miércoles, 31 diciembre, 2025

Separan a matrimonio en hospital por no aguantarse ni con coronavirus

Dicen las estadísticas que en China han aumentado los divorcios por culpa del confinamiento que han sufrido a causa de la pandemia del COVID-19. En cuanto ha llegado a España las reacciones han sido igualmente fulminantes, con alguna situación que permite sacar una sonrisa. Que los maltratadores estén permanentemente con sus víctimas es terrible y por ello ha aumentado el número de llamadas para realizar consultas sobre malos tratos. Un hecho sumamente grave que no se ha tenido en cuenta en el Gobierno, en buena medida por la improvisación y la rapidez de instaurar el estado de alarma. Pero más allá de algo tan grave y que hay que señalar se producen situaciones que parecen sacadas de un meme o un chiste de los miles que hoy pasan de teléfono en teléfono sobre la insoportable convivencia en matrimonios al verse constantemente.

Los hechos que van a ser narrados a continuación han sucedido estos días atrás en un hospital de la provincia de Ciudad Real (no se nombra por cuestiones de privacidad y la imagen del artículo no es indicativa). Una pareja de personas mayores se encontraba con los síntomas propios del coronavirus. Tras verificar que ambos daban positivo en los test (esos que sí llegan a algunos sitios y otros no) el equipo médico decidió que lo mejor era que compartiesen habitación. Entendían los médicos que lo mejor para pasar este trance tan molesto era compartir habitación y que así tuviesen con quien hablar e, incluso, se pudiesen ayudar para ir al baño u otras situaciones de la vida en un hospital. Mucho mejor estar con tu marido o tu esposa que con un extraño que igual está peor. Viéndolo desde el lado más humano, ahora que muchas personas no pueden despedirse con una simple caricia de las personas más queridas que fallecen, la posibilidad de estar los dos juntos permitiría hacerse compañía antes de tomar la barca de Caronte.

Ni un día aguantaron juntos. Han sido las broncas tan enormes y los reproches tan agudos que al final el personal sanitario decidió separarlos y mandarles a habitaciones distintas. Reproches sobre quién contagió a quien y los típicos de personas que llevan muchos años casados y que al verse más se acentúan provocaron que les tuviese que separar para que el propio personal sanitario no tuviese que aguantar voces y peleas constantes. Ni con coronavirus se soportaron estar en un hospital ingresados.

No es broma y puede resultar hasta chusco y gracioso pero la realidad, como siempre, supera a la ficción. Lo que dejará detrás esta pandemia se verá en meses de divorcios o de recién nacidos, pero está claro que cuando no se llevan bien no se aguantan ni en un hospital con un virus que podría llegar a quitarles la vida. Una anécdota curiosa que seguro será similar a lo que pasa en cientos de casas. En algunas con terribles malos tratos, en otras con separaciones. En estos tiempos de preocupación, impotencia y confinamiento también hay cabida para las anécdotas graciosas o curiosas. Igual con este artículo han sacado una sonrisa y con eso ya se ha conseguido algo.

Ayuso quiere pasarle gasto sanitario a Page

¿Por qué tanta insistencia de los cargos del PP para que Emiliano García-Page abra el nuevo Hospital de Toledo en modo campaña? Para pasarle los gastos sanitarios propios a Castilla-La Mancha. No busquen más. Sería cruel pensar que quieren mandar a las personas que peor están y aumentar el número de fallecidos con coronavirus en una comunidad gobernada por el PSOE. Y como sería cruel, aunque caben dudas de si lo pensarían, sólo cabe pensar en los gastos sanitarios y así generar más deuda a la región manchega y que Madrid se vaya de rositas. Porque no hay otra explicación al no estar terminado, en términos operativos, el Hospital toledano y por tanto ser utilizable como UCIs. Isabel Díaz Ayuso puede tener una mente dispersa pero alrededor tiene personas que sí piensan y saben lo que se hacen y en esto hay una doble estrategia.

La primera parte de la estrategia es señalar a un destacado dirigente del PSOE como un insolidario que no pone todos sus recursos a disposición de la población. El problema es que esto se desmonta al ver que la Comunidad de Madrid tiene varias alas de hospitales sin utilizar. “Es porque están sin terminar” dicen los voceros del PP madrileño. Claro y el hospital de Toledo ¿no lo está también? Que la realidad no empañe la estrategia, por ello se difunden mensajes de voz vía whatsapp de personas que claman contra el presidente manchego por mandar a gente a sus casas aun estando infectados de coronavirus porque ya no corren peligro. Por eso los mensajes acaban diciendo que hay que abrir el hospital toledano para que haya más camas. El problema es que no hay camas, ni personal adscrito. Un bulo del PP más para, de forma canalla, arremeter contra un gobernante que les está dando sopas con honda en lo referente a gestión. Porque, con errores y carencias que no esconden en el palacio de Fuensalida, García-Page está consiguiendo material para los sanitarios y ha contratado nuevo personal de apoyo. No dice en televisión que va a traer 23 millones de euros en material y luego a verlas venir esperando que lleguen los dos aviones. El presidente de Castilla-La Mancha compra test rápidos testados y los distribuye en cuanto puede. Así como hace con EPIs, mascarillas y demás material. Lo único que se ha permitido decir son 150 respiradores que sólo están a la espera del trabajo de la embajada de España en Turquía.

La segunda parte de la estrategia es llenar de deuda a la región manchega. Cierto es que esta deuda no contabilizará para los niveles de deuda permitida, pero es una fórmula de encasquetar a otros los gastos propios producto de la mala gestión. García-Page ya dijo que si la población manchega necesitaba de un hospital tipo campaña abriría el hospital de Toledo. Incluso no se negaría a tener los pacientes de otra comunidad autónoma (de hecho se está haciendo cargo de cadáveres madrileños). El problema estriba en que el personal sanitario ya está entregado a la lucha contra el coronavirus al ciento por ciento. ¿Quién atendería a esos pacientes? El ejecutivo manchego dirán desde Madrid. Claro pero para cubrir unas hipotéticas 800 camas (hay días que en el PP dicen que hay 1000 camas), sin poder trasladar todo tipo de personal (desde auxiliares a celadores, vigilantes, médicos, enfermeras y demás personal necesario en un hospital de verdad, no el invento de IFEMA) debería contratar al menos a unas dos mil personas para hacer el trabajo. Algo que podría suponer a las arcas manchegas casi cinco millones de euros al mes. Si Díaz Ayuso se puede permitir perder 47 millones de euros en estafas, García-Page mira el céntimo después de haber estado vigilado e intervenido por Montoro y Montero. Eso sin contar que lo que hay son huecos de cama.

García-Page con cara de circunstancias por las cosas de IDA

 

No sólo la presidenta de la Comunidad de Madrid ayudó a extender el coronavirus por Castilla-La Mancha, como ha publicado El Mundo que no es sospechoso de amistad socialista, sino que ahora quiere endosarle los enfermos y el gasto. Unos enfermos que podrían estar perfectamente en los hospitales privados que aún están con camas libres y haciendo ERTEs por bajar el trabajo en la comunidad madrileña. El caso es que desde el PP, da igual en qué parte de España, se lanzan campañas contra los gobernantes socialistas. En este caso le ha tocado a García-Page y el hospital inconcluso de Toledo (sin contar que tiene que aguantar al imitador malo de Casado). Le quieren endosar el muerto para aliviar las estadísticas propias, las cuentas de gasto (piensen que la Comunidad de Madrid tiene una deuda igual a su presupuesto y con bancos privados) y así dañar la imagen de alguien que lo está haciendo mejor y sin aspavientos. Una nueva treta de Díaz Ayuso que ha quedado desmontada y que se suma a los cientos de mentiras diarios que lanzan en las redes sociales. Bulos y mentiras contra los demás pero a la espera de los dos aviones que deben llevar ya tres vueltas al mundo antes de aterrizar.

La portada más mezquina e ideológica de la Historia

La verdad es que lo tenían complicado en ABC para hacer la portada más mezquina y miserable de su larga historia. Porque las ha tenido insultantes, asquerosas, fascistas o felonas en gran cantidad. Hay que tener en cuenta que el mencionado periódico hacía de la portada el elemento principal de reclamo ideológico (sí ideológico), conjugando un titular apabullante, estratosférico y malintencionado junto a una imagen del político de turno para, mediante esa conjugación de titular exagerado e imagen crear un estado de opinión que nada tenía que ver con noticia alguna o con el propio personaje que aparecía en la portada. Famosas son sus portadas con la cara de Felipe González y un titular como “Mueren miles de españoles en las carreteras”. Nada hay de alarmante en ese tipo de portadas más propias de las cloacas y la miseria humana del director de la época, pero con la de ayer han traspasado ya no el mal gusto sino la decencia mínima en un medio de comunicación. Repugnante que cuando millones de españoles están a las puertas de la enfermedad, la muerte y la miseria se dediquen a hablar de ideología y de salvar a los poderosos antes que las personas.

El titular tiene lo suyo y es de suponer que Bieito Rubido lo llevaba mascullando días. Una persona que parecía culta y formada, ha resultado ser un balandrón mediático sin una pizca de humanidad, así purgue sus pecados con un cilicio. Es cierto que no esconde que se encuentra al servicio de la Economía, eufemismo de clase dominante, de “empresarios” ávidos de seguir acumulando millones y millones de euros sin importar las condiciones de vida de las personas explotadas. Es cierto que se embarca, sin esconderse, en lo que es claramente una parte de la lucha de clases. De ahí que califique la acción del Gobierno como ideológica. Pero no deja de mostrar sus miserias pues prefiere que cualquier empresario del Ibex-35 salve sus acciones antes que ayudar a las personas en estos momentos tan complicados. Y lo hace introduciendo varias falsedades que no tienen que ver precisamente con la acción de gobierno en sí, sino con la ideología. Porque Rubido señala al Gobierno de Pedro Sánchez como ideológico cuando él, desde sus columnas diarias y sus editoriales está haciendo una defensa apasionada y entregada de LA IDEOLOGÍA. Sí la ideología dominante de los poderosos. Igual dentro de poco, si hubiese un golpe de Estado, firmarían en ABC un portada como la dedicada al golpe de Estado contra Salvador Allende escribiendo esto: “Contra el caos creciente, contra la vía al socialismo de Allende que ha arruinado al pueblo chileno, contra la amenaza de una dictadura marxista, contra el desastre absoluto social, económico y político del país; en defensa de la paz, del orden, de la ley, de la libertad, de las conquistas sociales de los trabajadores, del diálogo y la convivencia normales se ha alzado el Ejército de Chile, columna vertebral de la Nación y única posibilidad de salvación hoy”. Palabras que parecen un eco cercano de lo que vienen publicando en sus columnas y en los distintos medios de comunicación de la derecha. En aquel momento pedían la vuelta a la democracia, pero jamás se quejaron del dictador Augusto Pinochet al que vitorearon cuando vino al funeral del dictador español.

ABC celebrando el golpe de Estado contra Allende

En ABC entienden que es ideológico “un alud de medidas sociales para rescatar a los más vulnerables” o prohibir “desahucios [en tiempos de confinamiento cabe recordar], ofrecer microcréditos a los inquilinos y ayudas a empleadas del hogar”. ¿Qué quieren en ABC? ¿Dejar a las personas en la calle con una mano delante y otra detrás mientras les atrapa el coronavirus y los mata? ¿Qué las empleadas del hogar no tengan ingresos y que mueran de hambre en sus casas, si es que las llegan a conservar? Realmente ¿qué quieren hacer con los españoles en el medio de la derecha monárquica y reaccionaria? Da por pensar que lo que buscan es una confrontación social que lleva a las personas a la calle contra el Gobierno y hacerlo caer, con la ayuda del ejército si fuese posible.  Ayer ya dimos cuenta de que el periódico dirigido por Rubido forma parte de los conspiranoicos contra el Gobierno, pero una cosa es generar crispación (ya lo hicieron en los años 1990s) y otra querer el mal para el común de los mortales. Ese tipo de imprecación es contraria hasta respecto a la doctrina católica que dicen profesar (no deben leer Alfa y Omega y eso que lo distribuyen los jueves).

Si se acude al Editorial casi da más pánico que la portada: “El empobrecimiento de España está garantizado con este Gobierno, en el que se han impuesto el adoctrinamiento marxista de Podemos, la colectivización de los medios de producción y las insinuaciones de futuras expropiaciones si los impuestos que se obtengan de la maltrecha clase media no son suficientes para remontar”. ¿A que les suena a la portada de Allende? En qué cabeza medio inteligente se puede hablar de adoctrinamiento marxista respecto a Podemos cuando, desde que surgió, siempre han mostrado a las claras que eran populistas (de Ernesto Laclau), que todo lo del marxismo era una antigualla y que la nueva vía de transformación vendría de la recuperación de recetas de la socialdemocracia clásica y nuevos aditamentos postmodernos. Utilizan el marxismo como si esa palabra asustase ya a alguien. Eso en tiempos de la transición era el típico asustaviejas. En la actualidad el 90% de la población igual ni sabe qué es eso. El problema es que Rubido con esa utilización demuestra que es un completo inculto, un verdadero papanatas y un montaraz del neoliberalismo. ¿Colectivización de los medios de producción? Hay que estar enfermo de la cabeza para querer ver en las palabras de los ministros y ministras algún intento de nacionalización de los medios de producción, algo que por otra parte sí permite la Constitución siempre y cuando sea razonado. Algo que han hecho en la Francia de Emmanuel Macron hace pocas fechas y no ha dicho el señor Rubido que sea un bolchevique ni nada por el estilo. Basura ideológica del ABC para proteger a LA IDEOLOGÍA.

Porque todo esto no va de medidas más o menos afortunadas, sino de vencer el día después de la pandemia. Que económicamente será complicado el día después lo sabe cualquiera sin necesidad de tener conocimientos económicos, pero si se arruina a las personas que deberían tirar del carro ese día después, no lo sacará nadie adelante.  Existe realmente una pugna ideológica, una lucha de clases en la teoría si lo prefieren, que Rubido y el resto de la caverna mediática intenta vencer incluso con muertos apilados. Las personas han visto que la Sanidad está siendo arruinada por ciertos grupos políticos; han visto que los empresarios y la Unión Europea en ningún momento se han preocupado de salvar las vidas sino que todo se ha ideado para salvar el sistema capitalista y las cuentas de resultados de la fracción dominante de la clase superior (porque los pequeños y medianos empresarios les importan bien poco); han constatado que eso de la globalización neoliberal que vendían desde los medios de comunicación y las tribunas políticas parece ser que no era tan bueno y que deslocalizar fábricas ha sido más perjudicial para la población, aunque haya llenado los bolsillos de los empresarios; han visto muchas cosas, bastantes negativas para los intereses que defiende el señor Rubido. La ideología dominante del neoliberalismo está siendo volteada por una realidad pandémica, ese enemigo que no han sabido ver, y esto ha permitido reforzar el discurso alternativo (aunque sólo sea socialdemócrata relajado) al neoliberalismo en toda Europa. LA IDEOLOGÍA que defienden desde todos los medios de comunicación está mostrando sus carencias y el Gobierno no es que lo esté sabiendo aprovechar en términos ideológicos, pero sí ha encontrado una buena recepción a sus soluciones de contingencia.

ABC felicitando el cumpleaños a Hitler

La acción del Gobierno es ideológica, como la portada de ABC y los cientos de columnas mensuales lo son. La cuestión es que los liberales dicen que el liberalismo (o neoliberalismo) no es una ideología como el socialismo o el comunismo, sino que es la constatación de la realidad sin más. De la defensa de tres o cuatro principios de libertad y ya. Un eufemismo para esconder que realmente el liberalismo es la ideología dominante. Decir que unas cosas son ideológicas y otras no es tan estúpido que haría sonrojar a Destutt de Tracy (el creador del término en 1801). Los periódicos son aparatos ideológicos, en la actualidad los principales aparatos junto a las producciones cinematográficas, y por ende generan ideología. En el caso del ABC ideología dominante con ribetes fascistillas, pero ideología dominante. Esa misma que pretende someter al ser humano a la voluntad de los menos y en favor de la acumulación del capital. Rubido tiene más ideología que el Gobierno en sus columnas, en sus opiniones y en sus portadas. Bueno, en sus portadas añade repugnancia y provoca náuseas sartreanas. Siempre podrá volver a felicitar el cumpleaños al Hitler de turno como hicieron sus predecesores en el cargo. Habrá que preguntarle, si se deja, por qué prefiere más muertos que el materialismo histórico (que al fin y al cabo es una ciencia sin más).

Campaña para sacar a Iglesias del Gobierno y hacer una Gran Coalición

Cuando el diablo se aburre le da por pensar de qué forma, con toda la guasa del mundo, puede causar algún desbarajuste. El capitalismo es igual salvo que lo hace sin guasa y cuando se encuentra asfixiado, lo hace por autoprotección y llevándose por delante lo que haga falta. Algo así le ocurre a la derecha española, mediática y política, cuando se ve atrapada en su propio vómito y asfixiándose, recurre a la conspiración o a la campaña montada en oscuros reservados (ahora en oscuras videoconferencias más bien) contra su principal enemigo. Que no es otro que cualquiera que sea un poco más de izquierdas que ellos, eso sí, siempre y cuando tengan el plácet de la fracción con mayor poder de la clase dominante. Y parecen haberlo obtenido en las últimas fechas por lo que ya han puesto en marcha una campaña con varias ramificaciones, pero que tiene como finalidad cargarse a Podemos del Gobierno y, si no rinde las armas, al PSOE después.

No piensen que la salvajada que ha soltado el nefasto Santiago Abascal sobre un posible golpe de Estado blando, ese que siempre utilizan los EEUU en América Latina para llevarse por delante los gobiernos que no les gustan, la ha dicho porque ve cómo está perdiendo apoyos y tiene que recurrir a las salvajadas. Al contrario, sirve para movilizar a lo más fascista que sigue quedando entre la población española. Es su parte en el teatro de la política, en lo espectacular en que se ha convertido el quehacer político. Mientras tanto, desde los medios de comunicación, salvo dos o tres, se va minando la imagen del Gobierno. Primero contra Pablo Iglesias y posteriormente contra Pedro Sánchez. De ahí que sea normal ver columnas dedicadas a criticar por un lado al vicepresidente segundo y por otro al propio presidente. Más duras las primeras y más insistentes. Más suaves las segundas porque, salvo que realmente quisiesen un golpe blando, deben contar con el apoyo de éste en su estrategia de demolición del Gobierno de Izquierdas. Un gobierno que ya se ha contado en infinitud de ocasiones no había gustado a diversas fracciones de la clase dominante, por mucho que desde Podemos se hubiese actuado en muchas ocasiones de la mano de los propios empresarios para no molestarles. Un ataque por ambos flancos para conseguir que Sánchez se pliegue a las peticiones de un Gobierno de Concentración aprovechando el coronavirus que daría paso a nuevas elecciones. Eso es lo que pretenden y lo han dicho claramente, sólo que nadie les ha tomado en serio. Realmente son tan estúpidos que dicen la estrategia en abierto y como las personas de bien piensan que sí, que son estúpidos no les creen. Pero en estas cuestiones hay que creerles.

Nada mejor que comenzar por la campaña contra Iglesias pues es realmente la principal y a la que más se están dedicando. Como todos habrán podido leer en infinitud de mensajes y artículos se acusa al vicepresidente de saltarse la cuarentena por estar su pareja afectada de coronavirus. Con eso se pretende trasladar la imagen de ser un personaje insolidario, sin advertir que su pareja estará aislada (como recomienda Sanidad) y él no ha dado positivo y puede hacer vida de vicepresidente en un estado de alerta. Si se quedase en su casa, como Alberto Garzón, habría que escucharles decir que es un cobarde y mil cosas por el estilo. Como esa campaña parece que no cuaja, hay que minar la confianza de los afiliados del PSOE haciendo ver que es él quien maneja los designios del Gobierno ganando la partida a la, ahora, muy ponderada ministra de Economía Nadia Calviño. Cuatro titulares que demuestran esto: “Calviño pierde el pulso e Iglesias toma las riendas de la economía” en ABC; “Iglesias se impone y ahonda la soledad de Calviño” en La razón; “Podemos alarga su batalla contra Nadia Calviño en el seno del Gobierno” en El Mundo; o “Sánchez saca juntos a Calviño e Iglesias en rueda de prensa para mostrar unidad en su peor hora” en El Español. Dan por hecho que Calviño es amada por la militancia socialista cuando la realidad es que la miran con mucho recelo pues son conscientes de que es la mujer de la Troika en el Gobierno. Pero van haciendo mella queriendo realmente decir que Iglesias es quien manda realmente sobre Sánchez. Parece mentira que no conozcan a Sánchez, que igual no lo conocen.

También están los columnistas que directamente se lanzan al cuello de Iglesias, más allá de los sospechosos habituales como Eduardo Inda. En Vozpopuli, y eso que no han sacado a los perros de presa de la empresa aún, Jorge Vilches acusa a Podemos politizar el dolor (eso dicho desde el bando necrófilo es paradójico cuando menos). Félix Madero apunta, para no dejar flancos débiles, a la ministra de Trabajo Yolanda Díaz y su culpabilidad del desastre económico que va a dejar el Gobierno, no la pandemia que esa parece que ni ocurre, sino el Gobierno en su lado morado. En ABC reparten por igual las culpas porque están más dedicados a que haya un Gobierno de Concentración y para ello hay que laminar a los dos dirigentes, pero se encuentran perlas contra Iglesias que merecen ser destacadas. Ana I. Sánchez, que igual ni la conocen y es normal, se pregunta “¿A dónde nos llevan?” y contesta que Iglesias es un peligro porque quiere estatalizar la economía como buen bolivariano (no podía faltar el tema Venezuela). En esa misma dirección apunta José Manuel Otero Lastres donde acusa a Iglesias y compañía de ser unos totalitarios que quieren nacionalizar España. Federico Ysart prefiere incidir en el mando del Gobierno por parte de Iglesias, con frases tan claras como: “No tiene gracia alguna sentir a los ministros sanchistas haciendo de palmeros de un vicepresidente en jefe que va repartiendo por el complejo presidencial tantos virus como golletazos a la economía nacional y sus agentes”. En La razón con leer el editorial de Francisco MarhuendaEl Estado soy yo (Podemos)” ya se pueden hacer una idea de por dónde va el tema, pues el director es de los que siempre dispara a la orden de la clase dominante. En otros medios más cavernarios como Periodista Digital o EsDiario la cosa es peor aún y es mejor evitarles daños visuales y mentales.

Como ser advirtió al comienzo del artículo, la campaña tiene dos vías. La primera llevarse por delante a Podemos haciendo ver que son el verdadero peligro para España, en concreto para la Economía, por ende el capitalismo español, por ende la clase dominante española, por ende los que llevan mandando demasiado tiempo. Da igual que en Podemos ni sean comunistas, ni sean marxistas, tan sólo socialdemócratas antiguos (¿Acaso recordar que mediante el artículo 128 de la CE se puede nacionalizar sectores fundamentales como ha hecho un “rojo” como Macron en Francia o hicieron los socialdemócratas suecos hace años no es una política socialdemócrata?), se genera un campo simbólico que señale como el mal a Podemos y así se puede pasar a la segunda fase de la estrategia, conseguir que Sánchez haga un Gobierno de Concentración con PP en el Gobierno y sin Podemos. Así lo han expresado desde distintos medios de comunicación personas bien informadas de lo que se cuece. Juan Carlos Girauta lo ha pedido en su columna en ABC: “Lealtad o duelo” y Pedro J. Ramírez en sus epístolas. Por ello Pablo Casado dice que ya no apoyará al Gobierno y Abascal se ha lanzado a pedir un golpe de Estado. Hay que desestabilizar al Gobierno, echar a Iglesias y si es posible a Sánchez también situando en la cima del poder a cualquier otro ministro o dirigente socialdemócrata (eso sí, no pidan a Calviño porque ni es militante y saltándose el confinamiento tomaban al asalto los afiliados del PSOE el Congreso si hiciese falta, ayudados por los de Podemos).

De ahí que califiquen a Sánchez de dictador (como hace Ignacio Ruíz-Quintano, uno de los sospechosos habituales) o de incompetente (hasta tres artículos en ABC para ese tema ayer mismo por Ignacio Camacho, Isabel San Sebastián y Luis Ventoso), de ser el adalid de la división y que por ello disfruta en este tiempo de crisis (Jorge Bustos: “Sánchez está programado para pensar en Sánchez. Ningún virus puede alterar el pétreo diseño de su amoralidad”), o de haber establecido un estado de alarma inconstitucional (Guadalupe Sánchez, abogada que escribe libros sobre populismo punitivo con numerosas carencias teóricas y políticas). Todo para provocar una caída del Gobierno, con la cabeza de Iglesias en bandeja de plata, y así lograr lo que llevan deseando desde hace tiempo en la clase dominante, que no es otra cosa que una Gran Coalición (primero fue con Ciudadanos y ahora con PP). Gobierno de Concentración y después, cuando el PSOE estuviese destrozado por pactar con la derecha, convocar elecciones que ganarían los suyos, su trifachito y así poder seguir esquilmando a la población española. Y privatizando pensiones, sanidad y educación como si lo del coronavirus no hubiese pasado nunca en España. Hasta en tiempos de pandemia la clase dominante y sus aparatos políticos e ideológicos no paran de conspirar contra los de siempre, la clase trabajadora. Esa que está sacando esto adelante.

La necrofilia de Pablo Casado en su diario “Aló Presidente”

Pablo Casado se pasa los días en la sede central del PP en la calle Génova, saltándose todas las recomendaciones pues podría hacer teletrabajo y sea lo que sea que hace allí parece que no es una actividad esencial, dando mítines más propios de populistas (en su acepción de demagogo también). Todos los días aturde a la población española con su particular “Aló Presidente” en el cual no ofrece ninguna solución diferente, ninguna estrategia mejor que la del Gobierno, tan sólo críticas y una necrofilia constante. Ya se advirtió en estas mismas páginas que se había autonombrado presidente de España y los españoles y parece seguir en esa senda de hacerse ver como si él fuera el que está dirigiendo los movimientos, al menos, de los presidentes regionales del PP. Si así fuera, está visto que es más incapaz de lo que se presumía pues aún se espera la llegada de los dos aviones que Isabel Díaz Ayuso no quería que le expropiase el Gobierno del Estado. Tan cansino está resultando que un populista de ultraderecha como Santiago Abascal ha comenzado a imitarle con una mesa vacía con un solitario bote de pimentón. No se sabe si la especia la utiliza para algún sortilegio de origen vascuence o la esnifa para combatir al coronavirus.

En estos últimos días lo que está sorprendiendo es la necrofilia que muestra Casado en sus intervenciones. Si leen la primera acepción de la RAE sobre el término dice así: “Atracción que siente una persona hacia la muerte y hacia todos los aspectos relacionados con ella”. La segunda acepción como parafilia sexual no tiene nada que ver. Casado muestra, como casi todo el PP, una extraña atracción sobre los muertos, les gustan a rabiar, es ver un muerto y ponerse a salivar ante la posibilidad de hacerle un parque, un monumento y poder tirárselo a la cara a los adversarios políticos. Miren si les gustan que hasta los muertos del 11-M han acabado por apropiárselos. Con las personas fallecidas por la pandemia del coronavirus no iban a ser menos y ya ofreció como solución a la plaga el sinsorgo poner las banderas a media asta, hacer un monumento en Madrid (en la zona donde se va a producir el mayor pelotazo urbanísticos de la historia capitalina, por cierto) y vestir luto (como hace en sus intervenciones de “Aló Presidente”. Tal es su necrofilia que ha señalado a los medios de comunicación por ofrecer cosas positivas de la pandemia. Él quiere ataúdes y cadáveres, cuanto más mejor, a todas horas. Extraño placer el de la contemplación de muertos. Y si pudiese hacer fotos con todos los cadáveres sería el culmen de su necrofilia.

Quiere sufrimiento, dolor, sangre, vísceras y todo lo que sea malo, no para hacer el confinamiento más real, de hecho le importa poco el confinamiento, por él estaría toda España en la calle como se verá, sino para echárselos a la cara a Pedro Sánchez. Porque la necrofilia del PP siempre es contra alguien, no por un rito de adulación de los muertos. No hay respeto hacia los cadáveres en sí (sólo ver cómo se expresan contra la exhumación de los muertos que aún hay en cunetas ya indica la intención), sino que los cadáveres sólo son armas arrojadizas e instrumentos de ocultación de las propias miserias. Aunque, de esto nunca se dan cuenta las derechas, utilizar los muertos de todos contra quienes también los ponen es miserable. Ítem más, es hasta contrario a la doctrina católica que tanto dicen que poseer. Son católico de boquilla porque de acción y apostolado nada de nada. Quiere muertos, en resumen, para echárselos en cara al Gobierno. Es necrófilo si puede sacar un beneficio político. Y no, no lo hace por servir a España.

Si sirviese a España no querría poner a todas las personas productivas en la calle como dijo ayer también en su “Aló Presidente”. Hace unos días suscribía la petición del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que es del PP, de cerrar la comunidad y sin actividad económica salvo la muy necesaria. Hoy, en el momento en que el Gobierno toma la decisión, dice que le parece muy mal, que si acaso en alguna comunidad autónoma se puede hacer eso (¿estaría pensando en Cataluña y País vasco?). Si se pensase mal, y estando Casado de por medio la maldad en el pensamiento es libre, parecería que el presidente del PP quisiese cerrar económicamente las comunidades donde gobierna el PSOE. O es que es muy mendaz y sólo se dedica a la crítica sin pensar en lo que se dice, que no es nada descartable. No hay día en que Casado, su edecán Teodoro García-Egea, las huestes de cuadros del PP y los tribuletes de la prensa afín lancen críticas feroces a todo lo que hace el Gobierno. Así sea correcto y genere beneficio para todas las personas. Allí están ellos y ellas ejerciendo de “porculeros”. Ni una sola medida de apoyo, sólo querer que los muertos estén todos los días en los medios de comunicación para derrocar al Gobierno; para sacar tres votos más que el resto de partidos de la derecha; para estar en el juego político sin pensar realmente ni en las personas, ni en la economía. Hasta reniega del artículo 128 de la Constitución Española y lo cataloga de podemita, él que dice es muy constitucionalista (ni la ha leído). Imprecar a Sánchez es su obsesión y los muertos su filia.

¿Por qué algunas Comunidades obtienen material y Madrid no?

Todo son quejas desde el apartahotel donde está la presidencia de la Comunidad de Madrid en estos tiempos de confinamiento. Quejas e intentos de desviar la atención de su fracaso porque mientras en Madrid se quejan y no paran de carecer de medios para dotar a sus sanitarios, el resto de las comunidades autónomas obtienen ese mismo material y lo distribuyen. De forma precaria, sí, pero con mayor celeridad que Isabel Díaz Ayuso. Da igual que el color que tengan, lo evidente es que algunos dignatarios sí saben comprar y parece que otros no. Un avión llegó a Valencia. Test rápidos y mascarillas a Castilla-La Mancha. Trajes de protección a Castilla y León. A todos los lugares llegan recursos menos a Madrid… o eso es lo que dicen los políticos y asesores del PP que escriben en redes sociales. La región centro parece ser el páramo de los materiales sanitarios y siempre por culpa de otros evidentemente. Más que de otros del “siniestro Dr. Sánchez”, ese malvado de comic que se han inventado en el PP para intentar que los suyos parezcan heroicos. Lo que ocurre es que en los relatos míticos los dirigentes del PP acaban siendo los personajes secundarios, los mortales o los que siempre acaban presos de la hybris.

¿Cómo es posible que en la Comunidad de Madrid no haya ningún tipo de material nunca, en ningún momento, de ningún tipo? Si ustedes leen los mensajes en redes sociales de la dirigencia del PP eso se da a entender. Lo que ocurre es que es mentira. Una tras otra van soltando la mentira del día. Antes de ayer que no había llegado mascarillas, cuando se les entregó casi dos millones. Ayer que no tienen gafas, ni buzos, pero empleados sanitarios dicen que sí llegan. Eso sí, la Comunidad ha acudido a una tienda de todo a 1 euro y ha comprado chubasqueros para proteger al personal sanitario. Eso a la espera de que lleguen los dos aviones llenos de material que deben haberse perdido en el Triángulo del Dragón o algo parecido porque estaba muy preocupada la presidenta de que Pedro Sánchez le quitase el material o impidiese descargar todo lo que había comprado. Tanto como 23 millones de euros en cachivaches sanitarios. Más de diez días después siguen los madrileños esperando los aviones. Se puede crear un nuevo dicho: “Tardas más que los aviones de Ayuso”.

Mientras tanto el resto de comunidades están comprando material, insuficiente sí, pero está llegando para paliar el problema. En Castilla-La Mancha, por mucho que moleste, Emiliano García-Page ha conseguido test rápidos y eficaces para detectar el COVID-19, a lo que hay que sumar 150 respiradores para los cuales se necesita que la embajada española en Turquía se ponga las pilas. Ximo Puig consiguió dos aviones con material gracias a sus contactos con proveedores chinos. Juan Manuel Moreno Bonilla no sabe si ha comprado algo o si las torrijas le han quedado bien a Juan Marín, pero no protesta y tiene fábricas andaluzas que le procurarán material. Todo el mundo comprando por canales de distribución no sólo chinos y en Madrid, donde el gobierno comunitario siempre dice que son muy listos, a verlas venir. Igual pueden pedirle consejo a Luis Garicano que criticaba al gobierno estatal por no saber gestionar al no haber gestionado nada en su vida. Más allá del clasismo y del peligro tecnocrático que supone para la democracia (luego dirá que es liberal), lo curioso es que eso lo diga quien tampoco ha gestionado algo en una empresa, ni a nivel público. Consejos vendo que para mí no tengo. Aunque ese mensaje es perfectamente aplicable a Díaz Ayuso y demás conmilitones que son incapaces de comprar algo de mínima calidad.

Igual es porque en las demás comunidades no están pensando en beneficiar a algún conocido. Igual es porque en las demás comunidades como suelen abastecerse en situación de precariedad financiera (por los tiempos de Montoro y los actuales de Montero) y saben dónde y a quién acudir, mientras que en Madrid como disparan con pólvora del rey y tienen transferidas esas funciones a empresas privadas, colando sobrecostes, pues se ven que esa cadena de dejar comisiones no sirve en estos momentos. Igual es porque, como pasa en otros ámbitos políticos, Díaz Ayuso sólo vive de la publicidad y no de la gestión de las cosas reales. Acostumbrados a mentir todos los días, en cuanto ha llegado la realidad en forma de pandemia sus discursos prefabricados se han evaporado. Si se fijan en las redes sociales no saben el esfuerzo que están haciendo todos los cargos públicos y os periodistas paniaguados de la Comunidad para convencer de que todo es culpa de los demás… esto mientras se espera que lleguen los famosos aviones. La realidad es tozuda, quienes dirigen Madrid son unos incompetentes que están provocando la posibilidad de enfermedad de los sanitarios a los que dejan sin ningún tipo de protección. ¡Y todavía pide al Gobierno 1.200 millones de euros!

¿Se imaginan a Casado, Abascal y Rivera gestionando el coronavirus?

En ocasiones se puede hacer un poco de política ficción. De hecho existe una literatura, no muy extendida todo sea dicho, que se dedica a pensar como habrían sido las cosas si tal o cual acontecer histórico se hubiera producido de otra forma. No son invenciones al albur del gusto del escritor sino que se basan sobre ciertas concreciones salvo que se introduce un mecanismo de aleatoriedad en aspectos claves que permiten desarrollar la historia por alguna de las vías alternativas. Esto mismo se puede hacer con la situación de pandemia generalizada que se está viviendo ahora mismo. Imaginen que las elecciones no hubiesen sido ganadas por el PSOE sino por el PP y con la posibilidad añadida de que sumando sus escaños a los de Ciudadanos y Vox tuviesen la mayoría necesaria en el Congreso. ¿Piensan que se hubiesen desarrollado los hechos de igual forma? ¿Creen que lo hubiesen hecho mejor? Con las declaraciones de unos y otros en su función de oposición se tienen una serie de elementos utilizables para imaginar ese presente alternativo.

Pablo Casado, por sí mismo o mediante su ariete Isabel Díaz Ayuso (con sus continuos bulos y mentiras), no para de señalar al Gobierno por su incompetencia, por no haberlo visto llegar (Capitán A Posteriori), por haber permitido las manifestaciones del 8-M (debe ser que son las mujeres las que transportan solamente el virus) y siete mil plagas más. Nadie niega que el Gobierno de Pedro Sánchez comete errores pero habría que ver qué hubiese hecho el presidente del PP, desde luego aquel no intentaría derrocarle. Lo primero Casado jamás hubiese suspendido todas las concentraciones que se produjeron ese fin de semana (ni el fútbol, ni el congreso de su socio Vox, ni la Libertycon donde se contagió Díaz Ayuso, ni nada), igual habría actuado contra las manifestaciones del Día de la Mujer azuzado por los ultraderechistas de Santiago Abascal. Igual hubiese disuelto las manifestaciones a porrazos aplicando la Ley Mordaza, aunque Albert Rivera hubiese pedido ir él en la pancarta principal y ahí hubiese tenido un problema entre neofascistas y cuñados. No habría hecho nada diferente porque su secretaria ejecutiva Cuca Gamarra animaba a sus afiliadas a acompañarla en las manifestaciones, por mucho que Cayetana Álvarez de Toledo, haciendo uso del individualismo que le es propio (salvo para pedir auxilio y cobrar del Estado), se bajase de las mismas.

Al aumentar los casos y acogiéndose a las cifras de infectados (en aquellos momentos un 0,007% de la población) y como Fernando Simón, al que nombró el propio PP, seguiría nos hubiese contado que no hacían falta mascarillas y que esto es como una gripe. Abascal hubiese apelado, además, a la necesidad de salvar la Economía y seguir hacia delante con patriotismo porque un español puede con las enfermedades y lo que le echen por delante, olvidando el país de pandereta que se ha sido durante siglos. Rivera hubiese dicho, como vicepresidente primero del Gobierno, lo que le pudiese dar más votos. Por tanto, hubiese estado callado para hace de cuñado cuando las cosas se torciesen. Lo primero que hubiese hecho Casado es impedir que Díaz Ayuso suspendiese las clases y lo segundo aplicar el artículo 155 a Cataluña (con palmas y vítores de toda la caverna mediática) por querer Quim Torra cerrar la comunidad, algo que se ha venido interpretando en las columnas diestras como un intento de independencia pandémica. Se tendrían dos problemas en vez de uno.

Al aumentar los casos y extenderse el virus seguramente Casado hubiese optado por aplicar el Estado de alerta o ¿el de excepción? Aquí ese fantasma habría sobrevolado al gobierno trifachito seguro. Porque en la derecha son más de estados de excepción y emplear lo represivo, colando a militares en Cataluña y Euskadi, aunque sólo sea por el ánimo de molestar y demostrar quién manda. Así podrían tener a la oposición controlada, además de confinada, y evitarse aguantar cada día a los medios de comunicación no afines señalar sus errores. Por no salirse del marco del paralelismo y llevar más allá el drama, el estado de alarma y el confinamiento lo hubiesen llevado a cabo una semana más tarde utilizando argumentos similares a los del Gobierno de los Países Bajos, el premier Boris Johnson o el gran ídolo de la derecha española Donald Trump. Salvar la economía antes que las personas hubiese sido la actitud de Casado y compañía. Porque así lo han venido manifestando en todos estos momentos. Como cuando Abascal pidió que abriesen todos los comercios para que la gente comprase sin problemas y así no tener que darles un dinero a los autónomos sino que lo obtuviesen del comercio. Rivera seguiría callado o expresando alguna duda a los periódicos más cercanos a Ciudadanos (El Español o El independiente).

Una semana más tarde y con más contagiados, Casado habría aceptado a regañadientes, por la evidencia de los muertos en la morgue, el estado de alarma como han hecho en todos los países que van más tarde que España (da igual Alemania que Francia). Tampoco el conteo habría sido similar porque hubiesen asumido el modelo alemán y francés de no contabilizar los que tenían patologías previas o fallecen en sus casas o residencias. En España estarían muriendo las mismas personas pero el PP, con Miguel Ángel Rodríguez al mando, diría que afecta muy poco, casi nada pero que se toma la decisión para evitar los colapsos hospitalarios. Rivera saldría a decir que ya había advertido que había que seguir los procedimientos de la OMS pero que por prudencia y lealtad ha apoyado a su presidente. Abascal clamaría al cielo pidiendo que no se cerrase nada y que de hacerse se permitiese a las empresas despedir sin indemnización al ver su actividad parada. Nada de ERTEs o EREs, despidos masivos y ya. Algo que apoyarían todos los componentes del trifachito. Y eso sí 100.000 millones para las empresas grandes y alguna mediana, porque a los autónomos les quitarían los impuestos y ya. Salvar al gran capital y nada para el resto de empresarios. Y si no se lo creen, la presidenta madrileña ha calificado a los empresarios como clase media. Claro que a los kiosqueros también por lo que acaba reflejando su estado mental impreciso.

Gentes confinadas en sus casas, sin trabajo y tragando con todo lo que les hubiesen dicho desde el IV Reich alemán que es la Unión Europea. ¿Se habrían enfrentado Casado y Rivera a Angela Merkel? En la vida. Igual Abascal sí, pero esa sería la bala que se guardase para ejercer la oposición, aunque siendo antieuropeos tampoco extrañaría a nadie. Eso sí, hubiesen llenado los bolsillos de todos los grupos mediáticos allegados (los críticos no entrarían en el reparto de subvenciones) para que lanzasen bulos contra la oposición (táctica Aguirre) y para hacer propaganda de todas las medidas que el Gobierno llevase a cabo. Y como hay un estado de alarma, con posibilidad de pasar a excepción, no dudarían en utilizar la fuerza represora (junto a la mediática ideológica) contra posibles movilizaciones sociales de despedidos y hambrientos. Se lanzarían contra la oposición como si fuesen los que gobernasen, es lo que hacen siempre que gobiernan aunque lleven más de 20 años en el poder. Eso sí, banderas a media asta, mucho patriotismo y rezos a dios, que como todo el mundo sabe es lo que realmente cura el coronavirus. Y ante las críticas de la oposición dirían que se está perpetrando un golpe de Estado contra el gobierno legítimo o alguna paranoia similar. Darwinismo social para lamentar los muertos y utilización de los aparatos del y en el Estado.

Posiblemente el actual Gobierno no lo esté haciendo perfecto. Posiblemente hay algunas disputas estúpidas dentro del mismo por dos o tres minutos de aparición en el teatro político (de esto acusan a Pablo Iglesias desde la derecha). Pero párense un momento a pensar los que serían las residencias de ancianos dirigidas por el trifachito. Esto y recordar Buchenwald todo uno. Párense a pensar en el coste de las compras y la cantidad de dineros distraídos por intermediarios amigos del Gobierno (¿Dónde están los aviones de Díaz Ayuso? ¿Será que no queda mucha comisión?). Párense a pensar lo difícil que sería escribir o publicar una crítica al Gobierno y la persecución que se haría de la oposición calificándoles de antipatriotas, de felones y mil dicterios más. Párense a pensar el estado de los hospitales y el coste de derivar a algunos elegidos a centros privados. Párense a pensar qué sería de la clase trabajadora y la pérdida de derechos e ingresos en beneficio de la salvación de la economía, primero de Alemania y del paraíso fiscal que es Holanda. Después de imaginar compare con lo que se está haciendo. Sí se trabaja codo a codo con la patronal, pero al menos le han mandado un recado a Merkel. Hay mucho más de apariencia en las medidas que se han promulgado, pero en el otro caso no habría ni propuestas. Piensen que si lo de ahora es malo siempre podría haber sido peor.

La clase trabajadora está salvando esto (que no le engañen)

Da igual que usted vote a azules, rojos, morados o al moco verde. Da igual que unos y otras digan y hablen sobre las mil maravillas que piensan hacer. Da igual que los aviones lleguen o que los reactivos sean de los chungos porque una empresa alemana (que parecía prestigiosa) no haya hecho su trabajo de calidad adecuadamente. Da igual que ese o aquel hayan pillado la infección del coronavirus. Todo, todo da igual. Salvo una gran realidad, esto, lo que está pasando, la crisis sanitaria, lo está sacando adelante la clase trabajadora. Ante una clase política que se ha criado en las burocracias partidistas, que sólo entienden la política como espectáculo con sus frases rimbombantes, sus eslóganes, sus performances, sus idolatrías carentes de ideología alguna, al final es la clase trabajadora la que está tirando del carro. Da igual a quién vote usted. Tiene para elegir meteduras de pata en todos los partidos. Tiene para elegir errores y algunos aciertos. Tiene para elegir lo que se encargan de decir unos medios de comunicación manipulados y manipuladores. Pero que no le engañen, esto sólo lo están superando las personas de la clase trabajadora.

Sanitarios de todo rango y opinión que no son héroes ni heroínas sino simples trabajadores del ámbito sanitario y que están sacando ganas y esfuerzos, en muchas ocasiones, de donde no hay por salvar vidas en las condiciones menos esperadas y deseadas. Casi sin protección ante la magnitud de la pandemia que se está viviendo, hacen de la profesión sanitaria una virtud. No se esconde casi nadie, desde la última auxiliar pasando por médicos, celadores o limpiadores de centros sanitarios. Y si caen enfermos y enfermas es por falta de recursos. Esos mismos que se entregaron al gran capital para salvar sus cuentas de resultados en ese capitalismo fantasmagórico que existe en la actualidad. Falta de recursos porque desde Alemania y Francia decidieron que los países del sur no podían competir industrialmente con ellos y provocaron no sólo la deslocalización de las fábricas sino la destrucción de empresas (algunas estatales). La clase trabajadora de la sanidad no está haciendo un ejercicio de heroísmo sino que cumplen con su labor social por encima de los dimes y diretes de la política espectáculo.

Como hacen los transportistas, las panaderas, los taxistas, las cajeras y reponedoras de supermercados, las personas que están en el campo partiéndose el lomo para que no haya desabastecimiento (mientras los intermediarios están subiendo los precios sin que desde Consumo se frene esa situación), las personas que están teletrabajando en sus casas con el miedo al día siguiente y poniendo unos medios de producción que los empresarios no piensan pagar y así hasta las personas que se están quedando en las casas en confinamiento sufriendo lo indecible… por no hablar de todos esos millones de personas que están en la calle por ERTEs o EREs. Da igual a quien voten, o si tienen mentalidad de clase media o incluso son de la pequeña burguesía, el capitalismo está mostrando que no entiende de clases salvo una, la clase dominante. El resto es prescindible, reordenable y, como dicen algún dirigentes políticos (de EEUU, Holanda, Alemania, etc.) puede morir en favor del resto de la población. Que no tengan conciencia de clase y se dejen llevar por el fetichismo del capitalismo no quiere decir que esta pandemia no muestre bien a las claras que son simplemente trabajadores o dependientes de esa clase trabajadora. Y para más inri les meten en vagones de tren, metro o en autobuses llenos sin protección de algún tipo. Una muestra más de lo prescindibles que son las personas de la clase tarbajadora.

Es la solidaridad entre la clase trabajadora la que provoca que gentes estén haciendo protectores con sus impresoras 3-D; que se agrupen mujeres a hacer mascarillas; que trabajadores y trabajadoras junten dinero para llevar comida a los trabajadores de los hospitales; que los taxistas lleven gratis al personal sanitario a sus centros de trabajo (o en sentido contrario a sus casas a las tantas de la noche); que a las personas mayores se les lleven medicinas o comida para protegerlas… Todo lo bueno que se está viendo en estos días es producto de la solidaridad de la clase trabajadora. Lo demás es más publicidad e intento de ocultar la mano que mece la cuna. La solidaridad de clase resurge, pese a toda la pestilente publicidad que todos los días utilizan en su contra, en los momentos críticos, en los cambios de época, en esos tiempos en los que la historia nos mostraba que la clase trabajadora unida era mucho más fuerte que los monstruos que la acechaban. También hubo una época en que ante situaciones parecidas surgían líderes de distinto pelaje. Hoy no hay de eso porque la política espectáculo y del marketing ha arrasado con lo que había de verdad. Para lo bueno (evitar ciertos totalitarismos) y para lo malo (caer en brazos del populismo capitalista punitivo).

Esto no lo están salvando todos esos personajes que aparecen por televisión. Da igual si son todólogos, políticos o empresarios. Hacen donaciones mientras mandan al paro (dicen que temporalmente) a millones de personas. Desde el que pensaba que era más por ser un trabajador de cuello blanco hasta la última mujer que limpia el despacho del jefe de compras, todos están saliendo por la puerta y afrontando que no son más que asalariados a ojos vista de los tenedores de los medios de producción. Pues bien, toda esa gente es la que saca esto adelante. Evidentemente con los que están en el tajo todos los días en primer lugar de esfuerzo. En cuanto han venido mal dadas la clase dominante se ha escondido, ha quitado el dinero de encima de la mesa y aprieta para que, sin importar los que caigan, se resguarden sus intereses. Ni las banderas, por muy a media asta que las pongan, salvan España; ni los discursos más patrióticos sanan a los enfermos; ni la propaganda política mantiene España en pie. Sólo la clase trabajadora está sacando esto adelante, que no les engañen. Ni ahora, ni cuando esto termine. Habrá unos que tendrán más o menos responsabilidades, pero sin la clase trabajadora esto sería un desastre. A ver si algunos y algunas toman conciencia para el futuro.

Ayuso se contagió en la Libertycon

Si se hace el cálculo de los diferentes tipos de incubación del coronavirus, resulta que la presidenta de la Comunidad de Madrid se contagió en el evento multitudinario e internacional Libertycon. Personas llegadas de todo el mundo, sin saber si estaban contagiadas o salieron con el bicho dentro, discutiendo sobre la privatización de la sanidad en Europa; sobre acabar con el Estado reduciéndolo simplemente a las funciones represora y política; sobre dejar al mercado completamente libre, sin fronteras, sin impedimentos; sobre quitar los derechos laborales de todas las personas y que si reciben salarios de miseria toda la culpa recaiga en la persona; sobre quitar la mayoría de impuestos a las rentas altas; y así para acabar con lo que denominan dictadura socialdemócrata afirmando que ellas y ellos son los verdaderos liberales y, por ende, no tienen ideología. Una idea que desarrolló Raymond Aron, pensador francés defensor de las libertades, pero que hoy le espantaría en lo que se ha transformado. En términos menos sofisticados, aquella reunión fue un aquelarre anarcocapitalista con personas llegadas de todo el mundo.

Lo normal es que allí se contagiase Isabel Díaz Ayuso pues, como insisten desde el PP y la caverna, justo esos días fueron los culpables de todos los males que nos han llegado. Esos días se produjo la expansión pandémica, esa colectivización de las almas que tanto preocupa a la presidenta. Allí afirmó que “la batalla permanente por la libertad la vamos a ganar, porque contamos con la fuerza que da la verdad y porque no tenemos que escondernos ni inventar nada nuevo”. La realidad es que sí inventan cosas nuevas. El problema es que en efecto no son ideológicas (para eso tienen la ideología dominante) sino bulos, mentiras e insidias. Si el 8-M había un tremendo peligro, el 6-M es de suponer que también. De hecho, las mentiras del equipo de Díaz Ayuso insisten en que avisaron al Gobierno de lo peligroso que eran las concentraciones pero cabe preguntarse ¿por qué acudió la presidenta madrileña a la Libertycon si sabía que las concentraciones eran malas?, ¿por qué se expuso personalmente, como se ha visto, al contagio si sabía que se podía producir?, ¿por qué no suspendió, pues era su propia responsabilidad, esa reunión  de miles de personas llegadas de toda Europa si sabía que la pandemia estaba ya aquí?

Evidentemente no dijo nada, ni hizo nada porque no tenía ni idea en esos momentos y no iba a perder la oportunidad de darse un baño de marketing en una reunión internacional con todos los minarquistas. Esos mismos que estos días claman por un Estado fuerte y una sanidad con todos los medios posibles. Díaz Ayuso se acoge al uso del término libertad (tiene a algún anarcocapitalista como Jorge Vilches detrás haciéndole los discursos), pide que el Estado sea mínimo (con muchas banderas y mucha nación, lo que no deja de ser contradictorio con los postulados liberales como bien expresó el historiador Elie Kedourie), pero en los momentos cruciales señala a ese Estado como culpable de haber causado una pandemia. Las libertades personales (entre las que se incluyen la de expresión y manifestación, aunque ésta en el PP gusta menos y por eso legisló la Ley mordaza) que tanto defienden deberían haber sido eliminadas pero sólo con las cosas de los “rojos”. Ni el fútbol (diputadas del PP acudieron a ver al Rayo Vallecano), ni el Congreso de Vox (la extrema derecha ha tenido la decencia de disculparse al menos), ni la reunión de los anarcocapitalistas aparecen en sus quejas.

La realidad es que las posibilidades de infectarse en la Libertycon de Díaz Ayuso son las mismas que las de cincuenta mil españoles de hacerlo en las del 8-M. De hecho igual hay más probabilidades en el caso de la presidenta. Sin datos objetivos, sin datos concretos de personas concretas, no se puede saber realmente nada que no vaya más allá de la especulación. Si se hace de Capitán A Posteriori para las manifestaciones del 8-M, también se puede hacer del aquelarre ultraliberal donde se pudo infectar Díaz Ayuso. ¿Pruebas? Ninguna. De hecho, al ser un acto internacional, la reunión de los ultraliberales pudo, incluso, ser más expendedora del virus. Lo peor de todo es que el nivel de la dirigencia política es tan bajo, tan malo, tan reducido a lo puramente espectacular, que este tipo de debates son los que se hacen centrales. Que si unos han provocados los muertos o que si otros lo sabían todo. Y quitando a Antonio Saceda y Francisco Arnau, más algunos médicos, ni dios sabía lo que podía pasar. Díaz Ayuso afirma que está en posesión de la verdad, esa verdad que ha encontrado al salir de una cueva colectivista y nos la quiere trasmitir, el problema es que más bien de donde ha salido es de una burocracia del partido que más dicterios y mentiras ha utilizado a lo largo de la historia. En los tiempos de la política espectáculo, por tanto de la negación de lo real en favor de las sombras (justo lo que pasaba en la caverna platónica), personajes como Díaz Ayuso y otros tienen mando en plaza institucional. Eso sí que debería aterrar a la población. Y en esto cada cual que mire al partido que desee y le apetezca.

Los bulos y mentiras diarios de Díaz Ayuso contra el Gobierno

No se extrañen que justo cuando estén leyendo estos párrafos la presidenta de la Comunidad de Madrid haya aumentado el número de mentiras y bulos que lleva varias semanas lanzando diariamente. Bien para justificar su ineptitud, bien para increpar al Gobierno del Estado y ocultar sus fallos, bien porque ya se conocen sus dotes intelectuales. Apoyada en el gran manipulador de la democracia española, Miguel Ángel Rodríguez, la presidenta sólo tiene un objetivo, comunicar todo lo que pueda, sin importar las contradicciones, para enmarañar el canal comunicativo y así intentar que sus errores pasen desapercibidos. Todo ello se entronca, además, en la táctica de acoso y derribo que viene impulsando Pablo Casado desde la calle Génova, esa misma sede pagada en dinero B, donde los ordenadores se arreglan a martillazos y los sobresueldos hacen parada en cada planta.

Aprendió bien a los pechos de Esperanza Aguirre el arte de la manipulación, el problema es que en aquellos tiempos se tenía comprada a toda la prensa con sede en Madrid y hoy en día hay muchísimos más medios, muchos de los cuales no se venden a las subvenciones de la Comunidad de Madrid. El férreo control, el llamar para despedir a trabajadores de la prensa y un canal televisivo totalitariamente dirigido son cosas del pasado, algo que Isabel Díaz Ayuso no puede utilizar en su favor. De ahí que vayamos conociendo las mentiras y las manipulaciones. Tampoco ha contado la presidenta, en realidad sus asesores áulicos porque no se distingue por pensar, con una coyuntura extremadamente aleatoria en su devenir y, por tanto, capaz de arrollar cualquier discurso o táctica comunicativa. No han caído sus asesores que en tiempos de emergencia el manual especifica que se tiene que comunicar poco y lo que se tenga atado, por ello millones de madrileños se preguntan a estas horas: “¿Cuándo llegarán los dos aviones con toneladas de material sanitario que decía la presidenta que había comprado en China?”. Hoy desde luego que no y mañana tampoco porque aún no ha comprado nada. Igual unas toallitas húmedas para tener en el aparta-hotel (¿lo está pagando ella de su bolsillo?) en el que se ha recluido para pasar su convalecencia por coronavirus. Esto no le importó para increpar al Gobierno, acusándoles de querer detener en las aduanas los materiales que llegaban inmediatamente. Una miserable actitud que ha quedado como una mentira más de las miles que salen del PP cada día.

También es mentira lo último que acaba de decir. Díaz Ayuso afirma que el Gobierno no les dio material en el último reparto realizado, que se lo han dado a populistas, independentistas y a un señor bolivariano, le ha faltado decir. No sabe ni lo que recibe, ni cuándo lo recibe porque está confirmado que a Madrid le han estado entregando material todos estos días, siendo requisado incluso de otras comunidades autónomas (como ha pasado con un millón de mascarillas que no llegaron a Castilla-La Mancha). Como se ha descubierto que no han llegado los dos aviones porque ni han saldo tiene que mentir pues Madrid ya se llevó lo que le tocaba. Que parece, además, que no está siendo convenientemente repartido porque son numerosos los sanitarios que se quejan de no tener los suficientes recursos. En comparación el flete de la Comunitat Valenciana sí ha llegado y sin problemas, como mañana y pasado llegarán los de otras comunidades autónomas. Difamaciones que la prensa afín, la que depende de sus subvenciones, no duda un instante en poner en primera plana tragándose a los días sus manipulaciones. ¿Rectificarán El Mundo, ABC o La Razón? Ni lo sueñen pero también han quedado retratados, como todos esos columnistas sobre-cogedores que vienen intentando convencer a la población de que Pedro Sánchez quiere instaurar una dictadura personalista.

Díaz Ayuso ha tenido problemas con UCIs que no han tenido prisa en habilitar, pero eso sí lanza el bulo mayor como es arrogarse la construcción del hospital de campaña en IFEMA. Lo hacen con un video donde tiene la cara, la jeta, el morro de compararse con China. Vale que luchar contra los comunistas es su máxima, su obsesión, su única meta en la vida, pero intentar comparar y querer vencer en una batalla donde China construyó un hospital desde la nada en diez días, con poner camas en unos pabellones muy amplios es grotesco y estrafalario hasta para la derecha española. Lo peor es que dicen haber sido sólo ellos y el Ayuntamiento de Madrid lo únicos intervinientes cuando ha sido la UME, por tanto el ministerio de Defensa, los trabajadores de IFEMA y el ministerio de Salud los que han estado detrás de todo. No hemos visto a Ignacio Aguado poniendo camas, ni al portavoz popular Alfonso Serrano llevando mantas, sí a los mandatados por el Gobierno central. Mienten a sabiendas pensando que la población es idiota. Porque de verdad creen que los españoles y las españolas son idiotas y se tragan todo lo que les digan. Por eso mienten sin reparo continuamente. Como bulo es decir que en Toledo hay 800 camas disponibles pero que Emiliano García Page no las quiere usar. Edificio hay, las camas igual las han visto en el PP madrileño en sueños. Además, el presidente manchego ha afirmado que, tipo hospital de campaña, abriría el hospital pero que en su región aún no están colapsados los hospitales.

Como se ha dicho anteriormente, y venimos contando en estas páginas, todo se enmarca en una estrategia donde las personas les importan bien poco, sino que están en la estrategia de derrocar al Gobierno de todas las formas posibles. Una de ellas es utilizar a Díaz Ayuso de ariete lanzando todos los días bulos y maledicencias contra Sánchez o contra Pablo Iglesias (este es su preferido). Mintieron cuando comenzó la pandemia y ahora mienten con los materiales que dicen no les han entregado, con los aviones que no han comprado, pero eso sí, no hay día en que Díaz Ayuso no haga campaña por alguna de las empresas del Ibex-35 que hace una donación insignificante mientras manda al paro a miles de trabajadores sin ningún tipo de misericordia en estos tiempos. No hay que culpar a la presidenta por hacer esa publicidad, al fin y al cabo se está buscando un lugar de trabajo para el futuro y son los mismos que deciden si ella u otra persona optan a dirigir alguna institución. De lo que diga la presidenta de la Comunidad de Madrid mejor no se crean ni una octava parte, salvo cuando dice que no sabe algo que ahí sí está siendo franca y sincera. Mucho agitprop pero resultados pésimos que intentan ser escondidos con mentiras y bulos.

Post Scriptum: Sí han tenido tiempo Díaz Ayuso y su equipo para aprobar el pelotazo urbanístico de la Operación Chamartín (ahora llamado Madrid Nuevo Norte) para beneficio de la clase dominante. Los equipos médicos no llegan, pero el negocio es el negocio.