martes, 30 diciembre, 2025

Libros, libros, libros I

Aquí les mostramos los libros que son novedad esta semana. La sinopsis del libro es la propia de las editoriales, el cribado de obras se ha realizado antes de transcribir siguiendo un método completamente subjetivo: no tenían buena pinta. La división en secciones no es la que suelen encontrar en los listados de más vendidos donde se suelen mezclar churras con merinas, se intenta hacer una división que permita acudir a las preferencias lectoras y evitar lo que no guste.

NOVELA.

Las barbas del profeta de Eduardo Mendoza. Seix Barral. 18 €

Como muchos niños de la posguerra española, Eduardo Mendoza estudió en el colegio una asignatura denominada Historia Sagrada, resumen e ilustración de algunos pasajes de la Biblia que hicieron nacer en él la fascinación por la palabra escrita y por los mundos de ficción, además de enseñarle a distinguir entre lo real y lo imaginario. «No exagero al afirmar que la Historia Sagrada que estudié en el colegio fue la primera fuente de verdadera literatura a la que me vi expuesto», recuerda Eduardo Mendoza en la introducción a esta edición revisada de Las barbas del profeta.

De la combinación de dos temas, el deleite infantil ante la Biblia, considerada estrictamente como obra literaria, y la reflexión sobre la influencia de la ficción en la formación de un escritor de vocación temprana, nació este libro. Basado en sus recuerdos de infancia y en la certeza de que una sociedad se explica mejor si no se desvincula de sus mitos fundacionales, Eduardo Mendoza emprende un viaje formidable por la tierra de José y sus hermanos, de Salomón, de la Torre de Babel y de Jonás, y paga así su deuda, o parte de ella, con el muchacho que entonces fue para seguir siendo el escritor que ahora es.

Comentario: Mendoza con sus cosas, sus fieles y sus detractores.

El tren de los niños de Viola Ardone. Seix Barral. 19 €

Nápoles, 1946. El Partido Comunista italiano consigue trasladar a setenta mil niños con el fin de que se alojen temporalmente con familias del norte y conozcan una vida diferente lejos de la miseria que los rodea. El pequeño Amerigo se ve forzado a abandonar su barrio y sube a un tren junto a otros niños del sur. Con la mirada acerada de un chico de la calle, Amerigo nos sumerge en una Italia fascinante que vuelve a levantarse en la posguerra y nos confía el relato conmovedor de una separación, de un dolor que marca a fuego, al tiempo que nos obliga a reflexionar, con delicadeza y maestría, sobre las decisiones que acaban convirtiéndonos en lo que somos.

Viola Ardone firma una de las novelas más sobresalientes de los últimos años: ha seducido a cientos de miles de lectores y a la crítica, cautivada ante una historia insólita, auténtica y universal que recuerda a las de grandes nombres como Elsa Morante o Elena Ferrante. Inspirada en hechos reales, la fuerza de esta red de solidaridad en tiempos difíciles ha hecho que esta novela se convierta además en un fenómeno internacional en veinticinco países.

Comentario: Muy recomendable.

A prueba de fuego de Javier Moro. Espasa narrativa. 19,90 €

Nueva York 1881: en uno de los barrios más populares malviven el pequeño Rafaelito y su padre, Rafael, un reputado maestro de obras valenciano que lucha por demostrar su talento en la gran urbe. Lo acecha la ruina absoluta. Pero gracias a su genio infatigable, ese hombre alcanzará fama y fortuna al construir los edificios emblemáticos que han dado su perfil a Nueva York. Javier Moro nos presenta al singularísimo Rafael Guastavino, un auténtico genio de la construcción que deslumbró a los grandes magnates norteamericanos, conquistados por las técnicas que empleaba en sus obras para evitar los incendios, el mayor mal de las megalópolis del siglo XIX. Tuvo una vida jalonada de éxitos: de su estudio salieron construcciones tan «neoyorquinas» como la Estación Central, el gran hall de la isla de Ellis, parte del metro, el Carnegie Hall o el Museo Americano de Historia Natural.Comentario: Para fieles.

NOVELA HISTÓRICA.

El declive de Fernando Martínez Laínez. Ediciones B. 20,90 €.

Las fronteras del imperio español se tambalean ante unos enemigos cada día más fuertes y mejor organizados. Con el propósito de aliviar la presión del ejército francés sobre Cataluña, los tercios de Flandes, con Francisco de Melo al frente, invaden el norte de Francia y sitian la ciudad de Rocroi.

En una batalla que parece ganada de antemano, los españoles se ven rodeados por las tropas del joven Luis de Borbón. Por primera vez, los tercios se enfrentan a una posible derrota, pero esta no será razón suficiente para que ningún soldado deje de luchar con la valentía y heroicidad por las que se convirtieron en leyenda. Esta novela recrea de forma magistral la fuerza y el carácter de los tercios de Flandes y culmina una trilogía en la que queda reflejado cómo se convirtieron en Historia.Comentario: Otra novela sobre los tercios (no los de cerveza).

CIENCIA-FICCIÓN.

El cielo de medianoche de Lily Brooks-Dalton. Blackie Books (Premio Pulitzer 2017) Traducción de Carles Andreu.

Augie es el último astrónomo en el Ártico. Todos los demás se han ido. Quedarse ya no es seguro, pero Augie no piensa irse a ningún otro sitio. Hasta que aparece Iris, una niña poco habladora y ajena al fin que parece acercarse, y las cosas cambian. ¿Cómo sacará a la niña de la región helada? Su única esperanza es una vieja radio, pero nadie recoge la señal…

Sully está́, junto a sus colegas astronautas, perdida en el espacio. La misión espacial Aether lleva dos años en órbita y ahora espera instrucciones para el regreso a Tierra. Salvo que esas instrucciones no llegan, solo hay silencio. ¿Por qué́ todo el mundo en la Tierra parece haber desaparecido?

Puede que, a estas alturas, Augie y Sully sean las únicas personas delante de una radio. Si tan solo consiguiesen contactar, tal vez lograsen ayudarse el uno al otro. Tal vez, con suerte, Sully e Iris podrían volver a casa. Y Augie encontrar la suya.Comentario: Para amantes de los apocalipsis… George Clooney hará película.

ENSAYO.

Ser feministasde Alicia H. Puleo (ed.). Cátedra. 15 €

Pensamiento y acción se unen y refuerzan mutuamente en el feminismo. Las consignas escritas de las pancartas y coreadas en las manifestaciones y los textos de las teóricas no son mundos separados. Por el contrario, son dos formas de la fuerza transformadora del mundo que llamamos «feminismo». ¿Qué puede ser mejor para festejar los 30 años de la Colección Feminismos que un libro aniversario en el que más de 40 autoras y autores de reconocido prestigio reflexionan a partir de lemas y citas que nos son familiares? En los últimos años, caracterizados por un nuevo auge del movimiento, estos lemas y citas circulan por las redes sociales y acompañan las movilizaciones del 8 de marzo y de otros momentos clave de las reivindicaciones de las mujeres ante la injusticia patriarcal. Un extenso tapiz que entreteje teoría y acción en la praxis emancipatoria se despliega desde el «Votes for Women!» de las sufragistas hasta los actuales «#MeToo, Yo te creo» y «Ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista». Citas y consignas famosas se vinculan a conceptos clave del feminismo que han ido emergiendo poco a poco por esa inmensa tarea conjunta. Este libro los recoge junto con inspiradas imágenes artísticas realizadas expresamente para cada uno de ellos, en un homenaje a quienes, desde el anonimato o la celebridad, desde el activismo o el trabajo intelectual, han sido y son capaces de superar los prejuicios sexistas y androcéntricos para asomarse al futuro de una sociedad más igualitaria, libre y justa.Comentario: Obra editada por una reputada feminista.

Críticos, monstruos, fanáticos y otros ensayos literarios de Cynthia Ozick. Mardulce. Traducción de Ariel Dilon. 15 €.

Tan sólo hace falta mencionar que aquí nos reencontramos con su increíble elegancia para la prosa de ideas, sus ironías ácidas frente a los lugares comunes de la época, su gusto por los autores que funcionan como puente entre la tradición centro-europea y la norteamericana, el humor judío y una erudición asombrosa.Comentario: Para seguidores de Ozick.

El día después de las grandes epidemias de José Enrique Ruiz-Domènec. Taurus. 15,90 €

El coronavirus ha despertado el presagio de que el mundo podría ser distinto, y hoy nos preguntamos con insistencia cómo será esa nueva realidad. José Enrique Ruiz-Domènec, un historiador clave, nos invita a mirar al pasado para encontrar las respuestas.

A la plaga que asoló el Imperio bizantino en tiempos de Justiniano y Teodora siguieron el primer esplendor del islam y el nacimiento de Europa. De la terrible peste negra del siglo XIV surgió el Renacimiento. Los contagios provocados por la llegada de los españoles a América en 1492, y la viruela que acabó con el Imperio azteca, propiciaron la creación de las bases de la construcción de una identidad latinoamericana reconocible todavía hoy.

Más adelante, en pleno siglo XVII, las pestilencias llevaron a Europa al borde del colapso, pero el espíritu revolucionario impulsó un mundo nuevo, ilustrado. Y finalmente la mal llamada “gripe española”, que desafió al confiado siglo XX, exigió una acción guiada por el conocimiento científico, artístico y literario.

Estos episodios generaron un nivel de angustia que hoy nos es familiar, pero, aunque hubo aciertos y desatinos, las sociedades supieron tomar decisiones a la altura. ¿Seremos capaces de afrontar de forma positiva las dificultades, tomando estos modelos históricos, y de vencer, una vez más, a una gran epidemia? ¿Cómo han encarado las sociedades el «día después» a las grandes epidemias de la historia?Comentario: Para los que gusten de la historia.

BIOGRAFÍAS.

Bécquer de Joan Estruch Tobella. Cátedra. 25 €

La leyenda de Bécquer no solo ha afectado a su biografía, que ha quedado convertida en un verdadero arsenal de tópicos acerca del «poeta del amor y del dolor», del «sentimentalismo casero». La mitificación ha distorsionado también la interpretación de sus obras. Durante muchos años quedaron silenciados todos sus textos políticos, porque no encajaban con la imagen angelical del poeta. Esta biografía sitúa esas actitudes en su contexto histórico. Hora es ya de releer las obras de Bécquer, limpias de falsos oropeles, con toda su complejidad, la de las obras maestras.

CINE.

Películas para la diversidad. Aprender viendo cine, aprender a ver cine de Íñigo Marzabal (ed.). Cátedra. 25 €

Partiendo de la idea de que la diferencia existe, pero que la alteridad se construye, la pretensión de este libro es la de ofrecer a formadores y personal docente, a madres, padres y alumnado de los últimos años de educación secundaria obligatoria, bachillerato y formación profesional básica un manual de apoyo susceptible de ser utilizado en eso que podríamos denominar como «educación en y para la diversidad». Pocas vías existen tan potentes como las narraciones audiovisuales a la hora de, precisamente, construir y expandir estereotipos y prejuicios sobre aquell@s que no se nos parecen. De ahí la necesidad de deconstruir esos relatos mediante el análisis de 20 películas que ponen en escena cuestiones como la discriminación por razón de raza o nacionalidad, de género u orientación sexual, de origen o religión, de estatus social o edad, de discapacidad física o trastorno mental.

El cine después de Auschwitz. Representaciones de la ausencia en el cine moderno y contemporáneo de Jaime Pena. Cátedra. 18 €

En los años del cambio del milenio aflora una tendencia cinematográfica de gran repercusión, sobre todo en el circuito internacional de festivales. Películas en las que abundan los largos movimientos de cámara, los paisajes desiertos y los personajes ensimismados, un «cine de la ausencia» cuyas raíces se pueden rastrear desde medio siglo antes en las imágenes de los campos de concentración; o más bien en la polémica filosófica y estética en torno a la representación del exterminio que culminará en Shoah (1985). La influencia de la película de Claude Lanzmann en los documentales posteriores es indiscutible (Chantal Akerman, Rithy Panh, James Benning), pero tampoco son ajenas a este debate las ficciones que experimentarán con formas similares (de Michelangelo Antonioni a Gus van Sant, pasando por Marguerite Duras o Tsai Ming-liang). Este libro rastrea estas dos genealogías que confluirán en los mismos años en que se produce la eclosión del cine digital y la globalización de la cinefilia.

ARTE.

Guía visual de la arquitectura en el Mundo Antiguo Prehistoria, Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma de Lorenzo de la Plaza Escudero, Javier Lizasoain Hernández y José María Martínez Murillo. Cátedra.

A lo largo de la historia y en todos los lugares han existido diversos modos de vida, de relacionarse, de sentir o de afrontar la muerte. El objetivo de esta obra es comprender, a través la arquitectura, cómo el ser humano se ha relacionado con el espacio que ha habitado, y cómo lo ha modificado y enriquecido a través de sus construcciones. El libro propone al lector conectar con la arquitectura y su contexto histórico a través del texto y las imágenes que lo acompañan. Está estructurado en cuatro partes diferenciadas: Prehistoria, Mesopotamia, Antiguo Egipto y Mundo Clásico (Grecia y Roma principalmente), cada una de ellas precedida de una breve introducción que explica su contexto temporal y cartográfico, lo que nos permite ubicarnos temporal y geográficamente en todo momento. Miles de personas han dedicado su vida a rastrear los restos, descubrirlos, catalogarlos o interpretarlos. Los autores de este libro han buceado en múltiples fuentes, conectando con los protagonistas a través de su legado y con la aportación de decenas de investigadores. Quede patente nuestro agradecimiento a esos estudiosos que, con su trabajo, han hecho posible esta obra.

Genealogías de la mirada de Agustín Sánchez Vidal. Cátedra. 30 €

Las imágenes distan de ser transparentes, están plagadas de sobreentendidos y códigos, tienen etimologías, dialectos y jergas. La visión no es solo un fenómeno óptico, implica también pactos y procesos sociales. La adopción de hormas mentales derivadas de la perspectiva renacentista o el empleo de artefactos como la cámara oscura o la linterna mágica estuvieron cargados de consecuencias. Y la enunciación de la mirada contemporánea supone suscribir, consciente o inconscientemente, un complejo aluvión de atavismos asentados en nuestro ADN cultural, desde Altamira hasta la Capilla Sixtina o las actuales pinturas callejeras. Este libro, profusamente ilustrado, muestra algunos de esos itinerarios. Por sus páginas desfilan Leonardo, Brueghel, El Bosco, El Greco, Rembrandt y Arcimboldo; Cervantes y Borges; Goya y Solana; Einstein, Escher y Moebius; Eisenstein, Orson Welles, Hitchcock, Pasolini, Godard, Buñuel y Dalí. Pero también otros eslabones menos conocidos, que han configurado nuestra vivencia espaciotemporal y hoy nos permiten trasvasar a las tramas audiovisuales las últimas teorías sobre el cosmos.

OTRAS LECTURAS.

Nosotras, enfermeras de Héctor Castiñeira (Enfermera Saturada). Plaza & Janés. 14,90 €

Este es el testimonio de una enfermera que luchó contra el coronavirus en primera línea, armada con una bolsa de basura y una mascarilla reutilizada. Pero, en realidad, es también la historia de todos los enfermeros y las enfermeras que plantaron cara al virus, esos a los que la sociedad llamó héroes, y por quienes aplaudía a las ocho, mientras ellos y ellas vivían con el miedo pegado a su espalda. Es el testimonio de sus lágrimas, temores y sacrificios, y a la vez de la inmensa felicidad que sentían cada vez que apagaban un respirador y entregaban el alta a un paciente.Comentario: Narración tipo periodística… con todo lo que ello conlleva.

¿Afectará la pelea por la disolución de IU al Gobierno?

Como se contaba en estas páginas hace unos días, la disolución de Izquierda Unida ha sido decidida por la cúpula del PCE con la consiguiente salida de la coordinación de Alberto Garzón. El ministro de Consumo tiene los días contados al frente de la coalición de izquierdas a la que él mismo ayudó a disolver en la inanidad, todo sea dicho. Enrique Santiago y Willy Meyer parecen haber pactado la fusión completa de la coalición –la única forma de incluirse en Podemos salvaguardando las siglas del PCE- entregando toda la infraestructura de sedes, fundaciones y militancia (cada vez más reducida por la actuación de sus dirigentes) a cambio de cuarenta monedas de plata (cargos para seis o siete).

Pablo Iglesias encantado porque obtiene, a cambio de casi nada, una infraestructura estatal que puede utilizar para intentar asentar Podemos en todo el territorio más allá de la militancia electrónica. Estar cerca de las personas físicamente, el sueño húmedo de Juan Carlos Monedero desde el comienzo de la aventura morada, se puede cumplir sin necesidad de esfuerzo económico alguno y sin depender de cesiones de espacios por las instituciones públicas. Paradójicamente, buena parte de la militancia podemita, que llegó abandonando IU, se preguntará si para este viaje eran necesarias estas alforjas. Pensarán que se ha perdido un tiempo maravilloso para haber organizado un partido “más formal y asentado”, el cual habría disputado en el momento cúspide con mucha más fuerza la hegemonía de la izquierda al PSOE.

Santiago, Amanda Meyer, Sira Rego y tres o cuatro más han decidido apuñalar a Garzón en las puertas del Congreso (aunque se duda que éste diga aquello de Tu quoque, fili mi?). Ahora que, no se dejen llevar por algunas filtraciones interesadas, la deuda ya estaba controlada, se entregan las armas a Iglesias a cambio de seguir en el machito. Dentro de IU sin lugar a dudas se va a plantar batalla a la decisión del PCE con la unión de diversos grupos que siempre se han mostrado contrario, incluso, a la unión electoral. Los apoyos que puedan reunir José Antonio García Rubio, Cayo Lara, Francisco Guarido y demás personas, a día de hoy, son muy estimativos porque en este caso no se trata de una unión electoral sino de la disolución práctica (desbordamiento dicen en tono cursi desde el PCE) y eso es harina de otro costal. Garzón por su parte, con lo poco que pueda reunir, sin duda intentará acercarse a esos grupos contrarios pese a haber sido quien los sacrificó en el altar del electoralismo. Un drama que irá de gira por España desde ya mismo hasta enero, si el coronavirus no lo impide.

Es una batalla interna de IU que a Podemos beneficia y, en principio, no perjudica –aunque quien con traidores se acuesta…-, por lo que Iglesias puede dormir tranquilo por ese lado. Si Santiago y sus compinches logran hacerse con el control mejor, pero si no lo consiguen tampoco habrá mucho problema pues el control mediático, saben en Podemos, lo tiene quien lo tiene. Ahora bien, esta pelea, con sus correspondientes puñaladas –como buen proceso congresual que es- ¿perjudicará al Gobierno?

Pueden plantearse varias hipótesis. La primera es que no afectará en nada porque dejar caer a Garzón e IU no desequilibrará la relación de poder. Si, como se rumorea, Garzón es candidato a salir del gobierno en una futura remodelación, que se dice ordenada por Bruselas para reducir gastos superfluos, su caída en IU hasta podría ser una buena noticia para el gobierno en general. Un tipo menos que aguantar y amordazado como diputado… o eso se piensa. En realidad, Garzón fuera del gobierno y de IU pasaría a ser, salvando las distancias, un Gaspar Llamazares para los medios de comunicación. Una especie de oráculo de los medios de derechas para señalar y punzar, en este caso, al gobierno de las izquierdas. Pedro Sánchez, tan preocupado siempre de la cosa mediática antes que de la práctica, debería pensarlo un tanto.

Una segunda hipótesis es que la bronca sea utilizada por la prensa de derechas -¿cuándo no ha aprovechado estas cosas?- para elevar a los altares de la ética, del compromiso constitucional al grupo contrario a Meyer y Santiago, haciendo perder apoyos al gobierno en general. Una salida de Garzón anterior a esa batalla incidiría en el discurso de la caverna sobre el carácter autoritario de Sánchez e Iglesias, los cuales serían vendidos como los ajusticiadores del repensador de la izquierda. De ser señalado como un republicano peligroso pasaría a ser una víctima “más” del dúo de dictadores que gobierna España –y la victimización suele funcionar-. Eso sumado a que muchas personas no entienden, ni comprende el porqué de esa disolución y ven en el monaguillo a un buen chaval, el perjuicio al gobierno en general sería plausible.

La tercera hipótesis es que Sánchez, una vez tenga presupuestos aprobados –lo que se espera en semanas-, trabe alianza con Garzón y Yolanda Díaz –que está muy callada al respecto, aunque sólo milita en el PCE- y eche un pulso al Iglesias para la renovación de los ministerios. Con esos presupuestos en la mano y con las encuestas a su favor frente a Podemos, podría incluso ir a elecciones generales en enero-febrero y así deshacer la coalición gubernamental y pactar de otra forma, seguramente sin inclusión de la formación morada en el consejo de ministros. Entonces ¿para qué habría servido la disolución de IU si ya no hay cargos que repartir? Es más, llegados a ese límite ¿se presentaría IU por su cuenta y riesgo a unas elecciones como piden los críticos y temen en Podemos?

Sin duda todo lo anterior es especulación sobre pasiones humanas y estrategias que, en un tiempo tan espectacular-veloz, pueden cambiar del día a la mañana. Lo curioso es que ideológica y programáticamente la disolución de IU en Podemos no haya tenido debate. Se asume que todo eso lo gestiona Iglesias y su gente mientras que los que llegan de IU sólo aspiran al cargo, a la prebenda, a salir cinco minutos en televisión. En el terreno de la praxis tampoco lo ha habido porque, como es lógico, ese desbordamiento es una fusión fría de la que ya se habló largo y tendido en estas páginas. El único giro en el guión ha sido que a Garzón le han acuchillado por el camino. Lo importante es que esto no acabe afectando al Gobierno que bastante tiene con lo suyo.

Aumento de los alucinógenos en la derecha española

Empieza a ser sospechosa la actitud de buena parte de la derecha española, no por la bravuconería, algo usual, sino por la distorsión constante que hacen de la realidad. La deformación de la situación más simple, esa que a ojos de cualquiera es la que es, sólo puede tener detrás dos opciones: ideológica o vinculada al consumo de estupefacientes. Ideológicamente, dicen desde la derecha, no están influenciados sus análisis. Son meras confirmaciones de lo que es usual hacer y decir. Si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace una visita a Bruselas para pelear por una serie de fondos necesarios para sacar a España de cueva económica del coronavirus, lo usual es que escape del control parlamentario. Si la Comunidad de Madrid esconde resultados de pruebas coronavíricas para bajar los casos, lo usual es pensar que las medidas que había impuesto el gobierno madrileño son eficaces. Lo usual, ya saben.

Esto que es precisamente usual en los medios de comunicación cavernarios, casi todos, no está condicionado ideológicamente según los propios actuantes y firmantes pero es la prueba más clara de una determinación ideológica. Siempre están de parte. Da igual para qué. Lo preocupante es, empero, lo que dicen y escriben respecto a otras cuestiones. Ahí, al no haber determinación ideológica, sólo cabe el consumo de sustancias psicotrópicas que afecten la comprensión de lo real, lo que conlleva también una actuación errática o extraña cuando menos. Debe ser que la correlación entre el aumento de consumo eléctrico y producción de marihuana en la Cañada Real también se vincula a las estupideces que se suelen escuchar y leer entre la derecha española. Excepto en algunos casos, que todos ustedes conocen, en los que venían ya así de fábrica, especialmente entre las huestes verdes.

Nada mejor que comenzar por Francisco Marhuenda. El que en su momento fuese denunciado como mamporrero del PP, lleva cerca de una semana escribiendo columnas de director que en todos los casos parecen influenciadas por el consumo de drogas –porque ya saben que lo ideológico no tiene nada que ver-, hasta la de ayer mismo donde interpreta una sentencia del Tribunal Supremo, en la que ratifica la condena al PP por el caso Gürtel, como la confirmación de que M. Rajoy no tuvo nada que ver, ni su partido se benefició de la trama corrupta para financiar las campañas electorales. Una de dos, o ha tomado alguna sustancia que le ha provocado la distorsión de la lectura de la sentencia, o ni la ha leído y se ha lanzado a escribir lo que le apetecía. Cherry picking que dicen los anglosajones.

Tampoco es ideológico el ver una pistola en vez un señalamiento desde la bancada postmoderna en la Asamblea de Madrid. O han jugado poco de pequeños a los vaqueros, o han tomado alguna sustancia que propicie elevar la imaginación al nivel del absurdo. Es el caso de portavoz del grupo del PP en la Asamblea, Alfonso Serrano, quien ha denunciado la “actitud chulesca y matona” de Mónica García, persona que habla con “bilis y sectarismo”. Señalar con el dedo ahora, según Serrano, es un “gesto amenazante” y por ello pide a Íñigo Errejón que castigue a la diputada y que esta misma se disculpe con los diputados y consejeros a los que ha señalado. El LSD seguramente provoque ver pistolas donde hay dedos y les invite a denunciar el gesto. Curiosamente, algo que callan en sus mensajes en redes sociales es el gesto de robar que realmente les ha dolido… aunque exista una sentencia corroborada que diga que sí, que en el PP han robado. Claro que El mundo que ofrece tal estupidez como noticia debe ser una tapadera de las triadas porque no se entiende salvo por motivos ideológicos o que sean el BOE del PP, algo que siempre niega su director Francisco Rosell.

También es sospechosa de vivir en el país de los elefantes rosas y los viajes astrales la presidenta de la Comunidad de Madrid. Isabel Death Ayuso, que está muy preocupada porque si se cierran los bares las personas se van a sus casas a infectar de coronavirus a las familias. Según esta mente preclara de la ciencia en los bares no hay posibilidad alguna de contagio. Son lugares donde las personas, una vez entran dentro, dejan de ser portadoras del virus, dejan de ser seres humanos abandonando el virus justo a la puerta. Un virus que se queda ahí hasta que llega una persona a la que se acopla para contagiar a las familias en las casas. Lo mismo sucede con los centros de trabajo donde jamás hay contagios, ni virus que entre. Se desconoce si existe algún fumadero de opio cerca de la puerta del Sol porque declaraciones así, no siendo producto de la ideología, no pueden ser otra cosa que producto del consumo de psicotrópicos.

Por último hablar de todos esos columnistas, todólogos y expertos de la confusión que, abandonando la ideología según reconocen –todos y todas dicen escribir en favor de la Verdad-, que vienen insistiendo en que en España está cometiéndose un cambio de régimen, un proceso hacia el autoritarismo o una dictadura encubierta de las fuerzas del mal. Curioso que muchos de ellos ya tenían esa conspiranoia en tiempos de Felipe González con los mismos argumentos, pero añaden el peligro socialcomunista (que también tiene efluvios de tiempos fascistas). Estas personas dicen que el PP “no bloquea” la renovación del CGPJ y que la ley que pretende el Gobierno sacar adelante es una clara demostración del totalitarismo que viene. No siendo lo ideológico, sólo pueden ser las drogas las que impidan ver que Casado no quiere renovar el CGPJ en estos momentos. Hasta en tres ocasiones, como el apóstol, ha negado al presidente la reunión para reemplazar a los vocales, los cuales han pasado con creces su período de nombramiento.

En este somero análisis se habrán percatado de una ausencia de la derecha, Pablo Casado. Como se dijo en párrafos anteriores algunas personas vienen así de fábrica y Casado es una de ellas. En su caso no hay influencia ideológica, ni consumo de sustancias extrañas, es así por naturaleza por eso lo que diga o haga no está mediatizado salvo por como es en sí. También podrían pensar que faltan personas de la izquierda, pero como desde la derecha ya acusan de consumir drogas de todo tipo a sus miembros pues no hay aumento del consumo, si acaso habrá un descenso del mismo. Más ahora que parece que en la derecha, por su poderío económico, se están llevando todo el material. Tampoco está el sospechoso habitual en pasarse de la raya pero como abandonó, con el rabo entre las piernas, la política de partidos, no hay que meter el dedo en la herida.

“En Madrid no hay subvencionados salvo Florentino Pérez”

En uno de los programas de la carroña mañanera, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha acudido a por su ración de peloteo. Todo con tal de malmeter contra el Gobierno central, demostrando una vez más que aquello del respeto a la división del poder territorial sólo vale cuando es el PP quien ocupa en máximo poder. Isabel Death Ayuso no sólo ha recibido su masaje de la lambiscona mayor del reino monárquico-pepero sino que ha tenido tiempo para atacar a su propio compañero de partido, Juan Manuel Moreno Bonilla, al afirmar que al contrario de lo que sucede en Andalucía, en Madrid acude la gente que no quiere vivir subvencionada… Una falta de respeto hacia los andaluces más por parte del madrileño-centrismo cultural y una gran mentira en realidad. Porque en Madrid, en la Comunidad de Madrid, esa misma que está bajo gobierno pepero desde tiempos inmemorables, no hay más que subvencionados.

En la mente de los muy mucho liberales del PP madrileño existe un mecanismo, que es insertado desde que se afilian o comienzan a trabajar para el partido, el cual les impide valorar el sentido del concepto subvención. Si es un empresario el que pide la subvención se llama fomento del emprendimiento. Si es un cargo del PP que está saltando del cargo público a la empresa pública, del ayuntamiento a la comunidad, de la comunidad al congreso, del asesoramiento al chiringuito cultural y así hasta pasar cuarenta años mamando del dinero público, se llama servicio leal al Estado. Un mecanismo curioso que suele ser insertado en otros cerebros de patronal, judicatura, columnismo-todología, siempre y cuando sean próximos a la derecha. Por el contrario cuando aparece una persona a exigir un derecho se le llama subvención.

Por ello, como oculta Death Ayuso, el mayor subvencionado es Florentino Pérez. ¿Recuerdan lo que sucedió con las autopistas cuando se rescataron? Subvención que fue al bolsillo del viudo con gafas. ¿Recuerdan que en vez de gestionar el hospital de campaña de IFEMA por parte de la Comunidad se entregó a Clece por 11 millones de euros y pagando hasta por un servicio que no se ofreció? Subvención que fue al bolsillo del señor de ACS. ¿Recuerdan todos esos servicios sociales que se han privatizado como casas de recogida de mendigos, por ejemplo? Subvención al bolsillo de Pérez. ¿Recuerdan todas esas obras innecesarias de restauración de oficinas, estaciones de metro, cocheras municipales o simplemente un parque (en barrio rico eso sí)? Subvención al bolsillo del dueño de Dragados. ¿Recuerdan esos hospitales gestionados con sobrecostes que algún día se supone volverán al capital público? Subvención al mismo de siempre, quien además hace negocio con ellos vendiendo la participación a fondos buitre. Más subvencionado que Florentino Pérez no existe en España ni una sola persona. Carlos Slim de FCC anda detrás, pero sin llegar al extremo del presidente de los españoles en la sombra, junto a Ana Botín.

Cuando la subvención cae en manos empresariales, como sucede con los ERTE, es patriotismo y emprendimiento. Menudo emprendimiento sin arriesgar un solo euro dirán algunos, sin embargo los liberales lo celebran como generación de riqueza. Falso, la riqueza ya estaba y se podría gestionar públicamente y sin degradar el servicio. La típica acumulación por desposesión que los economistas no liberales conocen perfectamente. Y verán que cuando lleguen los miles de millones de la UE, si es que llegan, no lo llaman subvenciones sino ayudas al emprendimiento o financiación para el progreso. ¿Por qué creen que está Pablo Casado zascandileando en la UE para que los fondos los controlen “organismos independientes”? Para subvencionar a las empresas amigas y que las PYMES y autónomos no vean un solo euro. ¡Hay que seguir subvencionando a Florentino Pérez y otros! Y luego se quejan que si George Soros financia medios como eldiario.es u organizaciones de la diversidad mágica. En el PP hacen lo mismo, salvo que suele salir beneficiada gente más casposa como Enrique Cerezo.

Eso por no hablar de las constantes subvenciones a la enseñanza del Opus Dei –cediéndoles terrenos públicos-, a empresas de educación privada, a empresas de sanidad privadas y siempre quitando recursos de lo público –que más que gestionado está abandonado por el PP-. Se podría decir: «En Madrid señora Ayuso hay más subvencionados que en Andalucía». Con una diferencia, mientras que en la región andaluza el dinero se reparte entre miles de personas, en Madrid se lo quedan siete u ocho. Por no hablar de los más de 300 militantes del PP que llevan casi toda su vida sin saber lo que es ganar una nómina en el sector privado, incluyendo a la propia presidenta. Subvencionados. Vivales de la mamandurria. Y todo esto, porque interesa y mucho, siempre ha silenciado por los medios de comunicación cavernícolas… ¡Ah! ¡Espera! Que también están subvencionados por el PP de la Comunidad de Madrid.

Esto que sucede en Madrid, se repite milimétricamente en el resto de Comunidades gestionadas por el PP. Con empresarios regionales o con el viudo con gafas que siempre está.

No cambiarás una ley que te pueda perjudicar a futuro

Existe una máxima en política: “Nunca cambiarás una ley política que pueda volverse en tu contra”. Esta máxima que no es producto de la especulación, de la imaginación o del voluntarismo sino de la práctica política de siglos parece que no la conocen en Moncloa, ni en el Grupo Parlamentario del PSOE. Es una máxima que aparece en los intersticios de El príncipe de Nicollò Machiavelli, ese libro que dicen todos los que están en los altos cargos haber leído con fruición… Ahora se entiende que leer, lo habrán leído, pero no lo han entendido. Son más de memes y de frases hechas, cosa que el escritor florentino desconocía y, como buen materialista, hubiese utilizado para amansar a las multitudes.

El PSOE y Unidas Podemos han presentado una proposición de ley orgánica a fin de cambiar el método de selección de los vocales del Consejo general del poder judicial (CGPJ) y así pasar de la elección con la aprobación de 3/5 del Congreso a mayoría de la mitad más uno. En el caso de la coalición morada es obvio que tiene un interés temporal, del ahora mismo, para poder colocar a más de sus peones judiciales en el órgano de dirección de la judicatura. Con ese cambio legislativo podrían obtener dos o tres mientras que con el sistema aún vigente optarían a uno (lo mismo que tiene IU del último cambio cuando mandaba Cayo Lara). No hay que irse a especulaciones peregrinas como las mantenidas por la derecha mediática sobre el intento de Pablo Iglesias de cambiar los jueces para que no le imputen por sus cuitas en el “caso Dina”. Si le tienen que empurar lo harán y si se pide el suplicatorio el Congreso lo dará. Como son conscientes de que eso no va a ocurrir es algo menor, no descartable en el fuero interno, pero menor. Ahora bien tener unos cuantos electos de su cuerda hoy mismo, en previsión de lo que pueda ir mal a futuro, seguro que es lo que les mueve.

En el caso del PSOE, que es el que realmente interesa como partido con aspiraciones a gobernar en cada elección, es un error terrible dejarse llevar a ese cambio en una ley política que en el futuro puede ser perjudicial a sus intereses de partido. Actualmente, con la mayoría cualificada, cualquier máximo dirigente del PSOE tiene garantizado estando en la oposición optar a un cupo bastante nutrido de vocales. Si cambia la ley y vale la mayoría de la mitad más uno de los votos se puede encontrar con ningún candidato o candidata propuesto. Hasta el momento se repartía, más o menos, proporcionalmente a los escaños y cediendo los dos grandes partidos unos puestos a las minoría mayoritarias representadas en el Congreso. Cambiando la ley el partido que reúna una mayoría suficiente se quedará casi con todo el pastel.

Piensen que hoy cambian los vocales pero las siguientes elecciones gana la derecha mediante una alianza PP, Ciudadanos y Vox. Con obtener 176 escaños entre los tres podrían cambiar las vocalías y repartírselas entre esos tres partidos. Peor aún, que el partido vencedor fuese Vox y optase  a la mayoría de las vocalías y dejase el resto para los partidos que le apoyan. Ni un solo miembro del sector progresista. Todos rancios jueces que miran antes a la biblia que al código civil, a la posición de clase antes que al código penal, al carné del partido antes que al estatuto de los trabajadores… Habría proporcionalidad (incluso darían un vocal a los cántabros, a los asturianos y a los carlistas navarros) y todo un CGPJ más vetusto que las ruinas romanas de Mérida.

¿Van comprendiendo la situación? Ustedes seguramente, Iván Redondo y sus miríadas de asesores ni la han visto venir. Y qué decir del Grupo Parlamentario del PSOE donde Rafael Simancas, que dice saber mucho –de aparaterías y cerraduras bastante-,  tampoco lo ha visto venir. Están tan absortos en sus propias mentiras e idealismo que han descuidado algo tan simple como hacer una proyección a futuro, una simple simulación de escenarios posibles. Pedro Sánchez está a punto de proponer un cambio legislativo que podría perjudicar a su propio partido en un futuro no muy lejano. Tantos asesores, tantos bien pagados, tantos colegas colocados en cargos para no percatarse de algo tan sencillo y tan peligroso. Salvo que piensen, y por ello habría que internarles, que van a estar en el Gobierno para siempre, ese cambio perjudica políticamente al PSOE. De primero de política práctica.

Es terrible escribir esto cuando en realidad hay mecanismos democráticos, mucho más democráticos, que podrían utilizarse para la renovación periódica del CGPJ y que no tienen que ver con la votación directa de las personas que componen el poder judicial, tal y como se explicó aquí. Que el poder político debe tener un mecanismo para controlar al judicial, siguiendo la estela del espíritu de Montesquieu (otro al que citan todos sin haberlo leído, ni entendido), sí. Que el cambalache actual no se sostiene, también –aunque en otros países es casi peor el mecanismo de selección, como en EEUU-. Pero una vez que el sistema es el que es, lo suyo es que un partido que se autocalifica de Gobierno no se haga el harakiri cambiando una ley para ganar hoy lo que mañana puede perder. Y los listos de Moncloa y el grupo parlamentario intentando dar lecciones. Debe ser que piensan jugar al ajedrez sin fichas o no tienen ni idea.

En defensa de Page y la tradición del PSOE

Cada vez que el presidente de Castilla-La Mancha hace uso de la palabra para defender el orden constitucional vigente, incluyendo a la monarquía, se alzan las voces que intentan acallarle no sólo desde posiciones casi inexistentes en su región, sino desde su propio partido. Si sale en un video piden directamente que se le queme en la plaza pública con capirote en la cabeza. En el seno del propio PSOE le juzgan y condenan y piden de todas las formas posibles su expulsión del partido. Algo que contradice lo que era el pablismo, la tradición del partido y la propia historia del partido más antiguo de España. Bien por desconocimiento, bien por cuitas personales, se acaba intentando que no hable y si lo hace que lo haga fuera de las fronteras del partido, con él al exterior se entiende.

Emiliano García Page no sólo tiene el derecho sino la fuerza de la tradición socialista detrás para hablar como lo hace. Tiene el sentido democrático que parece haberse extinguido en el PSOE. Tanto como para hacer de los años del felipismo, con Alfonso Guerra como controlador, la panacea democrática. A Felipe González se le dijo, a la cara y en los medios, que nanay la OTAN, que nanay la reconversión industrial, que se apoyaba la huelga general, que el GAL era una vergüenza, que sus propuestas económicas estaban más a la derecha que las del papa Juan Pablo II. Evidentemente hubo alguna que otra purga, alguna que otra separación de los cargos, pero existía el debate cuando menos. Y para qué hablar de los años anteriores a 1979. Peleas dialécticas entre Besteiro, Prieto, Araquistaín, De los Ríos, Largo Caballero, tercerinternacionalistas, socialdemócratas, etcétera. Si algo ha caracterizado al PSOE, además de su carácter ácrata o porculero, era el debate en plena libertad.

Esa tradición parece haberse esfumado (así lo cuenta el escritor Daniel Múgica) a la vez que se ha instaurado un ordeno, pienso y mando donde no caben ni matices diferenciales. Ya piensan otros por todos. Agrupaciones cerradas o sin actividad –no sólo por el Covid-19-, aclamación constante en los órganos de dirección, comités que sirven para aplaudir antes que debatir y silenzio stampa. Defender el posicionamiento de García-Page, aun cuando se discrepe con él en lo que pueda decir, es un acto democrático y de lucha por el debate. En el momento en que haya un debate serio, con fundamento, sin memes y se tome una decisión se puede pedir a la militancia cierre de filas, pero si no se deja hablar y al que discrepa, acertada o erradamente, se le condena igual es otra cosa y no un partido socialista.

¿Están de acuerdo con estas palabras del presidente manchego: “el debate no es entre monarquía y república, el debate de verdad es entre los que estamos por el pacto constitucional, por la estabilidad, por la lealtad con lo que decidió el pueblo español por la normalidad democrática o por los que cifran sus expectativas políticas en poner todo patas arriba”? Todos los que quieren que la república se implante ya ¿han visto la relación de fuerzas? ¿Han pensado que llegaría una república burguesa similar o peor a lo que existe en la actualidad? ¿Han calculado que más de 40% de los votantes del PSOE no apoyarían la república? Que está muy bien hacer el activista en redes y defender principios democráticos pero si se carece de análisis concreto todo lo demás es idealismo. Es pensar que se tiene la verdad absoluta y que esa se debe imponer a los demás porque sí. Así muchas personas que puedan disentir de la línea oficial, sin tener abiertos los canales partidistas, con un reglamento hecho para acabar con cualquier discrepancia, acaban callando. Incluyendo los que tienen algo de poder institucional o partidista. Bien por pusilanimidad, bien por carecer de opinión, bien por “no me voy a meter en esa batalla que bastante tengo con lo mío”, todos suelen callar. Por eso cuando sólo hay uno que habla choca, aunque haya muchas personas que piensen igual o parecido.

La máxima más acertada sobre la libertad de expresión, o sobre la libertad en general, la produjo John Stuart Mill: “Si toda la humanidad menos una persona, fuese de la misma opinión y una sola persona fuese de la opinión contraria, la humanidad tendría justificación en silenciar a esa persona, así la sola persona, si tuviera el poder podría justificar a la humanidad” (Sobre la libertad). Intentar callar, por las buenas o las malas, a García Page no supone un avance en favor del progreso o del socialismo, sino un baldón porque socava el mínimo de libertad que debe existir, más en un partido político en el que se autocatalogan de socialistas. Se puede discrepar de su postura pero no impedir que la tenga y la exprese. Ni sobre él, ni sobre nadie evidentemente. Porque en los últimos tiempos se señala a Madina, a Carmona, a Díaz, a cualquiera que discrepe de los deseos de la dirección. Dentro de un partido que en cien de sus 140 años se ha situado en el posibilismo monarquía-república, que haya alguien que defiende el orden constitucional incluyendo la monarquía es hasta normal.

Los amanuenses de Gil preparan la escena del crimen

Si ustedes poseen cuenta en la red twitter vayan a la historia de @loloutlaw y recojan todos los memes que quieran con el eslogan “No va a venir nadie”. Así podrán utilizarlos hasta el mes de enero en relación al no-fichaje del Atlético de Madrid pese al clausurazo de Thomas Partey. Porque venir, pese a los rumores de supuestos intentos por dos jugadores, no va a venir nadie como explican los amanuenses al dictado de Miguel Ángel Gil.

Las explicaciones se mezclan unas con otras para que no se noten demasiado las “órdenes” de la superioridad. En unos casos se habla de la deuda, en otros de canteranos disponibles y que vienen a ser el sucesor de Maradona o poco más y en lo últimos la resignación del Cholo Simeone que es consciente de todas las premuras y pesares que rodean las cuentas de la SAD. De momento, en un caso para guardar enmarcado, se han atrevido a señalar que por culpa del Covid-19 esta temporada ha habido 115 millones de pérdidas. Lo que puede ser cierto pero que suena a excusa cuando el desarrollo del artículo va por otros lares. En otras palabras, que no habrían ofrecido esa cifra, la podrían haber ocultado como hacen en otras ocasiones, de no haber ingresado la cláusula de 50 millones.

Una deuda que jamás se paga. Desde los tiempos de Vicente Calderón, pasando por Alfonso Cabeza y todo el gilato la deuda no ha hecho más que aumentar. Pese a que se vendió el Calderón en una operación que calificaron de maravillosa para acabar con la deuda por esas mismas personas creada, pese a la constante venta de jugadores con potencial o estrellas, pese a haber invertido sólo 17 millones de euros en la última década, pese a todo eso la deuda sigue estando presente y amenaza toda planificación deportiva… o eso al menos no hacen creer desde las columnas de los amanuenses del gilismo. Leer esas cosas no debe gustar a Carlos Slim, principal acreedor de la SAD, pero es mejor dar una mala imagen que asumir la incapacidad manifiesta de los gestores. Esos mismos que en dos o tres semanas aparecerán en sus programas nocturnos de radio a que les hagan el lavado de cara. José Ramón de la Morena ya comenzó al advertir que esos “50 millones les vienen mejor al equipo que a los fichajes”.

El problema viene cuando los amanuenses acaban diciendo la verdad sin querer. En un artículo en Marca directamente dicen lo siguiente: “Con el dinero que dejó el Arsenal en las arcas del club hay que pagar las fichas de los jugadores que han ido renovando al alza en los últimos años”. Deben tener un problema gordo de flujo de caja para tener que destinar ese dinero a pagar la nóminas de los jugadores y del CEO, porque siempre ocultan los buenos millones que se lleva Gil (¿Se habrá apuntado al ERTE o bajado el sueldo?). Por eso nos dicen, en el periódico del viudo con gafas, el recambio a Thomas ya está en el propio equipo, gracias al fichaje que han hecho de Ismael Gutiérrez. Y el escribiente, que jamás dirá como Bartleby “prefiero no hacerlo”, vuelve a decir una verdad sin darse cuenta: “Así, quizá es momento de mirar parar abajo. Al igual que en la Selección no le tiembla el pulso a Luis Enrique para poner a jóvenes como Ansu Fati o Ferran Torres, no sería raro que Simeone pudiera contar con Ismael Gutiérrez para las citas que vea conveniente”. Traducido, a Simeone no le queda otra que tirar de cantera porque no va a venir nadie.

Lo mismo sucede con el otro medio capitalino, el controlado por la dueña del Santander, donde mezclan el “agujero económico de la pandemia”, con la recuperación –que parece más utopía- de Thomas Lemar y con tirar de la cantera. En el aspecto de lo económico, más allá de la pérdida por la ausencia de conciertos, se intenta dar un contenido social por las pérdidas que ha sufrido el barrio… Intentan que no se recuerde que en realidad tan sólo quedaban siete partidos por jugarse en el Metropolitano y que eso no suma 115 millones. Y si en Marca situaban a Gutiérrez como eje del equipo, a falta de refuerzos, en AS señalan a Simeone que no debe olvidar a Germán, el delantero estrella del filial. Visto que Šaponjić no tiene nivel y que los otros dos delanteros son veteranos, mejor que vaya preparando al chaval para ganar la Champions que exigirán en sus columnas de opinión. Y por el camino hay que recuperar a Lemar, entre otras cosas, para venderlo en enero a ser posible y que entren euros en la caja. Lo del francés se ve que es prioritario en el palco porque Mundo Deportivo también insiste en el tema.

En estos días que quedan hasta que realmente el Atlético no pueda fichar, marearán con unos jugadores u otros. Unos días será que Campaña mata por llegar a vestir la rojiblanca. Otros días se comentará que Meriton acepta cobrar 11 millones por Kondogbia ya que tiene que sanear las cuentas para vender su paquete accionarial. Y así hasta que pase el tiempo y nadie se acuerde de que existía la posibilidad de fichar a alguien. Si los resultados acompañan medianamente, si Torreira gusta, si João Félix hace diabluras y no se pierden partidos, no vendrá nadie. Salvo que el equipo no tenga algún que otro traspié, no se fichará. Eso sí, la campaña contra Simeone del cocinero y el descendido en el trabajo no cesarán porque también son necesarias para el palco. Mientras se ataca al entrenador no se ataca a los dueños. Por cierto ¿han visto que al portugués su seleccionador le pone en banda y nadie protesta? Un nuevo crimen en el Atlético de Madrid… con los sospechosos habituales.

“¡Viva el rey!”, último acto de la ópera bufa de España

Problemas de los españoles y las españolas.

1. Pandemia de coronavirus.

2. Relaciones laborales inestables y precarias.

3. Economía desfasada y pobreza real.

4. Discriminación y violencia de género.

Los problemas que se reflejan con anterioridad son reales. Afectan a la materialidad de la vida de las personas. Están ahí. No se pueden obviar… Salvo que sean la clase dominante española, incluida la troupe política, que está a otras cosas mucho menos preocupantes. Un nutrido grupo de intelectuales, empresarios, políticos, ex-políticos y personajes de la farándula han concertado un video en defensa de Felipe de Borbón, o de la monarquía, o de la Constitución, o de las tres a la vez –pues no queda muy claro qué defienden en realidad- en respuesta a los ataques que la persona, la institución, la transición o “vaya usted a saber qué” ha recibido por parte del conglomerado del 12% de Unidas Podemos. Un video al que acompaña, como no podía ser menos, un casi especial de ABC en defensa de Borbón, la monarquía, la constitución, el Estado o “vaya usted a saber qué”.

A algunos les ha sentado mal que Emiliano García Page estuviese en el vídeo, a otros que se pueda hacer un vídeo así y a otros pues les molesta porque les molesta todo, hasta que Rafael Nadal vuelva a ganar Roland Garros. Será que no han leído las siguientes palabras del manchego que hoy se publican en numerosos medios de comunicación: “Amanece un nuevo 12 de octubre y aunque este año el coronavirus se empeña en pintar todo de un tono diferente, uno más gris y apagado, tengo el convencimiento de que el carácter cálido, el coraje y la pasión de la ciudadanía española contribuirán a volver a pintar nuestros días de rojo y gualda. Unos colores con enorme significado para todos aquellos que nos sentimos españoles de corazón, ya que en el fondo lo que simbolizan es la unidad de España, que es la que garantiza que cada ciudadano o ciudadana de este país, con independencia del territorio en el que haya nacido o en el que viva, pueda ser igual a cualquiera de sus compatriotas”.

En realidad no es más que otro acto, se espera que el último, de la ópera bufa en que han convertido a España unos y otras. Los problemas reales, lo acuciante, lo vital queda aparcado tras el escenario para poder representar una obra que intenta ser emotiva pero que, de seguir así las cosas, se quedará sin público asistente. Unos por muerte coronavírica, otros por muerte por hambruna. Si unos, como se criticó aquí, se lanzan a la búsqueda de una república –para la que no han hecho pedagogía, no han representado los supuestos valores republicanos, para la que no han presentado una formulación clara-; los otros acuden a rancios pensamientos, en muchos casos, para defender el sistema que dicen está amenazado. Mientras tanto españolas y españoles mirando absortos la mala obra que les han preparado. Igual es una acción de fomento de la lectura porque, salvo eso, no cabe la menor duda de que entre asesores áulicos y demás patulea están ofreciendo una paupérrima representación teatral.

Los republicanos.

A causa de la corruptela del Borbón emérito, algunos han creído ver la posibilidad de traer una república a España. O ¿será que con esta táctica están tapando su mala gestión gubernamental? ¿Será que ante la asunción de la ideología dominante (burguesa) intentan, más allá de sus cuitas de la diversidad, taparlo con republicanismo de andar por casa?

Paradojas 1. En la mayoría de los casos, el grupo de los republicanos, lo primero que hacen es no actuar bajo los principios del republicanismo que dicen defender. Da igual el partido de izquierdas que usted valore (en los de derechas más), la democracia interna es un bello sueño de las noches de verano donde todo puede pasar. Mediante primarias, votos electrónicos y reducción de la posibilidad del habla en los partidos sólo queda una opinión, la del jefe o el asesor de turno, y las palmas del resto. Estas personas son las que dicen que es más democrático elegir un presidente de la república –o no, según el tipo de república que se elija- que un monarca impuesto. Sin duda es más democrático elegir que no, pero en la práctica puede llegar a ser más peligrosa. Juan J. Linz ya estudió esto hace muchos años y quien lo desee puede acudir a sus textos para comprobarlo.

Paradojas 2. Personajes de la política, porque en el caso de Íñigo Errejón su situación es casi de político ya casi inactivo, aducen que es algo reaccionario, antiquísimo defender la monarquía constitucional. Es más señala que, al ser la derecha la que defiende la monarquía y el sistema surgido de la transición, la institución ya es de parte, no de todos. Un doctor en Ciencias Políticas diciendo que la monarquía es de parte a la vez que pide que la izquierda apoye la llegada de una república –en su caso de los significantes vacíos, el agonismo, los sentimientos, la compra-venta de bebés y arriquitaun-. No se lo digan que igual él mismo llega a la conclusión. Luego se extrañará que no le voten ni sus padres. Como se comentó en estas mismas páginas sin pedagogía y con frentismo se acaba destruyendo las posibilidades de una república de todos y haciendo una monarquía de parte. Salvo que quieran una revolución… Vale, no es bueno poner chistes en cosas serias.

Los monárquicos.

Paradojas 1.  Aquellos que están todo el día con la defensa de la libertad en la boca –casi siempre en términos económicos para que la mano invisible, ese espíritu de la historia inexistente, actúe-, acaban defendiendo que no exista libertad para la ocupación de la jefatura del Estado. Estas personas te contarán que si se esfuerzan, si emprenden, si se superan día a día podrán lograr lo que sea, salvo ser jefe del Estado en España. Algo que queda reservado, y lo esconden de esa forma, para un linaje por intermediación de la tradición, la fantasía o “vaya usted a saber qué”.

Paradojas 2. Defender un sistema porque sería mejor que una república, según comentaba ayer en ABC Almudena Martínez Fornés, es un supuesto apriorístico indemostrable. Una república puede ser tan buena o mala como una monarquía constitucional dependiendo de cómo se estructure, cuáles sean los contrapesos a los poderes -incluido el económico que a esta gente se le olvida en demasía- y cuáles las reglas del juego. Parlamentos existían en España pero no había democracia. Parlamentos existían en dictadura y no había democracia. Parlamentos bajo monarquías ha habido a lo largo de la historia pero no era democracia. Apriorísticamente no es mejor una monarquía constitucional que una república democrática y viceversa. La caspa intelectual hay que dejarla antes de ponerse a escribir.

Mediocridad 1. El famoso vídeo que, ni editado por el enemigo, puede ser peor, como bien ha señalado Edu Galán, no servirá para sumar dos apoyos más a la causa monárquica, ni para restarlos como cree Manuel Mata. Es verdad que para ser algo medio organizado ha quedado cutre y con una serie de personajes que la mayoría de los españoles ni conocen. Igual haberle puesto debajo el nombre y lo que hayan hecho en su vida hubiese sido una buena idea.

Mañana nadie se acordará de ello porque la pantomima del espectáculo pasará a los pleitos judiciales del PP, de Pablo Iglesias o de la novena tontería que las aves carroñeras de la mañana generen. El problema de fondo, hablando en términos ideológicos, es la sensación que se está generando en España de estar ante un Estado fallido. En la izquierda se dice cuando jueces del sistema realizan actos judiciales que no gustan. En ese momento se habla de Estado fallido. También cuando se quiere actuar contra una Comunidad Autónoma y se necesitan recovecos jurídicos y legales. A sensu contrario, la derecha habla de intento de Estado fallido porque el Gobierno socialcomunista intenta poner a su disposición a los poderes del Estado. Básicamente dicen eso del poder judicial, mientras olvidan que gracias al ser de los suyos algunas cuitas pasan por el tamiz de lo evanescente –como es el caso del máster de Pablo Casado-. Así algunas personas entenderán el porqué de la libertaria María Blanco cuando afirma en el vídeo que es republicana pero lanza su viva al Borbón. Una disputa teatral en la que al final del todo los que acaban mal son los españoles. La izquierda llama fallido lo que no es más que una dictadura de clase, que se decía antes; por la apropiación de todos los poderes estatales por parte de la clase dominante, en sus distintas fracciones. La derecha cuando habla de fallido sólo está defendiendo sus intereses de clase… como toda la vida.

Son personajes, además, mal trabajados por los autores. Sin personalidad. Con un diálogo banal, flojo, mediocre, lleno de lugares comunes… En toda esta ópera bufa no habrán encontrado, en los actores y actrices protagonistas, un discurso con valores, con ética, con republicanismo o tradicionalismo, con discrepancias fundadas… No es más que un “y tú más” espectacular que deja indiferente al espectador. Incluso le produce sonrojo y aversión. Una más de la política de instagram o youtube  donde se acaba escondiendo la realidad material, el gran problema de todos los españoles (republicanos, monárquicos y medio-pensionistas), donde la ideología dominante no sufre ni un mísero arañazo, donde no hay prácticas de transformación sino sumisión total al orden establecido. En los márgenes que permite la clase dominante es donde hace aparición esta ópera bufa porque a los poderosos que exista o no una monarquía les trae sin cuidado si en la alternativa también mandan ellos. Pero hoy, en España, el problema lo tienen las personas del común.

¿Cómo se ha llegado a esto?

Abundan entre las personas las típicas consignas sobre una clase política a la que se acusa de mediocre, incapaz y que sólo vive pensando en su futuro y no en el general. Exageradas muchas de ellas, especialmente las que se hacen desde una supuesta superioridad metafísica, no dejan de ser reflejo de un malestar generalizado. Salvo los muy advenedizos que se aferran lo maravilloso que es lo que hacen los suyo, la mayoría de las personas asisten perplejas ante el auge del fascismo, el vandalismo, la negligencia sanitaria y el agonismo de la dirigencia política. Parece que todos son buenos o malos dependiendo del color o del personaje al que se siga. Al que se enfrenta a esto con claridad, raciocinio y posicionamiento ideológico se le califica de reaccionario; al que se enfrenta a esto sin posicionarse claramente se le califica de equidistante; al que se enfrenta a esto desde dentro de un partido o colectivo se le califica de traidor; al que apoya todo esto se le califica de héroe o similar.

El desarrollo de las redes sociales, que sirven de amplificación a lo expuesto en los medios de comunicación, ha generado ese agonismo del bueno y el malo que tan nutritivo es para las posiciones populistas. De hecho, a día de hoy, se puede decir sin caer un grave error que todos los partidos son populistas en sí. Y es que a los medios de comunicación les viene bien ese tipo de banderías, de lenguaje bélico, de tramas cortas, de estupideces y juegos de artificio, de estrategas políticas de la nada, porque el formato televisivo –que es el que sigue mandando- sale ganando con la frase, con el chascarrillo o con la nimiedad hecha supuesto pensamiento político. España está en una fase de masa abierta (o masas abiertas) donde cada masa (de parte) intenta acoger en su seno a la mayor parte de las personas que puedan para cerrarse y percutir contra otras masas. Así los fascistas vienen calentando el terreno con sus recuerdos de las batallas del abuelo. Gracias en parte a que a la izquierda parece venirle bien esa bandera de lucha antifascista para captar más personas a su masa abierta. Populistas que acaban fagocitando cualquier atisbo de análisis medianamente materialista, medianamente racional, medianamente centrado en lo que ocurre en la realidad.

Se quejaban ayer diversos cargos del PSOE de Madrid que todo lo acontecido en la Comunidad era producto de una guerra entre Iván Redondo, el camarlengo monclovita, y Miguel Ángel Rodríguez, el Fouché de la puerta del Sol, para ver quién la tiene más larga. Y no les falta razón porque ese es el juego de la mayoría de los partidos en la actualidad, ver quién la tiene más larga. Sin embargo, siendo en parte culpa suya por no intentar revertir la situación, es el contexto en el que se está librando el juego de la política el que acaba configurando esa batalla entre populistas que perjudica, realmente, a las personas. No es por carencia de inteligencia de las personas que ocupan los altos cargos de la política, salvo algunos casos que todo el mundo conoce, el no cambiar las tornas, es por exceso de egolatría que les viene bien que el juego tenga las reglas que acaban dictando unas empresas que tan sólo buscan su beneficio económico. Lo normal bajo un sistema capitalista, por otra parte. Y cuanta más bronca, cuantos más mensajes simples, cuanto más agonismo mejor para incrementar sus emolumentos.

Muertos los últimos vestigios de la “política clásica” -léase Mariano Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría, Eduardo Madina, Alfredo Pérez Rubalcaba, Izquierda Socialista, Cayo Lara, etcétera- sólo queda la política Instagram. De hecho, aquellos dirigentes políticos que quieren separarse de este tipo de “política de ya mismo”, del qué dirán en el siguiente conciliábulo de todólogos, acaban siendo catalogados, a izquierda y derecha, de traidores, timoratos o del antiguo testamento. Hoy la política está en manos, más que nunca, de quienes son los poseedores del teatro de lo espectacular y de los guionistas que existen detrás de cada dirigente político. Y quienes califican todo esto de mediocridad –que en sí no lo es, sino que es la fórmula que lleva tiempo implantándose- no son más que los actores secundarios que quieren vivir del espectáculo y hacen su interpretación “estelar” para cobrar un buen puñado de euros. Una gran pantomima que se puede revertir, desde luego, siempre y cuando los actores principales deseen. Cuestión bien distinta es que ese sea su deseo pues han llegado a los grandes nombres del cartel gracias a este tipo de política.

Mientras tanto el fascismo, la extensión del odio al otro por cuestiones políticas, van campando tranquilamente. Desde luego por el apoyo que tienen desde la derecha política, intelectual y mediática. Les ocurre a este gran grupo como al PNV con ETA, que pensaban que algún dejarían de matar y de amedrentar porque, al fin y al cabo, “son de los nuestros, comparten nuestros mismos propósitos”. Eso le sucede al PP, a Ciudadanos, a El Mundo, ABC, La razón, Antena 3, Telecinco, La sexta…, que piensan parecido a los fascistas de Vox y suponen que algún día pararán. Total, como pasaba en Euskadi, “matan a los otros pero no a mí”. El problema es que, como ha demostrado la historia, a los primeros que acaban matando los totalitarios es a los suyos para quitarse posibles críticas. Ya cayeron Albert Rivera y panda de secuaces, en nada podría pasarle a Pablo Casado o a quien le sustituya. En el lado contrario se lo toman muy en serio, no creen que esas personas con las que toman café y hacen risas en el parlamento vayan a ser tan peligrosas. Hasta que toman el poder y no dejan uno vivo.

No sólo les hacen el caldo gordo dándoles toda la publicidad posible los contrarios, sino que piensan que esa supuesta lucha antifascista, a día de hoy, acaba llenándoles el bolso de los votos. Y no, hasta el momento no han llenado nada y dejan imágenes de que a la clase trabajadora se la aporrea y a la dominante no. Con suerte ha servido para no vaciarlo. Porque lo que manda es vender una actuación que, en tiempos pandémicos, está diezmando al público asistente y pareciera que no le importa a ninguno de los actores y las actrices. Gracias a la utilización de diversos eufemismos dicen que están ciudades confinadas cuando realmente están perimetradas porque dentro se pueden contagiar tranquilamente yendo al trabajo, tomando una cerveza o comprando en el supermercado.

Cuando alguien hace un alegato ideológico –no se crean a esas personas que ahora hablan de lucha de clases y demás porque toca en Madrid-, del tipo que sea y en el ámbito que sea, se le ataca porque está señalando a todo el andamiaje del espectáculo. Cuando alguien pide que se centren todos y todas en la gestión y dejen sus batallas infructuosas, lo que significa tomar parte, se le pide silencio porque todo es mucho más complicado –esto lo dicen quienes simplifican todo al final paradójicamente-. Cuando se señala que la política actual ha perdido sentido, orientación, verdad de palabra y certezas dentro de la niebla del imperialismo capitalista, se le califica de reaccionario que no sabe adaptarse al nuevo contexto –hacer el tolai en las redes sociales no es un nuevo contexto, es hacer el tolai; tragar con los medios de comunicación no es un nuevo contexto, es tragar con los medios; carecer de ideas y esperar que otros te las den no es un nuevo contexto, es carecer de ideas porque lo único que te preocupa es mantenerte en el cargo y lo mejor es no pensar-.

¿Cómo se ha llegado a esto?

No culpen a la clase política –resulta cándido ver a algunos personajes de la política decir que no son clase a la par que se agarran al escaño con una uñas que ni el hombre lobo-. En ella hay de todo. Personas inútiles que han llegado allí por ser unos meros lambiscones. Personajillos que han aprovechado la cuota de la diversidad para ascender dentro de los partidos sin aportar nada, salvo salir en defensa de su “minoría oprimida” (¡a la mayoría oprimida que le den!). Personas cultas, inteligentes, con experiencia vital. E incluso aparateros de partido que sólo saben de cosas de partidos. Lo mismo pueden encontrar en su oficina, en su grupo de amistades, incluso, en su familia.

Pero tampoco se puede culpar, como hacen los personajes revertianos, a las personas del común. Llevan década de tratamiento de individualismo, de fantasear con aspiraciones estelares, con educación ideológica para que cada cual piense que no hay nadie con ella o él. El tik-tok, el instagram, el twitter, el facebook y demás aplicaciones no son más que años de ideologización sobre las personas para que crean que todo es posible y que la fama es buena. Aplicaciones tecnológicas para que cada persona crea que es la Cenicienta o una estrella de la sociedad del espectáculo. Lo que vende es lo espectacular y cuanto más vacío y banal mejor. Da igual que sea para presentar un arroz con cosas o para imitar al artista de turno, hay cabida para un personaje más. Un personaje que al salir de la aplicación confronta el vacío de la existencia en muchas de las prácticas vitales… y la política es una de esas prácticas.

Décadas de ideologización –de hijoputismo que diría Jesús Ausín– que han afectado, como no podía ser menos, a la clase política –ahí tienen el ejemplo de Isabel Death Ayuso, de profesión las redes sociales de un perro- también le ha pasado. Buscan más lo espectacular que lo grupal. Piensan que la suma de individualidades conforma un grupo, una sociedad y no, no ha sido así jamás en la historia. Una sociedad con tendencias tan egocéntricas sólo puede generar una clase política egocéntrica. El sistema capitalista, mediante su ideología dominante, lleva décadas preparando a las personas para, en un contexto de agitación tecnológica, destruir lo pocos lazos sociales que pudiesen existir. No hay que quejarse de la clase política cuando una persona en su vida cotidiana es egoísta, pisa al compañero de trabajo para ascender y no ayuda a la anciana que se ha caído al suelo sino que la graba con el móvil.

Los lazos fraternos de la clase social –que la clase dominante sigue manteniendo, porque eso de dividir es para lo demás- han ido siendo machacados día tras día. Y si hay algo que sí se le puede achacar a la parte izquierda de la política es que en favor de luchas minoritarias, subalternas, se han dejado arrastrar al pensamiento dominante de la individualidad-masa inerte abandonando el sentido de clase. Una fraternidad de clase que dotaba de sentido no sólo las prácticas sociales, sino la propia vida cotidiana. Como sucedía en la adolescencia de hoy las personas talluditas, uno o una se hacían heavies, mods, nuevos románticos o lo que fuese para encontrar acomodo social, sentirse parte de algo que acababa trascendiendo a la propia persona. Una fraternidad musical, cultural, vivencial y, en algunos casos, de clase que era el primer paso para la inserción social de la persona que iba madurando. Hoy es la individualidad de un tik-tok para vender una vida espectacular, falsa, vacía.

Así se ha llegado al punto en el que se está hoy, con el peligro fascista sobrevolando, en España. Es el sistema en sí el que ha generado todo lo que rodea a las personas. No sólo es lo económico sino que lo cultural, lo social, lo vivencial, dentro de su autonomía relativa, está en manos de una visión ideológica concreta. Si con lo económico explotan y pauperizan a las personas, con lo demás acaban dominando y generando un complejo social de individualidades. Y esas individualidades, en el plano político, acaban entregándose a numerosos asesores de imagen sin importar entrar en contradicción permanente consigo mismos. Unos asesores que se creen más importantes que el asesorado y cuyo egocentrismo –más la carencia de análisis a medio y largo plazo- acaba generando batallas inocuas y estériles. Así se ha llegado a este punto y sólo puede cambiar tomando el mando de la fraternidad social, en crear sociedad, en crear grupo y no masa. En rebelarse frente a la imposición ideológica dominante mediante prácticas sociales y lucha constante.

Revertianos, apocados y partidistas

En la presunta batalla que se ha desatado, al menos así lo cuentan los medios de desinformación de masas, existe un debate entre presuntos equidistantes y presuntos partidistas. Un debate que se ha extendido a personajes de la farándula, de la literatura, del periodismo, de las ciencias sociales, etcétera como si aquello fuese el no-va-más de lo intelectual. Sin embargo, por su posición en los medios de comunicación –con su repercusión en redes sociales- y la difusión que hacen del supuesto y, como se verá, estéril debate acaba impregnando a buena parte de la sociedad.

El problema es que se parte de un error analítico grave. Los que son equidistantes ¿respecto a qué lo son? ¿Los son en todos los casos? Los que son partidistas ¿realmente qué es lo que defienden o a quién defienden? Como ven existe una complejidad detrás del argumento simplista que utilizan la mayoría de todólogos, doxósofos y columnistas de medio pelo. Se puede tener equidistancia respecto a una pelea partidista pero, a contrario sensu, ser partidista de una posición ideológica. Se puede ser partidista de partido político pero equidistante de una lucha social. A fin de comprender el meollo del supuesto debate nada mejor que dividir de manera analítica a los grupos en disputa en apocados, revertianos o partidistas a fin de descubrir si ese “intento de realidad” que nos presentan es válido e, incluso, real.

Comenzando por los apocados, se puede decir que son personas que nunca se mojan en nada. Pueden votar o no, pero son personas que siempre evitan cualquier tipo de conflicto y que se muestran totalmente pasivos respecto a la política (prefieren dedicar sus neuronas a otros temas). Son como el escribiente Bartleby –el famoso personaje del cuento de Herman Melville– que prefieren no hacer nada más allá de lo “obligatorio” mientras su vida discurre sin más sobresaltos. En realidad su toma de postura es no tener una postura definida y definitiva.

Luego están los revertianos, por Arturo Pérez Reverte, que son esas personas que siempre se quejan de todo, que no son ni de izquierdas ni de derechas, pero son molestas hasta el extremo. Su no posicionamiento o falsa equidistancia al final acaba siendo un posicionamiento hacia cierto idealismo peligroso. Cuando el escritor cartagenero dice que la actual clase política carece de inteligencia (en el sentido intelectual), de poso, de grandeur realmente se posiciona en favor de un tipo ideal de político muy cercano al platonismo. ¿Qué significa esto? Que sólo aquellos que cumplen los requisitos y el porte carismático de estos profetas son bienvenidos. El problema es que en numerosas ocasiones esos seres tocados por el espíritu de la historia acaban estableciendo regímenes dictatoriales. Añádase que, curiosamente, las características de ese ser carismático las acaban definiendo tres o cuatro personajes, no es algo en lo que las masas –nótese que este tipo de personas hablan de las masas despectivamente siempre- participen. Los equidistantes revertianos son una especie de seres de luz que todo lo saben, aunque en realidad son ignorantes de la propia vida.

Por último están la categoría de los partidistas que tiene diversas subdivisiones. Hay partidistas que lo son de parte de una celebridad/personaje con el que están a muerte. Pase lo que pase les ciega el fanatismo por esa persona sobre la que acaban proyectando sus ilusiones, sus pulsiones sexuales o el deseo de venganza. En este sentido quienes esto leen reconocerán a muchas personas que son sanchistas, iglesistas, casadistas (de este menos es verdad), felipistas, etcétera. Es el fenómeno fan (como hace años con Los Pecos, Hombres G y demás grupos del estilo) donde se ha constituido una masa cerrada, por seguir la terminología de Elías Canetti, de fanáticos que son completamente intransigentes respecto a todo lo que rodee a su ídolo. Idola theatri (que diría Francis Bacon) han existido toda la vida aunque en tiempos de la sociedad del espectáculo son más frecuentes.

Luego están aquellas personas que son partidistas de un partido político y lo defienden frente a los partidos que confrontan con el suyo. Son personas más moderadas que las anteriores en general e, incluso, cuando tienen una asentada ideología no tienen reparos en criticar a sus propios dirigentes. Tienden a moverse entre el fanatismo del contexto –en el momento en que se hacen masa- y la inteligencia del día a día. Son más propensos a ver en las prácticas, como sucede con la siguiente categoría, lo importante del devenir político, obviando un tanto –todo lo que dejan- los juegos de espejos de los medios de incomunicación y las redes sociales. Son muy de agit-prop pero sin perder el sentido crítico. Y, por último, los partidistas de una parte de la sociedad, sean de asociacionismo, sean de postura ideológica, sean de postura religiosa. Como las dos subdivisiones anteriores existen personas más fanáticas, más militantes y gentes que intentan vivir de la causa que defienden.

Para los revertianos los apocados son una masa de borregos que no alcanzan a admirar la verdad, que está en otro lado, y los partidistas son unos meapilas iletrados incapaces de desprenderse de sus prejuicios ideológicos en pos de la verdadera virtud. Todos son estúpidos, incultos y deben quedar excluidos de los puestos de prestigio. Porque, al final del camino, los revertianos no ponen en duda jamás el sistema –da igual el sistema que sea- sino que señalan a los demás para situarse ellos en donde llega el dinero. Pérez Reverte cada vez que publica una novela de aventuras acaba intentando gestionar alguna polémica que le haga vender muchos libros. Y el resto de revertianos acaban mostrando la patita en situaciones similares. “Los políticos son todos muy malos y compren este libro donde explico por qué” podría ser el lema de estos supuestos equidistantes. Al contrario que el escribiente Bartleby, esta gente siempre da codazos, pescozones y empujones para estar siempre con el poder. En realidad se parecen más a Eichmann, el jefe de los transportes a los campos de exterminio nazis. Perfeccionistas de los dictados de la clase dominante que señalan a todos los demás para…, para que todo cambie sin que cambie nada. Por tanto, se califican de equidistantes pero toman parte. ¡Vaya si toman parte!