Desde hace un tiempo en Vox hacen las cosas mal. En realidad para los demás las hacen bien porque les conviene, pero en términos de ampliación del espectro electoral, el aumento de afiliados y obtener mejores resultados lo están haciendo mal. Cada vez menos gente, lo dicen las encuestas y no en el apartado de porcentaje de voto, se siente identificada por lo que dicen sus dirigentes, por lo que hacen y por lo que simbolizan. Si no es porque sería conspiranoico, la realidad es que parecen hacerlo adrede.

El aumento de afiliados les da igual porque quieren ser cuatro y el de la moto para mangonear a sus anchas. Tener muchos afiliados supone un problema ya que podrían pedir algo de democracia interna o confeccionar las listas con libertad. Cuando señalan a otros como tiranos es que no se miran al espejo. Respecto a la ampliación del espectro del electorado quieren sumar a conservadores, liberales y personas de otras opciones. Liberales libertarios seguramente puedan sumar dos más, pero lo que ganan por ahí lo pierden por lo conservador. Y lo que ganan por lo conservador lo perderán con personas de otro pelaje (que deben ser falangistas y cosas así). Están estancados y bajando, pero no les importa. La banda de los cuatro siguen en el momio y les vale.

Santiago Abascal parece estar siendo financiado por alguien o un grupo de presión para hundir o destruir Vox. Cada vez que habla o bien demuestra que es un incapaz para articular un discurso coherente, o bien hace que los contrarios acaben justificando su propio discurso victimista. En la configuración de las listas a los más cultos y formados no han elegido para los puestos de salida. Sí a los más arrabaleros, como la portavoz en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio. Persona que desconoce la historia de España y califica la bandera de la Comunidad de comunista, que ya hay que ser inculta. Votos para el PP y para el PSOE.

No han salido con un tipo con una cabeza de búfalo en la cabeza pero casi. Y como debe haber un concurso para ver quién dice la estupidez más grande a Abascal no se le ocurre que soltar la “tontá” en Argentina. ¿Pensaba que nadie iba a leer su entrevista en Clarín? Algunos, como para quitar hierro, afirman que la frase hay que entenderla dentro de toda la respuesta. Véase la pregunta y la respuesta: «P. De sus palabras pareciera que haces más responsable del fracaso al PP que a Sánchez, que estuvo astuto. R. Pedro Sánchez no es astuto y hábil como la gente piensa. Un político que no tiene escrúpulos, que no tiene principios, tiene una ventaja competitiva sobre los políticos honrados y que tienen escrúpulos porque nos ponemos límites. Yo tengo unos límites morales. Yo tengo unos principios. No puedo venderlos. Sánchez no tiene ninguno. Puede pisar las leyes, puede hacer cualquier cosa, puede poner en riesgo la unidad nacional. Eso le da una ventaja competitiva. Habrá un momento, dado que el pueblo querrá que querrá colgarlo de los pies. Enfrente ha encontrado una oposición contundente en Vox, pero también una oposición dubitativa, que le criticaba pero le ofrecía la mano. No se le podía ofrecer nada. Distancia total con los socialistas».

Tras hablar de la carencia de principios del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, algo que no es nuevo y ha debido leer en Diario 16 que ya lo advirtió hace seis años, se pone a hablar de sus principios que no puede vender (queda por conocer cuáles son esos principios, pero tenerlos los tiene) y la ventaja competitiva que supone no tenerlos. Y justo, tras eso, lanza la frase de colgar por los pies al dirigente woke. Decir lo ha dicho. Ha sido una boutade. Y, lo peor para Vox, es que fortalece al propio señalado y a él le deja como un mindundi que tiene que recurrir a lo estrafalario para que le hagan caso. En toda la entrevista no hay propuesta alternativa alguna. Que si batalla cultural (para eso hay que tener cultura y no caer en los clichés importados o inventados), que si no voy a hacer como Javier Milei insultando (no, no lo va a hacer), que si los socialistas son muy malos…

¿Cuántos votos le ha reportado acudir a Argentina? Menos diez mil. Cuando tenía la oportunidad de obtener una victoria simbólica entre el electorado español (al haber sido invitado personalmente por el presidente argentino), resulta que suelta la frase estúpida. Ya había dicho que era un tirano en preguntas anteriores (un tirano postmoderno, pero como desprecia a los estudiosos de la ciencia política, como afirma en la entrevista, no se ha enterado de ese análisis), pero con todas las cosas que se dicen de Sánchez no tiene repercusión social en España. ¿Para qué meter esa frase? O es muy tonto, o le están pagando para destruir Vox porque les ha dado fuerza al tirano y al señor que no se moja, Alberto Núñez Feijoo.

Se había tomado seis panqueques de dulce de leche, un mate y dos chorizos con chimichurri, todo regado con vino, y debía ir enchufado a la entrevista. O no. Parece que busca destruir Vox por algún motivo desconocido. Igual, como dice maliciosamente Macarena Olona, no le apetece trabajar y le han ofrecido un chiringuito donde cobrará mucho por aparentar. Lo mismo que hacen con otros políticos o con menos trabajo si es posible. El caso es que llevan cinco meses en los que todo lo que hacen parece que lo hacen mal adrede. El resto aplaude con la orejas. Igual no es por tonto y sí por listo y colocado a futuro, pero mal, mal, lo está haciendo.

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