domingo, 27 julio, 2025

¿Será capaz el PP de ofrecer dos dirigentes con cierta inteligencia?

Hay que empezar a pensar que lo que creen que es estratégico en el PP de Alberto Núñez Feijoo no es más que la improvisación de personas cuya capacidad es bastante limitada. Pensar, tan solo pensar, que entre todos los diputados socialistas podría haber cinco o seis susceptibles de cambiar el voto por ser “críticos” es de una estupidez política y humana que no se llega a concebir. Incluso, como se verá, algunas manifestaciones rayan no ya la carencia de un mínimo democrático sino entender la política como algo totalitario.

Primero. Para que Feijoo pudiese conseguir que algún diputado cambiase su voto, mucho más cuando son cinco o seis, tendría que contar con un apoyo económico enorme detrás. Es posible que lo tenga pero ¿qué empresa pondría el cascabel al gato arriesgándose a quedar señalada? Ninguna. Nadie daría trabajo a esos “traidores” y esto es algo a tener muy en cuenta. Lo del Tamayazo se produjo porque había intereses contrapuestos entre facciones del propio PSOE (algo que jamás quiso reconocer el tiralevitas de Rafael Simancas) y como alguno de esos intereses coincidía con los intereses de personajes circundantes al PP cupo la posibilidad. Además que solo eran dos. Hoy no hay intereses, ni facciones en el Grupo Parlamentario Socialista que coincidan con alguien del PP o con el PP mismo.

Segundo. Sin posibilidad de garantizar el alimento a los posibles traidores ¿qué le queda a Feijoo? Porque todos los diputados del GPS son sanchistas antes que socialistas; están entregados en un culto al líder que les proporciona unos réditos económicos sustanciales (básicamente un trabajo bien remunerado, no haciendo mucho y mucho mejor que la podredumbre que les esperaría si no estuviesen en política arrastrándose); y han sido elegidos por su sanchidad. Sí, algo que no entienden en el PP es que todas las listas del PSOE fueron generadas en Ferraz y, si es que se puede decir algo parecido, diputados críticos con la acción sanchista hay dos. Ese número no le vale.

Tercero. Por lo tanto, ni la apelación a principios del bien común, la defensa de España o cualquier zarandaja similar es válida. Están en el Congreso gracias al dedo designador de Pedro Sánchez, a él se deben en juramento de fidelidad y, en muchos casos, carecen de principios más allá de la manida retórica agonista. No se produce ni el caso de que sus carreras-sueldos dependan de algún barón crítico, que es lo que personajes sin inteligencia, en el PP (caso de Francisco Núñez, doblemente derrotado en Castilla-La Mancha y conocido en la región como El bulos) o en los medios de comunicación insinuan. A Emiliano García-Page le costó lo suyo colocar al secretario de organización del PSOE manchego y a algún senador que otro.

Más terrible es la concepción del Feijoo y su equipo de secuaces, de tipos tan poco ilustrados como Núñez y algún que otro director de periódico de la democracia. Que en el PP entiendan que quien ocupa la presidencia es un señor absoluto que hace y deshace a su antojo; que los diputados sean nada más que peleles en manos de los respectivos jefes de escuadrón; que para ellos la democracia sea simplemente una pose, no implica que el resto esté de acuerdo. Nadie puede pedir a Page que obligue a “sus” diputados a votar contra su partido, entre otras cosas porque no son “sus” diputados. Además de lo comentado anteriormente, han sido votados por los ciudadanos en listas y a ellos se deben. Porque si el sistema de elección fuese uninominal la autonomía del diputado sería bien distinta. Pero no, en el PP piensan que los diputados son gentes que cobran un buen sueldo para hacer lo que quiera uno… también lo piensa Sánchez.

Si en vez de estar a tonterías en el PP (y en algún medio) leyesen a personas y columnistas que escriben lo que “realmente” sucede en el PSOE, sabrían que las listas, además de ser imposibles de modificar, ya estaban hechas. Con el añadido de colocar en las mismas a perdedores de todo tipo, desde comunidades a alcaldías. Sabían perfectamente que, dando igual que arrastrasen más o menos votos, esas personas dependerían totalmente de Sánchez y aceptarían hasta vender a sus hijas con tal de conseguir que su sanchidad prosiga en la Moncloa. Lo mismo que la mayoría de diputados del PP, que por mucho que digan que tienen otra cosa, no les echan ni con agua caliente. Todos estos personas, de ambos partidos, deberían ser estudiados por biólogos para comprender cómo, tras ser elegidos, les crecen garras cual águilas con las que tomar el curul y no soltarlo.

¿Es estrategia este discurso del PP? No, al menos que sean tan limitados que no lleguen a comprender no tanto la praxis como la ética que existe tras todo ello. Si no consiguen apoyos en el PP deberían preguntarse el por qué. Si tras ganar las elecciones hubiese propuesto algún gobierno de coalición con el PSOE, incluso cediendo la presidencia ¿sería distinto el ambiente? El problema es que los dos partidos mayoritarios han estado muy cómodos generando y difundiendo la estrategia del amigo-enemigo y eso ha terminado de permear en buena parte del electorado, incluso entre las capas ¿ilustradas? Hoy es imposible que mental y prácticamente alguien trate de cambiar de bando. Y como esto ni sirve para desgaste del contrario (nadie gusta de los traidores), ni sirve para una acción práctica real, cabe preguntar ¿quedan en el PP dirigentes con dos dedos de frente?

Radiocaspa de los deportes retratada

Ayer la futbolista y campeona del mundo Jenni Hermoso emitió un durísimo comunicado en el que dejaba claro que no le había gustado nada que el presidente federativo se propasase y le besase en la boca. Luis Rubiales, mostrando esa chulería que le ha caracterizado en sus años de mandato y en sus acciones, se creía fuerte porque la víctima (o una de las víctimas, ahora verán por qué) había callado.

Como les mostramos aquí, y luego pudo confirma El relevo con muchos más detalles, desde la Federación de Fútbol se había logrado medio parar el golpe, que no el escándalo, con una filtración a EFE (falsa), recurriendo a los familiares de Jenni para que quitasen importancia a lo sucedido y rezando para que la jugadora no hablase. Intentaron que apareciese en las desquiciantes disculpas del presidente, pero la chica se negó. Intentaron que hiciese algo contra su voluntad para tapar la última de las fechorías de Rubiales pero ella, sabiamente, calló, disfrutó del triunfo con sus compañeras y en cuanto se repuso del desgaste de partido, viaje y celebración asestó el golpe. Queda ver en qué concluye todo esto que podría tener un camino judicial claro, más allá de que el gañán presidente deba dimitir.

Ahora bien, quienes han quedado retratados (y alguna retratada) son todos esos periodistas de cámara que encarnan lo más casposo de la profesión. Como en cualquier otra situación vital hay casposos y gañanes y personas con un comportamiento correcto. En las redacciones de deportes el gañanismo casposo inilustrado abunda. Como decía David G. Medina, periodista de Marca, cada persona ya puede ver quienes se comportan bien y quienes mal. No hay necesidad de bucear mucho, ni tener una carrera de psicología para descubrir al casposo patrio, ellos solos se han retratado con el comunicado de Jenni.

Vomitivo, porque ni cuestionaron el asunto desde la más mínima falta de respeto y de dignidad, por aquello de la integridad, personal de la jugadora. Les pareció correcto que un tipejo besase, sin consentimiento, a una mujer y todo porque estaba de fiesta. Permitieron que ese tipejo calificase a quienes le criticaban de tontos, idiotas y gilipollas, mientras reían las gracias y hasta se permitían decir a boca llena “esas que se quejan será porque nunca las han besado”. Cuando vieron que les estaba cayendo la mundial por gañanes casposos, alguno se permitió señalar que si había ofendido a alguien pedía perdón pero que no se podía permitir ese sesgo inquisitorial.

Cabe recomendar a uno de los jefes de radiocaspa la lectura de John Stuar Mill, salvo que sea demasiado para sus neuronas casposas, para comprobar que la libertad tiene límites, especialmente cuando se daña y perjudica a otras personas. No es inquisición cuando alguien se mea en los principios éticos de la comunidad -igual en una comunidad de uga-ugas, como les gustaría se permitiría eso, aunque probablemente no tendrían mujeres con ellos-, cuando alguien se burla de la dignidad mancillada de una persona, cuando ni los mendigos le parecen personas con dignidad, es educación. La que parece que les falta a la gran mayoría de casposos que montaron un debate con recochineo en base a que no pasaba nada… y sí que pasaba.

En varios programas deportivos, curiosamente donde han aparecido gentes de radiocaspa, han defendido al gañán presidente. No han entendido que la sociedad ha evolucionado desde las cavernas o desde la prima nocte aristocrática. Que más allá del debate feminista, que lo hay y existe, está la dignidad de la persona, el comportamiento honroso, el honor de hombre o mujer (aunque escuchándoles parece que el honor solo es para los hombres), las buenas formas, la educación y la integridad personal en todas sus posibilidades. En los Teleñecos de la noche también aparecieron los caspas, capaces, por defender a un “amigo” o un comportamiento que ellos hagan, de justificar lo injustificable. Cierto que hay que comer pero, en ciertos momentos, lo primero es la decencia.

Como sucedió con el movimiento #MeToo, el paso dado por Jenni y Tamara Ramos puede ser la anilla que se quita a la granada de nuevas revelaciones, tanto de Rubiales como de otros posibles contratados federativos. Ya las 12 que renunciaron a jugar con la selección apuntaban ciertos comportamientos nada normales, puede que una vez que Hermoso ha decidido ir para delante, ahora que cuenta con el apoyo de la sociedad (y sin miedo a que la excluyan de la selección por ello), no se sorprendan si hay más cosas detrás. ¿Reirán y lo defenderán las gentes de radiocaspa y algunos teleñecos? ¿Seguirá siendo gracioso el mostrarse, como son evidentemente, casposos?

Rubiales debía haber sido cesado o dimitido cuando se supo que cobraba un porcentaje de los diez millones de euros que se pagaba de más si la Supercopa en Arabia llevaba a Real Madrid y FC Barcelona. Todos los uga-uga de la caspa se mostraron sorprendidos pero ahí quedó la cosa. Total dinero hay para repartir en la federación. A nadie le importó que la competición, como se ha visto, se adulterase para que sí o sí jugasen esos equipos la Supercopa. Hoy tampoco ven para tanto lo sucedido. Tal es así que se puede preguntar cualquiera ¿tienen conciencia éticas estas gentes? En muchos momentos recuerdan a lo que expuso Hanna Arendt sobre el pensamiento de Adolf Eichmann. Son capaces de ver el mal sin inmutarse y llegando a justificarlo. La banalidad del mal, en el mundo del periodismo deportivo.

A hacer “de sufrir” a Feijoo

A día de hoy ningún posible candidato a presidente del Gobierno tiene los apoyos suficientes. Aunque la prensa diga que hay acuerdos secretos, invente conspiraciones o diga cualquier cosa que se le ocurra al redactor o columnista de turno, la realidad es que ni uno, ni otro concita el apoyo necesario para vencer en una sesión de investidura. Les guste o no, la aritmética parlamentaria es esa. Ni más, ni menos.

Dado que ni Pedro Sánchez, como presidente en funciones, ni Alberto Núñez Feijoo, como candidato más votado en las elecciones, pueden decir al rey Felipe de Borbón que tienen todo atado se abren muchas posibilidades estratégicas y narcisistas. Feijoo, desde luego, puede llegar a decir al rey que tiene unos 172 diputados que le apoyarían para condicionarle a que tome la decisión de encargarle la misión de resultar investido. Salvo que el propio dirigente del PP afirme que, no viendo otra posibilidad de aumentar los votos, mejor que pase el siguiente. Esto es, escaquearse de perder.

Sánchez no puede decir al rey que tiene más de los diputados que alcanzó en las elecciones generales. Pese a lo afirmado por Sumar, Bildu, PNV o ERC, con ninguno tiene acuerdo. Los cinco diputados díscolos de Podemos todavía no están ganados para la causa porque exigen ministerios. ERC, PNV y Bildu saben que Sánchez vendería a sus hijas con tal de seguir en el poder y le van a apretar hasta el extremo de saltarse la Constitución. Pero a día de hoy, no puede decir al rey que tiene esos apoyos porque no los tiene.

Queda, entonces, lo estratégico para ganar tiempo o venderse ante unas más que probables elecciones en invierno. Porque a ninguno de los dos candidatos les importaría repetir elecciones. En su fuero interno saben que la apelación al voto útil sería más eficaz que las campañas de llegada de las hordas marxistas o del fascismo que han tenido en las últimas elecciones. Igual no les bastaría para obtener mayoría simple y pactar con algún regionalista como han hecho toda la vida, pero pueden pensar que estarían cerca. Quitarse de encima a Sumar y Vox podría ser posible si jugasen bien sus cartas. Otra cosa es que sepan jugar a las cartas.

En lo estratégico Feijoo puede optar por una investidura fallida, en la que tendrá todo el tiempo del mundo para exponer su programa de gobierno, con la finalidad de obtener más apoyos en unas futuras elecciones. Incluso para quitarse moscones de los que tiene en su partido y en los medios de comunicación. Es el vencedor de las elecciones y podría vender eso mucho mejor de lo que lo ha hecho hasta el momento. Sánchez, si no contase con los apoyos, no iría seguramente a un investidura fallida porque en su caso sería la tercera y eso duele en el orgullo. Haría el paripé durante algún tiempo y a terminar la presidencia europea.

Sí quiere, sin embargo, Sánchez hacer “de sufrir” a Feijoo. Quiere que pase por el trago de verse sin apoyos suficientes y que las cámaras le graben y fotografíen como un perdedor. Poder vender que el PP es incapaz de concitar apoyos porque desprecia la realidad de España. Hacerle sentir que él es quien realmente representa a la España plural, progresista y moderna. Que sufra una derrota que haga que la amarga victoria de Julio le pese en el ánimo y mueva los bajos instintos de quienes ya quieren quitarle de la presidencia del PP. Que no son pocos. Como Sánchez ha pasado por ello, quiere que los demás sufran ese mismo calvario en la esperanza de que a futuro pueda vencer a Feijoo en las elecciones. En su fuero interno ser presidente habiendo perdido le duele, pese a que el sistema lo permita.

¿Intentará alguno de los dos la investidura? No está tan claro que vaya a suceder pese a lo que digan los medios de comunicación. Es más que probable que el rey Borbón tenga que hacer una segunda e, incluso, una tercera ronda de consultas hasta que alguien de el paso o consiga los apoyos. Porque los sugus sanchistas están muy contentos, tanto como para catalogar a nazis (decían lazis ¿no?) de progres, pero las exigencias de los grupos regionalistas y secesionistas no van a quedar en tres leyes, cuatro competencias y un chupachups. Han olido la debilidad y van a por ello, a sacar lo máximo aunque sea violentando la Constitución. Sánchez, desde luego, quiere que Feijoo pase por el calvario, algo que le daría tiempo. Ahora está por ver si Feijoo asume esa cruz y si tiene estrategia para llevarla sin un Simón de Cirene.

Las disculpas impelen a la dimisión de Rubiales

“Hay un hecho que tengo que lamentar y es todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos, al igual que con otras, y donde, pues seguramente, me he equivocado. Lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, ocurrió lo que ocurrió, de manera muy espontánea, sin mala fe por ninguna de las dos partes. A partir de ahí, aquí no se entendía. Lo veíamos algo natural, normal, y para nada con ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo. Desde luego, si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme, no queda otra”, Luis Rubiales dixit.

El párrafo anterior contiene las disculpas obligadas que se ha visto a realizar el presidente de la RFEF tras su beso a Jenni Hermoso sin consentimiento. No dice nada de los besos que dio a otras jugadoras (no en la boca) y que quedaron recogidos ayer en el artículo que aquí se ofreció. Unas disculpas que son casi peores que el acto cometido durante ese momento de “efusividad espontánea”. No cabe ningún tipo de efusividad cuando de besar sin consentimiento a otra persona se trata. Agarrar de la cabeza y plantarle un morreo a una mujer, por mucho tiempo que haga que se conocen, es un abuso, deshonorable, indigno y asqueroso.

Lo empeora después cuando dice que siendo un responsable federativo debería cuidar más estas cosas. ¿Si no fuera responsable federativo iría por la calle dando morreos a las mujeres? ¿Suele morrear a sus amigas de Motril, incluso delante de sus maridos? Este cromañón ¿de dónde ha salido? En cualquier pueblo de España acababa con las piernas y cara rota. Si no hay más que escucharle en Radiocaspa de los Deportes de COPE para observar su chulería llamando idiotas, gilipollas y tontos a quienes le criticaban al momento de haber cometido el asalto a la intimidad de la jugadora. El problema es que hasta los medios extranjeros le han señalado como lo que es y se ha amedrentado un poco.

Marisa González, que es la persona que maneja todo el cotarro de comunicación en la RFEF pese a ser directora de RSC, es muy buena profesional. Mucho. Por eso, en cuanto se percató del problema que había creado Rubiales lanzó a su escuadrón a intentar cambiar el relato. Primero, frenar la difusión del vídeo del morreo en redes sociales. Segundo, que la jugadora afirmase que había buen rollo y no pasaba nada, filtrándolo a EFE y con entrevista donde mejor lavan las cosas cromañonas, en Radiocaspa de los Deportes en COPE (aquí la labor de Javier Matallanas ha sido clave seguramente). Tercero, conseguir que la madre de la jugadora quitase importancia al tema en televisión. Cuarto, aguantar el chaparrón mientras se llegaba a España y la fiesta por la victoria pudiese tapar todo.

El problema es que Miquel Iceta ha pedido que se disculpase. Y tienen suerte que solo ha pedido eso porque muy listo el ministro no es tampoco. Así que un vídeo difundido en redes donde Rubiales se disculpa quitando importancia a algo que la tiene y mucho. Cosa de la que Iceta no se ha percatado porque bastante tiene con lo suyo. Ni en momentos de efusividad, ni teniendo confianza se besa a una persona si no quiere. Y si lo ve normal es que Rubiales tiene un problema y grande que necesita de tratamiento psicológico. Ni en tiempos no tan lejanos donde el machismo era uso social se permitía algo así. Salvo que se sea un macarra o chulo de discoteca cutre en la Costa del Sol, a nadie se le ocurre besar a compañeras, amigas, conocidas, familiares en los morros porque sí, porque es muy emotivo.

El problema está en que el video de Hermoso diciendo “¿Qué puedo hacer yo?”, que refleja perfectamente que tanta confianza no hay, ha sido tan viral como el del morreo. Y que llegase el presidente haciendo coñas sobre su matrimonio con Jenni en Ibiza aumentaba la sensación de chulería e impunidad del señor. Le falto al presidente salir con el pene fuera del pantalón. Ayer ya era tarde para dimitir, hoy casi que debería ser una cuestión de central que el presidente en funciones y el ganador de las elecciones pidieran su dimisión inmediata.

Marisa se las tuvo que ver con el caso cremas de Cristina Cifuentes. Lo sostuvo bien hasta que fue obvio que estaban detrás poderosos intereses para hacer claudicar a su amiga. Esos oscuros intereses puede que hoy estén apoyando a Rubiales, pero como bajen el pulgar no habrá quien le salve. De momento tiene a sus amigos de Radiocaspa de los Deportes, otros que deberían hacer un cursillo acelerado de comportamiento correcto y decente en público. Salvo que no les importe que morreen a sus esposas, novias, hijas o nietas. Dimisión ya. Aunque lo más probable es que se agarre sus partes como hace en el palco.

Está tardando en dimitir Luis Rubiales

En toda fiesta o reunión familiar siempre hay un idiota, principalmente borracho o farlopero, que estropea la alegría de todo el mundo. Así ha pasado con la celebración del hito histórico de la selección femenina de fútbol, la consecución del campeonato mundial. Tras pitar la finalización del encuentro las jugadoras y equipo técnico han dejado fluir las emociones. Lágrimas, abrazos, recuerdos emocionados y alegría, mucha alegría. No podían sospechar que el aguafiestas estaba a punto de hacer su aparición estelar y así poner una mancha en un momento inolvidable.

Si ustedes han visto la película Brujas mágicas, recordarán a Mariano Ozores, haciéndose pasar por monje, intentando consolar a todas las mozas del pueblo. Agarrando por aquí, besando por allá, enharinándose todos en una orgía fílmica. Bien pues ayer Luis Rubiales, presidente de la federación española, parecía Ozores (o cualquier otro actor de esas películas) persiguiendo jugadoras a las que manosear, besar o agarrar. Ha quedado registrado en televisión cómo agarraba la cabeza de Jenni Hermoso y la plantaba un morreo. Pero no ha sido el único beso que ha repartido sin consentimiento.

Hermoso se lo ha tomado a coña aunque se ha preguntado “Y ¿qué puedo hacer?”. Pues mañana mismo poner una denuncia en comisaría que pruebas hay. Es asqueroso que un tipo como Rubiales siga siendo presidente de la federación. Nadie en su sano juicio se lanza a dar morreos, besos y achuchar mujeres con las que no tiene relación de algún tipo. Siendo su jefe es aún más asqueroso. Fíjense que utilleros, equipo deportivo y demás se han abrazado sin besos, ni achuchones, ni toques de nalgas, ni nada por el estilo. Hay ciertos código de honorabilidad que se respetan. Y eso que pasan muchos meses al año juntos, pero no se cruzan ciertas líneas como sí ha hecho Rubiales.

Ahora dirá que su hermana le rompió las piernas o que es de un pueblo costero de Granada, pero nada de eso le exime de los actos tan asquerosos y abusivos que ha estado cometiendo contra las jugadoras de la selección española. En muchos casos, al estar en éxtasis, ni se habrán dado cuenta ellas mismas, pero los televidentes han podido observar a un presidente desatado como si de una vieja película de Ozores se tratara. Al no estar borracho, ni haber ingerido farlopa, lo que se pone de manifiesto es que este tipo es un asqueroso que debe dimitir hoy mismo. El aguafiestas estropeando la fiesta de la selección. Un momento tan bello y aparece un calvo estropeando la fiesta.

¿Qué hizo Chaves Nogales en Londres?

El libro que hoy se presenta en estas páginas supone un enorme esfuerzo de investigación. Yolanda Morató ha conseguido con Manuel Chaves Nogales. Los años perdidos (1940-1944) algo poco usual, que la primera edición no llegue casi a salir de la imprenta y hay necesidad de una segunda edición en poco menos de dos semanas. El editor de Renacimiento estará sumamente contento, pero podía ser previsible pues el fenómeno “Chaves Nogales” atrae y mucho.

El libro, como se dijo, es una enorme investigación que permite conocer que Manuel Chaves Nogales no salió de la Francia ocupada por los nazis en el barco que normalmente se había dicho. Bien al contrario, navegó por el canal de la Mancha en el mercante Nariva, el cual arribó a las costas galesas. De ahí se trasladó a Londres para ponerse al servicio del gobierno británico a través de su antiguo empleador, la agencia de noticias Havas. Agencia que cambió de nombre a causa de la nacionalización del gobierno colaboracionista. La AFI sería en destino del periodista sevillano y no una agencia propia como falsamente se había contado.

Desde su residencia en Fleet street, en unos apartamentos, escribiría buena parte de los mandados del gobierno vía BBC, vía AFI que se distribuyeron por todo el mundo hispánico. Lo mismo hicieron otros exiliados. Todo el mundo se puso a las manos de la propaganda de guerra que estableció el gobierno de Winston Churchill. No podía dejarse creer que el nazi-fascismo podía vencer, que la contienda no iba tan bien como se pensaba (para conocer lo sucedido en el bando soviético se recomienda este artículo), que los ánimos tenían que estar en alto todo el tiempo.

Así Morató desmitifica ciertas historias que se han contado sobre la liberalidad del gobierno británico en esos tiempos. No hace mucho Cayetana Álvarez de Toledo decía, durante el encierro pandémico, que ni en guerra se había cerrado el parlamento británico. Cierto pero lo que no contaba es lo que la escritora sí cuenta en el libro, que la censura se impuso a todo y a todos. De esto, apunta con acierto Morató, sacaría George Orwell material suficiente para escribir su novela 1984.

En 1940, la censura ya lo monopolizaba todo. De hecho, era prácticamente imposible escuchar la colaboración de alguien que tuviera cualquier tipo de vínculo con el pacifismo, el comunismo o el fascismo. Tampoco se emitían piezas musicales de compositores alemanes, austriacos o italianos, con la excusa de que los radioyentes no se sentirían cómodos con la presencia de obras de autoría enemiga” (p. 93).

El libro hace un breve pero intenso recorrido por las formas de distribución de la propaganda gracias a la BBC y las agencias de prensa. En ellas había espías y agentes dobles, como pueden presumir, y personal dedicado día y noche a escribir, dictar, mecanografiar, poner voz a todos los artículos que se distribuían por todo el mundo. Nombres como los de Emery Reves, Rachel Gayman, Ernie Pyle, Madeleine Henrey, Gwyn Barker, Ilsa Barea, Paul-Louis Bret, Roderik Jones, Deric Pearson, las agencias AFI, APP, Reuters, irán pasando por delante de los ojos de los lectores.

Verán, también, un listado con los casi quinientos artículos que escribió Chaves Nogales y la última entrevista que concedió a Murilo Marroquim. ¿Qué hizo esos años el periodistas sevillano? Se supone que escribir como si no hubiese un mañana. ¿Con quién se veía? Se supone que con gente de aquí y de allá. ¿Qué se puede sacar en conclusión de los artículos publicados por él? Ni idea. Y todo porque el libro es magnífico (realmente, no vean sarcasmo en ello) para conocer el funcionamiento de la propaganda de guerra encargada a los exiliados, pero sobre Chaves Nogales dice poco o nada.

Ni un análisis de los artículos publicados. Ni alguna anécdota con los demás exiliados. Ni si tuvo miedo al espionaje que funcionaba en aquel lugar. Nada de nada. Si el título habla de años perdidos, desde luego no se han encontrado a día de hoy. Es un libro que gustará mucho a periodistas (normal que hayan tenido esas críticas tan formidables), a historiadores de este tipo de acontecimientos, pero si usted quiere saber algo sobre Chaves Nogales no es su libro, salvo dos o tres cosillas que no ocupan más de tres páginas.

Lecciones de la Historia para el presente

El libro de Fernando Castillo, Fervor del acero (Renacimiento), es un magnífico tratado histórico basado en los textos literarios de cuatro autores que poseen en común haber participado en la Guerra. Unos en la primera guerra mundial, otro en los Freikorps y la segunda guerra mundial y, el último, en la Guerra Civil española. Todos en la bien llamada Guerra Civil europea que va de 1914, si no antes por las luchas balcánicas o periféricas, hasta 1945. 31 años de guerras fratricidas con algunos lugares comunes pero con diferencias de carácter que muestra perfectamente el autor.

Tomando el orden cronológico el primer autor, y seguramente el mejor literariamente hablando, es Ernst Jünger, el laureado alférez que estuvo a punto de perder la vida en dos ocasiones. Durante esa horrible y tremenda guerra de trincheras y posiciones que fue la I Guerra Mundial, el autor alemán refleja en sus escritos todo un imaginario que era el propio de la juventud alemana de la época: “el culto al líder, la valoración de lo irracional, de la dureza y el sacrificio; la importancia de la violencia, el desdén hacia la seguridad, la democracia y las masas así como el rechazo de la ciudad moderna, de la industria y de la técnica” (p. 58).

En los escritos de Jünger se podrá conocer que la guerra era un camino de expiación de la persona donde el honor, o lo que iba quedando de honor, y la camaradería todavía se podía expresar. No como en las sociedades liberales que atontaban e infantibilizaban al ser humano. Importante es, en el autor alemán, que el enemigo, en este caso el francés o el británico, era más valorado, pese a que había que liquidarlo si se diese la oportunidad, que quienes quedaban en la retaguardia. Es decir, la clase política, los pacifistas o esos generales que estaban enviando sin rubor alguno a toda una generación de jóvenes a la picadora de carne que fue la Gran Guerra. La última guerra donde lo caballeresco todavía tenía sentido.

Benito Mussolini es el segundo autor del que se cuentan sus andanzas y escritos sobre la I Guerra Mundial. Menos dotado militarmente que Jünger y pasando buena parte de la guerra en una trinchera para tomar una posición, la cual costó miles de vidas, quien luego sería Il Duce ya apuntaba maneras. Compartía con el autor alemán ese fervor por la guerra, por la acción, por sentir que todavía se tenía sangre en las venas. De ahí que apoyase desde el principio la no neutralidad de Italia y su inclusión en la batalla en el lado de los aliados (es conocido que cambiaría de bando para la II GM).

Su intención no solo era guerrera y espiritual sino que entendía que la participación en la guerra permitiría generar una nación en Italia, tan dividida en regionalismos pese a la unificación. Como sucedía con Jünger el enemigo era apreciado por demostrar el valor o valores de cualquier soldado, había cierta camaradería de trinchera con el enemigo. Por eso, finalizando la contienda Mussolini comenzaría a cavilar sobre la trincherocracia. Un gobierno de los soldados que se habían dejado la vida y la juventud en la guerra. Si a ello se le suma el ambiente generado por el futurismo de Felipe Tommaso Marinetti o los arditi de Gabriele D’Annunzio, normal que desembocase en el fascismo.

El tercer autor, Ernst von Salomon, ya supone un cambio en la mentalidad que habían reflejado en sus escritos Jünger y Mussolini. Von Salomon no había participado en la IGM por edad pero sí tiene ese sentimiento de acción, violencia e irracionalidad de las generaciones anteriores. Se apuntó a los Freikorps, un ejército no-oficial, para acabar con la revolución bolchevique en Alemania y para actuar en lo que ordenase el gobierno de la república de Weimar. Para muchos alemanes ya no era sencillo, como dejó escrito en sus novelas, separarse de la guerra. Ya estaba metida en su propia sangre y, para más inri, esos soldados eran casi despreciados por el resto de la sociedad.

Los Freikorps eran nacionalistas (romanticismo) autoritarios, nihilistas de los valores modernos, propicios al culto de la juventud masculina y la acción, y un claro antecedente de lo que serían las SA nazis. Pero a diferencia de Jünger y Mussolini, Von Salomon ya refleja en sus escritos un cambio que se venía produciendo en la mentalidad de aquellos que tenían fervor por el acero, el enemigo de batalla deja de ser alguien similar a uno para pasar a ser alguien a quien aniquilar sin piedad. Algo que alcanzaría su culmen en la IIGM con el holocausto y la destrucción de ciudades alemanas con bombardeos indiscriminados o las bombas atómicas en Japón.

Lo anterior se observa mucho mejor en Rafael García Serrano. La Guerra (in)Civil española fue un claro producto de su época. La ideología se entremezcló con el deseo de acción, el nihilismo, la decadencia de las sociedades liberales, la revolución y la contrarrevolución y nadie dejo de cometer salvajadas. El autor español lo muestra claramente en sus libros. Cómo se ejecutaban a los soldados o milicianos capturados, los cuales no tienen consideración de seres humanos, como no lo tenían en las sacas y ejecuciones ideológicas del bando republicano-bolchevique. Como los otros autores la guerra supone un chute de adrenalina y el culmen del superhombre nietzscheano que todos querían encarnar.

La muerte como hecho que perdía su importancia si era en combate se ve mucho más exagerada en los textos de García Serrano. El famoso “¡Viva la muerte!” legionario estaba bien adentro del subconsciente de todos aquellos que, bien desde Falange, bien desde la unidades de ejército, bien desde los milicianos, combatían por la liberación de España. La muerte no era el final para estas personas que no tenían otra intención que acabar de cualquier forma con el enemigo para instaurar su “sociedad ideal”.

Un libro muy entretenido, seguramente sorprenda a algunos, y que tiene lecciones históricas que pueden ayudar al presente. Cuando la ideología, la que sea, acaba pervirtiéndose el adversario, el otro, el distinto, el que no piensa como uno, acaba transformado en un no-ser, un inferior que debe ser aniquilado como sea. ¿Les suena a ciertos discursos que se escuchan con demasiada frecuencia en nuestra sociedad y es fomentada por la clase política? Además de conocer, mediante los textos literarios, una parte del sentimiento que había en la Guerra Civil europea, Castillo nos permite reflexionar sobre nuestro propio tiempo. Lecciones de la Historia que se deberían leer con precisión y cuidado.

Actores españoles del Western

El Western europeo tuvo su momento de mayor gloria desde comienzos de los años 1960s hasta comienzos de los años 1970s. El mal llamado spaghetti western tuvo en España el mejor lugar para todas esas producciones cinematográficas que llegaron a inventar una nueva forma de contar lo que los estadounidenses llevaban años. De hecho, el género cinematográfico, a este lado del Atlántico, ha quedado en el imaginario colectivo mucho más ligado al polvo y el cazarrecompensas que a las bellas y enormes producciones de gente como John Ford. De hecho, el género en los propios EEUU acabó copiando al western europeo. Clint Eastwood mezcló ambas formas, pero Sam Peckinpah era más cercano.

Esos cientos de producciones, más bien coproducciones entre italianos, españoles, alemanes y/o franceses, contaron con numerosos actores españoles e italianos tanto en el rol protagonista como secundario. Normalmente se intentaba que la estrella de la película fuese un actor, si era en horas bajas mejor por aquello de ahorrar costes, estadounidense. Así llegó Eastwood a Almería de la mano de Sergio Leone. Por ese camino vinieron Lee van Cleef (quien más películas rodó y hasta tuvo un personaje, Sabata, icónico), Guy Madison o Craig Hill. También tomaron ese rol protagonistas numerosos actores europeos como Gianni Garko (el inolvidable Sartana), Giuliano Gemma, Franco Nero, Terence Hill, Gian Maria Volonté… y algunos actores españoles casi hoy olvidados.

Actores españoles que son iconos del western en todo el mundo (aunque especialmente en Europa donde todavía hoy se visualizan las películas) pero están casi olvidados en España. Muchos de ellos morían siete veces por semana en diferentes filmes. Algunos no llegaban a tener una línea en algunas producciones, pero todos ellos son reconocibles por sus caras para todas esas personas que gustan de ver las películas de vaqueros. La suerte que ha tenido España, al menos en el siglo XX, de tener una gran variedad de actores secundarios se ve perfectamente reflejada en el western europeo. Si usted ve, de vez en cuando, alguna de las películas de la trilogía del dólar de Leone, pensará que este o aquel son estadounidenses o italianos, pero no, son actores españoles. ¿Recuerdan al actor que mata Van Cleef al comenzar El bueno, el feo y el malo? Español. Antonio Casas. De ellos se va a hablar hoy, sin dejar de recordar a directores que dejaron grandes películas como Alfonso Balcázar o Rafael Romero Marchent.

Los protagonistas

Sin duda el más conocido de los actores españoles del western europeo es Fernando Sancho. El mexicano de cualquier película que tuviese algún personaje de este tipo. En unas ocasiones era el malvado de la película, en otras el general revolucionario y en algunas más el mexicano simpático que acompaña, intentando engañarle de forma pícara, al protagonista principal. No se puede olvidar al personaje que se repitió en varias producciones, Carrancho. Decenas de películas grabadas entre Almería (desierto de Tabernas), Colmenar Viejo, Hoyo de Manzanares o el desierto de los Monegros. No solo de mexicanos vivió Sancho quien actuó en numerosas películas de otro género.

George Martin (Francisco Martínez Celeiro) es otro de los grandes actores del western europeo. Decenas de películas, las más famosas con rol protagonista Clint el solitario y El regreso de Clint, donde desempeñó todos los roles del género. Bueno, malo, amigo, enemigo, hacendado, desarrapado o cazarrecompensas. También hizo incursión en el género de los superhéroes, teniendo muchísimo éxito en Italia con películas al estilo de Bud Spencer y Terence Hill (de hecho compartían actores a los que golpear).

Ángel del Pozo es otro de los rostros más conocidos del western europeo. Más de treinta películas a sus espaldas hacen de él uno de los grandes del género. Había comenzado su carrera, tras patearse los teatros, en películas muy conocidas como Margarita se llama mi amor pero fue captado para las películas del oeste por sus capacidad de interpretar a buenos, buenazos y malos, malísimos. Con el paso del tiempo, y algunas películas dirigidas, abandonó el cine para pasarse a la producción televisiva y la dirección en Mediaset.

Aunque no lo crean, o les parezca sorprendente, Jesús Puente fue uno de los pioneros del western europeo. Rodó cerca de una decena de películas, aunque en su mayoría fueron intentos de recrear los filmes fordianos. Más alejado de la estética de frontera y pistoleros, aunque no de venganzas Puente hizo de sheriff o hacendado en algunas ocasiones antes de que fuese reconocido como el gran actor de teatro que siempre fue.

A Eduardo Fajardo casi siempre le tocó el protagonista malo de las películas. Y un malo del western europeo era casi un protagonista sin piedad, inhumano y despiadado. Es recordado por sus papeles en Django o El bandido Malpelo. Curtido en el cine antes de llegar a Almería (donde al rodar dos películas a la vez llegó a equivocarse de rodaje en alguna ocasión, como contó desternillándose), es más recordado entre el gran público por sus personajes de padre responsable, militar o jefe de este o aquel negocio. La realidad es que fue uno de los grandes del género, bordando al malvado.

Además de estos grandes actores hubo algunos que hicieron incursiones, más o menos estables, en el western como Luis Dávila o Conrado San Martín (impresionante su villano en Los largos días de la venganza). También compatibilizó el protagonismo con el rol secundario Roberto Camardiel, todo un clásico en los repartos del género. Paco Rabal hizo algún personaje protagonista. Aunque quien mejor compatibilizó los roles de protagonista/secundario fue Daniel Martín. Tan pronto era un capitán traidor de la Unión, como un villano despiadado que uno de esos que rápidamente caía en el primer gran tiroteo. Y cómo olvidar a otro de los malvados del cine español (en todo tipo de géneros le ha tocado ese rol), José Manuel Martín. En el western hizo principalmente de mexicano aunque Mariano Ozores le permitió hacer de malo solamente en una de las últimas películas (un western de aquella manera) que se hicieron en Almería, Al Este del Oeste.

Los grandes secundarios

Si algo aportó España, además de especialistas y el territorio, al western europeo fueron actores secundarios. Ahí están Xan das Bolas, José Calvo, Julián Mateos, Armando Calvo, Leo Anchóriz, Antonio Casas… y tantos otros que participaban de manera residual. Desde luego todos los extras que actuaban también fueron producto nacional. Pero hubo algunos secundarios que eran los verdaderos rostros del western europeo porque aparecían en casi todas las películas.

Grandes actores que en muchas ocasiones no tenían línea, pero que en otras eran secundarios de lujo e, incluso en alguna producción, coprotagonistas. Actores que han muerto en tantas ocasiones que Sean Bean queda como un mero aprendiz. Aldo Sambrell, Indio González, Frank Braña o Antonio Molino Rojo son caras que no pueden ser vistas sin que la música de Ennio Morricone o Bruno Nicolai flote en el ambiente. Si usted piensa en un malo de película del oeste es más que probable que su imagen aparezca en ese efluvio de recuerdos. No hicieron todas las películas pero casi. Cuando se les dio la oportunidad de actuar más allá de dos o tres líneas demostraron sus capacidades actorales. Sin ellos no habría habido ese western europeo.

Y por último, aunque no solían tener un rol principal, dos grandes actrices españolas del western. Nieves Navarro (o Susan Scott) fue la gran dama española del género (haría una película junto a Fernando Sancho y Peret) hasta que se marchó a Italia para hacer películas subidas de tono, propias de los años 1970s. Mónica Randall fue la otra gran dama del western participando en alguna de las producciones más conocidas. Posteriormente su carrera es de sobra conocida por su calidad interpretativa.

Buenos actores hoy casi olvidados, cuando menos los nombres que no los rostros, que protagonizaron un boom cinematográfico que consiguió eclipsar a los propios creadores del género. En Europa, aunque en EEUU existen verdaderos fanáticos del spaghetti western, las pelis de vaqueros más recordadas (más allá de las cuatro o cinco clásicas) son las de producción propia. Esas dobles sesiones, esos cines de verano, todas esas venganzas por cumplir, llenaron las salas europeas de tiros, caballos y polvo. Hoy en día siguen siendo de las películas más vistas cuando se pasan por televisión (en abierto). Y en todas, ahí estaban los magníficos actores españoles que hoy reciben un merecido homenaje.

No va a poder comentar esta noticia por el titular

No sería de extrañar que pese al titular, algunas personas por la foto del artículo comenten que Perro Xanxes es un asco o, que también sucede, que la prensa es una mierda mientras que Pedro Sánchez es la mayor maravilla de la historia de España. Incluso sin titular hay personas que se lanzan a comentar el artículo en redes sociales, son así de deficitarios mentales. Unas mentes cerradas que se dedican a lanzar las consignas que les han dicho en grupos de Facebook o del partido que sea sin pensar, en cualquier noticia que vean sin llegar a leerla. Seres sin cabeza que están en la Tierra porque debe haber de todo.

Quitando esos casos de cuñadismo inilustrado que ni leen los titulares, la realidad es que la noticia aquí no tiene nada que ver con Sánchez o con Alberto Núñez Feijoo, cuando menos directamente. De hecho no hay una noticia en sí sino una constatación del daño que están haciendo las redes sociales y casi todo lo digital, primero, a las cabezas de los seres humanos y, segundo, a los medios de información. Realmente las personas que entran en los artículos a leerlos son un porcentaje mínimo, si se ven los usuarios únicos de los distintos medios se comprueba que respecto a las visitas baja a casi una cuarta parte o menos. A veces ni eso. Existe un porcentaje bajo de personas que leen su periódico digital para informarse realmente de lo que dice uno u otro artículo.

Aquí, en este medio, sucede con asiduidad que numerosas personas comenten los artículos subidos a redes sociales sin leerlos. Si se dice que Florentino Pérez ha saqueado al Estado con esta o aquella treta o con un contrato contrario al derecho público, no es raro que aparezca algún madridista a decir no se qué de 14 Champions. En ocasiones quien esto escribe se pregunta ¿pero usted es idiota? Si se pone una foto de alguien de Vox con un titular informativo no es raro que aparezca un falso comunista o un sanchista a señalar que los fascistas algo. ¿Se ha leído el artículo para valorar lo que se dice? No con el titular basta o ni eso.

Lo del cuñadismo inilustrado que acaba comentando los artículos por el titular no es privativo de los más politizados, de cualquiera. Da igual si es deportes, cultura o política, las personas comentan por el titular y que sea lo que dios quiera. No les importa quedar como ignorantes, ellos comentan lo que haga falta desde sus prejuicios más profundos. Siempre ha pasado en las barras de los bares, pero ahora es que hasta los tertulianos de radios y televisiones lo hacen, sean o no profesores de universidad. Un problema enorme que no es que vaya en favor del espectáculo (la sociedad del espectáculo es algo más profundo de lo que dicen quienes no han leído los diversos textos de Guy Debord) sino en favor de la alienación y la ignorancia. Prejuicios al poder.

En todo ello, cabe decir, han tenido gran parte de culpa los medios de comunicación. Son los principales generadores de los titulares que realmente ni informan, ni dan pie a leer más de cuatro párrafos. En su tiempo el periodismo gráfico, como el de ABC o La Razón, ponía una imagen de Felipe González y un titular en portada del tipo 10.000 muertos más en España. Se le acusaba de asesinar, poco más, a todas esas personas. Ahora es el titular el que debe, ya no resumir, sino impresionar al personal. El tener numerosos muros de pago en los principales medios (incluyendo aquellas cosas que son publicidad como los libros) no ha mejorado, al contrario ha empeorado, la forma de titular.

Como no les llega con el dinero de los suscriptores para cubrir los gastos y necesitan como los demás las visitas, aunque sea a la página principal, se lanzan a los titulares que dicen o no todo para que se muevan en redes sociales y se comenten. No es un click bait realmente sino un titular que no necesite leer el artículo. Lo que hacen los demás que no tienen muros de pago, los cuales alternan entre la búsqueda de visitás fáciles (click bait) y los titulares que hagan mover el artículo y aumenten las visitas, no por visitas en sí sino por el propio movimiento que se genera. Si ese artículo es muy compartido, por movimiento aumentarán las visitas. Al final son los medios los que incitan al posible lector a que sea irracional o estúpido.

Algunos lo hacen con exceso y en el límite de la mentira o lo ilegal, otros con intenciones aviesas, pero lo hacen todos. Incluso aquí se hace de vez en cuando (como ejemplo el artículo “Emiliano, el de los huevos gordos”, un click bait de manual, aunque en realidad sí hay relación entre el titular y la noticia) porque los titulares “normales” al final nadie los lee, nadie los mueve, aunque sea una noticia o un análisis importante (como ejemplo este artículo o este otro). Para acabar con todo esto, que al final es lo que genera los dineros por publicidad, debería existir un acuerdo de todos los editores de medios. Pero no les interesa porque es un negocio y una forma de generar grupos de personas alienadas. Una imbricación del poder político y el mediático para impedir la existencia de ciudadanos racionales, cuando menos.

Si usted ha llegado hasta este párrafo muchas gracias y se aceptarán sus críticas, si son racionales y no puro prejuicio, pero lo normal no es llegar hasta aquí. De hecho muchos de los que hayan entrado al ver la imagen lo habrán dejado en el primer párrafo, ya que la curiosidad mata al gato y al alienado. Si no va a leer el artículo hágase un favor y no insulte, ni enmiende al autor del mismo porque, con toda probabilidad, usted quedará retratado como un estólido, un incapaz, un meme de persona.

Escándalo con João Félix

¡Escándalo en el Metropolitano por João Félix! Ese ha sido el titular principal de distintos medios de comunicación. Lo que no dicen es quién se ha escandalizado, ni el contexto en el que se producen los hechos. Si alguno de los extraterrestres que van a invadir la Tierra hiciese un sondeo con los medios de comunicación, se sorprendería de los insultos y silbidos que la hinchada rojiblanca profiere hacia un jugador de su equipo (esto último es muy importante y parece ser olvidado por los terrestres). El ser de otros mundos no entendería que en un juego de equipo se maltrate a quien viste la misma camiseta. Y tendría todo el sentido salvo que en los medios se elimina todo contexto

En cualquier análisis de un acontecimiento lo importante no es solo el acontecimiento en sí, sino el contexto en el que se produce, los antecedentes, todo aquello que puede aportar la información necesaria para comprenderlo. El extraterrestre, si leyese o escuchase a Jorge D’Alessandro no entendería nada y pensaría que el Cholo Simeone no puede ser culpable por hacer entrenar a un jugador de su equipo. Si se le ofreciese el contexto completo, cosa que el todólogo del fútbol no hace, tendría parámetros para valorar, bajo un marco cultural, si es cruel o no.

João Félix ha estado poniendo malas caras, ha dicho que no quiere jugar en el Atleti, en sus redes sociales aparece con la camiseta de un equipo que le ha descartado y, para más inri, ha pedido irse a un equipo concreto rechazando ofertas ventajosas para la empresa que le paga. Durante la pretemporada ha estado lesionado justo cuando se acercaban los partidos, dando a entender que no quiere participar en el equipo, y antes de ayer mismo, cuando se respetaba el minuto de silencio por los fallecidos rojiblancos de la temporada anterior, estaba haciendo el tolai en una muestra de falta de respeto. Todo un ejemplo de caradura del fútbol. Con estos datos el extraterrestre igual, solo igual, entendería el enfado de la afición.

Además, si tuviese el tiempo necesario para analizar el comportamiento de los medios de comunicación españoles a lo largo de una temporada (si son muy inteligentes a lo largo de décadas) entendería que el escándalo que están generando no existe sino que es un producto ideológico para condicionar las mentes. Al 99% de la afición rojiblanca le da igual que se le silbe o se le diga “ese portugués qué hijo puta es” a Fílix. En redes sociales o medios de comunicación hacen aparecer ese buenismo típico de la época en que vivimos, esa pusilanimidad, pero en realidad piensan que bien hecho está. Que no se puede reír de la afición, ni menospreciar a quien le paga muy bien o cagarse en el escudo y la camiseta. Un equipo de fútbol es una comunidad y como tal tiene sus códigos, tradiciones y símbolos, todos esos de los que Fílix se ríe.

Ahora, con el Atleti líder (circunstancial) y otros equipos con dudas, no se debe hablar de fútbol sino inventarse un escándalo que no existe. En los tiempos actuales una muestra clara de control del relato, o mentir sin eufemismos, por un lado y por otro la banalización social de la información buscando o inventando lo escabroso, lo espectacular, lo alienante al final del camino. Porque, en general, todos los medios de comunicación son partícipes de la alienación social, fetichizando lo banal o escabroso, y escondiendo la realidad. El escándalo de João Félix, que no existe, se utiliza para seguir minando las mentes de las personas, tal y como se hace en otros medios y otras informaciones con otros temas. Establecer lo que es bueno o malo desde la coalición dominante, la casta, la oligarquía, como quieran llamarla. La información deportiva no es ajena a ese mecanismo de control social.