martes, 30 septiembre, 2025

Tres eran, tres, los fichajes del Atleti

Mucho “¡ji, ji, ja, ja!” con la araña; mucho trabajo del equipo de marketing —en parte para luchar contra los aparatos ideológicos— con sus videos; mucha ilusión vendida desde todos los canales de redes sociales; pero la realidad es que el Atlético de Madrid ha fichado a tres jugadores. Tres eran, tres, las hijas de Elena, aunque en esta ocasión parecen que sí son buenas. Rubén Uría elevó el número hasta cinco fichajes, pero la realidad es que el equipo sigue con carencias más que evidentes para cualquiera que analice los partidos de pretemporada sin pasión.

Actualmente, inscritos en La Liga hay 23 jugadores (no están ni Julián Álvarez, ni el senderista luso, ni Samu Omorodion). 23 jugadores de los que Le Normand y Sørloth son las únicas novedades. De esos son carne de cañón o cesión/venta Carlos Martín, Mouriño y (cada vez menos) Galán. A estos habría que sumar al senderista y a Omorodion. Por lo tanto se quedaría una plantilla donde, con Julián, habría 21 jugadores. Carlos Bucero ha hecho un gran trabajo eliminando altos sueldos y jugadores muy lejos de sus buenos años, pero no se ha terminado ese cupo de salidas.

Parece que podría salir el senderista luso, más le vale a su representante Jorge Mendes después de reventar la operación trueque Gallagher-Omorodion, y dejar más espacio salarial en el Fair Play Financiero (FPF). Lo que sí parece es que pocos negocios más va a hacer con el Atleti a este ritmo (y que su cartera de jugadores ha bajado mucho de nivel). Más hueco supone permitirse alguna sorpresa o alguna oportunidad de mercado fuera de los cauces trazados por la nueva dirección deportiva, no que no se puedan realizar fichajes como el de Conor Gallagher. El Atleti sigue teniendo FPF, según fuentes de La Liga, para acometer esa operación independiente pese a lo que cuentan algunos por ahí. Lo que pasa es que no están a las jugarretas mendesianas.

Esto es el estado actual de la plantilla para el primer partido de liga el próximo lunes frente al Villarreal en su casa. Prácticamente los mismos jugadores que el año pasado daban pena lejos de casa con el cambio de Sørloth por Morata (algo mejora) y Le Normand por Savic (o el que estuviese disponible). No hay más. Los mismos que el año pasado sufrieron para ser cuartos y con algunas de las mismas carencias que se pudieron adivinar en el partido contra la Juventus en Gotemburgo. Sí, porque pese a las supuestas alabanzas por el triunfo, con goles del senderista y Correa, durante todo el partido la Juventus pasaba, por físico, al medio campo rojiblanco y entraban por las bandas de la misma forma que el año pasado. En los corners se sufrió menos por la presencia de las dos torres fichadas, pero ni el marido de Érika está bien físicamente, ni Koke y De Paul tienen capacidad defensiva suficiente sin las ayudas de los de arriba.

En algún jugador se siguió observando el mismo pasotismo y eso solo se resuelve con competencia de verdad. Es por ello que el Atleti necesita un fichaje claro en el mediocampo, uno físico, uno con presencia suficiente para cubrir lagunas. Tampoco la construcción futbolística fue enorme. Hubo un buen control del partido en algunas fases pero sin generar demasiado peligro y con poco juego hacia el delantero centro, que sí fijaba centrales y no estaba en fuera de juego. La presión tras pérdida, que sí se vio más en Hong Kong, no fue empleada demasiado y cualquier pelotazo a las espaldas de los centrocampistas generaba peligro.

Tal y como están conformándose las plantillas de primera división, muchos equipos no pueden aguantar a sus jugadores medio-altos y algunos no tienen ni 20 jugadores inscritos, es posible que el Atlético de Madrid pudiese obtener una tercera plaza con menos problemas que el año pasado. Incluso, sin cosas raras, podría quedar por encima del FC Barcelona, pero a 15 puntos en febrero. El equipo necesita dos o tres fichajes más, buenos de verdad para poder competir en liga, Champions y Copa; con Julián, por bueno que sea, no es suficiente. Algunos jugadores están muy acomodados y necesitan que les peleen el puesto para elevar el nivel competitivo. Por este mismo camino, la ilusión de hoy serán lágrimas mañana porque se sigue tropezando con la misma piedra.

Por qué el Atleti sigue siendo el equipo del pueblo

Antes de entrar en lo sustancial del artículo hay que decir que se podría cambiar el nombre del Atlético de Madrid por otros equipos de La Liga, exceptuando los del duopolio, especialmente el Valencia de comienzos de siglo que les peleó todo lo que pudo y le dejaron. Cada equipo que lucha contra el mal es merecedor de ese reconocimiento romántico, el problema es que cada vez son menos los que deciden competirles. Algunos por graves problemas económicos, otros por inutilidad de sus dueños, algunos por falta de coraje. La mayoría prefiere ser casi un filial y esperar a ver si les caen las migajas que dejen. Pero ir a confrontar al mal, parece que solo queda uno.

Como bien dice Pepe Pasqués, el Atleti debe volver a ser ese equipo que provocaba el fallo de los integrantes del duopolio. Siendo esto lo deseable y lo que se vislumbra con los pocos fichajes de este año, el Atleti no compite tan solo en el terreno de juego sino que debe hacerlo más allá. Siendo el FC Barcelona algo más regionalizado y por ello necesario para sustentar el duopolio establecido desde las más altas cúpulas económicas, políticas y sociales, la realidad es que el innombrable es el equipo de la clase dominante. De hecho es clase dominante en sí. Dando igual que lo dirija el señor de Pío XII u otra persona de similar posición.

Luchar contra el equipo-clase dominante no supone solo competir con menor capacidad económica —el Atleti no puede dar 130 millones de prima de fichaje (ni el Barça actual)—, es que además debe competir contra toda una estructura de poder que ocupa los lugares de decisión deportiva (RFEF, CTA, La Liga, UEFA, FIFA) y política (regalar un negocio de 500 millones o recalificaciones); los lugares de decisión económica (el Atleti está vetado en algunos grupos de inversión); y lo que de ello se deriva: el control de los aparatos ideológicos. Lo económico acaba influyendo, en última instancia, pero toda esa estructura social e ideológica que acaba conformando el nacionalmadridismo es un muro complicado de derribar.

Los medios de comunicación, de cualquier tipo, están entregados a esa clase dominante, monopolísitica y autoritaria, que es el innombrable. Da igual que lo haga bien o mal, todos se pliegan a los deseos de la coalición dominante que no solo conforma el señor de Pío XII sino otros elementos situados en su misma posición de clase. Un caso claro sucedió ayer. A las pocas horas de oficializarse el fichaje por el Atlético de Madrid del campeón del mundo y de la copa América Julián Álvarez, se filtró al New York Times (fíjense hasta donde llega el poder) que a un jugador del innombrable le habría ofrecido 200 millones de euros al año.

El artículo del medio estadounidense fue replicado inmediatamente por los medios españoles ocultando la gran y verdadera noticia del día. Paradójicamente la existencia de aparatos ideológicos no quiere decir que sean utilizados por personajes lúcidos, por ello se descuidaron afirmando que el Fondo de Inversión de Arabia Saudí había cerrado el grifo de los millones al equipo que presuntamente quería fichar a ese jugador. No se percataron que si le habían cerrado el grifo de los petrodólares no podría pagar. A más, a más, tampoco contaron lo que sí venía en el medio estadounidense, que la oferta había sido realizada en diciembre de 2023, con lo que la supuesta exclusiva perdía toda su fuerza o actualidad. Ofertas reciben muchos jugadores desde Arabia.

Lo importante no es que las noticias fuesen un invento o no correspondiesen con al realidad, lo importante era opacar la noticia de que “el equipo del pueblo” había fichado a Julián Álvarez. Un jugador diferencial al que han sido capaces de arrancar de las odiadas manos de Josep Guardiola (algo que debería ser motivo de alegría) y el equipo-Estado Manchester City. Así actúan los aparatos ideológicos para convertir a los seres humanos en meros títeres de los poderosos, de la clase dominante. En el fútbol y en la vida normal. Ya llevaban toda la semana lanzando el bulo de que el Atleti no podía gastarse dinero en fichajes porque no lo tenía, dando igual que periodistas hiciesen las cuentas y mostrasen que hasta sobraban céntimos para más.

La Conmebol sacó un mensaje en redes sociales felicitándose de que Álvarez llegue a un equipo que tanto y tan buenos jugadores sudamericanos ha tenido en su historia y esto no es posible, hay que derribarlo. Javier Tebas nada ha dicho, pese a que, supuestamente, este fichaje serviría para potenciar esa empresa que dirige. Solo le valen los fichajes del innombrable y de su Némesis, el FC Barcelona. No puede tener aficionados más allá de las fronteras españolas —y dentro que sean contados— porque impide a las empresas de la coalición dominante tener garantizado su mercado de captación.

Por todo ello, porque se lucha contra una potente estructura de poder político-económico, es por lo que se dice que el Atleti es el equipo del pueblo. La rebelión de la clase media si lo prefieren. Es del pueblo porque no está dentro de esa estructura de poder (algunos lo están en sus estructuras regionales); porque lucha no solo deportivamente sino contra mecanismos del poder que condicionan desde un arbitraje hasta una noticia en cualquier medio; porque supone una rebelión contra el orden establecido. El Atleti no tiene aparatos ideológicos —aunque dentro de la rebelión están las plataformas de outsiders como el Club Uría y tantas otras, como los podcasts— pero está ahí, molestando hasta el punto de acabar por condicionar el discurso dominante por tres fichajes, ¡¡¡tres!!! Igual mañana es el Valencia, o el Sevilla, o el Villarreal el equipo del pueblo, de momento, hoy, lo es el Atleti y lo es por todo lo anterior.

Entre el senderista, los insiders y la gitana me estáis dando el verano

Ilusión no, pero ver que por una vez parece, y solo parece, que las cosas se pueden hacer bien en el gilcerezismo, siempre me genera algún tipo de expectativa. Los fichajes de Le Normand, Sørloth, Gallagher y Julián Álvarez son un buen camino para un Atleti competitivo. Lo he dicho en innumerables ocasiones y este verano no podía dejar de recordarlo. Las salidas han sido correctas, especialmente la de Morata, y quedan unas cuantas más; como llegadas todavía son necesarias. En estas últimas el gilcerezismo hará de las suyas y no podrá terminar lo que bien había comenzado. Son así desde que se apropiaron del Atleti sin poner un euro.

Ahora bien hay cosas que me ponen frenético, me desquician, me soliviantan en este mercado del Atlético de Madrid. La primera, los insiders, esos supuestos seres que dicen tener información o que la copian y pegan del más flipado que está por las redes sociales. Quitando a los italianos, que ya se sabe para quién o qué trabajan, los del Atleti van dado palos de ciego y han llegado a ofrecer cerca de 110 nombres distintos de fichajes. Les utilizan representantes o les chulean desde dentro del propio club. Da igual, pero eso de la confirmación por dos fuentes distintas no lo llevan bien y sueltan lo primero que les llega. Los primeros días tienen su gracia hasta que dejan de tenerla. Al menos Juantxito se lo trabaja aunque le cuelen algún gol que otro. Insufrible porque acaba por distorsionar totalmente la realidad, la verdad.

Luego está lo del senderista. ¿En qué momento alguien en su sano juicio llegó a pensar que ese tipo debe quedarse en el Atleti? En sus perfiles de redes sociales, al menos en Twitter, sigue con la camiseta de otro equipo. Por no hablar de cuando se agarró los huevos para celebrar un gol al equipo rojiblanco. Algunos dicen que tiene mucha calidad. También la tenían Pepe de la Sagra o Avy Nimny, pero no les daba para jugar en un equipo grande de Europa. Hacer un partido bueno y siete malos, hasta yo cuando era joven podía hacerlo. Rubén Uría está dando el coñazo todo el día con ello y si a ustedes les parece exagerado, imagínense lo que me toca aguantarle por whatsapp. Es una pedrada que le ha dado. ¿Jugador perro que haya triunfado? Romario, el resto se lo ha tenido que currar de alguna forma. Y el senderista ni se lo curra, ni lo demuestra. Fuera mañana. A Birmingham o a Arabia.

Y ya para rematar la faena, la vuelta a la canción gafe de la temporada pasada. Todos los partidos cantando “la gitana” y casi ni nos clasificamos para Champions. Pues ahí la tienen otra vez presente en la llegada de Julián Álvarez a Madrid. ¿No se saben otra canción argentina para darle la bienvenida? Ya le están gafando al pobre chaval. ¡Ojo! Que a mi no me importa que vayan con un sol de justicia a intentar verle, cada cual es libre y no deja de ser una locura maravillosa, pero, mamones, cantad algo que no sea gafe que ya lo veo todo oscuro y de forma negativa. La cancioncilla esa está prohibida ya porque es gafe. Muy gafe.

Que estamos disfrutando de las personas desnudas corriendo por las calles de España, del Atleti de los guapos, de las risas con la policía de los fichajes, no vengáis a joder.

Post Scriptum. Otra cosa, de menor importancia, que me tiene alucinado es toda esa gente que dice que no se puede hacer una presentación de algún fichaje porque eso es atentar contra la historia o nosequé honor. Pues yo he visto presentar a unos cuantos jugadores en el Calderón y no pasaba nada. Incluso al nefasto Pato Sosa. También es cierto que antes se presentaba a la plantilla en el Villa de Madrid y ahí veías a todos los fichajes. Pero a Lukic pude ir a verle dando sus toques en el césped y no ha sido ni gloria, ni nada del Atleti. A ver si los que no conocen la historia…

Post Scriptum 2. Los pantalones rojos con el uniforme normal del Atleti también me exasperan.

Prueba de fuego real para el Atleti

Se acabó el tiempo de los doce mil canteranos disputando encuentros que solo servían para ir cogiendo ritmo. La caída de la gira por Asia, que también ha afectado a equipos italianos, ingleses y al PSG, ha provocado que el Atlético de Madrid se vea en la obligación de llegar a su tercer partido amistoso sin rodaje pero con la imperiosa necesidad de no hacer probaturas más allá de algún detalle. Los que jueguen esta noche contra la Juventus tienen muchas probabilidades de ser titulares frente al Villarreal dentro de una semana.

Será un partido con la intensidad necesaria para replicar lo que va a ser el debut liguero. Sin los esperados refuerzos —Gallagher va a obtener la pensión de jubilación antes de oficializarse— y con más déficits de lo esperado al comienzo de la pretemporada. El Cholo Simeone se lleva para el partido un número de jugadores similar al de un partido de competición. Los que tiene disponibles, en realidad. Oblak sigue con las molestias de la Eurocopa. Giménez está siendo cuidado con especial esmero por ser un futbolista de cristal, lo que sucede de igual forma con Lemar y Molina (en este caso debe haber llegado en mal estado físico). Vermeeren, Carlos Martín y Galán apuntan a salir (dos cedidos y el otro ¿vendido?) en breve y se protegen. Y no hay más.

Pese a lo que se vende desde las altas esferas, con esta convocatoria quedan claras las carencias del Atleti. Una defensa con lo justo, o menos de lo justo, donde Le Normand es la única alta y el resto jugadores mayores a los que no habría que exigir demasiado. El resto para cubrir huecos, jugadores del filial verdes aún. En el medio del campo la situación tampoco es para echar cohetes pues es obvio que dos jugadores, o más, serán carrileros y no mediocampistas. Quedan cuatro, eliminando a los dos chicos del filial, dos que sí deberían llevar la manija, uno que saldrá seguro por carecer de calidad suficiente para un equipo como el Atleti y un cuarto que no se sabe dónde jugará. La delantera es lo único decente, aunque con uno que se quiere largar (senderista portugués) y veremos si uno o dos que acaban saliendo.

A pesar de ese panorama, el Cholo va a disputar el encuentro como si fuese casi de competición. Va a exigir a los que jueguen que aprieten los dientes como si fuera un partido de Champions. Es un partido con fuego real y ese puede ser el problema en realidad. Sin Julián Álvarez, ni el inglés todavía, el equipo se enfrenta a sus propios miedos y vergüenzas del año anterior. Es una prueba que puede arañar —tampoco se puede decir dañar tan pronto— el ánimo de la hinchada respecto a lo que vendría a ser la temporada, especialmente para mal. Porque si fuese para bien, mediante algún tipo de goleada, al final sería para mal porque Miguel Ángel Gil podría entender que no hacen falta más movimientos y dejar al equipo con esa cojera que se ve perfectamente en la lista de convocados.

No es un partido amistoso más. De esos de simple preparación. En esta ocasión hay mucho más en juego. Algunos se lo perderán porque seguramente vayan en masa al aeropuerto para ver la llegada del delantero argentino, pero los que queden viendo el partido estarán analizando todo al detalle. Lo del año pasado, ese dejarse llevar porque sí en algunos partidos, no se puede permitir este. Al Cholo se le mirará con lupa si tiene al equipo preparado, más allá de que se incorporen realmente los dos nuevos fichajes, para el comienzo. Y se calibrará al marido de Erika por si está por jugar o por hacer unas risas. De todos, Sørloth es el que menos peligro corre, salvo que falle lo que no hacía Morata, algo casi imposible. Prueba con fuego real a una semana del comienzo de La Liga.

El fútbol salva las olimpiadas

El COE ya ha salido a fardar de 17 medallas olímpicas, las cuales serían las mismas en cantidad que las conseguidas en Tokio. La realidad es que de oro solo son cuatro. Una en los barquitos, otra en la marcha mixta, otra en los saltos largos de chicos y la última del fútbol masculino. Ya está. Esa es toda la pesca buena. Para los deportistas de plata y bronce será algo para recordar toda su vida, pero del segundo no se acuerda nadie y del tercero aún menos. Por no hablar de los diplomas olímpicos. Todo ello sirve para renovar becas y está muy bien por el esfuerzo de los deportistas, pero no deja de ser un fracaso para un país como España.

Como sucedió durante un tiempo con el baloncesto, en estas olimpiadas el fútbol masculino será el salvador, de cara a los españoles, del evento deportivo. Al final la gente se acordará más del oro futbolístico que de Diego Botín y Florian Trittel (¿saben quiénes son?), o de María Pérez y Álvaro Martín, o de Jordan Díaz Fortún. Primero porque España es muy futbolística y ese peso emotivo vence a la alegría de ver saltar casi 18 metros a un chaval de 23 años. Segundo porque el propio COE se esconderá, otra vez, detrás de esa victoria para no afrontar que la mayoría de medallas han sido por chiripa y en deportes minoritarios para la mayoría de españoles.

El fútbol gana porque se puede practicar con cualquier objeto que ruede. Comprarse una canoa, o un barquito —pese a todos esos que fardan en Facebook o Instagram subidos a uno, que no es suyo— no está al alcance de cualquiera. El atletismo es más popular pero muy minoritario por culpa de las federaciones y la administración pública.

Será la olimpiada en que España ganó el oro en fútbol aunque al no tener jugadores de ese equipo innombrable igual se pasa rápido a otra cosa. Aunque no se lo puedan creer, no hay ningún jugador de ese equipo. Los hay de casi todos los buenos equipos de primera e incluso del PSG, pero de ese no. Y todo porque invierte en la cantera brasileña y francesa y desprecia a la española. El “equipo de España” o el falso “equipo del pueblo” resulta que se fabrica en Brasil y Francia. Mientras tanto Fermín, Cubarsí, o Barrios son producción propia y jugarán en primera división. ¡Qué cosas!

El Atleti de los guapos

Enfrascados en fichajes de renombre y calidad, esos mismos que no le han gustado a la policía de los fichajes, ha pasado desapercibido que este Atlético de Madrid está gestando algo que también tiene su importancia en estos tiempos. La construcción del Atleti de los guapos es una puerta del marketing que habría que explotar. Esos apolíneos jugadores tienen un mercado interesante, el cual puede y debe ser explotado para esos ingresos atípicos que son fundamentales en todos los equipos de fútbol.

Yu, la Community Manager del Atlético de Madrid, se ha dado cuenta del tirón y los comentarios que generan las imágenes de un buena parte de los jugadores. Las groupies de Azpilicueta, que no tienen rubor alguno en valorar a otros jugadores, son ya conocidas, pero también Marcos Llorente o el recién fichado Robin Le Normand están teniendo un tirón más que interesante. Los fichajes realizados, además de lo futbolístico, tampoco son desechables en el aspecto estético. Sørloth tiene esa belleza vikinga que está entre lo exagerado y lo grecolatino. Conor Gallagher, pese a esa coleta corta que gasta, no es un jugador feo.

Cansadas (y cansados) de estar siempre con jugadores que parecen salidos de una prisión o de la parte latina del Bronx, por esos excesivos tatuajes, al Atleti están llegando otro tipo de perfiles estéticos que parecen haber captado la atención de las féminas rojiblanca… y de las que no lo son. Otros equipos pueden presumir de trofeos o jugadores carísimos, pero estéticamente están muy por debajo del Atlético de Madrid. Lo varonil, que en nada se debe confundir con lo machista, comienza a estar de moda, especialmente entre las consumidoras con más recursos, y ahí el Atleti tiene un buen nicho de mercado.

De hecho el Atleti tiene el mejor atractivo para ese nicho de mercado. No solo es alegrarse la vista de vez en cuando, sino poder sacarle partido mediante publicidad. Atrae siempre más un agraciado estéticamente que uno que no. Y da igual la raza, Lino no es feo, por ejemplo, el caso es tener ese atractivo necesario para ser un recurso económico más. Las atléticas son las más agraciadas, por aquello de estar más pendientes de su equipo, pero no hay que desestimar profundizar en el mercado. Al final la colonia que se compra al novio, amigo, amante o marido —al marido menos— tiene su nicho deportivo. Las camisetas de cada uno de ellos tampoco son despreciables para una compra, irracional en muchas ocasiones.

El Atleti de los guapos solo compite en lo deportivo, en lo estético gana por goleada al resto de equipos. Seguro que las groupies están de acuerdo.

Utilizar Venezuela para otros fines

¿Alguien ha escuchado al PP o a Vox preocuparse por las dictaduras que existen en otros países del mundo que no sean Venezuela o Cuba? Algún raspón a Rusia o a China pero callados con todas las dictaduras islámicas, las de derechas o los asesinatos de cristianos en numerosos países, incluyendo Israel. Tampoco en Podemos se ha escuchado defender los Derechos Humanos salvo en Venezuela o Nicaragua. Al final, en España, están haciendo el juego venezolano porque les interesa para su batalla política interna. Venezuela, en sí, les importa entre poco o nada. A algunos les interesa por cuestiones económicas personales.

Que José Luis Rodríguez Zapatero está haciendo el ridículo constantemente con el Grupo de Puebla es obvio. El expresidente del Gobierno siempre ha sido un muñeco de las posiciones más estúpidas que se podían encajonar a la izquierda. Vientres de alquiler, allí que va a defenderlos por activa y pasiva. Pseudodictaduras latinoamericanas, allí que está defendiéndolas. Buen dinero debe estar sacando porque hacerlo gratis es para ponerle dos medallas, una de badulaque y otra para que no se le olvide. Tampoco piensen que es el único, José María Aznar también defiende otros intereses que le reportan pingües beneficios y son perjudiciales para España.

Se comprende que The Objective haga de Venezuela una gran causa, al fin y al cabo, sus dueños son millonarios venezolanos, pero el resto de periódicos ¿qué? Utilizan Venezuela para atacar al Gobierno o para defenderlo. ¿Les interesa Venezuela? No. Y existen pruebas de ello. Cuando el autoproclamado Guaidó había que utilizar Venezuela contra Podemos, luego años sin saber qué pasaba en el país sudamericano. Ni sus peleas con Guayana, ni nada. No interesaba porque no daba posibles réditos españoles. A Pedro Sánchez, por cierto, esto ni fu ni fa y además le hacen luz de gas de sus tropelías, como subir la edad de jubilación por la puerta de atrás.

Incluso los que se tienen por los más católicos de España, más en Vox que en el PP, han salido a criticar al papa Francisco por su supuesta tibieza contra el dictador venezolano y las trampas electorales —por cierto, si saben que es un dictador ¿a qué viene decir que es un cacicada lo de las elecciones? Lo normal en una dictadura almas cándidas, salvo que pretendan hacer, que las hacen, comparaciones—. Tan católicos son que ni saben qué dice la doctrina de la Iglesia, ni entienden las palabras del romano pontífice. ¿Qué querían que dijese, que se levantasen todos a matar a Maduro y que no quedase vivo ninguno? Ya prevenía hace casi sesenta años José Jiménez Lozano sobre este tipo de católico. El Papa debe fomentar la paz y la concordia, más entre cristianos. Pero los católicos protestantizados españoles son de coger el látigo con mucha facilidad pero olvidarse constantemente de la caridad.

Mañana, cuando Carlos Puigdemont aparezca por la frontera, se olvidarán de Venezuela, de los venezolanos y del sursuncorda. Aquí lo leyeron primero.

Policía de los fichajes ¡Here we go!

No se sabe a ciencia cierta el motivo pero es obvio que el Atlético de Madrid se ha lanzado a la captura de buenos fichajes en este verano. Acostumbrados a la mediocridad, los rodillas raras y las cesiones de amigos, los aficionados rojiblancos llevan dos días corriendo desnudos por las calles. El jeque Mochilo, esto es, Miguel Ángel Gil, ha sacado la billetera y parece que nadie le va a parar. Bien porque Simeone le haya echado la bronca (supuesto menos claro); bien porque los fondos de inversión Quantum y Ares —que también está en el Chelsea, por si interesa— le han apretado por aquello de la venta (como les contamos); bien porque una vaquilla en Valdeolivas le haya dado un topetazo —aunque dicen que está por Sancti Petri—, hay fichajes increíbles.

Poder quitar a equipos ingleses, más si tienen propiedad de Emiratos Árabes, jugadores de calidad, no está en la mano de cualquier equipo. Cuando menos si son españoles. El jeque Mochilo lo está haciendo y sorprende a la par que parece molestar. ¿El porqué? No está claro pero podría ser por un caso de gataflorismo —término de Rubén Uría que parece haber salvado la memoria de sus ancestros— o de pura envidia. Si no se fichan se quejan de baja calidad de la competición y si se fichan se quejan de nula capacidad financiera. El caso es quejarse o envidiar no estar en el foco mediático después de haberte gastado 190 millones. Porque, pese a lo que digan algunos, se han gastado 190 millones para solo dos y por esa cantidad el Atleti trae a cuatro, cinco o seis.

Hubo muchas risas con la triquiñuela del agente de Dovbyk y su salida rumbo a la Roma; con la negativa de Merino a venir porque, decían ambos, no hay proyecto deportivo. Eso lo han retransmitido y repetido hasta la saciedad. Hoy con toda esa tormenta de fichajes, que no ha terminado, tras ver alegría y portadas (en realidad huequillos en las portadas) y ver el cachondeo en las redes sociales porque, hasta ayer, uno de los fichados tenía un sueño desde niño que parece no haberse cumplido, ha aparecido la policía de los fichajes.

En su mayoría ese cuerpo policial mediático y de redes es el mismo de la policía de las celebraciones, de las pausas de hidratación, de los vídeos que pueden subir los equipos… Lo extraño, en esta ocasión, es que se están sumando policías de otros lares como Donosti o Bilbao. También los hay de Barcelona pero, parece, que es más por cabreo con Joan Laporta, ergo cierta envidia, que por algún sistema de represión. Desde Valencia también hay ojeadores pero por enfado con Peter Lim en su mayoría.

Una policía que, con pocas luces, viene a quejarse y a intentar reprimir cualquier tipo de celebración o festejo con el añadido de poner en cuestión los propios fichajes. Lo de los tontoslaschampions, especialmente su sección de Tegucigalpa, es un clásico permanente, ahora aparecen los periodistas diciendo que es imposible que se puedan hacer o encajar todos esos fichajes porque ellos saben las cuentas del Atlético y es imposible. No saben la deuda de su equipo como para conocer la de los demás; no saben cómo funciona el Sistema Financiero de La Liga como para saber qué encaja y qué no; no saben matemáticas como para hacer sumas y restas, pero como buena policía de los fichajes está presta a la represión.

El padrino del fútbol pensaba fardar por toda España (que puede hacerlo) e imponer su sistema totalitario. El problema es que jeque Mochilo con los fichajes de Julián Álvarez y Conor Gallagher (con un tirón mediático y comercial mucho mayor de lo que se piensa en España) le hace sombra, le tapa, le impide ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro (aunque cada día está más cerca de esto por lógica biológica). Mientras los fichajes eran Le Normand y Sørloth, completamente menospreciados pese a su calidad, todo eran bromas. Ahora con los dos jugadores arramplados a la Premier, ya no hay risas. Tras gastarse cerca de quinientos millones en cuatro años, le parece mal que alguien gaste casi lo que no ha invertido en ese mismo período.

La policía de los fichajes seguirá haciendo mal las sumas, quejándose del equipo del pueblo —por cierto, nada tiene que ver con dinero, pero no lo llegan a entender—, poniendo en duda todo porque, en realidad les molesta que a los demás les vaya bien. No se entiende eso porque el añadido bilbaíno y donostiarra no tiene sentido, salvo que se hayan creído que podían echar del escalón alto de La Liga al Atleti para siempre.

El extraño caso de gente desnuda corriendo por la calle

Ayer tuvo lugar un extraño suceso en varias poblaciones de la geografía española. Personas sin identificar con algo político o ecolocoñazo salieron a correr desnudas por las calles pronunciando frases incoherentes. Móstoles, Daganzo, Tresjuncos, Villarrubia de los Ojos, Puerto Lápice, Denia, Murcia, Villagarcía de Arosa y otras tantas más han visto pasar por sus calles a esas personas desnudas.

Contactada la policía municipal de Móstoles, se puede confirmar que la persona detenida a la altura de la rotonda del Single Love iba gritando «¡Subirse a mi barco, subirse a mi barco!». En la costa levantina han sido detenidas otras personas que gritaban «¡El jeque mochilo se ha vuelto loco!». En Murcia, un señor mayor, sin necesidad de correr, portando una pipa y con chaleco como única prenda portada afirmaba, según la policía local, «¡Ya me da igual todo!». La Guardia Civil ha reportado que en las provincias de Ciudad Real y Cuenca los nudistas extraños tenían como lema «¡Solo falta que salga el senderista!».

Ninguna de estas frases, según los investigadores policiales, tienen aparente conexión, ni suponen algún tipo de reivindicación de algún grupo de oprimides, ni nada por el estilo. No encuentran explicación, pero aquí, en Diario 16+, sí se ha podido encontrar esa conexión extraña. Son aficionados del Atlético de Madrid que, ante las últimas noticias, han salido, sin haber contactado entre ellos, a celebrar que, después de tantos años de gilismo, cuando menos los nombres que suenan como fichajes para su equipo son decentes. Es más, que quepa la posibilidad de fichar a un jugador de un equipo financiado por Emiratos Árabes, como el Manchester City, ha desatado esta locura transitoria.

Sí, porque el aficionado rojiblanco ha estado acostumbrado a las heitingadas, los fichajes del amigo representante portugués, a fichajes buenos que ya estaban vendidos antes de fichar, a mamoneos con fondos de inversión o al clásico rodillas raras. Salvo muy contadas ocasiones, y más por despiste que por acierto, han ido llegando jugadores que asustaban con solo nombrarlos. Jugadores que no ilusionaban, salvo para aquellos que se ilusionan con cualquier cosa, o que venían ya de retirada. Cualquier nombre con cierta relevancia era obvio que no llegaría a vestir la zamarra rojiblanca (o del extraño formato que decide Nike).

Este año Miguel Ángel Gil, bien sea por presión de sus socios financieros, bien sea porque se ha dado un golpe al caer de un caballo o de un testarazo de una vaquilla, se ha puesto a fichar como si no hubiese un mañana y con fichajes aceptables tirando a buenos. Por eso han salido desnudas esas personas, no porque, al final acaben llegando todos los nombres que se dicen, pues el resquemor y la prudencia son recomendables con el gilcerezismo. Y también porque, aunque no se fiche todo, el nacionalmadridismo está rabiando.

Los sanchistas empeoran todo intentando defender el acuerdo Sánchez-ERC

El ridículo que están haciendo el nutrido grupo de sanchistas afiliados al PSOE defendiendo del acuerdo unilateral, al que ha llegado Pedro Sánchez con ERC, es de los que serán recordados. Más les vale borrar todos esos mensajes escritos en redes sociales e intentar que los vídeos de sus intervenciones no vuelvan a aparecer porque les marcará en el futuro. Pese a que la clase política tiene más cara que espalda y aguantan lo que les echen, esto sí que puede hundir carreras por mucho que se arrastren y genuflexen en el futuro.

Tras pasar un par de semanas intentando que el susanismo, que todavía queda en el PSOE de Andalucía, no se reorganice, Juan Espadas ha salido a defender a su sanchidad con una enorme boutade. Además del “¿Qué hay de lo mío?” típico del populismo andaluz, ese que tan engarzado se encuentra a la figura de Blas Infante, por tener escasos conocimientos de la estructuración de un Estado, ha terminado defendiendo casi la independencia de Cataluña y, a la vez, el acuerdo plural entre participantes regionales. ¿Contradictorio? Sin duda. No se enterará Espadas porque la ignorancia le impide tener constancia de ello. Ahora bien, le ha extendido alfombra roja al incompetente de Bonilla.

Dicen los defensores del acuerdo Sánchez-ERC que todo lo allí firmado está en la Declaración de Granada. O bien no se han leído la declaración, o bien tienen problemas de analfabetismo funcional. Si algo dice la susodicha declaración es que todo se acordará de forma plural y con igualdad entre regiones. Lo que olvidan la mayoría, porque además de incomprensión suman memoria de pez, es que esa Declaración le fue impuesta a Alfredo Pérez Rubalcaba por el PSC y los chaconistas.

Enfadados ambos grupos por haber perdido el congreso del partido, pese a contar con el apoyo del anterior secretario general José Luis Rodríguez Zapatero —igual por eso perdieron y todavía no se han dado cuenta—, estuvieron conspirando y poniendo palos en las ruedas al nuevo secretario, con personajes como Patxi López (todo hay que decirlo), y solicitando el derecho de autodeterminación. Rubalcaba, tomando como modelo un documento de la Fundación Alfonso Perales andaluza, convocó una reunión amplia en Granada para salvar el cuello, momentáneamente, con la susodicha declración, la cual hablaba de federalismo pero no de fueros o privilegios como sucede en el caso Sánchez-ERC.

En su momento Zapatero, el más sibilino y dañino secretario general que ha tenido el PSOE hasta Sánchez (que está en la pelea por el trono), firmó el pacto del Tinell para dejar fuera a la derecha en un abrazo con los secesionistas/independentistas de todo color, algo que el PSC —partido compuesto por independentistas cobardes pero tan catalanistas o más que los de ERC (de ahí que Gestora les parase los pies aunque con Sánchez han vuelto a las andadas)— celebró como un triunfo partidista y monetario (les daría muchos cargos para mantener a toda esa recua de paniaguados que tienen en Cataluña). Por eso cuando Rubalcaba, que defendía el federalismo, el de verdad, no el inventado/manipulado, se hizo con el poder del PSOE se lanzaron a su cuello. Aspiraban a gobernar en Madrid por persona interpuesta (Carmen Chacón) y se quedaron con las ganas.

Porque Zapatero, como Sánchez, no saben qué es el federalismo o el confederalismo. Les cuesta distinguir entre ambos sistemas porque carecen de interés intelectual, como le pasó a Zapatero con el republicanismo… el cual utilizó para colar toda la podredumbre progresista de los manuales de la CIA o el mal llamado wokismo. En todo ello lo principal es la igualdad y la fraternidad, las cuales conforman el marco federal o republicano. Si existe desigualdad ya se camina hacia el confederalismo donde se está junto por un provecho parcial, como defenderse de enemigos exteriores. En el federalismo todos son libres de llegar al máximo de lo acordado siendo solidarios y entes iguales. Lo que, con disfuncionalidades o asimetrías, establece la Constitución de 1978.

Esto no lo comprenden los sanchistas, aunque sí los socialdemócratas que quedan aún en el PSOE (pocos, cada vez menos por la purga sanchista), por ello son los que han levantado la voz. Si recuerdan la primera república española, aquello acabó como el rosario de la aurora debido a que cada cual quería lo suyo y ya se vería lo de los demás (lean los magníficos textos de Jorge Vilches y Javier Santamarta). Eso lo aprendieron los constituyentes e introdujeron las Comunidades Autónomas. El modelo que propugnan Sánchez y Zapatero, que se nota que odian España en sí, es una confederación donde algunos tendrán privilegios y el resto acabará pagando las pensiones y la sanidad de esos privilegiados.

Se ruega al sanchismo, tanto casta como base, que en lo posible estudien antes de hacer el ridículo en redes sociales y medios de comunicación. López o Espadas no van a estudiar, ni van a dejar de hacer el ridículo, pero es que ellos viven de la canonjía que tienen y que no piensan dejar. No vaya a ser que tengan que volver a trabajar o empezar a ello. El resto si no saben torear mejor no se metan.