miércoles, 27 agosto, 2025

40 años de Izquierda Socialista

Cumplir cuarenta años de existencia para una corriente ideologizada dentro de un partido donde ya se habla abiertamente de socialdemocracia del siglo XXI –hasta no hace muchos años, incluso bajo el felipismo, se añadía a socialdemócrata el apelativo “de mierda”- es una victoria. Pírrica pero victoria al fin y al cabo. No han sido sencillos estos cuarenta años de existencia, más bien todo lo contrario pues no han sido pocas las ocasiones en que distintas ejecutivas, da igual federales, que provinciales, que regionales, que locales, han intentado torpedear la acción de la corriente de Izquierda Socialista.

Hoy hace justo cuatro décadas, aquellos y aquellas que quedaban del sector crítico, bajo la auctoritas de militantes históricos como Luis Gómez Llorente, Pablo Castellano, Francisco Bustelo, Carlos López Riaño o Manuel Sánchez Ayuso presentaban públicamente el manifiesto de la Izquierda Socialista. No eran corriente en sí porque estaba prohibido por los férreos estatutos ideados por Alfonso Guerra para procurar la tranquilidad al “líder carismático” Felipe González, pero era la forma más lógica de poner negro sobre blanco y afianzar eso que las prácticas políticas en el seno del PSOE se habían venido produciendo por numerosos militantes. No eran antifelipistas aunque eran contrarios al felipismo, eran marxistas gradualistas en la lógica tradición del partido, eran pacifistas (algo que luego sería clave) y, especialmente, eran pablistas. Ser pablistas era defender la democracia interna, los principios ideológicos, la fuerza de la práctica política en ligazón con el sindicalismo de clase, el rechazo de todo hiperliderazgo, una fuerte ética que se acompañaba de austeridad y un rechazo a dejarse llevar por la política espectáculo y el electoralismo. “El PSOE y, en su seno, la Izquierda Socialista, retomará como primordial objetivo interno y externo la lucha ideológica y la formación ciudadana, consciente de que dicho esfuerzo, por lento y difícil que sea, fortalece la organización obrera”.

La OTAN, la Huelga del 14D, la corrupción y el GAL: los años de González

Llegó en 1982 el triunfo arrebatador de González y con ello comenzaron a vislumbrarse las contradicciones entre los postulados que se decían defender y los hechos provocados por la acción de gobierno. El primer choque en que las gentes de Izquierda Socialista tuvieron que posicionarse fue la pelea entre Gobierno y sindicatos de clase. Algo que suponía abrir una profunda herida que no se ha terminado de cerrar entre las dos organizaciones hermanas, PSOE y UGT. Las drásticas medidas de Miguel Boyer y Carlos Solchaga, con el proceso de reconversión industrial a la vista, supuso una ruptura de familia en la que las gentes de la corriente crítica se posicionaron, como era de esperar, al lado de la lucha sindical.

Mientras tanto y para apaciguar la situación con los críticos, inteligentemente Guerra propuso una conferencia de organización para incluir a las corrientes de opinión dentro del anclaje de partido. Cabe recordar que Izquierda Socialista rechazó en 1981 acudir a la celebración del 29° Congreso del PSOE que terminó a la búlgara como bien reflejaron en la prensa de aquellos años. Inquietaba mucho más a Guerra que a González, que estando en el gobierno, con las contradicciones que ello implicaba, al final pudiesen perder la mayoría interna (recuérdese que el que ganaba las votaciones se llevaba todos los delegados y se votaba por federación) y que la prensa les señalase por la falta de democracia interna. Al final se legalizaron las corrientes pero los conflictos no desaparecerían porque una nueva contradicción ya amenazaba en lontananza.

En el 30° Congreso ya se planteó la posibilidad de que el gobierno socialista apoyase la permanencia de España en la OTAN, aunque sin integrarse en la estructura militar. Aquello provocó un gran revuelo dentro de las filas socialistas y permitió a Izquierda Socialista recordar que el partido había sido siempre, salvo algunas propuestas de Luis Araquistaín, contrario a pertenecer a alguno de los dos bloques político-militares. Comenzó González a presentar aquello como una necesidad de gobierno para todos los españoles –se pisaba el “OTAN de entrada, No”- ya que se iba a conseguir la entrada en la Comunidad Económica Europea o mercado común. Con la llegada del referéndum sobre la materia las gentes de Izquierda Socialista valoraron mucho más los principios defendidos que las cosas del gobierno, vislumbrando que aquello de no entrar en la estructura militar tendría poco recorrido. Así fue muy normal en la campaña contra la OTAN ver a Antonio García Santesmases, a Eugenio Morales, a Manuel de la Rocha, a Castellano y otros mitinear con la sociedad civil y el PCE contra la permanencia en la OTAN. Esto les costó una reprimenda del partido y a la postre a Castellano la expulsión del partido.

Con el contrato de formación y la huelga general de 1988 Izquierda Socialista se veía en la tesitura, nuevamente, de ser disciplinados con la senda que había tomado el partido o defender los principios de un partido de clase. Como es evidente apostaron por lo segundo y apoyaron la huelga general convocada por UGT y CCOO. El hartazgo con las contradicciones que se veían, el endiosamiento de González, los comportamientos extraños y burgueses de todos los que iban ocupando cargos (aquello del cambio de las tres ces: casa, compañero/a, coche) y el olor a podredumbre que empezaba a salir de las cloacas del Estado. Cuando se destaparon los casos Juan Guerra, Filesa y Gal, Izquierda Socialista estuvo defendiendo los principios éticos que muchos de sus compañeros, para no tener que volver a trabajar si es que aun conservaban el trabajo, se tragaban, reaccionando como verdaderos fanáticos no queriendo ver los que pasaba. Allí estaban las gentes de Izquierda Socialista como Juan Antonio Barrio o Vicent Garcés para señalar lo que pasaba. A eso súmenle a García Santesmases diciéndole a González en los comités federales (algunos duraban hasta ¡¡¡dos días!!!) que la doctrina social de la iglesia católica de Juan Pablo II era más de izquierdas que sus propuestas, o a De la Rocha batallando contra todos los pelotas del secretario general que calificaban de traidores a las gentes de la corriente de opinión  por decir lo que era vox populi y evidente: corrupción, terrorismo de Estado y pérdida de principios en favor de la idolatría.

La apuesta por Borrell y la negativa reformar el art. 135

El tiempo iba pasando, González decidía marcharse de la secretaría general tras la derrota de 1996 (año en que, por cierto, España entró en la estructura militar de la OTAN como había denunciado Izquierda Socialista) no sin antes recordar en entrevista en Antena 3 que en el momento de la despedida su primer recuerdo era para el fundador de IS Gómez Llorente en un hecho tan freudiano que sigue sin explicación lógica. Para dotarse de autoridad, ya que su nombramiento fue dedocrático, Joaquín Almunia tuvo la ocurrencia de establecer las primarias para elegir el candidato a la presidencia del gobierno y ahí Izquierda Socialista se sumó con todo al candidato Josep Borrell. Personaje al que siempre han situado a la izquierda del PSOE pero que en caso de duda siempre ha estado con la clase dominante y con la OTAN. El caso es que comparado con Almunia parecía mejor. Borrell venció, el aparato felipista le hundió y después de un estrepitoso fracaso en las elecciones de 2000 el PSOE tuvo que buscar una nueva persona para ocupar la secretaría general.

En esa elección Izquierda Socialista apostó por Matilde Fernández, guerrista, ex-ministra, feminista y persona que había pasado buena parte de su vida en la UGT bregando en una federación como la de Químicas. Apostar por José Bono no se hubiese entendido, como tampoco por Rosa Díez o el neoliberal de la postmodernidad José Luis Rodríguez. No ganaron y al poco el vencedor les robó de manera torticera el discurso del republicanismo. Como bien contó hace tiempo el miembro de Izquierda Socialista Mario Salvatierra “Zapatero nos acabó robando el discurso ético y republicano para hacer lo contrario”. Aquí comenzaron unos años de la corriente con menos presencia pública de la que sus tres diputados podrían dar a entender. Pareciera que pelear contra el felipismo les hubiese dejado exhaustos. También hubo sus peleas internas por envidias y celos personales que no se comprenden cuando eres una minoría perseguida, además, por el aparato de Almunia o de José Blanco. Cierto es que los diputados de Izquierda Socialista se negaron a votar el cambio del artículo 135 de la Constitución que permite salvar a los bancos antes que a las personas. Eso supuso su expulsión de las listas en las siguientes elecciones.

Después de Pérez Tapias

En 2015 se pudo ver, tal y como se ha desarrollado la historia posterior y anterior, el canto del cisne de Izquierda Socialistas. Juan Antonio Pérez Tapias fue presentado como candidato a las primarias del PSOE donde no venció pero convenció bastante más que el vencedor, apoyado por el aparato de las baronías, Pedro Sánchez y el otro perdedor Eduardo Madina. Ese 15% de los votos fue algo grandioso ante la poca presencia de la corriente dentro del partido y también provocó que muchas personas pensasen que aquello podría servir de plataforma personal. Sánchez, no se sabe bien el porqué, decidió que la corriente molestaba y pidió a su secretario de organización, César Luena, que propusiese la eliminación de las mismas en el siguiente congreso a celebrar en cuanto las elecciones generales lo permitiesen. Tras dos “resultados históricos” Sánchez dimitió por no admitirle la ejecutiva federal y el comité federal un congreso exprés, más las presiones para que se abstuviese como había prometido a baronías y grandes empresarios en la votación de investidura de M. Rajoy e IS se salvó… de momento.

Una parte de la corriente se puso del lado de Sánchez II en su vuelta a la secretaría general, otra se abstuvo o apoyó a Susana Díaz al poder leer las propuestas orgánicas que presentaba el candidato. Andrés Perelló fue uno de los principales valedores de Sánchez en ese tiempo, como lo fue Pérez Tapias. El primero disfruta de su estancia en París y actúa como Pepito Grillo de vez en cuando en la Ejecutiva, el otro abandonó el PSOE al ver que, en realidad, nada había cambiado. El caso es que por el camino Sánchez no ha tenido que recurrir a la expulsión estatutaria de las corrientes para acabar con Izquierda Socialista, la ha adormecido y se ha negado a reconocer a las personas elegidas en Asamblea Federal. Un entrismo que ha funcionado para dar una estocada a Izquierda Socialista, aunque sigue existiendo un bastión importante de militantes pablistas, marxistas y éticos que siguen defendiendo el legado de aquellas personas que le antecedieron. Como los que se agruparon en torno a De la Rocha en la candiatura a las primarias de la alcaldía madrileña frente al dedazo de un outsider del partido y de la política, demostrando que no todo vale en un partido de la clase trabajadora.

Haber luchado contra Felipe González en todo su esplendor y potencia ya supone un hito histórico, seguir defendiendo las esencias históricas del PSOE –donde algunos sacan los retratos antiguos para figurar-, defender la conciencia de clase, la lucha contra el militarismo, la ética y la democracia interna, más ahora en que parece que cualquier disenso debe ser perseguido, donde la libertad de expresión y de pensamiento se criminaliza (sólo hay que leer el reglamento del PSOE), donde la ética no tiene cabida porque el principio de contradicción (decir hoy una cosa y mañana la contraria) ha desaparecido, donde el pablismo en las formas y los usos han quedado enterrados en favor de lo espectacular, de la tecnocracia y los asesores áulicos, aún hay un espacio para que Izquierda Socialista tenga un sentido histórico. Aquello que criticó en su momento Gómez Llorente sobre el felipismo: idolatría, hiperliderazgo, pérdida de democracia interna (las Agrupaciones son sedes fantasmas en casi toda España), mercadotecnia antes que principios, lucha contra el imperialismo, europeísmo de la clase trabajadora, etcétera sigue estando presente en la vida del PSOE. Cuarenta años de lucha por el socialismo. Cuarenta años de disgustos y alegrías. Cuarenta años que hay que agradecer a muchas personas que ya no están y que defendieron los valores del socialismo antes que poder desarrollar carreras políticas bien pagadas. Cuarenta años de lucha por la libertad de expresión, de opinión. Cuarenta años de asamblearismo como verdadero elemento democrático dentro de un partido. Cuarenta años de defensa de un partido que no sólo piense en lo institucional sino en la conexión en igualdad con las entidades de la sociedad civil y de la clase trabajadora para aprender de sus prácticas y compartirlas en muchas ocasiones. Cuarenta años de lucha de clases y batalla cultural. Cuarenta años pudiendo decir con la cabeza bien alta que otro socialismo es posible. Cuarenta años que merecen un “felicidades” por haber sido dignos representantes de los valores que se dicen defender. Igual muchas personas no recuerdan a Gómez Llorente, Salvatierra, Morales, García Santesmases, Castellano, De la Rocha, Barrio de Penagos, Garcés, Pérez Tapias, Bustelo, Fernando Baeza, López Riaño, José Manzanares, Manuel Mata, Ana Noguera, Antonio Chazarra, Francisco Cordero y tantas personas en tantas agrupaciones del PSOE defendiendo los valores del partido que se fundó hace 140 años, pero sin ellos la historia del PSOE sin duda hubiese sido peor.

Libros, libros, libros V

Presentamos las novedades bibliográficas que amablemente nos han transmitido las editoriales. Mucha novela gráfica esta semana y algún libro con una primera impresión estupenda.

NOVELA

Todavía seguimos aquí. Unas memorias del Holocausto de Esther Safran Foer, Traducción de Pablo Hermida Lazcano, Paidós, 21 €

Esther Safran Foer creció en una familia con un pasado demasiado terrible como para hablar sobre él. El Holocausto fue el trasfondo en el que discurrió su vida cotidiana —estaba ahí, pero nadie lo mencionaba—, porque sus padres fueron los únicos supervivientes de sus respectivas familias. La infancia de Esther estuvo marcada por silencios dolorosos y un aire trágico. Incluso con una carrera exitosa, su matrimonio y sus tres hijos, Esther siempre sintió que algo se le escapaba.

Todo cambió el día que la madre de Esther reveló un secreto enterrado años atrás: su padre había tenido una esposa y una hija que fueron asesinadas en el Holocausto. Esther decide entonces averiguar quiénes fueron aquellas mujeres y cómo sobrevivió su padre. Con solo una foto en blanco y negro y un mapa dibujado a mano, la autora viaja a Ucrania, decidida a encontrar el shtetl donde se escondió su padre durante la guerra. Lo que encuentra allí le dará una nueva forma a su identidad y la oportunidad de hacer el duelo finalmente.

Todavía seguimos aquí es la conmovedora historia de cuatro generaciones que vivieron a la sombra del Holocausto; cuatro generaciones de supervivientes, de custodios de la memoria dispuestos a que el pasado no se pierda en el olvido. « ¿Cómo recordar a alguien que no ha dejado rastro alguno? La búsqueda me condujo a lugares que me permitieron comprender con más profundidad el Holocausto, y cómo este continuaba reverberando mucho después de la liberación y en las generaciones siguientes. En última instancia, fue una investigación que me llevó a explorar parajes de mi propio interior que me asustaban».

Nocturnos. Textos cortos para leer en la cama de Ona Vinyamata, Zenith, 14 €

Para todos los que les cueste conciliar el sueño, encontrarán en Nocturnos un jarabe de relatos cortos que les transportarán a un mundo muy especial: el de Ona Vinyamata.

La idea inicial de la autora es crear un sustituto del móvil antes de irse a dormir. Algo que fuera tan corto y variado en temática y género como un feed de Instagram, pero sin la bofetada de la pantalla.

Nocturnos son textos breves para personas que les gusta leer pero que no lo están haciendo últimamente. Quizá porque les cuesta conciliar la vida personal y profesional con el teletrabajo, quizá porque ahora están muy pendientes de las noticias en las redes sociales, quizá porque tenemos la sensación que desconectamos más rápido con el móvil. La autora nos recuerda que leer de noche es un bálsamo narcótico y este libro ofrece una colección de relatos extraños y curiosos, para acompañarnos cuando empieza a oscurecer. Guárdalo junto a la cama y ábrelo por cualquier página. O sigue un orden, no importa. Sea como sea, encontrarás recetas diminutas de sueños que se abrirán en tu mente como un mapa.

La oscuridad es un lugar de Ariadna Castellarnau, Destino, 18,90 €

La oscuridad es un lugar se adentra en el terreno de la fantasía oscura para explorar el lado extraño y tenebroso de las relaciones humanas. ¿Qué sucede cuando el universo de la infancia se ve amenazado por los adultos? Ocho relatos que funcionan como espejos retorcidos donde sus habitantes descubren quiénes son verdaderamente. Una obra que consolida la deslumbrante evolución literaria de su autora.

En estos ocho relatos, Ariadna Castellarnau se adentra en el terreno de la fantasía oscura para explorar el lado extraño y tenebroso de las relaciones humanas. Una niña que se refugia en la selva huyendo de su familia conoce a un adolescente salvaje que trata de ayudarla; dos hermanos, uno de los cuales tiene una deformidad que lo vuelve un ser fascinante, compiten entre ellos por el protagonismo familiar junto a unos padres ausentes en su rol; una pareja en una isla trata de encontrar un sentido a su vida mientras decide qué hacer con un misterioso bebé abandonado.

Los protagonistas de estas historias son madres, padres, hermanos, hijos e hijas que se mueven en un territorio incierto, curvilíneo. A la autora le gusta llevar a sus personajes al encuentro de lo extraño, no porque pretenda que les ocurra nada maravilloso, sino porque es en ese espejo retorcido donde pueden verse mejor, descubrir quiénes son verdaderamente. Ariadna Castellarnau es una escritora todavía por descubrir, una nueva mirada inquietante sobre nuestro presente desde una perspectiva fantástica, alejada de lo real. Su primera novela, Quema, fue galardonada con el Premio Internacional Las Américas a la mejor novela hispanoamericana de 2015.

Agente presidencial de Upton Sinclair, Traducción de Pablo González-Nuevo, Hoja de lata, 29,90 €

En 1937, el mundo está patas arriba: Francia e Inglaterra contemplan impasibles como Hitler avanza imparable sobre Austria mientras sigue aportando aviones para la España de Franco. En EEUU, el presidente Franklin D. Roosevelt aún no está preparado para intervenir en el Viejo Continente, a pesar de los escalofriantes informes que le llegan de allí. Su confidente, el agente presidencial 103, no es otro que Lanny Budd, marchante de arte norteamericano criado en la Riviera a quien las altas esferas europeas y los principales jerarcas nazis abren las puertas de sus salones alegremente. Su doble misión: disfrazarse de ferviente admirador del Reich para recabar información y descubrir qué ha sido de su esposa secreta Trudi, agitadora antifascista recién desaparecida en París.

Cuentos de trinchera y retaguardia de Javier Reverte, Ediciones del viento, 18,50 €

Un año después de publicar la última entrega de la “trilogía de la guerra civil” (Venga a nosotros tu reino, el tiempo de los héroes y Banderas en la niebla) Javier Reverte, se encontró todavía barruntando y ordenando todas las historias que había acumulado de aquella dramática época de nuestra historia. Y desde su refugio de Valsaín, en el invierno de 2018 se sumergió en un nuevo proyecto literario, según sus palabras, que se recogen en el prólogo, “escrito con la ilusión y la audacia de asomarme a un género nuevo para mí: el cuento. Siempre pensé que la medida de un relato breve no casaba con mi forma de narrar y, sin embargo…”, y añade, “varios de los cuentos que se incluyen aquí tienen su origen en pequeñas historias personales acontecidas durante el conflicto, que me fueron contadas por mis mayores o por mis amigos. A causa de ello, una buena parte transcurre en Madrid y en los frentes madrileños de la contienda. Otros cuentos los he entresacado de relatos más amplios o son producto de mi imaginación. Mezclar todo eso ha resultado un empeño literario fascinante, ya que me sentía, mientras narraba, cabalgando en la estela de algunos de los escritores que más admiro”, pero añade, “no son historias de buenos y malos, sino de víctimas de una catástrofe histórica que arrastró a todo un pueblo a una de las más crueles matanzas del siglo XX”.

NOVELA HISTÓRICA

El Trono del César (Vol 3. Fuego y Victoria) de Harry Sidebottom, Traducción de Julio Hermoso Oliveras, Espasa, 21,90 €

ROMA, 238 d. C. El imperio se encuentra en plena crisis: en África han fallecido los Gordianos y, en Roma, el Senado, que apoyó su rebelión, tendrá que actuar rápidamente para evitar la venganza de Maximino, quien luchará por recuperar el trono. Dos senadores son escogidos para compartir el púrpura imperial, pero la polémica se desata y las revueltas estallan en todas las vías de la capital. ¿Será capaz el nuevo césar de mantener la ciudad unida mientras los territorios más lejanos del imperio resisten los sangrientos ataques de godos y persas? Maximino se enfrentará a un gran guerrero, Menófilo, para conquistar Aquilea, en el norte de Italia. En uno de los mayores asedios del imperio, su destino se decidirá en una lucha por la victoria, por la venganza, por Roma.

ENSAYO

Las extremas derechas en Europa de Jean-Yves Camus y Nicolas Lebourg, Clave Intelectual, 22 €

A fines del siglo XX emergieron en toda Europa, a la derecha del espectro político, partidos extremistas o radicales que, rompiendo con las tradiciones nazis o fascistas, pretendían la conquista del poder por la vía electoral o democrática.

Este libro, escrito por dos grandes expertos en la historia del Front National de Le Pen, define y describe las diferentes familias de los movimientos de extrema derecha vivos en los países miembros de la Unión Europea y en Rusia. Bucea en su origen, pero se centra en la historia reciente de estos movimientos, en sus programas ideológicos y en su visión del mundo. Expone sus resultados electorales y la sociología de su electorado para esclarecer el “denominador común” que los reúne, aun cuando su heterogeneidad y sus particularidades nacionales no permitan pensar en una “internacional de la extrema derecha”.

Contrariamente a las teorías facilistas en boga, Jean- Yves Camus y Nicolas Lebourg sostienen que es un error explicar el ascenso de los partidos nacionalistas, populistas y xenófobos por la sola variable de la crisis económica. Su público creciente es más bien el síntoma de un profundo cuestionamiento de los marcos tradicionales de la identidad europea, de la representación política y de las referencias liberales o conservadoras de las derechas de gobierno.

La máscara democrática de la oligarquía de Luciano Canfora y Gustavo Zagrebelsky, Traducción de Víctor M. Vassallo, Juan-Ramón Capella, Trotta, 19 €

Este libro es un artefacto para suscitar dudas y sobre todo reflexión en el lector. Los problemas centrales de la filosofía política estrictamente contemporánea están ahí: la torsión oligárquica de la democracia, el nihilismo político, las oligarquías, las élites, la tecnocracia, el populismo; y temas como dinero y poder, financiarización de la economía, fracaso estatal, precariado, Unión Europea y otros. Tratados sin dogmatismo y sin edulcorantes. Los interlocutores de este diálogo a varias bandas son autores vitalmente implicados en la reflexión científica sobre la política.

Radical(es). Una reflexión sobre la identidad de Saïd El Kadaoui, Catedral, 18 €

Radical(es) es una aproximación lúcida a este concepto tan esquivo como abstracto que es la identidad, para el autor un continente flexible y elástico donde caben todas nuestras vivencias. Una obra en permanente construcción, inacabada y en constante diálogo con las miradas que la modelan.

Saïd El Kadaoui bucea en su propia experiencia, a la vez que se aproxima a la ajena, a la de escritores —Leïla Slimani, Chimamanda Ngozi Adichie, Abdellatif Laâbi o Hanif Kureishi, entre otros—, amigos y pacientes, para intentar entender la construcción que cada uno de nosotros hace de su identidad.

Este libro habla, en gran parte, del espacio donde se lleva a cabo esta negociación que continuamente establecemos entre nuestra necesidad de saber quiénes somos y el miedo de no conseguirlo.

«La literatura y también la psicología son dos de las grandes lentes a través de las que observo el mundo. Las dos me dicen que, efectivamente, la identidad es un continente flexible y elástico donde caben todas las vivencias. Una obra en permanente construcción, inacabada y en constante diálogo con las miradas que construyen. También me ha ayudado a entender que las personas actuamos en muchas ocasiones como animales heridos. La razón es sensible y frágil. El odio, el miedo, la humillación y la tristeza amenazan permanentemente su estructura. Se debe estar muy atento a las grietas y fisuras.» El Kadaoui. «Este nuevo libro de Saïd El Kadaoui va más allá de lo que trata y nos enfrenta a esa realidad contradictoria del ser humano. Un ser tan pronto inclinado a hacer el mal como predispuesto a la bondad. Somos seres inacabados y, entretanto, escindidos entre el bien y el mal. Sin embargo, con Saïd El Kadaoui nos resistimos a admitir que esta configuración mixta sea nuestra naturaleza. El hombre es sociable por naturaleza, y es su inhumanidad, el faltar a su condición natural, aquello que lo corrompe (…) El Kadaoui es psicoterapeuta y escritor. Ha publicado novelas y ensayos con una temática común: el problema de la aculturación de aquellos que se ven forzados a emigrar y viven con dificultad su instalación en la cultura del país de recepción. El autor se refiere en esta obra a la aculturación de muchos ciudadanos marroquíes, y especialmente los más jóvenes, en un mundo, como el catalán, y el europeo en general, que dice acogerles, pero que en realidad les sigue tratando como inferiores. Es una asimetría que, nos señala, en parte viene facilitada por aquellos emigrantes que ante el lógico choque cultural y la humillación se aferran a la nostalgia de su país con la adopción de una identidad religiosa de refuerzo, dogmática y reacia a admitir otros credos, lo que al mismo tiempo contribuirá a su aislamiento.» Del prólogo de Norbert Bilbeny.

El populismo de José María Perceval, Cátedra, 15,30 €

Este trabajo pretende encontrar un nuevo paradigma de interpretación acerca del populismo, y parte del estudio de aquellos grupos y personas que, formando parte o no de la élite política, aluden al «pueblo» como elemento para cambiar la realidad vigente en una sociedad determinada. No es una historia de los partidos que se atribuyen el término populista ni de los grupos, personas o discursos que son acusados de utilizar el «populismo». Por lo tanto, no pretende definir qué es el populismo sino lo que se considera «pueblo» en cada situación diferente desde su creación como «ente de ficción utilizable» hasta la actualidad. Desea escudriñar la utilización que se ha hecho de esta herramienta teórica de interpretación de la realidad, su utilidad para acceder al poder o conservarlo y, finalmente, la imposibilidad de obviarlo en una situación donde se haya desarrollado el mecanismo de opinión política mediante la comunicación de masas.

La ironía de Vladimir Jankélévitch, Traducción de Ricardo Pochtar, Taurus, 18,90 €

¿Qué es la ironía? ¿Qué formas adopta y qué trampas contiene? ¿Acaso puede llegar a definirse frente a la hipocresía como una verdadera conciencia alegre? No existe humor sin amor ni ironía sin alegría. La ironía salva lo que puede ser salvado. Porque gracias a la ironía, el pensamiento actúa más ágilmente cuando se la reconoce en el espejo de la reflexión.

NOVELA GRÁFICA/COMIC

La segunda guerra mundial. Una historia gráfica de Antony Beevor, Ilustradora: Eugènia Anglès, Pasado y presente, 39 €

Esta adaptación gráfica del best-seller de Antony Beevor quiere ser la puerta de entrada para el gran público al conflicto bélico que dramáticamente marcó todo el siglo XX y cuyas consecuencias todavía resuenan hoy. Con más de 2000 ilustraciones en 530 páginas, esta historia gráfica sabe extraer la parte más emotiva y humana del conflicto que tan magistralmente ha narrado Antony Beevor. Todos los frentes, las batallas más esenciales, los protagonistas, mapas y el armamento bélico están recreados fidedignamente basándose en imágenes reales de la época. Un acercamiento inédito a la guerra más brutal de cuantas ha vivido el ser humano.

«Esta es la narración más completa y objetiva que se puede lograr sobre el curso de la guerra. Y la más conmovedoramente humana que se haya escrito jamás». John Gray

La mala leche de Henar Álvarez, Ilustraciones de Ana Müshell, Planeta, 15,90 €

La expresión «mala leche» generalmente indica que alguien está de mal humor. Su origen se basa en la antigua creencia de que la leche con que se amamantaba influía en el carácter. Nani (alter ego de la cómica Henar Álvarez) es una joven y atribulada madre primeriza que sufre pequeñas explosiones de ira. ¿Los motivos? Un deseo sexual no resuelto, el miedo a la muerte, los machismos encubiertos o el sentimiento de culpa por no ser ni la madre ni la pareja perfecta.

Entre sueños húmedos, camisas de lactancia y chats clandestinos de Telegram, discurre esta novela gráfica provocadora y gamberra, salpicada de humor negro y libre de tabúes. Los derechos de “La mala leche” han sido vendidos para una serie de televisión, próximamente daremos más detalles.

Transparentes. Historias del exilio colombiano de Javier de Isusi, Astiberri.

A la venta a partir del 10 de diciembre de 2020.

Transparentes recoge la experiencia del exilio colombiano derivado del conflicto armado interno de más de cincuenta años, el más antiguo de América Latina. Las historias que Javier de Isusi cuenta reproducen parte de la escucha llevada a cabo por la Comisión de la Verdad de Colombia e incide en muchas de las inquietudes que han acompañado en su trayectoria al autor vasco, reciente ganador del Premio Nacional del Cómic 2020 con La divina comedia de Oscar Wilde: Latinoamérica, los exiliados y cómo las realidades sociopolíticas afectan a las historias personales.

La nueva obra de Isusi “es un ejercicio magistral en torno a la verdad de víctimas y sobrevivientes, una excelente contribución para mostrar el exilio y dejar un legado para las nuevas generaciones”, asegura Carlos Martín Beristain, comisionado de la Comisión de la Verdad de Colombia, entidad que coedita esta obra junto con Hegoa y Astiberri. En 2016, se logró la firma de un Acuerdo de Paz del Gobierno colombiano con la guerrilla de las FARC, que incluye medidas relativas a la participación política, el acceso a la tierra o el desarrollo rural, así como define la centralidad de las víctimas en el proceso de reconstrucción del tejido social. “El horizonte de este trabajo de Isusi –añade Beristain– es la no repetición, porque no somos dueños del tiempo. El tiempo les pertenece a quienes vienen. Nuestra tarea es asimilar ese pasado que no quiere dejar de serlo, y traer el futuro aquí como ese compromiso compartido”.

Carboneras de Aitana Castaño y Alfonso Zapico, Pez de plata, 18,90 €

Trabajaban en las tolvas eligiendo el mejor mineral y descartando restos de piedras y madera. Cuidaban de las casas, de las familias, de los niños, de los mayores… También se cuidaban entre ellas. Todo el polvo del carbón de las minas asturianas pasaba por sus pulmones. Luchaban contra la silicosis, contra el olvido, contra una sociedad que las ignoraba y contra ellas mismas y sus destinos. Eran las carboneras. Madres, abuelas, tías, hermanas, vecinas, amantes y esposas de todos los niños de humo que nacieron, se criaron y murieron con las cuencas mineras metidas en el corazón. Sus vidas están llenas de llantos, amores y batallas, a las había que sumar la de una clase dirigente represora que no dudó en hacer de las comarcas carboníferas uno de sus laboratorios de torturas. El espacio en el que se localiza la acción es Montecorvo del Camino (un lugar ficticio del universo que Alfonso Zapico dibujó y creó para contar la Revolución del 34 en su trilogía La Balada del Norte), en algún momento de los años sesenta.

JUVENIL/INFANTIL

Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes III de Elena Favilli, Destino, 19,95 €

Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes se publicó por primera vez en España en 2017 y a día de hoy acumula más de 500.000 ejemplares vendidos. A nivel global, la edición original vendió medio millón de ejemplares en solo 6 meses, y acumula, actualmente, 5,5 millones con derechos editoriales en 85 países y 49 idiomas distintos. Actualmente, la colección incluye tres volúmenes de la serie, un diario rebelde creativo, una agenda, y dos cuentos de historias exclusivas, y que posicionan a Niñas Rebeldes como todo un fenómeno internacional, emblema del movimiento del empoderamiento de la mujer.

El feminismo y el empoderamiento femenino ha tomado protagonismo los últimos años gracias a voces y herramientas como Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes que han dado a conocer las historias y visibilizado a un sinfín de mujeres extraordinarias. La aparición de movimientos decisivos como el Me Too, o Ni Una Menos, son un ejemplo de los pasos agigantados que está dando la sociedad y que hay que seguir fomentando. Recientemente, en Estados Unidos, Kamala Harris ha sido elegida vicepresidenta del país, siendo la primera mujer que ocupará ese cargo. Cuando hecho como este dejen de ser noticia habremos logrado el cambio, hasta entonces sigamos empoderando a nuestros pequeños.

El éxito de Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes es anterior a la publicación del primer libro. Elena Favilli y Francesca Cavallo publicaban semanalmente en su boletín digital historias reales de mujeres grandiosas. Al ver la buena recepción que estas tenían decidieron editar por sí mismas un libro ilustrado y para financiarlo lanzaron una campaña de crowdfunding en Kickstarter. Su objetivo era recaudar 40.000 dólares, pero en pocos meses se multiplicaron sus expectativas y superaron los 1,28 millones gracias a las donaciones de 30.000 patrocinadores de 75 países. ¡Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes fue el libro con mayor recaudación de la historia del crowdfunding!

El libro de Gianni Rodari. Versos, cuentos y vida de Gianni Rodari, Ilustraciones de Marta Altés, Traducción de Jordi Martí Garcés, Blackie Books, 23, 90 €

Una completísima antología con sus mejores cuentos (Cuentos por teléfono, Cuentos escritos a máquina…), sus poemas más conocidos, su biografía contada a los más pequeños (su entorno familiar, la muerte de su padre, la lucha por la igualdad y por una nueva visión de la infancia), y páginas especiales que explican sus conceptos clave: la fantasía, la escuela, la educación, la lectura… Una obra de coleccionista, bellísimamente ilustrada a todo color por Marta Altés, una de las autoras de álbum infantil de más éxito internacional del momento y que servirá de libro de cabecera para niños y adultos.

OTRAS LECTURAS

Caza al hombre. Cómo atrapamos a Pablo Escobar de Steve Murphy y Javier F. Peña, Traducción de María Eugenia Santa Coloma, Península, 19,90 €

Los legendarios agentes de la DEA Steve Murphy y Javier F. Peña, inmortalizados en la exitosa serie Narcos (Netflix), narran por primera vez la verdadera historia de cómo participaron en la caza de uno de los narcoterroristas más infames de la historia: Pablo Escobar.

En las décadas que pasaron en la DEA, Javier F. Peña y Steve Murphy se dedicaron a la caza y captura de narcotraficantes, pero sin duda su mayor desafío fue Pablo Escobar, el cerebro del cartel de Medellín y responsable del tráfico de toneladas de cocaína a Estados Unidos y a Europa en las décadas de 1980 y 1990, así como de miles de asesinatos de competidores, policías y civiles para asegurarse el trono en el mundo de la droga.

Entre julio de 1992 y diciembre de 1993 Steve y Javier, tras un riguroso entrenamiento físico y unas misiones tempranas en Miami y Austin, se instalaron en Medellín, donde vivieron y trabajaron con las autoridades colombianas con el objetivo común de capturar a un hombre que hasta entonces muchos consideraban intocable; un héroe para las comunidades más pobres, para las que mandó construir viviendas y centros deportivos. Su experiencia en primera persona, las historias de los archivos desclasificados de la DEA, los desafíos a los que se enfrentaron y las estrategias innovadoras que emplearon para terminar con el reino del terror componen un relato épico de cómo dos agentes estadounidenses arriesgaron sus vidas en territorio de sicarios para destruir el imperio de Escobar y atrapar al narcotraficante más buscado del mundo.

Joe Biden. Una nueva era de Evan Osnos, Traducción de Ariadna Molinari y José Carlos Ramos, Península, 18,90 €

Este retrato de Joe Biden se centra en algunos de los episodios más trascendentales de la dilatada trayectoria política del presidente: desde su larga etapa como senador, hasta sus ocho años como vicepresidente de Obama, su estancia en el desierto político después de haber sido apartado por Hillary Clinton en 2016, su decisión de enfrentarse a Donald Trump y su elección de la senadora Kamala Harris como candidata a la vicepresidencia.

Evan Osnos ha realizado exhaustivas entrevistas a Joe Biden y ha tenido conversaciones reveladoras con más de un centenar de personas, entre ellas Barack Obama, Cory Booker, Amy Klobuchar, Pete Buttigieg, así como con varios activistas, asesores, oponentes y miembros de la familia Biden. Un examen de los desafíos a los que el nuevo presidente deberá enfrentarse desde la Casa Blanca y una valoración de cómo las circunstancias políticas y los cambios en el pensamiento de Biden han alterado su postura. En este matizado perfil del nuevo presidente de Estados Unidos, destacan tanto sus debilidades, como su determinación y coraje ante la tragedia.

Reinas del abismo de Varias Autoras, Impedimenta, 24,50 €

A la venta el 23 de noviembre de 2020.

Con frecuencia se acepta que durante el siglo xix y principios del xx fueron los escritores varones quienes desarrollaron y ampliaron el horizonte de los relatos atroces de misterio, y que las mujeres escritoras se limitaron a seguir su estela. ¡Nada más lejos de la realidad! La antología que hoy presentamos reúne las contribuciones de dieciséis maestras y amantes del miedo exquisito; muchos de cuyos nombres se perdieron en las revistas pulp y underground de principios de siglo. Por fin podremos conocer el lado oscuro de El jardín secreto, de Frances Hodgson Burnett, y en qué consistían las pesadillas de la mismísima Marie Corelli. Escucharemos cautivados, a la par que temerosos, las voces de las escritoras que poblaron las páginas de la revista Weird Tales, como Sophie Wenzel Ellis.

#Críticadelibros: Swift y Baños desencantan

Esta semana se van a analizar dos textos que han sido publicados en los últimos tiempos. Por un lado un clásico de las letras universales como Jonathan Swift y su compilación de textos en Las artes de la mentira política, y por otro El dominio mental. La geopolítica de la mente de Pedro Baños, ambas publicadas por la editorial Ariel. Esto último algo no intencionado sino todo lo contrario como podrán comprobar al leer la crítica… que igual no gusta tanto al grupo editorial.

Jonathan Swift, Las artes de la mentira política, Ariel, 14,90 €

Cuando publicas un texto y desde la propia introducción ya adviertes que el principal texto del mismo no es obra del autor que aparece en la cubierta, malo. Así sucede con el texto que da título a la obra que no es Swift sino de su amigo John Arbuthnot algo que no parece haber importado al editor pues así se rellenaban unas páginas y se llegan a las 124 que contiene todo el libro. Si se deja pasar ese texto que no es de Swift, el creador de Los viajes de Gulliver para que ustedes se ubiquen, el resto del tratado que se presenta no deja de ser algo anecdótico desde el punto de vista editorial o del pensamiento. Hay algún aforismo que tiene su gracia, se conoce un tanto la atribulada vida de este hombre perteneciente al partido tory (conservadores) y poco más. Realmente la mentira política ya está en los albores de la democracia representativa pero más allá de esa curiosidad no hay una profundización sino mera recolección de textos de aquí y de allá para cuadrar el libro. Una cita, que en algunos casos se ha atribuido a Winston Churchill, queda como lo más destacado del texto: “No puedes convencer a alguien para que abandone una opinión a la que no ha llegado racionalmente”. Un libro sobre la mentira política, sino se es un fan del autor, acaba siendo una mentira editorial… más bien una obra que ni es chicha, ni limoná.

Pedro Baños, El dominio mental. La geopolítica de la mente, Ariel, 21,90 €

Tras sus anteriores éxitos en ventas sobre geoestrategia y dominio mundial, ahora se adentra el ex-coronel Baños en las profundidades del control mental de las masas. Si usted no ha leído jamás sobre mecanismos de control, sobre ideología dominante, sobre procesos de ideologización o temas similares, el libro le puede abrir los ojos sobre la forma en que empresas y gobiernos controlan a las personas de forma consciente. Consientes los gobiernos y las empresas evidentemente. También es curiosa la distopía sobre el control que puede causarse a las personas con toda la biotecnología que se está ya desarrollando. Por ese lado el libro puede ser cautivador… siempre y cuando usted no sepa nada del tema, lo cual, también es cierto, será porque le tienen sorbido los sesos o porque no le interesa el tema en cuestión y por tanto el libro tampoco.

Para todas aquellas personas que saben algo sobre el tema, se han preocupado de leer sobre esas cuestiones, no sólo en la actualidad sino a lo largo de la historia, el libro es un petardo y gordo. Terminarlo ha resultado un sufrimiento y ya estaba cansado hacia la página 145 de las más de quinientas que tiene el tomo. Un fracaso personal del comprador que no tiene por qué ser el de otro comprador. La forma de escribir el texto es excesivamente pedagógica, casi escrito para que lo entienda un niño de cinco años –algo que los psicólogos recomiendan utilizar cuando se habla a las masas (Howard Gardner)- pero que en un ensayo no es adecuado. Así como las constantes reiteraciones y alusiones del texto. Relatos muy breves que dejan los temas que se tocan sin profundidad (y ha gastado más de 500 páginas, sí), como “ahí queda eso” y sin conexión con procesos históricos ya analizados y avisados por filósofos y científicos sociales.

Ni una sola referencia a la rama marxista del pensamiento que venía denunciando (todos los autores que han analizado los mecanismos de la ideología y los aparatos ideológicos) el control mental. Autores como Althusser, Marcuse, Therborn… ni son nombrados en favor de una pléyade de autores con ciertos tics conspiranoicos. Falta una breve historia de la manipulación de las masas, algo que como es conocido comenzó con la crítica de Platón a los sofistas, por ejemplo. Tampoco hay un análisis de los distintos mecanismos para conseguir ese dominio mundial que han desarrollado numerosos lingüistas y filósofos del lenguaje como Noam Chomsky (recordar que tiene un libro que se titula Cómo nos venden la moto). No es un estudio novedoso para quienes se hayan cultivado un tanto sobre la materia aunque puede servir a todas esas otras personas que se quieran sorprender con algunas formas mediante las cuales son dominados. Así que dependiendo del tipo de lector que sea usted puede decidir si leerlo o gastar sus euros en otra obra que le produzca más satisfacción. Ésta a mí no me ha gustado.

Noticias literarias de la semana

Entre las noticias destacadas de la semana en el ámbito literario, que no son publicaciones de libros (algo que podrán descubrir mañana en estas mismas páginas), hay que destacar el nombramiento de Pema Maymó como nueva responsable de la Galera, editorial dentro del Grup enciclopèdia (donde están también Bridge, Catedral, :Rata_ y enciclopèdia). Un nombramiento como editora del segmento infantil y juvenil que tiene como misión la ampliación de autoras y autores en el catálogo así como sus correspondientes obras. Un impulso, cuentan desde el grupo editorial, que tiene todo el apoyo de Ester Pujol (directora) y Joan Abellà (director general).

Maymó es ya una veterana en la lucha editorial pues antes de llegar a Grup enciclopèdia estuvo desempeñándose en el área de ficción internacional del grupo Planeta y como editora de Columna Edicions. Una llegada al mundo editorial que se produjo como jefa de prensa d’Edicions 62. También, recuerdan en la editorial, es “colaboradora regular del proyecto cultural El Culturista, ha trabajado en las áreas de comunicación de la Diputación de Barcelona y del Instituto del Teatro”. Suerte en su nueva etapa.

Obras completas de Manuel Chaves Nogales.

La editorial Libros del asteroide ha presentado esta semana un gran esfuerzo editorial como es ofrecer las obras completas del escritor Manuel Chaves Nogales. Un esfuerzo apoyado por la Diputación de Sevilla y que “reúne por primera vez en una única edición todos los escritos literarios y periodísticos firmados por Chaves de los que se tiene noticia hasta la fecha, ordenados cronológicamente, e incluye sesenta y ocho textos inéditos”. La hija del autor, Paula Chaves, ha destacado: “Mi padre fue un gran defensor de la libertad y un visionario. Fue un gran observador, quería ver las cosas por sí mismo, viajaba y hablaba con la gente, y además era un buen escritor. El mejor homenaje es que se conozca su obra”.

El editor de Libros del Asteroide, Luis Solano, ha destacado que la editorial «lleva ya trece años publicando a Manuel Chaves Nogales, a lo largo de los cuales se ha ido forjando una estrecha complicidad con sus herederos en la difusión de su obra; hemos publicado sus cinco libros más importantes y es un autor fundamental del catálogo de la editorial. Por eso nos parece que Libros del Asteroide era el sitio natural para acoger, con la complicidad de la Diputación de Sevilla, una nueva y necesaria edición de su Obra completa. Cinco volúmenes; casi cuatro mil páginas; una nueva ordenación y presentación de los textos, nuevamente revisados y anotados…: ha sido un orgullo llevar a cabo un proyecto de esta magnitud, que es el que el autor merecía. Se trata de una Obra completa que pone en valor la modernidad de Manuel Chaves Nogales, un autor que leemos como a un contemporáneo nuestro y que todavía ilumina nuestro presente».

El escritor Antonio Muñoz Molina, uno de los prologuistas de la obra, ha destacado el compromiso democrático de Manuel Chaves Nogales en un contexto adverso y «la amplitud europea de su visión», y ha añadido que «su opción democrática y europea fue la causa de que desapareciera durante tanto tiempo y ha sido en parte la causa de que lo hayamos recuperado con tanto fervor». Por su parte, Andrés Trapiello, también prologuista de la obra, ha subrayado, a propósito del famoso prólogo de A sangre y fuego (1937), que «había una mayoría de españoles que necesitaban leer a Chaves Nogales y entender cómo se les había mentido sistemáticamente de un lado y de otro»; «no ha habido ninguna otra recuperación de ningún otro autor español tan fulgurante como la de Chaves».

El editor literario de la obra, el crítico literario y editor Ignacio F. Garmendia, ha destacado que «junto con los lectores, es el propio autor el responsable de su rescate porque está completamente vivo» y ha valorado «la extraordinaria calidad de su escritura y la ironía y gracia de una prosa única». Sobre su labor de editor, ha explicado que la nueva ordenación cronológica y en parte temática de la obra «permite seguir mejor por ejemplo su preocupación social» y ha repasado algunos de los textos inéditos más destacados que aporta esta edición, como las colaboraciones de juventud en la revista España, artículos de tema urbanístico, cuentos, crónicas parisinas para el Liberal de Madrid, su única crónica publicada en un periódico español durante la guerra civil o muy especialmente el conjunto de treinta y seis crónicas del período de la Drôle de guerre.

Fernando Rodríguez Villalobos, presidente de la Diputación de Sevilla, entidad coeditora de la obra, ha declarado: «La Diputación ha sido pionera en dar a conocer, también en Sevilla, a nuestro compatriota, como el grandísimo periodista, escritor y analista de su tiempo que fue. Y ahora, nuestra contribución a la que puede ser durante muchos años la más amplia y completa edición para conocer y comprender su pensamiento, sentimos que cerramos un círculo porque, si bien es cierto que por coyunturas diferentes a las que perfilaron los años treinta y cuarenta del pasado siglo XX, España y Europa siguen necesitando la voz alta y clara de Manuel Chaves Nogales».

Simón, la novela que está rompiendo los estándares.

Cabe destacar que esta semana la novela Simón de Miqui Otero (Blackie Books) ha llegado a la segunda edición en un tiempo record. La historia que se cuenta en el libro parte del deseo de Simón para vivir en cien libros. “Piensa que solo así vivirá cien vidas. Y tiene hambre de vivir, de salir del bar en el que crece y del que desaparece Rico, su primohermano, su mejor amigo. Simón vive en este libro y no sabe qué es lo que le deparan sus páginas. No adivina que su historia irá saltando de decorado en decorado, de cocina en cocina (pues en ellas encuentra su vocación resignada). De vida en vida, ya que recorrerá muchas: la de Estela, la misteriosa chica del pelo verde, transgresora obcecada y activista convencida, la de Betty, mujer de identidades cambiantes y antagónicas, la de Biel, optimista insobornable (como lo son muchos cuando nacen con un colchón debajo del culo) y la de su hermana Ona (menos orgullosa del mismo colchón). Se encuentra a tanta gente que no puede evitar sentir que se está extraviando a sí mismo por el camino”.

La editorial dice que “Simón es una novela en continuo movimiento, en cambio constante. Ninguna de sus partes, ni de los libros que contienen estas, son idénticas. El arranque es un homenaje claro a la novela clásica, un ejercicio narrativo total que conforme avancemos se irá cerrando sobre el protagonista, sin abandonar por ello el entorno. El despliegue de puntos de vista y focos narrativos sorprende por lo certero y bien construido, y los interrogantes que irá sembrando en el lector se irán resolviendo en el momento adecuado. Esta es, indudablemente, una novela magistralmente escrita, que cuida tanto del fondo como de la forma para que la conjunción encaje en la gran literatura pasada y presente”.

El español como lengua no vehicular y la izquierda irracional

Mientras que en la derecha están poniendo el grito en el cielo por la eliminación del español como lengua vehicular, en la izquierda es asombrosa la ausencia de un análisis racional, que no emocional, –pese a que esto no le guste al camarlengo Iván Redondo-, sobre las consecuencias para la clase trabajadora. Que un acuerdo para aprobar los presupuestos generales del Estado afecte de forma profunda a la posibilidad de libre movimiento de cualquier trabajador o trabajadora en España no parece, a priori, algo por lo que la izquierda deba felicitarse, salvo que se sea nacionalista y ponga por delante de lo material lo ideal y esencialista. Con esta medida, ya que la izquierda gusta tanto de la igualdad, la libertad de movimientos y la igualdad de la clase trabajadora se ven perjudicadas en todo el Estado español –al menos mientras siga siendo Estado y español-. Olviden cualquier nacionalismo, cualquier esencialismo y piensen con la cabeza el ejemplo que a continuación se muestra.

Supóngase un trabajador (o trabajadora) de una factoría que ha nacido en Ciudad Real y tras estudiar comenzó a trabajar en la factoría de Puertollano. Allí comenzó a desempeñarse con maestría, se casó y tuvo dos retoños (hija e hijo). Su empresa, al ver sus capacidades y cualidades, le premió con un ascenso a oficial pero debía especializarse en puestas en marcha e inspección de construcción en otras factorías que tiene la empresa distribuidas por todo el Estado. Así le destinaron dos años para revisar la nueva planta de polímeros de Tarragona por lo que debía trasladarse a esa ciudad catalana con su familia (su pareja hace teletrabajo y no necesita acudir diariamente a un centro laboral, por no complicar más la situación ya que podría ser personal administrativo de ayuntamiento y pedir una comisión de servicios, lo que elevaría la irracionalidad). Allí que acuden con la hija de cinco años y el chaval de cuatro. Al haber establecido quitado el español como lengua vehicular tan sólo existen colegios donde la educación se realiza en catalán. Los vástagos no se enteran de casi nada el primer año, salvo las clases que se imparten en inglés (ya saben que el bilingüismo es la nueva moda).

Al segundo cuando comienzan a enterarse de las palabras catalanas, idioma que en casa no practican como es obvio. La empresa, una vez que la planta está en funcionamiento, decide que debe trasladarse al País Vasco a poner en marcha una planta de BPA. Nuevo traslado, con un pequeño aumento de salario y prima para alquilar una casa. Los críos que ya tienen siete y seis años entran a estudiar en un colegio que, en virtud de la no preponderancia de la lengua española, enseñan en euskera. Vuelta comenzar, malos resultados académicos porque no se enteran de la nueva lengua y gasto extra de dinero contratando un profesor particular. El beneficio por ir ascendiendo se va gastando en profesores de lengua vernácula para que sus hijos no sufran las consecuencias. Se van enterando de Natural Sciences porque es en inglés pero no se han enterado nada de los astros y la geografía porque comenzaron en catalán y ahora se lo cuentan en euskera. Agobiado el trabajador o trabajadora solicita que le destinen a Huelva a la nueva construcción de una planta de gas líquido.

Dos años en los que los hijos recuperan lo que habían perdido por el camino ya que ni aprendieron catalán, ni euskera y el inglés así, así porque se lo explicaban en las lenguas propias. Tras estos dos años le llega la oportunidad de ascender a jefe operativo de construcción a la trabajadora/trabajador y es destinado en Galicia. Con el gallego más o menos se enteran de lo que les explican pero al no saber escribirlo y hablarlo correctamente comienzan las burlas de los compañeros más estúpidos. Ahora no sólo gastan dinero en un profesor particular de gallego sino que le suman los gastos de psicólogos y las peleas con el director del centro educativo, un nacionalista que se encara a la madre y el padre. Tras esto le trasladan a una factoría de la Comunidad Valenciana donde los críos recuerdan algo del catalán pero al estar ya en los últimos cursos de la ESO tienen problemas con los conceptos matemáticos (los aprendieron en gallego) y para expresarse por escrito. Al final, tras tantos sufrimientos el trabajador/trabajadora pide volver a Puertollano para que sus hijos puedan estudiar el bachillerato renunciando a un buen sueldo pero con la salud mental de sus vástagos garantizada.

Pueden ver en ello una exageración pero racionalmente es más que factible si se piensa que los distintos gobiernos aprovechando esa disposición en la ley educativa aprovecharán para dar más preponderancia a sus lenguas propias. Es cierto que por ley está garantizada la educación en español… si es que existe el número suficiente de alumnos. Ningún instituto y consejería/dirección provincial aceptará una clase tan sólo para una o dos personas. De hecho sucede así en numerosas ocasiones. A ello súmenle el criterio de exclusión que se provoca entre los hijos y las demás niñas y niños. También podría esa trabajadora/trabajador llevar a sus hijos a los colegios de élite a los que la burguesía lleva a sus hijos para estudiar en español, inglés y francés/alemán con la lengua vernácula como optativa. Pero eso supondría llevar una vida privada de muchas cosas por lo que haber aceptado el ascenso no habría servido de nada.

Exageración o factibilidad, lo cierto es que en virtud de no se sabe bien qué amor a lo nacionalista (del tipo que sea) la izquierda no ha hecho un análisis racional de las consecuencias que puede tener, conociendo a los dirigentes nacionalistas y regionalistas (muchos de los cuales están en sus propios partidos) más, para la movilidad laboral de la clase trabajadora. Para el respeto a los derechos de la clase trabajadora. Para la libertad de la clase trabajadora. No parece que se haga mucha justicia social de esta forma. Eso no implica que las lenguas regionales deban desparecer –la izquierda jacobina y nacionalista no lo vería mal- sino que la convivencia de todas las lenguas es lo que debe procurarse. Una cosa es impedir la desaparición de una lengua histórica y otra acabar con la lengua del Estado, que guste o no es el español, en el medio educativo. Por cierto, un medio educativo que no deja de ser un aparato ideológico, que es algo que se olvida con demasiada frecuencia. Si algo ha destacado en la izquierda, especialmente la socialdemócrata, era anteponer lo material, lo racional, lo general, lo colectivo en el centro de su pensamiento y práctica política. No habiendo pensamiento, al menos debía seguir presente en lo práctico pensando todas las consecuencias que pueden tener las acciones que se implementan. Guste o no, la narración anterior es muy factible y en términos políticos potenciarla es completamente irracional –al menos si se defiende a todas y todos los españoles-.

¿Por qué malas vacunas tienen mucha publicidad y las buenas no?

Imaginen por un momento que una empresa farmacéutica de Ucrania hubiese encontrado la cura para el SIDA mediante un jarabe. Todo el mundo se alegraría y se harían cálculos, pues el coste del fármaco no es alto, para establecer en qué momento la enfermedad sería ya parte de la historia luctuosa de la humanidad. Se alabaría a los creadores, candidatos al premio Nobel, y tendrían publicidad en todos los medios de comunicación. El problema es que ese jarabe no se puede agitar demasiado y por tanto hay que tomarlo, por una cuestión de patentes, en la misma sede de la empresa o en su filial en la India. Eso imposibilitaría que esa solución a una enfermedad llegase a todas las personas, las más ricas podrían permitirse acudir a alguna de las sedes, y no valdría para gran cosa. Ustedes pensarían que vaya engaño de cura y vaya leyes que permiten que no se produzca por otras empresas y en otros lugares. Algo así ha sucedido con una de las vacunas del coronavirus y, sin embargo, los medios de comunicación les han dado toda la publicidad del mundo ¿gratuitamente?

Según cuentan los desarrolladores de la vacuna de Pfizer-BioNTech para su traslado y conservación se necesita una temperatura de -70°. Ustedes pensarán que con mucho hielo apañado y la cuestión no es tan sencilla. Por lo pronto se necesitan camiones frigoríficos para transporte, lo que encarece su logística más simple. El problema con el almacenaje tampoco ha sido considerado porque aunque en los hospitales existen cámaras para tener productos a esa temperatura, como es obvio, están dedicados a otros productos –que igual no pueden estar a esa tan baja temperatura- y no pueden dejar ser utilizados para almacenar millones de dosis de la vacuna. Si es cierto que España ha comprado 10 millones de dosis ya, de momento, ¿en dónde se van a guardar sin perjudicar a otros productos o cultivos y sin comprar nuevas cámaras? Hasta Fernando Simón, dentro de su desconocimiento de los datos concretos, ha advertido que esa logística es un poco complicada.

Sin embargo, algo tan sencillo como es calcular el espacio que ocupará la vacuna, que no son “veinte cajitas” –como pueden ser las vacunas infantiles- sino más de cuarenta millones de unidades si es que se quiere vacunar a todo el mundo, no ha sido realizado por los medios de comunicación. Al contrario se han dedicado a alabar y hasta hacer casi especiales de la empresa y la vacuna, como en el caso de Antonio Ferreras, ignorando un factor que puede elevar su coste. Un coste que como no se sufrirá directamente en el bolsillo de los españoles parece que no existe, pero sí que está ahí, en los gastos de presupuestos, en los impuestos que se pagan. Las cosas no son gratuitas aunque no supongan un desembolso directo… ni la publicidad a estas empresas farmacéuticas tampoco. De hecho la mayoría de medios de comunicación han comprado la noticia de Pfizer sobre no haber recibido ni un solo euro de Estado alguno para no estar contagiada en su distribución y venta. Falso, porque su socio de desarrollo BioNTech recibió 375 millones de euros de Alemania para sufragar los costes, los cuales han participado de tú a tú con Pfizer. Así se prioriza simbólicamente, en los medios de comunicación, el valor de la libre empresa…

Una vacuna con malísima logística y almacenamiento que nos venden como lo mejor de lo mejor. Lo mismo puede decirse de la de AstraZeneca-Oxford donde un voluntario, muy dispuesto él por las redes sociales criticando otras vacunas, acabó por contagiarse, o por la cual falleció una persona durante las pruebas. Al menos esta última vacuna está soportada por prestigiosas revistas del sector, no como la congelada. Algo que, por cierto, se señalaba contra la vacuna rusa Sputnik-V y las vacunas chinas. Las cuales son malas porque geoestratégicamente no interesa que se distribuyan y utilicen en los países de la Unión Europea pero cuyos resultados están abalados científicamente por expertos occidentales y por los estudios realizados. A estos ni Ferreras, ni Quintana, ni Griso les dan publicidad como a las otras empresas y no sólo por ser de los supuestamente países enemigos (inventados para el caso español, pues más nos han fastidiado desde EEUU en la última década) sino porque no gastan en publicidad en los principales medios de comunicación.

Si se fijan en muchos desayunos de periódicos, en los anuncios o publirreportajes, tanto Pfizer como AstraZeneca están detrás aportando muchos miles de euros que cuadran las cuentas de los medios de comunicación. Son muchos los fármacos de estas dos empresas que los españoles y españolas consumen diariamente, más los que se compran en los servicios de sanidad de todo el Estado. Muchos millones en juego que no pueden perder los medios de comunicación y que les hace, al final del camino, ser esclavos de sus anunciantes. Hay algunas empresas que también conciertan fines de semana a todo pagado para directivos y directores de algunos medios y empresas mediáticas, ahora que tienen prohibido hacerlo con médicos, así como con algunos cargos medios de la administración estatal. Y claro ese roce acaba por hacer el cariño. Si alaban tanto las vacunas de ciertas empresas y no de otras es por la publicidad, si lo hacen con las europeas y estadounidenses y no la china o la rusa es por geoestrategia, cuando en realidad todas ellas son (o serán) eficaces, algunas más baratas que otras, pero el negocio es el negocio y la geoestrategia importa bastante, incluso en algo tan simbólico como una vacuna (precisamente por simbólico).

La batalla cultural: ¿está la izquierda preparada?

La semana pasada gritaba en un plató televisivo como si le fuese la vida en ello Antonio Maestre que lo importante es lo cultural, dar la batalla cultural, luchar por la hegemonía cultural… Desde luego existe una batalla cultural pero no en el sentido en que lo entiende, si es que lo entiende, el todólogo televisivo. Es más, no es una simple batalla cultural sino una batalla ideológica, como verán, para la que unos están perfectamente pertrechados y los otros andan a coger mariposas entretenidos en pequeñas disputas sinsentido o simples peleas de desgaste. Maestre acierta a ver que existe una gran disputa, no sólo en España, pero parece que no logra ver el alcance, ni la fuerza a emplear. Quedarse solamente en los desvaríos de los neofranquistas, aunque sus discursos llevan implícitos distintos armamentos ideológicos, lleva a pensar más en “¡He venido a hablar de mi libro!” que de la lucha que, en estos tiempos sombríos, se está produciendo.

Es paradójico que la derecha occidental haya sustraído a la izquierda algunos de los conceptos de lucha contra el capitalismo que venían utilizando. Lucha ideológica o batalla cultural eran elementos propios de la lucha de clases. Elementos de la filosofía de la praxis, de la lucha de clases en la teoría, de la pelea por vencer en el aspecto supraestructural, de la batalla ideológica en general. Hoy se los ha apropiado la derecha, mejor dicho, son elementos de la ideología dominante para conseguir seguir ejerciendo su dominio. Términos también como biopolítica o bioideología son presentados por la derecha contra la izquierda acusando a ésta de querer construir al “ser humano nuevo”, de estar creando una ateología, de favorecer la desintegración de las sociedades cuando desde el principio eran, y siguen siendo, conceptos de crítica al transcurrir del capitalismo como estructura del sistema y el neoliberalismo como ideología dominante. Desde la derecha en esta batalla ideológica han dado la vuelta a esos conceptos para hacerles perder toca su carga crítica contrasistémica y utilizarlos contra la izquierda, o lo que queda de ella. Siendo hegemónicos están en la fase de destrucción total de una (¿posible?, ¿inexistente?) alternativa al sistema con las armas de los propios críticos.

Mientras que para gran parte de la izquierda la disputa cultural/ideológica es sobre cosas de fascistas, nimiedades sobre sentidos patrióticos y demás cuestiones menores –que son parte de la lucha, sin duda, pero no lo principal-, las derechas están atacando desde un posicionamiento en el que impelan a una cosmovisión general. No sólo a los aspectos de dominación sino a todos los aspectos que conforman la vida del ser humano. La ideología no es falsa conciencia, ni algo puramente político en ligazón con un partido político concreto o una posición concreta (socialismo, comunismo, liberalismo…), bien al contrario la ideología es un continuo proceso de interpelación que acaba conformando la conciencia de cada cual mediante procesos psicodinámicos, unos inconscientes y otros racionales, que “funcionan mediante un orden simbólico de códigos de lenguaje” que diría Göran Therborn. Son, por tanto, una multiplicidad de mensajes de todo tipo que apelan a la parte racional o a la inconsciente de muy diversas formas, generando en numerosas ocasiones lo que se ha dado en llamar el inconsciente colectivo. Así la ideología interpela a los individuos para establecer lo que existe y lo que no; lo que es bueno, justo, agradable, etcétera y lo que no; y, esto es importante, lo que es posible y lo que no es posible. No sólo se trata de una disputa política, que parece es como se entiende por parte de la izquierda, sino una interpelación global. De ahí que no sea extraño que la derecha acabe por utilizar las armas de la izquierda contra esta misma cuando han sido abandonadas en favor de esencialismos, innovacionismos o han caído en las redes de la identidad (que es sólo una ideología menor excluyente/incluyente).

La ideología dominante ha venido durante décadas asumiendo todas aquellas interpelaciones que le servían para mantener su dominio, expulsando todas las partes que ponían en cuestión al propio sistema en sus cimientos. Por eso no han tenido problemas en aceptar lo ecológico (con limitaciones), lo identitario, el feminismo (hasta que ha puesto en duda al sistema), o demás luchas propiamente culturales. En cuanto ha llegado a dominar todos esos ámbitos, la clase dominante pasa a la acción y comienza a deshacerse de todo aquello que le sobra para realmente establecer un dominio total. Si algunos críticos de la actual democracia, desde la derecha, afirman que los actuales regímenes democráticos son totalitarios, como Dalmacio Negro, no se equivocan demasiado, pero no tanto por la acción constante de una izquierda contrasistémica sino por la propia dinámica de la clase dominante. Parte de esas críticas, las cuales señalan colectivismos varios, biopoder y demás cuestiones que ustedes habrán escuchado a personajes, unos ilustrados, otros menos, como Cayetana Álvarez de Toledo o Juan Carlos Girauta, no son disputadas en realidad por la izquierda (de esto no dice nada Maestre) sino que miran con cara de asombro. Pero en realidad son el ariete de la clase dominante para hacerse con el control total del sistema. Mientras les entretienen con disputas baladíes respecto a sentimientos, que si Pedro Sánchez es un totalitario (cuando los totalitarios serían otros) o demás zarandajas de la política espectáculo, la disputa ideológica de nuestra época se disputa con otras armas bien distintas.

Desde hace unas décadas, más con irrupción de los mecanismos digitales, se viene infantilizando a la población como nunca se ha hecho a lo largo de la historia. Anteriormente se carecía de conocimientos, ahora se hace creer que se poseen conocimientos (y se poseen los que ha escogido) y se ratifican ideológicamente mediante los aparatos ideológicos en el Estado y sobre el Estado pero con una carga ideológica de dominio que imposibilita pensar como algo productivo en una alternativa, más o menos factible, al propio sistema. Ahora que las personas carecen de mecanismo críticos, que están enfrascados en la política espectáculo con sus peleas “culturetas”, con sus expresiones individualistas e identitarias, justo en este momento han lanzado la última ofensiva para ejercer sin ningún tipo de cortapisas la violencia simbólica que diría Pierre Bourdieu: “la violencia simbólica se instituye a través de la adhesión que el dominado se siente obligado a conceder al dominador (por consiguiente, a la dominación) cuando no dispone, para imaginarla o para imaginarse a sí mismo o, mejor dicho, para imaginar la relación que tiene con él, de otro instrumento de conocimiento que aquel que comparte con el dominador y que, al no ser más que la forma asimilada de la relación de dominación, hacen que esa relación parezca natural”.

Esa violencia simbólica o ideología dominante (son sinónimos) procede de tal forma que los que deberían estar pensando en una alternativa al sistema acaben por defenderlo con uñas y carne frente a operaciones de falsa bandera que les lanzan desde la derecha o contra los críticos al sistema (a los que catalogan de utópicos o reaccionarios, según se levanten ese día). No hay más alternativa, como ideologizaba Francis Fukuyama, que el sistema parlamentario, el Estado de partidos, el dirigente de turno o la forma actual del Estado. Mientras la derecha está apoyándose en la disputa ideológica de una cosmovisión que engloba todo el andamiaje sistémico, en España por ejemplo, la izquierda tan sólo ofrece productos sin encajar o pensando, pues han caído dentro de la dinámica de la ideología dominante en su versión espectáculo, que con sólo desear algo o publicitar (con muchos memes eso sí) ya se conseguirá. Como bien dice Esteban Hernández en sus columnas, y en esta entrevista, la izquierda abandonó la formación de mayorías sociales en la práctica, en el día a día de las personas, en favor de la política espectáculo, por ello se encuentra sin armamento y sin poderío ideológico con el que responder al ataque. Está más a la defensiva intentando salvar los muebles que en vanguardia de la lucha. Y peor aún con el enemigo empleando el armamento que en el pasado resultó eficaz a la izquierda. Lleva la izquierda, política e intelectual, sin hacer un análisis global de la situación que ahora se encuentra con cierto poder político pero, en realidad, con falta de fuerza ideológica, teórica y social. Porque una cosa es que a este o aquel partido le voten más o menos y otra es tener el apoyo social detrás gracias a esa interpelación social que es la ideología.

A día de hoy, aun cuando se tenga en poder del gobierno (que ayuda a frenar en parte las embestidas primeras en la batalla ideológica), la izquierda se encuentra completamente carente de una cosmovisión, de una teoría con la que poder luchar, de un compendio de elementos prácticos con los que conforman un todo para confrontar. Hay muchas peleas pequeñas, nimias, sobre cuestiones que acaban afectando al 0,6% de la población y que se sitúan en primera plana, en ocasiones para esconder las propias carencias, que no ayudan a conformar un marco suficiente para la batalla cultural. Los partidos han ido apostando tanto por la unanimidad que han dejado de ser espacios de debate y al crítico se le excomulga y se le persigue con legiones de bots o trolls. Los sindicatos se estancaron en un tipo de relaciones de producción que están estallando y bastante tienen con detener la hemorragia, pero abandonaron (o fueron expulsados de) su participación en la lucha ideológica. La sociedad civil que podría situarse en la izquierda participa del “¿qué hay de lo mío?” de los partidos políticos o, en el mejor de los casos, es ocultada por los medios de comunicación. La operación de derribo comenzó hace mucho tiempo y ahora, como veremos en otros artículos, han decidido hacerse con el poder absoluto e intentar aplicar todas las consignas teóricas que llevan años maquinando escondidos. Y frente a esto hay que despertar para poder luchar.

A la oposición se le fundieron los fusibles

No hay nada peor para un dirigente político que quedarse sin argumentos o que la prensa acabe haciendo el trabajo por él. Esto parece haberle pasado a la dirigencia de la oposición en España, se quedan sin argumentos y sin fuelle. Pareciera que se les fundieron los plomos después de la fracasada moción de censura de los neofranquistas y el consenso sobre la gestión del coronavirus. Por mucho que protesten, para las gentes de la izquierda más bien parecen ladridos o aullidos, al final sus argumentos, sus memes, sus chuscadas o sus propuestas pasan desapercibidas completamente. Mientras los neofranquistas se van hundiendo poco a poco, los peperos se mantienen a flote pero sin que la población acabe de saber qué dicen o hacen… algunos en el PP dirán que mejor viendo a su dirigente máximo.

Pablo Casado, tras salir triunfante de su disputa con el neofranquismo de Vox durante la moción de censura, continúa por la senda de aparentar cierta respetabilidad, cierto sentido de Estado, algo que no siempre controla, pero parece haber desaparecido. Sí, los medios de comunicación, especialmente la televisión, le sacan de vez en cuando pero no impacta lo que dice. Por un lado, porque los medios de comunicación están siendo un contrapoder crítico al gobierno cuando comete errores (léase la Comisión de control de la desinformación, por ejemplo) o hace propuestas un tanto contrarias al espíritu constitucional; o porque tienen fijación con el sector populista del mismo provocando cierto cansancio en la población. Los zapatos asquerosos de Pablo Iglesias en su viaje junto a Felipe de Borbón a Bolivia ya no son noticia. Pueden ser un atentado al buen gusto pero ya no llaman la atención, por lo que no tienen recorrido las informaciones de ese tipo. Lo que sucede con la esposa del presidente Pedro Sánchez, cuando antes podía ser escandaloso ahora queda en “otra más” pero sin efectos en la producción de algarabía. No se genera, por tanto, un clima donde Casado pueda “soltar sus perlas”.

Por otro lado, la gestión de la pandemia ha tomado tal cariz que ya no se puede reclamar al gobierno que actúe de una forma u otra porque cada cual hace de su capa un sayo y hay 18 formas de combatir la expansión del virus. Desde el gobierno del Estado han entendido, cuidado que les ha costado pese a que en estas mismas páginas se les aconsejó obviar las provocaciones en agosto, que hay que pasar de lo que hagan en la Comunidad de Madrid. Que no hacen pruebas PCR o de antigénicos y se engaña con las cifras para salvar la campaña de navidad, pues se traga con ello. Que no quieren reducir los horarios de actividades no esenciales, que hagan lo que quieran. Una vez que Isabel Díaz Ayuso deja de estar en primera plana por sus enfrentamientos con el gobierno estatal, sigue estando porque las ayusadas no desaparecen, no sirve de caldo de cultivo para generar un clima contrario al gobierno. Un clima mayor del habitual se entiende.

Como los presidentes de otras comunidades gobernadas por el PP están legislando sobre medidas sumamente restrictivas (ahí está Juan Manuel Moreno Bonilla cerrando todo a las seis de la tarde), algo que al gobierno le favorece, ese mismo tipo de medidas que antes toda la derecha decía que eran un atentado contra libertad, Casado se ha quedado sin argumentos necesarios para hacer oposición con un tema candente y que puede mover conciencias. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE), a los que ha presentado una enmienda a la totalidad, son tan farragosos en ocasiones que tampoco sirven para lograr vencer a la opinión pública en favor de su propio partido. Hay cuestiones sueltas como el IVA de las mascarillas o subidas de impuestos a los más pudientes que no ayudan a movilizar en su favor. Entre otras cosas porque las críticas a estos temas se producen desde la derecha y desde la izquierda. Nada que hacer con ello. Le queda el tema del español como “lengua vehicular” de la educación, algo que acabará determinando el Tribunal Constitucional algún día, o la eliminación de la educación especial, un tema que no se ha explicado ni pedagógica, ni social, ni políticamente y que no parece tener mucho recorrido… de momento.

Queda Casado sin argumentos de peso con los que hacer oposición de forma que capte la atención -puede haber temas pero deberá ser su partido el que los adivine, no se le va a hacer el trabajo gratis desde estas líneas-, con el añadido de su negativa a renovar el Consejo del Poder Judicial algo que le señala a él como oposición poco constructiva. De hecho desde Ciudadanos ya han advertido que no se puede hacer oposición negándose a todo, algo que no les sirve para aumentar en la intención de voto pero que ayuda a no decaer –al menos hasta que la clase dominante decida si los manda unirse al PP o no-. Incluso Casado se ha unido con fervor a la victoria de Joe Biden frente a Donald Trump afirmando que ambos son de derechas (algo cierto según se entiende “derechas” en Europa) y que él es de la “derecha buena”. El problema es que eso puede servir para perder voto por su izquierda, pero tampoco hay que fastidiarle su momento de felicidad.

Los neofranquistas ahogándose en su vómito.

En el bando neofranquista las cosas son peores. No sólo perdieron estrepitosamente la moción de censura sino que han perdido completamente el norte en su argumentario. Ahí tienen a Hermann Tertsch diciendo que Biden está sometido al gobierno socialcomunista de España. No se sabe en qué estado lo ha escrito pero lo ha escrito. Puestos a decir burradas existen mejores que esa porque, por mucho que se fuerce la realidad, a todas las personas con dos dedos de cerebro les parece que Biden es el presidente del Imperio, de la primera potencia occidental y no Sánchez. Santiago Abascal, por su parte, aún está palpándose el cuerpo intentando ver dónde han quedado todos los golpes que le dieron durante la moción. Una vez que la derecha mediática se ha volcado con Casado con claridad, salvo Federico Jiménez Losantos y su tropa de amargados y resentidos, a Vox sólo le queda… no les queda nada en realidad salvo la decadencia.

¿Qué les queda hacer? Salvajadas y cosas estrambóticas que serán grácilmente elevados a la categoría de verdad por las señoras de la carnaza mañanera… hasta que sus jefes pongan orden o las cuotas de pantalla digan que ya no hacen gracia los payasos. Aprovecharán que tienen cogido al PP por las gónadas en Madrid, Andalucía o Murcia para seguir con su festival franquista, pero eso acaba teniendo un límite y más si se llega a un clima de cierta normalidad política. En cuanto haya presupuestos, con los que aguantar la legislatura, y lleguen los millones de la Unión Europea la inestabilidad política irá llegando poco a poco. Entre otras cuestiones porque hay un interés superior, en la clase dominante, porque el sistema salga de la crisis y se asiente. Y en eso los medios tienen buena parte de culpa tanto como la dirigencia política. En ese clima los neofranquistas quedan en evidencia y de la misma forma en que Antonio Ferreras y Susanna Griso los dan voz y visos de veracidad, los harán desaparecer poco a poco. Como hicieron con Ciudadanos en su momento. Además que no se puede engañar a todas las personas todo el tiempo pues, más allá de lo que digan en la televisión –verdadera conformadora de las mentes infantiles que quieren en el poder-, existe una realidad, unas prácticas sociales que siguen conformando a las personas.

Kamala Harris o cómo entregarse a la propaganda del Imperio

Algo que no deja de sorprender es la capacidad que tienen los medios de comunicación “progresistas” de tragarse toda la propaganda que les mandan desde el Imperio estadounidense –que puede estar en decadencia pero no deja de ser Imperio-, la cual publican sin filtrar o sin un mínimo atisbo de crítica. La victoria de Joe Biden se ha celebrado como si el maná fuese a caer del cielo para alimentar a las personas que viven en el más acá del océano o como si por arte de magia fuesen a cambiar las medidas proteccionistas que Donald Trump impuso a los productos españoles y el veto que esos mismos productos se exporten a Rusia. Para los españoles lo mismo da que haya vencido uno que el otro en lo material, que al final es lo que importa.

La expulsión del demagogo de la presidencia se ha vivido con alivio por el establishment mundial, ya no hay quien altere ese juego oligárquico en el que tienen entretenido al personal. Acaban con un símbolo del populismo pero ahí siguen los Salvini, las Le Pen o los Abascal flotando sobre las cabezas de los biempensantes europeos. Para gustos los colores y parece que es más agradable a la vista Biden que Trump, aunque en EEUU aquellos que han salido beneficiados del proteccionismo del ex-presidente, no se dejen confundir con mensajes contra el populismo, y de la permisividad con ciertas iglesias francamente reaccionarias no pensarán lo mismo. Intentar analizar el voto en EEUU con parámetros de comportamiento europeos, sin meterse en la profundidad de los estados del medio y la fuerza que aún tiene el aspecto religioso (anabaptistas del sur, cuáqueros, mormones, baptistas, protestantes, etc.) es un error muy común. Pero no es eso lo que interesa explicar hoy en esta columna sino cómo la propaganda, en especial la que están difundiendo sobre la vicepresidenta Kamala Harris, se difunde como lo más maravilloso del mundo mundial y se lo traga todo el mundo.

Que Harris vaya a ser la primera mujer vicepresidenta es un logro de las mujeres sin duda, eso no se puede poner en duda, pero es un logro en EEUU, en los países europeos e incluso algunos asiáticos de carácter occidental es algo común. Es más, hasta es ya algo que se está consiguiendo que no sean vicepresidentas sino presidentas de países importantes. ¿Por qué no se celebra que Angela Merkel sea la mandamás continental? Esto por no remontarnos a los tiempos de Margaret Thatcher. Hace pocos días se elevó a Jacinda Ardern, presidenta de Nueva Zelanda, a los altares por haber vencido al coronavirus y haber logrado la mayoría absoluta en el parlamento de su país. Hoy aparenta ser bastante menos que una vicepresidenta. Y no es porque no sea “progresista”, que lo es, pero no pertenece al Imperio… bueno al británico sí. La propaganda imperial es lo que tiene, que acaba minusvalorando los primeros logros de otras mujeres en tantos sitios.

En esa propaganda nos venden a Harris como mujer (bien) multirracial (mezcla de negro e india), con los máximos estudios (doctorada), defensora del movimiento LGTB, contraria a la pena de muerte y feminista. Esas cosas también se encuentran en la vicepresidenta primera Carmen Calvo –como ahora los estadounidenses no consideran a los españoles como blancos también hay cuita racial- y nadie ha salido tirando cohetes, ni llenando portadas de los medios de comunicación. La anterior vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, tampoco era moco de pavo en cuanto a inteligencia, defensa de la mujer y contraria a la pena de muerte (no era doctora eso sí, pero viendo como se regalan esos títulos en España últimamente se podría animar a ello). Merkel también tiene un doctorado, se ha enfrentado al nazismo y apoya la causa de la mujer –en su partido la CDU apoyó a Annegret Kramp-Karrenbauer, actual ministra de Defensa, para que sea su sustituta-. Carreras de mujeres que han roto muchos techos de cristal pero que los medios de comunicación obvian haciendo propaganda imperial. Y la realidad es que valorar a las magníficas mujeres que están más cerca genera mucha más empatía y apoyos al feminismo que hacerlo con una mujer imperial. Por cierto, el verdadero techo de cristal lo rompió Hillary Clinton al ser candidata a presidenta, no mera vicepresidenta. Sin Clinton no habría Harris.

Lo que puede ser novedoso en EEUU hace mucho tiempo que dejó de serlo en muchos países de Europa, con España como pionera de muchos de esos techos de cristal rotos aunque aún falte una mujer presidenta. Pero claro aquí se es súbdito del poder imperial y hay que vender aquello como el no va más. Eso sí sin pensar en la práctica y las intenciones de la señora Harris y lo que va a ser su trabajo. Ser vicepresidenta de EEUU no confiere una publicidad en favor de las mujeres de forma exuberante, aunque es mejor que esté para el colectivo, sino que se encargará de cuestiones burocráticas, oscuras y más de pelea de barro (como presidir el Senado) con el desgaste que ello conlleva –nadie ha señalado que por primera vez los dos organismos podrían ser dirigidos por mujeres, haciendo un feo a Nancy Pelosi-. Más interesante sería una mujer ocupando la secretaría de Estado (ministerio de exteriores) y que no perteneciese a los halcones. Porque ahí está la clave de todo esto ¿qué es Harris, halcón o paloma?

Ningún medio de comunicación, entretenidos como estaban en su propaganda, ha contado algo que tiene una importancia fundamental para valorar, más allá del techo de cristal, el nombramiento de Harris. Algunos analistas chinos han analizado los discursos de la futura vicepresidenta y ven en ella una halcón. Por tanto peligrosa para la paz mundial y con intenciones poco amistosas, que acabarán costando dinero a los contribuyentes españoles –ya han advertido desde el partido Demócrata que España debe aumentar sus gastos militares- y aumentarán la tensión con China. Son chinos e igual no les convencen sus análisis, como no deben convencer los hechos por las fuerzas imperiales y difundidos por los medios españoles. También ocultan su sionismo y apoyo a los crímenes de Israel, como hace Vox por cierto. Eso sí venden que salió de la nada… de la nada de una familia acomodada, educada en las más elitistas universidades (los pobres van a UCLA, los ricos a Stanford). Muy à la Hollywood y con las mismas intenciones propagandísticas.

Cuando parece que se quiere luchar contra las fake news, contra los bulos y las mentiras en España nadie dice nada de la propaganda imperial, ni los derivados que tendrán para España en materia económica. Aquí las mujeres han roto muchos techos de cristal y de cemento y no se las pondera como se debe. No se han creado figuras simbólicas que utilizar y se importan simbolismos estadounidenses que nada tienen que ver con la mentalidad europea. Mujeres que siguen luchando por la abolición del género, por la igualdad y que llegan gobiernos europeos son despreciadas en cuanto llega el símbolo imperial. Algo que muestra lo cuán atrasados que andan por aquellas latitudes respecto a ciertos derechos, pero tienen la fuerza militar, algo menos la económica, para sostenerse como Imperio y obligar a comulgar con su propaganda. En otros tiempos a los césares se les convirtió el dioses, hoy se vende como avance lo que es habitual en Europa y otros países del mundo desde hace tiempo. Una forma de propaganda que venden los medios de comunicación como si importase realmente las cosas de los sentimientos más que los alimentos. Mientras agricultores españoles pasan las de Caín por culpa de los EEUU, los lambiscones imperiales actúan en favor de su amo. Menos Harris y más Merkel (o Calvo, o Arrimadas, o Montero…), aunque tengan básicamente la misma ideología.

#CríticadeLibros “En primera persona” de Finkielkraut

Alain Finkielkraut es uno de los famosos “Nuevos filósofos” franceses y el que mejor ha envejecido sin lugar a dudas. No sólo se mantiene como maître à penser sino que sus producciones literarias, en su caso ensayos, siguen teniendo fuerza interpretativa y capacidad de hacer pensar. Además no se esconde en subterfugios o añoranzas de un pasado mejor o peor. De ser un pensador del sistema, su colega Bernard Henri-Levy sigue siéndolo, ha ido siendo apartado por las mentes bien pensantes de lo políticamente correcto hacia los bordes. Después de renunciar a sus veleidades trotskistas de juventud –fue uno de los líderes principales del mayo del 68-, de abrazar con fervor el neoliberalismo económico, ha terminado siendo señalado por su defensa de lo que significa en Francia el republicanismo como ideología sustentadora del Estado. En cierto modo, algunos de los que le acompañaron en aquellas fechas de rebeldía juvenil le están haciendo pagar que haya sido considerado uno de los grandes filósofos de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Unos le critican porque siguen en posiciones similares (Alain Badiou), otros porque ven reflejado en Finkielkraut sus propias experiencias de renuncia, pero con menos calidad.

El texto que hoy presentamos En primera persona es una introspección del propio autor en su mundo de pensamiento. Sin egolatrías à la BHL, sin petulancia y mostrando la brillantez de una mente que sigue pensando el mundo pese al mundo. Por suerte el ensayo ha sido publicado por la Editorial Encuentro, una rara avis de nuestro mundo literario y que hace el continuado esfuerzo de publicar textos clásicos y actuales del pensamiento liberal-conservador (Jouvenel, Bernanos, Gambescia, Negro o Freund) y del humanismo cristiano que tanta repercusión tienen allende nuestras fronteras pero casi nada aquí. Igual Unión Editorial está a la par en publicaciones de esa cuerda del pensamiento aunque, estos últimos, más centrados en lo económico y lo individualista en su catálogo. La suerte de que sea Encuentro quien lo publique es que se sabe que el texto va a tener calidad, se compartan o no la ideas del autor, y eso es ya un buen comienzo para la lectura.

Lo que pretende en autor en este breve ensayo no es otra cosa que poner negro sobre blanco algo que le sigue acuciando: “La verdad, que yo sigo buscando todavía y siempre es la verdad de lo real; la elucidación del ser y de los acontecimientos sigue siendo, a mis ojos, prioritaria”. De eso versa el texto, de la búsqueda de la verdad de lo que acontece en el mundo, algo de lo que no se puede separar el filósofo (o el pensador de cualquier tipo) para lanzarse a una búsqueda estéril de fantasmas o a la mera publicidad. Y en ese camino buscando la verdad, o algo cercano a la misma, Finkielkraut critica a todo el movimiento deconstruccionista de las identidades deseadas para acabar con una frase clara: “Nadie será nunca capaz de vivir sólo por sí mismo la totalidad de la experiencia humana”.

Interesante también es su vuelta, tras los ardores juveniles de rebeldía, al sentimiento semítico. Es algo que le ha pasado a muchísimos intelectuales de origen judío que con el paso de los años han afrontado su propia cultura religiosa y social, unos para abrazarse al sionismo, otros, como es el caso de Finkielkraut, para defender el judaísmo y despojarle de la “cruz gamada” que les han puesto tras los acontecimientos de Palestina y el olvido del holocausto que se viene produciendo. “Andaban muy lejos de dudar que el odio a Israel llegaría a bordar la cruz gamada en el pecho de los judíos y que estos deberían ser defendidos bajo el estandarte de ‘SOS Antiracisme’” escribe. No por ello deja de lado la cuestión palestina para la cual no duda en defender, al contrario que los más radicales sionistas, la construcción de los dos Estados, con su correspondiente crítica a los colonos. Un acto valiente que le ha costado no pocos insultos.

Prosigue el texto con reflexiones sumamente sabrosas sobre el arte de escribir, sobre los peligros que acontecen en Francia con los brotes islamistas, con la desafección de los jóvenes respecto a la República, con la complejidad de las relaciones humanas en el ámbito político y social que no son solamente materialistas, pero que no por ello dejan de serlo. Una lucha contra lo que se ha denominado “el partido del Orden” que no es sólo un partido en sí, sino que es el consenso entre diversos partidos para que todo aparente cambiar mientras se van destruyendo las bases del sistema mientras se le defiende sin hacer nada. Algo que explica en referencia, como es evidente, a Francia pero que es extrapolable en algunas cuestiones a España u otros países. Especialmente crítico se muestra respecto a lo que se está haciendo con la Cultura: “lo cultivado desaparece de lo cultural” para englobar; o “no se accede a la cultura por la mediación de libros y maestros, se flota en ella, se está dentro de ella se diga lo que se diga o se haga lo que se haga”; incluso esa cultura que ahora los postmodernos catalogan de reaccionaria es defendida por Finkielkraut. Una frase que es clara respecto a lo que sucede en el mundo hoy respecto a lo cultural: “En la charca donde todo el mundo chapotea nada es superior a nada”. O lo que es lo mismo, la protección del relativismo y del dominio de la técnica que acaba con el ser humano.

Un muy buen libro, breve pero intenso, que seguramente no deje indiferente a los lectores salvo a los postmodernos y a los líquidos gatopardistas que utilizan la democracia como simple mecanismo de reemplazo de unas élites por otras o que se sentirán ofendiditos cuando afirma Finkielkraut lo siguiente: “Lo que caracteriza nuestro tiempo no es la evitación irénica o atemorizada de las querellas sino su reemplazo por la práctica feroz de la excomunión”. Un buen libro de un pensador liberal que sigue haciendo estremecer a la Francia acomodaticia y a quienes se acerquen al texto, posean la ideología que posean. Pues, se puede extraer del propio texto del autor, sólo mediante el conocimiento del Otro se puede llegar comprender, a acercase a la Verdad, de conocer y poder actuar y defender las propias ideas desde la racionalidad y no desde el misticismo o el fervor del creyente.

Datos biográficos:

Nació en París el 30 de junio de 1949, hijo único de un judío polaco deportado a Auschwitz. Catedrático de Letras Modernas, es profesor de filosofía en la Escuela Politécnica de París. A finales de los años setenta empezó a colaborar con Pascal Bruckner, con quien escribe una serie de ensayos sobre el fracaso de la aparente liberación de las costumbres. Reivindica su admiración por el pensamiento de Hannah Arendt, Emmanuel Levinas o Milan Kundera, y está actualmente considerado como uno de los más grandes filósofos contemporáneos.