Ahí lo tienen. Todo el sanchismo maldiciendo al presidente de Castilla-La Mancha y seguirá cuatro años más al frente del PSOE de la región. Cierto es que hace cuatro años anunció que dejaría el cargo y la presidencia pero las circunstancias, como ahora se verá, le han puesto en la tesitura de seguir al frente del socialismo manchego contra viento y marea. Nadie ha presentado candidatura frente a la de Emiliano García-Page, aunque aún le queda recoger el 2% de los avales (¿se imaginan que no los consigue por estar en época estival?), y eso que le habían puesto sustitutos y sustitutas –más bien esto segundo-.
El presidente manchego es de los personajes más odiados por el sanchismo. No soportan que haya discrepancias a los actos y las palabras del presidente del Gobierno, algo que es contrario completamente a la tradición del PSOE, por cierto. Tampoco gusta a los dirigentes del PP porque les tiene arrinconados y supone un faro que evita, en cierto sentido, el desgaste del PSOE en la región para las elecciones generales y regionales. De hecho esa es una de las razones que han empujado a Page a permanecer en el cargo otros cuatro años. Cierto que en la propia “federación manchega” no hay nadie que haya dado un paso adelante para poder ser alternativa y así dejar el gobierno y el partido en buenas manos, que sería el deseo del propio Page. Hay muchos candidatables pero sin el fuste público suficiente, por ahora.
El contexto pandémico y los vaivenes ideológicos del secretario general del PSOE también son un motivo para la permanencia. Si el PSOE de CLM cayese en manos del sanchismo, para hacer sanchismo, sacarían seis votos en las próximas elecciones. Ahí tienen la muestra de la Comunidad de Madrid y sus grandes resultados desde que laminaron a todo el que pensaba distinto a quien manda. Ahora lo van a intentar arreglar con Juan Lobato de secretario general y Hana Jalloul, una excelente investigadora muy del gusto de Sánchez, como candidata. Ese temor a perder lo logrado en estos años de avance regional, en los que cuatro años han sido para recuperar todo lo que Dolores Cospedal destruyó, está presente en la decisión de Page. Es otro socialismo más pegado a la realidad, más pragmático, más conservador si quieren, pero que gana elecciones con mayoría absoluta. Tan reformista como indica la ponencia socialdemócrata para su 40° Congreso. No ha dejado nada a su izquierda y en la región se preguntan constantemente ¿quién coño es Francisco Núñez (presidente pepero)?
El problema es que la actuación del presidente del Gobierno en muchas circunstancias, como ha pasado con los indultos, como sucede con el aumento de los impuestos al diesel, como sucede con todo lo que tiene que ver con lo agrícola no verde o las infraestructuras básicas (como el tren, por ejemplo), es un hándicap para el PSOE manchego. Es otra de las circunstancias que empujan a Page a incumplir su palabra y persistir en el empeño de dirigir en PSOE regional una olimpiada más. Es consciente de que su presencia permite salvar los muebles a nivel regional, en las diputaciones y los ayuntamientos manchegos frente a las cosas que dicen en Madrid. En otras “federaciones” están callados los críticos, por miedo a la expulsión o la crucifixión, pero en Castilla-La Mancha defienden lo que creen. De hecho ejercen en mejor forma la mezcla de responsabilidad y representación, pues lo que hay que hacer suele encajar con lo que han prometido que harían, que en Moncloa donde se dice una cosa y la contraria (como defender el feminismo y votar en favor de una ley transgenerista que lamina los derechos de las mujeres).
¿Dónde están los valientes?
Tras años de insultos a Page y de petición de su expulsión cabe preguntar ¿dónde están los y las valientes? ¿Por qué no se han atrevido a presentar una candidatura alternativa? O ¿están esperando a que Sánchez, pasándose la democracia por el forro, coloque a quien él quiera como candidata o candidato? Hablan de procesos democráticos pero sólo cuando les benefician, como ha pasado en Andalucía –donde tampoco se atrevieron a tumbar a Susana Díaz hace cuatro años-, o los pueden ganar. Cuando no, que actúe la mano bonapartista.
Pensar que en Castilla-La Mancha van a poder colocar el candidato o la candidata que deseen –por muy ministra que sea- sin que haya una rebelión es no conocer lo que se cuece dentro de la federación. Posiblemente sea la región menos sanchista de toda España, aunque se mantenga la lealtad institucional debida… hasta que lleguen a tocarles las partes. Además, es Emiliano el que controlará el proceso de primarias para la candidatura de la Junta. Puede hacerlo dentro de un año o a seis meses de las elecciones, tal y como le permiten los estatutos.
Todo lo anterior sin contar que meter la mano en la federación manchega podría suponer quedarse sin votos para las elecciones generales y sin presidencia en la comunidad. Lo segundo puede importar poco en Moncloa, pero lo otro es fundamental. No le queda más remedio a Sánchez que la “conllevancia” con el PSOE de CLM. Al fin y al cabo es lo que hace con los secesionistas catalanes. Esos mismos que le hacen feos en las Conferencias de presidentes y presidentas.
Seguramente conocerán el famoso personaje de José Mota, la vieja del visillo. Ejemplo de esas personas (hombres y mujeres, que en esto del cotilleo y la maledicencia no hay sexismo) que quieren enterarse de todo para poder luego malmeter contra éste o aquel con unos y con otras. Da igual que no se haya enterado de la historia en realidad. Da igual que no sepa de la misa la media. Da igual que su torpeza mental, sus ansias de chisme y el querer ser el centro del universo acaben por señalarla. Da igual, sigue empeñada esa persona en el chisme sin importar causar el mal a sus congéneres, ni a su persona. Esto mismo le ocurre a Pablo Casado, quien se ha convertido en el “viejo del visillo” de la política española.
Hace tiempo se contó que el político pepero debía sufrir algún tipo de trauma psicológico que le hace querer ser el protagonista del teatro político en cualquier circunstancia. No es tanto un ego desmedido, como le pasaba al otro Pablo (Iglesias) que sufría un deseo de que las personas reconociesen la superioridad intelectual y política que se había autoconcedido, más bien parece un sentimiento de inferioridad que acaba proyectando en la búsqueda perpetua de reconocimiento y protagonismo. En España no destaca por belleza –eso se lo lleva todo el presidente del Gobierno, sin que se vean otras cualidades-; no destaca por un verbo ágil, florido y coherente; no destaca por su inteligencia –se sabe que el master fue concedido como una prebenda y se sospecha que el doble grado también-, por una capacidad de análisis portentosa o por una mediana capacidad estratégica. En realidad no destaca por algo más allá de muchas mediocridades juntas que no hacen un todo satisfactorio. Esta realidad ha llegado a sus oídos, lo sabe y lo intenta superar mediante la búsqueda constante de protagonismo.
No es la primera vez que, habiendo el presidente del Gobierno convocado a la prensa, al minuto estaba ya él criticando lo afirmado por Pedro Sánchez. Materialmente es imposible criticar al minuto una rueda de prensa de media hora o más, salvo que se obvie lo que se diga y se vaya con un plan pensado de antes. Así ocurre que Casado ha acabado desnudo y como un tolili en más de una ocasión. Pero no le importa porque él busca su protagonismo a cualquier precio y en cualquier ocasión. Este impulso irrefrenable de su personalidad le induce a intentar lanzar chismes (que no bulos) y malmeter contra el presidente con cualquiera que se cruce. Y parafraseando el dicho “Lo que diga Pablo de Pedro, dice más de Pablo que de Pedro”. Así, cuando acude a hablar con las gentes del Consejo de la Unión Europea para pedir que no entreguen los fondos europeos a España si él no los puede controlar, no sólo malmete, sino que perjudica realmente a su país. Algo que extraña a los dirigentes europeos, no porque Sánchez sea un desastre, sino porque Casado es un traidor.
Cuando ha dicho en una conferencia con dirigentes colombianos, en realidad con dirigentes uribistas –ergo cercanos al paramilitarismo y el no respeto a los mínimos derechos humanos-, que Sánchez apoya a las dictaduras latinoamericanas (Cuba y Venezuela –se le olvidó la Nicaragua de Daniel Ortega, pero no se le puede pedir conocimientos geográficos a quien no sabe que Canarias está en África-) no estaba perjudicando al presidente sino a los españoles y las posibles inversiones en aquellos países de empresas españolas. Hacer coincidir a España con el eje del mal latinoamericano no supone una apertura de ojos para los colombianos, sino un perjuicio. Además cuando es mentira pues ¿ha escuchado alguien alguna queja de Sánchez respecto a las matanzas de ciudadanos por toda Colombia (más de 200) por protestar de manera pacífica utilizando a la policía y escuadrones paramilitares? ¿Ha escuchado alguien alguna crítica al uribista Iván Duque por parte del gobierno español? Sí se ha escuchado al PP y a Vox hablar de guerrilla y de narco-nosequé cuando el ex-presidente Santos encauzó y resolvió prácticamente ese problema. ¿Cómo puede Casado ser tan ignorante? ¿Cómo puede mentir de esa manera?
No sólo está al cotilleo, a la escucha de lo que sucede o deja de suceder, también va expandiendo mala baba por toda España. Actúa de una forma que no beneficia a España, más bien la perjudica. Incluso en el interior sus barones regionales le dejan en evidencia una y otra vez. Es increíble que la derecha española, que siempre ha fardado de presentar políticos capaces, cultos, serios… hoy esté en manos de semejante ignorante “viejo del visillo”. El sistema político español no puede permitirse este nivel de bajeza mental y política. Si, en caso de que las personas de derechas tuviesen razón y el presidente del gobierno y sus aliados perjudicasen a España y quisieran instaurar un sistema cesarista –en realidad más bien bonapartista-, cómo es posible que el antagonista actúe de la forma en que lo hace. ¿No se da cuenta Casado de que sus actos y sus palabras acaban por entronizar a Sánchez? En el PSOE están contentísimos porque de seguir por esta senda, más allá de lo que digan las encuestas hoy, de aquí a dos años tienen fácil ganar las elecciones con semejante oponente. Si se pregunta a cualquier persona de derechas sobre Casado la respuesta es espeluznante sobre su actuación ¿no hay nadie que le aconseje? ¿Por qué no le empiezan a dar palos desde los medios de derechas serios para ver si espabila? ¿No ve que el personaje lo va a devorar?
El Atlético de Madrid lleva semanas entrenando y ayer mismo afrontó su segundo partido amistoso de preparación para ¿La Liga? Realmente quienes han acudido son los jugadores del filial apoyados por cinco jugadores de la primera plantilla, por lo que de poco pueden servir al entrenador rojiblanco, Cholo Simeone, estas pruebas. Para desgracia del equipo madrileño, muchos de sus jugadores han llegado lejos en los distintos torneos continentales (alguno sigue jugando en la Copa de oro), por lo que a día de hoy no tiene los suficientes jugadores con suficientes entrenamientos para enfrentar los partidos amistosos y que sirvan para algo. Algo parecido les ha pasado a Barça y Real Madrid, aunque en menor proporción.
Un calendario estúpido (comenzar La Liga un 15 de agosto cuando hay competiciones internacionales es poco lógico), muy pervertido por partidos de selecciones nacionales, y el necesario descanso de los jugadores han provocado que este año el Atleti esté entrenando sin jugadores de la primera plantilla y con algunos que seguramente no seguirán en el plantel. ¿Por qué jugar este tipo de amistosos si no van a servir para algo? Principalmente por dinero. Salvo el memorial de la familia Gil en honor de la familia Gil en el Burgo de Osma que no tiene más valor que ese egocentrismo de los dueños, el partido frente al Salzburgo debe dejar muchos millones en las arcas y no debe tener cláusulas pues no se lleva a algún jugador titularísimo (salvo Oblak). Dinero que nunca viene mal pero que no sirve ni a los aficionados.
¿Quién quiere ponerse a ver en diferido el partido del “filial” pudiendo irse a tomar una caña o descansar de la jornada dura y calurosa de trabajo? Los atléticos son enfermos del Atleti, sí, pero del de verdad. Igual ver si algún chaval puede tener futuro a corto plazo, hacer madridismo mental pensando que todos son buenísimos o rutina de calentamiento para el comienzo de La Liga. ¡Mentira! Ni esas motivaciones son suficientes para un aficionado medio. Si no se tiene otra cosa que hacer pues igual se mira un rato la tele, pero sin poder sacar conclusiones, ni ilusionarse, ni nada. Con el problema de que te pinten la cara y haya que aguantar las risas de las aficiones rivales.
Más allá de la inutilidad deportiva de estos amistosos –antaño cuando no se tenían casi internacionales no pasaba esto, por lo que es motivo de alegría en sí-, está una parte que en la cúpula dirigente no deben entender. Sí, hay que recaudar dinero, eso lo entiende todo el mundo, pero existe el riesgo de manchar la camiseta de forma inútil. Lo de manchar la camiseta ya no hace falta porque viene manchada de la fábrica tailandesa de de Nike, pero deshonrar a los aficionados con un equipo que no es ni de circunstancias no les importa a los dueños. Mucho deben pagar para machacar a jugadores del filial, asumir el riesgo de humillación y no servir deportivamente. Pero así es el Atleti del logo de Gil, sin un mínimo sentimiento de pertenencia.
Época estival, época de fichajes y de esperanzas en los equipos de fútbol. Tiempo de ilusionarse con este fichaje, de la recuperación de sensaciones de aquel jugador que tuvo una temporada mal o, en algunas ocasiones, ver si es chaval que iba para genio se consagra. Todas estas sensaciones están distribuidas entre las distintas aficiones en mayor o menor medida. A ello súmenle el típico cabreado porque su equipo no ficha buenos jugadores –en unos casos por centrarse en cesiones, en otros porque se piensa que la llave del banco la tiene el presidente de turno- o, simplemente, no ficha. Ha pasado siempre y sigue pasando, salvo en el Real Madrid.
En el equipo blanco existe un mosqueo que no llega a explotar en enfado o ilusión. Están en un sube y baja constante cuya mejor muestra se puede encontrar en los artículos de Tomás Roncero del diario As. Más allá de la mufa, de si hace pajillas a perros (Abellándixit con bastante mala leche) o se arruga frente al padrino del fútbol, leerle suele ser conducir a descubrir el sentir blanco. Unos días se viene arriba y ve en la plantilla de su equipo a la naranja mecánica, pero la mayoría de los días viene expresando el mosqueo que existe. Porque esfuerzos que ni los de Sísifo están haciendo en la prensa nacionalmadridista para tener entretenida a la afición y contento a su señor –no vaya a ser que los llame tolilis y los cancele- y les venden una realidad que un equipo como el Glasgow Rangers acaba fracturando. Tras el nadaplete no hay ilusión –por mucho que vendan a Alaba como el nuevo Franz Beckenbauer– y sí mucho humo con Mbappé. Como se ha dicho en otras ocasiones, el jugador francés ha desarrollado una enfermedad en un ojo de tantos guiños como ha hecho.
Tras la venta de Rafaël Varane, Roncero parece haberse dado cuenta de que el viudo con gafas tiene otras intenciones con el Real Madrid. A parte de construir su mausoleo en la Castellana (¿Se juegan algo a que le entierran allí o esparcen sus cenias?), no hay nada más. Y el periodista del grupo Prisa lo dice claramente: “Vender patrimonio (o dejar escaparlo sin que parezca grave como el caso del sevillano) es algo a lo que no está acostumbrado un madridista. Me he criado con un Madrid poderoso y comprador. […] Sé que los tiempos han cambiado y que los jeques y los clubes-Estado aprietan, pero hay algo en lo que el Madrid se está equivocando. Tenemos menos dinero, pero aún somos el club con el que sueñan todos los grandes futbolistas”.
El orgullo que puede sentir él –que es el mismo que sienten los hinchas de otros equipos por el suyo- no es compatible con el dinero a ingresar. Se han reído del Atlético de Madrid porque no podía pagar hace poco más de diez años los sueldos que se estilaban en la casa blanca, ahora sufren en sus carnes haber devaluado La Liga y no tener un gobierno que conceda licencias para construir torres, más la rebelión de los equipos pequeños que se hartaron de cobrar menos en derechos de televisión. Pero al final reconoce la situación: “Si tú vendes, acabas siendo el Atleti de hace unos años. Curiosamente, el Atleti se ha gastado 35 millones en De Paul y amenaza con fichar a Griezmann. ¿Desde cuándo los indios son más ricos que lo vikingos? Algo no me cuadra…”. Desde que, como se ha dicho antes, no hay “amigos” que hagan favores.
Están empezando a asumir, algunos, que Mbappé no llegará y que los millones de Varane –que son 35 más bonus y no 50 como venden en el nacionalmadridismo para salvar la cara gestora de su jefe y señor (igual que Hazard pasó de 100 a 150, o James de 20 a 0)- se quedarán en la caja con un equipo envejecido en la medular, con una defensa cogida con alfileres –aunque venden a Militao como si tuviese el toque de balón de Luiz Pereira en sus programas nocturnos- y con una delantera donde llevan esperando que exploten sus brasileños y Asensio desde hace años. Roncero, de hecho, quiere liquidar a Odergaard y Jovic, siempre y cuando se fiche algo decente. Venden que la cantera sacará esto adelante, pero no hay una Quinta del Buitre, y un nuevo nadaplete asoma en lontananza amenazante. Están cagados de miedo pero no lo admiten púbicamente.
Se ríen sobre la posibilidad de que el Barça no inscriba sus fichajes, pero ¿y si sí? Ven como la plantilla ganadora de la liga pasada –por mucho que les moleste, en especial a Gárgamel– se refuerza y no pierde efectivos. Ven que se acabaron los millones de las torres y que las camisetas de los jugadores no sirven para pagar sus propios sueldos –Ronaldo se marchó en cuanto no le permitieron reducir el porcentaje de publicidad que se quedaba el equipo y que costeaba casi totalmente su ficha (algo que no han contado, como tantas otras cosas)-; ahora deben competir en “igualdad de condiciones” (las comillas son por los intangibles, ya saben ustedes) con equipos como el Atlético de Madrid o el Sevilla y no les cuadran las cuentas para su obsesión (Champions). Normalmente leer a Roncero es un gasto de tiempo y puede producir urticaria, pero si se sabe escoger cada cual puede ver que están acudiendo con demasiada frecuencia al baño. Tanto biberón les ha dejado mal el estómago y su médico (FloPer) sólo tiene una receta, ayuno futbolístico. Es ver a Vallejo de central titular con Isco y Asensio de delanteros y les viene la cagalera.
“¡Joder Paco! ¿A quién se le ocurre publicar una encuesta donde se deja mal a la Ayuso? ¡Que nos deja mucha pasta en publicidad y subvenciones y, además, nos ha dado licencia para la Universidad que vamos a montar!” habría dicho José Crehueras, presidente del grupo Planeta, a Francisco Marhuenda, director de La Razón, de tenerle cerca cuando ha visto el revuelo que los ayusistas han generado en redes sociales. Y todo porque ha encargado una encuesta (más bien son preguntas de las encuestas que suelen hacer sobre voto) donde se pregunta sobre las preferencias para la presidencia del gobierno entre el presidente del PP y la presidenta de la Comunidad de Madrid, donde acaba ganando Pablo Casado.
Los votantes del PP prefieren a Casado frente a Ayuso, que así se titula el artículo, ha sentado francamente mal al ayusismo inilustrado. Todas esas personas que han tomado a Isabel Díaz como faro de esperanza –debe ser para tomar cañas- porque repite palabras sacadas del Manual del joven liberal que no tiene que pensar mucho, se han enfadado al ver que Casado tiene más adeptos que su musa. Según la encuesta del periódico de Marhuenda, el 51,8% de los electores del PP prefieren al actual presidente frente a un 39,8% que preferirían a Díaz. Según lo ha comentado en redes sociales, el director del medio conservador, se le han echado encima todos los trolls –y algunos menos trolls- del ayusismo (1,3 millones de respuestas). Echando espumarajos por la boca, han señalado como tramposo al periódico por manipular la encuesta en favor de un supuestamente denostado Casado. Lo paradójico es que esas mismas personas alaban las encuestas de La Razón cuando dicen que el PP ganará y podrá obtener mayoría junto a Vox. Entonces ¿manipula o no las encuestas?
Los votantes del PP prefieren a Pablo Casado antes que a Isabel Díaz Ayuso https://t.co/TH2yf7M7o4
— Francisco Marhuenda (@pacomarhuenda) July 26, 2021
Todo esto genera una serie de variables, cuando menos, curiosas sobre lo que sucede en el PP y con Díaz. Respecto al PP, en términos generales, se observa que Casado no concita la aprobación de todos los votantes –como sí hacen otros dirigentes políticos para sus respectivos electorados-. Sólo un 51% le prefieren frente a Ayuso, pero ¿y frente a Alberto Núñez Feijóo? ¿Y respecto a Juan Manuel Moreno Bonilla? Al preguntar, es de suponer que por la ola de simpatías que manifiestan los ultraliberales-nacionalistas-imperialistas-arriquitaun que pululan por los medios, sólo por la dilemática dual Casado-Ayuso se quedan los lectores sin conocer realmente las preferencias de los electores. Ese 51% deja a Casado en mal lugar –si es que no lo hacen sus propias tonterías-, pero no aúpa a Díaz como querían otros.
Otra variable a destacar, aunque aquí ya se explicó sin estos jugosos datos empíricos, es que Madrid no es el resto de España. Lo que ha podido servir en Madrid para ser el partido más votado (no ha logrado la mayoría absoluta), muy ayudada por las meteduras de pata de los partidos a su izquierda (Pablo Iglesias lanzando una alerta antifascista a la que se sumó inexplicablemente Ángel Gabilondo y que les ha costado la carrera a todos los que estaban en el fregado), no sirve fuera para captar el voto. Esas salidas de tono, esas estupideces constantes, esos aspavientos, ese creerse el califa en lugar del califa, no gusta fuera de Madrid. Puede hacer mucha gracia, pero cuando se sale más allá del límite de la M-50 se escucha en la calle que “esa chica no está bien de la cabeza”. Ahí tienen el ejemplo de Francisco Núñez, alías “copio todo porque no me da para más”, presidente del PP de Castilla-La Mancha que intentó una ayusada y le dieron una buena mano de collejas. O lo que es lo mismo, nadie le ha hecho ni caso –de hecho ¿quién conoce a Francisco Núñez en CLM?-. En Galicia se gobierna con otros modos, en Andalucía haciéndose pasar por el PSOE chavista y así con el resto de regiones.
El ayusismo es propio de Madrid y para consumo de madrileños. Funciona porque la oposición es tan estúpida que sigue sin saber contrarrestar la forma de comunicación por mucho que cambien de caras. Les pasa por seguir los consejos de comunicólogos vende humos. Fuera de Madrid las cosas cambian y eso se refleja en preferir a Casado por encima de Díaz. Lo que no quiere decir que vean en el actual presidente pepero a una persona capaz, lo ven menos incapaz que a la otra nada más. El resto es producción mediática contra el Gobierno de coalición. Algo que no altera la percepción sobre la presidenta madrileña, esa bocachanclas que insulta a las provincias (ella que lleva la boina puesta a rosca), que defiende el libertinaje, se cree superior por vivir en Madrid o tiene que señalar a otras regiones para tapar su miseria de gestión. Fuera de la M-50 eso se ve todos los días. Sólo cabe preguntarse ¿se atreverá Díaz a quitar la publicidad y las subvenciones al grupo Planeta?
Para ser el Atlético de Madrid, realmente, este verano está siendo sumamente tranquilo. A la espera del fichaje (DAO o cedido, salvo sorpresa) de un delantero centro, no se esperan más sorpresas. Durante las entrevistas que mantuvo el Cholo Simeone con As y Marca, dejó más o menos claras sus intenciones que no eran mover demasiado lo que ya tenía. La salida de Saúl –solicitada por el propio jugador hace meses y ratificada por el entrenador- es el único movimiento claro que hay sobre la mesa, porque la cesión de Grbic tampoco está clara. El resto mucho humo y escasez de dinero en todos los equipos europeos (menos los ya conocidos).
Ahora bien ¿existe el temor de una heitingada el último día de traspasos en el fútbol europeo entre la afición rojiblanca? Existir, existe. Con Miguel Ángel “jeque mochilo” Gil nadie está nunca tranquilo. El año pasado fue Thomas quien se marchó en busca de más dinero y… nada más, el último día de la ventana de fichajes. Algo que se pudo solucionar de forma amistosa con el Valencia al fichar a Kondogbia. Pero ya ese tipo de soluciones han quedado prohibidas con el nuevo reglamento. Así que, de haber venta (encubierta o clausulazo), no podría haber sustitución. Si llegasen a por Šaponjić, nadie lloraría salvo cuatro, el problema es que se abone la cláusula de Trippier, habiendo colocado a alguno o los dos laterales derechos con los que no se cuenta. Por el lado del Manchester United, que es el único equipo sobre el que se ha rumoreado en la prensa inglesa, no parece que vaya a hacer ese esfuerzo cuando ya está gastando el dinero en otras posiciones y el presupuesto que ha desvelado el Manchester Evening News está casi gastado. Pero…
Si el Atleti se aferra a las cláusulas, abonadas billete sobre billete en la sede de La Liga, posiblemente este año se salve de un susto el último día porque no hay dinero. Si hay una negociación para pagar a plazos la cláusula, témanse lo peor porque a Gil con estas cosas le saliva por las comisuras y las comisiones. De momento los medios de comunicación nada más que venden humo y rumores para conseguir clics o vender dos periódicos –eso hacen con otro equipo y su jugador soñado que de hacer tantos guiños tiene ahora un ojo tonto- y eso gusta en el palco del Metropolitano. Entre otras cosas porque sirven de excusas para colar una venta sorpresa y decir que no dio tiempo a fichar a este o aquel que ya habían salido en prensa. Que para esto tienen amanuenses de sobra.
En realidad este año el verano está siendo tranquilo y gozoso. Se ha fichado a De Paul –que tiene a parte de la afición excitada por diversos motivos-, se venderá a Saúl, se espera un delantero y poco más salvo cubrir alguna salida en estas tres semanas que quedan para comenzar el campeonato. En vista de lo que hacen en otros equipos, mantener la estructura y los jugadores es suficiente para mantener la esperanza en la afición –rezando para que no se infecten de coronavirus-. Tras años de jugadores desconocidos o en decadencia –salvo alguna excepción-, todo esto es tranquilidad para los corazones atléticos. De hecho, si ven las redes sociales, los atléticos y atléticas están a otras cosas, a disfrutar del campeonato –por mucho que moleste a Gárgamel- conquistado, cervezas, playa, programas de rumores y paz interior. En algún momento se reparte algún biberón (estos meses con destino a Barcelona en mayor proporción), porque es justo y necesario, pero tranquilidad. Eso sí, todo buen atlético tiene ese pálpito, ese mosqueo permanente, ese “y si” que va acrecentándose según se acerca el fin de los fichajes.
Y sí, no había muchas más cosas de las que hablar y se ha metido este rollo indescifrable a finales de julio. Mañana ya se verá.
“Es la misión de la política, no separar ni cavar fosos sino unir, soldar, comprometer, sumar, construir y levantar esa España que queremos” y ese es el objetivo que el Partido Socialista desgranará en su 40º Congreso a través de su Ponencia Marco para “reforzar los lazos comunes para vencer temores y desigualdades”. La Vicesecretaria General del PSOE, portavoz del GPS en el Congreso de los Diputados y Coordinadora General del 40º Congreso, Adriana Lastra, aseguró ayer que quieren “la España del trabajo y los derechos, la España de la cohesión social y territorial, la España de la ciencia la digitalización y la tecnología, la España del acuerdo entre generaciones, ecologista y feminista” y ha lanzado Lastra.
“La política puede cambiar las cosas si la política tiene claro a qué decir no” y puso como ejemplo de la hoja de ruta socialista que la Ponencia Marco incluye la abolición de la prostitución. “Daremos un paso dando un paso detrás de otro hasta que vender o alquilar cuerpos de mujeres no sea aceptable” recalcó para, a continuación, añadir que “en un país digno los cuerpos de las mujeres ni se compran, ni se alquilan. Ni 9 meses, ni 9 minutos”. Sumó un mensaje directo al Partido Popular y la derecha española: “Casado no tiene proyecto para España porque no se puede construir España contra las mujeres españolas y ellos hacen políticas contra las mujeres”.
“Vamos a mostrar a todos los españoles el camino de la igualdad, de la justicia y de la esperanza”, expresó la dirigente socialista frente al Partido Popular de “la división” que “busca de nuevo la recuperación para el 10% privilegiado mientras abandonan al 90% de los españoles”. Recordó que, antes y en pandemia, Casado sigue “el camino de la confrontación, el rencor y la desesperanza”. Añadió que “a Casado la democracia le importa bien poco, él está en otra cosa muy distinta y mucho más grave. “Lo confiesa diciendo poco más o menos que la democracia es lo mismo que el golpismo y organizando actos para que sus invitados se dediquen a exaltar la dictadura mientras él les ríe las gracias y da palmas, qué vergüenza de líder de la oposición” remató Lastra.
“El cinismo, el escepticismo, la desconfianza en la política pueden ser muy cómodos, pero los hospitales y las escuelas están construidos con los ladrillos de la confianza, el compromiso y la responsabilidad que defiende el socialismo” manifestó con cierto tono demagógico. Quiso advertir, para finalizar, que durante años “la derecha ha intentado hacernos creer que tenemos que elegir entre economía y bienestar, y no es cierto. Que tenemos que elegir entre tener empleo o tener derechos, y no es cierto”. “Vamos a acabar con algunas barreras estructurales y de clase que impiden que algunos hombres y mujeres de talento y capacidad no pueden acceder a los puestos más altos de la Administración”, expresó enfundándose en una bandera roja precongresual. “Una economía para los ciudadanos y no para los Bárcenas, los Camps, los Blesas, Rato, Mato, Matas, Aguirre, y los amiguitos del alma”, sentenció Adriana Lastra.
Aprovechando la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio, nada mejor que hacer un recorrido por la literatura y la historia japonesa. Como siempre la elección es completamente subjetiva y con bastante de aleatoriedad. A la espera de la llegada de novedades a finales de agosto, nada mejor que disfrutar de la cultura del país del sol naciente.
Novelas
Yukio Mishima, El rumor del oleaje, Alianza Editorial, 11,30€
Considerada una de las más bellas historias de amor de la literatura, «El rumor del oleaje» narra el nacimiento y consumación del idilio entre dos adolescentes situados en un mundo arcádico, primitivo y elemental: una minúscula isla japonesa en la que sobrevive una comunidad de pescadores apartada de la civilización y donde se percibe por doquier el olor salobre del mar, la fragancia de las cuerdas de cáñamo, el humo invisible de las hogueras y el rumor de un oleaje azul intenso que todo lo circunda. Guiado por su admiración hacia el modelo humano y la tradición bucólica de la Grecia clásica, que era capaz de establecer una perfecta coincidencia entre la vida humana y la misteriosa belleza de la naturaleza, Yukio Mishima (1925-1970) construye una novela inolvidable acerca de uno de los temas perennes de la literatura.
Richard. G. Smith, Cuentos tradicionales de Japón, Satori, 17€
«Cuentos tradicionales de Japón» reúne una selección de leyendas históricas, narraciones de carácter mitológico y cuentos populares recopilados por Richard. G. Smith a lo largo de su estancia en Japón durante la Belle Époque. A través de sus páginas recorreremos el Japón mágico: fantasmas y espectros; reinos submarinos; amores no correspondidos; árboles y ríos habitados por los dioses sintoístas de la naturaleza; cuentos inspirados en el estricto código del honor samurái o relatos nutridos por las enseñanzas budistas y el espíritu zen.
Hiroko Oyamada, Agujero, Impedimenta, 20,50€
Al marido de Asa le han ofrecido un trabajo en una zona remota de Japón, junto al hogar en que nació. Durante un verano excepcionalmente cálido, la pareja se instala junto a la casa de los suegros, entre el ensordecedor e invasivo rugido de las cigarras. Hasta que un día Asa se topa con una extraña criatura, que no se parece a nada. La sigue hasta el terraplén de un río y cae en un agujero que parece haber sido creado para ella, y en el que queda atrapada para siempre. Casas asoladas por plagas de comadrejas. Niños fantasma. Pasillos que nos transportan «al otro lado», como si Alicia reviviera en el Japón de la tecnología punta. Oyamada firma un tríptico narrativo literariamente puro sobre la idea de que el entorno que nos rodea puede anticipar nuestras emociones y hasta nuestro destino.
Yukiko Motoya, Mi marido es de otra especie, Alianza Editorial, 14,50€
San dejó de trabajar después de su boda. Un día observa con cierta alarma que su cara y la de su marido se parecen cada vez más. El marido, que proclama no querer «pensar en nada cuando está en casa», engulle toneladas de comida apoltronado en el sofá mientras ve la televisión. San se pregunta, desconcertada, si no se habrá casado con un ser que no pertenece a la especie humana. Finalmente, los rasgos de la pareja se empiezan a mezclar… A la novela breve que da título al volumen, galardonada con el premio literario más prestigioso de Japón, el Akutagawa, en la que la autora trata de la convención conocida como «matrimonio» de una manera muy original, siguen tres relatos sobre la alienación de lo cotidiano que revelan una imaginación ingeniosa y radicalmente libre. Yukiko Motoya nació en la prefectura de Ishikawa en 1979. Después de mudarse a Tokio para estudiar arte dramático, fundó la Compañía Teatral Yukiko Motoya, cuyas obras escribe y dirige. Ha sido ganadora, entre otros, de los premios Noma, Yukio Mishima, Kenzaburo Oe…
Natsume Soseki, Botchan, Impedimenta, 19€
Botchan es un joven tokiota descreído y cínico, alter ego de Soseki, al que mandan como profesor a una escuela rural situada en la remota isla de Shikoku. En su nuevo destino pronto se topará con una serie de insólitos personajes, como el jefe de estudios «Camisarroja» o el «Calabaza», un triste profesor de ciencias de aspecto enfermizo y ánimo sombrío. Pero sobre todo se verá obligado a hacer frente a una auténtica caterva de fieros alumnos asilvestrados, que se consagrarán a hacerle la vida imposible.
Banana Yoshimoto, Un viaje llamado vida, Satori, 17€
La vida es un viaje que se compone de recuerdos. Y un viaje, por más terrible que sea, es capaz de transformarse, al recordarlo, en algo maravilloso. Banana Yoshimoto reconstruye las emociones de la existencia (promesas y encuentros, felicidad, sorpresas, melancolía, dolor) a partir de un aroma, de un sabor, del efecto de unas luces o del rumor de la lluvia y del viento. De su mano viajamos al cosquilleo del primer amor, a las pirámides de Egipto, al Tokio de los años 70, al descubrimiento de la maternidad.
En Un viaje llamado vida, La autora repasa personales y evocadores fragmentos que atesora en su memoria, alejados de coordenadas reconocibles. Con sutileza y maestría, sus pensamientos fluyen libres hasta el centro de su mundo literario. Yoshimoto nos invita a adueñarnos «de nuestro propio viaje» y a mantener la fe, porque aquello que queda al final del más difícil de los viajes es el reflejo en nuestra memoria de un único día vivido.
Kakuzo Okakura, El Libro del Té. La Ceremonia del Té Japonesa. (Cha No Yu), Miraguano, 14€
El objetivo de este libro es reflexionar sobre el arte y los artistas. En Japón, el arte El Libro del Té ofrece, en esencia, una reflexión sobre el arte y los artistas, analizados desde la perspectiva oriental, que su autor, Kakuzo Okakura, escribió en inglés para los lectores europeos en 1906. En Japón, el arte va unido indisolublemente a un camino interior. El artista se define no en la obra acabada sino en el proceso que conduce a ella, donde se buscan las respuestas al perfeccionamiento humano partiendo de lo más profundo de sí mismo. El arte, así, tiene más que ver con una ?dirección vital? que con un conjunto de técnicas o habilidades objetivas. En tales términos, marcados por la impronta del budismo zen y el taoísmo, se desarrolla el Arte de la Ceremonia del Té (o Cha no Yu), descrito con sencilla profundidad por Kakuzo Okakura en este libro. Maestro y practicantes, entrenados en la autodisciplina interior, practican en la Sala de Té, vacía y diminuta, el camino hacia el conocimiento de uno mismo: ?Cuando el té está hecho con agua procedente de los abismos de la mente, cuyo fondo está más allá de toda medida, tenemos realmente lo que se llama Cha no Yu?. Esta pequeña joya de la sensibilidad japonesa que es el Libro del Té, convertido ya en un clásico de la literatura universal, constituye sin duda uno de los mejores textos introductorios al pensamiento oriental de cuantos se han escrito en cualquier idioma.
Junichirô Tanizaki, Siete cuentos japoneses, Atalanta, 21€
La refinada sensualidad, la subversiva idea del deseo, la sutil concepción de la belleza y el permanente contraste entre tradición y modernidad se condensan de forma proverbial en esta selección de relatos. En estos siete cuentos, elegidos entre una vasta producción y ordenados cronológicamente, el lector percibirá la evolución de la narrativa breve de Tanizaki, desde su fascinación inicial por occidente a la exaltación de los valores de la tradición japonesa. La diversidad del mundo narrativo de Tanizaki queda reflejada en relatos como el bufón , un divertido retablo del Japón de los albores del siglo pasado. En el espía alemán podemos rastrear la experiencia del propio Junichiro y su encantamiento juvenil con lo extranjero sobre lo japonés. La espiritualidad que ilumina los dos novicios supone un destello casi único entre los cuentos de Tanizaki, que muestra su versatilidad en el camino, un relato de corte detectivesco, o regresa a sus obsesiones eróticas.
Kenzaburo Oé, La bella Annabel Lee, Seix Barral, 19€
Sakura es una actriz internacional, conocida mundialmente desde Hollywood hasta su Japón natal por haber exportado la delicada belleza oriental y por haber protagonizado, siendo apenas una niña, la adaptación cinematográfica del poema «Annabel Lee» de Edgar Allan Poe. Hace treinta años se embarcó junto con el escritor y premio nobel de literatura Kensanro y su amigo Komori, productor de cine, en una adaptación de la novela Michael Kohlhaas, cuyo accidentado rodaje terminó revelándole una experiencia trágica de su infancia que había borrado de la memoria.
Haruki Murakami, La chica del cumpleaños, Tusquets, 15€
Una joven camarera cumple veinte años. Pero no pasa ese día rodeada de amigos o celebrando su cumpleaños en familia: ella tiene que trabajar. Su jefe, el gerente del restaurante, le pide, además, que lleve la cena al dueño del local. Es algo nuevo. Y nunca ha visto al propietario.
Con ese misterioso encargo se inicia este delicioso relato que transcurre como en un sueño.
Soberbiamente ilustrado por la artista alemana Kat Menschik, el volumen se cierra con un posfacio de Haruki Murakami, titulado «Mi cumpleaños», en el que repasa los hitos de su generación, la que creció con el rock’and roll y la rebeldía del 68, y explica qué significa para él cumplir años.
Ryu Murakami, Sopa de miso, Seix Barral, 16€
Frank, un anodino turista norteamericano, contrata a un joven de veinte años como guía por los tugurios sexuales de la noche japonesa. El comportamiento de Frank durante el primero de los tres días que han de pasar juntos es tan extraño que Kenji comienza a sospechar que su cliente puede ser, en realidad, un asesino en serie que tiene aterrorizada a la ciudad.
Kenji desciende involuntariamente a un infierno de violencia y maldad inconcebibles, una pesadilla de la que sólo una mujer puede ayudarle a despertar, si es que él consigue mantenerla con vida. Mezcla de Lost in Translation y El silencio de los corderos, esta inquietante novela va incrementando el suspense hasta un límite perturbador.
Conocido como «el maestro del thriller psicológico», Ryu Murakami no ofrece respuestas, pero cuestiona con inmensa habilidad la relación amor/odio entre Japón y Estados Unidos, la prostitución adolescente como respuesta a la necesidad de aceptación, el vacío moral de la sociedad moderna o la soledad en un planeta multicultural. Sopa de miso obtuvo el Yomiuri Literary Award concedido por un jurado que presidió el Premio Nobel de Literatura Kenzaburo Oé.
Natsuo Kirino, Out, Emecé, 20,50€
Certero e inusual retrato del Japón contemporáneo, Out es una escalofriante y perversa novela que nos sumerge en el horror cotidiano de cuatro mujeres corrientes. Víctimas de la maldad que las rodea, se verán obligadas a cometer actos atroces para salir de la situación en la que se encuentran. Out causó una gran conmoción en Japón y donde ha sido galardonada con el Gran Premio de Escritores de Misterio. «Una obra maestra…una novela que muestra de forma realista cómo gente corriente puede llegar a cometer crímenes brutales.» Jurado del Gran Premio de Escritores de Misterio de Japón.
Koushun Takami, Battle Royale, Booket, 9,95€
Todos los alumnos de los institutos de la República del Gran Oriente Asiático sabían qué era aquello del Programa. Incluso se hablaba de todo aquello en los libros de texto a partir de cuarto. En la Enciclopedia Manual de la República del Gran Oriente Asiático había una entrada detallada en la que se explicaba todo.
Programa. n. m. 1. Un listado con el orden de actividades y otras informaciones relativas […] 4. Un programa de simulación bélica establecido y dirigido por nuestras fuerzas armadas, instituido por razones de seguridad. Oficialmente tiene el nombre de Programa de experimentación
Bélica núm. 68. El primer programa se desarrolló en 1947. Cincuenta clases de tercer año de instituto son seleccionadas anualmente (antes de 1950 se seleccionaba a cuarenta y siete) para desarrollar el Programa con propósitos científi cos. Los alumnos de cada promoción están obligados a luchar unos contra otros hasta que solo quede un superviviente. Los resultados de este experimento, incluido el tiempo invertido, se consignan debidamente. Al superviviente final de cada promoción (el ganador) se le concede una pensión vitalicia y una tarjeta autografiada por el Gran Dictador. Como respuesta a las protestas y algaradas causadas por los extremistas durante el primer año de esta institución, el 317.º Gran Dictador pronunció su famoso «discurso de Abril».
Yasunari Kawabata, País de nieve, Austral, 7,95€
Shimamura regresa al País de nieve atraído por la belleza de la estación y el tradicional estilo de vida. Pero vuelve especialmente por Komako, una joven aprendiz de geisha que conoció en un viaje anterior. Él es un hombre rico, de mediana edad, que intenta escapar de un matrimonio sombrío y de su vida en Tokio. Ella, una bellísima mujer vulnerable a sus propias emociones, que madura ante los ojos de su amante. El amor apasionado que Shimamura despiera en Komako le plantea un dilema: incapaz de corresponderlo, pero a la vez fascinado por su intensidad, optará por repetir y prolongar su estadía en las termas aprovechando la distancia perfecta que le ofrece la relación huésped-geisha. Un tercer personaje, la misteriosa Yoko, teje su destino al de la pareja, con el blanco de la nieve como trasfondo y presencia continua.
Osamu Dazai, Indigno de ser humano, Sajalín, 13€
Publicada por primera vez en 1948, Indigno de ser humano es una de las novelas más célebres de la literatura japonesa contemporánea. Su polémico y brillante autor, Osamu Dazai, incorporó numerosos episodios de su turbulenta vida a los tres cuadernos que conforman esta novela y que narran, en primera persona y de forma descarnada, el progresivo declive de Yozo, joven estudiante de provincias que lleva una vida disoluta en Tokio. Repudiado por su familia tras un intento de suicidio e incapaz de vivir en armonía con sus hipócritas semejantes, Yozo malvive como dibujante de historietas y subsiste gracias a la ayuda de mujeres que se enamoran de él pese a su alcoholismo y adicción a la morfina.
Masuji Ibuse, Lluvia negra, Libros del Asteroide, 21,95€
Basada en documentos históricos sobre la devastación causada por la bomba atómica y en entrevistas y diarios de víctimas de la masacre, Lluvia negra es la novela japonesa que mejor se ha enfrentado a las consecuencias de la explosión atómica en Hiroshima.
El libro se centra en la historia de una joven, Yasuko, que se vio sorprendida por la «lluvia negra» radioactiva que cayó en los alrededores de Hiroshima. Las posibles consecuencias de su contacto con la radiación han dado lugar a un sinfín de habladurías entre los pretendientes de la joven: ¿estará enferma?, ¿podrá tener hijos? Su familia rememora aquellos días aciagos tratando de conjurar el peligro que la acecha.
Masuji Ibuse retrata con sensibilidad y con un esperanzado humor la compleja red de emociones que se establece entre unos supervivientes que siguen soportando las enfermedades y el dolor provocados por la explosión y que ignoran hasta qué punto su salud puede estar afectada. Lluvia negra es una de las mejores aproximaciones a la magnitud del sufrimiento humano causado por este hecho histórico y un clásico de la literatura japonesa del pasado siglo.
Takuji Ichikawa, Sayonara, Mio, Alfaguara, 16€
Un año despues de la muerte de Mio, su esposo, Takkun, y Yuji, su hijo de seis años, llevan una vida triste. Takkun es incapaz de realizar las mínimas tareas necesarias para cuidar de la casa, de Yuji y de sí mismo. Todo cuanto hace es escribir una novela sobre su mujer.
El primer día de la estación de las lluvias, Takkun y Yuji están dando un paseo por un bosque, cerca de una vieja fábrica de sake, cuando encuentran a Mio -sea como fuere, es igual que ella-. Pero Mio no tiene recuerdo alguno de la vida o de la muerte. Ha regresado para estar con ellos, tal y como prometió. Deben vivir aún muchos días juntos, y debe explicarles muchas cosas, antes de volver a despedirse.
Con esta novela conmovedora, donde no faltan el humor y la reflexión, Ichikawa cautivó a dos millones y medio de lectores, ocupando un lugar insoslayable en la actual literatura japonesa.
Ogai Mori, El intendente Sansho, Contraseña, 16€
El intendente Sansho ofrece una selección de seis de los mejores relatos de Ogai Mori (1862-1922), una de las figuras más importantes e influyentes de la literatura japonesa.
Cinco de los relatos (el que da título al volumen, «El barco del río Takase», «Las últimas pálabras», «La señora Yasui» y «La historia de Iori y Run») pertenecen al género de la ficción histórica, género en el que el autor logró sus mejores páginas. Por su parte, «Sakazuki» es, en palabras del prologuista, Carlos Rubio, «una delicada alegoría sobre el efecto perturbador producido en el grupo por un elemento extraño, más concretamente sobre la aparición del extranjero en la sociedad japonesa».
El relato con el que se abre el volumen, «El intendente Sansho», una conmovedora historia protagonizada por dos niños que son separados de su madre y vendidos como esclavos a un despótico señor, sirvió de base para una de las películas más conocidas del director japonés Kenji Mizoguchi.
Novela gráfica
Yaro Abe, La cantina de medianoche 4, Astiberri, 18€
Esa minúscula taberna situada en una callejuela del barrio de Shinjuku acoge a los noctámbulos de Tokio: boxeadores, prostitutas, actores porno, policías y yakuzas acaban allí para tomar sake, caldo, ramen o sopa de miso, según lo que haya en la cocina. Cada plato da lugar a un encuentro, una historia. Aquí la comida sirve para romper el hielo, para desatar el diálogo entre los urbanitas acostumbrados a callarse y a mirarse los zapatos.
La cantina de medianoche es un éxito en Japón, donde se han producido dos películas basadas en el manga, que también tiene serie televisiva en Netflix, con el título Midnight Diner: Tokyo Stories.
Historia y ensayo
Mikiso Hane, Breve historia de Japón, Alianza Editorial, 15,30€
Esta «Breve historia de Japón» ofrece una visión general de los acontecimientos acaecidos en este país mediante el análisis, no sólo de los aspectos políticos y económicos, sino también de los temas sociales, culturales e intelectuales más relevantes. Mikiso Hane nos proporciona un recorrido tan riguroso como ameno que parte de las épocas más remotas, prehistóricas, del territorio y sus pobladores, prosigue con el análisis de la época de la hegemonía samurai, continúa con el gobierno Tokugawa, al régimen Meiji y los años Taisho, aborda los cruciales años que desembocaron en la participación japonesa en la Segunda Guerra Mundial con sus catastróficas consecuencias y, finalmente, analiza toda la época posterior, marcada por el reformismo social y la reconstrucción del país, hasta llegar a los últimos años del siglo xx. Completa el volumen un útil índice analítico.
Lafcadio Hearn, Kokoro. Ecos y apuntes de la vida íntima de Japón, Satori, 22€
Como primer intérprete occidental de la sociedad japonesa, Lafcadio Hearn no tuvo parangón en su época. Sus numerosos libros sobre el país del Sol Naciente despertaron la fascinación de los lectores, que se rindieron ante su agudo poder de observación y ante la viveza de sus descripciones. Hoy en día, más de un siglo después, los textos de Hearn conservan su validez porque supieron capturar la esencia de un país, una esencia que ha cambiado mucho menos de lo que sugieren las apariencias de vanguardia, tecnología y neones. El carácter y la tradición japoneses son en esencia los mismos que Hearn plasmó, y por esta razón sus libros siguen siendo extremadamente reveladores para los lectores de Occidente.
Julián Varsavsky, Japón desde una cápsula, Adriana Hidalgo, 18€
Detrás de un holograma humano y de una lolita del J-Pop, late una deidad; bajo el hotel cápsula hay una casa medieval; en el robot de compañía habita un espíritu ancestral; en el salaryman preexiste un samurái, y en el CEO un shogun; la sirvientita victoriana del maid-café repite ecos de la geisha; en la obediencia laboral sobrevuela el fantasma de Confucio; y en el minimalismo de la arquitectura de vanguardia está el vacío del zen.
Caminar las ciudades japonesas es atravesar una distopía arcaico-futurista, una superficie high-tech donde subyacen a flor de tierra la raíz animista de la naturaleza del shinto y la ética samurái: Japón no es tan moderno como parece.
Suso Mourelo, El Japón Hokusai, Quaterni, 18,95€
Si pensamos en una imagen que simbolice la creación artística de Japón, sin duda nos vendrá a la cabeza, aunque desconozcamos el nombre del autor, la estampa de una ola azul que se alza y, en su movimiento, crea el marco para una montaña mítica, el monte Fuji.
Esta imagen, La gran ola de Kanagawa, la creó en torno a 1830 un septuagenario: para entonces llevaba más de medio siglo experimentando técnicas y estilos y había producido treinta mil pinturas, bocetos y dibujos para grabados.
En este libro nos introducimos de lleno en el Japón del Periodo Edo. Un fascinante viaje a una época remota para conocer al artista que firmaba como Hokusai, y lo que hay de cierto y de mito en las costumbres y protagonistas de un tiempo y una cultura irrepetibles.
Tanuzaki Junichiro, Elogio de las sombras, Navona, 12€
Uno de los mejores novelistas de nuestro tiempo escribe esta joya ensayística sobre la estética de la oscuridad. De la arquitectura a la vajilla, pasando por los adornos, la comida o los baños, los ojos de Tanizaki dirigen este viaje por la cultura nipona para que aprendamos a mirar y a comprender desde otra perspectiva. Las descripciones de las lacas a la luz de las velas o la tenue vista de las mujeres en las sombras de las casas de placer adquieren un sentido propio, como el espacio de la casa para el arquitecto. Con delicadeza y sabiduría, estas páginas nos muestran, así, el profundo contraste entre los tonos apagados, profundos, de la antigua cultura oriental y la deslumbrante luz de la era moderna occidental. Una visión imprescindible que se ha convertido en un clásico de nuestra época.
Takeda Izumo II, Miyoshi Shoraku y Namiki Senryu, Los 47 ronin, Alianza Editorial, 13,30€
La venganza de los 47 «ronin» (samuráis huérfanos de su señor y, por tanto, desplazados del orden social) es sin duda una de las historias más famosas y populares de la cultura japonesa. Recrea un acontecimiento histórico: la sangrienta venganza consumada en 1702 por 47 de estos samuráis para reivindicar el honor de su señor, caído en desgracia y forzado al «seppuku» o suicidio ritual por la avaricia de un poderoso funcionario del gobierno. Este inesperado suceso conmovió al pueblo llano del Japón del período Edo, que no tardó en convertirlo en motivo de novelas y piezas teatrales con las que expresar de forma simbólica su oposición al régimen militar de los Tokugawa. Obra concebida para el «joruri» o teatro de marionetas, representada y celebrada hasta el día de hoy, «El tesoro de los leales vasallos» encarna la culminación de todo cuanto se escribió en esos años en torno al caso. En su acción, que avanza inexorable, brilla la obsesión por el honor y la venganza que alimentaba el alma del samurái, que campa a sus anchas por la obra hasta destruir a todos sus personajes. Un oportuno enlace a Youtube permite al lector interesado asistir a la representación de la obra en el Japón actual.
Donald Keene, Los placeres de la literatura japonesa, Siruela, 18,95€
«El aspecto más precioso de la vida es su incertidumbre». A partir de estas palabras de un monje budista del siglo XIV, Donald Keene, una de las mayores autoridades en Occidente sobre cultura japonesa, ofrece una elegante y sutil aproximación a la literatura de la era premoderna del imperio del Sol Naciente. Este delicioso ensayo acerca al lector a su poesía, su narrativa y su teatro.
27 mujeres han sido asesinadas hasta la fecha de ayer en España a manos de sus parejas y ex-parejas. A ello súmenle el asesinato machista de las dos niñas de Canarias que tanto nutrió los programas de vómito mañaneros. Veintisiete mujeres que no tienen nombres. Veintisiete mujeres que carecen de cara, de cuerpo, de simbolización. Veintisiete mujeres que quedan en el anonimato de la fría estadística que suma ya 1.105 mujeres desde 2003. Veintisiete mujeres que no parecen importar a la clase política, al menos de la misma forma en que se han pegado de codazos para acudir a otras manifestaciones y que se les viese. Un tuit por aquí, un mensaje en Facebook por allá y la misma nota de prensa para denunciar la violencia machista.
El presunto asesinato homófobo de un joven en Galicia tuvo un apoyo que no han tenido estas veintisiete mujeres. Un asesinato execrable, como son todos los asesinatos, condenable y producto del odio que desde el mismo parlamento se encargan de extender quienes luego se ponen los primeros en la pancarta. Un asesinato que tuvo mayoritarias manifestaciones de duelo de las que carecen esas veintisiete mujeres asesinadas. Salvo algunas concentraciones en plazas de ayuntamientos, minutos de silencio que se hacen como si de un trabajo burocrático se tratase y algún que otro lazo negro (o morado) en señal de duelo, estas veintisiete mujeres no dejan más rastro. Mientras que el asesinato del joven homosexual ha sido la excepción –por suerte, aunque hayan aumentado las agresiones al colectivo de gays y lesbianas-, parece que la cotidianeidad de los asesinatos de mujeres ha endurecido el corazón de las personas, cuando debería haber mucha más indignación.
Las mujeres en España, aunque es casi práctica universal, están viendo recortados sus derechos, sus nombres, sus estadísticas y sus espacios seguros. Nadie pone el grito en el cielo y quien osa alzarse contra la irracionalidad, la subjetividad y el deseo es cancelada, expulsada del gobierno o se le niega la posibilidad de ejercer la libertad de pensamiento (Mónica Oltra atacó a la catedrática Amelia Valcárcel por pensar –distinto a elle, claro-). La censura llega al mundo de la mujer desde el progresismo irracional y caviar para regocijo de la ultraderecha y la derecha española. Leyes en favor del borrado, cancelación e insultos como los de Ángela Rodríguez (asesora del ministerio de Igual-da) incitando al odio contra las feministas al calificarlas de terfas. Todo esto mientras dos cuerpos yacían todavía calientes tras haber perdido la vida a mano de sus asesinos.
¿Por qué este “ataque” a las mujeres?
Tanto a derecha como a izquierda los ataques, ya se ha dicho en el párrafo anterior, a las mujeres son constantes. Todos y todes se ponen medallas de feministas pero no son más que quintacolumnistas contra el movimiento más disruptivo de las últimas décadas. Numerosos acontecimientos (Me too, por ejemplo) a lo largo del orbe han puesto en alerta a numerosos núcleos de poder y lobbies progrecapitalistas. Las mujeres, de forma justa, han traspasado líneas rojas en sus luchas y han decidido frenarlas. En España, el quintacolumnismo ha provenido de la supuesta izquierda y de la ultraderecha. Si lo de los segundos era previsible, el ejército unga-unga siempre ha estado más o menos por ahí con distinto pelaje (el caso paradigmático Ciudadanos), lo de los primeros no se esperaba con la ferocidad con que se plantea.
Desde la ultraderecha la lucha es mucho más ideológica que desde la supuesta izquierda, aunque como siempre se ha dicho con una determinación económica en última instancia. La lucha planteada desde el populismo del sorber y soplar al mismo tiempo tiene distintas variables. La primera hacerse con el control simbólico del feminismo y para ello necesitan disolverlo en el generismo. Derivada de esa primera, está la segunda variable que es aferrarse al poder, o mejor dicho, a las estructuras de poder. Para ello no tienen más que destrozar lo disruptivo del feminismo, que es a lo que se han puesto manos a la obra. En otros tiempos hubiesen convocado manifestaciones de repulsa, hoy están pensando más en cómo justificar su neoliberalismo que en eso –especialmente la parte IU, que se suponía comunista y no es más que una impostura-. Y tercera, la variable socioeconómica, de hundir a las mujeres en los cuidados de una forma que ni el Vaticano aprueba hoy en día. Lo de la Matria, además de una gilipollez para generar una cortina de humo, no es más que entronizar para subyugar al 51% de la población. Encerrarlas en una jaula de oro sin más. Ya saben “la reina de la casa”. Y como los cuidados tienen menos oropel y salario, el drama se cuenta solo.
Lo curioso de todo esto es que el PSOE, la socialdemocracia que había defendido la lucha materialista y simbólica de las mujeres, se haya vendido por un plato de lentejas renegridas porque se pegaron al fondo de la olla. Quienes se decían la vanguardia del feminismo acaba entregados al poderoso influjo del dinero y el mercantilismo o fetichismo capitalista que se encuentra detrás de todo esto. La lucha de mujer no es económicamente rentable y socialmente une más que individualiza. Por ello nada mejor que mezclarla con otras luchas, con lobbies muy poderosos detrás porque hay mucho dinero en juego, para disolver el feminismo disruptivo. Por eso hoy nadie pide masivas manifestaciones por crímenes tan execrables como otros. Por eso nadie pone nombre, ni caras a esas veintisiete mujeres asesinadas. Por eso casi nadie se ha enterado de que ya van veintisiete mujeres muertas. Hay que frenar la indignación de las mujeres haciendo desaparecer lo que puede ayudar a su movilización. Mucho mensaje en redes sociales y consternación ficticia, pero esas veintisiete mujeres son eso “27”. Un número más en las extensas estadísticas del Estado.
No piensen que Jesús de Nazaret ha vuelto a hacerse carne para aparecerse al político del PP –aunque dado su nivel de invención capaz sería de afirmarlo-, no. El título del artículo tiene que ver con la constante e incomprensible actuación, ahora que se cumplen tres años de alcanzado el poder en el PP, de su presidente: Pablo Casado. Sí se asemeja al apóstol cristiano, san Pedro, en que parece siempre estar huyendo de su destino. En el caso del apóstol fue morir crucificado boca abajo (por propia petición según cuenta la leyenda), en el caso del actual dirigente pepero no se sabe si será la crucifixión o el suicidio. Porque lo que no parece tan claro es que llegue al éxito que busca la derecha española.
Hoy hace 3 años fui elegido por primarias presidente del PP. Entonces éramos la 3ª fuerza y hoy ya somos la 1ª, hemos unido el partido, consolidado nuestro poder territorial y recuperado la hegemonía electoral del centro derecha.
Esa capacidad de mentir sin ruborizarse le puede parecer a él mismo increíble, el problema es que el resto de las personas no son tan idiotas como para creerse las mentiras. Ayer mismo, mientras recordaba la efeméride de su victoria, volvió a mentir en una frase en la que no dice ni una verdad: “Hoy hace 3 años fui elegido por primarias presidente del PP. Entonces éramos la 3ª fuerza y hoy ya somos la 1ª, hemos unido el partido, consolidado nuestro poder territorial y recuperado la hegemonía electoral del centro derecha”. En la frase en negrita afirma haber sido elegido por primarias, algo que es completamente falso, pues logró hacerse con el poder tras un pacto de perdedores en la “convención”, ya que el voto de la militancia fue primeramente para Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Qué lo costaba decir que el congreso o convención del partido le eligió? Al ser el mecanismo democrático que han elegido en el PP no hay deshonra alguna en ello. El sentimiento de inferioridad le puede y le hace caer en la mentira en algo absurdo.
La frase en versalita también es mentirosilla. El PP estaba unido cuando Mariano Rajoy perdió la moción de censura –José María Aznar cabreado no es desunión sino exceso de egocentrismo-, no había nada que unir y los versos sueltos siguen siendo los mismos (Alberto Núñez Feijóo, por ejemplo). Si hubiese dicho que se han ido renovando las caras tendría más sentido que mentir, como también es mentira que el PP no tuviese consolidado su poder territorial. Salvo la victoria en Andalucía (en la que nada tuvo que ver Casado), el resto ha quedado más o menos como antes. Lo peor es lo de “recuperar la hegemonía del centro derecha”. ¿En qué momento no ha sido el PP el principal partido en esa área? Con Rajoy siempre lo fue y si ha caído algo ha sido, precisamente, con Casado al mando. Una mentira tras otra que debe tener algo inconsciente referido a un sentido de inferioridad, como se dijo antes, o a un problema real, lo que sería más grave, de mitomanía. Sí, Casado tiene todos los rasgos de un mitomaníaco.
Normal que en su día a día acabe dando saltos en el aire y, como sucedió ayer, acabe apoyando –para enfado de toda la derecha de la calle- la obligatoriedad de las mascarillas en la calle. Toda la pandemia hablando de libertad para ponerse, al final, a la cabeza de las restricciones. Alguien que quiere ser presidente del gobierno no puede basar toda su acción política en oponerse a todo lo que diga el gobierno, sea bueno o no para el país. A nadie en su sano juicio se le ocurriría acudir a ver a la presidenta de la Comisión Europea para dificultar la llegada a España de los fondos europeos para la recuperación post-pandémica. Normal que Arias Salgado calificase al neerlandés Rütter como “hijo puta”. Pues tan “hijo puta” había sido el propio Casado antes.
No puede vivir con el cagancho todo el día por si en Vox hacen o dicen algo y le quitan tres votos. Una vez hundido el proyecto de cierta parte de la clase dominante de Ciudadanos, su misión sería no asustar al electorado más moderado. Ese que vota al PP o al PSOE, ese que da las victorias electorales por acción u omisión (se abstiene). Pues a Casado le da igual porque no hace más que tirarse al monte asustando a buena parte del electorado que dio la mayoría absoluta a Rajoy. Ese sentimiento de inferioridad le hace buscar el protagonismo de los medios de la derecha, que están escorándose a posiciones ultras, y por ello si hay que reírse con tonterías como que en 1936 no hubo un golpe de Estado, así lo diga un indocumentado como Ignacio Camuñas –tiene gracia cuando afirma que no le importa lo que digan otros historiadores, cuando él ¡no es historiador!-. Si entra a ese juego, tipo “comunismo o libertad” que permite a la izquierda lanzar sus soflamas antifascistas, al final se va a quedar sin posibilidad de ganar. Porque si en la izquierda (como se demostró en las elecciones madrileñas) la mayoría observa estupefacta esas tonterías, en la derecha también hay muchas personas que quedan absortas.
Con el juego ese de dividir entre buenos y malos (la explicación de Daniel Bernabé para el discurso de la derecha que divide entre españoles y no-españoles es correcto y válido para la izquierda también) Casado puede lograr que los más asalvajados le voten pero perderá a los moderados que son mayoría en España. Y lo que es peor no ayuda a la defensa de los principios constitucionales y los valores democráticos. Cuando Pedro Sánchez ha actuado de forma un poco contraria a esos valores han aparecido numerosos intelectuales y ex-dirigentes a calmarle un poco porque saben que, por muy mala que les parezca a algunos, la democracia actual es lo mejor que ha tenido España en toda su historia (lo del Imperio no estuvo mal, pero sólo sirvió para costear guerras religiosas). Lo curioso es que cuando Casado se echa al monte, le jalean desde la derecha poniendo en riesgo la confianza en las instituciones. No se puede ser constitucionalista y no acordar la renovación del CGPJ por motivos espurios o electoralistas. Que luego Sánchez cruza alguna línea roja, pues se dice y se señala mientras se levanta de la mesa. Lo curioso es que se tengan cerrados la mayoría de nombres y se evite la renovación para no dar a Vox uno o dos vocales de la cuota de la derecha. No por repulsión ideológica, sino por puro partidismo.
Al final, españoles de cualquier ideología están cogiendo mucho asco a la política. Una dictadura no llegará a estas alturas de la historia, pero la desafección continuada (ahí tienen el ejemplo francés o el italiano) puede generar problemas graves de convivencia -algunos se están viendo ya y otros se han visto antes-. Al no poder hacer política económica distinta, los partidos se dedican a pelear y dividir para conseguir un apoyo emocional sin pensar en las consecuencias. Ahí el papel de un político liberal sería escapar de esa confrontación y denunciar todo lo que se haga mal, el emotivismo y ofrecer una alternativa real, pero que no sea una cada día. Casado carece de esa capacidad, tanto en su vertiente intelectual como política, porque no es más que un político de aparato. Lo que ha podido ser exitoso en Madrid una vez, puede no valer para el resto de España y para la propia Madrid una segunda ocasión (aunque como no existe oposición…). De todos los políticos que ha presentado la derecha en democracia (incluyendo la IIª República), sin duda Casado no sólo es el más incapaz, sino el más destructivo por carecer de sentido de Estado.