Si no ha terminado por arrancárselos, no haga caso a lo que ven sus ojos, pasa a su cerebro y termina por analizar racionalmente. Nada de eso es verdad, es solamente una ficción que usted cree que puede haber sucedido pero no. Debe hacer caso a periodistas, gentes de los espacios y cualquiera que pase por allí. El Atlético de Madrid no juega mal al fútbol, tiene un proyecto claro y bueno, los árbitros no se equivocan y todo lo contrario es no hacer Atleti. Usted será un nazi o un comunista antiatlético, o un nazicomunista de esos que gusta criticar a los liberales —de las prohibiciones y el totalitarismo moral—.
Punto 1. El Atleti solo necesita tiempo para que los jugadores se acoplen.
Cierto que han llegado nuevos jugadores que deben acoplarse a sus otros compañeros, conocer al cuerpo técnico y coger la forma perfecta porque se ha empezado más tarde a entrenar por el Mundial de clubes. Se han ido ocho y han venido siete, dato importante. Esto nadie lo discute porque Baena debe acostumbrarse para ver por dónde y cómo se mueve Julián Álvarez, lo mismo que Almada debe interiorizar hasta dónde llega corriendo Giuliano. Esto es evidente y lo ven los propios ojos.
Lo que también observan es que la disposición táctica, de existir, es cuando menos extraña. Si se quiere que Ruggeri suba la banda, pueda romper líneas y combinar con algún compañero —hacer algún dos por uno en banda, por ejemplo— lo importante, por extraño que parezca, es que debe existir algún compañero en esa zona que cubre. Almada se mete por dentro para intentar crear algo de fútbol y le deja todo el carril al italiano, ergo siempre está en desventaja y se pega unas carreras enormes que pueden provocar que llegue tarde a cerrar en defensa. Luego que si el chaval no es que sea bueno, cuando fue el único que puso dos balones a la olla en la primera parte.
Se saca el balón desde atrás y los dos mediocentros están casi de delanteros obligando a los centrales y a Almada a jugar fuera de posición, aunque así Hancko logró filtrar un balón de ruptura a Sørloth para marcar el único gol y generar otras ocasiones de peligro. Si se hace patadón y que la baje el gigantón noruego ¿por qué no hay nadie a la espera del rechace? Si se prefiere atacar por la derecha, donde si se doblan lateral y centrocampista ¿por qué la devuelven siempre al centro o atrás? ¿Existe algún elemento eléctrico acoplado a los dídimos y si no la devuelven se activa pegándoles un chispazo en sus partes?
Estas y más cosas que se pueden observar en los últimos partidos no son jugadores fallando ocasiones —nadie tiene un 100% de acierto—, sino posicionamientos tácticos extraños. Como esos diez córners sacados a la nada. En este caso podía haber cambiado al lanzador o entrenarlos. Ya se ha dicho en estas páginas que se duda se entrenen todas estas situaciones. ¿Qué hacen Nelson Vivas y Gustavo López? ¿Aplauden o entrenan cuestiones tácticas? Porque no es de esta temporada, la anterior también sucedía.
Punto 2. Se ha fichado muy bien, una plantilla para pelear por todo… aunque haría falta algún fichaje más.
Se han ido ocho jugadores y han venido siete. Es evidente que uno no se ha reemplazado, por ahí mal se va. Ilusión con los fichajes se vendió y hoy alguno está dudando hasta de los que posiblemente sean buenos. Se han cambiado sofás por sofás en defensa Hancko, Ruggeri y Pubill por Azpilicueta, Witsel y Reinildo. En el resto del campo se ha cambiado un sofá por un canapé con Johnny pero el resto son sillas que se han cambiado por taburetes. ¿Sirven para sentarse? Sí, pero no son del gusto del entrenador que prefiere taburetes. De hecho, en los dos post-partidos ha pedido un taburete.
La dirección deportiva se ha liado a fichar ofertas, cosas que entendía que eran aprovechables y que se pudiesen pagar en cómodos plazos. Mientras que ha hecho operación limpieza buena, las ideas respecto a lo que había que fichar se han agotado tras Baena y Almada. Con otro añadido, el cuerpo técnico es muy cerrado en algunas cuestiones tácticas. A cualquier otro entrenador le traes siete fichajes e intenta, con esos jugadores, montar un equipo bien trabajado con respecto a esas características. El Cholo Simeone es fiel a unas ideas, tenga o no tenga los jugadores necesarios para ello. Y esto es lo que se ha visto estos dos partidos. 5-3-2 en fase defensiva y todos por ahí en fase ofensiva. No le sacas del doble pivote ni con hierros candentes. Le traes jugadores para poder utilizar, por ejemplo, un 4-3-3 pero no lo va a intentar porque no le cuadra y le ha ido bien no cuadrándole. Salvo las últimas dos temporadas y el comienzo de esta. Error del área deportiva no fichando lo que quiere el entrenador: taburetes.
Punto 3. Los árbitros no se han equivocado.
Otros equipos salvan encuentros con penaltis a favor por dudosos que sean. Incluso se piden otros inexistentes o se quejan de tarjetas amarillas para amedrentar. En el Atleti nunca se equivocan los árbitros. Ayer hubo un ushiro-nage claro a Raspadori y no pasó nada. Nadie se ha quejado. Pero es que inmediatamente hubo un claro penalti a Gallagher, la pierna derecha del defensor contacta con la izquierda de apoyo del rojiblanco, y nadie dice nada. En televisión los tres que estaban ni lo vieron y ni entrenador, ni cuerpo técnico, ni jugadores protestó salvo el inglés. Termina el partido y nadie habla de robo, aunque sea exagerando, para que, al menos, repitan las jugadas —las cuales han desaparecido de las grabaciones del CTA—.
Lo paradójico es que mientras se dice que hay que tener paciencia con el equipo y que tienen que acoplarse, negar decir que hubo dos penaltis clarísimos supone reconocer que se había jugado tan mal que hubiese sido hasta injusto. El primero el entrenador y luego los demás. Pero esto no trata de justicia sino de meter más goles y conseguir puntos y por un error clarísimo de los colegiados se impidió tirar un penalti que podía haber sido decisivo. El año pasado sucedió lo mismo al comienzo, con exceso de tarjetas amarillas, y así pasó durante todo el año, siendo el hazmerreír de primera división, parte de la segunda y, sin duda, de UEFA y FIFA. Igual va siendo tiempo de señalar estas cosas desde el palco, el vestuario y los medios de comunicación.
De momento hay culpas repartidas entre jugadores, técnicos, directiva y afición. Errores en muchos aspectos —la afición se ha vuelto de lo menos exigente con el fútbol, al menos, en mucho tiempo—, subsanables si no cierran los ojos a la realidad. Vale que intenten que las personas carezcan de criterio, que nieguen lo que ven sus ojos, pero es que es tan evidente lo que pasa que ni el Gran Hermano puede ocuparlo todo.
Les ofrecemos las novedades de ficción, reediciones y no ficción literaria de la semana entrante (25-29 agosto). La presentación de las obras se hace tomando los textos de publicitación de las obras tal y como ofrecen las editoriales o las distribuidoras, sin ningún tipo de apreciación sobre ellas, salvo la elección de unos u otros títulos.
Narrativa
Valérie Perrin, Tatá. Duomo. 20€
Agnès no da crédito cuando la policía le pide que identifique el cuerpo de su tía Colette, que acaba de fallecer. No es posible, lleva muerta tres años; sus restos reposan en el cementerio de Gueugnon. Sin embargo, ahí está: es ella. Entonces, ¿quién yace en su tumba, tras la lápida con su nombre? ¿Y por qué Colette hizo creer a todos durante tres años que estaba muerta?
Gracias a viejos amigos, testimonios inesperados y una misteriosa maleta llena de casetes, Agnès comienza a desenredar secretos y a reconstruir la historia de una familia, la suya. Siempre había visto a su tía Colette como una mujer que pasó por la vida sin dejar huella, pero ahora entiende lo que nunca se debe olvidar: todos tenemos una historia, todos tenemos algo que contar.
¿Pueden las palabras, escritas o habladas, cambiar nuestro presente y, más aún, regalarnos otro pasado? Con una delicadeza conmovedora y una voz única, Valérie Perrin, la gran narradora de nuestras vidas, une el destino y las existencias de varias mujeres y firma una novela magistral que ilumina lo más profundo y humano que nos habita.
Merethe Lindstrøm. Días en la historia del silencio. Errata Naturae. 21,50€
Hay días en los que Eva ya apenas recuerda la voz de Simon, en los que le cuesta imaginar cuál era su tono exacto, la cadencia de sus frases. Como si algo se hubiera secado en su interior, poco a poco Simon zozobra en el mutismo y el ensimismamiento. Han pasado décadas juntos: médico él, maestra ella, se han acompañado y ayudado, han tenido tres hijas que han criado en un hogar confortable. Ahora Eva intenta aceptar y afrontar ese silencio que se apodera de su vida diaria. En esa nueva y desconocida soledad, el pasado, incontenible, la asalta, y los pesados secretos que ella y su marido ocultaron con tanto empeño, sin desvelarlos siquiera a sus hijas, resurgen con fuerza. Única portadora y guardiana de las confidencias de ambos, le parece cada vez más difícil callarlos…
Enrique Jardiel Poncela. Los 38 asesinatos y medio del castillo de Hull. Reino de Cordelia. 15,95€
De los textos apócrifos protagonizados por el gran Sherlock Holmes, ninguno es equiparable en humor a las novísimas aventuras de este detective escritas por Enrique Jardiel Poncela. En ellas, Holmes, al que todos creían muerto en las cataratas del Niágara, convence al propio Jardiel para sustituir al Doctor Watson. Y así, con su característico poder deductivo, emprende la resolución de una serie de misteriosos crímenes, entre ellos ‘Los 38 asesinatos y medio del castillo de Hull’, donde el autor hace gala de un ingenio hilarante, con personajes como el violinista rumano Chulesko y otros que tienen voz «de patinador noruego», tardes que caen «sin hacerse daño» y, en general, un alarde de humor absurdo que mantiene constantemente la sonrisa en los labios del lector.
Everett Ruess. Una belleza insoportable. Periférica. 19,50€
En 1930, movido por la sed de aventura, y con sólo dieciséis años, Everett Ruess, escritor y pintor en ciernes, emprendió en solitario el primero de cuatro viajes por las inhóspitas y míticas tierras del oeste estadounidense. Un halo de leyenda envuelve su prematura desaparición, cuando apenas contaba veinte años.
Justo después del crack bursátil del 29, decidido a llevar una vida sencilla, y con la sola compañía de un sol implacable, sus ansias de absoluto y sus burros, Everett Ruess se retiró del mundo, en pos de experiencias y de la belleza suprema que le servirían de inspiración para sus poemas, sus ensayos y sus xilografías. En 1934 desapareció misteriosamente en las soledades de los desfiladeros de Utah.
Hasta nuestros días apenas ha llegado el retrato con el que lo inmortalizó la fotógrafa Dorothea Lange, así como un puñado de pinturas y textos, entre ellos, las cartas que escribió a sus familiares y amigos, y que son el testimonio único de su anhelo de libertad y, sobre todo, de su extraordinaria comunión con un paisaje indómito hecho de cañones vertiginosos, barrancos escarpados, altas mesetas y ríos salvajes. En estas cartas, asistimos al dibujo de una vida intensa y sin ataduras: seguimos las lecturas de su autor, admiramos su determinación, comprendemos su aversión por la civilización y la urbanidad –«siento desazón al pensar que las personas son marionetas conducidas por fuerzas invisibles que las gobiernan»– y sufrimos con los infortunios que le depara el trato con una naturaleza a veces despiadada. El escritor Munir Hachemi, traductor de este volumen, ilumina en su prólogo la figura del novelesco y legendario Everett Ruess.
Juan Bolea. Parecido a un asesinato. Alrevés. 21€
Eva Enciso nunca ha sido una mujer temeraria, pero tampoco se ha dejado vencer por sus miedos. Ahora, al frente de la galería de arte que heredó de su padre, intenta abrirse camino en un mundo que apenas conoce y en el que cada movimiento parece ponerla a prueba. Su matrimonio con el escritor Nazario Goyena es un refugio, aunque no está exento de sombras. Su pasado, encarnado en un exmarido violento y obsesionado con ella, acecha cada uno de sus pasos.
Cuando una serie de acontecimientos inquietantes sacuden su vida —llamadas amenazantes, errores inexplicables de su hijastro Álex, y la presencia de una mujer cuya ambición la desafía—, Eva empieza a sospechar que su realidad es mucho más peligrosa de lo que imaginaba. Pero la mayor amenaza aún está por revelarse…
Con una ambientación envolvente y una intriga psicológica magistralmente hilada, Parecido a un asesinato nos sumerge en un thriller en el que el peligro y la paranoia se entrelazan en cada página. Juan Bolea firma una historia en la que el arte y la traición conviven con la duda más aterradora: ¿hasta dónde puede llegar alguien para destruirte?
Cristina Cerrada. La última tentación de Eva. El Paseo. 12€
Ruth, una monja seglar que trabaja como asistente social en un centro de acogida de menores, vive y cuida de su hermana, Camila, en el piso de esta. Ambas arrastran un trauma, como consecuencia de un hecho sucedido cuando eran niñas; una tragedia familiar que determinó sus vidas, en apariencia tan opuestas. Una noche, Ruth encuentra a una menor, Eva, que duerme en la calle con su bebé. Sin dudarlo, la monja acoge a la madre y al hijo. Poco tiempo después, Ruth conoce a un hombre, el bibliotecario Leon, con el que inicia una relación romántica, lo que la lleva a entrar en conflicto. Todo se complica cuando Eva desaparece, abandonando a su hijo, y dejando a Ruth y a su hermana Camila en una complicada situación.
Con un estilo sugerente y preciso, La última tentación de Eva pone en tela de juicio una de las señas de identidad de nuestra cultura occidental: la contradicción en que se debaten nuestras sociedades entre el anhelo por la trascendencia y la necesidad de construir una vida guiada por lo racional y el deseo de lo inmediato.
Mary Webb. Siete para un secreto. Libros de Seda. 22,25€
Gillian Lovekin es la hija del granjero rico del pueblo y siempre ha ido por ahí dándose aires de grandeza. Uno de los trabajadores de su padre, Robert Rideout, está enamorado de ella, pero Gillian no le hace caso, no es más que un jornalero. En cambio, la llegada de alguien nuevo al pueblo sí le interesa: es Ralph Elmer, que viene acompañado de sus sirvientes, Fringal y Ruth, para hacerse cargo de La posada de la sirena, la taberna del pueblo. Ralph se deja querer, aunque en realidad no está interesado en la chica. Sin embargo, al ser descubiertos, se ven obligados a casarse.
Robert sabe que Ralph trae consigo un secreto y, desesperado por el desamor de Gillian, que en realidad no quiere a su marido, se empeña en descubrir aquello que oculta el nuevo dueño de la taberna. Solo lograrán desvelarlo si consiguen que la persona implicada hable, y no será tarea fácil.
Charlaine Harris. La casa de los Julius. Lira Ediciones. 16,95€
La bibliotecaria Aurora Teagarden está a punto de comenzar una nueva vida: se casa con el enigmático Martin Bartell y se muda a la misteriosa casa de los Julius, donde una familia entera desapareció seis años atrás sin dejar rastro.
Pero lo que empieza como una idílica luna de miel se transforma en una inquietante investigación cuando Aurora, incapaz de ignorar su instinto detectivesco, empieza a hurgar en el pasado de la familia Julius. A medida que explora cada rincón de la casa y hace preguntas incómodas, Aurora descubre que el peligro podría estar bajo su propio techo.
Christian Bobin. Un ritmo de locos. El Gallo de Oro. 16€
Debemos llevar una doble vida en nuestras vidas, una doble sangre en nuestros corazones, la alegría con la tristeza, la risa con las sombras, dos caballos en el mismo carruaje, cada uno tirando por su lado a un ritmo de locos.
Juan Durán. El café que nunca fue. Valparaíso. 15€
¿Recuerdas la mirada de tu padre cuando crecías? ¿Sus abrazos y sus consejos? ¿Sabes lo que duele cuando no está? Tal vez uno crea que un café pueda curar años de ausencia, pero es extremadamente difícil aliviar un corazón herido por la indiferencia.
En un relato directo e introspectivo, el narrador presenta la historia de Daniel, un hijo que sufre los desencuentros y los silencios de un padre que no supo estar cuando su presencia era fundamental. De esta forma, las heridas emocionales, la apatía, el orgullo y las ausencias pueblan como fantasmas los días del protagonista hasta que toma la decisión de mirar a los ojos queridos y enfrentarlos.
Pero esa decisión puede ser devastadora. Desafiar al dolor tiene un precio muy caro y puede ser desgarrador. Sin embargo, quizás sea la única forma posible para seguir viviendo.
Gustavo Ferreyra. La familia. Ediciones Godot. 18,90€
La familia es una novela sin concesiones que recorre más de un siglo de historia a través del prisma oscuro, filosófico y sarcástico de tres generaciones de hombres atrapados en las redes del vínculo familiar. El eje de la historia es Sergio Correa Funes, un hombre devastado por la pérdida que decide fundar un movimiento para destruir la institución familiar. El texto se trata de un artefacto literario desbordado, desafiante y lleno de pliegues narrativos, donde el delirio, la filosofía, la sexualidad, la miseria emocional y la lucidez extrema conviven sin jerarquías.
Gustavo Ferreyra. El director. Ediciones Godot. 17,90€
En El director se entrelazan cuatro voces para dar forma a una historia en la que quedan expuestas todas las obsesiones de un director de escuela al que le diagnosticaron una enfermedad terminal. El pasado, el futuro, él mismo y la (¿polémica?) novela que escribió se alternan para exhibir las preocupaciones de un hombre que parece estar rendido frente a su propia realidad: vivir con su madre, estar solo y padecer la incertidumbre sobre su propia vida.
Gustavo Ferreyra. El amparo. Ediciones Godot. 16,90€
Alfredo, el protagonista, es un mayordomo con un trabajo muy peculiar: agacharse ante el Señor (de quien desconocemos nombre alguno) y recibir los carozos de las aceitunas que él escupe. Alfredo está conforme, es bueno en lo que hace y se siente bien dentro de la mansión, a pesar de que el trabajo es humillante. Sin embargo, su estabilidad tambalea cuando Alfredo se entera que será reemplazado. En El amparo se narra la tensión entre lo que tenemos, lo que queremos y lo que podemos. Con ecos kafkianos Ferreyra construye un universo cerrado, simbólico y brutal donde la alienación se traduce en rituales íntimos y grotescos. Lo real y lo imaginario se confunden sin estallar nunca: el poder es absoluto, pero la rebeldía anida en los repliegues de la conciencia.
Ian Rankin.Azul medianoche. RBA. 22,90€
En una de las prisiones más infames de Escocia, un convicto es brutalmente asesinado en su celda. Al lado duerme John Rebus, que ha sido condenado y encerrado y ahora vive al otro lado del muro de la justicia. Pero Rebus activa su instinto natural y se involucra en una trama de conspiración, corrupción y muerte. Sin placa y sin autoridad, caminará por la cuerda floja, con su vida en peligro a cada momento.
Colin Dexter. El misterio de la tercera milla. Siruela. 21,95€
Hace casi una semana que no hay noticias del profesor Browne-Smith, de la Universidad de Oxford. El viernes 11 de julio cruzó frente a la portería sobre las 8.15 de la mañana, y desde entonces nadie lo ha vuelto a ver. Extraño, piensa el inspector Morse. Realmente extraño.
Y es que el señor Browne-Smith no es un profesor cualquiera. Le dio clases a Morse durante su época universitaria, y es la razón de que este desarrollara su desquiciante obsesión por la gramática y la ortografía. Por eso, el inspector no tiene dudas: su maestro nunca habría desaparecido una semana sin dar señales de vida. Y una semana es tiempo más que suficiente para que alguien cometa un asesinato…
Cuando la policía descubre un cadáver irreconocible en el canal, el caso se precipita y Morse inicia una investigación que lo obligará a emprender un viaje por la historia más reciente y oscura de Europa, desde el Egipto de la Segunda Guerra Mundial hasta el Londres de la década de 1980.
Domingo Villar. Ojos de agua. Siruela. 16€
Entre el aroma del mar y de los pinos gallegos, en una torre residencial junto a la playa, un joven saxofonista de ojos claros, Luis Reigosa, ha aparecido asesinado con una crueldad que apunta a un crimen pasional. Sin embargo, no mantenía una relación estable y la casa, limpia de huellas, no muestra más que partituras ordenadas en los estantes y saxofones colgados en las paredes.
Leo Caldas, un solitario y melancólico inspector de policía que compagina su trabajo en comisaría con un consultorio radiofónico, se hará cargo de una investigación que lo llevará de la bruma del anochecer al humo de las tabernas y los clubes de jazz. A su lado está el ayudante Rafael Estévez, un aragonés demasiado impetuoso para una Galicia irónica y ambigua, e incluso para el propio Leo, que busca entre sorbos de vino los fantasmas ocultos en los demás mientras intenta sobrevivir a los suyos. Gracias a la labor del singular tándem Caldas-Estévez, la verdad termina por aflorar, llevándonos a desentrañar el secreto que esconden los Ojos de agua.
Lina Meruane. Señales de nosotros. Altamarea. 10,90€
Chile, años setenta. Una joven se educa en un colegio inglés que recalca el principio de que sin esfuerzo y sin dolor no hay recompensa. Se esmera por ser una alumna ejemplar, por demostrar que merece estar en esa institución privilegiada. Fuera, la Junta Militar de Pinochet tortura cuerpos, exilia personas, incinera cadáveres a la vez que intenta ocultar la violencia económica y política. Dentro, el colegio procura que nadie sepa nada. Que nadie se entere, a pesar de las sospechas, los indicios. En Señales de nosotros, acaso su libro más urgente, Lina Meruane repiensa el silencio y las mentiras entre los que creció toda una generación de chilenos, y las fisuras que permitieron el inexorable descubrimiento del horror. Una poderosa meditación sobre el Chile del pasado que es el Chile del presente.
Noemí Sáiz Sáiz. A fuego lento. Sekotia. 19,95€
Una novela con ecos de realidad, donde tanto padres como adolescentes se verán reflejados en vivencias llenas de amor, amistad, tecnología, relación de familia y perdón, todo ello narrado desde una mirada esperanzadora. ¿Estás tan seguro de que conoces bien a tus hijos? ¿Merece la pena perder a tu familia por unos amigos y las redes sociales? En A fuego lento, Noemí Saiz nos sumerge en una novela vibrante que entrelaza con maestría el mundo juvenil y el adulto, creando una historia tan real como conmovedora. Marta Gutiérrez Martín, una preadolescente ejemplar, empieza a alejarse de su entorno familiar cuando, a escondidas, comienza a usar un móvil que la conecta con nuevas amistades… y con una doble vida. Lo que empieza como un juego termina por llevarla a relaciones tóxicas, mentiras y a un comportamiento que desconcierta a sus padres. Cuando la verdad y los motivos de este cambio salen a la luz, sus padres consultan con un viejo amigo de la familia, director de un centro educativo. Entonces, cambian de colegio a Marta, e inicia un viaje interior que la lleva a reconstruirse, a perdonarse y a redescubrir el verdadero valor de la familia, la amistad auténtica y el amor sincero. A fuego lento es una novela profundamente humana que aborda temas actuales como las redes sociales, la presión del grupo, el perdón, el poder de la segunda oportunidad y el papel de los padres en la educación de sus hijos. Todo ello, con una delicada mirada cristiana que no impone, sino que propone con elegancia y hondura. Perfecta para jóvenes lectores que buscan historias con alma, y para padres que desean entender mejor los desafíos de la adolescencia. Una lectura envolvente que entretiene, cuestiona y, sobre todo, enseña sin dar lecciones. «De la necesidad de explicarle parte de lo que es la vida a mi hija mayor, nació «A fuego lento». Un libro que habla de adolescencia, de heridas que no siempre se ven, del amor que insiste y del perdón. » Noemí Saiz, autora de la obra.
Alejandro G. Roemmers. Vivir se escribe en presente. Berenice. 15,95€
Fernando, tras una carrera brillante aunque despreciada por su padre, un exitoso ingeniero, se acaba de iniciar como periodista cuando se cruza con un rico empresario que le propone, para su sorpresa, la tarea de encontrar a su hijo, Michael, que ha partido sin dejar rastro tras una vida que le satisfaga. La trama llevará a Fernando a escenarios bellísimos de la Patagonia y a playas del Caribe que el autor describe con esmero. Esos escenarios invitarán al lector a detenerse en el disfrute de la naturaleza y a reparar en el desprecio del ecosistema. Las tragedias se suceden, como también los momentos de felicidad que brotan a menudo de las cosas más simples y sencillas. Late en estas páginas una oda a la amistad, a apostar al otro. Alejandro G. Roemmers nos propone una historia inteligente que desnuda la incomunicación, las rigideces, los tabúes, las represiones y la forma egocéntrica y carente de empatía a la que nos conduce la vida urbana, autómata e inconsciente. Una novela memorable, un viaje de autoconocimiento y reflexión sobre la forma en que vivimos. Vivir se escribe en presente» no es solo una novela, es una experiencia que te acompañará mucho después de haber leído la última página.»
Novela gráfica, cómic, ilustrados
Atonio Sach y Alex Santana. Black Candy. Tengu. 28€
Jehona y Zero son huérfanos. Ella es epiléptica y practicante de artes marciales. El tiene síndrome de down y es objeto de bullying en el centro de menores donde ambos esta?n internados.
Cuando sus destinos se encuentran, nace entre ellos una férrea amistad. Una noche, durante el transcurso de una travesura, Jehona y Zero acceden a sus expedientes y descubren que son hijos de dos prostitutas asesinadas la misma noche.
El crimen nunca ha sido resuelto. En un arrebato de rebeldía y autoafirmación, Jehona y Zero se escaparán del centro de internamiento y emprenderán juntos un viaje hacia el pasado en busca de sus orígenes y de los asesinos de sus madres.
Poesía y Teatro
Francisco Bejarano. Los demonios de la melancolía. Renacimiento. 12,90€
Francisco Bejarano nació en Jerez en 1945. Ha publicado los libros de poesía Transparencia indebida (1977), Recinto murado (Renacimiento, 1980), Elogio de la piedra (1981), Las tardes (Renacimiento, 1988), Antología (1929-1987) (1990), El regreso (Renacimiento, 2002), Un juego peligroso (Antología poética 1977-2002) (2011) y Contra el júbilo (Renacimiento, 2024). En prosa es autor de Las estaciones (1998) y Consolación de melancólicos (2000). Ha publicado la recopilación de artículos costumbristas de crítica social La torre de marfil (Renacimiento, 1991) y el ensayo Manual del lector y escritor modernos (Renacimiento, 1999). Por Las tardes obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en 1989. Por sus artículos periodísticos ha recibido los premios «Julio Camba» y «José María Pemán». Está incluido en las más importantes antologías de poesía contemporánea y traducido al italiano, francés, inglés y alemán. Aparte de su labor creativa, ha sido director de las revistas literarias Fin de siglo y Contemporáneos.
José Luis Vicario. Ultramarino. Sonámbulos. 17€
Las travesías entre Europa y América permitieron alargar la reflexión del recorrido y profundizar en un documento marino que ordena recursos de atención. La navegación, el horizonte, la búsqueda despojada y el desarraigo son referencias trabajadas en la investigación previa al viaje. Estas nociones destellan en los poemas, y el análisis de la percepción emocional tiene prioridad en el desarrollo creativo donde el paisaje transatlántico tantea nuestra capacidad de ser.
María Julia Terrazas. Poesía completa. El Gallo de Oro. 16€
María Julia Terrazas trazó en sus versos un mapa emocional de Bilbao, su ciudad natal, a la que siguió entregada incluso desde la distancia. Esta Poesía Completa reúne sus obras más representativas, Buenas noches, Ría (1969) y Sirimiri (1979), revelando la voz íntima de una autora marcada por el desarraigo, la memoria y una ternura sin concesiones. Instalada en Madrid desde joven, vivió siempre con un pie en su tierra, que evocó con precisión y melancolía. Lejos de los focos literarios y silenciada en parte por su condición de mujer, construyó una poesía serena y lúcida, profundamente arraigada en la vida cotidiana de la ciudad que la vio crecer. Este volumen es una invitación a recorrer el Bilbao que fue y que, gracias a estos versos, aún perdura.
Santiago González-Varas Ibáñez. Fausto-pop. Guillermo Escolar. 14€
Fausto-pop es una original adaptación del mito de Fausto a nuestro tiempo, sobre el que este libro reflexiona a fondo. Escrita en distintos registros, la obra pretende constituirse en un referente cultural de nuestro tiempo.
En este libro no se eluden la extravagancia y el humor, que salpimientan sus páginas, como cuando se relatan las peripecias del diablo y Pfeffer-King, su protagonista, asociados para emprender proyectos inmobiliarios en la costa levantina, proyectos que tropiezan una y otra vez con la Administración, a la que Santiago González-Varas dedica una punzante sátira.
Pero tampoco se evita la profundidad intelectual, ejemplificada en sesudos diálogos con literatos y pensadores alemanes, o en la propuesta de un nuevo modelo social, de bases estéticas, con el que Pfeffer-King se propone salvar el mundo. Y tampoco se renuncia al estilo, pues el autor entremezcla diversos tonos literarios, desde el lenguaje poético hasta un uso renovado del expresionismo más crudo y cruel.
La obra abunda en las paradojas: el diablo se convierte en un auténtico vividor. El protagonista, Pfeffer-King, escritor idealista, acaba invadido por la negra y profunda melancolía.
Hervé Collet y Cheng Wing fun. El arte de la ebriedad. Cántico. 21,95€
La iluminación etílica a través de la poesía clásica china. Para los poetas chinos de antaño, el vino era tan importante como la tinta o el pincel. La embriaguez que procura permite sintonizar con el curso natural de las cosas, entrar en comunión con las circunstancias, estar en fase con el flujo del instante eternamente presente. El vino introduce al hombre en una sabiduría más allá de toda moral: permite olvidar el pasado y despreciar el futuro para dedicarse por completo al presente, en una maravillosa contemplación del mundo. Siguiendo la línea de El arte de vivir según el Tao y El arte de la siesta, Hervé Collet y Cheng Wing fun han recopilado aquí los textos más embriagadores de esta tradición, desde Tao Yuan-ming, gran poeta y filósofo amante del vino, hasta Lu Yu (1125-1210), «el anciano que solo hace lo que le place», pasando por Li Po, «bebiendo solo bajo la luna».
No ficción literaria
Diego Martínez Torrón. El viejo librero. Renacimiento. 21,90€
El viejo librero. Cultura del tiempo perdido constituye un importante ensayo que clarifica las características del arte y la cultura que vivimos en los inicios del siglo XXI, los modos peculiares que le definen, sus riesgos y sus aportaciones. Una reflexión sobre la decadencia y el futuro, por un autor independiente, que muestra a la cultura como la auténtica solución en estos momentos de cambio. Con una defensa razonada de la tradición española y europea, este libro constituye el testimonio de quien ha vivido una época que termina. Un canto a la libertad y a la buena literatura, con un cúmulo de pistas para un lector avisado.
Clarice Lispector. Agua viva. Siruela. 16,95€
¿Dónde están los límites del lenguaje? Este texto es una vivencia —no una reflexión— sobre esos límites. Para avanzar más allá, en busca de la «entrelínea», la voz femenina que nos habla deberá pedir auxilio a la música, y en especial a la pintura, para acercarse al it, ese punto central de lo vivo que Lispector persiguió en todas sus obras.
Vaga epístola a un destinatario mudo, Agua viva supera en todo momento las fronteras de esa amplia familia de las cartas de desamor a la que en parte pertenece. Más allá de la pasión, el texto apunta —con todas las armas: palabra, color y nota— al centro de la vida, y desafía a la muerte con su defensa de la alegría.
Les presentamos las novedades de ensayos, historia y otro tipo de lecturas (vinculadas a la no-ficción) que se publican en España la próxima semana (25-29 agosto). La presentación de las obras se hace tomando los textos de publicitación de las obras tal y como ofrecen las editoriales o las distribuidoras, sin ningún tipo de apreciación sobre ellas, salvo la elección de unos u otros títulos.
Ensayos
Miguel Morey. Nuevas doctrinas de la soledad. Sexto Piso. 34€
Tras casi dos décadas, Miguel Morey retoma el gesto que dio forma a Pequeñas doctrinas de la soledad y lo prolonga en este libro con la misma lucidez que caracteriza toda su obra ensayística. En este nuevo volumen plasma una constelación de textos que oscilan entre el ensayo, el pensamiento eminentemente filosófico y la literatura, desplazando el centro del discurso para dejar que las ideas logren respirar en el claroscuro de lo fragmentario. La mirada de Morey, ahora más literaria pero siempre filosófica, pasa revista a figuras clave del pensamiento y el arte –Nietzsche, Foucault, Deleuze, Benjamin, Handke– y se interroga por temas como la experiencia del presente, la imagen y las artes visuales, la lectura, el lenguaje y la traducción.
¿Qué persigue el autor con ello? Una travesía, «abrir una puerta en el pensamiento del lector que lo conduzca hacia una experiencia de conocimiento que tan solo el lector puede hacer, y cada lector la suya. Tal como en una buena conversación». Nuevas doctrinas de la soledad nos sacude para sacarnos del embrutecimiento de lo cotidiano y obligarnos al complicado ejercicio de pensar. Una vez más, Morey sorprende con su erudición y sus reflexiones cargadas de inteligencia.
Julián Santos y Fernando Rampérez. Corporales. Asimétricas. 25€
Atento a la vieja tradición filosófica que pone el cuerpo en lo aparente, lo que aquí se escribe se inserta en esa tradición, pero al tiempo, y en rigor, la lee de otra manera. Porque, efectivamente, el cuerpo es ficción, y como tal se esconde en la apariencia, cambia continuamente, se presenta como lo que no es. El parecer marca su realidad, y parecer es estar en relación con otro, para otro, para el otro. Un cuerpo no tiene en sí. Siempre que se da lo hace en apariencia, aparentando, en imagen; si bien, y dicho de un modo más preciso, ese presentarse no oculta ninguna verdad eludida, ningún ser cierto en otro lugar bajo el camuflaje de la apariencia. Visto así, es una invención. También esto vale para todo cuanto se dice y se pinta sobre él, para este discurso sobre el cuerpo, para estos Corporales que envuelven y se añaden al cuerpo, que lo recogen de algún modo, pero que también lo cubren, lo tapan sin saber jamás lo que encubren. Y todo ello por más lucidez que les obligue y por mucho que el cuerpo sobre el que escriben sea un cuerpo completamente abierto.
Martine Leibovici y Juan Pablo Yáñez (eds.). Miguel Abensour. Katz. 13€
Filósofo de la utopía y de la resistencia, Miguel Abensour concibió la lectura como una práctica política capaz de reanimar el pasado e interpelar nuestro presente.
Frente a las catástrofes del siglo XX y la persistencia de nuevas formas de dominación, su pensamiento propone un camino singular: el de una filosofía política crítica, sensible a la pluralidad, la disonancia y el deseo de emancipación.
Este libro reúne contribuciones de Katia Genel, Horacio González, Martine Leibovici, Arthur Guichoux y Juan Pablo Yáñez que exploran las lecturas que Abensour hizo de Marx, Adorno, Arendt, Lefort y Levinas. Lejos de cualquier intento de sistematización, la obra de Abensour se despliega en forma de interrogación permanente, como una conversación inacabada entre tradición y actualidad. En sus lecturas –sintomáticas, oblicuas, hermenéuticas–, Abensour persigue las huellas de una política que no se deja reducir a la gestión del poder: una política fundada en la libertad, abierta a la alteridad y sostenida por el impulso utópico de imaginar otro mundo posible.
Historia y biografías
Juan Toro Barea. Diego de Morón. Almuzara. 25€
Guitarrista singular, heredero del duende flamenco más puro, Diego de Morón es una figura mítica del arte jondo. Esta biografía es un viaje emocional a través de su vida y de la historia de una dinastía flamenca, los Torres-Amaya, desde la voz de quien fue su alumno, amigo y admirador más fiel. Con una prosa vibrante y sentida, este libro recoge la memoria viva de un genio inclasificable, entre el desgarro y la inspiración, entre la marginalidad y la gloria. Entre la leyenda y la carne. Un relato apasionado que ilumina las luces y sombras de un artista que nunca buscó el reconocimiento, pero que se convirtió en referente de una forma de tocar, de sentir, de vivir el flamenco. Esta no es solo la biografía de un guitarrista. Es un acto de justicia. Un testamento del alma. Un himno al duende.
Manuel García Parody. Reinas y regentes de España. Almuzara. 21€
Sumando los reyes godos y suevos, los emires y califas de Al Ándalus, los reyes de los diferentes reinos cristianos y de las taifas, Habsburgos, Borbones más un Bonaparte y un Saboya, en España hemos tenido alrededor de cuatrocientas cabezas coronadas. Salvo doce reinas, los demás fueron varones. De ellas, cinco reinaron en Castilla-León y Navarra, y una en Aragón, más Isabel II, que fue la única reina de España. En este libro se recogen las biografías de estas mujeres, más las de otras dos reinas consortes que, de hecho, mandaron más que los titulares —Toda de Pamplona e Isabel de Farnesio— y las de aquellas que ejercieron como regentes. La mayoría de esas monarcas titulares y regentes fueron buenas gobernantes. Solo dos de ellas, la regente María Cristina de Borbón y la reina Isabel II, fueron la excepción de esa excelencia que caracterizó la trayectoria de las mujeres cuando les cupo la posibilidad de reinar. Manuel García Parody, catedrático de Geografía e Historia, nos brinda un apasionante viaje por la historia de la monarquía española cuando esta recayó sobre mujeres, muchas de las cuales se encontraban lejos del trono al nacer. A través de estas páginas, conoceremos sus fascinantes vidas, marcadas por avatares políticos, sacrificios y desafíos que enfrentaban el corazón y la razón por el porvenir de su pueblo y sus linajes, con el fin de otorgarles la notoriedad que merecen por el relevante papel que la gran mayoría de ellas desempeñaron en la configuración de España y su historia.
Religión
Luigi Giussani. El encuentro que despierta la esperanza. Ediciones Encuentro. 14€
Estas páginas ofrecen las lecciones, el diálogo en asamblea y la síntesis, hasta ahora inéditos, de Luigi Giussani con jóvenes universitarios de Comunión y Liberación en un curso de Ejercicios Espirituales en 1985.
Don Giussani señala un temor común en la sociedad: el miedo a nuestra humanidad y a no satisfacer nuestras necesidades profundas. Esto lleva a centrarse ansiosamente en metas materiales e inmediatas, con escepticismo hacia el deseo de plenitud al que estamos llamados. Ante esto, Giussani propone una inversión de perspectiva: las necesidades del corazón, apagadas, olvidadas y sofocadas, solo se reactivan gracias a un acontecimiento, a algo que sucede, al encuentro con un Tú.
Esto es el cristianismo en el mundo: el encuentro con el Misterio hecho carne, presente hoy en compañía de la Iglesia. Un encuentro que cambia toda la vida, orienta los estudios, perfecciona los afectos, cambia el trabajo. Un acontecimiento que reaviva lo humano y despierta la esperanza.
Les ofrecemos las novedades de la semana entrante (novela, poesía, teatro, ensayo, historia…) del grupoPlaneta (27 de agosto). La presentación de cada obra es la ofrecida por la propia editorial, sin ningún tipo de apreciación sobre ellas, salvo la elección de unos u otros títulos.
Narrativa
Leonardo Padura. Morir en la arena. Tusquets. 22,90€
La vida de Rodolfo siempre ha estado marcada por el trauma de la guerra de Angola, pero sobre todo por el asesinato de su padre a manos de su hermano Geni, apodado Caballo Loco. Ahora, recién jubilado, Rodolfo se encuentra con que recobra la intimidad inesperada de su cuñada Nora, viejo amor de juventud, pero también con una noticia inquietante: van a excarcelar a su hermano parricida, aquejado de una enfermedad incurable, y no tiene otro destino que la casa familiar. En esa tensa espera, y durante poco más de una semana, se reavivarán viejos rencores, secretos familiares que creían enterrados, y en especial los detalles del sangriento asesinato que cambió la vida de todos en la familia. Solo la llegada de la hija de Rodolfo, y la intervención de un joven triunfador en una Habana desahuciada, darán el último y desesperado apoyo a Rodolfo. Un relato dramático, una novela magistral, que cuenta cincuenta años de historia de un país.
Rafael Tarradas Bultó. La protegida. Espasa. 22,90€
Barcelona, 1880. Como protegida de una de las mujeres de la alta burguesía barcelonesa, Sara ha comenzado a trabajar en la colonia textil de la familia Bofarull. Allí, su prodigiosa mirada y su incomparable talento la llevarán a liderar el departamento de diseño, donde parece haber encontrado su vocación.
En la mansión de los propietarios, bien visible desde toda la colonia, su trabajo no pasa inadvertido, pero acechan demasiados problemas. Un trabajador ha sido asesinado y, cuando los sabotajes comienzan, Lourdes Bofarull, la fría e inteligente propietaria de la colonia, no se equivoca al creer que no serán los últimos.
Sin embargo, las amenazas no vienen solo de fuera. Los odios y las envidias de sus competidores se suman a la venganza de su más brillante trabajadora. Desde dentro, cerca de su hijo Diego, pegada a su socia y cuñada Carmen, y con acceso a su círculo más íntimo, Sara está dispuesta a vengar a su padre, muerto en una carga autorizada durante una revuelta obrera en la anterior fábrica textil de la familia.
Un viaje al lujo de la burguesía barcelonesa que hizo del Ensanche su patio de recreo, al Madrid de los palacios aristocráticos y a la prosperidad de la industria textil organizada en colonias fabriles, pasando por la lucha de clases, donde solo el amor y la vocación pueden frenar a la venganza y al odio.
Jaume Clotet. La calavera del apóstol. Destino. 21,90€
Un misterioso robo en Sant Pere de Rodes desvela la desaparición de unos restos arqueológicos de valor incalculable; el monje de Montserrat Bernat Balaguer y la mossa d’esquadra Berta Bosch, encargados del caso, se adentrarán en una investigación que los llevará mucho más allá de lo que nunca hubieran imaginado. La pista de un libro sagrado, robado en la Biblioteca Nacional de Francia, en medio de París, pondrá al descubierto una conspiración ancestral capaz de sacudir los cimientos de la fe.
De Sant Pere de Rodes al Canigó, de Montserrat a Jerusalén, del Vaticano a Barcelona, La calavera del apóstol —con un ritmo vertiginoso y una documentación rigurosa— es una novela llena de enigmas religiosos, intrigas ocultas, saltos en el tiempo y revelaciones impactantes.
Cuando la fe y el poder entran en conflicto, nadie está a salvo.
Julie Soto. Rose in chains. Crossbooks. 23,95€
La guerra entre Eversun y Bomard ha terminado. Briony Rosewood, princesa de Eversun, es capturada, despojada de su magia y subastada en Bomard al mejor postor: Toven Hearst.
A pesar de los horrores de su nueva realidad, la familia Hearst esconde secretos que hacen creer a Briony que no todo está perdido. ¿Y si su enemigo es su única esperanza?
Una princesa en peligro. Una pasión que desafía las reglas. Una rebelión latente.
Porque el titular incluye el nocturnos, también se podría haber dicho «de la noche», sino cualquier lector despistado habría pensado que la afición rojiblanca sufre de algún tipo de paranoia —alguna más de las habituales, se entiende— que les hace odias a esos magníficos y cándidos personajes creados por Jim Henson. ¿Quién puede odiar a la rana Gustavo? ¿O a Gonzo? ¿O a Epi y Blas —con estos dos igual sí hay más debate? ¿O a los Fraguel? No parece muy lógico que les quieran imponer un veto.
Cualquiera que pensase eso tendría razón, pero no es a esos muñecos a los que se refiere el veto de la afición del Atlético de Madrid, sino otros muñecos que, al igual que los creados por Henson, tienen la mano de alguien metida dentro; aunque no se ven los palos o se notan que son manos de humano, también están controlados todos sus movimientos por alguien; sus historias siempre son de terror, de reproche y de insulto hacia el Atlético de Madrid, al contrario que los educativos Muppets. El Maligno es su creador y los quiere a pleno rendimiento por la noche, cuando los cerebros están más reblandecidos y se tragan cualquier cosa.
Son unos muñecos que no han tenido ningún reparo en robar exclusivas a gente como Rubén Uría; inventarse peleas, malos rollos en el vestuario o supuestas ventas traumáticas por decisión del Cholo Simeone; da igual lo que ocurra en el terreno de juego, que siempre será un cerrojazo, un mal planteamiento del entrenador o un robo clarísimo —pese a no estar el Atleti entre los siete primeros equipos a los que más penaltis han pitado a favor pese a ser el tercero que más ataca de primera división en las últimas siete temporadas—. Siempre van a hacer daño en los alrededores del Metropolitano —que siguen llamando Wanda, algo que no extraña pues la mayoría utilizan zapatillas con velcro o correas—, en busca del espectador más tonto —entre 65.000 los hay por estadística— que les haga el juego, o intentando crear un momento racista alentando ciertos gritos del sector VelcroATM.
Al final los aficionados rojiblancos se han cansado de estos tipejos, porque no ejercen el periodismo sino la ideologización que quiere el Maligno, que ya han comenzado a mentir y malmeter contra el entrenador, Julián Álvarez —quien va a renovar y se le va aumentar la ficha para tener estatus de lo que es, estrella mundial—, contra los fichajes, contra todo. No ha habido ningún programa en que el más listo de la clase no haya ido a malmeter. Listo porque quiere asegurarse la presencia un año pues en su trabajo, si es que lo tiene en realidad, no se come una rosca. A ello súmenle aquellos a los que parece que alguien del Atleti le hubiese sodomizado sin placer, porque no falla nunca el insulto y el menosprecio.
Por ello piden a Miguel Ángel Gil Marín que no entren más al estadio, ni a las ruedas de prensa, ni se acuda a sus programas —especialmente Cerezo que da vergüenza ajena siempre—. No se podrá conseguir ese veto por cuestiones de la democracia y las ventas de La Liga, pero al menos evitar cualquier contacto físico y visual sí se puede hacer. A los aficionados rojiblancos les queda ignorarles todos los días. Y si ven al típico que quiere decir «¡Mamá he salido en la tele!» —que hay que ser tonto para eso en los tiempos de Instagram y TikTok—, cogerle del brazo y llevársele como si fuese un demente. Nada de violencia. Ni cosas que puedan utilizar en contra. Completa indiferencia. Negación del ser. Ya se cansarán. No hay mejor veto que los propios aficionados les hagan el vacío y si alguien ve que están mintiendo, entonces sí, grabarles mientras mientes y subirlo a redes sociales y grupos de whatsapp. ¡No a los Teleñecos de la noche!
El presidente del consejo de administración de SAD Atlético de Madrid ha dicho que el tema de los fichajes está cerrado. No se sabe si Enrique Cerezo lo ha afirmado después de almorzar, después de los canapés, antes de todo ello o lejos del desayuno. Algo que es importante para saber si es ocurrencia o realidad. El caso es que no se lo cree nadie porque siguen llamando a jugadores y equipos para fichar alguna cosa, aunque sea de saldo, que puede ser Sepu o calidad. Pero si lo ha dicho en condiciones igual es cierto y se le ha escapado, por ello lo que viene a continuación es, en cierto modo, especulativo.
Si saliera Sørloth —no parece que la campañita que le han montado haya dado sus frutos, como no parece la de Gallagher—, todo el mundo se lanza a pedir delanteros. Obviando que los que acaban de cambiar de equipo no van a fichar, es curioso cómo la afición rojiblanca opta por verdaderos deshechos de tienta, jugadores con lesiones crónicas, tanques de área y cosas similares. Ninguno señala a jugadores que, pudiendo reunir alguna característica de nueve puro, sean del agrado del Cholo Simeone.
Que si Vlhaovic, que si Højlund, que si la vuelta de Diego Costa —debe ser para rematar la faena con el cuerpo técnico argentino—, que si la abuela fuma. ¿Triunfarían medianamente esos jugadores? No. Ni uno. No lo vienen haciendo en sus equipos como para hacerlo en el de un entrenador al que los «nueves» no le gustan. Costa nunca fue un nueve, Villa tampoco, Falcao menos… Mandžukić fue el único que se aproximaba a la idea de nueve y miren cómo acabo. Buenos números, como el noruego, pero mejor lejos del argentino. Suárez aguantó dos temporadas porque tenía mucho gol y tonto no es Simeone, pero Torres o Morata acabaron de aquella forma, por su entorno o por su cabeza.
A Simeone le gustan los delanteros que muerdan mucho y se muevan más, incluso en el repliegue. ¿Qué jugadores ha así disponibles? Pocos de cierta calidad. Jean-Phillipe Mateta es uno de esos que se acercan a los parámetros del cholismo: pelea, remata, muerde, corre como si debiese dinero… pero no está disponible a un precio que quiera pagar Gil Marín. Ahora menos que en el Crystal Palace han vendido a Eze. Si como dicen Carlos Soler está enfilando el camino del Metropolitano, Gil podría aprovechar y pedir un paquete junto a Randal Kolo Muani. Igual le hacen precio. No es que sea el francés un lujo futbolístico, pero reúne ciertas características que gustan al Cholo. Total para ser suplente de Julián Álvarez y el proyecto de nuevo príncipe, Baena, vale. Woltemade, que cuesta un dinero, sería hacer las cosas mejor pero los cortycoles se han acabado.
Como no va a venir nadie más, ni van a salir, salvo heitingada nocturna, pueden tirar este artículo a la papelera. O se ficha algo que coincida con los gustos del entrenador, o no se ficha nada. Porque dicen algunos nombres entre la afición que son para dudar hasta de que vean fútbol o sólo se dejen aconsejar de todos esos que siguen la línea blanca. Aprovechar oportunidades de mercado reales o quedarse igual porque el Atleti no está para hacer favores a la Juve, ni al Manchester, ni a ninguno de esos que luego se descuelgan con millonadas cuando se pide precio.
Deslizado en párrafos de artículos anteriores ya se contó que había algún tipo de campaña contra algunos jugadores del Atlético de Madrid que se querían vender. Esos a los que los amanuenses tildan de «jugadores con mercado». Aquello que dijo Medina de los 200 millones de inversión netos, que la mayoría de las personas con cabeza y conocimiento del gilismo nunca creyó, quedó rápidamente en el olvido y las cuentas se deben cuadrar. Se podían gastar 60 o 70 kilos, eso se han gastado y por ello ha sido que han filtrado a los medios «oficiales» aquello de «plantilla cerrada… salvo si hay salidas». Lo de siempre, vemos.
El entrenador, como dijo en rueda de prensa, quiere más incorporaciones en puestos que él considera claves —el regateador y, posiblemente, otro mediocampista—, para ello tienen que salir jugadores y les toca a algunos que no gustan al Cholo Simeone, que pueden colocar fácilmente con algún amigo o intercambiar tipo «senderista luso». Para ello nada mejor que lanzar campañas de señalamiento en medios de comunicación, redes sociales o espacios rojiblancos filtrando aquello que interesa a cualquiera. Hoy a este del Twitch, mañana a los de Marca, al otro a los del streaming y posteriormente al insider de X. Se va creando de esta forma un caldo de cultivo para que la afición comience a coger asco a este o aquel jugador, a la par que se les vende el «gran fichaje» que se podría hacer si esto o aquel se van. Dejan ver que igual se lanzarían en un momento del mercado a por Gyokeres y ya tienen la campaña hecha.
Este año son tres los futbolistas que vienen sufriendo esa campaña de descrédito, esa campaña de dejar hacer a la redes sociales y los comentarios en los bares y chiringuitos de playa: Molina, Gallagher y Sørloth. A Molina le han puesto en la picota por ser extracomunitario, por lo que no podría venir el ¿Cuti Romero? —no le han hecho ni oferta seria al jugador— o cualquier otro inventado de la plaga de fichajeros que pululan por las redes. Era el más sencillo de atizar porque su calidad y sus prestaciones en el campo son desconocidas para la gran mayoría. Campaña contra el chaval en todos los espacios hasta que se le ha hinchado la vena o queda a la espera de decidir ir a un sitio que le guste. Se dice que al «Cholo le encanta y no quiere que se vaya», que a saber si es verdad —mientras tanto filtran que el hijo mediano del entrenador va a ser el representante del jugador para dar algún palo— y a otra cosa.
Con Gallagher ha sucedido tres cuartas de lo mismo. Desde el comienzo del período de fichajes, desde los amanuenses oficiales a cualquier espacio rojiblanco, se ha venido insistiendo con su salida para poder fichar a la «gran perla del fútbol» o a «ese jugador clave para el Cholo» porque tiene mucho mercado en Inglaterra y el chaval querrá ir al Mundial —obviando que Tuchel, actual entrenador inglés por si no lo saben, no es que se lleve muy bien con el chico—. De hecho se sigue insistiendo en ello, con menos ímpetu ahora —porque si no se ficha a un centrocampista el Cholo no le va a soltar—, pero dejando caer que igual es mejor que salga porque, total, también es un tuercebotas. No se puede olvidar que siempre hay que desprestigiar al jugador entre la afición.
Ahora llega el turno del tercer invitado, Sørloth. También desde el comienzo del período de fichajes se ha especulado con su salida para traer al «goleador de todos los goleadores», unos días con más énfasis, otros con menos. Su nombre aparecía en los diarios que todos ustedes conocen como posible salida para fichar más y mejor. Tras la llegada de Raspadori, de quien no se sabe si es salmón o salmonete todavía y culpa no tiene, las expectativas de la afición bajaron mucho. Las campañas para fichar delanteros de época no podían cuajar. Entonces, ¿cómo hacer que el noruego salga? Porque, esto es cierto, a Simeone los nueves puros no le gustan, nunca le han gustado —incluso se podría decir que los delanteros no le gustan, pero esto es subjetivo— y le han durado poco. Como no le han dicho nada al chaval… toca decir que está cabreado con el entrenador y bla, bla, bla.
Ayer mismo, Juantxito decía que le habían filtrado que Sørloth no tiene ningún problema, tipo Diego Costa de agarrarse a hostias, con Simeone, pero que traiga 35 si quiere salir. Mientras tanto, el jugador lleva aguantando un día de insultos, desprecios y el manido «quien no quiera estar que no esté» por parte de la gloriosa. ¿Se han fijado que los amanuenses habituales esta vez no han dicho nada? Campañita al canto que triunfa contra el pichichi en Liga de la temporada pasada.
De esta forma Miguel Ángel Gil Marín logra que la afición acabe siendo el mecanismo de presión para que salgan unos y otros. Es más sencillo decir al representante «mira la que tienen montada estos», «el chaval una temporada así no va a aguantar», etcétera. Ni él, con sus cuentas, ni el entrenador, en la mayoría de los casos, salen perjudicados cuando en realidad son decisiones técnicas/deportivas o económicas. Si esto de Sørloth sale ahora es porque Gil Marín ya tiene apalabrado un sustituto cedido con compra obligatoria el año que viene con su amigo Al-Khelaifi —tipo Kolo Muani o Gonçalo Ramos—, o porque va a trapichear con la Juve un intercambio, o porque quiere hacer caja y traer cualquier cosa rara que le ofrezcan las agencias amigas.
Todos los años hay alguna campaña así y lo peor es que si Molina da un pase a la grada, Gallagher mete un balonazo o Sørloth falla un gol cantado, la afición se les va a echar encima pues la campaña queda en el subconsciente y son culpables de no haber fichado a ese que jamás iba a venir. Siempre le salen bien las campañas y lo mejor es que participan alegremente todos sin percatarse de ello.
«Es que los anticholistas esto…», «Es que los cholistas lo otro», es que parece que ya no se pueden criticar los partidos del Atlético de Madrid sin posicionarse o hacer banderías. Y sí, se puede porque esto no es nuevo, porque esto viene arrastrándose de varias temporadas, porque aquí culpables muchos, porque al final se busca cualquier excusa para no decir las cosas claras.
Como el Cholo Simeone ha dicho que se ha equivocado y que ha tomado nota, parece que ya no se puede criticar nada. Salvo que se ha equivocado en los cambios, el resto ya no es criticable porque se jugó bien el primer tiempo. Se llevan tantos años jugando mal, en términos generales, que lo de ayer, claro, parece el maná del cielo. Y en realidad se controló muy bien el partido pero se generó poco, muy poco. Ese tramo del partido fue como el guardiolismo exagerado de posesiones infernales pero que no llevan a nada hasta que le daba a De Bruyne por chutar de fuera del área —¿ha comentado el cuerpo técnico que no está prohibido a los jugadores?—.
Lo peor del Cholo no fueron los cambios, pueden salir bien o mal, lo peor es ese empeño en emperrarse en cuestiones deportivas, en manías, en jugadores que vienen lastrando al equipo los últimos tres años. El año pasado se fue tercero apurando casi hasta el final —bien es cierto que el Bilbao tuvo numerosas ayudas arbitrales, como ya se ha visto en este comienzo de liga—, pero es que el año anterior se fue cuarto frente al Girona. Ese fútbol infumable, ese no saber los centros laterales, ese no tener claras las marcas defensivas a balón parado, no es de ayer, no, es de hace tiempo. ¿Lo entrenan o se dedican al mate y los asados?
Ayer fue el primer partido y es seguro que alguna jerarquía mal entendida ha querido mantener el Cholo y su equipo técnico —¿hacen algo?, ¿algún periodista podría explicar qué hacen en los entrenamientos?—, pero es que hay jugadores que deberían haber salido y se quedan por a saber qué. El marido de Érica, que contra equipos andando metió dos goles en pretemporada, no está para jugar ni quince minutos de calidad y menos si tiene que ser centrocampista. ¿No lo ven como el resto de mortales? Le pegó el viejazo en las Navidades pasadas y se acabó el jugador, al menos, para jugar en un Atlético de Madrid que aspira a mucho más. Si no es capaz de cubrir una ausencia o unos minutos de Almada, mejor que vaya buscando piso en Nueva York.
Gallagher, por lo que sea, no le gusta mucho pero como no hay nadie más le pone —por cierto, que en un grupo con tantos amigos de los talismanes y demás zarandajas no se hayan dado cuenta que el inglés es talismán, pese a que no juegue perfecto…—, para quitarle inmediatamente. ¿Eso es gestión de vestuario? Y no es de ayer, lo ha hecho en otras ocasiones. ¿Como les zumbaron en las Malvinas se venga de los ingleses así? ¿La campañita de la directiva con sus amanuenses contra el guiri se suma a los cambios? Con lo fácil que es hablarlo. Alguno, para disculpar al entrenador, decía que es que estaba agotado…
Por cierto eso del agotamiento hay que explicarlo. Baena no ha jugado Mundial del Clubes ¿hay que cambiarlo por cargas y no puede jugar 80-90 minutos? La banda derecha, que ayer, y los demás días de pretemporada, estuvo nefasta, ¿no tienen reparto de cargas? ¿Dónde queda esa jerarquía del balón y el campo? Los nuevos fuera porque no los conozco a pesar de que lo hacen bien y saco a otros que sí conozco, mantengo a los cojos si hace falta y me salto todo lo que hizo del cholismo algo bueno. Porque el cholismo no es lo que se viene viendo desde hace tres años. Hace un año, el julio, ya se pidió en estas páginas que volviese a ser el Cholo de antes, del que paga al que lo merece; este año también se ha deslizado en algún que otro artículo; se llega al primer partido y… ¡¡¡agua!!! El problema no han sido en sí los cambios sino la pérdida de cholismo que se nota cada partido.
Y sobre esto se esconde Miguel Ángel Gil Marín. Simeone ha sido su parapeto muchos años, pero tres años de sacarse los ojos cansa al más fiel Sí, han hecho fichajes después de descapitalizar al equipo durante años. Lo peor de todo es que, a ojos de cualquiera, no se han hecho todos los necesarios o no se han cubierto todos los puestos. De momento se fueron ocho y sólo han venido siete, con uno que no ha entendido nadie como Raspadori —ninguna culpa tiene el chaval—, pero plantilla cerrada y a tirar con cojos, prejubilados y gente que no le gusta al entrenador por no se sabe bien qué. Si no quieren a Sørloth, se lo podrían haber dicho hace tiempo y no putearle en el campo y en la prensa. Pese a ser el pichichi en la última Liga, parece que no les gusta porque coge salmones con las manos y no hace bailecitos raros o toma mate.
Ha hecho lo de siempre, trae uno o dos buenos y el resto saldos, apaños con colegas y ofertas de mercadillo. Al final, cuando puedes vender algo son los buenos o los que te han salido buenos y te quedas con los saldos o los rodillas raras. Así ha construido un equipo que ha ido trampeando como ha podido estos últimos años porque el resto de equipos de La Liga son aún peores por los controles financieros. Al final no se sabe si las decisiones finales técnicas las toma el entrenador o la secretaría técnica, o es un «unos tú y otros yo» que destrozan la plantilla. Y, claro está, luego la no exigencia a los jugadores porque les da miedo pagar primas por títulos y al entrenador porque es el portavoz y parapeto de Gil. De ahí que, viendo la decadencia del Cholo, cualquiera se pregunte si habría alguien capaz de ser parapeto y tener los mismos resultados.
Desde luego lo que ha construido el Cholo es muy grande. Ha devuelto el ánimo de ganar a una afición desencantada por el gilismo. Cuando había choladas y se exponían sus manías se tapaban porque aquello de que el campo dictaba sentencia con los jugadores, los cuales podían pasar de titulares a la grada se mantenía. Hoy parece otra cosa muy distinta. Parece que los que le gustan, y no por sus cualidades futbolísticas, están en el campo, no tienen repartos de cargas y no pasan por el cholismo. Da igual que sea Giuliano —que como él mismo ha reconocido tiene numerosas carencias técnicas—, que sea Giménez —al que se consiente todo—, que sea el no-añorado De Paul.
Si ese Cholo no vuelve o está agotado, sí, mejor que venga otro. Y que se vaya Gil al mismo tiempo. A Luis Aragonés —¡pónganse en pie!— se le atizaba bastante más que al Cholo. Con broncas hasta en los descansos, aunque también se le aguantaban algunas luisadas, pero en cuanto bajaba el rendimiento… iba fuera. Porque lo que sucedió ayer en Barcelona no es una cuestión meramente táctica-técnica sino de carácter, gestión y cansancio. No se entrenan ciertas cosas porque ya parecer que da igual todo y sus ayudantes están muy cómodos haciendo rasquin-boling. El entrenador pasa de lo que diga el campo salvo con algunos a los que marca. Ya no hay carácter en el equipo para revelarse porque los más veteranos son unos tiernos. Se ha instalado una especie de buenismo dentro que no es nada bueno. Y se llevan dos años y medio ahí. Normal que la afición, pese a ser el primer partido, esté hasta los dídimos. No hagan trampas con lo del primer partido, hay un tumor que hay que extirpar sí o sí. El mejor cirujano es quien lo tiene que hacer, pero si no se ve capaz, que pase el siguiente.
Resulta que la acción de cuatro o dieciséis hijos de puta que provocan fuegos —por cierto sería interesante que todos los periodistas, los cuales están estos días ávidos de sacar porquería, se interesasen por los juicios de esos a los que han detenido y los porqués— es producto del cambio climático. El otro día un señor murió por un golpe de calor tras recibir seis disparos. Y todo así, todos los días. Sin negar que hay un ligero aumento de las temperaturas, ese estado alarmista no es sino un mecanismo de opresión.
Sale Pedro Sánchez a hacer el tolili con el cambio climático, desplazándose en un helicóptero de un lado a otro y un avión que le va siguiendo sin pasajeros. No crean que los presidentes peperos están libres de culpa, recortan gastos en incendios —«pa’ dos o tres que habrá»—, se lo gastan en publicidad institucional y así tienen a todos esos periódicos lanzando soflamas contra el gobierno central y escondiendo que las competencia principales son de los «donantes». Pasó y sigue pasando con lo de la Dana en Valencia, ahí tienen a Carlos Mazón siendo alabado por la prensa, escondiendo que estaba a ver si metía en un apartahotel-restaurante mientras morían cientos de valencianos porque no se utilizaban los mecanismos de alarma hasta que… ya saben.
Culpables todos en mucho mayor porcentaje que el cambio climático. Ahora parece que hace más calor en las ciudades… que antes. Normal si ha habido un desarrollo urbanístico descontrolado en municipios gobernados por peperos y psoeístas. En la sierra madrileña ya no cae tanto la temperatura por las noches, pero claro hay casas casi hasta el Puerto de los Leones porque así lo han querido los gobiernos del PP durante veinticinco años. A más asfalto, más calor. A más ladrillo, más calor. Porque calor, lo que se dice calor, sigue haciendo parecido, un cambio de uno o dos grados y eso que las temperaturas con que pretenden asustar están tomadas en su mayoría en aeropuertos y secarrales.
Lo que sorprende, a cualquiera que se mueva en el ámbito rural, es que al señor que está podando un almendro de su propiedad le «cacen» con un dron los guardas rurales, que para hacer cualquier cosa agrícola en la finca deban enviar imágenes geolocalizadas, sean incapaces de ver a un tipo prendiendo fuego. ¿Sólo tienen los drones para hacer el hijoputismo contra los agricultores? O por si hay que impedir que se limpien los cauces de los ríos, algo que las cuencas hidrográficas —responsabilidad de la administración central— hacen constantemente salvo que sea un frigorífico, ya que se imaginan que habita por allí el ave fénix o similar. O para impedir que se limpien los montes llevándose madera de árboles caídos o piñas —esto es cosa de las Comunidades—, o para impedir que paseen cabras y cabritos —porque los cabrones ya se saben dónde están—, o para cualquier cosa que siempre ha servido, pero para pillar a un pirómano o ver un fuego rápidamente, ahí los drones como que no existen.
Miren se siente más el calor porque, a causa de sus políticas urbanísticas, las de hunos y hotros, hay más ladrillo, más concentración humana, menos agua en los cauces y más en explotaciones irracionales, salvo que se utilicen las desaladoras —que hacen falta unas cuantas más en el levante y buena parte de la costa española—, y parece que hace más calor, pero la realidad es que toda la vida ha hecho mucho calor en verano, en España, en casi cualquier lugar. No pongan mapas de rojo intenso, no intenten colar como cambio climático la nazificación de los trabajos en el campo, no intenten que se asusten las personas —por cierto, el nivel de incendios es casi menor en estos tiempos que antes—, no utilicen los incendios o el calor como serpiente de verano para tapar su mediocridad. Gestionen, a ser posible bien y pensando en el bien común de los españoles no de este o aquel lobby o empresario. Dejen sus mierdas de politicuchos y gestionen sin gastar en comprar periódicos y periodistas —la misma porquería es RTVE que todas las cadenas autonómicas— y sin subvencionar estupideces. Gestionen y gasten en abanicos, como toda la vida.
Si cualquiera de ustedes leyese, por casualidad o con intención, los medios y ensayos católicos, en términos generales se darían cuenta de la significante ausencia de la mujer en ellos. Al menos de la mujer como ser autónomo o en una idealización tradicional como sostenedora de no se sabe bien qué tronco de la historia. En términos generales el catolicismo mediático, no el doctrinal, es bastante patriacal y rancio. Sin embargo, son muchos los jóvenes teólogos —cabe recalcar el sentido masculino, no el nosotros general— que entienden que el papel de la mujer es muy distinto y no son las escrituras, en especial el Nuevo Testamento, una cárcel para la mujer. Por supuesto, hay muchas nuevas teólogas y filósofas católicas que proponen, aunque no sea el calificativo correcto, un «feminismo católico».
Entre esas pensadoras está Felicia Merino Escalera, una brillante filósofa que lleva años, casi en solitario, haciendo ver que lo católico tiene una vía abierta para la mujer que no sea la de quedar «en casa y con la pata quebrada» del tradicionalismo. En su reciente libro, publicado por la Editorial Comares, ya deja claro desde el título que hay otro camino: Otro modo de pensar. Pese a ser una recopilación de artículos publicados en revistas y prensa católica, la unidad de pensamiento y de los temas tratados hacen de él un todo que tiene la virtud de poder leer con pausa y, si así lo quieren, dando saltos, pues la autora y la editorial han decidido seguir un camino más temático, pero también se puede leer desde el aspecto relacional. Esto es, buscar en los diferentes capítulos continuidades de la mujer, lo cultural y el amor.
La autora no tiene ningún problema en dialogar con autores y autoras de eso que se ha llamado lo postmoderno porque intenta entender qué aspectos pueden tener una ligazón con el desarrollo cultural y qué aspectos son más producto de lo ideológico o político. Da igual que sea Michel Foucault que cualquier feminista de la últimísima ola, allí está Merino para hacer ver que la mujer no es ni lo que quieren unos, simple y mera identidad asumida, ni lo que quieren otros, esa costilla del hombre. Podría decirse que es una tercera vía entre los postmodernista y lo tradicionalista en el mundo católico.
En lo referente a la mujer se presenta un ser humano que debe y puede ser libre para desarrollar su propio ser en igualdad de condiciones que el hombre, pero que no debe de dejar de ser mujer por una cultura opresiva donde lo materialista es lo único que cuenta. Lo maternal, que no deja de ser fraternal también, se abandona o misnuvalora. La verdad es que es mucho mejor que se lean el libro y vean el camino tomado por Merino pues es muy sugerente para cualquier mujer y mucho más si es católica.
Paradójicamente, mientras se habla de la situación de la mujer hoy, la profesora de Antropología filosófica —¿recuerdan los libros de Ernst Cassirer sobre el tema?— logra desmenuzar de forma muy hábil la sociedad contemporánea. Cómo el liberalismo, muy influida por la Radical Orthodoxy y la Escuela de Granada de monseñor Francisco Javier Martínez, no es esa doctrina amable que desde muchos ámbitos del catolicismo se presenta. Como factor ideológico influye en el devenir cultural y no es contrario a todo lo postmoderno. Es un dragón con dos cabezas y una cola capitalista.
En algunos momentos puede llegar a recordar el análisis a la sobrerreprensentación althusseriana, pero su análisis proviene del catolicismo y toda su doctrina de siglos. Cierto que respecto a la mujer hay mecanismos culturales que la han desviado de lo que se pretendía, pero no es menos cierto que el ser humano en sí ha sido lobotomizado por el propio sistema actual. Pensar que existe una desconexión entre cultura y sistema económico es algo que ya la Iglesia había observado como peligroso. De este punto del análisis al amor conyugal, con lo que significa ser pareja hoy en día, hay un pequeño salto que Merino logra realizar con verdadero éxito y mediante una analítica completamente satisfactoria. Si Deus caritas est eso tiene muchos significados que deben luchar contra una cultura totalmente contraria y un peligro reaccionario inconsecuente.
Un libro católico que supone una pequeña ruptura a los análisis más divulgados, que no los únicos que se realizan respecto a la mujer, la cultura contemporánea y la convivencia general. Porque de todo lo analizado en el libro hay muchas lecciones que aprender para el día a día cuando cualquiera se topa con el otro.