miércoles, 31 diciembre, 2025

Los empresarios piden Gran Coalición y bajada masiva de impuestos

No se puede negar la claridad con la que exponen sus deseos, los cuales, dicho en lenguaje postmoderno, quieren performativos. O más claro, deseos que expresan para que se cumplan a ser posible a rajatabla. Los empresarios españoles nunca han sido de subterfugios, ni de circunloquios, siempre se han expresado, y se expresan, directamente, sabiéndose poderosos y capaces de alterar el devenir político si es necesario. Lo demostraron con la elevación de Ciudadanos a cuasi potencia populista contra Podemos; lo demostraron con la elevación de Vox, pues les falló Albert Rivera; y lo volverán a demostrar. En esta ocasión mezclan cuestiones políticas (aquello de que se está a punto de acabar en un régimen totalitario, que se coartan libertades fundamentales…) y, las más importantes para ellos, económicas. El último ejemplo ha sido el de John de Zulueta, presidente del Círculo de Empresarios, en Expansión (¿dónde si no?) hace pocos días en una entrevista que ha sido tapada por lo espectacular para entretener a las masas.

No dan puntada sin hilo los empresarios. Ana Botín dijo que había que volver a la normalidad y a producir y el Gobierno camina hacia la “Nueva Normalidad”. Florentino Pérez quiere que le subvencionen los gastos extras de sus negocios por el coronavirus e Isabel Díaz Ayuso le suelta la morterada de millones. Y ahora el presidente del Círculo de Empresarios, el mayor lobby empresarial después de la patronal CEOE, pide cuestiones políticas y económicas. Para que se enteren en el PSOE (como se verá) pero, especialmente, en el PP y en Ciudadanos (con Vox no cuentan porque sólo es un elemento populista para afianzar a “sus” partidos de verdad y servir de contrapeso a los “populistas-comunistas” morados). En esa entrevista De Zulueta, al contrario que hacen sus esbirros políticos, no culpa de la pandemia, ni de los muertos al Gobierno y hace profesión de fe en la defensa de lo sanitario pero…, siempre hay un pero con la clase dominante, esto no puede durar siempre sino que hay que tomar medidas urgentes en favor del aparato productivo (aunque caigan unas pocas personas por el camino: “En estos momentos, cuando poca gente está muriendo del Covid-19, hay que levantar las persianas del negocio y poner en marcha a todos los sectores productivos y la economía. Sobre todo, hay tres sectores fundamentales (turismo, construcción y automoción) que hay que relanzar cuanto antes”) y sin distracciones de partidos populistas. O lo que es lo mismo, Podemos debe salir del Gobierno cuanto antes mejor. Ante la pregunta de si debe producirse un Gobierno de Concentración (mejor dicho de Gran Coalición porque se excluyen partidos) contesta el dirigente empresarial: “Sí, absolutamente. Ésa ha sido la tesis del Círculo de Empresarios antes, durante y después de las últimas elecciones. Y no vamos a cambiar. Además, es más urgente que nunca para conseguir la ayuda de Europa el próximo año”. Es urgente para conseguir ayuda o, lo que es lo mismo, con un Gobierno socialcomunista los poderosos de Europa (básicamente Alemania, que por eso la UE es el IV Reich ya que la mitad de las ayudas irán a salvar empresas alemanas) nos dejarán atrás y nos apretarán aún más el cuello económico.

La excusa de lo económico como mecanismo de consecución de su sueño húmedo, la Gran Coalición de estilo alemán. Miren lo que dice de Pablo Iglesias y la propaganda: “El Gobierno está haciendo mucha propaganda sobre el acuerdo, resaltando la negociación con los empresarios. Y luego, [el vicepresidente de Asuntos Sociales] Pablo Iglesias, se coloca en la foto [en la firma del acuerdo en Moncloa] y no tiene nada que ver con ello”. Las lanzan directas a hacer daño y a señalar al culpable. Y para más inri defiende el Ingreso Mínimo Vital en consonancia con lo que afirmó en su momento el ministro José Luis Escrivá: “En el Círculo de Empresarios, apoyamos la aplicación temporal de esta medida, durante la crisis. No de una forma indefinida, porque en Finlandia fracasó. No incentiva la búsqueda de trabajo”. De hecho le doran la píldora al ex-AIReF señalándolo como el único capaz de hacer un “Presupuesto cero”. ¿Qué es un presupuesto cero? Recortar el gasto en cuestiones superfluas según los empresarios: “Estamos tirando 14.000 millones de euros en subvenciones, y 6.500 millones en ayudas a parados, que no dan ningún resultado. Malgastamos muchísimo dinero”. Son claros con la expulsión de Podemos del Gobierno porque se temen que querrán utilizar el dinero público para subvencionar a cuantas más personas mejor y conseguir un grupo de apoyo electoral. Vamos lo que hace el PP siempre que Gobierna, subvencionar medios, asociaciones empresariales y a la iglesia católica. Pero esto no les parece mal. No entienden que dar de comer al hambriento es hasta cristiano aunque les parezca un gasto. Quieren contar con un ejército industrial de reserva cuanto más hambriento y necesitado mejor.

Y aprovechan para lanzar su doctrina de siempre, bajar pensiones, eliminar funcionarios y bajada masiva de impuestos. Miren lo que dice: “Hay muchos funcionarios en el Gobierno central y en las comunidades autónomas que no están haciendo nada. […]Se pueden reducir, y eliminar la paga de Navidad, como hizo Zapatero, y las pensiones se pueden mantener en línea con el IPC, que este año parece que va a bajar un 0,7%”. Funcionarios a la calle (¿también los sanitarios que han estado dejándose la piel salvando vidas?), bajada de pensiones (que son las personas más desprotegidas en sí) y reducción del gasto salvo para ayudar a los empresarios. Ese gasto hay que mantenerlo y extender los ERTEs hasta diciembre que ya se habrá recuperado del todo la actividad económica. Esto es, mantener a los trabajadores de las empresas hasta que éstas decidan cuándo incorporar, mientras valoran si con cinco empleados se saca la misma producción explotando a los demás bajo amenaza de ERE: “La parte negativa es que el Ejecutivo ha dado muy poco tiempo a los empresarios, porque si el estado de alarma se levanta en junio, las compañías no se habrán recuperado todavía. Entendemos que el coste de 5.000 millones de euros es muy alto, pero es mejor conservar el empleo en un ERTE que no destruirlo en un expediente de regulación de empleo (ERE)”.

“Proponemos ayudas fiscales para el turismo, la automoción y la construcción, porque tienen un efecto arrastre muy importante sobre la economía” o “pedimos una rebaja del IVA al superreducido del 4% en los automóviles y eliminar el impuesto de matriculación hasta diciembre. También es el momento de reactivar la obra pública para levantar la construcción. Todas nuestras recomendaciones terminan a final de año. Eliminar el IVA en la venta de pisos y reducir en un 95% los impuestos locales a los hoteles, como el IBI. Rebajar el Impuesto de Sociedades en un 60% a las empresas que hayan facturado un 25% menos en el primer semestre del año y un 50% menos, en resultado contable” es lo que piden. Vamos que el Estado se endeude todo lo que pueda, que luego dirán que hay que privatizar sanidad, educación y lo que haga falta por ese endeudamiento. Ahora no piden dinero como en 2008, ahora piden no aportar directamente.

El problema de los empresarios es que el papel todo lo aguanta y no cuentan con los actores que habrían de interpretar la bufonada que pretenden perpetrar.  ¿Creen realmente en el Círculo de Empresarios no ya que tenga capacidad (es evidente que no) sino que Pablo Casado acepte ser un segundón en un Gobierno con Sánchez conocida su soberbia? Más allá de nesciencia del presidente popular, ese que hace propuestas que el gobierno lleva aplicando meses, está su clara incompatibilidad con cualquier ser humano que se quiera situar por encima de él. Llevaba muy mal que Rivera le quitase protagonismo, imagínense ahora tener que ser solamente vicepresidente de Sánchez a quien considera muy por debajo de sí mismo. También es cierto que si lo desean mañana mismo Casado está en su casa con tiempo para leer todo lo que dice que ha leído. Lo hicieron con Rivera en cuanto no quiso pactar un gobierno PSOE-Cs de 180 diputados. Ahora Inés Arrimadas está colaborando en busca de su oportunidad e igual con una buena campaña mediática consiguen situarla en una Gran Coalición con una fusión Cs-PP para refundar la derecha española… otra vez. También dan por hecho que el PSOE aceptaría esa Gran Coalición sin rechistar. Algunos poderes internos sin duda lo verían muy bien (con la posibilidad de entregar el Gobierno de la Comunidad de Madrid a Ciudadanos), pero no es obvio que fuese aceptado por parte de la militancia así como así. Por mucho que intenten hacer ver que la actual coalición se romperá mañana mismo porque ni se hablan unos ministerios con otros, no parece lógico que Sánchez tire por la borda el capital electoral y social obtenido pactando con Iglesias. Por los empresarios, eso  sí, que no quede el intento de establecer en España el tipo de gobierno por el que suspiran desde 2015. Mientras todo su poder mediático se encamina a debilitar a Podemos y desgastar a Sánchez (que no al PSOE en sí). Lean al libertario Jorge Vilches y entenderán muchas cosas.

Ellos tienen conciencia de clase ¿y usted?

Más allá del anecdotario, el chisme y la gracieta de lo sucedido con la Borjamari borroka con sus cacerolas y sus quejas al Gobierno, legítimas bajo un prisma democrático, hay algo que es muy obvio en todo esto: ellos y ellas tienen conciencia de clase. No protestan porque estén confinado al igual que el resto de la población y hayan tomado el mando de una revuelta cívica en pos de la democracia, de grandes valores humanistas, del liberalismo republicano hacedor de ciudadanía, todo esto les importa un haiga. Protestan por dos cuestiones bien claras: una, ven cómo sus privilegios de clase ya no son tales por culpa de un virus; y, dos, han visto cómo la mayoría de personas ha captado que el capitalismo y su engaño político asociado (neoliberalismo bajo un modelo de democracia espectacular) no funciona tal y como lo habían vendido, o lo que es lo mismo, se ha visto el engaño que ha sostenido su clase social desde hace años. Reaccionan como clase burguesa (dominante por tanto) que son. Reaccionan ante una posible pérdida de sus privilegios a futuro y de sus ingresos en la actualidad. Porque no piensen que estas personas se apartan un solo milímetro de lo material.

Están mostrando una clara conciencia de clase y piensan defender sus intereses en la lucha de clases. Curioso que la mayoría de políticos de derechas alerten del peligro de una lucha de clases, mientras que a la izquierda se esté con eslóganes, hegemonías y, todo hay que decirlo, medidas paliativas en favor de los más desfavorecidos. En la clase dominante tienen claro que existe la lucha de clases y que los privilegios se pierden si no se está continuamente ganando batalla a batalla. Para ello cuentan con una ideología dominante, mecanismos de distracción (como toda la bazofia televisiva) y transformar la política en puro espectáculo controlado desde sus propios medios de comunicación y, a todo lo anterior, súmenle la captación de la pequeña burguesía, la verdadera clase media (todos esos controladores de las masas fuera y dentro de los espacios de producción) y clase trabajadora que se piensa que por ponerse un fachaleco (comprado de saldo en cualquier centro comercial o mercadillo) llegarán a formar parte de la élite. En cuanto ven que los medios de comunicación y, por ende, la ideología dominante da visos de debilidad, no tienen ningún problema en salir a una cacerolada. Defender su poder de clase frente a un Gobierno y, especialmente, frente a una clase trabajadora (todas las personas asalariadas)) que podría tomar conciencia de estar siendo engañada. Ahora se ha visto que siguiendo las normas dictadas por la clase dominante, en cuanto llega un simple virus, la sanidad  no es lo que era, hay dificultades económicas para producir y el dinero vuela camino de Luxemburgo. Incluso los autónomos han visto cómo, por mucho que les decían ser aliados, si no es por el Gobierno hubiesen quedado en la estacada sin un solo recurso. Conciencia de clase frente a una crisis ideológica y un Gobierno que venden como socialcomunista para activar esa conciencia y a aliados potenciales (como todos esos comemocos asalariados y que son el brazo ejecutor). Seguramente estará más o menos de acuerdo con todo esto pero… ¿tiene usted conciencia de clase?

Cuando los medios de comunicación de la clase dominante protestan en cuanto hay algún tipo de huelga ¿usted apoya la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras o simplemente sigue la estela de los aparatos ideológicos? Por ejemplo, ante una huelga de trenes justo los días que más presión pueden hacer (antes de periodos vacacionales) ¿se queja o les apoya? Igual es de los que dice que bastantes privilegios tienen, que si siempre tienen que hacer huelgas cuando hay vacaciones, que por qué no las hacen los fines de semana y demás eslóganes antitrabajadores que suelen difundir desde los medios de comunicación. Cuando desde los medios de comunicación defienden que las gentes de izquierdas (o que se autocatalogan de izquierdas) deben vivir, prácticamente, en chabolas, barrios desatendidos (por instituciones controladas por sus esbirros políticos tipo PP, Vox, Ciudadanos…) o pisos mínimos ¿les sigue en esas quejas sobre lo paupérrima que debe ser la vida si se es de izquierdas? Esto no tiene nada que ver con los casoplones sino que lo difunden constantemente. Cuando los ricos dicen a través de sus medios que hay que bajar los impuestos para crear empleo (mientras les suben los indirectos que son los que pagan los ricos de igual forma que los pobres) ¿defiende que sí, que si el empresario tienen más dinero podrá contratar más aunque luego se lo lleve a Luxemburgo o Suiza y le cargue al Estado, es decir, a todos los gastos de las quiebras voluntarias de empresas?

Cuando les dicen desde los medios, conformando parte de la ideología dominante, que las Universidades públicas españolas son malas porque no aparecen en rankings elaborados con los criterios de las Universidades de clase dominante  y por eso hay que modificar los planes de estudio y, más allá del grado, colarles un master que paga a precio de oro ¿les dan la razón y se autoculpan por no estudiar mejor o ser más listo? Cuando les inculcan desde medios, instituciones políticas y privadas que no hay nada mejor en este mundo para prosperar que el emprendimiento ¿se paran a pensar que es otra forma de cargar los gastos de explotación a la clase trabajadora, pasándole además toda la carga emocional y de pérdida de identidad, o hacen caso y apoyan todo lo que diga no-se-qué + emprendimiento? Cuando las mareas blancas, verdes o de otros colores salían a la calle para evitar todo lo que hoy le parece evidente ¿se quejaba porque habían cortado la calle, les apoyaba aunque sea en la distancia o ni sabe qué son las mareas? Y así se podrían señalar cientos de matices que prueban que mientras que la clase dominante tiene clara conciencia de clase, la clase trabajadora anda enfrascada en sus mercancías (compradas on-line por los de la sonrisa en la caja, para ser más fashion), pagando no-se-sabe-cuántas plataformas para ver series que proyecta luego a la realidad y sale al balcón a cantar Bella Ciao mientras con la mano está aprobando en una encuesta que dice que el Gobierno tiene la culpa de esto o de aquello. Peticiones de firmas para todo con el mismo valor: cero. O distraído con si “les gallines” pone huevos por ser violadas por malvados gallos; con si mi bandera es más grande que la tuya; con si mi identidad es la más guay y por ello deben darle miles de derechos porque sí; y así con miles de cuestiones que seguramente le llenen mucho sentimentalmente pero le dejan la nevera vacía.

Falta conciencia de clase y responder en la lucha de clases como están haciendo desde la clase dominante. Hoy llevan a la clase trabajadora al matadero en beneficio de, precisamente, el beneficio del capital y nadie protesta. Más que conciencia de clase se tiene fanatismo de partido o, incluso, de persona en un partido. Hay más fans que militantes (da igual el partido de la izquierda). Todas esas personas tan necesarias para luchar contra el poder constituido no sólo en lo económico, sino en lo político, en lo social y en lo ideológico. A un lado hay clara conciencia de clase, al otro están a verlas venir enfrascados en mil debates estériles, viendo cómo Alemania subvenciona a sus propias empresas con el dinero de todos los europeos mientras que a España no le da ni las migajas de Polonia (al fin y al cabo los polacos no dejan de ser un protectorado alemán); viendo cómo los medios de comunicación actúan con total libertad en su función de aparatos ideológicos; viendo cómo mañana igual no tiene trabajo y lo que le preocupa no es tanto comer como no poder comprarse la innecesaria fruslería que tienen (o dicen tener) todos sus vecinos. Cuando hay que pelear por los derechos de la clase trabajadora ante el ataque frontal y en abierto de la clase dominante  parce que nadie reacciona. ¿Es por falta de conciencia de clase o de valentía política o porque el control mental del capitalismo es tan profundo que se camina hacia un régimen totalitario con apariencia de democracia? Es el momento de la lucha por los derechos de la clase trabajadora ahora, no mañana. Seguramente a la clase trabajadora sí le mandarán a dar palos y a multarla, pero hay que responder o volverán a ganar una batalla, esta vez, en el campo tradicional de la clase trabajadora, la calle.

El ideólogo de la revuelta de los pijos

Si esperaban encontrarse en estas líneas a personajillos de la sociedad del espectáculo del tipo “Alpiste”, “El condenas”, Eduardo Inda o chisgarabises de ese pelaje no lo harán. No. Aquí se va a hablar de alguien mucho más inteligente, más culto, una persona que sabe perfectamente lo que está escribiendo y formado en las verdaderas escuelas de la élite mundial. Un señor que pertenece a la clase dominante de verdad. No es un simple esbirro sino que forma parte de una de las fracciones de clase de las personas que realmente mandan. De esas ante las que se cuadran todos esos directores de medios de comunicación que aparentan elitismo cuando no son más que escribientes de los deseos de sus amos. Porque se ha dicho en numerosas ocasiones, la mayoría de altos cargos de los medios de comunicación son siervos de la clase dominante que los paga, alecciona y encauza. El personaje que hoy tienen ante sí en estos párrafos es una de esas personas que son clase dominante. En muchas ocasiones se habla en esta columna diaria de clase dominante, un constructo analítico para muchas personas, pero que hoy se refleja perfectamente en una de esas pocas personas que mandan y saben que mandan.

La revolución de los pijos, la Borjamari borroka y demás calificativos que se ha puesto a la queja, impúdica aunque legítima, de las personas que viven en los barrios más pudientes de ciertas capitales de provincia, especialmente de Madrid aunque no sólo, no ha surgido porque sí. Cierto es que esas personas pueden pedir seguir con la impunidad social y política con la que han vivido siempre (miren en las redes sociales con el desprecio que hablan a los agentes de los aparatos represivos del Estado). Cierto es que se han cansado de que les traten de forma igualitaria cuando ellas y ellos siempre han tenido clara su conciencia de clase y su convivencia pero no mezcla, ni cohabitación con las demás clases sociales. Cierto que más allá de los barrios verdaderamente burgueses ha habido coletazos de clase media y pequeña burguesía de los servicios que comparten la misma posición ideológica pues son los cargos intermedios de las distintas empresas de aquellos, tan necesarios para el control de la extracción de plusvalía. Todo eso es cierto, incluso que no son los únicos que están hasta las narices de estar encerrados y que la presencia de numerosos bolichicos, en el caso madrileño, ha alentado las caceroladas venezolanas. Sí, todo eso tiene visos de certidumbre pero poco o nada habría sido posible sin ideólogos de su misma clase que diesen la voz de alarma y advirtiesen del momento de dar la voz de alarma. Que Juan Carlos Girauta hable de dictadura, como lo hace Bieito Rubido, Jorge Bustos o cualquier juntaletras de los medios de comunicación, por mucha preparación que tengan no es lo mismo a que lo haga Fernando del Pino Calvo-Sotelo. De Ferrovial de toda la vida (una de las familias más ricas de España) y en un medio como Expansión. Aquellos son esbirros y éste es clase dominante de verdad. Sin duda la clase dominante tiene gentes brillantes para la lucha de clases en lo ideológico (eso que pedía a voz en grito Louis Althusser y que en la izquierda parece haberse olvidado). Personas como Jorge Vilches, Pedro García Cuartango, Mario Vargas Llosa (que las sabe meter dobladas desde El País) y otros similares son cultos, preparados y saben en qué campo de acción se manejan. Pero si Del Pino escribe, el resto toma nota y actúan en consecuencia. O ¿creían que la insistencia en dictaduras y autoritarismos de los Rubido, Rosell, Inda, Bustos y demás jefazos de los medios era motu proprio?

El señor Del Pino viene desde casi la formación del Gobierno de Coalición alertando sobre cómo ese tipo de gobierno era visto en la clase dominante. El 7 de febrero, que hoy parece tan lejano,  se preguntaba en una de sus columnas mediáticas “¿Podría España acabar como Venezuela?”. Y escribe cosas como las siguientes: “Existen evidentes diferencias entre Venezuela y España, pero también hay preocupantes indicios coincidentes que no podemos soslayar. Nuestro vicepresidente del gobierno es un comunista bolivariano discípulo entusiasta de su patrocinador Chávez (“cómo se echa de menos al comandante”, dijo) y admirador de Robespierre, Mao y Lenin. Esto no ocurre en ningún país occidental. Nuestro presidente del gobierno, cuya amoralidad distrae de su izquierdismo radical, se niega a recibir al presidente encargado de Venezuela reconocido por 59 países (Europa, Canadá, EEUU y casi toda Hispanoamérica) mientras sigue sin acreditar al embajador en España nombrado por aquél, incumpliendo una resolución del Parlamento Europeo”. ¿Les suenan como mantra lanzado por medios de comunicación con persistente continuidad? Fíjense que cataloga a Pedro Sánchez como izquierdista radical ¡¡¡A Pedro Sánchez!!! El moderado socialdemócrata es visto casi como un peligroso blanquista a punto de montar la Comuna de Madrid o algo por el estilo. No se asusten es que piensan así.

Pasando a los tiempos pandémicos, para ver cómo se han estado nutriendo las personas de la clase dominante y adláteres, Del Pino se aventura a advertir del peligro de la acción de Gobierno, al que califica de incompetente (debe ser por no seguir los dictados de la clase capitalista e intentar salvar a las personas antes que los beneficios de aquella): “Un gobierno incompetente y, además, peligroso” es su artículo del 3 de abril, quince días después de decretar el estado de alarma. Curiosamente pedía en ese artículo haber confinado sólo a Madrid y otros focos peligrosos y dejar a los demás tal como estaban con ciertas precauciones. Más graciosa es la bronca que lanza contra sus esbirros políticos (PP, principalmente, Vox y Ciudadanos): “el peligro real que para el futuro de España supone este gobierno parece toparse aún con la ingenuidad real o simulada de una casi inexistente oposición política y mediática, suave y blanda como el algodón”. ¿Recuerdan que salvo algunas escaramuzas a partir del 5 de febrero tanto el PP como Vox se lanzaron al salvajismo político? Curiosa coincidencia de fechas. Aquí se escribía el día 5 sobre la alianza de ABC y Vox para derribar al Gobierno o el uso de los muertos contra el Gobierno de forma mezquina días después. en el mundo de la clase dominante nada es casualidad. ¿Quieren otra muestra?

El día 17 de abril Del Pino, directamente, ya hablaba de dictadura encuebierta mediante el estado de alarma (“¿Estado de alarma o dictadura?”). Escribía en estos términos, después de culpar al 8-M de irradiar el virus (el feminismo les preocupa tanto o más que el ecologismo aunque este último lo tienen más controlado): “Para intentar compensar haber llegado tarde, este gobierno, al que sólo preocupa la apariencia, ha adoptado medidas draconianas plagadas de tics autoritarios (muy propios del tándem Sánchez-Iglesias) fomentando un alarmante ambiente represivo que incentiva el abuso y la extralimitación”. Y todo porque, tras equivocarse en todo el Gobierno y culparle de todos los muertos al “gobierno incompetente y embustero”, no puede hacer lo que le da la gana, tiene que estar tan confinado como los demás. Más argumentos de su artículo que les sonaran a lo que luego propalan los mandriles mediáticos habituales: “El enorme desprecio al Estado de Derecho del que hace gala este gobierno deja entrever su querencia totalitaria, lógica por su perfil comunista. El abuso del estado de alarma mediante el que el gobierno se atribuye una potestad dictatorial ajena a la Constitución resulta muy inquietante”. Esto el 17 de abril y al día PP y Vox pedían un levantamiento social, incluso de carácter violento, como se contó en estas páginas.

El 28 de abril ya empezaba a mostrar Del Pino el sentir de su clase social con lo que acontecía: “España, enjaulada y arrastrada a la ruina”. No entendía cómo no se liberaba a las personas ya para que hiciesen vida normal, produjesen beneficios (que es lo que realmente importa) y si caen algunas personas mala suerte, todo por el Capital. Así catalogaba al presidente y al vicepresidente segundo del Gobierno: “los carceleros Sánchez e Iglesias felices en su papel de dictadores del estado de alarma”. ¿Les suena a soniquete de la revuelta pija? Las cosas no suceden porque sí, sino porque se ha estado cultivando cierto tipo de adoctrinamiento entre los propios ante lo que estaba sucediendo. Conciencia de clase más que evidente. Curiosa la cita de Del Pino en este artículo: “El filósofo Jean-François Revel nos recordaba en su obra El Conocimiento Inútil que la ideología «debe defenderse sin tregua contra el testimonio de los sentidos y de la inteligencia, contra la propia realidad, lo que le lleva a aumentar de día en día la dosis de mentira requerida para hacer frente a la evidencia»”. Revel no es un cualquiera, es uno de los precursores del neoliberalismo, y no todos lo han leído, al menos Alpiste y Negre seguro que no.

Y para rematar, justo en la revuelta, Del Pino dejó uno de sus últimos testimonios: “El confinamiento como experimento totalitario”. Casi ná. Pero es que ya se mostraba bien a las claras cuál es la preocupación principal de la clase dominante: “No hay contradicción alguna entre salvar la economía y salvar vidas, porque la economía salva vidas. Si hundimos la economía, no podremos financiar los recursos para sostener nuestro sistema sanitario”. A ello súmenle esta otra reflexión sobre el experimento totalitario: “Con estas medidas los yonquis del poder están midiendo la capacidad de aguante del ciudadano preguntándose hasta qué extremo tragará con los abusos de un nuevo régimen que ha encontrado en el pánico – que impide pensar – un arma eficaz”. Justo lo que vienen diciendo las personas de la revuelta pija. Gobierno totalitario, el socialismo arruina la economía (el virus, como viene diciendo en sus artículos Del Pino, no tiene tampoco excesiva influencia en sí) y queremos libertad (que se podría catalogar como derecho a la impunidad).  Claro que esto lo dice una persona publica en el blog de la Fundación Francisco Franco.

Con todo esto sólo se quiere confirmar que, como se cuenta casi a diario, ni Pablo Casado, ni Santiago Abascal, ni esa columnista, ni esa todóloga hablan con voz propia en la mayoría de las ocasiones. Lo que se ha expuesto con brevedad en los párrafos anteriores no es más que la forma en que opinan en la clase dominante, algo que acaba transmitiéndose a los siervos políticos, mediáticos y controladores. El control social lo suelen realizar de formas muy diferentes (fetichismo, imitación, espectáculo…), pero cuando se ven asustados de perder sus fuentes extractivas y, por ende, su poder de clase sacan todo el arsenal ideológico. Mandan y quieren hacer saber que mandan y para qué mandan. Los esbirros suelen tomar buena nota. Y no lo hace un malandrín de las letras cualquiera sino alguien de la propia clase dominante, bien formado (se nota que ha leído a Peter Drucker en su vertiente política) y que, exagerando por culpa de la política espectáculo, ha alentado a los suyos a la revuelta y a decir “¡hasta aquí hemos llegado!”. Conciencia de clase en estado puro. Ahí tienen al verdadero ideólogo de la revuelta pija, no algún nesciente del twitter.

Curiosidades en los mensajes de despedida a Anguita

Murió Julio Anguita que, gustase más o menos, siempre tuvo esa aura de coherencia entre lo que pensaba y lo que hacía. Quedará para el recuerdo su “programa, programa, programa” y que tras abandonar la política activa por problemas cardiacos, esos mismos que le han llevado a fenecer, no buscó cobijo en alguna fundación, algún chiringuito político, sino que regresó a la enseñanza. Son numerosos los políticos que han hecho ese recorrido, pero en el caso de Anguita es verdad que estuvo en la pomada. Utilizado por la derecha contra Felipe González, algo que le molestaba sobremanera, vilipendiado por este motivo por parte de la izquierda y entregado a las nuevas generaciones del 15-M, sin renunciar a su carnet del PCE, se ha marchado con discreción dejando un buen número de discípulos de corazón. Especialmente importante, más allá de la Europa de los mercaderes, de las posiciones estratégicas tomadas en algún momento, es el constante apremio a la militancia (interna y externa) y a toda la clase trabajadora de estudiar y estudiar para comprender el mundo y enfrentarlo.

En España se suelen dar unas despedidas a los muertos magníficas tanto que si Anguita hubiese concentrado tanto voto como personas dicen haberle votado en los años 1990s, raro es que no hubiese sacado mayoría absoluta. Es una simple curiosidad pero no la única de las que deja su muerte. Hipocresía, acercamiento de la figura del finado hacia las propias posiciones y mucha loa para elevarle a los altares hoy y mañana olvidar lo bueno que pudo dejar. Raro es que José María Aznar no haya aparecido para darle las gracias. No porque en realidad existiese esa pinza, fue mucho más simbólico, sino porque gracias a estar él a la izquierda de González pudieron infectar a la izquierda hablando de buenos y malos izquierdistas para a continuación, una vez tomado el poder, señalarlos como comunistas peligrosos y detestables (mientras se morreaba en el hotel Majestic con Jordi Pujol, el del 3%). Pero sí que ha aparecido su hijo putativo y político Pablo Casado a decir algo. No puede callarse ni debajo del agua y no ha dudado en dejar su mensaje de condolencia: “Mis condolencias a la familia y amigos de Julio Anguita. Un político que ha defendido sus ideales con pasión en la España democrática, plural y abierta que todos queremos. Descanse en paz”. Un mensaje de trámite pero con puyita incluida a la izquierda política actual, derivado todo de sus pensamientos impuros y desviados eso sí. Una España democrática, plural y abierta afirma el nesciente presidente del PP, algo en lo que Anguita no hubiese estado de acuerdo y, cuando menos, le habría dicho “¿Qué democracia?”, “¿Qué pluralidad si se insulta a los comunistas (o los que aparentan serlo)?” o “¿Abierta a qué? ¿A Estados Unidos como fuerza imperial?”. Curioso esa proyección en el finado de la propia posición ideológica cuando podría ser hasta antagónica. Un mensaje de condolencias utilizado para afirmar la propia posición. Ya lo hizo con Alfredo Pérez-Rubalcaba de forma infame, ahora ha sido moderado para lo que es su estilo.

Ese tipo de proyección de la propia posición en la del finado le ha pasado también al presidente del Gobierno Pedro Sánchez, quien batalló desde las Juventudes Socialistas contra Anguita y sus propuestas cuando era meritorio. “Lamento profundamente la muerte de Julio Anguita. Un hombre coherente, honesto, siempre crítico, que defendió de manera incasable la igualdad y la justicia social” ha dejado por escrito el presidente, este sí, de verdad y no el encargado del sinsorgo, del Gobierno. Un mensaje normal, reconociendo la crítica pertinaz del finado pero el final es una asimilación de la propia posición política. La igualdad y la justicia social las defendió Anguita sin lugar a dudas, pero es raro que se expresase en esos términos y lo que entiende Sánchez por igualdad y justicia social sea lo que pensaba el fallecido. Es un mecanismo psicológico típico, no como el de Casado que iba encaminado a hacer daño, proyectar en el recuerdo las propias ideas. Es una especie de refuerzo inconsciente que dice “eras de izquierdas como yo, pero esto es lo que realmente hay que defender”. No hay maldad como en otros mensajes, pero no deja de ser curioso el funcionamiento de la mente.

También hay mensajes que se lanzan para quedar bien, por aquello del que dirán y acaban más diciendo de quien lanza el mensaje que de a quién iba dirigido, como es el caso de Inés Arrimadas. Para salir del paso ha dejado escrito: “Aunque no compartiera sus ideas, Julio Anguita ha sido una figura de indudable relevancia en la política española de las últimas décadas. Mi sentido pésame a su familia y compañeros. Descanse en paz”. Todo lo que destaca del finado es haber sido relevante. Arrimadas demuestra cual es el marco mental político en el que se mueve, ser o no ser relevante, el resto no importa. Si ha sido coherente con sus ideas, honrado, sencillo o culto es una nimiedad frente a ser relevante. Un poco más y le compara con cualquier choni de las que salen en los programas de la televisión (en tertulias o programas del colorín ya que son indistinguibles). En la derecha poco más porque eso de sentir pena por la muerte de un comunista o socialista es algo tabú, incluso los ha habido que se han alegrado. Lo normal en la derecha montaraz y cavernícola. En ABC por no dejar de dar la nota, como suele ser habitual en el diario dirigido por Bieito Rubido, no han tenido otra ocurrencia que titular de la siguiente forma: “Muere Julio Anguita, el dogmático que caía bien”. Insultando al finado, al menos desde su mentalidad dogmática, y recordando que caía bien como cualidad. Cierto es que les cuesta escribir algún epíteto agradable a cualquier persona de izquierdas y como les sirvió en su momento para la Conspiración, sueltan que caía bien. Eso sí junto a dogmático que es algo que en la derecha parece ser malo aunque no hay mayores dogmáticos del neoliberalismo, del capitalismo y del imperialismo que ellos y ellas. Era dogmático porque era de izquierda y algo así como marxista. ¡Intolerable! Hay que ser liberal como poco. El problema es que en realidad es hasta un elogio visto desde la izquierda, porque significa que no se doblegó a los cantos de sirena.

En la izquierda mucho pesar, muestras de dolor y camaradas con los que se peleó con dureza que le han recordado sin esconder las diferencias. En los mensajes finales podrán ver de todo un poco. Lo curioso es que un destrozado Alberto Garzón también ha hecho esa proyección de sus propias posiciones con respecto a las supuestas del finado. Evidentemente para todo el comunismo andaluz es un doble golpe, pero el ministro de Consumo ha dejado alguna perla que es necesario recordar en un artículo ad hoc en el medio liberal El País: “Julio y el hilo rojo”. En el mismo expresa, más allá del dolor, algunas de las cuestiones que Anguita siempre tenía en mente como la organización de la sociedad civil (en torno a EL PARTIDO, que siempre se les olvida a la dirección actual), la lucha en todos los frentes (incluso pidiendo a los intelectuales que se mojasen en la lucha de verdad) o la racionalidad como elemento de deliberación (“Julio aspiraba a que la política se convirtiera en el arte de la deliberación racional, del legítimo choque de ideas del que saldría triunfante la posición correcta”). Racionalidad apoyada en lo material cabría añadir y no en el idealismo empirista que parece ser el hábito de los últimos tiempos. “Conviene recordar que Julio nunca sacralizó nada. No lo hizo con su partido, pues detestaba el patriotismo de siglas, aborrecía de los continuos idus de marzo que tenían lugar dentro de las organizaciones, y prefería la lealtad a las ideas y a la razón. Pero tampoco sacralizó su propia figura y dedicó muchos esfuerzos a estar alerta frente a ese riesgo” declara Garzón. Aquí es donde aparece la proyección de la personalidad garzonesca. Ha hecho justo lo contrario de lo que le dijeron pero él lo presenta como si hubiese seguido al dedillo esa recomendación. Cosas de la política. Al menos no ha sido tan ruin como Pablo Hasel.

https://twitter.com/JLMelenchon/status/1261609161474871296?s=20 https://twitter.com/PCdeChile/status/1261667645008621569?s=20

El PP pide honores de Jefe de Estado para Casado

Le han debido decir tantas veces que está muy “preparao” que al final ha debido convencerse de que ser presidente encargado es poco. La norma en los actos de las instituciones gobernadas por el PP es dar a Pablo Casado honores de jefe del Estado. No es algo improvisado, algo que surge porque como no para de saltarse el confinamiento acude a todos los sitios en busca de una foto (aunque las que publicite sean ridículas y pura carne de meme); no es algo que hacen los edecanes colocados a dedo para agradecer al jefe de su partido la deferencia; es algo premeditado y estudiado. No minusvaloren a las gentes de imagen y comunicación del PP, saben lo que se hacen. Aunque en los últimos tiempos les salgan las cosas tirando a regular (caso #RoomGate de Ayuso), piensan siempre cómo manejar lo simbólico para penetrar en el inconsciente de las personas. En esta ocasión se trata de dar un aura de jefe de Estado responsable; de estar preparado para las más altas cotas de la dirigencia política; de situarse por encima de los mortales alcanzando con los dedos la divinidad. Cuestión bien distinta es que eso no funcione como se verá. En realidad es exigencia de la calle Génova que “Paul Married” (como la imagen que ha causado tanta gracia en las redes sociales) se sitúe en los puestos de honor.

La realidad es que Casado es un simple diputado del Congreso. No existe en España, salvo en términos parlamentarios, presupuestarios y de seguridad, algo así como el jefe de la Oposición. Cuestión simbólica para el portavoz del partido que más escaños tiene después del partido mayoritario/de gobierno. Nada más. Pero eso le importa poco al soberbio dirigente popular. Él es mucho más que eso, aunque en términos políticos estrictos cada vez que Santiago Abascal habla provoca que el sinsorgo del PP deba cambiar toda su estrategia y forma de comportamiento. Así pasa de aparentar ser un leal opositor a una bestia parda que exige cualquiera de las ocurrencias de su equipo de asesores. Salvo cuando habla de cuestiones económicas que sigue al pie de la letra lo que le piden en la CEOE (como los despidos gratuitos en tiempos de pandemia). Salvo, también, en cuestiones internacionales que sigue a pies juntillas lo que le dice José María Aznar y el resto de lobbies imperiales. En realidad para considerarse el super-jefe de la oposición no tiene ninguna iniciativa propia salvo la mentira y la necrofilia, cuestiones que no es que hablen bien de él, todo sea dicho.

En cualquier acto de los que se han realizado durante la pandemia dirigentes como Isabel Díaz Ayuso (la amiguísima) o José Luis Martínez Almeida han situado al presidente de su partido en puestos de honor. Bien sea para pasar revista a sanitarios y gente de Protección Civil, bien sea en la festividad de san Isidro en el Ayuntamiento madrileño. En todos Casado ha estado al frente de la comitiva. Presidenta y alcalde le han acompañado, se puede ver en las imágenes que están en redes sociales, le han tratado como si fuese el jefe del Estado (bien que calla estas cosas Bieito Rubido en ABC y se inventa cosas sobre Pedro Sánchez y su campaña contra Felipe de Borbón, el “preparao” de verdad) y le han dejado hacer como si realmente él fuese alguien más que un simple ciudadano. Ser presidente de un partido, por mucho que gobierne en esta o aquella localidad o región, no da derecho a un tratamiento especial. Ser diputado en una circunscripción (no se piensa que se vota por circunscripciones y sólo te legitiman esas personas) no te confiere poderes especiales más allá del estricto protocolo, que siempre es menor que los legítimos representantes de esa institución. Casado no tiene legitimidad para estar delante de José Vicente Hernández, por ejemplo. Y eso que esta persona ha ganado un mundial de baloncesto que ya es bastante más de lo que ha hecho por España el presidente popular.

Las órdenes de Génova son claras: Casado siempre con honores de jefazo para dar imagen presidenciable. Es muy antiguo el aparentar, el juego de máscaras de las personas que aspiran llegar al poder de cualquier tipo. En cuanto se sitúan en la rampa de salida, lo cual no garantiza llegar al destino final, comienzan los disfraces, cambiar la apariencia (se deja barba para tener cara de responsable y no de…), los juegos simbólicos como hacer de jefe de Estado cuando se es un chisgarabís y todo esto sin tener que hablar una sola palabra. Como no hay nadie que le avise que está haciendo el ridículo día tras día, es obvio que los estrategas genoveses quieren insistir en ese juego simbólico (le falta salir con un fachaleco en el barrio de Salamanca) y por ello imponen a sus esbirros de la región y la capital seguir el juego. El problema es que acaba dando pena y parece que más que jefe de Estado o de Gobierno, se arrastra por lo mediático en busca de cariño, de que se piense que sí que vale y acaba pareciendo lo que realmente es: un teatro político de alguien que tiene pocas ideas (ni una sola propuesta ha presentado el PP que fuese legal); de alguien que está a la espera de que los poderosos le aúpen al poder y mientras tanto hace lo que puede, que es poco y nefasto.

Es complicado, en est hay que ser condescendiente con los asesores genoveses, trabajar con un estólido con una soberbia mayor que la de Aznar. Una persona que realmente se ha creído que es muy listo, está muy preparado y se merece, por una cuestión casi divina, ser presidente del Gobierno como poco. Es tal la mitomanía que existe en esa cabeza que hasta presidente de la Tierra se le queda corto para rellenar la soberbia. Hasta los medios conservadores internacionales han hablado de infamia por su comportamiento durante la pandemia, pero eso no le afecta por el problema que tiene en su mente. Le dijeron que fue elegido por descarte para que no llegase al mando Soraya Sáenz de Santamaría, le dolió y por eso ha redoblado esfuerzos en aparentar lo que no es. Ahora vive arrastrándose por Madrid en busca de imágenes que demuestren al mundo que él es el más preparao, el más guapo y el más inteligente de todos los seres que habitan la faz terrícola. Y no es exageración, pregunten a la gente que le conoce un poco y verán que soberbia y estolidez son una mala mezcla. La realidad es que por mucho que le fabriquen encuestas las personas siguen prefiriendo a Sánchez (¡Con la que está cayendo!). Mucho llorar a los muertos en memoriales (¿quién los construye?) pero ni una sola muestra de lucidez para afrontar la pandemia. Le importa poco o nada que las personas mueran porque, sabiendo que es mentira que el virus afecta a las clases de igual forma, los suyos sobrevivirán de mejor forma. Buen esbirro de la clase dominante, lo que siempre ha sido un buen esbirro o machaca, pero pésimo para la vida humana.

El Gobierno Sánchez-Iglesias va sobrado

Con una fuerte crisis socio-sanitaria que ha desbordado las previsiones más optimistas del soberbio Occidente, más el añadido de la crisis económica del capitalismo por el parón obligatorio de numerosas actividades, el Gobierno de España debería haber sufrido en sus apoyos una bajada generalizada. Nadie puede negar que se han cometido numerosos errores, bien por enfrentarse a algo nuevo, bien por la propia impericia de quienes están al mando. Esas continuadas rectificaciones, esos pasos dados que en algún caso han resultado inexplicables o esas cansinas ruedas de prensa de decenas de ministros para que ninguno perdiese cuota de pantalla, son evidentes hasta para los más furibundos sanchistas o podemitas. Se han cometido errores y se han sufrido enormes presiones de la clase dominante, unas públicas (como esos comunicados de Ana Botín exigiendo la vuelta a la normalidad productiva) y otras buscando las sombras del poder. Nada de esto se puede negar. Si se le suma que hay algún ministro que cada vez que habla sube el pan y genera portadas hasta de los medios progresistas, lo normal a estas alturas del confinamiento pandémico es que los apoyos al Gobierno fuesen mínimos.

A los errores propios (cabe señalar que el mayor de todos fue decir que habría un mando único y no un control centralizado porque muchas personas piensan que personajes como IDA no tienen culpa del genocidio en las residencias de mayores), hay que añadir la campaña exagerada, malintencionada y antipatriótica de la prensa de derechas. No ha habido día en que no acusasen al Gobierno de los muertos, paradójicamente a la vez que pedían desconfinamiento inmediato; en que no acusasen al Gobierno de estar instaurando un régimen autoritario (ahí tienen a la Borjamari borroka pidiendo libertad); en que no hayan insinuado que había compras corruptas; en que no hayan mandado bulos y tergiversaciones por todos los medios habidos y por haber; en que hayan hablado de forma positiva de algo de lo que se ha hecho bien (gracias al Gobierno miles de trabajadores y autónomos tienen un respaldo económico); en que hayan exagerado hasta la lo estrambótico cualquiera de las acciones del Gobierno “socialcomunista”. Hasta cuando han hecho caso a la CEOE les ha parecido mal.

A eso súmenle un PP, como principal partido de la oposición, que se ha echado al monte pidiendo, no ahora sino desde hace más de un mes, salvar el capitalismo sin importar que mueran cientos de miles de personas; pidiendo que para paliar las consecuencias de la crisis se permita a los empresarios el despido gratuito; pidiendo cualquier estupidez propia de mentes incapaces y personajes mendaces mirando en interés, primero, de la clase capitalista y, luego, de lo electoral. Una derecha cavernícola, demagógica, populista, chabacana, inculta, mala follá y mentirosa que no ha ayudado en todo el proceso. Esto los “moderados” de Pablo Casado, porque la ultraderecha ha ejercido de ultraderecha pidiendo hasta un golpe de Estado militar. Bien es sabido que nunca les gustó un gobierno de coalición (de dos formas de ver la socialdemocracia), pero no han retrocedido ni ante las miles de personas que llenaban en Madrid el palacio de Hielo o la ciudad de la Justicia. Luego los harán mártires del coronavirus comunista, pero mientras tanto no han dudado en pasar por encima de los cadáveres. Y encima comprando las mentiras de Bieito Rubido y Francisco Rosell sobre la pérdida de libertad, cuando la realidad es que ambos medios están teniendo graves problemas económicos, ABC hará un ERTE (o ¿será un ERE?) en breve, y lo que buscan en realidad es la “paguita”. Vamos el sobre de toda la vida de los periodistas “sobre-cogedores”.

Con todo esto el apoyo al Gobierno no ha declinado en ningún momento. Lo dicen incluso las encuestas encargadas por los medios de la derecha reaccionaria. Tanto PSOE como Podemos se mantienen en los mismos números que antes de la crisis como reflejan las últimas encuestas (en las que peor les va son encuestas “encargadas” para generar opinión). Es asombroso que se mantenga ese apoyo con las distintas campañas abiertas contra el Gobierno de Sánchez, porque la crueldad típica y los bulos continuados contra Pablo Iglesias no ha cesado, y llegando a acuerdos con la CEOE. Curioso que siguiendo muchas de las recomendaciones de las patronales sigan en la derecha con su plan guerracivilista. Claro que estando José María Aznar detrás de todo el andamiaje político se comprende. Porque a Aznar, salvo dos o tres empresarios españoles, no le importa la economía de la mayoría de empresarios españoles, realmente él está a un juego geopolítico distinto. No sólo es uno de los políticos encargados por la CIA para vigilar lo que ocurre en América Latina, sino que también debe cuidar por las relaciones imperiales en España. Por eso la campaña contra el Gobierno, al que no dieron ni cien días de cortesía. Eso sí, el PP más que hablar, mal y con mentiras, podría hacer algo de trabajo parlamentario y presentar al menos “una” propuesta sobre algo, que realmente se han tomado el confinamiento como vacaciones pagadas por los españoles. De hecho Casado ha aprovechado para recorrer España saltándose el confinamiento y sacarse, cuando menos, seis carreras más. Pues con todo y con esto el Gobierno sigue teniendo apoyos fuertes y asentados. Cuando pase lo más gordo de la pandemia igual hasta se disparan en las encuestas, si Iván Redondo no mete la pata. Aunque va a ser complicado porque la caverna mediática tiene los ojos llenos de sangre; están salivando y mostrando los dientes; y tienen mucho que ganar (políticamente no, dinero, siempre con la prensa es dinero lo que hay detrás).

La “Borjamari borroka”

Andan cabreadas las tropas de la alta alcurnia. Se quejan que no pueden hacer lo que les da la gana como siempre han hecho. Se han quedado sin ferias y fiestas populares que vanaglorian pero que sólo utilizan para establecer su diferenciación de clase. La “Borjamari borroka” (el calificativo ha sido leído en Twitter pero no se recuerda al autor por lo que se pide perdón) ha salido en tromba, muy bien arreglados, con su “fachaleco” y sus mocasines limpios, a protestar contra la dictadura sanchista y la falta de libertades. Todo el barrio de Salamanca, escondite de bolichicos por cierto, en la calle protestando mientras sus mucamas preparaban la cena. Una protesta alimentada y jaleada desde los medios de comunicación de la derecha y en defensa de la democracia. Eso dicen, pero no terminan de entender la paradoja de su acción y la estupidez del fondo de su protesta. Lo que sí parece es que es consecuencia de no haber otorgado el paso a la fase 1 de la desescalada, siendo curioso que no viren las crítica contra quien ha impedido realmente ese paso por su mala gestión sanitaria: Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado. Habrá que explicar la paradoja, la mentira y lo que se esconde tras la protesta.

La paradoja de la protesta.

Al ser de las clases pudientes se acaba dando por obvio que la “Borjamari borroka” debe tener más capacidad analítica, más conocimiento intrínseco de la situación y más contactos con los grandes poderes económicos que el común de las personas. Se da por supuesto pero eso no quiere decir que sea así para cuestiones más allá de los negocios y el mundo de la droite caviar. Saben de negocios y chanchullos jurídicos (abogados de elite para que se comprenda) pero cuando hay que bajar al barro de la lucha política, como llevan encargándolo a especialistas comprados o a los peor preparados de la clase dominante, están desacostumbrados a entender que sus protestas llevan implícita una paradoja evidente. Si se les permite protestar igual, sólo igual, es porque existe libertad. Por tanto protestar en favor de la libertad dentro de un sistema que te permite esa libertad, salvo que se haga como una cosa naif, es paradójico.

Cabe la posibilidad de que estén protestando por una libertad desconocida y que tengan escondida en la clase dominante. Raro porque tienen a todos sus explotados trabajando presencial o telemáticamente en muchas empresas. Las que no han podido derivar el trabajo con sus gastos a la clase trabajadora, han contado con la ayuda del gobierno “socialcomunista” para aplicar ERTEs a mansalva. Por tanto libertad económica existe y lo que se ha visto restringido está siendo subvencionado para que no sufran sus llenos bolsillos. Libertad de estar en la calle libremente es verdad que se ha restringido, mucho más a la clase dominante y sus acólitos que a la clase trabajadora pues es la que realmente produce, pero ha sido así en todos los países y por cuestiones sanitarias. Claro que bien pensado, si hubiesen dejado salir a la “Borjamari borroka” desde el principio se hubiese provocado un proceso malthusiano de rebaja de la cantidad de personas en una clase social. Que igual es por esto por lo que se quejan, porque querían quitarse gente de la propia clase para acumular más riquezas y que sus tasas de ganancia aumenten. En ese caso podían haberlo pedido y haber negociado con el gobierno que la “Borjamari borroka” podía salir libremente e infectarse por una cuestión propia de la clase dominante. El problema es que si se infectaban podrían acabar con sus mucamas y mayordomos y eso ya no es sólo de su clase social.

La mentira.

Se quejan, porque el señor Bieito Rubido, director del ABC (periódico aún muy leído en el famoso barrio de Salamanca), desde que comenzó la pandemia y el confinamiento lleva quejándose de un recorte de libertades (expresión, reunión y políticas, sin contar la ciudadana de movimiento) y hablando de un camino hacia el autoritarismo del gobierno socialcomunista. Y claro, al estar todos los días con sus problemas domésticos, no visitar a los y las amantes, no tapear y sólo leyendo esa prensa cavernaria que se inventa lo mismo un caso de corrupción como un golpe de Estado encubierto, normal que la “Borjamari borroka” acabe por tomar las calles reclamando la vuelta a la normalidad. Hay que explicarles que no, que no hay recorte a las libertades, que es un invento de Rubido y demás edecanes del periodismo de clase dominante. Un invento porque pierden dineros no por otra cuestión. Algo que entenderán en la “Borjamari borroka”, que han debido coger por primera vez una cacerola en su vida, pues lo que les interesa es el pecunio.

Tras esa mentira están las manifestaciones no autorizadas de estos últimos días (en el Pinar de Chamartín han sentido envidia y también han sacado a su “Borjamari borroka”). Por cierto, al no ser autorizadas acudió la Policía Nacional para que no quemasen autobuses, mobiliario urbano, ni se lanzasen piedras o cócteles Molotov (aunque tengan nombre comunista). Algo que les ha parecido mal y represivo. Normal porque están acostumbrados a lanzar ellos y ellas a los aparatos represivos contra la clase trabajadora y no que les pongan algún tipo de cortapisa. Tampoco se pueden quejar porque, a diferencia de lo que pasa cuando la manifestación es de clase trabajadora, ni les han apaleado, ni les han tomado los datos, ni les han aplicado la ley mordaza al insular a los agentes policiales. Tan sólo se han parado allí, cuatro policías y ya. Pero eso es una ofensa de clase. A ver si Rockefeller no fue a prisión por asesinar a tiros a trabajadores protestando (que lo han visto en el Canal Historia), cómo les van a “acosar” así a ellos y ellas. “¡No ganamos una guerra para esto!” les ha faltado decir.

Lo que esconde la protesta.

Realmente, más allá de las estupideces que suelen proferir los esbirros políticos de la derecha, hay un fortísimo componente de clase en esas protestas. Hasta la fecha, porque no ha habido otra pandemia similar en un siglo, los confinamientos siempre se aplicaban a los demás. Las prohibiciones legales y sociales siempre han sido para los de abajo, para la clase trabajadora. La restricción de la libertad de expresión, ley mordaza mediante, siempre ha sido para el rojerío. “¡Que sepan quién manda!”. Y como ahora les ha tocado a ellos y ellas también pues les molesta. Porque a la “Borjamari borroka” le molesta que les equiparen a la clase trabajadora y al lumpen. Bastante aguantan. Ya aceptaron a regañadientes el voto universal y ahora quieren que también el confinamiento sea universal. Hay un sentido clasista de creerse inmunes a la legislación común, a las modas y a todo lo que surja del populacho y dentro de ese sentimiento clasista hacer lo que les place, sin ningún tipo de barrera, está en segundo lugar (después de la acumulación capitalista).

La “Borjmari borroka” protesta no porque España se haya convertido en un país autoritario, ni un régimen comunista, sino porque a ellos se les impide actuar impunemente como han hecho desde hace siglos. Les molesta que les equiparen, en lo único que hay equiparación porque los que mueren y enferman son de la clase antagónica, en restricción de un derecho (libertad de movimientos). No vaya a ser que quieran hacer más equiparaciones. Y esto lo dicen, dándose golpes muy patriotas en el pecho y con mucha bandera, mientras sacan sus dineros dirección Luxemburgo. Curiosamente la “Borjamari borroka” es una clara demostración de conciencia de clase, burguesa sin duda, que no se ve en otras clases. La protesta de la clase dominante y sus aliados pequeño burgueses contra lo que consideran pisotear sus derechos como clase que ejerce libremente y sin cortapisas su dominio. Y habrá trabajadores y trabajadoras (de esos que compran fachalecos en los chinos, paradójicamente también) que les apoyen sin percatarse de que apoyan una protesta de una clase que quiere pisotearles. Tienen todo el derecho a manifestarse. Más que lo deberían hacer, entre otras cosas porque demuestra que las libertades no se han recortado, aunque para la próxima a ver si hay un poco de igualdad y les dan palos como a la clase trabajadora, aplicando la ley mordaza. Esa misma que impulsaron contra las clases populares para que no protestasen y si lo hacían enchironarlas.

Medios al servicio de un partido

La llegada de un nuevo medio de comunicación debería ser acogida con alegría por el gremio. Al fin y al cabo, en una profesión tan corporativista, son más puestos de trabajo para esos miles de graduados que las facultades de ciencias de la información vomitan cada año. Si es un medio que se cataloga de izquierdas y que no tiene miedo a decir las verdades del barquero, entonces la alegría debería ser mayor pues no abundan. Sin embargo, a la prensa de derechas, bueno, en general a la prensa establecida, no le ha gustado nada la aparición de La última hora. Y todo porque es un periódico, tipo Ok Diario, de la cuerda de Podemos. No dicen nada de las patrañas del medio de Inda, ni de Periodista Digital, ni de los demás medios de la Brunete mediática y se tienen que meter con uno de la Brunete morada. Ha sentado mal, no por el reparto de la escasa publicidad, sino porque es el medio de Podemos. ¿Y qué? Eso se va a intentar explicar.

Hay que distinguir, en un análisis rápido, entre medios de partido (El Socialista, Mundo Obrero, L’Humanité o el último comentado) y medios al servicio de un partido (incluso se puede decir que medios al servicio de una clase social que indica a qué partidos apoyar). La última hora pertenece claramente a los primeros. Es un partido “de Podemos” con noticias generalistas, sí, pero marcadas por la orientación política de la formación morada. Nada nuevo, ni nada que extrañe. Allí se están congregando los columnistas “morados” que vienen publicando en otros lugares y ha asumido la dirección Dina Bousselham, ex dirigente de Podemos. Una mujer a la que la derecha, haciendo uso, como suele ser habitual, del machismo más asqueroso ha catalogado como “la ex-churri de Iglesias”. Un medio de partido que tendrá el recorrido que sea, pero que no se esconde en independencias partidistas o políticas. Se sabe para qué está y lo que va a publicar (la orientación cuando menos). Un diario de adoctrinamiento y señalamiento del contrario como alguno utilizado por Donald Trump en su momento. Han existido ese tipo de medios desde hace casi doscientos años y se asume sin más.

Ahora bien el problema no es ese tipo de periódicos, radios o televisiones, la clave de todo el asunto está en venderse como un medio independiente, serio y libre de ataduras (con la tendencia política que se determine por los fundadores), pero realmente trabajar al servicio de un partido político (en Francia cabría hablar mejor de una tendencia política). Es el caso en España de casi toda la Brunete mediática que está al servicio del PP. No de ahora, sino de hace mucho tiempo. Da igual que se elija uno u otro, todos acaban siendo siervos del partido mayoritario de la derecha. Ha habido alguna duda con la aparición de Ciudadanos ya que había demasiada corrupción en el PP. Y no es que a esos medios les haya importunado la corrupción, en muchos casos han mamado de ella, pero como las personas estaban ya comenzando a poner demasiada cara de asco se decidió dar cancha a un partido populista del sistema. Con el añadido de así frenar las simpatías que se estaban despertando en favor de Podemos. Fracasó Ciudadanos y sacaron del baúl de la naftalina a Vox para ver si así eliminaban cualquier atisbo de radicalismo. Pero, al final, vuelven al redil del PP pues, como se ha comentado en muchas ocasiones, está al cuidado del dinero de las subvenciones en muchas comunidades autónomas y eso es jugarse las lentejas.

Curioso que los que se quejan del medio de Podemos provengan de medios como El Mundo, convertido desde hace años en el Boletín Oficial del PP y en su medio de cámara para todas las infamias y juegos de despiste que se necesiten. Su director Francisco Rosell día tras día no hace más que repetir los eslóganes que se dictan en la calle Génova. Jorge Bustos, el director de Opinión, también se ha vencido, tras sus dudas con Ciudadanos y Vox, a adorar y lamer las botas del presidente del PP, Pablo Casado. Ayer, mediante un artículo que sólo puede provocar vómitos entre la gente letrada y/o con estómago, llegó a afirmar que el dirigente popular igual era demasiado decente para la política actual. ¿Decente quien ha plagiado artículos, sobre el que se tienen dudas sobre sus titulaciones, quien sufre de mitomanía? Si se habla para personas de normales para arriba, ese epíteto igual no encaja con el soberbio de la calle Génova. Ese tipo de artículos, como la entrevista a IDA del otro día, sólo se hacen como medio al servicio de un partido. Sólo se hacen en la esperanza de un quid pro quo que les reporte pingües beneficios a ambos. Sólo se hacen si se está vendido, casi siempre, por el deseo de los poderosos. Porque la totalidad de los medios de comunicación de derechas (que son la mayoría) están entregados a los deseos de la clase dominante. Como aparatos ideológicos en el Estado están para eso, pero de ahí a hacer constantes genuflexiones periodísticas hay un gran salto. Los poderosos piden que se vaya por una senda no que se bese el suelo por donde pisan los políticos.

En su tiempo decían que El País era el BOE del PSOE de Felipe González. Ahí hubo coincidencia de intereses sistémicos, pero si miran la hemeroteca, repartían duro cuando había que hacerlo. Otros que también lo hacían no tuvieron tanta suerte y sufrieron lo suyo para sobrevivir (siendo medios de izquierdas o progresistas). Pero lo que ocurre ahora es la sumisión y la servidumbre más grande que se ha visto en la historia de la prensa. Acusan a un medio de partido y no miran lo que vienen haciendo cada día. Por el vil parné o por el mandamiento de la clase dominante. Ya no defienden unas ideas (liberales o conservadoras, por ejemplo) sino que hacen política de partido mientras lo venden como independencia. A la izquierda también ha habido sus más y sus menos, pero no hasta el extremo de besarles los pies a los distintos dirigentes. Estos Rosell, Marhuenda, Rubido, Inda, etc., son verdaderos dirigentes de partido. Fíjense que El País está controlado por el banco de Santander (valedor desde los tiempos de Fraga) y no llega a esos extremos, aunque no les guste el Gobierno de coalición. Son directores al gusto de la calle Génova (a Zarzalejos se lo llevaron por delante por intentar ser digno). No porque casado hay dicho esto o lo otro. No pinta nada en realidad. Sino por las maniobras en la sombra de quienes controlan realmente el partido. Mientras los medios de partido van a cara descubierta, los medios al servicio de un partido se esconden. Seguramente será por vergüenza, si es que aún conservan cierta ética profesional.

Alcalde del PSOE dota con más mascarillas que Ayuso

Más allá de la polémica sobre si la mascarilla FFP2 sirve mejor o peor para evitar el contagio que una quirúrgica (realmente sin medidas adicionales de limpieza no sirve ninguna y si hay sobreexposición al virus más), la realidad es que desde la Comunidad de Madrid están vendiendo la entrega de una mascarilla (vía farmacias) a los residentes en la región como el no va más del esfuerzo sanitario de cualquiera que gobierne una institución política. Una buena acción que, sospechosamente, está encaminada a superar la Fase-0 y poder pasar a la Fase-1 y que la región recupere la actividad económica cuanto antes. Ya ha dicho Ana Botín que el día 18 de mayo todos a trabajar en el banco Santander en su puesto de trabajo así que tampoco hace falta mucha más presión al Gobierno. Una medida que, sin embargo, no es novedosa e, incluso, se puede catalogar como roñosa comparada con las que han hecho en otros lares.

La mascarilla, por muy FFP2 que sea, se acaba gastando si se utiliza de forma continuada. Esto es, si se usa para protegerse durante 8 o más horas al día acaba destrozada en dos días como poco. Por lo tanto el envío de la mascarilla de 6 euros es un gasto inútil a corto plazo. Si lo que se pretende es que las personas de la clase trabajadora estén protegidas evitando ese gasto a los empresarios, se han equivocado de camino. Si lo que se pretende es hacer demagogia pandémica ya es otra cuestión, pero en eso tampoco es que sean originales, ni hagan una labor útil. Emiliano García-Page ya ha propuesto el envío de cinco mascarillas quirúrgicas a cada casa de Castilla-La Mancha por correo, más las que se podrán recoger en las farmacias. Lo ha dicho, las mascarillas no han llegado, pero lo publicitó hace tres semanas. Mucho antes de que, mediantes bolsas de plástico muy mucho de Madrid, lo publicitase Isabel Díaz Ayuso. Iniciativa pandémica para la desescalada que, estando bien, no hay que negarlo, se queda corta para algo más que las personas que deberían permanecer en casa por peligro de enfermar e irse para el otro barrio.

Hay cargos públicos que sin tanta publicidad, que sin tantas alharacas, han hecho algo más por sus ciudadanos que la “popular” presidenta de la Comunidad de Madrid. Es el caso de Julián Nieva, alcalde de Manzanares (Ciudad Real), quien hace algo más de tres semanas previó la situación y compró material sanitario para proteger a su población. No es de los municipios más afectados por el coronavirus de la provincia, pero eso no arredró a su alcalde para prever que no todas las personas tendrían protección para salir a la calle cuando llegase la desescalada. Haciendo uso de dineros que ya no se gastarían, por lo pandémico, en otras actividades de la ciudad ha dotado a cada vecino de Manzanares con dos mascarillas quirúrgicas. Dos por persona, tuviese un año o noventa y ocho. Con eso se garantizaba que, hasta que otras administraciones (Comunidad, Diputación, Estado) tomasen alguna medida similar, la población estuviese protegida y el maldito virus fuese contenido. Siempre sin olvidar todo el protocolo de higiene. Igual piensan que esas 50.000 mascarillas son bastantes menos que las entregadas en Madrid. Sí, pero no hay que olvidar que el gasto para una institución y la otra puede ser similar dados los ingresos. Utilizar 100.000 euros para una ciudad de menos de veinte mil personas, es casi lo mismo que un millón de euros para siete millones de habitantes. Antes que en el negocio, el alcalde Nieva pensó en sus ciudadanos. Un alcalde del PSOE que enseña el camino a gentes que se creen mucho más listas y hábiles (sean del partido que sean).

No es el único caso, pues en numerosas poblaciones también alcaldes han tomado las medidas que han podido, pero sirve como símbolo de la importancia de las alcaldías en entornos rurales. Concentrando toda la visión en las grandes masas de los núcleos urbanos más poblados se pierde la perspectiva de las ideas y de la acción de los cargos institucionales que con menos recursos hacen, en muchas ocasiones, más cosas y con más antelación que otros que tanto venden la moto. Venden la moto porque ya tienen subvencionado el canal mediático. Ahora venden como medida estrella entregar una mascarilla cuando, como en el ejemplo de Nieva de Manzanares, otros han entregado muchas más y bastante antes para que, en cuanto la población estuviese en la calle, se proteja. Luego, como pasa en todos los sitios, la gente hará lo que le dé la gana (y se pondrán a toquetear todo y chuparse los dedos, que haberlas haylas) pero la protección se tenía al comienzo de la salida a la calle para poder pasear. En Madrid han estado sin protección yendo a trabajar. Diferencias entre la visión más cercana y la más lejana de la política. Cuando realmente importan las personas o cuando importan los votos. A Díaz Ayuso las personas le importan poco o nada salvo a la hora de votar (con que se salven las cuentas de resultados de la clase dominante va lista), a otros como el alcalde del PSOE de Manzanares le importan antes que los votos (sin descuidar los económico, no piensen mal). Si en estos días, de publicidad y estrategia de desviar la atención de las muertes y el caos madrileño, les cuentan que IDA ha logrado lo que nadie, recuérdenla que gentes como Nieva lo han hecho mejor y antes.

El efectivo “plan D” de Ayuso

Todo el mundo piensa que Isabel Díaz Ayuso es algo menos que un cero a la izquierda. No se puede negar que sus capacidades analíticas o culturales son mínimas, incluso que en el ámbito de la gestión ni se entera de lo que ocurre, pero no hay que negar que actuar, saber pegar los codazos necesarios y supurar odio lo hace perfectamente. No tomen a la presidenta de la Comunidad de Madrid como una persona que, en términos comunicativos en la política espectáculo de la postmodernidad, es inútil. No lo es, ni lo son quienes están detrás controlándola y dirigiéndola. Pensar que en el PP no saben lo que hacen es un error que viene posibilitando que lleven décadas sin soltar el gobierno madrileño y eso que han tenido una auténtica cueva de ladrones allí. Son expertos en la manipulación, lo llevan haciendo desde el siglo XIX como poco; trabajan la comunicación a-política como nadie y cuentan con el apoyo de una ingente cantidad de medios de comunicación bien remunerados.

Ayer salió una muy virginal Díaz Ayuso en la portada del periódico de cámara del PP, El Mundo, y todo el mundo pasó a hacer memes, a criticar lo irreverente que podía ser (¿Se han quejado desde la jerarquía eclesiástica? No, pues eso) y que parecía tonta. Sí, sí, tan tonta que las mentes preclaras de la progresía dejaron de criticar los bocatas de calamares de IFEMA, la bronca supina con Ciudadanos, el informe inútil que se envió para pasar a la fase 1 de la desescalada (cuando Madrid sigue siendo un hervidero de virus) o el problema que ha habido con las residencias de ancianos entregadas a manos de oscuros intereses privados. Ya nada queda de la mala gestión del PP con la crisis pandémica y sus primeros intentos de llevar a la clase trabajadora a la muerte para salvar a sus jefes económicos. Nadie se acuerda de la falta de material y camas hospitalarias e Madrid o cómo han fallecido personas en sus casas sin una mínima atención. Nada de lo que ha pasado, especialmente en los últimos días se recordará. La clásica maniobra de distracción para mentes líquidas que viven del meme. Y no sólo entre el común sino especialmente entre los políticos. Esto lo hacía de maravilla Esperanza Aguirre, que mentía sin parpadear y soltando alguna perla (lo típico era acusar a Leguina de no se sabe qué mala gestión de hacía 12 años, hablar de ranas o directamente controlar lo que decían en Telemadrid con sus correspondientes comisarios políticos).

Pensar que más allá de que la capacidad intelectual de IDA no es muy grande, es tonta es un punto de soberbia. Quienes están detrás de ella dejan a Iván Redondo en un tonto a las tres en esto de la comunicación y las bombas de humo. Miguel Ángel Rodríguez ya disfrazó a José María Aznar del Cid (ya intuía que era mercenario) y le acabó llevando a Moncloa, conspiración mediante. Jorge Vilches tampoco se queda atrás en la tarea de agit-prop. Pelearse con los comunistas y socialistas (los de antes) en la facultad curte bastante y no se amilana de utilizar todo el arsenal de la izquierda dándole la vuelta. Ponen a hablar de libertad y progreso económico a Díaz Ayuso y si mete la pata lo venden como naturalidad y persona sencilla. Saben lo que se hacen y son buenos, muy buenos en maniobras de distracción. Saben, además, que en la política espectáculo los contrincantes acaban por entrar en el trapo, bien porque muchos políticos viven del me gusta y los retuits en redes sociales (aunque los mensajes que lanzan sean completamente inanes) y caen en la trampa del escándalo inventado, bien porque hace mucho tiempo que no se baja al fango a pelear. Y en la derecha se mueven en el fango de la lucha constantemente.

A ello súmenle que la mayoría de medios de comunicación están de su lado, por mandato de la clase dominante, y que un aparato ideológico como la Iglesia también apoya, especialmente porque reciben cada mes sus cuarenta monedas de plata de las instituciones populares, para acabar conformando un gran aparato de desinformación, ideológico y, por tanto, político contra el que la izquierda, en demasiadas ocasiones, acaba entrando al trapo. Hacen más los grupos de redes sociales por amplificar las maniobras de distracción (con muertos a sus pies y sin seguridad sanitaria en Madrid) que los propios creadores. Incluso permiten a la interfecta hacerse la mártir y que le perdonen los cadáveres de ancianos de residencias. Después de no lograr llegar al mínimo necesario para pasar a la fase 1, con las consecuencias sociales y económicas que conlleva, la presidenta madrileña se irá de rositas porque han hecho su juego de forma perfecta. Mañana estarán con otra cuestión distinta y si hace falta cualquier otra boutade se lanza sin rubor. Como ya está creada la imagen de atontada, nada es imposible y acaba haciendo gracia, cuando lo que realmente causa es pavor y miedo. Mientras su discurso neoliberal sigue campando a sus anchas. IDA tiene un “plan D” siempre. Lo han mamado desde pequeños, no les subestimen.