Una vez hecho el recuento todos los partidos han ganado y todas las encuestadoras han acertado. Es un clásico que la Ciencia Política debe desmentir con contundencia en cada cita electoral. Ni todos han ganado, ni todos han acertado. De hecho hay más perdedores y equivocados que vencedores y acertantes. Nadie, salvo señalar negativamente al CIS, dirá nada sobre las encuestas encargadas, primero, porque es un elemento que sirve a los medios de comunicación para crear opinión y generar un debate (falso); segundo, porque ninguna encuestadora va a malmeter contra las demás pues el negocio es que haya varias con dispares opciones.

Las cifras de diputados, las famosas horquillas, salvarán la cara de la encuestadora y del medio de comunicación que pagó por ella, pero la realidad es que en los números, los porcentajes de voto, es donde se encuentran los verdaderos errores. Cualquiera puede hacer horquillas de siete u ocho curules de diferencia, pero en los datos porcentuales es donde se refleja el mayor tino o no del trabajo de campo y la fiabilidad de la encuestadora. A ello súmenle que suelen ofrecer un sumatorio de sobreponderación o infraponderación para que parezca que el error ha sido mayor. Trucos del oficio.

En esta ocasión parece que ha sido sencillo adivinar el ganador y quienes se quedaban fuera. Con los resultados de las anteriores elecciones autonómicas y los de las generales del 23J no era complicado adivinar que Sumar, Podemos y Vox se iban a quedar fuera, más si se añade algo que no es un dato en frío sino mera intuición. Con lo que vienen haciendo a nivel nacional ciertos partidos era hasta normal que no fuesen a captar el voto de esos ciudadanos que suelen votar en clave más nacional que regional. En este sentido todas han acertado, pero los datos muestran que no.

El CIS ha sido la encuestadora que más errores ha cometido, pese a ser la que más medios puede tener a su disposición. Al PP le ha infraponderado en 5,22 puntos porcentuales y a DO con 0,5 (al ser un partido local y con pequeño porcentaje de voto en el cómputo global es un error mucho mayor). Ha sobreponderado a BNG 1,84; PSdeG 4,08; y Sumar 0,91. Sondaxe ha infravalorado a PP (1,92) y BNG (20,6) y ha sobrevalorado al PSdeG (2,78). EM-Analytics se ha equivocado con PP (-2,72), PSdeG (+1,58) y Sumar (+1,21), en el resto ha estado cerca. Sociométrica también se ha acercado a la mayoría de resultados aunque ha fallado bastante con PP (-2,82), Sumar (+1.21) y Vox (+1,91).

NC Report ha metido la pata de forma escandalosa con el BNG, al que ha infrapoderado en 5,46 puntos. Ha sobreponderado a PSdeG (2,38) y Sumar (2,31). Data 10 ha sido la encuestadora que más cerca ha estado de clavar los resultados, salvo para el BNG (-1,36), para el resto de partidos no ha tenido errores mayores a un punto porcentual. Target Point también ha infravalorado al BNG (-3,76) y ha sobrevalorado al PSdeG (1,98). DYM ha estado muy cerca de clavar los resultados y solo con el PSdeG ha superado el punto porcentual de error, por muy poco eso sí (1,08).

Demosgal ha errado bastante y con altos porcentajes de error. Al BNG le ha infraponderado en 7,86 puntos y al PSdeG sobreponderado en 3,28 puntos. Gesop ha fallado con el PP (-2,92), el PSdeG (1,48). 40dB ha tenido en esta ocasión unas ponderaciones muy mejorables infra y sobrevalorando a todos los partidos muy por encima del punto porcentual: PP (-2,22); BNG (-1,56), PSdeG (1,58) y Sumar (1,41). Sigma Dos se ha equivocado de forma clara con el BNG al que ha infravalorado con 3,56 puntos, mientras que ha sobrevalorado al PSdeG en 3,08 puntos.

Si vamos a las encuestas del mismo día de las elecciones, tampoco han sido muy certeros. La que se autoproclama como más certera GAD3 ha vuelto ha equivocarse con todos los partidos PP (-1,52), BNG (1,44), PSdeG (-1,52) y DO (-0,32). Sigma Dos sí ha estado más certero no errando en ninguna de las ponderaciones por encima del punto porcentual. Sondaxe se ha vuelto a equivocar con el PP infravalorándolo en 2,82 puntos.

Si les dicen algo sobre el más/menos tres por ciento de acierto han de saber que eso es para el cómputo general de la encuesta, no un ±3% para cada valoración. El porcentaje de error ha sido superior en casi todos los casos. Si las encuestas fuesen realmente valoradas científicamente habría motivos para estremecerse, pero como son un elemento más del engaño constante de la sociedad del espectáculo y se utilizan como arma arrojadiza, para convencer o desanimar a dudosos o para generar cierto clima sociopolítico, la valoración no debe ser científica sino casi metafísica. Científicamente, además dentro de una circunscripción pequeña en sí, han fallado, sociopolíticamente seguramente hayan acertado.

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