comentar que realmente, hoy, en este momento, no sé de qué hablarles. Espero me lo perdonen.
Antes de comenzar a leer se recomienda quitarse los prejuicios o el sesgo cognitivo de encima. Por mucho que alguno de los mencionados, sea persona o partido, lo consideren como de “los suyos”, no dejan de estar implicados en esa desafección que cada vez más se extiende entre la población española. Da igual que se consideren de derechas o de izquierdas, si han votado muchas veces a este o aquel partido, independientemente de la autorreferencia vital y política que se tenga, hay algo cierto: cada vez más españoles se sienten abochornados y cansados de la clase política. En su conjunto. De toda ella. De los feos y los guapos. De los chillones y los callados. De los hombres y las mujeres. Y esto, por mucho que en las oligarquías partidistas se lo tomen a broma, es algo grave, muy grave.
Desde hace dos años, las encuestas del CIS vienen mostrando que la población percibe como uno de los principales motivos de queja y preocupación a la clase política. Una desafección que cada vez es más palpable al nivel de calle, redes sociales o cartas al director. Que ninguno de los políticos acabe aprobando en valoración –si se tiene en cuenta que los propios siempre van a votar mucho mejor que los contrarios y, dependiendo del apoyo, algunos deberían llegar al aprobado sin dificultad- no es asunto baladí y es clara muestra de un más que consolidado retiro de la auctoritas a la clase política en general. Esa pérdida de autoridad –que no se debe, ni puede confundir con tenencia de poder- es parte de la pérdida de confianza no sólo en la clase política, sino en las propias instituciones democráticas. Y como ha demostrado la historia, y sigue demostrando, sin confianza en la democracia se abre la puerta a los monstruos autoritarios.
Lo anterior ya se producía antes de la pandemia, de las nieves y de las demás estolideces que vienen rodeando a la política espectáculo desde hace tiempo. El problema es que ahora se ha hecho patente la incompetencia de la clase política, no sólo para gestionar, sino para acordar en momentos tan graves. Todos acaban mirando a ver si le salen las cuentas para seguir en el cargo en las próximas elecciones. Todos anteponen el beneficio individual/partidista a la gestión y el bien común. Todos prefieren echar la culpa al otro en vez de asumir y corregir las propias incompetencias. Y eso porque los propios medios de comunicación se han vuelto partidistas y participan del mismo arrebato que las cúpulas de los partidos. Si uno lee, escucha o ve medios de derechas pareciera que todo lo que hacen a ese lado es perfecto; si hace lo mismo con los de la zona zurda lo mismo. Pero ese embaucamiento ya no resulta efectivo, la credibilidad de políticos y periodistas no dista mucho. No se les cree.
Todo ello porque, al final, la propia materialidad de las cosas, que es la que sufre en carne propia la ciudadanía, puede más que las campañas publicitarias a las que está acostumbrados en las altas esferas políticas. El señor que ve que no han quitado la nieve de su barrio, ni han recogido la basura diez días después no puede creer a Pablo Casado y adláteres, ni aunque se lo diga el ABC. Lo mismo sucede con lo que puede pensar una señora en un ayuntamiento gobernado por el PSOE y Podemos, que haberlos haylos. Cuando una madre joven acude a pedir el IMV y le ponen mil impedimentos (como fotocopias en color) y no le conceden la prestación (pues no hay dinero), por mucho que le diga Pablo Iglesias que eso es lo mejor que se ha hecho en España, no se lo cree. Como tampoco creen a Pedro Sánchez en otras gestiones gubernamentales o a Santiago Abascal cuando suelta alguna bravuconada. De hecho, ya ni los muy fervientes nacionalistas creen a los propios independentistas. La pandemia y la nevada han hecho ver que la clase política va desnuda.
Sin capacidad para llegar a acuerdos en favor del bien común, por una decisión individualista –porque de ideológico hay poco-; con medios de comunicación entregados a la batalla partidista; y una crisis económica más grave de lo que se piensa, se genera un caldo de cultivo propicio para la llegada del autoritarismo. Porque la democracia, esa que dicen defender todos, se va debilitando por culpa de no asumir esa clase política los valores democráticos. Que no son el consenso, sino la capacidad de acordar en beneficio de todos, la capacidad de debatir sin insultar, el respeto por las leyes (o el cambio acordado de las mismas si se ven que son ineficaces), el respeto por la verdad (por difícil que sea descifrarla), el medio y largoplacismo y tantas otras cuestiones que no se observan en la clase política.
Por muchas redes sociales que sean verdaderos lugares del odio y la frustración que existan, en la realidad palpable de la cotidianeidad de las personas (y los políticos son personas o deberían serlo) hay sufrimiento, hastío, cansancio, cabreo y escepticismo ante una clase política que se muestra incapaz de gestionar (si no son listos al menos que gestionen) y/o de mirar por el bien común sin estar pendiente de la última encuesta, la tontería del asesor o el ver qué se puede ganar individualmente. Cierto que algunos partidos son felices en la bronca continua por sus propios mecanismos de acción política, pero no lo son todos. Cierto que los medios “venden” más con esa bronca. Pero igual pueden pasar a no vender nada, o no ser nada. Ya la ciudadanía les ha tomado la matrícula y no deberían creerse seguros en sus posiciones sociales. No sería la primera vez que llegase algún descerebrado y le pusiesen al mando.
Tras un tiempo de asueto, por no decir que escondido, el vicepresidente segundo del gobierno de España acordó una entrevista con la cadena amiga La sexta. En ella Pablo Iglesias tuvo la oportunidad de mostrar al pueblo lo mucho que sufre en el poder y todas las intrigas que existen alrededor del gobierno. Lo hizo con un matiz de sorpresa que es lo más destacado, junto a una irreparable metedura de pata respecto a los exiliados españoles, de su discurso pues se supone que ÉL había estudiado Ciencias Políticas, llegando incluso a doctorarse en la materia. Algo que tras sus palabras hay que poner en duda porque cualquier licenciado, anteriormente, o graduado, actualmente, sabe perfectamente que lo que ha asombrado a Iglesias no tiene un porqué si ha estudiado aquella carrera.
Cierto es que el vicepresidente segundo estudió primero Derecho, con lo cual al pasar a Ciencias Políticas no se cursa la carrera al completo sino que se convalidan unas cuantas asignaturas (algunas de forma extraña como Teoría del Estado) y se quita de encima numerosas optativas relacionadas con el mundo jurídico. Así se llega a comprender que tenga las lagunas que tiene respecto a graduados o licenciados que sí cursaron al completo la carrera (en el caso de los licenciados, muy especialmente la diferencia respecto a quienes cursaron las especialidades de Ciencia Política o Ciencia de la Administración). No es lo mismo cursar, aunque en la actualidad la carrera de Ciencias Políticas es un batiburrillo de políticas públicas y comunicación política en su mayoría, toda la carrera que sólo una parte. A ello súmenle que hizo el doctorado en un departamento dedicado en buena parte a la historia política y la geografía, no en los más puros de la Ciencia Política o el de historia del pensamiento. Esto en realidad puede ser banal si se ha seguido formando de la forma correcta, como debería hacer alguien que aspira a ser profesor, pero sus palabras dejan cierto rastro sobre los superconocimientos de amado líder tal y como venden en Podemos.
Antes de hablar de la boutade de los exiliados –para dar una visión que no han reflejado los análisis de los que se han atrevido a comentarlo-, cabe destacar que Iglesias ha afirmado que no se esperaba que la presión de la coalición dominante fuese tan brutal como ha podido comprobar. Bueno, no ha dicho coalición dominante –ello hubiese indicado que ya sabía en qué terreno jugaba-, ha dicho empresarios porque es el antagonista que necesita en su discurso maniqueísta. Desde fuera, dice, advertían que había un grupo que mandaba mucho y que ahora se ha dado cuenta que en el gobierno no tiene poder. Otra boutade porque el gobierno tiene algún poder, especialmente el represivo en todas sus manifestaciones y el simbólico, y puede legislar para cambiar las cosas, siempre y cuando cuente con el consenso de las fuerzas políticas que están en el legislativo. Lo que no tiene el ejecutivo, nunca, es el poder absoluto como puede tener Él en su partido. Absolutismo no existe en los gobiernos y no sólo hay empresarios que pueden presionar, sino otro tipo de colectivos no vinculados al poder económico (ejemplo: sindicatos, al menos cuando eran sindicatos).
Existen límites al poder y presiones de la coalición dominante. Sí coalición dominante que es un concepto que no utiliza el vicepresidente segundo por serle poco útil en su dialéctica del amigo-enemigo. Es un concepto más complejo pero mucho más real. Así no se sorprendería que un empresario pueda tener un holding empresarial donde se incluya un periódico. Parece desconocer los medios medianos o pequeños que pueblan España y los empresarios, con distintos intereses, que hay detrás de ellos. Esto lo explicó muy bien Robert Dahl, cuando describió a los sistemas actuales como poliarquías y no como democracias porque hay distintos núcleos de poder. Eso de “democracia muy limitada” no es nuevo. Si hubiese leído a Dahl lo habría entendido. No sólo a Dahl, también a Louis Althusser, Nicos Poulantzas o Göran Therborn, escritores marxistas que se dedicaron a las formas de control en el Estado. Y diciendo que proviene de la escuela marxista, aunque se haya decantado por Ernesto Laclau y su populismo de añadir todas las luchas que sirvan al amado líder, parece que ha olvidado aquello de la determinación en última instancia de lo económico. En el gobierno ha descubierto lo de “última instancia”.
En las facultades de ciencias políticas se enseñan cosas que no coinciden con la realidad; en la política se maquillan las opiniones; en los gobiernos se ocultan las verdades. Lega @PabloIglesias y dice verdades que recuerdan qué débiles son nuestras democracias.#SalvadosPablo
Como no podía ser menos, Juan Carlos Monedero ha salido en ayuda de Iglesias, afirmando que en la carrera de políticas se estudian cosas muy teóricas y que la realidad es algo distinta. Manuel Pastor, catedrático de Ciencia Política, solía explicar en primero de carrera que presentaba en sus clases –en Introducción a la Ciencia Política– modelos ideales que sirven para el análisis de la realidad. También recordaba que más adelante se llenarían esos modelos con más partes teóricas y realidades concretas. El catedrático de Historia de las Ideas, Dalmacio Negro, era más concreto y catalogaba la historia como lucha entre oligarquías, en el caso actual entre oligarquías políticas y económicas o sociales. Incluso Jorge Verstrynge, que tuvo que explicar Teoría del Estado y Sistemas Políticos, explicaba en sus clases la realidad de lo que se cuece en el Estado y la fórmula de los movimientos antisistémicos (que en aquellos años catalogó como nuevos bárbaros) que se llaman populistas. Lo mismo se podría decir de Juan Maldonado, el recientemente fallecido Julián Santamaría, Ramón Cotarelo, Blanca Olías y demás profesores que eran de la misma facultad en que estudió Iglesias. Falta de realismo no ha habido en las clases de Ciencia Política. No cuela la excusa del realismo. El problema es que se le ve las carencias o la demagogia.
El malo es el PSOE.
Siguiendo con el maniqueísmo propio de su discurso vital –Él es siempre el ser de luz de los maniqueos gnósticos-, ha culpado al PSOE de todo lo que no sale adelante pero que a Él le gustaría. Como la empresa de energía para bajar el coste de la luz, sin detallar los costes de producción, ni de distribución. Inmanentemente sabe que con una empresa de energía bajarían los precios sí o sí. No sólo eso, sino que ha afirmado que no se fía de sus socios, que sabe perfectamente que está en el gobierno con los malos, con los que pactarían con el PP si no estuviese ÉL para impedirlo. Como le ha respondidoEmiliano García-Page –porque en el gobierno están callados para no alborotar el gallinero- “basta ya de culpar al PSOE de todo lo malo y ponerse las medallas de todo lo bueno”, en un gobierno el que decide es el gobierno al completo. Y es cierto, si el resto del gobierno se opusiese a ciertas medidas no saldrían adelante.
Los malos son los del PSOE que, por cierto, son los que reciben y aceptan –esto último lo cuela de manera sibilina- las presiones de la coalición dominante. Él no, pese a que está haciendo todo lo que desde el lobby queer le piden para acabar con el feminismo (especialmente el de raigambre socialista), o lo que le piden de parte del lobby gay respecto a los vientres de alquiler, a los que prestan voz en el ministerio de Igual-dá o las diversas intentonas para legalizar la prostitución. Claro pero esas presiones son de supuestos “amigos” que le proporcionarán votos y apoyos contra los otros, los malos. Nuevamente el recurso a lo agonístico para evitar reconocer que también tienen presión de ciertos grupos y colectivos en busca de subvención. Y todavía se permite recomendar una película de Costa Gavras a Nadia Calviño. En respuesta podría la ministra recomendarle un libro de uno de sus amigos y guionistas, Jorge Semprún, especialmente las dos biografías de Federico Sánchez.
Más graciosa es la afirmación de que los debates más interesantes en España se están produciendo en el Consejo de ministros. No en el Congreso donde la oposición se dedica a insultar. Una pena que esos debates no sean de dominio público, ni lo vayan a ser nunca por el secreto de las deliberaciones. Por tanto nadie podrá valorar si son los más interesantes o no. Inconscientemente ha querido expresar que son los debates más interesantes porque está ÉL (defendiendo los intereses del pueblo, cabría apostillar), en los demás como hay más personas y Él no habla tanto, pues son menores. Ya que tiene ganas de debate tiene un mecanismo parlamentario que pueden utilizar los miembros de Unidas Podemos: la comparecencia parlamentaria. Si quiere debatir con los demás grupos que pidan una comparecencia a petición propia y lleva el debate, sobre cuestiones concretas, al parlamento. Corre el riesgo de que se entere todo el mundo y de que les venzan en buena lid parlamentaria. Por eso no lo harán, es mejor fardar.
Los exiliados.
Lo que más ha destacado en términos espectaculares es la comparación de la huida de la justicia de Carles Puigdemont con el escape de los exiliados tras la guerra civil española. Igualar ambos casos es de una mezquindad asombrosa y de una pobreza intelectual suprema. Pero no hay que verlo desde una perspectiva moral o histórica esa comparación, sino desde un mecanismo estratégico. Amado líder se ha autoelegido como único interlocutor válido entre el Gobierno y los grupos independentistas que tienen representación en el parlamento. Es ÉL quien habla por ellos a nivel estatal y quien les representa frente “a las amenazas del Estado represivo” –en el cual amado líder está en el pelotón de cabeza (gobierno)-. Dentro de la lógica populista, esa que elimina cualquier intermediación entre el pueblo y el líder, convocar un referéndum es lo más democrático que existe. No importa que no se atenga a la ley, que sea un engaño (como lo es su firma en la suspensión de las elecciones catalanas porque le vienen mal a ÉL) o que los independentistas sean racistas y carezcan de valores democráticos para con “el otro”. La estupidez de Iglesias tiene una finalidad estratégica de poder frente a Pedro Sánchez, no busquen más.
Que en el parlamento proclamasen la república catalana de los dos minutos, saltándose el mínimo democrático, tampoco le parece mal porque ÉL haría lo mismo si pudiese. De hecho las últimas, y fracasadas, campañas desde las redes podemitas pidiendo más votos para tener todos los diputados posibles apuntan en esa dirección. Tener la capacidad suficiente para hacer y deshacer como es norma dentro de su partido. En democracia cuando no se tiene la mayoría sólo cabe el acuerdo y el debate con unos u otros y a ser posible sin insultar. Pareciera que Iglesias más que El capital haya leído El Corán, porque sigue al pie de la letra las aleyas y azoras “dictadas” por el profeta. De hecho, hasta ese hacerse siempre la víctima de las recomendaciones para la yihad encajan a la perfección en su estrategia. Ese engaño constante y ese envío de las gentes del PSOE y a los ricos a la gehena son muy mahometanas.
Sigue teniendo en la mente el estatalismo soviético, más que un conocimiento real y teórico del Estado, por eso se asombra de que el ejecutivo no pueda hacer lo que le da la gana. Es cansado tener que rendir cuentas en el parlamento (no hay el debate que le gusta). Es cansado tener que hacer leyes según los procedimientos constitucionales (ÉL querría hacer sin impedimento). Es cansado tener que guardar lealtad a los socios o a la Unión Europea (ÉL sabe todo lo necesario). No como sucedía en el Buró Político del Comité Central de la URSS. Esos tics totalitarios le delatan constantemente y no soporta un Estado como el actual. Si hubiese leído a los autores citados anteriormente o a liberales como Bertrand de Jouvenel o Raymond Aron entendería lo que es el Estado y no se quejaría haciéndose la víctima. Y de esa entendería que Puigdemont es un prófugo de la Justicia, no un exiliado. Pero amado líder siempre tiene la razón y los demás sólo son amenazas a la verdad revelada que representa día a día. Y la representa porque carece de la valentía de presentarla de tú a tú en el parlamento. A engañar al engañadero.