martes, 30 diciembre, 2025

Pérez Reverte, el ser absoluto que reúne todos los saberes

El escritor Arturo Pérez Reverte es conocido en las redes sociales por su prepotencia en las respuestas mucho más que por su prolija obra de caballerías. Le molesta al escritor y académico de la RAE que le apostillen algún pensamiento, algún artículo o la vida en general. Un ensimismamiento quijotesco –en el mal sentido de la obra de cervantes- que le hace no caminar sino levitar sobre la faz de la Tierra. Incluso cuando habla de sus navegaciones hasta Poseidón le ofrece una mar calmada no vaya a ser que la tome con él. De buen gusto le impediría volver a su Ítaca particular, pero como ser absoluto que reúne todos los conocimientos posibles –de todo sabe, de todo habla, de todo farda- seguramente acabaría caminando sobre las aguas para escapar al destino que los dioses le han preparado.

La fortuna en la escritura –no se puede negar que vende bastante- le ha llevado, al menos mentalmente, fuera de la caverna donde observa las ideas en toda su pureza. Por ello se defiende con tesón contra aquellos que piensan que también han visto esas ideas. Y no porque quieran encadenarle o apalearle, sino porque le niegan a ÉL la posesión de la verdad. Realmente la verdad la tiene en comandita con “sus amigos”, el resto meros mortales que bastante tienen con comprar sus novelas, leerlas –si pueden y no se atragantan antes (¡ojo con El asedio!)- y aceptar lo que dice sin rechistar. Y más si se defiende la igualdad en el lenguaje, esas personas ya son anatemizadas. No aconseja el uso de los sustantivos epicenos, no, señala con el dedo inquisidor porque las teorías sobre la estructura de un lenguaje patriarcal son inventos de cuatro ¿feminazis? ÉL sabe todo lo que hay que saber del lenguaje y por ello han de callar las masas iletradas. Y ustedes se preguntarán ¿a qué viene este análisis de Pérez Reverte? A la prepotencia mostrada cuando intentaba vender el libro de su amigo Edu Galán –más conocido por su trabajo en Mongolia y sus apariciones televisivas en el canal espectacular por excelencia, La Sexta-.

Para mostrar la inteligencia y saber de su amigo, por tanto poseedor de la verdad en comandita, ofrece una página del libro de próxima aparición. “Estoy leyendo un libro asombroso de Edu Galán que se publica dentro de once días (10 de septiembre). Un libro de una extraordinaria profundidad, inteligencia y valentía. Para que vean que no me ciega la pasión de amigo, ahí va una muestra”. En la imagen que se les ofrece más abajo pueden leer el extracto “profundo, inteligente y valiente” del autor siempre y cuando no se pierdan con la Causa, con los Creyentes o con los Defensores de la Causa que es todo Causa y nada más que Causa. Un texto donde se señala, resumiendo, los mecanismos de formación de grupos, sean de masas o más pequeños, de personas que defienden unas ideas-causa de forma más o menos intransigente, inflexible, intolerable o sectaria. En otras palabras irreflexiva. Con este texto quiere Pérez Reverte conseguir miles de compradores para su amigo. ¿Tiene razón Galán, que es psicólogo, en esta descripción de los movimientos de masas que suceden en rededor? Sí. ¿Es nuevo? No. Y como se lo hacen saber, Pérez Reverte se mosquea y sale el prepotente.

Ante esa muestra un usuario de twitter le señala que esa página en realidad no aporta nada novedoso pues escritores como Eric Voegelin, Hannah Arendt, Ernst Cassirer y diversos antropólogos ya habían hablado del tema anteriormente. Todo dicho con respeto y sin incidir en errores que se pueden ver en el texto tan mal escrito –que esto es opinable y sobre gustos los colores-. No se pudo contener el escritor cartagenero y salió a demostrar que él sabe más que nadie y mucho más que un ser que aparece en una red social señalando que el pensamiento de su amigo no es propio, o novedoso, o valiente, o vayan ustedes a saber qué le pasó por la cabeza. “Va a ser eso, sí. Es lo que ocurre con la gente poco leída como yo. Que nos dejamos deslumbrar por una sola página de un libro de 336. Intentaré leer más y templar mis entusiasmos… ¿Arendt, dice?” fue la respuesta de Pérez Reverte mosqueado porque una persona había osado hablar de la “verdad revelada” de su amigo.

Curiosamente si ofrece una página, el resto no ha podido leer el libro, debe apechugar con esa muestra y lo que pueda provocar. Y si tan leído dice ser habrá leído Eichmann en Jerusalem donde Arendt ofrece una descripción del mecanismo de asunción de esas “causas” llegando a la banalidad del mal. Si tan leído es habrá analizado cómo Gustave le Bon, a finales del siglo XIX, ya explicaba en su Phycologie des foules (Presses Universitaires de France) cómo las personas formaban grupos detrás de personas e ideas llegando a la fanatización completa –“Dado que el poder que actualmente poseen la multitudes, si una opinión cobrara prestigio suficiente para gozar de aceptación general, pronto quedaría dotada de una fuerza tan tiránica que todo tendría que someterse a ella, y la era de la discusión libre quedaría clausurada por largo tiempo” (pp. 153 y 154)-. Como es tan leído habrá disfrutado con Eric Voegelin en Las religiones políticas (Editorial Trotta) cuando analiza el cambio de la comunidad cristiana (ekklesia) a comunidad terrenal (commonwealth) y el sectarismo que deviene al controlar, los menos, quién puede hablar, quién puede juzgar… hasta establecer que “una doctrina que perturba la paz de la comunidad no puede ser verdadera” (p. 54), ergo atacable con todas las vísceras. La Causa como centro de todo al fin y al cabo.

Pérez Reverte, y otros, han construido un “mandarinato intelectual”, que diría Pierre Bourdieu, donde los que poseen conocimientos pero no trabajan “para imponer su visión sobre el mundo social”, que en el caso del autor cartagenero es de cierto pesimismo (lean el panegírico de su última columna dominical), son excluidos negándoles capacidad como científicos sociales para introducir su discurso sobre la verdad. El señor Pérez Reverte posiblemente tenga la capacidad de quedar absorto frente a ¡Absalom, Absalom! de William Faulkner (por cierto preciosa edición de Navona), o envidiar la capacidad creativa de su amigo Javier Marías y tener muchísimas lecturas literarias e, incluso, ensayísticas. Pero también existen personas, ¡asombroso!, que tienen otras lecturas, otros conocimientos a los que ÉL no ha llegado por cuestiones vitales. No todo está en la literatura, también hay libros que hablan de otras cuestiones y debería cuando menos respetar que alguien sepa más que ÉL de ciertas cuestiones. Habrá leído mucho pero igual ha leído distinto o mal porque leer se puede, comprender, asimilar y extrapolar es más complicado. Puede y debe hacer promoción del libro de su amigo (de la misma compañía que le tiene contratado) pero también afrontar las críticas recibidas. Nadie acusa a su amigo de plagio, de no ser novedoso sí porque no lo es en el ejemplo que mostró. Hay más libros que los leídos por Pérez Reverte y más escritores de temática histórica (se recomienda a Antonio Pérez Henares o a Emilio Lara). La modestia no viene mal de vez en cuando.

Messi podría irse casi gratis del Barça

El drama futbolístico de los últimos tiempos copa todos los informativos y portadas de los medios de comunicación deportivos. Pareciera que sólo existen dos equipos que condicionan todo el fútbol y así nos lo hacen saber esos medios al servicio de sus respectivas cúpulas. Bastante más drama es lo que pasa en el Atlético de Madrid que no puede fichar por un mecanismo que nadie conoce y que a nadie condiciona salvo al club madrileño, aunque estando la familia Gil por medio vaya usted a saber qué. El caso es que la salida de Lionel Messi del FC Barcelona está acaparando toda la información deportiva, más tras la caída de Dallas Mavericks en la NBA –curioso que se informe más de este equipo que carece de jugador español alguno, que es del norte de Texas, pero que gusta mucho al nacional-madridismo-, y huele a que están mintiendo todos los medios de comunicación. O cuando menos informan de parte.

Que el señor Javier Tebas haya salido defendiendo al patrón del Barça tiene un motivo personalista, tras conseguir una Liga más mediocre como se contó en estas páginas, pierde el único activo deportivo que le quedaba para seguir mamando de la teta. Nada que aportar porque, además, no hay pruebas tangibles que sostengan su comunicado de ayer. Y ahí está el problema de todo este embrollo, se habla mucho que si una cláusula del 10 de junio, que si la temporalidad hay que extenderla, que si 700 millones, pero prueba física -el contrato firmado por ambas partes- ninguna. Todo es “me han dicho”, Josep María Bartomeu dice, Messi dice, los abogados opinan e, incluso, llevan a catedráticos de Derecho del Trabajo a los programas para que hablen sobre el sexo de los ángeles porque no han visto la prueba.

Sin ver el contrato, sin esa prueba se puede decir lo que sea, quedando sólo claro que el jugador ha solicitado la baja mediante un burofax y que su patrón le ha dicho que son 700 millones de euros. Por cierto, ni el burofax, ni la respuesta son públicos y por tanto sólo se puede especular sobre lo que dice o deja de decir. Por eso lo que viene a continuación es, sin la prueba fundamental, una especulación, más pensada eso sí que lo que sucede en otros chiringuitos periodísticos y sin recibir cariño por parte de cúpulas directivas o jugadores. Los datos serán aquellos que han ofrecido desde uno y otro lado y la vía judicial-laboral.

Queda claro que Messi se quiere ir y por ello, de acuerdo con la legislación vigente, ha comunicado su salida a la empresa FC Barcelona. Con tiempo de antelación y acogiéndose a las cláusulas de su contrato. Se dice “cláusulas” porque no sólo han hecho referencia a la famosa del “10 de junio” para marcharse gratis sino también  a la que ha desvelado Onda Cero. Desde el Barça han dicho que no aplica la cláusula de liberación “10 de junio” y que si quiere irse que deposite 700 millones en La Liga. Algo que Tebas ha tardado en recordar cometiendo el error de saltarse la jurisprudencia de FIFA y UEFA que sí tramitarían la ficha del jugador en otro equipo porque prevalece el derecho a trabajar antes que un contencioso sobre una cláusula –la cual, además, aunque no viene al caso, porque así lo muestran los pasos de Messi, podría declararse abusiva-.

El problema es que Barça y Liga ignoran el otrosí existente en el contrato tal y como ha desvelado Onda Cero, seguramente por filtración de parte. Ese otrosí dice lo siguiente: “Está indemnización no aplicará cuando la resolución del contrato por la decisión unilateral del jugador tenga efectos a partir de la finalización de la temporada 2019/2020”. ¿Supone esto que Messi se puede ir gratis? No, pero si ese otrosí está en el contrato los 700 millones son papel mojado. Olvídense de la “cláusula 10 de junio” el otrosí tiene la clave, se ponga como se pongan Tebas y Bartomeu.

Todo el mundo chiringuiteando con el “10 de junio” cuando, si se da por buena la información de Onda Cero, lo que debe hacer el Barça es negociar la salida con el trabajador pues no hay cláusula al quedar derogada en el mismo contrato. Bartomeu, según cuenta la prensa nacional-barcelonista, no quiere negociar nada con Messi y mandó en su momento un burofax al trabajador, según cuentan, no observando todos los condicionantes del contrato. Bartomeu puede negarse a dejarle salir, pero Messi la semana que viene puede irse como cualquier trabajador y sería el Barça el que debería demandar. Así es la legislación laboral ya que la empresa no negocia, dado el peculiar mundo del fútbol, y el jugador no debe indemnizar porque en su contrato dice que comenzada la temporada 20-21 no hay pago estipulado. Ojo que lo que dice el Barça para librarse del “10 de junio” es lo que le condena con el otrosí. Messi está dando los pasos legalmente necesarios, mientras que el Barça está malmetiendo contra el jugador en la prensa afín y los que pasan por ahí a ver si rascan algo.

¿Qué pasaría en un juicio? Según la jurisprudencia existente, que es poca, el juez o jueza estimaría lo que queda de contrato, posibles contratos publicitarios firmados por jugador y club (no por el club en solitario) y poco más. La cantidad a desembolsar por el jugador con suerte sería de unos 20 millones de euros o menos. Mientras tanto estaría jugando en el equipo que haya elegido o no. Porque existe otra alternativa que es esperar hasta quedar liberado judicialmente –un mes más o menos- y fichar como jugador libre por el equipo que desee. Todo esto contando con que el otrosí sea verdadero y no una filtración interesada.

Bartomeu puede vender lo que quiera pero la realidad jurídica es que le sale a cuenta llegar a un acuerdo con el jugador, rascar todo el dinero que pueda y marcharse a su casa. Porque, esto en el plano deportivo-mediático, Messi puede salir en rueda de prensa y contar interioridades, puede contar conversaciones entre ambos, puede dejarle para el arrastre. Llegando a un acuerdo podrá establecer una cláusula de silencio. Si lo que vienen contando en los medios es verdad, la realidad es que Messi se podría ir por muy poco dinero, poquísimo, a cualquier equipo. Algo sabrán quienes redactaron el contrato a petición del club y ahora asesoran al jugador. ¿Está Messi intentando lavar su imagen saliendo con un pacto? Sí. ¿Está malmetiendo Bartomeu para poder pasear tranquilo por Barcelona? Sí. Condenados a entenderse por imagen porque igual a Messi por dinero le vendría mejor ir a juicio. Siempre y cuando el Barça no le deba dinero y acabe denunciado y en Segunda por impagos.

El cerebro de Ayuso no sirve para las correlaciones

Durante una entrevista con Salvador Sostres en el “diario” ABC la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha querido hacer una gracieta mediante una supuesta correlación de dos variables: fútbol y política. Dos variables que, en principio deberían ser independientes, pero que el cerebro de la pepera ha querido juntar para no se sabe bien qué conclusión. Esta es la frase que ha utilizado: “Yo no soy muy seguidora del Barça. Pero cuando al Barça le va bien, al PSOE le va bien, y al revés. En cambio, el Madrid se pone a ganar Ligas, y el PP empieza a subir. Supongo que no tendrá nada que ver, claro”. No tendrá nada que ver pero establece la correlación, la cual es falsa como podrán comprobar.

Durante el Gobierno de Felipe González, el cual comenzó con victoria liguera del Athletic Club de Bilbao, la cual repetirían al año siguiente, el Real Madrid ganó 7 ligas (especialmente las cinco consecutivas de la Quinta del Buitre), mientras que el FC Barcelona ganó 5 (las cuatro del cruyffismo), mientras que en la decadencia felipista venció el Atlético de Madrid. La realidad muestra que en pleno apogeo del PSOE ganaban los madrileños. Durante el gobierno de José María Aznar al Real Madrid no le fue muy bien, de ocho ligas tan sólo venció en 3, el Barça 2 y el resto se repartió entre Deportivo de la Coruña y Valencia (2). Durante el mandato de José Luis Rodríguez del PSOE, que coincide con la llegada de Joan Laporta a la presidencia del Barça y la irrupción de Messi, el conjunto catalán ganaría 5 ligas por 3 del madrileño. El primer año de gobierno de M. Rajoy venció el Barça y durante su mandato ganaría 5 ligas, por una del Atlético y una del Real de Madrid. Con la llegada de Pedro Sánchez la liga ha sido ganada por el conjunto capitalino. ¿Hay correlación? Ninguna, pero hay que lanzar la puyita para quedar bien con los votantes. Para intentar hacer ver al madridista que si vota al PP su equipo ganará más que el contrincante, cuando nada tiene que ver.

Su cerebro no le sirve para hacer correlaciones porque toma variables no dependientes. Por cierto, cuando escuchen o lean a alguien hablar de correlación de fuerzas huyan porque no tiene ni idea –en la lucha de clases hay relaciones de fuerza, no correlaciones ya que los elementos de las correlaciones aumentan o disminuyen ambos a la vez-. Pero tampoco es su cerebro válido para hacer correlaciones entre variables que sí son asimilables. Entre acudir al trabajo en vagones llenos a rebosar de personas y el aumento de infecciones por coronavirus hay correlación estadística. Entre estar ocho o más horas trabajando en una oficina con grupos de más de 10 personas y la infección por coronavirus sí hay correlación. Entre no tomar medidas preventivas (contrataciones, desdoblamiento de aulas, etcétera) para que la chavalería acuda a clase y que acaben infectándose también hay correlación. Entre no haber entrenado al cuerpo docente, ni haberle dotado de los medios suficientes y la pérdida de dos años de enseñanza de las hijas e hijos de los madrileños (y los que llegan de fuera a la Universidad) también hay una correlación. Entre haber desinvertido en la Sanidad pública y que se mueran las personas no sólo por el coronavirus también hay una correlación estadística. Su cerebro, como se puede comprobar, no asimila estas correlaciones. No puede. Se bloquea. Pero para las tonterías es lo primero que se activa en IDA.

Es tan negada para las correlaciones que ni ha pensado por un momento que ha despreciado a los y las votantes del Atlético de Madrid, los de derechas se le irán a Ciudadanos (el consejero Ángel Garrido es buen atlético e Ignacio Aguado es muy amigo de Miguel Ángel Gil) o Vox -salvo su portavoz en la Asamblea madrileña, Alfonso Serrano-. También ha despreciado a los del Rayo Vallecano –aquí tampoco es que haya mucha gente de derechas-, a los del Getafe, a los del Leganés, o a los del Alcorcón… Es más, la afición culé en Madrid tampoco le dará su voto. Si intentaba jugar con sentimientos futbolísticos y opción política le ha resultado mal, que tampoco está el monte lleno de ciervos. El problema es que es incapaz sin más, sea del Real de Madrid o del PP.

El cerrajero de Callao ni dimite, ni pide perdón

Ahí sigue apoltronado como lleva los últimos treinta años. No piensen ni por un minuto que hará algo ético para purgar sus labores de cerrajería en el PSOE de Madrid. Son muchos años de machaca, primero de Alfonso Guerra, luego quien le ha pagado con un cargo donde fuese, hasta llegar a hoy mismo cuando disfruta de la secretaría general del Grupo Parlamentario Socialista (desde 1995 en cargo público continuadamente). Genuflexiones, lamidas de traseros y trabajos de baja estofa en contra de compañeras y compañeros de partido que han sido bien recompensadas. Cuando existe algún problema que solucionar en el PSOE nada mejor que llamar a Rafael Simancas para que haga el trabajo típico de sicario político. Y si hay que hacer de cerrajero, lanzando sospechas de que a las personas que no se dejaba entrar en la sede de Callao tenían papeles “corruptos”, se hace.

La vergüenza siempre pasa al lado del político badenés-wurtembergués sin mirarle. No podría reconocerle. Lo mismo ocurre con su prima la ética. Ni la conoce, ni intención tiene. Porque si conociese a alguna de las dos hoy mismo Simancas estaría presentando su dimisión tras conocerse que Tomás Gómez no ha estado implicado en caso alguno de corrupción. Peor fue lo suyo con el tamayazo, del que por cierto jamás ha querido contar el porqué del paso dado por los dos diputados. Porque se sabe, se conoce, que todo comenzó por peleas internas de afines a cooperativas, constructores y demás. Jamás ha hablado y la verdad es inexplicable porque la vergüenza, como se ha dicho, ni la conoce. Había que tomar al asalto la ejecutiva madrileña destruyendo todo el partido, hasta cesaron al Comité Regional, donde reside la soberanía del partido, con tal de hacerse con el poder y humillar a la democracia. Una carencia de escrúpulos democráticos y éticos que intentó justificar con informaciones del medio amigo.

Ni dimitirá, ni dirá nada porque no está en su naturaleza. Además, decir algo o intentar dimitir cuando ha colocado a todos sus esbirros en altos cargos –el mostoleño de las llamadas a teléfonos eróticos en presidencia de Moncloa y el de las tarjetas black en Renfe- sería pedirle un milagro a quien jamás se ha visto con la vergüenza o la ética al lado. Tampoco dimitirá el ordenanza que dirigió la batalla contra Gómez, César Luena. Otro ser que la ética tampoco la ha visto de cerca en su vida. Apoltronado en Bruselas ni abrirá la boca para decir este error fue mío. Otro que desde el 2003 –es más joven- va dando saltos de cargo en cargo. Al menos terminó el doctorado en Historia y para algo le podrá valer en el futuro. Simancas y Luena, dos apparatchik típicos de partido que sabían perfectamente que no había caso de corrupción pero había que enseñar los dientes y cazar Madrid para el jefe. Un PSOE de Madrid que hoy en día está en las listas de “Se busca” porque no aparece por ningún lado cuando la gestión de IDA es genocida. Es ni una de las 53 personas que conforman la ejecutiva madrileña aparece aunque sea para decir una salvajada, un algo… Se vive muy bien en la oposición. Querían un partido madrileño sin disensiones y han dejado al PSOE como un secarral. Sólo se escuchan golpes con los codazos de unas y otros para el carguito.

La culpa de todo esto, evidentemente, la tiene el máximo responsable de aquello Pedro Sánchez. Dimitir no lo hará, ni es conveniente siendo presidente del Gobierno. Eso le salva. Tampoco hará una llamada a Gómez para pedirle perdón. O a todas las personas que conformaban la ejecutiva en aquel entonces. Porque a Antonio Carmona bien que le dijeron de todo, cuando era y es el único que da la cara en las televisiones –porque desde el partido no quieren ir-, y más cuando, como era lógico, apoyó a Susana Díaz. Mientras el cerrajero a controlar a los diputados para que no se muevan ni un milímetro de la raya si quieren seguir saliendo en la foto. “Y ¿cuál es la raya?”, le preguntan. Imitando a su ex-jefe Guerra, les dirá que “la raya se mueve”. Eso dos o tres, porque el resto no se han visto en otra similar y aceptarán lo que sea, incluso los insultos de su socio de gobierno. Así que Simancas y Luena con los trabajos soñados, sin dar ni golpe y pudiendo ejercitarse en el arte de la genuflexión máxima. Si tuviese algo de gracia tendría Gómez que agrupar a los vilipendiados de Madrid, que los hay a miles, y volver a presentarse. Pálidos y pálidas se quedarían algunas personas. Aunque en el PSOE, al contrario que en Roma, sí se paga a los traidores.

¡Dejen de insultar a socialistas, comunistas y feministas!

¡Basta ya! ¡Ya está bien! Desde el facherío político y los medios de comunicación cavernarios se viene insultando a socialistas, comunistas y feministas de España con una ligereza intelectual que es inasumible. Son varios meses aguantando los calificativos de gobierno socialcomunista, de feministas de Podemos, de comunistas de Bielorrusia o demás estupideces lanzadas con el único motivo de hacer daño a personas que nada tienen que ver con lo que hay ahora en la política española. Deben tenerla metida muy adentro para hablar con tal ligereza de comunistas y socialistas en cualquier parte del mundo y en España en especial. Lo curioso es que si se les dice prensa facha, partidos fachas, medidas fachas bien que se ofenden… la mayoría claro. El ogro del socialcomunismo paseado de nuevo cuando hasta ayer mismo decían que llevaba cuarenta años enterrado.

Un juego simbólico que no es eficaz –las encuestas dicen lo que dicen- y que, por contra, acaba legitimando a gentes que ni son socialistas, ni son comunistas. En todo el gobierno español no hay un solo socialista, ni un solo comunista. Pueden encontrar liberales humanistas, socialdemócratas postmodernos –que es lo mismo que liberales humanistas pero en moderado-, populistas, izquierdistas postmodernos, arribistas, moderados, blandengues o demócratas pero ni un solo socialista o comunista. No vale con que alguno diga que es comunista cuando sus acciones y pensamientos encajan más con el Partido Demócrata estadounidense que con cualquier comunismo pretérito o actual. No vale que alguno diga que es socialista cuando sus acciones y pensamientos encajan más con el liberalismo británico o alemán que con Julián Besteiro –por citar a un moderado del socialismo-. No hay socialistas, ni comunistas en el gobierno por la sencilla razón de que ni uno de los ministros y ni una de las ministras tienen en mente la transformación del sistema en sus aspectos fundamentales. Hay mucho humanista, mucho buenista y mucho izquierdista de salón. ¿Es eso malo? Viendo lo que hay a la derecha no, pero no son socialistas, ni comunistas.

¿Hay en las bases del PSOE, de IU o de Podemos socialistas y comunistas? Sí, pero no están ni cerca de alcanzar el poder en sus organizaciones. Hay mucho socialdemócrata en todas ellas, muchas gentes con un sentido social de la vida política. Como de hecho pasa en los sindicatos, los cuales han perdido toda perspectiva de clase. Sólo hay que leer lo que dicen en las distintas redes sociales los dirigentes y los seguidores para darse cuenta de que ya no van quedando socialistas o comunistas. Desde Podemos piden acabar con el presidente de Bielorrusia para entregar el país a la OTAN o los grupos nazis que forman la disidencia. Lo mismo dicen desde el PSOE. ¿Es eso socialismo o comunismo? Jamás. Los medios cavernarios deberían pensar que si en eso están de acuerdo todos los grupos políticos de carácter estatal –más el PNV que siempre ha sido un grupo amigo de la CIA- igual comunistas y socialistas no son. Igual ¡eh! Claro pero han puesto en marcha el IMV que no llega a casi nadie y que, paradójicamente, fue una creación liberal para evitar la pobreza máxima en ciertas sociedades opulentas -¡El diablo Hayek la propuso!, también hay que hacer ver que nada tiene que ver con la Renta Básica Universal-.

Que Cuca Gamarra hable del gobierno socialcomunista -¡días de risas va a dar esta señora!- no es para tomárselo en serio, sino para ofenderse si se es socialista y comunista. Como sucede cuando se habla de las feministas de Podemos y su labor en favor de las mujeres… ¡Ah no! ¡Perdón! De las mujeres no porque no existen, sino de las personas que dicen serlo por el simple hecho de decirlo, del progenitor gestante, de las vulvoportantes y demás estupideces que apoyan desde el ministerio de Igual-dá. Saben en los medios cavernarios que las feministas, digamos clásicas, son un sujeto contestatario potente contra el sistema instituido y por eso desvían el disparo hacia otros tipos de feministas en apariencia. Lo primero asombran a todas las personas con sus irracionalidades queer, lo que hace perder apoyo al movimiento feminista. Y lo segundo, todas esas tontadas sirven para reafirmar el reaccionarismo de la derecha y la mercantilización de la mujer (prostitución como trabajo, vientres de alquiler, enclaustramiento en los cuidados -¿verdad Pablo Echenique?-, etc.). Se insulta a las feministas cuando se hacen esos encuadres ideológicos.

Todo es una treta, que apoyan desde las organizaciones de izquierdas, para señalar que el socialismo y el comunismo sólo traen dictadura –obviando que se vive en una dictadura de clase burguesa-, hambre y pobreza. Como si el liberalismo jamás haya promovido dictaduras (fascismo, bonapartismo, Pinochet, Videla, Franco…), jamás haya traído hambre (África entera y buena parte de América Latina, por ejemplo) o pobreza (la última década en Europa sin ir más lejos). A veces desde la propia izquierda se acaba asumiendo el discurso ideológico de la derecha y pasa lo que pasa. Se asume el calificativo de socialista o comunista pero no se utiliza la contraargumentación necesaria para desimbolizar el ideario facha. Se afirma con orgullo “¡Sí, soy comunista o socialista!” llevándose consigo todo el significado simbólico que le han puesto. Muy inteligente no es esa estrategia… Además de falsa identificación. La praxis política, fundamental en todo esto, sitúa a cada cual en su sitio y en su significante real. Y hoy, por desgracia, en el gobierno no hay socialistas, ni comunista… y si apuran ni feministas. Gente con ánimo social y de hacer cosas por las personas sí, pero eso no basta para ser socialista o comunista.

Javier Tebas consigue destruir La Liga

Está España llena de grandes gestores de la ruina. Da igual el ámbito en el que se mire (política, deporte, economía…), siempre se encontrará a alguien que dice ser muy listo, tener una idea increíble –casi siempre financiada con el dinero de otros o de todos-, o venderse como el genio del emprendimiento. Eso sucede con Javier Tebas, abogado mediocre, que apareció en el mundo del fútbol supuestamente para salvarlo de la ruina económica y ha acabado por sumirlo en la mediocridad extendida. Desde Argentina el diario Olé se pregunta sobre la supervivencia de La Liga española ahora que ya no queda estrella alguna. En los medios españoles, da igual nacional-madridistas o nacional-barcelonistas, se rasgan las vestiduras por la huida de sus rutilantes estrellas. En ninguno de los casos aparece esa destrucción del producto vinculada a Tebas, el mayor culpable.

El “loable” esfuerzo para acercar a los equipos más modestos a las ganancias de los “grandes” ha traído consigo que La Liga se haya apretado en la mediocridad. A nivel deportivo siguen siendo dos los equipos (Real Madrid y FC Barcelona) por casi todos los títulos, les sigue un Atlético de Madrid que está a la espera de tropiezos –gracias a la gestión de Miguel Ángel Gil que cada año devalúa más su propio producto- y un Sevilla que sí pero no (una Europa League cada equis años). A esa banda de los cuatro se acercan unas veces el Villarreal, otras el Athletic Club, otras la Real Sociedad, cuando le deja Lim el Valencia y ya. Salvo milagro como el del Granada este año, no hay más competencia real en La Liga. Hay un nutrido grupo de equipos que viven de la televisión y poco más, por lo que su crecimiento no existirá, y otros que tienen un margen económico mayor pero sin llegar a ocupar los puestos destacados con asiduidad. Queriendo copiar a la Premier League inglesa, Tebas ha conseguido que La Liga sea más mediocre. Muy por encima de la Bundesliga (donde el Bayern domina año tras año), La Ligue 1 francesa, pero acercándose, al menos en cuanto al reparto de la mediocridad, el Calcio italiano.

La Liga sigue dominada en sus puestos Champions –que son los importantes más allá de los títulos- por los mismos tres equipos en la última década con pequeñas oscilaciones en el cuarto cupo. Fuera de los dos “grandes” el resto de equipos ganan un poco más de dinero, pero no hay inversión sino cobertura de gastos. No hay ánimo de dar un paso adelante porque la mayoría de clubes piensan que es mejor quedarse como se está que intentar avanzar. Esto es lo que ha conseguido Tebas no poder avanzar realmente por miedo al abismo que ha creado el propio presidente de La Liga. Mientras, los equipos de arriba clásicos han visto mermados sus recursos y se ven obligados a ir perdiendo a sus estrellas año tras año, siendo reemplazadas por jugadores de bastante menor nivel –lo que venden los medios adscritos a las diferentes cúpulas no es la realidad-. Las victorias en Champions del grupo que logró formar el viudo con gafas hace años, una especie de canto del cisne, han sido utilizadas para establecer una cortina de humo sobre la realidad y vivir de Messi. Ahora Messi se va y ¿qué queda? La nada.

Es ley de vida deportiva que los futbolistas no perduren en el tiempo en un club. Hay muchos intereses económicos para que ello sea así. Trinque de los dirigentes, comisiones de los representantes e, incluso, avances deportivos de los propios jugadores. Normal, por tanto, que se vayan Cristiano, Messi, Neymar o Godín. El problema viene cuando no se puede reemplazar a esos jugadores con otros de similar calidad. Salvo el Barça al que parece que dan manga ancha en ocasiones. Tras irse Cristiano del Real Madrid sólo pudieron traer a Hazard, más famoso por las hamburguesas que come que por los goles marcados o su incidencia en el juego. En el Atlético pierden a “la rata” Griezmann y sólo pueden traer a un proyecto de jugador gracias a que cobra cinco veces menos. Y así con muchísimos más ejemplos. ¿Por qué no ha podido el viudo con gafas traerse a Mbappé? No es por falta de dinero para afrontar su fichaje -300 millones los consiguen-; no es por rentabilización del fichaje; no es porque el jeque sea amigo y no venda; no, es por el rigorismo exacerbado de Tebas. Algo que ha acentuado esta temporada con la fórmula del 25% del chi cuadrado de la hipotenusa de 3.

En un período de crisis Tebas no ha tenido otra ocurrencia de ser más exigente que UEFA en el control financiero y de este modo ahogar a los clubes. Por ejemplo, si el Real Madrid se librase de Gareth Bale (35 millones al año de sueldo) no podría cubrir esa vacante con jugador que cobrase incluso 20 millones (caso Cavani). Si el Atlético vendiese a Diego Costa por 30 millones (más el ahorro de otros veinte de sueldo) con suerte podría traer al utilero del Bayern. De hecho el Barça para cubrir la baja de Messi, y traer a Lautaro, por ejemplo, debe dar la baja a cuatro jugadores. Y luego sale con toca su caradura en televisión a decir que es la mejor liga del mundo. Suerte si vende los derechos televisivos por cuatro duros y una pelota a este ritmo. Intentando que no haya grandes diferencias entre los equipos en cuanto a gastos e ingresos, ha conseguido Tebas machacar a los grandes equipos que, al fin y al cabo, son los que acaban dando prestigio a la competición a nivel ventas. Nadie paga en ningún lugar del mundo dos euros por ver un Betis-Alavés, un Watford-Everton o un Catania-Peruggia. El dinero que ganan las ligas es gracias a ver un City-Liverpool-Chelsea-United, un Madrid-Barça-Atleti, un Juventus-Inter-Nápoles y la Champions.

Con las exigencias de Tebas, más allá de gestores que hacen caja personal, La Liga se devalúa porque no es posible recambiar a los buenos jugadores que se marchan. João Félix igual llega a ser estrella dentro de un año, pero hoy no lo es. Harzard o Benzemá no venden una mosquitera. Ansu Fati no es Maradona. Los jugadores españoles son buenos jugadores pero muy lejos de Iniesta, Torres, Xavi… Y esto por no hablar del papelón del presidente de la Federación, Luis Rubiales, otro inútil gestionando y en constante enfrentamiento con Tebas, que está haciendo bueno a Villar. Hay que hacer un control financiero sin duda, pero eso de ser más papistas que el papa ya se sabe cómo termina, con hogueras y muertes. En este caso la muerte de La Liga. Ante una crisis, en vez de meter dinero al sistema, lo quita… igual que se hizo en la crisis económica mundial de 2008. Y todo el mundo ha sufrido aquello como Tebas va a hundir el producto. Le salva que invitará a comer y a viajes a ciertos personajes de la prensa y acabarán loándole y haciéndole la genuflexión correspondiente. En vez de hacer potencialmente 20 grandes equipos, está consiguiendo 20 equipos medianos. Pero esto no lo leerán en la prensa mamadora del régimen que dice Manolo Lama –ni al él se lo escucharán decir-. Hay dinero en publicidad que repartir.

Casado, ¿nuevo título de patrón de barco o camisa vieja?

Ha vuelto marinero Pablo Casado de sus vacaciones, bien merecidas pues durante el confinamiento no pasó ni un día con la familia, y bien que lo hace saber. De hecho se presume que en este tiempo se ha sacado el título de patrón de barco, así, como el que no quiere la cosa. En Roquetas de Mar aprovechó que el investigadísimo por corrupción alcalde, que gobierna tras comprarse a un chaquetero de Vox, Gabriel Amat le invitó a subirse en una barca de remos, no fuese a marearse la criatura, para meter la mano en el mar -¿o será la mar?- y adquirir todos los conocimientos relativos a la navegación. No es nuevo, pues data de la Grecia clásica, el comparar a la dirigencia política con navegantes, pero lo de Casado va más allá pues por osmosis se sacó numerosos títulos junto al último de patronazgo de buques. Eso o ha desempolvado la camisa vieja del fascismo como se verá.

¿A qué viene todo esto? Al lenguaje marinero que viene utilizando el presidente del PP y que ha sido motivo de chanza y burla. Algo, por otro lado, a lo que debería estar acostumbrado ya pues cada vez que habla, como en esas series estadounidenses, aparecen risas, en esta ocasión no enlatadas sino de un pueblo entero. Los asesores que le escriben los discursos deberían impedirle que los modifique porque, a fuer de su experiencia otros días, acaba metiendo la pata. No tiene capacidad lingüística en general Casado –lo máximo en riqueza del lenguaje ha sido llamar felón al presidente Sánchez- por lo que permitirle hacer comparaciones y utilizar elementos náuticos, con la finalidad de dejar una gran frase para la historia –en su caso para la historia del humos-, es un riesgo innecesario. Sus asesores deberían haberle escrito, ya que el chaval estaba empeñado en utilizar las comparaciones náuticas de la Grecia clásica, algo por el estilo: “En el Partido Popular, dado este tiempo de zozobra, seremos el ancla que fija la nave en el puerto para evitar el naufragio. Sin olvidar que, en el momento en que amaine, tendremos la fortaleza de la vela para llevar allende los mares de la prosperidad este gran navío que es España”. ¡Así! ¡Sin más! Un tanto engolada pero sencilla de aprender y sin posibilidad de cometer equivocaciones.

Igual le han escrito una frase por el estilo y Casado se ha liado anclando el barco y largando velas a la vez en un movimiento que, cualquiera que no esté avezado en las artes marinas, comprende que es improductivo. Peor ha sido cuando ha afirmado que no hay nadie al timón de España. No hay un capitán con los conocimientos y la valentía de gobernar la nave. El problema, más allá del elitismo de la frase que retrotrae a la sofocracia de Platón (el gobierno de los sabios), es que España no es una nave, es una flotilla. Así que Pedro Sánchez podría contestarle, parafraseando a Felipe II, “yo no envié mis barcos a luchar contra los elementos”. Es más, tampoco el presidente del Gobierno ha puesto a ese duque de Medina Sidonia (capitán de la flota de la Armada Invencible) que es Isabel Díaz Ayuso al frente de la Comunidad de Madrid.

Pidieron hasta sangrarles las muelas que gestionasen las Comunidades Autónomas para evitar el “golpe de Estado” que estaban perpetrando en Moncloa junto a vicepresidente segundo Pablo Iglesias. Dijeron hasta que dolieron los oídos que había alternativas judiciales para no caer en el mando único y el estado de alarma –esas alternativas que no han podido aplicar y que alguna jurista insiste en querer aplicar en un medio de comunicación, obviando el confinamiento claro-. Ahora, cuando lo que nos vendieron como buques potentes no son más que, en muchos casos, barcazas sin capitanes y capitanas solventes y con una marinería reclutada en los peores tugurios de las Antillas, justo ahora, quieren un capitán al frente de la flotilla. Y Casado lo dice con un rictus serio porque como buen mitomaníaco lo que ayer dijo, al saber que era excusa y mentira, hoy no le hace sonrojarse de vergüenza. Él no se sonroja, ni la banda que tiene detrás, pero las españolas y los españoles sí. Incluso el pueblo catalán se sonroja de Quim Torra, aunque en su caso igual es que quiere aplicar un genocidio a los españoles… que está la tropa independentista muy nazi últimamente.

O simplemente es que Casado ha encontrado el libro de bachillerato, el dedicado a formación del espíritu nacional, de su padre por casa y eso de “Vela y ancla” le ha hecho gracia. Además, habrá aprovechado para leer el texto de José Antonio Primo de Rivera que está en la recopilación Eugenio de Bustos, y se ha venido arriba con tal de no desmerecer a los racistas y clasistas de Vox. Esos a los que tiene pánico y más cuando le han presentado una moción de censura para octubre como jefe de la oposición. Un inciso. Es paradójico que Casado sea algo de la Oposición cuando es un tipo que seguramente no superaría el primer examen de una oposición. Paradojas del mundo de la política. Retomando el hilo, igual eso del recurso al lenguaje marino es producto de una anamnesis fascistoide por no parecer de la derechita cobarde. O igual es que es estólido y no hace caso a sus asesores. O igual es que sus asesores son tan cortos como él. No es la clase política española dechada de virtudes, en términos generales, pero lo de Casado supone situar el nivel tan abajo que hasta un mono tití con chalequito y sombrero andaluz peor no lo haría. Al menos el mono encontraría antes el timón que Casado, eso no lo duden.

Post Scriptum. Un apunte final sobre la utilización del lenguaje por parte de Casado. Como pueden ver en la imagen del artículo existe una contradicción entre su discurso náutico, de intento de dirección, con el eslogan de activación. Son dos campos simbólicos distintos y que chocan entre sí.

Curioso: los escándalos del corazón siempre son dirigentes de izquierdas

Nuevo escándalo en la política espectáculo española. Irene Montero ha sido entrevistada –por Rosa Villacastín– en la revista Diez Minutos. Un escándalo más grande que las murallas de Troya según parece por el calentón que han tenido los sectores más cavernarios de las redes sociales. No es nuevo este tipo de escándalo cuando es protagonizado por dirigentes de izquierdas. Desde hace casi cuarenta años se vienen repitiendo. Posiblemente porque no es habitual ver a políticos y políticas de izquierdas en revistas donde la cosificación de la mujer está plenamente presente en todas sus páginas o porque no dejan de ser armas ideológicas para presentar una realidad completamente paralela y glamurosa. Lo que no cabe duda es que cuando aparecen políticas y políticos de derechas no se forma ese escándalo, ni hay ese revuelo.

El primer político que alarmó a la prensa política fue Felipe González cuando concedió su primera entrevista como presidente del Gobierno a Jaime Peñafiel. Ni a Pedro J. Ramírez de Diario 16, ni a Juan Luis Cebrián de El País, no, a la revista Hola que era en aquellos tiempos la principal del papel cuché y la predilecta de las señoras del barrio de Salamanca. Hay que recordar que aquel González era el de los 201 diputados, el caballo ganador de Martín Prieto, el dios que diría años después Txiqui Benegas. Aun así, los cimientos de Ferraz temblaron al ver a su secretario general aparecer en un medio de comunicación de tal tipo –cabe recordar que, pese a que lo distante de los años hace perder la perspectiva, aquel era un PSOE bastante izquierdista, no como el actual-. Desde la derecha, como no podía ser menos, también se lanzaron al cuello del recién nombrado presidente. Que si ya se estaba acomodando al poder; que si ya estaba renunciando a los principios, etcétera. ¿Qué principios? Si era tan nacionalista como ahora, un regeneracionista… Pero hubo escándalo.

Comenzaron los años de perseguir a Miguel Boyer (ministro de Economía) porque andaba de romance con Isabel Preysler y poco más hasta que casi al comienzo del gobierno de José Luis Rodríguez aparecieron sus ministras en Vogue. Otro escándalo más. Una derecha que sólo sabía inventarse que el 11-M había sido ETA, con los peones negros (¿Recuerda señor Girauta?) danzando y que no sabía ni por dónde tirar vio la puerta abierta a criticar al gobierno por aparecer en una revista de moda. Las ministras Vogue dieron mucho juego en la actividad parlamentaria y a los desnutridos columnistas.

Poco más, a pesar de que las dirigentes de derechas aparecían cada dos por tres en ese tipo de revistas, y no por líos amorosos precisamente. Salvo, aunque no es una revista del colorín, cuando Soraya Sáenz de Santamaría apareció en El Mundo (y su revista) en una pose, digamos, sexy. Curioso que acabaron defendiéndola más las parlamentarias de izquierdas que las de derechas, pero ha sido la única ocasión en que se ha visto algo parecido hasta que Montero ha hecho su aparición en Diez Minutos o Pedro Sánchez llamando para hablar en Sálvame. Curioso que siempre sea con personas de izquierdas esos escándalos de la política espectáculo. Y aquí puede estar el problema en entender la política como espectáculo. Lo mismo sucede con las casas de las personas de izquierdas que, según la carcunda, deberían ser casi chabolas, mientras que se ve normal que un estólido que no ha pegado un palo al agua en su vida en la empresa privada tenga un palacio o dos. La ética para unos y la estética para otros.

Ahora bien si en la derecha deberían estar callados, dejar de montar escándalos por cosas que hacen con frecuencia y, por ello, no construyen tampoco un ethos de probidad y austeridad, en la izquierda puede existir debate sobre la conveniencia o no de aparecer en este tipo de revistas. Un grupo entiende que aparecer en este tipo de revistas supone mezclarse con el pueblo –llano les falta en alguna ocasión decir-. Una forma como otra cualquiera de hacer populismo y lanzar sus ideas en medios no habituales. Eso es lo que ha aducido siempre quienes han aparecido en ellos. Recuerda a aquella frase que tanto escándalo produjo en Francia con el PCF de “hablar como habla el pueblo”. A Íñigo Errejón este tipo de cosas le encantan, aunque luego hable raro. Esto se legitima por aparecer espectacularmente donde se supone lee el pueblo. Es un mecanismo electoralista legítimo pero que choca, hay que reconocerlo, con cierta ética y con cierta estética de la izquierda en general.

Éticamente no tiene mucho sentido aparecer en revistas donde la mujer es claramente cosificada, tratada como una mercancía –en este caso Montero no es más que una mercancía, política, pero mercancía- y que construye una realidad que en anda es semejante a lo material. Pueden tener una explicación como escape o fuga de una realidad demasiado dura, pero cuando esa dureza es la que se quiere transformar, al menos, no tiene sentido participar del juego. Si, además, todas estas mujeres y hombres de izquierdas que aparecen se autocatalogan feministas y aceptan aparecer en revistas donde las mujeres son tratadas en demasiadas ocasiones como carnaza –que no es lo que hace Villacastín-, igual te has equivocado de medio.

Estéticamente, cuando la izquierda en principio defiende la austeridad en las formas, la probidad, la defensa de lo común y supuestamente la lucha contra lo malo que hay en el capitalismo –luchar contra el capitalismo, se supone que ha quedado como utópico-, aparecer en revistas donde se fomenta el consumismo desmesurado, el lujo aspiracional (caso muy claro de Vogue) y la estetización de un tipo de persona para ser admitida socialmente –jamás habrán visto a médicas, doctoras, investigadoras como modelos en esas revistas-, aparecer en las revistas del colorín es cuando menos reprochable. Daniel Seixo va más allá aún. Porque este tipo de acciones pueden acabar provocando el populismo deluxe.

Ética y estética, sin necesidad de ir hechos un asco y con harapos como querrían en la caverna, señalan que es un error participar en este tipo de espectáculos. Por mucho que la política sea espectacular existen ciertos límites que, autoubicándose en la izquierda, se deben evitar. Sean del PSOE, sean de Podemos, o de IU. No es una cosa de partido y sí de vencer al ego en muchas ocasiones. Da igual que sea Sánchez, que Montero, que Garzón, hay que tener siempre presente que en la izquierda la ética es más importante que en la derecha, entre otras cuestiones porque lo que se trata es de derribar los mecanismos ideológicos del capitalismo/imperialismo. Y, hasta el momento, no se ha demostrado que el entrismo, la participación en esos mecanismos del colorín, haya funcionado. Eso hay que dejarlo para tipejos al servicio del imperio como Bernard-Henri Levy, hay que evitar ese tipo de comportamiento populista y demagógico. Especialmente porque ¿saben qué ha dicho la ministra? ¿Saben lo que dijeron las ministras Vogue? ¿Saben lo que ha contado cualquier político que ha aparecido en ese tipo de revistas? No. Porque lo importante nunca es el texto en estos medios de comunicación. Y como la imagen siempre se distorsiona… ¿para qué sirve entonces aparecer? Criticable y censurable, pero sin criminalizar como hacen en la derecha.

Post Scriptum. La crítica que aquí se ha presentado, ya se habrán dado cuenta, no es la que suele haber en los medios de comunicación, casi todos cavernarios, ni en ciertos sectores de la izquierda. Salvo excepciones muy excepcionales, lo habitual es ir a degüello o utilizar mensajes clasistas. Cada palo que aguante su vela –ahora que el estólido mayor del reino se ha puesto marinero diciendo incongruencias. Sí, es Pablo Casado-.

Podemos debe apoyar la comisión sobre su financiación

No piensen que este es uno de esos artículos de corte irónico que aparecen en estas páginas de vez en cuando. El titular se refiere a algo serio y estratégico. Podemos debe apoyar la Comisión de Investigación sobre su financiación que está pidiendo el Partido Popular. Así como lo leen. ¿Qué miedo pueden tener a responder preguntas si no se ha cometido ningún delito? Porque en lo que viene mostrando la prensa cavernaria no se aprecian delitos electorales, ni contables en sí mismo. La Fiscalía del Tribunal de Cuentas, como es su trabajo, pide que se investigue este o aquel pago para saber si hay algo punible o no, pues la Fiscalía no gestiona los procedimientos sino la Judicatura. Por tanto no debe haber miedo a apoyar esa Comisión.

Ahora bien, ustedes pueden pensar que la Comisión será utilizada por el PP para desacreditar a Podemos y hacer caer el Gobierno de coalición o, cuando menos, que el vicepresidente segundo –conviene remarcar lo de vicepresidente segundo porque hay un orden de gradación que hace el feo a la vicepresidenta primera, a la par que tiene tufo machista- abandone el Gobierno. Ya se sabe que la extrema derecha le quiere encerrado en su casa, para poder insultarle y agredirle mejor, ahora la derecha extrema parece que también. Todas las miradas van a ir contra Pablo Iglesias principalmente y contra su equipo de forma paralela (Juan Manuel del Olmo…). Eso ya se sabe porque, al fin y al cabo, es lo que está pasando. De ahí que, confiando en la no ilegalidad de los actos, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, haya estimado oportuno que Iglesias acuda al Congreso para dar las explicaciones necesarias. Pero como esto no va a parar en dos o tres preguntas parlamentarias, mejor apoyar la Comisión de Investigación. ¿Por qué? Aquí tienen una serie de puntos como apoyo a ese argumento.

1° Ética. Como dice la dirigencia morada que elles están en política para llevar la voz del pueblo a las instituciones y gobernar mirando siempre a aquel, una fórmula ética de no parecerse a los demás partidos es apoyar la Comisión. Siempre que aparece algo por el estilo en cualquier partido siempre ponen pegas, dicen que es un invento de los medios de comunicación y se niegan a que se haga un escrutinio público en el Congreso, sede de la soberanía popular. Es el momento de cambiarles las tornas a los “viejos” partidos y tener la valentía ética de apoyar esa comisión. Diferenciarse de los demás sabiendo lo que va a pasar.

2° Desmontar al acusador. La Comisión se montaría sin pruebas por parte de los acusadores. No tienen documentación, no tienen acceso a la instrucción judicial, no tienen nada salvo titulares de prensa. Esos titulares los tiene también Podemos por lo que podría prepararse perfectamente las sesiones y acudir, además, con documentación que sí tiene –pues el caso es sobre su propio partido- para dar día sí, día también en toda la boca a los diputados de la caverna política. Que Teodoro García Egea sale diciendo, aunque pondrán a alguno menos conocido y con más mala leche, que el coste de la obras de la sede son más altas de lo presupuestado. Tan fácil como decirle que y demostrarle que no es así y que se incorporaron nuevas peticiones que encarecieron el primer presupuesto. Si dicen algo de la empresa que se contrató, recordarles algo tan simple como que la ley permite a los partidos contratar con quien quieran siempre que no se haga en dinero B como sucedió con la sede de la calle Génova.

3° Estrategia cortina de humo. Los partidos de la caverna política (PP, Ciudadanos y Vox) serán los que más pregunten y los que lleven la voz cantante durante la Comisión. Son ellos quienes tienen más interés en realidad. Lo van a utilizar como cortina de humo de sus fechorías –como el pago a una empresa de un asesor del PP para que mintiese en redes sociales contra el PSOE y Podemos en la campaña del 28 de abril y las elecciones andaluzas-. Como llegarán a preguntar por cuestiones peregrinas como la financiación iraní, venezolana o vaya usted a saber qué, Podemos puede utilizar esa cortina de humo para contraatacar a Vox con su financiación iraní; al PP con sus pagos fraudulentos, Púnica, Gurtel, etcétera; a Ciudadanos… ¡Bah!, a Ciudadanos mejor sólo indicarles que están en la puerta de salida y que bastante tienen con sus dedazos saltándose las primarias. Como las derechas están hasta arriba de trapicheos financieros, nada mejor que recordárselos para disipar la cortina de humo, haciendo algo que ellos no hacen… dar la cara.

4° Tiempo de publicidad mediática. No es despreciable la cantidad de tiempo en medios de comunicación que se va a tener. Estando las encuestas para Podemos a la baja, un acto ético, de apertura y de responsabilidad con muchas horas televisivas puede ser favorable en términos electorales. Significaría, si se gestiona bien, relegitimar la presencia de la formación morada en el Gobierno pues, no habiendo metido la mano en la caja, pueden hacer del victimismo una fórmula de encontrar el apoyo que ahora no tienen. Decir “estamos dando la cara”, “los que han robado quieren hacer ver que todes somes iguales” y unas cuantas frases más podrían ser un revulsivo para una formación que no remonta en las encuestas, ni en los apoyos.

Ante esto se puede contraponer que la caverna mediática se lanzará al cuello de Iglesias, Rafael Mayoral y demás implicados en el tema durante esos días perjudicándoles porque no mostrarán la verdad. ¿Y? ¿Acaso muestran hoy en día la verdad, no sólo de este tema, sino de cualquiera que afecte al gobierno? Lo importante no es que la carcunda proteste sino que las personas vean que no se tienen miedo a asumir responsabilidades. La primera de las cuales es dar todas las explicaciones en sede parlamentaria que sean necesarias pues se está seguro de no haber cometido delito alguno. Es más, hasta después de apoyar una comisión sobre Podemos, deberían pedir al PP que apoye una comisión sobre el PP y sus chanchullos electorales auditados también por el Tribunal de Cuentas. Como dirán que no, ya habrán dado un bofetón ético a Casado y compañía. Que no es que tengan mucho aguante también es verdad y les salva que tienen a los árbitros comprados y al VAR de su lado. Hacer lo que no ha hecho nadie hasta el momento y acceder al suplicio con documentación es un deber como partido. Luego, con el tiempo, deberán ser las y los inscritos los que decidan si es ético lo que se ha hecho o no. ¿Imagina la cara de estólido de Casado al ver que Podemos apoya la creación de esa Comisión –y el PSOE dos minutos después también debería apoyarla-? Aunque sólo sea por verla, deberían hacerlo. Menudas risas entre Pedro Sánchez e Iglesias recordando al mitomaníaco del PP.

Comienza la turra del raulismo ilustrado

Tras advertir el viudo con gafas que en esta temporada no habrá fichajes, tan sólo salidas, algo impuesto no tanto por el coronavirus como por los 500 millones que se están gastando en remodelar el estadio -¡Ay esa envidia malsana!-, la prensa del nacional-madridismo ha sacado nuevo tema: el raulismo ilustrado. ¿Qué significa este concepto? Todo aquello que haga Raúl González como entrenador está cercano a la novena maravilla del mundo y deberá ser la biblia del fútbol para el futuro. Es más, como se han atrevido a decir en Deportes Cuatro, ya está en la recámara para en breve sustituir a Zinedine Zidane.

El nacional-madridismo aún tiene muy clavado que su héroe local no consiguiese ningún título con la selección española. Eso de que Luis Aragonés se lo cargase –unos dicen que por bocas, otros que por… (pongan la conspiranoia que deseen)- y no pudiese alzar como capitán la Eurocopa (que se ganó con gol de Fernando Torres para mayor escozor) todavía no lo han asimilado. Sólo hay que recordar las pestes que echaban en aquellos años Antonio Romero, Alfonso Azuara o Manuel Carreño, entre otros. En compensación por aquella afrenta, aunque olvidan la salida por la puerta de atrás cuando empezaron los pitos típicos y paradójicos en el estadio del silencio, ahora los medios del nacional-madridismo venden a un entrenador que revolucionará el fútbol.

Así lo venden, la realidad es otra bien distinta. Los datos objetivos es que, a diferencia de lo que pasó en su momento con Pep Guardiola, por ejemplo, el paso por los banquillos de González no ha sido exitoso. En el juvenil B, al que llegó tras el despido indecoroso de Álvaro Benito por su trabajo como comentarista en televisión, no hizo gran cosa. De ahí ascendió a entrenador del Castilla en segunda división B donde, pese a contar con jugadores como Reinier, Gual y Rodrygo, no ha podido ni siquiera jugar la fase de ascenso a segunda división. Ahora, nos venden su labor al frente del juvenil que está disputando la Youth League, aunque el equipo ha sido preparado y entrenado hasta hace dos días por Daniel Poyatos que se marchó al Panathinaikos.

Mientras la pandemia ha permitido que se jugase la segunda B, todo el mundo ha estado informado del raulismo ilustrado, contando con pelos y señales las nuevas fórmulas para la revolución futbolística. Ni la mayoría de los equipos de primera, mucho menos los de segunda, han tenido la publicidad de la que ha gozado el Castilla de Raúl. Un equipo diseñado para… no llegar a nada. ¡Ah! Pero la culpa no es del raulismo ilustrado sino de las vueltas que da la vida. Por eso en AS no dudaron en calificarlo como “La obra inacabada de Raúl”. Con los grandes refuerzos realizados y el entrenador que revolucionará el fútbol, obteniendo peores resultados que los filiales de Atlético de Madrid (compitiendo en el mismo grupo) o FC Barcelona, se trata de mala suerte. Ya. Que igual el trabajar sin lujos –otra milongada que han colado- no ha dado sus frutos. Igual es que los jugadores del Madrileño van en limusina a entrenar…

No importa, la realidad es la que se está viendo en la Youth League. Ahí se ve el talento en los banquillos del futuro entrenador blanco nos cuenta el nacional-madridismo. Tanto que ha enamorado a Italia con sus carantoñas a los chavales derrotados del Inter. No es coña, es lo que han escrito en los medios habituales del florentinato. Tres días han tenido el vídeo en portada digital. No tienen otra cosa en lo que fijarse en Italia que en una imagen de un partido de juveniles que, además, han perdido. Ni la sustitución de Conte, ni el aumento de positivos por coronavirus, ni lo que hace el papa, sólo ojos para el gran ídolo del nacional-madridismo. Como la imagen que ha quedado de Raúl en España no es la mejor posible, ahora están intentando hacer del él –algo de lo que no tiene culpa, todo hay que decirlo- la nueva sensación de los banquillos. El problema, como muchas de las cosas que hace el nacional-madridismo mediático, es que llegan al estrambote –en otras ocasiones es la contradicción perpetua-. Son capaces de decir que la pizarra de Raúl consigue una victoria a la par que muestran el vídeo de los goles de jugada normal, nada especial. Y si fuese de alguna pizarra sería la de Poyatos que es quien les ha entrenado desde hace años.

Sin fichajes a la vista. Teniéndose de que comer los 30 millones de euros de gasto por un tipo que piensa pasarse dos años más jugando al golf en Madrid (Bale). Y suspirando por un delantero francés que les haga pasar de octavos de final en Champions. La prensa nacional-madridista entretiene a su público con el raulismo ilustrado. No se pueden quejar, en el Barça están acongojados con Messi y la ruina que tienen y en el Atleti tienen a jeque mochilo intentando vender que Grbirc, Mollejo, Carrasco y Caio Henrique son los grande fichajes de este verano (más el rodillas raras de los negocios con Mendes de todos los veranos). Aunque como se les vaya calentando la boca igual acaban pidiendo la dimisión de Zidane para colocar al gran entrenador de la cantera. No es descartable sin duda. Roncero ya está pidiendo a un juvenil para dirigir al equipo en primera división (carrera arruinada por la mufa). Para próximas historias y fascículos de la revolución del fútbol consulten a sus medios oficiales habituales…