jueves, 18 septiembre, 2025

Bucero pasa de comprar en El corte inglés al gitano Manuel del mercadillo

El hombre comenzó comprando en El corte inglés, luego pasó a los centros comerciales de diversos lugares de la geografía y ahora ya se ha acercado al mercadillo donde el gitano Manuel a por los calzones y las bragas en paquetes de a tres. Carlos Bucero, que hace nada era considerado poco menos que un dios griego, ha dejado a la hinchada rojiblanca como se queda quien después de un calentón discotequero se queda con las ganas.

Baena y Hancko pueden ser considerados fichajes de clase media alta, Ruggeri y Cardoso de clase media con posibilidades y Almada y Pubill son esas ofertas que pueden salir buenas o malas con las que fardas al principio y luego… toca esperar. El problema es que se han marchado ocho o nueve jugadores, se filtra que van a salir dos más y lo que proponen y filtran a los amanuenses habituales son esas bragas baratas que se compran por quintales. Sabes que no te van a servir más que para una puesta con suerte. O como los calzones de esos apretados que te van a calentar los dídimos a los dos minutos de puestos. Son baratos, sí, pero de la calidad se duda bastante.

Tras la ilusión de los seis fichajes, pese a la decepción de un juego insulso y sin sentido del primer partido, viene el estacazo del gilmarinismo inilustrado. Bucero ya deja de sacar conejos de la chistera y vuelve a lo de siempre, a las ofertas que pueda encontrar en cualquier lado del mundo. Abandonada cualquier esperanza sobre el fichaje de una estrella, ya se comentó aquí que no iba a venir nadie de ese perfil, se pasa de la clase media alta —lo que corresponde al Atleti por situación deportiva actual e histórica— al saldo de mercadillo —ya ni Saldos Arias—. Suenan italianos que son delanteros y cuya característica más destacada es no meter goles. Se quiere vender a quien coge salmones con las manos para traer ¿qué? ¿Un tipo que debe asustarse al ver al portero contrario? Porque Sesko no va a venir. Con suerte, igual hasta te hacen buen precio por algún descarte por un rodillas raras del Chelsea.

Y decir esto no es pupismo, ni destrucción sino la exigencia mínima para una directiva que sale en los medios diciendo que hay que ganar todo —¿por qué dejan hablar a Cerezo tras salir del Pétalo’s?— pero ofrece saldos o jugadores de amigos que ni encajan, ni son para el Atleti actual. Los fichajes deben ser mucho mejores, pero bastante mejores, incluso majestuosos. No hay que permitir que la vuelvan a colar como el año pasado dejando una plantilla en cuadro, la cual se cayó en cuanto se apretó el calendario y no se respondió a los robos. ¿Ganar? ¿Con delanteros sin gol? ¿Con japoneses o koreanos que no jugarían ni en el Villarreal aunque vendan camisetas? ¿Con bragas de esparto y calzoncillos de lija? Si han de venir jugadores, que deben y tienen, que sean de mayor calidad a lo que existe, para traerlos peores que juegue cualquiera del filial, que sí que saldrá barato. Pero esos sí, que ni ellos, ni sus amanuenses vendan burras.

Vale echemos al Cholo pero ¿a quién traemos?

Como hemos comentado en el programa del Club de Uría cansa mucho que siempre las leches vayan en la misma dirección: el Cholo Simeone. Las que vienen desde el nacionalmadridismo son por miedo, por no tener al lado al vecino del que reírse. Antes estaba el vecino calvete y bajo con esposa grande y mandona del que se hacían chistes y tiras cómicas. Desde que, por suerte y chiripa, llegó el Cholo hay un vecino que te manda a pastar, que tiene una esposa que es mejor que las páginas web en las que se meten para creer que están casados y tienen una vida feliz y, además, te pinta la cara de vez en cuando en las reuniones de vecinos. El eje de este Atlético de Madrid, dentro de los años del gilismo inilustrado, es el entrenador argentino, para lo bueno y lo malo.

Sin duda puede parecer que, desde la última liga conquistada, se ha atascado, le faltan ideas, le falta fútbol, le sobran manías y niños mimados en la plantilla, eso no se discute, pero ¿a quién traerían para sustituirle? Porque debe ser un entrenador preparado para la presión que supone estar en el banquillo del Metropolitano: donde los robos son descarados y continuados de forma sibilina; donde la prensa es madridista y te van a dar si lo haces bien o si lo haces mal —en este caso dependiendo de otras circunstancias igual hasta te alaban por lo citado en el primer párrafo—; donde tu jefe no te va a defender si pasa algo extraño porque está a lo que está; donde los fichajes suelen ser baratos, raros, melones por catar y nunca se completa una plantilla en condiciones; donde la aspiración máxima de los dirigentes es entrar en Champions porque les molesta soltar la mosca de las primas. Y donde hay que aguantar a la afición más tremendista del fútbol.

¿Quién podría venir? ¿Emery? Ha fracasado en los dos equipos grandes que ha entrenado. ¿Marcelino? Buena pinta pero en cuanto sale por Europa se le ven las costuras. ¿Klopp? ¿Pep Guardiola? ¿Armando Buscarini? Porque el Atleti actual no está para probaturas, hay que estar siempre en Champions, llegar a cuartos en la máxima competición, aspirar a la Copa… vamos lo que decía Luis Aragonés «Ganar, ganar y volver a ganar» sabiendo y comiéndote que igual no te dejan por ser el Atleti. Al Bilbao, al Sevilla, al Nancy, al Brest, al Bolonia o al Aston Villa los entrena casi cualquiera, a los equipos grandes no. ¿Subir a Fernando Torres? Por nombre y aceptar la presión vale, pero futbolísticamente todavía es un misterio por estar en un filial.

Al final llegará el día en que el Cholo no esté en el banquillo, más cerca de lo que se piensa, pero ¡ojo! no vale cualquiera para el banquillo del Atleti, al menos de este Atleti que ha recuperado, en cierto modo, la ambición por ganar del histórico de los años cincuenta, los sesenta o los setenta del siglo pasado. Que se puede volver a los tiempos de seis entrenadores en una temporada del gilismo. Mientras tanto hay que exigirle y mucho al Cholo. Fútbol más rápido. Más presión. Más valentía en algunos partidos contra equipos, supuestamente, inferiores. Menos mufas, manías y cariños especiales. Pero sustituirle y seguir a este nivel, que al final pone en tierra de nadie en el fútbol español, no es sencillo, ni cualquiera lo puede hacer. Que llega un Postecoglu de la vida y no te baja segunda porque hay tres más malos todavía.

Reconozca que no tiene ni idea de fútbol

Leyendo a algunos por redes sociales, pues está complicado verse todos en un mismo sitio, se comprueba que no tienen ni puñetera idea de fútbol. Quien esto escribe el primero porque se compara con Borja Aranda y entiende que no ha visto el mismo partido. Quien esto escribe ve unos quince o veinte partidos a la semana —ayer mismo tras terminar el Atleti se enganchó al brasileirao con los partidos de Botafogo (Davide ya no es tan bueno ¿eh Marca?) y Flamengo—, lo que se teme es que quienes pontifican sobre jugadores ven, con suerte, el de su equipo (el Mal), el del que dicen que es su equipo y poco más.

No teniendo ni idea, aunque sea por aluvión de partidos —por cierto el Maldonado, ese que se rasca mucho la nariz, era incapaz de saber quienes eran los jugadores del Atleti el otro día, así que menos el lateral derecho de cualquier equipo perdido—, se sabe qué jugador es medianamente decente y cual no. Cual sirve para su equipo y cual no. Porque, tras el no fichaje de Millot, han aparecido seres diciendo que Kubo sería genial para el equipo rojiblanco… ¿Kubo? ¿De verdad? ¿Le han visto jugar este último año? Ni para el Villarreal de Champions está el chaval y lo venden como estrella. Este tipo de indicadores demuestran que no ven fútbol y se dejan llevar por los highlights del nacionalmadridismo o los reels de redes sociales.

A veces surgen nombres —sin llegar a la cagada de Marca anunciando que Luuk de Jong podría fichar por el Sevilla dos horas después de ser presentado por el Oporto— con los que cualquiera se ilusiona y resulta que es un tuercebotas o rodillas raras de cuidado. El Getafe está acostumbrado a las cesiones del Mal —deben estar los aficionados deseando que lo vendan al Liverpool para ver si algún día fichan algo— y claro se ilusionan con cualquiera porque todo el mundo sabe que la cantera del Mal es la mejor. Ni dos internacionales por país alguno, pero la mejor. Y es que da igual que sea el Girona —otros que esperan la ayuda de papá City— o el Villarreal, siempre está el aficionado que encumbra o destruye al fichaje de turno sin tener ni idea.

Apoyados en la barra de un bar con un clarete y el almuerzo se puede decir cualquier estupidez o cuñadez, en las redes sociales, empero, el alcance es mayor, aunque sea de pasada, y lo que es estúpido puede acabar siendo opinión contrastada, lo cual genera que los grogets estén que trinan porque no se ha fichado a Maruswerki, ese que dicen es el nuevo Maradona de los Alpes, o se enfaden en Sevilla porque se ha conseguido la cesión de Matheus Fernandes, al cual tildan de pies torcidos quienes no saben ni que juega en el… —busquen, pista: equipo inglés—.

Todo esto se amplifica mucho más, por masa social especialmente, si se habla de los fichajes o posibles del Mal, el FC Barcelona o el Atleti. Salvando que el nacionalmadridismo alimenta expectativas enormes con cualquier Reinier de la vida, sus aficionados no tienen ni idea de fútbol en general, les vale con tres carreras y dos golpes de pecho tocándose el escudo para salivar y creer que merecen el balón de Oro y no se acercan ni al de playa. En el Barça sucede algo parecido, aunque últimamente por carencia de fichajes. ¿Han visto jugar a Rashford el último año? Ni dos veces pero es poco menos que el Lobo Carrasco en negro. Y ya en el Atleti no digamos, cualquier medianía parece ser una estrella y no serviría ni para el filial en algún caso.

Al final es fútbol, y todo el mundo dice saber y su opinión está fundamentada, pero igual hay que pararse a pensar que no, no tiene ni idea de fútbol. Disfrute del deporte y no proyecte sus carencias vitales. Si vive en una casa de chapa no crea que porque su equipo gana usted es un triunfador. Si no se come un rosco, no crea que por que le den dos likes en un tuit es un galán de época. Si es político, bastante tiene con lo suyo como para querer opinar nada. ¡Tápese! Y sí, quien esto escribe pontifica porque tiene este espacio y hasta le pagan por ello. ¡Ajo, agua y haber «estudiao»!

Hay lelos y luego están los senadores estadounidenses

Cuidado que hay tontos en la política española. Da igual donde miren que allí encontrarán al lelo de turno, al inventor del agua, al que usa zapatillas con velcro, pues en EEUU los superan con mucho. El senado estadounidenses, pese a lo que vendan en las series o películas, debe ser la mayor concentración de estúpidos por metro cuadrado de la política mundial. Y el jefe de todos John Kennedy.

¿Por qué se preguntarán ustedes? Entre el jueves y el viernes salió una noticia que ha pasado prácticamente desapercibida en la que se informaba que un grupo de senadores estadounidenses, encabezados por el lele mayor de la república, habían presentado una resolución en el Senado para atacar a España y, en especial, a su presidente Pedro Sánchez. No al que esconde la pedofilia de Mar-a-lago, sino al de España porque no quiere gastarse ese 5% en defensa que se le ha puesto a Donald Trump en los dídimos. Siendo como es el presidente español, la realidad es que la mayoría de españoles apoyan no gastar esa millonada en ¿defensa de quién?

Sí porque la OTAN defender, lo que se dice defender, no defiende a nadie en Europa, pero bien que amenaza y exige. Luego cuando se actúa en supuestas acciones de guerra en defensa de la libertad y la democracia por el mundo resulta que sólo EEUU rasca dinero y el resto de los europeos se quedan mirando como estúpidos. A más, a más, resulta que los estadounidenses se dedican a bombardear hoteles donde se alojan periodistas españoles y los matan —y aquí paz y después gloria porque justicia ninguna— o dejan tirados a los legionarios. ¿Para qué invertir más en algo que nos jode cada vez que hay una misión de paz?

También EEUU, porque la OTAN es un mecanismo de control de EEUU, está cebando protegiendo al mayor enemigo que tiene España y quien amenaza con invadir territorio español, esto es, Marruecos. Más allá de tener unos gobierno progres de mindundis que no quieren armamento nuclear, tampoco EEUU posibilita el tener misiles nucleares como armamento defensivo en España. Si ese gasto fuese, por ser la frontera sur de Europa, a armamento nuclear disuasivo podría haber debate, pero no, es para comprar armamento estadounidense. Si no le venden una bala a nadie no es problema de los españoles, que además saben fabricar armamento mucho mejor que el estadounidense, sin tantos artificios. Así que no deben los españoles pagarle su fracaso empresarial.

Por si fuera poco Trump está friendo a aranceles a los productos españoles y no producto tecnológicos sino vino, uva, aceituna negra, aceite y cosas por el estilo. Insumos de los que carecen o tienen en poca cantidad. El problema es que lo español es de mayor calidad que lo de allí. Se siente. A joderse. ¿Quiere el senador Kennedy que España gaste más en armamento? Pues ya sabe, quid pro quo y a bajar aranceles. Que no, pues tampoco se gasta en lo que ellos digan sino en lo que interese a España. Que tampoco, pues no se gasta. Que basta ya de ser la putita de Washington.

Y para rematar la situación esos senadores, que seguro tienen problemas de alcoholismo, o van con prostitutas, o pegan a sus esposas, o hacen ritos satánicos en alguna logia masónica, se atreven a meterse con la siesta. ¿Que los españoles están más preocupados por la siesta que por sus «mierdas» del armamento? Sin duda. Todos los días. En defensa de las tradiciones y en contra de Disney y sus porquerías televisivas. Más vale una siesta que siete balas hechas en Rockford, y mucho mejor el cine western europeo que el suyo. Y Ulises es mejor que Superman. Y Prometeo se ríe de todos los mitos estadounidenses… ¡Ah, que no tienen! Pues no haber exterminado a los indígenas. Como decía Fernando Fernán Gómez: «¡Vaya usted a la mierda!».

Post Scriptum. Y a ese lugar marrón se pueden ir todos los medios y patriotas de pulserita que se bajan los pantalones frente a EEUU todas y cada una de las veces. Sánchez puede ser lo peor pero a España se la defiende siempre, en todo momento y no cuando apetece ¿a que sí Santiago?

Y ahora llega… el «rodillas raras»

Hasta hace una semana todo eran alabanzas, loas al gran prócer rojiblanco, al gran ayudante de cámara de los fichajes. Aumentaban esas alabanzas al ver que el nacionalmadridismo estaba (está) echando espuma por la boca pues el Atlético de Madrid fichaba jugadores —algo que parece reservado tan sólo para el Mal—, ya debe ser campeón sin echar el balón a andar claman desde las tribunas feladoras de los periódicos entregados al señor de Pío XII. A los que mirábamos entre sorprendidos y mosqueados nos decían puperos, gatafloristas, amargados…

Aquí se ha venido repitiendo que que sí, que parece que se ha fichado decentemente. Baena y Cardoso eran las primeras opciones en la lista y se ha cumplido con su fichaje. ¿Encajan? Deben hacerlo sí o sí. No siendo las primeras opciones Ruggeri y Hancko parecen ser jugadores que pueden mejorar lo existente —algo que tampoco es muy complicado—. Almada y Pubill son fichajes de oportunidad a la espera de que los encaje el entrenador. ¿Se ha fichado lo que se necesitaba? Pues no en términos generales. De momento han salido Azpilicueta, Witsel, Correa, Reinildo, De Paul, Lemar, Riquelme y Samu Lino más Saúl que no estaba, ni se le esperaba. Vamos que se han ido ocho/nueve y han llegado seis —aunque no lo parezca sabemos sumar y restar, algo que no pasa en las radios y periódicos españoles—.

Faltan dos y todo el mundo espera que sea ese jugón que ayude a campeonar, o lo que dejen, o a dar el salto de calidad que nadie explica realmente cual es. Aquí, pese a ser calificado de pupero, se dijo que no llegaría ni Gyokeres —la paja mental de los insiders en el momento—, ni nadie que costase más de 40 millones de euros. Lo que incluye al Cuti Romero, No se van a gastar esas cantidades por algún jugador. No es ese el camino como bien ha dejado claro Miguel Ángel Gil Marín en la autoentrevista que se publicó en la web del Atleti. Si la leen sin la bufanda puesta en los ojos, se puede ver entrelineas que ya los gastos no van a ser esos 200 millones netos que vendía Medina en Marca al comienzo del mercado. De hecho ya no se va a seguir ninguna línea deportiva clara…

Si piensan que todos esos nombres que salen son seguros es que ha sido gilmarinado. Porque es el momento del «RODILLAS RARAS». Esto es, ese jugador que no aumenta calidad; que es parte de un pago a algún representante y que será vendido a la menor oportunidad; que cuando lo vea el Cholo Simeone en el campo de entrenamiento pensará «¿De dónde lo sacaron?»; que se tropieza en el entrenamiento; que se pegará una carrera inútil para alcanzar un balón inalcanzable y eso alegrará a la gloriosa pero nada más; que hará populismo mientras corre la banda; vamos, un jugador extraño. Si se fijan bien ya comienzan a aparecer nombres raros, jugadores con poco valor, fuera de esa supuesta línea de rejuvenecer el equipo con cierta calidad.

Una vez fichados los que más o menos se tenían pensados, de largar a muchos más de los que esperaban, ahora llega el tiempo donde Carlos Bucero hace poco o nada salvo asentir a lo que le diga su jefe el CEO. Al final del mercado incluso habrán ganado dinero como se descuiden y en vez de invertir 200 habrán ganado siete y no hará falta la ampliación de capital —mucho más encaminada a la ciudad deportiva y de divertimentos que a los fichajes— y hasta llegará un DAO. Es el tiempo de Gil Marín, como se ha advertido, y aquí puede pasar cualquier cosa… mala. Demos la bienvenida al stranger knees (copyright de loloutlaw si mal no recuerdo hace unos cuantos años).

Editorial EAS vuelve a sorprender en verano

Si las golondrinas vuelven en primavera, la editorial EAS tiene la costumbre de aparecer con un buen carro de novedades en verano. En esta ocasión les traemos seis de estas novedades veraniegas para que disfruten de su lectura.

Carlos Videla. Nacionalismo identitario frente a la aldea global. 21,95€

El proceso de globalización de las últimas décadas ha provocado un enfrentamiento político como no se veía desde la Guerra Fría. La institucionalidad hegemónica pretende instaurar una gobernanza mundial bajo preceptos liberales. Frente a ésta, se alzan fuerzas que promueven la diversidad de sistemas políticos en un orden multipolar.

Globalistas y soberanistas están configurando el nuevo clivaje de la política mundial, una iteración contemporánea del enfrentamiento entre el orden tribal ancestral y el anhelo moderno de una gran sociedad abierta.

En el presente trabajo, Carlos Videla expone una acabada genealogía de la institucionalidad globalista así como de los diversos movimientos políticos que hoy cuestionan el modelo hegemónico y ponen en duda la supuesta inevitabilidad de una gobernanza mundial.

Adriano Romualdi. El problema de una tradición europea. 15,95€

No resulta sencillo hallar textos como este ensayo de Adriano Romualdi, «bref mais dense, tout à la fois militant et savant» como lo llegará a describir Jean Haudry. Y no sólo por la belleza que siempre ha caracterizado el estilo del Autor, sino por la claridad con la que a lo largo de sus páginas se sintetiza tanto el itinerario espiritual de Europa como la voluntad de combate, de resistencia, de quien ha sentido como propios los principios espirituales y los valores éticos que han dado forma a aquellos ciclos tradicionales que hunden sus raíces en la prehistoria del hombre europeo. Una obra que no constituye únicamente un erudito y bellísimo ensayo, sino que son páginas que se abren hacia horizontes mucho más vastos. Un texto pretende ante todo colocar al hombre europeo frente a sí mismo, ofreciéndole caminos por los que buscar su identidad perdida…

Julius Evola. Explioraciones. 24,95€

A medida que vaya avanzando en su lectura no resultará difícil al lector vislumbrar el hilo que entreteje la presente recopilación de artículos, a primera vista muy dispares, que vio la luz en 1974, año que será también el del fallecimiento de su autor. Pero antes de comenzar su lectura, tanto título como índice le habrán permitido constatar que esta obra no constituye, como lo han sido otros de sus libros, un ensayo pormenorizado dedicado a una determinada doctrina tradicional o una exposición relativa a la actitud existencial a adoptar ante un mundo cuya trama se va disgregando con el transcurso del tiempo. Porque, en efecto, estas exploraciones, estos reconocimientos en territorios en parte enemigos, en parte amigos y en parte grises -zonas intermedias-, prestas a ser ocupadas por unos u otros, son en verdad admoniciones, planteamientos de ideas, sugerencias de caminos a tomar o tentativas de prevenir extravíos a quienes han ido a solicitar guía y consejo a su autor. Son, en definitiva, pues así lo muestran con claridad tonos y contenidos, escritos seleccionados o redactados muy especialmente para creyentes –por emplear un término bastante inadecuado–unos creyentes, además en pleno combate o en vísperas de entrar en él.

VV.AA. Los Cantos prohibidos de Ezra Pound. 16,95€

Posiblemente nos encontremos ante una de las obras de carácter poético más polémicas del siglo XX. Ya sea por odio y aversión política o por respeto y admiración, los Cantos prohibidos de Ezra Pound han sido y probablemente serán una obra maestra de un artista que hasta el fin de su vida estuvo envuelto en un fuego cruzado.

Este “enfermo mental” como así fue declarado en su Estados Unidos natal, fue encerrado en un manicomio por su visión modernista de lo que le rodeaba, recopilado todo en versos calificados como fascistas y por tanto peligrosos para los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Su intensa admiración hacia la persona de Benito Mussolini, al que él llamaba the boss le llevó a nacionalizarse italiano, donde aún hoy puede denotarse la devoción por ese espíritu humilde con asociaciones como Casa Pound, que en su nombre da cobijo a sus paisanos sin techo.

Debe mencionarse que, el hecho que estos Cantos fuesen prohibidos y por tanto no saliesen a la luz hasta nuestros tiempos no se debe a la petición de este poeta revolucionario, del que consideran que casi cualquier poeta experimental inglés de comienzos de siglo está en deuda con él, sino de su familia para evitar alargar su sufrimiento tras ser encerrado, en el que artistas de la talla de Hemingway o Frost intercedieron para su libertad.

Marco Zagni. El reich secreto. 24,95€

Lo que los lectores podrán leer dentro de poco deriva en parte de un difícil y profundo estudio de documentos y escritos, los cuales, como si hubiera sido por una imponderable voluntad, permaneces poco conocidos, cuando no sin traducir a nuestra lengua. Todo esto, a despecho de otras realidades, ha llevado verdaderamente a las investigaciones históricas de nuestro país a alcanzar un nivel muy bajo en lo relativo al grado de apertura en lo que concierne a las teorías alternativas en la Historia de la Tierra y del hombre.

Hace algunos años fue confiado a las páginas de la revista Nexus el resultado de una dificultosa investigación sobre los denominados «Discos Volantes alemanes». Recientemente se ha publicado además un ensayo titulado I velivoli segreti dell’Asse (Ed. Mursia, 2020). Así, parecía lógico hacer partícipes a los lectores de otro gran problema que en la actualidad es planteado desde diversos enfoques, con resultados e hipótesis contradictorios: la existencia o no, hasta los años cincuenta, de una base secreta alemana en la Antártida, llamada convencionalmente Nueva Berlín o Base 211. Los resultados de esta investigación, que comprende también referencias a presencias alemanas ocultas en Sudamérica, tanto durante el conflicto como en la posguerra, constituyen el cuerpo principal de este ensayo, con el añadido de una interesante adenda documental. Dada la complejidad de la cuestión y las diferentes versiones contradictorias, se deja al lector la labor de extraer sus propias conclusiones a partir de estos candentes testimonios.

Luca Leonello Rimbotti. La Revolución Pagana. 19,95€

«En el alba de nuestra civilización indoeuropea descubrimos la alta conjunción del Dios del Sol con la Madre Tierra. Aquí reside aquel arcano que sobresale en el pasado y en el destino de nuestras estirpes, que las ha hecho artífices de las más elevadas conquistas de la civilización humana. Por una parte, instinto de grandeza humana, de voluntad de acceder a la inmortalidad a través de la gloria solar; por otra, culto a la tierra, que es madre, que proporciona alimento, que conoce el trabajo cotidiano del hombre, que protege el sueño de los antepasados: en estas dos rocas inquebrantables –el destino heroico y la sangre que mana de la tierra– ha residido siempre el secreto de nuestros pueblos dominadores, en oriente y en occidente, desde los bosques nórdicos a la playas mediterráneas […] Retornar al paganismo, reabrirse al politeísmo de los valores, volverse a centrar en el relativismo y el particularismo de las formas étnicas, volverse a sumergir en los flujos geo-históricos que son la fuente de la pertenencia, significa re-integrarse en la propia historia, en la sacralidad del propio suelo y en la comunidad de estirpe. Significa custodiar un bien que no es propiedad, no es posesión, sino don proveniente de la cadena genealógica…»

Hay demasiado madridismo entre la afición del Atleti

Sí, hay que decirlo con claridad, existe demasiado madridismo entre la afición rojiblanca. Madridismo entendido como ideología, como sustituto de una realidad que es tozuda desde que el Mal se erigió como aliado del poder político, económico, mediático y social en España. Siempre dicen los aficionados del Atleti «Orgullosos de no ser como vosotros» pero la realidad es que cada vez más aficionados son madridistas en su fuero interno.

Bien es cierto que es complicado desligar al ser humano de su contexto cultural y el del aficionado rojiblanco necesita de una alta dosis de formación y de información para no ser lo mismo que los malignos de la Castellana. Ese sólo medir lo deportivo por los títulos; esa obsesión malsana por la Champions; ese creer que por la camiseta ya se es campeón sin bajar del autobús; ese no respetar a los jugadores y aplaudir a aquel que se pega tres carreras para nada; ese gilismo inilustrado porque se gastan cuatro cuartos ahora; ese quejarse de los equipos-Estado; esa soberbia al hablar; ese gataflorismo; ese madridismo en definitivas cuentas.

¿El Atleti está obligado a ganar todo? No. ¿El Atleti es candidato a ganar? Hoy en día está obligado a competir hasta donde le llegue la calidad y las fuerzas y/o le permitan —que se olvida rápido lo sucedido en cierta tanda de penaltis o los gilmanzanazos—. Esa actitud chulesca que se tiene frente a otros equipos de La Liga no es ser atlético, al rival se le respeta siempre y luego, si se puede, se le meten cinco y tan amigos. Eso hace rabiar más a blibaínos, donostiarras y especímenes de ese estilo. Si aparece un VelcroRM, ahí sí se le dicen cuatro cosas, pero sin prepotencia, con ironía, saber estar, hidalguía.

El problema es que la gran mayoría de la afición del Atleti se informa en Marca y As —que ayer mismo manipularon unas palabras de Samu Lino de manera torticera para afirmar que había rajado del equipo rojiblanco—; escuchan Cope o Ser donde se reúnen los más antiatléticos del mundo, incluyendo a los que dicen ser del Atleti; ven en la tele el Desmarque, Jugones o los Teleñecos de la noche, programas dedicados a afianzar el nacionalmadridismo y que siempre hablan mal del Atleti. Normal que acaben pensando que el Atleti es como el Mal, pero sin darse cuenta de que tienen menos fuerza en los lugares de poder que la UGT con Franco. El Maligno controla la Federación, el CTA, el ministerio, el CSD, la UEFA y La Liga —y si tiene peleas con Javier Tebas es porque quiere quedarse con el 50% de los ingresos televisivos—, ¿alguien en su sano juicio piensa que se puede competir de tú a tú contra esto?

En este siglo sólo dos equipos han logrado quitar cuatro ligas a los dos buques insignias del duopolio futbolístico, el Valencia y el Atleti, en ambas ocasiones por despistes de unos u otros. Por ejemplo, la pasada campaña, a pesar del tocarse las narices en los partidos de fuera, en cuanto el Atleti fue campeón de invierno los arbitrajes comenzaron a cambiar y se transformaron en una caza sibilina para hacer daño. ¿Puedes ser candidato seguro a la liga con eso en contra? Salvo que te creas lo que dicen en todos esos medios feladores del Maligno, no. Es más intentan poner como candidato seguro al equipo rojiblanco para malmeter durante toda la temporada y si es posible no se clasifique ni para Champions.

No es sólo en eso en lo que se muestra el madridismo. Ahora se observa en redes sociales un continuo estar pendiente de ex-jugadores, incluyendo a los más perros y asquerosos que han vestido las rayas canallas, y ver qué hacen en otros equipos. Eso es muy madridista y muy del nacionalmadridismo como ideología. Si un jugador está en el Atleti, con él a muerte. Si se va, como si no existiese. Lo que haga el senderista, el guarro argentino, el ojos raros o un guapete no interesa lo más mínimo. Estar pendiente de eso sólo puede tener una explicación, buscar algún tipo de excusa para atacar al entrenador o a la directiva —aunque esto las menos veces—, esto es, para atacar al Atleti. Es como todos esos VelcroRM que se compran camisetas del Al-Nasser. El que se va, se va por mucho cariño que se le guarde. Se llame Witsel o Saúl.

El «no consuman» no lo han llegado a entender. Esto no significa que no lean alguna vez el periódico, la crónica del partido o no vean los goles en la tele, sino que de lo que digan, especialmente en las tertulias y los monos amaestrados que llevan para comentar los partidos, no se crean nada. Si están viendo el partido hagan caso a sus ojos. Y ya eso de que el Atleti debe jugar al fútbol, a un mejor fútbol, sí que es lo más madridista. A ver, esto no quiere decir que haya que tragarse partidos infumables como los perpetrados las últimas temporadas, no, pero el Atleti debe jugar con sus armas, gusten o no. Que luego alguno gana una Champions con cerrojazos y patadón arriba y es la perfecta utilización del bloque bajo. No se dejen llevar por esa corriente, para jugar como el City, el PSG, el Liverpool o el Bayern hay que tener el dinero de esos equipos y el Atleti compra por doscientos y vende por ciento noventa.

Miren presupuestos y comparen antes de exigir nada. Salvo que sean felices siendo madridistas, claro. Eso sí, exigencia máxima para el cuerpo técnico —que se dejen de mufas y cábalas—, para los jugadores —aquel que no tenga claro que debe volver del campo con la camiseta ensangrentada si hace falta que no salga— y para los dueños prescritos. Competir hasta donde dejen y si hay un despiste, cazar la presa. Más de eso es ser madridista o estar influido por el madridismo y el sistema actual que sólo entiende de títulos, de trofeos de chichinabo —como el balón de oro y esas cosas similares— y de marketing. Si uno es del Atleti también siente odio por el fútbol moderno. Y, como ya se dijo en una ocasión, el proceso de millwallización del Atleti es evidente. «Nos odian, pero nos da igual».

El nacionalcatolicismo y la pérdida de fe en España

Preguntaba Carla Restoy en X sobre el porqué del salto, ¿al vacío?, de dos generaciones de españoles que han ido secularizándose de manera rápida, lo cual ha provocado que lo que para los bisabuelos y abuelos era normal —rezar el rosario, ir a misa cada domingo, guardar los preceptos, conservar la fe— para los padres e hijos que han venido después ha dejado de existir. La escritora y traductora Aurora Pimentel contestó, lúcidamente, con algunas posibles situaciones que puedan haber influido en ello. Por su interés se expondrán las conclusiones.

1.) El dinero. «La afluencia se tradujo en materialismo (consumismo en muchos casos). El centro era tener y tener más».

2.) «Pasó que colegios religiosos y también universidades privada católicas se centraron más en otras cosas que en transmitir unos valores. Sí hubo confusión tras el Concilio Vaticano II pero hubo, de nuevo, dinero también: más importante la cuenta de resultados que el ideario».

3.) «Pasó también que curas dejaron de hablar en homilías de cosas fundamentales. Si para el católico medio practicante, de misa dominical, su única “formación”, tras salir del cole, es (era) ese momento —y no se forma por otro lado— cumple 20 o 70 con la formación del cole».

4.) «Pasó —y esto para mí es casi lo más clave— que se dejó de rezar. Individualmente y en familia. Simple y llanamente. La gente tan ocupada dejó de rezar. En casa de mis abuelos se rezaba el rosario todos los días juntos. Esto ya en muchas familias dejó de hacerse en los 1960s-1970s».

5.) «Pasó también que como consecuencia de una pésima educación religiosa —escasa o inexistente, “quedarse” en las cuatro cosas que viste en el cole o en catequesis: ignorancia culpable en algunos casos ¿a qué preocuparse por saber? Mejor decir ¡qué chorradas!— la gente perdió la fe».

6.) «Culturalmente pudo mantener algunas cosas externas por tradición, pero sin “raíz” —sacramentos, fundamentalmente confesión (la gente dejó de confesarse)— y sin piedad, también creyendo que la razón es contraria a la fe o que no hace falta formarse».

A algunas personas les puede parecer que lo que dice Pimentel es muy cierto, otras pueden criticarla por cierta beatería, incluso puede haberlas que abunden en el problema cultural. De hecho la mayoría de críticas, incluidas las de eminentes teólogos, hablan de una fuerte contraprogramación de la modernidad y/o del sistema actual contra cualquier pretensión religiosa, en especial la católica. En realidad todos y todas tienen su punto de razón. A las razones particulares se pueden añadir las colectivas o sistémicas, pero el análisis de la autora de En casa. Una aproximación a las ideas sobre el hogar y lo doméstico en G.K. Chesterton (CEU Ediciones) es muy interesante por lo que no se cuenta, por lo que parece haberse olvidado en España: nacionalcatolicismo.

Para entender esa relación entre la Iglesia y el poder político nada mejor que bucear en las páginas del libro de José Francisco Serrano Oceja, Iglesia y poder en España (Arzalia), el cual tiene la virtud de no esconder los dimes y diretes de la Iglesia española. Cierto que con la llegada del cardenal Tarancón a la jefatura de la Conferencia Episcopal Española pudo parecer que el nacionalcatolicismo se deshacía, algo que siguientes purpurados y obispos han contradicho con sus palabras y acciones. No es anda nuevo esa disputa entre «liberales» y «conservadores» o, si lo prefieren, «conciliares» y «tradicionalistas». La unión entre la Iglesia y el franquismo, incluso con aquella apelación a la cruzada contra los propios paisanos —no se va a entrar en los horrendos crímenes de un lado u otro pues es cosa sabida— o el nombramiento de obispos por el dictador —que en el libro citado se explican muy bien los dimes y diretes— hizo un daño terrible a la propia Iglesia.

El hacer del catolicismo la única moral posible de los españoles, con la persecución de otras posibilidades, sin laicismo pleno hizo ver que lo católico no dejaba de ser sino un arma del poder político. Y si bien los católicos han de participar en política —mediante diversos mecanismos— no es de recibo hacerlo utilizando todo el poder del Estado como imposición a los ciudadanos. Eso ocurrió durante el franquismo pese a que existiesen espacios de «libertad» como las HOAC, las JOC o, incluso, las Hermandades del Trabajo, lugares donde el pluralismo católico se pudo expresar, con miedo y recelo eso sí. Que el catolicismo fuese hasta última hora, única fuente de moral y del derecho casi, provocó el rechazo de muchas personas que, en cuanto se liberaron las cadenas políticas, terminaron por abandonar los caminos de la Iglesia, teniendo fe, para posteriormente secularizar a sus familias por aquel recuerdo.

En el libro de Serrano Oceja no se habla de ello pero también la insistencia, hasta de la cúpula católica, en impedir la aparición y triunfo de grupos Demócrata-cristianos o los Socialdemócrata-cristianos —como la Izquierda Democrática de Joaquín Ruíz Giménez y la Federación de la Democracia Cristiana— posibilitó que lo religioso desapareciese del ámbito político. Tanto como expresión moral, como por los posicionamientos de la Doctrina Social de la Iglesia. Se dejó al libre albedrío de los propios políticos y estos decidieron entregarse al furor liberal-secular. Ni las gentes de Óscar Alzaga, ni los vaticanistas del PSOE —en buena parte captados de las filas de Izquierda Española o el PSP de Tierno Galván—, tuvieron voz en las Cortes españolas. De repente lo católico desapareció y pasó a ser un estorbo, especialmente, en los partidos de derechas. El PP siempre sacaba (y saca) la bandera vaticana para esconderla a los dos minutos.

Había quedado tal resquemor con el nacionalcatolicismo que la clase política y el propio vaticano hicieron todo lo posible por hacer desaparecer del ámbito propiamente político lo religioso. Y si el Estado acaba por proponer lo político como fuente social es normal que al resquemor dictatorial se sumase la desaparición en el debate civil de lo religioso. Si a eso se le suma el neoliberalismo con su propia religión, el liberalismo con su bifurcación progresista y economicista, cada una con sus propias religiones de sustitución —además unas religiones con moralina pero no muy condenatoria—, es normal que lo católico, hoy en España, se haya perdido. A nadie interesa el debate ético-moral, entre otras cosas porque son todos hipócritas o fariseos, y a quien menos a los que están en el poder del Estado o en sus intersticios.

¿Qué hay hoy católico en España? El periódico que así se autodesigna tiene tufillo nacionalcatólico —un cardenal como Angelo Scola, nada susceptible de ser considerado progre, ha explicado perfectamente el sentido del laicismo católico que no se entiende por España, por no hablar de Joseph Ratzinger—, de un conservadurismo rancio y muy virado hacia una posición ideológica, lo que impide a católicos con otras posiciones sociopolíticas acercarse a una posible formación religiosa, como reclamaba Pimentel, mediante los medios de comunicación. En los partidos políticos de la derecha lo católico es utilizado como arma en ese combate agonístico contra el enemigo real o inventado —cada vez que hablan del peligro comunista mueren dos gatitos—, pero en realidad les da igual, les sobra, no les influye en su ser como partido —salvo excepciones individuales— y tienden en su visión religiosa al protestantismo pues el dinero, como decía la escritora, les puede. En la izquierda está ese invento de José Luis Rodríguez Zapatero y Rafael Díaz Salazar (Cristianos Socialistas), el cual no es más que un bluff para dárselas de plurales y una buen arma, ahora en manos del sanchismo, para atacar a los propios compañeros o la CEE cuando se tercia.

¿Cómo influir en la sociedad si hasta la televisión de la Conferencia Episcopal y su radio están al servicio del capital o del PP, según se mire? El nacionalcatolicismo, que parece ser el deseo del algunos curas radicalizados actuales, fue un abuso que hizo un gran daño, pero lo que hay hoy es la nada. Salvo individualidades, alguna editorial y algún espacio no hay nada que permita a lo católico ser tenido en cuenta, al menos, para dar testimonio. Ni el conservadurismo, ni el progresismo católico que se ven en algún lado sirven pues están infectados de ideología malsana y sistémica ¿cómo dar testimonio? Siendo misioneros otra vez y ocupando como católicos los espacios de influencia social. Lo demás es empeorar las cosas.

Marca manipula un vídeo para emponzoñar en el Atleti

El titular firmado por Pedro Lorente dice «Tremenda rajada de Samu Lino contra el Atleti». El vídeo editado —y esto de editado resulta fundamental— hace parecer que Samu Lino dice que el Flamengo es más grande que el Atlético de Madrid. ¡Falso de toda falsedad! Dice el ex-rojiblanco según pueden ver en el enlace: «Y hoy, sí, el Flamengo es mejor que el Atlético de Madrid. Hoy, la estructura que tiene, el tamaño, el estadio, todo es más grande que el Atlético de Madrid».

La realidad es bien distinta. Pueden ver el vídeo de la presentación más arriba y adelantarlo hasta el minuto 4 que es donde le preguntan por las diferencias entre uno y otro equipo. Ahí dice Lino ante la pregunta sobre el espacio en el que está: «Es pequeñito ¿no? Muy, muy buena estructura, fantástica. Está al nivel europeo y más aún. Me ha sorprendido mucho, mucho».

Le dicen que Saúl, su ex-compañero en el Atleti, comentó que el centro de entrenamiento del Flamengo es más grande que el del equipo rojiblanco, a lo que responde Lino: «El Atlético está en una etapa de crecimiento y cambio estructural. Están creando una ciudad, una ciudad deportiva y todo eso. Y hoy sí, el Flamengo está mejor que el Atlético de Madrid. Hoy, por la estructura, el tamaño, los campos, todo hoy es mayor que la del Atlético de Madrid». Una verdad como un templo.

Parece que no son similares las respuestas a la manipulación torticera de Marca. En primer lugar descontextualiza la respuesta lo que hace perder al visualizador sobre qué hablan. En segundo lugar, manipula la traducción, aunque siendo portugués, idioma comprensible para muchos españoles, es un tanto iluso. Y en tercer lugar se inventa un titular cuando pocos minutos antes —pueden verlo en el vídeo adjunto— Lino daba las gracias a la «torcida» rojiblanca por el cariño que le han ofrecido durante el tiempo que ha permanecido en el equipo.

¿Contará el señor Lorente cuál es la intención de esta burda manipulación? ¿Es el periódico de todas las aficiones o sólo de una? ¿Merece la pena cagarse en el periodismo por tres visitas cuando ya no hay miedo a señalarles cuando manipulan?

No gasta más y administra mejor

Están ya en los medios del nacionalmadridismo con su campaña sobre el gasto del Atlético de Madrid en esta ventana de fichajes. Parece ser que les molesta que otro equipo pueda fichar jugadores de mediana o alta calidad y, por ello, competirles en el ámbito doméstico. Salvando que ya se han comprado el CTA, salvando que La Liga se baja los pantalones con el calendario y otras necesidades, salvando que UEFA/FIFA son una mafia al servicio del su malignidad, salvando que doblan en presupuesto al equipo rojiblanco ¿de qué tienen miedo? Porque es miedo y tergiversación de las cifras para llorar un poco porque otra cosa no pero lloricas son un rato.

Dicen que el Atlético de Madrid vence, hasta este momento en que el Mal parece que ya no tiene dinero en caja para fichar por los sobrecostes de más de mil millones del rumbódromo clausurado, gastando 508,8 millones en los últimos mercados por los 471 del Mal según Transfermarkt. Ahí tienen la primera trampa. Ese portal no suma las primas de fichaje, algo que sí hacen en La liga, y obvian que a esos millones hay que sumar 125,7 millones de primas según los propios medios nacionalmadridistas. Esa cantidad no se la han gastado el Atleti o el Barça en algunos mercados de los últimos cinco años. Tampoco cuentan los pluses que ya han logrado los equipos desde los que se ficharon jugadores, lo cual sumaría otra decena larga de millones.

El FC Barcelona, con su crisis oculta por una prensa demasiado afín a Joan Laporta —el nacionalbarcelonismo laportista se podría decir— no llega a esas cantidades y se queda en unos 345,4 millones de gasto. Tres equipos que gastan muchísimo más que el resto de competidores en su liga pero muy poco en comparación de equipos de mitad de la tabla en la Premier o algunos primeros espadas europeos. Así las cosas los gastos en fichajes serían el Mal: 596,7 millones; Atlético de Madrid: 508,7 millones; y Barça 345,4.

Cuestión bien distinta es hacer la comparación del gasto realizado con los ingresos por ventas. Ahí vence el FC Barcelona con 351,36, después el Atlético de Madrid con 301,03; y el Mal con 195,5 millones. Esto otorga una inversión neta de: Barça -5,96; Atleti 207,4: y el Mal 401,2. Inversión neta de -1,19, 41,48 y 80,24 millones por temporada de cada equipo. ¿Gasta más el Atleti? No si se tienen en cuenta los ingresos, esto es la gestión. Al Barça le sale a deber. Y se observa que el equipo del Maligno gasta a manos llenas temporada tras temporada pese a lo que digan.

Porque lo que ocultan todos estos amanuenses del nacionalmadridismo es que la inversión fuerte del Atlético de Madrid se ha producido en las últimas dos temporadas tras la llegada de nuevos y potentes patrocinadores y una ampliación de capital gracias a fondos de inversión. Todo ello dirigido a una posible venta en 2027. Vamos lo que sabe cualquier aficionado del Atleti sin analfabetismo funcional, algo que deben sufrir en otros lares.

Hay que volver al principio ¿tienen miedo o no es más que una táctica para deslegitimar más adelante al equipo rojiblanco y/o intentarle meter una presión que no tiene? Hay una parte de miedo al comprobar que el proyecto Xabi no es todo lo potente que se esperaba, que hay lagunas en el juego debido a las carencias evidentes hasta para VelcroRM y se encuentran sin dinero para fichar por mala gestión del Maligno. Personaje que ya está pidiendo recalificaciones y Fórmula 1 al PP para sacar dinero a costa del patrimonio de los socios del equipo —los supuestos dueños y tal ¡ja, ja, ja!—, mientras del PSOE obtiene mirar para otro lado y bajarse los pantalones en otras situaciones.

Y es evidente que es un añadido de presión para hacerle candidato a todo para luego vender lo que estimen desde el nacionalmadridismo. Miguel Ángel Gil Marín, que tiene pánico a las primas por campeonar, sin embargo, prefiere asegurar Champions, si es posible siendo terceros o segundos; llegar a cuartos en Champions y lo que caiga en Copa. Y si en el Barça, encima, le funcionan los canteranos —deben estar buscando hasta multas sin pagar del padre o madre de Dro, pues ya se ha visto la que han montado con las vacaciones de Lamine Yamal, mientras el balón de playa sólo tiene «amigas» porque no tiene edad para sobrinas, claro— y los dos fichajes… normal que estén de los nervios.