miércoles, 31 diciembre, 2025

El PP quiere que se infecte toda España menos Madrid

Tras acordar con el gobierno socialcomunista las medidas post-confinamiento y mejorar el mecanismo jurídico para no tener que proclamar otro estado de alarma (algunos y algunas se han puesto medallas de chocolate diciendo que lo dijeron y no, aunque el ministro Illa haya cometido un lapsus), el PP de Pablo Casado, que no es todo el PP, ha sacado otro monotema con el que intentar hacer oposición. Sí, un monotema porque no tienen la suficiente capacidad de manejar dos o tres temas a la vez. No les llega suficiente oxígeno al cerebro para poder tener una perspectiva múltiple. También, no se vaya a pensar solamente mal, puede ser que por culpa de los recortes y que ya no manejan dinero en B han reducido tanto los asesores que les queda uno para todos y en semejante explotación de la inteligencia no pueden hablar más que de un tema. No haciéndolo con propiedad, pues hablan y hablan sin decir algo, no hay plausibilidad para este argumento. Cabe otra posibilidad como es que piensen que la mayoría de españoles y españolas son completamente imbéciles y por eso tienen que manejarse con el monotema. Este argumento es mucho más plausible pues la soberbia de quien dirige el PP es de magnitudes hasta el momento desconocidas en la historia de España.

¿Cuál es ese monotema? Las infecciones importadas por culpa de las medidas que se toman en el aeropuerto de Barajas. Obsérvese que no dicen aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas, no tienen realmente orgullo de las personas que hicieron la transición hasta que las pueden lanzar contra el otro. Volviendo al monotema del PP, están preocupados por lo que pueda entrar por Barajas y todo porque les preocupa que aumenten los infectados en la Comunidad de Madrid. Lo que pase en el Prat, aeropuerto bastante utilizado en estas fechas como el de Málaga o el de Mallorca, les importa poco o tienen una estrategia más salvaje como se verá. No quieren que aumenten los contagios en Madrid porque son conscientes de que Isabel Díaz Ayuso no tiene la capacidad para manejar otro confinamiento parcial, ni está preparada la comunidad para sanitariamente para afrontar otro repunte pandémico. Son, por tanto conscientes de que la sanidad madrileña la han destrozado salvajemente y no resistiría otro empujón pandémico.

Podrían alegar que por Madrid entran personas que se pasean por toda España. Hasta cierto punto es verdad, pero sólo hasta cierto punto. Porque, por ejemplo, las visitas a Toledo son puntuales, como lo son a Segovia, mientras que las pernoctaciones suelen ser en Madrid. Pasan más tiempo en la capital y la capacidad de infección es mayor. Lo que suceda en Cataluña o Baleares les trae sin cuidado. De hecho podría ser una estrategia para que se infectasen muchas personas que viven en Cataluña y ver si así mueren independentistas o poder echar la culpa a esos mismos por su gestión de la pandemia. La realidad es que lo han hecho fatal y tienen los mismos problemas que en Madrid, pero como les gusta mucho lo central para darse bombo en el pecado llevan la penitencia. En Baleares sin palma el emérito harían un favor a la monarquía o así debe ser la estrategia en ese territorio Lo curioso es que en la tierra de Juan Manuel Moreno Bonilla quieran que mueran personas, ¿será que quieren acabar con el trifachito andaluz y no saben cómo?

La realidad es que insisten con Barajas porque son seres mononeuronales y pretenden despistar de las tropelías cometidas por IDA durante el confinamiento. Cuando Teodoro García Egea compara el aeropuerto de Barajas con el 8-M como focos pandémicos (sí, ha hecho esa comparación) está clara la estrategia de despiste y de protección de la protegida de Casado. Pasaron meses señalando al 8-M que dependía del gobierno, no como los cientos de actos que dependían de Comunidad y Ayuntamiento o los millones de personas desplazándose en el Metro, para eludir responsabilidades y acusar al feminismo. Ahora la culpa será de los extranjeros, cuando algunos focos de contagio son en puestos de trabajo, en empresas que deberían tomar todas las precauciones. Extranjeros malditos que vienen a infectarnos quieren decir. Paradójico este argumento porque hasta ayer decían que si el gobierno pedía un pasaporte sanitario o hacerse las pruebas PCR antes de viajar impedirían la llegada de turistas, ¡con el perjuicio económico que supondría! Ahora, les parece mal que se adopten las medidas de la Unión Europea (hasta que haya un acuerdo nuevo) no vaya a ser que contagien. Que contagien sólo en Madrid porque lo que pasa en otros aeropuertos les da igual cabe recordar. Curiosamente ahora desde la Comunidad de Madrid piden por escrito al gobierno que sí, que se hagan las PCR en origen. ¿Por qué ese cambio de opinión?

El cambio de opinión tiene una clara respuesta: no habrá estado de alarma. Justo lo que llevaban pidiendo desde casi comenzar el confinamiento (¿recuerdan que Casado quería que se volviese a la normalidad cuando había miles de muertos diarios?) y que han logrado en el acuerdo con los socialcomunistas conlleva un problema enorme: toda la responsabilidad recaería en las presidentas y presidentes autonómicos. Desde el PP quieren proteger a IDA como sea, no porque ella sea la amiga de Casado, que también, sino porque es su buque insignia (la Galicia de Feijóo no porque suena demasiado como sustituto del actual presidente pepero). El centralismo deseado para acabar con las tonterías de los que no aman a España, ese pensamiento reprimido en todas las cabezas de las personas del PP, les lleva a apoyar como sea a IDA para poder desgastar a la coalición satánica que gobierna. Ahora los problemas coronavíricos serán de las instituciones intermedias y por eso reculan en tablas como los toros mansos (ya que son tan aficionados a la tauromaquia).

Protegen Madrid pero dejan a su suerte a las demás regiones que tienen aeropuertos con millones de pasajeros en estas fechas. Lo de proteger es metafórico porque les gustan demasiado los muertos para lanzarlos a los demás, pero no para que se los carguen a ellos. Por eso los muertos irreconocibles del Yak-45 o el metro de Valencia se olvidan y no tienen empacho en apropiarse de otros. No les importa que se infecte toda España pero Madrid, por la repercusión mediática y simbólica que tiene, no. Y no les importa porque en realidad son una banda de sociópatas. No sólo por lo pandémico sino por lo económico o social (“siempre ha habido hambrientos” y esas cosas que dicen). “¡Viva la muerte!” es su lema, siempre y cuando no cuente en su marcador. Política espectáculo pura en el PP pidiendo las medidas que antes negaban que fuesen buenas y necesarias. Mañana dirán otra cosa distinta cuando los empresarios del sector les digan que así acaban en la ruina.

¿Sabe Casado que el “Ramón” de Ramón y Cajal es apellido?

Hay cosas que pasan muchas veces desapercibidas en el mundo de la política espectáculo; cosas que en un vistazo rápido pasan desapercibidas al ojo no entrenado; cosas que dejan a quien las afirma o propone a la altura del betún pero que por mor de esa velocidad del sistema quedan en el limbo. Lo malo para la dirigencia política es que el formato digital tiene algo negativo, deja rastro y sólo hay que seguirlo para señalar a quien ha cometido el error. Esto le ha pasado a Pablo Casado y al PP intentando hacer alarde de compromiso científico. De tan ingeniosos que han querido aparecer, la realidad es que se han mostrado ciertamente incultos. O cuando menos descuidados. Al no ser liberales realmente, su apego a la ciencia es ninguno. Siguen viendo en los cambios científicos, en la racionalidad y en el progreso la presencia de Satanás en la Tierra como afirmase hace ya un tiempo el papa Pío IX. Por eso es normal que acaben metiendo la pata y, lo que es peor, negando un reconocimiento pleno a quien fue uno de los grandes científicos españoles, en una España de misa y confesión casi obligatoria. 

Pablo Casado y sus asesores no han tenido mejor idea que proponer el “pacto de Estado Cajal por la Sanidad”. Ya que desde el PP hagan un llamamiento a un pacto de Estado por la Sanidad cuando ha sido su partido el que ha destrozado sistemáticamente el sistema sanitario allí donde ha gobernado, es para sospechar o echarse a temblar. Dirán que han aumentado en todos esos sitios la inversiones con datos en la mano, lo cual es cierto salvo en el pequeño detalle de que no han sido inversiones sino aumento de gastos que han ido a manos de los sospechosos habituales de la clase dominante. Por ejemplo, un hospital de 300 millones acaba costando 1.500 millones de euros, como viene sucediendo en Madrid. Retomando el hilo y antes de entrar en detalle, llamar a un pacto Cajal ¿a qué viene? No se conoce a nadie que llamado o apellidado Cajal que haya hecho algo importante por la medicina en España. Salvo que sea algún amigo de esos que ustedes saben que van con volquetes de putas a celebrar la metida de mano en la caja común, no se entiende que lo llamen así, Cajal. Sí existe un señor, premio Nobel, llamado Santiago Ramón y Cajal, siendo Ramón y Cajal el apellido. Que igual piensa que el nombre es Santiago Ramón y el apellido Cajal. Al menos no ha llegado a la estupidez de pensar que son dos personas Ramón, una, y Cajal, otra. O igual sí lo ha pensado pero le han frenado, de mala forma eso sí, y han puesto nada más que Cajal. ¿Por qué esa reducción si pretenden hacer un homenaje? No queda más que la respuesta de la incultura y del constante negacionismo científico del que hacen alarde en el PP. Ya saben, no hay cambio climático (como vociferaba su gurú José María Aznar hasta hace dos días), todo lo que hay en la Tierra es creación de un dios, el capitalismo es el sistema que entronca con el devenir histórico del sumo hacedor, no existe la sociedad (de hecho sólo hablan de la sociedad civil), una pera es un pera y un plato es un plato y esas cosas que suelen decir respecto a debates científicos. Por eso no extraña que a un científico le rebajen si es que no saben que es apellido compuesto, que igual los tiros van por ahí.

Si esperan que el pacto de Estado fuese a suponer una mejora sanitaria, como dice Casado, se llevarán otro chasco. No, lo sanitario realmente lo quieren seguir controlando en las Autonomías para sus mangoneos con el sector de la construcción. Al fin y al cabo tito Floren se está dejando un pastizal en los medios de comunicación para no perder ni un céntimo de dinero público en su bolsillo. ¿Qué ofrece el pacto? La creación de una Oficina donde se reúnan políticos y políticas por si acaso. “Refuerzo de la Atención primaria, estabilidad en el empleo de los profesionales sanitarios y creación de corredores seguros frente a infecciones hasta áreas aisladas de hospitalización”. Toda la primera parte es muy bonita y sería bueno que se hiciese, comenzando por su muy amiga Isabel Díaz Ayuso que tiene cerrada la atención primaria (quiere utilizar además médicos sin especialización, vamos que hasta un señor que haga vudú podría acabar ahí) y ha despedido a los profesionales que se trabajaron la pandemia. Está bien predicar, pero si es con el ejemplo mucho mejor. Y la segunda parte de corredores seguros y aislamiento ya existen, el problema es de magnitud y desbordamiento por el coronavirus. Van dos propuestas que sirven de poco.

“Creación de un pool nacional de profesionales sanitarios” que actúen en este tipo de emergencias por toda España, como refuerzo se entiende. Lo primero que hay que decir es que podría utilizar las palabras muy españolas “grupo” o “equipo” en vez de “pool”. Ese anglicismo sobra en un texto de ese estilo. Ya que dice querer a España que empiece por defender la propia lengua española. Respecto a la propuesta cabe un pregunta ¿ese equipo de dónde sale, de los profesionales en activo y que si saliesen de sus hospitales dejarían en precario a sus compañeras y compañeros o hay que pagar a ese grupo (empieza a oler como la oposición de la hermana de Moreno Bonilla) para que no trabajen por si acaso? Vamos una tontería para quedar bien, aunque lo grave llega después. Reconocimiento como enfermedad profesional al personal sanitario infectado, justo lo contrario que han hecho en Madrid que han dejado hasta sin baja a las personas contratadas por guardias. Tiene más cara que espalda proponiendo justo lo que están negando allí donde gobiernan. El resto o son cuestiones ya planteadas por el propio gobierno (lo que le gusta un plagio a Casado) o no tienen mayor desarrollo y son una mera mascarada aprovechando la moda del coronavirus y así tapar alguna gestión del PP.

Igual después de ver, en parte, la propuesta de pacto del PP se entienda mejor porque lo llaman Cajal y no Ramón y Cajal, porque con el PP todo se queda a medias. ¿Qué quiere decir esto? Que sólo se mueve dinero común en favor de la clase dominante, mientras que las inversiones comunitarias donde no hay que rascar se olvidan. También significa que Casado no hace propuestas sino que lanza eslóganes publicitarios constantes con propuestas completamente vacías, exceptuando las que posibilitan que tito Floren u otros, llenen sus bolsillos. A Ramón no le dan nada porque se lo quieren entregar a Cajal. Ramón es el símbolo de todos los españoles, y Cajal lo es de los pocos, los menos. Por eso no utiliza el Ramón y Cajal al completo, porque en su pérfida mente no está el bien común, sino el particular, el egoísta, el de clase.

Yolanda Díaz, la ministra más valorada por las bases del PSOE

Como los cien días del gobierno pasaron durante el confinamiento, lo que perjudicaba cualquier análisis medianamente racional y objetivo, nada mejor que esperar un tiempo para valorar la actuación de alguna de las personas que lo conforman. Entre las personas neófitas en las labores ministeriales cabría destacar a Yolanda Díaz, la mujer que siendo la más podemita de IU está acabando como la más socialista de Unidas Podemos. Da igual a quien se lea, o a quien se pregunte, si es de Podemos, PSOE o IU, todas las personas destacan la labor de la ministra y su capacidad dialéctica para confrontar a las huestes asalvajadas de la derecha. No hay sesión de control, en Congreso o Senado, donde el orador de turno se lleve una buena reprimenda o humillación. No sólo tiene capacidad verbal sino que se prepara perfectamente, junto a su equipo, las respuestas (más bien las posibles respuestas según cómo esté el debate) para ofrecer cifras con las que hundir al personal agreste de la derecha.

A la preparación  personal se suma una capacidad de diálogo demostrada durante estos meses pandémicos. Mientras desde los medios cavernícolas se gemía y maldecía la mala fortuna de este gobierno con el empleo, la ministra dialogaba con los distintos sectores implicados para intentar consensuar unas medidas aceptables para todas las partes. Los ERTEs como salida no onerosa (a pesar de los problemas en los pagos), el cambio en los motivos de despido (no se ha prohibido despedir como dijo sino que se transformó en improcedente, o lo que es lo mismo, si se aprovechaba el confinamiento para despedir que le saliese más caro al jeta de empresario) y otras medidas que han servido para paliar bastante la situación del empleo. Consenso y diálogo que ha servido para extender algunas medidas más allá del confinamiento forzoso. No han sido perfectas, pero han sido. Imaginen en manos de la derecha la cantidad de despedidos o muertos en su puesto de trabajo habría habido. De hecho, el despido gratuito fue la mayor propuesta de Pablo Casado para solucionar el problema.

Según cuentan en Moncloa, el presidente del gobierno Pedro Sánchez, más el equipo económico que forman Nadia Calviño y María Jesús Montero, está sumamente contento con la actuación y el trabajo desarrollado por Díaz. Más allá de alguna pelea (¿quién en un gobierno no tiene peleas con la parte económica?), que la derecha ha querido magnificar, la labor desarrollada por la jurista gallega es muy del agrado, tanto como para ampliar el nivel de confianza entre las tres mujeres citadas y la colaboración interministerial. Algo que no sucede con otras partes del gobierno. Sánchez ha quedado muy sorprendido y valora esa capacidad de trabajo y diálogo demostrada, lo que no excluye mostrar principios firmes en el Consejo y en los medios. Su pragmatismo con la situación existente (recuerden que afirmó como Calviño que no se podía derogar la ley laboral del PP sino desmontarla valorando cada parte) y su buena labor de comunicación coral, esto es, no va por su lado sino que habla como ministra del gobierno en general, tampoco es algo que disguste en Moncloa, especialmente en vicepresidencia. Una mujer que asume la responsabilidad de hacer gobierno mostrando verdadera sororidad gusta y mucho. El camarlengo monclovita como está otras cosas más propias de las series de televisión, perjudicando a su jefe el presidente, pues le vale mientras no meta la pata.

Una buena acogida y una buena relación que podría ser un camino abierto en el futuro. La comparación con el otro miembro de IU, sí Alberto Garzón (que hacía tiempo no salía por estos lares), es muy ventajosa. La realidad es que cualquiera saldría bien librado en comparación con el coordinador de IU porque, más allá de meter la pata en más de una ocasión, todavía no se ha enterado de que está gobernando y sigue soplando y sorbiendo a la vez, algo que sienta muy mal en Moncloa. Bien que afuera los medios cavernarios y la derecha política hagan oposición, pero que se haga desde el propio gobierno sulfura bastante. El enterrador de IU saldrá en la futura remodelación, mientras que Díaz se quedará y no extrañaría que aumentase sus competencias. En Moncloa y otros ministerios del PSOE consideran a la abogada como alguien en quien confiar, una de las suyas, y una futurible.

El lunar de los autónomos, sin embargo, es algo que le va a costar algún disgusto, compartido con otros ministerios, porque si bien las ayudas entregadas han salvado la situación a muchas personas, no se han tomado las medidas de forma equitativa. Ni por el gobierno estatal, ni por los regionales, como ha sucedido con taxistas, peluquerías, pequeños comerciantes y pequeña industria, especialmente agropecuaria (aquí comparte las culpas) a los que las grandes distribuidoras han expoliado mientras subían los precios excesivamente. Siempre podrá tomar medidas en breve plazo y paliar las penas de esas gentes para las que la CEOE es un ente lejano. De momento queda ahí su error hasta el momento. Lo que no invalida que en el PSOE sea la “ministra del otro lado” más querida y apoyada. Tal vez porque no está a posmoestupideces o a hacerse la víctima, sino a trabajar de verdad. Sánchez, que tenía muchas dudas con los nombramientos, ha visto el cielo abierto con Díaz y gris con Garzón. Al menos el monaguillo les sirve los cafés en el Consejo y ya tiene una utilidad.

Las élites quieren acabar con el PSOE

“El PSOE ha dejado de ser un partido aceptable para los manejos de las élites españolas” es una frase que perfectamente se podría escuchar en los mentideros del poder. El PSOE, y no Podemos, es realmente el partido que molesta a la clase dominante y por ello quieren reducirlo a la mínima expresión a ser posible. Llevan desde antes de 2015, al menos, insistiendo en la necesidad de una gran coalición a la alemana entre conservadores y socialdemócratas. Al principio de forma sibilina, soterrada, para llegar a nuestros días vociferándolo en los medios de comunicación y reuniones varias. Quieren que gobierne España un tándem PP-PSOE o PSOE-PP durante una década como poco para reorganizar la estructura sistémica, terminar las peleas entre fracciones de clase y encauzar, tras la batalla, el camino hacia la presencia con fuerza dentro de la élite global. Para conseguir esto, que no lo han conseguido, han gastado mucho tiempo y dinero en estrategias fracasadas, como se verá, más un desgaste público que era lo que pretendían evitar. Realmente, no van por ahí los tiros, que España sea una monarquía o una república es algo que les da igual. No es esa parte del sistema la que les interesa, sino la misma estructura de poder sobre la que asientan su dominio y que se está viendo afectada, paradójicamente, por sus propios tejemanejes.

Para acabar con la izquierda clásica (socialdemocracia y comunismo) inventaron y potenciaron un partido a la izquierda del PSOE que reuniese todas las demandas postmodernas, sin importar que señalase a la casta como tal, al que dieron una amplia ventana televisiva y millones de frases en los distintos medios de comunicación. O ¿piensan que la aparición diaria de toda una retahíla de personas vinculadas a Podemos se produjo porque los medios de derechas (casi todos) creían que el programa morado era la salvación de la patria? Nunca lo llegaron a entender, de hecho siguen sin entenderlo, pero les servía perfectamente para enviar hacia la derecha a un PSOE bastante tocado y sin saber hacia dónde ir. Potenciaron a Podemos contra el PSOE con la intención de reducir el espacio socialdemócrata, tal y como había pasado en Grecia o Italia, y de esta forma conseguir la gran coalición. Redujeron su espacio sin duda, pero no consiguieron su propósito sino todo lo contrario.

Mientras tanto, con un PP corrompido hasta el tuétano, sacaron del baúl catalán a un grupo de supuestos liberales que hiciese de contrapeso del populismo de izquierdas. Un populismo de derechas, bajo paraguas liberal, tan adanista como la formación morada (llegando al cuñadismo inilustrado) y que debería ocupar la posición del PP si la corrupción terminaba con el partido de la clase dominante. No lograron hundir al PP, eso casi lo logra Pablo Casado él solo, ni que Albert Rivera hiciese lo que mandaban las élites españolas para dar estabilidad al sistema, pactar un gobierno de más de ciento ochenta curules que llevase a cabo el programa deseado por la clase dominante. Se rebeló el catalán y ahora está dando biberones en su casa y sin que nadie le haga caso. ¿Cuál pudo ser el error de la clase dominante en este lado del espectro? Que se les fue la mano, azuzaron al bicho populista asalvajado y parafascista de Vox, y eso provocó la reacción de las personas de izquierdas. Muchas personas moderadas podrían haber tragado con un gobierno PSOE-Cs o haberse ido a la abstención, pero al ver a las bestias pardas volvieron a votar a partidos que se sitúan a la izquierda. En España todo el mundo quiere a su país, pero si se saca el nacionalismo a pasear ocurre que esa serpiente venenosa acaba infectando la política. Pasó con Ciudadanos, pasa ahora con Casado y pasa con Vox. Son unas élites tan inteligentes que han conseguido el mismo tipo de sociedad que hay en Cataluña a nivel estatal.

Esto es cómo se han manejado en el pasado reciente. Han conseguido acabar con Izquierda Unida (también han puesto de lo suyo desde dentro), con Ciudadanos (poco les ha durado la criatura) y ahora tienen claro que hay que dejar en nada al PSOE. De hecho, si antes era más que probable la fusión entre PP y Cs, ahora lo que tienen en mente, por cómo hablan y cómo se mueven, sería una fusión PSOE-Cs…, más bien lo que quede de ellos si su estrategia funciona en esta ocasión. Que viendo cómo han resuelto sus otras estrategias no habría que apostar a que salga bien.

Habrán visto que no se ha citado en ningún momento a Pedro Sánchez como elemento a favor o en contra de los tejemanejes de la clase dominante. En realidad da igual que esté él o un señor que pasaba por allí. El ser individual no importa para esto ya que el propio Sánchez no ha dado tampoco muestras de estar contra los deseos económicos de la clase dominante en sí, ni provocar una revolución. Es la estructura política, con todos sus elementos simbólicos, lo que se quiere destruir. Personalmente Florentino Pérez detesta a Sánchez (sólo hay que ver lo que dicen los medios por él controlados); Ana Botín según el día; el sector energético comparte algunas de sus posiciones y hay una parte del sector financiero que, en su lucha dentro del sector, no le ve con malos ojos. No es un problema de persona sino lo que simboliza lo que quieren destruir. No les va mal la existencia de partidos populistas a izquierdas o derechas, pero siempre que el centro del tablero lo controlen. Y ahí necesitan sepultar al PSOE en cuanto se pueda. No les basta con domeñarle, lo quieren destruido a nivel estatal. Saben que la enorme implantación del PSOE dificulta la operación, pero lo mismo que está sufriendo el gobierno a nivel nacional, lo pasan a nivel regional. Además, aprovechando la pandemia, las élites locales tienen una campaña contra alcaldes y presidentes de comunidad donde no gobierna la derecha. Incluso a quien los medios califican del salvador del PSOE para la democracia, Emiliano García-Page, está sufriendo la campaña de desprestigio constante. Hay que jugar con dos barajas por si salen mal las cosas.

Sienten lástima de no tener un sistema político que les permita sacarse un Macron o un Renzi de la manga, o que fomente un bipartidismo completo para sólo tener que controlar a dos partidos (reducción de la complejidad se dice), pero eso no les detiene. Hoy, de forma directa, dicen apoyar al gobierno porque necesitan los millones que el Banco Central Europeo está imprimiendo en sus talleres, mañana la historia será liquidar al PSOE.

Y llegados a este punto se preguntarán ¿por qué liquidar al PSOE si no es un partido antisistema? Razón 1: Es el partido que sostiene la lucha feminista que de verdad daña al sistema. Las magufadas y las posmocuestiones de otras parte de la izquierda “del reconocimiento” son asimilables y utilizables incluso. Razón 2: No quieren una izquierda moderada, salvo para sostener a la derecha, a nivel europeo. Una izquierda que, mal que bien, pueda insistir en modificaciones mínimas del sistema o que pueda cobijar elementos racionales, materialistas y deliberativos en su seno (por eso destruyeron los partidos comunistas y siguen señalando como el mal absoluto los rescoldos que quedan en algunos países, hoy van a por los socialistas que quedan). Razón 3: En la política espectáculo, donde hay muchas voces, mucho griterío y poca decisión, en realidad, fuera de los cauces de la clase dominante, interesan partidos sin tradición detrás, sin interés histórico en ciertas materias sociales, sino que les gustan lo que pueda desviar la atención del mangoneo. Razón 4: En la batalla entre fracciones por el control de la clase dominante que se está llevando a cabo, no se quiere un partido que pueda tomar parte por un sector u otro. El PP no se moverá porque siempre ha estado al servicio del vencedor, pero del PSOE no se fían y podría declinar la balanza por una parte u otra. Razón 5: Quieren cambiar parte del sistema institucional para incrustar mecanismos autoritarios en favor de esa clase dominante y por ello no quieren un PSOE que defendería dejar las cosas como están. Cuando Felipe González sale a decir que el gobierno esto o aquello, lo hace con una intención clara, “salvar” al PSOE para que trague con lo que quieren sus amigos de las élites económicas. ¿El precio que tendría que pagar Sánchez para que esto no pasase? Gobierno de coalición PSOE-Cs y PP. Hoy lo que les interesaría sería una refundación por el centro entre socialdemócratas y liberales.

La alianza PP-ABC para manipular con los muertos

No es nada nuevo que un partido político y un medio de comunicación, o dos, tengan un fuerte vínculo informativo. Aquí se ha comentado en más de una ocasión que para el PP realmente “su” BOE es El Mundo, medio al que pasa la información más, por así decirlo, importante en su batalla política. ABC o La razón son medios suplementarios de aquel a los que entregan alguna migaja informativa, como es el caso que ocupa hoy estos párrafos. No sólo en la derecha hacen eso, también en la izquierda política ha habido y hay periodistas preferidos a los que se les filtra esto o aquello con la intención de ofrecer alguna información de batallas internas, de prospectiva agonista o para ir sondeando a las personas del común sobre un tema determinado. Eso ha existido y de ello viven casi todos los medios (también se produce en otros ámbitos que no son el político) pero, ya que el presidente del PP habla de ética y estética en sus discursos, es conveniente desmontar su última alianza con ABC por zafia, mezquina y tergiversadora. Una coalición para echarle los muertos en cara al gobierno “socialcomunista” como han dejado por escrito en su último argumentario y que ha desvelado El diario. Por cierto, han amenazado al periodista Íñigo Aduriz con denuncias en tribunales para intentar amedrentarle pero teniendo las pruebas el periodista lo único que harán es mentir y hacer como que nada ha pasado.

Antes de ayer en la apertura de la pre-campaña gallega, el sinsorgo por excelencia de la política española, Pablo Casado, se atrevió a decir lo siguiente: “Me causa vergüenza que el gobierno arroje las cifras de las residencias a las comunidades del PP. Me causa sonrojo porque las estadísticas dejan muy claro que donde más fallecidos hubo fue en comunidades donde el PP no gobernaba”. Curioso que no le cause sonrojo mentir de esa manera porque la frase es falsa como verán, más allá de que el gobierno en ningún momento ha arrojado cifras contra nadie (de verdad este señor debería hacerse ver el cerebro con un buen psicoanalista porque entre la mitomanía y la manía persecutoria tiene para unas cuantas sesiones). Ayer mismo el periódico ABC, con su director Bieito Rubido al frente, publicó un supuesto estudio con cifras manipuladas, con estadísticas fuera de contexto analítico o con carencia de cifras (esto es lo más curioso) que no deja de ser un cuadro creado en Génova y que llevan semanas moviendo los cuadros y robots en redes del PP. Según ese supuesto estudio, entre las personas mayores de 65 años que han fallecido “supuestamente por coronavirus”, en Aragón habría muerto el 90% en residencias. Se dice “supuestamente” porque la fuente de información primaria (a la que hay que acudir siempre) no dice que el aumento de fallecimientos sean todos por coronavirus directamente.

En primer lugar cabe decir desde ABC se saltan los datos oficiales del ministerio de Sanidad (muertos con PCR o síntomas evidentes registrados así en los registros civiles) para apuntar que en España por coronavirus han muerto 43.160 personas en estos meses. Estos datos los sacan del Sistema de monitorización de la mortalidad diaria (MoMo) del Instituto Carlos III. Estos datos los comparan con los datos, ahora sí, del ministerio de Sanidad sobre muertes en residencias de mayores provocando la primera mezcla de datos “seleccionados” para obtener los resultados queridos. Es decir, se cogen las muertes de mayores de 65 años de una métrica para comparar con otra métrica y así conseguir que se difuminen las “posibles” responsabilidades del PP. Tan sólo se utilizan porcentajes sin datos brutos con los que poder verificar que son ciertos esos porcentajes ofrecidos, sólo dicen que han muerto 40.739 mayores de 65 años y que en las residencias han sido 19.425. El resto ni un solo dato en bruto porque no les interesa realmente. Ese uso de los porcentajes acaba enmascarando una realidad distinta. Por ejemplo, si en Aragón han muerto 10 personas mayores de 65 años y 9 han sido en residencias, normal que el porcentaje haya sido del 90%. Mientras que en Madrid pueden haber muerto 10.000 personas en general y 4.500 en residencias y el porcentaje es menor y la magnitud aminora. Además, el redactor de la noticia advierte que la comparación entre una comunidad como Madrid con muchos más habitantes que Castilla-La Mancha va a provocar que haya más muertos en términos globales y por eso se recurre a los porcentajes. O ¿será porque no tienen los datos ya que el cuadro se lo ha pasado el PP? Se puede añadir algo que no han valorado, en busca de precios más acordes muchas personas mayores de Madrid habitaban en residencias de las provincias limítrofes y ¿cómo se cuentan, en Madrid global y en la otra comunidad como residencia?

El problema no sólo está en esa manipulación maliciosa sino que los datos del MoMo no dicen que el aumento de muertes sean por coronavirus, sino que hay un exceso de mortalidad respecto a lo esperado (“Los resultados obtenidos con MoMo estiman que se ha producido un exceso de mortalidad por todas las causas a nivel nacional del 13 de marzo al 22 de mayo de 2020 de un 56%. El exceso es similar en hombres (54%) y en mujeres (56%), y se concentra en los mayores de 74 años (64%), seguido del grupo de edad de 65 a 74 años (46%)”). Evidentemente el confinamiento y la pandemia han tenido que ver en ello, pero la prueba científica o judicial de la misma no se aporta. Así que utilizar un dato no verificado como mecanismo de comparación es ya un error bastante malintencionado. Por ejemplo, ese exceso en la Comunidad de Madrid es de 14.070 personas, la que más. Y son las comunidades las que cuentan y las que dan órdenes sobre cómo hacer los partes de defunción. ¿Piensan que han dejado de manipular? No. En el MoMo no se hacen conteos por edades por lo que es imposible hacer la comparación del exceso de mortalidad con los números de las residencias. No hay ninguna correlación entre unos datos y otros que pueda ser utilizada como elemento a comparar. Resumiendo esta parte, se miente con los muertos por coronavirus; se ocultan las cantidades en bruto de muertes certificadas por COVID-19; se juntan peras con manzanas para hacer creer que de ahí salen melones.

Todos esos datos, que lanzaba el político y el siervo del medio de comunicación (¿o es al revés?) intentaba justificar de forma supuesta empírica, no son más que una manipulación encaminada a una estrategia política de difamación del PSOE y de exculpación del PP. Una estrategia necrófila, como siempre le ha gustado a la derecha, y mentirosa. Si se recupera la parte en la que Casado dice “donde más fallecidos hubo fue en comunidades donde el PP no gobernaba” ahora se comprueba que ha mentido. En descargo del pepero se puede aducir que es un estólido y que realmente no estudió Economía en la Universidad, porque los datos son claros, donde más muertos ha habido en residencias es en Madrid. Como ser mononeuronal que es, ha equivocado la frase porque debería haber dicho “porcentualmente donde más han muerto…”, pero tampoco es claro ni obvio que eso sea cierto, pero sería más acorde a la pretensión de exculpación de una presidenta de la Comunidad de Madrid a la que cada día le crecen más enanos por su gestión. No sólo en las residencias sino con los costes del famoso hospital de IFEMA que clausuró en plena pandemia con “fiesta cuqui”. Rubido sale en defensa del presidente del partido de la clase dominante como buen siervo, pero pisoteando toda la ética periodística. Fíjense que con una simple búsqueda se ha demostrado que mienten y no han mirado ni los datos últimos para hacer el supuesto análisis, que no es más que manipulación.

Y es que la ideología dominante en la actualidad se nutre muchísimo de ese idealismo empirista que supone que los datos, por el hecho de ser datos, ya describen la realidad. Los datos como categoría suprema de la dominación de clase pues no se contextualizan, no se correlacionan con la materialidad, sino que se ofrecen como churros para justificar esto o aquello. Normalmente se utilizan para justificar medidas contrarias a la clase trabajadora, pero como están recubiertas de ese halo místico del dato nadie puede confrontarlo y así, ideológicamente determinado, hacen y deshacen. Como productos de esa ideología dominante, los partidos (especialmente de derechas) y los medios de comunicación (aparato ideológico principal) son las estructuras que más hacen uso del idealismo empirista y, por ello, son los que más manipulan los datos a su antojo. Más de una vez habrán visto que con los mismos datos se puede decir una cosa y la contraria sin, al parecer, caer en contradicción alguna. Lo que han hecho, sin embargo, ABC y PP no es ejercer la no-contradicción sino manipular y mezclar datos que no tienen correlación. Han mentido como vienen haciendo desde hace tiempo, incluso antes de la pandemia, como aquí se ha denunciado. Lo peor es que mienten a sabiendas, no por ignorancia sino por intereses particulares y monetarios (a Rubido le interesa que sus “negocios gallegos” vayan muy bien) o por estrategia partidista. Lo curioso es que luego habla Casado de ética cuando en algo tan sencillo como esto es el primero en manipular y mentir. Ni ética, ni estética han tenido, ni tienen en el PP. Casado al final no deja de ser un pobre hombre al que auparon por descarte y porque, pese a su soberbia, saben que es manipulable. Además como miente sin que se le ponga la cara colorada y mostrando dientes pues mejor que mejor para la política espectáculo. Muertos y datos falsos juntos es orgasmático para los medios y los partidos de derechas. Si es mentira jamás les ha preocupado, mañana dirán otra.

Casado: “La decadencia de España terminará si se bajan los impuestos”

No se asusten, la frase tal y como aparece en el titular no ha sido dicha por Pablo Casado. Igual la ha pensado en algún momento de trascendencia personal en el rincón preferido de su casa. De su casa no porque la visita poco, para dormir y poco más, incluyendo el tiempo de confinamiento. Dígase que en un rincón preferido la pudo haber pensado porque el tema está de forma inherente en todos sus discursos. Con el añadido, ayer, de citar a Benito Jerónimo Feijóo (el pre-ilustrado español) con la mala pata de citarle de mala forma y con un sentido completamente diferente al que quería el benedictino. Es lo que tiene ponerse a citar buscando el Google algún meme para hacer la gracia de comparar a aquel docto hombre de letras con su candidato a la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Una comparación odiosa, no sólo por las amistades peligrosas del segundo, sino porque intelectualmente tampoco hay elementos de comparación. Como verán más tarde el presidente del PP tiene la manía de comparar hechos y datos que difícilmente tienen comparación, eso cuando no tergiversa los términos para poder comparar. Todo muy lejos del racionalismo del autor citado.

A fin de no dejarles con la intriga de la cita malograda de Casado, el presidente pepero ha afirmado en un mitin de precampaña gallega: “Decía el Padre Feijoo hace casi 3 siglos: ‘el descuido de España me duele’”. Habiendo acertado el siglo, que ya es mérito en su caso, muestra el popular un dolor por el descuido de su patria, un dolor por la forma en que están descuidando España (se supone que el gobierno socialcomunista), un dolor por España porque él es más español que nadie. También le dolía a Feijóo, en parte por culpa de la borbonada (esa que Casado protege pese a que las lunas de miel son abonadas con dinero escondido y como “regalo” de un amigo), en parte por culpa de la existencia de personas como el propio Casado. Nada mejor que acudir a la cita completa de la obra Teatro crítico universal, o Discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes, en su tomo VIII: “El descuido de España lloro, porque el descuido de España me duele. ¡Cuán diferente es este siglo de los pasados! ¡Gotosa esta España! Los pobres pies de este reino padecen grandes dolores y de míseros, debilitados y afligidos ni pueden sustentarse a sí mismos ni sustentar el cuerpo”. La metáfora utilizada por el benedictino es clara y se refiere (sea principado o república) a la base misma del sistema, a los pies del sistema. De ahí que diga que no puede sustentarse el principado/república por ese mal que le afecta a la base misma. Feijóo se quejaba de la estructura del sistema no de un gobierno u otro. ¿El muy constitucionalista y capitalista Casado está quejándose de la estructura del sistema? ¡Ven como no sabe ni qué cita!

Siguiendo con el benedictino Feijóo, su queja realmente era mucho mayor que la que puede querer dar a entender Casado. Le parecía mal que una de las señas de identidad fuese “el amor como egoísmo de la propia conveniencia” que diría Luis Sánchez Agesta, buen conocedor de Feijóo, monárquico (fue miembro del Consejo privado de Juan de Borbón y senador por designación real) y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1988. Le interesaba a Feijóo que las gentes de las clases más bajas estuviesen formadas (al menos, sabiendo leer y escribir), o que hubiese respeto a la república (así se calificaba en muchas ocasiones al Estado) no por haber nacido en ella (aquí le estalla la cabeza a alguno) sino por ser parte de su sociedad (¿cómo era aquello de que la sociedad no existe del neoliberalismo?).  Y si Casado pretende utilizar la cita como un tema nacionalista, de haber leído al autor, habría comprendido que para Feijóo es falsa la pasión nacional al no haber diferencias en sí entre los distintos pueblos del mundo, ni existen razas superiores, “ni pueblos cuyas calidades de ánimo e ingenio sean superiores”. De hecho el problema de la decadencia de España (fíjense si se llevan siglos hablando de decadencia de España), con sus causas y remedios, había que plantearlo “sin pasión nacional”. Igual todo esto tiene poco que ver con lo que ha expuesto realmente Casado, quien ha pretendido alzarse como el más españolista, el que con más pasión siente España, eso sí, negando hablar de los problemas y los remedios ya que no quiere que se discuta lo estructural. No quiere que se toque la base del sistema que posibilita esa decadencia de España.

Una cita que nada tiene que ver con lo planteado con el presidente del PP y todo por evitar citar a Antonio Machado. Es tan estólido (o sus asesores que no se sabe quién lo es más) que sigue pensando que el escritor sevillano no es patrimonio común de España, sino de una parte. Se queja de que se hacen divisiones entre españoles y resulta que el primero que hace las distinciones es él. Una decadencia de España, por tanto, que le duele y quiere arreglar de la única forma que ha llegado a pergeñar su mente: bajada de impuestos. No le pidan otra cosa, Casado diga lo que diga acaba sacando el mantra de la bajada de impuestos. “Señor Casado ¿un café? Sí con bajada de impuestos”. Da igual el tema que trate siempre aduce la bajada de impuestos como mecanismo salvífico para la economía española. Le da igual que haya más inversión en I+D+i, que España sea puntera en nuevas energías, que haya una reindustrialización potente… Nada de eso le importa, sólo hay que bajar los impuestos. ¿A la clase trabajadora? “Mmmm, no” A los ricos de verdad. A los de la clase dominante. Porque, hay que hacer memoria, el PP subió el IVA y el IRPF a todos los autónomos (esos a los que dicen apoyar), subió el IVA a todas las personas, subió las tasas donde gobierna, dígase que subió todos los impuestos que pagan igual quienes tienen más y quienes tienen menos, y bajó los directos, especialmente a las clases pudientes. Décadas de engaño llevan con este tema y todavía le sacan rédito.

El engaño continuado es propio de la personalidad de Casado. Conocida es u mitomanía y en esta ocasión ha intentado que el gran desconocimiento de la obra de Benito Jerónimo Feijóo le ayudase para una de sus trapacerías. Un jeta en toda la palabra. ¿les parece duro el calificativo? Si les parece poco sólo hay que leer lo que ha dicho en ese mismo mitin tras mostrarse doliente: “Pedimos que las ayudas europeas, que han sido lideradas por el Partido Popular Europeo, se administren bien”. Tiene cara hasta para apuntarse unas ayudas trabajadas por la socialdemocracia y el liberalismo (que no está en el PPE) frente a las pegas que han puesto los conservadores y los fascistas europeos. Es más, desde el PP español, ese que siente tanto dolor, han intentado que las ayudas estuviesen vinculadas a numerosos recortes en servicios sociales. Tiene cara para esto y mucho más, pero como toda persona que intenta sorber y soplar a la vez acaba atragantándose. Y no sólo él mismo sino que ya tiene a casi toda España atragantada y a buena parte de la clase dirigente. Un vividor de la política en todo su esplendor intentando engañar nuevamente a las buenas gentes de España. Un soberbio que no soporta que los demás tengan razón. Pero lo más peligroso, un mentiroso compulsivo que es incapaz de afrontar la realidad y por ello sufre de mitomanía. Alguien que debería estar siendo tratado, o en psicoanálisis al menos, se presenta como preocupado por su país ofreciendo miseria para la mayoría. Ese es Casado, no se dejen engañar por los juntaletras.

Los medios apuntan y los idiotas disparan

Es cuando menos paradójico que aquellos que generan un estado de crispación; aquellos que, con motivo o sin él, abominan de cualquier política pública si la ejecuta la izquierda; aquellos que poseen la mayoría de los medios de comunicación (especialmente la televisión); aquellos que todo lo filtran mediante su posición ideológica (ideología dominante en sus diversas perspectivas) retorciendo los hechos o escondiéndolos; aquellos, en general, crean opinión día sí, día también, se quejen de que el gobierno controla los medios o que haya creado un modelo de censura que de aplicarse no les permitiría decir lo que dicen. Más allá de las palabras de Enric Juliana (La Vanguardia, la muy monárquica y liberal) esta semana sobre la acción de los medios para deslegitimar al gobierno y ponerle en la diana, la realidad es que el 90% de los medios de comunicación, si se toman las la audiencias, están contra el gobierno mucho antes de que se formase. Curioso que ahora los medios más liberales de la clase dominante se den cuenta de la actividad de sus colegas, aquí se ha denunciado desde el principio y se han señalado las intenciones que tienen con esa estrategia desde hace mucho (por eso verán hoy muchos enlaces, ya que de casi todo se advirtió aquí). De hecho pareciera que estos periodistas “más famosos” leen esta columna diaria y la adaptan para hacer sus artículos y discursos porque, siempre, días o semanas después de haber escrito algún análisis aparecen con el mismo argumento en radio o televisión como si hubiesen descubierto oro.

Las gentes del principal aparato ideológico en el Estado se quejan de que sube la temperatura cuando son ellas y ellos, da casi igual el medio porque todos tienen servidumbres, los que han jugado con el termostato social. Evidentemente, un cafre como Federico Jiménez Losantos, el somalí Carlos Herrera, la villareja Ana Rosa Quintana o Susanna Griso tienen más responsabilidad que un plumillas o un columnista que casi nadie lee. Tienen también responsabilidad todos los “capitanes a posteriori” del periodismo que ven lo que sucede dentro y callan hasta que sucede algo sorpresivo, espectacular, que provoca su análisis posterior. Ya que dicen ser analistas lo suyo es que intervengan a priori, como se intenta hacer en esta columna diaria, pero es más cómodo ser parte de la gauche caviar mediática y sorber y beber a la vez. Telebasura en favor de la crispación y la negación de cualquier legitimidad del gobierno, como se contó aquí, incluso negando la vida política. Dicen defender el sistema constitucional contra una fantasmagórica revolución que viene a cambiar el régimen y, paradójicamente, son quienes realmente quieren cambiarlo y destrozarlo hasta que se ajuste a su idealismo. Deslegitimar al gobierno por tener una ideología, si es que la tiene con suficiente fuerza, y no otra es afirmar que el sistema sólo puede tener un matiz ideológico. O varios, pero cada cual más a la derecha de lo que la clase dominante considera aceptable. Es escuchar a Jiménez Losantos (cualquier día se muerde la lengua y se envenena) y entender que es normal que algún idiota quiera realmente pegar dos tiros al gobierno. Se dicen liberales. Ni lo son, ni saben qué es ser liberal, pero basura dialéctica conocen hasta el infinito. Las personas que tienen una posición ideológica determinada quedan incapacitadas hasta para vivir. Con Herrera sucede tres cuartos de lo mismo. Eso sí, a la hora de cobrar de las administraciones y/o los poderosos se arrodillan.

Desde los medios de comunicación controlados por la facción derecha de la ideología dominante (casi todos) llevan meses intentando provocar un levantamiento social violento en estrecha colaboración con Pablo Casado o Santiago Abascal. La estrategia, no por conocida, deja de estar activa y funcionar a gran escala. En el Congreso las facciones políticas lanzan grandes retahílas de mentiras e insultos, convirtiendo aquel en una verdadera granja de animales. ¿Qué consiguen con esto? Generar la sensación de que el mundo político es infame y no representan los que allí asientan sus posaderas al “verdadero pueblo”. Esto es amplificado por la derecha mediática (y en parte por la bohemia burguesa que es muy digna para estas cosas aunque se ponga de perfil) pero señalando como culpables del problema al gobierno. ¿Ha hecho algo Pedro Sánchez para convertir aquello en un mar de insultos? No, pero es su culpa haga lo que haga. Una vez deslegitimada la sede de la soberanía nacional y señalar al gobierno, se comienza la campaña de destrucción de la legitimidad y legalidad de la posición PSOE (desde abril llevan queriendo meter en la cárcel al presidente) y Podemos. Todo eso con mucha más bronca e inventos variados (o como hace en 13TV Antonio Jiménez, que oculta toda la información o las palabras reales) para que, incluso a las personas más entrenadas mentalmente, el “pueblo” se oponga al gobierno y le haga caer, o si se es idiota se cometa un magnicidio. Ese calificativo de socialcomunista continuado, como elemento deslegitimador, que ofrecen desde todos los medios de comunicación es parte del estercolero estratégico que vienen manejando todos los medios de comunicación. Aunque parezcan muy moderados o muy liberales, la realidad es que tanto Francisco Rosell como Bieito Rubido (por citar a los medios con más audiencia El Mundo y ABC) no dejan de ser dos autoritarios incapaces de respetar los mínimos principios democráticos. Se dan golpes de pecho liberales sobre camisa azul bordada en rojo ayer. Porque se puede servir a la clase dominante, como ellos hacen, de muchas formas y de muchas maneras (es obvio que desde hace tiempo quieren una Gran Coalición), pero mentir, deslegitimar y llegar a negar la vida política a todas esas personas que sean socialdemócratas, socialistas o comunistas (en algunos que al menos se sientan así aunque en la práctica sean otra cosa) es algo utilizado por todos los “populismos” a lo largo de la historia para acabar con el contrario. También es cierto que el nacionalismo que todas estas gentes mediáticas profesan lleva implícito ese odio agonal.

Como se contó esta semana, ¡cómo han debido ver la situación en la clase dominante (porque no han fallado ninguna de sus fracciones en esa crítica) para que hayan tenido que salir a la palestra a pedir calma y cordura a todo el mundo! Con los medios de comunicación, especialmente con ABC (por dar ideas pues lleva unas portadas muy mezquinas) con apretar las tuercas publicitarias y de préstamos lo tienen fácil para convenir al director y demás todólogos. No lo hacen porque con la boca grande dicen una cosa pero con la boca chica dicen lo que acaban esputando los medios que controlan. Hasta que realmente las cuentas de resultados se vean perjudicadas por la bronca, les importa poco que Francisco Marhuenda salga en televisión pidiendo un golpe de Estado blando. De hecho, como es conocido, el capitalismo es un sistema que funciona perfectamente bajo una democracia o una dictadura (como le gustaba al padre del neoliberalismo Friedrich Hayek), pues, al final, no deja de ser una dictadura de clase con diversas formas y una sola estructura. En el tiempo de la política espectáculo la clase dominante ha aparecido para blanquear su imagen (también ha servido para dar algún toque a Casado desde esta columna) porque, a corto o medio plazo, van a sacar hasta el alma a los españoles y españolas. Hoy aparecen como preocupados y mañana… mejor no pensar en ello. Al final la estructura básica de la ideología dominante sigue intacta (salvar al capitalismo siempre y hacer lo que quiere la clase dominante) y oculta por el espectáculo.

La iglesia se apunta a las nuevas tecnologías para acabar con el COVID-19

Como pueden ver en el vídeo que acompaña esta información, la iglesia católica española ha decidido subirse al carro de las nuevas tecnologías para acabar con la pandemia del COVID-19. La hostia láser es el arma elegida para disparar a esos bichos que pululan por el aire y que están infectando a todo el orbe, católico o no. La lucha contra el diablo no se puede ganar con avemarías o padresnuestros solamente sino que hay que dar un paso más. Y nada mejor que el corpus christi, un helicóptero, tres plegarias y un sacerdote avezado en el uso de armas láser. ¿Se pensaba Belcebú que la Conferencia Episcopal iba a seguir con una mentalidad más antigua que el nuevo testamento? En realidad la mentalidad sí, pero las armas parece ser que no. En breve el presidente Juan José Omella hará la presentación con todo el boato que es capaz una institución que lleva viviendo de eso precisamente toda la vida. Cuenta con el respaldo de la mayoría de primados, aunque Antonio Rouco Varela, desde su lujoso dúplex, ha puesto la voz discordante por querer utilizar la nueva arma para acabar con “todos los rojos de mierda”. Carlos Osoro, vicepresidente, le ha pedido contención y aceptar que su labor es apostólica y que, en principio, hay que convencer a las personas… si no una buena hoguera nunca es mal recibida.

Más allá de lo gracioso que pueda ser el vídeo, que lo es, la realidad es que no, la iglesia católica española no tiene una hostia láser ni nada por el estilo. Por no tener no tienen ni rezos que ofrecer (¿les ha escuchado alguien durante el período de confinamiento?, ¿qué responsabilidad tienen con numerosas residencias donde no han querido volver a internar a personas que habían superado el coronavirus en su fase grave?) y si mucha tontería que decir y muchas ganas de derrocar al gobierno, como muestran sus medios de comunicación todos los días. Que Antonio Cañizares diga que la vacuna para el coronavirus está hecha con restos de fetos abortados, más allá de que esté gaga el arzobispo valenciano, muestra bien a la claras lo retrógrado del pensamiento que tienen los presbíteros españoles. Es comprensible que se posicionen contra el aborto, dada su ideología (recuerden que la religión es ideología y la iglesia un aparato ideológico en el Estado), incluso contra “las cosas que proponen los rojos mediante la biopolítica”. Todo eso es comprensible en el debate de las diferentes doctrinas, ideologías o creencias en dioses, lo que no es ni medio normal es acabar mezclando las cosas cuando ni tienen base y la iglesias un aparatocientífica (pecatum meum pedir a una iglesia que tenga base científica), ni información al respecto. La estupidez del primado valenciano no sólo es acientífica y una mentira sino que además es un atentado contra la salud de la comunidad. Diciendo que se usan restos de fetos en la vacuna está advirtiendo del no uso de la misma y, de esa forma, condena a la muerte a millones de católicos, que por el hecho de serlo, creen a pies juntillas a uno de los jefes de Pedro en la tierra.

Realmente lo que hay detrás de todas estas afirmaciones respecto al diablo, a los fetos abortados y los ataques al gobierno de España (la Ciudad de los hombres –perdón por el uso clásico- que diría Agustín de Hipona) es algo mucho más material, algo más a ras de suelo, algo que preocupa más a los prelados: el dinero. No hay cosa que les guste más a los sacerdotes españoles que el dinero y a sus jefes mucho más. Con esto del coronavirus han visto que los 11.000 millones directos (luego hay que contar las derramas que meten en las cuentas del 0,7% o lo que rascan en Comunidades Autónomas)  que reciben del Estado igual bajan un poco, por eso la campaña enorme (que barata no es) para que los “buenos españoles” pongan la X en la casilla de la iglesia católica. “¡Que hay que pagar el sueldo al cura!” exclaman escondiendo que ya se lo paga el Estado. Realmente sienten, no se sabe por qué, que el actual gobierno pretende acabar con sus privilegios y revisar el Concordato, además de quitarles muchos conciertos educativos o sociales. No es extraño, entonces, que animen en la COPE o en el canal 13TV a que se inventen noticias, se difame o se catalogue al gobierno legítimo de España como dictadura, régimen dictatorial o el mismísimo demonio que decía el presidente de la muy religiosa UCAM (que anda mendigando en Andalucía terrenos para ampliar su negocio educativo privado).

No sería extraño que cualquier día de estos lancen un comunicado desde la Conferencia diciendo que el coronavirus es una plaga de dios, como las que mandó Moisés en Egipto, por pecadores todos y haber cancelado la semana santa. Que con tanto confinamiento y remilgos les han dejado sin sus meses buenos en lo que se refiere a sacar dinero de los bolsillos de los fieles. Comuniones, bodas, cofradías y demás zarandajas religiosas en las que llenan los cofres que no cuentan en las contabilidades oficiales. Mucho dinero en B para sus cosas: sus cálices repujados, sus vestiduras talares las delicias de obispos y cardenales y la hostia láser. Al ser un negocio, por mucho que lo escondan con una ideología, hacen lo mismo que los mandamases de la clase dominante, hacer el egipcio para ver si cae algo, mientras presionan desde sus medios de comunicación. Si el gobierno mañana dijese que darán 30.000 millones a la iglesia católica verían como cesaban muchísimos editoriales. Ya no son parte de la clase dominante como en tiempos, pero sí son un lobby ideológico muy potente y ejerce como tal.

Post Scriptum. Sí que han salido presbíteros en aviones y helicópteros para hacer plegarias que acaben con el coronavirus, como este señor de New Jersey.

Al final va a suceder una tragedia

La política espectáculo ha ido demasiado lejos. Llevada al extremo, justo hasta ese momento en que comenzaría a negarse, provoca la exasperación de los ánimos, los cuales son el paso previo a la violencia y las desgracias humanas. Las actuales democracias espectaculares han ido minando los fundamentos de la democracia liberal que tan buenos resultados, en términos sociales y políticos, dio desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Se ha pasado del debate al esperpento; de lo racional a lo espectacular-irracional; del materialismo de las propuestas al idealismo de la estupidez; de la imbricación de teoría y práctica al discurso hueco y banal que hoy dice A y mañana B sin inmutarse por la contradicción, careciendo de análisis del cambio como pueden sospechar; en resumidas cuentas se ha pasado de la importancia del hacer, empujado por teoría o ideología propia, a un lenguaje que se piensa performativo sin importar que tenga conexión alguna con lo que se hace al final. De esta forma se puede decir que se es liberal y a la vez apoyar golpes de Estado blandos para hacer caer al gobierno; o decir que se es de izquierdas y hacer lo que la CEOE exige sin inmutarse ni dimitir. Todo esto, como se ha dicho, llevado al extremo provoca algo mucho peor, pasar de la dinámica del adversario con el que se puede debatir, aunque exista antagonismo de clase, por ejemplo, a la del enemigo que hay que eliminar como sea.

La irrupción de los populismos, de izquierdas y derechas, más el añadido de la digitalización como realidad paralela que los medios de comunicación difunden como verdaderamente real, han provocado la exacerbación de los ánimos. A esta dinámica espectacular y agonística se han sumado, con más o menos reparos, los partidos más antiguos y los independentistas (¿no dejan de ser populistas también?) por lo que la situación ha llegado a tal punto que hasta la clase dominante ha mandado parar y templar los ánimos asustados por el nivel ínfimo de la clase política. Esa búsqueda constante de la bronca y la gresca, que tanto viene difundiendo el PP en los últimos tiempos pero que ha sido santo y seña de Podemos o Ciudadanos no hace tanto, no ha sido más que el preludio de los insultos, amenazas y pruebas de tiro (magnicidio simbólico) que se están viendo en redes sociales. El PP ha pasado de quejarse del acoso a sus dirigentes (eso que se cataloga de escrache) a justificar, alentar y defender que un grupo de asalvajados acudan todos los días a la casa del vicepresidente segundo a dar la turra (¿qué culpa tienen los vecinos a los que también se molesta?). No es lo mismo un día de acoso, que un mes (por si no saben sumar, que parece que no). El discurso del PP es “Como a mí me acosaron, que se jodan y aguanten ellos ahora”. También es cierto que tampoco se puede pedir más a Pablo Casado y compañía.

Hace unos días ya se advertía en estas mismas páginas del peligro del discurso que venía manteniendo el PP en su conexión con la extrema derecha parafascista de Vox. Jugar a la dinámica del amigo (Vox) – enemigo (izquierda) tiene una consecuencia que supone acabar negando la propia vida del contrario. Como explicó perfectamente Giorgio Agamben en Homo Sacer, esa nuda vida es sagrada a la vez que eliminable. Sagrada, en el caso que se está tratando, porque cualquier vida se simboliza como tal, aunque como sucede con el homo sacer esa sacralidad no es impedimento para quitarla. Al homo sacer, institución romana, se le sacraliza pero quitarle la vida no es penalmente perseguible. Toda la derecha, especialmente la derecha mediática (ayer el no-ser Miguel Ángel Belloso, en VozPopuli, decía lo siguiente: “La gente convencional, y quizá también estúpida que nos rodea, dice que la reacción del pueblo español ante la pandemia ha sido ejemplar, como así revela la aceptación resignada y mansa del confinamiento”), viene alentando esa nuda vida para la izquierda. Se la puede difamar, insultar, mentir contra ella, inventar noticias, acusarla de las más altas traiciones y todo con la única finalidad de acabar con su vida. En este caso política (¿o no señores Rubido y Rosell?), pero eso no empece para que seres que tienen suerte con poder vestirse por las mañanas acaben confundiéndose y peguen un tiro no a una imagen (asesinato simbólico) sino a la propia persona. De lo simbólico a lo real hay un paso como bien demostraron Emile Durkheim y Sigmund Freud hace más de un siglo.

Un concejal del PP dice que es mejor dar una paliza a Pablo Iglesias que pegarle dos tiros para que así se quede postrado en una silla de ruedas y ¿qué hace el PP? Alabar al concejal. Nada de pensar en cesarle y mandarle a su casa, sino que lo defiende por lo que acaba asumiendo su discurso violento. Realmente ese discurso violento ya está en la cúpula del PP casadiano y se ha visto en los sospechosos habituales como Hernando, Álvarez de Toledo o algunos cargos regionales. Están en la dinámica de la nuda vida y la crispación que tanto han utilizado. En la extrema derecha no hay mucho más que añadir porque la violencia en inmanente a su ser e ideología, sólo entienden la vida en esa dialéctica amigo-enemigo, más acuciante por el populismo que utilizan como estrategia. Un concejal andaluz dice barbaridades contra el gobierno, además harto de bebidas espirituosas, y el PP le defiende. Aparecen unos tipejos haciendo un asesinato simbólico y desde la derecha no se ha escuchado ni una ventosidad. Les da igual la violencia contra el enemigo porque lo querrían ver muerto políticamente y de ahí su discurso. El problema, como se ha dicho, es que hay demasiados estúpidos que igual pasan de lo simbólico a matar de verdad a Pedro Sánchez.

Prensa y clase política de derechas encendiendo hogueras y alentando la violencia para acabar con un gobierno que no les gusta y que dicen es dictatorial (si fuese dictatorial no podrían hablar o habrían clausurado los cientos de medios de derechas), sin importarles las consecuencias que pueda traer. Deberían ser conscientes de lo que están haciendo pero no, están cegados por el odio a todo lo que suponga que la izquierda disfrute del poder. Todo amplificado por el griterío en las redes sociales a las que dan más importancia que a la propia realidad. De hecho habría que ir pensando, como le pasa a Casado y sus viajes a Santiago de Compostela-Harvard, que los directores de periódicos piensan que la vida es lo que pasa en twitter. Porque gentes que se dicen cultas, de eso al menos se jacta Bieito Rubido de ABC, están tan en la política espectáculo, abandonando la liberal (esa que dicen defender y que es para temerse que jamás han comprendido y/o conocido), que no son más que los catalizadores necesarios de la violencia. Han perdido cualquier ética de la que dicen es su profesión, contar la verdad y no efluvios de lo que se piensa que es verdad (idealismo), y son partícipes necesarios de esa espectralización de la vida. Como pasa en los programas del colorín se cuenta una vida política que no existe, que no deja de ser más que un espectro de vida, y se jalea el insulto, la gracieta y se eleva a los altares a personas que en condiciones normales engrosarían las colas de alimentos.

También hay que decir que buena parte de la izquierda se ha impregnado ese odio y violencia que propone el sistema empujada por lo mediático y la derecha. No es inhabitual ver en redes sociales, en foros o en comentarios de artículos insultos, amenazas y peticiones de muerte política (a veces física también) del contrario. Desde la tribuna del Congreso, incluso se jalean intervenciones como las que suelen hacer Adriana Lastra o Pablo Echenique, las cuales no hacen sino incrementar esa violencia sistémica y espectacular. Lo que antes era extraordinario (las barrabasadas de Alfonso Guerra, por ejemplo), ahora se ha convertido en lo común, en lo político, en el discurso válido. Si la derecha es violenta, en algunos casos la izquierda no se queda atrás. Pero hay una diferencia obvia y evidente: la derecha política tiene todo el arsenal mediático de la clase dominante para normalizar la violencia y el señalamiento  y la izquierda no. De hecho la creación del panfleto amarillista del mundo podemita es el paradigma de la política espectáculo y del mismo tipo de estrategia de negación del otro que practica la derecha. Se cae en la trampa sin duda, pero también es cierto que llega un momento en que un “vete a tomar por culo” acaba saliendo de lo más interior de cada cual. El problema máximo es que al final acabe sucediendo una tragedia de verdad, la cual será televisada, escrutada y vomitada por las casquerías televisivas de las mañanas mientras que la clase política escurrirá el bulto o insistirán en el empeño de la criminalización del otro.

¿Buscan patriotas? En el PP no los encontrarán

Circula por las redes sociales un video de la réplica del vicepresidente segundo (qué manía en la derecha mediática de no recalcar que es segundo y que hay una primera que es mujer) Pablo Iglesias a Teodoro García Egea, segundo del PP (cuya sede en la calle Génova se pagó con dinero negro), en el que les acusa de falta de patriotismo por moverse en la Unión Europea con aquellos que quieren imponer recortes a España. La realidad es que la tunda de realidad fue espectacular, dejando bien a las claras de qué forma entienden la patria en el PP. Todo lo que puedan hacer mal contra el gobierno legal y legítimo de España lo harán para ponerle palos en las ruedas. Les importa poco el beneficio que con las actuaciones gubernamentales pudiesen obtener las españolas y los españoles. En el debate se ha podido observar cómo el pepero se ha tragado uno o dos huesos de aceituna y toda la bilis que contenía en ese momento (no hay que olvidar que son seres capaces de generar bilis constantemente). El vicepresidente segundo tenía razón en la réplica y la coletilla, que pareciera la ha leído en esta columna diaria, cuando les ha demostrado que sólo son patriotas cuando gobiernan ellas y ellos porque entienden el poder político como propio y de origen divino.

La apreciación de Iglesias no es del todo correcta, hay que matizarla porque tal y como la ha expresado es simplista. En el PP no son patriotas ni cuando gobiernan y no es que piensen que deben gobernar por mandato divino sino por mandato teleológico, es decir, porque sólo el PP tiene derecho a mandar al estar en comunión con la gran corriente de la Historia y ser los esbirros de la clase dominante. Lo de divinidad es más cuestión de orgullo o de fantasía húmeda de algún mediocre lame-sotanas. A derechas e izquierdas no hay duda de que la gran mayoría de las personas que moran por la mayor parte de la península ibérica quieren a España como patria. Hay personas que tienen un fervor nacionalista más profundo o contrario al patriotismo español, pero el resto se siente patriota más allá de las victorias de equipos deportivos. La diferencia estriba en si ese patriotismo se demuestra siempre y cómo se demuestra; si es patriotismo o mero nacionalismo, con todos los peligros que conlleva ser nacionalista. La primera forma en que las gentes del PP muestran ser patriotas es agitando mucho, muchas veces, banderas de España. Todo deben ser banderas de España por todas partes y en los lugares más insospechados.  Bandera en el reloj, en el móvil, en los calzoncillos, en las bragas, en tirantes, en el cuello del polo, en el coche, en la cocina, en la terraza o en los condones. Mucha bandera para que sea vea que son más patriotas que nadie. Ese que nadie indica ya algo que no encaja como se verá en breve. Es más si usted tiene dudas de quién puede gobernar un pueblo o ciudad tiene un mecanismo sencillo para saberlo, si está lleno de banderas de España, cuanto más grandes mejor, es que gobierna el PP, o lo ha hecho hasta hace poco. Tienen una paranoia extraña, casi una parafilia, con poner banderas por todos lados y cuanto más grandes mejor (esto del tamaño igual es algo represivo sexual). Eso y vírgenes y cristos les encanta para decorar.

Por mucha bandera que se maneje no se es más patriota, ni el sentimiento de “españolidad” es más profundo y mejor, pero así lo entienden en el PP. Mucha bandera que cuanta más bandera haya se taparán los casos de corrupción (con tanta bandera no es extraño que alguien esté sacando tajada) y se podrán pagar “volquetes de putas” que es algo también muy ligado a la españolidad tal y como la entienden en el PP. El problema es que sólo son españoles contra alguien. Contra la izquierda porque es internacionalista y no puede sentir amor por el terruño. Esto lo dicen aquellos que venden lo público a fondos buitre estadounidenses, por ejemplo. El internacionalismo del dinero no es malo para la patria, el de los derechos sí. También son patriotas contra otros nacionalistas, salvo que necesiten sus votos para gobernar y se lanzan a hablar catalán en la intimidad o a prestar tractores. Ahí se les acaba la patria rápidamente. No son patriotas en sí porque amen su país sino contra los que supuestamente no lo aman. De ahí que hagan distingos entre buen y mal español. Lo que lleva a demostrar que realmente no son patriotas sino nacionalistas españoles y por ende llevan en su ideología todo lo malo que trae ser nacionalista (antagonismo mortal amigo-enemigo; xenofobia; racismo institucional; etcétera). Pero siendo nacionalistas lo son de pastel, de pega, de mentira.

No sólo es el caso de los tejemanejes para que el dinero de la Unión Europea se entregue a España con la obligación de recortar los servicios públicos (¿se imaginan una pandemia con menos recursos sanitarios?), es que no han parado de perjudicar a los españoles y españolas. Ahí van unos casos. La aceituna negra y la de mesa fueron sobrecargadas de impuestos por Donald Trump y nada dijeron, callaron y tragaron con las políticas imperiales. Cuando EEUU impuso que se vetase a Rusia comercialmente, el PP se calló y no dijo nada a pesar de que a la industria agrícola les dejaba sin una vía de exportación de un 30% de sus productos (los cuales no ha habido forma de colocar en otros mercados). ¿Saben por qué Francia y Alemania tienen ojeriza por España? Porque el señor José María Aznar, en el tema de la guerra de Iraq II, se desligó de la acción europea para entregarse a los deseos de George W. Bush. Como han hecho en otras tantas cuestiones en política internacional. Primero los intereses de otros o los propios personales (el señor Aznar ha salido muy bien librado y untado por los lobbies estadounidenses). ¿Qué ha pasado con todos los casos de corrupción de cargos del PP? Extrañamente todos y cada uno de los que han metido la mano en la caja pública se han llevado el dinero fuera de España, como se han estado llevando el dinero a Luxemburgo con la pandemia del COVID-19 todo esos que llevan banderita hasta en el sobaco. Sólo saltan cuando pasa algo con Gibraltar. Ahí aparecen todos gritando “¡Gibraltar español!” olvidando que “por culpa de un Borbón se perdió el peñón”. Siempre que hay casos en los que se demuestra que patriotismo sólo contra los demás porque tragan con lo que haga falta, aparece el comodín de Gibraltar. Ahora alternado con Venezuela (como si al 99% de los españoles y españolas les importase algo lo que allí sucede) como cortinas de humo.

Son nacionalistas de ideología pero esbirros de las potencias regionales, salvo que se enfrenten al gran Imperio de EEUU que ahí se bajan los pantalones. De hecho gran parte de la deuda española fue comprada en su momento por China para aliviar las arcas durante la crisis financiera y por ello los comerciantes han tenido preferencia y pocos impuestos todos estos años. Ahora los chinos son los malos. Ahora que no gobiernan claro. España les importa poco o nada en sí siempre y cuando haya negocio por medio. Negocio de un país extranjero o los sospechosos habituales de la clase dominante española, que para algo pagan medios de comunicación entregados a la causa pepera. A este respecto es curioso que tienen la cara de decir que los poderosos medios de gobierno socialcomunista difunden mentiras. ¿Poderosos? En la mayoría de los casos medios de comunicación profesionales y con ética pero ni mucho menos poderosos. Y claro esos medios no son patriotas sino cuevas de independentistas, marxistas y el diablo. Y detrás de todo George Soros que es quien quiere acabar con España, hasta que se descubre que hace negocios con Aznar (esto lo ocultan).

Realmente su defensa de la patria, salvo en contadas ocasiones, es todo un artificio a utilizar en la política espectáculo. No es que no haya cuadros y dirigentes que no amen España, seguro que sí, sino que el mantra de España sólo aparece contra alguien o para tapar alguna trapacería que estén haciendo. Si no sacan provecho propio o lo saca algún jefazo de la clase dominante que les protege, ni patriotismo, ni leches, a desvalijar España, a perjudicar al mundo agropecuario y a quien haga falta. Lo importante antes que la bandera es la pasta para unos pocos (en ocasiones hacen el egipcio para ver si les cae algo o les sitúan en alguna empresa) y al resto de los españoles fútbol, toros y ferias con José Manuel Soto cantando, que eso sí que es españolidad. Ideología nacionalista contra los demás (¿recuerdan las peleas entre Rivera, Casado y Abascal por llevar más banderas de España y aparentar ser más español que nadie?) y negocio privado e internacional para todo lo demás. Que les molesta no gobernar, sin duda, pero da igual que lo hagan porque España, como patria común, les importa bien poco. Eso sí, mucha bandera china por todos lados.